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Análisis del libro Marcada (La casa de la noche) de P.C. Y Kristin Cast (página 6)



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8

Mastiqué el sándwich y reflexioné
sobre ello. Quizá debería hacerlo. Neferet me
parecía demasiado lista para caer en los jueguecitos de
Aphrodite. Probablemente ya sabía que algo pasaba con las
brujas. Quizá lo único que necesitaba era que
alguien se decidiera y le dijese algo.

"Entonces, ¿nadie ha intentado nunca contarle a
Neferet lo de Aphrodite?" , Le pregunté.

"No que yo sepa."

"¿Por qué no?"

Stevie Rae parecía incómoda. "Bueno, creo
que parecería un poco hacer de chivato. De todos modos,
¿Qué íbamos a decirle a Neferet? Que
creemos que Aphrodite podría estar
ocultando sus visiones, pero la única prueba que tenemos
es que ella es una perra odiosa". Stevie Rae negó con la
cabeza. "No, la verdad es que no veo que eso vaya a funcionar con
Neferet. Además, si por alguna milagrosa razón nos
creyera, ¿qué iba a hacer ella? No es que vaya a
echarla a patadas de la escuela para que se muera en la calle.
Seguiría por aquí con su banda de brujas y todos
esos tíos que harían cualquier cosa por ella con
tan solo chascar sus pequeñas garras. Supongo que
simplemente no vale l pena."

Stevie Rae tenía un punto, pero no me gusta. No
me gustaba nada de nada.

Las cosas podrían ser diferentes si un
iniciado más poderoso ocupara el lugar de Aphrodite como
líder de la Hijas Oscuras.

Di un respingo de culpabilidad y lo disimilé
dando un gran trago de la bebida. ¿En qué estaba
pensando? No estaba hambrienta de poder. No quería ser una
alta sacerdotisa ni verme envuelta en una incómoda lucha
con Aphrodite y a media escuela (la mitad más atractiva en
este caso). Tan solo quería encontrar mi propio lugar en
esta vida, un lugar en el que sentirme en casa-un lugar en el que
encajara y fuese como el resto de los chicos.

Entonces recordé la sacudidas eléctricas
que había sentido durante la invocación de ambos
círculos y cómo los elementos parecían
chisporrotear a través de mi cuerpo, también
cómo había tenido que obligarme a mí misma a
permanecer en el círculo y no unirme a Aphrodite en la
invocación.

"Stevie Rae, cuando se invoca en el círculo,
¿Se siente algo?" Le pregunté
bruscamente.

"¿Qué quieres decir?"

"Bueno, como cuando se llama al fuego al círculo.
¿Se llega a sentir calor?"

"No. Quiero decir, realmente me gusta el rollo del
círculo y, a veces, cuando Neferet está rezando
siento un golpe de energía que lo recorre, pero nada
más."

"¿Así que nunca has sentido una brisa
cuando invoca al viento, u olido lluvia con el agua, o sentido
hierva bajo tus pies con la tierra?"

"Que va. Sólo una Alta Sacerdotisa con una gran
afinidad por los elementos podría-" se calló de
pronto y sus ojos se hicieron enormes. "¿Estás
diciendo que tu has sentido eso? ¿Alguna de esas
cosas?"

Pude gesto avergonzado. "Tal vez".

"¡Tal vez!" chilló. "Zoey! ¿Tienes
alguna idea de lo que esto podría significar?"

Negué con la cabeza.

"Precisamente la semana pasada en clase de
sociología hemos estado estudiando a las vampiras altas
sacerdotisas mas famosas de la historia. No ha habido una
sacerdotisa con afinidad por los cuatro de los elementos en
cientos de años."

"Cinco", dije abatida.

"¡Los cinco! ¡También has sentido
algo con el espíritu!"

"Sí, creo que sí."

"¡Zoey! Esto es increíble. No creo que haya
habido nunca una Alta Sacerdotisa que haya sentido los cinco
elementos." Hizo un gesto con la cabeza hacia mi marca. "Es por
eso. Significa que eres diferente, y realmente lo
eres".

"Stevie Rae, ¿podemos mantener esto entre
nosotras por un tiempo? Quiero decir, ¿ni siquiera
decírselo a Damien o las gemelas? Solo-sólo quiero
asimilar todo esto un poco. Siento como si todo esto ocurriera
demasiado rápido".

"Pero Zoey, yo-"

"Y puede que me equivoque", la interrumpí
enseguida. "¿Qué pasa si yo sólo estaba
emocionada y nerviosa porque nunca había estado antes en
un ritual? ¿Sabes la vergüenza que me daría
decir la gente "oye, soy la única iniciada que ha tenido
afinidad con todos los elementos" y que luego resultara ser por
los nervios? "

Stevie Rae chasqueó la lengua. "No sé,
pero sigo pensando que deberías decírselo a
alguien".

"Sí, y entonces, Aphrodite y su sequito
estarían allí para regodearse si resultase que me
lo estaba imaginando todo."

Stevie Rae palideció. "Oh, tío. Tienes
toda la razón. Eso sería realmente horrible. No
diré nada hasta que no este totalmente preparada.
Prometido."

Su reacción me recordó algo. "Oye,
¿qué es lo que te hizo Aphrodite?"

Stevie Rae bajó la mirada hacia su regazo,
juntó las manos y encorvó los hombros como si de
pronto sintiera un escalofrío. "Me invitó a un
ritual. No llevaba aquí mucho tiempo, tan solo un mes o
así, y estaba algo mocionada con la idea de que el grupo
de moda me quisiera." Negó con la cabeza, todavía
sin mirarme. "Fue una estupidez por mi parte, pero aún no
conocía a casi nadie, y pensé que quizá
serían mis amigos. Así que fui. Pero no
querían que fuera uno de ellos. Querían que fuera
una-una-donante de sangre para el ritual. Incluso me llamaron
"nevera", como si no valiese para otra cosa que para
suministrarles sangre. Me hicieron llorar y cuando dije que no,
se rieron de mi y me echaron a patadas. Así es como
conocí a Damien, y luego a Erin y Shaunee. Estaban dando
una vuelta juntos y me vieron salir corriendo del salón de
entretenimiento, así que me siguieron y me dijeron que no
me preocupara por ello. Han sido mis amigos desde entonces." Al
fin me miró. "Lo siento. Te hubiera dicho algo antes,
excepto que sabía que no intentaría usarte de esa
manera. Eres demasiado fuerte, y Aphrodite siente demasiada
curiosidad por tu marca. Además eres lo suficiente bonita
como para ser una de ellas. "

"Oye, y tú también!" Me sentí mal
del estómago al en Stevie Rae en aquella silla como
Elliott… y en beber la sangre de Stevie Rae.

"No, yo sólo soy un poco mona. No soy
ellos."

"¡Yo tampoco soy come ellos!" Grité,
haciendo que Nala se despertase y refunfuñase otra
vez.

"Ya sé que no. Eso no es lo que quise decir. Lo
que quiero decir es que sabía que te querrían en su
grupo, y que por eso no intentarían utilizarte de esa
manera."

No, lo que consiguieron fue engañarme e hicieron
todo lo posible por volverme loca. Pero, ¿por qué?
¡Espera! Ya sabía que es lo que pretendían.
Erik dijo que la primera vez que bebió la sangre la
había odiado, y había salido corriendo a vomitar.
Tan solo llevaba aquí dos días. Querían
hacerme algo que me desagradara tanto que me mantuviese alejada
de ellos y de su ritual para siempre.

No querían que me uniera a las Hijas Oscuras,
pero tampoco querían decirle a Neferet que no me
querían. En lugar de ello, querían que yo
rechazase unirme a ellas. Por la retorcida razón
que fuese, la abusona de Aphrodite quería mantenerme fuera
de las Hijas Oscuras. Los abusones siempre me han tocado las
narices, lo cual quería decir, por desgracia, que
sabía lo que debía hacer.

¡Ah, mierda!. Que iba a unirme a las Hijas
Oscuras.

"Zoey, estás enojada conmigo, ¿verdad?"
dijo Stevie Rae en voz muy baja.

Parpadeé, intentando aclarar mis ideas.
"¡Por supuesto que no! Tenías razón,
Aphrodite no intentó que hiciera algo como donar sangre".
Me eché el último bocado de sándwich en la
boca, masticando deprisa. "Oye, estoy molida. ¿Crees que
podrías ayudarme a encontrar una caja de arena para Nala
para que pueda dormir un poco?"

La mirada de Stevie Rae se iluminó al instante, y
saltó de la cama con su habitual animación. "Echa
un vistazo a esto." Casi legó al lateral de la
habitación de un salto y levantó una enorme bolsa
verde que llevaba escrito en gruesas letras blancas:

TIENDA AGRÍCOLA SUREÑA DE FELICIA, 2616 S.
HARVARD, TULSA.

Sacó de ella una caja, platos para comida y agua,
una caja de comida para gatos de Friskies (con protección
extra para bolas de pelo) y un saco de arena.

"¿Cómo supiste?"

"No lo sabía. Estaba frente a nuestra puerta
cuando llegue de la cena." Buscó en el fondo de la bolsa y
sacó un sobre y un adorable collar rosa que tenía
diminutas púas plateadas alrededor.

"Toma, esto es para ti".

Me entregó el sobre, en el cual ahora
podía ver mi nombre impreso, mientras le ponía el
collar a Nala. Dentro, escrita en una letra preciosa y fluida
sobre papel de color hueso, había una
línea.

Skylar me dijo que iba a venir. Estaba firmado
con una única letra: N.

Capítulo 20

Iba a tener que hablar con Neferet. Pensé en ello
mientras Stevie Rae y yo tomábamos el desayuno a toda
prisa a la mañana siguiente. No quería contarle
nada sobre mi supuesta extraña reacción hacia los
elementos, quiero decir, no le había mentido a Stevie Rae.
Podría habérmelo imaginado. ¿Y si se lo
contaba a Neferet y ella me hacía pasar alguna
extraña prueba de afinidad (en esta escuela, vete a saber)
y descubría que no tengo otra cosa que no sea una
imaginación demasiado activa? De ninguna manera
quería pasar por algo así. Me limitaría a
mantener la boca cerrada hasta que descubriera algo más al
respecto. Asimismo, no quería decirle nada sobre que
pensaba que había visto el fantasma de Elizabeth.
¿Es que quería que Neferet creyera que era una
zumbada? Neferet era guay, pero era una adulta, y casi
podía oír la charla de "era sólo tu
imaginación, por que has pasado por muchos cambios" que me
echaría si le decía que había visto un
fantasma. Pero sí necesitaba hablar con ella de l tema de
la sed de sangre. (Agh-si me había gustado tanto,
¿por qué el solo pensarlo me hacía sentir
mareada?)

"¿Crees que te seguirá a clase?" dijo
Stevie Rae, apuntando a Nala.

Miré a mis pies, donde la gata yacía
acurrucada, ronroneando con satisfacción.
"¿Puede?"

"¿Quieres decir, si se le permite?"

Asentí.

"Claro, los gatos pueden ir a cualquier lugar que
deseen."

"Huh," dije, agachándome para rascarle la cabeza.
"Entonces, supongo que podría seguirme todo el día
a cualquier parte".

"Bueno, me alegro de que sea tuya y no mía. Por
lo que he visto cuando apagué la alarma, es una
auténtica acaparadora de almohada".

Reí. "Tienes razón en eso. No se como una
pequeñaja como ella puede echarme de mi propia almohada."
Le rasqué la cabeza una vez más. "Vamos. Llegaremos
tarde".

Me levanté con el tazón en la mano y casi
me choqué con Aphrodite. Estaba como de costumbre,
flanqueada por Terrible y Belicosa. Avispa no estaba a la vista
(quizá se había dado una ducha por la mañana
y se había derretido cuando tocó el agua-jeje). La
desagradable sonrisa de Aphrodite me recordó a una
piraña que había visto en el acuario de Jenks
cuando mi clase de biología fue de visita el año
pasado en una excursión.

"Hola, Zoey. Dios, te fuiste tan deprisa anoche que no
tuve la oportunidad de despedirme. Siento que no lo pasaras bien.
Es una lástima, pero las Hijas Oscuro no es para
cualquiera" Miró a Stevie Rae y retorció el
labio.

"En realidad, lo pasé muy bien anoche, y
¡me encanta el vestido que me diste!" dije
deshaciéndome en agradecimientos. "Gracias por haberme
invitado a unirme a las Hijas Oscuras. Sin duda,
acepto".

La sonrisa salvaje de Aphrodite se aplanó.
"¿En serio?"

Sonreí como una completa idiota ignorante.
"¡En serio! ¿Cuando es la próxima
reunión o ritual o lo que sea-o debo preguntárselo
a Neferet? Voy a verla esta mañana. Sé que se
alegrará de oír la grata bienvenida que me diste
anoche y que ahora soy una Hija Oscura".

Aphrodite dudó durante un instante. Luego
sonrió de nuevo e imitó a la perfección mi
tono despreocupado. "Sí, apuesto a que Neferet
estará encantada de escuchar que te has unido a nosotras,
pero yo soy la líder de las Hijas Oscuras y conozco
nuestro calendario de memoria, por lo que no hay necesidad de
molestarla con preguntas tontas. Mañana es nuestra
celebración del Samhain. Ponte tu vestido", hizo
hincapié en la palabra, y mi sonrisa se amplió.
Había querido picarla y lo había conseguido. "Y
reúnete conmigo en el salón justo después de
la cena, a las cuatro en punto."

"Genial. Allí estaré".

"Bueno, qué agradable sorpresa", dijo con
habilidad. Después, seguida por Terrible y Belicosa (que
parecían ligeramente aturdidas), abandonaron la
cocina.

"Brujas del Infierno", murmuré en voz baja.
Miré a Stevie Rae, que me estaba mirando con
expresión afligida en la cara.

"¿Te vas a unir a ellas?"
susurró.

"No es lo que piensas. Ven, te lo contaré de
camino a clase." Puse nuestros platos en el lavaplatos y conduje
a la demasiado silenciosa Stevie Rae fuera de los dormitorios.
Nala caminaba detrás de nosotras, bufando a cualquier gato
que se atreviera a caminar demasiado cerca de mí por la
acera. "Estoy reconociendo le terreno, justo como tu dijiste
anoche" Expliqué.

"No. No me gusta", dijo, negando con la cabeza con tanta
fuerza que hizo que su pelo corto botara alocado.

"¿Has oído el viejo dicho de"
mantén cerca a tus amigos y más aún a tus
enemigos'? "

"Sí, pero-"

"Eso es todo lo que estoy haciendo. Aphrodite se
está librando de demasiada mierda. Es mala y
egoísta. No puede ser lo que quiere Nyx espera de una Alta
Sacerdotisa.".

Stevie Rae abrió mucho los ojos. "¿Vas a
detenerla?"

"Bueno, voy a intentarlo". Y mientras hablaba,
sentí un cosquilleo en la luna creciente color zafiro de
mi frente.

* * *

"Gracias por las cosas que conseguiste para Nala", le
dije.

Neferet levantó la vista del ensayo que estaba
calificando y sonrió. "Nala- es un bonito nombre para
ella, pero debes agradecérselo a Skylar, no a mí.
Fue el quien me dijo que iba a venir". Entonces miró a la
bola de pelo naranja que se enroscaba impaciente entre mis
piernas. "Parece muy unida a ti." Levantó sus ojos de
nuevo para encontrarse con los míos. "Dime, Zoey,
¿alguna vez escuchas su voz dentro de tu cabeza, o sabea
exactamente donde está, aun cuando ella no está en
la misma habitación que tú?"

Parpadeé. ¡Neferet pensaba que
podría tener una afinidad con los gatos! "No, yo-yo no la
escucho en mi cabeza. Pero no se me queja a menudo. Y no
sabría decir si sé donde está cuando no
está conmigo. Siempre está conmigo. "

"Es encantadora". Neferet hizo una seña a Nala y
dijo: "Ven aquí, pequeña."

Al instante, Nala caminó hacia ella y
saltó sobre la mesa de Neferet, esparciendo los papeles
por todas partes.

"¡Oh, Dios, lo siento, Neferet." Intenté
coger a Nala, pero Neferet me hizo un gesto para que no lo
hiciera. Rascó la cabeza de Nala, y el gato cerró
los ojos y ronroneó.

"Los gatos son siempre bienvenidos, y los documentos son
fáciles de reorganizar. Ahora, ¿qué es lo
que realmente querías hablar conmigo,
Zoeybird?"

Su uso del apodo de mi abuela me provocó una
punzada en el corazón, y de repente la eché de
menos con una intensidad que me hizo luchar por contener las
lágrimas.

"¿Hechas de menos tu viejo hogar?" me
preguntó.

"No, en realidad no. Bueno, a excepción de la
abuela, pero he estado tan ocupada que supongo que no me
había dado cuenta hasta ahora," dije sintiéndome
culpable.

"No echas de menos a tu madre y a tu padre."

No es como si hubiera hecho una pregunta, pero
sentí que tenía que responder. "No. Bueno, en
realidad no tengo padre. Él nos dejó cuando era
pequeña. Mi madre volvió a casarse hace tres
años y, bueno…"

"Puedes contármelo. Te doy mi palabra de que lo
voy a entender", dijo Neferet.

"¡Lo odio!" Dije con más rabia de la que
esperaba sentir. "Desde que se unió a nuestra
familia-"dije con sarcasmo la última palabra
"nada ha estado bien. Mi madre cambió por completo. Es
como si ella no pudiera ser su esposa y mi madre al mismo tiempo.
Ha dejado de ser mi hogar hace mucho tiempo".

"Mi madre murió cuando yo tenía diez
años. Mi padre no volvió a casarse. En vez de eso,
empezó a usarme a mi como su mujer. Desde que tenía
diez años hasta que Nyx me salvó marcándome
cuando tenía quince, él abusó de mí."
Neferet hizo una pausa y dejó que yo asimilara el impacto
de lo que estaba diciendo antes de continuar. "Como puedes ver,
cuando digo que entiendo lo que es que tu hogar se convierta en
un lugar insoportable, no lo digo por decir".

"Eso es horrible." No sabía qué más
decir.

"Lo era entonces. Ahora es simplemente otro recuerdo.
Zoey, los seres humanos de tu pasado, e incluso de tu presente y
futuro, se volverán menos y menos importantes para ti,
hasta que, finalmente, sientas muy poco hacia ellos. Lo
entenderás a medida que vayas cambiando. "

Había una fría rotundidad en su voz que me
hizo sentir rara y me escuché decir: "No quiero que deje
de preocuparme mi abuela".

"Por supuesto que no." Volvía a ser cálida
y atenta de nuevo. "Solo son las nueve, ¿por qué no
la llamas? Puedes llegar tarde a la clase de Teatro; le
diré a la profesora Nolan que tienes permiso. "

"Gracias, me encantaría. Pero no es eso de lo que
venía a hablarte". Respiré profundamente.
"Bebí sangre ayer por la noche."

Neferet asintió. "Sí, las Hijas Oscuras a
menudo mezclan sangre de iniciados con su vino ritual. Es algo
que les gusta hacer a los jóvenes. ¿Te
disgustó mucho, Zoey?"

"Bueno, no supe nada hasta después. Entonces,
sí, me disgustó."

Neferet frunció el ceño. "No es muy
ético por parte de Aphrodite el no decírtelo con
antelación. Deberías haber tenido la opción
de elegir antes de participar. Hablaré con
ella."

"¡No!" Dije con demasiada rapidez y, a
continuación, me esforcé para sonar más
tranquila. "No, realmente no hay ninguna necesidad. Yo me
ocuparé. He decidido unirme a las Hijas Oscuras, por lo
que no quiero empezar buscándole problemas a
Aphrodite."

"Probablemente tengas razón. Aphrodite puede ser
bastante temperamental, y confío en que puedes cuidarte
por ti misma, Zoey. Nos gusta animar a los iniciados a resolver
los problemas que tienen entre ellos siempre que sea posible." Me
estudió, con evidente preocupación en su rostro.
"Es normal que las primeras veces la sangre no sea muy apetitosa.
Sabrías eso si llevaras mas tiempo con
nosotras."

"No es eso. Es que-sabía realmente bien. Erik me
dijo que la mía era una reacción
inusual."

Las cejas de Neferet se elevaron de repente. "Lo es, en
efecto. ¿Te sentiste también mareada o
eufórica?"

"Ambas", le dije suavemente.

Neferet me miró la marca. "Eres única,
Zoey Redbird. Bueno, creo que sería mejor sacarte de esta
clase de Sociología, y pasarte a la de Sociología
415.

"La verdad es que preferiría que no lo hicieras",
dije rápidamente. "Ya me siento suficientemente como un
bicho raro con todo el mundo mirándome la marca y mirando
a ver si hago algo extraño. Si me cambias a una clase con
chicos que llevan aquí tres años, pensarán
que soy verdaderamente rara. "

Neferet dudó, rascando la cabeza de Nala mientras
reflexionaba.

"Entiendo lo que quieres decir, Zoey. Hace casi cien
años que no soy una adolescente, pero los vampiros tiene
recuerdos precisos y duraderos y aún recuerdo lo que es
pasar por el cambio." Suspiró. "Muy bien, ¿por
qué no hacemos un trato? Dejaré que te quedes en
esa clase de sociología, pero quiero darte el libro de
texto que se estudia en el nivel avanzado y que te comprometas a
leer un capítulo cada semana y que me prometas que me
comentarás cualquier duda que tengas. "

"Trato hecho", le dije.

"Sabes, Zoey, como el cambio, te conviertes en un ser
diferente por completo. Un vampiro no es un humano, pero lo es en
sus valores. Puede parecerte algo censurable ahora, pero tu deseo
de sangre es tan normal en tu nueva vida como lo ha sido tu deseo
de" -hizo una pausa y sonrió-" las bebidas de cola en la
antigua. "

"¡Jesús! ¿Lo sabes todo?"

"Nyx me ha concedido dones con generosidad.
Además de mi afinidad con nuestros hermosos felinos y mis
habilidades curativas, soy también muy
intuitiva".

"¿Puedes leer mi mente?" Le pregunté
nerviosamente.

"No exactamente. Pero puedo recoger pedazos de cosas.
Por ejemplo, sé que hay algo más que necesitas
contarme sobre anoche."

Respiré hondo. "Estaba disgustada cuando me
enteré de lo de la sangre, por lo que salí
corriendo del salón. Así es como encontré a
Nala. Estaba en un árbol muy cercano al muro de la
escuela. Pensé que estaba atrapada allí, de modo
que trepé a lo alto del muro para cogerla y, así,
mientras hablaba con ella dos chicos de mi antigua escuela me
encontraron".

"¿Qué pasó?" La mano de Neferet se
había detenido, ya no acariciaba a Nala, y tenía
toda su atención.

"No fue bien. Ellos-ellos estaban pasados, colocados y
borrachos". ¡Vale, no había querido decir
eso!

"¿Trataron de hacerte daño?"

"No, nada de eso. Eran mi ex mejor amiga y mi casi
ex-novio."

Neferet me miró levantando las cejas de
nuevo.

"Bueno, había dejado de salir con él, pero
él y yo todavía sentíamos algo el uno por el
otro."

Asintió, como si entendiera.
"Continua".

"Kayla, y yo medio nos peleamos. Ella me ve diferente
ahora y supongo que yo también a ella. A ninguna de las
dos le gusta la nueva versión." Al decir aquello me di
cuenta de que era verdad. No era que K hubiese cambiado-de hecho,
era exactamente la misma. Es sólo que las pequeñas
cosas que solía pasar por alto, como su balbuceo sin
sentido y parte malvada, eran ahora demasiado irritantes para
soportarlas. "De todos modos, se fue y me quedé a solas
con Heath." Me detuve, no muy segura de cómo seguir con el
resto.

Neferet entrecerró los ojos. "Sentiste sed de
sangre hacia él."

"Sí", susurré.

"¿Bebiste de su sangre, Zoey?" Su voz era
severa.

"Tan solo probé una gota. Le había
arañado. No pretendía hacerlo, pero cuando
escuché su pulso latiendo-me hizo
arañarle."

"¿Entonces no bebiste en realidad de la
herida?"

"Empecé a hacerlo pero Kayla, regresó y
nos interrumpió. Se puso totalmente histérica y
así es como conseguí que Heath se
marchara".

"¿Él no quería?"

Negué con la cabeza. "No. No quería."
Sentí de nuevo como si fuese a llorar. "¡Neferet,
Cuanto lo siento! No quería. Ni siquiera sabía lo
que estaba haciendo hasta que Kayla gritó."

"Por supuesto que no te diste cuenta de lo que estaba
sucediendo. ¿Cómo se supone que iba a saber algo
sobre la sed de sangre una iniciada recién marcada?"
Tocó mi brazo de forma tranquilizadora y maternal.
"Probablemente no conectaste con él."

"¿Conectar?"

"Es lo que suele ocurrir a menudo cuando los vampiros
beben directamente de los seres humanos, especialmente si hay un
vínculo que se ha establecido entre ellos antes de la toma
de sangre. Esta es la razón por la que se prohíbe a
los iniciados beber sangre de los seres humanos. En realidad,
también se les desaconseja a los vampiros adultos que lo
hagan. Hay toda una secta de vampiros que lo consideran
moralmente incorrecto y desearían hacerlo ilegal ",
dijo.

Observé como sus ojos se oscurecían
mientras hablaba. La expresión que había en ellos
de repente me puso muy nerviosa e hizo que me estremeciera.
Entonces Neferet parpadeó y sus ojos volvieron a ser
normales. ¿O simplemente había imaginado aquella
extraña oscuridad en ellos?

"Pero esa es una discusión que es mejor que
dejemos para mi clase de sociología de sexto."

"¿Qué debo hacer con respecto a
Heath?"

"Nada. Dímelo si intenta verte de nuevo. Si
él te llama, no contestes. Si empieza a conectar, incluso
el sonido de tu voz le afectará como reclamo para atraerle
hacia a ti".

"Suena como algo sacado de Drácula",
murmuré.

"¡No tiene nada que ver con ese maldito libro!" me
cortó. "Stoker envileció a los vampiros, lo que ha
causado a los nuestro innumérales problemas con los
humanos."

"Lo siento, no pretendía-"

Hizo un gesto con la mano quitándole importancia.
"No, no debería haber dejado salir mi frustración
con el libro de ese viejo estúpido delante de ti. Y no se
preocupe por tu amigo Heath. Estoy segura de que va a estar bien.
¿Dices que estaba borracho y fumado? Supongo que te
refieres a marihuana"

Asentí. "Pero yo no fumo," agregué. "En
realidad, el no solía y tampoco Kayla. No entiendo que es
lo que les ocurre. Creo que están saliendo con esos
futbolistas drogatas de la Unión, y ninguno de ellos tiene
suficiente sensatez para decir que no".

"Bueno, su reacción hacia ti puede haber tenido
mas que ver con su nivel de intoxicación que con una
posible conexión". Hizo una pausa, tirando de un bloc de
notas del cajón de su escritorio, y ofreciéndome un
lápiz. "Pero sólo si acaso, por qué no
escribes los nombres completos de tu amigos y dónde viven.
Ah, y añade los nombres de jugadores de fútbol de
la Unión, también, si los sabes".

"¿Para que necesitas sus nombres?" Sentí
como se me caía el alma a los pies. "No vas a llamar a sus
padres, ¿verdad?"

Neferet rió. "Por supuesto que no. El mal
comportamiento de los adolescentes no es algo que me preocupe.
Sólo lo quiero para poder centrar mis pensamientos en el
grupo y quizá recoger algún indicio entre ellos de
un posible conexión."

"¿Y qué ocurre si es así?
¿Qué pasará con Heath?"

"Él es joven y la conexión será
débil, así que el tiempo y la distancia
deberían hacer que acabara desapareciendo. Si esta
conectado por completo, hay formas de romperlo". Estaba a punto
de decir que tal vez deberíamos seguir adelante y hacer lo
que tuviera que hacer para romper la conexión, cuando ella
prosiguió cuando ella continuó. "Ninguna de ellas
es placentera".

"Oh, vale."

Escribí los nombres y direcciones de Kayla y
Heath. No tenía ni idea de donde vivían los chicos
de la Unión, pero recordaba sus nombres. Neferet se
levantó y se fue al fondo del despacho para coger un
grueso libro de texto cuyo título en letras plateadas
decía Sociología 415.

"Empieza con el capítulo uno y ve recorriendo
todo el libro. Hasta que lo hayas finalizado, serán tus
deberes en vez del trabajo que mando al resto de tu clase de
sociología".

Cogí el libro. Era pesado y la cubierta se
sentía fría contra mi mano caliente y
nerviosa.

"Si tienes alguna pregunta, la que sea, ven a verme
enseguida. Si no estoy aquí puedes venir a mi apartamento
en el Templo de Nyx. Entra por la puerta principal y sigue las
escaleras de la derecha. Soy la única sacerdotisa en la
escuela ahora mismo, por lo que toda la segunda planta me
pertenece. Y que no te preocupe molestarme. Eres mi iniciada-es
tu trabajo molestarme", dijo ella con una cálida
sonrisa.

"Gracias, Neferet."

"Trata de no preocuparte. Nyx te ha tocado y la diosa se
preocupa por los suyos." Me abrazó. "Ahora, voy a decirle
a la profesora Nolan que es lo que te ha entretenido. Adelante,
utilice el teléfono de mi escritorio para llamar a tu
abuela." Me abrazó de nuevo y, a continuación,
cerró la puerta suavemente al irse.

Me senté en su escritorio y pensé en lo
genial que era, y el tiempo que hacía que mi mamá
no me abrazaba así. Y por alguna razón,
empecé a llorar.

Capítulo 21

"Hola abuela, soy yo".

"¡Oh! Mi Zoeybird! ¿Estás bien,
cariño?"

Sonreí y froté los ojos. "Estoy bien,
abuela. Te echaba de menos."

"Pajarito, yo también te echo de menos." Hizo una
pausa y luego dijo: "¿Te ha llamado tu madre?"

"No."

La abuela suspiró. "Bueno, cariño, tal vez
ella no quiere molestarte mientras te estás adaptando a tu
nueva vida. Le conté que Neferet me había dicho que
tus días y noches se invertirían".

"Gracias, abuela, pero no creo que esa sea la
razón por la que no me ha llamó."

"Tal vez lo ha intentado y no has visto su llamada. Yo
te llamé al móvil ayer, pero me saltaba el
buzón de voz."

Sentí una punzada de culpabilidad. Ni siquiera
había comprobado los mensajes del móvil.
"Olvidé enchufarlo. Lo tengo en la habitación.
Siento haberme perdido tu llamada, abuela." Entonces, para hacer
que se sintiera mejor (y para que dejase de hablar de ello),
dije, "Lo comprobaré cuando regrese a mi
habitación. Tal vez mamá me haya llamado.
"

"Tal vez lo hizo, cariño. Entonces, dime,
¿cómo te va por ahí?"

"Está bien. Es decir, hay un montón de
cosas que me gustan de esto. Las clases son muy chulas. Oye,
abuela, incluso tengo clases de esgrima y de
equitación."

"¡Eso es maravilloso! Recuerdo cuánto te
gustaba montar a Conejito".

"¡Y tengo un gato!"

"Oh, Zoeybird, estoy muy contenta. Siempre te han
encantado los gatos. ¿Has hecho amistad con los otros
chicos?"

"Sí, mi compañera de habitación,
Stevie Rae, es genial. Y también me gustan sus
amigos."

"Por lo tanto, si todo va tan bien, ¿por
qué las lágrimas?"

Debería haber sabido que no podía
ocultarle nada a mi abuela. "Es sólo que… algunas de las
cosas del cambio son muy difíciles de tratar."

"Estás bien, ¿no?" La preocupación
era intensa en su voz. "¿Tu cabeza está
bien?"

"Sí, no tiene nada que ver con eso. Es-" me
detuve. Quería contárselo, tenía tantas
ganas que iba a explotar, pero no sabía como. Y
tenía miedo-miedo de que ya no me volviera a querer.
Quiero decir, mamá había dejado de quererme,
¿no? O, al menos, mamá me había cambiado por
su nuevo marido, lo cual de alguna manera era peor que dejar de
quererme. ¿Qué iba a hacer si la abuela
también me abandonaba?

"Zoeybird, sabes que puedes contarme cualquier cosa",
dijo suavemente.

"Es difícil, abuela." Me mordí el labio
para no llorar.

"Entonces deja que te lo ponga más fácil.
No hay nada que puedas decirme que haga que deje de quererte. Soy
tu abuela hoy, mañana, y el año que viene.
Seré tu abuela, incluso después de unirme a
nuestros antepasados en el mundo de los espíritus, y desde
allí aún te seguiré queriendo,
Pajarito".

"Bebí sangre y me gustó!"
solté.

Sin ninguna duda, la abuela dijo: "Bueno, cariño,
¿no es eso lo que hacen los vampiros?"

"Sí, pero no soy un vampiro. Tan solo soy una
iniciada desde hace unos días."

"Eres especial, Zoey. Siempre lo has sido. ¿Por
qué debería cambiar eso ahora?"

"No me siento especial. Me siento como un
monstruo".

"Entonces recuerda esto. Aún sigues siendo
tú. No importa que hayas sido marcada. No importa que
estés pasando por el cambio. En el interior, tu
espíritu sigue siendo tu espíritu. En el exterior
puede que parezcas una extraña familiar, pero no necesitas
más que mirar en el interior para descubrir el yo que has
conocido durante estos dieciséis años."

"La extraña familiar…", susurré.
"¿Cómo sabes eso?"

"Eres mi chica, cariño. Eres hija de mi
espíritu. No es difícil entender lo que debes
sentir-es muy parecido a lo que imagino que yo
sentiría".

"Gracias, abuela."

"De nada, U-we-tsi ge-hu-tsa".

Sonreí, enamorada de la manera en que sonaba la
palabra Cherokee para hija-tan mágica y especial, como si
fuera un titulo concedido por una diosa. Por una
diosa…

"Abuela, hay algo más."

"Dime, pajarito".

"Creo que puedo sentir los cinco elementos cuando se
invoca un círculo".

"Si eso es verdad, te ha sido otorgado un gran poder,
Zoey. Y sabes que con gran poder conlleva una enorme
responsabilidad. Nuestra familia tiene una rica historia de los
ancianos de la tribu, chamanes y mujeres sabias. Ten la
precaución, pajarito, de pensar antes de actuar. La diosa
no te ha concedido poderes especiales por un simple capricho.
Úsalos con cuidado, y haz que Nyx, así como tus
antepasados, te miren y sonrían. "

"Lo haré lo mejor que pueda, abuela."

"Eso es lo único que te pediría,
Zoeybird".

"Hay aquí una chica que también tiene
poderes especiales, pero ella es horrible. Es una abusona y una
mentirosa. Abuela, creo que… creo que…" Respiré hondo
y dije lo que había estado cociéndose en mi mente
toda la mañana. "Creo que soy más fuerte que ella y
creo que tal vez Nyx me ha Marcado para que pueda sacarla de la
posición en la que está. Pero, -pero eso significa
que tengo que tomar su lugar, y no se si estoy preparada para
eso, ahora no. Tal vez nunca".

"Sigue lo que tu espíritu te dice, Zoeybird".
Vaciló, y luego dijo: "Cariño, ¿te acuerdas
del ritual de purificación de nuestro pueblo?"

Pensé en ello. No podría contar las veces
que había ido con ella a la pequeña corriente de
detrás de la casa de la abuela y la había visto
darse un baño ritual en la corriente de agua, pronunciando
el rezo de purificación. A veces me metía en la
corriente con ella y repetía la oración. La
oración se había entrelazado a lo largo de mi
infancia, repetida en los cambios de estación, en
agradecimiento por la cosecha de lavanda, o como
preparación para la llegada del invierno, así como
cada vez que la abuela se enfrenta a decisiones difíciles.
A veces no sabía por qué se purificaba y rezaba la
oración. Simplemente había ocurrido desde
siempre.

"Sí", le dije. "Lo recuerdo".

"¿Hay agua corriente dentro de los terrenos de la
escuela?"

"No lo sé, abuela."

"Bueno, si no la hay, busca algo para usarlo como manojo
de hierbas naturales. Salvia y lavanda mezcladas es lo mejor,
pero puedes usar incluso pino fresco si no tienes otra
opción. ¿Sabes qué hacer,
Zoeybird?"

"Ahumarme, comenzar por los pies y subiendo por todo mi
cuerpo, por delante y por detrás," recité, como si
fuera una niña pequeña y la abuela me estuviese
enseñando las costumbres de nuestro pueblo. "Y
después mirar al este y hacer el rezo de
purificación".

"Bien, lo recuerdas. Pida la ayuda de la diosa, Zoey.
Creo que te escuchará. ¿Podrás hacerlo antes
del amanecer de mañana?"

"Creo que sí."

"Yo también realizaré el ritual y
añadiré mi plegaria para pedir a la diosa que te
guíe".

Y de repente me sentí mejor. La abuela nunca se
equivoca con este tipo de cosas. Si ella creía que
iría bien, entonces iría bien de verdad.

"Rezaré la oración antes de que amanezca.
Te lo prometo."

"Bien, pajarito. Ahora, será mejor que esta
anciana te deje marchar. En este momento estás en medio de
tu jornada escolar, ¿no?"

"Sí, ahora iré a clase de Teatro. Y,
abuela, tu nunca serás vieja."

"No mientras pueda oír tu joven voz, pajarito. Te
quiero, U-tsi-a-ge-hu-tsa".

"Yo también te quiero, abuela."

Hablar con la abuela había levantado un terrible
peso de mi corazón. Todavía estaba asustada e
histérica por el futuro, y no es que me volviera loca la
idea de derrocar a Aphrodite. Por no hablar de que realmente no
tenía ni idea de cómo hacerlo. Pero tenía un
plan. Bueno, tal vez no era un "plan", pero al menos era algo que
hacer. Llevaría a cabo la oración purificadora, y
luego… bueno… luego pensaría en lo que hacer
después de eso.

Sí, eso funcionará. O al menos
eso es lo que me decía a mi misma sin para durante las
clases por la mañana. En el almuerzo decidí el
lugar que usaría para mi ritual-bajo el árbol junto
al muro en el que había encontrado a Nala. Pensé en
ello mientras me abría camino por la barra de ensaladas
detrás de las gemelas. Los árboles, especialmente
robles, eran sagrados para el pueblo Cherokee, por lo que
parecía ser una buena opción. Además, estaba
apartado y era de fácil acceso. Claro, Heath y Kayla me
habían encontrado por allí, pero planeaba sentarme
en lo alto del muro de nuevo, y no podía imaginar a Heath
apareciendo al amanecer dos días seguidos, estuviera
conectado o no. Quiero decir, hablamos del chico que
dormía hasta las dos de la tarde en verano, todos los
días. Hacían falta dos despertadores y el grito de
su madre para que se levantara para ir a la escuela. El chico no
iba a estar levantado antes del amanecer de nuevo. Probablemente
tardaría meses, en recuperarse de lo de la noche anterior.
No de hecho, es probable que se escabullera para encontrarse con
K (salir a hurtadillas siempre había sido fácil
para ella, sus padres no se enteraban de nada), y que estuvieran
levantados toda la noche. Lo que significaba que iba a faltar a
la escuela, diría que estaba enfermo y dormiría los
próximos dos días. De todos modos, no me preocupaba
que pudiese aparecer.

"¿No crees que el maíz tierno da miedo?
Hay algo en esas diminutas formas que no me gusta".

Salté y casi se me cayó el cucharón
de aliño ranchero en el recipiente de líquido
blanco. Levanté la vista hasta encontrarme con los ojos
azules de Erik.

"Oh, hola", le dije. "Me asustaste".

"Z, creo que me estoy acostumbrando a aparecer de
repente ante ti."

Solté una risilla nerviosa, muy consciente de que
las gemelas estaban vigilando cada movimiento que
hacíamos.

"Pareces recuperada de lo de ayer."

"Sí, no pasa nada. Estoy bien. Y esta vez no
estoy mintiendo."

"Y he oído que te has unido a las Hijas
Oscuras".

Shaunee y Erin inspiraron a la vez. Tuve cuidado de no
mirar hacia ellas.

"Sí".

"Eso es genial. Ese grupo necesita algo de sangre
nueva".

"Dices " ese grupo " como si no pertenecieras a el.
¿No eres un Hijo Oscuro?"

"Sí, pero no es lo mismo que ser una Hija Oscura.
Estamos solo de adorno. Algo contrario de cómo es en el
mundo humano. Todos los chicos saben que estamos ahí para
decorar y mantener a Aphrodite entretenida. "

Le miré, y leí algo más en sus
ojos. "Y es que lo que estás haciendo, ¿entretener
a Aphrodite?"

"Como dije anoche, ya no, lo cuál es una
razón por la que en realidad no me considero un miembro
del grupo. Estoy seguro de que me echarían a patadas si o
fuera por esa cosilla que hago de
interpretación".

"¿Te refieres con "cosilla" a eso que ha
despertado el interés de Broadway y Los Ángeles por
ti?"

"A eso me refiero." Me sonrió. "No es real,
sabes. Actuar es fingir. No es lo que realmente soy". Se
inclinó para susurrarme al oído. "De verdad, soy un
empollón".

"¡Oh, por favor. ¿Esa actitud te
funciona?"

Exageró el gesto de estar ofendido.
"¿Actitud? No, Z. No es ninguna actitud, y puedo
probarlo."

"Claro que puedes."

"Si que puedo. Ven conmigo al cine esta noche. Veremos
mis DVD"s favoritos."

"¿Y qué demuestra eso?"

"Es La guerra de las galaxias, las originales.
Me sé todos los diálogos de todos los personajes".
Se inclinó aún más cerca y susurró de
nuevo. "Puedo hacerlo incluso las partes de
Chewbacca".

Me reí. "Tienes razón. Eres un
empollón".

"Te lo dije."

Habíamos llegado al final de la barra de
ensaladas y anduvo conmigo a la mesa en la que Damien, Stevie
Rae, y las gemelas ya estaban sentados. Y, no, no estaban
haciendo ningún intento de ocultar el hecho de que todos
ellos nos miraban boquiabiertos.

"Por lo tanto, vas a venir… conmigo… esta
noche?"

Pude escuchar a los cuatro contener el aliento.
Literalmente.

"Me gustaría, pero esta noche no puedo. Yo-eh-Ya
tengo planes."

"Oh. Bien. Bueno… la próxima vez. Nos vemos."
Saludo con la cabeza a los de la mesa y se
alejó.

Me senté. Todos me estaban mirando.
"¿Qué?" Dije.

"Has perdido por completo la cabeza", dijo Shaunee.
"Justo lo que yo opino, gemela," dijo Erin.

"Espero que tengas una muy buena razón para
rechazarle", dijo Stevie Rae. "Es evidente que has herido sus
sentimientos."

"¿Creéis que me dejara consolarle?"
preguntó Damien, todavía siguiendo a Erik con una
mirada soñadora.

"Olvídalo," dijo Erin.

"No juega en tu liga", dijo Shaunee.

"Shush!" dijo Stevie Rae. Se volvió a mirarme
directamente a los ojos. "¿Por qué le dijiste que
no? ¿Qué podría ser más importante
que una cita con él?"

"Deshacerse de Aphrodite", le dije.

Capítulo 22

"Parece una buena razón", dijo Damien.

"Se ha unido a las Hijas Oscuras", dijo
Shaunee.

"¡Qué!" chilló Damien, elevando la
voz casi veinte octavas.

"Déjala en paz", dijo Stevie Rae, saliendo en mi
defensa al instante. "Esta reconociendo el terreno".

"¡Reconociendo el terreno! ¡Joder! Si se ha
unido a las Hijas Oscuras está entablando combate directo
con el enemigo", dijo Damien.

"Pues se ha unida a ellas", dijo Shaunee.

"Lo hemos oído," dijo Erin.

"¡Hola! Todavía estoy aquí", le
dije.

"Entonces, ¿qué vas a hacer?" me
preguntó Damien.

"En realidad no lo sé", le dije.

"Mas te vale tener un plan y que sea rápido o las
brujas se te van a merendar", dijo Erin.

"Sí," dijo Shaunee, mordiendo brutalmente su
ensalada para enfatizar.

"¡Ey! No tiene por que hacer todo esto sola. Nos
tiene a nosotros." Stevie Rae cruzó los brazos sobre su
pecho y fulminó con la mirada a las gemelas.

Sonreí a Stevie Rae en agradecimiento. "Bueno,
tengo una especie de idea".

"Bien. Cuéntanos y lo estudiaremos", dijo Stevie
Rae. Todos me miraron con expectación. Suspiré.
"Bueno. Eh…,"

Empecé a dudar, temerosa de sonar como una
estúpida, y después decidí que lo mejor era
contarles lo que me había estado rondando la cabeza desde
que hablé con la abuela, así que acabé a
toda prisa. "Había pensado en llevar a cabo un antiguo
ritual de purificación basado en la costumbre Cherokee y
pedir la ayuda de Nyx para idear un plan."

El silencio en la mesa pareció durar eternamente.
Entonces Damien dijo finalmente: "Pedir la ayuda de Nyx no es una
mala idea".

"¿Eres Cherokee?" preguntó
Shaunee.

"Te ves Cherokee", dijo Erin.

"¡Hola! Su apellido es Pájaro Rojo. Ella es
Cherokee", dijo Stevie Rae con firmeza.

"Bien, eso es bueno", dijo Shaunee, aunque
parecía tener dudas.

"Creo que Nyx podrían escucharme y-tal vez-darme
algún tipo de pista sobre lo que debo hacer con la
horrible Aphrodite". Miré a cada uno de mis amigos. "Algo
dentro de mí me dice que es malo para dejar que se salga
con la suya en todo lo que hace".

"¡Déjame contárselo!" dijo de
repente Stevie Rae. "No se lo dirán a nadie. En serio. Y
ayudarían que lo supieran."

"¿Lo que?" dijo Erin.

"Bien, ahora que no tienes otra opción", dijo
Shaunee, apuntando a Stevie Rae con su tenedor. "Ella
sabía que si decía eso te acosaríamos de tal
manera que al final tendrías que contarnos eso de lo que
esta hablando."

Miré a Stevie Rae frunciendo el ceño, y
ella se encogió de hombros y dijo con cara de estar
avergonzada: "Lo siento".

De mala gana, bajé la voz y me incliné
hacia adelante. "Prometed que no se lo diréis a nadie
".

"Prometido", dijeron.

"Creo que puedo sentir los cinco elementos cuando se
convoca un círculo". Silencio. Se me quedaron mirando.
Tres de ellos conmocionados, Stevie Rae presumiendo.

"Entonces, ¿todavía creéis que no
puede derrocar a Aphrodite?" dijo Stevie Rae.

"Sabía que pasaba algo mas con tu marca
aparte de lo de caerte y golpearte la cabeza!" dijo
Shaunee.

"Wow," dijo Erin. "Hablando de un cotilleo
bueno".

"¡Nadie puede saberlo!" repliqué
enseguida.

"Por favor", dijo Shaunee. "Estamos diciendo que
algún día esto va a ser un gran chisme".

"Sabemos como esperar para los grandes chismes", dijo
Erin.

Damien ignoró a ambas. "No creo que haya
antecedentes de una Alta Sacerdotisa que haya tenido afinidad con
los cinco elementos." La voz de Damien fue ganando emoción
mientras hablaba. "¿Sabes lo que eso significa?" No me dio
una oportunidad para responder. "Esto significa que
podrías llegar a ser la alta sacerdotisa más
puissante que los vampiros hayan conocido nunca."

"¿Huh?" Dije.
¿Puissante?

"Fuerte-poderosa", dijo con impaciencia. "¡Incluso
podrías ser capaz de echar a Aphrodite!"

"Bueno, esas sí que son noticias buenas de
verdad", dijo Erin, al tiempo que Shaunee asentía con
entusiasmo.

"Así que ¿cuando y donde vamos a hacer la
cosa esa de la purificación?" preguntó Stevie
Rae.

"¿Vamos?" dije.

"No estás sola en esto, Zoey", dijo.

Abrí la boca para protestar, -quiero decir, ni
siquiera yo estaba segura de lo que iba a hacer. No quería
involucrar a mis amigos en algo que podría resultar- de
hecho es probable que lo fuera- un auténtico desastre.
Pero Damien no me dio tiempo para decirles que no.

"Nos necesitas", se limitó a decir. "Incluso la
más Puissante Alta Sacerdotisa necesita su
círculo."

"Bueno, en realidad no había pensado en formar un
círculo. Tan solo iba a llevar a cabo una especie de
oración purificadora".

"¿No puedes formar el círculo y luego
rezar la oración y pedir la ayuda de Nyx?" preguntó
Stevie Rae.

"Parece lógico", dijo Shaunee.

"Además, si realmente tienes afinidad con los
cinco elementos, apuesto a que seremos capaces de sentido cuando
formes tu propio círculo. ¿No es así
Damien?" Dijo Stevie Rae. Todos miramos al erudito gay de nuestro
grupo.

"Me parece bastante lógico", dijo.

Todavía pensaba discutir, aunque en mi interior
me sentí aliviada, feliz y agradecida de que mis amigos
estuvieran ahí conmigo, de que no me dejaran afrontar toda
aquella incertidumbre sola.

Tenlos en cuenta. Son perlas de gran
valor.

La familiar voz flotó en mi cabeza y me di cuenta
de que no debía cuestionar aquel nuevo instinto dentro de
mí que parecía haber nacido cuando Nyx me
besó la frente y cambió para siempre mi marca y mi
vida.

"Vale, voy a necesitar un manojo de hierbas rituales".
Me miraron sin comprender y continué para
explicárselo. "Es para la parte de la purificación
en el ritual, por que no tengo una corriente de agua a mano.
¿O si?"

"¿Quieres decir, como un arroyo o un río o
algo así?" preguntó Stevie Rae.

"Sí".

"Bueno, hay un pequeño arroyo que corre por el
patio fuera del comedor y desaparece en algún lugar bajo
la escuela", dijo Damien.

"Eso no vale, es demasiado público. Tendremos que
usar el manojo de hierbas rituales. Lo que mejor funciona es la
lavanda y salvia secas mezcladas entre sí, pero si es
necesario puedo usar también pino".

"Puedo conseguir la salvia y lavanda", dijo Damien.
"Tienen este tipo de cosas en la tienda de suministros de la
escuela para la clase de hechizos y rituales de quinto y sexto.
Diré que estoy ayudando a un alumno de último curso
recogiendo alguno de eso componentes. ¿Qué
más necesitas?"

"Bueno, en el ritual de purificación de la abuela
siempre agradece a las siete direcciones que el pueblo Cherokee
honra: norte, sur, este, oeste, sol, tierra, y el yo. Sin
embargo, creo que voy a hacer la oración mas
específica hacia Nyx". Me mordí el labio,
pensativa.

"Eso me parece buena idea", dijo Shaunee.

"Sí," añadió Erin. "Quiero decir,
Nyx no está aliada con el sol. Ella es la
noche".

"Creo que deberías seguir tu instinto," dijo
Stevie Rae.

"Una de las primeras cosas que aprende a hacer un Alta
Sacerdotisa es confiar en si misma", dijo Damien.

"Bien, entonces también necesitamos una vela para
cada uno de los cinco elementos", decidí.

"Pan comido", dijo Shaunee.

"Sí, el templo nunca está cerrado y hay
tropecientas velas para el círculo
allí."

"¿Está bien que cogerlas?" Desde luego
robar en el Templo de Nyx no parecía una buena
idea.

"Está bien siempre y cuando las devolvamos", dijo
Damien. "¿Qué más?"

"Eso es todo." Creo. Joder, no estaba segura. No es que
supiera exactamente lo que estaba haciendo.

"¿Cuándo y dónde?" preguntó
Damien.

"Después de la cena. Digamos a las cinco. Y no
podemos ir juntos. Lo último que necesitamos es que
Aphrodite o cualquiera de las demás Hijas Oscuras piensen
que tenemos algún tipo de reunión y sientan
curiosidad por nosotros. Así que nos encontraremos en el
roble junto al muro este". Les sonreí torciendo la boca.
"Es fácil de encontrar si finges que acabas de salir
corriendo de uno de los rituales de las Hijas Oscuras en el
salón de entretenimiento y quieres alejarte lo mas posible
de ellas".

"Para eso no hace falta fingir demasiado", dijo
Shaunee.

Erin resopló.

"Bueno, traeremos el material", dijo Damien.

"Sí, nosotros traemos las cosas; y tu trae tu
parte pisante", dijo Shaunee, dando a Damien una mirada
de listilla.

"Esa no es la forma correcta de la palabra. Sabes,
realmente debería leer un poco más. Quizás
tu vocabulario mejoraría." Dijo Damien.

"Tu madre tiene que leer más". Dijo
Shaunee y, luego ella y Erin se deshicieron en risitas ante el
chiste malo sobre "su madre".

Por una vez estaba contenta de que cambiaran el tema de
mí, a otra cosa y me puse a comer la ensalada y a pensar
con relativa intimidad mientras ellos seguían discutiendo.
Masticaba e intentaba recordar todas las palabras del ritual de
purificación cuando Nala subió de un salto junto a
mí en el banco. Me miró con sus ojos grandes y
después se apoyo contra mí y empezó a
ronronear como el motor de un avión. No sé por
qué, pero me hizo sentir mejor. Y cuando la campana
sonó y todos salimos corriendo a clase, cada uno de mis
cuatro amigos me sonrió, me dio un secreto guiño, y
dijeron: "Hasta luego, Z." También me hicieron sentir
mejor, a pesar de su fácil adopción del apodo con
el que Erik se dirigía a mí, lo que hizo que el
corazón me diera un vuelco.

La clase de español paso volando: toda una clase
para aprender como decir las cosas que nos gustan o no nos
gustan. La Prof. Garmy me mataba de risa. Decía que
cambiaría nuestras vidas. Me gusta gatos. (I like
cats.) Me gusta it de compras. (I like shopping.) No
me gusta cocinar.
(I don't like to Cook) No me gusta
lavantar el gato
. (I don't like to wash the cat.) Esas eran
las frases preferidas de la profesora Garmy, y pasábamos
la hora buscando las nuestras.

Intenté no garabatear cosas como me gusta
Erik
… y no me gusta el hag-o Aphrodite. Bueno,
seguro que el hag-o no es cómo se dice "bruja" en
español, pero bueno. De todos modos, la clase fue muy
divertida y realmente entendí lo que estábamos
diciendo. La clase de equitación no paso tan
rápido. Limpiar las caballerizas era bueno para pensar,
-repase una y otra vez la oración de purificación,
-pero la hora desde luego pareció una hora. Esta vez,
Stevie Rae no tuvo que venir a por mí. Estaba demasiado
ansiosa como para perder la noción del tiempo. En cuanto
sonó la campana ya estaba dejando la almohaza, contenta de
que Lenobia me hubiera dejado cepillar a Persephone de nuevo, y
preocupada porque también me había dicho que a
partir de la siguiente semana creía que ya podría
empezar a montarla. Salí a toda prisa de los establos,
deseando que la hora no fuera tardía allá en el
mundo "real". Me hubiera encantado llamar a la abuela y contarle
lo bien que me iba con los caballos.

"Sé lo que está pasando."

Juro que casi me ahogo. "Dios, Aphrodite!
¡Podrías hacer ruido o algo! ¿Qué
eres, medio araña? Me has dado un susto de
muerte".

"¿Qué pasa?" ronroneó ella.
"¿Remordimiento de conciencia?"

"Uh, cuando te acercas a hurtadillas por detrás a
la gente, les asustas. LA culpa no tiene que ver con
ello."

"¿Entonces no eres culpable?"

"Aphrodite, no sé de que estás
hablando."

"Sé lo que estás planeando para esta
noche."

"Y, sin embargo, todavía no sé de que
estás hablando." ¡Ah, mierda!
¿Cómo es posible que lo haya
descubierto?

"Todo el mundo cree que eres tan condenadamente
encantadora e inocente y están condenadamente
impresionados por esa extraña marca tuya. Todos menos yo".
Se giró para mirarme de frente y nos detuvimos en mitad de
la acera. Sus ojos azules se estrecharon y se le torció el
rostro hasta volverse como el de una bruja aterradora. Huh. Me
pregunté (brevemente) si las gemelas eran conscientes de
lo preciso que era el apodo con el que se referían a ella.
"No importa la mierda que hayas oído, el sigue siendo
mío. Siempre será mío."

Mis ojos se abrieron de par en par y sentí un
baño de alivio tan intenso que me hizo reír
¡Hablaba de Erik, no del ritual de purificación!
"Wow, hablas comos i fueras la madre de Erik. ¿Sabe
él que le espías?"

"¿Parecía la madre de Erik cuando me viste
comerle la polla en el pasillo?"

Así que lo sabía. Qué más
daba. Supongo que era inevitable que tuviéramos esta
conversación. "No, no me parecías la madre de Erik.
Parecías lo que eres- una desesperada-mientras intentabas
de forma patética tirarte encima de un tío que te
decía de forma clara que ya no te
quería."

"¡Maldita zorra! ¡Nadie me habla
así!"

Levantó la mano y, en forma de garra, la
lanzó para cortarme en la cara. Entonces el mundo
pareció detenerse, dejándonos a ambas en un
apequeña burbuja a cámara lenta. Cogí su
muñeca, deteniéndola con facilidad-demasiada
facilidad. Fue como si ella fuera una niña pequeña
y enferma que me había atacado con rabia, pero que era
demasiado débil para hacer daño alguno. La mantuve
así durante un momento, mirando a sus odiosos
ojos.

"No vuelvas a intentar pegarme jamás. No soy uno
de esos chicos de los que puedes abusar. A ver si pillas esto, y
que sea ahora. No te tengo miedo." Entonces lancé su
muñeca lejos de mi y me quedé asombrada por
completo al ver cómo se tambaleaba hacia atrás
varios pasos.

Frotándose la muñeca, me fulminó
con la mirada. "No te molestes en aparecer mañana.
Considérate no invitada y fuera de las Hijas
Oscuras".

"¿En serio?" Me sentía
increíblemente tranquila. Sabía que llevaba el
triunfo en la partida y jugué mi carta.
"¿Así que quieres que explicarle a mi mentora, la
Alta Sacerdotisa Neferet, la vampiresa que tuvo la idea de que me
uniera a las Hijas Oscuras, en primer lugar, que me estás
echando por que tienes celos de que le guste a tu
exnovio?"

Su cara palideció.

"Oh, y puedes estar segura de que estaré total y
absolutamente disgustada cuando Neferet me pregunte por ello."
Con un mohín, sollocé un poco como si fingiera
llorar.

"¿Sabes lo que significa ser parte de algo y
no tener a nadie más en el grupo que te quiera
allí?" gruñó entre dientes
apretados.

Sentí un presión en el estomago y tuve que
hacer un esfuerzo para ocultarle que había tocado nervio.
Sí, sabía exactamente lo que era ser parte de
algo-una supuesta familia-y sentir como si nadie me
quisiera allí, pero Aphrodite no iba a saberlo. En su
lugar, sonreí y dije con una voz muy dulce: "¿Por
qué? ¿A que te refieres, Aphrodite? Erik es parte
de Hijos Oscuros y precisamente hoy me ha dicho lo feliz que
estaba de que me hubiera unido a las Hijas Oscuras. "

"Ven a la ritual. Imagina finge ser parte de las Hijas
Oscuras. Pero más te vale recordar esto. Son mi s Hijas
Oscuras. Tú eres una extraña; la que no es
bienvenida. Y recuerda esto también. A Erik Night y a
mí nos une un lazo que nunca comprenderás. No es mi
ex nada. No te quedaste a ver el final de nuestro jueguecito en
el pasillo. Él era entonces, y as ahora, justo lo que yo
quiero que sea. Mío". Entonces se echó hacia
atrás su largo y rubio pelo y se largó sin decir
más.

Unos segundos más tarde, Stevie Rae asomó
la cabeza desde detrás de un viejo roble que no estaba muy
lejos de la acera y dijo: "¿Se ha marchado?"

"Afortunadamente". La miré negando con la cabeza.
"¿Qué estás haciendo ahí?"

"¿Estás bromeando? Estoy escondida. Me da
un miedo que te cagas. Vine a encontrarme contigo y os vi a las
dos discutiendo. Tía, ¡Intentó
pegarte!"

"Aphrodite tiene un serio problema de control de la
ira". Stevie Rae rió.

"Uh, Stevie Rae, ya puedes salir de ahí
detrás". Todavía riendo, Stevie Rae
prácticamente saltó sobre mi y enganchó su
brazo con el mío. "¡Le hiciste frente de
verdad!"

"Realmente lo hice."

"Te odia a muerte".

"Realmente lo hace".

"¿Sabes lo que eso significa?" Dijo Stevie
Rae.

"Sí. Que ahora ya no tengo elección. Voy a
tener que acabar con ella."

"Sí".

Pero sabía que no había tenido
elección incluso antes de que Aphrodite intentara
arrancarme los ojos. No había tenido elección desde
que Nyx colocara su marca sobre mí. Mientras Stevie Rae y
yo caminábamos juntas en la noche generosamente iluminada
por la luz de gas, las palabras de la diosa se repetían
una y otra vez en mi cabeza: Eres mayor de lo que indican tu
años Zoeybird. Cree en ti misma y encontrarás tu
camino. Pero recuerda, la oscuridad no siempre equivale al mal,
así como la luz no siempre trae el bien.

Capítulo 23

"Espero que el resto puedan encontrarlo", dije, mirando
a mi alrededor, mientras que Stevie Rae y yo esperábamos
junto el gran roble. "No parecía estar tan oscuro
anoche."

"No lo estaba. Es noche está bastante nublado,
así que la Luna tiene problemas para filtrar su
resplandor. Pero no te preocupes, el cambio está aportando
grandes cosas a nuestra visión nocturna. Joder, creo que
puedo ver tan bien como Nala". Stevie Rae rascó la cabeza
de la gata de forma afectuosa y Nala cerró los ojos y
ronroneó. "Nos encontrarán".

Me apoyé contra el árbol, preocupada. La
cena había estado bien-pollo asado rico de verdad, arroz
con especias y guisantes enanos (una cosa que se podía
decir de este lugar, era que sabían cocinar bien)
-sí, todo había estado genial. Hasta Erik se
había acercado a nuestra mesa y había dicho "hola".
Bueno, en realidad no era un "hola, Z, todavía me gustas".
Fue un "hola, Zoey". Punto. Sí. Eso fue todo. Había
cogido su comida y caminaba con un par de tíos a los que
las gemelas llamaron macizos. Admito que ni me fijé en
ellos. Estaba demasiado ocupada fijándome en Erik.
Vinieron a nuestra mesa. Levanté la mesa y sonreí.
El me miro a los ojos durante un milisegundo, dijo "hola, Zoey" y
siguió caminando. Y de repente el pollo ya no me supo ni
mucho menos tan delicioso.

"Has herido su ego. Se agradable y volverá a
pedirte que salgas con el," dijo Stevie Rae, trayéndonos a
mis pensamientos y a mi, al presente, bajo el
árbol.

"¿Cómo sabías que estaba pensando
en Erik?", Le pregunté. Stevie Rae había dejado de
acariciar a Nala, así que baje la mano y empecé a
rascarle la cabeza, antes de que empezara a protestar.

"Porque eso en lo que yo estaría
pensando."

"Bueno, debería estar pensando en el
círculo que tengo que invocar, pero que nunca antes en
toda mi vida he invocado, y en el ritual de purificación
que tengo que realizar, y no en cualquier chico."

"Él no es cualquier chico. Es un bueeen chico",
dijo Stevie Rae, arrastrando la palabra y haciéndome
reír.

"Debéis estar hablando de Erik", dijo Damien,
saliendo de la sombra del muro. "No te preocupes. Vi la forma en
que te miraba hoy en la comida. Te pedirá salir de
nuevo."

"Sí, fíate de el", dijo
Shaunee.

"Él es el experto del grupo en todo lo referente
a los penes," dijo Erin mientras se reunían bajo el
árbol.

"Es cierto", dijo Damien.

Antes de que me provocaran dolor de cabeza,
cambié de tema. "¿Has conseguido las cosas que
necesitamos?"

"Tuve que mezclar la salvia seca y la lavanda yo mismo.
Espero que sirva como las he atado." Damien sacó el manojo
de hierbas secas de la manga de su chaqueta y me lo
tendió. Era espeso y de casi treinta centímetros de
largo, y casi al instante percibí el familiar olor dulce
de la lavanda. Lo había atado todo bien apretado en un
extremo con lo que parecía hilo extragrueso.

"Es perfecto." le sonreí.

Pareció aliviado y luego dijo con algo de
timidez: "Usé el hilo de mi punto de cruz"

"Oye, ya te he dicho que no tienes por que avergonzarte
de que te guste el punto de cruz. Creo que es una afición
muy chula. Además, se te da muy bien", dijo Stevie
Rae.

"Ojala mi padre pensara lo mismo" dijo
Damien.

Odiaba escuchar esa tristeza en su voz. "Me
gustaría que me enseñaras alguna vez. Siempre he
querido aprender a hacer punto de cruz", mentí, y me
alegró ver como la cara de Damien se iluminaba.

"Cuando quieras, Z", dijo.

"¿Y qué hay de las velas?" Les pedí
a las gemelas.

"Oye, ya te lo dijimos. Pan…" Shaunee abrió su
bolso y sacó votivos verdes, amarillos y azules en sus
correspondientes copas de cristal coloreado.

"Comido". De su bolso Erin sacó votivos de color
rojo y morado con el mismo tipo de recipientes.

"Bien. Vale, veamos. Pongámonos por aquí,
un poco apartados del tronco, pero lo suficientemente cerca como
para que sigamos bajo las ramas." Me siguieron a medida que me
alejaba unos pasos del árbol. Miré las velas.
¿Qué debía hacer? Tal vez debería…
Y mientras pensaba en ello, lo supe. Sin detenerme a preguntarme
cómo o por qué o cuestionar el conocimiento
intuitivo que de repente me había llegado, simplemente me
limité a actuar. "Voy a daros una vela a cada uno.
Entonces, al igual que los vampiros en el Ritual de la Luna Llena
de Neferet, vais a representar a ese elemento. Yo seré el
espíritu." Erin me pasó el votivo dorado. "Yo soy
el centro del círculo. Cada uno os situareis en vuestro
puestos alrededor de mí". Sin dudarlo cogí la vela
roja de Erin y se la entregué a Shaunee. "Tú
serás el fuego."

"Eso suena bien. Quiero decir, todo el mundo sabe lo
caliente que soy".

Sonrió y fue contoneándose hasta el borde
sur del círculo. La vela verde era la siguiente. Me
giré hacia Stevie Rae. "Eres la tierra."

"¡Y el verde es mi color favorito!" Dijo
moviéndose alegremente hasta detenerse frente a
Shaunee.

"Erin, tu eres el agua."

"Muy bien. Solía gustarme estar tumbada al sol,
lo cual implica darse un baño cuando necesitaba
refrescarme." Erin se trasladó a la posición
occidental. "Entonces yo debo ser el aire", dijo Damien, cogiendo
la vela amarilla

"Lo eres. Tu elemento abre el
círculo".

"Al igual que me gustaría poder abrir las mentes
de la gente", dijo, situándose en la posición del
Este.

Le dirigí una sonrisa cálida. "Si. Algo
así".

"Está bien. ¿Qué sigue?"
preguntó Stevie Rae.

"Bueno, vamos a usar el humo del manojo ritual para
purificarnos." Coloqué la vela morada a mis pies para
poder concentrarme en el manojo ritual. "Vaya, maldita sea.
¿Alguien se ha acordado de traer unas cerillas o un
mechero o lo que sea? "

"Naturalmente", dijo Damien sacando un encendedor de su
bolsillo. "Gracias, aire", le dije.

"No hay de que, Alta Sacerdotisa", dijo.

No dije nada, pero cuando él me llamó eso,
un escalofrío de emoción recorrió mi
cuerpo.

"Así es como se usa el manojo ritual", dije,
contenta de que mi voz sonara mucho mas calmada de lo que en
realidad me sentía. Me paré en frente de Damien,
decidiendo que debía empezar donde el círculo
daría comienzo. Me di cuenta de que estaba imitando de
manera extraña a mi abuela y las lecciones de mi infancia,
y empecé a explicar el proceso a mis amigos. "Ahumar es
una forma de ritual de limpiar a una persona, un lugar o un
objeto de energías negativas, espíritus o
influencias. La ceremonia de ahumado consiste en quemar plantas
sagradas especiales y resinas de hierbas, pasando un objeto a
través del humo o abanicando el humo alrededor de una
persona o lugar. El espíritu de la planta purifica lo que
quiera que se esté ahumando". Le sonreí a Damien.
"¿Listo?"

"Afirmativo", dijo al típico estilo
Damien.

Encendí el manojo ritual y dejé que el
fuego quemara las hierbas secas por un tiempo, y después
soplé para apagarlas de forma que todo lo que quedara
fuese una bonita ascua humeante. Luego, empezando por los pies de
Damien, envié humo hacia arriba por su cuerpo mientras
continuaba mi explicación de la ancestral
ceremonia.

"Es muy importante recordar que estamos pidiendo a los
espíritus de las plantas sagradas que estamos utilizando
que nos ayuden, y debemos mostrar el debido respeto reconociendo
sus poderes".

"¿Qué es lo que hacen la lavanda y la
salvia?" preguntó Stevie Rae desde el otro lado del
círculo.

Mientras recorría el cuerpo de Damien hacia
arriba, le conteste. "La sabia blanca se usa mucho en ceremonias
tradicionales. Expulsa las energías negativas, los
espíritus y las influencias. En realidad, la salvia del
desierto hace lo mismo, pero me gusta más la salvia blanca
por que tiene un olor mas dulce." Había llegado a la
cabeza de Damien y le sonreí. "Buena elección,
Damien".

"A veces pienso que podría ser un poco adivino",
dijo Damien. Erin y Shaunee rieron, pero las
ignoramos.

"Bien, ahora date la vuelta en el sentido de las agujas
del reloj y terminaré con tu espalda", le dije. Se dio la
vuelta y seguí. "Mi abuela siempre utiliza la lavanda en
todos sus manojos rituales. Estoy segura de que parte se debe a
que ellas es propietaria de una plantación de
lavanda".

"¡Qué guay!" Dijo Stevie Rae.

"Sí, es un lugar impresionante". Le sonreí
por encima del hombro, pero continué ahumando a Damien.
"La otra razón por la que usa lavanda es porque es capaz
de restablecer el equilibrio y crear una atmósfera
pacífica. También atrae a la energía
afectuosa y a los espíritus positivos". Palmeé el
hombro de Damien para que se diera la vuelta. "Ya estás
listo". Luego me moví alrededor del círculo hacia
Shaunee, que representaba el elemento fuego, y comencé a
ahumarla.

"¿Espíritus positivos?" dijo Stevie Rae,
sonando como una niña asustada. "No sabía que
llamaríamos a otra cosa que no fueran los elementos del
círculo".

"Por favor. Venga ya, Stevie Rae," dijo Shaunee,
frunciendo el ceño por el humo. "No se puede ser un
vampiro y tener miedo de los fantasmas".

"No. Ni siquiera suena lógico", dijo
Erin.

Dirigí una mirada hacia Stevie Rae y nuestros
ojos se encontraron brevemente. Ambas pensábamos en mi
encuentro con lo que podría hacer sido el fantasma de
Elizabeth, pero ninguna de las dos parecía dispuesta a
hablar de ello.

"No soy un vampiro. Todavía no.
Sólo soy una iniciada. Así que es normal para
mí tener miedo de los fantasmas".

"Espera, ¿no habla Zoey de espíritus
Cherokee? Probablemente no van a prestar mucha atención a
una ceremonia realizada por un a panda de vampiros iniciados que
superan el cheroquismo de nuestra alta sacerdotisa por cuatro a
uno", dijo Damien.

Terminé con Shaunee y pasé a Erin. "No
creo que importe tanto lo que somos por fuera", le dije,
sintiendo al instante que lo que decía era cierto. "Creo
que lo que importa es nuestra intención. Es algo como
esto: Aphrodite y su grupo son algunos de los chicos y chicas
más guapos y con más talento de la escuela, y las
Hijas oscuras deberían ser un club fantástico. Pero
en lugar de eso, les llamamos brujas y que son básicamente
un grupo de abusonas y niñatas consentidas." Me pregunto
como encajaba Erik en todo esto. ¿Pasaba en realidad del
grupo como me dijo o estaba más implicado en él
caso, como insinuaba Aphrodite?

"O chicos que han sido forzados a unirse y están
ahí por estar", dijo Erin.

"Exactamente". Intenté despejarme la cabeza.
Ahora no era el momento para fantasear con Erik. Terminé
de ahumar a Erin y caminé hasta situarme enfrente de
Stevie Rae. "Lo que quiero decir es que creo que los
espíritus de mis ancestros nos pueden escuchar, como creo
que los espíritus de la lavanda y la salvia funcionan para
nosotros. Pero no creo que haya nada que temer, Stevie Rae.
Nuestra intención no es llamarlos para que vengan
aquí y así podamos utilizarlos para patearle el
culo a Aphrodite." Pareé de ahumarla y
añadí: "A pesar de que la chica necesita
definitivamente una buena patada en culo. Y no creo que haya
ningún fantasma al que temer rondando por aquí esta
noche", dije con firmeza, y después le entregué a
Stevie Rae el manojo ritual y le dije:" Bien, ahora
házmelo tu a mi". Comenzó a imitar mis movimientos
y me relajé con el familiar aroma dulce mientras me
recorría.

"¿No vamos a pedirles que nos ayuden a patearle
el culo?" preguntó Shaunee sonando
decepcionada.

"No. Estamos purificándonos para solicitar el
consejo de Nyx. No quiero darle una paliza a Aphrodite."
Recordé lo bien que me había sentido al empujarla
para apartarla de mi "Bueno, podría disfrutarlo, pero lo
cierto es que eso no soluciona el problema de las Hijas
Oscuras".

Stevie Rae ya había acabado conmigo. Volví
a coger el manojo y lo froté con cuidado en el suelo.
Luego regresé al círculo donde Nala estaba
acurrucada con satisfacción, formando una bola anaranjada
junto a la vela del círculo. "Es cierto que no nos gusta
Aphrodite, pero creo que es importante no centrarse en
pensamientos negativos como patearle el culo o echarla de las
Hijas Oscuras. Eso es lo que haría ella en nuestro lugar.
Lo que queremos es hacer lo correcto. Más justicia que
venganza. Somos diferentes a ella, y si de alguna manera logramos
arrebatarle el puesto en las Hijas oscuras, ese grupo será
diferente también. "

"Ves, es por eso que tú serás la alta
sacerdotisa y Erin yo seremos tan solo tus atractivas
compañera. Debido a que somos superficiales y sólo
queremos arrancarle esa cabeza de chorlito de los hombros", dijo
Shaunee mientras Erin asentía.

"Sólo pensamientos positivos, por favor", dijo
Damien bruscamente. "Estamos en medio de un ritual de
purificación!

Antes de que Shaunee pudiera lanzarle una mirada de odio
a Damien, Stevie Rae dijo alegremente: "¡Vale! Estoy
pensando solo en cosas positivas, como lo fantástico que
sería si Zoey fuera líder de las Hijas
Oscuras."

"Buena idea, Stevie Rae," dijo Damien. "Estoy pensando
lo mismo".

"¡Ey! Ese es mi pensamiento feliz,
también," dijo Erin. "Únete a mi, gemela,"
llamó a Shaunee, que paró de mirar mal a Damien y
le dijo: "Tú sabes que estoy siempre lista para
pensamientos alegres. Y sería genial si Zoey estuviera a
cargo de las Hijas Oscuras y de camino a ser una alta sacerdotisa
de verdad. "

Alta Sacerdotisa de verdad… me
pregunté por un momento si era algo bueno o malo que
aquellas palabras me hicieran sentir como si fuese a vomitar.
Otra vez. Con un suspiro, encendí la vela morada.
"¿Listos?" Les pregunté a los cuatro.

"¡Listos!" dijeron juntos.

"Bueno, coged vuestras velas."

Sin vacilar (lo que significaba que no me daba tiempo a
mí misma para echarme atrás), llevé la vela
hasta Damien. No tenía la brillantez ni la experiencia de
Neferet, ni tampoco era seductora ni tenía la confianza de
Aphrodite. Tan solo era yo misma. Zoey-aquella extraña
familiar que había pasado de ser un achica de instituto
casi normal a una iniciada vampira verdaderamente inusual.
Respiré profundamente. Como diría mi abuela, lo
único que podía hacer era intentar hacerlo lo mejor
posible.

"El aire está en todas partes, así que es
lógico que sea el primer elemento en ser llamado al
círculo. Te pido que me escuches aire, y te convoco a este
círculo". Encendí la vela amarilla de Damien con la
mía morada y al instante la llama comenzó a
parpadear enloquecida. Observé como Damien abría
los ojos de par en par asustado, cuando el viento azotó de
repente en un pequeño torbellino alrededor de nuestros
cuerpos, levantándonos el pelo y rozándonos
suavemente la piel.

"Es cierto", susurró, mirándome. "Puedes
hacer manifestarse a elementos."

"Bueno", le devolví el susurro, algo aturdida ",
uno de ellos por lo menos. Intentemos el segundo".

Avancé hacia Shaunee. Levantó su vela con
entusiasmo y me hizo sonreír cuando dijo, "Estoy listo
para el fuego- ¡haz que salga!"

"El fuego me recuerda las frías noches de
invierno y el calor y la seguridad d la chimenea que calienta la
cabaña de mi abuela. Te pido que me escuches, fuego, y te
convoco a este círculo." Encendí la vela roja y la
llama ardió, mucho más brillante de lo que hubiera
sido posible en un votivo ordinario. El aire que nos rodeaba se
llenó de pronto de una rica esencia de madera y de la
hogareña calidez de una chimenea rugiente.

"Wow!" exclamó Shaunee, mientras sus ojos
bailaban con el reflejo de la resplandeciente llama de la vela.
"¡Oye, esto es genial!"

"Van dos", oí decir Damien.

Erin estaba sonriendo cuando me coloqué frente a
ella. "Estoy lista para el agua", dijo
rápidamente.

"El agua es un alivio en de un cálido día
de verano en Oklahoma. Es el asombroso océano que me
encantaría ver algún día, y es la lluvia que
hace crecer la lavanda. Te pido que me escuches, agua, y te
convoco a este círculo".

Encendí la vela azul y sentí un frescor
instantáneo sobre mi piel como el olor de una esencia
limpia y salada que solo podía ser el océano que
nunca había visto.

"Increíble. Realmente, realmente impresionante,"
dijo Erin, tomando una profunda bocanada de aire
oceánico.

"Con ese van tres", dijo Damien.

"Ya no tengo miedo", dijo Stevie Rae cuando me
situé frente a ella.

"Bien", le dije. Entonces me concentré en el
cuarto elemento, la tierra. "La tierra nos apoya y rodea. No
seríamos nada sin ella. Te pido que me escuches, tierra, y
te convoco a este círculo." La vela verde se
encendió con facilidad, y de repente a Stevie Rae y a
mí nos abrumó el dulce aroma de la hierba
recién cortada. Oí el susurro de las hojas del
roble y miramos hacia arriba para ver cómo el gran roble
literalmente inclinaba sus ramas sobre nosotras como si nos
protegiera de todo daño.

"Absolutamente increíble", dejó escapar
Stevie Rae.

"Cuatro", dijo Damien, su voz llena de
emoción.

Caminé rápidamente hacia el centro del
círculo y levanté mi vela
púrpura.

"El último elemento es uno que llena todo y a
todos. Nos hace especiales e insufle vida en todas las cosas. Te
pido que me escuches, espíritu, y te convoco a este
círculo".

De forma increíble, pareció de repente que
me rodeaban los cuatro elementos, que estaba en medio de un
remolino formado por el aire y el fuego, el agua y la tierra.
Pero no daba miedo, en absoluto. Me llenaba de paz, y al mismo
tiempo sentí una oleada candente de poder y tuve que
apretar los labios con fuerza para evitar reír de pura
felicidad.

"¡Mirad! ¡Mirad el círculo!"
gritó Damien.

Parpadeé para aclararme la vista y al instante
sentí los elementos apaciguarse, como si fueran gatitos
juguetones que se sentaban a mi alrededor, esperando alegres a
que los llamase a jugar. Sonreía ante la
comparación cuando vi la luz resplandeciente que
envolvía la circunferencia del círculo,
uniéndose a Damien, Shaunee, Erin, y Stevie Rae. Era
brillante y clara, y del luminoso plateado de la luna
llena.

"Y con ese hacen cinco", dijo Damien.

"¡Joder!" solté, no muy al estilo- de una
Alta Sacerdotisa, y los cuatro se rieron, llenando la noche con
los sonidos de la felicidad. Y entendí, por primera vez,
por qué Neferet y Aphrodite habían bailado durante
los rituales. Quería bailar y reír y gritar de
felicidad. En otra ocasión, me dije. Aquella
noche teníamos cosas mas serías que
hacer.

"Bueno, voy a decir la oración de
purificación," les dije a mis cuatro amigos. "Y mientras
lo hago, me pondré frente a cada uno de los elementos, uno
cada vez."

"¿Qué quieres que hagamos?"
preguntó Stevie Rae.

"Que os centréis en la oración.
Concentraos. Creed que los elementos la llevaran hasta Nyx, y que
la diosa contestará ayudándome a saber lo que debo
hacer", dije con mas certeza de la que sentía.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8
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