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La última rosa de invierno




Enviado por AUGUSTO SILVA ACEVEDO



    Era enero; recordaba que en una oportunidad mi familia
    vivió al frente de un gran cementerio y todas las noches
    sufría por las miles de historias, que se narraban,
    respecto a los muertos y a los seres oscuros que yacen en campos
    como esos, que únicamente era aceptable a mis ojos, cuando
    amanecía.

    Desde esos días mis noches eran
    larguísimas, pese, a que me acurrucaba y me embozaba
    completamente, tratando de que a mis ojos, no apareciera ninguna
    figura extraña en la oscuridad, me envolvía
    doblemente los ojos y la mayor parte del tiempo permanecía
    despierto. Alerta por si sonaba algo o aparecía algo como
    en las historias narradas y que me atormentaron constantemente
    durante toda mi niñez…

    Recordaba eso, porque estaba en un Cementerio en
    Washington D.C. después de haber depositado una rosa
    "príncipe negro," observaba las otras tumbas y las miles
    de formas en que los familiares tratan de rendir homenajes a los
    muertos. Todos los sábados acudí a este cementerio,
    durante casi dos años, después de trabajar, para
    dejar una rosa en una tumba…

    En la cripta decía Ann Elizabeth Wallace. "Grand
    Ma, Mother and friend. We Love Her. 1919- 1982." Había
    otra cripta que llamaba mi atención, porque los familiares
    habían escrito con letras de oro, un mensaje, que ya no se
    podía leer, debido a que las letras se las llevaron poco a
    poco y quedaban huellas en el mármol del trabajo de una
    cuchilla, que calaba por el metal…

    Pese a que fui muchos sábados a dejar una rosa a
    la tumba de Elizabeth, no logro recordar el nombre del
    cementerio. Pero me imagino que deben ustedes preguntarse, el
    propósito de mi visita a aquél cementerio todos los
    sábados y el hecho de dejar una rosa. Pues puedo
    adelantar, que sentía en mi conciencia una deuda con esa
    mujer… ¡No, no la conocí!, nunca la conocí,
    solamente una vez la vi en mi vida y el día que
    acudí a su sepelio no quise acercarme al
    ataúd…

    Ese día el gris del invierno era muy marcado,
    llegué apresurado, ya era un poco tarde, no se observaban
    las tumbas a dos metros, de igual forma que lo venía
    haciendo durante más de un año y medio, ese
    sábado deposité la flor y salí apresurado,
    tratando de llegar al portón, en forma de arco, de aquel
    alojamiento para muertos…

    La ciudad ya exponía las luces artificiales de
    múltiples colores y un frío extraño
    recorría mi cuerpo. Debo ser claro, que en ese tiempo y a
    la edad que tenía, ya no me atormentaban los cuentos de
    aquellas noches lejanas y asumía que el frío se
    debía a que había un frente frío por el
    Atlántico que azotaba el noreste de Estados
    Unidos…

    Llegue al umbral, a esa frontera, en donde los vivos
    administran una historia diferente, y no observaba mi auto, la
    niebla cubría todo, crucé la calle, y saqué
    la llave de mi gabán y cuando la introducía para
    abrir el carro, una mano muy suavemente tocó mi hombro y
    una voz suave y dulce me dijo "¡Hello!" No quiero dejar de
    advertirles, que salté y grité, con un susto
    enorme, lo primero que pensé era que Elizabeth, me
    había seguido desde su tumba y me reclamaba algo… ___"
    Oh Excuse me… I so, sorry it was not my intention scare
    you…"___

    En ese instante una mujer tomó mi brazo y me
    ofreció disculpas varias veces y cuando me vio más
    tranquilo, una vez más me ofreció disculpas, en ese
    instante me dijo: ___"Mi nombre es Ann Elizabeth,
    ¿cómo te llamas tú?___ La luz de un auto
    alumbró el rostro de ébano de una mujer bella y muy
    bien ataviada a la moda de Washington. Metida en un vestido azul
    y un sobre todo azul también me hablaba
    suavemente…

    Yo temblaba y ella se acongojó, a tal extremo,
    que su palidez, esa blancura que producen los inviernos, se
    tornó carmín, mientras yo respiraba el frío
    de la noche que ya había tomado posesión de aquella
    calle sola, inmensa, como un desierto. Solamente al verla
    sonreír fue que mi nerviosismo, me permitió pensar
    y regresar de un soponcio estúpido, que luego me hizo
    avergonzarme…

    Ella tomó mis manos y me dijo: "___I am a
    friend…" are you ok?"___ Respiré profundamente otra vez
    y le dije "___Lo siento, mi subconciencia me ha traicionado y
    como no esperaba encontrarme con alguien por aquí, el
    susto fue inmenso."___ Ella volvió a ofrecer disculpas
    dulcemente y acercándose me dijo, ____"Acepta que pague un
    café para ti."___

    La seguí con mi auto, se dirigió a
    Colombia Road e ingresó a un restaurante, de corte
    italiano, cuando me senté ordenó dos cappuccinos y
    esperó a que me sacara los guantes y el abrigo… Se
    trataba de una mujer bella, parecía una princesa africana,
    como para una película y su atuendo, contrastaba, con
    varios collares de perlas y plata, sus dedos largos terminaban en
    unas uñas preciosistas también del color de las
    perlas, su labios carmesí, dejaban ver una sonrisa
    nívea que en vez de asustar invitaban al
    beso…

    "___Are you ok, Mr?…" "___Ponte; Angello Ponte. Yes
    I`m ok, thank you. What abaut you?"___ "___Good."___ " ___your
    knew to her Agello?"___

    "___Oh Elizabeth… No, realmente, solo la vi una vez en
    toda mi vida, fue en una circunstancia penosa para
    mí…"___

    Entonces empezó una serie de preguntas.
    ¡Cómo!, sino era tu amiga, ¿por qué le
    llevas flores todos los sábados? sabes que en la familia
    todos te conocemos, fuimos informados de esto, dos meses
    después de su entierro y empezamos a observarte… todos
    intrigados, por tu actitud, nadie te ha visto nunca cerca de la
    familia y no logramos entender, qué te movía a
    realizar esta devoción, todas las semanas, incluso, cuando
    no se consiguen rosas por ningún lado, tú tienes
    una para Ann Elizabeht. Ella fue mi abuela, dijo con cierta
    pausa…

    Con cierta vergüenza le pregunté sobre la
    causa de la muerte de la anciana, ella me contó que
    padecía de diabetes y que le habían cortado las
    piernas y que la enfermedad se había apoderado
    peligrosamente, pero que también la vejez y un
    cáncer en los pulmones ayudaron… ___"You know Angello,
    she adored the flowers, especially the roses. How she did you
    know?"___

    Mil campanas sonaban en mis oídos, mientras el
    mesero dejaba los cafés en la mesa, mi rostro se
    ponía rojo de vergüenza y yo no sabía
    cómo explicarle mi relación con Elizabeth a su
    nieta y el por qué de mi devoción de llevarle una
    rosa todos los sábados a su tumba… Ella: Ann Elizabeth
    II, aguardaba, como los rieles de un tren, paciente, como novia,
    que nunca ha olvidado a su amante y tiene la esperanza de
    encontrarlo, luego de un largo viaje; sonriente me
    observaba…

    Mi situación era engorrosa, para explicar aquella
    actitud, tenía que narrar, la historia de un amor, pero me
    preguntaba, cómo reaccionaría aquella dama, la
    nieta de una mujer, fallecida, y de la cual me culpaba por su
    muerte en cierta medida; cuando conociera la verdad de todo, de
    por qué mi conciencia me castigaba horrendamente y me
    llevaba a buscar la forma de pagar una falta, llevando una rosa
    todos los sábados a alguien que nunca
    conocí…

    Las huellas de unos labios púrpura se
    habían quedado en una taza de nieve, mientras la bella
    manchaba de negro sus labios de diosa, sonreía, como si ya
    me conociera de toda una vida. Y definitivamente, me
    conocía más de lo que yo creía, porque luego
    me dijo que me habían seguido por todos lados y
    sabían todo lo que yo hacía. La curiosidad, de
    saber, por qué alguien que era desconocido para todos en
    la familia llevaba flores a grandma Elizabeth…

    ___"Agello would you like to drink a wine?"___ Dije que
    prefería un escocés, entonces llegó el
    mesero y ordenamos una copa de vino tinto y un whiskey, lo
    ligué con soda, Ann Elizabeth, sonrió y aguardaba
    por una historia, sorbió con avidez, y luego estuvo presta
    para ordenar otra ronda, cuando libaba mi segundo trago, le
    pregunté que cómo le gustaba que le llamaran, Ann o
    Elizabeth…

    Ella dijo que su nombre era Ann Elizabeth y que le
    gustaba escucharlo completo. Tomó una de mis manos con sus
    cálidas, sedosas y oscuras mariposas, sus manos volaban en
    el ambiente y me dijo casi en susurro, ___"please tell me, how
    you knew my grandmother."___

    Agregó que tenía una misión en su
    familia y que debía como Cenicienta, llegar antes de media
    noche y narrar, lo que debía de ocurrir, conmigo y mi
    historia, yo sonreí, el escocés ya había
    surtido un efecto y numen en mi mente, el miedo se estaba
    alejando y me sentía en confianza con aquella mujer que a
    diferencia de otras negras de la ciudad mostraba seguridad en
    sí misma, educación y cultura, por la forma de
    desenvolverse en aquél lugar. Después
    contaría que parte de su vida la había desarrollado
    entre Paris, Roma e Inglaterra

    ___"You know Ann Elizabeth, I stole a rose to your
    grandmother and I that day felt like a dog, that steals where it
    don't owe…"___

    La dama se acomodó mejor en su asiento y
    ordenó un par de copas más. No sin antes preguntar,
    sobre el hecho… En ese momento volvía a pensar que la
    abuela de esa bella mujer había muerto de tristeza porque
    yo le había robado una rosa, cuando en Washington D.C. no
    se podía encontrar una rosa en ningún lado, debido
    a que el invierno era tan crudo y en esos tiempos, natura
    cedía a la rudeza de un clima inclemente…

    También le hice entender a Ann Elizabeth II que
    yo me sentía responsable, porque su abuela había
    muerto, como diez días después de que yo
    robé su rosa… Aquella mujer de ébano
    apretó una de mis manos, cuando yo narraba la siguiente
    historia…

    Por un amor

    Por ahí de septiembre, las hojas en los
    árboles coloreaban su existencia y el viento arrancaba una
    por una cada extensión de las ramas grises, más
    grises, mientras el frío se acercaba a aquella ciudad que
    me alojaba temporalmente… Allí viví el
    despertar; el génesis de una nueva cultura y el desarrollo
    de un gran amor, What a wonderful love… La conocí
    una tarde oscura, cuando la faena terminaba. Jimmy dijo: ___"my
    friend made the work."____

    Ella se acercó metida en unos jeans deliciosos y
    con acento newyorkino me dijo: ___"Thank the bike look good."___
    y yo dije ___"con mucho gusto,"___ ella se retiró y
    empezó a hablar con otro tipo que estaba comprando en la
    tienda donde yo trabajaba como mecánico de bicicletas. La
    discusión giraba en torno a la importancia de poder hablar
    otros idiomas, según mi entender, que no era tan bueno,
    porque mi inglés aun no recogía las suficientes
    bases para entablar una conversación en esa
    lengua

    Jimmy, mi jefe, hablaba francés y alemán,
    perfectamente, bastante español y por supuesto
    inglés, entonces me acerqué a la caja, donde se
    llevaba a cabo la conversación y ella dijo,
    ___"pregúntenle a él, que piensa."___ y me
    observó desde la cabeza hasta los pies. Jimmy dijo: ___"No
    habla inglés."___ ella dijo, ____"No importa pero habla
    otra lengua:"___

    Entonces, jimmy dijo: ___"¿qué piensas
    tú de la posibilidad de hablar idiomas?"___

    ___"Es muy importante, porque se abren muchas
    posibilidades, se entienden nuevas culturas y se es más
    importante. Sin embargo, creo que aunque el hombre hable todos
    los idiomas del mundo, sino puede hablar el único idioma
    que une a la humanidad, no tiene importancia, que lo haga, si
    nunca se comunica en armonía."___

    Dejé la tarjeta en una cajita y me retiré
    a trabajar, mientras Jimmy traducía, la idea… Los
    tres me siguieron hasta el lugar donde solía arreglar
    bicicletas y ella me preguntó:

    ___"¿which it is that language?"___ Jimmy me
    tradujo y yo dije en inglés: ___"¡The blue
    language!"___ Se quedaron viendo entre sí y ella pregunto:
    ___"what language is it that?"___ y yo dije: ___"The love
    language."___ y ella dijo ___"Oh my God this man is
    sage".___

    El otro tipo vio el reloj, y dijo algo y se fue,
    pensé que se sintió mal, por no atraer la
    atención de la dama…

    Ella se despidió de Jimmy y al pasar por el lugar
    donde yo trabajaba, cerca de la puerta me dijo ___"Hasta la vista
    amigo."___, con un acento de película mexicana, yo
    sonreí y se alejó con su
    bicicleta…

    Era sábado; Jimmy era un vicioso, producía
    piedras de cocaína y las vendía a los negros y la
    consumía también y le encantaban las cervezas
    fuertes, había vivido en Alemania y allí
    aprendió a conocer de cervezas…

    Me dijo ___"Angello que linda mujer, Bel-la mujer,
    ¿qué harás, quieres ir por unas
    cervezas?"___ En ese tiempo yo no sabía del vicio de mi
    amigo y dije que podíamos ir a comer algo y tomar algunas
    amargas… Se echó a reír, y luego nos
    limpiamos y lavamos, la grasa. Fuimos a un restaurante cercano de
    peruanos, comimos ceviche y unas tres o cuatro cervezas y luego
    él se fue a su negocio…

    El lunes a eso de las 5.30 de la tarde llegó la
    chica interesada por las lenguas. Dicho sea de paso, ella solo
    hablaba inglés, pero atraía a los de Washington por
    su acento de New York, entonces me dijo, que si podía
    revisar la bicicleta, porque hacía un ruido
    extraño.

    La bici, no tenía nada, llamé a Jimmy y le
    comenté que no había problemas y él me dijo
    en español, que esta mujer quería verme nada
    más, que hiciera algo en la bici y que le hablara,
    entonces fue que observé sus ojos, sus labios y su rostro
    y sus manos, juntas y cerca de la boca, recibiendo aliento
    caliente, gesto típico de alguien que ingresa de la calle,
    cuando el invierno golpea afuera.

    Era bella. Dije en español, que el problema era
    sencillo, que había un desajuste en el descarrilador y
    entonces le demostré que ya no sonaba
    nada…

    ___What?___ ___"Jimmy, dile a ésta que ya el
    problema se arregló."___ Bajé la bici del tenedor y
    se la di, ella rozó mis manos, estaba fría. Yo
    coloqué otra bici y empecé a trabajar, ella
    preguntó a Jimmy que si yo estaba enojado y no
    alcancé a escuchar lo que le
    respondió…

    Pero si sigo describiendo estos detalles, tendremos una
    novela, y lo que quiero es relatar el caso de la rosa. De la
    última rosa de un invierno, cuando Marieanne, me dijo que
    ya no quería saber más de mí, nunca
    más…

    El sábado de ese mismo mes, le dije a Jimmy, que
    sí había forma de poder comunicarme con aquella
    chica, sonriendo buscó las tarjetas de los clientes.
    Allí estaba la dirección y el número
    telefónico y ordené a Jimmy, más que pedirle
    un favor que la llamara; pero luego: ___"¡Espera! dime
    ¿cómo puedo hablarle?"___ ___"Dile: do you want to
    be going to ride bicycle with me?"___

    Dejamos sonar el timbre del teléfono y esa voz
    newyorkina apareció y entonces dije: ___"do you want bike
    with me?"___ Traduzco:

    ____"¿Quién habla?"____ ___"Angello"___
    ___"¿Qué Angello, oh, oh, espera, eres de la tienda
    de bicicletas?"___ ___"Yes."___ ___y quieres montar bicicleta
    conmigo?___ ___"Yes."___ Jimmy, escuchaba por el otro auricular y
    entonces me dijo, ___"O dile que si prefiere comer dinner
    today."___

    entonces dije, ___"espera."___ ___¿Cómo le
    digo?___ ___"Say: do you want to have dinner with me?"____
    Quité la mano del teléfono y dije: ___"Dinner to
    day."___ y ella dice: ____"una cena, hoy, puede ser, ¿a
    qué horas terminas de trabajar"? Veo a Cyrano y me traduce
    y digo a las seis de la tarde, y ella con un encanto sin igual:
    ___"Estaré allí a las seis…"___
    ___"Ciao".___

    Could not I believe it, are you an genius Angello, how
    did you make that? I could not believe it. She will come for you.
    Not, not, not!!! it could not be, this is incredible, you are a
    Valentino…

    ___"Angello Tú… tienes que aprender
    inglés, ella es bel-la,"___ imprimía un acento
    italiano y repetía: eres increíble
    Angello…

    A las 5.58 minutos apareció la bella, arropada en
    un abrigo corto y metida en unos jeans, que Jimmy, deseaba
    eliminárselos con solo mirarla y no disimulaba nada…
    Cuando la vio, le habló y le dijo que cómo estaba
    la bici y que si un día podíamos ir en grupo a
    montar bicicletas, ella le dijo que muy poco lo hacía, yo
    ya estaba limpiándome y lavándome, me saludó
    y esperó, como esos árboles que esperan en los
    bosques los primeros rayos del alba, para secar el rocío
    de toda una noche…

    Me cubrí con una chamarra de cuero que me
    habían regalado para el frío, ¿quién
    sabe cuántos inviernos, se había compadecido,
    aquella prenda de otro pobre como yo y ahora me salvaba de 7
    grados bajo cero…

    Salimos y Jimmy, se sonreía maliciosamente, yo lo
    veía como un sátiro mal logrado y fracasado, no
    sé por qué, pero tenía esa impresión,
    cuando estábamos en la calle, ella dijo algo, como si el
    tipo era raro y luego añadió, preguntando, que
    dónde comeríamos…

    Entonces expresé que cuando quería comer
    rico cocinaba yo, ella se sonrió y preguntó:
    ___"¿Quieres ir a tu apartamento?"___ y entonces
    apunté que solamente si ella lo deseaba. Accedió y
    como vivía a 200 metros del trabajo, en 10 minutos, estaba
    preparando un pollo en salsa, con vegetales verdes y arroz
    fresco…

    Ella repitió de todo, comía como una
    condenada; confesó el hecho de no haber comido así
    en un largo tiempo, ___"delicioso Engello."___ y yo siempre
    repetía Angello. An, An, Angello… ___" Oh yes, you
    are The Emperor."___ Luego tomamos vino no poseía
    más que una cama, una pequeña mesa y una silla,
    ella había comido en la cama, con las piernas enrolladas,
    semejando la posición de loto, de los
    yogas…

    Luego me dijo, que había aceptado venir al
    apartamento, como para retarme, pues no sabía cocinar,
    pero que estaba feliz, de haberlo hecho, porque la comida fue un
    éxito. Mi escasísimo inglés limitaba mis
    deseos de comunicarme y acudía a ademanes para hacerme
    entender, en cambio ella permanecía invariable y con mucha
    seguridad, en la conversación entendí que terminaba
    un doctorado en psicología en American University, a eso
    de las 11 y algo de la noche, le dije: ___"Marieanne I like
    you.___ y ella indicó que yo también le gustaba,
    pero hizo énfasis, en algo con mucha peculiaridad y
    serenidad. Vino caminando hacia mí tomo mi cabeza entre
    sus dos manos y acariciando mi rostro con delicadeza y dulzura me
    besó apasionadamente y luego señaló ___"I
    like you, but I do not will make love with you.. ¡No to
    day!"____

    Eso lo entendí perfectamente y repuse:
    ___"Tranquila, no era ese mi propósito."___ Entonces
    empecé a recitarle un verso, que había escrito y
    que decía así: "Nada me has dado,/ pero tu sonrisa
    fresca/ estará conmigo/ como mi sombra./ Caminarás
    con mi inquietud/ enredada a tu llanura/ y la dulce esperanza,/
    multiplicadora del amor/ consolidará nuestras almas./ Mis
    senderos y mi lira/ será tu horizonte,/ hasta que tus
    dulces manos/ cierren mis ojos,/ en la humedad gris/ del
    último adiós…"

    ___"Oh Engello, no puedo entender, pero el ritmo suena
    bonito y tu voz es bella, cuando lo recitas,"___ Entonces me
    beso,. Frenéticamente y de un momento a otro, me
    había sacado la ropa y ella hacía lo propio para
    quedarse completamente desnuda, mis manos, estaban locas,
    recorrían toda su figura, como cuando un artista busca
    dónde asestar el golpe con el cincel en una obra de arte
    terminada.

    Mis manos y mis labios eran peregrinos, locos, las
    sirenas en las calles tenían armonía, y aquella
    mujer hecha de fuego y pasión, no sabía lo que
    hacía, sin embargo, me atraía hacia la cama, con un
    jadeo indescriptible, mientras yo me sentía Adonis, Apolo,
    sin armas, solo mis manos y mis labios, explorando, buscando
    plasmar un sueño, que ni siquiera había
    iniciado.

    Desde ese día amé a esa mujer y
    sentía que me había convertido en parte de sus
    células, nos amamos sin control, repetimos de todo y en la
    madrugada, aún quedaban energías para seguir
    amándonos y entonces como despertando de un sueño
    eterno, expresó suavemente: ___"Engello eres
    increíble; ¿sabes algo? I love you all
    ready:"___

    Me beso nuevamente y sus besos me elevaban a un grado
    trascendental, a una esfera celestial, que no puede tener acceso
    cualquier vulgar, ser humano en la vida… Entonces dije
    solemnemente: "Antes de mi muerte: / trompuda mía, todo lo
    que podamos / fusionar; todos los besos, los sueños, la
    luz,/ esa dulzura tuya, junto a mi experiencia/ y el amor
    completo y hasta la propia muerte los licuaremos/ con leche, miel
    y flores celestes/ y los disfrutaremos en cada clímax,/
    que tu amor me de; siempre, que sea posible…"

    Sonrió felizmente y con sus labios abiertos
    decía ___"What, what, what?" Oh amor mío me haces
    feliz, I love you, I love you, I will love you always,
    siempre."___ y lo repitió como seis veces, era feliz y
    ella parecía igual, pero esa noche que prolongó uno
    de los amores más limpios y bonitos, por casi tres
    años, terminaba y ella debía partir. Era domingo
    del mismo mes y entonces se vistió y fui a la puerta del
    edificio a despedirla, ella se llevó mi bicicleta no sin
    antes estampar su sello en mis labios…

    A eso de las tres de la tarde el teléfono sonaba
    y yo creía que era un ruido fuera de mi apartamento, hasta
    que desperté y una voz dulce pronunció mi nombre:
    ___"Engello my love, how are you?"___ ___"Estoy bien, y muy feliz
    por haberte conocido."___ Ella no me entendía, pero me
    seguía la corriente y hablaba, cosas que no
    entendía, pero lo que si estuvo muy claro, es que me
    esperaba en su apartamento, escribí la dirección y
    a las 7.30 de la noche, estuve allí…

    Desde esa noche por casi tres años nos amamos,
    sin cansarnos de nada, siempre era ocasión para un beso,
    un abrazo y una nueva palabra para mi vocabulario en
    inglés y ella era feliz y yo por mi lado, sentía
    que nada podía faltarme a lado de esta mujer, pero las
    autoridades de inmigración me recordaban que mi permiso,
    mi estadía en Washington D.C. en Estados Unidos se
    acababa.

    Yo no dije nada, pero faltando como un mes para que
    terminara mi permisión, le dije que debía partir
    para mi país y eso fue un caos, le di mil explicaciones y
    promesas de que regresaría, pero ella se enojó,
    porque había escogido hasta el último momento para
    explicarle. Me pidió que me llevara mis cosas, yo me
    había mudado a vivir con ella y el día siguiente ,
    luego de la discusión, había hecho mis
    maletas…

    Me fui donde una amiga, sufría y no podía
    remediarlo. El invierno había ingresado y amenazaba con
    todo lo natural, con lo de costumbre, empecé a caminar,
    sin rumbo, pero a la vez mi subconsciencia me dirigía
    hacia el apartamento de Marieanne… Cuando estaba a unos
    trescientos metros de su puerta observé una rosa. Una
    única rosa en un pequeño patio que daba a la puerta
    de un pequeño apartamento, en un edificio menor de
    Kalorama Road…

    ¿Qué piensan que hice???

    Di tres pasos agigantados y arranqué la flor.
    Hermosa flor, que con su aroma perfumaba a todo Washington, la
    tomé entre mis manos y doblegué, el tallo, en donde
    se erguía, con la soberbia de una emperatriz natural y en
    ese mismo momento pensé, ___"¿cómo puede ser
    posible que con todo este frío aun permanezca una rosa con
    toda esa belleza y esa esbeltez, como si fuera aún el
    verano, ya era noviembre, y la temperatura, había bajado a
    unos 2 grados y la última rosa de invierno
    permanecía preciosa, para culminar con algo bello ante mi
    amada, para ser connivente, con mi deseo de reconquistar aquel
    amor que me atormentaba con su adiós, con su rechazo,
    moría y ella también, pero se sentía como
    engañada, no sé qué era lo que
    ocurría en la mente de mi bienamada."___

    La rosa estaba en mis manos, de igual forma como
    ingresé al patiecito, salí más apresurado
    aún, y cuando alzaba mi pierna para salir del encierro en
    donde estaba la rosa, la última rosa de aquel
    jardín desierto, la última rosa de aquél
    invierno, una dama negra, en una silla de ruedas salió y
    me observó de arriba hacia abajo y en forma lamentable y
    llorando de una vez, con lágrimas en los ojos alzó
    su voz en una forma quejumbrosa y dejó escuchar
    aquél lamento que no se me borra de mis oídos:
    ___"¡¡¡Ooooh my rose!!!"___ Sentí morir,
    en ese instante, la mujer clavó su mirada en mis ojos y
    sus lágrimas se me clavaron en mi alma, sentí que
    corría, pero mis piernas se arrastraban, congeladas, como
    cuando uno está espantado y se enfría.
    ___"¡¡¡Ooooh my rose!!!"___ ¡Qué
    ingratitud!, llegué jadiando a la puerta del apartamento
    de Marieanne, toqué el timbre y ella dijo desde un
    intercomunicador: ___"Quién es."___ ___"Is me, my love,
    open please…"___ ella corrió y cuando llegó a
    la puerta preguntó ___"¿Mi amor qué
    pasa?"___ Y me besó intensamente, me hizo entrar a su
    habitación y me dijo que me extrañaba mucho y yo
    también y cuando le di la rosa, lloraba, pero cuando le
    narré la historia de la última rosa de ese
    invierno, lloró más, por la dama anciana y por la
    osadía mía de tomar aquella rosa, que tal vez
    sería el último consuelo de aquella anciana, que le
    faltaban las dos piernas… Me sentí un monstruo. Pero
    a la vez me sentí feliz, porque mi amor regresaba a mi
    corazón.

    Cuando terminaba esta historia Ann Elizabeth II
    tenía su rostro anegado de lágrimas, tomaba mis
    manos y me decía con dulzura: ___"You no longer torment
    you more Angello, leave me raise you on behalf of my family of
    that responsibility."___ Mis ojos también estaban
    húmedos y al ver que Ann Elizabeth se ponía de pie,
    tomando mis manos, también me incorporé y ella me
    dio un beso en la frente y un abrazo, fraternal, como cuando una
    madrina, o una hermana abraza.

    Me pidió que la acompañara a su casa,
    donde toda la familia esperaba, en primera instancia quise
    rehusar la invitación, pero aquella dulce mujer, me
    animó con suaves palabras, indicándome, que esta
    historia era digna de un gran caballero y que posiblemente hasta
    el último vástago de su familia querría
    escuchar, me tomó del brazo y me llevó a su carro,
    no sin antes compartir la cuenta conmigo. Eran las 10 y 50
    minutos de la noche, la niebla había aumentado. No
    tardamos en llegar. Ann Elizabeth, había avisado por
    teléfono que el dueño de la historia estaría
    con ella…

    Desde ese día tengo una nueva familia en la
    capital de Estados Unidos… Creo que no hace falta narrar la
    acogida, que tuve en la casa de los Wallace, después que
    Ann Elizabeth narrara, textualmente toda la historia de La
    última rosa de invierno, el robo y su propósito,
    sin olvidar una sola silaba…

    El 20 de diciembre, Marieanne, se despedía de
    mí en el Aeropuerto de Washington D.C. con la promesa de
    que regresaría. Un año y medio después que
    volví para cumplir con trabajos de mi profesión,
    por teléfono me dijo: ___"Engello, amo a un hombre y creo
    que tu no perteneces a este mundo…"___

    Ese día mi imaginación voló a
    aquél invierno. Cuando robé la última rosa
    del mundo… Caminé hacia el Capitolio, hice unas
    entrevistas que necesitaba y el día siguiente viajaba en
    un avión de la Línea President, con buenos precios
    para vuelos internos y llegué a Miami donde mi hermano, a
    quien tenía 4 años de no ver y allí
    olvidé la rosa de una época bella, que vuelve a
    intervalos…

    Augus"

    2002. mayo

    20años después…

     

     

    Autor:

    Augusto Silva Acevedo

     

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