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Filosofía para aprender a vivir



Partes: 1, 2

  1. Percepciones de los jóvenes sobre la
    filosofía
  2. La
    filosofía es un saber abstracto, poco
    comprensible
  3. La
    filosofía es un saber poco útil para la vida,
    no genera productos o cosas tangibles
  4. La
    filosofía es una asignatura poco importante, "de
    relleno"
  5. En la
    filosofía debe aprenderse respuestas correctas como en
    otras asignaturas
  6. La
    filosofía es una asignatura
    aburrida
  7. La
    filosofía no guarda relación con las otras
    asignaturas
  8. La
    filosofía es para sabios o
    inteligentes
  9. La
    filosofía es para los viejos
  10. La
    filosofía es asunto de hombres
  11. La
    religión puede reemplazar a la
    filosofía
  12. Referencias

Monografias.com

CONCEPCIONES SOBRE LA
FILOSOFÍA

EN ESTUDIANTES DE
BACHILLERATO

PRESENTACIÓN

Filosofar es pensar, pensar es preguntarse sobre el
universo, el mundo, la vida, el ser humano, para encontrar
sentido a la existencia

Se dice que todo ser humano es filósofo por
naturaleza, pues, piensa, se pregunta, duda,
cuestiona.

Fundamentado es esta premisa, el aprendiz de
filósofo que escribe el presente ensayo se aventura a
incursionar en el pensar filosófico, pretendiendo fungir
de motivador del pensamiento de los jóvenes.

Quizás esta decisión se deba a la fortuna
de ser maestro como ocupación principal de su existencia.
En efecto, la misión de educar lleva implícito el
anhelo de formar a los más jóvenes, de conducirlos
a encontrar el verdadero sentido a sus vidas. Pero, este ideal no
puede lograrse si no se tiene claro el fundamento
filosófico que oriente dicha formación.

Sin embargo, la educación y la orientación
de los adolescentes, aunque parezca una tarea que se justifica
plenamente, no está exenta de riesgos, pudiendo caer, sin
querer, en la manipulación de conductas y sentimientos,
por la pasión sincera de los educadores.

Otro peligro es la tendencia a erigirse como moralistas
o sea aquellas personas que se presentan como modelos que deben
normar los comportamientos de los demás. Los dos riesgos
contradicen la verdadera esencia de la finalidad
filosófica que aspira seducir la mente y el corazón
de las personas, mediante profundas reflexiones sobre diversos
asuntos trascendentes que enfrentan a diario los seres
humanos.

También es cierto que por evitar la
manipulación y el moralismo, se puede caer en actitudes de
un falso neutralismo que pueden llevarnos a traicionar la propia
misión como formadores de juventudes. Desde la
óptica del ejercicio del magisterio, no se debe dejar a
los jóvenes librados a su suerte, o que sean
fáciles presas de las nefastas intenciones del sistema
dominante; es decir, que vivan, de modo inconsciente, en la gran
burbuja alienante, y que profundicen aún más esta
condición durante su existencia en este mundo. "No hay ni
puede haber una pedagogía angelical o desinteresada,
neutra o aséptica. Toda docencia es de hecho militancia,
toma de partido, compromiso y acción", (Barreiro,
1974).

En verdad, es necesario tomar partido, pero ello no
implica imponer un pensamiento o un código moral, por muy
veraces que estos parezcan, sino fundamentarse en los principios
axiológicos universales. Es fácil reconocer que las
nuevas generaciones no pueden elegir libremente el rumbo de sus
vidas sin tener un referente filosófico humanista.
Prescindir de esta orientación, significaría dejar
vía libre a los dueños del mundo para que
configuren ciudadanos que conviene a sus intereses
económicos, políticos e
ideológicos.

Este ensayo está dirigido para aquellos
jóvenes que inician el estudio de la filosofía y
también para quienes ya aprobaron este estudio en los
primeros años del Bachillerato; en especial para estos
últimos, que a lo mejor recibieron una enseñanza
inadecuada de la asignatura, provocando imágenes
deformadas de la misma. Se aspira a demostrarles que la
filosofía es un saber importante, imprescindible, vital,
se podría decir, que contribuye a que los jóvenes
encuentren sentido a sus vidas, y con ello puedan desarrollarse
como personas valiosas, mental y éticamente sanas.
Cualidades que hoy, como nunca, son absolutamente necesarias para
construir una sociedad humanista, con profunda responsabilidad
social y ecológica.

Ante todo, debe quedar claro que filosofar es romper
paradigmas, modelos, esquemas, formas de pensar, que el sistema
ha internalizado en los habitantes del mundo, hasta erigirse en
verdades absolutas. Ahora la humanidad vive el "pensamiento
único" que puede conducirle a su destrucción y a la
aniquilación de su casa la Tierra. Precisamente, para
enfrentar estos inminentes peligros es absolutamente necesaria la
filosofía, o mejor expresado, sin esta forma de
pensamiento se acelerará la pérdida de nuestra
humanidad y la destrucción del planeta. Se tratará
de justificar esta tesis que puede ser exagerada para los
jóvenes, o pueden pensar que se recurre a estas alarmas
apocalípticas para atraer su interés hacia la
filosofía. Nada más alejado de esta
intención; solo hace falta poner atención a lo que
acontece a nuestro derredor para reconocer la urgencia de una
guía que evite la hecatombe planetaria.

Para organizar el trabajo, se investigó varios
criterios distorsionados que se escuchan en el ambiente escolar
sobre la filosofía. Con los resultados de este estudio, se
busca demostrar a los jóvenes que ninguna de esas
opiniones tiene justificación; aún más, se
intentará probar que esta disciplina es de mucha utilidad
para su crecimiento personal y social, presente y futuro. Para
este propósito, se formulan diversos argumentos que los
jóvenes deben analizarlos y juzgar si tienen fundamento, o
son simples apreciaciones subjetivas del autor para tratar de
convencerles. Igualmente, se exponen situaciones reales que las
personas viven a diario en la sociedad, para advertir cómo
la filosofía se aplica a tales acontecimientos. Como
soporte teórico, también se apela a la
opinión versada de varios pensadores que han labrado su
autoridad filosófica a lo largo de la historia.

Junto a este análisis, en la segunda parte se
propone un número, más o menos grande, de temas y
preguntas que pueden ser útiles para favorecer la
reflexión filosófica en el aula o en el medio que
se desenvuelven los y las jóvenes. Este listado
demostrará la importancia de la asignatura y su utilidad
para enfrentar las circunstancias cotidianas.

Son bienvenidos, pues, los jóvenes –hombres
y mujeres- al apasionante mundo de la filosofía. Se
procurará, con un lenguaje sencillo, con muchos ejemplos y
con diversas reflexiones, demostrarles cuán necesaria es
esta disciplina para sus vidas.

Percepciones de los
jóvenes sobre la filosofía

La primera tarea para hablar de este temas fue
investigar cuál es el criterio o la opinión de
los/as estudiantes de Bachillerato sobre la filosofía. Al
tener sus primeras experiencias sobre este saber, cada uno de
los/as alumnos/as, debe haberse formado un parecer sobre los
objetivos, naturaleza, contenidos y utilidades de esta
asignatura. Luego de estas primeras vivencias, los alumnos
están en capacidad de emitir sus juicios acerca de esta
asignatura.

Para conocer estas opiniones, se propuso a 200
estudiantes de diferentes colegios de la Provincia una encuesta
que buscaba identificar sus percepciones sobre la
filosofía. El modelo de cuestionario se presenta a
continuación, al mismo tiempo se exponen los porcentajes
parciales y totales obtenidos de todos los cuestionarios
respondidos.

ENCUESTA EDUCATIVA

Estimado/a estudiante:

Usted ha tenido durante este año el primer
contacto con la asignatura de Filosofía. Después de
varias clases, experiencias, lecturas, estudios y pruebas sobre
esta disciplina usted debe ya tener un criterio sobre la
Filosofía. Para conocer su valiosa opinión se le
propone una encuesta con varias frases sobre la Filosofía.
Para contestarla usted debe leer con atención los
criterios propuestos, y luego juzgar en qué grado
está de acuerdo o en desacuerdo con cada uno de
ellos. Para ello, marque cualquiera de las casillas que
significan:

Monografias.com

Recuerde que lo importante no es que repita lo que ha
escuchado a su profesor(a) o ha estudiado en los textos, sino el
criterio que usted se ha formado sobre la Filosofía
después de haber recibido clases durante dos
quimestres.

N.

CRITERIOS

MA

A

D

TD

1.

La filosofía es un conocimiento muy
abstracto e incomprensible para los(as)
estudiantes.

16

%

52

%

22

%

10

%

2.

La historia ha demostrado que los sabios o
personas con capacidades intelectuales superiores se han
dedicado a la filosofía.

20

50

22

8

3.

La filosofía era un conocimiento
útil para las primeras eras de la
humanidad.

18

46

24

12

4.

La filosofía es para personas mayores que
han logrado experiencia en la vida.

12

36

24

18

5.

En los tiempos actuales es preferible saber hacer
cosas más que dedicar tiempo a pensar y reflexionar
filosóficamente.

18

44

22

16

6.

Leer libros de filosofía resulta aburrido
para los(as) jóvenes.

24

48

16

12

7.

El ser filósofo no es una profesión
que atraiga a los (as) jóvenes.

16

60

14

10

8.

La filosofía no sirve para ganar dinero, ni
para defenderse en la vida

18

54

16

12

9.

Los filósofos "viven en la nebulosas",
alejados de los problemas cotidianos.

14

42

18

16

10.

Es preferible que en los colegios existan
más horas de ciencia y tecnología antes que
de filosofía.

18

50

22

10

11.

La filosofía es un
conocimiento poco útil para los(as)
jóvenes.

16

50

20

14

12.

La filosofía no brinda soluciones
prácticas a los problemas de la vida y el
trabajo.

16

54

16

14

13.

Es preferible no amargarse la vida haciendo
preguntas filosóficas.

12

46

24

18

14.

Los temas de la religión y la
filosofía son muy similares.

16

46

26

16

15.

La filosofía poco o nada ayuda
a las ciencias como las matemáticas, física,
química o biología.

20

48

20

12

16.

La filosofía es una asignatura
más para hombres que para las mujeres.

12

26

42

20

Totales promedio

16

48

22

14

Sobre la base de estos resultados, se analizan a
continuación las diez opiniones que han obtenido
más alto porcentaje en las dos primeras escalas. De modo
complementario, se procura desvirtuar cada una de esas creencias
mediante sólidos argumentos. Al lector joven le
corresponde valorar estos razonamientos y con esta base reconocer
si sus criterios, aprensiones o prejuicios sobre la
filosofía tienen fundamento o son creencias
tergiversadas.

La filosofía
es un saber abstracto, poco comprensible

Esta opinión parece ser compartida por casi todos
los estudiantes que han tenido contacto con la filosofía.
Ellos la ven como un conocimiento difícil de comprender,
pues los contenidos que trata son elucubraciones propios de
sabios o letrados. En efecto, consideran que escuchar a un
filósofo o leer un libro de este contenido es tropezarse
con temas que rebasan su entendimiento.

La verdad es que los estudiantes tienen razón al
exteriorizar esta inquietud, cualquier persona, inclusive las que
han logrado cierta cultura, encuentran difícil asimilar
textos como los de Platón, Sócrates, Sartre, no se
diga Kant o Hegel. Cierto es que el nivel de abstracción,
su vocabulario y sus interpretaciones los vuelve difícil
para cualquier estudioso que se acerque a sus contenidos.
Lamentablemente, algunos ilustrados de la filosofía
han creado un lenguaje sofisticado y esotérico para
verbalizar sus reflexiones.

Pero asimismo es necesario convenir que los temas
filosóficos no tienen por qué ser enrevesados,
oscuros o enigmáticos. Subirats plantea que el
filósofo más profundo es aquél que puede
hablar con tal sencillez que todos lo entiendan. Si los asuntos
de esta disciplina son la naturaleza, la vida, el hombre, los
valores, el conocimiento … y se los vivencia a diario, no
tienen por qué ser incomprensibles u oscuros. Desde luego,
no se puede pedir a los grandes pensadores que expongan sus ideas
de modo que todos los inexpertos puedan entenderlos.

Por fortuna hoy existen muchos autores como Savater,
Marina, Eco, Tierno, Cortina, Gaarder, Lipman, Onfray, Camps
… quienes interpretan a los grandes filósofos y
explican de manera asequible para que los jóvenes puedan
mejorar la comprensión de las cuestiones
filosóficas. De ahí que es preferible acercase a
esta asignatura a través de estos escritores que facilitan
grandemente nuestro entendimiento. Otros recursos valiosos para
internarse en el estudio de la filosofía son algunos
blogs, portales o páginas de Internet que aclaran, de modo
significativo, los saberes filosóficos.

En este sentido, el papel de los docentes que dictan la
materia de filosofía es determinante, no solo para
facilitar la comprensión de sus discípulos, sino,
sobre todo, para despertar en ellos el gusto hacia la
reflexión filosófica. Obviamente, para ello, se
requiere que el profesorado tenga buena formación
filosófica, aunque no sea un filósofo o una
filósofa en toda la extensión del
término.

Para demostrar a los estudiantes que los contenidos de
filosofía no necesariamente se elevan hasta las "nubes",
veamos dos ejemplos con asuntos tan reales que experimentamos
cotidianamente.

Si se toma el tema de la libertad, muchos pensadores han
teorizado sobre este valor con explicaciones más o menos
elaboradas que puede ser abstractas, pero siempre estarán
referidas a situaciones concretas que viven las personas. Al
respecto, algunos autores deterministas sostienen que todas las
acciones humanas están predeterminadas y por lo tanto, la
libertad es una ilusión. En cambio, los indeterministas
avalan que si bien las circunstancias condicionan las acciones
humanas, el individuo siempre tiene la última palabra,
basándose en miles de análisis de personas que
reaccionan de forma diferente ante los mismos problemas y bajo
las mismas circunstancias.

En la tesis de la "verdad", los filósofos se
embarcan en reflexiones más o menos complejas como las
siguientes: ¿existe la verdad?, ¿qué
queremos decir cuando afirmamos que algo es "verdad"? o
¿cuáles son los criterios a partir de los cuales se
puede decir que algún conocimiento es
verdadero?

Decimos que algo es verdad, por ejemplo, cuando alguien
esboza el enunciado "llueve", y nos asomamos por la ventana,
constatando que es "verdad" porque se corresponde con la
realidad. Pero, claro, muchas veces es complicado lograr esa
constatación, por ejemplo si alguien afirma "este cuadro
es bello", ya no es tan fácil afirmar que es una "verdad"
que se puede comprobar. El mundo es para la gente producto de las
experiencias, de modo que sus creencias se hacen verdaderas a
partir de la interacción con el mundo. De todas formas, la
interpretación filosófica de la verdad ha servido
para hechos reales descritos por las ciencias naturales, las
matemáticas o la lógica.

 Como se ve, sí es posible que el
pensamiento filosófico "aterrice" en las situaciones que
viven los seres humanos. Precisamente, una corriente de la
filosofía surgida hace dos siglos llamada
"Filosofía Popular", ha pretendido que esta disciplina
debe ser un saber socialmente útil y al alcance de todos y
todas, y no solo para los académicos o profesionales que,
con frecuencia, recurren a reflexiones profundas y
complejas.

A pesar del valor de este movimiento, no siempre ha sido
bien visto por los doctos de la filosofía. En verdad, no
se puede caer en el extremo de vulgarizar el pensamiento
filosófico, pues se desvalorizaría la penetrante
visión de los expertos para ver las cosas de manera
diferente o interpretar los hechos del mundo de modo mucho
más profundo que el común de los
mortales.

En síntesis, si bien la filosofía por su
naturaleza no es tan concreta o "real" como se quisiera, no se
puede anteponer resistencias con el supuesto que son pensamientos
elevados, teóricos o abstractos, difíciles de
entender o de poca aplicabilidad a la vida real. De hecho, es
necesario algún esfuerzo mental para discernir los
diversos planteamientos filosóficos de los pensadores a lo
largo de la historia. Este conocimiento, por naturaleza, va
más allá de las situaciones tangibles para dar
explicaciones teóricas a las cosas, fenómenos y
hechos del mundo real.

En conclusión, Subirats (2010), pensador
español, nos dice que es un error pensar que la
filosofía es un conocimiento árido, incomprensible,
sólo asequible a especialistas en universidades, cuyos
temas son lejanos de los problemas cotidianos. "Es necesario
rescatar la antigua concepción de la filosofía como
sabiduría vital, con poder para preguntar y responder las
grandes perplejidades de la vida. Los países necesitan
filosofar de la misma manera que necesitan tomar agua: el agua
para sobrevivir; la filosofía para mantenerse a flote en
medio del mar agitado en donde no tenemos más remedio que
interpretar nuestra existencia". El célebre
filósofo francés Albert Camus dijo: "Es imposible
vivir sin sentido".

La filosofía
es un saber poco útil para la vida, no genera
productos o
cosas tangibles

Cuando se pregunta sobre la utilidad de algo
generalmente se piensa en las aplicaciones prácticas que
ese algo proporciona. En un sentido amplio, se da por aceptado
que las cosas útiles aportan algún tipo de
beneficio. La medicina, por ejemplo, alivia el dolor,
además de brindar salud y bienestar. La ciencia y la
tecnología permiten construir objetos que hacen la vida
más cómoda.

Al referirse a la utilidad de la filosofía, casi
todos creen que se trata de un saber que solo sirve para pensar
no para hacer cosas. Según esto, meditar, reflexionar,
abstraer, razonar, serían actividades inservibles;
más si se refieren a asuntos intangibles como la
existencia, la verdad, la conciencia, la voluntad, la felicidad,
la moral … En los tiempos de globalización
económica y tecnológica, ahora se valora la
producción de objetos, servicios o instrumentos. En tal
virtud, si se piensa cómo hacer algo que sirve o es
provechoso, se lo acepta de modo general; pero, si el pensar se
reduce a cavilar sobre asuntos abstractos, tendría nula
utilidad.

Entonces, ni pensar que la filosofía pueda ser
una profesión elegida por los jóvenes, pues
difícilmente será una carrera que permita ganarse
la vida; a menos que sea profesor de esta asignatura, la
sociedad, las industrias o las empresas parecen no necesitar de
filósofos.

Actualmente atravesamos una época utilitarista,
ahora las cosas no deben pensarse sino deben hacerse, producirse,
consumirse. Según esta lógica, la reflexión
es una pérdida de tiempo que no da réditos, dinero,
ni ventajas concretas. De ahí que muchos afirmen que la
filosofía no tiene ninguna utilidad, salvo la de
"dedicarse a reflexiones ociosas e intrascendentes".  Se
trata de un saber puramente teórico, no sirve ni para
hacer casas ni para ganar guerras ni para nada "útil"
(aunque tal vez sí para saber lo que es de "verdad"
útil). No pocas personas preguntan y se preguntan:
¿por qué y para qué existe la
filosofía si no tiene utilidad práctica, ni
contribuye a resolver los problemas concretos y acuciantes que el
ser humano enfrenta día a día para vivir y
sobrevivir?

Pero, en este punto, conviene preguntar: si la
filosofía no es utilitaria ¿por qué ha
sobrevivido durante tres mil años a la acción
corrosiva e implacable del tiempo y a los cataclismos de la
historia? Quizás la respuesta sea que la filosofía
más que útil es necesaria porque su finalidad no se
agota en las soluciones inmediatas, sino que busca la
visión estratégica de las cosas y los
acontecimientos, los rasgos generales de los hechos particulares,
lo universal que vive y subyace en lo singular, lo permanente que
sobrevive a los cambios y lo esencial que trasciende a lo
accidental. Y todas estas cuestiones son preocupaciones que van
más allá del tiempo y el espacio
concreto.

Sobre el asunto, el filósofo norteamericano
Postman tiene una frase impactante: "Somos una nación de
técnicos, expertos sumamente capacitados para hacer algo,
pero aterrorizados ante la perspectiva de preguntarnos la
razón de hacerlo". En este sentido, según Rojas
(2002), la humanidad vive una triple crisis, reducible a una
sola: de fundamentos; de pérdida o de extravío de
nuestro hacer en el mundo; del qué es lo que se hace y por
qué y para qué.

La filosofía no pretende enseñar a hacer
zapatos, pero es capaz de descubrir el más profundo por
qué es conveniente fabricar buenos zapatos. Sin
filosofía no se conocería el "sentido"
último de la fabricación de zapatos, ni de nada.
Porque no es algo que se pueda "ver" u "oír" en modo
alguno.

Se observa, pues, que la filosofía "sirve" o es
importante para conseguir que los seres humanos encuentren
sentido a lo que hacen. A los robots industriales no se les puede
pedir que expliquen la razón de sus obras, aunque
estuvieran fabricando cosas inservibles o peligrosas. Pero los
seres humanos necesitan preguntarse, de vez en cuando, las
razones últimas de las tareas que realizan. Por ejemplo un
profesor que educa a sus alumnos necesita saber cuáles son
los fines trascendentes de su labor; no los objetivos inmediatos
como enseñar una asignatura o desarrollar habilidades,
sino qué tipo de persona debe formar, qué sociedad
quiere alcanzar. Para tener respuestas a estas cruciales
preguntas, necesita acudir a la filosofía.

Los fabricantes de armas a lo mejor no
realizarían estos instrumentos de muerte, porque
según la filosofía la mayor ley humana es respetar
la vida. Pero como priman los intereses económicos
entonces se violenta esta norma suprema. Esta disciplina,
"serviría", entonces, para tener un mundo en paz, con
menos violencia y muerte, pues sus postulados establecen el
respeto a la vida.

Asimismo, la filosofía puede ayudar a las
personas a tomar decisiones justificadas en principios
éticos. Si se examina el caso de las personas que deciden
irrespetar sus vidas consumiendo sustancias nocivas, participando
en diversiones peligrosas o destruyendo sus vidas en vicios o
actividades atentatorias a su salud física y mental, este
saber le proporciona los fundamentos humanistas para reconocer
que sus actuaciones deben estar orientadas a su crecimiento
personal. El país y el mundo tendrían, entonces,
jóvenes sanos física y mentalmente que sería
uno de los "productos" importantes de la
filosofía.

La filosofía facilita la búsqueda de la
verdad, de la sabiduría, porque en el hombre existe un
afán de saber. Saber y comprender es una de sus
necesidades superiores. El hombre aspira a saber y no se da por
satisfecho con el saber natural, sino que se siente presionado
por preguntas que lo impulsan hacia un saber sustentado y del
cual pueda hacerse responsable.

Se prueba, pues, en estos ejemplos que la
filosofía "sirve" para elevar la condición humana
del hombre y la mujer, en particular y de toda la sociedad, en
general, lo cual puede llevarles a tener un mundo mejor que
beneficie a todos.

Estas breves reflexiones, nos hacen cavilar que los
graves problemas en todas las esferas que afronta la humanidad
son producto de la falta de reflexión filosófica.
Si la humanidad hubiera antepuesto el pensamiento
filosófico a las obras que ha realizado, con seguridad
podría haberle librado de tantos males y sufrimientos que
padece actualmente.

De paso, es preciso advertir sobre la creencia de los
estudiantes que filosofía "vale" para aprobar esta
asignatura, obtener calificaciones o repetir conocimientos. Si se
acepta esta supuesta utilidad, entonces, la filosofía no
sirve para nada. Cierto es que los alumnos están obligados
a pasarla, pero en esencia la filosofía tiene otras
utilidades más trascedentes relacionadas con el saber
afrontar la vida, saber cómo actuar de manera correcta,
comprender asuntos esenciales de la existencia, inclusive
discernir para qué están formándose en las
aulas.

Pretendiendo hacer una metáfora simple, se
diría que los jóvenes estudian cultura
física, no para ganar notas sino para lograr desarrollar
sus condiciones físicas y fisiológicas. Del mismo
modo, se aprende filosofía para actuar de manera
más sabia frente a los dilemas de la vida, lo cual
evitaría que las personas vivan amargadas por sus
equivocaciones o que se pasen desesperadas buscando sentido a su
existencia. La filosofía es como el ancla a la cual un
náufrago puede asirse para salvar su vida, en el
tormentoso mar de vicisitudes y presiones del mundo
moderno.

La filosofía
es una asignatura poco importante, "de relleno"

Jerarquizar a las asignaturas del currículo ha
sido un prejuicio enraizado entre los alumnos, maestros y padres,
en la educación ecuatoriana. La creencia común es
que hay materias importantes, otras menos; unas difíciles,
otras fáciles; unas interesantes, otras aburridas. Resulta
complicado convencer a los actores educativos que todas las
asignaturas tienen valor para la formación intelectual,
afectiva, ética y psicomotriz del alumnado. Cada una de
ellas aporta, en forma específica, a una faceta de la
personalidad y a toda ella de manera conjunta.

Si se dirige la atención a la asignatura de
filosofía, existen sobradas razones para su
inclusión en el currículo del Bachillerato. En
verdad, se necesitaría mucho espacio para exponer un
sinnúmero de razones que verifiquen la trascendencia de
esta disciplina. Cada uno de los contenidos que comprende la
filosofía tiene profunda incidencia en el comportamiento
individual y social de los estudiantes, pues están
relacionados con aspectos de su vida personal.

Para probar su importancia, se enuncian algunos
atributos de la filosofía que amplían lo expuesto
sobre su utilidad, cuestión que fue tratada en el anterior
subtema. Esta argumentación desvirtuará la
opinión que se escucha entre los estudiantes acerca de que
sería preferible dedicar las horas de filosofía a
las otras asignaturas.

En primer lugar, debe decirse que la filosofía
desarrolla el sentido crítico frente a las imágenes
y mensajes que la actual sociedad abruma a las personas, sobre
todo a los niños y jóvenes. Por desgracia, los
sistemas políticos, económicos e ideológicos
están llenos de sofismas, engaños, manipulaciones,
que son utilizados para conseguir sus intereses y aumentar su
poder sobre los ciudadanos. La filosofía enseña a
los jóvenes a distinguir lo realmente importante de lo
superfluo, a reconocer cuáles son los fines verdaderos del
hombre, a reconocer la manera de vivir con dignidad, alejados de
las bambalinas que les ofrece el sistema. La filosofía,
como sabiduría, orienta acerca de lo fundamental de la
vida, de aquellos valores que no solamente contribuyen a saber
más, sino que pueden formar mejores personas. Con esta
formación filosófica es posible resistirse a las
influencias negativas que existen sobre todo en los medios de
comunicación. Por ejemplo el valor de la relación
fraterna con los demás que propugna la filosofía
está en franca contraposición con las
imágenes de violencia que se emite a raudales en el cine,
la televisión, los videojuegos. Asimismo, un joven con
actitud crítica, gracias a la filosofía,
sería una persona resistente al consumismo que fomenta el
sistema capitalista. De igual modo, la responsabilidad como valor
filosófico es contraria a las conductas
pusilánimes, facilistas y pasotistas que pululan en el
medio educativo y social.

En segundo lugar, la conducta contestataria puede formar
personas más libres, menos dependientes de los dogmas y
mandatos del poder autoritario. La filosofía permite
entender las grandes dimensiones de la libertad del hombre para
liberarlo de las ataduras que lo esclavizan, porque el hombre
actual no vive su vida en su nivel personal, se ha dejado
alienar; se ha comprometido con la mentira, se encuentra
desarraigado, perdido en el anonimato. El ciudadano de hoy se
siente comprometido con la impostura más que con la misma
verdad.

En tercer lugar, la filosofía es el mejor recurso
para la orientación moral de las personas y de la
sociedad. Ahora que el declive ético es un problema que
amenaza a la estabilidad mundial, se vuelve imprescindible la
reflexión moral de manera constante. Los jóvenes
deben aprender a meditar y discutir numerosos dilemas
éticos a la luz de los principios filosóficos, para
estructurar una sólida personalidad ética. En su
futuro, encontrarán numerosas provocaciones para violentar
elementales normas de honestidad que desdicen de la calidad de
educados que han logrado durante más de una
década.

Es pertinente recordar que la educación en la
escuela y colegio no se agota con la preparación
académica en las asignaturas científicas, hay
cuestiones mucho más trascedentes como la educación
moral. Las profundas palabras de Johson (1979), sintetizan el
papel de la formación filosófica que todos los
jóvenes deberían alcanzar: "La prudencia y la
justicia son virtudes de todos los tiempos y de todos los sitios;
somos continuamente moralistas y raras veces geómetras …
Podemos tratar a una persona casi toda la vida y no tener
oportunidad de apreciar sus conocimientos de astronomía o
de hidrostática, pero su índole mental y moral se
revela inmediatamente. Quienes se oponen a mi juicio parecen
postular que la misión del hombre en la Tierra es vigilar
el crecimiento de las plantas o el curso de los astros.
Sócrates pensaba que nuestro deber es evitar el mal y
obrar con justicia".

De otro lado, todos los habitantes del mundo
infelizmente viven llenos de prejuicios racistas, de clases
sociales, económicas de género, de mayor o menor
desarrollo y de estatus meritocrático. Frente a estas
funestas actitudes, la filosofía puede liberarlos de la
tiranía del prejuicio y de las aberraciones derivadas de
las miras reduccionistas. Uno de los principales postulados que
transmite la filosofía es el valor de todos los seres
humanos independiente de su condición étnica,
económica o social, pero no como un axioma impuesto, sino
como producto de la reflexión de las personas. Esta
asignatura propone a los jóvenes sólidos marcos
teóricos para aquilatar el valor del hombre y de la mujer,
por su naturaleza humana, lo que aporta a desterrar de su
espíritu la intolerancia, el irrespeto y la injustica
hacia los demás. Precisamente, el escaso desarrollo de la
justicia social ha sido desde tiempos inmemoriables la causa de
los conflictos y las enemistades humanas. La solución
posible sería que todo el mundo actúe con los
principios de los derechos humanos, cuyos fundamentos han sido
extraidos de la filosofía por las grandes organizaciones
mundiales como la ONU.

En fin, podría presentarse muchas más
evidencias sobre la necesidad de este saber para los
jóvenes, todo lo cual les demostraría su plena
justificación en el currículo del Bachillerato. No
se trata, pues, de una asignatura de simple complemento, ni
tampoco un conocimiento para aprobarlo, sino un estudio que vela
por aspectos trascendentes para que las personas puedan llevar su
existencia por un buen camino.

De tal forma que los jóvenes bachilleres son
afortunados de conocer y aplicar principios que les permitan
tener una vida más plena, con integridad y que puedan
actuar con sabiduría ante las situaciones que les proponga
la sociedad. Por desgracia, quienes no tienen la oportunidad de
terminar sus estudios, tal vez tengan menos fortalezas para
encarar las vicisitudes de la vida y oponerse a las falsedades
del sistema.

Estas ventajas también deben hacerles meditar
sobre la necesidad de aprovechar al máximo las
experiencias educativas donde se reflexiona, debate y se dialoga
filosóficamente con los profesores, condiscípulos,
padres y otros miembros de la sociedad.

En la
filosofía debe aprenderse respuestas correctas como en
otras asignaturas

Una creencia enraizada en los sistemas educativos
de todo el mundo es aceptar que los alumnos de todas las edades,
desde el preescolar hasta la universidad, asisten a la escuela a
aprender respuestas a todas las preguntas posibles. A los
escolares se les plantea buen número de ciencias con
muchas preguntas que deben ser adecuadamente absueltas mediante
la memorización de respuestas acertadas. Entonces, toda la
educación gira alrededor de esta práctica:
informarse de las preguntas, conocer las respuestas, grabarlas en
la mente y repetirlas cuando las autoridades lo soliciten.
Algunos autores han denominado "Pedagogía de la respuesta
correcta" a la inclinación de la educación a
demandar de los estudiantes respuestas ciertas durante toda la
vida escolar. No hacerlo, indicaría, supuestamente, escaso
aprendizaje y baja calidad educativa.

Precisamente, este asunto puede ser motivo de una breve
reflexión filosófica. La pregunta a examinar es:
¿la educación debe consistir solo en aprender
respuestas acertadas de las diferentes asignaturas?

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