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Enfoques y estrategias para un plan de desarrollo territorial



Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Las
    nuevas características y condicionantes de las
    sociedades rurales y urbanas en el
    Perú
  3. Limitaciones de los enfoques
    tradicionales
  4. Necesidad de sistematizar y difundir los casos
    exitosos en la sociedad civil, en los proyectos del Estado y
    en el sector privado
  5. Conceptos de desarrollo
    territorial
  6. Elementos y componentes que definen al
    desarrollo territorial
  7. Objetivo y estrategias para el desarrollo
    territorial

Introducción

¿Por qué es necesario un nuevo enfoque de
desarrollo? Porque persiste la pobreza y la indigencia en
nuestros países. Porque ha ocurrido cambios radicales en
el contexto global y en las reglas del juego de las
economías y las sociedades urbanas y en sus relaciones con
el medio rural. Porque el crecimiento económico de
nuestros países es desigual y excluyente. Porque el
centralismo y el desarrollo económico en determinadas
cabeceras de regiones ha ocasionado demasiada exclusión
socio-económica en las subregiones periféricas y,
por tanto, han ocasionado emigraciones masivas de los pobres de
esas subregiones excluídas hacia las subregiones de mayor
desarrollo, con lo cual se ha trasladado la pobreza hacia las
grandes ciudades y, con ello, también se han incrementado
los índices de pobreza no solamente en el medio rural,
sino también en el medio urbano.

Por otro lado, también han ocurrido cambios muy
significativos en las características de las sociedades
rurales y urbanas. Hay nuevas demandas y objetivos de la sociedad
rural. Por ejemplo, en la denominada "urbanización del
medio rural" se expresa el deseo de que la población rural
quiere vivir con las mismas comodidades del medio urbano (luz
eléctrica, educación de mayor calidad, mejor
vivienda, trabajos más decorosos y mejor remunerados,
etc.).

Sin embargo, estas reivindicaciones no pueden
solucionarse si sigue imperando el centralismo, la
desintegración y el aislamiento entre las regiones y
localidades, entre la ciudad y el campo, si siguen aisladas las
políticas sectoriales, si no hay una voluntad
institucional para integrar y lograr la cohesión
interinstitucional y territorial.

En tal sentido, los enfoques tradicionales no son una
respuesta a las necesidades del desarrollo, como el enfoque del
desarrollo urbano o rural aislados uno de otro o como el enfoque
de los polos de desarrollo. Así como el de la simple
búsqueda de ventajas comparativas en determinadas
subregiones, pero que ha significado el abandono de otras zonas
pobres. Igualmente también han pasado a ser obsoletas las
estrategias nacionales compuestas por políticas
ministeriales aisladas, sin planes integradores a nivel nacional,
regional y local.

Por otro lado, continuará la pobreza si se sigue
tomando decisiones centralizadas en el Estado sin considerar las
decisiones propias de las entidades regionales y locales. Esas
viejas decisiones no han logrado superar la pobreza y el
crecimiento desigual en el Perú, donde resulta oportuno
citar una expresión adecuada a esta situación de A.
Schejtman y J. Berdegué (2002): "Si queremos
resultados diferentes, no podemos seguir haciendo más de
lo mismo".
Es decir, se requiere de nuevos enfoques y
conceptos. Se requiere de nuevas orientaciones en las
políticas con nuevas decisiones y prácticas
integradas o cohesionadoras para el desarrollo. El enfoque del
desarrollo territorial es una opción central en esta
búsqueda de nuevas alternativas para el desarrollo del
país.

Las nuevas
características y condicionantes de las sociedades rurales
y urbanas en el Perú

Sin embargo, con los cambios y el mejoramiento del
patrón de cultivos o en la estructura empresarial en
algunas subregiones del país (diversidad de productos
agrícolas para la exportación y cambios en la
escala empresarial que va desde la mini-empresa hasta la mediana)
se ha acelerado la inserción de las economías
rurales y de las ciudades intermedias en el proceso de
globalización.

En tales procesos se opacan espontáneamente los
límites de distinciones y el aislamiento entre los
mercados intercomunales, distritales o provinciales de alimentos,
insumos y materias primas. Con la globalización se
acrecienta, pues, la necesidad de la integración de esos
mercados. De acuerdo a ello, la capacidad de competir globalmente
pasa a ser una condición indispensable para la viabilidad
de las economías rurales y de las ciudades locales
intermedias, así como de las cabeceras de las regiones y
ya no solamente de la capital del país.

En tales procesos cambian las identidades o diferencias
entre lo sectorial agropecuario y lo rural. Casi la mitad del
ingreso de los hogares rurales de la región provienen de
actividades no agrícolas.

Las culturas rurales también se transforman muy
rápidamente. El Perú es un país
predominantemente urbano, pero con una ruralidad también
muy importante a tal punto que impregna su sello en la
mayoría de las ciudades del
país[1]Esos cambios tienen un impacto muy
significativo en la cultura rural. En esos procesos
también se observa que las mujeres rurales se van
incorporando masivamente al mundo del trabajo más
allá de sus parcelas agrícolas.

El incremento de las actividades no agropecuarias en el
sector rural modifica también las relaciones dentro de las
familias y las comunidades; igualmente cambian también las
relaciones y la participación de los géneros y las
generaciones en la producción y en las actividades
extra-parcelarias. Se ha incrementado también la cultura
de la protección del medio ambiente y los recursos
naturales, no solamente en la población que vive en el
medio rural, sino también en la población y en las
instituciones asentadas en el medio urbano.

La globalización y los procesos de
intensificación de una economía de mercado revelan
con mayor claridad los problemas del "mercado imperfecto", sobre
todo en las regiones con predominio rural y con régimen de
pequeña propiedad sobre la tierra agrícola.
Igualmente se revela con mayor claridad los efectos de la
centralización de los mercados financieros, del capital
humano, la tecnología, la información, el mercado
de trabajo y el capital natural mejorado con sistemas de riego,
todos ellos mayormente centralizados en la capital del
país o en la costa peruana.

No obstante, en nuestro país se hace intentos por
institucionalizar la democracia y la regionalización,
procesos en el que mediante la descentralización se tiende
a transferir responsabilidades y competencias a las regiones,
donde los gobiernos locales comienzan a ser actores
protagónicos del desarrollo rural y urbano.

Limitaciones de
los enfoques tradicionales

Según A. Schejtman y J. Berdegué.2002,
entre las limitaciones más notorias de los enfoques
tradicionales y que deben ser superadas por el enfoque de
desarrollo territorial[2]se tienen las
siguientes:

  • Hacen caso omiso del alto grado de heterogeneidad
    que caracteriza a las sociedades rurales y de los centros
    urbanos de la periferia y, por lo tanto, la necesidad de
    políticas diferenciadas.

  • Desconocen el carácter multidimensional de la
    pobreza rural. Las zonas marginadas de los centros urbanos
    tienden a enfrentarla con respuestas
    unívocas.

  • Están centrados en la actividad
    agrícola, no incorporan el carácter
    multi-activo de las unidades familiares rurales.

  • No intervienen en corregir las fallas o ausencias de
    mercado frecuentes en el mundo rural, que afectan en
    particular a los pequeños y medianos productores y
    empresarios y a los pobres.

  • Desvinculan con frecuencia las acciones orientadas a
    la transformación productiva.

  • Carecen de capacidad para adecuar las propuestas
    estratégicas o las políticas gestadas
    centralmente, a las potencialidades y restricciones
    específicas que presenta cada localidad o, a la
    inversa, no incorporan desde el inicio consideraciones de
    replicabilidad y amplificación (upscaling) de
    las experiencias exitosas.

  • En un sentido más amplio, no consideran los
    efectos potenciales que un determinado desarrollo del
    núcleo urbano pudiera tener, tanto en la
    transformación productiva de la actividad rural, como
    en las condiciones de vida y de trabajo de la
    población, en particular de los pobres.

Necesidad de
sistematizar y difundir los casos exitosos en la
sociedad civil,
en los proyectos del Estado y en el sector
privado

Las políticas sociales que han pretendido
propiciar el desarrollo, sobre todo en los planes de desarrollo
local, no han considerado propuestas que nazcan de los ejemplos
de las experiencias de las familias o de aquellos productores
(urbanos o rurales) que han tenido éxito productivo,
económico y organizativo. Estos ejemplos de familias
exitosas permitirán convencernos de que es posible
construir el desarrollo humano a partir de las capacidades y
potencialidades locales. Héctor Béjar
(2001.Pág. 20), en una actitud crítica a los
programas que no han recogido esos ejemplos, escribe:

"Los programas de alivio a la pobreza han subestimado o
ignorado las capacidades y potencialidades de la
población, al tratarla en muchos casos, a partir de sus
carencias, sólo como objeto de ayuda asistencial. Se
requiere enfatizar mucho más la participación de la
población en el diseño, ejecución y
evaluación de los programas y promover su capacidad
creativa para darles sostenibilidad".

Uno de los medios principales para diagnosticar las
potencialidades y capacidades locales es identificar los
productos que tienen posibilidades de proporcionar a sus
localidades mayores ventajas competitivas. En el mismo sentido,
es importante también ubicar a los líderes o
ciudadanos "virtuosos" que existen en la región, que no
obstante las restricciones y problemas locales, vienen teniendo
éxito en algunas de las actividades productivas o de
servicios en la región.

Estos líderes son prototipos del desarrollo
endógeno porque muestran autosuficiencia productiva y
están resolviendo los problemas en la producción,
de gerencia o en las transacciones comerciales. En ese sentido,
el éxito logrado fortalece su autoestima local y muestra
la viabilidad de las propuestas, impactan con su ejemplo, tienen
credibilidad, son líderes locales y son "exitosos", tienen
"sueños" realizables y capacidad de prever cambios
sostenibles, practican la cultura local y conocen su realidad
local, hablan con el mismo idioma, conocen la memoria colectiva y
la historia local.

Hay muchas experiencias de desarrollo local que vienen
avanzando en todo el país. Como son los casos de productos
de exportación como de Aracachas en Cutervo (Cajamarca) o
alcachofas en Ancash, que son productores que manejan mejores
técnicas de producción agropecuaria. Hay lugares
turísticos con nuevas orientaciones como es el turismo
vivencial y multiplicidad de otros éxitos
económicos vienen lográndose en diversas
comunidades pobres del Perú, como es el caso de las
comunidades de Llachón en Capachica y Anapia en
Huancané en Puno.

En concordancia con estos nuevos procesos de crecimiento
en muchas localidades del país, se requiere de nuevos
enfoques para las propuestas de desarrollo y de nuevas
políticas económicas que faciliten el desarrollo
desde las regiones y provincias, desde el agro, el turismo y los
pequeños productores, pero articulados en planes
integrales de desarrollo territorial.

Conceptos de
desarrollo territorial

En principio debe distinguirse las diferencias entre las
nociones de "territorio" en términos de los recursos
físicos o naturales y la noción del desarrollo
territorial en términos de dinámica social y
cultural. El concepto de "territorio" corresponde a aquellos
espacios en donde se localizan los recursos naturales (agua,
suelos, plantas y animales) y los seres humanos, agrupamientos
humanos articulados entre sí. Se observan también
en esos territorios las unidades productivas de diversos
tamaños, división del trabajo y encadenamientos
importantes de producción y consumo. En este sentido, un
"territorio" puede corresponder a una micro-cuenca o
cuenca[3]a una micro región o a un conjunto
de municipios ubicados en un determinado espacio
geográfico.

En cambio el "desarrollo territorial" es el plan o
proyecto que hacen los actores sociales y las poblaciones para
que, en ese espacio o el territorio en términos
físicos, provoquen el cambio o el desarrollo. En tal
sentido, Gallicchio, E y Winchester (2003), refiriéndose
al desarrollo territorial explica lo siguiente: "Este no es el
espacio físico. Debe ser visto no como un lugar donde las
cosas suceden o aterrizan, sino como una variable, una
construcción social. El territorio es, en esta
perspectiva, a la vez condicionador y condicionado por, y desde,
las acciones de los actores y las comunidades".

Por su parte Schejtman y J. Berdegué.2002,
amplían el concepto de desarrollo territorial con los
siguientes términos: "Concebir al territorio no como un
espacio físico "objetivamente existente", sino como una
construcción social, es decir, como un conjunto de
relaciones sociales que dan origen y a la vez expresan una
identidad y un sentido de propósito compartidos por
múltiples agentes públicos y privados (aunque dicha
construcción implique muchas veces transitar por procesos
de conflicto y negociación)".

"Es dicha identidad la que permite dar sentido y
contenido a un proyecto de desarrollo de un espacio determinado,
a partir de la convergencia de intereses y voluntades.
Plataformas de construcción de estas identidades y
sentidos de propósitos compartidos (mesas de
concertación de Perú, Ecuador y Programa LEADER en
Europa)".

Por otra parte, G. Farell propone el siguiente
concepto: "El enfoque territorial conduce a las instituciones y a
los agentes a descubrir múltiples pistas, a menudo
inesperadas, para imprimir dinamismo a su territorio. El
ejercicio que consiste en elaborar planteamientos alternativos
proporciona por otro lado indicaciones sobre los riesgos y las
oportunidades a largo plazo, evidenciando diversas trayectorias
posibles. La capitalización de las acciones emprendidas
permite abrir nuevas vías, recapitular los efectos
inducidos, esperados o no, y sacar provecho de los mismos. La
evolución se hace por una sucesión de
"pequeñas victorias", cada una de las cuales fomenta
nuevas ideas y acciones" (Farell, Gilda. 1999. La
competitividad territorial. Construir una estrategia de
desarrollo territorial con base en la experiencia de LEADER.
INDE. Lisboa).

Entrando a determinar cuáles son las variables
que permiten definir el proceso de desarrollo territorilal, J.
Schejtman, en una conferencia electrónica organizada por
el "Fondo Minka Chorlavi" a propósito de este tema
concluye lo siguiente:

"Definimos el desarrollo territorial como un proceso de
transformación productiva e institucional de un espacio
rural determinado, cuyo fin es reducir la pobreza rural. La
transformación productiva tiene el propósito de
articular competitiva y sustentablemente a la economía del
territorio a mercados dinámicos. El desarrollo
institucional tiene los propósitos de estimular y
facilitar la interacción y la concertación de los
actores locales entre sí y entre ellos y los agentes
externos relevantes, y de incrementar las oportunidades para que
la población pobre participe del proceso y sus beneficios.
Por otra parte, se ha señalado que para los programas de
desarrollo territorial, el territorio es una construcción
social, es decir, un espacio con identidad y con un proyecto de
desarrollo concertado socialmente".

Para la construcción de este concepto de
desarrollo territorial, se ha tenido que recoger y analizar una
serie de conceptos y procesos que atañen al desarrollo
(ver recuadro 1).

Recuadro 1: Conceptos y procesos que anteceden al
desarrollo territorial :

Se tiene como antecedentes del desarrollo
territorial la identificación de los conglomerados
industriales efectuados por Marshall (1920), la
planificación regional (cuyo apogeo fueron las
décadas del 50 y 60 del siglo XX en América
Latina.), la caracterización de los clusters y
distritos industriales (pequeñas y medianas
industrias) y las experiencias exitosas en Italia,
investigadas por muchos estudiosos del capital social, como
M. Carmagnani (2000). Los clusters, el carácter
sistémico de la competitividad y la
concentración espacial (diamante de la
competitividad de Porte, M.1998), las cadenas de
producción y valor en el mismo territorio.
Así como también el concepto y los planes de
desarrollo económico local, conformándose
regiones de aprendizaje y se proponen políticas para
construir territorios competitivos e innovadores (Boisier,
1997.Albuquerque, 1997).

Particularmente los conceptos de la competitividad
como proceso sistémico dio paso a definir en LEADER
las dimensiones de la competitividad
territorial:

"La elaboración del proyecto de territorio
es pues un proceso destinado a hacer adquirir a los agentes
locales y a las instituciones cuatro capacidades: de
valorizar su entorno, de actuar juntos, de crear
vínculos entre sectores de tal modo que se mantenga
in situ el máximo de valor añadido, y, por
último, de establecer relaciones con otros
territorios y con el resto del mundo.

Estas cuatro capacidades pueden correlacionarse
con lo que llamamos "las cuatro dimensiones" de la
competitividad territorial que se combinarán de
manera específica en cada territorio, y que son las
siguientes:

> la "competitividad social"
capacidad de los agentes para actuar eficazmente de manera
conjunta sobre la base de una concepción consensuada
del proyecto y fomentada por una concertación entre
los distintos niveles institucionales;

> la "competitividad medio ambiental"
– capacidad de los agentes para valorizar su entorno
haciendo del mismo un elemento "distintivo" de su
territorio, garantizando al mismo tiempo la
conservación y la renovación de los recursos
naturales y patrimoniales;

> la "competitividad económica"
– capacidad de los agentes para producir y mantener
el máximo de valor añadido en el territorio
mediante el refuerzo de los

vínculos entre sectores y haciendo que la
combinación de recursos constituya activos para
valorizar el carácter específico de los
productos y servicios locales;

> la localización en el contexto
global
– capacidad de los agentes para situarse
en relación a los otros territorios y al mundo
exterior en general, con el objeto de hacer progresar su
proyecto de territorio y de garantizar su viabilidad en el
contexto de la globalización. Los modos de
actuación aquí descritos ya se han

puesto en marcha en numerosos territorios; el
problema actual consiste en lograr su mantenimiento a largo
plazo y en el centro de la estrategia de desarrollo de cada
uno de ellos" (Farell, Gilda.
1999).

Elementos y
componentes que definen al desarrollo
territorial

A diferencia de otros enfoques parciales del desarrollo,
este enfoque requiere de varios elementos integrados
holísticamente para que logren construir una propuesta de
desarrollo territorial. Esos elementos permiten definir el
concepto de DT, así como también sirven para
establecer tipologías o sistemas de desarrollo local o
regionales logrados o que estén en proceso de
formación.

Los elementos o características que sirven para
evaluar los proyectos o las políticas que se implementan
con este enfoque del desarrollo territorial son los
siguientes:

i) Conformación de una arquitectura
institucional
(capital social e institucional), la cual a su
vez tiene los siguientes componentes:

  • Desarrollo de ciudadanía en todos los
    sectores de la población, en particular de los pobres,
    las mujeres y los grupos étnicos que siempre fueron
    excluidos, así como el fortalecimiento de
    líderes locales, pero mayormente como sujetos
    colectivos antes individualmente.

  • Ello implica que el Plan de Desarrollo Territorial
    (PDT) debe ser elaborado, desde un primer momento con la
    participación de la ciudadanía y los
    líderes locales y, aún más que ellos
    sean los primeros y principales actores que hacen las
    propuestas de los planes, proyectos, objetivos, actividades,
    etc. Los roles de los técnicos es acompañar,
    ayudar a perfeccionar las propuestas y prevenir de
    determinados riesgos que pueden derivarse de esas propuestas.
    Es decir, desde este primer acto los técnicos de las
    instituciones deben prepararse también para el
    diálogo, para llegar al entendimiento de los
    "derechos" de los otros, para intercambiar conocimientos
    dentro de un enfoque "intercultural" y de
    "género", porque entre hombres y mujeres
    también hay intereses y expectativas distintas y deben
    ser considerados en estos Planes de Desarrollo.

  • En tal sentido, la base del éxito y de una
    buena arquitectura institucional para el PDT es la
    participación ciudadana, con toda su heterogeneidad
    social, étnica, de derechos iguales, de género
    y generaciones (edades).

  • Fortalecimiento de las capacidades y atribuciones de
    los gobiernos locales (gobernanza, como la capacidad que
    deben tener los gobiernos locales para administrar e invertir
    eficaz y eficientemente los recursos que dispone) y que cada
    sector (Estado, Sociedad Civil y Sector Privado) cumpla con
    los roles y misiones para, integralmente, hacer propuestas y
    gestiones que promuevan el desarrollo como se observa en la
    Figura 1.

FIGURA 1: ROLES E INTEGRACIÓN DE LOS TRES
SECTORES DE LA SOCIEDAD PARA EL DESARROLLO TERRITORIAL

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  • Coordinación y equilibrios entre los
    gobiernos locales, regionales y nacional (gobernabilidad,
    como la capacidad de tomar decisiones a nivel local o
    regional de acuerdo a las competencias y los mandatos de las
    leyes del Estado).

  • La capacidad y legitimidad que tienen los gobiernos
    regionales y locales para convocar y motivar a asociarse a
    las instituciones del Estado, el sector privado y la sociedad
    civil para planear y ejecutar en forma conjunta los proyectos
    de desarrollo (gobernancia).

  • En este sentido, se evalúa la capacidad de
    los gobiernos locales para fortalecer y ampliar las redes
    sociales y otras formas de asociación entre gobiernos
    locales (asociatividad). Capacidad para propiciar los
    mecanismos que ayuden a crear plataformas de
    concertación[4]entre las organizaciones
    de la sociedad civil el Estado y del sector
    privado.

ii) Transformación productiva, en especial
la transformación de insumos locales porque, al crearse
mayor valor agregado y ventajas en el mercado mediante los
productos industrializados, tiene el propósito de
articular competitiva y sustentablemente las economías
rurales y urbanas del territorio con los mercados
dinámicos.

Esta transformación productiva y el desarrollo
institucional se deben abordar en forma simultánea –
como advierten A. Schejtman y J. Berdegué (2002)- porque
se condicionan mutuamente y ambos son necesarios para la
reducción significativa y sustentable de la pobreza
rural.

iii) Desarrollo humano, con seguridadad
alimentaria
. Uno de los objetivos fundamentales de ese
desarrollo "no es –según M. Sen- incrementar el
producto sino propiciar que la gente disponga de una gama mayor
de opciones, que pueda hacer cosas, vivir una vida más
larga"[5].

El concepto de desarrollo humano también
cuestiona el supuesto comúnmente aceptado de que el medio
para alcanzar el desarrollo es la acumulación de capital
físico, es decir la inversión en instalaciones
industriales y bienes de equipo. En cambio, y según las
tesis igualmente innovadoras de T.W. Schultz en el año
1960, el desarrollo humano prioriza la acumulación de
capital humano[6]incluso sin el cual las
inversiones o la financiación -por muy importante que son
para el desarrollo- no es suficiente[7]. En el
PNUD también se hacen propuestas muy esclarecedoras de
esta nueva orientación del desarrollo cuando anotan que
"el ser humano es el centro del desarrollo, y, por ende, debe
articularse el desarrollo en función de las personas y no
las personas en función del desarrollo".

Este concepto del desarrollo humano sostenible se
enriquece con la idea de que, para la implementación de
estas propuestas por parte de los estados, deberán
elaborarse políticas sociales muy definidas que propicien
aquel tipo de desarrollo. No obstante, debe considerarse que el
crecimiento económico también es indispensable para
el desarrollo humano.

En cuanto la seguridad alimentaria, también
deberá superarse el concepto parcial de la ingesta
adecuada de alimentos y optarse por un concepto más
sistémico que implique salud, prevenciones de
enfermedades, comportamiento alimentario, ingresos, etc. En este
contexto, el enfoque de desarrollo territorial abre un amplio
horizonte para el encuentro de alternativas que resuelvan el
grave problema de la inseguridad alimentaria.

iv) Un fuerte capital cultural que se expresa, como
sostienen Boisier
(2003), en un stock de historias,
prácticas sociales y políticas
en manos de una
comunidad territorial, en la doble acepción de "cultura".
Como una cosmogonía y una ética que responden a las
interrogantes del hombre y regulan sus relaciones y que a
través de prácticas históricas producen
bienes y servicios sui géneris y como una cultura de
desarrollo, conjunto de actitudes hacia procesos
económicos que en la virtuosidad mezclan
cooperación y competencia.

Los componentes de este capital cultural expresados en
el comportamiento de las instituciones, en los actores sociales y
en la población, son los siguientes:

  • Instituciones con una visión de conjunto:
    Articulación de planes, proyectos y presupuestos,
    donde se superen las visiones sectoriales fragmentadas, sobre
    todo cuando los gobiernos no son
    democráticos[8]lo cual ocasiona una
    débil presencia del Estado en el
    campo[9]

  • Entre las instituciones los dirigentes mantienen
    mayormente un clima de cooperación y no de conflicto o
    neutralidad.

  • Actores sociales e instituciones facilitan procesos
    de descentralización.

  • Movilizan capitales para la construcción del
    DT.

  • Visiones compartidas y espacio de
    concertación y asocio.

  • Las instituciones acompañan a la
    población en procesos de transición de la
    sobrevivencia al desarrollo.

  • La población pasa de un estado de actitudes y
    prácticas asistencialistas a la propuesta de planes y
    acciones para el desarrollo.

  • Existe un capital cívico
    fortalecido[10]

v) Los programas de DT requieren formularse y
gestionarse con horizontes de mediano y largo plazo, así
como financiamiento local y externo.
Este componente es
importante y definen al desarrollo territorial porque se requiere
de planes y políticas de aplicación sostenida a
mediano y largo plazo para que sus beneficios se manifiesten y
consoliden. Pero, también es imprescindible contar con
financiamiento no solamente local, sino también con
financiamiento del Estado y de los organismos inte

Objetivo y
estrategias para el desarrollo territorial

El objetivo principal del desarrollo territorial (DT) es
lograr el desarrollo humano sostenible, equitativo y competitivo,
lo cual implica superar la pobreza, lograr la seguridad
alimentaria y mejorar la calidad de vida de la población,
donde se incluyen las mujeres y hombres, así como los
distintos grupos étnicos. Proceso que tiene como base el
desarrollo sostenible, que se expresa en el equilibrio entre el
crecimiento económico, social y ecológico. Es
decir, para este tipo de desarrollo se requieren de
políticas y estrategias integrales de Desarrollo Humano y
competitividad con el enfoque territorial (ver Figura
2).

Las estrategias para lograr ese objetivo
básicamente consideramos las siguientes:

i) Fortalecimiento del capital social y en especial
promover la participación de la población y de los
líderes locales.

El desarrollo institucional o el capital social tienen
los propósitos de estimular y facilitar la
interacción y la concertación de los actores
locales y los agentes externos relevantes uno de sus
propósitos es generar el desarrollo principalmente con los
recursos locales (al respecto observar los conceptos de
Alburquerque, Francisco.2005 (Ver Recuadro 3), así como
incrementar las oportunidades para que la población pobre
participe del proceso y sus beneficios.

El fortalecimiento del capital social (ver Recuadro 2)
expresado en las organizaciones e instituciones tienen una
importancia decisiva para el desarrollo territorial porque, como
sostiene D. North (1993)[11], con las
organizaciones se logra un mejor funcionamiento de la sociedad y
la producción, se baja los costos de la producción
y de la negociación, se reduce la incertidumbre, se tiene
mayor información de los mercados, etc.

Recuadro 2: Conceptos de capital
social:

"Es una forma de capital humano, entendido como la
habilidad de la gente para asociarse con el objetivo de
obtener propósitos comunes (Coleman,
1998)[12].

"El capital está menos representado en
tierra, máquinas…y cada vez más en el
conocimiento y las habilidades y más aún en
la capacidad de las sociedades para trabajar juntas hacia
una meta común" (Fukuyama,
1999)[13].

Putnam (1995)[14] sostiene que "el
capital social son las redes, normas y la confianza social
que facilita la coordinación y cooperación
para el beneficio mutuo".

Bourdieu[15]define el capital
social como "el agregado de los recursos reales o
potenciales ligados a la posesión de una red durable
de relaciones más o menos institucionalizadas de
reconocimiento mutuo"; por lo cual, la sociabilidad
institucionalizada es reconocida como un capital, al
permitir el acceso a los recursos a partir de las
relaciones sociales que tienen como base principal la
confianza y el consenso. Por otro lado, ese capital social,
según Coleman (1999)[16], no es
solamente una entidad, sino son varias entidades que tienen
como característica comunes el estar asociadas en
una estructura social que facilita las acciones de los
individuos que están en esa entidad, mostrando que
los fines alcanzados sólo puedan ser logrados cuando
existe esas entidades relacionadas.

"Por eso es importante que los productores
analicen no solamente el contexto y sus cambios, sino
también reconozcan que el estar organizados da mayor
margen de maniobra a los individuos para reaccionar con
mayor autonomía y eficacia frente a los cambios del
contexto o para aprovechar mejor los impactos de las
políticas, por ejemplo, los incentivos para el
desarrollo" (Williamson,
O.1989)[17].

Incluso el capital social es de extraordinaria
importancia en las sociedades tradicionales cuando existen y
funcionan redes de relaciones sociales de reciprocidad, basadas
en la confianza, estos son los elementos culturales y la
identidad territorial los que dan fortaleza a esas redes.
Así como también esas redes son estratégicas
para relacionar a las comunidades con los actores externos al
territorio, en esos contextos cuando el capital social se utiliza
al máximo las localidades y regiones tienden a
desarrollarse más rápidamente que en aquellas donde
es muy débil o está ausente el capital social, como
se demuestra en los estudios de M. Carmagnani (2000) en las
regiones rurales de Italia.

Recuadro 3: Sobre el desarrollo
local:

  • " Desarrollo local no es únicamente
    desarrollo municipal. El sistema productivo local
    incluye, entre otros elementos, el conjunto de
    relaciones y eslabonamientos productivos y comerciales
    relevantes para explicar la eficiencia productiva y
    competitividad de la base económica de un
    determinado territorio, lo cual no tiene porqué
    coincidir con las fronteras o delimitaciones
    administrativas de un municipio o provincia.

  • Desarrollo local no es sólo desarrollo
    endógeno. Muchas iniciativas de desarrollo local
    se basan en el aprovechamiento de oportunidades de
    dinamismo exógeno. Lo importante es poder
    "endogeneizar" dichas oportunidades externas dentro de
    una estrategia de desarrollo decidida
    localmente.

  • El desarrollo local es un enfoque territorial
    y de "abajo-arriba", pero debe buscar también
    intervenciones de los diferentes niveles decisionales
    del Estado (municipio, provincia, región y nivel
    central) que faciliten el logro de los objetivos de la
    estrategia de desarrollo local. Se precisa, pues, una
    eficiente coordinación de los diferentes niveles
    territoriales de las administraciones públicas y
    de un contexto integrado coherente de las diferentes
    políticas de desarrollo entre esos niveles. Las
    decisiones de "arriba-abajo" son, pues, importantes
    para el enfoque del desarrollo local.

  • Asimismo, hay que añadir que el
    desarrollo local no se limita exclusivamente al
    desarrollo económico local. Se trata de
    un enfoque integrado en el cual deben considerarse
    igualmente los aspectos ambientales, culturales,
    sociales, institucionales y de desarrollo humano del
    ámbito territorial respectivo".

" El enfoque del desarrollo económico local
se aleja, pues, del nivel agregado y abstracto de la
economía convencional y toma como unidad de
actuación principal el territorio. Asimismo, el
enfoque del desarrollo económico local se basa en la
movilización y participación de los actores
territoriales, públicos y privados, como
protagonistas principales de las iniciativas y estrategia
de desarrollo local. Se refiere, pues, a actores y
territorios reales y no sólo a tendencias generales
de carácter genérico, las cuales ayudan poco
al diseño de políticas en los diferentes
ámbitos territoriales. Asimismo, este enfoque supone
el abandono de las actitudes pasivas (dependientes de las
subvenciones o ayuda externa), ya que se basa en la
convicción del esfuerzo y decisión propias
para establecer y concertar localmente la estrategia de
desarrollo a seguir".

Alburquerque, Francisco. Los proyectos de
integración productiva en el proceso de desarrollo
territorial; Las experiencias y prácticas en la
Región. CVG. Comunidad Virtual de Gobernabilidad,
Desarrollo Humano e Institucional. 2005.

ii) Lograr localidades o regiones que sean
competitivas con desarrollo humano que se inicia desde la
familia

Ello implica que el desarrollo territorial debe empezar
a evidenciar las intervenciones y los efectos desde las unidades
familiares y las comunidades rurales y urbanas, desde este nivel
deben analizarse las articulaciones entre los diversos niveles:
familia, comunidad, distrito, provincia, región y
país, mediados por los corredores económicos, las
cadenas productivas y el asociacionismo entre los productores
rurales y urbanos. Con la operatividad de este enfoque integral
debe mostrarse que se mejoran o innovan las tecnologías
productivas, que la producción se articula al mercado con
mayores ventajas, se supera la pobreza y se logra la seguridad
alimentaria.

De acuerdo a esta estrategia las políticas
sociales como la educación o la salud deben ser
prioritarias. El Estado debe considerar presupuestos apropiados
para la implementación de estas políticas con el
criterio de inversión y no solamente de gasto. Igualmente,
debe aprobarse políticas y acciones para la
difusión del cambio tecnológico y del conocimiento
como parte del capital humano (ver conceptos al respecto en
Recuadro 4). Todas estas políticas sociales y de
promoción del cambio tecnológico son condiciones
básicas no solamente para la sobrevivencia de las unidades
productivas, sino también para el desarrollo local y
regional.

Recuadro 4: Un concepto de capital
humano:

Según Boisier (2003) "Se entiende por
capital humano el stock de conocimientos y habilidades que
poseen los individuos y su capacidad física y mental
para ejercitarlos. Con esta definición, los gastos
en educación, en salud (y en migrar) deben ser
considerados como inversión y no como consumo, ya
que el capital humano pasa a ser un factor de
producción, asociado a la productividad y a
externalidades positivas".

Por su parte A. Yurjevic (1999), define el
capital humano como "los conocimientos, destrezas,
habilidades para enfrentar las necesidades básicas.
Hoy que ha pasado a ser el de mayor significación en
el desarrollo de los pueblos, particularmente en los
países desarrollados es una de las inversiones de
mayor rentabilidad".

Para lograr resultados valiosos se requiere que se
integren las políticas que promueven la innvovación
tecnológica, la educación, la salud y el
fortalecimiento cultural para que mejore la producción en
los predios familiares, obtengan mayores ingresos y logren la
seguridad alimentaria.

Respecto a la "competitividad se considera que es un
fenómeno sistémico, que no es un atributo de
empresas o unidades de producción individuales o aisladas,
sino que se funda y dependen de las características de los
entornos en que estás se insertan". En otros
términos, "si bien es cierto que son las empresas las que
compiten, su capacidad de competir se puede ver reforzada si el
entorno territorial facilita esta dinámica y si, por su
parte, ellas también sienten la importancia de ser
empresas "del territorio" más que empresas "en el
territorio" (Iván Silva Lira.2005. Desarrollo
económico local y competitividad territorial en
América Latina. Revista de la CEPAL 185, abril
2005).

Sin embargo, esa competitividad no podría ser
lograda si no se tiene una población bien alimentada y con
calidad de vida. Por eso, es necesario articular la
competitividad como noción sistémica ubicada no
solamente en un territorio, sino también dentro de un
contexto poblacional con desarrollo humano que empieza por la
familia.

iii).Orientar una parte importante de la
producción a la demanda externa al territorio y promover
los recursos endógenos
que son los motores de las
transformaciones productivas y, por lo tanto, son esenciales para
los incrementos de la productividad y del ingreso.

En esta estrategia se comparte el principio de que no
debe reducirse la producción del territorio solamente a la
demanda interna, como agregan A. Schejtman y J. Berdegué
(2002) porque termina condenado en el mejor de los casos, a la
reproducción ciclo a ciclo de su condición
precaria, si es que no al deterioro de ésta. Sin embargo,
también se destaca que en el desarrollo territorial no
podrá lograrse realmente un desarrollo sostenible,
perdurable y replicable, sino se produce para satisfacer las
necesidades del mercado interno.

Por lo tanto, es necesario combinar el criterio de la
demanda externa y la importancia de demanda interna, sin perder
de vista el diseñar estrategias en relación a la
globalización.

En ese sentido, S. Boissier, precisa que debe
complementarse el crecimiento territorial exógeno con el
desarrollo territorial endógeno. En tal sentido, en
territorios que pueden ser calificados como "pobres", se debe
diagnosticar las potencialidades que tienen para el desarrollo y
para su articulación con el mercado interno y
externo.

En esta estrategia es sumamente importante considerar
también la estrategia referida a la conservación
del capital natural, en especial promover la conservación
y aprovechamiento sostenible de la biodiversidad y los recurso
naturales, así como el medio ambiente y aprovechas los
denominados servicios ambientales como recursos internos para el
desarrollo.

Partes: 1, 2

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