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Cuando el dia se hizo noche en Chiclayo



Partes: 1, 2

  1. Prólogo
  2. Recuerdos de Asunción Chafloque
  3. El encuentro con Joaquín Gallo
  4. Los preparativos
  5. Días previos al eclipse
  6. El día esperado
  7. Nota final

Prólogo

El amor y la pasión por estudiar y divulgar aspectos históricos de la tierra que lo vio nacer y el gusto por la literatura y la investigación hacen que el historiador chiclayano Miguel Díaz Torres nos deleite nuevamente con su cuarto relato llamado " Cuando el día se hizo noche en Chiclayo". Un maravilloso trabajo con el que hemos de tener en cuenta dos aspectos primordiales: Primero, que es el resultado de una gran preparación e investigación por parte del autor con un gran aporte a la historiografía chiclayana y por otro lado una divulgación con que el autor quiere poner al alcance de propios y extraños, y en especial de sus coterráneos el conocimiento de hechos sucedidos en su patria chica.

El interés y la importancia de este texto es múltiple porque el autor reproduce una clara descripción física de la ciudad de Chiclayo en los años cuarenta utilizando al joven protagonista Asunción Chafloque como guía turístico de los espacios que se recrean haciendo que los lectores nos reencontremos imaginariamente con los lugares de la antigua capital del Departamento de Lambayeque. De otro lado la diversidad de manifestaciones y protagonistas nos muestra un enfoque debajo de los hechos históricos, es decir una visión panorámica de la vida cotidiana del ser humano, sus problemas, anhelos y necesidades con lo que el autor integra la historia política oficial del momento con los hechos relacionados con la historia "interna" término al que Miguel de Unamuno le llamó: Intrahistoria. Asimismo el autor nos ofrece en su relato una minuciosa y apasionante descripción de dos hechos históricos mundiales que tienen efecto en la lejana pero no ajena ciudad de Chiclayo: La Segunda Guerra Mundial y El Eclipse total de sol del 25 de Enero de 1944 así como la conmoción que produjeron ambos hechos en la población motivo por el cual el autor denomina su relato literario Cuando el día se hizo noche en Chiclayo, en alusión al fenómeno astronómico.

Ante la inexorabilidad del paso del tiempo, el hombre siempre se ha visto en la necesidad de narrar experiencias, emociones y sentimientos con la finalidad de prevalecer, entretener, divertir y moralizar, así es que nace la Literatura y en este contexto es importante resaltar que el relato Cuando el día se hizo noche en Chiclayo constituye un relato exquisito poseedor de un envidiable ritmo, un preciso lenguaje coloquial, una dosis alucinante de estupenda imaginación y una absoluta claridad de redacción con lo que podemos decir que Miguel Díaz Torres une la literatura, la historia y la sociedad utilizando su relato como documento de época, estableciendo la conexión entre los textos y las realidades humanas, la política, las sociedades y los hechos creando una empatía y una solidaridad con lo contado que hace que este relato se torne inolvidable obligándonos a los lectores valorar la capacidad del autor y su enorme esfuerzo y sacrificio para reconstruir y divulgar parte de la historia de Chiclayo en su relato literario.

Mi agradecimiento a Miguel Díaz Torres por confiar en mí la presentación del presente relato.

Ana Cecilia Balarezo Mesones

Español y Literatura/

Educación Multicultural y Multilingüe

FLORIDA STATE UNIVERSITY

Capítulo 1

Recuerdos de Asunción Chafloque

Para el joven Asunción Chafloque era muy agradable sentarse en una banca del parque principal de Chiclayo, más aún durante aquel 5 de enero de 1944 en que el calor comenzaba a acentuarse por la noche; siempre escogía una de las bancas que daban a la calle Elías Aguirre porque sentía que el aire fresco le llegaba mejor.

Contaba con veinte años pero tenía la apariencia de un muchacho menor ya que era bajo de estatura y de cuerpo menudo, pero se sentía feliz por estar aprendiendo un oficio como ayudante en la sastrería "Contreras" de la misma calle Aguirre # 69.

Aquella noche recordaba su niñez. Tenía la mitad de años cuando su padre le regaló una bicicleta –un presente esperado con ansias por Asunción- ; era de segunda mano y bastante viejita, pero todavía en condiciones de ser usada; su padre la había comprado a don Domingo Arbulú y Arbulú aprovechando el cierre de su negocio de alquiler de bicicletas en una de las tiendas de los bajos del Hotel Royal.

Con ella había hecho sus paseos por la ciudad hasta el momento en que comenzó a trabajar, hacía poco; por aquellos años eran cada vez más largos sus paseos en bicicleta, unas veces recorriendo la recta calle Balta y dando vueltas al Parque Principal, cuadrando su bicicleta en la vereda del Parquecito "Cabrera" que estaba junto al parque principal y frente a la Iglesia Matriz. Desde allí observaba las reuniones sociales que se realizaban en los salones del Club de la Unión -ubicados en los altos de "Los Portales"-; otras veces yendo por la calle Lapoint se detenía a observar el movimiento comercial de la cuadra del Mercado donde innumerables camiones venidos de las haciendas y pueblos se estacionaban para vender sus artículos o efectuar sus compras ya que las principales casas comerciales mayoristas se encontraban allí.

En otras oportunidades ,recorría todo Elías Aguirre, daba unas vueltas en la Plazuela Aguirre deteniéndose a descansar un momento en la calle San José ,frente a la puerta de ingreso a la Plaza de Toros de Don Francisco Casaretto para luego continuar por Elías Aguirre hasta la Estación del Ferrocarril a Eten y seguir unos metros más allá a fin de dar vuelta en aquella columna de cemento armado erigida en homenaje a los héroes de la guerra con Chile que era la Plazuela del "Obelisco"; y muchas veces a propósito, llegaba a las cinco de la tarde para observar aquel inusitado movimiento de vehículos, tanto de automóviles de plaza como de carretas de carga que se ubicaban en la puerta de ingreso a la Estación; a esa hora coincidían los trenes que venían del Puerto Eten a Lambayeque y Ferreñafe y los pasajeros que llegaban de esos lugares así como los que estaban de paso ; era una gran aglomeración de gente ,a la que se sumaban aquellas personas que llegaban a recibir a algún conocido o que simplemente lo hacían como paseo vespertino. Asunción continuaba su recorrido luego de que el señor Humberto Aste, muy serio él con su gorrita de visera de hule, hiciera los toques de campana y pito dando la señal de partida a los trenes.

Pero el paseo que más le gustaba por esa época, era el que realizaba a lo largo de la calle Sáenz Peña, en dirección sur, hasta los antiguos terrenos de la hacienda Chacupe por donde se encontraba el aeropuerto de Chiclayo que era un pequeño edificio con tres accesos en forma de arco cuya parte superior se proyectaba hacia afuera en un voladizo inclinado con tejas rojas. Tenía la esperanza de llegar algún día a subir a uno de esos aviones como los Douglas DC 3 de "Faucett" o de la Cía. "Panagra"(estos últimos hacían escala para abastecerse de combustible ). Se repetía: "tengo que ascender algún día por los cielos en un avión, por las puras no me llamo Asunción". Ya de regreso por la calle Sáenz Peña se detenía a la altura de Tacna a observar de abajo hacia arriba la antena de la radio "Delcar", ubicada en la parte trasera de aquella casa de techo a dos aguas que alojaba las oficinas y el estudio en el que se presentaban muchos artistas, puntualmente acompañados al piano por don Polito Bedoya. Asunción sonreía al recordar aquellas palabras que se repetían por la radio: "OAX-1A, en los 6,150 kilociclos".

El interés por todo lo que sucedía en el cielo, recordaba, le venía de cuando tenía doce años y no olvidaba la fecha ya que al día siguiente se celebró el Centenario de Chiclayo. Aquel miércoles 17 de abril de 1935, a las cuatro de la tarde, vio en el cielo chiclayano una escuadrilla de ocho aviones que después se enteró que eran los Caproni 114 y 111. La gente se volcó al campo de aterrizaje; él, en su inseparable bicicleta, también lo hizo. Había cientos de curiosos. Las autoridades llevaron a los visitantes en carros que Asunción persiguió presuroso. Vio cómo a los oficiales de aviación se les hospedaba en el Hotel Royal del Parque Principal en tanto que los suboficiales quedaron alojados en la pensión "Cabrejos", aquel edificio de la calle Balta en esquina con Leoncio Prado, mientras a los subalternos les correspondió el Círculo Departamental de Empleados que estaba al costado de la Catedral en la calle Elías Aguirre.

Al día siguiente, los visitantes asistieron al Te Deum en el atrio de la Catedral y al mediodía partieron levantando el vuelo ante la algarabía y el júbilo de la población que acudió a despedirlos. Eran los inicios de la Base Aérea de Chiclayo.

Desde esa fecha, Asunción Chafloque siempre hacía sus paseos por el aeropuerto, hasta que un nuevo hecho ocurrido allí lo volvió a impresionar. El 23 de Setiembre de 1940, al encontrarse cerca de la Base Aérea adyacente al aeropuerto observó el ascenso de tres aviones Caproni, que ya conocía desde aquel abril de 1935, y de repente vio caer de ellos unos como hongos. Contó uno…dos… tres….hasta ocho. Al observarlos con mayor detenimiento, porque el radiante sol empañaba la visión, se dio cuenta de que eran en realidad hombres que habían saltado de los aviones; después supo que los que estaban realizando aquella demostración eran paracaidistas y se enteró, todavía más tarde, que era la primera vez que un hecho así se realizaba en el Perú y del cual él había sido testigo accidental.

Eran hermosos recuerdos pero no los podía separar de otros no tan agradables que estaban aún frescos en su memoria. No había pasado ni año y medio año de un asunto que le resultaba doloroso recordar, y aunque Asunción, no entendía de política el hecho le parecía injusto. En esa oportunidad, paseaba en su bicicleta temprano de mañana por la calle Vicente de la Vega y vio a lo lejos una multitud en la cuadra de la Comisaría. Al acercarse, observó un ómnibus estacionado en la puerta de la dependencia policial, desmontó de su bicicleta y llevándola junto al vehículo caminó a su alrededor, mirando a los hombres sentados en su interior. Los vio con los rostros desencajados mientras otros tenían la mirada perdida y por sus mejillas corrían lágrimas. Entre aquellas personas distinguió al señor Yoshioka del bar "El Mikado" de Elías Aguirre frente al parque principal donde muchas veces había tomado lonche. Reconoció también al señor Nakagawa de la calle Colón quien le había tomado fotos alguna vez y más allá vio al Sr. Uchiyama de la tienda "Todo Barato" de la calle Vicente de la Vega ". Qué hacían tantos japoneses allí? ", se preguntaba.

Al otro lado del ómnibus observó que en la puerta de subida había policías en custodia. De pronto sufrió una gran impresión al ver dentro del bus al Sr. Weiss, director del Colegio San José. Asunción lo conocía, aunque no había estudiado allí pero ¿Quién no conocía al gringo alto del San José?. Junto a él estaba el Sr. Woyke, dueño de la tienda en que alguna vez Asunción había comprado herramientas y detrás de ellos se encontraba el Sr. Rechter al que siempre veía en la puerta de su hotel, el "Europa".

"¿Qué pasa?", le preguntó a uno de los curiosos que en silencio observaba la escena.

-Estos japoneses y alemanes están en la lista negra de las autoridades por el asunto de la guerra mundial. Los han acusado de espionaje. Van a llevarlos a Lima y de allí a los Estados Unidos.

Asunción replicó:

– Pero yo conozco a varios de ellos; son gente trabajadora y no se meten con nadie; además, al Sr. Weiss todos lo conocen y respetan.

-Así está la política en estos días amiguito -le contestó su ocasional interlocutor que de inmediato se retiró del lugar.

Asunción no entendía tal abuso y acercándose a la ventana por donde veía al Sr. Weiss, levantó su mano y la colocó abierta sobre la luna sólo atinando a mirarlo en un mensaje silencioso de solidaridad: "Sr. Weiss, estamos con Ud.". El gringo, por su parte, lo miró bajando luego la cabeza como si dijera: "Todo está consumado, amigo". Asunción se retiró conmovido de aquel lugar, sin entender la injusticia que se cometía.

  • º –

Esos hechos habían marcado su vida aunque ahora sólo fueran imágenes del pasado. La llegada de un ómnibus de la empresa "Roggero" que venía de Lima, lo sacó de sus ensueños. Observando la llegada de personas, al parecer extranjeras, se acercó por curiosidad a las oficinas de la agencia de viajes, luego de cruzar desde el parque la calle Elías Aguirre .Eran las 9.00 pm. A esa hora de la noche llegaban los ómnibus que hacían viaje diurno desde Lima.

CAPITULO 2

El encuentro con Joaquín Gallo

Al acercarse a la agencia, Asunción, observó a un señor alto, de entradas prominentes y terno a rayas, que se encontraba hablando con otras personas. El señor le preguntó:

-"¿Podrías decirme dónde queda el Hotel "Europa"?" y ,luego de pensarlo un momento: "¿Podrías también hacerme el favor de llevar las petacas?", señalándole su equipaje.

-"Cómo no, queda en esta misma calle, a dos cuadras. Con mucho gusto le llevaré su equipaje", contestó amablemente Asunción, tomó las maletas y se dirigió al hotel conversando por el camino con el extraño personaje.

– Mi nombre es Asunción Chafloque, señor, ¿De dónde viene Ud.?

– "Hijo, me llamo Joaquín Gallo Monterrubio y vengo junto con mi equipo de trabajo de la República de México. Hemos venido a esta ciudad para observar y estudiar un fenómeno celeste que está próximo a suceder", al tiempo que levantaba el brazo y señalaba hacia arriba.

– Qué interesante señor. Todo lo que esté en los cielos es de gran curiosidad para mí, ¿me podría decir algo más? .

– Mira Asunción. Me has caído bien. Me haces recordar a los muchachos de mi país. Espérame un momento, me registro y doy instrucciones sobre el cuidado de los equipos que hemos traído y luego me enseñarás un buen lugar para comer que estoy con gran apetito y, creo también, mis compañeros.

Asunción esperó según lo convenido, luego de lo cual llevó a Gallo y sus acompañantes al Salón "Bolívar", al lado del Teatro 2 de Mayo. Ocuparon una mesa y Joaquín Gallo le presentó a su equipo.

– "Mira chamaco, los amigos y compañeros en esta misión son (y al decirlo comenzó a señalar uno a uno a todos los reunidos en aquella mesa): El doctor Félix Recillas y el mecánico José Alva que vienen del observatorio de Tonantzintla; el profesor Luis Zubieta que viene al igual que yo del observatorio de Tabucaya, y por el departamento Naval don Pedro Montejo y Hugo Cuesta así como el auxiliar, mi tocayo Eduardo Gallo." Luego, dirigiéndose a todos y señalándolo dijo: "Caballeros, les presento a mi joven amigo Asunción Chafloque".

– "Bueno, dejemos el protocolo" y, al acercarse el mozo, le preguntó: "¿Cuál es la especialidad de la casa?".

– El pan con pavo es lo mejor – respondió el mozo-.

Al darse cuenta don Joaquín Gallo de la cara de extrañeza de sus acompañantes soltó la carcajada y les dijo:

– Pavo es lo que en nuestro país es el guajolote. Conozco algo del Perú. Sírvanos pavo a todos con una taza de café.

– ¿y tú, amigo peruano, qué te sirves?

– Para mí un buen pan con queso crema de Udima.

Mientras comía, Asunción se animó a preguntarles qué habían venido a estudiar.

Le contestó el señor Recillas: "Hemos venido a observar un eclipse total de sol que tendrá lugar el 25 de este mes. Esa es la finalidad de viajar desde tan lejos. Llegamos al Perú a bordo de la cañonera "Querétaro", superando muchas dificultades, a pesar de la guerra mundial que ha impedido venir a científicos de otros países. Estamos muy agradecidos del gobierno peruano que nos recibió junto a la delegación de la Armada Mexicana en el Callao hace dos días.

Recillas entendió que faltaba algo en su explicación y añadió:

-Los eclipses suceden cuando un astro, planeta o satélite oculta a otro desde el punto de vista de un tercero, en este caso la Tierra.

Joaquín Gallo, terció y dijo: "Se ha escrito tanto sobre esto que hasta en la Biblia encuentras referencias al respecto. En el versículo 9 del capítulo 8 del Libro de Amós se lee que: "En ese día, dijo Yavé, haré que el sol se ponga a mediodía y oscureceré la Tierra a pleno día" .Algo así va a suceder dentro de tres semanas, ¿comprendiste mi joven amigo?"

"Claro", contestó muy seguro Asunción, y agregó: "me gusta leer bastante y como dice la novela "El Daño" de un escritor peruano: "¡ De brujo, de cohetero y tinterillo/no hay cholo que no entienda un poquillo ¡" "

Soltaron todos la carcajada por la ocurrencia del muchacho.

-Si te gusta la lectura, continuó Joaquín Gallo, consíguete la novela de Julio Verne "En el país de las pieles" donde se contempla un eclipse. Además tengo grabada en mi mente la parte del "Quijote de la Mancha" en la que el estudiante de Salamanca que decía saber de la ciencia de las estrellas y de lo que pasa en el cielo, hablaba del cris del sol y de la luna a lo que el Quijote comentó: "Eclipse se llama, amigo, que no cris, el escurecerse esos de los luminares mayores."

"Mañana -dijo Gallo- vamos a visitar a las autoridades de la ciudad para que nos brinden su apoyo". Asunción lo interrumpió diciendo: "Yo los puedo llevar donde el señor alcalde don Nicolás Cuglievan" pero Joaquín Gallo replicó: " En Lima nos han indicado que visitemos al Prefecto Adriano Baca para que nos preste las facilidades necesarias".

"Está bien, señor -respondió Asunción-. Por mi parte, mañana mismo voy a conseguir la novela que me ha recomendado. Iré a la librería "El Cóndor" de la calle Alfonso Ugarte; la dueña es amiga de mi madre ya que allí aprendió a hacer muñecas de biscuit .

La conversación entre los visitantes continuó. Hablaron sobre los equipos que traían, las coordenadas, los cálculos etc. Asunción Chafloque escuchaba con mucha atención, y se sentía feliz de compartir una mesa con los científicos extranjeros.

Al finalizar la tertulia, salieron rumbo al hotel "Europa" donde Asunción se despidió, con la promesa de volverlos a encontrar y apoyarlos en lo que fuese necesario. Era muy importante para él por su interés en todo lo que sucedía en el cielo.

CAPITULO 3

Los preparativos

A la mañana siguiente, los miembros de la expedición mexicana fueron a visitar al Sr. Prefecto don Adriano J. Baca; la autoridad los recibió con cortesía y encargó a su secretario que los acompañase a recorrer la ciudad en busca de un local apropiado para instalar el equipo de observación astronómica.

El recorrido duró todo el día, visitaron varios locales, entre ellos el Colegio del Rosario, donde los atendió la Rvda. Madre María Imelda, y otros locales escolares. Eligieron los terrenos anexos al Centro Escolar # 221, ubicado a poco menos de un kilómetro al oeste del parque principal cuyas coordenadas geográficas les había proporcionado la Oficina Cartográfica del Perú.

Dos días después iniciaron los trabajos en el terreno para ubicar los instrumentos en el meridiano y dar a las cámaras la debida orientación. Asunción los acompañaba, muy solícito. El señor Gallo le pidió que ayudara a clavar unas estacas mientras tomaba ciertas medidas a fin de determinar el azimut geográfico*.Asunción observaba a aquellos hombres que con sus aparatos de precisión obtenían los datos que necesitaban, y escuchó decir a Joaquín Gallo:

*Angulo formado por la dirección en la que encuentra un objeto situado en la superficie terrestre y la dirección del polo norte

-"Bien amigos ya obtuvimos un estimado de la ubicación de este terreno y ahora debemos instalar aquí el refractor; estamos en latitud S. 6°46",9 y longitud W. 5h 19m 25s".

Los otros instrumentos, instalados en los siguientes días, fueron cubiertos por un tejabán construido con material en desuso proporcionado por las autoridades chiclayanas.

Un día, mientras regresaban al hotel, Asunción le preguntó al Sr. Gallo quien le ayudaba llevando algunos instrumentos pequeños:

– Lo noto un poco preocupado, ¿qué lo tiene así?.

-Si amiguito, me preocupa que las nubes empiecen a verse a partir de las seis de la tarde y duren hasta las nueve de la mañana del día siguiente. Espero que el cielo esté despejado el día del eclipse, y además estoy esperando que el Dr. Harlow Shapley del Observatorio de Harvard nos envíe dos polaroides para su empleo en esta ocasión. Ojalá lleguen a tiempo.

-Estoy convencido de que todo saldrá bien -le contestó Asunción en su afán de darle ánimo-

-Si amiguito, confiemos en que Dios no nos abandonará después de haber recorrido miles de kilómetros para poder observar el fenómeno.

Al llegar al hotel lo esperaba un periodista del "El País" de Chiclayo, para hacerle una entrevista. El astrónomo accedió pero antes le encargó a Asunción una revista:

-Mientras atiendo la entrevista, puedes hojearla; es una revista norteamericana y le dedica un artículo al tema que estamos estudiando. Tiene diagramas y mapas.

Asunción se sentó en una silla del hall de ingreso y leyó sin entender: "Sky and Telescope", october 1943. Comenzó a hojearla y a tientas llegó al artículo sobre el eclipse total de sol del 25 de Enero de 1944. Observó todos los dibujos, tratando de comprenderlos, y en simultáneo prestaba atención a lo que decía el entrevistado: "Lambayeque ha sido favorecido en esta oportunidad con la realización del fenómeno luni-solar del 25, teniendo Chiclayo la categoría de Ciudad Astronómica como lo son en forma periódica diversos lugares del planeta…". Al concluir la entrevista, escuchó que Gallo decía: "La finalidad del estudio del eclipse es analizar la luz y la extensión de la corona y ver si ésta tiene relación con la luz zodiacal, examinar el eje magnético del sol (…), comprobar la desviación de la luz de las estrellas al pasar cerca del sol, confirmando la teoría de la relatividad de Einstein"

Asunción no alcanzaba a comprender el sentido de lo que decía el astrónomo pero de alguna manera se sentía orgulloso de haberlo conocido. Al despedirse, Asunción devolvió la revista y preguntó al señor Gallo: "¿Cuándo habrá otro eclipse igual al que vamos a observar?"

-Mira amiguito, el próximo eclipse total de sol visible en el Perú tendrá lugar el 30 de mayo de 1965, muriendo la sombra en Huarmey.

Pasaron los días y llegó la noche del martes 18 de enero. Asunción junto a sus padres y hermanos menores estaban sentados alrededor de la mesa del comedor terminando de escuchar por radio "Delcar" el programa concurso "El Disco de la fortuna" que repartía diez soles semanales en premios y era auspiciado por el almacén de casimires Alfonso Marrese. Asunción se emocionó al escuchar: "Vamos a entrevistar al ilustre visitante, presidente de la Comisión mejicana, Sr. Joaquín Gallo". Una vez que fue presentado, el astrónomo dijo: "Al tener el alto honor de saludar a los radioescuchas de este trabajador pueblo de Chiclayo, no soy yo quien saluda, sino la Comisión científica mexicana que ha venido a este país amigo a observar el eclipse total de sol del 25 de enero próximo (…).En otras partes, las naciones luchan unas contra otras, nosotros los mejicanos que visitamos este hospitalario Perú, traemos una misión del señor Presidente de Méjico don Manuel Ávila Camacho. Vaya Ud. Gallo, me dijo, y haga amigos para México, y estoy cumpliendo el encargo. Perú y México no se hacen la guerra, colaboran en una misión científica y los dos pueblos unen sus manos en manifestación cordial de franca amistad."

-Asunción emocionado les dijo a sus padres: "El Sr. Gallo es mi amigo y estoy colaborando con su misión científica". Se levantó de la mesa para retirarse a su dormitorio, muy contento de su circunstancial cercanía al astrónomo mejicano.

En aquella semana anterior al evento celeste, el interés por el tema se puso de manifiesto con las conferencias científicas organizadas por el Grupo "ALBA" (Agrupación Literaria Bellas Artes), institución presidida por el Dr. Arturo Cabrejos Falla. Las charlas tuvieron lugar a las 9.00 p.m. en el Círculo Departamental de Empleados de la calle Elías Aguirre, a un costado de la catedral inconclusa. El Ingeniero geógrafo Joaquín Gallo tuvo a cargo una de ellas y mereció los aplausos del abarrotado público asistente, por la manera sencilla y amena en que desarrolló su exposición.

Días después, el señor Luis Zubieta Russi disertó sobre "El Sistema Planetario" siendo también calurosamente aplaudido por el público asistente y felicitado a continuación por los integrantes del Grupo "ALBA" y por el presidente del local anfitrión.

En aquellos días previos al eclipse se vivía un ambiente "de fiesta". El fenómeno celeste era motivo de conversación; incluso aparecieron fugaces conocedores de astronomía que se animaron a explicar algunos aspectos del fenómeno a ocasionales interlocutores, invitando a las personas a observarlo y exclamando a viva voz algo así como: "Es conocido que nuestro público se pirra por los espectáculos, por ejemplo los matrimonios, en que la avalancha es incontenible, y muchas veces ha habido que cerrar las puertas de la Iglesia Matriz .Hoy, que las puertas del cielo han de permanecer de par en par felizmente no habrá porteros oficiosos que las cierren y nuestro público ha de poder ver este martes cómo se unen el sol y la luna".

CAPÍTULO 4

Días previos al eclipse

El domingo 23 de enero fue de gran alegría para el señor Gallo. El día anterior, había recibido por correo los tan ansiados polaroides enviados por el Dr. Shapley y aquella mañana el cielo había amanecido totalmente despejado, señal de buen augurio; era forzoso que el martes amaneciera también con un cielo transparente.

  • º –

Aquel día, comenzaron a llegar las delegaciones peruanas como la Comisión científica de la Facultad de Ciencias de la Universidad Mayor de San Marcos representada por el Ing. Juan Portocarrero y el doctor Alfredo Rosenblat *.

Por su parte, el Gobierno Peruano acreditó comisiones compuestas por personal de las tres fuerzas armadas: La Comisión de la Marina estaba presidida por el Contralmirante Carlos Rotalde**, la del Ministerio de Aeronáutica por el coronel B. White *** y la Comisión del Ejercito estuvo a cargo del Coronel Dianderas al que secundaba el Comandante B. Vallenas. Los visitantes fueron hospedados por el Coronel M. Escalante, jefe de la Base Aérea, en sus instalaciones. Allí mismo, comenzaron a instalar los aparatos destinados a observar el fenómeno sideral que se avecinaba.

Además, llegaron redactores de diarios de Lima y otras ciudades así como representantes de agencias noticiosas extranjeras.

*El ingeniero Portocarrero se desempeñaba como catedrático principal de Astronomía Práctica en tanto que el doctor Rosenblat era un reputado matemático polaco miembro de la Universidad de Cracovia. Otros integrantes de esa comisión fueron Enrique Gamarra Hernández, Benjamín Mostajo y varios alumnos de la Facultad.

**Sus otros integrantes fueron los capitanes de corbeta Eduardo Carrillo y Sergio León de Vivero y el teniente primero Miguel Flores.

*También integraron la comisión el Ing. Carlos A. García Méndez, Ed. Polley y los técnicos meteorológicos José Dextre Freyle y Aurelio Pinillos.

Bajo los toldos delanteros del hotel "Royal" ya se encontraban muchos forasteros tomando algún refresco o bebida y viendo el ir y venir de la gente.

  • º –

Durante ese fin de semana, Asunción acompañó a Gallo y su equipo en los preparativos; fue testigo de la seriedad y meticulosidad de su trabajo.

Gracias al apoyo del Contralmirante Carlos Rotalde, la Comisión Mejicana logró disponer de un radio receptor, con el que pudieron oír las señales horarias de Estados Unidos a fin de efectuar el cálculo aproximado de la duración de la oscuridad total, que resultó de 2m 42s 5d.

El equipo humano comandado por Gallo realizó simulaciones del trabajo que debería llevar a cabo el día del eclipse. La distribución de las labores fue la siguiente: Se designó como Contador de Tiempo a Pedro Montejo quien debía golpear a cada segundo sobre un cajón y gritar los segundos múltiplos de 5. La exposición de las placas de la cámara fue encomendada a E. Gallo.

El profesor Luis Zubieta actuaría en la cámara de ocho metros en tanto que el auxiliar Hugo Cuestas tomaría unas placas. El manejo del refractor con el polaroide estaría a cargo de Félix Recillas y el Ing. Gallo cuidaría el funcionamiento del celostato* y daría las señales al principio y al fin de la totalidad. Repitieron el entrenamiento por tres días.

*Aparato provisto de un espejo, mediante el cual se envía los rayos de un astro en una dirección fija.

  • º –

La tarde del lunes comenzaron a llegar autoridades de todo el Perú como el Ministro de Aeronáutica, General Fernando Melgar quien arribó en compañía del Ministro de Agricultura, Sr. Godofredo Labarthe*

De igual modo, vinieron el Ministro de Relaciones exteriores, Alfredo Solf y Muro y el Ministro de Fomento y Obras Públicas, Carlos Moreyra y Paz Soldán.**

Y de la Universidad de Trujillo arribó una Comisión presidida por el Dr. Julio Eduardo Mannucci e integrada por los Ings. Julio Gorbitz, Manuel Carranza, Biaggio Dileo, Alberto Novoa y el doctor Ramiro Ñique E.

*Con ellos, asimismo llegaron el Coronel J. Villanueva, Director general de la Administración de Aeronáutica; el Coronel Silva Guillén, Director de la Escuela de Oficiales de aviación; el Ing. J. Carrera, Jefe de la Comisión Técnica de Lambayeque y el Comandante Guillermo Van Oordt, Jefe del Gabinete del Ministerio de aeronáutica

**También visitaron Chiclayo: El doctor Carlos Miró-Quesada Laos y su esposa; el señor Carlos Palacios Moreyra secretario del Ministerio de Fomento; el doctor Francisco Pastor, Senador por Puno y delegado de la Universidad de Arequipa; el señor Víctor Baca , Senador por Lambayeque; el Prefecto de La Libertad, Comandante Juan Dongo y su esposa; el Ing. Acevedo, Inspector de aguas de la región del Norte y numerosas personas de diferentes lugares atraídas por el fenómeno celeste.

CAPÍTULO 5

El día esperado

La mañana del martes 25 de enero de 1944, Asunción Chafloque se levantó muy temprano y lo primero que hizo fue salir de su dormitorio a mirar al cielo, encontrándolo limpio y completamente despejado, y se sintió contento porque estaba seguro que también lo estaría su amigo Joaquín Gallo.

Salió presuroso al Centro Escolar # 221 donde la Comisión Mexicana ya estaba haciendo sus preparativos mientras comenzaba a llegar innumerable público al igual que autoridades locales como el Prefecto Adriano Baca y personalidades civiles venidas de fuera.

Entretanto, las tres Comisiones castrenses ya estaban concentradas en los terrenos de la Base Aérea para realizar la observación astronómica propiamente dicha, constatar la hora exacta de los contactos y verificar la faja de sombra con los instrumentos traídos, así como tomar datos de la temperatura y de las variaciones de la humedad y el viento durante el eclipse. Estuvieron acompañadas por las personalidades militares llegadas de Lima.

Las instalaciones del nuevo local del Colegio Nacional de San José, todavía en construcción, habían sido elegidas por la Comisión científica de la Universidad Mayor de San Marcos como su puesto de observación y el día anterior sus integrantes determinaron el punto geodésico de observación basándose en las coordenadas de la torre N. O. de la Iglesia Matriz de Chiclayo, proporcionadas por el Servicio Geográfico del Ejercito: Latitud S 6º 47"00"" y Longitud O 79º 50" 47"". A este lugar también llegó la Comisión de la Universidad Nacional de Trujillo con su instrumental, estando presentes además gran número de personas y entre ellas el Prefecto de La Libertad, Comandante Juan Dongo así como conocidas damas de esa localidad. Por otra parte, la Comisión científica de la Universidad de San Marcos envió al Ing. De la Romaña a tomar fotografías, desde la torre nueva de la Catedral, situada en las inmediaciones de la torre base de las coordenadas.

Gente de toda condición se volcó a las plazas, calles y lugares altos como techos y azoteas, llevando consigo vidrios ahumados para poder ver el eclipse.

En la base de observación de la Delegación mejicana, había tensión en espera del momento del primer contacto; la tensión también se notaba en los científicos.

Joaquín Gallo pidió guardar silencio y levantando la voz dijo: "Señoras y Señores: Nos vamos a olvidar de las cosas terrenales para posar nuestra mirada fija en el cielo, en pos de un espectáculo bello y QUE POR SU SINGULARIDAD RECORDAREMOS SIEMPRE". A las 7h 57m 1s se dio el primer contacto *. El público provisto de vidrios ahumados o películas fotográficas veladas seguía muy atento los acontecimientos.

*Para el mejor estudio del eclipse la observación se dividió en cuatro partes o contactos: El primero, cuando la sombra lunar tocase el extremo del Sol, el segundo contacto se extendería hasta que se ocultase totalmente el Sol, el tercero ocuparía el tiempo que durase la oscuridad total y el cuarto comprendería desde el momento en que el Sol empezara a mostrarse nuevamente y hasta que la separación de la Luna y el Sol fuera total.

Con el paso de los minutos, se fue produciendo una notable disminución de la luminosidad, el cielo tomó una coloración con tintes amarillentos y algo verdosos y el disco de la luna empezó a verse perfectamente negro como si fuera un profundo agujero en el cielo. Ya para las 8.30 a. m. era palpable la disminución de la luz solar, aunque más que disminución era opacidad. Seguían trascurriendo los minutos y el público ubicado bajo un árbol cercano comenzó a impacientarse y el murmullo era general; bajo su sombra se habían formado muchas medias lunas en el suelo, que acompañado del descenso de la luminosidad ayudaba a crear un ambiente realmente extraño y casi mágico.*

A las 9h 07m 56 s se dio la siguiente etapa: la oscuridad total y ante tan completa ausencia de luz, en otros puntos de la ciudad como la calle Balta, a mucha gente que caminaba despreocupada le causó la sensación de que algo extraordinario ocurriría. Algunas madres abrazaban a sus hijos y lloraban; otras personas se arrodillaban pidiendo misericordia al creador, el pánico comenzó a aumentar entre los peatones, más aún al ver que las luces de lugares cerrados como el Mercado de abastos y otros habían sido encendidas, todo esto acompañado por la voz de un hombre que con Biblia en mano comenzó a gritar: "Enseñaré portentos en el cielo y en la tierra, sangre y fuego y columnas de humo; EL SOL SE VOLVERÁ EN OSCURIDAD y la luna en sangre antes que el GRANDIOSO Y TERRIBLE DÍA DEL SEÑOR LLEGUE"**

*Efecto que aparece bajo los árboles y se debe al "efecto cámara oscura" ("pinhole" en inglés) provocado por la luz que atraviesa los pequeños espacios entre las hojas.

**Joel capítulo. 2 , versículos 30, 31 en el Antiguo Testamento

Doña Panchita, vendedora de verduras del mercado, escondió a su hija embarazada bajo su puesto de ventas para que su nieto no saliese con una mancha negra "producto del eclipse".

"Va a haber un terremoto como el de hace unos días en la ciudad de San Juan, en Argentina", comentaba alguno asociándolo con este hecho. Un asustado empleado de oficina del centro de la ciudad rezaba y decía: "Mi querido San Judas Tadeo cuida a mi familia y permíteme seguir viviendo".

A poco de comenzar la oscuridad, los gallos de los corrales de la ciudad habían comenzado a cantar en un coro nunca antes escuchado, haciendo más extraño aún el momento.

Otras personas observaban el fenómeno desde el borde de la piscina Municipal en construcción y sobre su trampolín. Las palomas se aquietaron y los gallinazos enloquecieron yendo en varias direcciones; los pajarillos volaron a los lugares donde pernoctaban, muchos perros comenzaron a aullar y las aves domésticas se recogían ante la sensación de la llegada de la noche.

En el centro de observación de la Delegación mexicana algo similar venía ocurriendo, la temperatura ambiente había disminuido notablemente así como la humedad, se sentía una suave brisa y en el firmamento pudieron verse las estrellas, incluyendo a Venus. Al darse cuenta el señor Gallo de que la gente estaba por entrar en pánico en aquella oscuridad total, tuvo la idea de entonar el Himno Nacional del Perú y todos los allí concurrentes le siguieron; fue un momento de grande y profunda emoción y en el mismo instante en que apareció el primer chispazo de luz solar, los presentes lanzaron sonoros vivas al Perú, disipándose la tensión. Esos 2m 40s habían sido para los presentes, los más largos que hubiesen vivido. La última fase del eclipse continuó hasta las 10h 32m 08s en que el astro rey brilló nuevamente en todo su esplendor.

Los periodistas que cubrían la noticia buscaron al señor Gallo para tomar sus declaraciones. El entrevistado dijo: "Me siento satisfecho de las condiciones del tiempo que han permitido en forma amplia haber observado el eclipse, pues se han hecho estudios muy interesantes que se han de desarrollar posteriormente, habiéndose tomado dieciocho fotografías".

La Comisión Científica de la Universidad de San Marcos también desde su puesto de observación brindó declaraciones a los periodistas allí reunidos. El Dr. Rosenblat actuó como vocero: "Este eclipse pertenece a la serie 10 D y hemos realizado estudios sobre el fenómeno llamado "sombras volantes, además de un estudio sobre las protuberancias, la corona y las manchas solares".

En la Base Aérea, las Comisiones castrenses, comunicaron que iban a alcanzar un boletín a la prensa sobre sus observaciones, y en especial la Dirección de Meteorología y Aerofotografía del Ministerio de Aeronáutica. Habían tomado datos de descenso de temperatura, variaciones de humedad y viento durante el eclipse gracias a que se instaló un adecuado observatorio meteorológico así como cámaras fotográficas especiales tanto en tierra como en un avión que al momento del eclipse sobrevoló la ciudad.

En la base de observación de la Comisión mexicana, el público ya se había retirado comentando los recientes acontecimientos. Una madre salió presurosa con su hijo de la mano diciendo: "Voy rápido a El Porvenir para que la Srta. Lachapelle le vea los ojos a mi pequeño, cómo no se le van a enrojecer con tanta luz y apagones". Sólo los integrantes de la Comisión y Asunción Chafloque permanecían en el lugar .Asunción se acercó a Gallo y le preguntó:

-¿Está conforme con lo acontecido?

-Sí, mi querido amigo, estoy satisfecho en un 80 por ciento ya que hubo imponderables como la ruptura de una pieza del regulador del celostato afortunadamente reparada por nuestro hábil amigo mecánico José Alva, el revelado defectuoso de una de las placas y la ruptura de la película cinematográfica en los momentos de la totalidad, me apena este hecho, pero en fin son los imponderables que se presentaron a pesar de que en los entrenamientos todo salió bien. Ahora nuestra tarea estará en recoger los equipos.

-¿Cuándo partirán? Replicó Asunción con tono triste

-Dentro de unos días regresaremos a Lima para partir a México, pero no te pongas triste. Me voy con la mejor impresión de tu pueblo, por todas las demostraciones de simpatía que hemos recibido. Es un pueblo lleno de amistad y mi recuerdo será ese; la amistad que como tú nos brindaron desinteresadamente, con un calor humano que no creo que tenga pueblo alguno.

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