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El empleo de terminología ancestral no propicia una educación para la sostenibilidad



Partes: 1, 2

  1. Hipótesis
  2. Breve
    reseña histórica
  3. Confusión
    terminológica?
  4. Educación emprendedora: Nuevo paradigma
    educativo integrador

Hipótesis

Dadas las circunstancias socioeducativas actuales, es
posible que el empleo de terminología ancestral en la
aplicación de nuevos paradigmas educativos no propicie una
educación para la sostenibilidad.

Breve reseña
histórica

El homo sapiens, al caminar, se formulaba preguntas;
conoció un mundo más amplio cuando
tuvo conciencia de su corporalidad; fue un hombre
consciente de sus capacidades físicas y mentales y de
su fuerza frente al animal.

La historia se inicia con ese hombre que camina y
descubre posibilidades para crecer. En el baile, copia los
movimientos del viento, del mar, de
los árboles, etc.; poetiza su cuerpo asumiendo
la creación que los poetas accionan en palabras.
Así manifiesta un cuerpo activo, posibilidades
plásticas y un accionar en
la poesía[1]

Los egipcios valoraron la escritura dejando, por
escrito, todas las cosas para otras generaciones. Al
principio escribían en piedras y en las tumbas, luego en
papiros; los aprendices practicaban en los trozos de barro de las
vasijas rotas. 

Los escribas del antiguo Próximo
Oriente conocían la escritura cuneiforme, redactaban
textos y organizaban su clasificación en los archivos.
Todo sabio recibía una formación de escriba, a los
que se llamaba, en sumerio, DUB.SAR (compuesto de DUB "la tabla"
y SAR "inscrita": "aquél que escribe sobre una tablilla")
y en acadio tupsrrum (forma acadiana de
DUB. SAR)[2].

En China e India, influenciados por Confucio y Buda, la
educación estuvo orientada al desarrollo y fortalecimiento
de los valores interiores, dentro de un rígido sistema
social. En Egipto, Babilonia, Persia y en las culturas
precolombinas del continente Americano, la educación
estaba supeditada a los intereses religiosos y a las tradiciones;
la instrucción carecía de estructura formal y sus
tareas principales, en las clases pobres, estaban a cargo de la
familia. En las clases ricas, estas tareas se asignaban a
esclavos, maestros, sacerdotes o artesanos que
desempeñaban su labor en los palacios, templos y
domicilios particulares.

Para Platón, un cuerpo en orden, es el fundamento
para toda discusión. Muchos diálogos
platónicos se llevaban a cabo en banquetes, allí
donde el cuerpo se alimentaba y
descansaba[3]

Según Werner Jaeger,
en Paideia, la primera educación que un griego
recibía, se refería al uso de su cuerpo porque
allí encontraba un orden (un cosmos) y una
extensión a todas sus acciones.
La mitología griega giraba en torno al
cuerpo y definía la belleza corporal como el elemento
necesario para estar al lado de la sabiduría,
como equilibrio y calidad.

En Atenas, la educación se orientaba al cultivo
del cuerpo, la mente y el espíritu. La escuela
promovía el uso del razonamiento y la crítica en
constantes eventos públicos. El estado regulaba la
educación, pero se respetaba la injerencia cívica y
moral de los padres sobre los hijos[4]

La educación para los niños ricos giraba
en torno a las prácticas del gimnasio y la música,
literatura, filosofía y arte. Mucho tiempo lo pasaba en la
palestra y el gimnasio aprendiendo a luchar, correr, nadar, y
lanzar el disco o la jabalina. Durante ese tiempo
aprendían a leer, escribir y a desenvolverse en las
demás actividades que el régimen establecía
para los varones, entre ellas la capacidad de sacrificio y la
resistencia al dolor. A los dieciocho años, el muchacho
ingresaba en la nomadelfia, educándose para la guerra y la
administración pública; prestaba su servicio
militar que concluía a los veintiún años.
Terminado este proceso, regresaba a la sociedad para formar un
hogar y servir a la patria y a la milicia hasta cumplir los
sesenta años.

Las mujeres debían desarrollar
actividades propias del hogar, hasta llegar a la edad de poder
casarse con quien el padre negociara la dote
matrimonial[5]

El carácter eminentemente urbano de la
educación romana, reproduce el esquema griego, expresa
tanto en su articulación concreta como en los contenidos
fundamentales; logrando su mayor desarrollo educativo, en la
implantación geográfica y social, pues las escuelas
se configuran en torno a los municipios a fin de formar a los
miembros de las oligarquías
urbanas[6]

Dentro del marco familiar se desarrolla la
educación del niño y del adolescente hasta los
diecisiete años; primero, hasta los siete años,
bajo la dirección de la madre; con posterioridad, bajo la
vigilancia del pater familias, a quien acompaña en sus
actividades fundamentales. A los diecisiete años, el
adolescente abandona los símbolos de la infancia, como la
toga praetexta, blanca y bordada con una tira de púrpura y
adopta la toga viril, iniciando una nueva etapa educativa que, si
se realiza al margen del marco familiar, no escapa enteramente al
mismo, ya que en la mayoría de los casos ésta se
ejecuta junto a individuos que se encuentran relacionados con la
familia por estrechos lazos de amicitia (amistad).

El tránsito de la educación particular a
la educación colectiva es resultado de las Instituciones
Oratorias de M. Fabio Quintiliano, cuya obra representa la
sociedad romana del siglo I d.C. Este se refiere, de manera
integral y detallada, a la formación del orador desde la
infancia[7]

La educación en la Edad Media tuvo una
característica peculiar: estuvo influenciada por el
cristianismo y otras culturas; de ahí su avance
significativo, pues surgieron las universidades. Las escuelas
monacales preparaban a niños y jóvenes para la
cvida religiosa. Constaba de dos escuelas: la interior reservada
a los futuros monjes, y la exterior dedicada a los jóvenes
que deseaban ser sacerdotes. Las escuelas palatinas estaban
regentadas por eclesiásticos; sus enseñanzas las
impartían clérigos, aunque los estudiante no
tenían que seguir necesariamente la vida sacerdotal. La
vida cultural y el intercambio de conocimientos, entre unas
escuelas y otras, contribuyeron a consolidar el mundo monacal,
como centro expansivo de ciencia.

La invención de la imprenta (1436-1450), por
Johannes Gutenberg (1394-1468), con caracteres móviles, es
uno de los grandes hitos de la historia de la cultura. La
posibilidad de realizar tiradas de múltiples ejemplares de
libros facilitó el acceso, de un mayor número de
personas al saber escrito y conllevó radicales
transformaciones en la política, la religión y las
artes. La producción de libros durante los primeros
cincuenta años después de la aportación de
Gutenberg fue, casi mayor, a los mil años
precedentes.

La imprenta provocó una verdadera
revolución en la cultura. El saber escrito dejó de
ser patrimonio de una élite y se extendió a amplias
capas de la población. La escritura fue sustituyendo a la
tradición oral como forma privilegiada de transmitir
conocimientos. Las publicaciones impresas (libros o
periódicos) se generalizaron. A principios del siglo XX la
escritura impresa ya era el medio predominante en Occidente para
la difusión del saber. El impacto en la religión,
la política y las artes, fue un avance tecnológico
que facilitó todos los demás que le
siguieron.

François Rabelais (1494-1553), en su obra
Gargantúa y Pantagruel rechazó el estudio
memorístico por los resultados completamente negativos.
Jean-Jacques Rousseau (1712-1778), en el Emilio, presentó
el "deber ser" de la educación, siguiendo paso a paso la
educación de Emilio; afirmó que la "la infancia
tiene formas de ver, de pensar y de sentir que le son propias; no
hay menos sensato que el querer sustituirlas con las nuestras";
propugnaba un naturalismo pedagógico, considerando que el
hombre es bueno por naturaleza; de ahí la importancia de
la educación que debe alimentar el puerocentrismo
(optimismo educativo), por lo que debe tenerse cuidado con
quién y cómo educar.

Paulo Freire denominó «educación
bancaria» a la manera de entender la educación como
relación «vertical», o sea, en la que el
educador otorga y los educandos reciben conocimiento. Existe, en
este modelo educativo, una separación tajante entre los
roles de educador y educando. La educación bancaria se
concibe como narración de unos contenidos fijos, o como
transmisión de una realidad que no requiere
reelaboración y que se presenta como la única
posible.

En la educación «bancaria», el
«saber», el conocimiento, es una donación de
aquellos que se juzgan sabios y califican a los otros como
ignorantes. Donación basada en algunas manifestaciones
ideológicas de la opresión: la
absolutización de la ignorancia, que constituye lo que
llamamos alienación de la ignorancia, según la cual
ésta se encuentra siempre en el
otro[8]

El concepto de educación continua, vista como
actualización profesional, surge en el siglo XVII,
centurias después que los clérigos, principales
letrados, instauraron en el siglo XI las primeras instituciones
de educación superior, para formar personal especializado
con grado académico.

El advenimiento de la Revolución Industrial
marcó otra etapa de cambio para la humanidad y para el
desarrollo del conocimiento conceptual y tecnológico, y,
por lo tanto, para su adquisición y su
actualización. En esos tiempos, según afirma
Tünnermann (2003), la idea de continuar la
instrucción para evitar el olvido de los conocimientos
adquiridos en la escuela fue manifiesta en 1792 en el Rapport et
projet de décret sur I'Instruction publique de
París.

A fines del Siglo XIX, la Administración
científica propuesta por Frederick Taylor impulsó,
en muchos países, un fuerte interés en el proceso
de la capacitación como parte de los elementos que
permitieran a las empresas mejorar su productividad.

La insuficiencia de profesionales para atender las
temáticas que, día a día, se incrementaban
en diferentes escenarios, aumenta después de la Primera y
Segunda Guerra Mundial, cuando diversas naciones empezaron a
requerir de trabajadores especializados para intervenir en las
estrategias de defensa y ataque, así como de la
provisión de los insumos necesarios.

Con la diversificación de los medios de
comunicación, se promovió la instauración de
nuevas opciones tanto para formar personal calificado, como para
la actualización de quienes estaban ejerciendo alguna
profesión. Con los avances de la ciencia y la
tecnología, no pasó mucho tiempo en que los
conocimientos de estos profesionales comenzaron a ser
obsoletos[9]

En la primera década del Siglo XX, resurge la
educación continua, con el fin de orientar los esfuerzos
hacia la actualización de los adultos que no contaban con
la suficiente preparación para responder a las exigencias
del ámbito laboral. Ejemplo de esto, se presentó en
los Estados Unidos de Norteamérica cuando, en 1915, se
funda la primera asociación que protegería los
intereses de la educación continua para beneficio de la
comunidad: la National University Continuing Education
Association NUCEA (hoy, UCEA, http://www.ucea.edu. La historia de
la educación continua viene a partir del año 1915
en los anales estadounidenses, (National University
Continuing Education Association
), pasando pronto por
México y permaneciendo desde 1933 (UNAM), con fuerte y
constante proyección, afincándose luego en
distintos países.

Hablar de la Educación Permanente es hablar del
hombre. Desde la aparición de éste, la
educación siempre ha existido y se ha manifestado en todos
los procesos de desarrollo del ser humano, ya que es el
único ser viviente con competencia para recibir
conocimientos, procesarlos y mejorarlos durante toda su vida, de
acuerdo a sus habilidades y destrezas, que se manifiestan en los
procesos de su desarrollo biológico, cronológico y
psicológico.

Richard Sennet, en Carne y
piedra
, sostiene que las ciudades se hicieron para el
ejercicio, desplazamiento y acomodo del cuerpo. Y que es el
cuerpo, con sus movimientos y actitudes, el que crea el
sentido de lo urbano y las variables del espacio
público, sea como ese espacio donde se realiza el
intercambio, sea en calidad de sitio para la movilidad
o el descanso social. Desde su punto de vista, la ciudad es un
cuerpo para cuerpos, una estructura donde nace, crece,
mueve y desaparece la corporalidad pero no su memoria, que
pervive en las obras, en las calles, en las honras y en los
rituales de nacer, procrear y morir (referencias corporales),
esto que Carlos Gustavo Jung llama el inconsciente colectivo y
que rige el yo social. En esta concepción de un cuerpo
en proceso acomodaticio, se encuentra uno de los
sentidos más interesantes de la historia:
el movimiento[10]

Con el inicio del transporte y la revolución
industrial, llegó la era de la
información. Con el uso de las tecnologías
disponibles se amplía la manera de comunicar y difundir
información y conocimiento. El Internet, como tal, no
podría haber existido sin los grandes inventos del siglo
XIX (la electricidad y el telégrafo). Las redes
electrónicas comenzaron con el teléfono o sistema
de telégrafo; los orígenes son bastante claros: la
primera línea se construyó en 1844 desde Washington
a Baltimore en los EE.UU. En 1858 un cable
transatlántico estaba en su lugar y en 1861 hilos
telegráficos cubrieron los EE.UU. 

En octubre de 1972 ARPANET es mostrado
públicamente en una conferencia en Washington
DC
. Después de esa conferencia, se estableció
un grupo de redes internacionales presidido por Vinton Cerf.
En 1973 Bob Kahn y Vinton Cerf plantearon el
problema de la interconexión de redes de paquetes
múltiples. Ellos desarrollaron los conceptos
básicos de TCP, que califica como el comienzo de la
Internet. Nadie sabe quién utilizo por primera vez la
palabra Internet, pero el primer uso escrito lo dio Vint
Cerf en 1974. 

En 1975, el primer prototipo inicio sus pruebas, luego
el desarrollo técnico y en 1978 TCP/IPv4 fue
liberado. De hecho, el TCP/IP se agregó
oficialmente al ARPANET en 1983. Internet comenzó
como un resultado inesperado de un programa militar y de un
componente de investigación académica de
los EE.UU. 

Con la llegada de las redes de computadoras llego
la World Wide Web de Internet que sólo
proporcionaba pantallas llenas de texto. La Web tuvo
algunos predecesores importantes, quizás el más
significativo es proyecto Xanadu de Ted Nelson, que
trabajó el concepto de hipertexto. 

Confusión
terminológica?

La UNESCO expresaba: "un alegato en favor de que se dote
al sistema de enseñanza no sólo de
maestros y profesores adecuadamente formados, sino
también de los elementos necesarios para impartir
una enseñanza de calidad: libros, medios de
comunicación modernos, entorno cultural y económico
de la escuela, etc."[11]. Confusión
terminológica? Se podrá lograr una educación
para la sostenibilidad?

  • Educación

La palabra educación entraña una
conceptualización difícil, dada la diversidad de
acepciones y la evolución de las acciones y enfoques, que
le son consustanciales. En sentido común, se afirma que la
educación "es una característica adquirida
consistente en la adaptación de los modales externos a
determinados usos sociales, esta acepción sólo hace
referencia a las formas de convivencia social, es decir, es una
cualidad social adquirida"
[12]; el otro
extremo estaría en una concepción ceñida a
la ética. Ambas posiciones aportan muy poco a la idea que
hoy se tiene de educación.

Etimológicamente la palabra
educación significa "evolución de dentro
hacia fuera" ya que deriva de las voces latinas ex y duco. Sin
embargo, las aportaciones epistemológicas, más
serias, tienen una aspiración común: la
perfección, así lo expresa Rousseau al hablar de la
felicidad de Sofía y Emilio, igual manifiesta H. Spencer
al anotar: "dirigir la inteligencia con el fin de preparar al
hombre para vivir una vida
completa"[13].

Los fines y metas de la educación, evolucionan y
responden a las aspiraciones de la sociedad patrocinante y se
lograrán a través de la pedagogía, entendida
ésta como "ciencia de la educación".

La palabra pedagogía viene del griego
paidos y logos que significan niño y
tratado. Por lo tanto, el pedagogo es una persona que conoce
acerca de los niños y sabe conducirlos apropiadamente, de
acuerdo con el modelo determinado por la sociedad.

Con el incremento de la complejidad social, surge la
necesidad de encargar la educación de personas e
instituciones especialmente designadas para tal fin, y, en un
principio, éstas fueron esclavos o ex esclavos. El
instructor de los niños pobres recibía el nombre de
paidotriba o golpeador de niños lo cual nos indica la
rudeza con la que se ejercía la enseñanza; en
contraste, la decencia, la moderación, las leyes, la
religión y la moral eran atendidas por un magistrado al
que se llamaba sofronista.

Michael Fullan (2002), con cierta ironía,
señala: "la educación del profesorado tiene el
honor de ser, al mismo tiempo, el peor problema y la mejor
solución de la educación". La frase suena fuerte en
el contexto de los sistemas educativos latinoamericanos,
atravesados por graves problemas (profundas inequidades sociales
y la pobreza extrema de gran parte de los niños y
adolescentes en edad escolar). En este sentido, las
políticas tendientes al fortalecimiento profesional de los
docentes y el discurso que los ubica como actores principales del
cambio son una medida justa que produce una serie de tensiones y
riesgos, cuando dichas políticas no van acompañadas
de otras acciones y dejan inalteradas las condiciones materiales
en las que desarrollan su tarea.

Herrera Jiménez (1998) expresa que se ha
"desarrollado una educación que posibilita el crecimiento
humano, donde se logra potenciar la autenticidad, se acepta
incondicionalmente al escolar y se manifiesta una relación
empática entre los miembros de una clase y el
profesor[14]

La llamada educación tradicional se
caracteriza por:

a. Una educación centrada en los contenidos
cognoscitivos que el maestro transmite y el alumno debe dominar
(Educación Intelectualista).

b. El alumno debe dominar los contenidos
memorizándolos y evocándolos cuando los requiera el
maestro (Educación Memorística).

c. El alumno debe memorizar los contenidos; su conducta
debe ser pasiva y receptiva para captar fielmente el contenido
(Educación Pasivo/Dependiente)

d. El alumno está obligado a dominar los
contenidos que se le enseñan, no importa si no responden a
sus intereses, capacidades, etc. (Educación
Homogeneizante).

e. La escuela y el maestro cumplen un papel central en
el proceso educativo.

f. El alumno, desde muy pequeño, acata el
principio de autoridad del director, del maestro y acepta
pasivamente cualquier presión que haga sobre él
(Educación Autoritaria).

g. Para potenciar el dominio de los contenidos por parte
de los alumnos, se fomenta la competencia entre ellos
(Educación Competitiva y Meritocrática).

h. Se considera que el lugar natural de la
educación es la escuela y dentro de ella el aula de clase
(Educación Escolarizante).

i. Se considera que el mejor y exclusivo material
didáctico es el libro, pues no es indispensable el
contacto directo con la naturaleza (Educación verbalista y
libresca).

En este contexto, es interesante la propuesta de Carl
Rogers expresada en los siguientes enunciados:

  • a. El ser humano posee una potencialidad
    natural para el aprendizaje. Tiene una curiosidad innata por
    su mundo. Siente una necesidad ambivalente por aprender y
    evolucionar. La razón de esta ambivalencia es que todo
    aprendizaje significativo implica un cierto grado de dolor,
    sea por el aprendizaje mismo o por la resistencia a dejar de
    lado aprendizajes anteriores.

  • b. El aprendizaje significativo se da cuando el
    estudiante percibe el tema de estudio como importante para
    sus propios objetivos. Una persona aprende realmente cuando
    percibe que el tema está vinculado con el
    mantenimiento y enriquecimiento de sí mismo. Pensemos
    en el caso de dos estudiantes que cursan estadística:
    Uno de ellos trabaja en un proyecto de investigación
    para el cual necesita el material del curso. El segundo
    estudiante cursa la materia porque es obligatoria.

  • c. Los aprendizajes que amenazan el sí
    mismo, se perciben y asimilan con mayor facilidad, si las
    amenazas externas son reducidas. El niño que tiene
    dificultades para leer se siente, de por sí, amenazado
    y aislado por esta deficiencia. Cuando se lo fuerza a leer en
    voz alta frente al grupo, cuando se ridiculizan sus
    esfuerzos, y sus calificaciones reflejan fielmente este
    fracaso, no extrañará que su habilidad para
    leer no progrese en los años escolares.

  • d. Cuando no existe una amenaza al sí
    mismo, la experiencia se percibe de otra manera y resulta
    más fácil el aprendizaje.

  • e. La mayor parte del aprendizaje significativo
    se logra mediante la práctica. Uno de los modos
    más eficaces para promover el aprendizaje es enfrentar
    al alumno con problemas prácticos, de carácter
    social, ético o filosófico, problemas
    personales o de investigación.

  • f. El aprendizaje se facilita cuando el alumno
    participa de manera responsable en el proceso de aprendizaje.
    El aprendizaje significativo será mayor cuando el
    alumno elige su dirección, ayuda a descubrir sus
    recursos de aprendizaje, formula sus propios problemas,
    decide su curso de acción y vive las consecuencias de
    cada una de sus elecciones.

  • g. El aprendizaje autoiniciado que abarca la
    totalidad de la persona es el más perdurable y
    profundo.

  • h. La independencia, la creatividad y la
    confianza en sí mismo se facilitan si la
    autoevaluación y la autocrítica son
    básicas y la evaluación de los demás es
    relegada a segundo término.

  • i. El aprendizaje social más
    útil, en el mundo moderno, es el aprendizaje del
    proceso de aprendizaje, que significa adquirir una continua
    actitud de apertura frente a las experiencias e incorporar al
    sí mismo el proceso del
    cambio[15]

  • Enseñar 

El vocablo enseñar tiene su origen en el
latín, insignare formado por la
preposición in (penetración) y
el verbo signare (marcar, señalar, acuñar,
indicar). 
Este verbo procede del
sustantivo signum, signi, cuyo significado
es marca, señal, síntoma, presagio,
manifestación, indicación
consigna, 
proveniente de la raíz
indoeuropea sekw (seguir). De este modo, el
concepto original de este término es la acción de
indicar una señal, orientar sobre qué camino
seguir.

Enseñar expresa la idea
de:

  • a. Comunicar conocimientos, habilidades, ideas
    o experiencias a una persona que no las tiene, con la
    intención de que las comprenda y haga uso de
    ellas.

  • b. Mostrar una cosa o una persona a la vista de
    alguien: enseña el billete al
    revisor.

  • c. Dar una información, un dato o una
    señal que permita llegar al conocimiento de una
    cosa: la experiencia nos enseña que es bueno
    saber pedir ayuda.

En un sentido lato, se entiende por enseñar, el
acto de comunicar o de transmitir nociones, informaciones,
experiencias a quien (niño o joven) aun no las conoce. En
sentido más propio y riguroso, este acto presupone la
existencia de la cultura escrita, y, por tanto, la
utilización de signos particulares (in signum). Por esto,
la enseñanza se coloca más allá de aquella
experiencia directa del ambiente, del que también proceden
nociones y experiencias, pero de manera casual o que responden
simplemente a las necesidades más inmediatas de la
vida[16]

Para la Real Academia Española es: "instruir,
doctrinar, amaestrar con reglas o preceptos"; "dar advertencia,
ejemplo o escarmiento que sirva de experiencia y guía para
obrar en lo sucesivo". También es "indicar, dar
señas de algo"; "mostrar o exponer algo, para que sea
visto y apreciado" y relacionado con este significado es "dejar
aparecer, dejar ver algo involuntariamente."

Son sinónimos de enseñar: abrir,
aclimatar, acoger,  aconsejar, acostumbrar,
adherir, adiestrar, admitir, adoctrinar, advertir,
afiliar, alardear, aleccionar, alfabetizar, amaestrar,
amoldar, apacentar, aprender, asesorar, atemorizar,
capacitar, catequizar, comunicar, criar, cultivar,
curtir, dar, demostrar, desarropar, desasnar, descubrir,
desengañar, despechugarse, desplegar, destapar, dirigir,
disciplinar, divulgar, doctrinar, documentar, dogmatizar, educar,
ejercitar, endurecer, entrenar, escaldar, escarmentar,
esclarecer, evidenciar, exhibir, exhumar, exponer,
exteriorizar, extraer, familiarizar, formar, guiar,
habituar, iluminar, ilustrar, imbuir, inculcar,
industriar, infundir, iniciar, inspirar, instruir,
lucir, manifestar, mostrar, orientar, ostentar, patentizar,
preparar, presentar, profesar, publicar, quitar, reflejar,
revelar, sacar, sermonear, sugerir,
traslucir[17]

La enseñanza es la acción y
efecto de enseñar (instruir, adoctrinar y amaestrar
con reglas o preceptos). Se trata
del sistema método de dar
instrucción, formado por el conjunto de conocimientos,
principios e ideas que se imparten a alguien. Implica la
interacción de tres elementos: el docente (profesor o
maestro); el alumno o estudiante; y
el objeto de conocimiento. La tradición
enciclopédica supone que el profesor es la fuente del
conocimiento y el alumno, un simple receptor. Bajo esta
concepción, el proceso de enseñanza es la
transmisión de conocimientos, del docente hacia el
estudiante, a través de diversos medios y
técnicas[18]

El binomio que se forma entre enseñar y aprender
no es nada simple; por tal razón, en las comunidades de
profesionales y de educadores se dan inquietantes debates e
intercambios sobre la instrucción.

Como consecuencia de esta polémica, se establecen
dos puntos de vista: el más aceptado o compartido,
sostiene que la enseñanza y el aprendizaje se constituyen
en una unidad didáctica y dialéctica,
enfocándolos como dos procesos no antagónicos, sino
complementarios (Klingberg, 1980; Berrier et al., 1987; Klingler
y Vadillo, 1997; Gallego, 1999; Zilberstein. et al., 1999;
Perales et al., 2000; Mota, 2004). Desde otra perspectiva, se
considera que enseñar y aprender son dos procesos
diferentes. Enseñar hace referencia a las condiciones y
acciones docentes externas al sujeto, dirigidas a provocar
algún tipo de modificación en su sistema
cognoscitivo o afectivo, mientras que aprender hace referencia a
las modificaciones internas del individuo (Delval, 1997). De esta
manera, una organización de la enseñanza no
garantiza un buen aprendizaje, ya que éste depende, en
última instancia, de los factores internos del sujeto que
aprende, como su nivel cognitivo, motivación, que
condicionan el efecto favorable o no de la
enseñanza[19]

  • Docente, Maestro y
    Profesor

La noción de docente, es la más general,
engloba a las otras. Un docente es, ni más ni menos, aquel
que enseña, sin hacer distinción de especialidades,
edades, etc.

Etimológicamente, "docente" es el participio
del verbo latino docere "enseñar"; una antigua
formación causativa que significaba, literalmente, "hacer
que otro repita, hacer que otro aprenda" (se considera que la
mejor forma de aprender algo es repitiéndolo una y otra
vez), o "hacer que uno sea apropiado en algo", relacionado, esto
último, con el verbo
defectivo decet (vid. te decet
hymnus 
"te es apropiado un himno).

Maestro es la forma patrimonial de la
antigua palabra latina magister, concretamente, de
su acusativo magistrum, con el significado original
de "el más óptimo, el jefe". De aquí
está clara la evolución semántica: el
"más óptimo" o el jefe de una escuela ha de ser
forzosamente el maestro, ya que sabe más que sus alumnos.
También está clara la relación con el uso en
expresiones como la manida "¡música, maestro!", en
la que el tal maestro no es que sea docente de la música,
sino que es "el mejor" de los músicos
presentes.

Además, el término
magister está construido sobre la
raíz
de magis "más" y
también "máximo", "magno", etc. Sobre esta
raíz, que ya por sí misma tiene un significado de
superioridad, se añade un
sufijo (ter de origen contrastivo) comparativo
(dextersinister "derecha, izquierda":
"derecha" es, efectivamente, antónimo de "izquierda"): de
ahí la aberración de "el más
óptimo".

La palabra también alude a acciones que rayan en
la perfección, como cuando se dice que un "pintor trabaja
con maestría"[20].

El maestro no es solo el que transmite unos
conocimientos técnicos, sino el que demuestra ser ejemplar
en su manera de ser, estar y comportarse en la vida con una
ética profesional y humana[21]

Con este vocablo se define lo mejor de lo mejor. Se
dice, por ejemplo, "fulano es un maestro en su área",
"aquella fue una jugada maestra", y de "maestro" se deriva
"magistral", adjetivo que alude a lo "más grande y mejor",
como las conocidas "conferencias magistrales".

Esto último sólo ratifica la magnitud y el
peso de la palabra "maestro", que lamentablemente se está
degradando, pero que debe recobrar su valía; pues, sin
duda, uno de los profesionales que más influye en el
desarrollo social, es el "maestro". Por costumbre, se indica con
el nombre de maestro al docente de una materia que opera en la
institución escolar.

Profesor es un sustantivo de
acción, derivado del
verbo profiteor "hablar delante de la gente",
compuesto por el prefijo pro "delante de" y el
verbo fateor "hablar" ("fama"; "eufemismo:
algo dicho bien, para ocultar una realidad fea"; "confesar: decir
algo, normalmente perjudicial para el que la dice").

La educación ha estado cargada de profundas
frustraciones, pero también es portadora de grandes
esperanzas. Las frustraciones de la figura del maestro se han
derivado de la desorganización escolar, de los deficientes
recursos, de la política administrativa.

A lo largo de la historia de la educación se
cuestiona el quehacer del maestro. La imagen del maestro
varía en cada época histórica. Dependiendo
de las estructuras tradicionales de la sociedad; el maestro forma
parte de esa resistencia pasiva en la transformación del
proceso educativo. El maestro, a través de todos los
tiempos, es el que instruye, forma, tiene los privilegios de la
edad y el saber, siempre tiene razón, es un juez y un
ejecutor, es quien distribuye reproches, castigos, premios. La
profesión magisterial no favorece la imaginación ni
la iniciativa. Hoy, el oficio de quién enseña,
impide el acercamiento humano con el estudiante de igual a
igual.

Ya Rousseau se sorprendía de la forma cómo
los maestros educaban a los niños de su época. Las
propuestas y críticas sobre los maestros, en la
trayectoria histórica, son abundantes, planteando el
dilema de que: sea el niño quién se adapte al ser
humano. El papel del profesor es aquí la encrucijada de la
situación. Podemos enumerar una amplia lista de pedagogos
y filósofos pioneros en la reforma educativa que vociferan
la función del maestro. Después de Rousseau,
Pestalozzi, Frdebel, Dewey, Freinet, Makarenco, María
Montessori, entre otros, incluyen, en su ideario
pedagógico, alternativas a la misión tradicional
del maestro, preocupados, en esencia, por la formación y
el desarrollo del modelo humano[22]

Debido a que el mundo, para el cual los profesores
preparan a sus estudiantes, cambia rápidamente, y que las
habilidades requeridas evolucionan de igual manera, ningún
curso de actualización docente puede ser suficiente para
preparar a un profesor para una carrera de 30 o 40 años.
El Desarrollo Profesional Continuo (DPC) es el proceso por el
cual los profesores (como otros profesionales) mejorarán
sus conocimientos y competencias, manteniéndose
actualizados.

El apoyo a estos procesos, por parte de las autoridades,
es variado, así como la efectividad de los diferentes
enfoques. Algunas investigaciones sugieren que las actividades
más efectivas son:

  • a. Desarrollarse en el
    tiempo.

  • b. Ser colaborativo.

  • c. Aprendizaje activo.

  • d. Participar en conferencias de
    profesores.

  • e. Asistir a clases de
    práctica, entrenamiento y seguimiento.

  • f. Promover la
    reflexión.

  • g. Animar la
    experimentación.

  • h. Responder a las necesidades
    docentes.

El profesor, debe ser una persona clave en el proceso de
aprendizaje, pues es quien planea y facilita dicho proceso, a
partir de sus propias propuestas didácticas. Crea la
situación, anticipándose al esquema de aprendizaje,
que él va a utilizar.

El profesor debe ser un promotor del desarrollo y de la
autonomía de sus estudiantes. La actividad de estos debe
ser siempre autoconstructiva, autodirigida y autoevaluativa; por
lo tanto, debe fomentarse un ambiente educativo donde los valores
se basen en la autodeterminación y la participación
dinámica y creativa.

El aprendizaje, mediante la adquisición de nuevas
estructuras de operaciones mentales y a través de los
procesos de experiencia y equilibrio, se convierte en idea
primordial para el diseño y la aplicación de
experiencias educativas en las que, antes que transferir e
imponer, al estudiante, las ideas del educador, interesa ayudar a
este último a desarrollar sus procesos de
pensamiento.

  • Dictar

Dictar significa:

  • a. Leer un texto en
    voz alta y a velocidad
    moderada para que pueda ser copiado:dictar una carta.

  • b. Expedir o pronunciar una ley,
    un fallo o una normativa: dictar
    sentencia.

  • c. Pronunciar una conferencia: el
    escritor dictará una serie de conferencias sobre su
    obra.

  • d. Inspirar, sugerir, influir: su madre
    dictaba todos sus actos.

Concordamos con Ubertone que dictar clase es lo que
hacían los profesores en las primeras universidades, antes
de la invención de la imprenta; pues existían pocos
libros y escasos ejemplares de cada libro. Cada profesor
tenía un libro. Eso era lo que de hecho lo habilitaba para
ser profesor. El profesor iba a clase con el libro y lo
leía lentamente. Cada estudiante iba copiando lo que
decía el profesor, y así, al final del curso,
tenía su propio ejemplar del libro. De esta forma, se
ponía en camino para ser profesor. Así, se
conservaba y difundía el conocimiento, multiplicando la
cantidad de ejemplares de los libros considerados importantes y
dignos de ser enseñados.

Así eran las clases, antes de la invención
de la imprenta, y, entonces, era correcto decir que se dictaba
clase. Esa metodología de la enseñanza
persistió por mucho tiempo y aún hoy, porque los
cambios culturales (hábitos, costumbres, actitudes) son
mucho más lentos que los cambios tecnológicos.
Muchos de nuestros colegas actuales dicen que dictan clase en tal
o cual universidad. Esperemos que eso sea sólo una forma
desactualizada de hablar, ojalá que no sea una forma
desactualizada de hacer[23]

Con todo, fácilmente constatamos que, en los
diferentes niveles de formación y con raras y excelentes
excepciones, no solo se habla de dictar clase, sino que,
también, efectivamente se dicta un determinado tema, y,
aún se comenta que se aplica algún nuevo paradigma
educativo.

  • Magistrocentrismo

Según la escuela tradicional se da, cuando el
maestro se convierte en la base y condición
del éxito de la educación. Él
organiza el conocimiento, aísla y elabora
la materia que ha de ser aprendida, traza el camino y
lleva, por él, a sus alumnos, hoy estudiantes.
Él es el modelo y el guía, al que se debe imitar y
obedecer.

La disciplina y el castigo se consideran fundamentales,
la disciplina y los ejercicios escolares son suficientes para
desarrollar las virtudes humanas en los alumnos. El castigo, sea
en forma de reproches o de castigo físico, estimula
constantemente el progreso del alumno[24]Es un
rasgo de la escuela tradicional que sintetiza la relación
maestro/alumno en la que el maestro es responsable de la
gestión colectiva y del trabajo escolar, siendo base
fundamental en la que se apoya el proceso educativo.

El magistrocentrismo consideraba que el maestro es la
figura central del proceso educativo. En esta visión, la
disciplina y el castigo eran y son indispensables para
desarrollar las virtudes humanas. El maestro era el que
tenía todo el conocimiento, y los estudiantes
tenían el rol pasivo de recibirlo. El enciclopedismo, por
su parte, consistía en demostrar, a los demás, que
se poseía determinado conocimiento. El verbalismo se
basaba en que el alumno tenía que repetir verbalmente lo
que el maestro ensenaba. Esa repetición de palabras, era
vista como una garantía de memorización y
entendimiento de los alumnos.

Hoy, con el castigo no se
educada[25]

  • Alumno

El término alumno proviene del sustantivo latino
alumnus, de "alére" que significa
alimentar y es el infinitivo latino de  alo –
alui – alére – alitum, 
que
significa: alimentar, nutrir, cultivar, educar. Por
añadidura, es el que se alimenta, el que se nutre, como
biológicamente, lo hace el bebé, cuando busca el
pecho de su madre. De allí deviene la expresión:
"Alma Materreferida a nuestras
universidades, como fuente de nutrición del conocimiento
universal.

Por otra parte, desde el punto de vista
etimológico, "alumno" deriva de a = sin; y lumen
= luz, es decir, el "sin luz". Sería la persona que no
tiene la luz del conocimiento, que es ignorante, y, por tanto,
necesita de alguien que lo ilumine. A ese alguien se le llama
"maestro" o docente.

Esta concepción, clara por cierto, es la que ha
dominado el mundo en todo el siglo XX y está entrando al
siglo XXI con cierta fuerza, si no nos damos cuenta de lo que
estamos entendiendo.

En los espacios educativos, este alimentar está
referido al alimento intelectual que se obtiene, que se busca,
que se comparte y se construye, tanto en los recintos
universitarios, como en los planteles educativos de media
diversificada y profesional, básica, preescolar,
educación de adultos o en cualquier situación en la
que se promueva procesos de aprendizaje y reflexión
(?).

De ahí que el alumno era considerado como un
homúnculo o adulto en miniatura por lo que su
educación incluía mucha rudeza, disciplina y
responsabilidades de los mayores a temprana edad.

Los fines de la educación eran simples: servir al
ejército, a la patria, cultivar el cuerpo y el
espíritu. Los contenidos educativos eran los que
servían a la milicia, la administración
pública, música, arte, filosofía, literatura
y estética del cuerpo. La metodología se centraba
en la exposición, el verbalismo, el entrenamiento directo
o el reposo y la contemplación dirigidos.

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