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Etica, derechos humanos y mediación en la administración pública



  1. Síntesis
  2. Ética
  3. Derechos Humanos

Síntesis

En este artículo presentaremos una serie de
reflexiones en relación a la Ética, Derechos
Humanos y Mediación considerando que las funciones del
Estado que han sido modificadas por una realidad en constante
cambio y que actualmente hemos visto tristemente afectada por la
ausencia de valores en donde predominan los intereses y la
mercadotecnia que es el motor con el que gira el
mundo.

En este sentido del cambio, en las funciones del Estado
resulta de importancia cobijarse en viejas y nuevas concepciones;
la Ética, que tuvo su origen desde los griegos hasta los
Romanos para consolidarse e integrarse con las filosofías
de San Agustín de Hipona y de Santo Tomás de Aquino
y posteriormente con Emanuel Kant, para incorporarse, actualmente
como una nueva opción de comportamiento
político.

Analizamos los Derechos Humanos, como una de las
atribuciones ampliadas del Estado, como garante de la paz
pública.

La Ética la podemos comprender como las reglas de
"mi actuar frente al otro" en tanto que los Derechos Humanos son
el reconocimiento del otro o los otros representados por el
Estado en relación a mis derechos
mínimos.

Recientemente, aparecen los medios alternativos de
solución de conflictos, entre otros la mediación,
que es un nuevo sistema en el que los individuos generan su
propia solución al conflicto de forma pacífica, en
donde interviene particularmente la voluntad de las
partes.

Dado lo anterior podemos decir que los medios
alternativos de solución de conflictos son instituciones
de reestructuración de comportamiento social.

Ética

La Administración Pública, requiere de
nuevas instituciones, que regulen la actividad de los
funcionarios, en su relación con el quehacer
público. Recientemente los teóricos señalan
a la Ética, a los derechos humanos y a la
mediación, como instituciones que vale la pena revisar
desde las ópticas en que se fueron creando, para estudiar
si los conceptos en las que se formaron siguen vigentes, en esta
forma, pretendemos revisar diferentes marcos conceptuales para
corroborar si los viejos conceptos, siguen vigentes o deben ser
revisados a la luz de los tiempos modernos.

Sobre la Ética nos señala Raúl
Gutiérrez Sáenz, la Ética es una materia
filosófica con carácter eminentemente humano, o
mejor humanístico, la razón es que los problemas
propios de la Ética atañen a cada persona de un
modo íntimo[1]

A la pregunta si la Ética es una ciencia el autor
de referencia nos señala que es una ciencia en primer
lugar, la ética tiene carácter netamente
científico, es una ciencia. El hombre se eleva por encima
de los conocimientos puramente empíricos y alcanza el
nivel científico cada vez que sabe dar la causa de lo que
conoce, cada vez que pueda explicar el porqué del
fenómeno o hecho de que se
trata[2]

La Ética es una ciencia justamente, porque
explica las cosas por sus causas; se trata de emitir juicios
sobre la bondad o maldad moral de algo, pero dando siempre la
causa o razón de dicho juicio[3]

La Ética, en cuanto ciencia, que es, tiene
carácter eminentemente racional significa que no es
producto de la emoción o del instinto. Tiene como
órgano básico la razón y es ciencia porque
es racional[4]Definir a la Ética como
ciencia nos permite considerar que muchos de los conceptos que se
han generado siguen teniendo validez universal para la
administración de la cosa pública.

No es lo mismo, saber simplemente por saber, que saber
para actuar. La Ética es un saber para
actuar[5]

La Ética es una ciencia normativa. Es decir da
normas para la vida, orienta la conducta práctica, dirige,
encauza las decisiones libres del hombre, es rectora en la
conducta humana; no estudia lo normal de hecho, sino lo normal de
derecho. Lo normal de hecho es lo que suele suceder, lo que
estamos acostumbrados a constatar. Lo normal de derecho es lo que
debería suceder, aunque no suceda siempre o tal vez
nunca.

Gutiérrez Sáenz nos dice por ejemplo que,
en ciertos casos lo normal es que la mitad de los empleados
lleguen retrasados a su trabajo. Uno de ellos se defendió
ante una llamada de atención contestando que allí
es lo normal esa impuntualidad.

La respuesta, en lenguaje técnico, sería:
"Eso es lo normal de hecho, pero no lo normal de derecho". Eso es
lo que suele acontecer, pero no lo que debe suceder.

Lo correcto es que todo el mundo llegue a tiempo, aun
cuando esa regla no sea cumplida por algunos.

La Ética no estudia lo normal de hecho, sino lo
normal de derecho, lo que debe suceder, lo establecido como
correcto de un modo racional, aun cuando de hecho la conducta
humana se realice de otro modo
ordinariamente[6]Una vez definido el concepto de
lo que es ética y cuál es su campo de estudio
debemos estudiar las diferencias entre ética y conceptos
como moral, derecho y educación.

La Ética es una ciencia para la vida, para normar
y dirigir la conducta práctica del hombre y se define como
que "Es una ciencia práctica y normativa que estudia
racionalmente la bondad y maldad de los actos
humanos"[7].

La palabra moral viene del latín mos, moris, y
significa costumbre. La Moral sería, pues, una ciencia de
las costumbres. En la actualidad, o se la toma como
sinónimo de Ética, o designa el nivel en que de
hecho se realizan los valores de la Ética.

La Ética estudia reflexivamente el fundamento de
la conducta moral. De nuevo, pues, la Moral, está en el
plano de hecho; y la Ética, en el plano de
derecho[8]

La diferencia seria pues que la Ética es un deber
ser y la Moral un ser.

En relación al derecho es un conjunto de normas
que rigen la conducta humana, y en esto se pone la
Ética.

Pero la diferencia consiste en que la Ética se
refiere básicamente a las normas naturales mientras que el
Derecho está constituido básicamente por normas
positivas. Las normas naturales están inscritas en la
naturaleza misma de las cosas; el hombre no las inventa, sino que
las descubre. En cambio las normas positivas son producidas por
el hombre, sea por la fuerza de las costumbres, sea por
legislación especial de las autoridades.

La diferencia está en el tipo de normas que
tratan cada uno en su especialidad: normas naturales, en el caso
de la Ética; normas positivas, en el caso del
Derecho[9]

Esta diferencia entre las normas de derecho positivo y
Ética han provocado que cuando la norma positiva sea
injusta o viole un derecho humano, se debe acudir a los
principios éticos.

La diferencia con la educación es que tiene
muchas acepciones. Pero aquí daremos una noción
que, aunque no está muy divulgada, es, sin embargo, de
mucha utilidad en la vida práctica. "Educar a una persona
es "lograr que haga lo que debe hacer, por sí
misma"[10].

La Ética y la Educación se refieren a "lo
que se debe hacer". Pero la Ética sólo muestra y
demuestra "lo que se debe hacer". La Educación, en cambio,
logra que la persona actúe conforme a lo que debe hacer,
por propio convencimiento. Es una desgracia, pero puede darse el
caso de una persona que sepa mucha Ética, y sin embargo no
la practique[11]

En síntesis: la Ética nos dice lo que se
debe hacer, la Educación lo realiza por propio
convencimiento[12]

Haremos una descripción de la libertad ya que sin
libertad no sería posible usar la ética en los
actos humanos. Gracias a la libertad es como se hace posible un
acto humano bueno desde el punto de vista de la Ética. Sin
Libertad no hay Ética
posible[13]

Considerando el sentido que queremos dar a nuestra
investigación daremos la definición de libertad
humana:

Una vez señaladas las diferencias entre la
ética, la moral, el derecho y la educación debemos
revisar el acto de elegir que finalmente es la
materialización del deber y la realidad o sea cuando el
acto ético o no lo hacemos objetivo.

Sobre el acto de elegir debemos considerar con
Raúl Gutiérrez Sáenz que los hombres eligen,
se deciden, adoptan una dirección en lugar de otra. A
veces, inclusive, tiene que reflexionar seriamente los variados
caminos que se van proponiendo para poder decidirse y elegir uno,
al mismo tiempo que desechan los demás.

Los hombres eligen, se deciden, adoptan una
dirección en lugar de otra. A veces, inclusive, tienen que
reflexionar seriamente frente a los varios caminos que se van
proponiendo para poder decidirse y elegir uno, al mismo tiempo
que desechan los demás[14]

Toda elección supone una renuncia. El hombre se
ha visto en la penosa necesidad de tener que conformarse con un
camino entre varios, no puede adoptar todos
simultáneamente. Este aspecto de la libertad es uno de los
menos explicados; pero es tal vez el que produce mayores zozobras
en el momento mismo en que es eminente la
decisión[15].

Lo anterior nos revela un aspecto negativo del uso de
nuestra libertad, por otro lado, se encierran grandes riquezas
dentro de este hecho innegable en la vida del hombre: la
elección. Gracias a esta facultad de elegir, el hombre se
hace dueño de sus propios actos; él es el
señor de su conducta, es el artífice de su vida,
pues elegir algo es lo mismo que elegirse, es decir, fabricarse
el tipo de vida que se ha querido. Lo típico de la
libertad es, pues, este poder de
elección[16]

Para elegir se requiere de voluntad y de inteligencia
según nos comparte Gutiérrez Sáenz en el
siguiente fragmento:

La elección se realiza por medio de una facultad
que es la voluntad en este sentido el acto en la
Administración Pública debe estar regulado por el
derecho en tanto el principio de legitimidad y la conducta no
normada debe regularse por principios éticos y moralmente
aceptados. La elección se realiza por medio de una
facultad que es la voluntad. El hombre se decide gracias a su
voluntad. Es en ella donde reside esta cualidad o aptitud para
elegir algo. La voluntad es una facultad del hombre, es una
inclinación de tipo racional, dirigida hacia el bien en
general.

Pero, como condición necesaria para que el hombre
adopte una decisión voluntaria, es preciso que
previamente, o casi simultáneamente; haya visto con su
inteligencia ese camino a escoger. No se escoge sino lo que se
conoce. Y es la inteligencia la encargada de proponer a la
voluntad los caminos que son
viables[17]

El mecanismo del acto libre no es tan sencillo. Por lo
menos intervienen estas dos facultades ya mencionadas: la
inteligencia y la voluntad. El hombre, con su inteligencia, se
asoma al horizonte y vislumbra los caminos a escoger, y
enseguida, con su voluntad, adopta uno de ellos.

En esta colaboración de las dos facultades es
donde tiene lugar ese fenómeno tan característico
del hombre en uso de su libertad, a saber: la
deliberación. Deliberar significa pesar razones en pro y
en contra, en relación con los diversos caminos que
propone la inteligencia.

El autor en mención resalta que siempre elegimos
un bien; la voluntad es la facultad que se inclina siempre por lo
bueno, sin embargo no es lo mismo elegir un bien y elegir bien,
en el siguiente punto lo detalla:

El objeto de la elección voluntaria es siempre un
bien. Siempre elegimos un bien. Al revés de lo que
ordinariamente se piensa, la libertad no es una facultad para
elegir entre el bien y el mal. Si no fuera bueno no lo
elegiríamos. Nuestra voluntad se inclina siempre por lo
bueno. Esto podría provocar inmediatamente reacciones
negativas o de confusión, si no se aclara en el acto que
no es lo mismo elegir un bien y elegir bien.

Siempre elegimos un bien, pero, naturalmente, no siempre
elegimos bien. Con la anterior expresión queda claramente
diferenciado el nivel ontológico y el nivel moral. Siempre
elegimos un bien (ontológico); pero no siempre elegimos
bien (moralmente hablando)[18].

Raúl Gutiérrez Sáenz concluye:
siempre elegimos un bien; y, cuando se dice que somos libres para
el bien o para el mal, en realidad se quiere decir que somos
libres para elegir bien o elegir mal. El bien o el mal se
refieren a la elección misma no al objeto
elegido.

La libertad presenta, según este autor en
resumen, las siguientes
características[19]

1.- Es una cualidad por la cual elegimos
algo.

2.- Depende básicamente de la voluntad; pero
tiene como condición necesaria una previa
deliberación, la cual depende ante todo de la
inteligencia.

3.- El objeto elegido siempre es un bien. Lo cual no
significa que siempre elijamos bien.

4.- El objeto de la elección es un bien, sea real
o, al menos aparente. Y, en último caso, se trata de un
aspecto de bondad, que puede coexistir con valores negativos
dentro del mismo objeto.

Surge, pues, la siguiente definición de la
libertad humana: "es una cualidad de la voluntad, por la cual
elegimos un bien."

Queda claro, sin embargo, que, gracias a la libertad, el
acto del hombre se convierte en acto humano, y, gracias a ella,
este acto empieza a adquirir un valor
moral[20]

El hombre tiene la propiedad de actuar en vista de un
fin; no se encierra en el acto presente que está
realizando, sino que se asoma hacia un horizonte que pretende, y
que da sentido a su conducta actual[21]

Todo acto humano tiene marcado un sello, una especie de
flecha ó dirección que nos dice cuál es la
intención del que lo ejecutó.

La intención existe en el fondo del sujeto y
puede quedar totalmente oculta para las demás
personas.

La intención es la finalidad u objetivo que
persigue una persona al ejecutar un acto concreto. Esa
intención puede hacer variar considerablemente el valor
moral de un acto. Reside en el interior de la persona. La madurez
del hombre produce una mayor claridad, amplitud y
elevación de los fines impuestos a la conducta.

Asimismo nos explica las clases de fin en el que hace
una distinción entre el fin operis y el fin operandis
(intención, objetivo, finalidad) desprendidos de la
intención y lo muestra claramente en el párrafo que
a continuación les mostramos:

La intención es lo mismo que el fin señala
Gutiérrez Sáenz [22]que se ha
propuesto el que ejecuta el acto. Y acerca de la noción de
fin se han esclarecido en la filosofía escolástica
ciertos puntos de vista que son muy útiles en
ética.

El fin tiene dos significados importantes, es lo mismo
que intención, objetivo finalidad; el fin como
intención u objetivo tiene una doble
visión.

a)Primero, puede tratarse del fin próximo,
último o intermedio. El fin próximo es el que se
subordina a otros. El fin último no se subordina a
ningún otro.

El fin intermedio participa de los otros dos, es decir,
se subordina a otros, y también a él se subordinan
otros. Por ejemplo: me dirijo a la sala y hojeo el
periódico: mi fin próximo es escoger un cine; mi
fin intermedio es divertirme, y mi fin último es la
felicidad que siempre busco.

b)En una segunda división, que es mucho
más importante, el fin como intención puede ser fin
operis y fin operandis. El fin operis es el que tiene por propia
naturaleza la obra o acto ejecutado. El fin operandis es el que
de hecho intenta el que ejecuta una acción. Por ejemplo:
un carpintero fabrica una silla. Este mueble tiene un fin operis,
es decir, sirve para sentarse; tal es su finalidad propia que
emana de su naturaleza. Y el fin operandis, en este acto, es la
intención que de hecho tuvo el carpintero al fabricarla,
como ganar dinero para su sustento.

En cada acto humano, se pueden distinguir el fin operis
y el fin operandis. Pueden coincidir o ser diferentes, como en el
ejemplo citado. Lo importante del asunto consiste en hacer notar
desde ahora que, independientemente de la intención que de
hecho tenga el sujeto al ejecutar un acto, éste ya tiene
por propia naturaleza una finalidad marcada de acuerdo con sus
características. Ya veremos que, en algunas situaciones,
el hombre no tiene libertad moral para cambiar, desvirtuar o
rebajar el fin propio del acto (fin operis). Solamente a manera
de ejemplo ilustrativo señalamos aquí el caso de
las profesiones, que tienen por propia naturaleza una finalidad
de tal modo que el hombre debe ajustar sus propios fines al de
dichas profesiones; de lo contrario rebaja la profesión y
rebaja su conducta.

Similar caso es el de la amistad, el amor, el
matrimonio, la sexualidad, la educación, la
alimentación, el trabajo, la autoridad, la propaganda, las
instituciones. Con esto ya se puede vislumbrar con mayor claridad
el carácter normativo que tiene la Ética. El fin
operis va a regir en muchos casos el fin operandis; o dicho de
otro modo, el fin propio del acto es de tal manera que el sujeto
no puede menos que plegar sus intenciones libres dentro del marco
impuesto por la naturaleza de la cosa.

Se feliz es la intención innegable del hombre y
lo muestra en todo momento en cuanto a esta determinada
búsqueda, nuestro autor nos comenta lo
siguiente:

Una de las aplicaciones más profundas de esta
división del fin (operis y operandis) es la
consideración del hombre en sus dos aspectos: como
creatura, es decir, como obra ejecutada por Dios, y, luego, como
autor de actos libres. Dada esta doble cualidad del hombre,
resulta que tiene los dos tipos de fines, un fin operis, puesto
que es obra de Dios, y un (o varios) fin operandis, en cuanto
ejecutor de obras. Surge, pues, la pregunta: ¿Cuál
es el fin operis del hombre? ¿Cuál es la finalidad
impresa en la naturaleza de todo ser
humano?[23]

Aristóteles se hizo esta pregunta y
respondió: el fin propio del hombre es su felicidad; todo
hombre, por propia naturaleza, necesariamente tiende a la
consecución de su felicidad, y de tal manera que cualquier
otro fin en su conducta queda subordinado a esta intención
suprema y, por tanto, última: la felicidad.

Y en efecto, analizando la naturaleza humana, se nota
que, en lo más íntimo de todas las intenciones del
hombre, de un modo necesario y determinado, está esa
especie de flecha o brújula que va orientando toda la
conducta: el deseo de la propia felicidad.

Hasta el suicida, o el anormal, lo que en el fondo
persiguen es la felicidad, en términos modernos podemos
decir que se busca la felicidad y se evitan los dolores
físicos o mentales, así el fin Ético es la
búsqueda del placer, la conducta inmoral es cuando el
daño causado es mayor al beneficio obtenido.

El hombre marca su conducta con ciertas finalidades que
elevan o denigran su misma actuación externa. Pero antes
de que se ejecute un acto humano, ya éste posee
intrínsecamente, de acuerdo con su naturaleza, una
finalidad propia, a la cual es necesario ajustarse según
sea el caso.

Derechos
Humanos

Con el fin de comprender mejor como se han desarrollado
los Derechos Humanos a través del Derecho, vinculando
éste, a una Administración Judicial pronta y
expedita, donde el Estado a través de sus sistemas
judiciales, sirve de garante para que los particulares tengan
como garantías estos derechos humanos, en donde se destaca
el derecho a los medios alternativos de administración de
justicia tomaremos en consideración lo
siguiente:

Uno de los sociólogos quien en su libro "El
Crepúsculo del Deber" publicado en 1994, realiza un
análisis de las sociedades posmodernas y las describe como
aquéllas en las que se han ido eliminando gradualmente
todos los valores tradicionales que generaciones pasadas
seguían apasionadamente es Gilles
Lipovetsky[24]

A partir de la ilustración y durante
aproximadamente dos siglos y medio (entre los años 1700 y
1950), los modernos rechazaron la sujeción de la moral a
la religión y tuvieron la ambición de establecer
una moral independiente, de dogmas religiosos, que no recurriera
a ninguna verdad revelada: una moral liberada de los miedos y
recompensas de un más allá. Durante esta
época se llevó al máximo la profesión
de las virtudes laicas, virtudes en las que se exaltaba, el culto
a la familia, a la patria o a la historia. Y se manifestaba, como
principal, un nuevo valor: el individuo humano;
proclamándose principios universales e incuestionables que
derivaban en un ideal de soberanía individual y de
igualdad civil. Lipovetsky, considera que este tipo de moralidad
moderna ha funcionado como una religión del deber laico,
en la que los deberes derivan de los derechos fundamentales del
individuo que, al ser universales y por lo tanto inviolables,
tienen un carácter
obligatorio[25]

Con respecto al planteamiento de los Derechos Humanos,
encontramos que a finales del siglo XVIII surgieron tanto en
Estados Unidos como en Europa, los primeros esfuerzos concretos
por luchar por el respeto a la dignidad e igualdad humana. Pero
fue hasta el 10 de diciembre de 1948 que se estableció la
Declaración de las Naciones Unidas
(ONU)[26].

Los derechos humanos se han definido como: "Derechos
Básicos inherentes a los seres humanos […] Se
describen como: inalienables: no pueden privarte de ellos;
indivisibles: todos son importantes y por igual;
interdependientes: todos forman parte de una trama entrelazada de
derechos"[27].

En lo que se refiere a los Derechos Humanos, encontramos
que la discusión sobre su fundamentación "es un
conflicto moral, y por tanto, las distintas formas de
justificarlos obedecen a la posición que se tome respecto
al fundamento de la moral " es por esto que "contar con bases
sólidas con respecto a la ética y sus distintas
propuestas es esencial para poder considerar a la idea de
derechos humanos de manera justa"[28].

En las últimas décadas, el tema de los
derechos humanos ha tenido un auge sin precedentes. Se habla de
la defensa de los derechos de grupos vulnerables, se lleva a cabo
todo tipo de convenciones y se firman acuerdos tanto en el
ámbito nacional como internacional; pero poco se habla de
sus raíces morales, de la facticidad ética de los
mismos, es decir su posibilidad de existencia desde su fundamento
ético. "La idea de derechos humanos surge de la necesidad
de defender la dignidad de toda persona, y que toda persona, en
sí misma y en su relación con sus semejantes,
cuenta con un deber hacia esa dignidad, propia de la naturaleza
humana"[29].

El derecho de acceso a la justicia, previsto por el
artículo 17 Constitucional supone la obligación del
Estado de crear, los mecanismos institucionales suficientes para
que cualquier persona que vea conculcado, alguno de sus derechos
fundamentales o cualquier otro tipo de derechos pueda acudir ante
un tribunal dotado de las suficientes garantías para
obtener la reparación de esa violación. Es
importante señalar, y así lo ha considerado la
Corte Interamericana de Derechos Humanos, que ese Derecho, no se
satisface por el mero hecho de que algún recurso
jurisdiccional esté previsto en la Legislación del
Estado, sino que ese recurso debe ser efectivo en orden a la
protección de los derechos[30]

La solución al problema del acceso a la justicia
no es fácil, pero podrían intentarse algunas
reformas sectoriales que contribuyeran a disminuir ante los
tribunales las crecientes desigualdades sociales que se han
producido como resultado de un modelo económico
profundamente injusto.

En materia de acceso a la justicia hay que tener
presente, entre otras cuestiones, que en un país como
México, con sus elevados niveles de pobreza y de
desigualdad en el ingreso, hacen falta mecanismos que permitan a
la población de menores recursos acceder en condiciones
equitativas a los tribunales. La falta de acceso a la justicia
contribuye a generar una discriminación jurídica,
que se suma a las múltiples discriminaciones que las
personas padecen simplemente por ser pobres, mujeres,
indígenas, campesinos, migrantes, tener alguna
discapacidad, vivir en el medio rural,
etc.[31]

Otra forma de mejorar el acceso a la justicia se puede
dar por medio de los llamados "sistemas alternativos de
solución de controversias". Estos métodos
alternativos, entre los que se encuentran la mediación, el
arbitraje, la amigable composición, etc. deben ser
fortalecidos como una forma de descargar de trabajo a los
tribunales y de propiciar soluciones más rápidas,
baratas y efectivas para los particulares. Obviamente, siempre
deben respetarse ciertos principios para evitar caer en el
extremo de "negociar" la aplicación de la ley; cuando se
está en presencia de intereses fundamentales de la
sociedad. Hay intereses generales que no pueden estar sujetos a
negociación, pero hay intereses privados sobre los cuales
las partes podrían, perfectamente ponerse de acuerdo sin
tener la necesidad de acudir ante un juez y desarrollar la enorme
cantidad de trámites que hay que desahogar en un proceso
jurisdiccional[32]

Recientemente aparecen los medios alternativos de
solución de conflictos entre otros la mediación que
es un nuevo sistema en que los individuos generan sus propias
soluciones y hablaremos específicamente de la
mediación, como alternativas éticas vinculados a la
idea de una justicia pronta y expedita.

El objeto de la mediación es la solución
de los conflictos; sobre el particular el Dr. Jorge Pesqueira
Leal señala que sería vano intentar disminuir la
importancia de los conflictos que son y han sido considerados
elementos inherentes en la vida del ser humano y un producto de
las interacciones, las interacciones valorativas y los
aprendizajes. Estos llegan a producirse nacido de toda
relación social en y entre personas ya sea a nivel
interpersonal o intrapersonal[33].

Las personas dentro del conflicto, tienen la posibilidad
de habiendo hecho conciencia de sus capacidades esenciales, surge
el deber de esforzarse junto con uno y el otro a encontrar un
punto de coincidencia, como eje para un acuerdo. Por ello, la
propuesta de mediación asociativa le apuesta a crear un
proceso vivencial, educativo, en el que los protagonistas del
conflicto, diseñen las soluciones al mismo para que al
salir de él se encuentren preparados para aplicar estos
principios, en sus familias y en sus comunidades.

El conflicto desde que emana, fluye de él mismo
la posibilidad de crecimiento de aprendizaje y madurez. Un
conflicto como acto presente en lo cotidiano dentro de las
relaciones humanas se va estructurando a través de
segmentos diversos como significados distintos con y entre los
protagonistas de la relación. Estos significados pueden
constituir un elemento amenazante, o no para la relación
humana en función de los intereses individuales que
eventualmente pueden interpretarse como opuestos y que
consecuentes puede provocar inseguridad en las personas e
inestabilidad en su relación.

Cuando el conflicto nace de las percepciones
individuales y sus tradiciones personales, surgen de inmediato
los prejuicios. Las circunstancias y los hechos no son percibidos
de igual manera por los protagonistas del conflicto y en
consecuencia son incomprensibles fuera de cada realidad;
paradigmas. Estas causas a nivel de percepciones, provocan y
desencadenan emociones y sentimientos que son factores que pueden
dificultar que la comunicación se dé o en la mejor
de las oportunidades, que mejore.

La intensidad de un conflicto intrapersonal es producto
entre otras cosas de las actitudes frente a las diversas
alternativas reales que se tienen disponibles para su manejo.
Asimismo, se debe orientar la intención a encontrar entre
las consecuencias positivas un equilibrio que satisfaga sus
necesidades y tranquilice sus emociones. Para ellos, es
importante considerar prioritario el conocer cuál es la
fuente que origina el conflicto intrapersonal.

Actualmente nuestra sociedad tiene prioridades muy
distintas y menos apegadas a los valores y la ética
gracias a la globalización del mundo en el que lo
más importante es consumir, comprar para mantener un
status social, la convivencia se ha vuelto más fría
e insensible y por ende se generan más
conflictos.

Dichos conflictos requieren ser resueltos por medio de
alternativas que conlleven a generar paz y concordia en un
entorno en el que predomina la antipatía social y el
individualismo egoísta.

Sobre este tema Alejandro Nató Marceló nos
habla de forma detallada de las aspiraciones de la
Mediación seguido de los cambios culturales más
significativos para la definición de algunos de los rasgos
que caracterizan sociedades como la nuestra han sido
desarrollados por el sociólogo Norbert Lechner. Entre
ellos indica: los derivados de la
globalización-mundialización, un profundo proceso
de individualización, la configuración de
sociedades orientadas al consumo y la mediatización de la
comunicación social. Afirma, en fin, que a
propósito de estos cambios pueden subrayarse dos
tendencias: "…Por una parte, han cambiado las experiencias
que hace la gente de la convivencia. Ella tiende a establecer
relaciones sociales más flexibles en su quehacer
cotidiano. Por lo tanto la trama social se vuelve más
tenue y frágil. Por otra parte han cambiado las
presentaciones que la gente suele hacerle de la sociedad. Parece
más difícil hacerse una idea de la vida social en
su totalidad. Sin este marco de referencias, empero, será
también más difícil sentirse a sí
mismo, al tiempo que parecen disminuir las experiencias y los
imaginarios de la sociedad…"[34]

La mediación nació como un método
de resolución de conflictos, sus propósitos se
fueron modificando y ampliando en la medida en que los mediadores
indagaban en saberes teóricos que provenían de otra
disciplina y transitaban la
práctica[35]

La consideración del conflicto como inherente a
la propia existencia humana y, más aún, como un
elemento dinamizador de nuestras vidas y de la propone
Jean-Francois Six, "de la dialéctica podemos recoger ideas
de la derivada de ella la preocupación por ser capaces de
reconducir de forma sana nuestro
conflicto"[36].

Los seres humanos tendemos, a veces, a aferrarnos a
nuestras prácticas y a nuestros valores, y a pensarlos
como universales. Determinadas ideas y acciones echan
raíces y se solidifican. Esto sucede con las personas y
también con los pueblos y las naciones. Por ello, es
preciso propiciar el cambio de algunos paradigmas basados en las
competencias la confrontación, la intolerancia y la
desconfianza. En este sentido, no podemos pasar por alto
abandonar prácticas y valores si no encuentra la
razón para hacerlo. ¿Para qué modificar
nuestros puntos de vista si así nos va bien? O, en todo
caso ¿Por qué correr el riesgo lo que, aunque sea
precariamente, hemos logrado? Es previsible que de este modo las
personas o grupos de personas tengan dificultades para la
tramitación de sus relaciones con los
otros[37]

A través de la mediación el Estado
garantiza la Administración de una justicia expedita,
gracias a los medios alternativos judiciales, a la Ética y
a los Derechos Humanos nuestra investigación nos comprueba
que la mediación es una alternativa de solución
para ofrecer garantías de justicia en donde
ineludiblemente los Derechos Humanos y la Ética son
imprescindibles para que la mediación se desarrolle de
forma imparcial, confidencial y con voluntad.

Asimismo, la mediación garantiza la
promoción de la cultura de la paz, ya que la
solución pacífica de los conflictos, es un
interés colectivo.

 

 

Autor:

Abraham Bastida Aguilar

 

[1] GUTIERREZ SAENZ RAUL (1979).-
Introducción a la Ética, México Ed.
ESFINGE, S.A. p. 13

[2] Op.Cit. p. 17

[3] Op. Cit. p. 17

[4] Op. Cit p. 18

[5] Op. Cit p. 19

[6] Op. Cit. p. 20

[7] Op.Cit. p. 21

[8] Op. Cit p. 28

[9] Op. Cit. p. 29

[10] Op. Cit. p. 29

[11] Op. Cit. p. 30

[12] Op. Cit. p. 30

[13] Op. Cit. p. 24

[14] Op. p. 58

[15] Op. Cit p. 58

[16] Op. Cit p. 58

[17] Op. Cit. p. 59

[18] Op. Cit. p 60

[19] Op. Cit p. 62

[20] Op. Cit p. 83

[21] Op. Cit p. 83

[22] Op Cit. p. 84

[23] Op. Cit. p. 86

[24] DIGNITAS (2013).- año VI,
número 23, septiembre-diciembre

[25] ALBA ELIZABETH HUITRÓN VILLEGAS,
DIGNITAS (DIGNITAS (2013).- año VI, número 23,
septiembre-diciembre

[26] ALBA ELIZABETH HUITRÓN VILLEGAS,
DIGNITAS (DIGNITAS (2013).- año VI, número 23,
septiembre-diciembre

[27] ALBA ELIZABETH HUITRÓN VILLEGAS,
DIGNITAS (DIGNITAS (2013).- año VI, número 23,
septiembre-diciembre

[28] ALBA ELIZABETH HUITRÓN VILLEGAS,
DIGNITAS (DIGNITAS (2013).- año VI, número 23,
septiembre-diciembre

[29] DIGNITAS (DIGNITAS (2013).- año
VI, número 23, septiembre-diciembre

[30] MIGUEL CARBONELL (2006), Los Derechos
Fundamentales en México, Ed. Porrúa p. 722

[31] MIGUEL CARBONELL (2006), Los Derechos
Fundamentales en México, Ed. Porrúa p. 724

[32] MIGUEL CARBONELL (2006), Los Derechos
Fundamentales en México, Ed. Porrúa p. 726

[33] CONFERENCIA IMPARTIDA POR EL DR. JORGE
PESQUEIRA LEAL EN PALACIO MUNICIPAL DE TOLUCA (22 DE AGOSTO
2014)

[34] NATÓ MARCELO ALEJANDRO,
Aspiraciones de la Mediación p. 11, 12

[35] NATÓ MARCELO ALEJANDRO,
Aspiraciones de la Mediación p. 15

[36] NATÓ MARCELO ALEJANDRO,
Aspiraciones de la Mediación P. 15

[37] NATÓ MARCELO ALEJANDRO,
Aspiraciones de la Mediación, p. 17

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