Monografias.com > Política
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

¿Necesitamos actualizar la democracia?



  1. El
    sistema democrático tradicional
  2. Definición de la democracia
    verdadera

El sistema
democrático tradicional

La crisis de la democracia representativa.
Redefinición conceptual de la Democracia
Tradicional

El sistema democrático, tal como lo conocemos
ahora, se encuentra inmerso en una crisis de la que no
saldrá, al menos que pueda ocurrir un milagro que la saque
de esta mortal caída. Y con ella, se arrastran al mismo
abismo otros valores, por los que ha luchado la humanidad desde
todos los tiempos.

Los derechos humanos, las libertades individuales, la
propia sociedad han llegado al límite en el que su
supervivencia estaba asegurada. Ellas sucumben junto a la
Democracia, cuya derivación ha resultado más
evidente.

En el mundo contemporáneo que nos ha tocado
vivir, se han profundizado las contradicciones de los sistemas,
que, originando las llamadas " distintas corrientes de ideas", no
han hecho poco menos que enfrentar unos a otros, de forma
despiadada, propiciando, de espaldas a sus respectivas
responsabilidades, para con los ciudadanos bajo su control, la
ocurrencia de las dos grandes guerras del siglo XX.

De esas dos guerras, el mundo resultó más
dividido, peor administrado, más pobre y menos libre.
Derivado de esa situación se produjeron sucesivamente las
guerras de liberación apoyadas, en su mayoría, por
la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas, que hizo perder el poder hegemónico
sobre sus colonias, a Francia, Inglaterra, Portugal etc. A partir
de ese momento, el mundo quedó dividido en dos grupos: Una
parte liderada por los Estados Unidos de América,
"paladín del mundo libre", y por otra la parte dominada
por la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas (URSS) y su satélite Campo
Socialista.

Pero paralelo a estos dos gigantescos adversarios,
seguían existiendo en la más extrema pobreza en
África, Asia y América, los habitantes del III
mundo, agrupados en un conglomerado de países donde
existen tan enormes riquezas que no se pueden creer los cuentos e
historietas que tratan de explicar el porqué de tanta
miseria.

La gobernación de los países pobres, ha
estado signada por la precariedad, la corrupción, las
luchas internas y los dictadores, que siembran más miseria
y más hambre. El analfabetismo pulula en todos ellos,
manteniendo a los seres humanos, de esas regiones, marginados de
cualquier sistema educaciones o de salubridad.

En medio de este convulsionado estado de cosas, se
produce el más grande acontecimiento de la historia del
siglo xx: La desaparición de la Unión
Soviética y de todo el Campo Socialista. Con este
acontecimiento de extraordinaria relevancia, se pierde el
equilibrio político existente hasta entonces, tendiendo a
la consolidación del hegemonismo de su contraparte, los
Estados Unidos de América. El símbolo de esta nueva
era, queda marcada por la caída del Muro de Berlín,
suceso que representó el final de la guerra fría y
por ello recibió el beneplácito de todos los
pueblos del mundo.

La desaparición de ese monumento a la
opresión, que era representativo de las cercas existentes
en los campos de concentración activos en los
países comunistas y un remedo de los horribles campos de
exterminio hitlerianos, marcó un antes y un después
en los anhelos de libertad de la humanidad, pero al mismo tiempo
fue la "pitada" de arranque para una etapa de horror interminable
que es la causa directa del peligro que hoy acorrala a toda la
humanidad.

La desaparición de la Unión
Soviética y del Campo socialista, significó
además la desaparición del control sobre su zona de
influencia principal: Las repúblicas integradas a la
unión, y las naciones miembros del Pacto de Varsovia, si
no que además se ampliaba hasta todo el oriente, salvo
excepciones, a los países árabes, África y
América. Pero la Unión de las repúblicas
soviéticas no pudo mantenerse y el desmembramiento
permitió el afloramiento de viejas cuentas y territorios
que quedaron bajo el control de cabecillas terroristas que no
demorarían en hacerse sentir en busca del poder
político. En otros países como en Yugoslavia, el
odio étnico manchó de sangre la antigua
federación comunista.

En ese momento, roto el equilibrio y la
contención, se desataron las ligaduras que impedían
la confrontación y suelto el diablo, no hubo ya quien
impidiera que las fuerzas más retrógradas del
comunismo internacional impulsaran el enfrentamiento con los
Estados Unidos y sus aliados.

Estas fuerzas residuales provienen del propio sistema
que muchos, sinceramente creen que ha desaparecido. Pero no hay
cosa más lejana a la verdad que esa creencia. El
desmerengamiento del Campo Socialista y de la Unión
Soviética en particular, se debió más a un
problema económico que ideológico. Sus centros de
poder internacional, aunque sin el dominio centralizado, se
mantuvo vivo y con su plena capacidad de acción. Esta
izquierda, liberada del control moscovita se adapta
inmediatamente a una lucha donde prevalecen las condiciones
específicas de los territorios o naciones, aprovechando
las estructuras de partidos de izquierdas sobre los que influyen
para alcanzar sus propósitos, dentro del marco
democrático y sus reglas actuales. Pero también los
extremistas aprovecharon otras vías para encauzar sus
pretensiones mediante el uso de la fuerza y la
intimidación, como lo ha sido la explotación al
máximo de los sentimientos nacionalistas y sobre todos
religiosos extremistas, promoviendo que desde la sombra,
disímiles atentados terroristas, la desobediencia civil,
etc. que ha costado miles de vidas a la humanidad.

Pero el sistema democrático no está en
peligro únicamente por las causas apuntadas hasta ahora.
La frustración que siente el pueblo no es asunto nuevo.
Desde antes de que estos fenómenos surgieren, el pueblo
había perdido la confianza en los gobernantes, por las
mentiras, las falsedades, el robo, y el escarnio en que viven,
provocando el rechazo de los gobernados hacia los
políticos, que en lugar de arrastrar adeptos, han cubierto
los procesos electorales de estiércol, incrementando el
número de personas que le repudian, dejando de lado
responsabilidades y posibilidades, renunciando al supremo derecho
de ejercer sus obligaciones en el proceso de selección de
los gobernantes. En esta situación, no son los partidos
políticos, quienes han mancillado una profesión por
demás respetable. Son ellos los que se corrompen, mienten,
realizan acciones delictivas. Ellos se han cargado a la
Democracia tal como la conocemos y con su repudiable
actuación han hecho que la humanidad derive hacia un
perenne estado de ansiedad, de stress, que le son provocados por
los conflictos armados que ponen en peligro su propia
existencia.

En los tiempos que vivimos, hemos sido testigos de
cómo, personas sin escrúpulos han medrado a costa
de las riquezas de los países, colocándose al
margen y por encima de las leyes, para mantener el poder
político y económico. Millones de personas han
muerto como resultado de las ambiciones ligadas al poder
mediático, que otorga el gobernar cualquier país a
espaldas de la voluntad popular. Si a esto sumamos que la
potencia económica, política y militar más
poderosa que haya conocido la humanidad ha resultado la
única superviviente de la desaparecida Guerra Fría,
y que con tan inmenso poder responde a los ataques que recibe, o
cuando se siente simplemente amenazada, puede concluirse que el
momento de transición de la Democracia ha llegado, pues ya
no se trata del criterio de la mayoría sobre la
minoría, sino que además de que prevalezca el
criterio del poderoso sobre la mayoría y la
minoría. La etapa de la tiranía institucional e
internacionalista, ha hecho aparición en el horizonte. O
cambiamos, o dentro de los próximos 20 años, la
palabra Democracia se convertirá en un vocablo terrorista
y sus defensores calificados como enemigos de la
humanidad.

Definición
de la democracia verdadera

Existen, a lo largo de la historia, distintas formas de
definir la manera en que, mediante el mecanismo de las
mayorías, se han establecido variadas formas de gobierno.
Desde la Comunidad Primitiva hasta nuestros días el hombre
se ha visto sometido, a esta manera de gobierno. Siempre el mismo
fin, la supremacía de las mayorías, el
establecimiento de formas de gobierno que se avenga a sus
intereses, leyes que les asegure su bienestar y siempre bajo el
rótulo de la llamada Democracia.

Es por ello que a lo largo de la historia se han
legitimado distintos sistemas de gobierno que han desconocido los
derechos fundamentales de muchas minorías existentes en el
mundo, algunas de las cuales, incluso, han sido eliminadas de la
faz de la tierra.

Es evidente que estas distintas formas en que se ha
interpretado a la Democracia, que recogen el método de la
subordinación minoritaria como elemento fundamental, no
son los más apropiados para calificar, en esta etapa de la
historia a un régimen democrático, porque
ciertamente, la democracia bajo esta forma, no existe, por cuanto
desde sus mismos orígenes ha ido derivando hacia una
tiranía, en nombre de las mayorías, prolongada en
el tiempo y cada vez más insoportable e
insostenible.

Si la humanidad mantiene de manera intangible este
criterio y sobre su base desarrolla toda su actividad
política y económica, nada impedirá que
desaparezcan los derechos individuales para siempre, convertidos
en bazofia por los defensores del sometimiento indiscutible de la
minoría a la mayoría.

Esta realidad obliga. Nos obliga a reconsiderar el
concepto de lo que significa realmente un régimen
democrático, y fijar conjuntamente las reglas por las
cuales este sistema garantiza para todos por igual, los derechos
y libertades que quisieron legarnos los creadores
históricos del sistema democrático.

La identificación del interés de la
humanidad con aquellos principios básicos que fueron
establecidos casi de manera natural, nos lleva a concluir
que:

La Democracia es un sistema político,
económico y social que tiene como objetivo supremo,
gestionar la plena felicidad de los individuos en la
organización social en que viva, sin distinciones ni
diferencias de tipo alguno, en el ejercicio de una plena
igualdad, y que se distingue porque asegura el disfrute pleno de
las libertades y derechos que les resultan inherentes en
correspondencia con su condición humana, dentro de los
límites que la propia razón
determine.

Como vemos, se trata de establecer que la Democracia es
un SISTEMA, integrado por la política, la economía
y la propia sociedad. En cada una de las partes, de esta
trilogía, tiene que prevalecer, por encima de cualquier
otro interés, el objetivo de gestionar y alcanzar la plena
felicidad de todos los individuos que se integran en la unidad
poblacional que conforman la nación. Cada parte se une y
subordina a las demás por el interés
señalado. En consecuencia la organización
política, y económica de la sociedad
contendrá esencialmente ese objetivo, exigiéndose
que esta, como elemento integrador, se encuentre estructurada
para complementarse en la consecución de la felicidad
humana.

No se trata entonces de admitir ningún tipo de
supremacía en el ejercicio de la determinación de
las acciones a desarrollar en beneficio de toda la colectividad.
De lo que se trata es de lograr, que en el seno del órgano
que ejerce, por representación o delegación, la
soberanía de la nación, se adopten todas las
medidas necesarias para garantizar que se alcance el principal
objetivo, que se resume en asegurar el bienestar y la felicidad
de todo el pueblo.

Todos los hombres, con atención a su naturaleza,
nacen iguales, libres y en consecuencia sin ningún tipo de
condición que determinen, la división en clases
diferentes, ni limitaciones en cuanto al disfrute de los derechos
universales. El nacido en un territorio, es tan soberano, como el
que más, independientemente de su caudal económico,
su creencia religiosa, su condición física, su sexo
y su edad…. Y debe ser, por derecho propio, tan atendido en sus
necesidades fundamentales, como cualquier otro miembro del
colectivo poblacional que conforme la nación. El
propósito intrínseco de la Democracia, radica
precisamente, en garantizar ese tratamiento.

Partiendo de este criterio, hay que reconocer entonces,
que el natural de una nación tiene posesión sobre
todo el territorio de la misma, de forma compartida con el resto
de sus iguales, y en consecuencia tiene el derecho a:

  • Representarse por sí, o a través de
    aquel o aquellos en los que delegue, para expresar sus
    opiniones sobre todos los temas que afecten a todo el
    conglomerado social típico de la nación a la
    que pertenece.

  • A decidir, junto al colectivo social, la forma de
    gobierno que mejor entiendan, pueda asegurar alcanzar los
    objetivos básicos del bienestar social y aprobar, o
    desaprobar, los cambios que se tengan que introducir para
    corregir las deficiencias que existiesen y que obstaculizaran
    su funcionamiento.

  • A proponer, y a ser propuesto, para ocupar los
    distintos cargos de la gobernación de los bienes de la
    nación, con arreglo a sus posibilidades y a los
    requerimientos fijados por el colectivo. A decidir
    soberanamente, de conjunto con el resto de los nacionales,
    quien o quienes serán los que por delegación
    expresa, administrarán o gobernarán a toda la
    nación.

  • A expresar, por sí, o a través de
    aquel o aquellos en los que delegue, su aprobación o
    no respecto a los asuntos que se traten y que afecten a todo
    el conglomerado social típico de la nación a la
    que pertenece.

  • A laborar activamente para asegurar el bienestar del
    colectivo social al que pertenece, bajo los principios del
    derecho consagrado al trabajo, a la retribución justa
    y a la seguridad requerida para él y para sus
    familiares allegados.

  • A recibir una educación basada en los
    principios universales, sin ningún tipo de
    limitación, bajo el amparo de las leyes que se hayan
    dado y sin imposiciones del tipo y forma en que esta se
    reciba.

  • A recibir, a través del sistema de
    redistribución de toda la riqueza creada en el
    territorio de la nación, en la forma en que se haya
    establecido, por acuerdos de las partes. Dicho proceso,
    siempre se regirá, bajo el principio de la
    máxima equidad y justicia.

  • A recibir toda la información que se
    requiera, sobre todos los asuntos de gobierno y exigir de sus
    representantes, la rendición periódica de
    cuentas, a aprobar o desaprobar la gestión y proponer
    al resto del colectivo integrador de la nación las
    soluciones que considere viables para el mejor desarrollo de
    la nación.

Estos principios, sobre los que debe basarse el sistema,
parecen ser iguales a los que hoy se encuentran establecidos para
el conjunto de la sociedad contemporánea, con la
diferencia apuntada, de que hoy, de manera general, prima el
interés político-económico, y a
través del respeto a estos derechos, debe primar el
interés social.

En atención a los resultados positivos que se
obtendrían con el ejercicio real de aquellos principios,
hay que referirse a un punto fundamental para lograr este
propósito. Y este punto se refiere al papel que tiene que
asumir cada persona. Saberse parte indivisible e inseparable, del
conglomerado social al que pertenece y tener un amplio y abierto
sentido de pertenencia, en igualdad de derechos, a toda una
nación, sin reconocer ningún tipo de
subordinación ajena a la Ley, siempre y cuando esta haya
sido promulgada conforme a derecho y para beneficio general de
todos los miembros del colectivo. Reconocerse dueño de la
nación, en una relación compartida, y saberse con
el derecho a recibir todos los beneficios obtenidos como fruto de
su esfuerzo personal. Cuando el individuo, se llegue a reconocer
a sí mismo, los delegados por él, tendrán
clara su posición de servidor y por ello, se sabrá
subordinado a la búsqueda del bienestar colectivo,
manifestada en la buena administración y control de
aquellos bienes, que por naturaleza pertenecen a la
nación.

Es imposible, desde el punto de vista moderno, que
alguien sueñe con la reconversión de las ciudades
en estados. Ni atender al solo interés de una
región determinada, en detrimento del resto de las
componentes de la nación en sí. Es por ello,
necesario, que se establezcan órganos colegiados que
funcionen en cada región integrante de la nación
determinadas por su extensión territorial y número
de habitantes, en los que se traten los asuntos
específicos que afecten y correspondan a esa
circunscripción específica, integrado,
específicamente, por aquellos individuos seleccionados por
el voto de cada ciudadano, y en los que recaerá la
función de ejercer la representación de cada zona
integrada al territorio. Por otra parte, y conforme a la
división política – administrativa de la
nación, se establecerán los mismos cuerpos
colegiados, en la cabecera de cada parte en que se divida el
territorio nacional, y que se nutrirá de aquellos
delegados escogidos en razón al número de
habitantes, en cada región específica. Se
tratará en todo caso, de asegurar la mínima
existencia de órganos intermedios, entre la base y el
poder central.

Cada uno de estos niveles, tendrán una
función legislativa y otra función ejecutiva. La
ejecutiva, siempre estaría subordinada a las decisiones de
la asamblea legislativa (o como quiera que se llame) con respecto
a las decisiones que se han de tomar y que tengan una
repercusión directa en los habitantes de la
jurisdicción de que se trate. Esto no limitaría en
nada, las facultades que se le concedan al ejecutivo, para tomar
decisiones al alcance de sus competencias.

Aceptemos entonces, que resulta imprescindible que en
cada nivel de gobierno (llamémosla: Región,
Municipio, Provincia, Nación, o Condado, Estado,
Nación, etc. ) coexistan dos poderes independientes: uno
legislativo (cuna de la soberanía ciudadana) y otro
ejecutivo (para desarrollar las funciones administrativas y de
gobierno). Pero, ¿Cómo seleccionar a los
integrantes de cada uno de estos cuerpos? Depende del papel que
se les otorgue por las leyes que se den los ciudadanos de cada
nación, y a cada instancia.

Como hemos dicho antes, el interés
político – económico, ha primado sobre el
interés social, en casi todas las formaciones que hemos
conocido los seres humanos, desde que aparecimos sobre la tierra.
De una forma u otra, el interés económico determina
la acción política. De lo que se trata, en bien de
todo el colectivo, es que el interés social (colectivo)
determine la política y esta facilite el desarrollo del
interés económico, pero como tratamos de que lo
supremo sea lo social, el resto siempre estará en
función de éste y no de ningún otro. En
resumen, se requiere de una armonización que haga de estos
tres fenómenos, un instrumento efectivo de desarrollo y
bienestar colectivo.

La responsabilidad ciudadana, ante su papel para
seleccionar a sus representantes, es determinante para que estos
cumplan con un mínimo de requisitos personales, que
asegure un efectivo trabajo, en correspondencia con el
interés del colectivo de donde provenga. Aún cuando
estos delegados deban ser renovados periódicamente,
así como los que presidan cada ejecutivo, los comisionados
dirigentes de cada una de las actividades de gobierno a cada
instancia, serán seleccionados, de entre los ciudadanos de
mayor experiencia, conocimientos y probidad moral, de entre todos
los nacionales a cada nivel, y no necesariamente deberán
ser renovados periódicamente, mientras el resultado de su
gestión, responda al interés de todo el
colectivo.

De esta manera, la única ideología
válida, sería la del bienestar general, la buena
utilización de los recursos y bienes disponibles, y la
búsqueda de un desarrollo económico sostenible que
posibilite la consecución de todos los intereses
señalados.

 

 

Autor:

Juan Manuel Llera Marín

 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter