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Análisis del libro Marcada (La casa de la noche) de P.C. Y Kristin Cast (página 8)



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8

"¡Rápido! Colocaos en vuestros sitios",
grite antes de que el seductor olor de la sangre afectara a mi
concentración.

Rodeé a Aphrodite, que miraba a Heath y Erik con
la mano sobre la boca como si intentara contener gritos.
Cogí la vela morada y corrí hacia
Damien.

"¡Viento! Te llamo a este círculo",
grité, tocando con la vela morada a la amarilla. Quise
llorar de alivio cuando el familiar torbellino se elevó de
repente, arremolinándose alrededor de mi cuerpo y
levantando mí pelo alocadamente.

Protegiendo la vela morada con la mano, corrí
hacia Shaunee.

"¡Fuego! ¡Te llamo a este círculo!"
El calor golpeó el remolino de aire cuando encendí
la vela roja. No me detuve, sino que seguí
moviéndome alrededor del círculo en el sentido de
las agujas del reloj. "¡Agua! ¡Te llamo a este
círculo!" Allí estaba el mar, salado y dulce al
mismo tiempo. "Tierra! ¡Te llamo a este círculo!"
Toqué la vela de Stevie Rae, tratando de no retroceder al
ver las vendas que cubrían sus muñecas. Estaba
anormalmente pálida, pero sonrió cuando el aire se
llenó con la esencia del heno recién
cortado.

Heath gritó de nuevo, y corrí de vuelta al
centro del círculo y levanté la vela
púrpura. "¡Espíritu! ¡Te llamo a este
círculo!" La energía chisporroteó dentro
mí. Miré alrededor el borde de mi círculo y,
en efecto, pude comprobar cómo la franja de poder marcaba
su circunferencia. Cerré los ojos por un instante.
¡Oh, gracias, Nyx!

Entonces puse la vela sobre la mesa y agarró el
cáliz de vino ensangrentado. Me coloqué frente a
Heath y Erik y la horda fantasmal.

"¡Aquí está vuestro sacrificio!"
Grité vertiendo el líquido del cáliz en un
arco a mí alrededor, de modo que formara un círculo
de color sangre en el piso del templete. "No se os convocó
aquí para matar. Se os llamó porque es Samhain y
queríamos honraros." Derramé mas vino, tratando de
ignorar el seductor aroma de la sangre fresca mezclada con
vino.

Los fantasmas detuvieron su ataque. Me concentré
en ellos, no queriendo distraerme con el terror en los ojos de
Heath y el dolor en los de Erik.

"Preferimos esta sangre joven y fresca,
Sacerdotisa
". El eco de la voz fantasmagórica
llegó hasta mí y provocó un
escalofrío en mi piel. Juro que pude oler su aliento que
apestaba a carne podrida.

Tragué saliva. "Lo comprendo, pero no os
corresponde a vosotros tomar esas vidas. Esta noche es una noche
de celebración, no de muerte".

"Y sin embargo, elegimos la muerte-nos es mas
grata".
Una risa fantasmal flotó en el aire como el
humo contaminado de la hierba dulce, y los espíritus
comenzaron a reunirse otra vez contra Heath.

Tire el cáliz al suelo y levanté las
manos. "Entonces, ya no os lo pido, os lo exijo. Viento, fuego,
agua, tierra, y espíritu! Ordeno el nombre de Nyx que
cerréis este círculo, trayendo de vuelta a
él a los muertos a los que se les ha permitido
escapar.¡Ahora!! "

El calor recorrió mi cuerpo y salió
disparado de mis manos extendidas. En una racha de viento
ardiente y de aroma salado, una brillante niebla verde salio
disparada escaleras abajo y azotó alrededor de Heath y
Erik, haciendo que sus ropas y pelo se agitaran con violencia. El
viento mágico atrapó a las figuras de humo, las
arrancó de sus víctimas, y con un rugido
ensordecedor, las succionó de vuelta dentro de los
límites de mi círculo. De repente estaba rodeada
por formas fantasmales, de las cuales podía sentir peligro
y hambre de forma tan clara como había sentido la sangre
de Heath con anterioridad. Aphrodite estaba acurrucada sobre la
silla, muerta de miedo ante los espectros, uno de ellos se
rozó contra ella, haciendo que dejara escapar un gritito,
lo que pareció agitarles aun más y se apretujaron
con violencia alrededor de mí.

"Zoey!" Stevie Rae gritó mi nombre, su voz
temblorosa de miedo. Vi como daba un paso vacilante hacia
mí.

"¡No!" dijo bruscamente Damien. "No rompas el
círculo. No pueden herir a Zoey-no pueden lastimarnos a
ninguno de nosotros, el círculo es demasiado fuerte. Pero
sólo si no se rompe".

"No iremos a ninguna parte", dijo Shaunee.

"No. Me gusta estar aquí", dijo Erin, sonando un
poquito falta de aliento.

Sentí su lealtad y confianza y aceptación
como si fuera un sexto elemento. Me llenó de confianza.
Estiré la espalda y miré a los arremolinados y
enojados fantasmas.

"Pues-no nos vamos. Lo que significa que tenéis
que marcharos chicos".

Señale la sangre y el vino derramados en el
suelo. "Tomad vuestro sacrificio y largaos de aquí. Esta
es toda la sangre que se os debe esta noche."

La horda humeante cesó en su irritación.
Sabía que ya los tenía. Respiré
profundamente y terminé.

"Con el poder de los elementos que os lo ordeno:
¡Marchaos!"

De repente, como si un gigante invisible los aplastara,
se disolvieron en el suelo empapado de vino del templete,
absorbiendo de alguna manera el líquido teñido de
sangre con ellos.

Solté un largo e irregular suspiro de alivio.
Automáticamente, me volví hacia Damien.

"Gracias, viento. Puedes marcharte." Comenzó a
soplar su vela, pero no fue necesario, por que un pequeño
soplo de aire, sorprendentemente juguetón, lo hizo por
él. Damien me sonrió. Y entonces sus ojos se
pusieron enormes y redondos.

"Zoey! ¡Tu marca!"

"¿Qué?" Levanté la mano hasta mi
frente. Notaba un cosquilleo, al igual que en los hombros y en el
cuello (lo cual encajaba, pues siempre había notado dolor
de hombros y cuello cuando estaba estresada), y además
todo mi cuerpo estaba todavía estremeciéndose con
los efectos del poder de los elementos, así que ni me
había dado cuenta.

Su mirada de asombro cambio a felicidad. "Termina de
cerrar el círculo. Después puedes usar uno de los
muchos espejos de Erin para ver lo que ha sucedido".

Me volví a Shaunee decir adiós al
fuego.

"Vaya… increíble," dijo Shaunee,
mirándome.

"Oye, ¿cómo sabes que tengo más de
un espejo en mi bolso?" Erin se quejaba a Damien desde el otro
lado del círculo cuando me volví hacia ella y
despedí el agua. Sus ojos también se abrieron de
par en par cuando pudo echarme un vistazo. "¡La hostia
puta!" dijo.

"Erin, no deberías maldecir en un círculo
sagrado. Ya sabéis que no es-" decía Stevie Rae en
su dulce acento de Oklahoma cuando me giré para despedir
la tierr, y sus palabras recortaron de repente cuando
soltó un grito ahogado, "¡Oh, Dios
mío!"

Suspiré. Joder ¿y ahora
qué?
Volví a la mesa y levanté la vela
del espíritu.

"Gracias, espíritu. Puedes marcharte", le
dije.

"¿Por qué?" Aphrodite se puso de pie tan
abruptamente que tiró la silla. Como todo el mundo, ella
me estaba mirando con una ridícula expresión de
asombro. "¿Por qué? ¿Por qué no
yo?"

"Aphrodite, ¿de qué estás hablando
ahora?"

"Habla de esto." Erin me tendió una polvera que
sacó de su bolso de cuero que siempre llevaba colgado del
hombro.

La abrí y me miré. Al principio no
entendía lo que estaba viendo, -era demasiado ajeno,
demasiado sorprendente. Entonces, desde mi lado, Stevie Rae
susurró: "Es precioso…"

Y me di cuenta de que tenía razón. Era
precioso. Se había añadido algo a mi marca. Un
delicado tatuaje azul zafiro en espiral enmarcaba mis ojos. No
era tan intrincado y grande como el de un vampiro adulto, pero
nunca presente antes en un iniciado. Dejo que mis dedos trazaran
el diseño ondulado, pensando que se veía como algo
que debía decorar la cara de una exótica
princesa… o tal vez la de la Alta Sacerdotisa de una diosa. Me
miré con intensidad el yo que no era yo…aquella
extraña que se estaba volviendo cada vez más y
más familiar.

"Y eso no es todo Zoey. Mira tu hombro," dijo Damien
suavemente.

Bajé la mirada hacia mi amplio escote palabra de
honor de mi vestido personalizado y sentí cómo un
escalofrió recorría mi cuerpo. Mi hombro
también estaba tatuado. Extendiéndose desde mi
cuello, bajando por el hombro y hacia la espalda, había
tatuajes azul zafiro en un patrón espiral muy parecido al
que tenía en la cara, salvo que las marcas azules de mi
cuerpo aun parecían más antiguas, más
misteriosas, porque estaban entrelazadas con sinobles con forma
de letras.

Abrí la boca, pero las palabras no me
salían.

"Z, el necesita ayuda." Erik interrumpió mi
trance y miré por encima de mi hombro. Entró
tambaleándose en el templete, llevando a rastras a un
inconsciente Heath.

"Da igual. Déjalo aquí", dijo Aphrodite.
"Alguien lo encontrará en la mañana. Tenemos que
salir de aquí antes de que despierten los
guardias."

Me acerqué a ella. "¿Y preguntas por
qué yo y no tú? Quizá por que Nyx esta harta
de tu actitud egoísta, malcriada, consentida, odiosa…"
Hice una pausa, tan cabreada que no podía pensar en mas
adjetivos.

"Sucia!" añadieron a la vez Erin y
Shaunee.

"Sí, sucia y abusona". Di otro paso más
hacia ella y le hable a la cara. "Todo esto del cambio es
bastante difícil, sin alguien como tú. A menos que
queramos ser tus" miré a Damien y le sonreí
"adláteres, nos haces sentir como si no
perteneciésemos aquí-como si no fuéramos
nada. Eso se acabó, Aphrodite. Lo que hiciste esta noche
ha estado total y absolutamente mal. Casi has provocado que Heath
muera. Y puede que incluso Erik y quién sabe quién
más, y todo ha sido por tu egoísmo. "

"No fue mi culpa que tu novio te haya seguido hasta
aquí," gritó.

"No, lo de Heath no ha sido culpa tuya, pero esa es la
única cosa que no fue tu culpa esta noche. Ha sido tu
culpa que las que llamas amigas no se quedaran a tu lado par
mantener el círculo. Y también ha sido culpa tuya
que los espíritus negativos entraran en el
círculo." Parecía confundida, lo que me
enfadó aun más. "Salvia, maldita bruja! Se supone
que hay que usar salvia para limpiar la energía negativa
antes de utilizar la hierba dulce. Así que no es
sorprendente que atrajeras espíritus tan
horribles".

"Sí, porque tu eres horrible," dijo Stevie
Rae.

"No tienes una mierda que opinar en esto, nevera," Dijo
Aphrodite con desdén.

"¡No!" Puse mi dedo en su cara. "Esa mierda de la
nevera se termina."

"Oh, así que ahora vas a fingir que no
ansías el sabor de la sangre más que cualquiera de
nosotros?"

Miré a mis amigos. Nuestras miradas se
encontraron sin decir palabra. Damien sonrió
dándome ánimos. Stevie Rae asintió. Las
gemelas me guiñaron un ojo. Y me di cuenta de que
había sido una tonta. No iban a huir de mí. Eran
mis amigos, debería haber confiado más en ellos,
incluso aunque todavía no hubiese aprendido en confiar en
mi misma.

"Todos ansiaremos la sangre en algún momento",
dije simplemente. "O vamos a morir. Pero eso no nos hace unos
monstruos, y es hora de que las Hijas Oscuras dejen de
comportarse como tales. Estás acabada, Aphrodite. Ya no
eres la líder de las Hijas Oscuras."

"Y supongo que ahora crees que tú eres la
líder ¿verdad?"

Asentí. "Lo soy. No vine a la Casa de la Noche
pidiendo estos poderes. Todo lo que quería era un lugar
donde encajar. Bueno, supongo que esta es la forma de Nyx de
contestar a mi oración." Les sonreí a amigos y
ellos me devolvieron la sonrisa. "Esta claro que la diosa tiene
sentido del humor."

"Zorra estúpida, no puedes limitarte a tomar el
mando de las Hijas Oscuras. Sólo una Alta Sacerdotisa
puede cambiar su liderazgo".

"Entonces parece apropiado que yo este aquí,
¿no?" dijo Neferet.

Capítulo 29

Neferet salió de entre las sombras y en el
templete, yendo a toda prisa hacia Heath y Erik. En primer lugar,
tocó el rostro de Erik e inspeccionó las marcas
ensangrentadas en los brazos, con los que había luchado
inútilmente para apartar los fantasmas de Heath. Cuando
paso las manos sobre las heridas pude ver cómo la sangre
se secaba. Erik dejó escapar un suspiro de alivio, como si
el dolor hubiese desaparecido.

"Se curarán. Ven a la enfermería cuando
volvamos a la escuela y te daré algún
bálsamo que calmará el picor de tus heridas". Le
dio unos golpecitos en la mejilla y él se puso rojo como
un tomate. "Has mostrado el valor de un guerrero vampiro al
quedarte a proteger al chico. Estoy orgullosa de ti, Erik Night,
y también lo está la diosa."

Sentí una oleada de placer ante su
aprobación; yo también estaba orgullosa de
él. Entonces oí un murmullo de acuerdo a mí
alrededor y me di cuenta de que las Hijas y los Hijos Oscuros
habían regresado y se aglomeraban en las escaleras del
templete. ¿Cuánto tiempo habían estado
observando? Neferet dirigió si atención hacia Heath
y me olvidé de todos los demás. Ella levantó
las piernas de sus vaqueros desgarrados y examinó las
marcas ensangrentadas que tenía allí y sobre los
brazos. Después, cubrió su rostro pálido y
rígido con las manos y cerró los ojos.
Observé cómo su cuerpo y se tensaba aún
más y convulsionaba, y a continuación él
suspiró y, al igual que Erik, se relajó.
Después de un momento, parecía estar durmiendo
pacíficamente en vez de luchar en silencio contra la
muerte. Aún de rodillas a su lado, Neferet dijo: "Se
recuperará, y no recordará nada de esta noche,
salvo que se emborrachó y luego se perdió tratando
de encontrar a su casi ex-novia." Me miró mientras
decía la última parte, con una mirada amable y
llena de compresión.

"Gracias", le susurré.

Neferet asintió ligeramente, antes de dirigirse a
Aphrodite.

"Soy tan responsable de lo que ha ocurrido aquí
esta noche como tú. Hace años que se de tu
egoísmo, pero elegí pasarlo por alto, ya que
esperaba que la edad y el toque de la diosa te hicieran madurar.
Me equivoqué." La voz de Neferet adquirió el tono
claro y poderoso de una orden. "Aphrodite, te relevo de forma
oficial de tu puesto al frente de las Hijas e Hijos Oscuros. Has
dejado de estar en preparación para ser Alta Sacerdotisa.
Desde ahora, ya no eres diferente de cualquier otro iniciado" Con
un rápido movimiento, Neferet estiró la mano,
agarró el collar de plata y granate de rango que
pendía entre los pechos de Aphrodite y lo arrancó
de su cuello.

Aphrodite no emitió sonido alguno, pero su cara
estaba blanca como la cal y miraba a Neferet sin
pestañear.

La Alta Sacerdotisa, dio la espalda a Aphrodite y se
acercó a mí. "Zoey Redbird, sabía que eras
especial desde el día en que Nyx me permitió saber
que serías Marcada". Me sonrió y puso un dedo bajo
mi barbilla, levantando mi cabeza para poder ver mejor el nuevo
añadido a mi marca. Luego, me apartó el pelo hacia
un lado para que los tatuajes que habían aparecido sobre
mi cuello, hombros y espalda pudieran verse también.
Oí como las Hijas e Hijos Oscuros, soltaban un grito
ahogado cuando pudieron ver también mis inusuales marcas.
"Extraordinario, realmente extraordinario", musitó,
dejando caer la mano de nuevo a su costado mientras continuaba.
"Esta noche has puesto de manifiesto la sabiduría de la
Diosa, que ha elegido dotarte con poderes especiales. Te has
ganado la posición de líder de las Hijas e Hijos
Oscuros y de aprendiz de Alta Sacerdotisa, gracias a tus dones
concedidos por la diosa, así como por tu compasión
y sabiduría." Me entregó el collar de Aphrodite.
Sentí su peso y calor en mis manos. "Lleva esto con mayor
sabiduría de lo que lo hizo tu predecesora." A
continuación hizo un gesto realmente asombroso. Neferet,
Alta Sacerdotisa de Nyx, me saludó con el puño
cerrado sobre el corazón e inclinó la cabeza de
modo formal, de acuerdo con la señal de respeto de los
vampiros. Todo el mundo que nos rodeaba, salvo Aphrodite la
imitó. Las lágrimas me empañaron los ojos
cuando mis cuatro amigos me sonrieron y se inclinaron junto con
los demás Hijas e Hijos Oscuros.

Pero incluso en mitad de aquella perfecta felicidad
sentí la sombra de la confusión ¿Cómo
podría haber dudado por un solo momento de que
podía contarle a Neferet cualquier cosa?

"Regresa a la escuela. Yo me ocuparé de lo que
sea necesario aquí", me dijo Neferet. Me abrazó con
rapidez y me susurró al oído, "Estoy muy orgullosa
de ti, Zoeybird". Luego me di un pequeño empujón
hacia mis amigos. "¡Dad la bienvenida a la nueva
líder de las Hijas e Hijos Oscuros!", dijo.

Damien, Stevie Rae, Shaunee, Erin encabezaron los
vítores. Y entonces todos me rodearon y pareció
como si me arrastrara del templete una exuberante ola de risas y
felicitaciones. Asentí y sonreí a mis nuevos
"amigos", pero no era idiota. Me recordé a mí misma
en silencio, que sólo unos momentos antes habían
estado de acuerdo con todo lo que había dicho
Aphrodite.

Sin duda llevaría un tiempo cambiar las
cosas.

Llegamos al puente y recordé a los que ahora
estaban a mi cargo que debíamos ir en silencio mientras
recorríamos el barrio de vuelta a la escuela,
indicándoles que pasaran por delante de mí. Cuando
Stevie Rae, Damien, y las gemelas empezaron a cruzar el puente
les susurré: "No, chicos, vosotros caminad
conmigo".

Con una sonrisa tan amplia que parecían
atontados, los cuatro permanecieron junto a mí. Mis ojos
se encontraron con la mirada radiante de Stevie Rae. "No
deberías haberte ofrecido para ser la nevera. Sé lo
asustada que estabas." Stevie Rae perdió la sonrisa ante
el tono de reproche de mi voz.

"Pero si no lo hubiera hecho, no hubiéramos
sabido donde se iba a celebrar el ritual, Zoey. Lo hice para
poder enviarle un mensaje a Damien y que él y las gemelas
pudieran reunirse aquí conmigo. Sabíamos que nos
necesitarías".

Levanté las manos y paró de hablar, pero
parecía a punto de llorar. Le sonreí con ternura.
"No me has dejado terminar. Iba a decir que no deberías
haberlo hecho, pero estoy muy contenta de que lo hicieras!" La
abracé y sonreí entre lágrimas a los tres.
"Gracias, -me alegro de que estuvieseis allí".

"Oye, Z, eso es lo que hacen los amigos", dijo
Damien.

"Sí," dijo Shaunee.

"Exactamente," dijo Erin.

Y se cerraron a mí alrededor en un enorme y
asfixiante abrazo grupal-el cual me encantó.

"Oye, ¿puedo unirme a esto?"

Levanté laminada y vi que Erik se había
acercado.

"Sí, claro, desde luego que puedes", dijo Damien
alegremente.

Stevie Rae se deshizo en risitas, y Shaunee
suspiró y dijo: "Olvídalo, Damien. Es de otro
equipo, ¿te acuerdas?" Erin entonces me empujó
fuera del centro del grupo hacia Erik. "Dale un abrazo al chico.
Ha intentado salvar a tu novio esta noche", dijo.

"Mi ex-novio", me apresuré a decir, cayendo en
los brazos de Eric, más que un poco abrumada por la mezcla
del olor de la sangre fresca que todavía estaba presente
en él y el hecho de que estaba, bueno,
abrazándome. A continuación, para acabar
de rematarlo, Erik me besó con tanta pasión que
pensé que mi cabeza iba a salir despedida.

"Oh vamos, por favor", le oí decir a
Shaunee.

"Id a una habitación!" dijo Erin.

Damien soltó una risilla cuando al final me
aparté de los brazos de Erik. "Me estoy muriendo de
hambre", dijo Stevie Rae. "Todo esto de la nevera te deja
hambrienta".

"Bueno, vayamos a buscarte algo comer", le
dije.

Mis amigos empezaron a cruzar el puente y podía
oír a Shaunee discutiendo con Damien sobre si
deberíamos tomar pizza o sándwiches.

"¿Te importa si camino a tu lado?" me
preguntó Erik.

"No, ya me estoy acostumbrando a ello", le dije,
sonriéndole.

Él se rió y caminó hacia el puente.
Entonces proveniente de la oscuridad que había a mi
espalda, oí un inconfundible y enojado,
"¡Mi-aaauf!"

"Continúa, os alcanzaré en un minuto", le
dije a Erik y luego caminé de nuevo en dirección a
las sombras, al borde de los jardines del Philbrook.
"¿Nala? Gatito, gatito, gatito…", llamé. Y, por
supuesto, una descontenta bola de pelo salió trotando de
los arbustos, quejándose todo el tiempo. Me incliné
y la recogí, y de inmediato empezó a ronronear.
"Bueno, niña tonta, ¿por qué me has seguido
todo el camino hasta aquí si no te gusta alejarte tanto?
Como si no hubieras pasado ya por suficiente esta noche"
murmuré, pero antes de que pudiera volver al puente,
Aphrodite salió de las sombras y me bloqueó el
paso.

"Puede que hayas ganado esta noche, pero esto aún
no ha acabado", me dijo. Me hizo sentir muy cansada.

"No intentaba" ganar "nada. Estaba tratando de hacer lo
correcto".

"¿Y eso es lo que crees que has hecho?" Sus ojos
iban con nerviosismo hacia delante y hacia atrás de
mí al camino que llevaba al templete, como si alguien la
hubiera seguido. "En realidad no tienes ni idea de lo que ha
ocurrido aquí esta noche. Tan solo has sido
utilizada-todos hemos sido utilizados." Se frotó la cara
con enfado y me di cuenta de que estaba llorando.

"Aphrodite, que no tiene que ser así entre
nosotras", le dije con dulzura.

"¡Claro que sí!" me cortó. "Son los
papeles que se supone que debemos interpretar. Ya lo
verás… ya lo verás. …" Aphrodite comenzó
a alejarse.

Un pensamiento surgió de forma inesperada de mi
memoria. Era sobre Aphrodite, durante su visión. Como si
pasara de nuevo, podía oírla decir:
¡Están muertos! No. No. ¡No puede ser! No
está bien. No. ¡No es natural! No lo entiendo…
No… Tú… tú lo sabes
!. Su grito dejó
un eco fantasmagórico en mi cabeza. Pensé de
Elizabeth… en Elliott… en el hecho de que se me hubieran
aparecido a mí. Demasiado de lo que decía
tenía sentido.

"¡Aphrodite, espera!" Me miró por encima
del hombro. "La visión que tuviste hoy en el despacho de
Neferet, ¿de qué iba en realidad?"

Lentamente negó con la cabeza. "Es sólo el
principio. Se volverá mucho peor". Se dio la vuelta y de
repente vaciló. Su camino estaba bloqueado por cinco
chicos-mis amigos.

"No pasa nada," les dije. "Dejadla ir."

Shaunee y Erin se apartaron. Afrodita levantó la
cabeza, se echó el pelo hacia atrás y pasó
entre ellos como si fuera la dueña del mundo.
Observé cómo cruzaba el puente, con el
estómago en un puño. Aphrodite sabía algo
acerca de Elizabeth y Elliott, y, en algún momento iba
atener que averiguar lo que era.

"Oye", dijo Stevie Rae.

Miré a mi compañera de habitación y
nueva mejor amiga.

"Pase lo que pase, estamos en esto juntas".

Sentí como se liberaba el nudo de mi
estómago. "Vayámonos", les dije. Rodeada por mis
amigos, nos fuimos todos a casa.

[…FIN…]

Bibliografía

Basado en el libro "análisis del
libro marcada
(la casa de la noche),de P.C. CAST Y KRISTIN
CAST
.

 

Enviado por:

Ing.+Lic. Yunior Andrés Castillo
S.

"A LA CULTURA DEL SECRETO, SI A LA LIBERTAD
DE INFORMACION"®

Monografias.com

Santiago de los Caballeros,

República Dominicana,

2014.

"DIOS, JUAN PABLO DUARTE Y JUAN BOSCH – POR
SIEMPRE"®

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8
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