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24, 1-2 | 1 Salió Jesús del Templo y, 2 Pero él les respondió: | |||||
24,3-31 | 3 Estando luego sentado en el monte de los 4 Jesús les respondió: "Mirad 5 pues vendrán muchos usurpando mi 6 Oiréis también hablar de 7 Pues se levantará nación 8 Todo esto será el comienzo de los 9 Entonces os entregarán a los 10 Muchos se escandalizarán entonces 11 Surgirán muchos falsos profetas 12 Y al ir creciendo gradualmente la 13 Pero el que persevere hasta el fin se 14 Se proclamará esta Buena Nueva 15 "Cuando veáis, pues, el 16 entonces que huyan a los montes los que 17 el que esté en el terrado, que no 18 y el que esté en el campo, que no 19 ¡Ay de las que estén 20 Orad para que vuestra huida no suceda en 21 Porque habrá entonces una gran 22 Y si aquellos días no se 23 Entonces, si alguno os dice: "Mirad, el 24 Porque surgirán falsos cristos y 25 ¡Mirad que os lo he 26 Así que si os dicen: "Está 27 Porque como el relámpago sale por 28 Donde esté el cadáver, 29 Inmediatamente después de la 30 Entonces aparecerá en el cielo la 31 Él enviará a sus | |||||
Final | ||||||
24,32-36 | 32 De la higuera aprended esta 33 Así también vosotros, 34 Yo os aseguro que no pasará esta 35 El cielo y la tierra pasarán, 36 Más de aquél día y |
El autor del evangelio de Mateo señala una serie
de aspectos a considerar para ubicar la perícopa en
sí.
Inicio
Mateo indica en 24,1-2 que el lugar donde se desarrolla
la conversación entre los discípulos y
Jesús, es afuera del Templo. A diferencia de la siguiente
sección comprendida en 24,3-31 el lugar corresponde al
monte de los Olivos. La situación se presenta al salir del
Templo, justo cuando los discípulos se le acercan para
mostrarle las construcciones del mismo. Al verlas, Jesús
profetiza acerca de la destrucción que al Templo le
espera. Los discípulos, intrigados, se le acercan en
privado. El autor ubica a Jesús en un lugar distinto, lo
hace así por la trascendencia de la respuesta que
Jesús va a ofrecer; ya no sólo se trata de ubicar
la conversación "afuera" del Templo, sino sentado y en "el
monte de los Olivos". Esto señala un grado alto en la
importancia de la respuesta.
Considerando el tiempo en el cual se desarrolla la
narración de Mateo, se podría conjeturar que ha
sido durante un día, sin decir que la sola
conversación entre los discípulos y Jesús
haya tenido una duración de 24 horas; solo especificar que
está contenida en el grupo de actividades acontecidas en
"aquel día" como se encuentra en Mt 22,23. No hay cambio
en cuanto a tiempo se refiere entre Mt 24,1-2 y Mt
24,3-31.
Los personajes en Mt 24,1-2 son Jesús y los
discípulos. En Mt 24,3-31 el número de personajes
no aumenta en la participación de la conversación,
pero sí hay varios que son mencionados en ella por
Jesús. Él al advertir acerca de los engaños,
castigos y muertes venideras menciona a los falsos cristos y a
los torturadores. Según el autor del Evangelio, cuando
Jesús ofrece su respuesta a los discípulos,
también tiene en cuenta a los paganos, los falsos
profetas, al ídolo abominable, a Daniel, a los que
están en Judea, al que está en el terrado, al que
está en el campo, a las que estén encintas o
criando, a los elegidos, a los buitres, al Hijo del hombre y sus
ángeles. Todo enmarcado en la Parusía de
Jesús.
El tema central en Mt 24,1-2 es la destrucción
del Templo. Este anuncio de Jesús es la clave que activa
el deseo de los discípulos por obtener mayor
información al respecto; ya en Mt 24,3-31, el tema no solo
trata de la destrucción del Templo en sí, sino que
considera el signo de la venida del Señor y la
consumación de esta era. Así, el tema involucra las
Señales o los acontecimientos previos a la Parusía.
Se puede observar ahí un cambio de tema entre Mt 24,1-2 y
Mt 24,3-31.
También hay un cambio de estilo entre las dos
perícopas mencionadas. En la primera de ellas se ve un
estilo narrativo y de diálogo. Mientras que en la segunda,
predomina un estilo discursivo y apocalíptico.
Final
Al considerar a Mt 24,3-31 y Mt 24,32-36 en lo que
respecta a los aspectos de lugar, tiempo y tema, se puede afirmar
que no hay cambio alguno. En el desarrollo de la narración
en 24,32-36, Mateo deja ver que los personajes siguen siendo
Jesús y sus discípulos; se observa que en Mt
24,32-36 Jesús es quien habla y los discípulos son
quienes le escuchan. Evidentemente, en Mt 24,32-36 Jesús
presenta la parábola de la higuera. Ahí ya, los
personajes que son tenidos en cuenta en Mt 24,3-31 no forman
parte de la enseñanza del Señor
Jesús.
El cambio se puede encontrar en el estilo, dado que en
Mt 24,3-31 predomina un estilo discursivo y apocalíptico;
de éste, se pasa en Mt 24,32-36 a un estilo
predominantemente parabólico y
apocalíptico.
24, 1-2 | 24,3-31 | 24,32-36 | |
Lugar | Fuera del Templo | En el monte de los Olivos. | No dice, pero se puede asumir que es en el monte |
Tiempo | Un día (22,23). | No dice, pero se puede asumir que sigue siendo | No dice, pero se puede asumir que sigue siendo |
Personajes | Jesús y sus discípulos. | Jesús, sus discípulos, los | Vosotros (sus discípulos), Él |
Tema | La destrucción del Templo. | Señales o acontecimientos previos a la | Señales o acontecimientos previos a la |
Estilo | Narrativo. Diálogo. | Discursivo. Apocalíptico. | Parabólico. Apocalíptico. |
Ulrich Luz, afirma que la perícopa podría
ir hasta el verso 31:
En el v. 3 formulan los discípulos dos preguntas.
No queda claro dónde está la respuesta. En los vv.
4s sigue una primera advertencia sobre falsos cristos. Desde el v
6 habla Jesús, en oraciones principales de futuro, sobre
acontecimientos que están por venir. Ya en el v 6 se
menciona el «fin», los lectores esperan, pues, que
Jesús los informe sobre el futuro.
Luz presenta los versos 29-31 como elementos clave que
forman parte de la segunda sección principal por contener
éstos las palabras que Jesús responde a sus
discípulos acerca del fin.
Valorando la apreciación de Luz, la
perícopa principal de este trabajo, comienza en el verso 3
y termina en el verso 31; esencialmente porque el verso 14 no
señala un final definitivo, sino que se ve una continuidad
que va hasta el verso 31. En ese verso, sí se observa con
mayor claridad ese final de la perícopa. Ya en el verso 32
se encuentra un cambio de estilo, pues pasa de discursivo y
apocalíptico a un estilo parabólico.
A partir de este momento el análisis
bíblico se concentra solamente en un versículo de
la perícopa indicada, a saber Mt 24, 3.
Entre 24,1-2 y 24,3-31 se presentan cambios de lugar,
aumento en el número de personajes, el tema ya no es la
destrucción del Templo, sino que se habla de las
señales que han de suceder antes de la Parusía del
Señor. Ahora, al confrontar los aspectos de lugar, tiempo,
personajes, tema y estilo entre 24, 3-31 y 24, 32-36 se observa
que cambia el número de personajes y el estilo literario.
Estos cambios determinan la independencia de una perícopa
con otra.
Traducción del texto y empleo de
traducciones
El Texto
Mt 24, 3[102]
Otras traducciones españolas
Las traducciones de las distintas versiones
bíblicas obedecen al propósito que cada Biblia
tenga, siendo todas las aquí empleadas versiones
católicas, se advierte un lenguaje pastoral en algunas y
un lenguaje formal en otras, por tratarse de versiones de estudio
bíblico.
Se presenta al lector un cuadro que reúne las
seis versiones empleadas para facilitar la comparación
entre ellas:
LBA (La Biblia de América, | LBNP (La Biblia de Nuestro Pueblo, | NBJ (La Nueva Biblia de Jerusalén, | NC (Nacar-Colunga, 2009) | NTI (Nuevo Testamento Interlineal, | R60 (Reina-Valera Revisada, |
Estaba sentado en el monte de los Olivos, | Estando sentado en el monte de los Olivos, se | Estando luego sentado en el monte de los | Y sentándose en el monte de los Olivos, | Y estando sentado él en el monte de los | Y estando él sentado en el monte de los |
Al comparar las versiones: LBA, LBNP, NBJ, NC y R60 no
se destaca una diferencia substancial entre ellas, todas tienen
en cuenta el hecho de que el Señor Jesús se
encontraba sentado en el monte de los Olivos, que sus
discípulos se le acercaron y que de manera privada ellos
le manifestaron su inquietud acerca del día de la
destrucción del Templo, el día de Su venida y el
día del fin del mundo. Sin embargo, sí se encuentra
una diferencia especial en la NTI, pues en esa versión se
habla de una "consumación de esta era" y no de un
"fin del mundo". Es importante para este trabajo, llamar
la atención sobre esto, pues en realidad hay una gran
diferencia semántica entre las dos ideas: hablar de un fin
del mundo puede impactar en el lector de una manera más
contundente que el hecho de hablar de una consumación de
una era. Esa puede ser la intención de los traductores, es
decir, querer resaltar que además de la Misericordia del
Señor, también hay en èl un rasgo que no
puede pasarse por alto y es que el Señor Dios
también es Juez. Es también probable que los
autores quieran causar en el lector un sentimiento de temor
frente a un inminente fin del mundo para velar y mantenerse fiel
hasta el fin. Pero la intención de los traductores no
puede superponerse a la intención del autor del evangelio,
quien pone de manifiesto la "culminación de esta era", una
era en la que la élite religiosa judía jugaba un
papel determinante en asuntos de carácter político,
económico y social; esta era llegó a su
consumación con la llegada de Jesús: Su pobreza, Su
humildad y su Pasión. "El velo del Santuario se
rasgó en dos" (Mt 27,51; Mc 15,38; Lc 23,45), pero el
velo no se rasgó por sí mismo, el velo fue rasgado
por Dios al entregarse voluntariamente para la Salvación
de la humanidad "la tradición cristiana ha visto en
este desgarrarse del velo la supresión del antiguo culto
mosaico y el acceso abierto por Cristo al santuario
escatológico."[103]
Es claro que en ambas definiciones aparece la palabra
mundo, pero si la intención del autor era hablar
de un "mundo-cosas terrestres", habría usado el
término "cosmos" en lugar de "aionos", que más bien
se refiere a un "mundo-tiempo". Jesús solía decir
que su Reino no era de esta tierra, hablaba pues, en
términos espirituales y no materiales.
Crítica Textual
Según Metzger (2001) el texto griego de Mateo 24,
3 no presenta ninguna variante significativa,[104]
esto quiere decir que el lector de Mt 24, 3 está frente a
una unidad que se ha preservado de la influencia de algún
escriba a lo largo del tiempo.
Análisis morfológico
sintáctico
Mateo 24, 3:
Esta simbología ayuda a comprender el sentido que
tiene la consumación de una era realizada por dos posibles
vías: 1. Aquella a favor del buen fruto y 2. Aquella que
se muestra a favor de la cizaña. Reiterando cómo la
terminación de la era injusta está en las manos del
hombre, siempre y cuando éste se incline a ofrecer "buen
fruto". En Mt 13,40 "la consumación de esta era"
señala una terminación definitiva de la mala
cizaña al ser destinada al fuego.
Mt 13,49 refuerza esa responsabilidad que el hombre
tiene en términos de decidir qué tipo de era quiere
vivir:
La acción de Dios siempre invita a que toda la
humanidad procure un seguimiento, fiel a él, caracterizado
por un accionar que dignifique la vida de quien sufre. Esa es la
manera en la que la consumación de una era injusta puede
llegar a un final, dado que si la humanidad se decide por el
accionar de Dios dentro de la historia, se podrá ver un
mundo coherente con el Evangelio de Jesucristo. En Mt 28,20 se
encuentra otra clave importante que apoya el desarrollo de la
consumación de esta era:
Jesús enseñó a sus seguidores a que
hicieran discípulos a todas las gentes para que ellas
guardaran todo lo que él les mandó. Si se opta por
la propuesta de Jesús, hay una garantía de oro, ya
que él mismo les aseguró que estaría con
ellos siempre, hasta la consumación de la era.
Análisis estilístico o de los tipos de
texto
Dadas las características textuales, se puede
decir que el tipo de género literario de la
perícopa es apocalíptico, también presenta
futuros de vaticinio en tercera persona e imperativos:
El lenguaje de la sección tiene un tono de
solemnidad. Esto se relaciona con el estrecho apoyo en el
lenguaje de la Biblia, como es corriente en textos
apocalípticos. Llama la atención, además, en
los v 4-28 la combinación de futuros de vaticinio en
tercera persona (vv. 5, 7, 9-14, 21s, 24) e imperativos (vv. 4b,
6b, 20, 23b, 26). Bastantes veces los imperativos están
basados en una predicción (vv. 4b+5, 6b+7, 23b+24,
26b+27). Esto indica que el conocimiento de lo que está
por venir nunca es teoría, sino que tiene una finalidad
práctica y apunta a la conducta correspondiente. Entre los
vaticinios e imperativos hay breves frases de explicación
o comentario (vv. 6c, 8, 15fin, 25), que facilitan la
orientación a los lectores. Los vv. 29-31 difieren
formalmente de las escenas anteriores, solo hay vaticinios en
futuro -ocho en total-. Faltan los imperativos y las
interpelaciones a los lectores. Al mismo tiempo, el lenguaje
muestra en estos versículos finales un acusado
carácter bíblico.[105]
A su vez, el Mt 24,3 presenta un texto literario
narrativo e interrogativo en el que se narra el momento en el que
los discípulos acuden a Jesús para manifestarle sus
inquietudes referentes al Templo, la Parusía y al fin del
mundo.
Análisis estructural
Según Luz, la perícopa Mt 24,3-31 presenta
la siguiente estructura:
v. 3 Situación y pregunta introductoria de los
discípulos.
v. 4s punto capital anticipado primer aviso sobre falsos
profetas.
vv. 6-14 sucesos del tiempo final de cara al
mundo.
a) en general (v. 6-8).
b) en la comunidad en medio de los pueblos (vv. 9- 14),
con un segundo aviso sobre los falsos profetas (v.
11).
vv. 15-28 sucesos del tiempo final de cara a
Judea.
a) Judea en general (vv. 15-22).
b) en la comunidad (vv. 23-28) con un tercer aviso sobre
los falsos profetas (vv. 23-26).
vv. 29-31 el fin, la venida del Hijo del
hombre.[106]
De este modo, Luz presenta una división que
consta de cinco partes.
Luego, tal y como indica Luz, en 6-14, se presentan los
sucesos del tiempo final desde un carácter general, es
decir, los signos que anteceden la consumación de la era:
guerras, rumores de guerras, enfrentamientos entre naciones y
reinos, hambre y terremotos (Mt 6-8). Jesús presenta los
signos, pero ya con un carácter específico: la
comunidad cristiana. Lo que ésta ha de padecer en medio de
los pueblos: torturas, muertes, odio y escándalo por causa
de él, traiciones y odios mutuos. Jesús menciona de
nuevo a los falsos profetas (v.11), anuncia un crecimiento
gradual de la maldad y el endurecimiento del corazón.
Luego Jesús, pasa de un paradigma negativo a un paradigma
completamente positivo, esto es, la perseverancia en el
seguimiento a Jesús y la esperanza de llevar a cabo la
proclamación del Evangelio a todas las naciones del
mundo.
Posteriormente, en la estructura de la perícopa
propuesta por Luz, se incluyen los vv. 15-28 para considerar los
sucesos del tiempo final de cara a Judea:
Judea en General (24,15-22): El ídolo abominable
erigido en el Lugar Santo anunciado por Daniel, los que
estén en Judea no deben huir a los montes, el que
esté en el techo que no baje a recoger cosas de la casa,
el que esté en el campo que no se devuelva por su manto,
incluso se menciona que las que estén embarazadas o
criando a sus hijos han de sufrir más aún;
Jesús le pide a Judá que ore para que esta huida no
suceda en un invierno ni en un sábado; también
anuncia que habrá la más grande tribulación
de todas y revela que habrá muestra de misericordia por
causa de los elegidos; esos días serán
acortados.
Judea en la comunidad (24,23-28): Jesús vuelve a
advertir que no se dejen engañar por los falsos cristos ni
por los falsos profetas.
Después, Luz sugiere considerar los versos 29-31
como aquellos que dan respuesta a la pregunta de los
discípulos ya que trata específicamente del fin y
de la Venida del Hijo del Hombre.
La parte central de la perícopa se encuentra en
24, 6-14 por ser una descripción general de los signos de
la consumación de la era:
Nosotros sostendremos en la interpretación,
(…), la hipótesis de que los vv. 6-14 y 15-18
anuncian, en dos descripciones paralelas, los mismos sucesos
desde ópticas diferentes en la primera sección
principal, la perspectiva es «ecuménica», en
la segunda, la mirada se dirige a
Judea.[107]
Cuando Ulrich Luz habla de las dos descripciones
paralelas, se refiere a las dos partes principales de la
perícopa: la primera corresponde a Mt 24, 6-14, que como
ya se dijo trata de una descripción de carácter
general de los sucesos; la segunda, Mt 24, 15-28, anuncia los
mismos sucesos desde una mirada dirigida a Judea
específicamente.
Análisis semántico
Esto ayuda a comprender aún más la
autoridad de Jesús de manera significativa porque bien se
podría ver al Señor Jesús permaneciendo en
el monte de los Olivos, él es el ideal esperado siempre,
pero no alcanzado nunca, que no hallará su
realización sino en Dios:
"Sólo Dios permanece, Dios, que es, que era y que
viene (Ap 4,8; 11,17), "Él es el Dios vivo, Él
perdura para siempre" (Dan 6,27; Sal 102,27s). Sentado en los
cielos inaccesibles, morada santa y eterna, se ríe de las
amenazas (Sal 2,4; 9,8; Is 57,15).[108]
En la mayoría de las religiones la
montaña, probablemente a causa de su elevación y
del misterio que la rodea, es considerada como el punto en que el
cielo toca la tierra. Cada país tiene su montaña
santa, allí donde fue creado el mundo, donde habitan los
dioses, de donde viene la salvación. La Biblia
conservó estas creencias, pero
purificándolas.[109]
Acerca del valor de la palabra "montaña" en el
evangelio de Mateo, León Dufour afirma que:
Las montañas en la vida de Jesús son
diversamente consideradas por los Sinópticos. Concuerdan
en mostrar que Jesús gustaba de retirarse a la
montaña para orar (Mt 14,23; Lc 6,12; 9,28)… Para
Mateo, las montañas de Galilea son el lugar privilegiado
de las manifestaciones del
salvador.[110]
Carter complementa diciendo que
Sobre enseñar en un monte (5,1; 14,23; 15,29;
28,16; Ex 19,10-24,18; Ez 40-48). El marco del monte de los
Olivos sugiere que van a ser importantes los temas del discurso.
El lugar es asociado con la presencia de Dios y con un despliegue
de su poder (gloria; véase Ez 11,22-24). Es también
escenario de castigo escatológico y salvación en
Zac 14,4 (cf. Mt 21,1.5), donde, "en el día del
Señor" (cf. Mt 7,22; 10,15), Dios entra en la ciudad,
vence a los enemigos de Israel e instaura su reinado y era de
paz. La presencia y la enseñanza de Jesús anticipan
ese día. El imperio de Dios está siendo ya
instaurado, pero aún no de manera
plena.[111]
El acercarse a alguien designa una
"aproximación respetuosa"[112]
según lo afirma Carter quien sugiere ver Mt 4,3: "el
tentador se acercó y le dijo…". Mt 4,11:
"El diablo finalmente lo dejó. Y entonces se acercaron
unos ángeles y se pusieron a servirle"; Mt 5,1b:
"Sus discípulos se le acercaron."; y Mt 8,2:
"En esto, un leproso se
acercó…"
Discípulo es "el que se pone voluntariamente
bajo la dirección de un maestro y comparte sus ideas
(…) el ideal no es, por tanto, adherirse a un maestro
humano, sino ser discípulo de Dios
mismo".[113] El seguimiento fiel a
Jesús es un compromiso dichoso de todo aquel que se
considere discípulo, porque es aquel que procura acercar
el Reino de Dios a todos sin discriminación alguna. Al
respecto Ospina afirma:
La única relación creyente que se puede
establecer con Jesús es la del seguimiento, que implica
comunión íntima y vital con él como el
totalmente otro, con quien puedo entrar en relación
personal, y a su vez compromiso efectivo con su proyecto del
Reino de Dios. De ahí que el seguimiento sea una
categoría evangélica y teológica que expresa
la globalidad de la vida cristiana, y que por tanto se convierte
en lugar de encuentro de la moral y la espiritualidad
cristianas.
Desde la estructura cristiana de llamada y respuesta,
típica del seguimiento, la moral cristiana aparece como la
respuesta que el creyente da a la propuesta de Jesús,
mediante un estilo de vida que encarna los valores del Reino,
realizados en él; y a través del compromiso
efectivo con el Reino, en el empeño decidido por la
transformación social a todos los niveles, desde una clara
opción por los pobres.[114]
Los discípulos se le acercaron al Señor en
privado. Es importante señalar el valor que tiene estar a
solas con el Señor, estar a solas involucra intimidad,
secreto, privacidad; de hecho, el Señor pide orar en
secreto (Mt 6,6). Los discípulos se le acercan en un
ambiente de privacidad para pedirle que les enseñe acerca
de sus inquietudes. Aquí la soledad se convierte "en
fuente de comunión y de fecundidad". León
& Dufour dice:
La soledad es (…) en sí misma un mal que
viene del pecado; puede, sin embargo, convertirse en fuente de
comunión y de fecundidad si se une a la soledad redentora
de Jesucristo.[115]
La soledad puede ser de carácter negativo y/o
positivo. La soledad negativa desvincula la natural necesidad del
hombre por estar acompañado "No es bueno que el hombre
esté solo" (Gen 2,18). Y hay una soledad positiva en
la que se ejercita una intimidad orante con el Señor, la
cual ha de ser fecunda para el espíritu humano. La
garantía de saber en la fe que el Señor no deja
solos a sus discípulos es tranquilidad esperanzadora para
quienes le invocan y le siguen.
Los diferentes significados de la palabra "semeion"
(signo milagroso, milagro, señal, signo,
indicación, marca, augurio, presagio, señal de
advertencia) otorgan al texto de Mt 24,3 un sentido de
solicitud a Jesús para que revele cuáles
serán esas manifestaciones prodigiosas que se han de
presentar anunciando la venida de Jesús y la
consumación de esta era. Esto evidencia la necesidad que
el hombre tiene de ver con sus propios ojos la prueba irrefutable
de lo que Dios anuncia. En Léon Dufour se lee:
Es verdad que el discurso escatológico que trata
en Mt del "signo de la parusía de Jesús y del fin
del mundo (Mt 24,3) evoca todavía estos acontecimientos
bajo la figura de signos cósmicos (Mt 24,29; Lc 21,25).
Pero en definitiva, todos estos signos se esfuman ante el del
Hijo del hombre (Mt 24,30), es decir, probablemente ante la
realidad de su triunfo."[116]
Desear saber cuáles son esos signos
cósmicos que dan por iniciada la Parusía y la
consumación de esta era, no debe ser la
preocupación del cristiano, ya que esas manifestaciones
prodigiosas desaparecen ante la realidad histórica y
espiritual del Triunfo del Señor.
Este fue un término empleado para la llegada de
un importante funcionario público; Parusía,
término que fue adoptado por los cristianos para referirse
a la venida del Señor Jesús.
El término denota presencia; pero, lo que es
más importante, tiene significado militar (2 Mac 8,12;
15,21), político y religioso. Denota la llegada de un
emperador, rey, gobernador, comandante militar u otro funcionario
importante a una ciudad o pueblo. La llegada iba muchas veces
precedida del cobro de un impuesto especial, en dinero o en
especie, para cubrir los gastos de esa ceremonia, que no era
más que un acto de sumisión al poder de la persona
recibida.[117]
Desde la perspectiva de fe, la parusía de
Jesús es razón de alegría y no de miedo,
todo depende si ha aceptado al Señor o no.
La parusía se actualiza también en el
culto. En el Apocalipsis habla Juan del "día
señorial", diez dominica (Ap 1,10), durante el cual tuvo
él su visión. Se trata en primer lugar del "primer
día de la semana" (1 Cor. 16,2; Act. 20,7), el día
siguiente al sábado, durante el cual los cristianos
festejaban al Señor; sin embargo, este día no se
acogió para suplantar al sábado, sino para
conmemorar un acontecimiento histórico, el día de
pascua, según la puntualización que se expresara a
comienzos del siglo II. El domingo recuerda, en efecto, la
victoria del Señor en el gran día de la
resurrección; como, por otra parte, es el día de la
celebración eucarística, anuncia la vuelta del
Señor, su parusía (1Cor
11,26).[118]
La palabra "sinteleías" indica:
finalización, terminación, consumación. A su
vez, la palabra "aionos" significa: edad, orden mundial,
eternidad, Eón (personificado como una fuerza maligna),
existencia, la vida presente. Esto nos refiere a la
traducción hecha por la NTI cuando se refiere a la
"consumación de esta era" y no a la de un
"fin del mundo". Es pues, una "consumación de
esta era" entendida como la terminación de aquella edad en
la que la élite israelita controlaba la vida religiosa,
política y económica del pueblo. Mc 15,38 dice:
"Entonces el velo del Santuario se rasgó en dos, de
arriba abajo." Al momento de Dios rasgar el velo del
Santuario, la era de dominio de esa élite se consume, para
así, Dios darle inicio a una nueva era.
Consumación significa "extinción,
acabamiento total".[119] Si la
"consumación de esta era" equivale a la "extinción
de un tiempo de abusos"; entonces es necesario que cada ser
humano, por medio de la gracia Divina, lleve a cabo la
consumación de aquello que lo esclaviza y deteriora; e
inicie un mundo en el que se una con el Padre para llevar a cabo
la total consumación de su vida y el total desarrollo de
su condición como hijo de Dios.
En la traducción de la Nueva Biblia de
Jerusalén a Mt 24, 3, se tiene la oportunidad de encontrar
una clave que permite un acercamiento a la comprensión del
fin del mundo. Pues bien, la palabra "fin" es un término
que puede causar asombro especialmente cuando se habla de un
fin-terminación del mundo; en Mt 24, 1-14, la palabra
"fin" aparece cuatro veces, específicamente en los vv. 3,
6 13 y 14.
a) Realización, cumplimiento.
b) Resultado, consecuencia.
c) Fin, término.
d) Fin, objeto.
e) Madurez, plenitud del desarrollo, del
derecho, de poder, etc.f) Lo que debe ser
cumplido.[120]
En la Reina Valera de 1960 (R60) se encuentra traducido
así: "Porque os digo que es necesario que se cumpla
todavía en mí aquello que está escrito: Y
fue contado con los inicuos; porque lo que está escrito de
mí, tiene cumplimiento." Mientras que en la Nueva
Biblia de Jerusalén (NBJ) se ha traducido así:
"Porque os digo que es necesario que se cumpla en mí
eso que está escrito: Ha sido contado entre los
malhechores. Porque lo que se refiere a mí toca a su
fin."
Montagnini y su equipo considera también a 1 Tim
1, 5 para mostrar el sentido de "propósito" que
tiene "telos": "l"amore attivo è indicato come lo
scopo delle istruzione impartite alla comunità".
Muestra un segundo ejemplo: "I Petr. I, 9 il telos della fede
in Cristo (v. 8) è la salvezza escatológica (v.
5)".
Este verso en la NBJ, "telos" se traduce como "meta":
"alcanzando así la meta de vuestra fe, la
salvación de las almas"; en la BNP se encuentra como
"término": "ya que van a recibir, como término
de (su) fe, la salvación personal"
Telos, se encuentra también en Ap 21, 6 y 22, 13
que Montagnini los trae a colación con la intención
de resaltar a "telos" como el "fin": "L"autodefinizione di
Dio… designa in primo luogo l"eternità, ed anche la
maestà assoluta".
Obsérvese entonces las diferentes
dinámicas del sustantivo "telos": cumplimiento,
propósito, meta, término, fin. Consecuentemente, se
puede relacionar "telos" con la "realización", no solo con
el hecho del "cumplimiento de algún evento" o con "llevar
a cabo algún propósito", sino también con la
"realización" desde una perspectiva de "plenitud": Una
persona puede cumplir una misión, tener presente un
propósito, procurar una meta o un fin y al hacerlo,
sentirse "realizada".
Lo argumenta definiendo al Cielo como:
1. Aquella realidad ultraterrestre que
constituye la atmósfera de Dios, infinita, plena y
sumamente realizadora de todo lo que el hombre puede
soñar y aspirar de grande, de bello, de reconciliador
y de plenificante.[121]
2. La palabra cielo quiere simbolizar la
absoluta realización del hombre como
satisfacción plena de su sed de
infinito.[122]
3. Cielo es simplemente sinónimo de
Dios, y para el NT, de Jesucristo Resucitado. Por su
ascensión Él no penetró en las estrellas
o en los inmensos espacios vacíos del cosmos, sino que
alcanzó su plenitud completa y logró el punto
más alto que podemos imaginar de penetración en
el mismo misterio de Dios.[123]
4. El Cielo no es la parte invisible del mundo.
Es el mismo mundo, pero en su modo de completa
perfección e insertado en el misterio del convivio
divino (…) Cielo no es un lugar hacia el cual vamos,
sino la situación de todos aquéllos que se
encuentran en el amor de Dios y de Cristo. Por el Cielo ya
está sucediendo aquí en la Tierra (Lc 10,10;
Flp. 4,3; Ap 20,15), pero su plenitud todavía
está por llegar.[124]
5. El Cielo no es fruto de especulaciones
difíciles para la inteligencia y para la
fantasía. Es la potenciación de lo que ya
experimentamos en la tierra. Cada vez que en la tierra
hacemos la experiencia del bien, de la felicidad, de la
amistad, de la paz y del amor, ya estamos viviendo en forma
precaria pero real, la realidad del Cielo. En la vida se dan
momentos de profunda tranquilidad y transparencia. Como por
encanto, las cosas grandes y pequeñas se destacan en
sus debidas proporciones. Sentimos el mundo en una
última reconciliación y con un sentido
acogedor. Esos momentos pueden ser fugaces, pero pueden
acontecer. Cuando acontecen, hemos experimentado dentro de la
tierra el germen de lo que es el cielo. Cada vez que
experimentamos algo profundamente humano, hacemos
simultáneamente la experiencia de lo ilimitado, de
algo "más" que circunda todas las cosas. Es el
adviento y la parusía del cielo. Con razón
cantaba el Padre Duval: "¡Cuando te vi, Dios
mío, a través de las cosas, el cielo no estaba
lejos en absoluto! ¡Cuando te vi, Dios mío, a
través de las cosas, era ya nuestra amistad lo que
empezaba!".[125]
Es de inconmensurable potencialidad de fe dejar
atrás el hecho de interpretar literalmente la Sagrada
Escritura sin caer en fundamentalismos y descubrir en su lugar,
un acercamiento humano al texto bíblico que le aclara su
relación consigo mismo y por tanto con Dios, adoptando una
posición clara en su fe al documentarse y leer las
Escrituras con un espíritu de fe y de modo consciente. El
"telos" humano es el Cielo, es decir, vivir cada día y por
siempre con Dios desde ya. Ratzinger al respecto
afirma:
"Vida eterna" significa la vida misma, la vida
verdadera, que puede ser vivida también en este
tiempo y que después ya no puede ser rebatida por la
muerte física. Esto es lo que realmente interesa: abrazar
ya desde ahora "la vida", la vida verdadera, que ya nada ni nadie
puede destruir. Este significado de "vida eterna" aparece muy
claramente en el capítulo sobre la resurrección de
Lázaro: "El que cree en mí, aunque haya muerto,
vivirá; el que está vivo y cree en mí, no
morirá para siempre" (Jn 11,
25s).[126]
Diferenciar el sentido entre "fin del mundo" y
"consumación de esta era" permite evidenciar la
predilección de Dios por los pobres; Dios, cuyo
énfasis no es destruir el mundo sino salvarlo, pone de
manifiesto su total desacuerdo con esa clase social que ha
ejercido un maltrato sobre los más débiles. La
valentía de Jesús es admirable, ya que ser capaz de
anunciar la consumación de una era injusta en medio de una
sociedad dominada por una casta sacerdotal capaz de aniquilarle
va y lo hace. Lo hace porque prefiere serle fiel a Su Padre;
Jesús, un subversivo social que lucha contra las
arbitrariedades cometidas a una clase oprimida, es capaz de
elevar Su voz y expresar su descontento ante esa
situación, demostrando que esta valentía es dada a
quien siente la angustia y el dolor del otro; es una
valentía dada, cuando se dispone a un seguimiento fiel al
Maestro que sí fue capaz de vencer a esa clase opresora
sin ninguna otra arma que Su Amor y entrega por sus
amigos.
A manera de conclusión, se puede comprender que
Jesús se sienta en el monte de los Olivos porque lo que va
a decir es de gran importancia y además porque tiene la
autoridad para enseñarlo; después de esto, los
discípulos se le aproximan respetuosamente a Jesús,
para decirle que les enseñe acerca de lo que acaba de
decir con respecto a la destrucción del Templo, solo que
ahora, los discípulos proponen una segunda pregunta que
incluye Su Parusía y la consumación de esta era.
Segunda pregunta que es respondida en Mt 24, 27-31 según
Luz:
Crítica de las fuentes y de las
tradiciones
Ulrich Luz, en relación con la fuente del
discurso escatológico afirma que, "el discurso
escatológico presenta a grandes rasgos un cuadro similar
al de la mayoría de los discursos mateanos, combina
materiales de Marcos, de Q y del fondo especial, por este orden
aproximadamente."[127]. Además de
aquellas fuentes, Luz afirma que Mt pudo también haber
tenido en cuenta el texto de Daniel 7,13 y Zacarías 12,
10-12, muy presentes por la primitiva comunidad cristiana. Luz
presenta sus argumentos destacando tres cambios significativos
relacionados con Mc 13:
La fuente de toda la sección es Mc 13,3-27. Mt
adapta esta larga sección, por lo general muy
moderadamente, a su propio vocabulario o a los LXX, y la
amplía algo en determinados pasajes. Sólo hay tres
cambios importantes respecto a Mc 13:
a) Los vv. 9-14 se corresponden con Mc 13,
9-13, un texto utilizado ya en el discurso a los
discípulos para la sección 10, 17-22. En los
vv. 9-14, Mt se apoya aún, a pesar de ello, en Mc 13,
9-13, de forma que emplea Mc 13, 9a en v. 9a, Mc 13, 13a en
v. 9b y Mc 13, 13b en v. 13. Coloca su versión de Mc
13, 10 al final (= v. 14). Los vv. 10-12 aparecen en nueva
formulación, quizá no se remontan a una fuente,
sino que proceden de Mt.
b) En los vv. 15-28 hay huellas o influencias
de Q 17, 20-37. El v. 26, paralelo al v. 23 = Mc 13, 21, se
remonta presumiblemente a Q 17,23, la versión mateana
es mucho más detallada, el elemento
Iingüístico es difícil de enjuiciar. Es
segura la correspondencia entre v. 27 y Q17, 24 y entre v. 28
y Q 17, 37b. En v. 27, quizá la mayoría de los
cambios son de Mt 18. En v. 28 es difícil determinar,
no tanto el texto, sino su lugar en Q. La última de
las tres secciones sobre los falsos profetas es mucho
más amplia y, por ello, más importante por los
añadidos a base de Q. Con los vv. 27s, la
sección adquiere una nueva intención respecto a
Mc. Pero cabe detectar asimismo una leve influencia de Q en v
17s, donde Mt fundió la versión Mc y la
versión Q del mismo logion (Mc 13,15, Q
17,31)
c) La descripción de la venida del Hijo
del hombre en vv. 29-31 aparece ampliada, sobre todo en el v.
30, respecto a Mc. La combinación de Dan 7, 13s con la
cita de Zac 12, 10-12, conocida en el cristianismo primitivo,
figura en términos muy parecidos en Ap 1, 7.
Aquí pudo recurrir Mt de nuevo, presumiblemente, a una
elaboración del material Mc realizada por letrados de
la comunidad. De procedencia similar es quizá la
mención de la trompeta, como en otros pasajes que
describen la parusía. El resto de los cambios de la
sección final se deben al
evangelista.[128]
Al comparar los Sinópticos:
Mc 13, 3-4 | Mt 24, 3 | Lc 21, 5-7 |
3 Estando luego sentado en el monte de los 4 "Dinos cuándo sucederá eso | 3 Estando luego sentado en el monte de los | 5 Como algunos hablaban del Templo, de 6 "De verdad esto que veis, llegarán 7 Le preguntaron: "Maestro, |
Mc es el más antiguo de los Evangelios y Mt
bebió de allí, se observa, cómo Mt conserva
el hecho de que Jesús está sentado en el monte de
los Olivos, en privado; no considera relevante el hecho de que
estén frente al Templo. Involucra a "Sus
discípulos", probablemente a los doce, quienes "se
acercaron", mientras que en Mc se precisa el nombre de cuatro
discípulos.
Tanto en Lc como en Mc no se menciona "Parusía";
se podría decir que Mc y Lc ya habían visto que no
era tan inmediata esa Venida, la preocupación en Mc y Lc
gira en torno a ayudar a que el lector asuma su papel en la
historia, ya que es en la historia donde acontece la Venida del
Señor y donde se ofrece la principal señal para
darle total consumación a la realización humana. En
Lc y en Mc la angustia desaparece. Esto permite distinguir las
distintas visiones de los evangelistas; todas ayudan a re-leer la
categoría "fin-fin; fin-horror".
Crítica
Histórica
La fuente de Mt 24, 3-31 es Mc 13,
3-27.[129] Mt data de la década del 80 al
90, mientras que Mc data de los años 64 y 70
aproximadamente[130]Junto a éstos, se
encuentra Lc 21, 5-7 mencionando la destrucción del
Templo; Mc y Mt ubican a su narración en el contexto del
monte de los Olivos y en la privacidad; mientras que Lc no
menciona al monte de los Olivos ni tampoco que haya ocurrido
privadamente. Los sinópticos coinciden en que los
discípulos de Jesús se encontraban allí; Mc
menciona a 4 de ellos. Mt y Lc no mencionan con nombre propio a
ninguno de ellos, solo dan a entender que todos están
allí. Los sinópticos adoptan una actitud de
interés frente al tema de la destrucción del
Templo, sin embargo, sólo es Mt quien añade otra
pregunta acerca de los signos de la Parusía del
Señor y de la consumación de la era, dejando ver en
Mt un lenguaje apocalíptico que no se presenta en los
otros dos sinópticos.
Si la destrucción del Templo de Jerusalén
sucedió en el 70 d.C. y Mt fue escrito "algo
después de 70 d.C., pero antes de 100
d.C.,"[131] y si el pasaje de Mt se
basó en Mc, el cual, como se dijo arriba es probable que
haya sido redactado entre el 64 y el 70; da a entender que la
profecía de la destrucción del Templo pueda ser de
carácter ex – eventum:
Otro factor indicativo de una fecha superior a 70 d.C.
para la composición de Mateo es que este evangelio se
refiere a la destrucción de Jerusalén, llevad a
acabo ese mismo año por los romanos e interpretada como
castigo de Dios. En 22, 1-14, Jesús pronuncia la
parábola del rey que ofrece el banquete de bodas de su
hijo, sin que acudan los invitados. El v. 7 describe la violenta
reacción del rey. Éste manda tropas que acaben con
ellos e incendien su ciudad y luego invita a otros al banquete.
Tal reacción es desmedida, y la noción de un rey
celebrando la boda de su hijo en medio de humeantes ruinas,
totalmente irreal. Además, entre los vv. 6 y 8 hay una
conexión lógica interrumpida por el v. 7, el cual
no aparece en la versión lucana de la parábola (Lc
14, 15-24). Parece como si Mateo hubiera añadido el v.7
para ofrecer una interpretación teológica de la
destrucción de Jerusalén por
Roma.[132]
Pero esto no le resta valor profético al texto,
todo lo contrario, Mateo comunica a sus lectores que la historia
está permeada por el permanente actuar de Dios en la
historia de la humanidad:
El autor del evangelio, junto con otros
intérpretes judíos de la época, ve la
destrucción de Jerusalén por los romanos como
castigo de Dios. Para Mateo, el castigo es por el pecado de la
elite en rechazar al agente o Hijo de Dios, Jesús (cf.
21,12-13.18-19.41-43; 22,7; 23, 37-39; 24,15;
27,25).[133]
Cuando Jesús anuncia la destrucción del
Templo, da pie a que surjan las preguntas de sus
discípulos en relación, no solo con el Templo, sino
con la Parusía y el fin del mundo.
Se puede decir que el autor del Evangelio era un
judeocristiano por sus "frecuentes citas de la Biblia hebrea;
las interpretaciones de las tradiciones por Jesús; las
practicas judías recomendadas, como dar limosna, orar y
ayunar (cf. 6,1-8)" [134]. En cuanto a los
destinatarios se puede decir que:
Estar en tensión con una sinagoga no es una
simple cuestión religiosa (…) Significa
separación del propio pueblo y comunidad. Y ello tiene
dimensiones políticas, sociales, económicas y
familiares. El público mateano es parte de la diversidad
de la comunidad judía antioquena. Pero el evangelio deja
percibir una considerable tensión entre el grupo de
Jesús y otros dentro de la comunidad sinagogal. Las
tensiones son evidentes, por ejemplo, en los cambios que Mateo
efectúa en sus fuentes, Marcos y Q. Muchos especialistas
–pero no todos- piensan que, al componer su evangelio,
Mateo modificó Marcos y Q para atender a las
circunstancias particulares de su público y para reflejar
la perspectiva del autor en aquella
situación.[135]
Así, el deseo de los discípulos por saber
más acerca de cuándo debía ser destruido el
Templo, cuándo vendría el Señor y
cuándo llegaría la consumación de la era,
encaja de manera pertinente en la historia, ya que el autor
presenta una situación propia de su comunidad, es decir,
refleja una situación propia de los años
70-80.
Interpretación general del texto
El texto fue originalmente escrito para los primeros
miembros de la comunidad mateana, pero ¿cuál fue su
situación? Tassin invita a realizar una
aproximación a ese contexto:
Entendamos la situación de los lectores de Mateo
a finales del siglo 1. Jerusalén ya ha caído en el
70. ¿Era ése el Juicio final de Dios, de modo que a
partir de ese momento se podría vivir la fe como una
sabiduría tranquila y sin historia? El evangelista no
piensa así, y va a organizar los dichos de Jesús en
dos etapas. La primera etapa (24,4-31) mezcla las
alusiones a la ruina de Jerusalén con el anuncio del fin
del mundo. En efecto, el aniquilamiento de la Ciudad no era, a
los ojos de Mateo, más que la repetición general
del juicio futuro, de la aparición gloriosa del HIJO del
hombre (24,26-31). Sin duda hay signos, y cada crisis de la
historia significa, de manera discernible, el fin de un mundo.
Pero, en la segunda parte (24,32-25,30), Jesús
desplaza la preocupación de los discípulos. De la
pregunta sobre «cuándo» se pasa a un problema
más crucial: ¿«cómo» prepararse
para el Ineluctable advenimiento del que nadie sabe el día
ni la hora (24,36)? El cristiano vive bajo la perspectiva de un
juicio futuro. De ahí cinco parábolas centradas en
el deber de una vigilancia activa. Después de lo cual
Mateo podrá presentar -tan frecuentemente representado en
las puertas de las catedrales- el grandioso fresco del juicio del
mundo por el Hijo del hombre
(25,31-46).[136]
Además de lo anterior, conviene considerar los
anuncios hechos por los profetas del AT acerca de la llegada
inminente del Mesías, pues allí subyace la
principal tesis de la obra mateana: demostrar cómo en
Jesús se da cumplimiento de todo lo que había sido
escrito acerca del mesías.
El autor del Evangelio de Mateo, comunica a sus lectores
el permanente involucramiento de Dios en la historia de la
humanidad, haciéndose manifiesta en su inconmensurable
gesto de amor y fidelidad constantes a lo largo de la existencia.
La siguiente tabla presenta algunos ejemplos en los que Mateo
cita a varios profetas del AT en medio de sus narraciones para
así, comunicar a sus lectores cómo este
cumplimiento de los anuncios de los profetas se da en la vida y
ministerio de Jesús:
Cita de Mateo | Cita del AT aludida por el autor |
1,22-23: Todo esto sucedió para que | Is. 7,14. |
2,5-6: Ellos le respondieron: "En | Miq. 5,2 |
2,15: Y estuvo allí hasta la muerte | Os 11,1 |
2,17-18: Entonces se cumplió lo | Jer. 31,15 |
2, 23: y fue a residir en una ciudad | Jc. 13, 5.7 / Is. 11,1 / Is 42,6 |
3, 3: Éste es de quien habló | Is 40,3+ (LXX) |
4, 14-16: para que se cumpliera lo dicho | Is 8, 23- 9, 1 / 1 M 5, |
8, 17: para que se cumpliera lo dicho por el | Is 53,4 |
11,10: Éste es de quien está | Ex 23,20 / Ml 3,1 Dn |
12,17 para que se cumpliese lo dicho por el | Is 42, 1-4 / Ag 2,23 I Is |
13,14-15: En ellos se cumple la profecía de | Is 6, 9-10+ |
13,35: para que se cumpliese así lo dicho | Sal 78, 2 |
21,4-5: Esto sucedió para que se cumpliese | Za 9,9 |
27,9-10 Entonces se cumplió lo dicho por el | Za 11: 12-13 / Ex 9, 12 |
Lo anterior para mostrar que si efectivamente, se da
cumplimiento a las profecías registradas en el AT,
entonces las registradas en el NT también tendrán
cumplimiento en la historia del hombre:
Presentados en un estilo apocalíptico lleno de
imágenes, estos signos no son fáciles de
interpretar. Podemos, sin embargo, subrayar uno de ellos:
«Habrá seísmos (o temblores de tierra) (v.
7). De suyo, mera imagen tradicional, este
«seísmo» aparece varias veces en Mateo como
símbolo de la llegada efectiva de los últimos
tiempos: cuando la muerte de Jesús, un seísmo abre
las tumbas (27, 51) y, al ver ese seísmo, los guardias se
llenan de pavor (27, 54); otro seísmo abre la tumba de
Jesús (28, 2). Y en el milagro del «seísmo
amordazado», Mateo había anticipado ya estos
acontecimientos (8, 24). Todas estas imágenes, recogidas
del Antiguo Testamento, tienen que asegurarnos de que esta venida
es cierta y que hay que esperarla en la
fe.[137]
El autor comunica a sus primeros lectores que
Jesús atendía de manera atenta las solicitudes de
todos, incluyendo las de sus discípulos. Él las
atendió con autoridad del Maestro dueño de la
Gracia y Sapiencia de Dios. Las inquietudes que sus
discípulos le manifestaron, fueron expresadas con respeto
hacia Él, como parte de la relación cercana e
íntima que existía entre discípulos y
Maestro.
Jesús enseña, en un lenguaje
apocalíptico, los diferentes acontecimientos que han de
venir, con el objeto de que sus discípulos velen, ya que
el día y la hora son solo del conocimiento del Padre (Mt
24,36).
Luz establece cuatro posibilidades de
exegesis:
El final de la Antigua Alianza tras la
destrucción de Jerusalén y la visión
simbólica, contrapuesta a esa destrucción, del
Rey Cristo.La destrucción de Jerusalén en la
historia y la Parusía en el final de la historia
mundial.La segunda pregunta de los discípulos donde
se opina que Jesús pasa por alto o la posterga tanto
la Parusía como "el fin del mundo".Interpretación de las dos preguntas como solo
una.[138]
Luz descarta la primera y la cuarta, prefiriendo la
segunda y tercera posibilidades de exegesis. Ahí el autor
ahonda en el discurso de Jesús, reconociendo el
número de eventualidades dentro y fuera de la comunidad.
Luz plantea:
¿Cuál fue el significado para los
lectores? Como todas las partes del capítulo que
contemplan retrospectivamente lo ya sucedido, estos
versículos reforzaban su confianza en el único
maestro omnisciente, Jesús: lo que ellos vivieron ya
indirecta o directamente, Jesús lo había anunciado
antes. Él es también, por tanto, digno de confianza
en lo que les diga sobre el futuro que aún
falta.[139]
Preocuparse entonces por el "cómo" y no por el
"cuándo" de la consumación de la era es una de las
tareas del cristiano. En la fe, darle cabida a la
preocupación por el "cuándo" es construir una
relación con Dios sobre un limitado marco determinado
sólo por el tiempo. Sin embargo, darle cabida al
"cómo" le permite al cristiano considerar la sugerencia de
Jesús de velar. El ejercicio de velar conduce a la
oración constante y ésta a descubrir Su Voluntad.
Velar pues, brinda la oportunidad de ser transformado por Dios;
ese regalo de la transformación en el ser cristiano
facilita una visión favorable que posibilita el hecho de
vivir una culminación de la era de muerte y
consecuentemente, dar inicio a una nueva vida cuya esencia
vitaliza la relación con Dios y llena de alegría la
expectativa por su Venida.
El discípulo le pregunta al Maestro por el
"cuándo" y el Maestro le responde con el "cómo".
Así, la consumación de la era es una tarea del
hombre siempre y cuando éste acepte el regalo de la
transformación que solo Dios puede hacer.
Actualización del texto
Jesús se encuentra sentado en el monte de los
Olivos y luego sus discípulos se le acercan para decirle
que amplíe la información relacionada con la
destrucción del Templo, Mateo añade dos preguntas
que involucran la Venida del Señor y la consumación
de esta era. Jesús es quien genera este diálogo
dando información de cuáles serán los signos
que han de preceder a estos acontecimientos. Los
discípulos reciben esta información, en la cual se
distinguen, dos datos clave que fortalecen la fe: 1. Que hay que
velar siempre y 2. Que en realidad el día y la hora es un
dato que sólo el Padre sabe.
Amplían la fe porque el cristiano, al recibir el
imperativo: "velad" (Mt 24,32; 25,13; Mc 13,37) debe
acogerle como una orden, no como una sugerencia. El tono en
Marcos es más contundente aún: "Lo que a
vosotros digo, a todos lo digo: ¡Velad!". Jesús
ha hablado con claridad frente a este dilema que ha preocupado a
muchos ahora y siempre. El segundo dato clave fortalece la fe
porque hace énfasis, como lo explicó Boff, en que
la preocupación del cristiano no es la de saber día
y la hora, sino, y se llega a lo mismo: velad.
Mt 24,3 revela a Jesús no solamente desde el
amor, sino también desde la autoridad, ya que
"Jesús se encuentra sentado sobre el monte de los
Olivos" (Mt 24,3); recuérdese el sentido
semántico de la frase: "estar sentado".
De igual manera, Mt 24,3 permite acercarse a
Jesús en un dialogo íntimo, un dialogo "en privado"
entre discípulo y Maestro, Jesús siempre
está dispuesto a una charla íntima con su
discípulo, esto es, el orar en lo secreto (Mt 6,6). Nunca
Jesús dirá que no ante el gesto orante de Su
seguidor, ni exigirá un formato estricto para orar;
sí indica unos elementos a seguir, pero el corazón
humano, al ser sincero, disfrutará de una charla privada
con Él, como la que sucede de un hijo con su papá.
Darse la oportunidad de hablar a solas con Él lleva
sólo ganancias; es el mejor negocio de todos: gana quien
ora y por quienes se ora. Poco a poco quien se interese por
mejorar esas sesiones de conversación con Dios, se
irá puliendo y en ella siempre incluirá las
gracias, la alabanza, el pedir perdón, el ponerse en Sus
manos hasta consagrarse a Él.
De esta manera, el cristiano debe prepararse "para
el Ineluctable advenimiento".[140] Esta
preparación se puede llevar a cabo al acercarse a
Jesús. Esa llegada urge a maravillarse en el
valor de la liturgia, al ser esta en definitiva, la evidencia en
la fe en que el Señor viene todos los días.
Allí se presenta Dios litúrgicamente con Su
acción salvífica para todo aquel que lo acoja,
dándole fin a una vida incoherente y sin sentido. Dios
llega y obsequia el regalo de vivir con él eternamente,
desde ese momento, activando la conversión.
Por su claridad en el mensaje, por su riqueza
argumentativa y la oportunidad que ofrece el CIC, se presentan
algunos numerales que brindan la oportunidad de comprender mejor
el sentido de "fin", pero entendido como "meta". Por ejemplo, en
el numeral 32 se encuentra que "a partir del movimiento y del
devenir, de la contingencia, del orden y de la belleza del mundo,
se puede conocer a Dios como origen y fin del
universo".[141] El 260 afirma: "El fin
último de toda la economía divina es la entrada de
las criaturas en la unidad perfecta de la Bienaventurada Trinidad
(Cf. Jn 17, 21-23)"[142] El 294:
"(…) el fin último de la creación es que
Dios, "Creador de todos los seres, se hace por fin "todo en todas
las cosas" (1Co 15,28), procurando al mismo tiempo su gloria y
nuestra felicidad (Ad Gentes
2)".[143]
El "fin del mundo" como "fin-terminación" es
mencionado en el 1001 en relación con la
resurrección de los muertos, específicamente
tratando la pregunta ¿cuándo?; el CIC responde que
esto ha de acontecer precisamente en el "último
día" (Jn 6, 39-40.44.54; 11,24); y al "fin del mundo"
(Lumen Gentium 48)[144]. Por demás, la
palabra "fin" en el CIC es entendida como "fin-meta". El 1021 y
1022 informan acerca del Juicio Particular.[145]
En el 1752 el "fin" es también entendido como un
"fin-propósito".[146]
Un ejemplo más de la palabra "fin" como
"fin-meta" se encuentra en el 1829:
La caridad tiene por frutos el gozo, la paz y la
misericordia. Exige la práctica del bien y la
corrección fraterna; es benevolencia; suscita la
reciprocidad; es siempre desinteresada y generosa; es amistad y
comunión: La culminación de todas nuestras obras es
el amor. Ese es el fin; para conseguirlo, corremos; hacia
él corremos; una vez llegados, en él reposamos (San
Agustín ep. Jo. 10,4).[147]
Igual sucede en el 1878 que muestra que "todos los
hombres son llamados al mismo fin:
Dios."[148]
Al tener en cuenta que el texto griego de Mt 24, 3
aparece la palabra "consumación", el Catecismo de la
Iglesia Católica ofrece clara información al
respecto a lo largo de varios numerales, aquí se destacan
algunos:
a. El Espíritu Santo coopera con el
Padre y el Hijo desde el comienzo del Designio de nuestra
salvación y hasta su
consumación.[149]b. Desde el comienzo y hasta la
consumación de los tiempos, toda la obra de Dios es
bendición. Desde el poema litúrgico de la
primera creación hasta los cánticos de
Jerusalén celestial, los autores inspirados anuncian
el designio de salvación como una inmensa
bendición divina.[150]c. Se comprende, por tanto, que en cuanto
respuesta de fe y de amor a las "bendiciones espirituales"
con que el Padre nos enriquece, la Liturgia cristiana tiene
una doble dimensión. Por una parte, la Iglesia, unida
a su Señor y "bajo la acción del
Espíritu Santo" (Lc. 10,21), bendice al Padre "por su
don inefable" (2Cor 9,15) mediante la adoración, la
alabanza y la acción de gracias. Por otra parte, y
hasta la consumación del designio de Dios, la Iglesia
no cesa de presentar al Padre "la ofrenda de sus propios
dones" y de implorar que el Espíritu Santo venga sobre
esta ofrenda, sobre ella misma, sobre los fieles y sobre el
mundo entero a fin de que por la comunión en la muerte
y en la resurrección de Cristo-Sacerdote y por el
poder del Espíritu estas bendiciones divinas den
frutos de vida "para alabanza de la gloria de su gracia" (Ef
1,6).[151]d. Jesús ha cumplido toda la obra del
Padre, y su oración al igual que su sacrificio, se
extiende hasta la consumación de los siglos
(…)[152].
La venida del Señor ocupa un espacio fundamental
en la vida del cristiano, especialmente en la celebración
de la Eucaristía católica, en la cual la
feligresía católica obtiene el carácter
histórico-espiritual de Su Venida, lo confiesan en el
Credo de los Apóstoles: "(…) subió a los
cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre
Todopoderoso, desde allí ha de venir a juzgar a vivos y
muertos (…)"
El fin del mundo sucede, sucedió y
sucederá. "Sucedió" cuando Jesús
murió por todos en la Cruz, pues le dio fin al mundo
inhumano y le dio cabida al inicio de un mundo cuyo centro es
Él. Se dice que "sucede" porque Jesús se hace
presente en la Liturgia: Jesús Eucaristía como
culmen de la fe cristiana y realización del encuentro
entre el Cielo y la Tierra. Llega para permanecer en cada uno de
los que lo aceptan. Finalmente, se dice que el fin del mundo
"sucederá", y esto ocurre cuando llega el momento de
morir. Para esa persona, el mundo ha llegado a su fin. Sin
embargo ha de continuar su existencia, dependiendo del Juicio
personal y universal que recibirá.
El cristiano y el seguidor de los aportes mayas
encuentran un punto coincidencial en sus tiempos; el tiempo
cristiano, siendo lineal por enmarcarse en una Alianza Nueva en
la espera de la llegada del Señor en un tiempo por venir;
el Maya, siendo circular por cumplir un ciclo que se reanuda
dándole inicio a una nueva era de transformación.
El punto coincidencial de ambos tiempos es la
transformación: la transformación personal y
universal que da Dios al tocar el espíritu de cada persona
que le acepta y el tiempo de transformación maya que
invita a ser responsables con el planeta tierra que todo lo
provee.
Considerando las concepciones del fin del mundo de los
estudiantes y las de las iglesias; considerando también la
perspectiva del inicio de una nueva era de los mayas, las serias
advertencias de la ciencia en torno a las inminentes
consecuencias por el maltrato al planeta y a la humanidad,
además de los estudios reflexivos de los teólogos;
nos podemos encaminar en el hecho de que en la vida de todos,
debe predominar la formulación de las siguientes
preguntas:
¿Reconozco al Señor Jesús como
mi Salvador y Maestro que enseña desde el monte con
autoridad, amor y justicia?¿Me reconozco como fiel discípulo
seguidor de Jesús que procura permanentemente
acercarse a Él?¿Reconozco que existe la oportunidad diaria
de hablar con el Señor en privado para confiar mi vida
depositando mi fe en Él?¿Reconozco que en el Señor
Jesús se encuentran las respuestas que le dan sentido
a la vida?
El planeta y la humanidad están siendo
maltratados. Es necesario actuar de manera consciente aceptando
la propuesta de Jesús, la cual convida a un
aprovechamiento de la existencia humana; construyendo una firme
base de sentido al priorizar la virtud y la dignidad fraterna que
conlleva a la terminación de injusticias humanas y
alimenta el firme deseo de mejorar en el seguimiento fiel a
Jesús. Este seguimiento exige una vida coherente con el
Amor de Dios, para que, consecuentemente, se lleve a cabo la
praxis de la caridad siempre: formando parte de la acción
centrada en Cristo por medio de la adhesión o
conformación de grupos, fundaciones, organizaciones e
instituciones en general que procuran atender la
dignificación del mundo y sus habitantes.
Este trabajo se sitúa en la perspectiva de un
fin-realización y un fin-destrucción; no del mundo
sino de la maldad. Dicho de otro modo, la perspectiva que este
trabajo de investigación adopta, es la de procurar una
culminación de una era inhumana e iniciar un mundo cuyo
misión sea Cristo céntrica. Una vez se adopte una
actitud coherente con ese fin-realización, las ideas
fatalistas del mundo quedan por fuera del sentido y del
carácter cristiano que promueven las ideas favorecedoras
de la vida y cuidado de la Creación.
Esta era, cuya principal enfermedad es la
corrupción, tiene que llegar a su punto final. Las
instituciones estatales o privadas que deberían velar por
la dignidad de los ciudadanos, se han visto comprometidas porque
su misión no está siendo realmente efectiva. El
gran problema de Colombia es el abandono estatal y un Estado que
abandone a sus ciudadanos es un Estado que tendrá que
enfrentar las consecuencias de ese grave error. La
consumación de esta era debe ser llevada a cabo desde el
interior de la persona para que le dé fin a ese mundo que
las hace sufrir y que por demás, nunca promete un destino
a la altura de un hijo de Dios.
Es vital que una vez, la persona reconozca su necesidad
de Dios, aprenda a amarse y a amar a los demás
convirtiéndose en un "instrumento de paz" como lo
enseña San Francisco de Asís. La gran necesidad de
Dios está encaminada a un fin del mundo de maldad y al
inicio de un mundo de bondad. Ahí viene el Señor,
ahí se juzga finalmente si aceptarlo o no; pero no a
aceptarlo por miedo sino porque se le ama. Esa es una propuesta
clara que conlleva a un fin-realización del
hombre.
Elaboración
Pedagógica
Relacionar el fin del mundo y su exterminio con el fin
del mundo y su realización, puede llevarse a cabo si se
tiene en cuenta el hecho de entender que el fin para un cristiano
no puede representar el miedo a la parusía del
Señor, sino exactamente todo lo contrario, se trata de la
esperanza-certeza de saber que se ha de vivir con él desde
hoy y para siempre.
La elaboración pedagógica de este trabajo
se basa fundamentalmente en los pasos de la Lectio Divina junto
con los rasgos pedagógicos del aprendizaje significativo
sintetizados por Julián de Zubiría con el
propósito de ofrecer una correcta perspectiva cristiana
del "fin del mundo".
El "aprendizaje significativo" es un modelo
pedagógico propuesto por David Ausubel el cual parte de lo
que el aprehendiente ya sabe, ya que así éste
relaciona la nueva información con la que actualmente
pueda contar.
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