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La disfunción familiar y sus consecuencias



Partes: 1, 2, 3

  1. Introducción
  2. La Familia desde el
    punto de vista sociológico
  3. La Familia
    Célula Fundamental de la Sociedad
  4. El enamoramiento y
    noviazgo
  5. El
    matrimonio
  6. La
    familia
  7. Los
    hijos
  8. Las relaciones de
    hijos con los padres
  9. La
    disfunción familiar
  10. Conclusiones y
    recomendaciones
  11. Bibliografía

Introducción

La Familia desde el punto de vista
teológico.

La "familia" fue instituida por Dios cuando
creó al hombre y a la mujer. Para los cristianos,
Jesucristo lo elevó a la dignidad de sacramento; un
sacramento que da a los esposos una gracia especial para ser
fieles una al otro y santificarse en la vida matrimonial y
familiar, ya que el matrimonio cristiano es una auténtica
vocación sobrenatural.

Según la Iglesia Católica, el origen
de la "familia" no es sólo cultural, sino que
procede de la misma naturaleza humana en cuanto que, como dice el
libro de Génesis (1:27)[1], al
principio "Dios los creó hombre y mujer". La
"familia" sería, por tanto,
una institución y no un producto cultural cuyas
principales características ?unidad, indisolubilidad y
apertura a la vida? vendrían definidas por la propia
naturaleza del concepto católico de amor entre
hombre y mujer, que exige a
los esposos o cónyuges amarse el uno al
otro para siempre y que alcanza su mayor expresión en
la procreación.

Para los católicos, el fundamento de la
"familia" se encuentra en las siguientes palabras
del Génesis: Creo Dios al Hombre a imagen suya, a
imagen de Dios y los creo varón y hembra (Génesis
1: 25-27). Por eso dejará el Hombre a su padre y madre y
se unirá a su mujer; y vendrán a ser los dos una
sola carne (Génesis 2:24; Mateo 19:5; Marcos 10:7, 8; 1
Corintios 1:16; Efesios 5:31)[2].

La Familia desde el
punto de vista sociológico

La familia supone por un lado una alianza, dado por el
matrimonio o la convivencia; y por el otro, una filiación,
los hijos.[3]

Según expone Claude
Lévi?Strauss
, la familia tiene su origen en el
establecimiento de una alianza entre dos o más grupos de
descendencia a través del enlace matrimonial entre dos de
sus miembros. La familia está constituida por
los parientes, es decir, aquellas personas que por
cuestiones
de consanguinidad, afinidad, adopción u
otras razones diversas, hayan sido acogidas como miembros de esa
colectividad.´

Para la sociología, una "familia" es un
conjunto de personas unidas por lazos de parentesco. Los lazos
principales son dos tipos: 1) vínculos de afinidad,
derivados del establecimiento de un vínculo reconocido
socialmente, como el matrimonio ?que, en algunas sociedades,
sólo permite la unión entre dos personas mientras
que en otras, es posible la poligamia?, y 2)
vínculos de consanguinidad, como la filiación entre
padres e hijos o los lazos que se establecen entre hermanos que
descienden de un mismo padre, por lo general, con algunas
excepciones.

Las familias suelen estar constituidas por unos pocos
miembros que suelen compartir la misma residencia. Dependiendo de
la naturaleza de las relaciones de parentesco entre sus miembros,
una familia puede ser catalogada como familia
nuclear o familia extensa. El nacimiento de una familia
generalmente ocurre como resultado de la fractura de una anterior
o de la unión de miembros procedentes de dos o más
familias por medio del establecimiento de alianzas
matrimoniales o por otro tipo de acuerdos sancionados por la
costumbre o por la ley (como el caso de las sociedades de
convivencia en México).

La integración de los miembros de la familia,
como en el caso de los grupos de parentesco más
amplios como los linajes, se realiza a través de
mecanismos de reproducción sexual o de reclutamiento
de nuevos miembros. Si se considerara que la familia debe
reproducirse biológicamente, no podría
conceptualizarse como "familias" aquellos grupos donde
Ego[4]o su consorte (o ambos) están
incapacitados de reproducirse biológicamente.

En estos casos, la función reproductiva se
traslada a los mecanismos de reclutamiento socialmente aceptables
?como la adopción?. El reclutamiento de nuevos
miembros de una familia garantiza su trascendencia en
eizadora[5]de la familia en Occidente se ha
debilitado conforme se fortalecen las instituciones
especializadas en la educación de los niños
más pequeños. Esto ha sido motivado, entre otras
cosas, por la necesidad de incorporación de ambos
progenitores en el campo laboral, lo que lleva en algunas
ocasiones a delegar esta función en espacios como las
guarderías, el sistema de educación preescolar y,
finalmente, en la escuela. Sin embargo, este fenómeno
no se observa en todas las sociedades; existen aquellas donde la
familia sigue siendo el núcleo formativo por
excelencia.

Por otra parte, la mera consanguinidad no
garantiza el establecimiento automático de los lazos
solidarios con los que se suele caracterizar a las familias. Si
los lazos familiares fueran equivalentes a los lazos
consanguíneos, un niño adoptado nunca podría
establecer una relación cordial con sus padres adoptivos,
puesto que sus "instintos familiares" le
llevarían a rechazarlos y a buscar la protección de
los padres biológicos. Los lazos familiares, por tanto,
son resultado de un proceso de interacción entre una
persona y su familia (lo que quiera que cada sociedad haya
definido por familia: familia nuclear o extensa; familia
monoparental o adoptiva, etc.). En este proceso se diluye un
fenómeno puramente biológico: es también y,
sobre todo, una construcción cultural, en la medida en que
cada sociedad define de acuerdo con sus necesidades y su
visión del mundo lo que constituye una
"familia".

La historia es doblemente esclarecedora para la
perspectiva sociológica:

En primer lugar denuncia la ingenuidad de antiguas
simplificaciones, las teorías que se apoyaban en una
visión errónea de la vida pasada, o de las
suposiciones carentes de fundamento a propósito de la
permanencia de la conducta.

En segundo lugar, la historia proporciona una
lección de modestia. Las relaciones entre la
transformación de la familia y las transformaciones de la
sociedad, los cambios técnicos, económicos y
sociales, ya no podrán ser explicadas en términos
de modelos simples y únicos. Cada estudio consagrado a la
familia en un contexto social y económico particular
muestra la variedad de situaciones.

La reflexión histórica sobre la familia
permite poner de manifiesto que no hay uno, sino dos tipos de
familia y de organizaciones familiares muy diferentes en el
tiempo y el espacio.

El hecho familiar es universal, pero con arreglos muy
diversos según las sociedades.

Entre las sociedades tradicionalmente estudiadas por los
antropólogos y las sociedades contemporáneas existe
una diferencia de grado, sino de naturaleza, en las primeras, el
parentesco proporciona lo esencial de las categorías
sociales, el marco de las relaciones de producción, de
consumo, de poder, etc.; en las segundas, el parentesco tiene la
concurrencia de otras instituciones sociales, y sobre todo el
Estado. La antropología insiste en la necesidad de
estudiar el hecho familiar en el seno de una cultura bien
definida, y en sus relaciones con esa cultura.

Los tiempos ya no están `para una teoría
global como era la ilusión o la esperanza de los
sociólogos de la década de los sesenta e incluso
antes. El abandono de las teorías evolucionistas, lineales
o funcionalistas constituye un logro importante. Sin embargo
pueden intentarse teoría de medio alcance.

Esta sociología de la familia se organiza en tres
partes:

  • 1) La centrada en las relaciones estructurales
    entre familia, grupo doméstico y parentesco,
    apoyándose en conceptos
    antropológicos.

2) La centrada en la constitución de la
familia, matrimonio y posterior nacimiento de los
hijos.

3) La que trata sobre los roles y las actividades
de los cónyuges y finaliza con una discusión de las
relaciones entre familia y sociedad.

Cada tema será introducido en una perspectiva
histórica y etnológica.

El dato biológico de base es un hombre, una
mujer, niños. Los lazos madre?hijo, hermana?hermano son
biológicos, pero la asociación hombre?mujer ya es
social. Cada sociedad debe nombrar estos lazos que
entrañan en el seno de la díada y de la
tríada un conjunto de relaciones, de sentimientos, de
obligaciones.

La Familia
Célula Fundamental de la Sociedad

Desde que nacemos los seres humanos vivimos rodeados de
muchas personas. El primer grupo humano al que pertenecemos es la
familia, célula fundamental de la sociedad. Según
la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es
el elemento natural, universal y fundamental de la sociedad,
tiene derecho a la protección de la sociedad y del
Estado[6]Los lazos principales que definen una
familia son de dos tipos: vínculos
de afinidad derivados del establecimiento de un esposo
fijo; por otra parte, el lazo entre una mujer y un hombre
podía ser roto con la negativa de la mujer a recibir en su
casa al hombre. Por su parte, el "compañero reconocido
de una mujer debía asumir la paternidad de los hijos de
ésta, aun cuando fuera de dominio público que
el genitor ?el padre biológico,
según la terminología utilizada en Occidente? fuera
otro hombre
" (Gough, 1974)[7]. En algunas
sociedades, sólo se permite la unión entre dos
personas mientras que en otras es posible la poligamia, y
vínculos de consanguinidad, como
la filiación entre padres e hijos o los lazos
que se establecen entre los hermanos que descienden de un mismo
padre. También puede diferenciarse la familia según
el grado de parentesco entre sus miembros. La familia nuclear,
fundada en la unión entre hombre y mujer, es el modelo
principal de familia como tal, y la estructura difundida
mayormente en la actualidad. Las formas de vida familiar son muy
diversas, dependiendo de factores sociales, culturales,
económicos y afectivos. La familia, como cualquier
institución social, tiende a adaptarse al contexto de una
sociedad.

En este proceso se diluye un fenómeno puramente
biológico: es también y, sobre todo, una
construcción cultural, en la medida en que cada sociedad
define de acuerdo con sus necesidades y su visión del
mundo lo que constituye una "familia".

Apartándonos del concepto teológico sobre
La familia; debemos decir que, Difícil es dar una fecha
exacta de cuándo se creó la familia. Ésta,
tal como la conocemos hoy, tuvo un desarrollo histórico
que se inicia con la horda; la primera, al parecer, forma de
vínculo consanguíneo. Con el correr del tiempo, las
personas se unen por vínculos de parentesco y forman
agrupaciones como las bandas y tribus.

Las actividades de la agricultura obligan contar con
muchos brazos, de allí entonces la necesidad de tener
muchos hijos e integrar el núcleo familiar a parientes,
todos bajo un mismo techo.

Con la industrialización las personas y sus
familias se trasladan a las ciudades, se divide y especializa el
trabajo, los matrimonios ya no necesitan muchos hijos y
económicamente no pueden mantenerlos; surge la familia
nuclear o conyugal que contempla al padre, la madre y los
hijos.

Por último manifestaremos que, aparte de analizar
conceptos básicos sobre La familia, su origen,
evolución, clases y funciones, trataremos en particular la
"disfunción familiar y sus consecuencias", que es
objeto de la presente monografía.

El enamoramiento y
noviazgo

El enamoramiento.

Es preciso y necesario dejar aclarado que previamente al
noviazgo, está el proceso de enamoramiento, es en
sí es un proceso difícil de entender, y se define
como un estado alterado de conciencia, de las actitudes y las
emociones quedan fuera de control, es una magia que lleva a la
persona enamorada a tener una serie de cambios en la
percepción de las cosas en forma importante y la
teoría de la "correspondencia" se
aplica cuando una persona busca a otra persona para relacionarse
íntimamente que tengan las mismas historias y la otra
persona y sirve como "espejo" y por eso se
enamoran.

Las relaciones de pareja en la adolescencia suelen ser
muy intensas y hasta pasionales, como consecuencia de la
transformación física y psicológica que
están sufriendo; las emociones se exacerban y el sentido
idealista que los caracteriza provoca tanto la sensación
de estar viviendo el "gran amor de su vida" y las
decepciones pueden ser muy tormentosas.

Sin embargo, la experiencia de relaciones de pareja en
esta edad ayuda a los jóvenes en sus primeros ensayos de
esta nueva modalidad de relación que además es una
experiencia de crecimiento propia y necesaria de la edad. Todo
esto, siempre y cuando, se cuente con la guía y
orientación adecuadas por parte de los padres,
principalmente.

El noviazgo.

Luego vendrá el noviazgo, que es una etapa muy
bonita de la vida con la característica principal del
enamoramiento, que incluye varias actitudes. Pensamiento
frecuente en la persona amada, que se presenta idealizada y
maravillosa.

Deseo de verse, de conversar, de reunirse. Deseo de
agradar a quien se ama.Planificación intensa para
conseguir los proyectos anteriores (agradar, encontrarse, verse,
hablar, etc.), con ligero descuido de otros deberes.

¿A qué relaciones se llama noviazgo antes
del matrimonio, y que generalmente se da en adolescentes? Entre
un hombre y una mujer hay trato profesional, familiar, deportivo,
etc. Y ninguno de ellos es un noviazgo. Para que lo sea debe
tratarse de una relación afectiva con vistas al
matrimonio.

¿Cualquier relación afectiva es un
noviazgo?. Normalmente este nombre sólo se aplica a un
trato algo estable, donde el matrimonio se ve como posible. Otras
relaciones afectivas entre un hombre y una mujer reciben nombres
diferentes. Por ejemplo, puede hablarse de conocidos, amigos,
salen juntos, son una pareja, etc.

¿Qué diferencia existe entre la
relación de pareja en la adolescencia y el noviazgo?. La
relación de pareja adolescente es una relación
carente de compromiso formal que se desarrolla entre los 15 y 20
años pudiendo extenderse en la edad adulta. Nuestra
sociedad no reconoce en la relación de pareja adolescente
a una institución y, erróneamente, casi no le
asigna un interés particular desde el punto de vista
educativo y de orientación.

El noviazgo antes del matrimonio, en cambio, es una
relación un tanto formalizada en una pareja y socialmente
se considera la etapa previa al matrimonio. Aunque legalmente no
existe como institución legal, la sociedad occidental lo
considera un compromiso de diferentes maneras: la postura previa
de argollas o anillos por parte de los comprometido, visitas
entre los padres para confirmar el compromiso de matrimonio y
petición de la novia a los padres de ésta, entre
otras diversas manifestaciones conforme el país y cultura
de que se trate.

En otras palabras, el noviazgo como tal es un
compromiso, no escrito ni válido legalmente,
contraído por una pareja para casarse a futuro, sea en una
fecha determinada o en un tiempo indefinido. Tal compromiso no
obliga a las partes a casarse, necesariamente, y una de ellas
bien puede renunciar a ello si así lo estima conveniente
con consecuencias de tipo social -sobre todo si se había
formalizado ante familiares – pero no legales.

Por lo expuesto se propone que los jóvenes
adolescentes comprendan los verdaderos alcances del noviazgo, sus
ventajas y desventajas, cuando llegue su oportunidad, para de
esta manera poder abarcar este
"problema" viéndolo simplemente como una
etapa inicial del desarrollo psicológico y no como una
etapa terminal que podría llegar a convertirse en un
matrimonio temprano.

El "noviazgo" es una relación
transitoria entre un hombre y una mujer, la cual brinda la
oportunidad de conocerse, para decidir en un determinado momento
pasar a la siguiente fase que es el matrimonio, también es
una relación amorosa mantenida entre dos
personas con o sin intención de casarse y sin
convivir.

Las personas que mantienen de un noviazgo se
llaman novios/as1y durante la adolescencia, por lo tanto; no
puede hablarse de noviazgo al no existir las bases maduracionales
para el establecimiento de una relación de pareja formal y
de compromiso, tal como se entiende en el caso de los
adultos.

Los padres viven de cerca los problemas del noviazgo de
sus hijos, y se enfrentan a una realidad completamente alejada
del concepto correcto de lo que el noviazgo significa; por ello
se sienten amenazados y temerosos de que ante la primera
experiencia de enamoramiento, sus hijos no puedan resistir las
presiones sociales y educativas a las que se ven
expuestos.

En la actualidad las relaciones de intimidad entre
jóvenes de ambos sexos se dan a edades más
tempranas y si no se sabe cómo manejar las situaciones
adecuadamente, es posible que sus hijos se frustren
tempranamente.

Durante la pubertad los jóvenes buscan una imagen
idealizada del amor y del sexo, y además sienten que se
afirman como adultos. Desde niños han observado a
través de los medios de comunicación y de los casos
de la vida real, que en su mayoría los adultos forman
parejas, y ellos por el deseo de llegar a la adultez,
también desean tener una pareja, e incluso en ocasiones
tienen comportamientos de intimidad sexual para los que no
están preparados, porque todavía no alcanzan un
crecimiento, conocimiento y maduración
personal.

Otros más, por sugerencias de su grupo de amigos,
de la sociedad y a veces hasta de su familia, se ven
presionados a tener un noviazgo, pues sienten que si no cumplen
lo esperado a su edad, serán rechazados y los padres se
enfrentan a un dilema importante al constatar que la
mayoría de los programas de educación sexual de que
disponen los jóvenes ofrecen soluciones a corto plazo, que
sólo buscan prevenir las enfermedades de trasmisión
sexual y los embarazos no deseados, y no precisamente educar en
los valores de la sexualidad.

Es un período variable en el cual una pareja,
después de la elección mutua, se conoce en aspectos
sustanciales de la personalidad de cada uno, para que ambos
decidan si la vida matrimonial y el compromiso definitivo que
ésta implica es lo conveniente para ellos. Para ambos, la
pareja elegida es ese "alguien especial" en quien
encuentran cualidades que le atraen y que no ve en otras
personas; estas cualidades hacen nacer una simpatía mutua
que deriva en afecto y amor.

Por definición, el noviazgo es una etapa
transitoria, no es para siempre, como el matrimonio. Durante ese
período, si se confirma la elección, también
se consolidan las bases para el matrimonio.

El conocimiento personal que se
busca especialmente durante el noviazgo es el de la
comunicación de valores, lo cual se logra dialogando,
compartiendo experiencias que puedan enriquecer la
relación y le den la consistencia profunda que se requiere
para compartir más adelante la intimidad en todos los
aspectos, como lo exige el matrimonio.

Muchos novios terminan por conocerse sólo
físicamente, pero el mundo interno y personal de cada uno
es desconocido para el otro y por ello, al llegar al matrimonio,
se dan cuenta que son personas diferentes de la que ambos
creían conocer. Han desaprovechado una etapa de la vida
que proporciona una oportunidad única para la pareja, de
conocerse y aprender a quererse con el amor de
donación.

No existen reglas fijas, pero intentar un noviazgo
formal sin posibilidades reales de casarse en un término
de tiempo razonable, o sin la idea de formalizar la
relación, crea expectativas falsas y muchas veces
decepciones que generan sentimientos de baja autoestima, pues
aunque el noviazgo por sí mismo no es algo definitivo,
sí debe preverse un término para él. Si la
elección ha sido correcta, el siguiente paso es el
matrimonio; si no hay coincidencias suficientes, la ruptura de la
relación.

Con esto pudiera resolverse hasta cierto punto el dilema
de los padres con respecto al permitir o prohibir este tipo de
relaciones en sus hijos adolescentes. La prohibición es
una medida totalmente ineficaz y hasta contraproducente en una
etapa en la que los chicos se caracterizan por ir en contra del
orden establecido, especialmente el que instituyen los
padres.

Comprender que la mejor forma de prevención de
situaciones de riesgo en el adolescente, son la
comunicación, guía, orientación y
acompañamiento emocional, en esta nueva experiencia de
crecimiento de los hijos.

La conclusión que podría indicarse es que
la juventud actualmente
pretende "experimentar" de manera forzada sin
medir las consecuencias y sin calcular los problemas que
podrían surgir si este término de
"enamoramiento" y posterior "noviazgo"  no
es bien comprendido, por ello es posible cometer errores que casi
ya no son posibles de resolver, como ser: las relaciones
prematrimoniales, frustraciones amorosas, convivencia prematura,
etc. Entonces la juventud en este sentido debe llegar a conocer
los verdaderos alcances del noviazgo
para "experimentarlo" de manera apropiada y
comprender que esta es solamente una etapa que atraviesa todo
adolescente y no la etapa final del "amor".

El
matrimonio

El  matrimonio  es una institución
social  que crea un vínculo conyugal  entre
sus miembros este lazo es reconocido socialmente, ya sea por
medio de disposiciones jurídicas o por la vía de
los usos y costumbres. El matrimonio establece entre los
cónyuges ?y en muchos casos también entre
las familias de origen de éstos? una serie de
obligaciones y derechos que también son fijados por
el derecho, que varían, dependiendo de cada sociedad.
De igual manera, la unión matrimonial permite legitimar la
filiación de los hijos procreados o adoptados de sus
miembros, según las reglas del sistema de
parentesco vigente.

El matrimonio más allá de ser un
vínculo conyugal, es la institución social que
constituye la familia, y por ende, encontrando
relación directa con las tasas de natalidad de
las sociedades en donde se
consoliden[8]

Por ser una institución sumamente extendida en el
mundo ?aunque no de modo universal? la definición del
matrimonio es materia de diversas disciplinas. Desde el punto de
vista del derecho occidental, el matrimonio constituye una
unión de dos personas que tiene por finalidad constituir
una familia. Hasta hace pocos años se consideraba un
elemento esencial de la definición el hecho que ambos
contrayentes debían ser de sexo opuesto, pero en el
último tiempo este elemento ha sido objeto de moderaciones
debido a la apertura, en algunos ordenamientos,
al matrimonio entre personas del mismo sexo.

Por su lado, en vista de la información
etnográfica obtenida de diversas sociedades,
la antropología del parentesco define el
matrimonio como la unión de dos o más personas que
cumplen roles de género definidos por la sociedad, incluso
tratándose de matrimonios homosexuales. El
matrimonio, desde el punto de vista antropológico, es una
institución que permite legitimar la descendencia de una
mujer y crea relaciones de alianza entre los grupos de parentesco
de los cuales provienen sus miembros[9]

El matrimonio puede ser civil o religioso y, dependiendo
de la religión o del ordenamiento jurídico, los
derechos, deberes y requisitos del matrimonio son
distintos.

Ahora bien, no todas las sociedades establecen la
distinción entre matrimonio
civil y matrimonio religioso. Esta distinción
sólo puede existir en aquellos contextos donde el Estado
ha atraído el reconocimiento del matrimonio como una de
sus atribuciones. En algunos países occidentales el
matrimonio civil no ha sido reconocido hasta fechas relativamente
recientes. Por ejemplo, Chile lo reconoce desde
1884. Argentina, lo hace desde 1888. Algunos estados que han
adoptado el matrimonio civil no reconocen las uniones conyugales
realizadas bajo las normas religiosas, otros las reconocen como
opción con validez jurídica equivalente al
matrimonio civil. En contraparte, las religiones no suelen
reconocer el matrimonio civil como una forma de unión
conyugal acorde con sus preceptos.

Características Generales.

La forma tradicional de matrimonio es entre
un hombre y una mujer, con la finalidad de
constituir una familia. Esa
definición ortodoxa  ha sido cuestionada, de una
parte, porque se ha otorgado reconocimiento a las uniones entre
un hombre y una mujer con finalidades prácticamente
idénticas al matrimonio, pero que adoptan formas y
denominaciones distintas. Por otro lado, el desarrollo de nuevos
modelos de familia han desvinculado la función
reproductiva del matrimonio: parejas no casadas con hijos o
matrimonios sin hijos (siendo la causa más común de
esto la esterilidad de uno de los miembros, y no tanto
el nivel socioeconómico), madres y padres
solteros o madres y padres con una pareja de su mismo
sexo. Finalmente, en varios países y estados se ha
producido una ampliación de derechos que ha dado
reconocimiento al matrimonio entre personas del mismo
sexo.

En esos casos el matrimonio se realiza, generalmente,
por la forma civil o de Estado, porque las normas de muchas
religiones no permiten este tipo de uniones en su
seno.

Con todo, en distintos tiempos y lugares se han
reconocido otras variedades de
matrimonio[10]

La monogamia es la práctica
más común.

El matrimonio se considera una institución
importante porque contribuye a definir la estructura de
la sociedad, al crear un lazo de parentesco entre
personas (generalmente) no cercanas en línea de
sangre (al respecto, recordemos que también hay
comunidades en las que se acostumbra el matrimonio entre primos o
entre parientes de distintos grados; véanse las entradas
acerca de la endogamia y el  incesto). Una de sus
funciones ampliamente reconocidas es
la procreación y socialización de
los hijos (si bien no es absolutamente necesario casarse para
tener hijos, ni todos los matrimonios heterosexuales los tienen),
así como la de regular el nexo entre los individuos y
la descendencia que resulta en
el parentesco, rol social y estatus.

En las sociedades de influencia occidental suele
distinguirse entre matrimonio religioso y matrimonio civil,
siendo el primero una institución cultural derivada de los
preceptos de una religión, y el segundo una forma
jurídica que implica un reconocimiento y un conjunto de
deberes y derechos legal y culturalmente definidos.

Fundamentos Jurídicos.

Las características generales de la
institución del matrimonio incluidas en algunos
ordenamientos jurídicos son la dualidad,
la heterosexualidad y el contenido en cuanto a 
derechos y  deberes. A partir del  siglo XX, en las
sociedades de influencia occidental y procedente
del liberalismo se recoge también
el principio de igualdad, con un peso creciente en las
regulaciones derivadas.

La dualidad del matrimonio es el principio por el que la
institución está prevista, en principio, para unir
a dos personas y vincularlas para su convivencia y
procreación. En algunos ordenamientos (en especial los de
base islámica) se reconoce la posibilidad de que un
hombre contraiga matrimonio con más de una mujer. Pero
incluso en este caso la institución vincula a una persona
con otra, pues las diversas mujeres que
un musulmán pueda tener no están unidas,
en principio, por ningún nexo matrimonial ni tienen
derechos y obligaciones entre sí.

Tradicionalmente el matrimonio exige la pertenencia de
cada contrayente a uno de ambos sexos, de manera que un hombre y
una mujer son los únicos que, en principio, pueden
contraer matrimonio. Este principio está siendo modificado
en algunos países en favor del principio de igualdad,
a fin de reconocer la paridad de derechos y obligaciones entre
hombre y mujer y extender los beneficios que implica la
institución del matrimonio a parejas formadas por personas
del mismo sexo.

El contenido en cuanto a derechos y deberes de
los cónyuges varía en función del
ordenamiento jurídico de cada país, pero por lo
general todos les imponen la obligación de vivir juntos y
guardarse fidelidad, de socorrerse mutuamente, de contribuir
al levantamiento de las cargas familiares y de ejercer
conjuntamente la potestad doméstica y
la patria potestad sobre los hijos, que se
presumen comunes salvo prueba en contrario. Las singularidades
del contenido del matrimonio en cuanto a derechos y deberes de
los cónyuges derivan en cada país de su propia
concepción cultural de la institución, que ha dado
forma a la misma en su legislación positiva y en su
práctica jurídica.

Efectos Jurídicos.

El matrimonio produce una serie de efectos
jurídicos entre los cónyuges y frente a terceras
personas, de los cuales los fundamentales son los deberes u
obligaciones conyugales, el parentesco, la adquisición
de derechos sucesorios entre
los cónyuges y el régimen
económico del matrimonio, que tiene distintas modalidades
en los diferentes países. Además, en varios
países produce de derecho
la emancipación del contrayente menor de
edad, con lo cual éste queda libre de la patria
potestad de sus padres y podrá en adelante
actuar como si fuera mayor, aunque posteriormente
se divorcie.

Ello dependiendo de la normatividad de cada país,
que por lo general han sido igualados.

Matrimonio Religioso.

El matrimonio religioso se puede definir como una
unión cuya estructura esencial viene exigida por los
dogmas de la religión a la que pertenecen los
contrayentes, y no por la naturaleza humana común para
todo ser humano.

El Matrimonio católico.

Para la Iglesia católica, el matrimonio es una
alianza por la que un hombre y una mujer constituyen una
íntima comunidad de vida y de amor. Por su naturaleza
está ordenada al bien de los cónyuges y a la
generación y educación de los hijos. Entre
bautizados, el matrimonio es, además,
un sacramento. Por eso, un matrimonio de paganos que,
al cabo de los años, recibiera el bautismo, no necesita
repetir ningún rito o ceremonia: en el momento de
recibirlo, su vínculo conyugal se convierte en
sacramento[11]

Según la Iglesia Católica, el origen
del matrimonio entre una pareja no es sólo cultural, sino
que procede de la misma naturaleza humana en cuanto que, como
dice el libro de Génesis (1:27)[12],
al principio "Dios los creó hombre y mujer".
El matrimonio sería, por tanto,
una institución y no un producto cultural cuyas
principales características -unidad, indisolubilidad y
apertura a la vida- vendrían definidas por la propia
naturaleza del concepto católico de amor entre
hombre y mujer, que exige a
los esposos o cónyuges amarse el uno al
otro para siempre y que alcanza su mayor expresión en
la procreación. Por eso, la Iglesia Católica
se ha opuesto tradicionalmente al adulterio,
la poligamia, el rechazo de la fecundidad y
el divorcio. También, recientemente, se ha
manifestado en contra tanto a las legislaciones que permiten las
uniones entre personas del mismo sexo como a aquéllas que
equiparan el estatus jurídico de dichas uniones al del
matrimonio, porque entiende que "significaría no
solamente aprobar un comportamiento desviado y convertirlo en un
modelo para la sociedad actual, sino también ofuscar
valores fundamentales que pertenecen al patrimonio común
de la humanidad
".

Para los católicos, el fundamento del matrimonio
se encuentra en las siguientes palabras del Génesis:
Creo Dios al Hombre a imagen suya, a imagen de Dios y los creo
varón y hembra (Génesis 1: 25-27). Por eso
dejará el Hombre a su padre y madre y se unirá a su
mujer; y vendrán a ser los dos una sola carne
(Génesis 2:24; Mateo 19:5; Marcos 10:7, 8; 1 Corintios
1:16; Efesios 5:31)[13].

El matrimonio religioso se establece con el
consentimiento libre de cada uno de los dos contrayentes
manifestado ante el representante de la Iglesia.

El Matrimonio por su naturaleza está ordenado a
la generación y la educación de los hijos, al amor
y ayuda entre los esposos y a su santificación
personal.

Es el Sacramento que santifica la unión
indisoluble entre un hombre y una mujer cristianos, y les concede
la gracia para cumplir fielmente sus deberes de esposos y de
padres. Cuyas propiedades esenciales del Matrimonio son: la
unidad, la indisolubilidad y la apertura a la
fecundidad.

Otros matrimonios No Católicos
(cristianos).

El  matrimonio  es sancionado por las
autoridades religiosas de otros credos cristianos no
católicos, aunque a diferencia de la Iglesia
Católica, entre las denominaciones protestantes, el
matrimonio no se considera un sacramento.

En las iglesias ortodoxa y copta el matrimonio es uno de
los siete sacramentos y también una vocación
compatible con la de los presbíteros y diáconos.
Los monjes y los obispos en cambio son invitados a vivir en
celibato. Se da más importancia que al consentimiento a la
bendición nupcial pues, según su teología,
es Cristo mismo quien los une. Así, la huella del
matrimonio se mantiene incluso después de la muerte de uno
de los cónyuges. Sin embargo, se justifica un nuevo
matrimonio del cónyuge que no ha cometido adulterio ?en
caso de que su esposo(a) lo haya hecho? y por diversos motivos
que se han ido añadiendo con el paso del tiempo. De
cualquier forma la disciplina no es unitaria en todos los
patriarcados dado que se reconoce la indisolubilidad del
vínculo pero al mismo tiempo se concede la posibilidad de
un nuevo matrimonio en esos casos, por el bien pastoral de los
esposos y, además se ha dado mucha interferencia del poder
estatal que las iglesias han simplemente asumido.

El rito de matrimonio en la Iglesia
ortodoxa inicia con el rito llamado "oficio de
esponsales
" en el que los esposos se acercan a la puerta de
la iglesia y son interrogados por el celebrante acerca de su
deseo libre de unirse en matrimonio. Entonces el sacerdote hace
el signo de la cruz sobre la cabeza de cada contrayente tres
veces. Luego les hace entrega de unas velas encendidas y los
conduce al interior del templo. El celebrante lleva el incensario
y cuando llega al altar comienza las plegarias a las que responde
el diácono y el coro. Luego pone los anillos a los
esposos.

Al "oficio de esponsales" sigue el "oficio
de bodas
". Los contrayentes se dirigen nuevamente a la
entrada de la iglesia y se acercan en procesión llevando
las velas. También el sacerdote viene adelante con el
incensario. Cuando llegan al altar, el sacerdote les recuerda las
obligaciones y condiciones del matrimonio invitándoles a
vivirlo de acuerdo con la fe que profesan. Luego los novios
manifiestan públicamente su consentimiento. Siguen otras
moniciones leídas por el sacerdote y luego las tres
bendiciones (que son oraciones que recuerdan partes relacionadas
de la historia de la salvación pidiendo a Dios su
bendición).

Sigue el "rito de coronación" por el que
el sacerdote pone una corona en la cabeza de cada esposo. Luego
se lee el extracto de la carta a los Efesios referida al
matrimonio como misterio de la unión de Cristo con su
Iglesia (Efesios 5:20-33) y el evangelio de las bodas de
Caná (Juan 2:1-11)[14].

Matrimonios entre personas del mismo
sexo.

No podemos de dejar de analizar este tema, por derecho y
respeto a la igualdad a la personas. Donde el matrimonio entre
personas del mismo sexo es reconocido legal o socialmente un
matrimonio formado por contrayentes del mismo sexo
biológico o identidad de género,
sólo en algunos países y en algunos estados de los
Estados Unidos; en consecuencia, no existe aceptación
legal ni social en muchos países; como lo dejamos expuesto
en el párrafo siguiente.

Las primeras leyes de la época
actual en reconocer el matrimonio entre personas del mismo
sexo fueron aprobadas durante la primera década
del siglo XXI. A fecha de 8 de octubre de 2014, quince
países (Argentina,  Bélgica, 
Brasil,  Canadá,  Dinamarca,
EspañaFrancia,  Islandia, 
Noruega,  Nueva Zelanda,  Países
Bajos, Portugal, Sudáfrica, Suecia,
Uruguay) y varias jurisdicciones
subnacionales[15]de México y
los Estados Unidos permiten casarse a las parejas del
mismo sexo. Reino Unido ha promulgado una ley para
legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo,
válida en Inglaterra y Gales, que entrará en vigor
a mediados de 2014[16]

LAS RELACIONES ENTRE LA PAREJA.

La relación de pareja puede ser una de las
más importantes en nuestra vida.No sólo por el
tiempo e intimidad que se comparten en ella, sino porque nos
ayuda a crecer y está con nosotros, en muchos de nuestros
mejores y peores momentos, por lo que nuestra pareja puede ser
quien mejor nos conoce y más influencia tenga en nuestra
vida.

Una pareja puede tener conflictos que surjan de la
relación en sí, como por ejemplo, problemas de
comunicación, sexuales, de infidelidad, manejo de poder,
etc. o puede tener conflictos que surgen fuera de la
relación, pero que repercuten en ésta, como por
ejemplo: la menopausia en la mujer, la jubilación,
frustraciones personales, aumento de responsabilidades u horarios
de trabajo de uno de los miembros de la pareja, problemas o
enfermedades en la familia de origen o en la política,
etc.

La estabilidad emocional.

La terapeuta americana Liberty Kovacs, nos
muestra en su libro "Las 6 etapas de la relación de
pareja
" cómo se desarrollan cada una de las fases de
la vida en pareja. En este modelo nos muestra que los
problemas de pareja son una parte normal de toda relación
y que la fase de enamoramiento no dura eternamente. Pero,
¿cómo hacer frente a todos estos problemas? La
clave: luchar por la
relación[17]

¿Una relación de pareja nos da la felicidad?.
Existen temporadas en la relación, en las que se
siente que todo es perfecto. Pero en ocasiones, tal deleite puede
transformarse repentinamente en tristeza tras una
discusión, un comentario mal entendido, un gesto mal
interpretado o la posición de esa persona frente a
determinadas situaciones en determinados momentos. Existen etapas
o días en los que una persona se pregunta si realmente es
feliz y otras en las que la felicidad es evidente.

Una relación de pareja no es una garantía
de felicidad, pues nunca se sabe qué dirección
tomará la relación y en qué momento o de
qué manera la pareja cambiará. Sin embargo, una
relación siempre es un motivo de felicidad, pues no hay
nada que haga más feliz a una persona que amar y sentirse
amado.

Las 6 fases de la relación de pareja: primeros
sentimientos:[18]

1) Enamoramiento: al comienzo, la pareja
está tan enamorada que incluso la separación por un
par de horas es difícil de soportar. Las dos personas
sólo esperan el momento en el que se vuelvan a encontrar y
es frecuente la sensación de mariposas en el
estómago. Conocer a su familia ayuda a afianzar la
relación. En ese momento nada es más importante que
el nuevo amor. Este tiempo es considerado como el mejor momento
de la pareja, porque nada puede perturbar la felicidad que ambos
sienten.

 2) Expectativas: es natural tener
ciertas expectativas sobre la relación de pareja al
comienzo. Al buscar pareja, algunas características no son
percibidas en la etapa inicial porque el enamoramiento puede
nublar un poco la objetividad de las personas. Sin embargo,
después de algún tiempo las debilidades de ambos
pueden empezar a notarse y es posible sentir un poco de
decepción. Se empieza a sentir más
preocupación por las propias cosas que por las cosas de la
pareja. 

 3) Pelea por el poder: las dos
personas tratan de imponer sus estilos ante la otra e incluso
intentan transformarlas de acuerdo a sus propios intereses y
conceptos de la pareja perfecta.

La evolución de los sentimientos.

4) El difícil séptimo
año: en este momento, es frecuente que la
relación de pareja sea puesta a prueba. Es muy probable
que una de las dos personas se sienta un poco estresada o que el
amor que define la relación de pareja se ponga en duda.
Posiblemente una de las dos personas percibe que los sentimientos
de su pareja han cambiado o disminuido. Las parejas deben superar
esta etapa de duda si consideran que mantener la
relación es muy importante o si aún consideran
que esa persona es la elegida. Y si tienen hijos, deben superarlo
con su ayuda.

5) Reconciliación: superando el
escollo de los siete años, las dos personas se encuentran
de nuevo la una a la otra y vuelven a ver en la otra persona
aquello que al principio de la relación les hizo
enamorarse. Se es un poco más consciente de que la
relación de pareja no necesariamente debe llenar todas y
cada una de las expectativas que una persona tiene sobre la
otra.

Partes: 1, 2, 3

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