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La dialéctica



Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. La
    dialéctica
  3. La
    dialéctica materialista
  4. Conclusión
  5. Bibliografía

Introducción

La preparación de este texto constituye una
simplificación en el tratamiento de los diferentes temas y
más bien tratan de ser consistentes y completas en el
análisis de los tópicos escogidos. Asimismo, ya que
ello constituye los principios básicos de la dialectica
clásica y alcanzan a cubrir el análisis de los
razonamientos habituales en el uso de la dialéctica. En
tal sentido, se ha tratado que el tema elegido, los conceptos
desarrollados y las definiciones dadas apunten al logro de un
objetivo bien preciso y determinado: saber pensar apropiadamente,
desenvolver una mínima capacidad de raciocinio y poder
prevenirse acerca de la dialéctica que suelen encontrarse
en los usos comunes de la vida diaria.

"la idea del desarrollo, de la evolución, ha
penetrado actualmente casi en su integridad en la conciencia
social, pero no a través de la filosofía de Hegel,
sino por otros caminos. Sin embargo, esta idea, Es un desarrollo
que parece repetir las etapas ya recorridas, pero de otro modo,
sobre una base más alta (la negación de la
negación); un desarrollo que no discurre en línea
recta, sino en espiral, por decirlo así; un desarrollo a
saltos, a través de catástrofes y de revoluciones,
que son otras tantas 'interrupciones en el proceso gradual',
otras tantas transformaciones de la cantidad en calidad; impulsos
internos del desarrollo originados por la contradicción,
por el choque de las diversas fuerzas y tendencias que
actúan sobre un determinado cuerpo o en los límites
de un fenómeno en concreto, o en el seno de una sociedad
dada; interdependencia e íntima e inseparable
concatenación de todos los aspectos de cada
fenómeno (con la particularidad de que la historia pone
constantemente de manifiesto aspectos nuevos),
concatenación que ofrece un proceso único y mundial
del movimiento, con sus leyes; tales son algunos rasgos de la
dialéctica, doctrina del desarrollo mucho más
compleja y rica que la teoría corriente. La idea de cambio
y de evolución se acepta hoy generalmente, pero las formas
por las que los cambios se producen en la naturaleza y en la
sociedad sólo han sido explicadas por la Dialéctica
en dicho analisis.

"La dialéctica no es más que la ciencia de
las leyes generales del movimiento y la evolución de la
naturaleza, de la sociedad humana y del pensamiento."  
Engels.

A primera vista, podría parecer que estas
sutilezas son inútiles: En realidad tienen
decisiva importancia. El axioma A es igual a A,
es a un mismo tiempo punto de partida de todos nuestros
conocimientos y punto de partida de todos los errores de nuestros
conocimientos. Sólo dentro de ciertos límites se lo
puede utilizar con uniformidad. Silos cambios cualitativos que se
producen en A carecen de importancia para la
cuestión que tenemos entre manos, entonces podremos
presumir que A es igual a A. Pero cuando los
cambios cuantitativos sobrepasan ciertos límites se
convierten en cambios cualitativos. Determinar en el momento
preciso, el punto crítico, en que la cantidad se
transforma en calidad, es una de las tareas más
difíciles e importantes en todas las esferas del
conocimiento, incluso de la sociología."
Trotsky.  

Propósitos de la
Investigación.

Objetivo General

Explicar partiendo del análisis de sus
concepciones y características en lo que se fundamenta la
Dialéctica.

Objetivos Específicos

  • 1. Citar los conceptos, características
    en lo que se fundamenta la Dialéctica.

  • 2. Identificar las distintas formas de la
    Dialectica.

CAPITULO I:

La
dialéctica

1.1. Conceptos de Dialéctica

En el caso particular de Aristóteles consideraba
dialéctica a aquellos silogismos que partiendo de premisas
no ciertas son simplemente probables (lógica de lo
probable). Para Kant, será la dialéctica la
lógica de la apariencia y su objeto son las tres iIdeas
de: alma, mundo y Dios, sobre las cuales la mente no puede sino
construir paralogismos y antinomias.

En todos estos casos, la dialéctica es una
lógica basada en la 'identidad' y la 'inclusión' de
conceptos. Aún no en la 'oposición' o
contradicción, operación que se introduce a partir
de la dialéctica hegeliana.

En cuando a la dialécitca como ontologia (tal
como aparece en hegel), los antecedentes son Heráclito,
Proclo, Böhme y Fitche.

Por tanto definimos la dialéctica como un
método de razonamiento lógico, de cuestionamiento y
de interpretación, que ha recibido distintos significados
a lo largo de la historia de la filosofía. Algunos de
estos significados son:

  • Arte del diálogo y la
    discusión.

  • En la filosofía griega clásica, la
    dialéctica es el método que investiga la verdad
    mediante el examen crítico de las percepciones y
    teorías, cada una de las cuales, por su parte,
    pretende referirla.

  • Procedimiento de razonamiento que procede a
    través del despliegue de una tesis y su
    antítesis, resolviendo la contradicción a
    través de la formulación de una síntesis
    final (conclusión).Estratégicamente el proceso
    no concluye. La síntesis se constituye en nueva tesis
    y se contrapone a nueva antítesis; sin destruirse pero
    si complementándose mutuamente.

  • Arte de ordenar los conceptos en géneros y
    especies.

  • Modo de elevarse desde lo sensible hacia lo
    inteligible, es decir partiendo de la certeza de los sentidos
    hacia el desarrollo de conceptos de un mayor grado de
    universalidad y racionalidad.

  • la lucha de los contrarios por la cual surge el
    progreso de la historia moderna.

  • Teoría y método de conocimiento de los
    fenómenos de la realidad en su desarrollo y
    automovimiento, supuesta ciencia que trataría de las
    leyes más generales del desarrollo de la naturaleza
    (Engels), de la sociedad (Marx) y del pensamiento humano
    (Hegel) que se auto-propone como alternativa a la
    metafísica.

Segun HEGEL en su Fundamentos de la filosofía
del derecho
, párrafo 31, llamó
«dialéctica» al principio motor del concepto
que disuelve, pero también produce, las particularidades
de lo universal. La más elevada dialéctica del
concepto consiste en no considerar la determinación
meramente como límite y opuesto, sino en producir a partir
de ella el contenido positivo y el resultado, único
procedimiento mediante el cual la dialéctica es desarrollo
y progreso inmanente. No es por lo tanto la acción
exterior de un pensar subjetivo, sino el alma propia del
contenido lo que hace crecer orgánicamente sus ramas y sus
frutos. La dialéctica, en todos estos casos, designa un
movimiento propio del pensamiento.

Segun V. Lenin Es "la doctrina de la unidad de los
contrarios"

Segun F. Engels Es la concepción de que toda la
naturaleza "se halla en un estado perenne de nacimiento y muerte,
en flujo constante, sujeto a incesantes cambios y
movimientos"

Trotsky, definia la Dialéctica como una ciencia
de las formas de nuestro pensamiento en la medida en que no se
reduce a los problemas diarios, sino que intenta llegar a una
comprensión de los procesos más complicados y
complejos

1.2. Desarrollo de la Dialectica a traves de los
tiempos.

*Dialéctica espontánea en
la antiguedad.

Para el Hinduismo, la diversidad de cosas y eventos
contradictorios que nos rodean, no son sino diferentes
manifestaciones del todo, llamado Brahman. Así, a los
diversos aspectos de lo Divino, dieron en la India antigua
distintos nombres de variados dioses que no son más que
reflejos de una única realidad última, de manera
que, por ejemplo, la fuerza destructora y la fuerza creadora son
dos manifestaciones de esa misma realidad.

Heráclito de Efeso formuló dos
proposiciones que fueron incorporadas como pilares de la
estructura del pensamiento dialéctico: 1) todo fluye, todo
está en movimiento y; 2) todo está formado por
opuestos que siempre están en estado de tensión
dinámica, de manera que cualquier forma determinada es el
resultado del equilibrio entre fuerzas opuestas.

1.3. La dialéctica como
método Segun: Platón y Aristoteles

Uno de los primeros ejemplos de aplicación del
método dialéctico lo ofrecen los
Diálogos del filósofo griego
Platón, quien además reflexiona sobre el
funcionamiento y el alcance de este procedimiento.

En los diálogos platónicos tempranos, el
procedimiento permite someter a examen cierto conjunto de
creencias que mantiene determinado individuo. A partir de los
diálogos medios, su alcance se amplía, para poner a
prueba hipótesis o teorías con las que no
necesariamente alguien está comprometido. El examen
usualmente lo lleva a cabo Sócrates, quien dirige a su
interlocutor una serie de preguntas para explorar si hay
inconsistencias entre sus dichos. Estas preguntas son, pues,
críticas y comprometedoras, y puede considerarse que
equivalen a objeciones; pues naturalmente, una teoría que
muestra ser contradictoria no podría aceptarse como
verdadera. Por otra parte, en muchos diálogos de
Platón puede constatarse cómo los interlocutores de
Sócrates se defienden de sus objeciones; en ocasiones es
el propio Sócrates quien responde a sus críticas
anteriores. El procedimiento de preguntas y respuestas da lugar
así a una discusión o controversia racional, cuyo
resultado es a menudo la refutación de las ideas que se
examinan. En cualquier caso, mediante la detección y
eliminación de errores, el procedimiento tiende a la
identificación de la verdad -o al menos, de lo que
racionalmente puede aceptarse como tal.

todos los filósofos presocráticos
habían escrito como profetas iluminados, sin pensar
siquiera en dar alguna prueba de la validez de sus puntos de
vista. Una excepción importante es Zenón de Elea,
quien introduce en la filosofía la idea de refutar
racionalmente las teorías de sus adversarios, mostrando
que conducen a paradojas. Este es el antecedente del que parten
Sócrates y Platón, el último de los cuales
lleva la idea un paso más lejos. Es notable que en el
Parménides Platón haya utilizado el
procedimiento de preguntas comprometedoras, para poner a prueba
teorías de su propia factura (concretamente, la
teoría metafísica de las Formas),
convirtiéndose así en el primer filósofo que
practica la autocrítica. Tal vez Platón intenta
mostrar así cuánto más le interesa la
búsqueda de la verdad, que la defensa de sus posiciones.
En todo caso, la dialéctica (la controversia, y más
fundamentalmente, la exposición a la crítica) queda
perfilada por él como un procedimiento de
investigación. A este gesto del clásico puede
atribuirse el que la filosofía sea hoy un campo de
investigación académica, y no una rama de la
mitología o de la literatura fantástica.

Para Aristóteles, la búsqueda de la base
filosófica de la ciencia (y de la propia filosofía)
requiere un ejercicio dialéctico. Aristóteles
explica por qué la búsqueda de una prueba de los
"principios" debe hacerse mediante una demostración
refutativa, y en cambio sería imposible dar de ellos una
"demostración" (vg., una prueba positiva de ellos).
Aristóteles también trata de la dialéctica
en los Tópicos.

Esta clase de justificaciones o pruebas, que la
actividad dialéctica permite conseguir según los
clásicos, sólo pueden desarrollarse gracias a la
confrontación de puntos de vista opuestos. Esta idea no ha
sido suficientemente discutida, y puede considerarse como una
hipótesis, tanto como la idea contraria.

Además de la propia confrontación de
ideas, un par de conceptos o reglas lógicas distinguen a
los argumentos dialécticos de los monolécticos. Son
1) la argumentación ex concessis, según la
cual es lícito razonar a partir de los presupuestos o
premisas del antagonista, sin que en suma, haga falta
justificarlas (al menos, no de cara a ese mismo contrario). Y por
otra parte 2), la noción de la carga de la
prueba
, que atribuye a uno de los debatientes en particular,
el deber de iniciar la argumentación, dando un respaldo
prima facie razonable a su tesis. Si el interesado lo
consigue, con ello transfiere a su adversario la
obligación (o carga) de responder, argumentando en contra
suya. Cualquiera de los debatientes que deje de atender
satisfactoriamente esta obligación cuando le corresponde,
por ese hecho resulta derrotado en la polémica. En
Occidente, la carga de la prueba inicial corresponde al que
propone novedades, y desde luego a quien cuestiona los usos y las
creencias tradicionales o generalmente aceptadas. Una
máxima del derecho romano prescribe: "el que afirma,
prueba".

Parece que a los Estoicos se debe el uso posterior
(concretamente, medieval) del término, con el que
'Dialéctica' pasa a referirse al conjunto de la
Lógica, que por lo demás los estoicos cultivaron
como estudio del razonamiento deductivo (por tanto,
monoléctico). Junto con la Gramática y la
Retórica, la Dialéctica constituye el Trivium
medieval.

1.4. Dialéctica de la
filosofía clásica alemana

-Para INMANUEL KANT la sensibilidad tiene como formas a
priori el espacio y el tiempo y la razón humana tiene,
también anteriores a toda experiencia, un conjunto de
categorías para concebir los objetos, siempre que haya
fenómenos sobre los cuales ellas puedan actuar. Cuando tal
cosa no ocurre, como en el caso de los objetos denominados
"metafísicos", el entendimiento deriva en las llamadas
antinomias, en las cuales puede demostrarse como verdadera tanto
una posición como la contraria, hay argumentos en favor y
en contra de las tesis y de sus respectivas antítesis. La
solución no puede ser dogmática sino crítica
de la razón pura, distinguiendo la "cosa en sí" del
mundo fenomenológico, que no existe independientemente de
nuestras representaciones.

-Para JOHANN GOTTLIEB FICHTE del yo, del sujeto se
deriva todo y de acuerdo con los principios lógicos de la
identidad y negación, al afirmarse el yo engendra por
oposición el "no yo" y ambos están subordinados a
un principio de unidad total. Así como el yo entra en
contradicción consigo mismo y posiciona el no yo, elimina
esta oposición mediante la limitación de ambos y
fluye un proceso infinito y que se formula en la
tríada dialéctica: tesis, antítesis
y síntesis. Este aplica el término
dialéctica a su sistema filosófico y a su
lógica centrada en el devenir, la contradicción y
el cambio, que sustituye los principios de identidad y no
contradicción, por los de la transformación
incesante de las cosas y la unidad de los contrarios. Hegel
pensaba que la evolución de la Idea se produce a
través de un proceso dialéctico, es decir, un
Concepto se enfrenta a su opuesto y como resultado de este
conflicto, se alza un tercero, la síntesis. La
síntesis se encuentra más cargada de verdad que los
dos anteriores opuestos. La obra de Hegel se basa en la
concepción idealista de una mente universal que, a
través de la evolución, aspira a llegar al
más alto límite de autoconciencia y de
libertad.

-El filósofo alemán Karl Marx aplicaba el
concepto de dialéctica a los procesos sociales y
económicos. El llamado Materialismo Dialéctico de
Marx, con frecuencia considerado como una revisión del
sistema hegeliano. Este proponía una solución a un
problema generalizado de extremos económicos por medio de
los tres conceptos: tesis, antítesis y síntesis. La
primera era la fuente del problema en este la propiedad del
Capital concentrada en la clase Burguesa. La segunda la clase
Proletaria creadora del Valor con su Trabajo y despojada de todo
Medio de Producción. Estas dos darán como
síntesis el Cominismo, la propiedad social de los medios
de producción.

-La dialéctica de Hegel , es
el acto mismo del conocimiento, es decir, es la
introducción de la contradicción. El principio del
tercero excluido, algo o es A o no es A, es la proposición
que quiere rechazar la contradicción y al hacerlo incurre
precisamente en contradicción: A debe ser +A ó -A,
con lo cual ya queda introducido el tercer término, A que
no es ni + ni – y por lo mismo es +A y -A. Una cosa es ella misma
y no es ella, porque en realidad toda cosa cambia y se transforma
ella misma en otra cosa. Esto significa la superación de
la lógica formal y el establecimiento de la lógica
dialéctica. Todas las cosas son contradictorias en
sí mismas y ello es profundo y plenamente esencial. La
identidad es la determinación de lo simple inmediato y
estático, mientras que la contradicción es la
raíz de todo movimiento y vitalidad, el principio de todo
automovimiento y solamente aquello que encierra una
contradicción se mueve.

La imaginación corriente capta la identidad, la
diferencia y la contradicción, pero no la
transición de lo uno a lo otro, que es lo más
importante, cómo lo uno se convierte en lo otro. Causa y
efecto son momentos de la dependencia recíproca universal,
de la conexión y concatenación recíproca de
los acontecimientos, eslabones en la cadena del desarrollo de la
materia y la sociedad: la misma cosa se presenta primero como
causa y luego como efecto. Es necesario hacer conciencia de la
intercausalidad, de las leyes de conexión universal
objetiva, de la lucha y la unidad de los contrarios y de las
transiciones y las transformaciones de la naturaleza y la
sociedad. La totalidad, de todos los aspectos del
fenómeno, de la realidad, de los fenómenos y de sus
relaciones recíprocas, de eso está compuesta la
verdad. La realidad es la unidad de la esencia y la existencia.
La esencia no está detrás o más allá
del fenómeno, sino que por lo mismo que la esencia existe,
la esencia se concreta en el fenómeno. La existencia es la
unidad inmediata del ser y la reflexión. Posibilidad y
accidentalidad son momentos de la realidad puestos como formas
que constituyen la exterioridad de lo real y por tanto son
cuestión que afecta el contenido, porque en la realidad se
reúne esta exterioridad con la interioridad en un
movimiento único y se convierte en necesidad y así
lo necesario es mediado por un cúmulo de circunstancias o
condiciones.

La cantidad se transforma en cualidad y los cambios se
interconectan y provocan los unos con los otros. Las
matemáticas no han logrado justificar estas operaciones
que se basan en la transición, porque la transición
no es de naturaleza matemática o formal, sino
dialéctica.

Las determinaciones lógicas anteriormente
expuestas, las determinaciones del ser y la esencia, no son meras
determinaciones del pensamiento. La lógica del concepto se
entiende ordinariamente como ciencia solamente formal, pero si
las formas lógicas del concepto fueran recipientes
muertos, pasivos, de representaciones y pensamientos, su
conocimiento sería superfluo; pero en realidad son como
formas del concepto, el espíritu vivo de lo real y por
tanto se requiere indagar la verdad de estas formas y su
conexión necesaria.

El método del conocimiento no es una forma
meramente exterior, sino que es alma y concepto del contenido.
Por lo que se refiere a la naturaleza del concepto el
análisis es lo primero, porque debe elevar la materia dada
a la forma de abstracciones universales, las cuales luego
mediante el método sintético son puestas como
definiciones. El análisis resuelve el dato concreto,
aísla sus diferencias y les da forma de universalidad o,
deja lo concreto como fundamento y por medio de la
abstracción de las particularidades que aparentan ser
inesenciales, pone de relieve un universal concreto o la fuerza y
la ley general. Esta universalidad también es determinada
mediante la síntesis del concepto en sus formas, y en
definiciones.

La actividad humana une lo subjetivo con lo objetivo. El
fin subjetivo se vincula con la objetividad exterior a él,
a través de un medio que es la unidad de ambos, esto es la
actividad conforme al fin. Así, con sus herramientas el
hombre posee poder sobre la naturaleza exterior, aunque en lo que
respecta a sus fines se encuentra con frecuencia sometido a
ella.

CAPITULO II:

La dialéctica
materialista

La más simple e influyente formulación del
materialismo dialectico se halla en Engels, que creyó con
ello no desviarse de Marx o, en todo caso, creyó completar
a Marx. La formulación de Engels se ha incorporado al
Marxismo calificado de «ortodoxo». Esto no quiere
decir que sólo los marxistas «ortodoxos» sean
materialistas dialécticos. Es posible sostener el
materialismo dialéctico dentro de formas de marxismo
«no ortodoxo» –cuando menos no ortodoxo
respecto al marxismo ortodoxo aludido–. Ello puede ocurrir
de varios modos, entre los cuales sobresalen dos: como un intento
de suplementar y sistematizar el marxismo en forma distinta del
conglomerado hoy tradicional «Marx-Engels-Lenin», o
«marxismo-leninismo»; o bien como una posibilidad
para el futuro, cuando se haya «absorbido» por
completo la razón analítica y positiva que se
supone caracteriza aún las ciencias y éstas puedan
constituirse dialécticamente, o
materialística-dialécticamente.

Engels desarrolló el materialismo
dialéctico en la obra "La transformación de las
ciencias por el Sr. Dühring
" (Herrn Dühring
Umwälzung der Wissenschaften, 1878; publicada como una serie
de artículos en Vorwärts, 1877), conocida con el
nombre de Anti-Dühring, y también en una
serie de [2148] manuscritos procedentes de 1873-1883 y publicados
por vez primera en 1925 con el nombre Dialektik der Natur (hay
posteriores ediciones, más fidedignas; trad. esp. con
introducción por Manuel Sacristán). Aunque Engels
se opuso al idealismo, incluyendo el idealismo de Hegel,
encontró en este autor apoyo para una
«filosofía de la Naturaleza» que descartara y
superara el materialismo mecanicista, característico de
gran parte de la física (mecánica) moderna y en
particular de las interpretaciones filosóficas de la
ciencia moderna que proliferaron en el siglo XIX por obra de
Ludwig Büchner y otros autores. Este materialismo es,
según Engels, superficial y no tiene en cuenta que los
modelos mecánicos no se aplican a nuevos desarrollos
científicos, tales como los habidos en química y en
biología, y especialmente tal como se manifiestan en la
teoría de la evolución de las especies. El
materialismo «vulgar» mecanicista no tiene tampoco en
cuenta el carácter práctico del conocimiento y el
hecho de que las ciencias no son independientes de las
condiciones sociales y de las posibilidades de revolucionar la
sociedad.

Mientras el materialismo mecanicista se apoya en la idea
de que el mundo está compuesto de cosas y, en
último término, de partículas materiales que
se combinan entre sí de un modo «inerte», el
materialismo dialéctico afirma que los fenómenos
materiales son procesos. Hegel tuvo razón en insistir en
el carácter global y dialéctico de los cambios en
los procesos naturales, pero erró en hacer de estos
cambios manifestaciones del «Espíritu». Hay
que «invertir» la idea hegeliana y colocar en la base
la materia en cuanto que se desarrolla dialécticamente. La
dialéctica de la Naturaleza procede según las tres
grandes leyes dialécticas: ley del paso de la cantidad a
la cualidad, ley de la interpenetración de los contrarios
(u opuestos) y ley de la negación de la negación.
Negar que hay contradicciones en la Naturaleza es, según
Engels, mantener una posición metafísica; lo cierto
es que el movimiento mismo está lleno de contradicciones.
Son contradicciones «objetivas» y no
«subjetivas». Sin la constante lucha de los opuestos
no pueden explicarse los cambios.

El carácter de lucha y oposición de
contrarios es, según Engels, universal. Se manifiesta no
sólo en la sociedad y en la Naturaleza, sino
también en la matemática. La negación de la
negación se manifiesta en que de un germen procede una
planta que florece y muere, produciendo otro germen que vuelve a
florecer. También se manifiesta en que la negación
de una cantidad negativa da una positiva. El materialismo
dialéctico no es, según Engels, contrario a los
resultados de las ciencias; por el contrario, explica, justifica
y sintetiza estos resultados.

En la Dialéctica de la Naturaleza,
Engels se manifestó en desacuerdo con considerar la
necesidad o lo necesario como lo único interesante desde
el punto de vista científico y el azar o lo casual como
indiferente para la ciencia, pues así "cesa toda ciencia,
ya que ésta debe precisamente investigar lo que no
conocemos". Consideró que la metafísica
está cautiva de la contraposición que media entre
casualidad y necesidad y no entiende cómo lo casual es
necesario y lo necesario, al mismo tiempo, casual
. "El
determinismo, que pasa del materialismo francés a las
ciencias naturales, trata de resolver el problema de lo casual
pura y simplemente negándolo. Según esta
concepción, en la naturaleza reina sencillamente la
necesidad directa". En cambio, Darwin fundamentó la
necesidad de la evolicion, sobre "la más amplia base de
casualidad". La naturaleza se ha desenvuelto "más o menos
accidentalmente, pero con la necesidad que es también
inherente a la casualidad". Actualmente podría verse en
las matemáticas de las probabilidades, una
confirmación de esta visión dialéctica, en
sus especificidades para las ciencias naturales y para las
ciencias sociales.

A despecho del ejemplo citado en la matemática se
ha preguntado a menudo hasta qué punto las ciencias
formales, y específicamente la lógica, son
dialécticas y están sometidas a las leyes
enunciadas por el materialismo dialéctico. Engels se
expresó al respecto de un modo un tanto ambivalente, pues
mientras las leyes de referencia tienen, a su entender, un
alcance verdaderamente universal, por otro lado las leyes
dialécticas mismas constituyen un elemento invariable.
Puesto que la lógica misma es dialéctica, parece
que no cabe preguntar si la propia lógica
dialéctica es o no dialéctica; no parece que se
pueda negar la lógica dialéctica por otra
lógica no dialéctica. Por otro lado, la
negación de la negación de esta lógica
dialéctica daría una lógica
dialéctica supuestamente «superior». Son
muchas las discusiones sobre la autonomía o
heteronomía de la lógica formal dentro del
materialismo dialéctico.

Muchos autores después de Engels han seguido a
este autor en el camino del materialismo dialéctico, si
bien han modificado éste de varios modos. Tal sucede con
Lenin, con quien se inicia una tradición de materialismo
dialéctico llamada «marxista-leninista». Para
él la dialéctica es la doctrina del desarrollo
en su forma más completa, profunda y libre de
unilateralidad, la doctrina acerca de lo relativo del
conocimiento humano, que nos da un reflejo de la materia en
perpetuo desarrollo
.

Lenin insistió inicialmente menos que Engels en
la noción de «materia» como realidad sometida
a cambios de acuerdo con un proceso dialéctico, porque le
interesaba defender el realismo materialista contra el idealismo
y el fenomenismo de los que seguían a autores como Mach y
Avenarius. En Materialismo y empiriocriticismo, de 1909, Lenin
equiparó la realidad material con la realidad del mundo
real «externo», reflejado por la conciencia, la cual
«copia» este mundo mediante las percepciones.
Éstas no son símbolos o cifras, sino reflejos de
«la realidad (material) misma». Esto no quiere decir
que las percepciones, o las sensaciones, describan el mundo real
físico tal como éste es. El verdadero conocimiento
de este mundo es el conocimiento científico, pero la
percepción no es incompatible con este conocimiento. El
materialismo dialéctico y la epistemología
«realista» y «científica» que lo
acompaña es, según Lenin, la doctrina que debe
adoptarse para luchar en favor del comunismo. Esto parece
convertir el materialismo dialéctico en una
ideología cuya verdad depende de la situación
histórica. El materialismo dialéctico es, en suma,
«partidista». Sin embargo, este partidismo no puede
equipararse al de las ideologías no proletarias y no
revolucionarias; si es una ideología, es una que
contribuye a traer al mundo la «teoría
verdadera», que es la que corresponde a la sociedad sin
clases.

En las discusiones entre los materialistas
dialécticos ha surgido con frecuencia el problema de si, y
hasta qué punto, hay que destacar el aspecto materialista
o el dialéctico. En escritos posteriores al citado antes,
y especialmente en los Cuadernos filosóficos
(1915), Lenin subrayó considerablemente el aspecto
dialéctico y, con ello, lo que interpretó como el
verdadero método hegeliano, pero ello no equivale
aún a dejar de lado el materialismo, sin el cual se
desembocaría en un idealismo:

"La dialéctica como conocimiento vivo,
multilateral (con el número de aspectos siempre en
aumento), de innumerables matices en el modo de abordar, de
aproximarse a la realidad (con un sistema filosófico
qué, de cada matiz, se desarrolla en un todo): he
aquí el contenido inconmensurablemente rico, en
comparación con el materialismo 'metafísico', cuya
desgracia principal es la de no ser capaz de aplicar la
dialéctica a la 'Teoría de Reflejo', al proceso y
desarrollo del conocimiento."

Así, mientras la dialéctica en el
materialismo dialéctico pone de relieve aspectos
«idealistas» y «hegelianos», el
materialismo en la misma doctrina pone de relieve, o puede
terminar por poner excesivamente de relieve, aspectos puramente
«mecanicistas» o «superficiales». El
equilibrio entre dialéctica y materialismo en el
materialismo dialéctico es por ello uno de los desiderata
de muchos de los autores adheridos a esta tendencia.

En ocasiones se ha procurado resolver el conflicto entre
los dos componentes del materialismo dialéctico
acentuándose los aspectos «prácticos».
Así sucede, por ejemplo, con el maoísmo y con
varías tendencias políticas más interesadas
en la realización de un programa que en discutir las bases
filosóficas subyacentes en el mismo.

-MAO escribió en 1937 el ensayo sobre la
contradicción, que además de partir de la
universalidad de la contradicción y las particularidades
de cada contradicción, se centra en determinar la
contradicción principal y el aspecto principal de una
contradicción, así como el antagonismo, la lucha y
la identidad de contrarios, de manera que los militantes
revolucionarios tuvieran un manual de lógica para la
solución de los problemas políticos
concretos.

La Crítica de la razón
dialéctica
, del filósofo francés
Jean-Paul Sarte, fue publicada en 1960 con el título
original de Critique de la raison dialectique
(précédé de Questions de
méthode
).

En ella, Sartre se preguntaba cómo constituir una
antropología estructural e histórica, que no
sacrifique la concreción del objeto estudiado en un
sistema fijo de conceptos. Subrayaba entonces que sólo la
Antropologia marxista puede servir para tal propósito,
pero con la condición de que ésta se fundamente en
la comprensión de lo humano que supone el Existencialismo,
la dialéctica fenomenológica del Ser y la Nada.
Aunque el "ejercicio dialéctico" entendido a la manera
clásica, como aquello que pertenece a un debate o
controversia, no fue el objeto de su estudio, Sartre fue ante
todo un polemista y un defensor de la importancia de la
confrontación de opiniones como condición del
conocimiento y de las transformaciones conscientes de la vida y
la sociedad.

2.1 El Materialismo en la Dialéctica : Segun
Karl Marx

2.1.1. MaterialismoSer materialista,
en general, significa afirmar que todo cuanto existe es materia
y, por tanto, negar que existan realidades propiamente
espirituales. Ha habido y hay muchos tipos de materialismo. De
modo más inmediato, Marx también lo tomó de
Feuerbach, pero criticándolo. No resulta fácil
saber con precisión qué entendía Marx por
materia. De hecho, como el mismo Feuerbach, Marx presenta una
noción de materia bastante ambigua y confusa: en
ocasiones, parece afirmar la realidad de una materia
independiente del hombre; otras veces, afirma la identidad entre
materia y «conciencia sensible humana».A) El punto
capital que define el materialismo marxista es, sin embargo, el
siguiente: la causa de todos los fenómenos
históricos importantes no hay que buscarla en las ideas e
intenciones de los hombres, sino en la economía; es decir,
en el modo en que se producen los bienes materiales, en
cómo se intercambian los productos, en la división
en clases que se originan de esa distribución y en las
luchas entre las clases. En otros términos, la base o
infraestructura de la realidad es sólo material (lo
económico), mientras que todo lo demás (ideas,
estructuras sociales y políticas, el Derecho, las Artes,
etc.) son superestructuras producidas por (y completamente
dependientes de) la base material. Este es el llamado principio
del materialismo histórico, que es tanto un método
de interpretación de la historia, como el resultado de
aplicarlo a la historia pasada y a la futura (para su
predicción científica).B) En cambio, se suele
llamar materialismo dialéctico a la interpretación
marxista de los momentos particulares del conjunto explicado en
líneas generales por el materialismo histórico. Es
decir, bajo el nombre de materialismo dialéctico, se
engloban muchas cosas: cuál es la relación entre
sujeto cognoscente y objeto conocido; cuál es la
relación entre el hombre singular y la Naturaleza;
cuál es la relación entre hombre que trabaja y
objeto de su trabajo; intentó también hacer un
materialismo dialéctico para la materia independiente del
hombre (la «Dialéctica de la Naturaleza»).
Para el marxismo esas relaciones (sujeto-objeto, etc.)
serían relaciones dialécticas. Sobre la
dialéctica trataremos a continuación. Baste
señalar aquí, aunque resulta obvio, que como
cualquier otra forma de materialismo, el marxismo niega la
existencia del espíritu humano y de la vida después
de la muerte.2.1.2. DialécticaLa palabra
dialéctica, que antiguamente significaba el arte del
diálogo, fue tomando diversos sentidos a lo largo de la
historia de la filosofía. Modernamente, sobre todo a
partir de Kant, tiene un significado muy diverso del original.
Marx tomó la dialéctica propia del idealismo de
Hegel, introduciendo en ella algunos cambios exigidos por el
materialismo. Según Engels, la dialéctica marxista
se resume en tres leyes: la ley de la conversión de la
cantidad en cualidad; la ley de la unidad de los contrarios; la
ley de la negación de la negación. No se trata de
tres leyes independientes, sino de tres aspectos de una misma
dialéctica, que en su conjunto vendría a ser como
el movimiento a saltos —por tesis, antítesis y
síntesis— en que consistiría la totalidad del
mundo. Por ejemplo, la burguesía (tesis)
engendraría el proletariado (antítesis), para
originar, mediante la revolución, la dictadura del
proletariado (síntesis).

Con frecuencia, sin embargo, la
dialéctica marxista se reduce —como ya
señaló Lenin— a la segunda de esas leyes: la
dialéctica sería, pues, «la doctrina de la
unidad de los opuestos». Así, por ejemplo, la
«relación dialéctica» entre hombre y
objeto de su trabajo significaría que «el hombre se
produce a sí mismo mediante el trabajo», es decir,
que el hombre hace el trabajo y el trabajo hace al hombre
(«identidad de los opuestos: causa y
efecto»).Tratándose de una cuestión
especializada y particularmente contraria al sentido
común, no es posible aquí explicar con detalle la
dialéctica; pero es interesante señalar al menos
algunos de sus principales aspectos y consecuencias:

A) Prioridad del devenir sobre el ser. Según la
dialéctica marxista, la realidad no es un conjunto de
cosas con sus propias esencias y sus cambios e interrelaciones,
sino que la realidad es el movimiento, el cambio: nada hay
estable; el «ser» es simplemente un
«momento» del devenir, y la estabilidad y
consistencia del ser es una simple apariencia. Concretamente,
esto significa, según el marxismo, que la realidad es
historia, y la historia es la autoproducción del hombre
mediante el trabajo. Aquí, «hombre» no es el
individuo, la persona, sino el género, la humanidad. El
individuo humano no es más que «un momento»
del devenir de la humanidad: no existe una «esencia
humana» estable y común a todos los hombres; si se
quiere hablar de esencia humana —dice Marx—
habría que afirmar que la esencia humana es, en cada
momento, el conjunto de las relaciones sociales. La
«forma» de este movimiento que es la historia seria
la dialéctica que, en su manifestación social
general, significaría que toda historia es historia de
lucha de clases.

B) La identidad entre teoría y praxis. Este es
otro de los puntos más básicos del marxismo.
Según Marx, la cuestión sobre si al hombre le
corresponde tener un conocimiento objetivo, sería una
cuestión sin sentido. Precisamente porque no hay
«ser» sino «devenir», y el
«devenir» es «devenir humano», tampoco
cabe hablar de «verdad» en sentido objetivo (ya que
la verdad es el mismo ser en cuanto inteligible). En
consecuencia, para el marxismo, la verdad no es algo ya dado ante
el hombre y que éste deba conocer, sino que la verdad se
hace en la práctica. Por tanto, la teoría
(conocimiento) tiene sólo sentido y valor como proyecto de
acción y, además, el mismo conocimiento —que
sería el simple reflejo del mundo en el cerebro del
hombre— está mediado (condicionado, determinado) por
la praxis humana.

C) Negación del bien, de la justicia, etc. Si se
piensa que no hay «ser», ni una verdad objetiva y
previa a la acción humana, si cada aspecto del mundo se
convierte e identifica con su contrario, resulta necesariamente
que tampoco existe el bien ni, por tanto, la justicia, ni
ningún valor objetivo que el hombre deba reconocer y que
deba procurar (efectivamente, el bien es el ser en cuanto
apetecible). Si a esto se une que, según Marx, no existe
una «esencia humana» estable, se llega a la
conclusión de que no existe una ética o una moral
objetiva (de hecho, Marx y Engels afirman expresamente que
«los comunistas no predican ninguna moral»; y Marx
explicaba que, con ocasión de la fundación de la
Primera Internacional Socialista, tuvo que utilizar los
términos de libertad y de justicia porque no podía
evitarlo, «dada la estupidez» de sus
colaboradores).

D) Identidad entre libertad y necesidad. Esta
«identidad dialéctica» ya se encontraba en el
idealismo hegeliano. Concebida la realidad como un devenir
según leyes fijas (la dialéctica), no queda espacio
para reconocer la libertad de la persona humana, pues ésta
supondría admitir que la historia no es un proceso
necesario. No obstante, el marxismo necesita considerar la
libertad, para no caer en un fatalismo en el que no
tendría ningún sentido la acción
política, la táctica revolucionaria, etc. De
ahí, que, volviendo al idealismo, el marxismo afirme la
identidad «dialéctica» entre libertad y
necesidad diciendo con palabras de Hegel que «la libertad
es la conciencia de la necesidad». Pero esto equivale a
negar el verdadero significado de la libertad de la persona, en
cuanto a dominio sobre sus propios actos.

 
Conclusión

Después de ver conceptos, características,
de la Dialéctica. Llegamos a una serie de conclusiones que
nos enseñaron que los seres humanos pueden tener cierto
grado de autoconocimiento de estas fases. Las diferentes culturas
tratan estos asuntos de diversas maneras. Muchas religiones y
filosofías procuran dar un significado de la
Dialéctica es el tema central de gran cantidad de
literatura, teatro, arte y ciencia.

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