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Calidad de vida y adaptación en pacientes en tratamiento de HD. Vs. DP., 2012



Partes: 1, 2

  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Marco
    referencial
  4. Metodología
  5. Resultados
  6. Discusión
  7. Conclusiones y
    recomendaciones
  8. Referencias
    bibliográficas
  9. Anexos

Resumen

Estudio de investigación de tipo cuantitativo,
descriptivo y correlacional, de corte transversal, que se llevo a
cabo con el objetivo de determinar la relación que existe
entre el nivel de calidad de vida y el nivel de adaptación
en pacientes con tratamiento de hemodiálisis en
comparación con los que reciben diálisis
peritoneal, en la unidad renal del Hospital Víctor Lazarte
Echegaray, 2012; La muestra estuvo constituida por 30 pacientes
con tratamiento de hemodiálisis y 25 en diálisis
peritoneal; Los instrumentos utilizados para recolectar la
información fueron elaborados por la autora en base a los
conceptos teóricos consultados. Para el análisis de
los datos obtenidos se aplicó la prueba estadística
gamma en el programa SPPS versión 16. Los hallazgos
indicaron para ambos grupos que en más del 50% el nivel de
calidad de vida es medio y más del 80% presentan nivel de
adaptación integrado; la relación entre el nivel de
calidad de vida y el nivel de adaptación es significativa
solo en el grupo de pacientes que reciben tratamiento de
hemodiálisis (valor-p < 0,05) por lo tanto, se acepta
la hipótesis H1 y se rechaza la H2.

Palabras claves: calidad de vida, adaptación,
hemodiálisis y diálisis peritoneal

ABSTRACT

Investigation of quantitative, descriptive and
correlational type, cross-section, which was conducted to
determine the relationship between the level of quality of life
and the level of adaptation in patients with hemodialysis
treatment compared with patients that receive peritoneal dialysis
in renal unit of Hospital Victor lazarte Echegaray, 2012; The
sample consisted of 30 patients with hemodialysis treatment and
25 in peritoneal dialysis; The instruments used to collect
information were produced by the author based on theoretical
concepts were consulted. The analysis of the obtained data gamma
statistical test was applied in the SPPS program version 16. The
findings suggested for both groups more than 50% the level of
quality of life is middle and more than 80% have integrated level
of adaptation; the relationship between the level of quality of
life and the level of adaptation is significant only in the Group
of patients receiving hemodialysis treatment (p < 0,05)
accordingly, hypothesis H1 is accepted and rejected the
H2.

 key words: quality of life, adaptation,
hemodialysis and peritoneal dialysis

Introducción

En el trayecto de la vida profesional nos damos cuenta
que no se culmina de estudiar cuando nos recibimos con un
título profesional, por el contrario, por el resto de
tiempo en el cual seguimos desempeñándonos en
nuestra profesión estamos obligados moralmente a seguir
capacitándonos para brindar el cuidado de calidad que los
paciente se merece.

Por tal motivo, y siendo requisito indispensable para
obtener un grado más, una meta mas en el campo
profesional, presento el informe de tesis para obtener el grado
de Magister en Salud Pública, en un tema muy sonado en la
última década que hace alusión a la
enfermedad renal crónica terminal, que actualmente es
catalogada como un problema de salud pública, por los
altos costos que ameritan el brindar el tratamiento de
diálisis a los pacientes a fin de mantener su salud y con
ello su vida.

Sin duda, para quienes estamos inmersos dentro del campo
de la nefrología, estamos continuamente en contacto con
pacientes que necesitan seguir con un tratamiento
dialítico sea de tipo hemodiálisis o
diálisis peritoneal, que supla las funciones
fisiológicas que su principal órgano "el
riñón" se ha vuelto inservible; la necesidad de
elegir uno de estos dos tratamientos de diálisis nos lleva
a preguntarnos ¿en cuál de estos tratamientos el
paciente manifiesta una mayor adaptación? que suele
reflejarse en la calidad de vida que evidencien los
pacientes.

El presente estudio permite concluir a través de
una recolección y análisis de datos basados en
metodologías de rigor científico, cuál de
los tratamientos ofertados permitirá brindar una mejor
oportunidad para llevar una vida que más se acerque a lo
que comúnmente llámanos como "una vida normal", en
la cual el paciente mantenga una adecuada autoestima, no vea
frustrado su proyecto de vida a pesar de sus limitaciones y siga
proyectándose hacia el futuro, manteniendo un papel activo
en las decisiones que tome con respecto a su salud.

Es labor fundamental para el profesional de la salud en
especial para los que como yo pasamos casi la totalidad del
tiempo destinada a brindar cuidados de calidad, desde un enfoque
humanista, con empatía y sin prejuicios o
discriminación de cualquier índole, hacer
continuamente investigación que amplíen los
conocimientos y nos permita idear estrategias para dar
solución a múltiples problemas de la vida cotidiana
y profesional.

ANNA JARVIS

Marco
referencial

  • PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

La incidencia de la enfermedad renal crónica
(ERC) es un  problema de salud  pública 
a  nivel mundial,  no  primordialmente por tener
tasas altas de incidencia en la población, sino  por
la magnitud de sus efectos socioeconómicos;
lamentablemente  en nuestro país,  
esta  situación no ha sido  reconocida 
aún por las  autoridades  gubernamentales del
sector salud, como si lo han hecho en otros
países.

En  EE.UU., como referencia, se tiene que el costo
del  programa de tratamiento al paciente con enfermedad
renal crónica terminal era para el año
1998  de  15.64  billones de
dólares, y para el año 2008 el gasto total fue
de 39.5 mil millones de dólares; en este país, en
términos reales un paciente trasplantado representa una
inversión anual de S/.18.760 por año de sobrevida,
mientras que un paciente en diálisis (hemodiálisis
o diálisis peritoneal) representa una inversión
anual de S/.25.418 por año de sobrevida (35% más
caro). La tasa de incidencia es 334 nuevos casos por
millón de habitantes; sin embargo, el estudio 
NHANES III ha demostrado  una prevalencia de 11.7
%   de  la población adulta (23
millones  de habitantes)   para  todos los
estadios de la  ERC (1,2).

En Latinoamérica, los estudios están
relacionados a datos de los últimos estadios de  la
ERC , siendo la tasa de  prevalencia  muy
variable  dependiendo de  cada  país 
en función del  sistema de  salud  que
rige  la  cobertura del tratamiento de diálisis,
así  por ejemplo  en Puerto  Rico 
esta  tasa  es  de 818  pacientes  por
millón de población (pmp) mientras en  el
Perú  es de apenas 111.1 pmp, la  tasa de
incidencia es de  276.9 pmp  y  de 44.2 
pmp  respectivamente. Sin embargo estudios de
prevalencia  o incidencia de ERC que incluya todas sus
etapas no es reconocida en la mayoría  de
países subdesarrollados  e  incluso  
desarrollados , por lo tanto,  se  subestima  el
impacto  que tiene  la  enfermedad sobre las
personas y la sociedad; investigaciones 
epidemiológicas   en dos 
países en Latinoamérica   reconocen
cifras verdaderamente alarmantes de prevalencia poblacional de
ERC,  Cuba con  3,350 pacientes pmh y Venezuela con
4,175 pacientes pmh.  Así   
es muy probable que la verdadera prevalencia e
incidencia de la ERC este subvalorada en el Perú
(2).

Un estudio realizado en Chile, determinó las
etiologías en adultos con ERC, encontrándose entre
las más frecuentes: la diabetes I y II (30.4%),
hipertensión arterial (11.4%), glomérulonefritis
crónica (10.2%), desconocida (24.4 %) con
diagnóstico en etapa terminal; en niños, las
etiologías son: nefropatía por reflujo(10.9%),
hipodisplasias(18%), hipodisplasia y obstrucción(3.7%),
glomerulopatias(14.9 %), nefropatías vasculares(9.8 %),
enfermedades hereditarias(10.1%), otras(4.2%), no
clasificadas(6.4%) (3).

Estos datos confirman la importancia que se le debe dar
a las actividades de prevención primaria y secundaria que
consiste mayormente en la educación en salud a la
población, así como el diagnostico temprano de las
enfermedades mediante exámenes periódicos
clínicos, la detección temprana de la
hipertensión, que en nuestro país tiene una
prevalencia del 23.7% y la diabetes como factores de riesgo
primordiales para el desarrollo de la enfermedad renal
(4).

El conjunto de síntomas originados por la ERC se
conoce como síndrome urémico, este síndrome
se caracteriza por aumento de residuos nitrogenados en la sangre,
alteración de las funciones reguladoras (con
anomalías marcadas de los electrolitos), nauseas,
mitos, cefalea, coma y convulsiones, las opciones de
tratamiento incluyen métodos para corregir esos trastornos
bioquímicos, tal es así, que el problema se puede
controlar con medidas conservadoras, que comprenden
fármacos, dieta y restricción de líquidos;
sin embargo, cuando se hace evidente el empeoramiento de los
síntomas urémicos, está indicado un
tratamiento más agresivo, en estos casos se utiliza las
llamadas terapias de sustitución renal: la diálisis
y el trasplante del riñón son los dos
métodos para sustituir la función renal perdida
(5).

En los  últimos  20 años, 
se  ha observado que el aumento  en la sobrevida de los
pacientes  renales  producto del  avance
tecnológico en  los  procedimientos
dialíticos y de trasplante renal, ha  planteado 
a la mayoría de países la  necesidad de
determinar con mucha anticipación los requerimientos de
terapias de reemplazo  renal en la  población y
en la actualidad, cuando las opciones de terapia de reemplazo
renal están al alcance de una población más
extensa, se debe considerar cuales son las condiciones que se
requieren para una buena calidad de vida, así como, cuando
no se somete el paciente a ellas o cuando deciden suspender su
tratamiento, sin embargo, a pesar de la aplicación de las
terapias de reemplazo renal, las condiciones de vida del
paciente, según algunos estudios, no alcanzan un control
sostenible y por el contrario, las incomodidades son mayores que
los beneficios netos (6).

El tratamiento de Hemodiálisis, supone someter al
paciente a una circulación extracorpórea durante la
cual la sangre se pone en contacto con materiales
sintéticos y soluciones de diversa composición, que
pueden afectar al equilibrio del paciente, esto hace que la HD se
acompañe de complicaciones importantes y mortales, como
son; hipotensión (20-30%), calambres o contracturas
musculares (5-20%), náuseas y vómitos (5-15%),
cefaleas (5%), dolor torácico (2-5%), dolor lumbar (2-5%),
prurito (5%), fiebre y escalofríos (< 1%)
(7).

Las complicaciones de la diálisis peritoneal se
enmarcan dentro de subclasificaciones como mecánicas (en
relación con el catéter), infecciosas
(infección del orificio, o del peritoneo),
hidroelectroliticas (exceso de líquidos en baja
ultrafiltración, deshidratación, alteraciones
hidroelectroliticas), metabólicas (sobrecarga de glucosa
con mal control de glucemia hiperlipemia, desnutrición)
(7).

Por lo tanto, es necesario tener en cuenta que no solo
la supervivencia que genera el estar sometido a un tratamiento de
por vida es lo más importante, se requiere buscar una
mejor calidad de vida del paciente en esta nueva
condición, con la opción de optar por una u otra
forma de tratamiento, según el propio paciente crea
conveniente; debe tenerse también, una
consideración adicional a los problemas de salud de tipo
psicológicos derivados de la enfermedad y su tratamiento,
de esta manera, brindar al paciente las herramientas
psicológicas que le permita afrontar la enfermedad con un
buen soporte emocional, buscando aliviar su sufrimiento, dolor
del procedimiento, ansiedad, etc.

El paciente debe contar con información necesaria
para sus cuidados que pueden provenir de la educación
brindada por el personal de salud y/o de experiencias contadas
por otros pacientes que están sometidos a algún
tratamiento en común, con la finalidad de favorecer su
adaptación a esta nueva experiencia de vida, siendo de
interés estudiar el tema propuesto.

Enunciado del problema:

¿Cuál es la relación entre el nivel
de calidad de vida y adaptación en pacientes con
tratamiento de Hemodiálisis vs. Diálisis
peritoneal. Unidad renal del Hospital Víctor Lazarte
Echegaray-Trujillo 2012?

  • ANTECEDENTES:

Se revisaron diversas investigaciones relacionadas al
problema y/o variables en estudio, entre ellas:

A nivel internacional

Báez M (8), en Bogotá- Colombia,
realizaron un trabajo descriptivo multicentrico comparativo; para
establecer si la calidad de vida en los pacientes con enfermedad
renal terminal, es mejor con hemodiálisis o
diálisis peritoneal; con una muestra de 50 pacientes de
los cuales 25 pertenecían a hemodiálisis y 25
pacientes a diálisis peritoneal, de dos instituciones. El
estudio mostró una diferencia significativa con una mejor
calidad de vida a favor de los pacientes tratados con
hemodiálisis.

Blunno, Marchetta y Nizetich (9), en Argentina,
investigaron la elección del tratamiento en pacientes con
insuficiencia renal crónica, a un total de 101 pacientes
afectados con enfermedad renal crónica terminal en un
tiempo de seis años; los resultados en torno a la
adaptación al tratamiento fueron satisfactorios cuando el
paciente intervino en la elección de su modalidad
dialítica. Al haber brindado una exhaustiva
información de ambos métodos, se observo
autocontrol, seguridad, estabilidad emocional,
conservación de su estilo de vida y baja incidencia de
peritonitis. Dichos resultados fueron insatisfactorios cuando la
introducción a esta modalidad fue obligatoria, ya que la
indicación médica fue por agotamiento del acceso
vascular y otras que imposibilitaron su entrada a
hemodiálisis, o cuando el operador era un
tercero.

Rodríguez M, Castro M y Merino J (10), realizaron
un tipo de estudio descriptivo de corte transversal, cuyo
propósito fue conocer las características
personales y calidad de vida de pacientes con insuficiencia renal
crónica en tratamiento sustitutivo de hemodiálisis.
La muestra de estudio estuvo constituida por 90 pacientes del
centro de diálisis de la ciudad de concepción,
Chile. La calidad de vida se midió a través del
cuestionario genérico de salud SF-36. El valor más
alto de calidad de vida fue 81,8 y el más bajo 3,25. Por
lo que se pudo concluir que aproximadamente la mitad de las
personas encuestadas tenía una calidad de vida por sobre
el nivel promedio.

Caballero S, Trujillo J, Weish U, Hernández S y
Martínez J (11), en México, realizaron un estudio
para comparar la calidad de vida en pacientes manejados con
hemodiálisis versus diálisis peritoneal continua
ambulatoria y diálisis peritoneal automatizada, un estudio
transversal, comparativo, en un total de 101 pacientes a los
cuales se aplicaron dos instrumentos, uno que mide variables
sociodemográficas y el segundo denominado formato corto
para evaluar la calidad de vida en la enfermedad renal:
KDQOL-SFTM, Versión 1.3, con 22 dimensiones. Se
realizó análisis univariado y bivariado y se
concluyo que la calidad de vida fue mejor en los pacientes con
diálisis peritoneal automatizada, los pacientes con
hemodiálisis tuvieron promedios más bajos del
KDQOL.

González (12), en su estudio cuyo objetivo fue:
establecer cuáles son los factores psicológicos
recurrentes que inciden en la calidad de vida de los pacientes
con insuficiencia renal crónica en una unidad de
hemodiálisis en el Hospital Clínico Viedma-
Bolivia. Se realizo en 44 pacientes a los que se aplico el
instrumento: Cuestionario de la calidad de vida (Sicknes impact
profile). En los resultados, se encontró que el 61% de los
pacientes tiene problemas moderados en relación a su
calidad de vida, los resultados señalan que la calidad de
vida se ve disminuida significativamente a partir de la
enfermedad que el padece; el 20% de los pacientes presentan
problemas leves, una reducción mínima de la manera
en que ellos viven y el 14% de los pacientes presentan problemas
graves, lo cual nos indica que su calidad de vida se ve reducido
casi al máximo y podrían estar viviendo una
situación de estrés grave.

Sandoval L, Ceballos Z, Navarrete C, González F y
Hernández V (13), en México, realizaron un estudio
con el propósito de evaluar la calidad de vida en
pacientes con diálisis peritoneal continua ambulatoria,
fue un estudio transversal en pacientes con insuficiencia renal
crónica terminal mayores de 18 años, con más
de 3 meses en el programa, que sumaron en número 48
pacientes; se utilizó como instrumento de
recolección de datos la versión 1,1 de la encuesta
SF-36 validada para población mexicana; los resultados
concluyeron que de las ocho dimensiones analizadas, la
puntuación promedio más baja correspondió al
rol físico, por verse afectados por problemas en el
trabajo u otras actividades diarias, y el más alto
correspondió a la salud mental , en la que se
encontró un predominio de la sensación de paz,
felicidad y calma.

Acosta P, Chaparro L y Rey C (14), en Colombia, hicieron
una comparación entre la calidad de vida y las estrategias
de afrontamiento en 120 pacientes con Insuficiencia Renal
Crónica sometidos a hemodiálisis, diálisis
peritoneal o trasplante renal, teniendo en cuenta la edad, sexo,
escolaridad, estado civil y ocupación. Se encontró
que los pacientes en tratamiento de trasplante reportaban mayor
calidad de vida y mejores estrategias de afrontamiento en
comparación con los otros tratamientos, siendo mayores las
puntuaciones en personas con edad de transición entre
adultez media y tardía, mujeres, con estudios
universitarios, casados y empleados.

Begoña (15), en España, en su estudio que
tuvo como objetivo conocer y comparar las estrategias de
afrontamiento de los pacientes que comienzan tratamientos con
diálisis peritoneal continua ambulatoria frente a los que
comienzan hemodiálisis hospitalaria, en una muestra de 110
pacientes, 62 en hemodiálisis y 48 en diálisis
peritoneal; entre los instrumentos aplicados se menciona: los
cuestionarios de estrés percibido- PSS, estrategias de
afrontamiento y calidad de vida (SF-36). Se encontró que
las personas en tratamiento de diálisis independientemente
de la modalidad de tratamiento hacen un afrontamiento activo pero
tienen sus diferencias, ya en el inicio del tratamiento las
personas en diálisis peritoneal perciben menos
estrés, mayor satisfacción con la vida, asimismo
recurren más a pensamientos positivos. Por el contrario,
el tratamiento en hemodiálisis desde el primer mes provoca
un impacto en el bienestar psicológico de las personas
activando estrategias de evitación poco adaptativas ante
la enfermedad.

Alarcón, Ramírez y García (16), en
México, en su investigación realizada con el
objetivo de describir el nivel de adaptación en los modos
de desempeño del rol e interdependencia de los pacientes
con diálisis peritoneal continua ambulatoria, en una
muestra de 25 personas mayores de 20 años en esta
modalidad de tratamiento; reportaron que el 55% de los
participantes presentaron nivel de adaptación
compensatorio en el modo de desempeño del rol y 60% nivel
de adaptación integrado en el modo interdependiente. La
diálisis peritoneal continua ambulatoria como
estímulo focal, impone modificaciones en la
adaptación. En conclusión: Las personas presentaron
modos de desempeño del rol y modo de interdependencia en
nivel de adaptación compensatorio e integrado
respectivamente.

A nivel nacional

Aquino (17), en Piura, en su estudio de naturaleza
cualitativa descriptiva, que tuvo como propósito
caracterizar y analizar la experiencia de adaptación de
las personas con insuficiencia renal crónico terminal al
tratamiento con hemodiálisis que acuden al Hospital II
Jorge Reátegui Delgado reporto lo siguiente, en la
dimensión personal se incluye las categorías:
perdida de la independencia, dependencia por el tratamiento,
adopción de medidas de autocuidado; en la dimensión
social laboral se incluye las categorías: problemas
laborales-económicos y problemas de desplazamiento; en la
dimensión familiar, se incluye la categoría cambios
en los roles familiares. La investigación permitió
establecer que los pacientes se enfrentan a un proceso de
adaptación en diferentes aspectos a fin de asegurar su
supervivencia, adoptando diversos mecanismos reguladores y
cognitivos, lo que pudo resumirse en un "CAMBIAR PARA
VIVIR".

Saavedra (18), en su investigación que tuvo como
objetivo determinar las Características personales y su
relación con la calidad de vida según dimensiones
de 43 pacientes con enfermedad renal crónica terminal en
tratamiento sustitutivo con hemodiálisis del Instituto del
Riñón Chiclayo, reporto que de los 23 pacientes en
hemodiálisis que presentaron calidad de vida
óptima, el 100% obtuvieron una calidad de vida optima en
las dimensiones de función física y función
social; de los 20 pacientes que presentaron calidad de vida
media, el 100% obtuvieron una calidad de vida media en las
dimensiones de función física, salud general y
vitalidad.

A nivel local

Cueva (19), en su estudio de investigación
"Modelo adaptativo: tipos de estímulos y modos de
adaptación relacionados con los niveles de estrés
del paciente en tratamiento de hemodiálisis", reporto que
en los diferentes modos de adaptación, en el modo
adaptativo fisiológico con 71,1%, el modo adaptativo auto
concepto con 60%, el modo adaptativo desempeño de roles
con 91,1% y el modo adaptativo de interdependencia con 93,3%
tienen un nivel alto de adaptación; en forma global el
91,1% de los pacientes evidencias un alto nivel de
adaptación.

  • BASES TEÓRICAS

Es complicado imaginar un concepto cuya
definición sea más personal o más
difícil que la calidad de vida, para cada individuo, es
algo que es intensamente personal y particular; es así,
que la Organización mundial de la salud (OMS) define
calidad de vida como "la percepción que el individuo tiene
de su propia posición en la vida, en el contexto cultural
y el sistema de valores en el que vive, en relación con
sus objetivos, expectativas y preocupaciones, influenciado por la
salud física del individuo, el estado psicológico,
espiritual y las relaciones sociales" (5, 20).

También es considerada como el estado positivo,
de bienestar físico, emocional, social, intelectual,
espiritual y ocupacional, que le permite al individuo satisfacer
apropiadamente sus necesidades individuales y colectivas; se toma
como una variable importante dentro del concepto de calidad de
vida el nivel de actividad física de los individuos
(21).

En lo referido al nivel de actividad física,
significa encontrarse en buenas condiciones, fuerte, resistente a
las enfermedades o poder sobreponerse rápidamente a ellas;
desde el punto de vista psíquico, es poder disfrutar,
hacerse cargo de las responsabilidades, combatir la
tensión nerviosa y el estrés; en lo emocional,
sentirse en paz consigo mismo. La persona que mantiene una buena
calidad de vida es una persona que se siente bien, vigorosa,
entusiasmada, con la sonrisa propia del que se siente bien en
todas sus dimensiones (22).

En las últimas décadas, ha existido un
progresivo interés en los prestadores de servicios de
salud hacia la optimización de la calidad de vida en los
enfermos crónicos. Muchas enfermedades crónicas
conllevan un deterioro de la calidad de vida, pues afectan de
alguna manera diferentes esferas de la vida laboral y social, en
muchas ocasiones, las limitaciones de la enfermedad o la
ocurrencia de crisis, aumentan la dependencia y provocan
frecuentes y prolongados ingresos hospitalarios.

Por lo tanto, la Calidad de Vida se ha convertido en un
indicador de la evolución del estado de salud en estos
pacientes, como expresión de una estrategia no sólo
de prolongar la vida, sino también de aliviar los
síntomas y mantener el funcionamiento vital. Esta
posición que podemos catalogar de humanista ha cobrado
valor en todo el quehacer de la investigación
clínica, en contraposición con la tendencia
positivista de fundamentar la buena práctica
clínica en resultados cuantitativos aportados por las
pruebas de laboratorio o las cifras estadísticas
(23).

Así, la calidad de vida relacionada con la salud
se refiere al efecto de una determinada enfermedad o tratamiento
sobre la vida de un individuo, desde su perspectiva personal, que
incluye los síntomas, así como el funcionamiento
físico y social; entonces, es indudable que la calidad de
vida tiene su máxima expresión en su
relación con la salud.

Las áreas a ser consideradas al estudiar la
calidad de vida relacionada con la salud, plantea las siguientes
dimensiones a tener en consideración, como son: la
función física, sensación de bienestar,
función social, síntomas, función
intelectual, evaluación del propio estado de salud y otras
dimensiones específicas como: problemas y conductas
relacionadas con el sueño, medida en que la salud u otros
problemas interfieren con el interés por el sexo y las
relaciones sexuales, la cantidad de energía, fatiga o
cansancio vitalidad, el dolor, la satisfacción personal y
la Imagen; todas ellas agrupadas para fines prácticos de
valoración en la presente investigación, en tres
dimensiones: física, psicológica y social
(24).

Las tres dimensiones que engloba e integralmente
comprenden la calidad de vida son descritas como:
Dimensión física, considerada a la
percepción del estado físico o de la salud,
entendida como ausencia de enfermedad, los síntomas
producidos por la enfermedad, y los efectos adversos del
tratamiento. La Dimensión Psicológica,
abarca la percepción del individuo respecto a su estado
cognitivo y afectivo como el miedo, la ansiedad, la
incomunicación, la perdida de autoestima, la incertidumbre
del futuro, también incluye las creencias personales,
espirituales y religiosas como el significado de la vida y la
actitud ante el sufrimiento; por último la
Dimensión social, que está dada por la
percepción del individuo de las relaciones interpersonales
y los roles sociales en la vida como la necesidad de apoyo
familiar y social, así como su desempeño laboral
(24, 25).

Los dos tipos principales de diálisis, como
tratamiento de sustitución renal, son: la diálisis
peritoneal y la hemodiálisis; ambas se pueden aplicar
durante un periodo de tiempo corto o prolongado, y requieren
equipo especializado y enfermeras entrenadas.

La diálisis peritoneal, proporciona un
método indirecto para eliminar de la sangre los residuos,
utilizando los procesos de osmosis y difusión. El
peritoneo es la membrana serosa de la cavidad peritoneal, que
funciona como una membrana semipermeable, así , el exceso
de líquidos y los productos residuales son eliminados con
facilidad desde el torrente sanguíneo, cuando se instala
por gravedad una solución estéril de electrolitos
(dializado) en la cavidad peritoneal, a través de un
catéter colocado quirúrgicamente; este dializado se
deja en la cavidad durante un periodo de tiempo pre-establecido,
y después se drena también por gravedad, con lo que
arrastra los residuos acumulados y el exceso de líquidos y
electrolitos (7).

La hemodiálisis presupone el uso de una maquina
equipada con una membrana filtrante semipermeable
(riñón artificial) que elimina los productos
residuales acumulados en la sangre: en la máquina de
hemodiálisis, el dializado es bombeado a través de
un lado de la membrana filtrante, mientras que la sangre de la
persona pasa a través del otro lado, los procesos de
difusión, osmosis y ultrafiltración limpian la
sangre, que después es devuelta al paciente a
través de un dispositivo de acceso vascular especialmente
colocado (7).

La diálisis de mantenimiento o crónica se
indica en casos de enfermedad renal crónica terminal,
conocida como nefropatía en etapa terminal, en los
siguientes casos: aparición de signos y síntomas
urémicos que afectan todos los sistemas (nauseas y
vómitos, anorexia grave, letargo creciente,
confusión mental), hipercalemia, sobrecarga de
líquidos y falta de bienestar general (6).

Cabe mencionar, que existen factores que provocan
alteraciones en la calidad de tratamiento, sea cual fuese el
elegido, haciendo más o menos probables la falta de
adhesión al mismo y las conductas autodestructivas; entre
ellos están: la rutina, mala situación emocional,
la falta de rehabilitación socio laboral, los pacientes
que viven en el interior de la provincia, alejados de un centro
especializado o el desapego familiar para realizar dicho
tratamiento. Hay circunstancias especiales como el agotamiento de
los accesos vasculares, donde el paciente debe ser introducido
indefectiblemente en diálisis peritoneal sin ser su
opción preferencial, notándose tendencia a la
depresión y falta de colaboración al tratamiento
instituido (9).

En el "Modelo de Adaptación" de Sor Callista Roy,
descrito en el libro de Marriner, se define la Adaptación
"al proceso y al resultado por lo que las personas, que tienen la
capacidad de pensar y de sentir, como individuos o como miembros
de un grupo, son conscientes y escogen la integración del
ser humano con su entorno"; La meta de enfermería para
Roy, finalmente es promover la adaptación para los
individuos y los grupos en los cuatro modos adaptativos,
así como contribuir a la salud, a la calidad de vida y en
su caso ayudarle a morir con dignidad (16, 26).

El nivel de adaptación, representa la
condición de los procesos de vida descritos en los tres
niveles. El nivel de adaptación integrado describe las
estructuras y funciones de los procesos vitales que trabajan como
un todo, para satisfacer las necesidades humanas. En el nivel
compensatorio los mecanismos reguladores y cognitivo se activan,
como un reto de los procesos integrales para buscar respuestas
adaptativas, procurando restablecer la organización del
sistema. El nivel de adaptación comprometido se cuando las
respuestas de los mecanismos mencionados son inadecuadas y, por
lo tanto, resulta en problema de adaptación
(27).

El nivel de adaptación de una persona es "un
punto que cambia constantemente y está compuesto por
estímulos focales, contextuales y residuales que
representan el estándar de la gama de estímulos con
el que la persona puede reaccionar por medio de respuestas
normales de adaptación" (26), en el presente estudio, los
estímulos que influencian en los modos de
adaptación al paciente en tratamiento de diálisis
son la ERC propiamente dicha, el tratamiento de
hemodiálisis o diálisis peritoneal y el contexto de
la nueva situación.

Según Roy la Persona es vista como un todo,
está compuesta por dos subsistemas que se relacionan entre
sí; el subsistema de procesos primarios, funcionales o de
control está compuesto por el regulador y el relacionador;
el subsistema secundario y de efectos está compuesto por
los cuatro modos de adaptación. Roy considera que tanto el
regulador con el relacionador son métodos de
afrontamiento; el subsistema del regulador, por medio del modo de
adaptación fisiológico y el subsistema del
relacionador, gracias a los modos de adaptación de la
autoestima, de la interdependencia y de la función del rol
(26).

Los modos adaptativos definidos por Roy, y que
serán valorados en el instrumento elaborado por la autora
son cuatro: El Modo adaptativo fisiológico, se
asocia con la manera en que responden las personas, la conducta
es la manifestación resultante de las actividades
fisiológicas de todas las células, tejidos,
órganos y sistemas que integran el cuerpo humano, se
distinguen nueve necesidades básicas para la integridad
fisiológica: oxigenación, nutrición,
protección, eliminación y actividad y reposo,
sentidos, equilibrio acido básico y de líquidos y
electrolitos, funcionamiento neurológico y funcionamiento
endocrino. En el paciente con ERC, las alteraciones a nivel
fisiológico son muy marcadas y todas ellas tienen que ver
con la eliminación deficiente de las toxinas por el
riñón, así como, cambios estructurales que
afectan el funcionamiento endocrino, neurológico y el
equilibrio hidroelectrolítico acido básico lo que
afecta a todo su organismo en general, creando malestar y
dificultades para realizar sus actividades cotidianas y poniendo
en peligro su vida misma (26, 28).

El modo adaptativo de auto concepto, se
centra específicamente en los aspectos psicológicos
y espirituales de la persona, la necesidad básica en este
ámbito es la integridad psíquica o necesidad de que
cada uno sepa quién es para poder desarrollar un
sentimiento de unidad; el auto concepto define como el grupo de
creencias y sentimientos que tiene una persona sobre sí
mismo en un momento dado, formado a partir de las percepciones
internas y de los demás, el auto concepto gobierna la
conducta personal de cada uno. En la ERC, cuando se hace
necesario cambiar la imagen del cuerpo como resultado de
alteraciones fisiológicas no esperadas (como es el caso
del los tratamientos de diálisis), el concepto total de
uno mismo se encuentra amenazado, lo cual conduce a una
tensión o ansiedad psicológica que crea en general
un malestar de la persona en su yo físico y personal (26,
29).

El Modo adaptativo de desempeño de roles, atiende
a los roles que asume la persona en sociedad; las personas
desempeñan roles primarios, secundarios y terciarios,
manifestados por medio de conductas instrumentales que se definen
como: "la manifestación física real de un
comportamiento" y las conductas expresivas son los sentimientos,
actitudes afinidades y discrepancias que una persona muestra
hacia un determinado rol o su forma de manifestación; el
rol primario es determinante en la mayor parte de la
expresión conductual de una persona a lo largo de un
determinado periodo de su vida, y está fijado por la edad,
el sexo y la fase de desarrollo; este modo se verá
afectado por la ERC poniendo en peligro su desempeño
social y disminuyendo su valor para con la sociedad si es que su
mecanismo de afrontamiento no cubre su necesidad básica de
integridad social (26, 28).

El Modo adaptativo de interdependencia, son las
interacciones que se producen al dar y recibir cariño,
respeto y estima. La necesidad básica de este modo es la
suficiencia afectiva, o el sentimiento de seguridad en las
relaciones de afecto. Se resaltan dos clases concretas de
relaciones: el papel de las personas más importantes para
cada individuo y los sistemas de apoyo, es decir, la
contribución de los demás para satisfacer las
necesidades de interdependencia, se caracteriza por dos formas de
conducta: receptiva y contributiva que significa dar y recibir
cariño, respeto y estima en las relaciones
interdependientes, es el caso de la relación con la
pareja, los hijos, los amigos, los compañeros de trabajo,
etc. (26, 28).

La diálisis impone modificaciones al estilo de
vida familiar, el tiempo que debe dedicarse a ellos reduce las
actividades sociales y puede originar conflictos,
frustración, sensación de culpabilidad y
depresión en la familia. También suele ser
difícil que el paciente, cónyuge o familia,
expresen la ira y otros sentimientos negativos, tal es
así, que la sensación de pérdida que
experimenta el paciente no debe subestimarse, ya que se enfrenta
a la alteración de todos los aspectos de lo que alguna vez
fue una "vida normal" (6).

Por lo tanto, el paciente con enfermedad renal
crónica terminal tiene que incluir a los tratamientos de
hemodiálisis y diálisis peritoneal en su vida, como
una extensión de su corporalidad, a la cual necesita
adaptarse. Ahora la función renal será asumida por
el trabajo que realiza la "máquina" o por la importancia
que subraya el uso de las soluciones en diálisis
peritoneal y el cuidado del catéter. Esta situación
genera en el paciente diversos sentimientos que van cambiando en
todo el proceso de adaptación (30).

Sería adecuado que antes del procedimiento, los
pacientes deben tener la oportunidad de familiarizarse con la
unidad de diálisis, se les debe dar una explicación
de lo que va a ocurrir y de lo que se espera de ellos durante el
tratamiento, ya que, los pacientes pueden querer saber: que clase
de dolor se experimentara durante el tratamiento, cuánto
dura el tratamiento y cuanta frecuencia se requiere,
¿qué van a sentir durante y después del
tratamiento?, ¿qué puede hacer durante el
procedimiento de diálisis? y ¿si los miembros de la
familia pueden estar presentes durante la terapia?
(31).

Restablecer y mantener el bienestar psicológico
de estos pacientes puede incidir en la adaptación de
comportamientos más funcionales, que redunden en su estado
de salud, entre ellos, tener una mejor adhesión al
tratamiento y asumir de forma consistente los cambios permanentes
en el estilo de vida que su condición implica
(24).

Debe ser la propia existencia la que nos permita afirmar
con plena validez y verdad lo que sea o haya de ser una
determinada calidad de vida; solo en confrontación con el
mismo paciente y desde la vida misma se hablara responsablemente
de esta existencia o como se dice también de una
existencia digna. Tal es así, que la forma más
elevada de vida es la vida humana, por lo que calidad de vida
significa de entrada la calidad de la existencia de los seres
humanos concretos y reales, y en las situaciones especificas en
que existen y se esfuerzan por existir; como es el caso de los
pacientes con ERC en estado terminal, esta se mide en los hechos
de la vida diaria y en cada situación que amerite
necesariamente prolongarla como en los tratamientos de
diálisis (32).

Tanto la hemodiálisis como la diálisis
peritoneal, en pacientes que reúnan las condiciones para
trasplante deben considerarse como modalidades transitorias de
tratamiento de la enfermedad renal crónica terminal y
proceder al trasplante tan pronto como sea posible. Es importante
la detección temprana de la enfermedad renal
crónica para no llegar a desarrollar la enfermedad renal
crónica en estado terminal y tener que optar por uno de
los mencionados tratamientos de diálisis.

  • JUSTIFICACIÓN DE LA
    INVESTIGACIÓN

La enfermedad crónica denota un proceso
incurable, con una gran carga social, tanto desde el punto de
vista económico como desde la perspectiva de dependencia
social; tiene una etiología múltiple y con un
desarrollo poco predecible, que obliga a una modificación
del modo de vida del paciente y que es probable que persista
durante largo tiempo. Es así, que la enfermedad
crónica dejada a su evolución natural o con una
intervención inadecuada compromete y repercute sobre el
estilo de vida del paciente e incluso un alto grado de
incapacidad (30).

La presente investigación se justifica porque
existen personas con problemas de salud crónicos de tipo
renal que están en un alarmante incremento de casos
diagnosticados como enfermedad renal crónica terminal ,
una nueva población que demanda un especial cuidado de
parte del personal de salud; por lo tanto, es necesario el
conocimiento de la experiencias de vida de aquellos que ya
están inmersos en alguno de los tipos de tratamiento de
diálisis, siendo importante el poder evaluar su nivel de
calidad de vida, por el impacto que dicha enfermedad y su
tratamiento ocasionan en estas personas, y con ello poder hacer
las comparaciones a fin de conocer en cuál de los
tratamientos el paciente se adapta mejor y por ende presentan una
mejor calidad de vida.

Para las enfermeras especialistas en el área de
nefrología, el estudio cobra un importante valor, porque
permitirá ampliar el conocimiento del ser humano que
padece de una ERC desde una perspectiva más integral, que
incluye mas allá de sus aspectos fisiológicos, sus
valores, sus creencias y percepciones, que se enmarcan dentro de
la valoración del nivel de calidad de vida y el nivel de
adaptación, este último según el Modelo de
Adaptación de Roy, con la finalidad de brindar una mejor
orientación al paciente sobre los tipos de tratamiento de
diálisis, para que este pueda hacer una elección de
su tratamiento de forma voluntaria (en el caso de aquellos que
están en pre-diálisis) y en el caso de ya estar
inmerso en uno de los tratamientos, plantear las intervenciones
necesaria para mejorar su adaptación al tratamiento y todo
lo que esta situación implica para él
(ella).

Partes: 1, 2

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