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Estructura del capital y política de dividendos



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    Monografias.com

    Introducción

    Hoy en día, en el contexto venezolano en puertas
    de una reforma constitucional resulta de gran importancia conocer
    todos los aspectos que conllevan una administración
    financiera entre estos la estructura de capital y la
    teoría de dividendos que en unión de todas sus
    implicaciones representan un aspecto fundamental de la
    ingeniería financiera. El presente trabajo ayudara a la
    formación de un criterio a la hora de invertir nuestro
    dinero o de formar una empresa.

    La teoría de la estructura del capital esta
    profundamente asociada con el costo del capital de la empresa,
    dentro de los estudios que se han realizado sobre el tema, muchas
    son las apreciaciones sobre la "Estructura  óptima
    de capital" 
    sin llegar a una unificación de
    criterios, unos defienden la idea de que se puede llegar al
    óptimo, los otros sin embargo tienen la convicción
    que esto no es posible, solo han llegado al acuerdo que se debe
    obtener una buena combinación de los recursos obtenidos en
    las deudas, acciones comunes y preferentes e instrumentos de
    capital contable, con el cuál la empresa pueda financiar
    sus inversiones. Dicha meta puede cambiar a lo largo del tiempo a
    medida que varían las condiciones.

    La forma para determinar la  "Estructura
    óptima de capital"
    es aquella que maximiza el precio
    de las acciones de la empresa vinculado con el costo de capital
    que por ende tiene que ser minimizado.

    Los factores que influyen sobre las decisiones de la
    estructura de capital principalmente son el riesgo del negocio
    que es el inherente a las actividades operacionales de la empresa
    (a mayor riesgo mayor rendimiento), la posición fiscal de
    la empresa debido a los intereses que son deducibles de renta, al
    método de depreciación de los activos fijos, la
    amortización de pérdidas fiscales y al monto de las
    tasas fiscales.

    La política de dividendos determina la
    decisión en cuanto a las utilidades, entre los pagos que
    se hacen por los accionistas y las ganancias que se
    reinvertirán en la empresa. Las utilidades retenidas son
    una fuente de fondos más significativos para financiar el
    crecimiento corporativo, pero los dividendos representan los
    flujos de efectivo que se acumulan para los
    accionistas.

    El costo de capital y la política de dividendos,
    abarcan un gran contenido y un sin números de
    teorías muy extensas, el propósito de este trabajo
    no es frustrar a los lectores con la explicación y
    desarrollo de estas, mas bien persigue como finalidad comprender
    las nociones fundamentales de la estructura de capital y de la
    política de dividendos, limitándose al contenido
    pasivo de éstas para lograr la
    comprensión.

    1. Teoría de Modigliani y
    Miller

    La historia del pensamiento acerca del efecto de los
    impuestos sobre la estructura de capital se remonta al trabajo
    seminal que Modigliani y Miller (M & M), realizaron en 1958,
    en el que supusieron la ausencia de impuestos y concluyeron que
    el valor de la empresa no se ve afectado por la estructura de
    capital. En un artículo posterior introdujeron los
    impuestos corporativos (pero no los costos de quiebras) y
    demostraron que la estructura óptima de capital es un 100%
    de deudas.

    Finalmente, en 1977, el profesor Miller sostuvo
    nuevamente que, en un mundo con impuestos personales y
    corporativos, la estructura de capital es irrelevante.

    A continuación se presentan los tres postulados
    de M&M.

    Proposiciones o postulados de la teoría de
    Modigliani y Miller

    1.1.1 PROPOSICIÓN 1

    La irrelevancia de la política de
    dividendos

    Modigliani y Miller (MM) demostraron que, en un mercado
    de capitales eficiente, la política de dividendos de la
    empresa es irrelevante en cuanto a su efecto sobre el valor de
    sus acciones, puesto que éste viene determinado por su
    poder generador de beneficios y por su tipo de riesgo; esto es,
    dependerá de la política de inversiones de la
    compañía y no de cuántos beneficios son
    repartidos o retenidos.

    M&M demostraron que si la empresa pagaba unos
    dividendos mayores, debería emitir un mayor número
    de acciones nuevas para hacer frente a dicho pago, siendo el
    valor de la parte de la empresa entregada a los nuevos
    accionistas idéntico al de los dividendos pagados a los
    accionistas antiguos. Ahora bien, todo esto será cierto
    siempre que se cumplan una serie de hipótesis
    básicas:

    • a) Los costos de transacción se
      ignoran.

    • b) La política de inversiones de la
      empresa se mantiene constante.

    • c) Las ganancias de capital y los dividendos
      son gravados con el mismo tipo impositivo.

    • d) Los dividendos no transmiten ninguna
      información al mercado.

    • e) Los mercados de valores son
      eficientes.

    • f) Los inversores actúan de forma
      racional.

    Si lo anterior se cumple, se puede demostrar que un
    aumento del dividendo por acción da lugar a una
    reducción idéntica en el precio por acción,
    dejando inamovible la riqueza del accionista. Así que la
    riqueza actual de los accionistas no cambiará aunque se
    altere la política de dividendos. Por lo tanto el valor de
    la empresa sólo dependerá de su política de
    inversiones.

    Dado el nivel de inversión requerido por la
    empresa, el dinero pagado en forma de dividendos puede ser
    reemplazado por la emisión de nuevas acciones. Es la
    política de inversiones, no la de financiación, la
    que determina el valor de la empresa. Un cambio en la
    política de dividendos implica únicamente un cambio
    en la distribución del total de rendimientos entre
    dividendos y ganancias de capital.

    Cuando la empresa emite nuevas acciones para poder pagar
    los dividendos a los accionistas antiguos se produce una
    transferencia de riqueza de éstos últimos hacia
    aquéllos, que es equivalente al dividendo recibido por los
    accionistas antiguos. Así que éstos se quedan como
    estaban, puesto que lo que reciben de dividendos lo pierden en el
    valor de sus acciones.

    Inicialmente, Modigliani y Miller (M&M) exponen el
    caso de una empresa sin crecimiento y sin nuevas inversiones
    netas en un mundo sin impuestos. El valor de tal empresa (o
    proyecto) estaría dado por sus flujos de efectivo a
    perpetuidad, NOI o X, divididos entre sus costos de capital,
    k.

    V= Monografias.com

    Ésta es la proposición 1 de M&M.
    Afirma que el valor de mercado de cualquier empresa (o proyecto)
    "está dado por la capitalización de su rendimiento
    esperado a la tasa, k, apropiada para su clase". Esto es algo de
    lo que referían M&M cuando afirmaron que las empresas
    que se encontraban en una clase determinada de riesgo
    tendrían la misma tasa de descuento aplicable. En sus
    exposiciones, afirmaron que las empresas de diferentes
    tamaños diferirían tan sólo en lo referente
    al "factor de escala" y señalaron que los flujos de
    efectivo esperados provenientes de dos empresas de distinto
    tamaño o escala (o proyectos) se encontrarían
    perfectamente correlacionados.

    La medición de k depende del grado de riesgo de
    la empresa, del proyecto o de la actividad.

    La proposición 1 nos indica que el valor de la
    empresa apalancada es igual al valor de la empresa no apalancada.
    Esta es la famosa irrelevancia de la estructura de capital o
    irrelevancia del apalancamiento de la proposición 1 de
    Modigliani-Miller. También podemos volver a escribir la
    ecuación 1 despejando el valor de k para obtener la
    ecuación 2:

    K= KU = Monografias.com

    Éste es un replanteamiento de la
    proposición 1 en términos del costo de capital (o
    del rendimiento sobre los activos), que muestra que el costo de
    capital de cualquier empresa es independiente de su estructura de
    capital e igual a la tasa de capitalización de una
    corriente pura de su clase de riesgo, k.

    Los autores dieron esta analogía: no importa
    cuán estable esté un granjero de lechería en
    su negocio, éste no puede aumentar el valor de su leche
    vendiendo separadamente la crema en la cima de la leche y la del
    fondo. Lo que él gana en el precio de vender la crema, lo
    perderá en el precio al vender la leche.

    1.1.2 PROPOSICIÓN 2.

    Costo de capital versus apalancamiento ante impuestos
    corporativos

    Esta proposición de M&M afirma que el costo
    de capital contable aumenta con un mayor grado de apalancamiento
    financiero, porque los accionistas se encuentran expuestos a una
    mayor cantidad de riesgo.

    Suponga una tasa fiscal corporativa de naturaleza
    proporcional a la cual nos referiremos inicialmente como T. En la
    proposición 2 de M&M con impuestos corporativos, se
    afirma que el costo del capital contable es igual al costo de
    capital de una empresa no apalancada más la diferencia
    después de impuestos entre el costo de capital de una
    empresa no apalancada y el costo de las deudas, ponderado por la
    razón de apalancamiento. Esta proposición afirma
    que el costo del capital contable aumenta con la razón de
    deudas a capital contable de una manera lineal, y en donde la
    pendiente de la recta es igual a: ka + kb(1 – T).

    La definición de Modigliani-Miller acerca del
    promedio ponderado del costo de capital no solamente nos indica
    la forma en la que el promedio ponderado marginal de costo de
    capital (WACC ó PMCC) ,cambia con un apalancamiento
    creciente, sino que también reúne otros aspectos de
    las finanzas, específicamente:

    • 1. Cuando las empresas llevan a cabo proyectos
      que ganan más de su WACC, debe incrementar el
      patrimonio de los accionistas porque Monografias.com0 , donde Monografias.comrepresenta el cambio del patrimonio
      original de los accionistas cuando realizan nuevas
      inversiones.

    • 2. La totalidad del incremento de valor de la
      empresa se acumula para los accionistas originales. Los
      tenedores de bonos sólo mantienen sus derechos
      originales.

    • 3. Cuando los flujos de efectivo provenientes
      de la nueva inversión se descuentan al promedio
      ponderado del costo de capital, se definen como los flujos de
      efectivo operativos después de impuestos que la
      empresa tendría si no tuviera deudas.

    De tal modo, según las proposiciones de M&M,
    tan sólo con impuestos corporativos, la influencia del
    subsidio fiscal sobre la deuda consiste en incrementar el valor
    de la empresa y en disminuir sus costos de capital
    ponderados.

    1.1.3 PROPOSICIÓN 3.

    Costo de capital vs apalancamiento ante impuestos
    personales

    Habiendo mostrado que la estructura de capital no debe
    ser importante para una compañía en conjunto,
    M&M extiende la irrelevancia a una inversión
    individual. Esta proposición indica que el instrumento
    usado para financiar una inversión, esto es, su estructura
    de capital, es irrelevante de la pregunta de si la
    inversión vale la pena.

    Una posible ampliación consiste en considerar los
    impuestos personales además de los impuestos corporativos.
    Utilizaremos los siguientes símbolos:

    Tc = tasa fiscal corporativa

    Tpb = tasa fiscal al ingreso personal ordinario (pagada
    sobre los intereses de la deuda)

    Tps = tasa fiscal pagada por las personas que reciben
    ingresos o ganancias de capital de las acciones. Es un "promedio"
    de la tasa fiscal sobre ganancias de capital y de la tasa
    ordinaria sobre los dividendos recibidos, menor que
    Tpb.

    Se analizan los efectos de los dos tipos de impuestos
    personales, lo cual consiste en comparar el capital contable de
    una empresa apalancada versus la compra del capital contable de
    la empresa no apalancada.

    Obteniéndose por tanto la siguiente
    ecuación:

    G = [1 – Monografias.com

    El lado derecho de la ecuación es el beneficio
    fiscal de la deuda corporativa según tres tipos de
    impuestos. Esta expresión también ha sido
    denominada como la ganancia proveniente del
    apalancamiento.

    Miller (1971) desarrolló el marco conceptual de
    dicha ecuación. Además, en un artículo
    posterior publicado por Miller y Scholes (1978), se describieron
    algunos procedimientos a través de los cuales los
    impuestos aplicables a los dividendos recibidos sobre acciones
    comunes podrían reducirse a cero, el cual trata de la
    política de dividendos. Si la tasa fiscal sobre los
    dividendos recibidos de las acciones corporativas o de las
    ganancias de capital provenientes de la venta de las acciones de
    compañías que retienen las utilidades se pueden
    reducir a cero, la ganancia proveniente del apalancamiento de
    convertiría en:

    G = [1- Monografias.comB

    Esta expresión fue utilizada por Miller para
    analizar la oferta y la demanda agregadas de la deuda
    corporativa.

    En resumen, se puede decir de las tres proposiciones
    que, bajo los supuestos de Modigliani-Miller, el costo de capital
    de una empresa no es afectado por el apalancamiento cuando no hay
    impuestos. Sin embargo, aun sin impuestos, el costo del capital
    contable de la empresa aumenta en forma lineal. Con impuestos, el
    costo del capital contable también aumenta linealmente
    pero a una tasa reducida. Según la teoría M&M,
    el costo marginal ponderado de capital de la empresa
    disminuiría, lo cual implicaría que todas las
    empresas se encontrarían altamente apalancadas. Sin
    embargo, ello no se observa en la realidad. Diversos factores
    podrían limitar el apalancamiento, tales como los
    problemas de representación administrativa, la
    asimetría de la información y el
    señalamiento, y los costos de quiebra. Cualquiera de
    éstos podría limitar el monto de apalancamiento
    empleado, principalmente para que la empresa tuviera una
    "estructura de capital óptima".

    1.2 Contradicciones a la teoría de
    M&M

    1.2.1 La relevancia de la política de
    dividendos

    Un supuesto importante de la teoría de Modigliani
    y Miller es que la política de dividendos no afecta a la
    tasa de rendimiento requerida de los inversores en acciones (ke).
    Para Gordon y Lintner esto no es así, sino que ke aumenta
    al reducirse la tasa de reparto de beneficios debido a que, desde
    el punto de vista de los inversores, los pagos vía
    dividendos son más seguros que los que provienen
    vía ganancias de capital. Esto es, desde el punto de vista
    del accionista, el valor de un euro de dividendos es mayor que el
    de uno de ganancias de capital por ser el rendimiento sobre los
    dividendos (D1/P0) más seguro que la tasa de crecimiento
    de los mismos (g) en la siguiente ecuación:

    Monografias.com

    Esta ecuación es una derivación del
    denominado "modelo de Gordon" que nos dice que el precio de
    mercado actual de una acción es igual a dividir el valor
    esperado del próximo dividendo (D1) por la diferencia
    entre la tasa de rendimiento requerida de los accionistas
    ordinarios (ke) y la tasa de crecimiento esperada de los
    dividendos de la empresa (g). Por otra parte, el dividendo
    esperado será igual al beneficio por acción
    esperado multiplicado por la tasa de reparto (1-b), mientras que
    la tasa de crecimiento es igual a la tasa de retención de
    beneficios (b) por el rendimiento sobre acciones de la empresa
    (ROE = división entre el beneficio por acción y el
    valor contable de las acciones ordinarias.):

    Monografias.com

    Si ke = ROE entonces el precio teórico de la
    acción sería igual a BPA/Ke, lo que no
    dependería de la política de dividendos. Pero si el
    rendimiento de la nueva inversión (ROE) superase los
    requerimientos de los accionistas (ke), habría que
    aumentar la tasa de retención (b) de los beneficios y
    repartir pocos dividendos, o incluso ninguno (b = 1), si se
    pretende maximizar el valor de las acciones. Si ocurriese lo
    contrario (ke> ROE), lo mejor sería repartir el mayor
    dividendo posible (b = 0). Concretando, si con el dinero obtenido
    a través de los beneficios, la empresa puede obtener una
    rentabilidad superior a la que pueden lograr los accionistas,
    sería preferible no repartir dividendos, con lo que se
    conseguiría aumentar la riqueza de los accionistas. Pero
    si sucediese lo contrario lo ideal sería repartir los
    beneficios a los accionistas.

    Entre las críticas que este modelo ha sufrido
    podemos destacar aquellas que ponen en entredicho el que la tasa
    de retención (b) se mantenga constante durante largo
    tiempo (aunque Lintner demostró que las empresas tienden a
    mantenerla constante o con pocas variaciones), lo mismo se le
    crítica al rendimiento de las inversiones (ROE), puesto
    que ésta suele disminuir conforme aumente el volumen de la
    inversión debido a que la empresa realizará primero
    las inversiones más rentables para acometer seguidamente
    las de menor rendimiento.

    Por otra parte, si b = 1 el precio de la acción
    sería nulo, lo que se contradice con la realidad puesto
    que la ausencia de dividendos no quiere decir que la empresa
    esté atravesando dificultades sino que puede haber
    reinvertido sus beneficios en proyectos muy rentables que
    prometan un mayor dividendo futuro. Por ello muchas empresas que
    reparten pocos dividendos ven como sus acciones tienden a subir
    en el mercado.

    Gordon aduce que la tasa de rendimiento requerida por
    los accionistas (ke) es una función creciente de la tasa
    de retención (b). Ello se debe a que al aumentar las
    retenciones de beneficios se aplaza el pago de dividendos a
    períodos venideros lo que hace dichos pagos más
    arriesgados que los realizados actualmente, de ahí el
    aumento de ke.

    A esto aducen Modigliani y Miller que la mayoría
    de los inversores reinvertirá sus dividendos en la misma
    empresa o en otras similares y, en cualquier caso, el riesgo de
    los flujos de caja de la empresa a largo plazo vendrá
    determinado únicamente por el riesgo de sus inversiones y
    no por su política de dividendos, siempre que las
    políticas de inversiones y de endeudamiento se mantengan
    constantes.

    Claro que una lectura más detenida del modelo de
    Gordon muestra que éste se refiere realmente a un cambio
    en la política de inversión y no en la de
    dividendos. Lo que realmente está diciendo el modelo de
    Gordon es que las empresas que pagan menores dividendos tienden a
    tener inversiones más arriesgadas; o que hay una mayor
    incertidumbre sobre cómo dichas decisiones de
    inversión serán tomadas en el futuro. Y por esta
    razón, y no por los menores dividendos, el mercado
    descuenta el beneficio de las compañías, que
    reparten un menor dividendo, más fuertemente. Concretando,
    los inversores descuentan los beneficios futuros de acuerdo a los
    riesgos financiero y económico que perciben en la empresa,
    y no con relación a la tasa de reparto de beneficios de la
    misma.

    1.2.2 El efecto de los impuestos

    La mayoría de los especialistas están de
    acuerdo en que las ideas de M&M son las adecuadas siempre que
    se cumplan los supuestos básicos de que ambos parten. Por
    ello la posible relevancia de la política de dividendos
    con relación al valor de la empresa podría existir
    cuando dichos supuestos básicos no se cumplen. Uno de
    dichos supuestos es que la política fiscal es neutral con
    relación a los dividendos y a las ganancias de capital,
    pero ¿qué ocurre cuando esto no es
    así?.

    Desde el punto de vista fiscal, las ganancias de capital
    tienen una ventaja sobre los dividendos porque sólo se
    realizan a voluntad del inversor, mientras que los dividendos le
    vienen dados. Ello implica que en el caso de los dividendos, la
    empresa pagará impuestos en el momento en que se los
    entreguen, mientras que podrá diferir el pago de los
    impuestos sobre plusvalías hasta que las realice, lo que
    podrá hacer cuando fiscalmente le sea más
    oportuno.

    1.2.3 La empresa actual

    En efecto, M&M entra en contradicción con las
    empresas que intentan hacer dinero a sus accionistas ajustando
    los niveles de deuda, porque (por lo menos en el mundo idealizado
    en que los economistas operan, y a veces en la práctica),
    esto no funciona. En contradicción con M&M, la
    estructura de capital de las compañías mas
    importantes es uno de los apoyos de los funcionamientos e
    inversiones del negocio. En otros términos, según
    M&M, mucho de lo que los mayores ejecutivos financieros hacen
    hoy en día es también irrelevante.

    Polémico desde el principio, M&M tienen
    críticos suficientes que señalan algunas de sus
    asunciones ideales, o mas bien, irreales: que las
    compañías no tienen que pagar los impuestos; que
    ellos no tienen que pagar las cuotas de abogados cuando ellos
    están en la quiebra; que todas las personas que tratan con
    una empresa (los accionistas, los acreedores, gerentes y otros),
    tienen el acceso a exactamente la misma información; y que
    proporcionando los incentivos a gerentes y supervisores, su
    actuación deben ser un ejercicio trivial.

    Ellos también defienden que hay evidencia
    suficiente para sugerir que la estructura de capital si es
    relevante para una compañía.

    Aun cuando las asunciones que Modigliani y Miller usan
    para empequeñecer la importancia de la estructura de
    capital son poco realistas, su teoría todavía
    sostiene las lecciones importantes para los ejecutivos
    financieros. Los economistas afirman que la mejor manera de
    pensar en las asunciones de M&M es asumiéndolas como
    una serie de condiciones. Así, siempre que la estructura
    de capital sea importante, debe ser porque una o más de
    las condiciones de las que partieron Modigliani y Miller no
    están presentes. Así que el papel del Departamento
    de Finanzas es preguntar cómo la situación de su
    empresa difiere del mundo ideal del modelo, para así poder
    ajustar a su compañía de acuerdo con la estructura
    de capital de la misma.

    1.3 Otras teorías de autores sobre la
    política de dividendos. Ventajas, desventajas y
    diferencias

    La teoría sobre la irrelevancia de la
    política de dividendos defendida por Modigliani y Miller
    es, sin duda, la mejor siempre que el mercado sea eficiente.
    Pero, el mundo real no es precisamente así. En él
    existen impuestos, costes de transacción, comisiones,
    fallos de información, etc. Porque esto es así y
    con ánimo de analizar si el valor de la empresa depende, o
    no, de la política de dividendos han surgido otra serie de
    teorías más acordes con la realidad de los
    mercados. Estas cinco teorías se exponen a
    continuación.

    1.3.1 La teoría de los dividendos
    residuales.

    En un mercado en el que existan costes de emisión
    de acciones, a la empresa le resulta más caro el dinero
    recabado a través de la emisión de acciones que el
    que consigue vía beneficios retenidos. El efecto de los
    costes de emisión es eliminar la indiferencia existente
    entre emitir acciones para financiar los pagos por dividendos
    y

    la financiación interna. Por dicha razón,
    los pagos de dividendos sólo se producirán si los
    beneficios no se utilizan íntegramente para
    propósitos de inversión, esto es, sólo
    cuando haya "beneficios residuales" después de fijar la
    política de inversiones de la empresa. Por eso esta
    política recibe el nombre de teoría de los
    dividendos residuales, que podríamos desglosar en los
    siguientes puntos:

    • 1. Mantener constante el ratio de endeudamiento
      para los proyectos de inver- sión futuros.

    • 2. Aceptar un proyecto de inversión
      sólo si su valor actual neto es positivo.

    • 3. Financiar la parte del desembolso de los
      nuevos proyectos procedente de las acciones ordinarias,
      primeramente utilizando financiación interna y cuando
      ésta se agote, a través de la emisión de
      nuevos títulos.

    • 4. Si quedase alguna financiación
      interna sin aplicar después de asignar los proyectos
      de inversión, se distribuirá vía
      dividendos. En caso contrario no habrá pago de
      dividendos.

    Según esta teoría la política de
    dividendos tiene una influencia pasiva y no incide directamente
    sobre el valor de mercado de las acciones.

    • El efecto clientela

    En un mercado eficiente los inversores podrían
    diseñar su propia política de dividen- dos sin
    más que vender más acciones o recomprarlas,
    respectivamente, según quiran más o menos
    dividendos que los repartidos por la empresa. Pero en un mercado
    en el que existen costes de transacción el mero hecho de
    comprar o vender títulos le resultaría más
    caro al inversor que tendría que pagar unos costes de
    transacción además, claro está, de que
    tendría que pagar los impuestos respectivos por recibir
    los dividendos o por las plusvalías en el caso de la venta
    de títulos.

    Como resultado, de estas consideraciones los inversores
    podrían no estar interesados en adquirir o vender las
    acciones que les permitan diseñar su propia
    política de dividendos. De tal forma que si tienen una
    política de dividendos determinada buscarían
    aquella empresa que la satisfaga, con preferencia a realizarla
    por sí mismos debido al coste añadido que ello
    tendría. De esta forma las empresas e inversores que
    prefieren grandes dividendos líquidos invertirán en
    aquellas empresas que se los proporcionen, mientras que las que
    los prefieran pequeños buscarán las
    compañías que tengan dicha política. Por
    ello esta teoría recibe el nombre de efecto clientela,
    pues cada empresa tendrá sus propios
    inversores-clientes.

    A menos que haya una mayor demanda agregada sobre una
    política de dividendos determinada que esté siendo
    satisfecha en el mercado, dicha política sigue siendo
    inocua de cara a la valoración de las acciones, es decir,
    una política es tan buena como otra cualquiera. Si la
    empresa cambiase su política de dividendos vería
    como cambian los inversores de la misma en busca de una
    readaptación de sus inversiones.

    1.3.3 El valor informativo de los
    dividendos

    Las alteraciones en la política de dividendos
    proporcionan información al mercado de valores. Un aumento
    en los dividendos esperados puede ser interpretado como una buena
    noticia. Un recorte de los mismos podría indicar malas
    noticias. Su completa eliminación, en un número
    importante de sectores, sería el síntoma de que
    algo grave le ocurre a la empresa.

    Como sabemos, en un mercado eficiente los precios de los
    títulos reflejan toda la información disponible
    porque los inversores tienen acceso a la misma. Sin embargo, en
    la realidad esto no suele suceder y los inversores no lo saben
    todo acerca de los flujos de caja esperados, ni acerca del riesgo
    asociado a los mismos. De hecho, los directivos estarán
    mejor informados que los accionistas y que el propio mercado (a
    esto se le denomina información asimétrica).
    Así que la eficiencia del mercado de valores en cuanto a
    la generación de buenas estimaciones del valor
    intrínseco de las acciones depende, en cierto modo, de la
    capacidad de los directivos de comunicar información
    económica al mercado. Y la política de dividendos
    proporciona un vehículo ideal para comunicar tal
    información a los accionistas. De hecho, tal vez sea
    éste el principal papel de dicha política. Es
    decir, una elevación de los dividendos es un anuncio de la
    directiva de que los flujos de caja esperados van a superar a los
    obtenidos en el pasado.

    Si dicha información no fue anticipada por el
    mercado, entonces la noticia será seguida de un alza de
    precios (fig.1). Pero, ¡ojo!, no es el dividendo el que ha
    alterado el precio, sino la nueva información relacionada
    con las expectativas de generación de recursos de la
    empresa, que ha sido incorporada inmediatamente en el precio del
    titulo. Resumiendo, en un mercado eficiente, los accionistas
    anticipan el anuncio del dividendo; y si al producirse su
    distribución, éste fuese superior al anticipado, se
    produciría un alza de los precios de las acciones al
    indicar que las expectativas de ganancias futuras son superiores
    a las inicialmente supuestas por el mercado (fig.1).Si el
    dividendo fuese inferior al esperado se produciría un
    descenso en los precios por el motivo contrario al
    expuesto.

    Es necesario señalar que esto último no
    siempre sucede, pues si se cumplen ciertas condiciones un recorte
    de los dividendos esperados puede ser una buena noticia. Ello
    puede ocurrir cuando una empresa que tiene varias oportunidades
    de inversión rentables, dispone de poca liquidez y, al
    mismo tiempo, le es muy costoso el conseguir financiación
    externa; el valor de las acciones de la empresa puede aumentar
    como consecuencia de una reducción de los dividendos y un
    aumento de las inversiones. Ahora bien, la condición
    fundamental para que esto se cumpla es que el mercado se entere
    de todo esto y lo perciba como algo positivo.

    Monografias.com

    Fig.1 El efecto del anuncio de los dividendos sobre el
    precio de las acciones

    Por ejemplo, esta situación se da en las empresas
    de sectores en crecimiento

    (Microsoft, Intel, Compaq, etcétera), cuyos
    accionistas buscan ganancias de capital, antes que dividendos,
    porque prefieren los mayores rendimientos derivados del creci-
    miento de las empresas. De hecho, estas empresas tienen por
    costumbre no repartir dividendos; por ello, al anunciar un
    reparto de beneficios están diciendo al mercado que ya no
    hay inversiones tan suculentas como antes y que van a pasar a ser
    empresas con un menor crecimiento. El resultado es una bajada del
    precio de sus acciones para reflejar las menores expectativas
    existentes. Otra política alternativa seguida por este
    tipo de empresas con el dinero sobrante es la recompra de
    acciones (véase el epígrafe

    10), que es un procedimiento que le da una mayor
    flexibilidad que el tener que prever unos dividendos semestrales
    o trimestrales.

    Este efecto informativo de los dividendos es una muestra
    de la denominada asimetría informativa, es decir, del
    diferente grado de accesibilidad a la información
    existente entre los propietarios y los gerentes, pues
    éstos últimos tienen una informa- ción
    privilegiada sobre la marcha de la empresa de la que no disponen
    los accionistas. Así, en un mercado con riesgo, los
    dividendos son un medio de minimizar cualquier desajuste que
    pueda surgir en el precio de las acciones como resultado de la
    asimetría informativa. Los dividendos, también,
    pueden ser importantes en cuanto que la dirección de la
    empresa no tenga otro medio fiable de informar a los inversores
    sobre los beneficios esperados.

    1.3.4 La teoría de las
    expectativas

    La denominada teoría de las expectativas parte de
    la idea de que lo importante en la Economía, no es tanto
    lo que sucede actualmente, como lo que se espera que suceda. Esto
    es, en la fecha en que la empresa realiza el anuncio de los
    dividendos a repartir, el mercado ya se ha formado una
    expectativa sobre los mismos, la cual se ha basado en las
    estimaciones del mercado sobre los beneficios de la
    compañía, sobre sus oportunidades de
    inversión y sobre sus planes de financiación.
    Estimaciones que, a su vez, se han basado en la idea que el
    mercado tiene acerca del estado de la economía nacional e
    internacional, de la industria, de la política fiscal,
    etc. La expectativa que el mercado tiene sobre dichos dividendos
    se verá reflejada automáticamente en el precio de
    las acciones de la empresa.

    Así que si cuando se produce el anuncio de los
    dividendos, éstos coinciden con lo esperado por el
    mercado, no se producirá ninguna variación en el
    precio de los títulos. Pero, si se anuncia más de
    lo esperado el precio ascenderá y si se anuncia me- nos el
    precio descenderá. Supongamos que el mercado espera un
    dividendo mayor del actual debido a que opina que la empresa
    tiene unas mayores expectativas de beneficios. Ello haría
    ascender el precio de la acción antes del anuncio del
    reparto de dividendos y reduciría, consecuentemente, el
    rendimiento sobre el dividendo (D1/P0). Pero si llegado el
    momento, dicho aumento en el dividendo no se produce, el mercado
    lo interpretará como malas noticias, el precio de la
    acción descenderá, aumentándose el
    rendimiento sobre el dividendo. En resumen, si existe una
    diferencia entre el dividendo anunciado y el esperado, lo
    más probable es que asistamos a una variación en el
    precio de la acción.

    2. Teoría de la agencia o costos de
    agencia

    Modigliani y Miller demostraron que si los mercados
    financieros eran eficientes, la política de dividendos era
    irrelevante a la hora de aumentar el valor de la empresa. Por
    otro lado, para que esto último fuese así, uno de
    los supuestos básicos implicaba que los directivos
    deberían cumplir el objetivo de maximizar el valor de la
    empresa para sus accionistas, lo que haría que los
    intereses de los accionistas fuesen acordes a los de los
    directivos.

    Pero, ¿qué ocurriría si el mercado
    financiero no fuera eficiente?, ¿podría dicha
    ineficiencia hacer que la política de dividendos sí
    fuese relevante?. Una posible ineficiencia sucede precisamente en
    el incumplimiento del objetivo señalado en el
    párrafo anterior por parte de los directivos. Según
    éste, si tuviésemos dos empresas idénticas
    salvo en lo correspondiente a la distribución de su
    capital social, de tal manera que una estuviese dirigida por sus
    propietarios (pocos accionistas), mientras que otra lo fuera por
    directivos contratados al efecto (muchos accionistas), su valor
    de mercado sería el mismo, si las restantes variables se
    mantienes inalterables.

    Si el mercado del "control empresarial" fuese eficiente,
    cualquier empresa que se desviase del objetivo final
    señalado anteriormente, vería descender su precio
    de mercado, lo que la llevaría a terminar siendo adquirida
    por otros directivos más capaces. Esto también
    implica un buen funcionamiento del mercado de trabajo, en orden a
    poder sustituir a los directivos que no defienden los intereses
    de sus accionistas por otros que sí lo hagan. Ahora bien,
    si ambos mercados no funcionan eficientemente, como así
    parece suceder, uno de los supuestos de MM se viene abajo, dando
    lugar a lo que, Jensen y Meckling denominaron como costos de
    agencia. Es decir, al problema de la separación entre
    propiedad y control, el cual explica una parte bastante
    importante del comportamiento, que no parece ser racional a la
    luz de los supuestos de los mercados perfectos.

    Por mucho tiempo se ha reconocido que la
    separación de la propiedad y control en la
    corporación moderna genera conflictos potenciales entre
    los dueños y los administradores. En particular, los
    objetivos de la administración pueden diferir de los
    objetivos de los accionistas de la empresa. En una gran
    corporación, la propiedad de las acciones puede estar tan
    extendida, que los accionistas no pueden hacer saber sus
    objetivos, y mucho menos influir o controlar la
    administración. Así la separación de la
    propiedad de la administración crea una situación
    en la que ésta última actúa en
    función de sus propios intereses en vez de los de los
    accionistas.

    Podríamos pensar que la administración es
    un agente de los dueños. Los accionistas, esperando que
    los agentes actúen en función de los accionistas,
    les delegan la autoridad de tomar decisiones. Jensen y Meckling
    (1976) fueron los primeros en desarrollar una teoría
    completa de la empresa bajo los acuerdos de "agencia". Ellos
    muestran que los principales, en nuestro caso los accionistas,
    pueden asegurar que los agentes (administrativos) harán
    decisiones óptimas sólo si dan los incentivos
    apropiados y el agente es supervisado. Los incentivos incluyen
    opciones sobre las acciones, bonos y obvenciones (tales como
    automóviles de la compañía y oficinas
    costosas), y éstos deben estar directamente relacionados
    con la coincidencia de las decisiones de la administración
    con los intereses de los accionistas. La supervisión se
    realiza al darle bonos al agente, revisar en forma
    sistemática obvenciones de la administración, hacer
    auditorias de los estados financieros y limitar las de la
    administración. Estas actividades de supervisión
    incluyen necesariamente costos, un resultado inevitable de la
    separación de la propiedad y el control de una
    corporación. Entre menor sea el porcentaje de la propiedad
    de los administradores, menor será la probabilidad de que
    ellos intenten maximizar la riqueza del accionista de una manera
    consistente, y mayor será la necesidad de accionistas
    externos que supervisen sus actividades.

    Algunas personas sugieren que la supervisión
    monitoreo primaria de los administradores no proviene de los
    dueños sino del mercado de trabajo administrativo.
    Sostienen que los mercados de capital eficientes proporcionan
    señales acerca del valor de los valores de una empresa, y
    por consiguiente, acerca del desempeño de sus
    administradores. Si lo necesitaran, los administradores con
    buenos antecedentes de desempeño encontrarían otro
    trabajo más fácilmente que los administradores cuyo
    desempeño es pobre. Así, si el mercado de trabajo
    administrativo es competitivo tanto dentro como fuera de la
    empresa, tendera a disciplinar al administrador. En ese caso las
    señales dadas por los cambios en el valor total en el
    mercado de los valores de la empresa, se volverán muy
    importantes.

    Para que la administración tome decisiones
    óptimas por cuenta de los accionistas es importante que no
    sólo tengan los incentivos correctos (sueldos, primas,
    opciones de acciones y gratificaciones), sino también que
    sean supervisados. La verificación se puede realizar
    mediante acciones tales como afianzar a los agentes, auditar los
    estados financieros, evaluar los activos en cuanto a su valor y
    limitar en forma explícita las decisiones de
    administración. Los acreedores supervisan el
    comportamiento de la administración y los accionistas
    imponiéndoles cláusulas restrictivas de
    protección en los convenios de préstamos entre el
    prestatario y el prestamista. Las actividades de
    verificación descritas incluyen necesariamente
    costos.

    2.1 Costos de agencia

    La medida de los costes de agencia consiste en la
    diferencia entre el valor de mercado de la empresa cuando su
    equipo directivo es el propietario de la totalidad de la misma y
    su valor cuando dicho equipo posee menos del cien por ciento de
    la misma.

    Los costos de agencia están estrechamente
    relacionados con los costos de quiebra, en relación con su
    repercusión sobre la estructura del capital. Se puede
    pensar en la administración como agentes de los
    dueños de la empresa, los accionistas, como se
    mencionó en el contexto anterior. Estos accionistas,
    confiando en que los agentes actuarán de acuerdo con sus
    mejores intereses, delegan en ellos la autoridad de tomar
    decisiones.

    Los directivos, con objeto de reducir dichos costos de
    agencia, suelen tomar una serie de medidas como, por ejemplo, la
    realización de auditorías externas de la empresa,
    el establecimiento de cláusulas de protección por
    parte de los acreedores, el establecimiento de incentivos
    (opciones sobre acciones, por ejemplo), etc., todo ello con el
    objetivo, adicional, de proporcionar información a los
    inversores sobre las acciones e intenciones de los directivos. A
    dichas medidas reductoras de los costes de la separación
    entre la propiedad y el control podríamos incluirles la
    política de dividendos.

    Efectivamente, si al repartir dividendos es necesario
    acudir al mercado financiero para financiar dicho reparto, a
    través de la ampliación de capital correspondiente,
    los suministradores de capital no acudirán a la llamada de
    la empresa a menos que reciban nueva información sobre los
    usos que la directiva piensa dar a dichos fondos, de esta manera
    los accionistas actuales podrán conseguir nueva
    información sobre las intenciones de los directivos a
    través de este proceso. En este caso la política de
    dividendos puede realizar una significativa contribución
    al valor de la empresa.

    Entre otras cosas Jensen y Mekling muestran que,
    independientemente de quién realice los gastos de
    supervisión, en definitiva el costo recae sobre los
    accionistas. Por ejemplo, los tenedores de deuda, previendo
    gastos de verificación, cargan intereses más altos.
    Mientras mayores sean los probables costos de supervisión
    será más alta la tasa de interés y
    será menor el valor de la empresa para sus accionistas, si
    todos los demás factores permanecen iguales. La existencia
    de costos de verificación actúa como un disuasivo
    para la emisión de deuda, en particular más
    allá de un importe prudente. Es probable que el importe de
    la supervisión exigida por los tenedores de deuda aumente
    con el monto de la deuda pendiente. Cuando existe poca o ninguna
    deuda, los prestamistas pueden llevar a cabo solo verificaciones
    limitadas; mientras que cuando existe un gran monto de deuda,
    pueden insistir en una verificación amplia. Los costos de
    supervisión, al igual los costos de quiebra,
    tenderían a aumentar a una tasa creciente con el
    apalancamiento financiero.

    3. Teoría o estructura
    contractual.

    Partes: 1, 2, 3, 4

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