Guia práctica para implementación de sistemas de gestión energética
- Introducción
- Conceptos
fundamentales sobre los sistemas de gestión
energética (SGE) - ¿Por
qué sería necesario un SGE en las
organizaciones? - Certificación de las SGE: la norma
UNE-EN16001:2010 - La auditoria
energética como herramienta en la gestión
energética - ¿Cómo
diseñar e implementar un sistema SGE? - Anexos
PROLOGO
Los requerimientos que el propio mercado va imponiendo
hacen que la cuestión ambiental en general, y la
energética en particular, sean piezas clave para el
desarrollo estratégico de las empresas. A ello se une que,
hace unos años, todos los debates y análisis
relacionados con el uso de las energías primarias están
condicionados por un conjunto de hechos que convergen hacia una
misma conclusión: es indispensable racionalizar el uso de la
energía a escala mundial para poder asegurar el futuro
sostenible.
La gestión energética se puede definir como la
suma de medidas planifica- das y llevadas a cabo para conseguir
el objetivo de utilizar la mínima cantidad posible de
energía mientras se mantienen los niveles de confort (en
oficinas y edificios) y los niveles de producción (en
fábricas). Es, por tanto, un procedimiento organizado de
previsión y control del consumo de energía, que tiene
como fin obtener el mayor rendimiento energético posible sin
disminuir el nivel de prestaciones obtenidas
Hoy más que nunca, la correcta gestión de la
energía es un tema crucial para cualquier organización,
teniendo en cuenta las exigencias de sostenibilidad de la actual
coyuntura económica, especialmente para las empresas
industriales.
Muchas entidades en España necesitan lograr una
mayor eficiencia energética y ahorro de costes, con el fin
de lograr ventajas competitivas, pero también para cumplir
sus obligaciones medioambientales y compromisos de
Responsabilidad Social.
Los actuales esfuerzos de las Administraciones
Públicas, tanto de carácter europeo, como a nivel
nacional y autonómico, por fomentar la eficiencia
energética y el uso de energías limpias, con el fin de
reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, así
como para desarrollar modelos sostenibles de desarrollo
económico, incluyen entre sus medidas potenciar la
implementación de Sistemas de Gestión Energética
(SGE).
Esta guía pretende contribuir a dicha tarea,
ofreciendo una visión básica de los SGE, las ventajas y
motivaciones, y sus relaciones con otros aspectos clave para la
eficiencia energética.
CAPITULO I
Introducción
A raíz de la ratificación del Protocolo de
Kioto en 2002, en muchos países se han aprobados a finales
del 2003 diferentes proyectos de ley sobre la Estrategia de
Eficiencia Energética 2004-2014 en los cuales se determinan
unos objetivos1 concretos para disminuir la dependencia
energética exterior y el consumo de energía procedente
de combustibles fósiles.
Estos objetivos, plasmados en sucesivos Planes de
Acción de Ahorro y Eficiencia Energética (2005-2007 y
2008-2012), han modificado normativas e incentivos, lo cual ha
provocado que muchas empresas y organizaciones tengan que
realizar grandes esfuerzos en mejorar sus procesos para ser
más eficientes desde el punto de vista energético, y
también, que hayan tenido que plantearse o incrementar el
uso de las energías renovables.
Las actividades derivadas de estos esfuerzos se engloban
bajo el concepto "gestión energética" o "gestión
de la eficiencia energética".
La gestión energética por tanto, se ha
convertido en una parte cada vez más importante de la
gestión empresarial, que comprende las actividades
necesarias para satisfacer eficientemente la demanda
energética, con el menor gasto y la mínima
contaminación ambiental posible.
Un ejemplo positivo que nos puede indicar los pasos a
seguir en este proceso lo tenemos en el caso Europeo.
EL CONT EXTO EUROPEO
La Estrategia Española de Eficiencia
Energética se enmarca en un contexto europeo, donde las
políticas sobre gestión de la energía se ven
directamente vinculadas a los siguientes aspectos:
1. La necesidad de los países de asegurar
el suministro de energía.2. Los compromisos adquiridos en el Protocolo
de Kioto sobre reducción de emisiones de gases de efecto
invernadero.3. La concienciación creciente de la
sociedad de que la mejora de la eficiencia energética y
la utilización de energías renovables son medidas
adecuadas para su cumplimiento.4. La necesidad acuciante de aplicar criterios
de eficiencia energética en los procesos industriales.
Hay que tener en cuenta que del consumo global de
energía, el sector industrial consume el 40% de la
energía eléctrica, el 77% de carbón y
derivados, y el 37% del gas natural, siendo por tanto el
principal contribuidor a las emisiones de CO2
En este marco, destacamos la denominada "Estrategia
20-20-20", que establece en ámbito europeo tres objetivos
concretos para el año 2020:
1. 20% Obligatorio de contribución a
energías renovables2. 20% Reducción de consumo
eléctrico3. 20% Reducción de emisiones GEI, con
respecto a los niveles de 1990
La Unión Europea ha adoptado un marco normativo,
que incluye, entre otros elementos:
a. Objetivos orientativos, pero claros, de
ahorro total de energía a conseguir, aplicable a todos
los Estados miembrosb. Obligaciones concretas en materia de de
contratación con criterios de eficiencia energética
por parte de las Administraciones Públicas.c. Obligación de promocionar desde las
Administraciones Públicas la eficiencia energética
y los servicios energéticos.
El Plan de Acción vigente en
España
Los objetivos fijados en esta Directiva, en España
se reflejan de forma directa en el Plan de Acción 2008-2012
de la Estrategia de Ahorro y Eficiencia Energética (PA E4
2008-2012).
Este Plan fue aprobado en Consejo de Ministros el 20 de
Julio de 2007, y pretende generar un ahorro de 87,9 millones de
toneladas equivalentes de petróleo.
El Plan afecta principalmente a 7 sectores:
a. Industria
b. Transporte
c. Edificación
d. Servicios Públicos
e. Equipamiento residencial y
ofimáticof. Agricultura
g. Transformación de la
energía
Entre las medidas del plan se incluyen unas de
carácter trasversal, entre las que figuran dos
fundamentales: El impulso al desarrollo de Empresas de Servicios
Energéticos , y aquella que indica que las empresas cuyo
Sistema de Gestión de Eficiencia Energética haya sido
certificado por una entidad de certificación o se encuentre
en una situación asimilada, serán valoradas
positivamente en la contratación pública.
El Plan de Acción 2008-2012, en el Sector
Industria, propone unas interesantes medidas:
1. Acuerdos Voluntarios (Compromiso de las
Asociaciones Empresariales para alcanzar el ahorro de
energía detectado. Fomentar la adopción de medidas
de ahorro por la industria).2. Auditorías Energéticas (Detectar
el potencial y facilitar la toma de decisión de
inversión en ahorro de energía / Determinar el
benchmarking de procesos).3. Programa de Ayudas Públicas (Facilitar
la viabilidad económica de las inversiones en ahorro
energético para alcanzar el potencial
detectado).
También, y como actuación legislativa, se
propone la inclusión de una evaluación específica
de impactos energéticos en todos los proyectos
industriales.
La necesidad de eficiencia
energética
Resulta evidente que la eficiencia energética
produce unos concretos beneficios para la sociedad:
a. Disminución de emisiones de CO2 a la
atmósfera, y por tanto, disminución del impacto
sobre el cambio climático.b. Reducción de la dependencia
energética exterior
También resulta sencillo intuir a grandes rasgos
unos claros beneficios para cualquier
organización:
Ahorro de costes energéticos
Cumplimiento de requisitos de carácter
medioambientalResponsabilidad Social Corporativa
Mejora de imagen
Pero además de todo ello, la eficiencia
energética en la actualidad supone una acuciante necesidad,
tanto de las organizaciones, como del propio
país.
Nuestra dependencia energética del exterior y el
enorme coste que actualmente supone la factura energética
para cualquier entidad, hace que resulte ineludible asumir un
compromiso responsable de eficiencia para poder seguir siendo
competitivos por una parte, y por otra, para conseguir un
desarrollo sostenible.
El coste de la energía en España es cada vez
más alto, y el consumo creciente, por lo que además de
planes básicos de ahorro energético, las organizaciones
deben plantearse seriamente la implementación de sistemas
que permitan gestionar de forma continuada los aspectos
energéticos como parte sustancial de sus propio
"management".
Muchas organizaciones no saben cómo empezar. Tanto
a nivel público como privado se han tomado iniciativas de
diagnóstico de sus aspectos energéticos como un primer
paso, y se han iniciado proyectos para implementar
tecnologías más eficientes, uso de renovables, o
medidas que disminuyan el coste del consumo
energético.
Una de las medidas de apoyo establecidas es la
realización regular de auditorías energéticas con
carácter general.
Pero para consolidar la eficiencia energética se
necesita dar un paso más: Implementar sistemas que
garanticen una gestión continuada de los aspectos
energéticos de la organización.
CAPITULO II
Conceptos fundamentales sobre los
sistemas de gestión energética (SGE)
Lo más importante para lograr la eficiencia
energética en una empresa u organización no es
sólo que exista un plan de ahorro de energía, derivado
de un estudio o diagnóstico, sino contar con un sistema de
gestión energética que garantice la mejora
continua.
Un SGE es una parte del Sistema Integrado de
Gestión de una organización, que se ocupa de
desarrollar e implementar su política energética y de
organizar los aspectos energéticos.
La actual UNE-EN 16.001:2009 lo define como conjunto de
elementos de una organización, interrelacionados o que
interactúan, para establecer una política y unos
objetivos energéticos y para alcanzar dicho
objetivos.
Un SGE está directamente vinculado al sistema de
gestión de la calidad y al sistema de gestión ambiental
de una organización. En un SGE se contempla la política
de la entidad sobre el uso de la energía, y cómo van a
ser gestionadas las actividades, productos y servicios que
interactúan con este uso, normalmente bajo un enfoque de
sostenibilidad y eficiencia energética, ya que el sistema
permite realizar mejoras sistemáticas del rendimiento
energético.
Es importante destacar que un SGE no está orientado
necesariamente a grandes empresas, sino que puede ser adoptado
por cualquier tipo de organización, independientemente de su
sector de actividad o tamaño.
La implantación de un SGE es voluntaria y su nivel
de éxito depende fundamentalmente del nivel de
implicación de la propia organización, y en especial de
la dirección, para gestionar el consumo y costos
energéticos.
Hay que tener en cuenta que un SGE no está
orientado tanto al cumplimiento de la normativa, sino más
bien a la mejora de los procesos y de las instalaciones para
aumentar la eficiencia energética y reducir los consumos,
haciendo un uso más racional de la energía.
Por tanto, un SGE está destinado a cualquier
organización que desee:
• Mejorar la eficiencia energética de sus
procesos de una forma sistemática
• Incrementar el aprovechamiento de energías
renovables o excedentes
• Asegurar la conformidad de los procesos con la
política energética de la organización
Un correcto Sistema de Gestión Energética se
compone de:
• Una estructura organizacional
• Unos procedimientos
• Unos procesos
• Unos recursos necesarios para su
implementación.
Un SGE puede estar "certificado" o no. Más adelante
hablaremos de las normas y sistemas de certificación,
así como sobre la conveniencia de la
certificación.
Independientemente de si se certifica, un sistema de
gestión energética por sí mismo, siempre es
beneficioso para la organización que lo define e
implementa.
• permite identificar y priorizar los aspectos
energéticos de la organización.
• evalúa el cumplimiento de todos los
requisitos legales relativos a sus aspectos
energéticos
• establece objetivos de mejora de la eficiencia y
optimización energética
• establece procedimientos eficaces de control y
seguimiento de los procesos energéticos.
• implica a todo el personal con la gestión
energética
• constituye una herramienta eficaz para realizar
el seguimiento de actuaciones procedentes de auditorías
energéticas.
Un SGE se basa en el siguiente ciclo
básico:
• Establecimiento de la política
energética de la entidad: ¿Qué objetivos tenemos /
qué queremos hacer en materia de uso de
energía?
• Mejora continua mediante:
• Planificación: ¿qué vamos a hacer
y en qué plazo?
• Implementación de medidas:
hagámoslo
• Verificación: examen para comprobar si
funcionan las medidas
• Revisión por la dirección: a la vista
de resultados se decide qué incluir nuevamente en
planificación.
CAPITULO III
¿Por qué sería
necesario un sge en las organizaciones?
La implantación de un Sistema de Gestión
Energética en primer lugar da la oportunidad a las
organizaciones de tener un autoconocimiento que va a resultar
clave respecto al uso que realiza de la energía y respecto a
cual es su potencial de ahorro y mejora. Este aspecto es
completamente necesario en la actual coyuntura económica y
política.
El autoconocimiento le proporcionará elementos para
la toma de decisiones que permitirán mantener y aumentar su
competitividad.
En segundo lugar, un SGE proporciona un medio para
gestionar la energía de forma activa, y para disponer de
documentación ordenada y registros fiables en relación
a los ahorros conseguidos y sobre los proyectos en los que se va
embarcando para conseguir los objetivos. También puede
suponer la posible aplicación de desgravaciones
fiscales.
Finalmente, un SGE va a producir que para prestar los
servicios o para obtener los productos, cada vez la empresa o
entidad va a consumir menos energía, lo cual redunda en una
disminución del coste de generación de dichos servicios
o fabricación de productos.
BENEFICIOS A NIVEL MEDIAMBIENTAL
En cualquier organización un Sistema de
Gestión Energética supone un avance a nivel de
gestión medioambiental, puesto que define un sistema
optimizado para el correcto uso de la energía.
Hay que tener en cuenta que un SGE es perfectamente
compatible e integrable, además del sistema de Gestión
de la Calidad, con:
• Sistema de Gestión Ambiental
• Sistema de Verificación del Comercio de
Derechos de Emisión de Gases de Efecto
Invernadero
• Sistema de Reducciones Voluntarias de Gases de
Efecto Invernadero.
El correcto uso de la energía definido en un SGE va
a ir dirigido a disminuir nuestros costes energéticos y va a
poner en marcha una serie de proyectos de mejora continua en el
ámbito medioambiental.
Esto conlleva una mayor optimización de esfuerzos
tanto en cumplimiento de normativa medioambiental, como en las
inversiones que se van realizando.
BENEFICIOS ECONOMICOS DEL AHORRO
ENERGETICO.
Un SGE permite un ahorro de costes y genera un efecto
diferenciador frente a los competidores.
En el primer aspecto, hay estudios que evidencian que
una gestión energética sistematizada permite ahorros
mucho mayores que una gestión energética no
sistematizada.
Como podemos comprobar en los siguientes gráficos,
la gestión energética sistemática que se consigue
con un SGE, aunque supone un coste inicial, rápidamente
genera una disminución de costes en cadena, y los resultados
son espectaculares en tan solo tres años,
consiguiéndose ahorros cercanos al 23 % del coste
inicial.
Con una gestión no sistemática del uso de
nuestra energía, podemos realizar esfuerzos puntuales, que
generarán picos de rebaja de coste y picos de incremento, no
superándose normalmente el 10% de ahorro.
OTROS BENEFICIOS: RESPOSABILIDAD SOCIAL Y
COORPORATIVA E IMAGEN.
El diseño e implantación de un SGE supone,
como hemos comentado anteriormente, plasmar en un documento,
entre otros aspectos, cual es la po- lítica energética
de la entidad y cómo va a realizar un uso eficiente de la
energía.
Estos compromisos afectan plenamente a la
Responsabilidad Social Corporativa e imagen exterior de la
entidad.
Este tipo de compromisos ambientales otorgan a la
entidad un prestigio evidente, puesto que por un lado, transmite
a terceros la preocupación medioambiental de la
organización, y su vinculación a unos objetivos con-
cretos respecto al uso racional de la energía, y por otro,
aporta transparencia respecto a su política de eficiencia
energética, más allá de las comunicaciones
habituales.
No olvidemos que establecer la política
energética de la organización supone un verdadero
compromiso, puesto que:
• Va a ser establecida por la alta
dirección
• Va a proporcionar un marco para definición
y revisión de objetivos
• Va a estar comunicada internamente y disponible
al público.
Todo ello redunda en una mejora de su imagen tanto en su
entorno próximo de clientes, usuarios de servicios y
colaboradores, como ante la sociedad en general.
Sectores de actividad con mayor
aplicación.
Los sectores de actividad que pueden implantar un SGE
son todos, pero actualmente pueden destacarse algunas actividades
en las que va a resultar trascendental.
El diseño e implementación de sistemas de
gestión energética va a resultar fundamental en la
industria y en el sector transporte, puesto que son las
actividades con mayor consumo de energía, acorde con el Plan
de Acción definido en España.
Dentro de este tipo de organizaciones, destacan las
empresas industriales con factorías de gran volumen en
cualquier sector, o aquellas de menor volumen, pero dedicadas a
actividades de enorme consumo energético. Las primeras
porque va a resultar vital para su Responsabilidad Social
Corporativa, y para la sostenibilidad de las plantas de
producción, y las segundas por motivos casi de
supervivencia, a la vista del incremento constante de los precios
de la energía.
Dentro del ámbito del transporte, cualquier
compañía o entidad de media- no volumen en España,
debería implantar un SGE, puesto que los ahorros pueden ser
considerables, repercutiendo en el precio final de los servicios
prestados.
También destacan las actividades de servicios, y
dentro de ellos la hostelera y también el sector comercial,
donde la gestión energética de los edificios resulta
clave, tanto para ahorro de costes de factura energética,
como de cara a la imagen para el cliente.
Por último, destacaremos todo un conjunto de
empresas que son suministradoras o prestadoras de servicios de
forma habitual a la administración, así como aquellas
con importante volumen de exportación, por exigencia de sus
propios clientes.
Efectivamente, serán los propios clientes
(Administraciones públicas por un lado, por normativa, y
clientes exteriores, por exigencias de su política de
compras), quienes van a pedir a las empresas españolas no
sólo disponer de un SGE, sino además, tenerlo
certificado conforme a una norma, para aspirar a seguir prestando
servicios o suministrar productos.
Dentro del ámbito público, también
destacar que entidades como Ayuntamientos y organismos de
Comunidades Autónomas y Administración estatal, se
verán, tarde o temprano, obligados a implementar este tipo
de sistemas de gestión, por su compromiso frente a los
ciudadanos, y en cumplimiento de las líneas políticas
definidas de carácter estatal y europeo.
CAPITULO IV
Certificación de las SGE: la
norma UNE-EN16001:2010
¿¿CUANDO Y PORQUE CERTIFICAR UN SISTEMA
SGE??
Como hemos visto en el capítulo anterior, en muchas
ocasiones no basta con tener implementado un Sistema de
Gestión Energética, sino que ade- más, va a
resultar recomendable o necesario, tener dicho sistema
certificado
bajo una norma concreta.
En muchos países del mundo ha habido iniciativas de
creación de normas para estandarizar los sistemas de
gestión energética. En España, ya en el 2007, fue
publicada por AENOR la norma pionera UNE 216301:2007.
Sistemas de Gestión Energética.
Requisitos.
En otros países, destacan los siguientes
precedentes:
• IRLANDA: Ireland IS 393:2005 Energy Management
Systems-Specifica- tion with Guidance for Use and IS 393:2005
Technical Guideline (Dec- ember 2006)
• DINAMARCA: Denmark DS 2403:2001 Energy
Management-Specifica- tion and DS/INF 136:2001 Energy
Management-Guidance on Energy Management
• SUECIA: Sweden SS 627750:2003 Energy Management
Systems-Speci- fication
• ESTADOS UNIDOS: United States ANSI/MSE 2000:2005
A Management
System for Energy
Las empresas que certifican un SGE con AENOR
obtienen:
• El Certificado AENOR de Sistemas de Gestión
Energética.
• La licencia de uso de la Marca AENOR de
Gestión Energética.
LA NORMAUNE-En 16001:2010. ASPECTOS
BASICOS.
La norma UNE-EN 16001:2010 Sistemas de gestión
energética: Requisitos con orientación para su uso,
publicada por AENOR, pretende ayudar a las organizaciones a
ahorrar costes de energía y reducir sus emisiones de ga- ses
de efecto de invernadero causadas por el consumo de energía,
es decir, establece los sistemas y procesos necesarios para
mejorar la eficiencia energética en sus
operaciones.
Esta norma da las herramientas a una organización
para crear un auténtico Sistema de Gestión de la
Energía, partiendo del análisis de los distintos
procesos, para mejorarlos energéticamente de forma
individual, de forma que sumado a otras mejoras generales,
consiga los objetivos planteados.
En ella se especifican los requisitos para un sistema de
gestión de la energía,
que requiere:
• el desarrollo de una política
energética.
• la identificación del consumo de
energía en el pasado, presente y futuro en una
organización.
• el desarrollo de un plan de medición de la
energía. El análisis del con- sumo de energía
actual versus el previsto permitirá a las empresas implantar
planes para ayudar a mejorar la eficiencia.
Esta norma anula y sustituye a la anterior norma UNE
216301:2007, y su estructura es muy similar a la de otros
sistemas de gestión ya existentes en la organización,
para facilitar así su integración en los
mismos.
La norma se enfoca en la conocida metodología:
Planear-Ejecutar-Verificar- Actuar.
• Planear: Identificar los aspectos
energéticos y las obligaciones jurídicas de
energía y establecer objetivos y metas.
• Ejecutar: Asignar recursos y responsabilidades,
aumentar la conciencia de la organización y proporcionar
formación; comunicación interna y externa, establecer
la documentación; aplicar los controles
operacionales.
• Verificar: Establecer la medición y
seguimiento del programa de gestión de la energía,
evaluar el cumplimiento de las obligaciones legales; identificar
y gestionar las no conformidades, el control de los documentos;
llevar a cabo las auditorías internas del sistema de
gestión de la energía.
• Actuar: Revisión del sistema de
gestión de la energía por la alta dirección en los
cambios potenciales
Un sistema diseñado conforme a la norma EN 16001 no
establece exactamente cómo se deben ejecutar las
operaciones, sino que proporciona el marco que permite la
gestión eficaz de la energía.
Tampoco se limita a definir soluciones técnicas a
los procesos donde se pro- duce mayor consumo de energía,
sino que define un proceso de cambios necesarios para integrar
las consideraciones de eficiencia energética en la toma de
decisiones cotidianas.
RELACION CON OTROS SISTEMAS DE GESTION
CERTIFICADOS
El SGE desarrollado con esta norma es independiente y
compatible con otros sistemas de gestión existentes (ISO
9001, ISO 14001, etc.), pudiendo integrarse partes y
Metodologías, y no establece por sí mismo criterios de
rendimientos con respecto a la energía.
Si bien la norma EN 16001 comparte con la ISO 14001 las
mismas ideas de mejora continua de los procesos,
identificación y evaluación de aspectos, y
establecimiento de responsabilidades, existen diferencias
significativas:
• La norma EN 16001 trata de eliminar en lo
posible la documentación innecesaria, reduciendo al
máximo el número de procedimientos, siempre que se
respeten los objetivos y requisitos.
• La componente técnica y tecnológica de
la EN 16001 tiene un peso mucho mayor, debiendo estar dirigida
por responsables especializados, con amplios conocimientos en
gestión energética, lo cual supone un importante
trabajo de consultoría previa para la correcta
implantación de un SGE.
En España los Sistemas de Gestión
Energética han comenzado a implantarse desde 2007, con una
evolución creciente.
AENOR ha certificado la Gestión Energética de
más de 60 organizaciones. En el siguiente gráfico
podemos observar los datos de número de certificados
emitidos.
PROCESO DE CERTIFICACIÓN.
Para obtener un certificado de AENOR conforme a la norma
EN 160001, las empresas deben, primeramente, diseñar e
implantar el Sistema de Gestión Energética tal como se
establece en la norma. Esta tarea se realiza normal- mente con el
apoyo de una consultoría externa.
Los pasos para la aplicación de la norma son los
siguientes:
• Elaborar una política energética.
Ésta debe incluir un compromiso de mejora continua del
desempeño energético y de la eficiencia
energética.
• Evaluar los aspectos energéticos. Para ello
identificará los aspectos energéticos de su actividad y
las oportunidades de mejora.
• Objetivos energéticos. Deben ser medibles y
coherentes. Las organizaciones tienen que tener en cuenta los
aspectos significativos y los requisitos legales aplicables.
Además, deben considerar su capacidad, tecnológica o
condiciones financieras y de negocio.
• Implantación. Para este proceso se debe
contar con los recursos (huma- nos, tecnológicos y
financieros) necesarios para el funcionamiento del sistema de
gestión.
• Seguimiento. Las organizaciones deben medir de
forma regular las operaciones que puedan tener un impacto
significativo en el uso de la energía. Si se detectan no
conformidades, se deberán adoptar las medidas necesarias
para mitigar los impactos. Además, deben realizar
auditorías internas.
Después del proceso de implantación, se
solicita el certificado de AENOR, y sus auditores analizan la
información aportada por la empresa o
institución.
La auditoría de certificación, realizada en
las instalaciones de la empresa o
Institución, da lugar a un informe en el que se
detectan las posibles no conformidades (incumplimientos de la
norma).
En caso de existir, deben ser subsanadas con las
acciones correctivas oportunas.
Una vez acometidas, se procede a la
certificación.
La vigencia de estos certificados es de tres años,
si bien anualmente se realizan auditorías de
seguimiento.
UNA REFERENCIA DE LA DFUTURA ISO
500001.
La norma EN16001 derivará próximamente en la
ISO 50001 que se encuentra actualmente en fase borrador: ISO
50001 "Energy management systems. Requirements with guidance for
use". Proyecto de Norma Internacional (DIS)6
En el mes de octubre del 2010 se realizó la cuarta
y última reunión internacional de expertos para la
elaboración de la norma "ISO 50001 Energy Management
Systems", que tuvo lugar en Beijing, China.
Esta reunión marca el fin de un trabajo realizado
desde el 2008 por el comité ISO/PC242, en el cual está
compuesto por 43 países participantes, más 12
países en calidad de observadores. Además lo integran
organismos inter- nacionales como UNIDO (United Nations
Industrial Development Organization.
La aprobación definitiva de la norma está
prevista para este año 2011. Adelantando algunos contenidos
de esta norma en borrador, podemos indicar que con la
implementación de la ISO 50001, las organizaciones
deberán:
• contar con mediciones y registros de sus
consumos energéticos en sus principales procesos,
estableciendo indicadores energéticos, para los cuales
deberán tener contempladas metas de cumplimiento.
• incorporar buenas prácticas en los procesos
de compra y diseño de nuevas instalaciones, considerando
alternativas de tecnologías más eficientes, las que
deben ser evaluadas no sólo por el costo inicial, sino que
por los costos relacionados con el consumo de energía
durante su vida útil.
La ISO 50001 permitirá mejorar la calidad de la
información con que se calculan las emisiones de gases
efecto invernadero directas e indirectas de las empresas,
facilitando la determinación de la huella de
carbono.
Todo indica que la ISO 50001 tendrá un impacto
aún mayor que ISO 9001 sobre el comercio internacional: Las
empresas exigirán la participación de sus proveedores,
y por tanto los exportadores que se posicionen ahora al respecto
gozarán de ventajas competitivas.
Los países europeos occidentales y Japón
impulsaron en su día notablemente la adopción de ISO
9001 en la cadena de suministro. La adopción de ISO 50001
será impulsada sin embargo principalmente por los EE.UU.,
Canadá, la UE ampliada, Japón, Corea, China, Brasil e
India.
Las oportunidades que ofrecerá la ISO 50001
serán enormes:
• Para las empresas, porque se beneficiarán
del aumento de competitividad que les proporciona la cota de
tecnología que se alcanza cuando los productos y servicios
están basados en normas internacionales.
• Para los gobiernos, particularmente para
países en vía de desarrollo, la Norma constituirá
una fuente importante de know-how tecnológico, definiendo
las características que se esperan de los productos y
servicios para ser exitosos en mercados de exportación, lo
cual les permitirá una correcta toma de
decisiones.
• Para el planeta entero, ISO 50001 será una
herramienta imprescindible para reducir el consumo de
energía y las emisiones.
Incluimos en el anexo de esta guía unos esquemas
básicos de los contenidos de la nueva norma ISO
5001.
INCENTIVOS A LA CERTIFICACIÓN DE
SGE
En España, los costes de diseño,
implementación y certificación de Sistemas de
Gestión Energética son objeto todavía de pocas
ayudas e incentivos.
Algunas comunidades autónomas, quizás las
más innovadoras en materia de eficiencia energética,
han incluido dentro de sus programas de ayudas públicas este
tipo de proyectos (Ej. Navarra, Comunidad Valenciana), dentro de
Planes de Competitividad o en programas como
Innoempresa.
Pero actualmente no hay una línea clara de ayudas
públicas a proyectos de implementación o
certificación en ámbito nacional.
En proyectos de tipo colectivo, podemos destacar el
Programa plurianual InnoEmpresa 2007-2013, financiado por el
Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, con Fondos
FEDER.
Se trata de un programa de apoyo a la innovación
empresarial tanto, tecnológica como organizativa incluido en
el Programa Nacional de proyectos de innovación del Plan
Nacional I+D+i (2008-2011).
Está dirigido exclusiva- mente a las pequeñas
y medianas empresas. Se inició en 2007 y es gestionado en
cooperación con las CC.AA., mediante proyectos regionales,
pero también a través de otro tipo de proyectos,
denominados suprarregionales, en los que deben participar pymes
de varias CC.AA. Estos últimos son directamente gestionados
por la Dirección General de Política de la
PYME.
En el año 2011 no habrá convocatoria para
estos proyectos suprarregionales ya que los Presupuestos
Generales del Estado aprobados para 2011 no prevén
dotación presupuestaria para este programa. Sí se
esperan las convocatorias correspondientes a proyectos
regionales.
Los recursos previstos por el MITYC en el programa
InnoEmpresa para el periodo 2007-2013 ascienden a unos 500
millones de euros, a los que se añaden otros 150 aportados
por las Comunidades Autónomas, y se recibirá una
contribución del Fondo Europeo de Desarrollo Regional
(FEDER) de 110 millones de euros.
Aunque como hemos visto es complicado obtener ayudas
directas para di- seño e implantación de un SGE, pueden
aplicarse ayudas públicas a los proyectos que surgen de la
implantación de un SGE, normalmente destinados a mejora de
procesos o implantación de tecnologías o equipos
más eficientes o basados en energía renovable. Las
posibilidades dependen de la naturaleza del proyecto. Si el
proyecto incluye una alta inversión en tecnología
innovadora o bien puede calificarse de "Investigación y
Desarrollo", resulta
más sencillo obtener líneas de ayuda
pública.
También pueden solicitarse ayudas para estudios
previos de diagnóstico o auditorías energéticas.
En este sentido, el Instituto para la Diversificación y
Ahorro de Energía (IDAE) ha acordado con las diferentes
Administraciones autonómicas, líneas de subvención
para la realización de Auditorías Energéticas en
el sector industrial, edificios no residenciales e instalaciones
de alumbrado exterior con el objeto de detectar posibles
oportunidades de eficiencia energética en este tipo de
instalaciones.
También distintos organismos autonómicos
lanzan líneas de ayuda específicas para realizar
auditorías energéticas, si bien los criterios
utilizados por cada una de ellas son algo dispares.
En el anexo a esta guía aportamos un listado de
ayudas públicas aplicables a este tipo de
proyectos.
CAPITULO V
La auditoria energética como
herramienta en la gestión energética
¿Qué es una auditoria
energética?
La Auditoría Energética es el punto de partida
para el desarrollo de un Sistema de Gestión
Energética.
Una auditoría energética consiste en una
evaluación objetiva de una empresa con objeto de:
• obtener un conocimiento fiable del consumo
energético y su coste aso- ciado
• identificar y caracterizar los factores que
afectan al consumo de energía
• detectar y evaluar las distintas oportunidades
de ahorro, mejora de la eficiencia y diversificación de
energía y su repercusión en coste energético y de
mantenimiento, así como otros beneficios y costes
asociados.
La eficiencia energética parece un objetivo
evidente. Pero cuando nos ponemos a analizar las múltiples
formas en que la energía forma parte de nuestros procesos, y
consideramos el costo frente al beneficio de obtener más
productividad de cada euro gastado en energía, nos damos
cuenta de lo complicada que llega a ser la búsqueda de la
eficiencia.
No existe un método que por sí solo pueda
lograr la eficiencia energética. Se logra gracias a una
combinación de medidas correctoras, preventivas, pro- gramas
educativos y de concienciación, maquinaria eficiente,
procesos bien diseñados y medidas para evitar pérdidas.
Es una combinación inteligente de estos elementos lo que
finalmente conduce a algo que es más eficiente.
La auditoría energética es la herramienta
sobre la que se asienta un plan estructurado de ahorro
energético. Implica realizar una labor de recogida de
información, análisis, clasificación, propuesta de
alternativas, cuantificación de ahorros y toma de
decisiones.
En una auditoría energética se realiza por
parte de una entidad especializada un diagnóstico
energético de las instalaciones de la entidad, con ayuda de
equipos de medición.
La diversidad de tipos de empresas, pertenecientes a
sectores con procesos muy diferentes, distintos tipos de equipos
y tecnologías energéticas, hace aconsejable que el
equipo de la empresa auditora tenga una formación muy
amplia, con conocimientos de las técnicas energéticas
en profundidad y capacidad para relacionar los procesos
productivos con el consumo de energía. En este sentido, hay
que destacar que no existe un registro de profesionales auditores
energéticos, ni de empresas auditoras, ni organismos de
certificación de estas empresas.
Normalmente en el análisis a realizar se tienen en
cuenta los siguientes parámetros:
• Hábitos de consumo
• Equipos de calefacción y
climatización
• Equipos eléctricos
• Equipos de iluminación
• Aislamiento térmico de la
instalación.
Tras este análisis especializado, se redacta a modo
de Plan de Ahorro energético, una batería de medidas
para corregir el exceso de consumo.
Cada una de las medidas se clasifica según el
ahorro energético, el ahorro económico que
supondría, la inversión necesaria para implementarla y
su período de retorno económico. Esto incluye en muchos
casos la posibilidad de diseñar instalaciones de
energía renovable, en el lugar más adecuado y con la
tecnología que más se adapta a las necesidades de cada
instalación.
AUDITORIAS ENERGETICAS CONFORME A LA NORMA UNE
216501
El esquema de auditorías energéticas se
implementó a partir de la Directiva
93/76/EEC del 13 de Septiembre de 1993 con la
consecución en España de hasta la norma UNE-EN
216501:2009 "Auditorías energéticas", elaborada por el
Comité Técnico de Normalización 216 de AENOR. Este
estándar de calidad es uno de los primeros que se realizan
en el mundo.
La norma UNE 216.501 regula las auditorías
energéticas y sus requisitos, por lo que impone una
metodología uniforme para realizarlas. La verificación
de Auditoría energética de acuerdo con la norma UNE
216501:2009 es posible realizarla, y asegura que la
auditoría energética se ha realizado cumpliendo los
requisitos establecidos en la citada norma, otorgando confianza
en sus resultados.
Esta verificación puede realizarla AENOR,
obteniéndose el certificado de AENOR de Verificación de
la Auditoría Energética.
Hay que tener en cuenta que la calidad y el alcance de
las auditorías energéticas varían en gran medida
dependiendo de la empresa de ingeniería/ consultoría
que las realice.
Por ello AENOR ha elaborado esta norma que especifica
los criterios de calidad que debe cumplir una auditoría
energética en cuanto a ámbito y alcance,
tecnología y metodología de análisis, la
contabilidad energética de los procesos de la
organización auditada y la forma de presentar las propuestas
de mejora y, así, hacer comparables y unificar las
auditorías energéticas, con la posibilidad de que un
tercero independiente verifique que la auditoría se ha
realizado conforme a la norma.
Con ello se garantiza la calidad de la auditoría y
la fiabilidad de sus conclusiones.
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