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El apostol San Pablo (página 2)



Partes: 1, 2, 3

Pero recordemos que, hacia el año 34
"Pablo" aparece como un recto joven fariseo,
fanáticamente dispuesto contra los
cristianos. Creía que la nueva secta era una amenaza
para el judaísmo por lo que debía ser
eliminada y sus seguidores castigados. Se nos dice en los Hechos
de los Apóstoles que "Saúl" estuvo
presente aprobando cuando "San Esteban", el primer
mártir, fue apedreado y muerto. (42) Fue poco
después que "Pablo" experimentó la
revelación que iba a transformar su vida. Mientras iba a
la ciudad de Damasco para continuar su
persecución contra los cristianos y hacerles renegar de su
fe, Jesucristo se le apareció y tirándolo por suelo
le pregunta: "Saúl, Saúl, ¿por
qué me persigues
?". (43) Por la luz
sobrenatural quedó ciego. "Pablo" ante el
Señor se entregó
totalmente: "Señor, ¿qué quieres
que haga?.  Jesús le pide un profundo acto de
humildad ya que se debía someter a quienes antes
perseguía: vete donde Ananías y él te
lo dirá
". Después de su llegada a Damasco,
siguió su conversión, la sanación de su
ceguera por el discípulo Ananías y su bautismo.
"Pablo" aceptó ávidamente la misión
de predicar el Evangelio de Cristo, pero como todos los santos,
vio su indignidad y se apartó del mundo para pasar tres
años en "Arabia" en meditación y
oración antes de iniciar su apostolado. Hacía falta
mucha purificación. Jesucristo lo
constituyó Apóstol de una manera especial, sin
haber convivido con El.  Es pues el último
apóstol constituido. "Y en último
término se me apareció también a mí,
como a un abortivo
". (44) Su vida es totalmente
transformada en Cristo: "Lo que era para mí ganancia,
lo he juzgado una pérdida a causa de Cristo. Y más
aún: juzgo que todo es pérdida ante la sublimidad
del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por
quien perdí todas las cosas, y las tengo por basura para
ganar a Cristo
". (45)

Desde entonces era un hombre verdaderamente nuevo y
totalmente movido por el Espíritu Santo para anunciar el
Evangelio con poder. "Saúl" desde ahora se
llamará con el nombre romano: "Pablo".  El
por su parte nunca descansó de sus labores.
Predicación, escritos y fundaciones de iglesias, sus
largos y múltiples viajes por tierra y mar (al menos
cuatro viajes apostólicos), tan repletos de aventuras,
podrán ser seguidos por cualquiera que lea cuidadosamente
las cartas del Nuevo Testamento. No podemos estar seguros si las
cartas y evidencia que han llegado hasta nosotros contienen todas
las actividades de "San Pablo". Él mismo nos dice
que fue apedreado, azotado, naufragó tres veces,
aguantó hambre y sed, noches sin descanso, peligros y
dificultades. Fue preso y, además de estas pruebas
físicas, sufrió muchos desacuerdos y casi
constantes conflictos los cuales soportó con gran
entusiasmo por Cristo, por las muchas y dispersas
comunidades cristianas.

Tuvo una educación natural mucho mayor que los
humildes pescadores que fueron los primeros
apóstoles de Cristo. Decimos "educación
natural
" porque los otros apóstoles tuvieron al mismo
Jesús de maestro recibiendo así una
educación divina. Esta también la recibió
San Pablo por gracia de la revelación. Siendo docto
tanto en la sabiduría humana como en la divina, Pablo fue
capaz de enseñar que la sabiduría humana es
nada en comparación con la divina:

"Tened un mismo sentir los unos para con los otros;
sin complaceros en la altivez; atraídos más bien
por lo humilde; no os complazcáis en vuestra propia
sabiduría
.". (46)

A Aquel que puede consolidaros conforme al Evangelio
mío y la predicación de Jesucristo:
revelación de un Misterio mantenido en secreto durante
siglos eternos, pero manifestado al presente, por la Escrituras
que lo predicen, por disposición del Dios eterno, dado a
conocer a todos los gentiles para obediencia de la fe, a Dios, el
único sabio, por Jesucristo, ¡a él la gloria
por los siglos de los siglos! Amén. (47)

Inicio de sus
predicaciones[84]

"Pablo" inició su predicación en
Damasco. Aquí la rabia de los judíos ortodoxos
contra este "traidor" era tan fuerte que tuvo que
escaparse dejándose bajar de la pared de la ciudad en una
canasta. Al bajar a Jerusalén, fue suspiciosamente
vigilado por los judíos cristianos porque no podían
creer que él que tanto había perseguido se
había convertido. De regreso a su ciudad nativa de Tarso,
otra vez se unió Barnabás y juntos
viajaron a Antioquía siriana, donde encontraron tantos
seguidores que fue fundada por la constancia de los primeros
cristianos. Fue aquí donde los discípulos de
Jesús fueron llamados cristianos por primera
vez (del griego "Christos", ungido). Después
que regresaron a Jerusalén, una vez más para
asistir a los miembros de la iglesia que estaban escasos de
alimentos, estos dos misioneros regresaron a Antioquía y
después navegaron a la isla de Chipre; durante su estancia
convirtieron al procónsul, Sergius Paulus.

Una vez más en tierra de Asia Menor, cruzaron las
Montañas Taurus y visitaron muchos pueblos del interior,
particularmente aquellos en que habitaban judíos.
Generalmente en estos lugares Pablo primero visitaba las
sinagogas y predicaba a los judíos; si ellos lo rechazaban
entonces predicaba a los gentiles. En Antioquía de Pisid,
"Pablo" lanzó un discurso memorable a los
judíos, concluyendo con estas palabras: (48)
"Entonces dijeron con valentía "Pablo"
"Bernabé": Era necesario anunciaros a
vosotros en primer lugar la Palabra de Dios; pero ya que la
rechazáis y vosotros mismos no os juzgáis dignos de
la vida eterna, mirad que nos volvemos a los gentiles. Pues
así nos lo ordenó el Señor: Te he
puesto como la luz de los gentiles, para que lleves la
salvación hasta el fin de la tierra
."

Después de esto "Pablo" y Bernabé
volvieron a Jerusalén donde los ancianos trataban el tema
de la posición de la Iglesia, todavía en su
mayoría  de miembros judíos, hacia los
gentiles convertidos. La cuestión de la
circuncisión fue problemática porque para los
judíos era importante que los gentiles se sometieran a
este requisito de la ley judía. "Pablo" se
mostró en contra de la circuncisión, no porque
quisiera hacer un cristianismo fácil sino porque
comprendía que el Espíritu ahora requería
una circuncisión del corazón, una
transformación interior.La ley no puede justificar al
hombre sino sólo la gracia recibida por medio de
Jesucristo. Vivir esta gracia es sin embargo un reto aún
más radical que el que presenta la ley y exige entrega
total. Esta llamada a la gracia y a la respuesta total hasta la
muerte forma parte esencial de su enseñanza y de su
vida.

Según el libro de los Hechos de los
Apóstoles, luego del martirio de "Esteban",
"Saulo Pablo" se dirigió a Damasco, hecho que los
biblistas tienden a situar en el término del año
subsiguiente a la lapidación de Esteban, según se
comenta en la sección anterior. (Ver además el
análisis de Víctor M.
Fernández[85]Nota 28

Entretanto "Saulo", respirando todavía
amenazas y muertes contra los discípulos del Señor,
se presentó al Sumo Sacerdote, y le pidió cartas
para las sinagogas de Damasco, para que si encontraba algunos
seguidores del Camino, hombres o mujeres, los pudiera llevar
atados a Jerusalén. Como la lo comentásemos
línea precedentes; sucedió que, yendo
"Saulo" de camino, cuando estaba cerca de Damasco, de
repente le rodeó una luz venida del cielo, cayó en
tierra y oyó una voz que le decía: "Saulo,
Saulo, ¿por qué me persigues
?" El
respondió: "¿Quién eres,
Señor
?". Y él: "Yo soy Jesús, a
quien tú persigues. Pero levántate, entra en la
ciudad y se te dirá lo que debes hacer
". Los hombres
que iban con él se habían detenido mudos de
espanto; oían la voz, pero no veían a nadie. Saulo
se levantó del suelo, y, aunque tenía los ojos
abiertos, no veía nada. Le llevaron de la mano y le
hicieron entrar en Damasco. Pasó tres días sin ver,
sin comer y sin beber. Hechos de los
Apóstoles. (49)

"Pablo" mismo presentó esta experiencia
como una "visión" (50), como una
"aparición" de Jesucristo resucitado (51)
o como una "revelación" de Jesucristo y su
Evangelio. (52) Pero nunca presentó esta
experiencia como una "conversión", porque para
los judíos "convertirse" significaba abandonar a
los ídolos para creer en el Dios verdadero, y
"Pablo" nunca había adorado a ídolos
paganos, ni había llevado una vida disoluta. Los biblistas
tienden a acotar a un marco muy preciso el significado del
término "conversión" aplicado a
"Pablo"[86]. Nota 29 En
realidad, cabe que "Pablo" interpretara que tal
experiencia no lo hacía menos judío, sino que le
permitía llegar a la esencia más profunda de la fe
judía[87]Por entonces,
el cristianismo aún no existía como
religión independiente.[88]

Las "Epístolas
paulinas
" guardan silencio sobre los detalles de este
episodio, aunque el comportamiento previo y posterior de Pablo es
señalado por él mismo en una de ellas.

"(…) pues yo no lo recibí ni
aprendí de hombre alguno, sino por revelación de
Jesucristo. Pues ya estáis enterados de mi conducta
anterior en el Judaísmo, cuán encarnizadamente
perseguía a la Iglesia de Dios y la devastaba, y
cómo sobrepasaba en el Judaísmo a muchos de mis
compatriotas contemporáneos, superándoles en el
celo por las tradiciones de mis padres. Mas, cuando Aquel que me
separó desde el seno de mi madre y
me llamó por su gracia, tuvo a bien revelar en
mí a su Hijo, para que le anunciase entre los gentiles, al
punto, sin pedir consejo ni a la carne ni a la sangre, sin subir
a Jerusalén donde los apóstoles anteriores a
mí, me fui a Arabia, de donde nuevamente volví a
Damasco
". (53)

En otra de sus epístolas afirmó: "Y en
último término (Cristo resucitado) se me
apareció también a mí, como a un
abortivo
.". (54)

Como resultado de esa "experiencia" vivida en
el camino a Damasco, "Saulo de Tarso", hasta entonces
dedicado a "perseguir encarnizadamente" y
"asolar" con "celo" a la "Iglesia de
Dios
" según sus propias palabras (55),
transformó su pensamiento y su comportamiento. Pablo
siempre habló de su condición judía en
tiempo presente (56) y señaló que él
mismo debía cumplir las normas dictaminadas por las
autoridades judías. (57) Probablemente nunca
abandonó sus raíces judías, pero
permaneció fiel a aquella experiencia vivida, considerada
uno de los principales acontecimientos en la historia de la
Iglesia.[89]

Después del suceso vivido por Pablo en el camino
de Damasco, Ananías lo curó de su ceguera
imponiéndole las manos. "Pablo" fue
bautizado y permaneció en Damasco "durante
algunos días
". (58)

Desde la década de 1950 se presentaron trabajos
científicos que sugirieron la presunta epilepsia de
"Pablo de Tarso"[90], y se
postuló que su visión y experiencias
extáticas pudieron ser manifestaciones de epilepsia del
lóbulo temporal.[91] También se
propuso un escotoma central como dolencia de Pablo, y que
esa condición podría haber sido causada por
retinitis solar en el camino de Jerusalén a
Damasco.[92] Bullock sugirió hasta
seis posibles causas de la ceguera de Pablo en el camino a
Damasco: oclusión de la arteria vertebrobasilar,
contusión occipital, hemorragia vítrea
secundaria/desgarro de retina, lesión causada por un rayo,
intoxicación por Digitalis, o ulceraciones
(quemaduras) de la córnea.[93]  Con
todo, el estado de salud física de "Pablo de
Tarso
" permanece desconocido.[94]

Su ministerio temprano.[95]

"Pablo de Tarso" comenzó su ministerio
en Damasco y Arabia (59), nombre con el cual se
hacía referencia al
reino nabateo.[96] Fue perseguido por
el etnarca Aretas IV (60), hecho que se suele
datar de los años 38-39[97]o eventualmente
de antes del año 36.[98]

"Pablo" huyó
a Jerusalén donde,
según Gálatas (61) , visitó
y conversó con Pedro y
con Santiago. Según en Hechos de
los Apóstoles (62),
fue Bernabé quien lo llevó ante
los apóstoles. Podría interpretarse que fue
entonces cuando le transmitieron a "Pablo" lo que
más tarde mencionó en sus cartas haber
recibido por tradición sobre Jesús.
(63).[99]  La estancia en
Jerusalén fue breve: se habría visto obligado a
huir de Jerusalén para escapar de los
judíos de habla griega. Fue conducido a Cesarea
Marítima y enviado a refugiarse en Tarso de
Cilicia. (64) Raymond
Brown 
señala que no se conoce con exactitud
cuánto tiempo permaneció allí, pero pudieron
ser varios años.

Bernabé acudió a Tarso y fue con
"Pablo" a Antioquía, donde surgió por
primera vez la denominación de "cristianos" para
los discípulos de Jesús. "Pablo"
habría pasado un año evangelizando allí,
antes de ser enviado a Jerusalén con ayuda para aquellos
que sufrían hambruna.
(65)[100] Antioquía se
convertiría en el centro de los cristianos convertidos
desde el paganismo.Nota 30

La segunda jornada
misionera.[101]

La cual duró del año 49 a 52, llevó
"Pablo" a Silas, su nuevo asistente a Frigia, Galicia,
Troas, y a través de tierra de Europa, a Filipos en
Macedonia. Lucas el médico era ahora un miembro del grupo,
y en el libro de los Hechos él nos da un relato que ellos
fueron a Tesalónica, y después bajó a Atenas
y Corinto. En Atenas "Pablo" predicó en el
Areópago y sabemos que algunos de los estoicos y
epicureanos lo escucharon y discutieron con él
informalmente atraídos por su intelecto vigoroso, su
personalidad magnética, y su enseñanza
ética. Pero más importante, el Espíritu
Santo tocaba los corazones de aquellos que abrían su
corazón podían comprender que Pablo tenía
una sabiduría nunca antes enseñada.

Pasando a Corinto, se encontró en el mismo
corazón del mundo griego-romano, y sus cartas de este
período muestran que él está consciente de
la gran ventaja en su contra, de la lucha incesante contra el
escepticismo e indiferencia pagana. Él sin embargo se
quedó en Corinto por 18 meses, y encontró
éxito considerable. Un matrimonio, Aquila y Priscila, se
convirtieron y llegaron a ser muy valiosos servidores de Cristo.
Volvieron con él al Asia. Fue durante su primer invierno
en Corinto que Pablo escribió las primeras cartas
misioneras. Estas muestran su suprema preocupación por la
conducta y revelan la importancia de que el hombre reciba la
inhabitación de Espíritu Santo ya que solo
así hay salvación y poder para bien.

La tercera jornada
misionera.
[102]

Cubrió el periodo del 52 a 56. En Éfeso,
ciudad importante de Lidia, donde el culto a la diosa griega
Artemisa era muy popular. Pablo fue motivo de un disturbio
público ya que los comerciantes veían peligrar sus
negocios de imágenes de plata de la diosa que allí
florecía. Después, en Jerusalén,
causó una conmoción al visitar el templo; fue
arrestado, tratado brutalmente y encadenado. Pero cuando fue ante
el tribunal, él se defendió de tal forma que
sorprendió a sus opresores. Fue llevado a Cesarea por el
rumor de algunos judíos en Jerusalén que lo
habían acusado falsamente de haber dejado entrar a
gentiles en el templo. Así planeaban matarlo. Fue puesto
en prisión en Cesarea esperando juicio por aproximadamente
dos años bajo el procónsul Félix y Festus.
Los gobernadores romanos deseaban evitar problemas entre
judíos y cristianos por lo que postergaron su juicio de
mes a mes. Pablo al final apeló al Emperador, demandando
el derecho legal de un ciudadano romano de tener su juicio
escuchado por el mismo Nerón. Fue entonces colocado bajo
la custodia de un centurión, el cual lo llevó a
Roma. Los Hechos de los Apóstoles lo dejan en la ciudad
imperial esperando su tribunal.

Aparentemente la apelación de "Pablo"
fue un éxito porque hay evidencia de otra jornada
misionera, probablemente a Macedonia. En esta última
visita a las comunidades cristianas, se cree
que nombró a "Tito obispo en Creta" y a
"Timoteo en Efeso". Volviendo a Roma, fue una vez
más arrestado. Su espíritu no decae ante las
tribulaciones porque sabe en quien ha puesto su
confianza.

Por este motivo estoy soportando estos sufrimientos;
pero no me avergüenzo, porque yo sé bien en
quién tengo puesta mi fe, y estoy convencido de que es
poderoso para guardar mi depósito hasta aquel día.
(66)

¡Oh abismo de la riqueza, de la sabiduría y
de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus
designios e inescrutables sus caminos!. (67)

Estaba en Damasco un discípulo llamado
Ananías a quien se dirigió el Señor
diciéndole: "Ananías: aquí estoy,
Señor
", respondió este.
"Levántate", le dijo el Señor, y ve a la
calle llamada Recta; y busca en casa de Judas a un hombre de
Tarso llamado "Saulo, que ahora está en
oración
". Respondió Ananías:
"Señor, he oído decir a muchos que este hombre
ha hecho grandes daños a tus santos en Jerusalén, y
viene con poderes de los sumos sacerdotes para encarcelar a todos
los que invocan tu nombre
". "Ve a encontrarle, le dijo
el Señor, porque este hombre es un instrumento elegido por
mí para llevar mi nombre delante de todas las naciones, y
de los reyes, y de los hijos de Israel. Yo le haré ver
cuántos trabajos tendrá que padecer en mi
nombre
". (68)

Fue Ananías, entró en la casa, impuso las
manos a Saulo y le dijo: "Saulo mi hermano, el Señor
Jesús que se te apareció en el camino me ha enviado
para que recobres la vista y quedes lleno del Espíritu
Santo
". Al momento cayeron de sus ojos unas como escamas y
recobró la vista. Levantándose fue bautizado.
Habiendo tomado alimentos recobró fuerzas.
(69)

Perseguidor generoso.

Saulo era el más encarnizado enemigo de la
Iglesia primitiva: convencido de la verdad del judaísmo,
quería exterminar la secta cristiana. "Han oído
hablar, escribirá más tarde a los Gálatas,
el modo con que en otro tiempo vivía yo en el
judaísmo, con qué furia perseguía a la
Iglesia de Dios y la desolaba, y cómo me señalaba
en el judaísmo más que muchos de mis compatriotas,
siendo en extremo celoso de las tradiciones de mis padres
".
(70)

Este encarnecimiento de perseguidor revela en
"Pablo" una cualidad fundamental: "estaba lleno del
celo de la gloria de Dios
" (71) queriendo servir al
Señor con fogosidad y abnegación sin medida. Su
generosidad al servicio divino lo empujaba a perseguir sin piedad
a los cristianos. Se comprende que esta cualidad preparó a
"Pablo" para su vocación.

Origen de la vocación.

Al hablar de su vocación, "Pablo" la
hace remontar mucho antes del acontecimiento que se produjo en el
camino de Damasco. Afirma que "Dios lo había llamado
por su gracia, desde el seno materno
". (72) Al origen
de su existencia, aún antes de su nacimiento,
"Pablo" había sido señalado por la
vocación. Dios se lo había apartado o lo
había escogido, es decir que había separado a Pablo
de los demás hombres y del mundo, para tomar
posesión de su vida, reservándoselo para sí.
Lo había llamado por su gracia, es decir que por un favor
enteramente gratuito, había decidido hacerle oír su
llamamiento. En este sentido fue predestinado a la
vocación.

La infancia, la juventud de Saulo y aún su
actitud de perseguidor, estaban en realidad impregnados y
ordenados por esta predestinación: toda su vida estaba
orientada, sin darse cuenta, hacia el momento en que la
vocación se iba a revelar.

Carácter y legado de Pablo.

El carácter y el legado de Pablo se verificaron:
1) en las comunidades por él fundadas y en sus
colaboradores; 2) en sus cartas auténticas; y,
3) en las llamadas cartas deuteropaulinas, surgidas
quizá de una escuela que nació y creció en
torno al Apóstol.[103] Es a partir de
ese legado inmediato que surgió todo su influjo
posterior.

Comunidades y colaboradores.

"Pablo" utilizó para con sus comunidades
y colaboradores un lenguaje apasionado[104]Nota
31 
A los tesalonicenses les escribió que eran su
esperanza, su gozo, su corona, su gloria (73); a los
filipenses les dijo que Dios era testigo de cuánto los
amaba con el entrañable amor de Jesucristo (74), y
que resplandecían como antorchas en el mundo. (75)
A los miembros de la comunidad de Corinto les advirtió que
no sería indulgente con ellos (76), pero no sin
antes comentarles que les había escrito con muchas
lágrimas para que supieran cuán grande era el amor
que les tenía. (77)

Se especula que "Pablo" debió ser un
hombre capaz de suscitar profundos sentimientos de amistad, ya
que sus cartas dan muestras de lealtad por parte de un amplio
abanico de personajes con nombre propio [ver, por
ejemplo, (78)
Romanos 16:5-15].[105] Nota
32 
TimoteoTitoSilas,
todos formaron parte del equipo paulino, llevando sus
cartas y sus mensajes, a veces en circunstancias
difíciles. Los esposos cristianos,
Priscila –también llamada Prisca– y
Aquila, cuya amistad hacia "Pablo de Tarso"
resultó entrañable, fueron capaces de levantar su
tienda y partir con él desde Corinto a Éfeso y
luego ir a Roma, de donde habían sido exiliados
previamente, para preparar la llegada del Apóstol
("Pablo"). Vidal García sugiere que en
Éfeso fueron ellos quienes, en una intervención
riesgosa, habrían logrado la liberación de
"Pablo"[106], lo que
justificó el encomio del Apóstol
("Pablo"):

Saluden a Prisca (Priscila) y
Aquila, colaboradores míos en Cristo
Jesús. Ellos expusieron sus cabezas para salvarme. Y no
solo les estoy agradecido yo, sino también todas las
Iglesias de la gentilidad.

A ellos se suma Lucas, a quien por
tradición se identifica con el autor del evangelio
homónimo (Evangelio San Lucas) y de
los "Hechos de los
Apóstoles
"[107], Vidal García
sostiene que fue "Pablo el autor del Libro de los "Hechos de
los Apóstoles
". Se menciona su nombre entre los de
los colaboradores de "Pablo". (79) Según
la Segunda epístola a Timoteo, habría
acompañado a "Pablo" hasta su final.
(80)[108]

Fundador del
cristianismo.[109]

Arrepentido de sus inícuas persecuciones, en su
viaje de Jerusalén a Tarso cayó del caballo, por un
fuerte ataque de epilepsia.[110] Hecho que
aprovechó para armar su mito de haber oído a Dios,
y haber visto una fulguración luminosa, como las que
perciben los epilépticos en sus ataques.

En términos modernos se ha dicho que "Pablo
de Tarso
" fue el organizador y vendedor del cristianismo. Un
apóstol líder, emprendedor, trabajador, entusiasta,
imaginativo, formador de equipos, algo lunático y
misógino.

Los problemas en sus relaciones con las autoridades
religiosas judías de Jerusalén, y el presentimiento
de que podría fundar una nueva iglesia, con base en la
disidencia iniciada por Jesús dentro del judaísmo,
que se extendía rápidamente en Palestina, lo
condujo en el año 36, camino a Damasco, a tomar la
decisión de convertirse al cristianismo, e intentar ser su
líder.

Comenzó su actividad de evangelización
cristiana en Damasco y la continuó en Arabia.

En el año 40, perseguido por los judíos
fundamentalistas de esas regiones huyó a Jerusalén,
donde Bernabé lo presentó a Pedro
y Santiago, quienes lo acompañaron a Cesarea, de
donde partió a refugiarse en Tarso.
Bernabé viajó a Tarso y
acompañó a "Pablo" a Antioquía,
donde pasaron un año evangelizando.

En Antioquía sugirió y promovió la
denominación de cristianos para los discípulos de
Jesús, y convirtió a esta ciudad en el centro de
los cristianos convertidos desde el paganismo.

En sus epístolas no da detalles sobre la
visión en el camino a Damasco, pero sí afirma que
perseguía a los cristianos. La decisión tomada en
su viaje a Damasco lo marcó para el resto de su vida,
literalmente se pasó al enemigo para ser el principal
difusor del cristianismo, arriesgar su vida, sufrir
encarcelamientos y, finalmente, morir decapitado en
Roma.

Fue enterrado en la vía Ostiense de Roma.
"Pablo" fue fiel hasta la muerte a esta decisión
que lo convirtió en el apóstol más efectivo
de Jesús.

Organizador de la primera iglesia
cristiana.[111]

"Pablo de Tarso" transformó el
cristianismo en una religión universal.

Fuera de "Pablo" el resto de los
apóstoles estaban muy atados al judaísmo y faltos
de instrucción, eran incapaces de proyectar y
universalizar el cristianismo.

"Pablo" no fue el inventor del
"cristianismo", pero logró que las ideas de la
pequeña secta judía, llamada más tarde
"cristianos", se concretaran y se extendiera.

La iglesia cristiana de Jerusalén, era para
"Pablo" muy localista, por la poca instrucción de
los apóstoles, quienes no tenían conocimientos
amplios como "Pablo", a causa de su origen campesino y
pesquero y por las exigencias judaizantes.

Esto frenaba las ansias expansivas del
"cristianismo" de "Pablo", especialmente en las
áreas helenísticas que era donde tenía gran
influencia. Como consecuencia después de un par de visitas
a la comunidad cristiana de Jerusalén, "Pablo"
decidió organizar su propia iglesia cristiana, modificando
y usando el mensaje de ella.

La incipiente y poco numerosa iglesia de
Jerusalén formada por los apóstoles,
constituía una leve variante herética del
judaísmo fariseo. Ni siquiera tan desviada como las sectas
de los esenios o los zelotes.

"Pablo" tuvo más razón y
visión histórica que Jesús y sus
apóstoles juntos, en la práctica de hacer iglesia,
en este sentido él aparece como el constructor del
"cristianismo".

Reunió a miles de prosélitos en distintos
lugares, conculcó las escrituras judías para
facilitar las conversiones, encargó a Marcos,
Lucas y Juan de componer evangelios en correcto
griego para los importantes enclaves helénicos, donde el
griego era de uso corriente, y donde no saber griego era propio
de ignorantes.

Decretó una fecha propicia, como el 25 de
diciembre para celebrar el nacimiento del Jesús
bíblico, porque otras religiones celebraban en ese
día el nacimiento de horus[112]u otros
dioses, la renovación y nacimiento del dios Sol, el cambio
del otoño al invierno, al pasar del Equinoccio al
Solsticio.

A partir del año 33 aproximadamente
existió una "iglesia cristiana" creciente en
Jerusalén, y allí se celebró el denominado
"Concilio de Jerusalén"[113]
alrededor del año 49.

Su relación
con Jesús

Lo transforma en hombre nuevo, lleno de la gracia,
conocimiento de Dios. Es capaz de comunicar la vida de Cristo.
Murió el "hombre viejo". (81)
Nace el "hombre nuevo". (82) Ahora la
vida de Cristo es su vida. (83) Está plenamente
identificado con ÉL. (84) Ofrece su vida con su
Señor en su misterio de pasión, muerte y
resurrección (85), para completar lo que falta en
su propia carne a la pasión de Cristo.
(86) Está lleno de agradecimiento porque
Cristo "se entregó a sí mismo por
". (87)

Cuando "Pablo" fue tirado por tierra, fue capaz
de entregarle a Cristo absolutamente todo sus ser. Más
tarde pudo decir "ya no soy yo quien vive, es Cristo quien
vive en mi
".[114] (88)

"Pablo" fue un fascinado, un enamorado de la
persona de Cristo. Encontrarse con Jesús Resucitado fue la
experiencia más grande, profunda y decisiva de su vida.
Experiencia de gozo, de amor y de libertad. Cristo rompió
la losa del sepulcro de su orgullo y autosuficiencia, que era
propia de los fariseos, y le resucitó por dentro. En
adelante sentirá la necesidad de evangelizar:
Ay de mí si no evangelizare!"
(89); "Me empuja el amor de Cristo". (90)
Apasionado por la Verdad, ya la predica en Arabia y en Damasco y
se conmueve hasta las lágrimas ante una ciudad
incrédula o idólatra. Predica la verdad desnuda de
todo ornato humano, y la predica a tiempo y a destiempo.
(91) Sus sufrimientos, que sabe que son
valiosísimos, pues en ellos participa todo el cuerpo,
corazón que padece y llora, voluntad que acepta y ofrece,
y la fe que aquilata el mérito, son principalmente las
puertas que abren las puertas al evangelio por todas partes:
"Nunca fueron mis móviles ni la ambición ni la
avaricia, ni el afán de gloria humana. Fuimos toda bondad
en medio de vosotros. Como una madre cuida cariñosamente a
sus hijos, así, en nuestra ternura por vosotros,
hubiéramos querido entregaros, junto con el evangelio,
nuestra propia vida. ¡Tan grande era nuestro amor por
vosotros! Recordáis, hermanos, nuestros trabajos y
fatigas: día y noche trabajábamos, para no ser
gravoso a ninguno de vosotros mientras os anunciábamos el
evangelio de Dios
". (92)

Una característica singular de Pablo es que
"Se complace en sus debilidades, porque cuanto más
débil soy, soy más fuerte
". (93)
Está convencido de que su fuerza tiene las raíces
en la flaqueza. No era elocuente, ni tenía presencia
retadora, era débil en las persecuciones, lleno de
mansedumbre en el gobierno de las almas, y predicaba verdades
repugnantes a contracorriente a los no creyentes y también
a los creyentes. Pero estaba convencido de su fuerza venía
de Dios y que con sus sufrimientos suplía lo que faltaba a
la pasión de Cristo. (94) Y por encima de todo,
estaba colmado de amor: "¿Quién enferma y no
enfermo yo? ¿Quién se escandaliza y yo no
ardo
?". (95) Padeció torturas espirituales,
defección de sus evangelizados, persecuciones, abandonos,
soledad. Y a pesar de todo, está alegre, "aunque
triste, pero enriqueciendo a muchos
" (96) y a los
Filipenses les recomienda la alegría cuando está en
la cárcel. (97) El poeta Ovidio,
desterrado escribió sus obras tituladas
"Tristia", y paradójicamente "Pablo"
escribe: "Gaudete, iterum dico, gaudete" (Alegraos
siempre en el Señor
), encarcelado. La razón
está en que las páginas brotan de manantiales
diferentes. "Pablo" era hombre de oración, de
acción de gracias y de peticiones y esperanzas,
sabía que sembraba con lágrimas pero esperaba la
cosecha entre cantares y como ha escrito Bergson, la
alegría anuncia siempre la vida que ha
triunfado.

Hay que haber comenzado alguna empresa, alguna obra,
para poder barruntar las dificultades de todo género que
se les presentaron y que tuvieron que superar aquellos
débiles hombres escogidos: hospedaje, fieles, trabajo,
amistades, poder sobrevivir, abrirse camino. Nosotros nos lo
encontramos todo hecho, ellos tuvieron que empezar de cero y con
un mensaje impopular e innovador. Llegados a Roma, los dos fueron
encarcelados en la Cárcel Mamertina, y sacrificados bajo
Nerón: Pedro crucificado, acusado del incendio de Roma,
que el mismo emperador había provocado; Pablo, como
ciudadano romano, decapitado con espada: Así lo escribe
vísperas de su inmolación: "Yo estoy a punto de
ser sacrificado
". (98) Los sepulcros de los dos
están en Roma como cimiento de la Iglesia. Por contraste,
las ruinas de la "Domus aurea" de
Nerón[115]Nota 33, apenas reciben
algún turista curioso, pero las Basílicas de Pedro
y Pablo son visitadas constante y continuamente por creyentes y
no creyentes todos los días del año. "Las
puertas del infierno no prevalecerán contra ella
".
(99)

Como la Iglesia de Jerusalén oraba por
Pedro en la cárcel, debe hoy la Iglesia orar por
Juan Pablo II [116]y nosotros, de un modo
especial ahora que vamos a tener presente sobre el altar al mismo
Cristo, que le ha elegido para apacentar su rebaño.
"Gustad y ved qué bueno es el Señor"
(100), que nos ha dejado al cuidado de tales pastores,
mártires.

Conocimiento de Jesús de Nazaret.

Cabe plantearse si, habiendo estado "Saulo
Pablo
" en Jerusalén "a los pies de
Gamaliel
", conoció personalmente a Jesús de
Nazaret durante su ministerio o al momento de su muerte?. Las
posiciones de los estudiosos son diversas, pero en general se
presume que no fue así, ya que no hay mención de
ello en sus epístolas. Resulta razonable pensar que, de
haber sucedido un encuentro semejante, "Pablo" lo
habría consignado en algún momento por
escrito.[117] Nota 34

Siendo este el caso, cabría también
cuestionar la presencia permanente de Saulo Pablo en
Jerusalén en sus años de adolescencia o
juventud.[118]  A partir del Libro de los
Hechos, (101) Raymond E. Brown sugiere
que "Saulo Pablo" era fariseo desde su juventud. Dado
que resultaría infrecuente la presencia de maestros
fariseos fuera de Palestina y que, además del griego,
Pablo conocía el hebreo, el arameo o ambos, la suma de
toda esa información da pie a pensar que al iniciarse la
década del año 30, "Saulo Pablo" se
trasladó a Jerusalén con el fin de estudiar
más profundamente
la "Torá".[119] Nota
35

La primera persecución.

Según los "Hechos de los
Apóstoles
", el primer contacto fidedigno con los
seguidores de Jesús lo tuvo en Jerusalén, con el
grupo judeo-helenístico de "Esteban" y
sus compañeros.[120] "Saulo
Pablo
" aprobó la lapidación de
"Esteban" el protomártir, ejecución datada
de la primera mitad de la década del año
30.[121]

En su análisis, Vidal García
limita la participación de "Saulo Pablo" en el
martirio de "Esteban" al señalar que la noticia
sobre la presencia de "Pablo" en esa lapidación
no pertenecería a la tradición original utilizada
por Hechos[122]Bornkamm argumenta
sobre la dificultad de suponer que "Pablo" haya estado
siquiera presente en la lapidación de
Esteban.[123]

Con todo, otros autores (por ejemplo, Brown,
Fitzmyer, Penna, Murphy O'Connor,
etc.) no encuentran razones suficientes para dudar sobre la
presencia de "Pablo" en el martirio de
"Esteban". Siempre según los Hechos, los
testigos de la ejecución de "Esteban" pusieron
sus vestidos a los pies del "joven Saulo".
(102) Martin Hengel considera que
"Pablo" podría tener en aquellos momentos unos 25
años[124]

El capítulo 8 de los Hechos de los
Apóstoles (103) muestra en los primeros
versículos un cuadro panorámico de la primera
persecución cristiana en Jerusalén, en el que
"Saulo Pablo" se presenta como el alma de esa
persecución. Sin respetar ni a las mujeres, llevaba a los
cristianos a la cárcel.

"Saulo" aprobaba su muerte. Aquel día se
desató una gran persecución contra la Iglesia de
Jerusalén. Todos, a excepción de los
apóstoles, se dispersaron por las regiones de Judea y
Samaria. Unos hombres piadosos sepultaron a Esteban e hicieron
gran duelo por él. Entretanto "Saulo"
hacía estragos en la Iglesia; entraba por las casas, se
llevaba por la fuerza hombres y mujeres, y los metía en la
cárcel. (104)

No se habla de matanzas pero, en un discurso posterior
en el templo (105), "Saulo" señaló
que andaba por las sinagogas encarcelando y azotando a los que
creían en Jesús de Nazaret. En Hechos de los
Apóstoles (106)  se indica que las
intenciones y propósitos de "Saulo" eran
amedrentar de muerte a los fieles. Y en el mismo Libro de
Hechos de los Apóstoles (107)  se coloca
en boca de "Saulo" su persecución "hasta la
muerte
", encadenando y encarcelando a hombres y
mujeres.

Vidal García y Bornkamm
manifiestan su desconfianza respecto de los alcances reales de
esa persecución, tanto desde el punto de vista de su
extensión geográfica cuanto de su grado de
virulencia[125]Barbaglio señala que
los Hechos hacen aparecer a Pablo, "no
como el perseguidor sino como la persecución
personificada
", por lo que no se los puede considerar una
crónica neutra.[126] Sanders sostiene
que esa persecución se debió al celo de Saulo
Pablo, y no a su condición de
fariseo[127]Más allá de los alcances
precisos de su carácter persecutorio, se podría
resumir -en palabras de Theissen– que la vida
del Pablo precristiano se caracterizó
por "el orgullo y el celo ostentoso por la
Ley
".[128]

Encuentro con Cristo vivo.

Como ya lo explicásemos en el Capítulo II
del presente trabajo, respecto a la "Conversión de
Pablo
"; reiteramos, Iba a llegar "Saulo" al
término de su viaje, cuando queda cegado por la luz de
Cristo y echado por tierra. No ve el rostro de Jesús pero
oye su voz: "¡Saulo, Saulo! ¿por qué me
persigues?. Yo soy Jesús a quien tú
persigues
".

"Saulo" creía que Jesús estaba
muerto, bien muerto y que su lamentable fin sobre la cruz era la
señal de la reprobación de Dios para su obra.
Cuando he aquí que de pronto se da cuenta de la potencia
triunfadora de este Jesús que le prueba que está
vivo, puesto que lo detiene y lo tira por tierra. Saulo encuentra
a Cristo glorioso, a un Cristo rodeado de luz
sobrenatural.

En toda vocación, desde ahora, el llamamiento
procede de Cristo resucitado. La fuerza divina de la
resurrección está comprometida en el llamamiento;
por este motivo la vocaciónes un misterio de vida nueva,
un misterio de gozo, felicidad y alegría.

Llamado de Cristo.

Jesús se aparece a "Saulo" identificado
con su Iglesia, puesto que se proclama perseguido. La
persecución contra los cristianos alcanza personalmente a
Cristo.

Desde luego Jesús detiene e interpela a
"Saulo" en el camino de Damasco como jefe de su Iglesia.
El autor del llamado es Cristo en su Iglesia. Se puede decir que
con Jesús está toda la Iglesia dirigiéndose
a "Saulo" para llamarlo y para provocar la
transfiguración de perseguidor en
apóstol.

Por este motivo la Iglesia tiene parte en la
vocación: cuando Cristo llama lo hace por y para la
Iglesia, y en nombre de la Iglesia. El llamamiento es por
demás un servicio voluntario en la Iglesia y por la
Iglesia: apego a Cristo y servicio de la Iglesia son una sola y
misma cosa.

Respuesta de Saulo.

"Señor, ¿qué quieres que
haga
?". (108) Es notable la docilidad de
"Saulo" al llamamiento de Dios. Venía a Damasco
con voluntad firme de perseguir a los cristianos violentamente y
he aquí que deja todo lo que quería hacer y no
busca ya más que conocer la voluntad de Jesús. Se
ofrece con una disponibilidad sin límites. Su generosidad
al servicio de Cristo.

"Saulo" es el modelo de la aceptación de
la vocación. Para él, el llamado echaba por tierra
su vida y sus convicciones. Pero este llamado fue recibido por un
alma grandemente abierta.

Misión que da Dios a Pablo.

Del primer perseguidor, Cristo quiere hacer el mayor
apóstol ("Pablo") de la Iglesia primitiva, el que
llevará acabo el más extenso trabajo de
evangelización entre las naciones paganas.

El pasado de "Saulo" no será un
obstáculo para esta misión; de perseguidor que fue
ahora será mucho más ardiente para proclamar y
extender la fe en Cristo. Pudiera suceder que ciertas personas,
llamadas por el Señor para una misión
apostólica importante, hayan tenido un pasado
aparentemente poco de acuerdo para esta misión. Pero este
pasado no es para ellas un obstáculo, porque la
vocación opera una renovación del alma, pone fin a
un período de la existencia e inaugura un nuevo
destino.

Llamado al sacrificio.

Cristo declara aún: "Yo mismo le haré
ver todo lo que tendrá que sufrir por mi nombre
". La
vocación confiere a Saulo la eminente dignidad de
apóstol, pero lo destina al mismo tiempo al sufrimiento.
Una misión apostólica no puede cumplirse sin
sacrificio, y "Pablo" tendrá que
experimentarlo.

La vocación, llamamiento para seguir a Cristo, es
siempre un llamado a unirse a su sacrificio, compartir su
Pasión para cooperar a la salvación del mundo. A
los que llama especialmente para ser sus apóstoles y
testigos, Jesús les muestra todo lo que tendrán que
sufrir por su nombre, por amor de Él.

Efusión del Espíritu
Santo.

Para que "Pablo" pudiera realizar lo que le
pide el Señor, deberá recibir la luz y la fortaleza
de lo alto, "ser lleno del Espíritu Santo". Como
en él, conversión y vocación coinciden; la
gracia que necesita le es dada por el bautismo.

El llamado de la vocación no toca solamente el
exterior del alma: para penetrar en una personalidad, en una vida
humana y para moderarla según su nuevo destino, es
acompañada de una efusión del Espíritu
Santo. El alma es transformada por el Espíritu Santo y se
vuelve apta para realizar todas las exigencias de la
vocación, para cumplir la misión confiada por el
Señor.

Bautismo y vocación.

En el caso de "Saulo" aparece más
vivamente el estrecho lazo que existe entre bautismo y
vocación. Por el bautismo Dios se adueña de un alma
para llenarla de su vida divina; por la vocación quiere
adueñarse de ella mucho más, llevando hasta lo
máximo esta posesión.

El bautismo inauguró la vida de "Pablo en
Cristo
", vida de fe y de amor. En virtud de la
vocación "Pablo" se entregó totalmente a
Cristo que entraba en su alma; se puso a vivir únicamente
por Él: la fe y la caridad alcanzaron su más grande
dimensión en la total consagración a su
misión apostólica.

Sus viajes misioneros
y trabajos evangélicos[129]

Punto de partida de sus viajes.

La Iglesia de Antioquia de Siria fue el punto de partida
de sus viajes, donde por primera vez el Evangelio fue anunciado a
los griegos y donde fue acuñado también el nombre
de "cristianos" (109), es decir, creyentes en
Cristo. Desde allí tomó rumbo en un primer momento
hacia Chipre y después en diferentes ocasiones hacia
regiones de Asia Menor (Pisidia, Licaonia, Galacia), y
después a las de Europa (Macedonia, Grecia). Más
reveladoras fueron las ciudades de Éfeso, Filipos,
Tesalónica, Corinto, sin olvidar tampoco Berea, Atenas y
Mileto.

En el apostolado de "Pablo" no faltaron
dificultades, que él afrontó con valentía
por amor a Cristo. Él mismo recuerda que tuvo que soportar
"trabajos, cárceles, azotes; peligros de muerte,
muchas veces. Tres veces fui azotado con varas; una vez
apedreado; tres veces naufragué. Viajes frecuentes;
peligros de ríos; peligros de salteadores; peligros de los
de mi raza; peligros de los gentiles; peligros en ciudad;
peligros en despoblado; peligros por mar; peligros entre falsos
hermanos; trabajo y fatiga; noches sin dormir, muchas veces;
hambre y sed; muchos días sin comer; frío y
desnudez. Y aparte de otras cosas, mi responsabilidad diaria: la
preocupación por todas las Iglesias
". (110) En
un pasaje de la Carta a los Romanos (111) se refleja su
propósito de llegar hasta España, hasta el
confín de Occidente, para anunciar el Evangelio por
doquier hasta los confines de la tierra entonces conocida.
¿Cómo no admirar a un hombre así?
¿Cómo no dar gracias al Señor por habernos
dado un apóstol de esta talla? Está claro que no
hubiera podido afrontar situaciones tan difíciles, y a
veces tan desesperadas, si no hubiera tenido una razón de
valor absoluto ante la que no podía haber límites.
Para "Pablo", esta razón, lo sabemos, es
Jesucristo, de quien escribe: "El amor de Cristo nos
apremia… murió por todos, para que ya no vivan para
sí los que viven, sino para aquel que murió y
resucitó por ellos
" (112), por nosotros, por
todos. 

De hecho, el apóstol ("Pablo")
ofrecerá su testimonio supremo con la sangre bajo el
emperador Nerón aquí, en Roma, donde conservamos y
veneramos sus restos mortales. Clemente Romano, mi
predecesor en esta sede apostólica en los últimos
años del siglo I, escribió: "Por celos y
discordia,
"Pablo" se vio obligado a mostrarnos
cómo se consigue el premio de la paciencia. Después
de haber predicado la justicia a todos en el mundo, y
después de haber llegado hasta los últimos confines
de Occidente, soportó el martirio ante los gobernantes; de
este modo se fue de este mundo y alcanzó el lugar santo,
convertido de este modo en el más grande modelo de
perseverancia
". (113) Que el Señor nos ayude a
vivir la exhortación que nos dejó el apóstol
en sus cartas: "Sed mis imitadores, como lo soy de
Cristo
". (114)

Como ya lo dijimos precedentemente, "Pablo"
comenzó su actividad de evangelización cristiana en
Damasco y Arabia. En el año 40 marchó a
Jerusalén y allí conoció a San
Pedro
. Conoce entonces a Bernabé.

Bernabé acude a Tarso y se lleva a
"Pablo" a Antioquia, donde pasaron un año
evangelizando. Antioquia se convierte en el centro de los
cristianos convertidos desde el paganismo. Aquí surge por
primera vez la denominación de cristianos para los
discípulos de Jesús.

Este periodo de doce años (45-57) fue el
más activo de su vida. Comprende tres grandes expediciones
apostólicas de las que Antioquia fue siempre el punto de
partida y que terminaron por una visita a
Jerusalén.

Primer viaje misional.

En el primer viaje misional, en el año 46 junto
con Bernabé y su primo Juan Marcos de
ayudante, partieron de Seleucia, puerto de Antioquía,
hacia la isla de Chipre. En Salamina predicaron durante un
año. Este fue el primer lugar donde predicaron a los no
judíos, es decir, a los gentiles o paganos. Fue
aquí donde "Saulo" comenzó a ser llamado
por su nombre romano "Pablo", como ya lo hemos dejado
expresado significa "el más
pequeño
".

Después de esto en barco abandonan la isla de
Chipre. Juan Marcos regresó a Jerusalén.
"Pablo" y Bernabé llegaron hasta el sur
de Galicia. Como encontraron mala acogida por parte de los
judíos residentes, decidieron dirigirse a los paganos,
formar comunidades y dejarlas al cuidado de
encargados.

Los nuevos cristianos enviaron dinero a Jerusalén
por medio de "Pablo" y del apóstol
Bernabé.

"Pablo" y Bernabé fueron
elegidos por el espíritu santo para evangelizar a los
gentiles, mientras que otros lo hicieron con algunas comunidades
judías.

Luego de embarcar en Antioquia, se desembarcan en
Salamina (ciudad al este de Grecia), ciudad donde
predicarán brevemente, en una Sinagoga local, para luego
partir hacia Páfos, ciudad al suroeste de Chipre.
Aquí "Pablo" se enfrentará al "mago
Elimas
", el cual quiere tratar de impedir que
"Pablo" convierta a un cónsul al cristianismo.
"Pablo" dejará tan patente la superioridad del
Espíritu Santo frente a los "poderes" de
Elimas (deja ciego a Elimas), que un
cónsul presente en la escena, "quedó
impresionado por la doctrina
". (115)

"Pablo" y Bernabé embarcan en
Páfos hacia Galicia, región de Asia menor, hogar de
los Gálatas. Allí volverá a predicar,
provocando la ira de las comunidades judía de la zona, que
además arrastrarán a los gentiles en contra de
"Pablo" y su acompañante. Esto es debido a que al
ver "Pablo" que los judíos no querían
escuchar sus predicaciones, les dijo que les dejaba y se iba a
predicar a los gentiles. (116) A partir de este punto, las
mujeres acomodadas de la zona, pasarán a ser instrumentos
de los judíos para perjuicio de los Apóstoles. De
Antioquia de Pisidia, la ciudad gálata donde se
encontraban, saldrán precipitadamente hacia Iconia, otra
ciudad de la zona.

Allí "Pablo" realiza algunas curaciones.
Algunos paganos toman a "Pablo" por un Dios y le hacen
sacrificios. Los judíos irrumpen en esta escena antes de
que "Pablo" y Bernabé puedan deshacer el entuerto
y provocan reacciones violentas en los gentiles, los cuales
llegan a la lapidación de "Pablo", el cual se
salva milagrosamente de morir. (117)

Tras esto, "Pablo" y Bernabé
volverán al punto de partida, Seleucia, puerto de
Antioquía.

Nuevamente, los dos viajeros se encaminan a la siguiente
ciudad: Derbe. Allí obtendrán un éxito
notable con sus predicaciones.

En el año 49 "Pablo" regresó a
Jerusalén y organizó el primer "Concilio
Cristiano
", el "Concilio de Jerusalén", del
año 50.

Segundo viaje misional.

En el año 50, "Pablo" acompañado
por Silas, partieron de Antioquía, por tierra,
hacia Siria y Cilicia y llegaron al sur de Galicia. En Listra, se
les unió Timoteo. Atravesaron las regiones de
Frigia y Misia. Al parecer, se les unió Lucas el
Evangelista en la Tróade.

"Pablo" decidió ir entonces a Europa, y
en Macedonia fundó la primera comunidad cristiana europea,
la comunidad de Filipos. Luego fundó comunidades en
Tesalónica, Berea, Atenas y Corinto. Se quedó
durante año y medio en Corinto, acogido por
Aquila y Priscila, matrimonio judeo-cristiano
que había sido expulsado de Roma debido al edicto del
emperador Claudio.

En invierno del año 51 escribió la primera
carta a los tesalonicenses, el documento más antiguo del
Nuevo Testamento[130]Al año siguiente
volvió a Antioquía.

El segundo viaje lo hizo de los años 49 al 52. En
este recorrido encuentra menos reacciones violentas que en el
viaje anterior, pero estas no faltan y son bastante graves.
Visita las iglesias que fundó en el primer viaje y se
propone seguir predicando por Asia Menor pero un mensaje del
cielo se lo impide y le manda que vaya a Europa a predicar. Se
encuentra con dos colaboradores: el evangelista San Lucas (a
quien llama "médico amadísimo") y Timoteo,
que será su más fiel secretario y servidor, y a
quien escribirá después dos cartas que se han hecho
famosas.

La primera ciudad de Macedonia que visitó fue
Filipos (en sueños oyó que alguien le pedía
ayuda y que fuera a Macedonia. (118)

Allí curó a una chica que adivinaba el
futuro. Al acabárseles el negocio a los que cobraban por
cada adivinación, estos atacaron contra "Pablo" y
su compañero Silas y les dieron una feroz paliza.
Pero en la cárcel a donde los llevaron, lograron convertir
y bautizar al carcelero y a toda su familia.
(119)

"Pablo" guardó siempre un gran
cariño hacia los habitantes de Filipos y a ellos
dirigió después una de sus más
cariñosas cartas, la Epístola a los
Filipenses.

Después fue a la ciudad de Atenas, que era muy
famosa por su cultura y por sus
filósofos[131]Allí predicó,
aunque mucha gente se rió de él por hablar de que
Cristo había resucitado, convirtió a varias
personas.

Luego fue a Corinto un importante puerto de
comerciantes. Allí pasó un año y medio
predicando, logrando un gran número de conversiones. De
aquí saldrán las cartas a los corintios.

Tercer viaje misional.

En primavera del año 54 inició su tercer
viaje misionero, estableció su centro de operaciones en
Éfeso, capital de Asia Menor. Permaneció
allí unos tres años.

Ante noticias de los conflictos surgidos en la comunidad
de Corinto, escribió la primera carta a los corintios en
el año 54 y la segunda carta a los corintios a finales del
57. Atendiendo a los conflictos con los judeo-cristianos,
escribió las cartas a los filipenses y a los
gálatas en el año 57[132]

Viajó a Corinto a finales del 57, donde
pasó el invierno. Escribió la carta a los romanos,
en la primavera del 58 y volvió a Jerusalén para
entregar la colecta de las comunidades cristianas procedentes del
paganismo.

En Jerusalén judíos procedentes de
Antioquía lo acusaron de violar la Ley judía e
intentaron matarlo en una revuelta. El tribuno romano, Claudio
Lisias impidió que lo asesinaran, lo encarceló y lo
envió a la provincia de Judea, donde fue retenido por el
procurador Félix durante dos años, del 58 al 60, a
la espera de conseguir un rescate por su libertad.
(120)

En la Carta a Filemón "Pablo" se declara
ya anciano. (121) La escribió estando preso, a
mediados de los 50 en Éfeso, o a mediados de los 60 en
Cesarea o Roma. Se supone que en aquella época se
alcanzaba la ancianidad hacia los cincuenta o sesenta
años.

Porcio Festo sucedió a Marco Antonio Félix
como procurador de Judea. "Pablo" apeló a su
derecho, como ciudadano romano, a ser juzgado en Roma. Tras un
accidentado viaje, llegó a Roma en la primavera del
año 61 y fue liberado en el 63.

Visitó las comunidades de Oriente y volvió
a ser apresado en Roma durante las persecuciones de Nerón.
Fue sentenciado a muerte y por tener la ciudadanía romana,
gozó del privilegio de la decapitación en el
año 67. Evitó así el suplicio de la cruz
destinado para quienes no eran ciudadanos romanos.

El  tercer viaje lo hizo del año 54 al 58.
En este viaje lo más importante fue que en la ciudad de
Efeso en la cual estuvo por bastantes meses, Pablo logró
que muchas personas empezaran a darse cuenta de que la diosa
Diana que ellos adoraban era un simple ídolo, y dejaron de
rendirle culto. Entonces los fabricantes de estatuillas de Diana
al ver que se arruinaba el negocio, promovieron una
persecución en contra del Apóstol
("Pablo"). (122)

De Éfeso partió "Pablo" hacia
Jerusalén a llevar a los cristianos pobres de esa ciudad
el dinero de una colecta que había promovido entre las
ciudades que había evangelizado. Por todas partes se iba
despidiendo de los cristianos, diciendo a sus discípulos
que el Espíritu Santo le comunicaba que en
Jerusalén le iban a suceder hechos graves, y que por eso
probablemente no lo volverían a ver. Esto causaba profunda
tristeza en sus seguidores que tanto lo
querían.

Cuarto Viaje: Viaje no misionero.

Partieron del puerto de Cesarea Marítima,
arribando en una jornada al puerto de Sidón; desde
esta ciudad, donde permanecieron varios días, se
dirigieron, costeando entre Chipre y Cilicia,
a Mira; esta travesía duró unos quince
días. Desde Mira, reemprendieron el viaje
hacia Creta, arribando en el puerto
de Lasea (Puerto Hermoso).

"Pablo" fue embarcado junto a otros prisioneros
rumbo a Italia. En la escala en Sidón se le
permitió visitar a sus amigos y ser atendido por ellos.
Después de quince días de navegación,
llegaron a Mira, y allí tomaron una nave alejandrina,
llegando finalmente a Puerto Bonito (Creta).
El centurión Julio, a pesar de las advertencias
del Apóstol ("Pablo"), avezado en estas lides,
tomó la decisión de partir, tomando en
consideración la opinión del piloto y el
patrón, partidarios de invernar en el puerto
de Fenice, al parecer mejor preparado para pasar allí
el invierno.

El centurión encargado de la custodia de los
prisioneros, entre ellos "Pablo", llamado Julio
Aristarco, macedonio natural de Tesalónica; este
acompañaría a "Pablo", al menos durante
una parte de su viaje.

La tempestad.

El barco en que se encuentra "Pablo" costeando
frente a Creta fue sorprendido por un viento huracanado
procedente de la isla; como consecuencia de este viento fueron
empujados frente a un islote llamado Cirte. A la deriva, fuera de
su ruta, intentaron no chocar contra las rocas de la costa por
medio de distintos procedimientos.

La tempestad provocó la deriva del barco.
Éste permaneció a merced de la tempestad mientras
ésta continuó durante varios días. La
tripulación del navío intentó por todos los
medios mantenerlo a flote, pero, al prolongarse el temporal, con
el paso de los días cundió el desánimo.
"Pablo" en todo momento intentó que sus
acompañantes mantuviesen la calma y comiesen, ya que
habían estado varios días sin comer. De este modo,
el Apóstol ("Pablo") prometió a la
tripulación que había intercedido por ellos ante el
Espíritu, y que no debían temer nada, ya que
ninguno de ellos perdería la vida en este lance. La
tripulación, en medio del Adriático,
decidió sondear la profundidad del mar, pero observaron
que era escasa y decidieron anclar la nave de todas las formas
posibles, evitando, de esta manera, chocar contra los escollos de
la costa.

El naufragio.

Finalmente divisaron una ensenada con
una playa frente a las costas de Malta.

Al divisar la ensenada, decidieron lanzar la nave hacia
ella. Entre dos bancos de tierra, la nave naufragó, siendo
desmembrada por la fuerza del oleaje. Los soldados decidieron
matar a los prisioneros, pero el centurión, queriendo
salvar la vida de Pablo, se lo prohibió.

En la isla de Malta.

Una vez a salvo, descubrieron que se encontraban en la
isla de Malta. En este episodio, nos encontramos de la mordedura
de la víbora. El Apóstol ("Pablo")
fue mordido por una víbora que se encontraba entre las
ramas. De inmediato, los nativos de la isla interpretaron el
hecho como un signo desfavorable para "Pablo", pero, al
no sufrir daño alguno, los nativos cambiaron de
opinión.

Llegada a Roma.

La navegación se reanudó, embarcando en
una nave alejandrina. Llegaron a Siracusa, capital
de Sicilia. Desde allí, costeando, llegaron al puerto
de Pozzuoli y, desde este lugar, por tierra
hasta Roma.

En Siracusa permanecieron tres días; en Pozzuoli
una semana, en compañía de hermanos. Finalmente, en
Roma, fueron recibidos por cristianos de esta ciudad, sabedores
de que Pablo llegaba a la misma.

Quinto viaje: Viaje de la cautividad.

En su quinto viaje a Jerusalén, los judíos
promovieron contra él una fuerte persecución y
estuvieron a punto de darle una paliza. Los soldados del
ejército romano apenas lograron sacarlo con vida de entre
la multitud enfurecida. Entonces cuarenta judíos juraron
que no comerían ni beberían mientras no lograran
matar a Pablo. Al saber la hermana de él esta grave
noticia, mandó un sobrino a que se la contara. Entonces
Pablo avisó al comandante del ejército, y de noche,
en medio de un batallón de caballería y otro de
infantería, lo sacaron de Jerusalén y lo llevaron a
Cesarea. Allá estuvo preso por dos años, pero
permitían que sus discípulos fueran a visitarlo.
(123)

Al darse cuenta "Pablo" de que los
judíos pedían que lo llevaran a Jerusalén
para juzgarlo (para poder matarlo por el camino), pidió
ser juzgado en Roma, y el gobernante aceptó su
petición. (124) Y en un barco comercial fue
enviado, custodiado por 40 soldados. Y sucedió que en la
travesía estalló una espantosa tormenta y el barco
se hundió. Pero Jesucristo le anunció a Pablo que
por el amor que le tenía a su muy estimado Apóstol
("Pablo") no permitiría que ninguno de los
viajeros del barco se ahogase. Y así sucedió.
Lograron llegar a la Isla de Creta y allí salvaron sus
vidas del naufragio

Al fin llegaron a Roma, donde esperaban a
"Pablo" con gran entusiasmo los cristianos. En esa
ciudad  estuvo dos años preso (casa por
cárcel) con un centinela en la puerta. Y los cristianos y
los judíos iban frecuentemente a charlar con él, y
aprovechaba toda ocasión que se le presentara para hablar
de Cristo y conseguirle más y más
seguidores.

Cuando estalló la persecución de
Nerón, éste mandó matar al gran
Apóstol ("Pablo"), cortándole la cabeza.
Dicen que sucedió el martirio en el sitio llamado las Tres
Fuentes (Tre Fontana) (y una antigua tradición cuenta que
al caer la cabeza de "Pablo" por el suelo, dio tres
golpes y que en cada sitio donde la cabeza golpeó el
suelo, brotó una fuente de agua).

Su muerte

Arresto y muerte de Pablo.

La última etapa de la vida de "Pablo",
que abarca desde su apresamiento en Jerusalén hasta su
presencia en Roma, tiene como fuente fundamental el relato
de Hechos de los Apóstoles (125), aunque
el autor de Hechos no trata el deceso del
Apóstol. Si bien autores cualificados de diversas
extracciones reconocen que el relato no responde a criterios
estrictos de historicidad al detalle[133]sin
embargo también se considera que el relato atesora varias
noticias históricas sin duda
fidedignas.[134]

Ciudadanía romana.

La información sobre la ciudadanía romana
de Pablo solo es presentada por los Hechos de los
Apóstoles (126) y no encuentra paralelismos en
las cartas de "Pablo", lo que aún hoy resulta
motivo de debate.[135] Contra esta noticia,
Vidal García aduce que un ciudadano romano no
hubiese sido apaleado, tal como en 2 Corintios (127)
 
asegura "Pablo" que le ocurrió a
él, ya que estaba prohibido.[136]  A
favor, Bornkamm señala que el
nombre "Paulus" ("Pablo") era
romano.[137]  Y, de no ser romano,
"Pablo" no hubiese sido trasladado a Roma tras su
detención en Jerusalén.[138] 
Sin embargo, hay excepciones a ambos
supuestos.[139]  Peter Van Minnen,
papirólogo e investigador especializado en documentos
griegos del período helenístico y romano incluyendo
los del cristianismo primitivo, defendió
enérgicamente la historicidad de la ciudadanía
romana de "Pablo", sosteniendo que "Pablo" era
descendiente de uno o más libertos, de quienes
habría heredado la
ciudadanía.[140]

Santiago aconsejó a
"Pablo" que su comportamiento durante su estadía
en Jerusalén fuera el de un judío piadoso y
practicante (128) y "Pablo" aceptó, todo
lo cual se considera digno de
crédito.[141] Cuando el período
ritual de setenta días estaba por cumplirse, algunos
judíos procedentes de la provincia de Asia vieron a
"Pablo" en los recintos del Templo y le acusaron de
patrocinar una violación de la Ley y de haber profanado la
santidad del Templo introduciendo en él a unos griegos.
Intentaron matarlo en una revuelta, de la que fue
sustraído mediante el arresto por parte del tribuno de la
cohorte romana con asiento en la Fortaleza
Antonia.[142] Conducido ante el
Sanedrín, "Pablo" se defendió y
terminó por suscitar una disputa entre los fariseos y los
saduceos, ya que éstos últimos no creían en
la resurrección mientras que los fariseos sí.
(129) Seguidamente, los judíos se habrían
confabulado para matar a Pablo pero el tribuno lo envió al
procurador de la provincia de Judea, Marco Antonio
Félix, que residía en Cesarea
Marítima (130), ante quien volvió a
defenderse. El procurador postergó el juicio y dejó
a Pablo en prisión durante dos años. (131)
Bornkamm considera que tanto el traslado de
"Pablo" a Cesarea Marítima como la
postergación de su juicio son datos fiables desde la
crítica histórica.[143] El caso
fue revisado solo después de la llegada del siguiente
procurador, Porcio Festo. Por haber apelado al César
(132), "Pablo" fue enviado a
Roma.[144] La cronología más
tradicional de la vida de Pablo ubicaba la redacción de
la Epístola a los filipenses y de
la Epístola a Filemón en este
período de cautividad de "Pablo" en Cesarea
Marítima, o posteriormente en su prisión en
Roma.[145] Nota 36

Del azaroso viaje de "Pablo" a Roma en calidad
de prisionero (133) se puede obtener algunos datos
fidedignos, que incluyen la prolongada duración de la
travesía, el acompañamiento de que fue objeto, y
una detención obligada en la isla de Malta, que pudo
extenderse durante tres meses.[146]
(134)

El libro de los Hechos de los
Apóstoles otorgó a la llegada de
"Pablo" a Roma una importancia adicional al mero
carácter histórico: para él significaba el
cumplimiento de lo que consideraba ya previsto por Jesús
en el comienzo del mismo libro respecto de que el Evangelio
sería llevado a todas las naciones. (135) Algunos
estudiosos señalan además cierta ironía
apologética en la forma en que el libro de los Hechos de
los Apóstoles describe la llegada de "Pablo"
a Roma: no por libre voluntad, como se lo había propuesto
una década antes sin lograrlo, sino como prisionero sujeto
al César, con lo que los romanos se convirtieron en
agentes indirectos del afianzamiento del evangelio en el centro
mismo de su Imperio.[147]

La cautividad de "Pablo" en Roma, considerada
un hecho fidedigno, habría tenido una duración de
dos años, tiempo en que el Apóstol
("Pablo") no vivió encarcelado sino en custodia
lo que, sin embargo, acotó sus
libertades.[148] (136)

Una de las cuestiones sobre la que no existe una
definición clara es si, luego de esa custodia domiciliaria
de "Pablo" en Roma, se produjo su liberación
seguida de algún otro viaje (por ejemplo, si llevó
adelante su proyecto de viajar a España), antes de ser
muerto en la misma Roma. Favorecen esta hipótesis
la Primera epístola de Clemente y
el Fragmento Muratoriano.[149] Nota
37 
En el presente se tiende a desconsiderar estas
noticias como carentes de suficiente sustento.193 Resulta
razonable pensar que el autor que finalizó la escritura de
los Hechos de los Apóstoles hacia el año 80
conocía el final de "Pablo". Si "Pablo"
hubiese sido liberado anteriormente de su prisión, esto
habría sido señalado en el libro, lo que no
sucede.[150] (137) Nota 38

En cambio, tanto la tradición eclesiástica
como los análisis historiográficos y
exegéticos coinciden en señalar que la muerte de
"Pablo" acaeció en Roma bajo el gobierno
de Nerón, y que tuvo un carácter
violento.[151] Nota
39 
Ya Ignacio de
Antioquía señaló el martirio de Pablo
en su Carta a los Efesios 12, escrita probablemente en
la primera década del siglo II. Respecto de la fecha,
existe una tradición de su muerte en la misma época
que Pedro (año 64) o un poco más tarde
(año 67).[152] Con todo, el mandato de
Nerón se extendió entre los años 54 y 68, y
la mayoría de los autores modernos tienden a
señalar que la muerte del Apóstol
("Pablo") se produjo antes de lo apuntado por 
Eusebio de Cesarea, más precisamente en el año
58,[153] o a lo sumo a principios de la
década de 60.[154]

Sepultura y culto.

Se encuentra documentada la forma en que se
desarrolló prontamente el culto a "Pablo" en Roma
y cómo se expandió posteriormente por distintas
localidades europeas y
norteafricanas.[155]

Entre las fuentes más antiguas que vinculan la
muerte de "Pablo" con Roma se encuentran el testimonio
de su sepultura en la vía Ostiensis por parte del
presbítero Gayo a fines del siglo II o principios del
siglo III, y un calendario litúrgico del siglo IV sobre el
entierro de los mártires.

En concordancia con este testimonio,
la "Pasión de Pablo" del Pseudo
Abdías (siglo VI) señaló la sepultura del
Apóstol "(Pablo") "fuera de la ciudad
(…), en la segunda milla de la vía Ostiense
",
más precisamente "en la hacienda de Lucina", una
matrona cristiana, donde más tarde se levantaría
la basílica de "San Pablo
Extramuros
".[156] Hacia el siglo V,
el texto apócrifo del Pseudo Marcelo,
conocido bajo el título de Hechos de Pedro y
Pablo 
80, señaló que el martirio de
"Pablo" habría sido por decapitación en
las Acque Salvie,[157] en la vía
Laurentina, hoy abadía delle Tre Fontane, con un
triple rebote de su cabeza que aseguraba haber causado la
generación de tres vías de agua. Esta noticia es
independiente de todas las anteriores y tardía, lo que
sugiere su carácter legendario.

Tras una serie de excavaciones realizadas en la
basílica romana de "San Pablo Extramuros" desde
2002, un grupo de arqueólogos del Vaticano descubrieron en
2006 restos humanos óseos en un sarcófago de
mármol ubicado bajo el altar mayor del templo. La tumba
data aproximadamente del año 390. Mediante
la técnica de datación por medición del
carbono-14, pudo determinarse que los restos óseos datan
del siglo I o II. En junio de 2009, el papa Benedicto
XVI anunció los resultados de las investigaciones
realizadas hasta ese momento y expresó su
convicción de que, por los antecedentes, ubicación
y datación, podría tratarse de los restos del
Apóstol ("San
Pablo
").[158]

Después de dos años en
cadenas (cárcel Mamertina que puede ser aun visitada
en Roma) sufrió martirio en Roma al mismo tiempo que el
Apóstol Pedro, obispo de la Iglesia de Roma. El
"Apóstol Pablo", por ser romano, no fue
crucificado sino degollado. Según una antigua
tradición su martirio fue cerca de la Via Hostia, donde
hoy está la abadia de Tre Fontana (llamada
así por tres fuentes que según la tradición
surgieron cuando su cabeza, separada ya del cuerpo, rebotó
tres veces).

Las inscripciones del segundo y tercer siglo en las
catacumbas nos dan evidencia de un culto a los Santos Pedro y
Pablo
. Esta devoción nunca ha disminuido en
popularidad.

"San Pablo" que al final dijo: "He
competido en la noble competición, he llegado a la meta en
la carrera, he conservado la fe
". (138)  Nos ha
dado la Palabra de Dios que nos fortalece para nuestras luchas y
salir como él, victoriosos. Es por lo tanto esencial que
meditemos asiduamente sus cartas como toda la Palabra de Dios que
encontramos en la Santa Biblia. Allí encontraremos la
Sabiduría.

A modo de
conclusión

Valoraciones de Pablo de Tarso.

Tanto durante su vida como en las siguientes
generaciones, la figura y el mensaje de Pablo de Tarso fueron
motivo de debate, generaron juicios de valor marcadamente
contrastantes, y llegaron a suscitar reacciones
extremas.212 De hecho, el propio Clemente de
Roma sugirió que "Pablo" fue entregado a la
muerte "por celos y
envidias
".[159]

Por una parte, tres de los padres
apostólicos de los siglos I y II, Clemente de
Roma
Ignacio de
Antioquía 
(particularmente en su Carta a
los romanos) y Policarpo de Esmirna (en su 
Segunda epístola a los filipenses), se refirieron a
"San Pablo" y manifestaron su admiración por
él.[160] Policarpo llegó a
expresar que no sería capaz de aproximarse a "la
sabiduría del bienaventurado y glorioso

"Pablo"":

"Porque ni yo ni otro alguno semejante a mí
puede competir con la sabiduría del bienaventurado y
glorioso
"Pablo", quien, morando entre vosotros, a
presencia de los hombres de entonces, enseñó
puntual y firmemente la palabra de la verdad; y ausente luego, os
escribió cartas, con cuya lectura, si sabéis
ahondar en ellas, podréis edificaros en orden a la fe que
os ha sido dada
(…)".[161]
Policarpo de Esmirna, Epístola a los
filipenses III. Nota 40

Por otra, la corriente judeo-cristiana de la Iglesia
primitiva tendió a ser refractaria a Pablo, a quien pudo
considerar rival de Santiago y Pedro, los
líderes de la Iglesia de
Jerusalén.[162] De allí que
especialistas como Bornkamm interpreten que
la Segunda epístola de Pedro, un escrito
canónico tardío datado de los años 100-150,
expresa cierta "cautela" respecto de las
epístolas paulinas.[163] Si bien esta carta
menciona a "San Pablo" como "querido hermano",
parece tratar sus escritos con alguna reserva por las
dificultades que podrían suscitarse en su
comprensión, con lo que "los débiles o no
formados podrían torcer su doctrina, para su propia
perdición
". (139)

Los padres de la Iglesia subsiguientes
avalaron y utilizaron las cartas de Pablo de forma
sostenida. Ireneo de Lyon, a fines del siglo II y a
propósito de la sucesión apostólica en las
distintas iglesias, señaló a "San Pablo"
junto a Pedro como base de la Iglesia de
Roma.[164] Contra los extremismos, tanto de
los judeo-cristianos antipaulinos como
de Marción y de
los gnósticos, el propio Ireneo
expuso su postura según la cual existía consonancia
entre los evangelios, los Hechos de los Apóstoles, las
cartas paulinas y las Escrituras hebreas:

Todavía hemos de añadir a las palabras del
Señor las palabras de "San Pablo", examinar su
pensamiento, exponer al apóstol ("San Pablo"),
aclarar todo lo que ha recibido de otras interpretaciones por
parte de los herejes, que no comprenden lo más
mínimo de lo que dijo Pablo, mostrar la estupidez de su
locura y demostrar, precisamente a partir de "San Pablo"
?de quien ellos sacan sus objeciones contra nosotros?, que son
unos mentirosos, mientras que el apóstol
("Pablo"), heraldo de la verdad, enseñó
todas las cosas plenamente de acuerdo con la predicación
de la verdad (…).[165] Ireneo de
Lyon, Adversus haereses IV
.

Quizá el culmen de la influencia de "Pablo de
Tarso
" entre los padres de la Iglesia haya tenido lugar en
la teología de Agustín de Hipona, en
particular contra
el pelagianismo.[166] La diversidad
notable de valoraciones de la figura y obra de Pablo continuaron
a través del tiempo, y se puede resumir en el decir de
Romano Penna: "San Juan Crisóstomo 
lo exaltaba como superior a muchos ángeles y
arcángeles; Martín Lutero sostenía
que no había nada en el mundo tan audaz como su
predicación; un hereje ibérico del s.
VIII, Migecio, proclamaba incluso que en él se
había encarnado el Espíritu Santo; y un
estudioso de comienzos del s. XX lo consideraba como el segundo
fundador del cristianismo. Otras definiciones son más
corrientes, como "el misionero más grande", "el
decimotercer apóstol", "el primero después del
Único" o, más simplemente, el "vaso de

elección"".[167]

Partes: 1, 2, 3
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