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La calidad humana de los colaboradores y la mejora del trato en hospitales del Perú



Partes: 1, 2, 3

  1. Teoría general de la
    salud
  2. Teoría general de la salud
    pública
  3. Teorías de calidad humana de los
    colaboradores
  4. Mejora
    del trato en hospitales
  5. Hospitales del sector salud
  6. Marco
    conceptual
  7. Conclusiones
  8. Recomendaciones
  9. Referencias
    bibliográficas

Teoría general
de la salud

La salud es el estado de completo bienestar
físico, mental y social, y no solamente la ausencia de
enfermedad o dolencia, según la definición
presentada por la Organización Mundial de la Salud en su
constitución aprobada en 1948. Este concepto se
amplía a: "Salud es el estado de adaptación de un
individuo al medio en donde se encuentra." Algunos
críticos como Milton Terris, han propuesto la
eliminación de la palabra "completo" de la
definición de la OMS. En la salud, como en la enfermedad,
existen diversos grados de afectación y no debería
ser tratada como una variable dicotómica. Así, se
reformularía de la siguiente manera: "La salud es un
estado de bienestar físico, mental y social, con capacidad
de funcionamiento, y no sólo la ausencia de afecciones o
enfermedades". También puede definirse como el nivel de
eficacia funcional o metabólica de un organismo tanto a
nivel micro (celular) como a nivel macro (social). En 1992 un
investigador amplió la definición de la OMS, al
agregar: "y en armonía con el medio ambiente".

Dentro del contexto de la promoción de la salud,
la salud ha sido considerada no como un estado abstracto sino
como un medio para llegar a un fin, como un recurso que permite a
las personas llevar una vida individual, social y
económicamente productiva. La salud es un recurso para la
vida diaria, no el objetivo de la vida. Se trata de un concepto
positivo que acentúa los recursos sociales y personales,
así como las aptitudes físicas

"La salud se mide por el impacto que una persona puede
recibir sin comprometer su sistema de vida. Así, el
sistema de vida se convierte en criterio de salud.". "Una persona
sana es aquella que puede vivir sus sueños no confesados
plenamente."…

El ejercicio físico es cualquier movimiento
corporal repetido y destinado a conservar la salud o recobrarla.
A menudo también es dirigido hacia el mejoramiento de la
capacidad atlética y/o la habilidad. El ejercicio
físico regular es un componente necesario en la
prevención de algunas enfermedades como problemas
cardíacos, enfermedades cardiovasculares, Diabetes
mellitus tipo 2, sobrepeso, dolores de espalda, entre otros. El
ejercicio físico se debe practicar con mesura y de forma
equilibrada, prestando atención a los cambios
físicos internos para aprender a comprender la
relación causa-efecto entre el movimiento físico
concreto y su efecto directo con los cambios internos percibidos.
Recomendable porque puede llevar a un desgaste físico de
ciertas partes del cuerpo. Por eso, cabe insistir en el
equilibrio de fuerzas, tanto internas como externas, y a ello
ayuda el autoconocimiento mediante un crítico
autoanálisis (autoexámenes de conciencia mientras
se desarrolla la actividad física). El ejercicio
físico es necesario para una salud equilibrada;
además, debe complementarse con una dieta equilibrada y
una adecuada calidad de vida. Sus beneficios pueden resumirse en
los siguientes puntos: aumenta la vitalidad, por lo que
proporciona más energía y capacidad de trabajo;
auxilia en el combate del estrés, ansiedad y
depresión; incrementa autoestima y autoimagen;
además sus factores son: mejora tono muscular y
resistencia a la fatiga; facilita la relajación y
disminuye la tensión; quema calorías, ayudando a
perder peso excesivo o a mantenerse en el peso ideal; ayuda a
conciliar el sueño; fomenta la convivencia entre amigos y
familiares, además de dar la oportunidad de conocer gente;
reduce la violencia en personas muy temperamentales; favorece
estilos de vida sin adicción al tabaco, al alcohol y a
otras sustancias; mejora la respuesta sexual; atenúa la
sensación de aislamiento y soledad entre ancianos;
fortalece los pulmones y con ello mejora la circulación de
oxígeno en la sangre; disminuye el colesterol y riesgo de
infarto, y regulariza la tensión arterial; es eficaz en el
tratamiento de la depresión; estimula la liberación
de endorfinas, las llamadas "hormonas de la felicidad", y,
permite una distracción momentánea de las
preocupaciones, con lo que se obtiene tranquilidad y mayor
claridad para enfrentarlas más adelante. La cantidad
mínima para prevenir enfermedades es de 30 minutos diarios
de actividad física moderada. Otros hábitos que
deben combinarse con la realización de ejercicios son: la
buena alimentación, el descanso adecuado, la higiene y
evitar el consumo de sustancias perjudiciales para el organismo,
como el tabaco, el alcohol y otros estimulantes.

Una nutrición equilibrada es fundamental para
mantener una buena salud. Podemos mirar en la pirámide
alimentaria los alimentos para una nutrición sana y
equilibrada. Para una nutrición saludable, por que de no
ser así se pueden contraer enfermedades como lo son:
obesidad, desnutrición, etc.; se deben consumir pocas
grasas y lípidos, muchas frutas y verduras, los productos
de origen animal se deben consumir de manera regular, los
cereales se deben consumir de manera constante, antes de cada
comida se deben lavar frutas y verduras. En la nutrición,
un dato muy importante es la higiene que es necesaria para evitar
enfermedades estomacales. No debemos olvidar el ejercicio que
sirve para una buena digestión. También es muy
importante no ponernos a dieta sin instrucciones de un
especialista, ya que no es seguro. Lo mejor, es comer todos los
alimentos que nos ofrece la pirámide alimentaria, lo
importante, es consumirlas en porciones adecuadas. Lavarse bien
las manos es importante para la salud, se deben lavar
constantemente, antes y después de ir al baño,
antes de cada comida, después de cada comida, entre otras
actividades. El cepillado de los dientes debe aplicarse de manera
regular desde la infancia hasta la vejez, antes y después
de las comidas…

La salud mental es un concepto que se refiere al
bienestar emocional y psicológico del individuo.
Merriam-Webster define salud mental como: "el estado del
bienestar emocional y psicológico en el cual un individuo
pueda utilizar sus capacidades cognitivas y emocionales,
funcionar en sociedad, y resolver las demandas ordinarias de la
vida diaria."

Según la OMS, no hay una definición
oficial de salud mental. Las diferencias culturales, evaluaciones
subjetivas, y la competición de teorías
profesionales, hacen difícil definir "la salud mental". En
general, la mayor parte de expertos convienen en que la salud
mental y las enfermedades mentales no son excluyentes. En otras
palabras, la ausencia de un desorden mental reconocido, no es
necesariamente un indicador de contar con salud mental
(probablemente debido al desconocimiento de la gran variedad de
estados mentales aún por definir, y la corta edad de la
ciencia médica en general tal como la conocemos hoy en
día, y en especial de la ciencia que intenta definir con
más exactitud estos trastornos o complejos
salud-enfermedad que proponen tanto la psicología como la
psiquiatría).

En la antigua Grecia nada se sabía de virus y
bacterias, pero ya reconocían que la personalidad y sus
características, desempeñan un rol fundamental en
los orígenes de la enfermedad. Galeno, una figura
gigantesca del mundo antiguo, ya observó la existencia de
un vínculo muy estrecho entre la melancolía y el
cáncer de mama. De este modo, en estos primeros enfoques
médicos, encontramos tempranamente un criterio
holístico en la consideración de la salud y la
enfermedad. Platón remarcaba que la buena educación
es la que tendía con fuerza a mejorar la mente juntamente
con el cuerpo. Reconocía, de alguna manera, que la salud
corporal conduce a la higiene mental, pero, al mismo tiempo, que
el buen estado mental predispone al buen estado corporal.
Así, establecía, específicamente, que el
alma "buena", por su propia excelencia, mejora al cuerpo en todo
sentido.

En los tiempos actuales, desde el siglo XX,
especialmente, pero también desde mucho antes -e incluso
en la medicina oriental antigua-, se comienza a reconocer la
necesidad de concepción holística de la salud. En
este sentido, tal vez la lección que haya que aprender de
modo definitivo y cabal es que "somos básicamente lo que
comemos".

La concepción psicosomática nos obliga a
atender nuestra interioridad como causa posible de perturbaciones
del cuerpo. Esto es reconocido unánimemente por la
clínica occidental, que ve que en los consultorios un
altísimo porcentaje de consultas responde a distorsiones
de la mente o de la personalidad, en sentido amplio.

Este nuevo enfoque no es dualista a la manera
cartesiana. Concibe al hombre como una unidad, en la que con
mucha frecuencia anidan los poderes curativos, que estimulados,
ayudan a resolver los problemas somáticos. La
filosofía médica no materialista de este modo va
incrementándose en el mundo en que otra pudo predominar la
medicina convencional.

Según el reporte de LaLonde, del año 1974
realizado en Canadá, sugiere que existen cuatro
determinantes generales que influyen en la salud, a los cuales
llamó, "biología humana", "ambiente", "Forma de
vida" y la "organización del cuidado de la salud" Una
Nueva perspectiva de la salud de los canadienses] De esta manera,
la salud es mantenida por la ciencia y la práctica de
medicina, pero también por esfuerzo propio. Fitness, una
dieta saludable, manejar el estrés, el dejar de fumar y de
abusar de otras sustancias nocivas entre otras medidas son pasos
para mejorar la salud de alguien. Por otra parte, el estilo de
vida es el conjunto de comportamientos o aptitudes que
desarrollan las personas, es decir, pueden ser saludables o
nocivas para la salud y además podemos encontrar que es la
causa de las enfermedades dentro del factor
huésped.

Tener una dieta equilibrada, que incluya todos los
grupos de alimentos, y realizar actividad física moderada
con regularidad (150 minutos de ejercicio a la semana) son
factores clave en la mejora de salud. Además de no fumar,
consumo moderado de alcohol, tomar cinco piezas de fruta y
verdura al día y tener un peso normal. Estos cambios en
los hábitos de vida combatirían enfermedades
cardiovasculares crónicas y diabetes.

La biología humana, es el estudio de la vida del
ser humano o la información genética que cada
individuo trae en sus genes, puede proteger o favorecer la
aparición de enfermedades. Dentro del factor
biológico podemos destacar las enfermedades adquiridas por
el medio como el dengue o el mal de chagas.

El ambiente son todos aquellos factores que provienen
del exterior y sobre los cuales el ser humano "no tiene control.
Un informe, publicado el 4 de marzo de 2008 por la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE), advierte que "la contaminación
del aire va a tener efectos crecientes sobre la salud a nivel
mundial"; y si no se hace nada para remediarlo -como ha venido
sucediendo hasta ahora-, advierte, en 2030 "el número de
fallecimientos prematuros relacionados con el ozono
troposférico se multiplicará por
cuatro."

El ambiente doméstico, son todos aquellos
factores que provienen del exterior y sobre los cuales el ser
humano sí tiene control. Los productos químicos
domésticos alteran gravemente el ambiente doméstico
y pasan a las personas a través de los alimentos a los
cuales contaminan fácilmente por estar almacenados en los
mismos habitáculos durante periodos de tiempo.

En la forma de vida saludable, hay que mantener una
buena dieta equilibrada con todo tipo de nutrientes. Y sobre todo
hacer mucho ejercicio. Mantener una alimentación
equilibrada para no caer en la obesidad y eliminar los
hábitos tóxicos como el tabaquismo y el
alcohol.

La organización del cuidado de la salud, consiste
en la cantidad, calidad y arreglo en la provisión de
cuidados de la salud.

La promoción de la salud, es el proceso que
permite fortalecer los conocimientos, aptitudes y actitudes de
las personas para participar responsablemente en el cuidado de su
salud y para optar por estilos de vida saludables, facilitando el
logro y conservación de un adecuado estado de salud
individual, familiar y colectivo mediante actividades de
participación social, comunicación educativa y
educación para la salud.

Teoría general
de la salud pública

Castello (2005), señala que la salud
pública es la disciplina encargada de la protección
de la salud a nivel poblacional. Tiene como objetivo mejorar la
salud de la población, así como el control y la
erradicación de las enfermedades. Es una ciencia de
carácter multidisciplinario, ya que utiliza los
conocimientos de otras ramas del conocimiento como las ciencias
biológicas, conductuales, sanitarias y sociales. Es uno de
los pilares en la formación de todo profesional de la
salud. Las funciones esenciales de la salud pública son el
conjunto de acciones que deben ser realizadas con fines
concretos, para mejorar la salud de las poblaciones. Las
funciones esenciales de la salud pública son: 1.
Seguimiento, evaluación y análisis de la
situación de salud. 2. Vigilancia de la salud
pública, investigación, control de riesgos y
daños en salud pública. 3. Promoción de la
salud. 4. Participación de los ciudadanos en la salud. 5.
Desarrollo de políticas y capacidad institucional de
planificación, y gestión en materia de salud
pública. 6. Fortalecimiento de la capacidad institucional
de regulación, y fiscalización en materia de salud
pública. 7. Evaluación y promoción del
acceso equitativo a los servicios de salud necesarios. 8.
Desarrollo de recursos humanos y capacitación en salud
pública. 9. Garantía y mejoramiento de la calidad
de los servicios de salud individuales y colectivos. 10.
Investigación en salud pública. 11.
Reducción del impacto de las emergencias y desastres en la
salud. La protección sanitaria, comprende las actividades
de salud pública dirigidas al control sanitario del medio
ambiente en su sentido más amplio, con el control de la
contaminación del suelo, agua, aire, de los alimentos y
recursos. Además se incluye la seguridad social que
detectan factores de riesgo para la población y elaborar
programas de salud para la sociedad. Dar alternativas de
solución a enfermedades que implican a cualquier
población. La promoción sanitaria, comprende las
actividades que intentan fomentar la salud de los individuos y
colectividades, promoviendo la adopción de estilos de vida
saludables, mediante intervenciones de educación sanitaria
a través de medios de comunicación de masas, en las
escuelas y en atención primaria. Así para toda la
comunidad que no tienen los recursos necesarios para la salud. La
educación sanitaria debe ser complementada con los cambios
necesarios en el medio ambiente y en las condiciones sociales y
económicas que permitan a los ciudadanos el ejercicio
efectivo de los estilos de vida saludables y la
participación en la toma de decisiones que afecten a su
salud. Existen actividades organizadas por la comunidad que
influyen sobre la salud como son: 1. La educación
sanitaria: La enseñanza general básica debe ser
gratuita a toda la población (defensa de la
educación publica). 2. Política
microeconómica y macroeconómica: Producción
agrícola y ganadera (de alimentos), de bienes y servicios,
de empleo y de salarios. 3. Política de vivienda
urbana-rural y obras públicas. 4. Justicia social: De
impuestos, de Seguridad Social y de servicios de bienestar y
recreativos o de ocio. La restauración sanitaria, consiste
en todas las actividades que se realizan para recuperar la salud
en caso de su pérdida, que son responsabilidad de los
servicios de asistencia sanitaria que despliegan sus actividades
en dos niveles: atención primaria y atención
hospitalaria. El acceso o accesibilidad a los servicios de salud
se define como el proceso mediante el cual se logra satisfacer
una necesidad relacionada con la salud de un individuo o una
comunidad. Este proceso involucra el deseo de buscar
atención en salud, la iniciativa por buscarla, por tenerla
y por continuar con esa atención, bien sea en
términos del diagnóstico, el tratamiento, la
rehabilitación, la prevención o la promoción
de la salud. Los determinantes de la salud pública son los
mecanismos específicos que diferentes miembros de grupos
socio-económicos influyen en varios grados de salud y
enfermedad. Los determinantes de salud según Marc Lalonde,
ministro de sanidad de Canadá son: 1. Estilo de vida: Es
el determinante que más influye en la salud y el
más modificable mediante actividades de promoción
de la salud o prevención primaria. 2. Biología
humana: Este determinante se refiere a la herencia
genética que no suele ser modificable actualmente con la
tecnología médica disponible. 3. Sistema sanitario:
Es el determinante de salud que quizá menos influya en la
salud y sin embargo es el determinante de salud que más
recursos económicos recibe para cuidar la salud de la
población, al menos en los países desarrollados. 4.
Medio ambiente: Contaminación del aire, del agua, del
suelo y del medio ambiente psicosocial y sociocultural por
factores de naturaleza: Biológica (bacterias, virus,
hongos, etc.); Física (radiaciones, humos, desechos,
etc.); Química (hidrocarburos, plomo, plaguicidas, etc.);
Psicosocial y sociocultural (dependencias, violencias,
estrés, competitividad, etc.). Los requisitos para la
salud descritos en la Carta de Ottawa son: la paz, la
educación, el vestido, la comida, la vivienda, un
ecosistema estable, la justicia social y la equidad.

Winslow (1990), precisa que la salud pública es
la ciencia y el arte de prevenir las enfermedades, prolongar la
vida, fomentar la salud y la eficiencia física y mental,
mediante el esfuerzo organizado de la comunidad para el
saneamiento del medio ambiente; el control de las enfermedades
transmisibles; la educación sanitaria; la
organización de los servicios médicos y de
enfermería; y, el desarrollo de los mecanismos sociales
que aseguren al individuo y a la comunidad un nivel de vida
adecuado para la conservación de la salud. La
misión de la salud pública es satisfacer el
interés de la sociedad en garantizar las condiciones que
permiten a las personas tener salud. Corresponde a la salud
pública: A) Evaluar y monitorizar la salud: el objetivo es
conocer el estado de salud de las comunidades y poblaciones en
riesgo para identificar problemas y prioridades de salud. Para
ello hay que proceder a la recolección,
recopilación, análisis y diseminación de
información sobre la salud de las poblaciones. Los
servicios que la salud pública debe proporcionar para dar
respuesta a esta misión son: 1) Evaluación de las
necesidades de salud de la población; 2)
Investigación de la aparición de problemas y
riesgos para la salud; 3) Análisis de los determinantes de
los riesgos para la salud identificados. B) Formular programas y
políticas públicos: en colaboración con la
comunidad y las autoridades, es necesario diseñar planes y
programas para resolver los problemas y prioridades de salud
identificados a cada nivel, local, regional y nacional. Hay que
ejercitar la responsabilidad de atender el interés
público desarrollando un conjunto global de
políticas públicas en salud, promoviendo el uso del
conocimiento científico para la toma de decisiones,
estimulando la participación comunitaria y evaluando
resultados. Los servicios de la salud pública en este
ámbito serían: 4) Adopción de un papel como
mediador y portavoz; 5) Establecimiento de prioridades entre las
necesidades detectadas; 6) Desarrollar programas y planes para
dar respuesta a dichas necesidades. C) Garantizar servicios: que
toda la población tenga acceso a servicios que son
adecuados y coste-efectivos, incluyendo servicios de
promoción de la salud y prevención de la
enfermedad, evaluando la efectividad de dichas intervenciones,
garantizando la puesta en marcha de los servicios que son
necesarios para conseguir alcanzar los objetivos planteados para
dar respuesta a las necesidades puestas de manifiesto,
estimulando que se desarrollen las acciones, regulando que se
pongan en marcha o proporcionando los servicios directamente.
Todo esto se conseguiría: 7) Gestionando recursos y
desarrollando una estructura organizativa; 8) Poniendo en marcha
los programas; 9) Evaluando los programas y estableciendo
sistemas de garantía y mejora de la calidad; 10)
Informando y educando a la población.

Toledo (2004), la salud pública, como una de las
iniciativas organizadas por la sociedad para proteger, promover y
recuperar la salud de los individuos que la componen. Es una
combinación de ciencias, técnicas y creencias,
dirigidas al mantenimiento y mejoría de la salud de las
personas, a través de acciones colectivas o sociales. Los
programas, servicios e instituciones que intervienen hacen
hincapié en la prevención de la enfermedad y en las
necesidades sanitarias globales de la población. Las
actividades globales de la salud pública cambian al
modificarse la tecnología y los valores sociales, pero los
objetivos siguen siendo los mismos, a saber, reducir la
cuantía de las enfermedades, los fallecimientos prematuros
y los trastornos e incapacidades producidos por la enfermedad en
la población. La salud pública es, por
consiguiente, una institución social, una disciplina y una
materia de orden práctico. Los determinantes de la salud
pública son los mecanismos específicos que
diferentes miembros de grupos socio-económicos influyen en
varios grados de salud y enfermedad. Los determinantes de salud
según Marc Lalonde, ministro de sanidad de Canadá
son: 1. Estilo de vida: Es el determinante que más influye
en la salud y el más modificable mediante actividades de
promoción de la salud o prevención primaria. 2.
Biología humana: Este determinante se refiere a la
herencia genética que no suele ser modificable actualmente
con la tecnología médica disponible. 3. Sistema
sanitario: Es el determinante de salud que quizá menos
influya en la salud y sin embargo es el determinante de salud que
más recursos económicos recibe para cuidar la salud
de la población, al menos en los países
desarrollados. 4. Medio ambiente: Contaminación del aire,
del agua, del suelo y del medio ambiente psicosocial y
sociocultural por factores de naturaleza: Biológica
(bacterias, virus, hongos, etc.); Física (radiaciones,
humos, desechos, etc.); Química (hidrocarburos, plomo,
plaguicidas, etc.); Psicosocial y sociocultural (dependencias,
violencias, estrés, competitividad, etc.)

Terris (2002), precisa que salud pública es la
ciencia que protege y mejora la salud de las comunidades a
través de la educación, promoción de estilos
de vida saludables, y la investigación para prevenir
enfermedades y lesiones. La salud pública incluye la
aplicación de muchas disciplinas distintas, incluyendo:
biología, sociología, matemáticas,
antropología, política pública, ciencias
ambientales, medicina, educación, psicología,
computación, negocios, ingeniería,
demografía, y muchas, muchas más. Esta disciplina
se encarga de proteger la salud a nivel poblacional. Estas
poblaciones pueden ser tan pequeñas como un vecindario o
tan grandes como un país entero. Los profesionales de la
salud pública trabajan para prevenir que surjan
inicialmente o que vuelvan a ocurrir situaciones de salud a
través de programas educativos, desarrollo de
política pública, administración de
servicios y la investigación, a diferencia de los
profesionales clínicos, tales como enfermeros y doctores,
quienes principalmente se enfocan en tratar individuos
después de que han desarrollado alguna enfermedad o
lesión.

Turabián y Pérez (2001), señalan
que la salud pública es la disciplina encargada de la
protección de la salud a nivel poblacional. En este
sentido, busca mejorar las condiciones de salud de las
comunidades mediante la promoción de estilos de vida
saludables, las campañas de concienciación, la
educación y la investigación. Para esto, cuenta con
la participación de especialistas en medicina,
biología, enfermería, sociología,
estadística, veterinaria y otras ciencias y áreas.
El desarrollo de la salud pública depende de los
gobiernos, que elaboran distintos programas de salud para cumplir
con los mencionados objetivos. Entre las funciones de la salud
pública, se encuentran la prevención
epidemio-patológica (con vacunaciones masivas y
gratuitas), la protección sanitaria (control del medio
ambiente y de la contaminación), la promoción
sanitaria (a través de la educación) y la
restauración sanitaria (para recuperar la salud). Los
organismos de la salud pública deben evaluar las
necesidades de salud de la población, investigar el
surgimiento de riesgos para la salud y analizar los determinantes
de dichos riesgos. De acuerdo a lo detectado, deben establecer
las prioridades y desarrollar los programas y planes que permitan
responder a las necesidades. La salud pública
también debe gestionar los recursos para asegurar que sus
servicios llegarán a la mayor cantidad de gente posible.
La salud pública no puede ofrecer servicios de avanzada
para ciertas personas y descuidar las condiciones de salud del
resto, ya que parte de un principio comunitario y no personal. Al
depender del Estado, la salud pública no debería
hacer distinciones entre los habitantes de una misma
región.

Teorías de
calidad humana de los colaboradores

Según Rosander (1998), la calidad humana es la
expresión del directivo, funcionario y trabajador hacia
los clientes; ha de considerarse como complemento en la actual
empresa, de modo que ésta siga progresando. Si nos paramos
a pensar en algunas cosas, personas o hechos que han contribuido
al progreso y evolución de la especie humana y al progreso
industrial, informático, tecnológico o
médico, muchos de ellos han parecido proyectos
descabellados y fuera de tiempo, sin embargo en este caso el
hecho de que existan tantos Congresos, Conferencias, Carreras
Universitarias como Humanidades, Departamentos profesionales como
Recursos Humanos, reuniones de empresarios para buscar soluciones
a los distintos problemas que tiene que solucionar cualquier
empresa, son pruebas de que no estamos fuera de tiempo sino
más bien estamos a tiempo de reconocer, actuar y tomar la
decisión más conveniente para que la Calidad Humana
sea considerada como el complemento que la actual empresa ha de
incorporar y plantearse seriamente para seguir formando parte del
progreso o quedarse atrás. Para que la calidad humana no
se quede en palabras sino en hechos y resultados es necesario
contar con un método que: – esté listo para ser
usado en cualquier momento; – sea práctico y de resultados
satisfactorios; – se aprenda rápido y sea fácil de
utilizar; – suponga una inversión de tiempo y dinero que
aporte beneficios económicos, humanos y sociales a la
Organización; – sea independiente, innovador y libre de
barreras mentales. Tan importante como un buen método es
la disposición a utilizarlo. Las empresas que quieren
beneficiarse de la Calidad Humana y cuentan con el apoyo de sus
Directivos, están sin duda asegurando su adaptación
al nuevo milenio. Para ello es necesario: – Creer y confiar
verdaderamente en la importancia y valor del potencial humano; –
Hablar de calidad total al hablar de calidad, ya que ella abarca
a todas las personas de la Organización; – Admitir que
todo cambia y que el equilibrio consiste en fluir con el
progreso, pues esa es la actitud que permite el desarrollo y la
evolución a cualquier nivel. A la afirmación que en
ocasiones decimos: "es un buen profesional pero como persona deja
mucho que desear…", yo sugiero una reflexión:
Algunas personas creen que lo máximo que se puede alcanzar
cuando se habla de formación es un Doctorado o un gran
Máster. También hay otras personas que tienen la
suerte de creer en la formación humana como elemento clave
para conseguir el éxito. En mi opinión existen dos
tipos de formación una académica y otra humana, las
dos son necesarias y complementarias. La empresa debe partir de
cero al pensar en Calidad Humana. Partir de cero en el sentido de
que no hay un departamento concreto que se encargue de la Calidad
Humana y tampoco hay que crear un departamento para ello sino que
es el conjunto de las personas que intervienen en una empresa
quienes pueden responsabilizarse de conseguir un nivel humano en
su propio beneficio y si es así también será
en el de la empresa. De nada sirven las estadísticas y los
números cuando hablamos de personas, pueden servir para
realizar estudios pero no para que una empresa se beneficie del
resultado de haber formado a individuos. La Calidad Humana es un
trabajo que día a día hay que ir haciendo,
ningún plan o formación en calidad humana es
milagrosa sino que es el trabajo constante con el que se consigue
alcanzar un alto nivel humano. Siempre han existido niveles en
los que se puede dividir a las personas, conseguir un alto nivel
como ser humano es responsabilidad de cada uno y también
una gran satisfacción. Si el equipo Directivo de una
empresa sea pequeña, mediana o grande asume que es el
potencial humano quien levanta o hunde una empresa, este equipo
también es capaz de asumir la necesidad de incorporar
planes de formación en Calidad Humana para asegurar no
sólo un trabajo bien hecho sino estar presente y preparado
para seguir el ritmo mundial al que el progreso industrial y las
sociedades avanzadas nos llevan. En las empresas se preparan para
disponer de la mejor tecnología, los mejores
profesionales, la mejor información y no proporcionan a
las personas que en ella trabajan de los principales pilares que
sostienen a una persona: valores correctos, defensa correcta,
acción correcta. No se debería cometer el error de
pasar por alto algo tan fundamental. La formación en
calidad humana supone una decisión personal y es
responsabilidad de cada uno querer formarse en este campo. A
nadie se puede obligar a que desarrolle unos valores y
habilidades que le permiten moverse con más seguridad y
firmeza en su trabajo, en definitiva que le aporten calidad a su
vida y no sólo cantidad o variedad. Muchos saben por
experiencia y otros por convicción que ni el dinero ni el
poder son las claves del éxito profesional ni
personal.

Según Ishikawa y Cárdenas (2003), la
calidad de un hombre se mide principalmente por el número
y la calidad de sus compromisos. Nos corresponde a cada uno de
nosotros estar atento en la forma como nos interrelacionamos,
como manejamos, cultivamos nuestras virtudes, trabajar en pro de
nuestro crecimiento a fin de alcanzar una buena calidad de vida
mientras permanecemos en este plano. Afortunadamente hay personas
que no solamente se han preocupado por su crecimiento personal,
sino que nos legan sus experiencias, nos sugieren aspectos que no
podemos descuidar en nuestro crecimiento, tal es el caso del
chileno, Sergio Valdivia, que nos recomienda que tengamos
presente, que: Nunca nos dejemos avasallar por el fracaso, por el
no logro de objetivos que nos hemos propuesto alcanzar y
así nos indica: Fracaso no significa que somos unos
fracasados. Significa que todavía no hemos tenido un buen
éxito. Fracaso no significa que no hemos logrado nada.
Significa que sí hemos aprendido algo. Fracaso no
significa que hemos actuado como necios. Significa que sí
hemos tenido mucha fe. Fracaso no significa que hemos sufrido el
descrédito. Significa que sí estuvimos dispuestos a
probar. Fracaso no significa falta de capacidad. Significa que
debemos hacer las cosas de distinta manera. Fracaso no significa
que somos inferiores. Significa que aún no somos
perfectos. Fracaso no significa que hemos perdido nuestra
existencia. Significa que tenemos buenas razones para empezar de
nuevo. También se nos recuerda que tratemos de cumplir con
el Código de cortesía que nos indica: 1) Aprender y
saber escuchar; 2) Agradecer y ser amable al escuchar; 3) Evitar
discutir y simplemente atender y escuchar; 4) Estar continuamente
con disposición a sonreír; 5) Dar el trato a otros
que quiere para sí, o a los suyos; 6) Pedir siempre "Por
Favor"; 7) Autodominarse ante las dificultades; 8) Respetar si
pretendemos que nos respeten; 9) Procurar aguardar pacientemente;
10) Recuerde dar las gracias, siempre. Si la educación se
concibe como una ayuda al desarrollo integral de la persona, su
finalidad última es aportar calidad humana. Esta meta es
la que confiere su particular dignidad a toda tarea educativa, y
tanto más cuanto se ejerza en su más alto nivel,
como es el caso de la formación universitaria. Por eso, el
principal beneficio que un profesor puede aportar a sus alumnos
estriba en descubrirle metas que valgan la pena. Esos fines
serán los que le muevan a esforzarse por adquirir las
capacidades precisas para alcanzarlos. Con todo, esas grandes
metas no siempre están en el ambiente, ni son siempre
fáciles de descubrir. Incluso si se habla de ellas, a
menudo queda oculto su atractivo. Por eso la educación, si
pretende el desarrollo de todas las potencialidades humanas, debe
tener como objetivo ayudar a descubrir los grandes ideales que
dotan de pleno sentido a la propia actividad, y que justifican y
motivan a desarrollar las capacidades recibidas. Ayudar a
descubrir metas es, en suma, aportar calidad humana. Y este
objetivo no sólo es valioso. Resulta, además,
particularmente necesario y urgente hoy en día, cuando la
cultura del éxito profesional ocupa precariamente un
vacío de grandes ideales. En la medida en que mejor se
enfoque este aspecto, tanto más se puede calibrar el valor
propio de la formación que procura impartir. La calidad
humana constituye el fin de la educación porque
ésta se propone lograr la mejora de cada hombre
precisamente en lo que tiene de más propio y personal.
Otras actividades mejoran lo que el hombre tiene, o aquello de lo
que puede disponer. Pero el objetivo de la educación es
más alto, porque su mejora atañe al hombre mismo.
La educación no lleva a tener más, sino a ser
más. Su beneficio específico queda en el
ámbito de la intimidad personal, no en el de las cosas que
emplea ni en el de los servicios de que disfruta. En esta
diferencia radica el peculiar atractivo de las instituciones
educativas. Hoy en día el hombre es incapaz de tomar
conciencia de su verdadera naturaleza porque él le
está dando importancia únicamente a la forma
física. Él ha perdido su facultad de razonamiento.
Puesto que se llama un ser humano, es su deber tomar conciencia
de la singularidad de la cualidad de humano.

Interpretando a Bolaños (2008), se han perdido
tantas cualidades, que han afectado a la calidad humana, que
suena bien eso de apostar por la calidad educativa, sobre todo en
aquello de fomentar la cultura del esfuerzo –y no la del
pelotazo como en otro tiempo- y el fomento del trabajo como
derecho y deber. ¿De dónde sacar esa
"energía educadora" que nos haga crecer, sobre todo hacia
los demás y hacia dentro? El cambio por el cambio no es
efectivo. Se necesita que a través de los materiales de
formación, de las disciplinas curriculares como puede ser
la historia del arte o las mismas ciencias matemáticas, el
docente, que ha de ser vocacional y no funcionario, conduzca al
educando hacia el valor que en ellos palpita: la verdad, la
utilidad, la moralidad… A mi juicio, no hay otra forma de
llevar al alumno a los valores sino es por medio de un sistema
globalizado que nazca de un centro de interés, como puede
ser la propia vida. Un plan puede ser perfecto pero si no se
adapta al entorno y se humaniza, es un fracaso. Obtendremos
profesionales "endiosados" en el saber, pero ignorantes en
humanidad, por esa pérdida de formación humana.
Más que una educación de calidad se necesita una
educación de cualidades, extensiva a todos los sectores y
rincones, sobre todo a aquellos ámbitos con mayores
dificultades y motivación por aprender. Un sistema
educativo eficaz debe asumir el compromiso de elevar el nivel
formativo, sea cual sea su origen social o procedencia y su
situación de partida, sin segregar ni limitar sus
posibilidades futuras. Más educación según
los individuos que han de recibirlas, no más
educación uniforme, sino múltiples educaciones
según los educandos. Se debiera incidir, en que toda la
población, más que tantos conocimientos, adquiriese
formación básica, o lo que es lo mismo,
formación de vida, tanto para continuar estudios
posteriores como para garantizar, en las mejores condiciones
posibles, su inserción social y laboral. El educador, y
los programas educativos, deben partir del conocimiento de las
individualidades. ¿Pero el educando es sólo una
individualidad o es algo más? Efectivamente, el discente
es, además de individuo, ser social. Esto no puede ser
ignorado y ha de tenerse en cuenta para mejorar la calidad
humana, sobre todo en el acto pedagógico, que más
que una transmisión de contenidos, ha de ser un acto de
amor, simpatía y afecto, un acto de autoridad, un acto de
conocimiento, un acto de participación; actuaciones que me
da la impresión están un tanto aletargadas en el
momento actual a pesar de tantos proyectos y programaciones. La
calidad humana se fomenta, pues, desde una educación
integral; cuestión que se ha olvidado en los
últimos años. Ahondar en lo que somos, en la
visión de lo humano, lleva consigo un potencial
humanizador que acrecienta otros saberes, como puede ser el
saber-entregarse, hasta agrandar el ser. Si hubiese un clima de
humanismo habría más comprensión. Apostar
por lo humano es apostar por el hombre. Sobre la base de una
educación que pretenda armonizar persona y entorno, con
apertura y responsabilidad, fomentará una atmósfera
más unida, más pacífica, más
edénica. Juan P. Ramos, en su obra "Los límites de
la educación", expresa algo sumamente interesante y
conmovedor: "La educación concebida con un criterio de
amplitud humana no es el camino fácil y llano que imaginan
quienes un día se ponen a enseñar a un niño
con el auxilio de un poco de ciencia especial y de un
método. Es una ruta con caídas a cada paso, abismos
al costado por los que se derrumban muchas almas y una que otra
cumbre lejana adonde llegan los elegidos del genio". En
consecuencia, para mejorar la calidad humana habrá que
mejorar la calidad de los poderes educadores, que van desde el
paisaje natural, hasta las tradiciones y la estructura misma de
la sociedad con todas las convenciones e instituciones que la
integran. Spranger considera que el educador debe ser incluido en
el tipo social de vida, que se rige por la ley del amor a los
semejantes.

Según Aguilar (2008), en esta época todos
hablan de calidad de productos, de calidad de procesos, calidad
de servicios, calidad de sistemas… Muy poca gente habla de
calidad humana, calidad de vida… y sin ella, todo lo
demás es apariencia, sin fundamento. Hablar de calidad
humana es cuidar nuestros vínculos con los demás.
Necesitamos rehacer nuestros vínculos humanos. De nada
sirve trabajar de sol a sol en un lugar donde no tenemos amigos y
llegar cansados a un hogar en el que nadie se interesa en saber
cómo nos fue. Es triste leer un libro y no tener a alguien
con quien comentarlo, es doloroso sentirse preocupado y no contar
con una persona a quien abrirle el corazón.

Interpretando a Mora (2008), el fundamento de la calidad
humana es la capacidad de auténtico interés por las
realidades tal como son, independientemente del provecho que se
pueda o no lograr como fruto de ese interés. El
auténtico interés por las realidades,
interés mental, perceptivo y sensitivo, no está
condicionado por mi propio provecho, es independiente de
él. Si estuviera condicionado por mi propio beneficio no
sería más que interés por mi mismo y no
interés por las realidades. Para que el interés
pueda ser real es preciso no estar implicado en las situaciones
ni en la relación con las realidades por las que nos
interesamos; es preciso poder cobrar distancia de las situaciones
y relaciones. Eso supone la capacidad de poder acceder a las
realidades con una mente y sentir desapegados, libres e
independientes. Quien depende de lo que pretende comprender y
sentir, tiene la mente y el sentir esclavo de sí mismo,
por tanto, es incapaz de auténtico interés y de
auténtica alerta frente a las realidades.

Según Mendoza (2008), el triple aspecto de lo que
es la calidad humana, interés, desapego y silencio
interior, forma una unidad indisociable. Cada uno de esos
aspectos implica a los otros. Esta es la ley general de la
calidad humana, de la sabiduría que se requiere para
conducir todas las cuestiones, tanto las individuales como las
colectivas; es el tino que se requiere para cultivar las ciencias
y tecnologías, el arte, la religión etc. Esa es la
estructura de la calidad humana que se requiere para cualquier
asunto de importancia. Esta calidad humana la cultivaban nuestros
antepasados apoyándose en creencias religiosas o en
creencias ideológicas. Esta calidad es siempre necesaria
para que los asuntos humanos funcionen correctamente; es
más necesaria cuando ya no disponemos de proyectos de vida
acreditados sobre los que apoyarnos cuando nuestra calidad
personal y colectiva falle. Individuos y colectivos que ya no
pueden regirse por patrones de vida recibidos de Dios o de la
naturaleza de las cosas, porque tienen que vivir del cambio
continuo y de la continua creación, precisan la calidad
más que nunca.

Partes: 1, 2, 3

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