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Las entidades fiscalizadoras superiores y la auditoria basada en resultados (Perú) (página 3)



Partes: 1, 2, 3, 4, 5

Para asegurar la consistencia y compromiso pleno en las
acciones conjuntas y coordinadas para el desarrollo de la
Estrategia, las decisiones sobre estas acciones se toman de
común acuerdo entre los actores involucrados y con
ausencia de protagonismos; j) Política de
Sostenibilidad:
Los actores preverán en sus
respectivos presupuestos y planes de desarrollo general, la
sostenibilidad de la Estrategia, cuando se concluya el respaldo
de los Organismos de Cooperación Internacional.

Los instrumentos operativos de la EPA; son mecanismos
concretos de participación e interacción entre los
actores intervinientes, que se desarrollan a través de
acciones, actividades y proyectos, con el objeto de ejecutar las
estrategias de prevención y lucha contra la
corrupción, promover la institucionalización de una
cultura de valores, de forma que permitan erradicar o disminuir
los actos de corrupción. Se generan debido a la necesidad
de implementar la EPA y articular operativamente las competencias
de los actores de la EPA y los ejes transversales que la
conforman, con la finalidad de dar integralidad a la
prevención y lucha contra la corrupción. Articular
las competencias y funciones de los actores de la EPA, para la
prevención y lucha contra la corrupción desde sus
propias perspectivas, a través de implementación de
mecanismos para asegurar el desarrollo de un Estado justo, eficaz
y eficiente, evitando que se genere actos de
corrupción.

La Contraloría General de la República
medirá el desempeñó de los gobiernos
regionales y locales a través del Barómetro de
Gobernabilidad, una herramienta informática que registra y
analiza información referida a la gestión
institucional, sus sistemas administrativos, planeamiento,
sistemas de control interno y transparencia, entre otras materias
de importancia. El objetivo es promover buenas prácticas
de gobierno y una gestión pública basada en
resultados que puedan ser medidos y efectivamente conlleven a la
prestación de mejores servicios públicos para
bienestar de todos los peruanos. El Barómetro de
Gobernabilidad fue desarrollado por el Proyecto USAID/Perú
ProDescentralización de la Agencia de los Estados Unidos
para el Desarrollo Internacional – USAID Perú, y a
través de un convenio ha sido cedido a la
Contraloría General para su aplicación y
administración. Esta alianza técnica ha sido
suscrita por el Contralor, Fuad Khoury Zarzar, y el Director de
USAID -Perú, Richard Goughnour, en un acto que
contó con la presencia de altos funcionarios de ambas
instituciones. El Barómetro es un instrumento compuesto
por indicadores que miden el desempeño institucional de
una entidad; y mostrará también indicadores de la
situación social de una jurisdicción determinada.
De esta manera, proveerá a las autoridades
información gerencial para la toma de decisiones oportunas
y poner en marcha acciones preventivas en mejora de la
gestión pública. Además que éste
instrumento técnico, promoverá el ejercicio de la
vigilancia ciudadana, toda vez que proporcionará a la
población acceso a indicadores de avance de la
gestión que realizan sus autoridades regionales o
municipales en temas como ejecución presupuestal,
desarrollo económico, participación ciudadana,
simplificación administrativa, entre otros. El
Barómetro de la Gobernabilidad ha sido validado por el
Proyecto USAID/Perú ProDescentralización en los
gobiernos regionales y municipios provinciales de Junín,
Ayacucho, San Martín y Ucayali. El instrumento cuenta con
información de los 25 gobiernos regionales, 195
municipalidades provinciales y todas las municipalidades
distritales de la Región Ucayali y de Lima
Metropolitana.

Tecnologías de
información utilizada por las entidades fiscalizadoras
superiores

Interpretando a Arens & Loebbecke
(2011)[21], las tecnologías de
información y la comunicación (TIC o bien NTIC para
Nuevas Tecnologías de Información y de la
Comunicación o IT para «Information
Technology») agrupan los elementos y las técnicas
usadas en el tratamiento y la transmisión de las
informaciones, principalmente de informática, internet y
telecomunicaciones. Las tecnologías de la
información y la comunicación no son ninguna
panacea ni fórmula mágica, pero pueden mejorar la
vida de todos los habitantes del planeta. Se disponen de
herramientas para llegar a los Objetivos de Desarrollo del
Milenio, de instrumentos que harán avanzar la causa de la
libertad y la democracia, y de los medios necesarios para
propagar los conocimientos y facilitar la comprensión
mutua" (Kofi Annan, Secretario general de la Organización
de las Naciones Unidas, discurso inaugural de la primera fase de
la WSIS, Ginebra 2003). El uso de las tecnologías de
información y comunicación entre los habitantes de
una población, ayuda a disminuir en un momento determinado
la brecha digital existente en dicha localidad, ya que
aumentaría el conglomerado de usuarios que utilizan las
TIC como medio tecnológico para el desarrollo de sus
actividades y por eso se reduce el conjunto de personas que no
las utilizan.

Se denominan Tecnologías de la Información
y las Comunicaciones, en adelante TIC, al conjunto de
tecnologías que permiten la adquisición,
producción, almacenamiento, tratamiento,
comunicación, registro y presentación de
informaciones, en forma de voz, imágenes y datos
contenidos en señales de naturaleza acústica,
óptica o electromagnética. Las TIC incluyen la
electrónica como tecnología base que soporta el
desarrollo de las telecomunicaciones, la informática y el
audiovisual.

El desarrollo de internet ha significado que la
información esté ahora en muchos sitios. Antes la
información estaba concentrada, la daban los padres, los
maestros, los libros. La escuela y la universidad eran los
ámbitos que concentraban el conocimiento. Hoy se han roto
estas barreras y con internet hay más acceso a la
información. El principal problema, es la calidad de esta
información. También se ha agilizado el contacto
entre personas, y también entre los que hacen negocios. No
hace falta moverse para cerrar negocios en diferentes ciudades
del mundo o para realizar transacciones en cualquier lugar con un
sencillo clic. Hasta muchos políticos tienen su blog o
vídeos en YouTube, dejando claro que las TIC en cuarenta
años -especialmente los últimos diez (2000-2010),
han modificado todos los aspectos de la vida.

En parte, estas nuevas tecnologías son
inmateriales, ya que la materia principal es la
información; permiten la interconexión y la
interactividad; son instantáneas; tienen elevados
parámetros de imagen y sonido. Al mismo tiempo las nuevas
tecnologías suponen la aparición de nuevos
códigos y lenguajes, la especialización progresiva
de los contenidos sobre la base de la cuota de pantalla
(rompiendo la cultura de masas) y dando lugar a la
realización de actividades inimaginables en poco tiempo.
TIC conforman el conjunto de recursos necesarios para manipular
la información y particularmente los ordenadores,
programas informáticos y redes necesarias para
convertirla, almacenarla, administrarla, transmitirla y
encontrarla.

Interpretando a Arens & Loebbecke
(2011)[22], de acuerdo con el Informe
COSO[23]el componente de información y
comunicación comprende los métodos, procesos,
canales, medios y acciones que, con enfoque sistémico y
regular, aseguren el flujo de información en todas las
direcciones con calidad y oportunidad. Esto permite cumplir con
las responsabilidades individuales y grupales. La
información no solo se relaciona con los datos generados
internamente, sino también con sucesos, actividades y
condiciones externas que deben traducirse a la forma de datos o
información para la toma de decisiones. Asimismo, debe
existir una comunicación efectiva en sentido amplio a
través de los procesos y niveles jerárquicos de la
entidad. La comunicación es inherente a los sistemas de
información, siendo indispensable su adecuada
transmisión al personal para que pueda cumplir con sus
responsabilidades. Este componente comprende: las funciones y
características de la información;
Información y responsabilidad; Calidad y suficiencia de la
información; Sistemas de información; Flexibilidad
al cambio; Archivo institucional; Comunicación interna;
Comunicación externa; Canales de
comunicación.

Funciones y características de la
información:
La información es resultado de las
actividades operativas, financieras y de control provenientes del
interior o exterior de la entidad. Debe transmitir una
situación existente en un determinado momento reuniendo
las características de confiabilidad, oportunidad y
utilidad con la finalidad que el usuario disponga de elementos
esenciales en la ejecución de sus tareas operativas o de
gestión. Los flujos de información deben ser
coherentes con la naturaleza de las operaciones y decisiones que
se adopten en cada nivel organizacional. Por ello debe
distinguirse que en los niveles inferiores generalmente se
realizan actividades programadas que requieren información
de carácter operacional. En cambio, en la medida que se
asciende en los niveles, se requiere disponer de otro tipo de
información orientada al logro de los objetivos
estratégicos y de gestión. Por ello requiere ser
seleccionada, analizada, evaluada y sintetizada para reducir los
grados de incertidumbre que caracterizan a la actividad gerencial
en la toma de decisiones, reflejada en la elección de
diversas alternativas posibles. La información debe ser
usada para la creación de conocimiento en la entidad,
siendo necesario el establecimiento de un sistema de
gestión del conocimiento que permita el aprendizaje
organizacional y la mejora continua.

Información y responsabilidad: La
información debe permitir a los funcionarios y servidores
públicos cumplir con sus obligaciones y responsabilidades.
Los datos pertinentes deben ser captados, identificados,
seleccionados, registrados, estructurados en información y
comunicados en tiempo y forma oportuna. El titular y funcionarios
deben entender la importancia del rol que desempeñan los
sistemas de información para el correcto desarrollo de sus
deberes, mostrando una actitud comprometida hacia éstos.
Esta actitud debe traducirse en acciones concretas como la
asignación de recursos suficientes para su funcionamiento
eficaz y otras que evidencien la atención que se le
otorga. La obtención y clasificación de la
información deben operarse de manera de garantizar la
adecuada oportunidad de su divulgación a las personas
competentes de la entidad, propiciando que las acciones o
decisiones que se sustenten en la misma cumplan apropiadamente su
finalidad.

Calidad y suficiencia de la información:
El titular o funcionario designado debe asegurar la
confiabilidad, calidad, suficiencia, pertinencia y oportunidad de
la información que se genere y comunique. Para ello se
debe diseñar, evaluar e implementar mecanismos necesarios
que aseguren las características con las que debe contar
toda información útil como parte del sistema de
control interno. La información es fundamental para la
toma de decisiones como parte de la administración de
cualquier entidad. Por esa razón, en el sistema de
información se debe considerar mecanismos y procedimientos
coherentes que aseguren que la información procesada
presente un alto grado de calidad. También debe contener
el detalle adecuado según las necesidades de los distintos
niveles organizacionales, poseer valor para la toma de
decisiones, así como ser oportuna, actual y
fácilmente accesible para las personas que la requieran.
La información debe ser generada en cantidad suficiente y
conveniente. Es decir debe disponerse de la información
necesaria para la toma de decisiones, evitando manejar
volúmenes que superen lo requerido.

Sistemas de información: Los sistemas de
información diseñados e implementados por la
entidad constituyen un instrumento para el establecimiento de las
estrategias organizacionales y, por ende, para el logro de los
objetivos y las metas. Por ello deberá ajustarse a las
características, necesidades y naturaleza de la entidad.
De este modo, el sistema de información provee la
información como insumo para la toma de decisiones,
facilitando y garantizando la transparencia en la
rendición de cuentas. La entidad debe implementar sistemas
de información que se adecuen a la estrategia global y a
la naturaleza de las operaciones de la entidad, pudiendo ser
informáticos, manuales o una combinación de ambos.
Pueden orientarse al manejo, preparación y
presentación de la información económica,
financiera, contable, presupuestaria y operacional, entre otras
de manera imparcial y objetiva. Deben estar en posibilidad de
brindar información con respecto a: Misión, planes,
objetivos, normas y metas institucionales; Programación,
ejecución y evaluación de actividades, con
expresiones monetarias y físicas; Niveles alcanzados en el
logro de los objetivos estratégicos y operativos; Estados
de situación económica, contable y financiera por
períodos y expuestos

Comparativamente, Gestión administrativa,
presupuestal y logística de la entidad, en consonancia con
la normativa sobre transparencia fiscal y acceso público a
la información; Otros requerimientos específicos de
orden legal, técnico u operativo. Los sistemas de
información deben estar orientados a integrar las
operaciones de la entidad, de preferencia y dependiendo del caso
en tiempo real. La calidad de los sistemas de información
debe asegurarse por medio de la elaboración de
procedimientos documentados.

Flexibilidad al cambio: Los sistemas de
información deben ser revisados periódicamente, y
de ser necesario, rediseñados cuando se detecten
deficiencias en sus procesos y productos. Cuando la entidad
cambie objetivos y metas, estrategia, políticas y
programas de trabajo, entre otros, debe considerarse el impacto
en los sistemas de información para adoptar las acciones
necesarias. La revisión de los sistemas de
información debe llevarse a cabo periódicamente con
el fin de detectar deficiencias en sus procesos y productos y
cuando ocurren cambios drásticos en el entorno o en el
ambiente interno de la entidad. En consecuencia, producto de la
evaluación realizada se debe decidir por efectuar cambios
en sus partes u optar por el rediseño del sistema. La
flexibilidad al cambio debe considerar en forma oportuna
situaciones referentes a: Cambios en la normativa que alcance a
la entidad, Opiniones, reclamos, necesidades e inquietudes de los
clientes o usuarios sobre el servicio que se les
proporciona.

Archivo institucional: El titular o funcionario
designado debe establecer y aplicar políticas y
procedimientos de archivo adecuados para la preservación y
conservación de los documentos e información de
acuerdo con su utilidad o por requerimiento técnico o
jurídico, tales como los informes y registros contables,
administrativos y de gestión, entre otros, incluyendo las
fuentes de sustento. La importancia del mantenimiento de archivos
institucionales se pone de manifiesto en la necesidad de contar
con evidencia sobre la gestión para una adecuada
rendición de cuentas. Corresponde a la
administración establecer los procedimientos y las
políticas que deben observarse en la conservación y
mantenimiento de archivos electrónicos, magnéticos
y físicos según el caso, con base en las
disposiciones técnicas y jurídicas que emiten los
órganos competentes y que apoyen los elementos del sistema
de control interno.

Comunicación interna: La
comunicación interna es el flujo de mensajes dentro de una
red de relaciones interdependientes que fluye hacia abajo, a
través de y hacia arriba de la estructura de la entidad,
con la finalidad de obtener un mensaje claro y eficaz. Asimismo
debe servir de control, motivación y expresión de
los usuarios. La comunicación interna debe estar orientada
a establecer un conjunto de técnicas y actividades para
facilitar y agilizar el flujo de mensajes entre los miembros de
la entidad y su entorno o influir en las opiniones, actitudes y
conductas de los clientes o usuarios internos de la entidad, todo
ello con el fin de que se cumplan los objetivos. Es importante
establecer buenas relaciones entre el personal de las
áreas que componen la entidad, definiendo misiones,
responsabilidades y roles con la finalidad de emitir un mensaje
adecuado y claro. La política de comunicaciones debe
permitir las diferentes interacciones entre los funcionarios y
servidores públicos, cualesquiera sean los roles que
desempeñen, así como entre las áreas y
unidades orgánicas en general.

Comunicación externa: La
comunicación externa de la entidad debe orientarse a
asegurar que el flujo de mensajes e intercambio de
información con los clientes, usuarios y ciudadanía
en general, se lleve a cabo de manera segura, correcta y
oportuna, generando confianza e imagen positivas a la entidad. Se
debe disponer de líneas abiertas de comunicación
donde los usuarios puedan aportar información de gran
valor sobre el diseño y la calidad de los productos y
servicios brindados, permitiendo que la entidad responda a los
cambios en las exigencias y preferencias de los usuarios. Las
quejas o consultas que se reciben sobre las actividades,
productos o servicios de la entidad pueden revelar la existencia
de deficiencias de control y problemas operativos. Estas
deficiencias deben ser revisadas y el personal encontrarse
preparado para reconocer sus implicancias y adoptar las acciones
correctivas que resulten necesarias. 03 Los mensajes hacia el
exterior deben considerar la imagen que la institución
debe proyectar con respecto de la lucha contra la
corrupción. Las comunicaciones con los grupos de
interés de la entidad y ciudadanía en general deben
contener información acorde con sus necesidades, de modo
que puedan entender el entorno y los riesgos de la entidad. Deben
aplicarse controles efectivos para la comunicación externa
de forma que se prevenga flujos de información que no
hayan sido debidamente autorizados. Sin embargo, debe
garantizarse la transparencia y el derecho de acceso a la
información pública, de acuerdo con la normativa
respectiva vigente.

Canales de comunicación: Los canales de
comunicación son medios diseñados de acuerdo con
las necesidades de la entidad y que consideran una
mecánica de distribución formal, informal y
multidireccional para la difusión de la
información. Los canales de comunicación deben
asegurar que la información llegue a cada destinatario en
la, cantidad, calidad y oportunidad requeridas para la mejor
ejecución de los procesos, actividades y tareas. Los
canales no sólo deben considerar la recepción de
información (mensajes apropiadamente transmitidos y
entendidos), sino también líneas de entrega que
permitan la retroalimentación y distribución para
coordinar las diferentes actividades. El diseño de los
canales de comunicación debe contribuir al control del
cumplimiento de los planes estratégico y operativo, al
control del personal de la entidad, y a la ejecución de
procesos, actividades y tareas en la entidad. El diseño de
los canales de comunicación debe contemplar, al menos, los
siguientes aspectos: Ajustar los recursos a las necesidades de
información y en concordancia con la dimensión
organizacional; Mejorar la capacidad de procesamiento de la
información, aplicando la tecnología
informática; Coordinar las oportunidades de
información entre los diferentes usuarios de la entidad
para evitar duplicidad de tareas o superposición entre las
mismas; Generar formas de relaciones participativas en el
ámbito de trabajo, tales como: Contactos directos entre
gerentes, para lograr la continua transferencia de
información entre los mismos; Roles de enlace entre
sectores, unidades y departamentos que coadyuven al
involucramiento general de los miembros de la entidad en sus
diversas áreas de competencia y respectivas
problemáticas; Equipos de trabajo en relación con
tareas ocasionales o periódicas, permitiendo ahorros en el
uso de canales de comunicación; Roles integradores, para
ayudar a la supervisión de los trabajos, a las relaciones
interdisciplinarias y a la mejora de la visión y logro de
los objetivos institucionales. Los canales de comunicación
deben permitir la circulación expedita de la
información, de modo que sea trasladada al funcionario o
servidor competente en un formato adecuado para su
análisis y dentro de un lapso conveniente que haga posible
la toma oportuna de decisiones. Como medida preventiva, estos
canales deben ser usados por el personal de manera uniforme y
constante. Ello no implica que deba desestimarse por completo la
posibilidad de que, para efectos internos, en determinadas
circunstancias y condiciones previamente definidas, algunos
canales informales resulten ser el medio requerido.

Interpretando a la Editorial Océano
(2006)[24], referente a los controles para las
tecnologías de la información y comunicaciones; se
tiene que indicar que la información de la entidad es
provista mediante el uso de Tecnologías de la
Información y Comunicaciones (TIC). Las TIC abarcan datos,
sistemas de información, tecnología asociada,
instalaciones y personal. Las actividades de control de las TIC
incluyen controles que garantizan el procesamiento de la
información para el cumplimiento misional y de los
objetivos de la entidad, debiendo estar diseñados para
prevenir, detectar y corregir errores e irregularidades mientras
la información fluye a través de los sistemas. Los
controles generales los conforman la estructura, políticas
y procedimientos que se aplican a las TIC de la entidad y que
contribuyen a asegurar su correcta operatividad. Los principales
controles deben establecerse en: Sistemas de seguridad de
planificación y gestión de la entidad en los cuales
los controles de los sistemas de información deben
aplicarse en las secciones de desarrollo, producción y
soporte técnico; Segregación de funciones;
Controles de acceso general, es decir, seguridad física y
lógica de los equipos centrales; Continuidad en el
servicio. Para la puesta en funcionamiento de las TIC, la entidad
debe diseñar controles en las siguientes etapas: (i)
Definición de los recursos; (ii) Planificación y
organización; (iii) Requerimiento y salida de datos o
información; (iv) Adquisición e
implementación; (v) Servicios y soporte; (vi) Seguimiento
y monitoreo. 03 La segregación de funciones implica que
las políticas, procedimientos y estructura organizacional
estén establecidos para prevenir que una persona controle
los aspectos clave de las operaciones de los sistemas, pudiendo
así conducir a acciones no autorizadas u obtener acceso
indebido a los recursos de información. El control del
desarrollo y mantenimiento de los sistemas de información
provee la estructura para el desarrollo seguro de nuevos sistemas
y la modificación de los existentes, incluyendo las
carpetas de documentación de estos. Se requiere definir
mecanismos de autorización para la realización de
proyectos, revisiones, pruebas y aprobaciones para actividades de
desarrollo y modificaciones previas a la puesta en
operación de los sistemas. Las decisiones sobre desarrollo
propio o adquisición de software deben considerar la
satisfacción de las necesidades y requerimientos de los
usuarios así como el aseguramiento de su operatividad. Los
controles de aplicación incluyen la implementación
de controles para el ingreso de datos, proceso de
transformación y salida de información, ya sea por
medios físicos o electrónicos. Los controles deben
estar implementados en los siguientes procesos: Controles para el
área de desarrollo: En el requerimiento, análisis,
desarrollo, pruebas, pase a producción, mantenimiento y
cambio en la aplicación del software; en el aseguramiento
de datos fuente por medio de accesos a usuarios internos del
área de sistemas, en la salida interna y externa de datos,
por medio de documentación en soporte físico o
electrónico o por medio de comunicaciones a través
de publicidad y página Web. Controles para el área
de producción: – En la seguridad física, por medio
de restricciones de acceso a la sala de cómputo y
procesamiento de datos, a las redes instaladas, así como
al respaldo de la información (backup); En la seguridad
lógica, por medio de la creación de perfiles de
acuerdo con las funciones de los empleados, creación de
usuarios con accesos propios (contraseñas) y
relación de cada usuario con el perfil correspondiente.
Controles para el área de soporte técnico, en el
mantenimiento de máquinas (hardware), licencias
(software), sistemas operativos, utilitarios (antivirus) y bases
de datos. Los controles de seguridad deben proteger al sistema en
general y las comunicaciones cuando aplique, como por ejemplo
redes instaladas, intranet y correos electrónicos. El
control específico de las actividades incluye el cambio
frecuente de contraseñas y demás mecanismos de
acceso que deben limitarse según niveles predeterminados
de autorización en función de las responsabilidades
de los usuarios. Es importante el control sobre el uso de
contraseñas, cuidando la anulación de las asignadas
a personal que se desvincule de las funciones. Para el adecuado
ambiente de control en los sistemas informáticos, se
requiere que éstos sean preparados y programados con
anticipación para mantener la continuidad del servicio.
Para ello se debe elaborar, mantener y actualizar
periódicamente un plan de contingencia debidamente
autorizado y aprobado por el titular o funcionario designado
donde se estipule procedimientos previstos para la
recuperación de datos con el fin de afrontar situaciones
de emergencia. 08 El programa de planificación y
administración de seguridad provee el marco y establece el
ciclo continuo de la administración de riesgos para las
TIC, desarrollando políticas de seguridad, asignando
responsabilidades y realizando el seguimiento de la correcta
operación de los controles.

Calidad del control
gubernamental impulsado por las entidades fiscalizadoras
superiores

Interpretando a Wolinsky (1998)[25], la
Entidad Fiscalizadora Superior – Contraloría General de la
República, es una entidad comprometida a ejercer el
control gubernamental con independencia, equidad, probidad y
profesionalismo, brindando servicios de manera eficiente, eficaz,
oportuna, confiable y de calidad, que permitan optimizar la
gestión pública en beneficio de la
ciudadanía; bajo un esquema de mejora continua. Para obrar
de conformidad con dicha política y alcanzar sus
objetivos, está comprometida con los siguientes
postulados: i) Contar con un equipo humano competente,
comprometido con la estrategia y objetivos institucionales y con
capacidad para gestionar los conocimientos en la
organización; ii) Mejorar e innovar continuamente los
procesos; iii) Estar en permanente modernización
tecnológica y organizacional; iv) lograr la confianza de
la ciudadanía y el Estado, mediante la satisfacción
de sus necesidades de control; v) Promover una cultura de
honestidad y transparencia en el ejercicio de la función
pública y en el uso de los recursos del Estado.

Para tener cada vez mejor calidad de control
gubernamental, la Contraloría dispone del planeamiento
estratégico, que viene a ser un proceso que
permitirá alcanzar la visión trazada; es el
documento que define ordenadamente un conjunto y secuencia de
actividades establecidas bajo un análisis exhaustivo del
entorno y de nuestros servicios, que recoge a su vez las
estrategias a utilizar para lograr el éxito. La
implementación del Plan Estratégico será la
actividad más importante que las gerencias deban realizar
para lograr sus metas. El Proceso Estratégico está
conformado por cuatro etapas: La formulación, que
contempla el planeamiento y la organización; la
ejecución, que comprende la dirección y el
desarrollo de las actividades; el seguimiento, que es el
monitoreo y control de las actividades planeadas; y la
evaluación, que es la verificación en el logro de
las metas trazadas. Todas estas fases del proceso necesitan de la
participación activa de todo el personal que forma parte
de la Contraloría General de la República, donde
cada esfuerzo individual consolidación de la entidad en su
conjunto. El Planeamiento Estratégico debe ser reflexivo;
realiza una evaluación cuantitativa de la
situación, emplea un enfoque interno y otro externo, exige
síntesis y realismo; analiza, revisa y cuestiona; moldea
la dirección futura; es claro y razonado; define una
posición estratégica. Este documento comprende tres
perspectivas fundamentales: relaciones con el entorno; control
gubernamental y desarrollo organizacional. Estas perspectivas
comprenden objetivos generales. Para la primera perspectiva:
lograr un alto nivel de confianza en la ciudadanía,
incrementar las relaciones institucionales y el trabajo conjunto
en la lucha contra lo corrupción, entre otros. Para la
segunda perspectiva: reorganizar el Sistema Nacional de Control,
descentralizar y desconcentrar la Contraloría General de
la República, desarrollar el nuevo enfoque de control,
entre otros. Finalmente, para la tercera perspectiva: la mejora
de la cultura y clima organizacional, crear un nuevo modelo de
gestión del talento humano, implantar la gestión
por proyectos, entre otros. En el marco de una política de
mejoramiento continuo de la gestión estratégica, se
desarrollará un proceso de planificación
participativo con el fin de dar coherencia, unidad e integridad
al accionar institucional, y de comprometer al personal en el
cumplimiento de objetivos estratégicos.

Mediante Resolución de Contraloría N°
092-2010-CG, del 13 de Abril 2010, se aprobó la
Visión, Misión y Valores, luego de haber realizado
un concurso interno que convocó a todo el personal de la
institución, y una serie de reuniones de trabajo con
participación de la Alta Dirección y de la gerencia
para su validación. Estos elementos constituyeron la base
para la formulación del Plan Estratégico
Institucional, que orienta nuestra gestión hacia el logro
de objetivos que buscan modernizar los servicios de control y
promover la lucha contra la corrupción, en un marco que
fortalezca la acción de los órganos que conforman
el Sistema Nacional de Control.

En base al diagnóstico sobre la gestión
operativa, prestación de los servicios de control y
relaciones interinstitucionales con las entidades conformantes de
la cadena de valor del control, se ha identificado la necesidad
de que la Contraloría General de la República
desarrolle un trabajo proactivo, incrementando las
potencialidades del control, tecnológicas y de
infraestructura que le permitan contribuir – en mayor medida – a
elevar la calidad de la administración pública, en
términos de la cobertura de los servicios que brinda a la
población y de la lucha contra la corrupción en
todos los niveles del Estado. El ente superior de control se
encuentra inmerso en un proceso de modernización que
involucra una nueva estructura organizacional más
funcional, la implantación de un nuevo enfoque de control
integral que ponga énfasis en el control de
gestión, la gestión del conocimiento e
incorporación de las mejores prácticas utilizadas
internacionalmente; un nuevo modelo de gestión orientado
hacia los resultados, con identificación clara de los
productos, impactos y su medición; además de
articular eficazmente los esfuerzos en materia de control y
supervisión de los órganos del Sistema Nacional de
Control. La implantación de la gestión por
resultados permitirá el seguimiento de las metas trazadas
y la evaluación periódica del cumplimiento de los
objetivos estratégicos.

Otro de los ejes de la modernización es el
establecimiento de alianzas estratégicas con las entidades
públicas que participan en la lucha contra la
corrupción, lo cual se viene abordando con el apoyo de
organismos de cooperación nacional e internacional, y de
las instituciones fiscalizadoras de la región. La
desconcentración y descentralización es otro de los
objetivos institucionales que debemos lograr para asegurar la
presencia del control gubernamental en todo el territorio
nacional. Así, la institución se
desconcentrará constituyendo Macro-Regiones, fortaleciendo
las Oficinas Regionales e incorporando a los Órganos de
Control Institucional, los mismos que bajo una adecuada
estructura de gobierno ejercerán la función del
control de manera descentralizada trasladando autoridad,
capacidades y facultades, según corresponda. Para asegurar
la sostenibilidad de los cambios que conlleve el proceso de
modernización, es fundamental motivar a todo el personal
hacia una actitud de innovación constante que le permita
su adaptación hacia los nuevos modelos y cambios
tecnológicos. El logro de los objetivos de
modernización de la Contraloría General de la
República, permitirá realizar nuestras labores de
control de una manera eficiente y eficaz, lo que redundará
en la generación de valor para la sociedad.

Interpretando a Voss (2009)[26], el
control gubernamental, entendido como la supervisión,
vigilancia y verificación de los actos y resultados de la
gestión pública, en atención al grado de
eficiencia, eficacia, transparencia y economía en el uso y
destino de los recursos y bienes del Estado; requiere evolucionar
recogiendo las mejores prácticas y tendencias
internacionales, tanto en sus productos y servicios como en la
oportunidad e intensidad con que se aplican. De tal forma que la
administración pública perciba la presencia del
control, contribuyendo al mejor uso de los recursos
públicos sin restarle dinamismo a la toma de decisiones.
En concordancia con lo señalado, es necesario impulsar
decididamente el control interno en las instituciones
públicas, para asegurar el eficiente, eficaz y
transparente uso de los recursos en las operaciones de las
entidades. Paralelamente, se enfatizará en el control
preventivo con la finalidad de advertir a la
administración de los riesgos que pudieran afectar a su
gestión, así como generar conciencia en la
ciudadanía de su responsabilidad en el control social. El
control de gestión y la evaluación de cumplimiento
de políticas públicas son servicios que debemos
desarrollar para contribuir a la reforma del Estado Peruano.
Estos servicios consistirán en la verificación del
grado de cumplimiento de los objetivos y metas que las
instituciones hayan establecido, y de como éstas vienen
impactando en los servicios públicos que prestan a la
ciudadanía. Así mismo, se evaluará el grado
de articulación e impacto de las acciones que realicen los
entes vinculados a las políticas
públicas.

En materia de control posterior se
rediseñará las diferentes formas de
auditoría, aplicando la inteligencia y análisis de
la información que nos permita ser certeros en nuestras
intervenciones. Y frente a las evidencias de presuntas
irregularidades se desplegarán acciones denominadas
"operativos sorpresa", las cuales implican intervenciones en una
determinada área geográfica o sobre un tema en
común o frente a redes de corrupción.

Uno de los aspectos gravitantes de la Contraloría
General de la República es llevar a cabo acciones que
conlleven a una eficaz lucha contra la corrupción. En este
sentido, se consideran los siguientes factores críticos:
i) Llevar a cabo una campaña de difusión de valores
a efecto de comunicar a la ciudadanía, y en especial a los
jóvenes, los valores de honestidad, integridad,
laboriosidad y amor al país; lo que permitirá el
ejercicio de actividades en la sociedad peruana bajo un mismo
patrón de conducta; ii) Promover la implantación de
la gestión por procesos en todas las entidades
públicas, permitiendo introducir aspectos de control a lo
largo de todo el proceso de prestaciones de servicios
públicos; iii) Promover la gestión por resultados y
fiscalizar la rendición de cuentas de los funcionarios
públicos, lo cual orientará su actuación
hacia el logro de los objetivos y metas con respecto a la
prestación de los servicios públicos; iv) Verificar
el cumplimiento de la Ley de Transparencia por parte de los
funcionarios públicos, lo que permitirá el acceso a
la información de la administración pública
a toda la ciudadanía, facilitando el control social; v)
Coordinar con las entidades involucradas en la lucha contra la
corrupción, para lograr que todos los actos irregulares o
ilícitos sean sancionados efectivamente, sirviendo como
elemento disuasivo frente a los actos de
corrupción.

Interpretando a Álvarez
(2007)[27], la evolución de la
auditoría gubernamental ha ido transformándose en
el tiempo, pues la problemática organizacional
pública plantea nuevos retos y necesidades, siendo una de
éstas medir, examinar y evaluar los resultados con un
enfoque integral cualitativo donde la estrategia de la
auditoría debe radicar en propugnar la mejora de la
gestión, del uso de los recursos, de ampliar el ambiente
de control y el desarrollo y la aplicación plena del
control interno como sistema de promover, innovar y reforzar las
capacidades internas de la entidad a través de sus
recomendaciones. Otra de las características, es la
búsqueda de la calidad desde la óptica de tres
aspectos: la evaluación de la economía, la
eficiencia y la efectividad.

La auditoría a la eficiencia examina y
evalúa los procesos de cambio de políticas,
procedimientos, normas internas, instrumentos de gestión
que incidan en la productividad y recomendar la
introducción de nuevas tendencias y tecnologías
modificando su efectividad y mejorando sus procesos.

En la actualidad los riesgos de auditoría se han
incrementado, disminuidos ó transformados con las nuevas
prácticas y sistemas, todo para enfrentar los retos
cambiantes del ambiente global competitivo y el desarrollo de las
organizaciones.

Marco normativo de la Auditoría
Gubernamental:

La Auditoría Gubernamental se basa y se
desarrolla fundamentalmente dentro de un marco normativo,
señalados por las normas de Auditoría
Gubernamental, Normas Internacionales de Auditoría, Normas
de Auditoría Generalmente aceptadas, las mismas que deben
ser de cumplimiento obligatorio: NAGU, NAGA, MAGU y
NIA.

NAGU: Son criterios fundamentales que determinan los
requisitos de orden personal y profesional del auditor,
orientados a uniformizar el trabajo de auditoría
gubernamental y obtener resultados de calidad los cuales son
emitidos por la Contraloría General de la
República.[28]

MAGU: Es el documento normativo fundamental que define y
sustenta en forma amplia y explícita las políticas
y orientaciones para el ejercicio de la Auditoría
Gubernamental en el Perú, éste ha sido emitido por
la Contraloría General de la
República.[29]

NAGA: Son guías generales utilizados por los
auditores cuyos lineamientos se encuentran relacionados con las
cualidades profesionales, con el juicio, ejercicio de ellos, con
la ejecución del trabajo y con la preparación del
informe de auditoría, a fin de valorar los niveles de
rendimiento, éste grupo de normas están autorizadas
para asegurar la calidad de los exámenes que realizan los
auditores.

NIA: Son pronunciamientos que contienen principios
básicos y procedimientos esenciales y lineamientos
generales que rigen los servicios de auditoría y
aseguramiento; y compromisos de servicios afines, son emitidos
para proporcionar guías interpretativas y asistencia
práctica a los profesionales en ejercicio, es emitido por
el Consejo de la Federación Internacional de Contadores
(IFAC) a través de su Consejo de Normas Internacionales de
Auditoría y Aseguramiento IAASB.

Teorías sobre
auditoría basada en resultados

Interpretando a Voss (2009)[30], la
auditoria basada en resultados es un examen objetivo, profesional
e independiente a la gestión institucional realizada en
base al Presupuesto por Resultados (PpR). Este examen es una
metodología que se aplicará progresivamente para
examinar el proceso presupuestario integrado por la
programación, formulación, aprobación,
ejecución y evaluación del presupuesto con el
objeto de verificar el logro de productos, resultados y uso
eficaz y eficiente de los recursos del Sector Defensa a favor de
la población relacionada con dicho Sector, dicha
auditoría termina facilitando recomendaciones para
retroalimentar los procesos anuales de asignación del
presupuesto público y recomendando la mejora de los
sistemas de gestión administrativa del Estado.

La auditoria basada en resultados debe implementar los
procedimientos y técnicas para evaluar la
programación presupuestaria estratégica, el
seguimiento de productos y resultados a través de
indicadores de desempeño, y evaluaciones independientes de
la economía, eficiencia y efectividad del
sector.

La auditoria basada en resultados tiene que generar las
herramientas para evaluar el Presupuesto por Resultados (PpR) que
se rige por el Capítulo IV "Presupuesto por Resultados
(PpR)" en el Título III, "Normas Complementarias para la
Gestión Presupuestaria", de la Ley Nº 28411, Ley
General del Sistema Nacional de Presupuesto. El Presupuesto por
Resultados es una manera diferente de realizar el proceso de
asignación, aprobación, ejecución,
seguimiento y evaluación del Presupuesto Público.
Implica superar la tradicional manera de realizar dicho proceso,
centrado en instituciones (pliegos, unidades ejecutoras, etc),
programas y/o proyectos y en líneas de gasto o insumos; a
otro en el que eje es el Ciudadano y los Resultados que
éstos requieren y valoran.

La auditoria por resultados tiene que pasar de examinar
las instituciones a examinar los resultados que valora y requiere
el ciudadano. En la lógica tradicional, en el Congreso y
al interior del Poder Ejecutivo se debaten las asignaciones
presupuestarias en función de las instituciones, mientras
que en la lógica del Presupuesto por Resultados (PpR), las
negociaciones y asignaciones deben realizarse en función
de los resultados y los auditores tienen que estar mentalizados
para llevar a cabo este trascendental cambio. En este marco, los
auditores tienen que pasar del examen a los insumos al examen de
los productos. Tradicionalmente se asigna el presupuesto
según los insumos (como los son las remuneraciones, bienes
y servicios, etc.), que se enmarcaban bajo un programa o
proyecto, mientras que con el Presupuesto por Resultados (PpR),
esas asignaciones se hacen por insumos conectados a producto
(actividades educativas realizadas, acciones cívicas
realizadas libros distribuidos, carreteras construidas, acciones
de defensa realizadas, etc.), según estructuras de costos
y modelos operativos. En esta tipo de auditoria se pasa
análisis del incrementalismo al examen de la cobertura de
productos. Porque bajo el enfoque Presupuesto por Resultados
(PpR), primero debe establecerse recursos según coberturas
de productos y después se distribuye por instituciones
según el papel que desempeñan. En tal sentido, la
aplicación de esta metodología obliga a desarrollar
estructuras de costos y a calcular costos unitarios de los
productos que se entrega al ciudadano, información
esencial para cuantificar lo que cuesta un producto y
después distribuir el presupuesto por instituciones. En
esta auditoria del control financiero se pasa al examen de la
efectividad del Sector Defensa, porque se involucra en acciones
que propicien una gestión efectiva del Sector, yendo
más allá del simple control financiero que se
reduce a verificar si se gastó lo asignado según
los marcos normativos.

Analizando lo indicado por la CGR
(1998)[31], la auditoria basada en resultados en
el sector público, está relacionada con la
efectividad, eficiencia y economía en las operaciones de
una entidad, así como con la maximización de la
relación costo/beneficio al alcanzarse los beneficios
deseados. Es un examen objetivo, sistemático y profesional
de evidencias, realizado con el fin de proporcionar una
evaluación independiente sobre el desempeño
(rendimiento) del Sector Defensa, orientada a mejorar la
efectividad, eficiencia y economía en el uso de los
recursos públicos, para facilitar la toma de decisiones
por quienes son responsables de adoptar acciones correctivas y
mejorar su respondabilidad ante el público.

La auditoria basada en resultados por su enfoque
involucra una revisión sistemática de las
actividades del Sector Defensa en relación al cumplimiento
de objetivos y metas (efectividad) y, respecto a la correcta
utilización de los recursos (eficiencia y
economía). La evaluación del desempeño
implica comparar la ruta seguida por el Sector Defensa al
conducir sus actividades con: a) los objetivos, metas,
políticas y normas establecidos por la legislación
o por la propia entidad, y; b) otros criterios razonables de
evaluación. El incremento de las condiciones de
efectividad, eficiencia y economía, constituyen las
categorías bajo las cuales pueden clasificarse las mejoras
en las operaciones. Pueden identificarse oportunidades de
mejoras, mediante análisis de información,
entrevistas con funcionarios de la entidad o fuera de ella,
observando el proceso de operaciones, revisando los informes
internos del pasado y presente y, ejercitando el juicio
profesional basado en la experiencia del auditor o en otras
fuentes.

La naturaleza y alcance de las recomendaciones
elaboradas en el proceso de la auditoria basada en resultados es
variable. En algunos casos, pueden formularse recomendaciones
sobre asuntos específicos; sin embargo, en otros casos,
después de analizar el costo/beneficio de implementar
recomendaciones sobre actividades de mucha complejidad, puede ser
factible sugerir que la propia entidad lleve a cabo un estudio
más profundo del área específica y adopte
las mejoras que considere apropiadas, en las
circunstancias.

Analizando a Blanco (2010)[32], los
criterios referidos a la auditoría, orientada a evaluar
los beneficios económicos/sociales obtenidos en
relación con el gasto ejecutado y su vinculación
con las políticas gubernamentales, así como la
flexibilidad que permite priorizar los esfuerzos en el logro de
las metas previstas, constituyen postulados que guíen el
ejercicio de la auditoría de gestión.

La efectividad se refiere al grado en el cual una
entidad programa un proyecto gubernamental, logra sus objetivos y
metas u otros beneficios que pretendían alcanzarse,
previstos en la legislación o fijados por otra autoridad.
La eficiencia está referida a la relación existente
entre los bienes o servicios producidos o entregados y los
recursos utilizados para ese fin (productividad), en
comparación con un estándar de desempeño
establecido.

La economía está relacionada con los
términos y condiciones bajo los cuales las entidades
adquieren recursos, sean éstos financieros, humanos,
físicos o tecnológicos (Sistema de
Información Computarizada), obteniendo la cantidad
requerida, al nivel razonable de calidad, en la oportunidad y
lugar apropiado y, al menor costo posible.

Interpretando a Rodríguez
(2010)[33], se determina que la auditoria basada
en resultados pasa a ser hoy por hoy un elemento vital para los
responsables de la gestión del Sector Defensa,
permitiéndole conocer que tan bien resuelven los problemas
económicos, financieros, administrativos, sociales y
ecológicos, que a este nivel institucional se presentan
generando un saludable dinamismo que la conduce exitosamente
hacia las metas propuestas. Esta auditoría está muy
relacionada con las características estructurales y
funcionales de las entidades, por lo que su ejecución
requiere de una guía que se adapte a las condiciones
existentes y que, sin limitar la independencia y creatividad del
auditor, le permita lograr una sistematicidad y orden que le haga
obtener los mejores resultados en el período más
breve posible.

La evaluación de la gestión por resultados
es un nuevo enfoque dentro de la cultura administrativa moderna
que consiste en implantar, utilizar y desarrollar métodos
y técnicas que refleje en forma objetiva el nivel real de
la administración y la situación del Sector. Muchos
trabajos, métodos, técnicas y procedimientos se
pueden encontrar en libros y manuales para la realización
del diagnóstico de los problemas y sus causas. No ajena a
este desarrollo y derivado de una integración horizontal y
vertical ha surgido en el campo de la auditoría la
Auditoría basada en resultados.

La auditoria basada en resultados busca determinar el
grado de economía, eficiencia y efectividad en la
planificación, control y uso de sus recursos y comprobar
la observancia de las disposiciones pertinentes, con el objetivo
de verificar la utilización más racional de los
recursos y mejorar las actividades primarias examinadas. Los
estilos de dirección más modernos, buscan la menor
distancia posible entre la alta dirección y la base. Esto
implica un gran nivel de desagregación y es aquí
donde la Auditoria basada en resultados auxilia a los ejecutivos,
velando por el cumplimiento de los objetivos económicos,
sociales y ecológicos para que la administración
dedique su tiempo a tareas indelegables. Si bien la Auditoria
basada en resultados es dinámica, necesita de un marco
conceptual en que el auditor pueda trabajar. Es insuficiente
aún la información o lineamientos que le permita al
auditor, partiendo de ellos, ejecutar su labor de forma creativa
pero sistemática y ordenada. En la auditoria basada en
resultados, se necesita de varias disciplinas para obtener una
descripción y comprensión del objeto a estudiar. La
interdisciplinariedad descansa en la unidad material del mundo y
responde a una necesidad de la actividad científica
vinculada a la práctica social, en el caso de este tipo de
auditoría se convierte en un requisito esencial donde
tiene que lograrse una cooperación orgánica entre
los miembros del equipo.

Interpretando a Canevaro (2009)[34], la
auditoria basada en resultados es aquella que se realiza para
evaluar el grado de economía, eficiencia y eficacia en el
logro de los objetivos previstos por la organización y la
manera como se ha manejado los recursos. La auditoria basada en
resultados tiene como objetivos primordiales: Evaluar los
objetivos y planes organizacionales; vigilar la existencia de
políticas adecuadas y su cumplimiento; comprobar la
confiabilidad de la información y de los controles;
verificar la existencia de métodos adecuados de
operación; comprobar la correcta utilización de los
recursos. En este tipo de auditoría, el desarrollo de un
programa de trabajo depende de las circunstancias de cada entidad
auditada.

La auditoria basada en resultados es el examen
comprensivo y constructivo de la estructura organizativa del
Sector Defensa y de sus métodos de control, medios de
operación y empleo de recursos humanos y materiales. Este
tipo de auditoria evalúa sistemáticamente la
efectividad de una función o una unidad con referencia a
normas del Sector utilizando personal especializado en el
área de estudio, con el objeto de asegurar a la
administración que sus objetivos se cumplan, y determinar
qué condiciones pueden mejorarse.

Este examen se realiza con el propósito de
evaluar el grado de economía, eficiencia y eficacia con
que se manejan los recursos disponibles y se logran los objetivos
previstos por el Sector. Esta auditoria, también puede
entenderse, como el examen crítico, sistemático y
detallado de las áreas y Controles Operacionales de un
ente, realizado con independencia y utilizando técnicas
específicas, con el propósito de emitir un informe
profesional sobre la eficacia eficiencia y economicidad en el
manejo de los recursos, para la toma de decisiones que permitan
la mejora de la productividad del mismo. En este tipo de
auditoria, con su preocupación del control operativo, es
el puente, y a veces el catalizador entre una auditoría
financiera tradicional, y un método de servicios
administrativos para solucionar el problema a tiempo. Los
programas de auditoría basada en resultados para cada
área funcional mayor, proporciona al auditor una
guía con respecto a los tipos de controles, condiciones y
circunstancias que probablemente logre encontrar; igualmente,
presentan preguntas específicas para hacer resaltar
elementos de control significativos. En éste generalizado
enfoque, el auditor se siente comprometido para revisar y evaluar
los controles operacionales haciendo notar que el objetivo
primario de la auditoria basada en resultados, es dar relevancia
a aquellas áreas en donde haya que reducir costos, las
mejorías en operación, o la mayor productividad,
pueden lograrse mediante la introducción de modificaciones
en los controles administrativos y operacionales, o en los
instructivos de políticas, o por la acción
correctiva correspondiente.

Interpretando a Castellanos; Pineda y Sánchez
(2009)[35], la auditoria basada en resultados,
consiste en las revisiones y evaluación de dos elementos
mayores de la administración: i) Políticas del
Sector Defensa: Determinación de la existencia, lo
adecuado y comprensivo de la política así como el
significado de sus instructivos como elementos de control en
áreas funcionales; valorización de los efectos de
la ausencia de políticas; o recomendaciones para la
adopción o modificación de los instructivos
formalizados; ii) Controles administrativos: Determinación
de la existencia, y lo adecuado de controles administrativos u
operacionales como tales, y como respaldo a los objetivos de
productividad de Dirección; el grado de cumplimiento en
las áreas de funcionalidad mayor; y la coordinación
de controles de operación con los instructivos de la
política del Sector. Evaluación de los efectos de
la acción de controles administrativos u operacionales en
áreas significativas, y recomendaciones para la
adopción o modificación de tales controles. La
índole y función de los controles administrativos u
operacionales, por lo tanto, para el efectivo control
administrativo son fundamentales, ellos representan
procedimientos, rutinas, y otros requisitos obligatorios, o
lineamientos específicos, que indican cómo y por
qué medio debe de ejercerse o canalizarse la
auditoría operativa. También puede tomar la forma
de documentos o informe que actúen como controles de
sí mismos, o que están diseñados como medida
de la efectividad como funcionan otros controles operacionales.
Desde un punto de vista funcional, son los medios de implantar
los objetivos de políticas de una corporación. A la
inversa, la ausencia de instructivos de política vital, o
de controles operacionales efectivos en áreas funcionales
significativas puede ejercer un enorme efecto adverso en la
productividad global. Al iniciar una auditoría por
resultados, el auditor prepara datos importantes que le sirven
como antecedentes respecto al Sector, entre los cuales se tiene
los resultados económicos y financieros históricos,
recuperación sobre inversión, clases de productos,
características de la coyuntura de defensa, el volumen
aproximado de ingresos del tesoro y directamente recaudados.
Estos datos pueden suplir con inspecciones, a fin de evaluar las
condiciones físicas, y localizar indicios de posibles
áreas de problemas. El auditor también puede
aplicar técnicas de análisis financiero para
estadísticas de operación, que también puede
sugerir áreas de problemas, o condiciones que influencian
una recuperación desfavorable sobre la inversión, o
estadística de operación adversa.

Interpretando a Blanco (2010)[36], el
objetivo primordial de la auditoria basada en resultados consiste
en descubrir deficiencias o irregularidades en algunas de las
partes del Sector y apuntar a sus probables soluciones. La
finalidad, es ayudar a la dirección a lograr una
administración más eficaz. Su intención, es
examinar y valorar los métodos y desempeño en todas
las áreas. Los factores de la evaluación abarcan el
panorama económico, la adecuada utilización de
personal y equipo y los sistemas de funcionamiento
satisfactorios. En la auditoria basada en resultados, se realizan
estudios para determinar deficiencias causantes de dificultades,
sean actuales o en potencia, las irregularidades,
embotellamientos, descuidos, pérdidas innecesarias,
actuaciones equivocadas, deficiente colaboración,
fricciones entre ejecutivos y una falta general de conocimientos
o desdén de lo que es una buena organización. Por
medio de los trabajos que realiza el auditor de resultados,
éste se encuentra en posición de determinar y poner
en evidencia las fallas y métodos defectuosos
operacionales en el desempeño, respecto de las necesidades
específicas de la dirección en cuanto a la
planeación, y realización de los objetivos de la
organización.

La responsabilidad del auditor consiste en ayudar y
respaldar a la dirección en la determinación de las
áreas en que pueda llevarse a cabo valiosas
economías e implantarse mejores técnicas
administrativas. Enseguida de una investigación definida y
donde quieran que surjan aspectos o circunstancias susceptibles
de solución o mejoría, es obligación del
auditor examinar con mirada crítica y valorar toda
alternativa que parezca conveniente.

La revisión de los métodos y el
desempeño de la gestión, comprende un examen de los
objetivos, políticas, procedimientos, delegación de
responsabilidades, normas y realizaciones. La eficiencia
operativa de la función o área sometida a estudio,
puede determinarse mediante una comparación de las
condiciones vigentes, con las requeridas por los planes,
políticas etc.

Son objetivos de la auditoria basada en resultados: i)
Determinar lo adecuado de la organización de la entidad;
ii) Verificar la existencia de objetivos y planes coherentes y
realistas; iii) Vigilar la existencia de políticas
adecuadas y el cumplimiento de las mismas; iv) Comprobar la
confiabilidad de la información y de los controles
establecidos; v) Verificar la existencia de métodos o
procedimientos adecuados de operación y la eficiencia de
los mismos; vi) Comprobar la utilización adecuada de los
recursos.

Interpretando a Salcedo (2003), una auditoría
basada en resultados, son el examen objetivo, sistemático,
multidisciplinario, propositivo, organizado y comparativo de las
actividades gubernamentales enfocadas a la ejecución de
una política pública, general, institucional,
sectorial o regional, así como de aquellas inherentes al
funcionamiento de los entes públicos, a nivel
institucional, de programas, de proyectos o de unidad
administrativa[37].

Es una evaluación de la eficacia del quehacer
público, midiéndola por resultados con indicadores
estratégicos y de impacto; de la eficiencia,
midiéndola por la fidelidad de la operación al
diseño del programa, con indicadores de gestión y
comparándolos con las mejores prácticas
gubernamentales; de economía, midiéndola por el
costo de la política pública contra los resultados.
Además, la auditoría de desempeño comprueba
el impacto de las políticas públicas sobre la
población objetivo a través de indicadores de
calidad, por lo que valora el grado de satisfacción
ciudadana por la implementación de
aquéllas.

Mide el impacto social de la gestión
pública y compara lo propuesto con lo alcanzado.
Proporciona información sobre el rendimiento, generando
propuestas de mejoras y cambios en los procesos actuales, con la
finalidad de coadyuvar al logro de las metas y objetivos. Dicho
examen incluye la identificación de fortalezas,
debilidades y oportunidades de mejora.

El alcance del programa de trabajo de la
auditoría basada en resultados debe comprender:

  • Evaluar los indicadores de desempeño
    existentes.

  • Evaluar si los resultados deseados están
    siendo logrados.

  • Evaluar la pertinencia de los sistemas de control
    para medir, reportar y monitorear la efectividad del
    programa.

  • Evaluar el cumplimiento de las normativas
    vigentes.

  • Evaluar si los objetivos de los programas son
    apropiados o relevantes.

  • Identificar los factores que inhiben el
    desempeño satisfactorio en la gestión
    pública.

  • Evaluar si las acciones establecidas para llevar a
    cabo el programa ofrecen los resultados esperados de manera
    eficiente y a un menor costo.

  • Evaluar si el programa complementa, duplica o entra
    en conflicto con otros programas.

Todo sistema de medición debe satisfacer los
objetivos siguientes: Comunicar la estrategia; comunicar las
metas; identificar problemas y oportunidades; diagnosticar
problemas; entender procesos; definir responsabilidades; mejorar
el control institucional; identificar iniciativas y acciones
necesarias; medir comportamientos; facilitar la delegación
en las personas; y definir el marco de actuación de la
organización.

Las auditorías basadas en resultados se
estructuran sobre los principios de rendición de cuentas,
fiscalización y transparencia. Comprueban el impacto o
beneficio de las políticas públicas o
institucionales sobre la población objetivo, por lo que
valoran el grado de satisfacción ciudadana.

Las auditorías basadas en resultados
evalúan la eficiencia, la eficacia y la economía
del quehacer público: Eficiencia, medida por la fidelidad
de la operación al diseño del programa, comparada
con las mejores prácticas administrativas; Eficacia,
medida por los resultados; Economía, medida por el costo
de la política pública.

Proceso de la auditoria basada en
resultados

Interpretando a Blanco (2010)[38], se
determina que para llevar a cabo la auditoria basada en
resultados o evaluación del desempeño del Sector
Defensa tiene que planificarse, ejecutarse e informarse; cuyos
detalles se presentan a continuación:

Planeación de la auditoria basada en
resultados:

Interpretando a Blanco (2010)[39], el
planeamiento de la auditoría basada en resultados se
refiere a la determinación de los objetivos y alcance de
la auditoría, el tiempo que requiere, los criterios, la
metodología a aplicarse y la definición de los
recursos que se consideran necesarios para garantizar que el
examen cubra las actividades más importantes de la
entidad, los sistemas y sus correspondientes controles
gerenciales. El planeamiento garantiza que el resultado de la
auditoría satisfaga sus objetivos y tenga efectos
productivos. Su realización cuidadosa reviste especial
importancia cuando se evalúa la efectividad, eficiencia y
economía en las entidades, o proyectos gubernamentales,
dado que los procedimientos que se aplican son complejos y
variados. Por ello, este proceso pretende establecer un adecuado
equilibrio entre los objetivos y alcance de la auditoría,
el tiempo disponible para ejecutarla y, el número de horas
que debe trabajar el personal profesional para lograr un nivel
óptimo en el uso de los recursos destinados para la
auditoría. La fase de planeamiento de la auditoría
basada en resultados comprende dos etapas: Revisión
general y revisión estratégica. La revisión
general comprende: Conocimiento inicial de la entidad examinar;
análisis preliminar de la entidad; y, la
formulación del plan de revisión
estratégica. La revisión estratégica
comprende: la ejecución del plan; la aplicación de
pruebas preliminares e identificación de criterios de
auditoría; identificación de los asuntos más
importantes; formulación del reporte de revisión
estratégica y la preparación del plan de
auditoría.

Ejecución de la auditoria basada en
resultados:

Interpretando a Blanco (2010)[40], la
fase ejecución de la auditoria basada en resultados
está focalizada, básicamente, en la
obtención de evidencias suficientes, competentes y
pertinentes sobre los asuntos más importantes (resultados
de la gestión) aprobados en el plan de auditoría.
La ejecución involucra la recopilación de
documentos, realización de pruebas y análisis de
evidencias, para asegurar su suficiencia, competencia y
pertinencia, de modo de acumularlas para la formulación de
observaciones, conclusiones y recomendaciones, así como
para acreditar haber llevado a cabo el examen de acuerdo con los
estándares de calidad establecidos.

Durante la fase de ejecución se aplican
procedimientos y técnicas de auditoría y comprende:
pruebas y evaluación de controles, identificación
de hallazgos (condición y criterio), desarrollo de
observaciones (incluyendo condición, criterio, causa,
efecto y evaluación de comentarios de la entidad) y
comunicación de resultados a los funcionarios de la
entidad, programa y/o proyecto examinada. No obstante, algunas
veces, como consecuencia de este proceso se determinan aspectos
adicionales por evaluar, lo que implicará la
modificación del plan de auditoría. Toda labor en
la auditoría debe ser controlada a través de
programas de trabajo. Tales programas definen por anticipado las
tareas que deben efectuarse durante el curso de la
auditoría y se sustentan en objetivos incluidos en el plan
de auditoría y en la información disponible sobre
las actividades y operaciones de la entidad consignada en el
Informe de revisión estratégica. Una de las
actividades más importantes de la fase de
ejecución, es el desarrollo de hallazgos.

El término hallazgo, en auditoría tiene un
sentido de recopilación y síntesis de
información específica sobre una actividad u
operación, que ha sido analizada y evaluada y, que se
considera de interés para los funcionarios a cargo de la
entidad examinada. Usualmente, se utiliza en un sentido
crítico, dado que se refiere a deficiencias que son
presentadas en el informe de auditoría. Dentro del proceso
de ejecución de la auditoría, el auditor brinda a
los funcionarios y servidores de la entidad examinada, que
están o podrían estar afectados por el informe, la
oportunidad de efectuar comentarios y aclaraciones en forma
escrita (u oral) sobre los hallazgos identificados antes de
presentar el informe. Estos comentarios y cualquier
revelación importante que se presenten, deben reconocerse
y discutirse en el informe en forma apropiada y objetiva.
Ningún informe de auditoría debe emitirse sin
escuchar a los funcionarios responsables de la entidad examinada,
quienes tienen la oportunidad de presentar sus comentarios sobre
los hechos que se observan. Un aspecto importante del desarrollo
de las observaciones que en esencia, involucran los elementos
propios del hallazgo de auditoría (Condición y
Criterio), es la identificación de las causas y efectos
actuales o posibles de las deficiencias detectadas durante la
fase de ejecución. La identificación oportuna de
las razones que ocasionaron la situación negativa y
porqué se mantiene (Causa), así como la
cuantificación de las consecuencias reales o potenciales
(Efecto) en términos financieros, constituyen una manera
efectiva para interesar a los funcionarios de la entidad
responsables de adoptar correctivos en forma oportuna. En base a
la evidencia de auditoría reunida y a través de la
evaluación de las opiniones vertidas por los funcionarios
de la entidad, el auditor puede arribar a conclusiones concretas
sobre las deficiencias identificadas durante la fase de
ejecución. Las observaciones y conclusiones, deben estar
acompañadas de recomendaciones para los funcionarios a
cargo de la entidad examinada, a fin de corregir las deficiencias
identificadas y evitar en el futuro su repetición. Los
papeles de trabajo son los documentos elaborados u obtenidos por
el auditor durante las fases de planeamiento y ejecución,
los cuales sirven como fundamento y respaldo del informe. Los
papeles de trabajo son revisados por el auditor encargado y el
supervisor responsable, con el objeto de establecer si son
pertinentes a la auditoría, documenta en forma adecuada la
evidencia obtenida y guardan consistencia
internamente.

Los procedimientos de auditoría son operaciones
específicas que se aplican en una auditoría e
incluyen técnicas y prácticas consideradas
necesarias, de acuerdo con las circunstancias. Las
técnicas de auditoría son métodos
prácticos de investigación y prueba que utiliza el
auditor, para obtener evidencia necesaria que fundamente su
opinión.

Las prácticas de auditoría constituyen las
labores específicas realizadas por el auditor como parte
del examen.

Interpretando a Blanco (2010)[41], las
técnicas de auditoría más utilizadas para
reunir evidencia son: técnicas de verificación
ocular, técnicas de verificación oral,
técnicas de verificación escrita, técnicas
de verificación documental y técnicas de
verificación física.

Técnicas de verificación ocular: i)
Comparación, es el acto de observar la similitud o
diferencia existente entre dos o más elementos. Dentro de
la fase de ejecución se efectúa la
comparación de resultados, contra criterios aceptables,
facilitando de esa forma la evaluación por el auditor y la
elaboración de observaciones, conclusiones y
recomendaciones; ii) Observación, es el examen
ocular realizado para cerciorarse como se ejecutan las
operaciones. Esta técnica es de utilidad en todas las
fases de la auditoría, por cuyo intermedio el auditor se
cerciorará de ciertos hechos y circunstancias, en
especial, las relacionadas con la forma de ejecución de
las operaciones, apreciando personalmente, de manera abierta o
discreta, como el personal de la entidad ejecuta las
operaciones.

Técnicas de verificación oral: i)
Indagación, es el acto de obtener
información verbal sobre un asunto mediante averiguaciones
directas o conversaciones con los funcionarios de la entidad. La
respuesta a una pregunta formulada por el auditor, comprende una
porción insignificante de elementos de juicio en los que
puede confiarse, pero las respuestas a muchas preguntas que se
relacionan entre si, pueden suministrar un elemento de juicio
satisfactorio, si todas son razonables y consistentes. Es de
especial utilidad la indagación en la auditoría de
gestión, cuando se examinan áreas
específicas no documentadas; sin embargo, sus resultados
por si solos no constituyen evidencia suficiente; ii) Las
Entrevistas
, pueden ser efectuadas al personal de la entidad
auditada o personas beneficiarias de los programas o proyectos.
Para obtener mejores resultados debe prepararse apropiadamente,
especificar quienes serán entrevistados, definir las
preguntas a formular, alertar al entrevistado acerca del
propósito y puntos a ser abordados. Asimismo, los aspectos
considerados relevantes deben ser documentados y/o confirmados
por otras fuentes y su utilización aceptada por la persona
entrevistada; iii) Las Encuestas pueden ser útiles
para recopilar información de un gran universo de datos o
grupos de personas. Pueden ser enviadas por correo u otro
método a las personas, firmas privadas y otros que conocen
del programa o el área a examinar. Su ventaja principal
radica en la economía en términos de costo y
tiempo; sin embargo, su desventaja se manifiesta en su
inflexibilidad, al no obtenerse más de lo que se pide, lo
cual en ciertos casos puede ser muy costoso. La
información obtenida por medio de encuestas es poco
confiable, bastante menos que la información verbal
recolectada en base a entrevistas efectuadas por los auditores.
Por lo tanto, debe ser utilizada con mucho cuidado, a no ser que
se cuente con evidencia que la corrobore.

Técnicas de verificación escrita:
i) Analizar, consiste en la separación y
evaluación crítica, objetiva y minuciosa de los
elementos o partes que conforman una operación, actividad,
transacción o proceso, con el fin de establecer su
naturaleza, su relación y conformidad con los criterios
normativos y técnicos existentes. Los procedimientos de
análisis están referidos a la comparación de
cantidades, porcentajes y otros. De acuerdo a las circunstancias,
se obtienen mejores resultados si son obtenidos por expertos que
tengan habilidad para hacer inferencias lógicas y juicios
de valor al evaluar la información recolectada. Las
técnicas de análisis son especialmente
útiles para determinar las causas y efectos de los
hallazgos de auditoría; ii) Confirmación, es
la técnica que permite comprobar la autenticidad de los
registros y documentos analizados, a través de
información directa y por escrito, otorgada por
funcionarios que participan o realizan las operaciones sujetas a
examen (confirmación interna), por lo que están en
disposición de opinar e informar en forma válida y
veraz sobre ellas. Otra forma de confirmación, es la
denominada confirmación externa, la cual se presenta
cuando se solicita a una persona independiente de la
organización auditada (terceros), información de
interés que sólo ella puede suministrar; iii)
Tabulación, es la técnica de
auditoría que consiste en agrupar los resultados obtenidos
en áreas, segmentos o elementos examinados, de manera que
se facilite la elaboración de conclusiones. Un ejemplo de
aplicación de esta técnica lo constituye la
tabulación de los resultados obtenidos como consecuencia
de las respuestas efectuadas en una encuesta por los beneficios
de algún programa o proyecto; iv)
Conciliación, implica hacer que concuerden dos
conjuntos de datos relacionados, separados e independientes. Esta
técnica consiste en analizar la información
producida por diferentes unidades operativas o entidades,
respecto de una misma operación o actividad, con el objeto
de establecer su concordancia entre si y, a la vez, determinar la
validez y veracidad de los informes, registros y resultados que
están siendo examinados.

Técnicas de verificación
documental:
i) Comprobación, se aplica en el
curso de un examen, con el objeto de verificar la existencia,
legalidad, autenticidad y legitimidad de las operaciones
efectuadas por una entidad, mediante la verificación de
los documentos que las justifican; ii) Computación,
se utiliza para verificar la exactitud y corrección
aritmética de una operación o resultado. Se prueba
solamente la exactitud de un cálculo, por lo tanto, se
requiere de otras pruebas adicionales para establecer la validez
de los datos que forman parte de una operación; iii)
Rastreo, es utilizada para dar seguimiento y controlar una
operación de manera progresiva, de un punto a otro de un
proceso interno determinado o, de un proceso a otro realizado por
una unidad operativa dada. Esta técnica puede clasificarse
en dos grupos: a) rastreo progresivo, que parte de la
autorización para efectuar una operación hasta la
culminación total o parcial de ésta; y, b) rastreo
regresivo, que es inverso al anterior, es decir, se parte de los
resultados de las operaciones para llegar a la
autorización inicial; iv) Revisión
selectiva
, consiste en el examen ocular rápido de una
parte de los datos o partidas que conforman un universo
homogéneo en ciertas áreas, actividades o
documentos elaborados, con fines de separar mentalmente asuntos
que no son normales, dado el alto costo que representaría
llevar a cabo una revisión amplia o, que por otras
circunstancias, no es posible efectuar un análisis
profundo.

Técnicas de verificación
física:
i) Inspección, es el examen
físico y ocular de activos, obras, documentos y valores,
con el objeto de establecer su existencia y autenticidad. La
aplicación de esta técnica es de mucha utilidad,
especialmente, en cuanto a la constatación de efectivo,
valores, activo fijo y otros equivalentes. Generalmente, se
acostumbra a calificarla como una técnica combinada, dado
que en su aplicación utiliza la indagación,
observación, comparación, rastreo,
tabulación y comprobación.

Otras prácticas de auditoría: Las
prácticas de auditoría son las operaciones o
labores específicas que se realizan como parte del examen
y no son consideradas como técnicas. Sirven a las labores
de auditoría como elemento de apoyo muy importantes.
Existen también otros elementos que contribuyen
efectivamente a seleccionar las técnicas o
prácticas de auditoría que deben aplicarse;
éstos son: los síntomas y la intuición: i)
Síntomas: Son definidos como los indicios de una
cosa que está sucediendo o va a suceder. En el campo de la
auditoría constituyen las señales de alerta
temprana que se detectan en el curso del examen. En su ejemplo
más elemental, es el humo que presagia la presencia del
fuego. La identificación de síntomas como
práctica de auditoría puede ser de mucha entidad
para el auditor experto que está en capacidad de
percibirlos, por cuanto le permite seleccionar las
técnicas más apropiadas para obtener evidencia o
para profundizar el análisis de algún asunto. ii)
Intuición: La intuición es entendida como la
facultad para comprender las cosas en forma instantánea,
tal como si se tuviera a la vista. En el campo de la
auditoría gubernamental, la intuición puede ser
aplicada en algunas situaciones, sin que ésta deba
considerarse como una práctica común a utilizarse.
A lo largo de su carrera los auditores pueden desarrollar un
"sexto sentido" que es la intuición, la que viene a ser el
resultado de su capacidad de reacción ante señales
que otros auditores con menos experiencia podrían no
detectar.

Informe de auditoria basada en
resultados:

Partes: 1, 2, 3, 4, 5
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