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San José de Carayaca vista por doña Angelina Sanchez Aranguren (página 6)




Enviado por León Morales



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6

Alexander Benitz sabía que en la familia
Kienzler Kabis y Kienzler Belsinger tenía
grandes enemigos, debido a los sucesos que se vivieron en la
Colonia Tovar en abril de 1.843. El comerciante Georg
Kienzler Kabis
sobresalió en el ámbito
comercial aragüeño, guaireño y
caraqueño; en donde fue una persona muy conocida, al igual
que la familia de su esposa francesa Marcelina Belsinger
Milk
de Kienzler.

Alexander Benitz siguió disfrutando de sus
apegos mercantiles con los sectores que controlaban el comercio
en Caracas y amparando sus acciones esclavistas en la Colonia
Tovar
, a través del apoyo que contaba con los altos
personeros del gobierno de la época, gracias a la
influencia que durante algunos años tuvo el Coronel
Agustín Codazzi, y que le fue de gran
ayuda.

El máximo aporte que Alexander Benitz le
dio al gobierno conservador de esos tiempos, unidos a los
liberales que asaltaron el Congreso Nacional en 1.848, fue
el de abrir los caminos desde la Colonia Tovar hacia
Petáquire, al Jarillo, Macarao,
Las Adjuntas y Antímano. Y de esa manera fue
como contuvieron a las fuerzas del General Pedro Vicente
Aguado
en la Laguneta de Petáquire en
1.860.

¿Y qué más pasó en
Petáquire en esos días, sobrino
León?

Los godos y oligarcas fusilaron a varios oficiales,
jefes y soldados del Ejército Federal del centro en
las montañas de Petáquire en
Carayaca, salvando la vida en esa ocasión, el
Teniente José María García
Gómez
, hijo del pueblo de Pampatar en la isla
de Margarita, quién con el correr del tiempo
llegó a ostentar el grado de general en el ejército
de la República.

El Teniente José María García
Gómez
era hijo del Contralmirante José
María García
, quien nació en la isla de
Margarita, el 13 de noviembre de 1.789, y falleció
en el pueblo de Maiquetía, el 7 de noviembre de
1.860.

En estas lides revolucionarias en
Petáquire, murió extrañamente
asesinado el primer alcalde que tuvo la Colonia Tovar o
antiguo Palmar de El Tuy en 1.843. En los archivos
de don Manuel Felipe Tovar, se encontró esta carta
en donde hacen referencia a las fuerzas del General Pedro
Vicente Aguado
que marchaban hacia el pueblo de
Carayaca en septiembre de 1.859, que corroboran lo que
hemos venido hablando en este conversatorio y le da veracidad a
los hechos mismos que hemos narrados, y que a continuación
doy a conocer:

Carta de Francisco Beaumel a
Maneul Felipe Tovar. Valencia

Septiembre 1859

Valencia Septiembre
1859

Señor Excelencia Vicepresidente de
la República de Venezuela

Señor Don Manuel Felipe de
Tovar

Muy querido amigo mío

Ayer recibido una noticia sobre la domado
de la Guiara pero la siguiente

causa son estas, si el gobierno no
mandó gente para las filas de cariyaco

y para las filas alto de petequire
entonces se pude pasar estas lado onas

ara vuestra Colonia Tovar y por su puesta
se encuentran ellos recursos

entonces van favor de Beniz para
seguir a La Victoria a juntarse con

ellas aya ques muy querido mío
procurarse mucho, para deturirlo estas

encominicaciones enteramente para que
no sigue estas facciosas mas

entre esta puesto y La Victoria,
quiero decirlo, las tropas del gobierno,

deben cuparen estas pautas en la
griaca anes que han domado La

Guiara, para que esta Aguado
quedo entonces en trampa y morirse de

fuerza de balas de fusilas, pues
el Dios quiere que se protejan nuestra

tropas valiente del gobierno la libertad
y orden constitución para

que se conozcan endoses luego lo que es
gobierno y ley respetable lo

siento mucho para puente a escribirle el
gobierno, mis infelices no me

permita y estoy dotaría con
calentura pero tengo ningunas esperezas

a salir estas días para la calle,
entonces, tengo mucho gusto a barlo su

salud y mucho desea para conversar con
Us. Otra días recibido dos

fuere de su honrada mana, pues si es
posible, me puente auxiliar algo

mas será muy agradecido, estoy sin
ninguna centavo, para mi familia,

la Nafieseria del señor Graham y
Arbelo me deben 162 pesos, pero no

me quieren a pagar, y boy demandarlo ello
al tribunal cuando puedo

irse a salir pues mi querido
señor

Excelencia si es posible mandarme algo
con la prodetora mi hija mayor

luego lo pagaré con
mucho

Soy de Vs. Servidor

Seguro amigo

Y conoce siempre como patre

Esta carta da fe de que en la Colonia Tovar hubo
gente que se prestó para frenar el avance del General
Pedro Vicente Aguado, de eso no hay duda alguna. Y en esta
otra carta podemos ver que fue escrita en el mismo día en
que el citado prócer de la Federación
venezolana, dictó su decreto de guerra a muerte en
Carayaca en contra de la godarría que hacia armas
en contra del Ejército Federal en el centro del
país, y que a continuación damos a
conocer:

Francisco Javier
Beaumel

Señor (al margen)

Valencia septiembre 3 1859

Excelentísimo Señor
Vicepresidente

de la República
Venezuela

Muy querido amigo mío

Señor Manuel Felipe de
Tovar

Supo atrás días de un amigo
mío que Us. Don Manuel Felipe de
Tovar

ha llegado par aquí a
Valenzia, lo siento mucho, no puede alblar con

Vs. Personalmente, por que tengo hoy 27
días enfermo de calentura y

estoy todavía mala pero espero
mientras pocos días a salir afuera, pues

tengo mucho deseo para conversar con Us.,
como siempre me parte

de nuestra pueblo de Colonia
Otovar
, y muy agraciado y favorecido

Caballero de nuestra propiedades de
Colonia Tovar. Otras días escribió

una carta para el Señor
Alejandro Beniz, ero no me contestó, otras
me

dijeron que el Señor Beniz es
daba compromedito con la revolución

de Federación con la
Victoria
, pues el demonio lo lleva Beniz
cuanto

ya lo encuentra el, un hombre
dan malvado y malcriado contra el

gobierno ya sabe paso dejo que el
señor Miguel Herrera mi querido

amigo dacuado Maiquetía,
el es el cabeza de artillería para
dacuarse

La Guaira, yo siento mucho que yo
no puede ayudar el señor Herrerz

para adecuar esta puerto y para amadar
esta malvado general Aguada
,

que se muere de estos estas faxuines
federalistas
, y viva el gobierno

viva la libertas y orden y se muere
detos estas benditas febreranistas
,

yo siento mucho de no donaré
armas para el gobierno por que estoy

muy enfermo y sin auxilio sin
ganar un centavo para mi pobre hijos,

el protector es mi hijo mayor si Vs.
Excelencia don Manuel Felipe de

Tovar si es posible auxiliarme en algunas
cosas si quiere por favor de

Dios ruega pronto hablaremos
personalmente

Y soy de Vs. Su servidor y seguro
amigo

Francisco Javier
Beaumel

De Colonia Tovar

Si Vs. Puede me donde sentarse con mi
hijo

En esta carta hacen referencia de manera irredenta en
contra del General en Jefe Pedro Vicente Aguado y sobre
los aportes que el alemán Francisco Javier Beaumel
era capaz de darle al gobierno de la época, en aras de
frenar a las fuerzas federales que avanzaban para la toma del
control total en todo el centro del país, ya que la
región coriana y los llanos de Portuguesa,
Apure y Barinas estaban bajo el total control del
General en Jefe Ezequiel Zamora, quien desde San
Carlos
Avanzaría hacia Caracas a la toma del
poder político en 1.860.

¿Y cuál otro hecho de relevancia
histórica acaeció en Carayaca, tía
Angelina?

"Sobrino, León. Te voy hablar sobre una batalla
que se dio en las cercanías en donde vivíamos en la
bajada de El Pardillo en Carayaca, ya que la gente
de Tarmas desde tiempos muy remotos venían a
Carayaca y pasaban por su lindero natural que era La
Cruz
de Tarmas, debido a que fue un lugar que los
carayaqueros y tarmeños recordaban con mucho
énfasis, por lo que allí sucedió el 1 de
enero de 1.879".

¿Y qué pasó en la batalla de La
Cruz
de Tarmas en 1.879, tía
Angelina?

¿Y te parece poco lo que allí pasó,
sobrino León?

"En esos tiempos se alzó el General en Jefe
Gregorio Cedeño en Valencia enarbolando las
banderas de La Revolución Liberal Reivindicadora,
con el fin de llevar nuevamente al poder al General Antonio
Guzmán Blanco
".

"El General José María
García
era conocido bajo el apodo de "El
Peludito
" y fue el jefe de las fuerzas de la
reivindicación que hicieron armas en Carayaca en
contra de las fuerzas del gobierno central. El lugar en donde
combatieron con gran capacidad de fuego fue en el sitio de La
Cruz de Tarmas
, muriendo en este combate el Comandante
José de la Conmemoración
Guillermo
".

"El General José María
García
fue mortalmente herido en esa batalla y siendo
llevado en hamaca por sus ayudantes y edecanes al pueblo de
Carayaca en donde falleció cristianamente.
Imagínate como fueron esas contiendas militares en esos
tiempos, que la Parroquia Carayaca tenía 1.200
habitantes y más luego de redujo su población a
solamente 223 pobladores".

¿Qué más sabe usted del General
José María García, tía
Angelina?

El General José María García
nació en los valles de Aragua en 1.830 y con el
correr de los años tuvo una brillante participación
dentro de las filas del Ejército Federal en las
acciones de "El Jobo" y en la gloriosa batalla de
"Santa Inés" en las sabanas de Barinas el 10
de diciembre de 1.859, bajo el mando supremo del General en Jefe
Ezequiel Zamora. Y participó en la batalla de
Coplé el 17 de febrero de 1.860, bajo las
inmediatas órdenes del Mariscal de Campo Juan
Crisóstomo Falcón
, en donde salieron derrotadas
las fuerzas federales.

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Casa de la familia Padilla
Rodríguez en Carayaca, año 1.937

¿Quisiera usted saber lo que me contó el
señor Nicanor Sierra sobre su ilustre antepasado el
Comandante Pablo Sierra y su participación en la
batalla de "La Cruz de Tarmas" el 12 de enero de
1.879, tía Angelina?

"Claro, que lo quiero saber, sobrino León.
Acuérdate que yo llegué a conocer personas en
Carayaca, que si sabían sobre esas cosas que
sucedieron en esos tiempos".

Esta es la historia, tía
Angelina:

Carayaca, 1° de junio del 2.011.

Señor Nicanor Sierra:

¿Qué puede usted contarnos sobre la vida
de su abuelo el Teniente Coronel Pablo Sierra?

Bueno, amigo León Manuel Morales; le
diré que mi ilustre abuelo el Comandante PABLO
SIERRA
combatió al lado de quienes dirigieron la
Revolución de los Azules en tiempos del General en
Jefe José Ruperto Monagas, quién era su
máximo jefe militar en esos tiempos de revueltas en las
filas del liberalismo, como de los conservadores que se dieron
por el control del poder político y militar en el
año 1.868.

¿Usted podría decirnos en donde
combatió su abuelo Pablo Sierra en tierras de
Carayaca?

Mi abuelo Pablo Sierra combatió en la
batalla de "EL ARENAL", también conocida como la
batalla de La Cruz de Tarmas el 12 de enero de 1.879. Ya
que él e por línea directa era descendiente del
Almirante Luis Brión.

Allí las fuerzas del gobierno en Caracas
entablaron trifulcas armadas o combates con una gente que
enarbolaba las banderas de la Revolución Liberal
Reivindicadora
, estando estas últimas dirigidas por el
General José María García,
quién de hecho murió de un balazo en esa
batalla.

Mi abuelo decía que esa guerra se debió a
causa de la muerte del General Francisco Linares
Alcántara
quién era del pueblo de
Turmero en los valles de Aragua. Las malas lenguas
de la época decían que él se le
rebeló al General Antonio Guzmán Blanco,
quien se encontraba viviendo en Francia.

Y que por ese motivo lo habían envenenado en
La Guaira, pero en Valencia se alzó el
General Gregorio Cedeño con algunas fuerzas del
liberalismo y que amarillo, diciéndole al pueblo que el
General Guzmán Blanco regresaría nuevamente
al poder. Él fue el que le dio el nombre de Reivindicadora
a esa revolución.

¿Qué pasó realmente en la batalla
de La Cruz de Tarmas, señor
Nicanor?

El Comandante Pablo Sierra fue herido en la
batalla de La Cruz de Tarmas por los lados de El
Arenal
en Carayaca, recibiendo un bayonetazo en una de
sus piernas. El falleció en el pueblo de Carayaca
en el año 1.935. Siendo sepultado en el cementerio de
Antímano, en donde aún se conserva su sepultura,
todos sus hijos murieron en Antímano.

¿Sírvase usted contarnos, como era la
familia del Comandante Pablo Sierra, Ilustre
Prócer de la Federación
venezolana,
señor Nicanor?

El Teniente Coronel Pablo Sierra tuvo varios
hijos e hijas. Entre ellos se destacaron los siguientes:
Paulito, y a Anastasio lo mataron en la subida de
Las Eneas en la entrada de Carayaca en el año
1.955. Específicamente, en el sitio conocido como:
"… El Alto de Ño
León
".

Mi padre Eustaquio Sierra también era hijo
de mi abuelo el Comandante Pablo Sierra.

¿Qué más nos puede usted contar
sobre el Comandante Pablo Sierra?

Anteriormente, él se había establecido en
el pueblo de La Victoria, en tierras de Aragua. La
hacienda "La Peña" era de su propiedad, en donde
tenía una molienda de caña de azúcar con
masa y tirada por bueyes.

Debo decir, que hace como sesenta años
atrás, por aquí en Carayaca y en uno de esos
campos se alzó el jornalero Pastor Castro, quien
venía acompañado de varios campesinos, pero en su
intento de rebeldía fracasaron.

Fíjate sobrino, León. Como son las cosas
de la vida, quien iba a pensar que un familiar de ese
señor había participado en ese combate que se dio
en Carayaca en 1.879. Esa es la importancia del trabajo de
investigación que estás haciendo, porque de esa
manera sacas del olvido a personas que hasta el presente han sido
desconocidas por nosotros, como ha sido el caso del Comandante
Pablo Sierra, Ilustre Prócer de la
Federación.

¿Y qué sabe usted sobre la
participación de mi bisabuelo el General Lino Aranguren
Castro
en la Revolución Legalista en 1.892,
tía Angelina?

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Dr. Raymundo Andueza
Palacios

Excelente pregunta, sobrino León. Es
cierto lo que estás pensando sobre la participación
de mi abuelo el General Lino Aranguren Castro en la
Revolución Legalista que acaudilló el
General Joaquín Crespo en 1.892. Él
combatió al lado de los generales Ramón
Guerra
, Leoncio Quintana, Pedro Vallenilla y
Antonio Fernández, quienes con el General
Crespo entraron triunfantes a Caracas, el 6 de
octubre de ese mismo año.

Fíjate una cosa, sobrino León, como
tú eres un francmasón muy reconocido a nivel
nacional en estos tiempos y además eres amante de la
historia patria, te quiero decir que mi abuelo había
pernotado la noche anterior con sus tropas, entre los pueblos de
Las Adjuntas y Antímano, ya que
venían de darle muy duro a las fuerzas militares y a los
comandantes que estaban bajo las órdenes de los doctores
Raymundo Andueza Palacios y Guillermo Tell
Villegas
.

La verdad es que hubo saqueos por las esquinas de
Jesuitas a Maturín en Caracas, en
donde está el Gran Templo Masónico de
Jesuitas a Maturín que fue construido por el
General Antonio Guzmán Blanco y adonde fue en
muchas ocasiones mi abuelo el General Lino Aranguren
Castro
, debido a su condición de francmasón, y
lo más curioso fue que en ese día cayó
tremendo palo de aguacero.

El Dr. Raymundo Andueza Palacios fue un
prominente francmasón venezolano, pero era un hombre que
en su gobierno la corrupción llegó a tales
extremos, que él mismo no pudo controlar a sus ministros,
pero arrastraba al pueblo hacia su control, debido a que era un
buen orador y sabía convencer a las masas.

El Dr. Andueza Palacios era como el
ex–presidente ecuatoriano y francmasón Velasco
Ibarra
, quien gobernó en 5 ocasiones a la
República del Ecuador y un solo mandato pudo
terminar, ya que fue derrocado en 4 oportunidades. El Dr. Velasco
Ibarra cuando quería conquistar la presidencia de la
República, en su oratoria a las masas ecuatorianas, les
decía estas palabras: ¡Denme un balcón y
seré presidente
!

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Gran Templo Masónico de la Gran
Logia de la República de Venezuela

En el Legalismo le confiscaron los bienes a los
partidarios de Andueza Palacios y Tell Villegas, y
allí sobre salió con gran fuerza el General Juan
Pietri
, abuelo del Dr. Arturo Uslar Pietri. El
más golpeado de los generales de esos tiempos, fue el
General Manuel Antonio Matos, quién era un
guzmancista denodado y estaba casado con una hija del General
Antonio Guzmán Blanco.

Los problemas comenzaron cuando los estudiantes
universitarios caraqueños tumbaron las estatuas de
Guzmán Blanco y la de su padre Antonio
Leocadio
, allí tuvo gran participación el joven
Robert Syers Piar, quién era hijo del inglés
Robert Syers y doña Carlota Piar de
Syers. Siendo nieto del General Manuel Carlos Piar,
el Libertador de Guayana.

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Dr. Arturo Uslar Pietri

¿Es cierto que el Dr. Arturo Uslar Pietri
es hijo del General Juan Vicente Gómez
Chacón
, tía Angelina?

Lo que si te puedo decir, es que mi madre decía
que Arturo Uslar Pietri si era hijo del General
Gómez, en verdad no sé de donde ella
sacó esas cosas. Pero ella nos narraba que Arturo
se crió con los hijos que el General Gómez
tuvo con doña Dolores Amelia Núñez, y
especialmente con su hijo Gonzalo Gómez.

Lo más curioso es que Arturo Uslar Pietri
gozaba de la alta estima que le tenía el General Juan
Vicente Gómez
, quien lo envió a estudiar en
Francia en 1.919. Él le llevaba 19 años a su
hermano el Dr. Juan Uslar Pietri. Y estuvo presente cuando
falleció el General Gómez en Maracay,
el 17 de diciembre de 1.935. Y lo más extraño del
caso, es que el General Eleazar López Contreras se
casó en segunda nupcias con una hermana de Dolores
Amelia Núñez
.

Mi hermano el Dr. José Basilio Sánchez
Aranguren
, cuando era rector en la Universidad Bicentenaria
de Aragua (UBA) hace varios años atrás, le
dio el título de Dr. Honoris Causa al Dr. Arturo
Uslar Pietri
, y en un momento en que iban en el
vehículo de mi hermano Basilio, él le hizo
al Dr. Uslar Pietri, la siguiente pregunta: ¿Es
verdad que el General Gómez, no murió el 17
de diciembre de 1.935, Dr. Uslar?

Y el Dr. Uslar Pietri, le respondió con
estas palabras: "… El General Juan Vicente
Gómez
murió en Maracay, el 17 de
diciembre de 1.935. Porque yo estuve presente, en el momento en
que él falleció. Eso es falso de que murió
el 14 de diciembre de ese año…".

Sobrino, León. Lo que si nos contaba mi
mamá y tenía mucho cuidado con nosotros en
Carayaca, especialmente con mi hermano Francisco
Santiago
, quien era muy callejero, es que habían
chácharos del gobierno que se llevaban a los niños
que encontraban en la calle y que luego mataban para tratar de
curarle la lepra que sufría el General Juan Vicente
Gómez
, en los momentos finales de su vida en
1.935.

Las familias carayaqueras cuando veían al jefe
civil de Carayaca que andaba acompañado de alguna
gente de Caracas, se preocupaban mucho. Porque se corría
el riesgo de que se llevaran algunos de nuestros jóvenes y
a los niños para esos fines, y más en
Carayaca que gobernaba un coronel andino llamado
Juan de Jesús Méndez.

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General Juan Vicente Gómez
Chacón

¿Usted quisiera saber otras de las
anécdotas que sucedieron con mi abuelo Pancho "El
Narizón
" en el pueblo de Carayaca en el
año 1.933 y que me la contó el señor
Agustín Péinate en su casa de La Cruz
Verde
el 6-5-2.006, tía Angelina?

El señor Agustín Péinate si
conoció a mi papá en Carayaca,
háblame lo que él dijo de mi papá y de mi
cuando era niña, sobrino León.

Este es el relato, tía
Angelina:

El Almendrón que está en
Carayaca lo sembró el General Juan
Rodríguez
. El jefe civil era el Coronel Juan de
Jesús Méndez quién le mandó a
hacer una redoma en el año 1.933. Ya que para ese tiempo,
una vez muerto el General Juan Rodríguez, las autoridades
eran foráneas.

Cabe decir, que el andino tachirense Juan de
Jesús Méndez fue el primer jefe civil de
Carayaca, después de la muerte del General Juan
Vicente Gómez
. El Coronel Juan de Jesús
Méndez puso muchas condiciones en el pueblo de
Carayaca a sus pobladores; obligando a todos los vecinos a
tener que limpiar el frente de sus casas y cuando él
pasaba revista, les decía a sus comisarios: "… No
está limpio; usted apúnteme allí a fulano de
tal…".

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Trapiche abandonado de la hacienda
"Tarma Abajo", año 1.980

Yo recuerdo que al comerciante Francisco
Sánchez Jiménez
, conocido en la subida de El
Pardillo
como Pancho "El Narizón", le dijo
estas palabras: "… O barres o pagas la multa de dos
bolívares
…".

Juan Bautista Lamboglia, Lucio Navarro,
Gregorio Grillo Robles (nació en 1.894 y
falleció en 1.970), José Bianculli, Juan
Padilla
, Emilio Salomón, Nicolás
Sandoval
, César Gottberg y Indalecio
Padilla
en la jefatura civil; la cual se encontraba en donde
está La Flor de Carayaca, y si ellos no
barrían tenían que pagar una multa de 4
bolívares.

Yo recuerdo que Lucio Navarro era un hombre
catire, quién se había venido desde las tierras de
Aragua a Carayaca. Él tenía un
negocito de preparar las varillas para preparar y prensar tabaco,
por los lados en donde está el Pool en Carayaca
Arriba
o El Silencio. Además, él le
trabajó en esos mismos afanes, al hacendado don
Valentín González en la hacienda de
"Tarma Abajo".

Sus alijos de tabaco se los vendía al comerciante
Francisco Sánchez Jiménez, en su bodega que
tenía por los lados de El Pardillo y quién
era conocido como Pancho "El Narizón". Pancho en
algunas ocasiones llevaba a su niña Angelina, para
visitarlo en su negocio; ya que ambos eran muy buenos amigos.
Angelina, si aún vive debe acordarse de los
caramelos que ese señor les daba a los niños en esa
época, y que ella era una de esas
beneficiarias.

Y para cerrar con algo más de historia sobre mi
tío José Antonio Garrido Manzano, te voy
hacer la siguiente pregunta, como las hacía Tío
Simón con sus niños: ¿Qué
relato beisbolistico de gran trascendencia nacional te
contó mi tío José Antonio, tía
Angelina?

Mi esposo José Antonio Garrido Manzano me
contó que uno de los momentos más brillantes del
beisbol fue el juego que se dio entre "Gavilanes" de
Maracaibo y el "Royal Criollos" de Caracas,
el 9 de diciembre de 1.935. Él tenía en esos
tiempos 26 años de edad, contándome que el juego
más importante entre esas dos novenas, fue el quinto
partido.

El "Royal Criollos" contaba en su plantel con
peloteros de las tallas del dominicano Tételo
Vargas
en el center field y a quién conocimos muy
anciano por los lados de El Jabillo en
Maiquetía, el legendario César Nieves
jugó en el left field y el estadio de Catia de
La Mar desde hace muchos años lleva su nombre,
Balbino Inojosa en el right field, Nieves
Rendón
en la primera base, Rufino Mijares se
lució en la segunda base, en el short stop el dominicano
Pedro "Grillo" y en la tercera base jugó
Luís Jiménez, Manuel Antonio "Pollo"
Malpica como cátcher y el lanzador fue el espectacular
Plácido Delgado "El Jibarito" y conocido
también como "El conquistador Puerto Rico".

José Antonio me contó que el "Royal
Criollos
" fue apaleado en ese juego por el
"Gavilanes", ja, ja, ja. Sin embargo prevaleció
allí la vergüenza de peloteros como Vidal
López
y el mismo Plácido Delgado. Y
allí resurgieron las figuras del viejo Luis
Aparicio
y de su hermano Ernesto Aparicio, viejas
glorias de nuestro beisbol venezolano. Mi esposo José
Antonio elogió y le dio grandes méritos en ese
juego al pitcher Hernández y a su cátcher
Navas, como a los puertorriqueños Peruchin
Cepeda
y a Tingo David.

Placido Delgado fue una figura relevante en el
béisbol de antaño en Venezuela, a él
lo conocimos ya anciano viviendo en la Vereda 13 de la Urb.
Páez en Catia de La Mar a finales de
los cincuenta y en la década de los sesenta. Él
trabajó por muchos años en la parte ferroviaria
portuaria y sus hijos estudiaron con mis hijos e hijas, y creo
que un hijo de él estudió contigo sobrino, en la
Escuela "Emilio Gimón Sterling" de Catia de
La Mar.

Además, Plácido Delgado
trabajó con mi hermano Francisco Santiago
Sánchez Aranguren
en el puerto de La Guaira, en
donde laboró también uno de los mejores
guitarristas que haya parido la tierra guaireña, Juan
Ramón Díaz,
quién creo era de
Tarmas y vivió hasta su muerte en la Urb.
Soublette de Catia de La Mar. Si más
no recuerdo, yo creo que Placido Delgado fue manager del
equipo amasteur OSP-La Guaira, que tantas glorias le dio
al béisbol guaireño y nacional, produciendo
peloteros de las tallas de Juan Pablo Guzmán y
Francisco Zalaya.

En cuanto a la gastronomía o elaboración
de comidas y alimentos por parte de mi abuela María
Catalina
de Sena Aranguren Bravo de
Sánchez durante el tiempo en que vivió con
nosotros en su vida terrenal, tanto en Las Aguadas, como
en Maiquetía, Carayaca y
Caracas.

¿Qué nos puede usted contar al respecto,
tía Angelina?

En realidad te puedo decir, que mi mamá en la
elaboración de comidas era una mujer muy aseada y era muy
temerosa de que cayera un pelo en los suculentos platos que
preparaba para nosotros o para cualquier otra persona que soliera
visitarnos. Yo creo que tú fuiste testigos de eso, ya que
te criaste casi hasta los 22 años con mi mamá, que
fue cuando te desprendiste de la casa a partir de finales del
año 1.972.

Mi madre nació en los tiempos en que no se
explotaba el petróleo, sino que más bien se
vivía del comercio, la agricultura y la ganadería.
Entre sus macundales, escaparates y baules siempre andaban sus
reliquias personales y platería y cubiertos de largas
datas en el tiempo. Ella conservaba antiguas hamacas que
pertenecieron a su honorable familia Aranguren Bravo, las
losas eran bellísimas y los cubiertos estaban completos y
eran de plata.

Los platos hondos y llanos eran de buena porcelana y muy
decoradas, al igual que las soperas eran de fabricación
china y tenían más de cien años de haberse
adquiridos. Las sabanas y cobijas ni hablar, eran de buen tejido
y de telas de mucha calidad textil, y entre sus prendas
había tarjetas de bautizos suyas con pequeñas
morocotas inglesas en oro, sus cadenas de oro fueron fabricadas
por buenos orfebres en la Caracas antañona, que
indican de que ella pertenecía a una familia de gran
abolengo en el valle de Caracas y en las serranías
del Ávila, desde tiempos inmemoriales.

En cuanto a la gastronomía que conocía mi
madre en su vida como persona de grandes dimensiones humanas y
con un sentir muy religioso hasta los días finales de su
propia existencia, tengo que manifestarte que ella era una mujer
muy devota a La Virgen de La Merced y a San
Marcos
de León, al igual que al padre
José María Claret, cuyas imágenes
nunca les faltan en la casa. Ella en los momentos de preparar las
comidas nos obligaba a ponernos algunos trapos en la cabeza, para
evitar que les cayeran pelos a las mismas, ya que mi hermano
Basilio era muy exigente y hasta ponía problemas
cuando encontraba un pelo en algunos de los alimentos,
especialmente en las sopas.

Te pudiera dar a conocer argumentos alimentos que ella
hacía en casa. En el desayuno nunca falta el pan
francés, isleño o sobado, que eran traídos
en cestas y se colocaban en las puertas de las casas. Las arepas
en un principio, las hacíamos moliendo el maíz
sancochado en máquinas de fabricación inglesa y
manualmente, que en un principio sacábamos en nuestros
conucos en Carayaca y que después recibíamos
provenientes de las diferentes haciendas que había en la
zona, el cual era pilado en pilones.

Cuando molíamos el maíz sancochado
salía un agua blanquecina y esa se las dábamos a
los cochinos y el maíz en concha a las gallinas, de donde
obteníamos los huevos y a su vez no las comíamos en
suculentos hervidos o sancochos. Las arepas las hacíamos
en budares, pero cuando nos fuimos de Carayaca a
Pariata, las comprábamos en la casa del
señor Pedro González quién era
margariteño, ya que su esposa Carmen
González
era quien las elaboraba en el Callejón
"Arcaya".

Ya cuando yo me casé con José Antonio
Garrido Manzano
en 1.946, mi madre quedó con mi
hermanita Juana Norma en su casa y con mi hermano
Basilio. En esos desayunos se usaba mucho el comer gofio y
fororo canario al gusto, con café con leche, en donde le
colocábamos una pizca de azúcar y lo
acompañábamos con queso blanco en el plato. Luego
nos hacía un pan para cada uno a la plancha con
jamón y queso a la plancha.

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Juana Norma Sánchez
Aranguren

En otros casos nos daba un plato de avena Quaker,
ya que la leche nos llegaba a la casa en cantaros, que luego
teníamos que hervir para evitar enfermedades
contraídas por el bacilo de Koch, como la
tuberculosis. Claro está, en un buen desayuno nunca deben
faltar los huevos fritos o tibios como los consumía mi
hermano José Basilio Sánchez
Aranguren
.

Esa era una costumbre que la adquirimos de nuestro padre
Francisco Sánchez Jiménez, ya que él
era de origen canario muy marcado, de padre y madre. Igualmente
en la confección de papas arrugadas, las cuales se
hacían metiéndolas en una lata de manteca con agua
y bastante sal a leña y fuego vivo, hasta que el agua
desaparece evaporándose y al fondo queda la sal con las
papas, las cuales se arrugan y en donde se siente la sal
solamente en las conchas.

Mi papá fue un comerciante que recibía
mucha verduras, frutas y hortalizas que les traían de
todas las haciendas que había en Carayaca y ese era el
motivo por la cual nuestras comidas en casa eran muy sanas, y lo
que ha permitido que podamos alcanzar altos niveles de
longevidad.

Otro de los detalles que mi papá tenía,
era que a primeras horas de la mañana consumía un
batido que contenía huevo, Ovomaltina, vino Sansón
y ojo de toro, y eso lo continuamos haciendo nosotros a
través del tiempo. Ya que él a su edad leía
muy bien los periódicos y los analizaba, y mi hermano
Edgar Paulino Sánchez Aranguren en una
ocasión compró una litografía en donde
aparecía un anciano muy parecido a mi papá, con su
gorro canario colocado en la cabeza y con sus anteojos leyendo el
periódico.

El potaje era otro alimento canario que llevaba cochino,
carne de res, pollo, tocineta, garbanzos, caraotas blancas, panza
de res, vainitas y todo tipo de verduras (papa, apio,
ñame, ocumo, auyama, plátano verde; y condimentos
como ajo, cebolla, pimentón, ajo porro, ajo, yerba buena,
perejil, cilantro, cebollín, ají dulce, alcaparra,
aceituna, entre otros.

El potaje es una comida que se sirve en el almuerzo y es
muy pesado, se sirve con agua y a la usanza canaria. Y en muchas
ocasiones mi mamá lo acompañaba con lebranche
salado, al cual se le quitaba la sal sancochándolo con
agua y bastante sal, que era la forma de desprenderle la
salinidad; y al lado se le ponía bastante ensalada en base
a ruedas de tomates margariteños, lechuga y cebolla en
ruedas con aceite de oliva, vinagre y poca sal. A un lado se
colocaba una bandeja con bastante verdura sancochada, para comer
al gusto.

Y tengo que decirte que a mi mamá en
Pariata nunca le faltaron las gallinas en su corral y
menos los morrocoyes, ya que ella hacía un buen pastel de
morrocoy; era un ritual algo maquiavélico cuando le
quitaban el caparazón al morrocoy, ya que se veía
cuando retiraban su carne y el corazón aún le
latía. Mi mamá lo preparaba en forma de guiso o en
pastel, y le ponía vino "La Sagrada Familia",
aceitunas, alcaparras y pasas, y lo cubría con harina de
trigo y huevo.

De lunes a viernes se cocinan granos como caraotas
negras, rojas y blancas, arvejas y lentejas, y quinchonchos con
ñame era una exquisitez, todo se acompañaba con
arroz y espaguetis. Los días sábados y domingos
comíamos cualquier tipo de sopas, bien fueran de pescado,
gallinas o carne de res. A las caraotas negras, mi mamá le
ponía un pedacito de papelón, aparte de los
condimentos que les ponía, y para ablandarlas les echaba
un poquito de bicarbonato; y seguro estoy, no podía
faltarles adentro el cambur o el plátano verde, que le
daba un gusto agradable a las caraotas, debido al desprendimiento
del fosfato.

¡Y dígame para navidad y año
nuevo!

Monografias.com

Semblanza de la gastronomía
venezolana

Para hacer las hayacas era algo ritualistico y muy
propias de mi señora madre. Ella se llevaba a uno de los
nietos al mercado de Maiquetía y allí
compraba todo lo necesario para comenzar a hacerlas el 23 de
diciembre de cada año.

En ese día hacían el guiso y la
colaboración en la cocina eran de muy pocas personas, los
muchachos tenían que estar fuera de la casa en esos
momentos y solo comían de la sopa que se hacía con
los huesos que se le sacaban a las carnes para la
confección de las hayacas.

El aseo era el lema principal en esos momentos, el
día 24 de diciembre en horas de la madrugada todo el mundo
despierto, unos buscando leñas, otras preparando lo
concerniente a la elaboración de las hayacas, y de esa
manera iban construyendo tan delicioso plato, al igual que la
gran variedad de dulces que mi mamá serviría en la
mesas en ese día tan especial, al igual que el 31 de
diciembre.

En aquellos tiempos no existía la harina
PAN y el trabajo era mayor. Yo creo que el ingeniero
Luis Caballero Mejías fue el que salvó la
arepa en Venezuela y por ende a la hayaca, como plato
tradicional navideño. En relación a los dulces
navideños, mi mamá hacía dulces de lechosa,
cabello de ángel, toronja, higo, ciruela pasa,
orejón, tortas, entre otras cosas.

Su mesa quedaba muy bien decorada, de eso no
había dudas, y lo más curioso de las cosas, era que
las hayacas más sabrosas eran para ciertas personas de su
gran aprecio, y esas estaban marcadas desde su confección
en la olla, con una tirita negra.

¡Qué tiempos aquellos!

Claro está, a las 7 de la noche del 24 y el 31 de
diciembre, todos teníamos que estar bien vestidos para
recibir esos días con amor y devoción. En la casa
de Pariata en Maiquetía, mi hermana Juana
Norma
tenía que fajarse muy duro en la limpieza de la
casa, ya que en esos tiempos no se usaban ceras como las que hay
hoy en día, sino que de las velas que se desgastaban en
los velorios o con ceras de los panales de abejas y diluidas con
querosene caliente era como pulíamos los pisos de nuestras
casas, y como no había pulidora eléctrica, era a
trapo limpio.

Esas cosas cambiaron a mediados de los años
cincuenta y con las décadas que vinieron durante el siglo
XX, ya que el país se fue modernizando aceleradamente y de
esa manera todo se fue transformando en nuestra familia. Era muy
común ver a mi hermano Edgar Paulino Sánchez
Aranguren
aparecerse a las 10 de la noche el 31 de diciembre
de cada año, , arreando un carrete de juguetes para todos
sus ahijados, entre ellos estaban mi hijo Jesús Antonio
Garrido Sánchez
y mi sobrino Juan Francisco
Morales
, al pasar 15 minutos del viejo año, él
se iba a la casa de la familia de su primera esposa Eva
Hernández
en el Barrio "Obrero" a compartir con
ellos.

Tía Angelina, esta fascinante
conversación que he sostenido con usted en estos
días en su casa en la Urb. "Villas de
Aragua" en Maracay, la voy a cerrar con un relato
en donde hago referencia a un personaje que fue fusilado por mi
bisabuelo el General Lino Aranguren Castro en tiempos de
la Guerra Federal, cuyo nombre fue Concepción
González
.

¿Ha oído usted algún relato sobre
ese personaje oscuro de nuestra historia nacional, tía
Angelina?

No, sobrino León. Yo tengo entendido que
en Monografías por internet has hablado de
Concepción González, pero no sé lo
que en verdad has escrito sobre ese señor, aunque mi hijo
Jesús Antonio Garrido Manzano me ha dicho que
tienes un trabajo de investigación histórica
dedicada al General Ezequiel Zamora en donde haces
referencia hacia ese extraño personaje de nuestra
independencia y en la guerra federal.

¡Desembucha, pues, sobrino!

He aquí la historia, tía
Angelina:

El General Ezequiel Zamora conduciendo a sus
tropas por los lados de Santa Teresa del Tuy en
1.859, detectaron a un antiguo esclavizado que iba a mercadear
con su arreo de mulas probablemente hacia el pueblo de
Cúa, que en lengua de los antiguos
Taramaquas o Tarmas, significa:
"Agujero".

"El General Natividad Solórzano comandando
un grueso de soldados federales, pasaba en esos momentos por el
Camino Real, cerca de Uverito, viendo de pronto la
silueta de un anciano curtido por los años y quien
tenía un prontuario desde los tiempos de la guerra de la
independencia".

Ese siniestro personaje era el negro
CONCEPCIÓN GONZÁLEZ, antiguo esclavizado de
la mantuana doña Juana González de
Olla y Arzola".

Seguidamente, el General Natividad
Solórzano
le dio al Sargento José Tomás
Rangel la siguiente orden:

"Sargento Rangel, traiga la soga y me amarra a ese viejo
negro que va allí con ese arreo de mulas. Ese gran carajo
es Concepción González, si no me equivoco y
para salir de esta vaina una vez, nojoda".

"El Sargento Rangel rápidamente cumplió la
orden de su jefe, haciendo preso a Concepción
González, quién estando amarrado con sus manos a la
espalda, fue llevado de inmediato ante la presencia del jefe
federal Natividad Solórzano".

Concepción González trataba de eludir con
sus repuestas al General Solórzano, quién le
hacía todo santiamén de preguntas. El jefe federal
notando que su prisionero era muy evasivo, le dijo estas
palabras:

"Concepción, que vaina vale. Me di cuenta que
eras tú, porque tus nietos han estado hablando guebonadas
por allí; de que su abuelo peleó con el General
José Félix Ribas y Herrera en la
independencia, ja, ja, ja".

¡Carajo, Concepción!

¿Y cómo fue esa vaina que el General
José Félix Ribas murió de paludismo cuando
montado en el caballo de José Tadeo Monagas Burgos
huía del campo enemigo en esos momentos?

¿Por qué lo enterraste en los montes de
Tucupido, Concepción?

¡Concepción, no creas que yo sea
guebón!

¡No vale!

¡Carajo, Concepción. Estás a tu edad
metió en tremendo lío en este momento!

"Sargento José Tomás Rangel, vaya
inmediatamente ante el General Ezequiel Zamora y le da esta buena
nueva, para ver qué hacemos con este anciano; vaya pues.
De pronto el Sargento José Tomás Rangel, de
origen tarmeño y al pasitrote en su caballo bayo con su
reo de compañía llega ante la presencia del General
Ezequiel Zamora".

Comentándole lo siguiente:

"Mi General Zamora, este negro anciano que usted ve
aquí es nada más y nada menos que
Concepción González. El mismito que le
echó la gran vaina al General José Félix
Ribas en el año 15 en Jácome, cerca de Valle
de la Pascua".

El General Zamora le respondió al Sargento
Rangel, de esta manera: ¿No me eche usted esa vaina,
Sargento Rangel?

¿Cómo va a ser, Sargento
Rangel?

Y el Sargento Rangel continuó con sus relatos
sobre ese siniestro personaje llamado Concepción
González
, bajo los siguientes
términos:

"Si, General Zamora; él fue quien lo
entregó a los españoles para que el sanguinario
Lorenzo Barrajóla le cortara la cabeza al General
Ribas, y más luego se la frieron en aceite, aquel 31 de
enero de 1.815. Ese es el mismísimo tipo, General
Zamora".

El General Ezequiel Zamora le expresó al Sargento
José Tomás Rangel, lo siguiente: ¿No
me vuelva a echar usted esa vaina, Sargento Rangel?

Y el Sargento Rangel continuó relatándoles
sobre la entrega del General en Jefe José Félix
Ribas a los españoles en esos tiempos de la guerra de la
independencia, bajo estas palabras:

"General Zamora, ese bandido de Concepción
González
por unas miserables monedas entregó al
General en Jefe José Félix Ribas al Coronel
Lorenzo Barrajóla quién era el jefe del
ejército español en esos lares del llano
guariqueño. Específicamente, por los lados de
Lazarinos, y ese bastardo godo lo mandó a asesinar
sin respetar en nada su vida. Eso fue lo que hizo ese miserable
de Concepción González, General Zamora".

De inmediato, el General Zamora mandó a detener a
sus tropas, pegando de pronto este abismal grito:
¡Concepción González!

Y el viejo anciano volteó al llamado del
máximo adalid en las guerras campesinas y federal. En eso
el General Zamora le dijo al joven Subteniente Lino Aranguren
Castro
, estas palabras:

"Carajo Lino, agarre cinco hombres y de inmediato me
detiene a ese gran carajo; no podemos perdonarle por nada del
mundo la vida a Concepción González; por lo que
él le hizo al General Ribas, en el año 15, en
Tucupido".

El Subteniente Lino Aranguren Castro
cumplió la orden a cabalidad, diciéndole al viejo
traidor estas palabras:

"Mira negro bastardo, no porque seas negro; sino por lo
que le hiciste al General Ribas en el año 1.815.
Así que quedas preso en este momento por órdenes
del General Zamora y del pueblo que es el soberano".

Concepción González entró en
pánico y comenzó a implorar con lágrimas en
los ojos bajo esta letanía de palabras:

"No, por favor, no me maten; yo no lo quise hacer, no lo
quise hacer. Ellos, los españoles me obligaron a hacerlo.
Piedad, por el amor de Di_s, perdónenme; se lo pido por mi
madre y todos los santos habidos y por haber".

El negro Concepción González fue amarrado
y arrastrado hasta la presencia del General Ezequiel Zamora
quién muy molesto le dijo estas palabras: ¡Carajo,
Concepción!

¿Cómo se te ocurrió echarle esa
vaina al General Ribas?

¿Es que tú creías que la vaina se
iba a olvidar, Concepción?

"Tú nunca quisiste entender que a ese hombre que
tú entregaste a los españoles era tú propio
libertador. En verdad, eres un miserable
Concepción; porque te has negado tú mismo el
derecho a ser un hombre libre".

Concepción González se arrodilló
ante el General Zamora, suplicándole una vez más
por su vida, bajo estas palabras:

"Perdóneme, General Zamora; que yo no haré
más esa cosa. Yo soy un padre de familia, mi mujer y mis
hijos me esperan en mi casa; deme la oportunidad de vivir entre
los míos, General Zamora".

El General Zamora le replicó de esta
manera:

"Caramba Concepción, caramba, vale; hasta hoy
llegaste asquerosa alimaña; en verdad, tú
ignorancia te ha llevado a tú propia tumba; se puede ser
ignorante de algunas cosas, pero no bandido y traidor, y de esa
forma no mereces tener la familia que tienes. Tú eres una
deshonra para ellos".

Como ráfaga del viento mismo, el General Zamora
llamó a su asistente y le encomendó la
severísima orden que a continuación contamos:
"… Subteniente Lino Aranguren Castro, prepare el
pelotón de fusilamiento y me encapilla a este gran carajo,
ya…".

El Subteniente Aranguren cumpliendo las órdenes
de su jefe preparó una columna de 5 hombres con sus
wínchesteres listos para la ejecución; trasladando
al negro Concepción González a la pata de un
frondoso cedro que estaba cerca de allí y
quitándole el sombrero de cogollo que llevaba colocado
sobre su cabeza le puso una venda negra en sus ojos, sus manos
amarradas por la parte de atrás de su cuerpo y formando al
pelotón de ejecución dio la siguiente orden:
¡Pelotón de fusilamiento, firmes!

"Por instrucciones del General en Jefe Ezequiel Zamora
Correa, máximo jefe del Ejército Federal, se
procede en el día de hoy en pasar por las armas sin
formula de juicio al traidor Concepción González;
por el único y solo delito de haber traicionado y
entregado miserablemente al General en Jefe José
Félix Ribas y Herrera a las fuerzas españolas que
hacían armas en el pueblo de Tucupido en el
año 1.815. Siendo ahorcado y decapitado, su cabeza frita
en aceite y su cuerpo desmembrado para escarnio de quienes
combatían por la independencia de nuestro pueblo en esos
duros días de guerra y muerte".

"Sorpresivamente, Concepción
González
comenzó a llorar como un niño;
su llanto era incontenible, que casi atrapaba a los muchachos que
estaban en el pelotón de fusilamiento; en verdad, era una
tragedia ver a ese ser o a ese miserable en esa situación;
en la víspera de su partida a las excelsas
moradas".

El Subteniente Lino Aranguren Castro estando muy
disgustado le expresó a Concepción González
estas palabras: ¿Vas a seguir con la guachafita y el
merequetengue, Concepción?

¿Quién coño e madre te mandó
a meterte en ese peo, Concepción?

¡Quédate tranquilito y prepárate
para ser recibido en el cielo por papa Di_s o en el infierno por
el propio Mandinga, vale!

¡Lo cierto es que no vas para el
Purgatorio, Concepción González!

Seguidamente, un miembro del pelotón de
ejecución se salió de la formación por
órdenes de su jefe el Subteniente Lino Aranguren
Castro
, sacando una venda negra y colocándosela en los
ojos del infortunado reo, a voz baja le dijo en uno de sus
oídos estas palabras:

"Concepción, encomienda tú alma al criador
y rézate un Padre Nuestro conmigo; hazlo por el
bien de tú alma; pá que vayas bien pá el
Purgatorio, Concepción; y no te vayas de una vez
pá el infierno".

"Vamos Concepción, cuéntame vale
cómo fue que jodistes de esa manera al General José
Félix Ribas y Herrera, a los pocos días de la
batalla de Úrica en diciembre del año
1.814".

Y Concepción González comenzó su
relato de esta manera:

"Teniente Aranguren, yo no sé si usted
pertenece a la casta de esos mantuanos miserables de esa
época, pero le voy a decir que lo hice más por
arrechera que por otra cosa. A pesar de que yo amaba a ese jefe
que murió en Úrica en ese diciembre de ese
año, Teniente Aranguren".

¿Y quién era ese jefe,
Concepción?

"Era nada más y nada menos que el taita
Boves, Teniente Aranguren. Allí en
Úrica murió él de manera
extraña, allí se alzó con el mando el
Coronel Morales, ese si era un asesino de verdad".

¿O es que usted no recuerda el saco de cabezas de
su propia gente que envió pá
Caracas?

"Lo cierto de toda esa vaina, fue que el General Ribas
quería atravesar los llanos sin tener baquianos ni
guías que conocieran el camino, porque el que no conoce
esas tierras bien conocidas se pierde, porque queda caminando
como si lo estuviera haciendo a la redonda".

¿Y para donde carajo quería irse con su
gente el General Ribas, Concepción?

"Bueno, las malas lenguas decían que él y
que quería irse pá Barquisimeto, no sé si
esa vaina era verdad, pero lo que sí sé fue que la
pela que le dio el taita Boves en Úrica fue tan grande,
que se fueron fuyendo y dejaron el muerto que jode en esos campos
y sabanas".

"Yo creo que él quería encontrarse con ese
General llamado Rafael Urdaneta y con el General
Simón Bolívar, para irse de estas tierras.
Eso era lo que contaban la gente del Coronel Morales en
esos días Teniente Aranguren".

¿Y qué pasó después con el
General Ribas, Concepción?

"Yo creo que en los primeros días del año
15, él fue a parar a Valle de la Pascua, en
un sitio llamado Las Dos Palmas".

¿Y por qué te prestaste para la
traición hacia ese gran hombre,
Concepción?

"Ese no era ningún gran hombre, Subteniente
Aranguren. Ese gran carajo era tío de Simón
Bolívar; ya que él le cogía una
tía".

"Coño Concepción, hasta en víspera
de tu propia muerte te atreves a faltarle los respetos a nuestros
libertadores, tú si eres arrecho de verdad,
vale".

"Teniente Aranguren, lo que pasó fue que a esa
gente le dio hambre y mandaron a uno de sus esclavos a buscar
comida y allí fue en donde peló bolas el General
Ribas. Créalo que fue así, eso fue su
perdición, teniente Aranguren".

"Al principio ese esclavo se dirigió a mí
y me echó todo el cuento, y yo dije que había
llegado la hora de joderlos, y así lo hice. Al General
Ribas cuando lleve la gente pá agarrarlo, el muy
muérgano estaba orondo y dormidote. Lo agarraron y lo
amarraron bien amarrado pá que no se fugara,
llevándolo al pueblo de Tucupido, que creo fue un 15 de
enero del año 15".

"Coño, Teniente Aranguren. En eso el zambo
Barrajóla se dirigió a mí, el carajo
estaba contento porque iba a realizar una vez más su
trabajo de verdugo".

"Carajo Concepción, que bueno vale. Agarramos a
un jefe de los grandes; ay papá a este le corto la cabeza
dentro de un rato, no lo salva naide ni nadie, ni su propia
putísima madre, ni el diosito todopoderoso, ja, ja,
ja".

"El Coronel Lorenzo Barrajóla, de un solo
tajo le arrancó la cabeza al General Ribas y
después los jefes la mandaron pá
Caracas".

¿Tú crees que eso que ustedes hicieron fue
una gracia, Concepción?

No, Teniente Aranguren. Estábamos en guerra
contra nuestros amos y hacendados.

"Concepción, Concepción. Lo siento por ti,
la historia que has contado es muy interesante, pero debo cumplir
las órdenes del General Zamora y a ti de esta no te salva
nadie, ni aun resucitando el General Ribas. Te recomiendo que
comiences a rezar Concepción, te ha llegado el momento de
tú propio suplicio".

Concepción González rezó el
Padre Nuestro y elevando su voz al cielo, dijo lo
siguiente: ¡Di_os mío perdóname, porque no
sé qué fue lo que le hice al General Ribas
en Tucupido; perdóname y vela por mi
familia!

El Subteniente Lino Aranguren Castro con el
carácter recio y firme de su entereza militar, y con el
don de mando que lo caracterizaba dio la siguiente
orden:

¡Pelotón!

¡Firmes!

"Armas al hombro!

¡Preparen!

¡Apunten!

¡Fuego!

"La metralla de los wínchesteres fueron a dar a
la humanidad de tan desdichado afro-descendiente; quién
herido de muerte cayó inerte en el suelo. Seguidamente, el
comandante del pelotón se dirigió a donde estaba el
difunto, sacando el revólver de su cartuchera, le
asestó un balazo a la altura del corazón; era el
tiro de gracia".

"Luego tomaron el cadáver de Concepción
González
y lo enterraron debajo de una mata de
cují, para que sus cenizas fueran olvidadas en el fuego
eterno que produce la leña de tan apreciado árbol
en las comidas de campaña y campamento".

Inmediatamente, el General Zamora mandó a
formar a su ejército diciéndole con altisonante voz
estas palabras:

"Soldados de la Federación; hoy hemos fusilado a
un enemigo de la patria, tan peligroso como cualquier oligarca o
godo; porque Concepción González nunca pudo
comprender que a los hombres no se venden como Judas
vendió a Cristo y lo llevó a la muerte en el
Gólgota. Esta es tierra de libertadores, carajo; no
de traidores".

Luego les expuso a sus soldados federales, que en el
Volumen de la Ley Sagrada en una de sus partes, están
insertas estas palabras: "…No hay nada oculto que no
haya de ser manifestado
…".

"Aquí nada pudo ocultar ese malvado que ustedes
ven allí plantado bajo ese cují. La historia lo
recordará tan igual como a Páez, a
Ángel Quintero, Soublette y a sus cuerdas de
manganzones".

"Ese es el triste fin de los traidores, así
mueren todos. Concepción González nunca
pensó que 44 años después vengaríamos
al General Ribas, conocido como el Vencedor de los
Tiranos en La Victoria".

"Muchachos, viejos combatientes de la libertad; nuestra
gente tiene que estar imbuida en el más profundo amor por
el pueblo, que es de dónde venimos todos; nuestro odio
tiene que ser en contra de los godos, aunque fueran
liberales".

¿Qué le pareció ese relato sobre
Concepción González, tía
Angelina?

Si se quiere fue muy triste su muerte. Así mueren
los traidores y en cuanto a eso, mi bisabuelo fue muy duro con
esa gente, ya que él detuvo a muchos enemigos del gobierno
en toda su vida militar, y por eso fue un destacado hombre de
armas durante toda su vida, que Di_s tenga en su inmensa
gloria a Concepción González y le haya
perdonado todos sus pecados, al fin y al cabo, él no era
culpable de lo que sufría su propia conciencia en esos
momentos difíciles que vivieron nuestros antepasados en la
guerra de la independencia y que después se tradujo en la
guerra de la federación.

Y lo más curioso de todas esas grandes verdades
que nos da a conocer la mismita historia, es que
Concepción González le servía era a
tu antepasado el Comandante Francisco Tomás
Morales
, sobrino León.

Monografias.com

León M. Morales,
francmasón P:. M:. G° 33°

Realmente tía Angelina, ese hombre se
encontró en su vida con dos de mis antepasados, de eso no
hay dudas al respecto. Pero la historia no perdona a los
traidores y ese fue el resultado de una vida que a pesar del
tiempo, se fue desempolvando y de esa forma se fueron aclarando
las cosas y eso nos ha permitido saber a ciencia cierta
qué tan infeliz y desdichado personaje de nuestra
historia, como lo fue Concepción González,
lamentablemente fue pasado por las armas por mi ilustre bisabuelo
el General Lino Aranguren Castro, en esos cruciales
momentos de la Guerra Federal en 1.859.

Con la lectura de estas historias y relatos contados por
personas que de una u otra forma fueron parte de muchos
aconteceres históricos que se dieron en ese bastión
del litoral central guaireño, como lo es la Parroquia
Carayaca al oeste del Edo. Vargas.

A la vez invitamos a todas las familias varguistas y
venezolanas en general, a que hagan uso de la memoria
histórica y la oralidad, como herramienta para dar a
conocer tópicos históricos que hasta el presente
son inéditos y que pueden ayudar a reconstruir nuestra
historia bajo la mayor veracidad posible, invitación que
ye hacen doña Angelina Sánchez Aranguren de
Garrido Manzano y su sobrino León Manuel
Morales
.

Pensamiento: "… El Maestro Mason es el
viajero que va más allá de donde sucumben los
débiles, desertan los inconstantes y se devuelven los
timoratos…".

Monografias.com

Pedro Alciro Barboza de la
Torre. Gr. 33º

TSU Yulaiva Coromoto Molina Muñoz,
León M. Morales P:. M:. G° 33° y Rafael
Arturo Carvajal Sánchez
P:. M:. G°
33°

Muy Resp:. Gran Logia Sur Oriental de Antiguos, Libres y
Aceptados Masones de la República Bolivariana de
Venezuela

San Cristóbal, 26 de mayo del
2.013

Por: León Manuel
Morales.

Oficial de Marina Mercante –
Patrimonio Cultural Viviente del Edo. Vargas

0426-9006413

mblp2004@yahoo.com

leonmanuelmorales2014@gmail.com

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Veloz del Fuego
", Segunda Edición, Impreso por
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Guanasnal en Carayaca
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Thomás Millán Boves de la Iglesia, Comandante
General del Ejército Popular y Agrario del Oriente,
Centro, Guárico, Apure, Barlovento, Barcelona y
Cumaná, Timonel y Primer Demócrata en la Libertad
del Pueblo Venezolano: Ayer, Hoy, Mañana y Siempre
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Monografias.com

Casa natal del poeta Pio Rengifo
en Tarmas

 

 

Autor:

León Manuel
Morales.

Oficial de Marina Mercante –
Patrimonio Cultural Viviente del Edo. Vargas

 

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