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Propuesta de "Plan de acción" para el diseño de la vivienda inclusiva. Estudio de caso



Partes: 1, 2

  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Desarrollo
  4. Necesidad de
    introducir el enfoque de género en el proceso de
    diseño arquitectónico de la
    vivienda
  5. Estudio de caso:
    Parcela ubicada en el Reparto Ortiz en la ciudad de Ciego de
    Ávila
  6. Resultados de las
    encuestas aplicadas a los habitantes de las viviendas
    seleccionadas para el "Estudio de caso"
  7. Resultados de la
    encuesta aplicada a los especialistas
  8. Plan de
    acción propuesto por las etapas definidas del proceso
    de diseño arquitectónico de las
    viviendas
  9. Conclusiones
  10. Bibliografía

Resumen

En Cuba a partir del Triunfo Revolucionario de 1959, la
vivienda social se ha caracterizado por un estándar
general y uniforme: viviendas totalmente terminadas "llave en
mano" que no contaron con la participación de la
población beneficiaria, ni en el proceso de
concepción (planeamiento y diseño), ni durante la
ejecución. En el año 1994 se introdujo la figura
del arquitecto de la comunidad en Cuba, que comenzó a usar
el "Método de Livingston" para desarrollar el
diseño participativo en la concepción de las
viviendas, pero el déficit de viviendas llevo al estado a
utilizar el diseño de viviendas típicas,
repetitivas, que espacial y funcionalmente no se adaptan a los
gustos y necesidades de las familias y grupos etarios que las
habitan y a la reproducción del modelo patriarcal de la
vivienda tradicional.

A partir de la problemática expuesta
anteriormente el presente trabajo tomando como base la
participación de la población beneficiaria y a
través de encuestas a clientes y expertos verifica la
aplicación del "Método de Livingston" y el
diseño participativo en el proceso de diseño en
general, mediante un estudio de caso en una parcela seleccionada
del Reparto Ortiz de la ciudad de Ciego de Ávila y por
último propone un "Plan de acción" para lograr
mayores niveles de satisfacción y aprobación social
de los beneficiarios de las viviendas fundamentalmente las
proyectadas por el sistema del arquitecto de la
comunidad.

Introducción

El proceso de diseño arquitectónico de la
vivienda en Cuba se ha caracterizado fundamentalmente en los
últimos 50 años por la no participación de
la población beneficiaria, ni en el proceso de
concepción (planeamiento y diseño), ni en la
selección de las tipologías constructivas, ni
durante la ejecución debido a que el Estado Cubano ha sido
el principal responsable de la construcción de viviendas
en este período y su principal objetivo ha sido resolver
la necesidad de viviendas que existía y existe aún,
a partir del Triunfo Revolucionario.

Desde sus inicios, la revolución abordó la
problemática de la vivienda con el mismo criterio con la
que había acometido la solución de otras deudas
sociales (educación, salud, seguridad social, trabajo,
servicios, y dedicó importantes recursos para crear las
bases de producción de materiales de construcción y
las plantas industriales para el prefabricado de viviendas, con
este fin se desarrollaron programas de producción masiva
de viviendas y servicios con tecnologías basadas en la
prefabricación pesada, con plantas distribuidas a lo largo
de todo el país y con similares respuestas
arquitectónicas. A pesar de ello, los sucesivos Censos de
población evidenciaron que la población incorporaba
una cantidad importante de viviendas al fondo, construidas con
métodos artesanales y sin ninguna asistencia
técnica (Neva, 1996)

Durante los años 80, la autoconstrucción
se vio estimulada por la legislación vigente, la
población, por sí misma, construyó
más viviendas que el Estado, lo cual confirma su enorme
potencial. No obstante, la principal dificultad que ha conspirado
contra esta modalidad en Cuba ha sido siempre el limitado mercado
de materiales y elementos de construcción para la venta a
las familias que construyen por su cuenta, su mayor debilidad
consiste en el bajo aprovechamiento que genera el modelo de la
vivienda unifamiliar aislada. (González Couret,
2009).

Con la caída del muro de Berlín la escasez
de muchos recursos esenciales tales como la energía y los
alimentos impusieron la necesidad de detener o posponer algunos
programas sociales e incluso económicos. En tales
condiciones, no era posible continuar la construcción
industrializada. Para evitar detener totalmente la
construcción de viviendas fue necesario reducir el consumo
por unidad de diversos recursos escasos, tales como cemento,
acero, madera, cables eléctricos e instalaciones
hidrosanitarias. Como respuesta a esto nació en 1992 el
llamado "Movimiento de viviendas de bajo consumo material y
energético" y grandes esfuerzos se encaminaron hacia la
búsqueda de tecnologías alternativas de
construcción para hacer posible este objetivo
(González Couret, 2009).

La participación de los profesionales en el
proceso de autoconstrucción fue limitada o algo "formal"
antes de la creación del movimiento de los "Arquitectos de
la Comunidad" en los 90, de manera que la escasa
participación de los arquitectos en las viviendas
construidas por la población influyó en su baja
calidad de diseño. El "Arquitecto de la Comunidad" en
Cuba, comenzó trabajando con la población en forma
participativa, aplicando el "Método" desarrollado por el
arquitecto argentino Rodolfo Livingston (Livingston, 1995).
Actualmente el grupo de Arquitectos de la Comunidad se encarga
además de asesorar y ayudar a la población en
asuntos legales de la vivienda. Por otro lado, el modelo de
diseño seguido por la población como máxima
aspiración se correspondía con la casa suburbana de
la clase media de los 50, la cual era, a su vez, una mala copia
del diseño moderno de alta calidad de las residencias de
las clases altas.

Es indudable que sin la participación del cliente
(Hombres, mujeres, niños, familia en general) en el
proceso de diseño de la vivienda desde la etapa de
concepción espacial y funcional de la misma y en todo el
proceso en general es imposible tener en cuenta el "Enfoque de
Equidad de género" en dicho proceso.

De todo lo anterior expuesto, se infiere que, en los
diseños y construcciones de las viviendas de las ciudades
de Cuba, no predomina en la arquitectura la perspectiva de
género como elemento fundamental por no concebirse la
misma dentro de los programas de diseño
arquitectónico y urbano y por la falta de una creatividad
visionaria dentro del propio grupo de los arquitectos de la
comunidad que conducen esta actividad.

Tomando como estudio de caso una parcela en el Reparto
Ortiz de la ciudad de Ciego de Ávila el presente trabajo
hace un análisis del proceso de diseño de una
muestra representativa de viviendas con diferentes
tipologías constructivas e inversionistas: unas
construidas por la vía estatal y otras por
autoconstrucción, estas últimas diseñadas
por el sistema del arquitecto de la comunidad; en primer lugar
para constatar si dicho proceso de diseño ha sido
participativo o no, y si ha sido participativo, si se ha tenido
en cuenta o no el enfoque de "Equidad de Género"
.

Por último propone un "Plan de acción"
para incluir en el proceso de diseño la
participación del cliente tomando como concepto la
"participación de toda la familia" durante la
concepción de la vivienda, incluyendo la perspectiva de
género desde el proceso de diseño.

Desarrollo

Al hablar de participación en la
construcción y diseño de la vivienda ya sea como
edificio o vivienda aislada, necesariamente ha de hablarse de
género y equidad, conceptos en estrecha relación
con la connotación social que ha dado la sociedad a la
participación social.

Desde el punto de vista psicológico, el
género es visto como un conjunto de conductas o modos de
ser compartidos por un grupo social, en función de las
características socioculturales del medio en el que se
desenvuelve, esto se traduce en roles, normas, creencias,
comportamientos, actitudes, intereses, motivaciones atribuidos o
asignados a cada sexo. El género, por tanto, es un
producto cultural, modificable, cambiante, en tanto deviene de lo
social. La identidad de género es construida y asumida en
un contexto donde mujeres y hombres tienen asignados roles
diferentes, a partir de los cuáles es tratada o tratado y
se espera se comporte (Montecino, 1997).

Los componentes del concepto género son tres (de
La Torre, 2002):

  • El que alude a las características
    históricas, sociales y culturalmente atribuidas a
    mujeres y hombres a partir de las diferencias
    biológicas.

  • El que se refiere a las relaciones que se establecen
    entre los sexos a partir de estas construcciones.

  • El género como sistema, se refiere a que
    existe un conjunto de prácticas, normas, valores,
    representaciones, símbolos, e instituciones a
    través de los cuales la sociedad establece y reproduce
    las formas de ser mujer y varón. En este proceso se
    involucran otros sistemas: económico, político,
    religioso, étnico, generacional.

La perspectiva de género reconoce la diversidad
de las personas, la que puede a veces estar dada por diferencias
étnicas, culturales, educacionales, entre otras. En el
caso de la perspectiva de género se reconoce la diferencia
entre hombres y mujeres (Sepúlveda Swatsona, 2006). Es
necesario distinguir dos conceptos básicos: sexo y
género. Mientras que el concepto de sexo hace referencia a
las diferencias biológicas entre hombres y mujeres, el
concepto de género se refiere al "conjunto de ideas,
creencias y atribuciones asignados a hombres y mujeres
según el momento histórico y cultural
específico que determinan las relaciones entre ambos"
(SERMAN, 2001).

La perspectiva de género permite enfocar,
analizar y comprender las características que definen a
mujeres y hombres de manera específica, así como
sus semejanzas y sus diferencias. Desde esa perspectiva se
analizan las posibilidades vitales de unas y otros, el sentido de
sus vidas, sus expectativas y oportunidades, las complejas y
diversas relaciones sociales que se dan entre ambos
géneros; también los conflictos institucionales y
cotidianos que deben encarar, y las múltiples maneras en
que lo hacen. Contabilizar los recursos y la capacidad de
acción de mujeres y hombres para enfrentar las
dificultades de la vida y realizar sus propósitos, es uno
de los objetivos de ubicarse en la perspectiva de género,
y uno de sus resultados más prometedores (UNAM,
2012).

La equidad de género estará dada
por la distribución justa de recursos y beneficios entre
mujeres y hombres conforme a normas y valores culturales. Este
concepto influye de diversas maneras en los distintos
países debido a que se basa en las diferentes normas
culturales. Suele fundarse en la percepción tradicional de
que mujeres y hombres no tienen las mismas necesidades ni
derechos.

La equidad desde el punto de vista social es un
principio de justicia que implica que toda sociedad debe asegurar
el acceso de todos sus miembros al bienestar que en ella se
produce. Se refiere a un bien (necesidad, capacidad o potencial)
fundamental y significativo, en relación con el cual nadie
debe estar en desventaja ni excluido. La equidad tiene
carácter social y no individual y combina el principio de
igualdad con el de diversidad (Espina, 2011).

Para la equidad y el desarrollo local se definen tres
principios fundamentales (Espina, 2011):

  • No reforzar inequidades preexistentes.

  • No crear nuevas inequidades.

  • Favorecer grupos en desventajas.

Necesidad de
introducir el enfoque de género en el proceso de
diseño arquitectónico de la vivienda

El punto de partida de este análisis provoca la
necesidad de revisar la forma de diseñar y de construir
viviendas, a partir del cambio social que se está
produciendo principalmente con la incorporación de las
mujeres al mercado laboral y con la necesidad de compartirse
muchas de las actividades que tradicionalmente se han asignado y
realizado en el seno de las familias solo por uno de los sexos,
lo que nos pone en alerta y nos coloca ante la necesidad de que
se realicen transformaciones que precisen nuevas ideas y nuevas
formas de concebir la relación entre el espacio privado y
público, las que precisan en definitiva nuevas propuestas
para conciliar. (Robles, 2007)

¿Por qué es necesario hablar de género y
vivienda? En efecto la conciliación afecta por igual a
hombres y mujeres, pues todos trabajan (fuera o dentro del hogar)
y todos tienen intereses, placeres y obligaciones privados.
Mantener la vida, cuidar a las personas que lo necesitan,
producir bienes y obtener un salario o beneficios, son funciones
sociales, organizadas, mediante un reparto de raíz
histórica, entre el sector público, la
economía de mercado y las personas y familias. Como
sostén de esta organización permanece un reparto
muy arraigado, el de la división sexual del trabajo, que
atribuye a las mujeres el mundo del hogar, la maternidad como
función primordial y las actividades asociadas a la
reproducción de la vida. (Robles, 2007) y es así
entonces como se ha venido repartiendo el espacio privado,
supuestamente donde debe colocarse al hombre ó a la mujer
sin tener en cuenta otros elementos como, lo generacional, lo
colectivo, lo individual y lo personal y con ello el acceso
eficaz a los diferentes espacios

La entrada de las mujeres en el mundo del trabajo remunerado
ha transformado profundamente el paisaje social, pero no ha
encontrado respuesta adecuada en su organización. Las
tareas productivas siguen siendo más valoradas, social y
económicamente, y los espacios, de las viviendas, de los
barrios y ciudades, siguen sin estar diseñados ni
preparados para facilitarlas. Por el contrario, el cuidado, las
tareas del hogar, la gestión de la vida cotidiana, se ven
como una responsabilidad personal y familiar, que recae, en gran
medida sobre las mujeres (Robles, 2007).

Incluir la mirada de género en el diseño
de la vivienda significa reconocer que existen grandes
diferencias entre las necesidades de hombres y mujeres en cuanto
a:

  • La accesibilidad de su uso y disfrute.

  • A la forma de tenencia de la vivienda.

  • Factores de tipo cualitativo como la
    localización, la distribución interior, las
    características de su entorno inmediato y las
    tipologías establecidas para las mismas (CMA-Canarias,
    2005).

Por ejemplo:

  • 1. Las mujeres sin pareja tienen menores
    opciones de vivienda que los hombres y además los
    hogares encabezados por mujeres tienen muchas posibilidades
    de vivir en viviendas en las peores localizaciones, lejos de
    los servicios.

  • 2. En cuanto a las tipologías de las
    viviendas, las normativas urbanísticas generan
    tipologías convencionales que se repiten continuamente
    sin considerar las aspiraciones y necesidades de las familias
    y las personas.

  • 3. La mayoría de las viviendas se
    construyen para familias convencionales de pareja con
    descendencia. Los decisores y diseñadores de viviendas
    no tienen en cuenta diseñar casas para personas que
    viven solas, para los jóvenes entre 20 y 30
    años, para las personas de la tercera edad.

  • 4. La jerarquía de los espacios refleja
    una idea de jerarquía en el interior de la familia: el
    padre de familia que ejerce la autoridad, la madre ama de
    casa que no tiene espacio propio (Predominio de la cultura
    patriarcal).

  • 5. La poca importancia concedida a las labores
    domésticas se refleja en la posición y
    tamaño de las cocinas, normalmente pequeñas
    donde no es posible compartir el trabajo o tener
    compañía cuando se trabaja.

  • 6.  Generalmente las viviendas carecen de las
    condiciones de accesibilidad y ergonomía necesarias
    para personas con capacidades físicas
    reducidas.

  • 7. Tanto para hombres como para mujeres la
    vivienda es hoy un lugar de trabajo remunerado, eso lleva un
    estudio investigativo en el plano tipológico y en la
    distribución espacial de la misma (CMA-Canarias,
    2005).

En el caso del diseño de la vivienda se debe
tener en cuenta la participación del grupo familiar y el
político encargado del proceso de diseñar. Es por
ello que se procura identificar en cada uno de esos
ámbitos factores ideológicos o derivados de una
socialización en función del género, de una
cultura política, y de la diversidad cultural que puedan
estimular o dificultar la participación en la toma de
decisiones en este sentido.

A nivel teórico se aboga por dejar de considerar
a las mujeres como las principales responsables del hogar por ser
las que pasan más horas en éste, cuidan a los
niños, a los enfermos y ancianos, sino que debe haber un
consenso en el seno familiar donde participen hombres y mujeres
de cualquier generación y niños a la hora de
establecer propuestas en materia de diseño de vivienda,
pues colectivamente reconocen con facilidad elementos a tener en
cuenta para diseñar sus propias viviendas como las que
deben ser adaptadas para personas con movilidad reducida, las
adaptaciones relacionadas con determinadas profesiones, las
áreas de esparcimiento y comunicación, así
como las viviendas que deben ser adjudicadas a colectivos
vulnerables .

Asimismo, se exige la adopción de nuevas formas
de participación en los gobiernos locales para que la
planificación urbana se vaya adaptando a las necesidades
cambiantes de la ciudadanía, es imprescindible establecer
buenos canales de comunicación entre ciudadanía y
administración pública, para que la
población participe directamente del diseño y
planificación de sus viviendas, ciudades y barrios. Es
importante que esta participación se incorpore en la fase
de diagnósticos, donde es más necesaria; por tanto,
aplicación del diagnóstico participativo donde se
tenga en cuenta la sostenibilidad ambiental como una de las
principales premisas que se le exige al desarrollo territorial
urbano en la actualidad. Pero hay que remarcar que la
sostenibilidad se debe de entender desde su complejidad, ya que
implica sostenibilidad económica, social, cultural y
ecológica, y en este sentido entender a la vivienda
incluida.

La vivienda además de ser un espacio
físico, está hecha de las identidades, relaciones y
conflictos de quienes viven en su interior. La casa está
marcada por los años y recuerdos que ella guarda. La casa
muestra algunos elementos constitutivos de los ritmos sociales y
temporales, la visión y versión que tiene la
comunidad de su propia historia, así como las nuevas
propuestas socioculturales gestadas en los procesos de relaciones
creativas y conflictivas entre este espacio micro y la sociedad
global y envolvente (Ontiveros, 1998).

Hay una relación dialéctica entre el ser
social-vivienda, en la medida en que el individuo construye su
vivienda de acuerdo a sus marcos de referencias sociales y
culturales; a su vez, ésta permite la expresión
continua, a través del tiempo y del espacio de estas
manifestaciones socioculturales; es decir, ella se constituye en
un espacio concreto, donde se representa el sentido de
pertenencia a un determinado grupo social, comunidad local o
Nación (Ontiveros, 1998).

Esta relación establecida entre la vivienda, la
identidad, los paisajes culturales, el contexto circundante,
etc., se puede captar en su máxima expresión,
estableciendo el vínculo entre el espacio doméstico
y las características de la familia en el proceso de
diseño arquitectónico de la vivienda (Ontiveros,
1998).

No puede pensarse en la existencia de un único
modelo de grupo familiar, y por tanto en un único modelo
de diseño de la vivienda, y en este sentido se
particularizan las formas en que se manifiestan dichas
transformaciones en dependencia de que estemos en presencia de
una familia más tradicional, nuclear y completa, o de otra
compuesta por los hijos solteros y sólo uno de sus
progenitores, incluyendo además otras personas, parientes
o no. También los impactos pueden ser diferenciados
según la etapa de ciclo de vida por la que atraviesa la
familia, la inserción socio-clasista de los miembros
adultos y el nivel de desarrollo socioeconómico y de
urbanismo del territorio específico donde resida el grupo
familiar.

Por tanto los roles social y de género tienen una
gran influencia en la determinación del diseño de
la vivienda, ya que son el Conjunto de derechos y obligaciones
que devienen de normas y expectativas socialmente establecidas y
que se adjudican a las diferentes posiciones que ocupan los seres
humanos en la estructura social. De aquí se deriva un
diseño de la vivienda más accesible, complejo y
flexible. Accesible será en dos sentidos en el plano
participativo para la elaboración y en cuanto a,
más próxima, de recorridos más cortos y de
más fácil accesibilidad a toda la familia; compleja
por su multifuncionalidad, que toda la familia (niñas,
jóvenes y ancianas) pueda hacer uso de los diferentes
espacios sin depender de nadie y flexible ya que se tiene que
contemplar también cambios en la vivienda en
función de las diferentes etapas y necesidades de cada
momento vivencial, o al menos como para poder adaptarlas
.

Se debe replantear la tipología de viviendas que
se construyen y adaptarlas a las características de los
nuevos núcleos de convivencia, en constante cambio. Se
tiene que contemplar también el acceso a la movilidad o al
menos, incorporar la flexibilidad suficiente en las viviendas
como para poder adaptarlas.

La perspectiva de equidad de género en el
diseño en los tiempos actuales es una necesidad tanto a
nivel nacional como internacional. La transversalización
ha sido la principal metodología para integrar el enfoque
de género en cualquier iniciativa de desarrollo y
conservación ambiental. La transversalización
supone traer los diferentes papeles y necesidades de mujeres y
hombres a consideración de la agenda del desarrollo,
más que agregar la participación de las mujeres y
el enfoque de género a las estrategias y programas
existentes, el proceso de transversalización de la equidad
de género busca transformar las estructuras sociales e
institucionales desiguales para que sean profundamente sensibles
al género. La igualdad y la equidad de género es
alcanzable si se logran cambiar las relaciones de poder entre
hombres y mujeres de manera que beneficien a los grupos sociales
más vulnerables (PNUMA, 2006).

Los estudios de impacto de género son una
herramienta muy interesante para incorporar en los planes y
diseños la reflexión sobre cómo las
decisiones afectan de forma diferente a los ciudadanos,
según su posición y sexo. Favorecer una
inversión u otra, un tipo de barrio o de vivienda, un
diseño, cambia según la población usuaria.
Tener en cuenta a las personas con discapacidad obliga
inmediatamente a un diseño diferente. Considerar que la
gente necesita, además de habitar, comunicarse, implica
pensar otros espacios, etc. Los estudios de impacto consisten en
analizar los datos disponibles o generados para la
ocasión, diferenciando los sexos, y teniendo en cuenta
posiciones y usos diferentes (Robles, 2007).

El enfoque o perspectiva de equidad de género no
es un "agregado" que se pueda "anexar" o "pegar" a una propuesta
previamente elaborada, sin embargo, cuando el proceso de
implementación del proyecto sea cual fuese, viviendas,
espacio público y otros, hace notoria la necesidad de
considerar las relaciones entre los géneros, y esta
necesidad asumida como un reto por sus integrantes, es factible
redireccionar los procesos, en el entendido que los mecanismos y
procedimientos van a variar. La preocupación por los
principios de igualdad-equidad y la forma en que el proyecto
contribuye a su logro, son elementos que deben estar presentes de
manera coherente, integral y transversal, en todo el proyecto
(Aguilar Revelo, 1998).

Estudio de caso:
Parcela ubicada en el Reparto Ortiz en la ciudad de Ciego de
Ávila

Como ya se expresó anteriormente se verifica la
aplicación del "Método de Livingston" y el
diseño participativo en el proceso de diseño en
general, mediante un estudio de caso en una parcela seleccionada
del Reparto Ortiz de la ciudad de Ciego de Ávila,
provincia del mismo nombre en Cuba. La parcela seleccionada pudo
haber sido elegida en cualquier territorio de Cuba, originado
esencialmente por la implantación de un mismo tipo de
vivienda en disímiles cantidades, en cualquier lugar de
Cuba sin contar con las particulares contextuales y culturales
del territorio. Para seleccionar la parcela objeto de estudio en
la ciudad de Ciego de Ávila, se tuvo en cuenta que
cumpliera con los siguientes requisitos:

  • Que fuera una zona de nueva urbanización
    donde las tipologías de viviendas que existieran se
    correspondieran con los insertados en el país a partir
    del triunfo revolucionario.

  • Que contuviera una vasta cantidad de
    tipologías de viviendas.

  • De cada una de las tipologías existentes en
    la parcela que hubiesen al menos cinco viviendas para
    analizar.

El procedimiento seguido para llevar a cabo la
investigación en la parcela seleccionada fue el
siguiente:

  • Primer paso: Selección de la muestra.
    Criterios de selección de las viviendas para hacer el
    estudio en dicha parcela

Se seleccionaron y se clasificaron en tipologías
las viviendas existentes en la parcela, dichas tipologías
se definieron a partir del modelo utilizado en la
planimetría y las fachadas de las mismas. Otro criterio
para la selección de la muestra fue que dentro de esta
hubiera viviendas construidas por cuenta propia, en las cuales
los dueños hubieran utilizado los servicios de la oficina
del arquitecto de la comunidad.

Otros criterios de selección fueron:

  • 1. Que se hubieran sido construidas
    después del triunfo de la Revolución
    Cubana.

  • 2. Podían ser apartamentos o casas de
    uno o dos niveles.

  • 3. Que de cada tipología definida
    existieran al menos cinco ejemplares.

  • 4. Que en ella residiera al menos un
    núcleo familiar.

Consistieron en la observación de la zona,
encuestas a la población de la muestra escogida;
además se realizaron entrevistas a expertos del Ministerio
de la Construcción y al Arquitecto de la Comunidad. Las
entrevistas a expertos en primer lugar se realizaron con el
objetivo de verificar la aplicación del Método de
Livingstong en el caso de las viviendas diseñadas por el
sistema del Arquitecto de la comunidad y en segundo lugar para
constatar si los profesionales encargados del diseño de
viviendas conocían y habían aplicado alguna vez en
el proceso de diseño el Método de
Livingstong.

Tercer paso: Procesamiento
estadístico de las encuestas aplicadas.

Instrumentos empleados.

Las herramientas de investigación que se
definieron para el trabajo de campo fueron:

  • a) Encuestas a la población de la
    muestra escogida.

  • b) Entrevistas a expertos del Ministerio de la
    Construcción y del Arquitecto de la
    Comunidad.

El primer instrumento (Encuestas a la población
de la muestra escogida) fue llenado por los habitantes de las
viviendas seleccionadas.

El segundo instrumento (Entrevistas a expertos de la
rama de la construcción y del Arquitecto de la Comunidad)
fue aplicado a diez expertos de diferentes centros de trabajo,
fueron arquitectos e ingenieros civiles, de diferentes
años de experiencia y graduados de diferentes
universidades del país.

A continuación se muestra el
contenido de ambos instrumentos:

Encuesta aplicada a la población de la muestra
escogida.

  • 1. En qué año fue construida su
    vivienda________________

  • 2. Posee propiedad de la vivienda algún
    miembro de la familia

Sí___ No___

En caso afirmativo

Propietaria____ Propietario____

  • 3. Recibió la visita de algún
    funcionario de viviendas para hacer el estudio detallado del
    lugar donde se construiría la vivienda

Sí ___ No___

En caso afirmativo recuerda ¿Quién?
____________________________

  • 4. Han sido interrogados los miembros de la
    familia del núcleo familiar (mayores, menores y
    adolescentes para establecer sus necesidades y aspiraciones
    en cuanto al diseño de su vivienda.

Sí ___ No___

  • 5. Siente que con el diseño de su
    vivienda ha obtenido satisfacción cada uno de los
    miembros de la familia. (niñ@s, jóvenes,
    ancian@s, discapacitad@s, vinculad@s al trabajo, amas de
    casa, etc.)

Sí ___ No___

En caso negativo señale posibles
causas

__ No existen áreas de juego o esparcimiento para
los menores.

__Existe hacinamiento.

__Acceso limitado para la movilidad de
discapacitados.

__Acceso limitado para la movilidad de
ancianos.

__Inexistencia de espacios colectivos para el ocio
(terraza, Balcones, patios, etc.)

__Otras causas,
¿Cuáles?_____________________________________________

  • 6. Considera Ud. que la vivienda reúne
    requisitos que permitan la futura evolución de las
    necesidades de la familia o contiene la flexibilidad
    suficiente como para poder adaptarlas

Sí___ No___

Entrevista aplicada a los
especialistas.

  • 1. ¿Cuál es su
    especialidad?

__arquitecto

__ingeniero civil

__otra,
¿cuál?___________________________

  • 2. ¿En qué universidad estudio
    usted su especialidad? ________________

  • 3. ¿En qué año se
    graduó usted?________________

  • 4. ¿En qué lugares ha laborado
    usted a partir de su graduación?
    ___________________________

  • 5. ¿Ha trabajado usted como profesional
    en el arquitecto de la comunidad?

___Si ___No

En caso negativo

  • 6. ¿Conoce o está familiarizado
    con el Método de diseño participativo de
    Livingston?

___Si ___No

  • 7. ¿Ha diseñado alguna
    vivienda?

___Si ___No

En caso afirmativo señale:

__ ha diseñado según sus gustos y
preferencias sin preguntarle al cliente.

__ha diseñado exactamente lo que le ha dicho el
cliente sin hacer sugerencia alguna. (Solo ha realizado los
planos)

__ha empleado el método de diseño
participativo (método de Livingston).

__otros, ¿cuáles?
_____________________________________________________________

  • 8. ¿Considera usted correcto como
    especialista, la aplicación de un mismo tipo o
    tipología de vivienda en cualquier lugar?

___Si ___No

  • 9. ¿Considera usted que para el
    diseño de una vivienda X se debe tener en cuenta las
    características de la familia que va a vivir en
    ella?

___Si ___No

Resultados de las
encuestas aplicadas a los habitantes de las viviendas
seleccionadas para el "Estudio de caso"

De las viviendas encuestadas se construyeron 20 antes de
1994 y 90 después por lo que el 81.8 % se construyó
existiendo ya el Arquitecto de la Comunidad, lo que supone que se
debe haber tenido en cuenta el método de diseño
participativo del arquitecto argentino Rodolfo Livingston pero
los resultados de las encuestas arrojan que solo en el 18.1% se
entrevistó al menos a un miembro de la familia que se
corresponden con la tipología por esfuerzo propio y el
restante 81.8 % no fueron entrevistados ya que sus viviendas
fueron construidas por micro-brigadas y se le entregaron las
viviendas una vez terminadas. El 70.9 % asegura no haber tenido
la visita de funcionario de la vivienda alguno ni en la etapa de
diseño ni construcción, por lo que el enfoque de
género no se tuvo en cuenta en ninguna de las etapas de
concepción de cada una de las tipologías de
vivienda.

En las viviendas encuestadas el 75 % de la
población pertenece al género femenino pero solo el
38.1 % de estas viviendas tiene a mujeres como propietarias, el
restante 61.8 % pertenecen a propietarios masculinos lo que
reafirma el bajo empoderamiento de las mujeres como
propietarias.

En la evaluación de las posibilidades que
presentaba para adaptarse a la futura evolución de la
familia de las viviendas encuestadas el 93.6 % respondió
afirmativamente aun así en la valoración de la
satisfacción de los habitantes con el diseño final
de su vivienda el 80.9% se sintió satisfecho y el 19.09 %
no está conforme y señalaron como principales
problemas:

  • La entrega de vivienda sin terminar

  • La no existencia de redes hidráulicas y
    sanitarias

  • La visual directa que existe desde la sala hacia
    todos los espacios de la vivienda como habitaciones, servicio
    sanitario y comedor (en el caso de los edificios
    multifamiliares de los años 70).

  • La distribución de los espacios interiores de
    la vivienda no es adecuada ni confortable, las dimensiones de
    las habitaciones son muy pequeñas y la vivienda no
    presenta posibilidades de crecimiento vertical (en el caso de
    las viviendas de Bajo Costo).

Lo que denota que las personas presentan más
nivel de adaptación que dé
satisfacción por la imposibilidad aparente de escoger
alternativas de habitabilidad, problema definido por Espina
(2011), como "resignación socialistaMonografias.com Los encuestados no se
refieren claramente a la movilidad de los ancianos y
discapacitados o al hacinamiento de los espacios de la vivienda,
lo que evidencia que no se cuestionan críticamente las
relaciones diseño – necesidades de cada miembro de
la familia, ni la evolución de está que pueden ser
diferenciados según la etapa de ciclo de vida por la que
atraviesa la familia así como la inserción de los
miembros adultos.

Es fundamental que el diseño de la vivienda
dé respuesta a todas las necesidades básicas de los
usuarios desde el primer momento y permita una evolución
favorable en el tiempo. El arquitecto debe prever cómo va
a ser esa evolución, los distintos casos que pueden darse,
debe adelantarse a lo que pueda acontecer, con el fin de que se
den siempre las condiciones de habitabilidad básicas en la
vivienda (Vivienda progresiva).

Resultados de la
encuesta aplicada a los especialistas

De los diez especialistas entrevistados (dos ingenieros
civiles y ocho arquitectos), de ellos trabajan en las oficinas
del Arquitecto de la Comunidad tres (3), tres (3) en la ENPA
(Empresa de Proyectos de la Agricultura), uno en la ECOING 27
(Empresa Constructora de Obras de Ingeniería), uno (1), en
la Empresa Inmobiliaria del Turismo y dos (2), en la EMPROY
(Empresa de Proyectos).

De los especialistas entrevistados, los que trabajan en
las oficinas del Arquitecto de la Comunidad, poseen
relación directa cliente-especialista, se tienen en cuenta
las individualidades del cliente, sus ingresos, demostraron
conocimientos del Método de Livingston. Sin embargo los
especialistas que no trabajan en las oficinas del Arquitecto de
la Comunidad, opinaron que durante su desempeño como
profesionales proyectan para un cliente que es el inversionista,
en este caso, la inmobiliaria y no para el cliente que
vivirá en la vivienda, no hay entrevistas o
enfrentamientos personales, la inmobiliaria le da la
información primaria del terreno, espacios con que
contará la vivienda y el presupuesto. Pero aun así
estos especialistas consideraron importante aplicar el enfoque de
género en el diseño de cada vivienda, y
señalan como un elemento importante, que la
aplicación de la misma tipología de vivienda en
terrenos diferentes obvia el análisis contextual en el
proceso de diseño.

Las entrevistas aplicadas a los especialistas revelan
que existe una falta de entrenamiento sobre el Método de
Livingston en los egresados universitarios debido a la escasa
o nula preparación
recibida en el transcurso de sus
estudios superiores. En general, en las Escuelas de Arquitectura
del país se trata de preparar arquitectos para grandes
obras, las cuales son escasas y benefician una parte
insignificante de la población y no se incluye en los
programas de enseñanza, la instrucción acerca de
este método o de cualquier otro método de
diseño participativo, o incluso se ignora la posibilidad
de la inclusión de la equidad de género en la
proyección de las viviendas.

Teniendo en cuenta los resultados de las encuestas
realizadas tanto a los beneficiarios de las Viviendas como a los
especialistas se propone un "Plan de Acción" para acometer
el proceso de viviendas inclusivas y con enfoque de
género.

Plan de acción
propuesto por las etapas definidas del proceso de diseño
arquitectónico de las viviendas

Etapa de solicitud y
presentación.

  • Objetivo: Logar una relación
    horizontal especialista – clientes.

Acción propuesta: Intercambio inicial
con los clientes demandantes de la acción de diseño
de la vivienda
, el arquitecto conocerá todos los
datos de la familia, aspectos personales de los miembros del
núcleo familiar, aspiraciones, necesidades y presupuesto
de que dispone, a través de una entrevista personal donde
los clientes sientan confianza, cada miembro de la familia se
tendrá en cuenta y no se descartará opinión
o deseo alguno.

Responsable: Grupo de Arquitectos de la
Comunidad.

Participantes: Arquitecto responsable del
proyecto en cuestión y clientes.

Etapa de familiarización con el terreno y la
comunidad

  • Objetivo: Lograr la
    integración dentro de la comunidad y el contexto de la
    vivienda.

Acción propuesta: Análisis
contextual del terreno y la comunidad por el arquitecto
. El
arquitecto ha de realizar una visita a la zona de
ubicación de la vivienda, con el fin de investigar los
aspectos que en su diseño arquitectónico no deben
faltar; tal es, la analogía con la naturaleza y la
afinidad con otros proyectos constructivos de la zona urbana en
la que estará la vivienda.

Responsable: Grupo de Arquitectos de la
Comunidad.

Participantes: arquitecto responsable del
proyecto en cuestión.

  • Objetivo: Establecer un
    vínculo entre medio ambiente y diseño
    arquitectónico de la vivienda.

Acción propuesta: Diagnostico Social y
Ambiental de la parcela
que contiene el terreno donde se
construirá la vivienda solicitada por los clientes, a
partir de este Diagnostico Social y Ambiental se conoce la
situación de la parcela y de definen las potencialidades y
oportunidades además de las limitaciones y amenazas y se
elabora un documento técnico de la información
obtenida.

Responsable: Grupo de Arquitectos de la
Comunidad.

Participantes: Arquitecto responsable del
proyecto en cuestión.

Etapa de diseño arquitectónico de la
vivienda.

  • Objetivo: Lograr la
    participación activa de los clientes (hombre, mujeres,
    niños y jóvenes) en el diseño de su
    vivienda.

Acción propuesta: Intercambio
arquitecto – clientes y búsqueda de
soluciones
. El arquitecto presenta al cliente el
resultado de todo su análisis y un programa
arquitectónico de la vivienda, solicita la opinión
de cada miembro del núcleo familiar, se establece un
intercambio de ideas con respecto al diseño de la
vivienda, para encontrar un balance entre las necesidades del
cliente y las regulaciones urbanas que se deben respetar y que
por ende conoce el arquitecto responsable del proyecto. Esta
acción permitirá al especialista perfeccionar su
trabajo, establecer una correcta equidad de género y las
prioridades de los diferentes miembros de la familia.

Responsable: Grupo de Arquitectos de la
Comunidad.

Participantes: arquitecto responsable del
proyecto en cuestión y clientes.

  • Objetivo: Lograr que toda la familia
    pueda hacer uso de los diferentes espacios de su vivienda de
    acuerdo a sus necesidades.

Partes: 1, 2

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