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Mariategui. La cuestion nacional (Perú) (página 2)




Enviado por Rafael Herrera Robles



Partes: 1, 2

El narcotráfico, que conjuntamente al
tráfico de armas, al tráfico de personas y al
tráfico de bienes culturales, está entre las
actividades más rentables dentro del sistema capitalista
mundial, ha convertido a grandes espacios de la Selva,
especialmente Alta, en reserva principal de materia prima: la
coca. Producto que nadie discute sus valores medicinales, es
también materia prima para la elaboración de drogas
alucinógenas dañinas para la salud individual del
que lo consume y dañinas para la humanidad, porque los
insumos para su producción deterioran el medio ambiente.
Por otra parte, su tráfico desencadena violencia extrema
que llega al ámbito internacional entre mafias y de
éstas con las fuerzas del orden. Por su poder
económico, sus miembros llegan hacerse de un lugar en la
vida social entre las grandes familias dominantes y en la
política oficial, copando de modo directo o indirecto los
más altos cargos públicos y privados, incluyendo
medios de comunicación, extremando la corrupción
como última etapa de decadencia de un sistema
civilizatorio.

La hoja de coca era conocida en las culturas
precolombinas, pero su uso – dice Waldemar Espinoza38-, se
reducía para ciertos rituales religiosos. Con la conquista
y el colonialismo la población aborigen comienza a
chacchar en forma generalizada como medio de soportar el hambre y
también como alucinógeno que ayuda sobrellevar
penurias, convirtiéndose en artículo de primera
necesidad y en una de los negocios más lucrativos. Trae
consigo la degradación física mental del
consumidor. Espinoza dice, basándose en Carlos Gutierrez
Noriega ("El hábito de la coca en el Perú"), que
"la coca es un estimulante poderoso, quizá superior a
la bencedrina y a las desoxifedrina, por eso contrarresta la
fatiga del organismo. De ahí que quien no la ingiera,
estando ya habituado, experimenta cansancio, fatiga,
desilusión
".

El capitalismo, contrariamente a lo que pregonan sus
representantes, para desenvolverse, tiene necesidad de despojar a
las mayorías de la propiedad de sus medios de vida, en
especial de la tierra, para monopolizarlo en pocas manos y a la
vez convertir a sus antiguos propietarios en proletarios, en
tanto solamente cuentan con su fuerza de trabajo (capacidad
mental corporal) para venderlo a cambio de un salario, en caso
encuentren ocupación, de lo contrario engrosarán el
ejército industrial de reserva, cuyos sectores más
pauperizados han sido denominados "población marginal".
Este proceso se inició en Europa de siglos pasados con la
usurpación de sus tierras a millares de campesinos, cuyas
huestes trashumantes -perseguidas por el "delito" de vagabundaje-
deambulaban por ciudades y campos. A la par que esto, las clases
dominantes europeas despojaron de sus bienes de vida a pueblos
enteros en los confines del mundo por medio de la violencia que
llegaba al genocidio, con la bendición de las altas
jerarquías de las religiones oficiales. En el siglo
veintiuno presenciamos las guerras de rapiña con la
finalidad de apropiarse de recursos estratégicos como el
petróleo, y también, en tanto el ejército
industrial de reserva se ha globalizado, los países
imperialistas -Europa y Estados Unidos– reeditan la
persecución de siglos pasados -esta vez basados en el
"delito" de ilegales- contra los parias del tercer mundo en esos
países.

Los sucesos de Bagua el 5 de junio del año 2009
donde perdieron la vida 34 peruanos, entre policías y
amazónicos, tiene como causa el intento del imperialismo,
por mediación del estado peruano, de apoderarse de los
recursos del suelo y del subsuelo, con la resistencia de culturas
aborígenes y amplios sectores de esa región, lo
mismo que de las tendencias libertarias de la modernidad, entre
ellas, marxistas, sectores religiosos y ecologistas. Según
las leyes peruanas, el suelo si es que no es propiedad de
particulares es propiedad del estado, pero el subsuelo, donde se
encuentra la riqueza minera y energética (petróleo,
gas, carbón), es patrimonio del estado y usufructuado por
sus "descubridores" particulares. Por eso incalculables
territorios del subsuelo de los andes y la Selva tienen
propietarios que han detectado riquezas y las han inscrito
legalmente. Existe una norma de consulta previa con los
propietarios del suelo que el estado no cumple. En caso los
propietarios (individuales, comunales o de culturas ancestrales)
amparados por la ley no permitan la utilización de su
propiedad, es decir, del suelo, ante la imposibilidad del estado
y las transnacionales de construir túneles desde el otro
lado del mundo o desde el zócalo continental para extraer
la riqueza sin deterioro del suelo, se ven en la necesidad de
violar su propia legalidad utilizando la represión. El
principal problema es que en gran parte la explotación de
recursos naturales extrema la contaminación del medio
ambiente.

La contaminación ambiental se ha convertido en
preocupación mundial en todos los sectores sociales.
Existen urbanizaciones exclusivas en Lima, la capital del
Perú, donde los residentes no permiten el paso de
vehículos de transporte urbano porque contaminan el medio
ambiente y también, reivindicando tranquilidad para su
vida diaria se oponen al funcionamiento de centros educativos de
cualquier especie, lo cual es legitimado por el estado, pero para
la explotación indiscriminada de recursos naturales
contaminando el agua, el trato del estado es diferente,
evidenciando que en el Perú, para los gobernantes, existen
ciudadanos de diferentes categorías. Recordemos sino las
palabras del entonces presidente Alan García Pérez
para justificar la represión en Bagua: "Ya está
bueno. Estas personas no tienen corona, no son ciudadanos de
primera clase. 400,000 nativos no pueden decirnos a 28 millones
de peruanos: tú no tienes derecho de venir por
aquí
". Este lenguaje discriminatorio es propio de los
conquistadores y de la vieja oligarquía que exacerba los
ánimos de grandes sectores populares, extremando los
conflictos.

Además de culturas adscritos a territorios
plenamente delimitados, existen culturas ancestrales entre
fronteras que pueden abarcar dos territorios, por lo que durante
la guerra con Ecuador en 1995, "focalizada" en el Cenepa
(Cordillera del Cóndor), los dos bandos -Ecuador y
Perú- reclutaron a elementos que pudieron ser de la misma
cultura originaria que habitan ambos territorios para colocarlos
en la avanzada de sus ejércitos.

La reivindicación principal de las culturas
amazónicas -escribe el antropólogo Rodrigo
Montoya39- es el respeto a su cultura, dentro de ello a su
lengua, a su religión, a sus costumbres, al ambiente donde
subsisten. Y las culturas que habitan territorios bajo estados
diferentes, reclaman la necesidad de la doble (o triple)
nacionalidad, sea peruana, boliviana, ecuatoriana, colombiana o
brasileña, lo cual no implica que tengan estado
propio.

Perú:
nacionalidad en formación

Volviendo a la propuesta de Mariátegui, su tesis
de que el Perú es una nacionalidad en formación
bajo cimiento andino, ha sido confirmada en el devenir del siglo
veinte, a pesar de la presencia del estado oficial, antinacional,
que desdeña las culturas ancestrales.

Contrariamente a un gran sector del pensamiento
académico que lo ha visto decaer, las expresiones
indígenas siguen gravitando de modo decisivo en el
conjunto social, en tanto el devenir andino, antes confinado a
los andes, se ha expandido al conjunto nacional en todos los
ámbitos, por los aluviones que llegan a las ciudades con
sus variadas expresiones culturales (dignas o indignas), por lo
que dentro del sistema mundial de desigualdades y combinaciones,
lo que da singularidad, peculiaridad, identidad, a los
territorios andinos (Ecuador, Perú y Bolivia), es el
legado de las culturas originarias en diversidad de expresiones,
"peruanizando" el legado universal.

Hasta mediados del siglo veinte el indigenismo en su
expresión artística literaria coexistiendo con las
vanguardias poéticas a las que también se
adscribieron indigenistas, ocupó un lugar privilegiado
para luego seguir coexistiendo con otras tendencias que
encontraron brío en la segunda mitad del siglo veinte,
dentro de ello, una narrativa "urbana" pujante, la misma que no
deja de lado -para degradar o enaltecer- al mundo andino, que
evidencia su presencia en todos los ámbitos de la vida
social. En los andes, hasta la más alejada y humilde aldea
tiene, además de su "historiador" que rememora su origen,
su artista (s) que recrea sus vivencias, además de las
festividades populares tradicionales. Todo esto se proyecta al
ámbito nacional por diversos caminos, coexistiendo y
combinándose con expresiones de otras culturas.

Una visión estereotipada presenta la miseria y el
atraso como legado de culturas precolombinas, lo cual es falso.
Hasta los más extremistas detractores del universo andino,
entre ellos Vargas Llosa, reconocen que las sociedades
precolombinas solucionaron el problema del hambre. En realidad,
la pobreza, la miseria, la marginalidad, tal cual la conocemos
hoy, con la degradación biológica y espiritual,
llegó con los conquistadores y el colonialismo.

En política, la expansión del mundo andino
es evidente, expresado sobre todo en las organizaciones populares
y en la izquierda revolucionaria. Paralelamente se acrecienta la
demagogia de partidos oligarca burgueses y del mismo estado que
utilizan motivos indígenas para engatusar al
pueblo.

Las expresiones indígenas en el devenir cambian y
se reestructuran constantemente porque, más que una
escuela, más que un movimiento literario, representa el
devenir vital de un pueblo. Los territorios andinos forman parte
del devenir mundial y las reestructuraciones configuran la
especificidad dentro de la universalidad. Por eso el indigenismo
como reivindicación política que en siglos pasados
tenía de símbolo a elites supervivientes de la
nobleza inca es diferente al indigenismo que desde inicios del
siglo veinte reivindica al socialismo moderno.

La expansión del devenir andino inmerso en el
devenir universal se expresa en diversidad de expresiones
culturales, que podemos sintetizar cuando Mariátegui
decía que un pueblo, "después de un largo
colapso, puede encontrar por sus propios pasos, y en muy corto
tiempo, la vía de la civilización moderna y
traducir a su propio lenguaje, la lección de los pueblos
de
occidente40|".

"España nos trajo el Medioevo:
Inquisición, feudalismo, etc. Nos trajo luego, la
Contrareforma; espíritu reaccionario, método
jesuítico, casuístico, escolástico. De la
mayor parte de éstas cosas nos hemos ido liberando,
penosamente, mediante la asimilación de la cultura
occidental, obtenida a veces, a través de la propia
España. Pero de su cimiento económico, (…), no
nos hemos liberado
todavía41".

De acuerdo a la cita anterior podemos hacer la
diferencia entre la "asimilación" de la cultura occidental
de acuerdo a la especificidad de un pueblo, diferente a la
imposición colonialista para sojuzgar pueblos. En el
primer caso se trata de apropiarse de la cultura universal para
mejorar la existencia, inmersos en la modernidad en su tendencia
libertaria; y en el segundo caso sirve para legitimar el
colonialismo dentro de la tendencia siniestra de la
modernidad.

Dentro del actual sistema mundial no existe pueblo o
cultura que no haya recibido en mayor o menor grado influencia
foránea, originando lo que comúnmente se denomina
"mestizaje", sociedad "criolla". Lo último puede ser
distintivo nacional en los casos de Argentina, Uruguay o Chile,
(en los que la población aborigen fue ínfima),
cohesionándose en su devenir -con todas las
contradicciones- una mentalidad común sobre raíz
"extranjera", que pronto encuentra originalidad, especificidad,
autenticidad para representar lo "nacional" dentro del conjunto
mundial.

La especificidad, la originalidad, la "identidad", que
se integra cada vez más a la totalidad (mundial), hasta
formar parte de las determinaciones, se encuentra en lo que hace
la diferencia, que en el caso de los territorios andinos es el
legado autóctono en todos los terrenos, que con el paso
del tiempo se hace más evidente, por lo que una de las
reivindicaciones que aumenten la solidaridad de los explotados y
oprimidos podría ser una confederación andina
inmersa en la diversidad, cuyo eje sea Ecuador, Perú,
Bolivia y Paraguay.

Afroperuanos y
"chinos"

Algunos términos y frases utilizados por
Mariátegui para referirse a chinos y afroperuanos ha
suscitado comentarios tildándolo de racistas42. Como
veremos luego, los términos y comentarios desafortunados y
equivocados, no tienen sustento en criterios raciales.

A mediados del siglo diecinueve con la
reinserción del Perú al mercado internacional,
faltaban brazos para las haciendas, lo que se agrava con la
manumisión de los esclavos negros en 1854. El estado se ve
en la necesidad de "importar" trabajadores (colíes)
chinos, los que fueron sometidos a un régimen que lindaba
con la servidumbre y la esclavitud. Entre 1849 a 1874 arribaron
alrededor de 92,000 chinos. Durante la invasión chilena en
muchas haciendas costeñas se rebelan pretendiendo
liberarse y, sobre todo las clases dominantes, extreman su
prejuicio racial cultural. Desde finales de ese siglo a 1923
arribaron alrededor de 18,000 japoneses. En el imaginario peruano
a ambas poblaciones se les denomina "chinos". En la última
década del siglo veinte un candidato presidencial
descendiente de japoneses, Alberto Fujimori, para contrarrestar
el prejuicio racial de las clases dominantes, dijo que los
"cholitos y "chinitos" ganarán las elecciones a los
"blanquitos". Una especie de racismo al revés. Ganó
las elecciones a Vargas Llosa.

Posteriormente llegan nuevos contingentes de chinos y
japoneses dentro de la ley, pero también al margen
(mafias), enriqueciendo la heterogeneidad de culturas que
coexisten y se combinan.

La segregación ha sido una constante en la
política oficial peruana. Durante la segunda guerra
mundial el estado oligarca en base a su alianza con las
democracias imperialistas toma de rehenes a la colonia de
japoneses y los envía a Estados Unidos en calidad de
prisioneros de guerra, sufriendo vejámenes. Con el mismo
criterio racista, en 1929 el gobierno había inventado un
"complot comunista", apresando a dirigentes obreros e
intelectuales -entre ellos a Mariátegui- y a la colonia
judía en Lima. Por esa época los sectores
más reaccionarios del mundo decían que la
revolución rusa fue obra de "orientales" "primitivos" y
"judíos"

En cuanto a los africanos, llegan junto a los
conquistadores. Cincuenta años antes del descubrimiento de
América, dice Nicomé de Santa Cruz43, (teniendo de
referencia a diversos autores), "eran introducidos en la
península ibérica diez esclavos negros
", con
lo cual se da comienzo al comercio de esclavos negros desde
Africa hacia España y Portugal. Los primeros esclavos en
Africa, explica, surgieron entre los hombres expulsados de sus
etnias por alguna falta y entre los prisioneros de guerra. (Es
decir, igual que en otras culturas antiguas en el mundo). A estos
esclavos, Santa Cruz (siguiendo a otros autores) les denomina
"verdaderos esclavos", para diferenciarlos del tráfico de
negros que se acrecentó a partir del siglo
dieciséis basado en criterios raciales. Otro dato de suma
importancia es que las versiones de los europeos sobre los
nativos (negros) africanos al principio fueron positivas, pero
con el correr del tiempo, cuando comienza el colonialismo moderno
y el tráfico de esclavos, esa visión cambia,
presentándolos como "bárbaros", "primitivos", "come
hombres", etc., para justificar el genocidio y el tráfico
comercial de seres humanos.

Junto a los conquistadores, prosigue Santa Cruz, vienen
a América los negros "ladinos" -que hablan el idioma
latino, "aculturados" ("cristianizados") en España y
Portugal-, como auxiliares y hasta lugartenientes de los
conquistadores, pero posteriormente cambia su situación al
estabilizarse la colonia e instaurarse las "plantaciones" de
caña de azúcar con mano de obra esclava, y
entonces, el tráfico de esclavos multiplica sus ganancias
con la intervención de los estados más poderosos,
entre ellos España, Holanda, Inglaterra y Portugal como
garantes de las ganancias, repartiéndose (de manera
"civilizada") mediante tratados, sus zonas de reclutamiento
(caza, compra y venta de humanos en el continente africano. A
partir de entonces en América, a los negros "ladinos",
cada vez menos, se suman los negros "bozales", arrancados
directamente desde sus pueblos en el Africa.

Durante la guerra civil entre conquistadores,
Nicomé de Santa Cruz nos recuerda la presencia de negros
por centenares en diversos bandos, y tiempo después,
cuando Francisco Hernández Jirón se rebela
(1653-1654) contra la corona española, ofreció
liberar a todos los esclavos negros que se enrolen en su
ejército, pero fue derrotado.

Santa Cruz se pregunta por qué la
abolición de la esclavitud tuvo que esperar décadas
luego del surgimiento de repúblicas libres del dominio
español. Su respuesta es que no pudieron doblegar los
intereses de los grandes propietarios de esclavos. Recuerda que
Simón Bolívar recibió ayuda de la
república independiente de Haití con la
condición de abolir la esclavitud en las nuevas
repúblicas, pero no pudo cumplir su palabra
empeñada. Pero la explicación es más
compleja. Las nacientes repúblicas criollas se erigieron
en base a la estructura colonial heredada por los conquistadores.
Es decir, las nuevas repúblicas surgieron al margen y en
contra de las mayorías. Por eso la esclavitud en el
Perú fue abolida en 1854 pero no fue solución vital
para los afroperuanos. La servidumbre en los andes
prosiguió hasta que un gobierno militar nacionalista
(1968-1975), -intentando evitar la subversión
generalizada-, decreta una reforma agraria, que tampoco
constituyó solución vital a los problemas, porque
en el sistema capitalista mundial, las grandes mayorías
están integradas de manera directa o indirecta en la
acumulación de capital, pero marginadas de los beneficios.
La solución es la auto emancipación de las
mayorías de toda forma de explotación y
opresión.

Si bien los afroperuanos no lograron cohesionar un
proyecto libertario propio, pero su lugar en la formación
de la nacionalidad peruana es indiscutible. En las guerras por la
independencia algunos contingentes formaron montoneras y
guerrillas propias o junto a indios y otros estratos sociales y
eran temidos por los ejércitos oficiales de los criollos
porque podían desbordar los intereses de los criollos
liquidando la estructura colonial. El historiador Pablo Macera
escribe: "Los criollos temieron siempre a los negros
cimarrones. Estos no eran los esclavos arribistas "pinganillos" y
"palanganas" que trataban de imitar a los amos, sino esclavos que
pretendían destruir la sociedad criollo española
colonial. Fue por miedo a esos esclavos que la aristocracia
limeña proclamó su lealtad a San Martín como
días antes lo había hecho al Virrey La Serna. No
importa quién (españoles o argentinos) controlase
la plaza de Lima. Lo que interesaba era una tropa que garantizase
la seguridad pública44
".

Dennys Couché45 señala que durante la
guerra civil entre Echenique y Castilla, el primero, en calidad
de presidente de la república, prometió libertad a
todos los negros que se enrolaran en sus huestes, mientras que
Castilla prometió libertad a todos los negros, lo cual
cumplió mediante un decreto del tres de diciembre de 1854,
ocho años antes de que Abraham Lincoln hiciera lo mismo en
Estados Unidos luego de una cruenta guerra civil.

Estos episodios son anecdóticos, porque sin la
rebeldía -pacífica y violenta- de los esclavos afro
peruanos, nadie los hubiese tenido en cuenta. Como expresa Carlos
Aguirre46, los afroperuanos fueron "Agentes de su propia
libertad
".

Los afroperuanos al igual que demás sectores
populares aportan con su creatividad en todos los ámbitos
en la tarea de peruanizar al Perú, incluyendo en la
expresión más íntima que da identidad a un
pueblo como la música y canción popular. Forman
parte del bloque libertario de la modernidad.

Volviendo a Mariátegui (en los 7 Ensayos):
"El mestizaje necesita ser analizado no como cuestión
étnica sino sociológica
", y es
heterogéneo. En la Sierra el mestizo puede ser absorbido
por lo indígena, y en la Costa, el mestizo en el
latifundio puede ser absorbido por el espíritu colonial de
casta, mientras que en un medio urbano industrial, el mestizo que
tiene acceso a la "europeización",
"reconociéndose así mismo como un
español bastardeado, siente que el indio debe ser el
cimiento de la nacionalidad
". Lo último, porque para
Mariátegui, dentro de la heterogeneidad de razas y
culturas promotoras del cambio, la más definida con
contornos propios era la indígena: "La sociedad
indígena puede mostrarse más o menos primitiva o
retardada. Pero es un tipo orgánico de sociedad y de
cultura
".

En el caso de los afro peruanos que desde la colonia
vinieron como esclavos y de los chinos (colíes) que fueron
traídos desde mediados del siglo diecinueve para trabajar
como siervos/esclavos en las haciendas costeñas, -ha
criterio de Mariátegui en los 7 Ensayos- su
posición socio cultural no les ha permitido superarse, por
lo que desdeña su aporte en la formación de la
nacionalidad peruana. En el caso de los colíes (chinos)
reconoce como su único aporte directo la medicina
tradicional china ya que en otros campos, como por ejemplo, el
pensamiento de Lao Tse o Confucio, al igual que la acupuntura, ha
llegado por mediación de los europeos. De los
afroperuanos, -que Mariátegui desconocía que en la
colonia también laboraban como esclavos agrícolas
en las haciendas-, los redujo a esclavos "domésticos",
para afirmar que "todas las circunstancias han concurrido a
mantener su solidaridad con la colonia"
por lo que el "negro
liberto" se ha mostrado "adicto" a su antiguo amo, y al mezclarse
con el indio "ha sido para bastardearlo comunicándole
su domesticidad zalamera y su psicología exteriorizante y
mórbida
". Su contribución a la
formación de la nacionalidad -al igual que los chinos-
Mariátegui lo considera un "estorbo" por el "influjo de su
barbarie". La clave de toda la interpretación es que su
ubicación en el sistema social como esclavos
"domésticos" los vuelve adictos a sus amos.

No obstante los términos utilizados,
Mariátegui es crítico de la visión
"zootécnica" (racista) que se extrema en los sectores
más reaccionarios que veían como solución,
el exterminio del indio o el cruce con la raza "blanca", lo que
se conoció como "solución bovina". Para
Mariátegui la "raza" no se puede desligar del proceso
socio cultural. En este sentido también critica las
especulaciones del filósofo mejicano Vasconcelos sobre el
mestizaje de españoles indios y negros que daría
resultado en el futuro a la "raza cósmica" en
América, y también critica al Dr. Uriel
García que ve en el mestizo de la sierra al nuevo indio
como símbolo de la peruanidad. Al respecto
Mariátegui aclara que la propuesta del Dr. Uriel
García no prospera en la Costa.

Mariátegui distingue entre la cultura china cuyo
aporte a la humanidad es incuestionable, y los chinos que fueron
traídos al Perú a mediados del siglo diecinueve que
-al igual que los afroperuanos- no han sido capaces
"aún" de ser mediadores para trasmitir el legado de
su cultura de origen por su precario estado socio cultural y por
el ambiente de feudo en que los ha sumido la república
oligarca. Mariátegui ve al oriente decrépito y
fatalista y al oriente revolucionario libertario, por lo que ante
las "taras de oriente decrépito" que induce al fatalismo y
la sumisión, las noticias de movimientos revolucionarios
(en especial de China) inculca "impulsos progresistas" de los
chinos en el Perú.

Volviendo a los afro peruanos, la apreciación de
Mariátegui al desdeñar su contribución en la
formación de la nacionalidad es equivocada pero contraria
al racismo, porque en un medio socio cultural diferente, como el
obrero, se ira extirpando la "herencia espiritual" de esclavo.
"Sólo el socialismo, despertando en él,
conciencia clasista, es capaz de conducirlo a la ruptura
definitiva con los últimos rezagos de su espíritu
colonial
". Es decir, su superación no está
ligada a lo biogenético sino al cambio socio
cultural.

Por la época en que escribió los "7
Ensayos" -conforme lo mencionamos en líneas anteriores- no
se tenían noticias de la lucha de los afro peruanos por
sus propias reivindicaciones -como esclavos en las haciendas-, y
en las luchas contra el dominio español.

Siguiendo con sus apreciaciones expuestos en los 7
Ensayos, para Mariátegui no existen razas
biológicamente superiores: "El prejuicio de las razas
ha decaído; pero la noción de las diferencias y
desigualdades en la evolución de los pueblos se ha
ensanchado y enriquecido, en virtud del progreso de la
sociología y la historia. La inferioridad de las razas de
color no es ya uno de los dogmas del que se alimenta el maltrecho
orgullo blanco. Pero todo el relativismo de la hora no es
bastante para abolir la inferioridad de cultura
".

La propuesta de que lo indígena es cimiento en la
formación de la nacionalidad es porque su legado es
más coherente, y al igual que otros pueblos, se proyecta a
una nueva era: "Y ya la experiencia de los pueblos de
Oriente, el Japón, Turquía, la misma China, nos han
probado cómo una sociedad autóctona, aún
después de un largo colapso, puede encontrar por sus
propios pasos, y en muy poco tiempo, la vía de la
civilización moderna y traducir, a su propia lengua, las
lecciones de los pueblos de Occidente
".

De lo expuesto en líneas anteriores,
términos como "primitivo" o "bastardo" lo emplea
Mariátegui -sin reparar en las malinterpretaciones que se
le puedan hacer-, para indígenas, chinos, afroperuanos y
"mestizos". Es decir, Mariátegui es "democrático"
para denostar sin proponérselo, por utilizar
términos equivocados, a los más diversos sectores.
Quizá lo más ambivalente sea cuando en una
oportunidad47 (febrero 1927) se hizo eco de un prejuicio muy
extendido sobre una supuesta "hipocresía" del
indígena, aunque amparándose en Luís E.
Valcárcel dice que es un modo defensivo frente a sus
opresores, pero en su medio social, en el ayllu, es diferente.
Esto demuestra que Mariátegui no ha logrado incorporar los
términos y conceptos adecuados para una exposición
más coherente. Limitación que supera en escritos
posteriores.

En un texto posterior a los 7 Ensayos: "El problema
de la razas en América Latina
", enviado a la primera
conferencia comunista latinoamericana de Buenos Aires (junio de
1929), con mayor precisión, Mariátegui escribe que
los negros, al igual que otras razas de "color", además de
la explotación económica sufren la opresión
racial cultural y la solución a sus problemas pasa por el
socialismo.

En el texto mencionado, Mariátegui hace suyo la
crítica de Wilfredo Pareto -al que ya tomó como
referencia en los 7 Ensayos- al criterio racial para justificar
"la política imperialista y esclavizadora de los
pueblos blancos
". Según Pareto, al igual que
Aristóteles en la antigüedad decía que por
propia "naturaleza" existen amos y esclavos "justo y
provechoso para todos
"; actualmente también se
intenta hacer creer que por "naturaleza" existen pueblos
"civilizados" nacidos para dominar y pueblos nacidos para ser
dominados. Si un africano que sufre la opresión colonial
se rebela es presentado como traidor, mientras los colonialistas
que reprimen al rebelde son presentados como héroes. Las
grandes potencias en nombre de liberar y civilizar a los pueblos
cometen las peores atrocidades, llegando al exterminio de
poblaciones.

El pasaje de Pareto que Mariátegui toma de
referencia pertenece al "Tratatto di Sociología Generale",
tomo VII, que mantiene plena actualidad porque la estructura del
sistema mundial capitalista desde sus orígenes con las
conquistas desde siglos pasados sigue siendo la misma. Las
atrocidades actuales del imperialismo para someter a pueblos o
"razas de color", llegando al genocidio, se hacen en nombre de
civilización, libertad, democracia y derechos humanos, o
se apela simplemente a la defensa de intereses de determinado
país.

En el texto enviado a Buenos Aires, Mariátegui
reitera que la "domesticidad" del afroperuanos a la raza blanca
se supera en un ambiente urbano moderno: "La industria, la
fábrica, el sindicato, redimen al negro de esta
domesticidad. Borrando entre los proletarios la frontera de la
raza, la conciencia de clase eleva moral, históricamente,
al negro. El sindicato significa la ruptura definitiva de los
hábitos serviles que mantienen, en cambio, en él,
la condición de artesano o criado
". (La referencia
que Mariátegui hace de "artesano" se debe entender en su
acepción gremial corporativa ligada al ambiente de feudo,
en este caso, oligarca)

Un hecho de vital importancia que no ha sido evidenciado
en toda su magnitud por estudiosos de su obra es cuando
Mariátegui, teniendo de referencia a Incas y aztecas,
condena la conquista y la invasión de la "raza blanca" que
ha "traído efectos retardatarios y deprimentes en la
vida de las razas indígenas
", añadiendo:
"Lo que en las comunidades indígenas del Perú
subsiste de elementos de civilización es, sobre todo, lo
que sobrevive de la antigua organización
autóctona
". Y con raras excepciones, -la
invasión europea- ni en el terreno tecnológico a
representado "progreso respecto a la cultura aborigen".
El mayor indicio de esto es la disminución de la
población desde la conquista.

De acuerdo a lo anterior, la técnica significa
progreso en tanto contribuya a mejorar la vida, para lo cual las
relaciones sociales (de trabajo) que se establezcan son
fundamentales.

Precisión
importante

Uno de los mayores logros en la evolución fue
cuando una criatura, -gracias a sus atributos filo
genéticos que se desarrollan y perfeccionan en lucha por
la vida-, sobresale por encima del conjunto animal del que forma
parte, emergiendo un nuevo ser, –el hombre-, el más activo
de la naturaleza, en un proceso permanente de
"humanización", entendido como lucha por dignificar su
existencia mejorando las relaciones sociales entre semejantes,
con la naturaleza y el cosmos.

Contrariamente a la mayoría de seres cuya
constitución fisiológica se adapta a su medio
ambiente, el ser humano, para sobrevivir, tiene necesidad de
transformar su medio ambiente, transformándose así
mismo, extendiendo sus facultades innatas con instrumentos cada
vez más complejos. Federico Engels escribía al
respecto: "Los hombres, (…), a medida que se alejen
más de los animales en el sentido estrecho de la palabra,
en mayor grado hacen su historia ellos mismos, conscientemente, y
tanto menor es la influencia que ejercen sobre esta historia las
circunstancias imprevistas y las fuerzas incontroladas, y tanto
más exactamente se corresponde el resultado
histórico con los fines establecidos de antemano
". El
capitalismo -prosigue Engels-, desarrolla la ciencia y la
tecnología como nunca antes, acrecentando la
productividad, pero esclaviza al ser humano al mundo de las
mercancías. "Únicamente una organización
consciente de la producción social, en la que la
producción y la distribución obedezcan a un plan,
puede elevar socialmente a los hombres sobre el resto del mundo
animal, del mismo modo que la producción en general los
elevó como especie1
".

En la filogénesis social se conjugan de modo
inseparable la interrelación hombre naturaleza expresado
en sus más diversas manifestaciones, entre ellas, en las
formas de organización del trabajo y en sus instituciones.
El surgimiento de los modernos estados con sus delimitaciones
territoriales es parte de ese proceso. Que a alguien se le ocurra
presentarlo como si se tratara de un proceso evolutivo "natural"
desmereciendo la voluntad humana, lo que se conoce como "enfoque
genealógico", o que alguien lo presente como
invención "artificial", lo que se ha denominado "enfoque
antigenealógico", escapa a todo criterio
dialéctico. Mariátegui es ajeno a todo eso. El ser
humano deviene subvirtiendo la naturaleza y a sí mismo por
mediación de multiplicidad de procesos y determinaciones a
las que no puede escapar a pesar de la osadía de su
acción y de lo ilimitado de su imaginación y
fantasía que Mariátegui reivindicó,
señalando así mismo sus límites, porque los
grandes ideales y las grandes utopías brotan de la vida.
Un gran ideal: "Es la realidad histórica presente. La
humanidad no persigue nunca quimeras insensatas ni inalcanzables;
la humanidad corre tras de aquellos ideales cuya
realización presiente cercana, presiente madura y
presiente posible. Con la humanidad acontece lo mismo que con el
individuo. El individuo no anhela nunca una cosa absolutamente
imposible. Anhela siempre una cosa relativamente posible…
Al niño que persigue a la mariposa puede ocurrirle que no
la aprese, que no la coja jamás; pero para que corra tras
ella es indispensable que la crea o que la sienta relativamente a
su alcance. Si la mariposa va muy lejos, si su vuelo es muy
rápido, el niño renuncia a su imposible conquista.
Lo misma es la actitud de la humanidad ante el ideal. Un ideal
caprichoso, una utopía imposible, por bella que sean, no
conmueven nunca a las muchedumbres
".

Notas

1.- Rengifo, Antonio: "Esbozo biográfico de
Ezequiel Urviola y Ribero
". En, "Campesino", año 1,
N° 1

2.- Gonzáles Prada, Manuel: "Paginas
Libres"

3.- "De la historia". Capítulo primero
de nuestro estudio: "Barbarie y Modernidad: el Perú en
la Globalización capitalista
". El capítulo
aludido se ha publicado electrónicamente bajo el
título de "Historia y Antihistoria".

4.- Jorge Basadre: "La Multitud, la ciudad y el
campo
". Lima, 1947, p. 268 y 269.

5.- Ibid. pág. 276.

6.- Sobre lo universal y lo autóctono, entre
otros escritos de Mariátegui, los reunidos en
"Peuanicemos al Perú", por ejemplo:
"Pasadismo y futurismo", "Lo nacional y lo
exótico
", "Nacionalismo y Vanguardismo",
"La tradición nacional", etc. Además,
conferencias reunidas en "Historia de la Crisis
Mundial
".

6.- Mariátegui: "7 Ensayos", pág.
178.

7.- Mariátegui: "7 Ensayos", pág.
202.

8.- Mariátegui: Dostoyevsky "La Rusia de
Dostoyevsky a propósito del libro de Stefan Zweig
",
en "El Artista y la Epoca".

9.- Trotsky: "La Cuestión Nacional", en
"Historia de la Revolución Rusa", SARPE, Madrid,
1985, Tomo II, p. 268.

10.- Trotsky: "Gógol", en, "Sobre
arte y cultura
". Alianza Editorial, Madrid, 1974

11.- Esto lo abordamos en "Literatura y
modernidad
", capítulo de "Barbarie y modernidad:
el Perú en la globalización
capitalista
".

12.- Mariátegui: "El Mensaje de
Oriente
". En "La Escena
Contemporánea
".

13.- Mariátegui: "La agitación
revolucionaria y socialista en el mundo oriental"

(conferencia). En "Historia de la Crisis Mundial".
Mariátegui hace suya la propuesta de la tercera
internacional de los tiempos de Lenin y Trotsky. Posteriormente
el estalinismo pondría una barrera infranqueable entre las
reivindicaciones burguesas y socialistas de la revolución,
imponiendo a los pueblos atrasados sólo a una
"revolución" burguesa para desarrollar el
capitalismo.

14.- Mariátegui: "Semitismo y Anti
semitismo
". Incluido en "La Escena
Contemporánea
". "La Misión de
Israel
". Incluido en "Figuras y Aspectos de la Vida
Mundial
", tomo III.

15.- Mariátegui: "7 Ensayos",
pág. 178.

16.- Mariátegui: "Ideología y
Política
", pág. 27.

17.- Citado por William Rowe: "José María
Arguedas: mito y realidad"

18.- reproducido en, "Historia de la crisis
mundial"

19.- Mariátegui: Zinoviev "La Escena
Contemporánea"

"Nacionalismo e internacionalismo", "en, Historia de la
crisis mundial"

Todo esto lo abordamos lo abordamos con mayor
precisión en el siguiente capítulo: "El
internacionalismo revolucionario"

20.- MariáteguI: Nitti, en, "La Escena
Contemporánea"

21.- Macera, Pablo: "Visión histórica
del Perú"

22.- Mariátegui: "La Unidad de la
América Indo-española
". En "Temas de
Nuestra América
".

23.- Esta tesis está en la tradición
marxista desde inicios del siglo veinte, entre otros en Trotsky,
Rosa Luxemburgo, Lenin (en su estudio sobre el imperialismo),
etc., visión que hizo suyo la tercera internacional en sus
cuatro primeros congresos.

24.- Mariátegui: "7 Ensayos"
("Centralismo y Regionalismo"). Esto también ha
sido evidenciado por diversos autores, entre ellos Julio Cotler:
"Clases, estado y nación en el Perú". IEP,
Lima, 1978, pág. 126.

25.- Mariátegui: "Peruanicemos al
Perú"

26.- Mariátegui: "La revolución de la
independencia y la propiedad agraria"
("7
Ensayos
")

27.- Mariátegui: "7 Ensayos"

28.- Cotler, Julio: "Clases estado y Nación
en el Perú
". IEP, LIma 1978, pp. 66-67.

29. – Roel Pineda, Virgilio: "Grandezas y Miserias
de la Independencia"

30.- Macera, Pablo: "Los proyectos nacionales". Retablo
ediciones, Lima, s/f.

31.- Mariátegui: "El problema de la
educación", en "7 Ensayos"

32.- Mariátegui: "El Factor religioso". En "7
Ensayos

33.- Meseguer Illan, Diego: "José Carlos
Mariátegiui y su pensamiento revolucionario". IEP, Lima
1974

34.- Mariátegui: "7 Ensayos",
p.

35.- Mariátegui: "Ideología y
Política
", pág. 81.

36.- Alberto Flores Galindo: "La Agonía de
Mariátegui: su polémica con el
Komintern
".

37.- Mariátegui: "El problema de las
razas
". ("Ideología y Política", pp.
101-102)

38.- Waldemar Espinoza Soriano: "La Sociedad Colonial",
en "Historia del Perú", tomo IV, editado por Mejía
Baca.

39.- Rodrigo Montoya: Bajo el título
«Movimientos indígenas en la Amazonía:
potencialidades y límites
», otra versión
de este artículo aparece en el libro
"Multiculturalidad y política. Derechos
indígenas, ciudadanos y humanos
", (reseñado en
Ciberayllu). Versiones preliminares de este texto fueron
presentadas en la Universidad de Barcelona, España, en
1995-96, y en la Universidad de San Marcos, Lima,
1996.).

40.- Mariátegui: "7 Ensayos",
pág. 301.

41.- Mariátegui: "7 Ensayos",
pág. 44.

42.- Juan E. de Castro ¿Fue José Carlos
Mariátegui racista? Publicación electrónica
(A contra corriente)

Carlos Velarde Reyes "Sobre una supuesta
deformación racista en JCM". Publicación
electrónica (Archivo de Chile)

43.- de Santa Cruz Gamarra, Nicomé: "El Negro
en Iberoamérica
". Revista "Encuentro",
editada por el Centro de Proyección Cristiana N°
54-55, Lima, 1989-90.

44.- "Los proyectos nacionales" p. 12.

45.- Denis Couché: "Poder blanco y
resistencia negra en el Perú
". I.N.C., Lima,
1975.

46.- Carlos Aguirre: "Agentes de su propia
libertad
". PUC, Lima 1996 (segunda
edición)

47.- Mariátegui: "Intermezzo
polémico
", en, "Ideología y
Política
".

48.- Esto lo exponemos con mayor precisión en
"Literatura y modernidad: el indigenismo"
(publicación electrónica), capítulo de
"Barbarie y modernidad: el Perú en la
globalización capitslista
".

Nota final.- En 1964, contribuyendo a la
discusión, Aníbal Quijano elaboró su tesis
sobre la "cholificación" ("El proceso de
Cholificación"), en alusión al sector que a su
criterio deja de ser "tradicional". En la década del
noventa/, al hacer el balance de su teoría (en
"Colonialidad del Poder, cultura y conocimiento en
América Latina
"), señaló que en ese
sector ("cholo") se articulaban "elementos que los
dominantes celebraban: la tremenda energía, la
persistencia, la sobriedad, la disciplina, la capacidad de
trabajo organizado, y ciertamente el rápido aprendizaje de
las técnicas del trabajo y de las reglas del mercado del
capital"
… Pero también estaban presentes, "la
reciprocidad, la solidaridad, la compleja densidad de la
subjetividad, producto del des-encuentro entre las perspectivas
aborígenes de conocimiento y de otra parte, el creciente
impulso de la razón tecnocrática del
capital
".

Se proyectaba, concluye Quijano, "una primera
perspectiva de reoriginalización cultural en el
Perú y quizás en todo el mundo llamado
"andino
", por la autonomía respecto de otros
"patrones de estructuración", por lo cual la
"cholificación" podía enfrentar en igualdad de
condiciones a los patrones "criollo oligárquico"
costeño y a lo "gamonal-andino" serrano. Pero para su
desenvolvimiento era necesaria la democratización de la
sociedad -dentro de los marcos del capitalismo como en otros
países- desde la economía a la política, que
no se realizó, truncándose la
"cholificación" como alternativa, con la asunción
al poder del reformismo velazquista (1968) que fracasó
como proyecto, lo que fue coronado con la imposición
contrarrevolucionaria del neoliberalismo dentro de una creciente
globalización, cuya máxima expresión
política en el Perú lo constituye
Fujimori.

En nuestra opinión, lo que Quijano llamó
"cholificación" es fruto del proceso de
proletarización generalizada, extremadamente
heterogénea -para formar el ejército industrial de
reserva del capitalismo- que se acentuó con el correr de
la segunda mitad del siglo veinte por la expansión
capitalista que condujo a la masiva migración del campo a
las ciudades, donde los recién llegados se vieron en la
necesidad de reinventar su vida de acuerdo a nuevas condiciones,
dispuestos a vender su fuerza de trabajo (a cambio de un
salario), y en lo que pudieron, siguieron conservando sus
costumbres tradicionales, que en caso provengan de la vida
comunal andina, se concretizaban entre otras cosas, en la
reciprocidad, la solidaridad, la ayuda mutua, -además de
sus festividades que comenzaron a recrearlas-, a las mismas que
se adscribieron otros estratos sociales incluso de origen
urbano.

Los proletarios dispuestos a vender su fuerza de trabajo
-su capacidad mental corporal- pueden poseer ciertos medios de
vida, entre ellos tierra o instrumentos que no les alcanza para
sobrevivir, o no poseen más que su fuerza de trabajo, y en
cuanto a su cultura y modo de vida -sumamente
heterogénea-, se va moldeando o remodelando constantemente
para bien o para mal, que en las grandes ciudades implica su
inclusión en el proceso de trabajo como parte de la clase
obrera activa, como parte del ejército industrial de
reserva de la clase obrera, recreando diversas condiciones de
trabajo dignas incluyendo dentro de la informalidad, o formar
parte del "lumpen proletariado", un estrato del ejército
industrial de reserva que cobija lo más bajo de la
sociedad capitalista, extremando la degradación del ser
humano.

La "tremenda energía, la persistencia, la
sobriedad, la disciplina, la capacidad de trabajo organizado, y
ciertamente el rápido aprendizaje de las técnicas
del trabajo"
que Quijano atribuye a lo "cholo" en la
década del sesenta, implica que esas cualidades no las
encontraba en los medios indígenas andinos, en el preciso
momento en que éstos acrecientan sus luchas para liberarse
de la servidumbre, es decir, para superar relaciones de trabajo
pre capitalistas.

Contrariamente a Quijano, Mariátegui veía
en los andinos o indígenas de inicios del siglo XX, que
además de practicar su legado libertario ancestral,
tenían, al igual que otros pueblos, aptitudes para
asimilar y recrear ciencia, técnica, nuevos ideales, y
"encontrar por sus propios pasos, y en muy poco tiempo, la
vía de la civilización moderna y traducir, a su
propia lengua, las lecciones de los pueblos de Occidente
".
Debemos admitir que sobre esa base, décadas
después, los inmigrantes andinos cargaron a las ciudades
gran parte de esa mentalidad y vivencias ancestrales, expandiendo
lo andino o indígena al conjunto social.

El advenimiento de la modernidad en Europa, en tanto
inmersa en la lucha de clases, está marcada por dos
vertientes, la siniestra expresada en gran parte por los
intereses de la burguesía (sobre todo cuando asume el
poder), y la libertaria expresada por la lucha de clases y
pueblos oprimidos por su liberación. La vertiente
libertaria tuvo su expresión política más
alta en ese siglo, en la Comuna de París (1971) y al ser
derrotada, la burguesía se consolida en el poder
hegemonizando el sistema mundial, asediada por formas de vida e
ideas libertarios pre modernos y modernos. En lo fundamental, las
grandes conquistas libertarias de la modernidad,
institucionalizadas o no, son por acción de las clases
trabajadoras y sectores oprimidos.

La modernidad en forma orgánica, como mentalidad
y modo de vida adviene con el capitalismo pero no es patrimonio
de este régimen sino que lo trasciende, en tanto la
burguesía europea reniega de las ideas libertarias que en
parte utilizó para hegemonizar la lucha contra la
aristocracia feudal y son las clases populares quienes las
reivindican, cohesionándolas para la acción
política, surgiendo el socialismo.

En los casos de Ecuador Perú y Bolivia, la
vertiente siniestra es representada por las clases dominantes que
reivindican el legado de los conquistadores manteniendo la
estructura colonial como fuente de sus privilegios, mientras la
vertiente libertaria hace suyo lo progresivo del legado andino y
universal.

En este proceso, la reconfiguración o
"reoriginalización" en el ámbito cultural -que
Quijano pretendió encontrarlo en la década del
sesenta del siglo veinte con la "cholificación"-, a
nuestro entender, se proyecta desde las primeras luchas de
resistencia contra el colonialismo, en todos los ámbitos,
en primera instancia liderado por los descendientes de la nobleza
inca comenzando de Mano Inca que desde su refugiado en las
montañas de Vilcabamba 1(1536-1544), intenta dirigir la
expulsión de los españoles para restaurar el
Tawantinsuyo dentro de un nuevo contexto internacional.
Posteriormente en la revolución de Túpac Amaru
(1780-81), bajo otras condiciones, una de sus tendencias intenta
que el estamento (o república) de indios domine al
estamento de los españoles, y otra tendencia arrastra
elementos mesiánicos y milenaristas para recrear el
Tawantinsuyo al que consideran una sociedad justa y libertaria,
sin dominantes ni dominados. En ambos casos existe una
cosmovisión de reoriginalización y cambio frente a
las nuevas circunstancias. En el siglo veinte, bajo otras
condiciones, la "reoriginalización" cultural se cohesiona
inmerso en la lucha por el socialismo, donde confluya el legado
libertario aborigen y universal.

Desde la invasión europea han pasado cinco
siglos, lapso en el cual, dentro del sistema mundial, territorios
y culturas -en países dominantes y dominados- han cambiado
en la transición del pre capitalismo al capitalismo y en
lucha por el socialismo. En todo este proceso, las clases
dominantes, entre ellas la burguesía, cuyos intereses han
dejado de coincidir con el progreso volviéndose clase sin
historia, representa la vertiente siniestra y bárbara de
la modernidad, y los pueblos y clases oprimidas para liberarse
hacen suyo la vertiente libertaria de la modernidad. Quijano al
no comprender este proceso, tampoco comprende la
periodización de la literatura que hace Mariátegui
en colonial cosmopolita y nacional, a la misma que (en
"Reencuentro y debate: una instrucción a
Mariátegui", Lima, 1981) dice (Quijano) que no es
"clasista" (marxista). Sabemos que los colonialistas impiden la
llegada de la cultura progresiva y libertaria europea, incluyendo
en el campo de las artes. En este contexto, en la propuesta de
Mariátegui48 la literatura que crearon los
españoles y criollos en la colonia sigue siendo literatura
pensada y sentida como española en su variante
oscurantista, de casta colonial, que sigue hegemonizando en todo
el siglo diecinueve, en plena época republicana. La
periodización de Mariátegui no anula el criterio de
análisis marxista, sino al contrario, lo confirma, ya que
ubica a los países, clases sociales y el quehacer
cultural, inmerso en el sistema mundial de desigualdades y
combinaciones, donde las peculiaridades nacionales forman parte
del conjunto universal.

Para Quijano los criollos en la colonia formaron parte
de la ilustración libertaria que habría surgido
supuestamente en América al mismo tiempo que en Europa,
pero al no enmarcarlo en el proceso mundial de desigualdades y
combinaciones, no puede constatar que las mismas ideas que en
Europa pueden servir para superar relaciones pre capitalistas de
estamentos y castas, en América española sirven
para perpetuarlos, cuyo mayor ejemplo es la religión
oficial en su variante protestante que en ciertos países
europeos coadyuva al desenvolvimiento capitalista, pero por lo
general en países colonizados legitima las relaciones de
trabajo pre capitalistas más oprobiosas y los genocidios.
Quijano no comprende en su real magnitud que los criollos en la
colonia se sentían españoles y pensaban como tales,
con criterio colonialista porque para ellos era natural la
explotación y opresión sobre las mayorías
indígenas. Recordemos sino las palabras del Jesuita
arequipeño Juan pablo Vizcardo y Guzmán, que si
bien desde el extranjero sintió simpatía por la
revolución de Túpac Amaru, dirige su mensaje de
independencia sólo para los "españoles americanos",
diciendo : "América es nuestra patria y su historia es la
nuestra", dejando al margen al universo andino.

Volvemos a repetir que la especificidad, la
originalidad, la "identidad" de un pueblo, siempre en proceso de
cambio, que se integra cada vez más a la totalidad, hasta
formar parte de las determinaciones globales, se encuentra en lo
que hace la diferencia, que en el caso de los países
andinos, es el legado "autóctono" o "andino" en todos los
ámbitos, que con el paso del tiempo se hace más
evidente. Hasta ahora no existe un término preciso para
este fenómeno, que Mariátegui llamó
"peruanizar al Perú". Más fortuna en medios
académicos tiene "mestizaje", "cultura chola",
"cholificación", "sociedad criolla (o meztiza)", etc.,
términos a los que "peruanizar al Perú" abarque a
todos.

En un conversatorio promovido por el Instituto de
Estudios Peruanos el 23 de junio de 1965 sobre la novela de
José María Arguedas "Todas las Sangres",
-en el que participa Quijano-, lo condenaron por no "reflejar la
realidad". Su error fue juzgarlo como si fuese un escrito
político, sociológico, filosófico o
científico, olvidando que a una obra literaria se juzga
desde un punto de vista literario con sus múltiples
determinaciones y proyecciones.

El escritor (Arguedas) quedó dolido de las
opiniones de sus críticos. Posteriormente en un poema con
el título "Llamado a algunos doctores** dado a conocer
primero en quechua el 10 de junio de 1966 y luego en castellano
el 17 del mismo mes, en el diario El Comercio, se critica a
"ciertos doctores" que incapaces de comprender al mundo andino,
pretenden extirpar el legado libertario anacestral. Además
a Quijano -según Alfredo Quintanilla Ponce ("El wakcha
Arguedas y los doctores")-, lo reservó el título de
"príncipe de los sociólogos".

En su discurso de octubre de 1968 al recibir el premio
Inca Garcilaso de la Vega, Arguedas dice que no es un
"aculturado", autoproclamándose ser un "quechua moderno",
reivindicando -al igual que Mariátegui- el legado
libertario andino como cimiento de la nacionalidad.
Además, en otro escrito, reivindica que junto a Ciro
Alegría, -además de las reivindicaciones
indígenas propuestas por intelectuales que lo
antecedieron, entre ellos Mariátegui-, reivindican el
legado cultural aborigen.

En borradores de lo que debió de su novela "El
zorro de arriba y el zorro de abajo" ambientada en Chimbote, que
por esa época se proyectaba como el primer puerto pesquero
del mundo, Arguedas describe la degradación de los
migrantes andinos para adecuarse a nuevas formas de trabajo y de
vida, contrariando la tesis de Quijano.

Si con su tesis sobre la cholificación (1964)
Quijano desmereció el legado andino como promotor del
cambio en tanto lo "cholo" sería superación de lo
indígena "tradicional", en 1988 ("Modernidad,
Identidad y Utopía en América Latina
") da un
giro de trecientos sesenta grados al presentar a los migrantes
andinos en las ciudades como inmaculados portadores de valores
comunales libertarios que podrían ser eje de resistencia
contra el colonialismo. Ya hemos expuesto que los migrantes
andinos, en las ciudades -con sus virtudes y defectos- las
mayorías forman parte de la clase obrera y del
ejército industrial de reserva, desde donde realizan su
accionar político progresivo o reaccionario. Por esa
época el Perú se debatía en una guerra
interna por la insurgencia de Sendero Luminoso, que con su
accionar terrorista se aísla de vastos sectores sociales
-comenzando del campo- que a la postre condujeron a su derrota.
En la década del noventa, el entonces presidente Fujimori
presentaba a la clase obrera sindicalizada como "privilegiada"
que con sus reivindicaciones impide la inversión en las
zonas marginales (informales), encontrando allí (barrios
marginales) su principal base de apoyo, al igual que
décadas antes la dictadura del general Odría
(1948-1956) aunque bajo un contexto diferente. En otro proceso,
con lenguaje populista izquierdista los militares reformistas
liderados por el General Juan Velazco Alvarado (1958-1975)
también encontraron en esos sectores su base de apoyo, al
igual que la izquierda revolucionaria, inmersa en grandes
movilizaciones obrero populares de finales de la década
del setenta, abriéndose una etapa pre revolucionaria que
no se supo enrumbar a la conquista del
político.

En el devenir humano a la vez que se puede adquirir
atributos que contribuyan a mejorar la vida, se pierden otros.
Marx y Engels han dejado escrito que el desmoronamiento de
sociedades gentilicias comunales para dar paso a sociedades
clasistas, a la vez que puede mejorar la individuación,
acarrea entre otras cosas, la pérdida de
cooperación entre semejantes y pérdida de unidad
con la naturaleza y el cosmos. En territorios andinos la
desintegración de las comunidades a inicios del siglo
veinte era más que evidente, con grandes diferenciaciones
de bienes en su seno. Desde mediados de siglo el deterioro se
acrecienta por la expansión capitalista que proletariza al
conjunto social, emergiendo a primer plano las migraciones del
campo a la ciudad, contexto en el cual se busca la sobrevivencia
en los marcos capitalistas con todas sus contradicciones, con la
mentalidad mercantil, contraria a lazos comunales primigenios. No
obstante, aún sobreviven elementos de vida basados en la
reciprocidad y cooperación, que aunado al legado de una
cultura ancestral que con una economía planificada
venció el problema del hambre, constituyen elementos
libertarios subversivos al sistema.

**Llamado a
algunos doctores

Dicen que no sabemos nada, que somos el
atraso, que nos han de cambiar la cabeza por otra
mejor.

Dicen que nuestro corazón tampoco
conviene a los tiempos, que está lleno de temores, de
lágrimas, como el de la calandria, como el de un toro
grande al que se degüella, que por eso es
impertinente. 

Dicen que algunos doctores afirman eso de
nosotros, doctores que se reproducen en nuestra misma tierra, que
aquí engordan o que se vuelven amarillos. 

Que están hablando, pues: que
estén cotorreando si eso les gusta. 

¿De qué están hechos
mis sesos? ¿De qué está hecha la carne de mi
corazón? 

Saca tu larga vista, tus mejores anteojos.
Mira, si puedes. 

Quinientos flores de papas distintas crecen
en los balcones de los abismos que tus ojos no alcanzan, sobre la
tierra en que la noche y el oro, la plata y el día se
mezclan. Esas quinientas flores, son mis sesos, mi
carne. 

¿Por qué se ha detenido un
instante el sol, por qué ha desaparecido la sombra en
todas partes, doctor? 

Pon en marcha tu helicóptero y sube
aquí, si puedes. Las plumas de los cóndores, de los
pequeños pájaros se han convertido en arco iris y
alumbran. 

Las cien flores de la quinua que
sembré en las cumbres hierven al sol en colores, en flor
se ha convertido la negra ala del cóndor uy de las aves
pequeñas. 

Es el mediodía; estoy junto a las
montañas sagradas: la gran nieve con lampos amarillos, con
manchas rojizas, lanzan su luz a los cielos. 

En esta fría tierra, siembro quinua
de cien colores, de cien clases, de semilla poderosa. Los cien
colores son también mi alma, mis infaltables
ojos. 

Yo, aleteando amor, sacaré de tus
sesos las piedras idiotas que te han hundido. El sonido de los
precipicios que nadie alcanza, la luz de la nieve rojiza, de
espantado, brilla en las cumbres. El jugo feliz de los millares
de yerba, de millares de raíces que piensan y saben,
derramaré tu sangre, en la niña de tus
ojos. 

El latido de miradas de gusanos que guardan
tierra y luz; el vocerío de los insectos voladores, te los
enseñaré hermano, haré que los entiendas.
Las lágrimas de las aves que cantan, su pecho que acaricia
igual que la aurora, haré que las sientas y las
oigas. 

Ninguna maquina difícil hizo lo que
se, lo que sufro, lo que gozar del mundo gozo. Sobre la tierra,
desde la nieve que rompe los huesos hasta el fuego de las
quebradas, delante del cielo, con su voluntad y con mis fuerzas
hicimos todo eso. 

No huyas de mi doctor, acércate
Mírame bien reconóceme. ¿Hasta cuándo
he de esperarte? Acércate a mí; levántame
hasta la cabina de tu helicóptero. Yo te invitare el licor
de mil savias diferentes. 

Curaré tu fatiga que a veces te
nubla como bala de plomo, te recrearé con la luz de las
cien flores de quinua, con la imagen de su danza al soplo de los
vientos; con el pequeño corazón de la calandria en
que se retrata el mundo, te refrescare con el agua limpia que
canta y que yo arranco de la pared de los abismos que templan con
su sombra a nuestras criaturas. 

¿Trabajaré siglos de
años y meses para que alguien que no me conoce y a quien
no conozco me corte la cabeza con una máquina
pequeña? 

No, hermanito mío. No ayudes a
afilar esa máquina contra mi, acércate, deja que te
conozca, mira detenidamente mi rostro, mis venas, el viento que
va de mi tierra a la tuya es el mismo; el mismo viento que
respiramos; la tierra en que tus máquinas, tus libros y
tus flores cuentas, baja de la mía, mejorada,
mansada. 

Que afilen cuchillos, que hagan tronar
zurriagos; que amasen barro para desfigurar nuestros rostros; que
todo eso hagan. 

No tememos a la muerte, durante siglos
hemos ahogado a la muerte con nuestra sangre, la hemos hecho
danzar en caminos conocidos y no conocidos. 

Sabemos que pretenden desfigurar nuestros
rostros con barro; mostrarnos así, desfigurados, ante
nuestros hijos para que ellos nos maten. 

O sabemos bien qué ha de suceder.
Que camine la muerte hacia nosotros; que vengan esos hombres a
quienes no conocemos. Los esperaremos en guardia, somos hijos del
padre de todos los ríos, del padre de todas las
montañas ¿es que ya no vale nada el mundo,
hermanito doctor? 

No contestes que no vale. Más grande
que mi fuerza en miles de años aprendida; que los
músculos de mi cuello en miles de meses; en miles de
años fortalecidos, es la vida, la eterna vida mía,
el mundo que no descansa, que crea sin fatiga; que pare y forma
como el tiempo, sin fin y sin principio.

*En 1980 publicamos "Mariátegui o la
revolución permanente
". Al volverlo a redactar dio
como fruto una versión renovada y ampliada, a la cual
pertenece el texto que ofrecemos (Rafael Herrera
Robles).

 

 

Autor:

Rafael Herrera Robles

(Sociólogo)

 

Partes: 1, 2
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