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Análisis Critíco de la Unidad Curricular Proyecto del PNFA (Venezuela)



Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Aspectos relativos a la sistematización y reflexión crítica sobre la práctica educativa
  3. Propuesta pedagógica
  4. Conclusiones
  5. Referencias bibliográficas

Análisis Crítico sobre las características
del Área de Conocimiento de las Ciencias Sociales y Humanas, enmarcadas
en el Programa Nacional de Formación en Administración
del Instituto Universitario de Tecnología José Antonio Anzoátegui
(IUTJAA), específicamente en la Unidad Curricular: Proyecto del PNFA
y una propuesta pedagógica
a través de un Proyecto Socio Integrador

Introducción

El Instituto Universitario de Tecnología José Antonio Anzoátegui en el marco encaminado hacia la transformación universitaria parte de un contexto a partir de los Programas Nacionales de Formación en distintas especialidades, para brindar a sus estudiantes carreras que surten un efecto social, en beneficio de las necesidades que padecen las comunidades venezolanas.

Ese contexto nace de las políticas emanadas por el Presidente de Venezuela Hugo Rafael Chávez Frías a través del Proyecto Nacional Simón Bolívar, donde surge la iniciativa en concordancia con los PNF de vincular la universidad con el Poder Popular, mediante sus organizaciones debidamente conformadas (Consejos Comunales); con el fin de incluirlo y darle respuestas a sus necesidades, en beneficio de todos, en conocer su cultura, saberes, conocimientos, tradiciones, etc.

Desde esa perspectiva, el docente como formador en valores humanistas debe emprender su formación permanente para lograr una gestión donde integralmente la universidad, comunidad, estado, empresas; sean capaces de generar cambios que conduzcan a la transformación universitaria, a las realidades del saber, del reaprender, entre otros.

A tal efecto, se presenta un Análisis Crítico sobre las características del Área de Conocimiento de las Ciencias Sociales y Humanas, enmarcadas en el Programa Nacional de Formación en Administración del Instituto Universitario de Tecnología José Antonio Anzoátegui (IUTJAA), específicamente en la Unidad Curricular: Proyecto del PNFA y una propuesta pedagógica a través de un Proyecto Socio Integrador.

En cuanto al Análisis Crítico se contempla la actuación pedagógica durante el tiempo laborado en la institución en la Unidad Curricular: Proyecto, donde se vislumbran los aspectos epistemológico, teórico y metodológico sobre esa práctica educativa, la cual genera como resultado una (1) propuesta, de gran importancia para ser incluidas en el Programa Nacional de Formación en Administración del (IUTJAA), como un aporte para la transformación universitaria correspondiente a los aspectos vinculados al desarrollo nacional, territorial e institucional.

Para finalizar, la estructura del Análisis Crítico se describe mediante las siguientes secciones:

Sección I: Aspectos relativos a la sistematización y reflexión crítica sobre la práctica educativa referente a: Aspecto Epistemológico, Aspecto Teórico y Aspecto Metodológico.

Sección II: La propuesta pedagógica, a través de un proyecto sociointegrador el cual contempla, título, planteamiento del problema, objetivos, justificación, fundamentación teórica, metodología, plan de acción, propuesta de la nueva estructura, conclusiones y Referencias Bibliográficas.

SECCIÓN I

Aspectos relativos a la sistematización y reflexión crítica sobre la práctica educativa

ASPECTO EPISTEMOLÓGICO

Actualmente, estamos viviendo un enmarcado debate y compartir de saberes auspiciado por el Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria en Venezuela, contemplados en el Plan de Formación Permanente 2011-2012, para que los docentes venezolanos se sumerjan hacia el avance de la transformación universitaria.

En ese Plan de Formación Permanente los docentes estamos siendo los protagonistas hacia la emancipación de la educación universitaria, desde un escenario cimentado en el proceso de discutir y analizar la universidad como un espacio que conduzca a la transformación del ser social, a través de una práctica educativa vinculante con nuestra comunidad; para ir juntos a la construcción, intercambio, apropiación de conocimientos y valores; partiendo de la premisa de una educación universitaria incluyente, crítica, democrática y participativa.

Desde ese contexto, no encontramos ante una importante discusión en los diversos campos de las ciencias sociales, matemáticas y, especialmente en la educación universitaria, donde se trata de incorporar y fortalecer los principios fundamentales de las corrientes filosóficas y epistemológicas que conducen a la verdadera transformación de la universidad en Venezuela; tomando como apoyo las ya existentes en América Latina y El Caribe durante el siglo XX.

En este marco, existe un gran interés sobre mi reflexión teórica-práctica educativa en el campo de las ciencias sociales de la educación, particularmente para hacer críticas reflexivas, tomando en cuenta las concepciones epistemológicas donde sustento mi labor como docente en el Instituto Universitario de Tecnología José Antonio Anzoátegui, en el Programa Nacional de Formación de Administración, en la Unidad Curricular Proyecto.

A fin de precisar tales concepciones en Venezuela se está desplegando un proceso de transformación a nivel político, social, educativo, económico y cultural, donde el estado venezolano, por intermedio del Gobierno Bolivariano de Venezuela, ha venido consolidando el establecimiento de un sistema económico socialista, tecnológico y científico, con miras a fortalecer la soberanía y el desarrollo de las fuerzas productivas en el país.

Sobre la base de las consideraciones anteriores, esa transformación universitaria se enmarca bajo una concepción socialista, orientada hacia la construcción del Proyecto Nacional Simón Bolívar y consagrado en nuestra Constitución Bolivariana (1999) para llevarnos a la construcción de un hombre nuevo del siglo XXI, que relacionada con las propuestas y proyectos curriculares en su estructura y desarrollo, requiere la formación de un profesional, en cuanto ser humano, con un nivel de conciencia que le permite asumir sus responsabilidades en una sociedad de iguales, con ideario bolivariano. Como lo plantea nuestro Presidente de la República Hugo Chávez Frías

Esto explica por qué el presidente, impulsa el desarrollo de una conciencia revolucionaria más allá de nuestras fronteras y fundamenta la Revolución Socialista en el Ideario Bolivariano. El legado de Bolívar hace comprender la entrega total y el desprendimiento, en este momento histórico cuando en Venezuela se conduce un proceso de cambios y grandes transformaciones. Nos encontramos con los sueños grandiosos de nuestro héroe El Libertador, que son los mismos sueños que hoy procuran los pueblos deseosos de igualdad, de unión, de justicia y libertad.

Tomando en cuenta ese gran sueño de Bolívar, es necesario la participación de todos los actores involucrados en el hecho educativo (Autoridades, Docentes, Estudiantes, Administrativos, Obreros, Comunidades, Estado), para que tengan una concepción abierta y flexible que consideren su constante enriquecimiento en la interacción de lo comunal, local, regional, nacional e internacional, que promueva el desarrollo endógeno mediante la construcción colectiva y una acción profesional transformadora, de libre expresión, donde se propicie el debate de las ideas y el respeto por la diversidad, vinculando éste a las necesidades reales de Venezuela en los ámbitos económico, social, político, internacional, medio ambiental, territorial, y tecnológico, a fin de contribuir con la Suprema Felicidad de todos los venezolanos.

Desde este panorama la práctica educativa emprendida como docente venezolana, se cimenta en el pensamiento pedagógico emancipador del gran maestro Simón Rodríguez, el cual planteó ideas y principios para la educación popular de una república emancipada. Donde se brinde un modelo educativo que involucre  la necesidad de formar un hombre nuevo, con conciencia crítica, revolucionaria, bajo principios, valores y moral ciudadana, que atienda al pensamiento de Simón Rodríguez, pionero de la educación emancipadora no solo en Venezuela sino en toda América.

En base a ese planteamiento, hoy por hoy, se le está dando vida y vigencia a las grandes ideas Rodrigueanas, gracias a las políticas públicas en materia de educación universitaria y en los demás niveles educativos venezolanos. Aunado a ello tomo como base el postulado de Simón Rodríguez, porque el plantea la necesidad de crear un modelo político propio de nuestra sociedad, que no copie viejos modelos venidos de otras tierras y que más bien conozca de lo existente en otras latitudes no para copiarlo, sino, para tenerlo en cuenta a la hora de enriquecer lo nuestro. En cuanto a la pedagogía de Rodríguez, podemos hallar los cimientos de la educación orgánica y transformadora por la que luchamos hoy en día.

A partir de esa orientación de Rodríguez, nosotros como docentes universitarios debemos estar orgullosos de nuestra identidad, saberes, cultura, valores, conocimientos, porque en Venezuela si contamos con un talento humano capaz de crear teorías propias, sin tener que copiarse de modelos extranjeros que no se adaptan a la realidad venezolana. Es por eso que está en boga la tan mencionada transformación, que nos están brindando las políticas públicas del estado venezolano, para que de una vez por toda se emancipe la educación, y basta ya, con aquellos modelos educativos tradicionalistas e imperialistas, que solo han demostrado ser excluyentes ante los ciudadanos. En ese sentido, debemos hacer alusiva e identificarnos con la frase de Rodríguez: "Inventar o Errar", contrario a lo que generalmente se acepta, la expresión inventamos o erramos, no está referida a una invitación al ensayo y error y por ende a la improvisación perenne. Inventar se refiere a crear un camino propio para los latinoamericanos, lo contrario a la creación es la imitación, ahí está el error en seguir imitando lo extraño.

Esta idea de Rodríguez, sin duda, es el carácter originario de la Revolución Bolivariana, es inspiración para la transformación, social, política y económica, nos lleva a entender la raíz histórica e importancia de la independencia, la autonomía, y la intransigencia ante la dominación extranjera.

Al abordar la pertinencia de la obra de Rodríguez en el Trabajo Político-Ideológico del docente, aún cuando él no utiliza esta nomenclatura, observo la direccionalidad que debe tener la educación desde el maestro, en este sentido Rodríguez habla de la formación del hombre ciudadano con voluntad, con instrucción social, técnica, científica, y corporal, cuyo fin es formarlo para sociedad, en una escuela obligatoria, bajo los principios de no discriminación, igualdad, y de acceso a la educación.

En ese mismo orden de ideas, y siguiendo los postulados de nuestro gran maestro Simón Rodríguez, el Libertador Simón Bolívar, discípulo de ese pedagogo, continua sus pasos donde plantea en su Discurso ante el Congreso de Angostura el 15 de febrero de 1819, "la educación popular debe ser el cuidado primogénito del amor paternal del Congreso". " Moral y luces son los polos de una República; moral y luces son nuestras primeras necesidades".

Con esto puedo observar e identificarme con nuestro Libertador porque a pesar de ya haber pasado 200 años, él consideraba la necesidad de que el estado asumiera la dirección de la educación y priorizara la educación popular e instrucción del ciudadano, pero no solo instrucción desde el conocimiento; sino para formar al ciudadano republicano desde los valores, desde la moral, con responsabilidad patriótica, "Moral Republicana", haciendo énfasis en la instrucción sobre las políticas públicas llamadas por Bolívar "el espíritu público", en un proceso de enseñanza que partiera de la igualdad de los hombres y la justicia social. En ese sentido, es que estamos buscando mediante la práctica educativa poner a la luz pública las enseñanzas de Bolívar, porque en gobiernos pasados se olvidaron de su legado en las instituciones educativas, y ya casi ni se hablada de su trayectoria e ideario bolivariano.

A tal efecto, en el gobierno actual liderizado por nuestro Presidente Chávez diseminó y revivió esos pensamientos, ejemplo de ellos, son las Líneas Generales del Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2007-2013, incluido como Modelo Social, productivo, humanista y endógeno. Igualmente, la vigencia de un pensamiento educativo para lo humano, con ideas sobre el Pensamiento del Ideario Pedagógico de la Ilustración, que tiene una difusión mundial del saber y la toma de conciencia crítica en sectores cada vez más amplios, desde el pensamiento social y pedagógico, así como la función social de una educación popular para las masas.

Surge  de esta manera el Proyecto de Transformación de la Sociedad Latinoamérica y Venezuela, desde lo político, democrático, social, el poder centrado en el pueblo, con una praxis  de la educación  en su acción  axiológica y cultural con la intervención  del Estado,  para lograr cambios y transformaciones en los diferentes contextos con un modelo educativo, que involucre  la necesidad de formar un hombre nuevo, con conciencia crítica, revolucionaria, bajo principios, valores y moral ciudadana, que atienda al pensamiento de Simón Rodríguez, pionero de la educación emancipadora no solo en Venezuela sino en toda América.

En ese mismo orden de ideas, sustento mi práctica educativa en el maestro y pensador venezolano Luis Beltrán Prieto Figueroa, quien fue un pasionario en la lucha política por la educación pública, propuso el compromiso militante por la inclusión y a la cultura en el proceso de formación del ciudadano, desde la justicia social y el respecto. Esa propuesta de masificación de la educación plasmada por Prieto surgió como respuesta contrahegemónica popular a las élites y oligarquías que venían gobernando en Venezuela.

Con estos argumentos me apropio de sus legados porque a pesar del tiempo está vigente en nuestra época, tal aseveración se corresponde con la función política-ideológica del estado bolivariano, partiendo de que, la educación es un instrumento para construir la conciencia del individuo, para prepararlo en su futuro y hacerlo competitivo. Se trata en algunas ocasiones de desbancar los parámetros de ese individuo compuesto desde un sistema de antivalores desde sus convicciones filosóficas y sus creencias, y a la par sembrar un sistema de valores que le permitan entender la vida, desde la concepción del desarrollo humano, fortaleciéndolo para que asuma responsablemente su rol social y profesional. Esta función la cumple el docente, como representante del estado, y a eso va referida mi práctica educativa.

Bajo la orientación del Estado Docente, el Dr. Prieto Figueroa conceptualizó la Educación enfocada en un humanismo pedagógico como progresiva en el sentido de la formación de un hombre integral, de un hombre libre y responsable con el desarrollo económico y social, como miembro de una comunidad, que trabaje el beneficio social por encima del individual; implica la satisfacción de las necesidades personales en armonía con la sociedad y que se apropie de criterios transformadores.

A mi juicio los pensadores anunciados que anteceden, denotan la importancia del conocimiento sobre el pensamiento latinoamericano y venezolano, el cual permite una lectura real de la historia, al mismo tiempo que fortalece el estudio y el conocimiento del pensamiento Revolucionario Bolivariano como base del Socialismo, una alternativa centrada en la integración latinoamericana, la lucha antiimperialista y por la emancipación de los pueblos. Donde se destaca que en la actualidad, los espacios educativos universitarios tal es el caso del Instituto Universitario de Tecnología José Antonio Anzoátegui (IUTJAA) se propician para el desarrollo de convicciones revolucionarias y antiimperialistas, por lo que, la actuación de nosotros los docentes debe estar ajustada a la pedagogía de la emancipación, transformación y a la ética socialista.

Tomando como base las propuestas de esos grandes venezolanos visionarios que han marcado una pauta importante en materia de educación y, particularmente, en el ámbito de la Educación Universitaria, se ha promovido la transformación de la misma, implicando, con ello, una revolución educativa en lo estructural, académico y administrativo. Surgiendo así la Misión Alma Mater en el seno del Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria, de manera tal que se inicia la formulación de los Programas Nacionales de Formación enmarcados bajo una visión integral de proyecto.

Paulatinamente, los Programas Nacionales de Formación (PNF) se legalizan mediante la Resolución N° 2963 del 13 de mayo de 2008, emanada por iniciativa del Ejecutivo Nacional, a través del Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria, este último, el que tiene la potestad de autorizar la gestión de los PNF, a las distintas instituciones de educación universitaria, señalando el ámbito geográfico de dicha autorización.

En ese sentido, los (PNF) han sido diseñados con la cooperación de instituciones de educación universitaria nacionales, atendiendo a los lineamientos del Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación Simón Bolívar, para ser administrados en distintos espacios del territorio nacional. Los PNF representan la búsqueda de nuevas alternativas educativas en distintas especialidades, para la generación, transformación y socialización de los conocimientos, de forma pertinente a las realidades y retos culturales, ambientales, políticos, económicos y sociales en Venezuela.

A tal efecto, el Programa Nacional de Formación en Administración (PNFA) viene a marcar pauta en esa transformación del entorno, en sensibilizar al ser humano en las verdaderas necesidades de la sociedad y el respeto a los ecosistemas. Del mismo modo, motiva la generación de nuevos modelos administrativos enfocados de los paradigmas de desarrollo endógeno, sustentables, autosustentables, cogestión, entre otros, permitiendo contribuir a la construcción de la sociedad justa, amante de la paz como dicta la Constitución Nacional de la República Bolivariana de Venezuela.

En ese mismo orden de ideas, el Programa Nacional de Formación en Administración (PNFA), permite la interacción de los saberes relacionados con la Administración, generando eficacia y transformación en todos los procesos, relacionados con el nuevo modelo de producción socialista establecido en el Plan Nacional de Desarrollo Simón Bolívar. Al mismo tiempo, se postula bajo las concepciones nacionales e internacionales (UNESCO, 2000) sobre el currículo que concibe los procesos de formación educativa en cuatro dimensiones fundamentales: Aprender a conocer, Aprender a hacer, Aprender a vivir (junto a aprender a convivir), Aprender a ser, que en palabras de Delors (1995), es un proceso fundamental que recoge elementos de los tres anteriores.

El PNFA se fundamenta en las orientaciones, recomendaciones y conceptualización desarrollada por la Misión Alma Mater del MPPEU, en concordancia con las directrices del Plan Extraordinario Mariscal Antonio José de Sucre, en cuanto a universalización, municipalización, movilización social, inclusión, construcción de ciudadanía, sentido de propósito y trascendencia de la formación, innovación y flexibilidad, y diferenciación en las trayectorias formativas.

En tal sentido, busca la contribución de todos los actores del sistema de Educación Universitaria, para generar una sinergia entre estos y la comunidad, permitiendo el desarrollo humano integral como eje para la construcción de una sociedad socialista, donde se manifiesta el diálogo de saberes. Este engranaje, se concuerda con un diseño curricular, que propicia la creación intelectual, formación, producción y uso compartido de distintos recursos educativos, a través de las diferentes modalidades de estudio.

El diseño curricular del PNFA define categorías organizativas a partir de las cuales se agrupan los componentes de formación y sus vinculaciones, de acuerdo al enfoque teórico curricular adoptado. A tal fin se organiza el currículo del PNFA en ejes de formación, referidos a una dimensión de la actividad humana, con sus propios núcleos temáticos, los cuales contienen los denominados componentes de formación o Unidades Curriculares, que a su vez comprenden el conjunto de conocimientos y prácticas, estrategias de estudio y de aproximación a problemas y constituyen el eje de formación, que son los núcleos temáticos o temas problemas, con características propias que contribuyen a la formación integral.

Donde esas unidades curriculares tienen carácter integrador entre los diferentes ejes, es decir, no solo la unidad curricular proyecto es integradora, sino es la característica de todos los componentes del curriculum. A partir de este tópico, se considerarán los aspectos relativos a la sistematización y reflexión crítica sobre la práctica educativa en el área del conocimiento de las Ciencias Sociales y Humanas, en la unidad curricular proyecto del (PNFA), la cual es el eje central donde confluyen todos los ejes de formación en el área de Administración. Si bien es cierto, Proyecto como unidad curricular de integración de saberes y contraste entre teoría y práctica, implica la realización de actividades de diagnóstico, prestación de servicio, arqueo y crítica de fuentes, crítica teórica o producción de bienes, vinculadas a las necesidades de las localidades y el Plan Nacional de Desarrollo Simón Bolívar.

Desde ese punto de vista, el proyecto se concibe como un espacio de formación, de creación intelectual y vinculación social, asociados al desarrollo de capacidades, la generación de conocimientos, investigación, innovación, creación artística, desarrollo tecnológico y fortalecimiento del poder popular. Articulados con los planes estratégicos dirigidos a consolidar la soberanía política, tecnológica, económica, social y cultural, e insertados en las líneas de investigación del Programa Nacional de Formación en Administración del IUTJAA, vinculadas preferiblemente a la realidad desde el punto de vista económico, político y social.

Tomando en cuenta las consideraciones descritas en el Programa Nacional de Formación en Administración del IUTJAA (2010), el proyecto debe desarrollar el sentido de vinculación social de la universidad con las comunidades, generando así un diálogo de saberes, facilitando el aprendizaje al servicio de las necesidades reales y sentidas de la comunidad, caracterizado por:

1.- Un aprendizaje como proceso que se construye con otros en un contexto social comunitario y en cooperación, para potenciar las habilidades, destrezas y conocimientos individuales y colectivos de los participantes.

2.- La consideración de los saberes previos y la superación de la fragmentación del saber.

3.- El abordaje de las disciplinas como herramientas del conocimiento, de las que el sujeto puede apropiarse para transformar su realidad.

4.- La integración de lo local con lo global sin perder su identidad.

5.- Naturaleza participativa: los participantes comparten la comprensión de los acontecimientos y las acciones de manera que aprecian la construcción de su de su práctica.

6.- El proyecto se realiza en el entorno donde se encuentra el problema. (p.66)

Con esto puede apreciarse que en la unidad curricular Proyecto se involucra con los miembros de las comunidades académicas en el diseño y puesta en práctica de una educación de calidad, gestionaria, participativa, que impulsa la formación humanista, al servicio de las comunidades organizadas, para contribuir a la creación de una sociedad basada en valores y principios universales.

Desde ese contexto, la unidad Curricular proyecto representa la columna vertebral que articula el tejido curricular del Plan de Estudios del PNFA, porque su transversalidad incluye Ejes Transversales, que son temas recurrentes que emergen de la realidad social y que aparecen entretejidos en cada una de las áreas del currículo, convirtiéndose entonces en fundamentos, para la práctica educativa al integrar los campos del ser, saber, hacer y vivir juntos a través de los conceptos, procesos, valores y actitudes que orientan la enseñanza y el aprendizaje, en la formación del Asistente Administrativo, Técnico Superior Universitario y Licenciado en Administración.

ASPECTO TEÓRICO

En este apartado se hará una descripción sobre mi práctica educativa de acuerdo a mi formación académica; es decir; como fui formada a partir de un modelo o pedagogía tradicional, y después de mi Plan de Formación Permanente, como activo ese cambio con las teorías transformadoras.

A partir de ese contexto, inicialmente debemos ir al pasado para ver cómo fue que se originó esa pedagogía tradicionalista entre los años 1548 y 1762, que es cuando surge y se desarrolla la Pedagogía Eclesiástica, impulsada principalmente por los Jesuitas, y cuyo principal exponente fue Ignacio de Loyola. En 1832, sus esencialidades son retomadas para llegar a convertirse en el antecedente de mayor influencia en la Pedagogía Tradicional.

Tal Pedagogía Eclesiástica tiene como centro la disciplina, de manera rígida e indiscutible, persiguiendo como objetivo, el poder del Papa y fortalecer la Iglesia, ya amenazada por la Reforma Protestante y a la cual le resultaba necesario el poder disponer de hombres que les respondieran sin vacilación alguna, en base de una conducta formada en la rigidez y el orden absoluto.

Al margen de algunos de los antecedentes planteados, puede decirse que la Pedagogía Tradicional comienza a idearse en el siglo XVIII, siglo en el cual se considera como muy importante al desarrollo social de la humanidad, con la aparición de las Escuelas Públicas, tanto en Europa como en América Latina, reflejos de los grandes cambios ocasionados por las revoluciones republicanas de los siglos XVIII y XIX, animadas por la ideología política y social del liberalismo.

En el siglo XIX, es que la Pedagogía Tradicional, como práctica pedagógica ya ampliamente extendida alcanza su mayor grado de esplendor, y es en este siglo en el cual el estado nacionalista le concede el valor insustituible de ser la primera institución social, responsabilizada con la educación de todas las capas sociales.

Es precisamente a partir de este momento en que surge la concepción de la escuela como la institución básica, primaria e insustituible de la sociedad, educando al hombre para la lucha consciente por alcanzar los objetivos que persigue el Estado. Lo que determina que la Pedagogía Tradicional adquiere un verdadero e importante carácter de Tendencia Pedagógica, en cuyo modelo estructural los objetivos se presentan de manera tan solo descriptiva y declarativa más dirigidos a la tarea que el profesor debe realizar, que a las acciones que el alumno debe ejecutar.

A tal efecto, al ser formado desde ese enfoque tradicional pasamos a ser un ente pasivo en el proceso de enseñanza, al cual se le exigía la memorización de la información transmitida, llevándola a reflejar la realidad objetiva como algo estático, detenida en el tiempo y en el espacio, como si no contara de manera alguna la experiencia existencial de quienes aprenden, o como si los contenidos que se ofrecen estuvieran desvinculados, en parte o en su totalidad de la mencionada realidad objetiva. Constituyendo un conjunto de conocimientos y valores sociales acumulados por las generaciones precedentes y que se transmiten como si fueran verdades acabadas, disociados del entorno material y social del educando.

La Tendencia Pedagógica Tradicional no profundiza en el conocimiento de los mecanismos mediante los cuales se desarrolla el proceso de aprendizaje. Ella modela los conocimientos y habilidades que se habrán de alcanzar, de manera empírica en el estudiante, por lo que su pensamiento teórico nunca alcanza un adecuado desarrollo. La información la recibe el alumno en forma de discurso y la carga de trabajo práctico, es mínima sin control del desarrollo de los procesos que subyacen en la adquisición del conocimiento, cualquiera que sea la naturaleza de éste, lo que determina que ese componente tan importante de la medición del aprendizaje, que es la evaluación, este dirigido a poner en evidencia el resultado alcanzado mediante ejercicios evaluativos meramente reproductivos, que no enfatizan, o lo hacen a escala menor, en el análisis y en el razonamiento.

En la relación alumno-profesor predomina plenamente la autoridad del segundo, con un aspecto cognoscitivo paternalista: lo que dice el profesor es respetado y cumplido por el alumno, con principios educativos poco flexibles, impositivos y coercitivos.

La Tendencia Pedagógica Tradicional tiene, desde el punto de vista curricular un carácter racionalista académico, en el cual se plantea que el objetivo esencial de la capacitación del hombre es que el mismo adquiera los instrumentos necesarios que le permitan tan solo intervenir en la tradición cultural de la sociedad; sin embargo esta tendencia se mantiene bastante generalizada en la actualidad, con la incorporación de algunos avances e influencias del modelo psicológico del conductismo que surge y se desarrolla en el siglo XX.

A partir de esa óptica, la Tendencia Tradicional donde fuimos formados ha resultado insuficiente y deficiente en el plano teórico cognitivo y de la praxis del ser humano, por cuanto ve en éste último a un simple receptor de información, sin preocuparse de forma profunda y esencial de los procesos que intervienen en la asimilación del conocimiento como reflejo más o menos acabado de la realidad objetiva, sin prestarle la debida importancia al papel, ciertamente decisivo de los aspectos internos que mueven la determinación de la conducta social del individuo y las influencias, favorecedoras o no, que éstas puedan tener sobre el aprendizaje del mismo: la retención de la información se alcanza en base de una repetición mecánica de ejercicios sistemáticos y recapitulados, de manera esquemática y enciclopedista.

Desde esa perspectiva, fui formada dentro de las ciencias sociales en el área de Administración, donde lo que interesaba era el producto (ser humano) que estamos generando. Sin tomar en cuenta la parte humana desde su subjetividad, solo nos veían como objetos, porque nos formaron como seres pasivos, aptos para trabajar a la merced de las empresas e industrias de acuerdo a sus exigencias. No obstante, sin ningún tipo de vinculación con las comunidades o la sociedad.

A tal efecto, el conocimiento solo se deba entre cuatro paredes, donde el que tenía la razón era el profesor, y los educando eran meramente reproductores o simple depósitos de ese conocimiento memorístico. Tal como lo llamó Paulo Freire en la Educación bancaria, como la ideología de la opresión que se encuentra en la absolutización de la ignorancia, esto se daba a través de la visión "bancaria" de la educación, donde el conocimiento, es una donación de aquellos que se juzgan sabios a los que juzgan ignorantes.

El educador conduce a los educandos a la memorización mecánica del contenido narrado, esa narración los transforma en recipientes que deben ser "llenados" por el educador, cuanto más llene mejor educador será, cuanto mejor se dejen llenar dócilmente (que recibe fácilmente la enseñanza), tanto mejor educandos serán. Por lo que la educación se transforma en un acto de depositar, en donde el educador hace comunicados y depósitos que los educandos reciben pasivamente, memorizan y repiten. En esta visión de la educación no existe creatividad, transformación, ni saber.

El educador produce la ignorancia y será siempre el que sabe, mientras que los educandos los que no saben. Además el educador reconoce su existencia por la ignorancia de los educandos, los educandos reconocen en su ignorancia la razón de la existencia del educador pero no llegan, a descubrirse como educadores del educador.

Freire señala sin embargo, que incluso una educación bancaria puede despertar la reacción de los oprimidos, porque, aunque oculta, el conocimiento acumulado en los "depósitos" pone en evidencia las contradicciones. No obstante, un educador humanista revolucionario no debería confiarse de esta posibilidad sino identificarse con los educandos y orientarse a la liberación de ambos.

Pero tanto el educador como los educandos, así como también los líderes y las masas, se encuentran involucrados en una tarea en la que ambos deberían ser sujetos. Y no se trata tan solo de descubrir y comprender críticamente sino también de recrear el conocimiento. De esta manera, debemos liberarnos de ese tradicionalismo y apuntarnos hacia la liberación e independencia de un ser transformador, crítico, orientado hacia la acción y reflexión de la verdadera realidad, demoliendo la pasividad del educando. Esto se traduce en la búsqueda de la transformación de la realidad, en la que opresor y oprimido encontrarán la liberación humanizándose.

Desde ese accionar, me ha hecho reflexionar mi práctica educativa porque venía dando mis clases de la Unidad Curricular Proyecto en el Programa Nacional de Formación en Administración en el IUTJAA, partiendo de esa enseñanza tradicional en la cual fui formada. Donde inicialmente no quería involucrarme con las comunidades para aportar mis conocimientos junto a los estudiantes, mucho menos me interesaba en aprender de sus saberes, cultura, tradiciones, su historia, conocer sus potencialidades, etc. Además, estaba transmitiendo una enseñanza tradicional a mis estudiantes, donde imperaba el individualismo dentro de un aula de clases, trabajando en base a la corrección, exposiciones con interrogatorios, realmente me interesaba el resultado del proyecto, más no veía la subjetividad del grupo y carecía de sensibilidad social hacia la comunidad.

Ahora bien, después que comencé a estudiar con profundidad lo que realmente se quiere enseñar en la Unidad Curricular Proyecto del PNFA, me ha hecho cambiar la manera de trabajar desde el aula y fuera de ella. Claro está no ha sido fácil la faena, pero gracias al Programa de Formación Permanente 2011-2012 me activó aún más hacia un repensar de mi actuación pedagógica hacia una transformación, primero de mi ser como persona más sensible, flexible, crítica, que siente el problema de las comunidades, que estoy comprometida con ellos para llevar nuestros conocimientos académicos hasta aquellos sectores excluidos en el tiempo.

En ese sentido, aprendemos de ellos y nos complementamos todos a partir de un compartir de saberes, donde reine las ideas transformadoras, las cuales cimentan una sólida arquitectura en los valores para fomentar la moral socialista, destinada a favorecer la inclusión social, el autodesarrollo de las personas, las comunidades y sus organizaciones, considerando al ser humano como el centro de su acción, en armonía con el medio ambiente, para el desarrollo de un nuevo modelo productivo, que permita alcanzar la meta de pobreza cero y la suprema felicidad social, tal como lo enmarca el Primer Plan Nacional de Desarrollo Social Simón Bolívar.

Desde ese contexto, el Programa de Formación Permanente 2011-2012 ha sido mi accionar de reflexión en descolorizar esa pedagogía tradicional y transformarla en una educación universitaria emancipadora, donde se supere la fragmentación del conocimiento, valorar la experiencia en la ejecución de los Programas Nacionales de Formación en Administración, para profundizar la verdadera transformación universitaria, a fin de impulsar el desarrollo local de sus territorios, de acuerdo a las necesidades y potencialidades de cada región. Claro está debemos estar comprometidos y dedicados a la praxis revolucionaria, lo que implica que como educadores debemos trabajar para la construcción del socialismo desde las aula y en las comunidades.

A partir de los planteamientos precedentes, resulta importante destacar que la práctica educativa impartida en Proyecto, está orientada a conformar, consolidar comunidades de conocimientos y aprendizaje, para la transformación y apropiación social del conocimiento, en beneficio de la nación y de las comunidades, fortaleciendo el desarrollo de la Línea estratégica del Plan Nacional de desarrollo Modelo Productivo Socialista. El cual coadyuva en la conformación de las comunidades de aprendizaje conformadas por profesores, estudiantes, comunidades, desarrollando cultura de trabajo colectivo basado en la cooperación solidaria y la complementariedad.

No obstante, en atención a los antes mencionado, es importante precisar que actualmente en el Instituto Universitario de Tecnología José Antonio Anzoátegui, el Programa Nacional de Formación en Administración, y específicamente la Unidad Curricular Proyecto se pretendía que ya se había sido consolidado su contenido programático. Sin embargo, durante la trayectoria emprendida como docente en la práctica educativa de esta área, he estado evidenciando algunas ineficiencias que han sido causales preponderantes a la hora de consolidar el proyecto sociointegrador en Administración, evidenciándose como causales a este hecho, las siguientes determinantes:

.- Los diversos cambios que se han presentado en el contenido programático de la Unidad Curricular Proyecto de acuerdo a las directrices del Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria, han generado resistencia al cambio en algunos docentes.

– A los docentes no se les preparó para asumir el cambio para dictar los Programas Nacionales de Formación.

.- Improvisación del algunos docentes a la hora de asesorar el proyecto sociointegrador, al no regirse por la normativa legal vigente, los criterios de elaboración y presentación del proyecto final.

.- Algunos proyectos presentados en la institución, no están vinculados al perfil profesional que ofrece el PNF en Administración, para la aplicación social del conocimiento.

.- Falta de motivación y disposición por parte de algunos docentes por conocer los temas generadores de la Unidad Curricular Proyecto, las líneas de investigación y la vinculación con el Plan Nacional de Desarrollo Social Simón Bolívar.

.- Los profesores de Proyecto casi no asisten a las Reuniones convocadas por la Coordinación General de Proyectos o por la Subdirección Académica, para definir, debatir, compartir saberes y generar cambios en beneficio de esa unidad.

.- Los asesores de los proyectos no realizan el acompañamiento o el deber ser, de acompañar o monitorear a los grupos de estudiantes cuando emprenden sus proyectos en las comunidades.

.- Falta de orientación por parte de algunos docentes a la hora de explicar a los estudiantes, el contenido de la unidad curricular del proyecto.

.- Algunos docentes desconocen la investigación acción participativa, lo que conduce aplicar técnicas de recolección de datos erradas, donde se refleja una contraposición a la transformación del ser social. En consecuencia a los estudiantes les transfieren sus tendencias equivocadas.

Puesta en evidencia las causales antes mencionadas, surge la necesidad de emprender el proyecto sociointegrador mediante la propuesta de la estructura para la presentación final del Proyecto Sociointegrador en la Unidad Curricular Proyecto del Programa Nacional de Formación en Administración del IUTJAA.

Dicha propuesta contribuirá con la transformación universitaria que actualmente se está gestando en Venezuela. Tal como lo acota la Ministra de Educación Universitaria Yadira Córdova, en su libro Construyendo Cambios (2010) "la transformación se consigue con proyectos de cambios, con metodologías de trabajo participativas, de reflexión, diálogo y acción permanente con todos los actores" (p.23).

Tomando como base el planteamiento de la Ministra Córdova, nosotros como profesores debemos contribuir con esa transformación mediante la elaboración de proyectos que beneficien a nuestra institución y comunidades, que nos permitan mantener un diálogo permanente, para que seamos capaces de cambiar cognitivamente, de tal manera, de ser más críticos, reflexivos, flexibles, socialistas y romper con estos viejos paradigmas imperialistas que han vivido en décadas pasadas, los cuales no impulsaban la verdadera emancipación universitaria; no tomaban en cuenta los valores, la cultura y el sentir de nuestro pueblo venezolano a la hora de integrar el saber y el conocimiento a las necesidades sociales de su contexto.

ASPECTO METODOLÓGICO

Al tomar en cuenta el aspecto epistemológico y teórico referente a la práctica educativa como docente en la Unidad Curricular Proyecto, del Programa Nacional de Formación en Administración en el IUTJAA, y todo el conocimiento recibido para accionar la transformación universitaria del quehacer educativo vinculante con las comunidades, es necesario iniciarlo desde un compartir de saberes, donde se activen nuevas estrategias de enseñanza, mediante la Investigación Acción Participativa.

Según Bigott, L. (2011) ésta constituye una forma de trabajo en las comunidades, respetando su autonomía, actividad creadora, estudiando el presente a partir del pasado, proyectándose hacia el futuro, con la finalidad de lograr un proceso de conocimiento que se socializa y produce rupturas en el monopolio del saber. Igualmente, Lanz, R. (2007) dice que es la producción de conocimiento para guiar la práctica que conlleve la modificación, cambio de una realidad como parte del mismo proceso investigativo.

Partes: 1, 2

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