Monografias.com > Estudio Social
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Orígen de las clases sociales en Santo Domingo, según don Juan Bosch



    ¿En qué momento empezaron a formarse
    clases sociales en nuestro país? Al responder a esta
    pregunta hay que tomar en consideración que al llegar a
    nuestra Isla los conquistadores castellanos procedían de
    varias clases o sectores de clases; pero se trataba de clases
    dentro de la sociedad de Castilla, no dentro de la sociedad
    indígena, que era la que habitaba la isla que Colón
    bautizó con el nombre de Española.

    En la sociedad indígena, situada en el nivel
    correspondiente a los pueblos que vivían en la etapa de
    desarrollo llamada del neolítico superior, no había
    clases porque todavía no se había entrado en la
    etapa de la disolución de la propiedad comunal, y por
    tanto no se había llegado a la de la propiedad privada.
    Allí donde no hay propiedad privada no hay clases, aunque
    haya funciones, derivadas de la división del trabajo, que
    pueden dividir a los hombres y a las mujeres de acuerdo con las
    tareas que cumplen al servicio de su grupo; algunas de esas
    funciones pueden ser las del sacerdocio y el gobierno.

    Es probable que en algunos lugares de La Española
    hubiera en 1492 caciques y sacerdotes que habían heredado
    sus funciones, lo que indicaría que los pueblos
    indígenas de esos lugares se hallaban relativamente cerca
    del punto histórico en que iba a establecerse el sistema
    de la propiedad privada.

    Pero 'en general, los indios de la Española se
    encontraban todavía en la etapa de la propiedad comunal,
    tal como' lo estaban los de Venezuela cuando llegó a sus
    costas Américo Vespucio, miembro de la expedición
    que capitanes Alonso de Ojeda en el año de 1499. La
    descripción de la manera en que vivían los
    indígenas de la región occidental de la costa
    venezolana fue hecha por Américo Vescucio y aparece
    sintetizada por fray Bartolomé de las Casas en su Historia
    de las Indias (M. Aguilar, Madrid, Tomo 11, Capítulos CLXV
    y CLXVI, págs. 43-51).

    La conquista de nuestra Isla determinó una lucha
    de clases entre españoles e indios, por una parte, y
    desató otra lucha de clases entre los conquistadores. Esas
    dos luchas de clases acabarían fundiéndose en una
    nada más, en lo que se refiere a los indígenas, y
    precipitaría el establecimiento de la institución
    de la propiedad privada de las tierras, en lo que se refiere a
    los castellanos o españoles.

    El resultado final de esas luchas sería la
    esclavitud y la aniquilación física de los indios
    de la Isla y la formación de la primera oligarquía
    esclavista conocida en el Nuevo Mundo.

    En la primera parte de todo el proceso que condujo a la
    formación de una oligarquía esclavista en nuestro
    país jugó un papel de la mayor importancia la
    pobreza del Estado español, que no disponía de
    medios para financiar la conquista de la Isla; en la segunda
    parte jugó el primer papel el alzamiento de Francisco
    Roldám Ximénez y de sus seguidores; en la totalidad
    del proceso resultó de una influencia determinante la
    pobreza general de la Española, una isla que nunca fue
    rica, a pesar de la leyenda de su riqueza que hicieron circular
    Cristóbal Colón, Pedro Mártir de
    Anglería, el padre las Casas y muchísimos de
    nuestros historiadores.

    Los primeros indígenas de América
    sometidos a la esclavitud no fueron destinados a trabajar para
    los conquistadores sino a ser vendidos en España para
    pagar los gastos de la Conquista; se trató de 500 indios
    de la Española a quienes Cristóbal Colón
    despachó hacia Sevilla en cuatro naos que salieron de la
    Isabela el 24 de febrero de 1495. En 1496, don Bartolomé,
    el hermano de don Cristóbal, envió 300 indios al
    puerto de Cádiz. En 1498, al volver a la Española
    en su tercer viaje, el Descubridor escribió a los Reyes
    Católicos en estos términos: "De acá se
    pueden, con el nombre de la Santa Trinidad, enviar todos 'los
    esclavos que se pudiesen vender.• ." (José Antonio
    Saco, Historia de la Esclavitud de los Indios en el Nuevo Mundo,
    Cultural, S.A., La Habana, 1932, Tomo 1, págs. 102 y
    sigs.).

    En este primer aspecto de la lucha de clases entablada
    en la Española, Colón y su hermano asumían
    el papel de representantes del Estado español -o mejor
    dicho del gobierno de Castilla-, no el de una clase dominante que
    esclavizaba a los indígenas para ponerlos a trabajar en su
    beneficio. Pero sucedió que la venta de indios en
    España no prosperó porque Isabel la Católica
    creyó que al consentir ese negocio estaba cometiendo un
    pecado grave; y además resultó que los indios de
    nuestro país morían rápidamente en la
    metrópoli.

    Ahora bien, el hecho de que se apresaran
    indígenas para ser enviados a España en
    condición de esclavos, y vendidos allí como tales,
    dio pie para que los castellanos que vivían en la
    Española reclamaran que Ies concediera a ellos el derecho
    de tener esclavos; y ese derecho les fue reconocido, al menos de
    facto, por el hermano de don Cristóbal, el Adelantado don
    Bartolomé Colón.

    Este, que había quedado al frente del gobierno de
    la Isla después de haber salido el Descubridor hacia
    España en los primeros días de marzo de 1496, se
    halló forzado a complacer á esos castellanos que le
    pedían indios para usarlos como esclavos porque la
    situación de la Española era critica, tanto en el
    orden económico como en el político; en el primero,
    debido a que no había brazos para producir lo que
    hacía falta para vivir, y en el segundo, debido a la
    sublevación de Roldán, una sublevación que
    había sido provocada precisamente por la miseria general
    en que se hallaban los castellanos.

    Es más: desde poco después de haber salido
    Colón de la Española en marzo de 1496, se dispuso
    que los trabajos de siembra de algunos lugares fueran hechos por
    indios, bajo el mando de sus caciques, sin recibir paga alguna, y
    que se castigara con azotes y con la esclavitud a los que se
    negaran a hacer esas labores o huyeran hacia los montes
    (José Antonio Saco, ob. cit., Tomo 11, pág.
    250).

    Hasta entonces la propiedad privada de la tierra no
    había sido instituida en la Española -ni en
    América, desde luego, ya que la Conquista estaba siendo
    llevada a cabo sólo en nuestra Isla-, y los conquistadores
    ponían el grito en el cielo pidiendo que se les
    concedieran tierras.

    Fue en julio de 1497 cuando el gobierno de Castilla
    accedió a las peticiones de repartos de tierras, pero
    Colón estaba en ese momento en Castilla y la orden
    quedó en suspenso, para que él la aplicara cuando
    retornara a la Española" [lbid, pág.
    250).

    La aplicación de esa orden estaba llamada a dar
    origen a la institución de la encomienda, puesto que la
    donación de tierras no tenía ningún valor si
    con ellas no se repartían. indios que las hicieran
    producir; y la encomienda se convirtió rápidamente
    en el instrumento legal indispensable para someter a la
    explotación a los indios, no sólo de la
    Española, sino también de toda la región del
    Caribe; además, la encomienda fue el paso previo hacia el
    establecimiento de la oligarquía esclavista de las
    Américas.

    Algunos historiadores han querido ver en la
    rebelión de Roldán un movimiento liberador de los
    indios de la Española, y califican a Roldán como el
    primer adalid de la justicia social en el Nuevo Mundo.

    El análisis de los hechos históricos dice
    otra cosa; dice que para liquidar su alza miento -y el de los 102
    castellanos que le seguían-, Roldán exigió,
    y obtuvo, que se les dieran tierras a él y a los
    roldanistas, y con esa exigencia ibá aparejada la de que
    se les entregaran indígenas para trabajar las tierras. A
    Roldán se le puede llamar, sin exageración, el
    primer encomendero de América, puesto que su levantamiento
    provocó creación de la encomienda por lo menos
    cuatro años antes de que ésta fuera establecida
    legalmente.

    Colocado en una situación política de
    extrema debilidad, a causa del disgusto en que se hallaba la
    población castellana de la Isla, el Descubridor tuvo que
    ceder a las presiones de Roldán.

    Esto sucedió en 1499. Las Casas refiere que el
    propio Almirante le dio a Roldán el 29 de octubre de ese
    año "tierras o labranzas o haciendas ajenas de los tristes
    indios", y que "Concedióle más el Almirante al
    Roldán, que el Cacique y señor que había
    desorejado Alonso de Hojeda… y su gente se la labrasen"; y
    agrega con tremenda ironía: " …veis aquí
    cómo se va entablando aquella tan justa gobernación
    que llamaron repartimiento, y después las honestas
    encomiendas" (Fray Bartolomé de las Casas, ob, cit., Tomo
    11, págs. 28-9).

    Cuando llegó a nuestro país en abril de
    1502, el gobernador don Nicolás de Ovando halló que
    la encomienda existía de hecho hacía más de
    dos años, puesto que ya había por lo menos unos
    cien castellanos dueños de tierras y de indios que las
    trabajaban.

    Esos propietarios de tierras, que disponían de
    trabajadores indígenas a los que no les pagaban salarios,
    eran los roldanistas, los que habían estado en
    rebeldía bajo el mando de Francisco Roldán
    Ximénez. La palabra encomienda no se usaba todavía;
    se usaba la de repartimiento, para indicar con ella que se
    repartían tierras e indios, pues el reparto de las tierras
    se hacía entregando a los conquistadores, en cada caso,
    tierras que los indios cultivaban, y con esas tierras, a los
    indios que las estaban usando, incluyendo en el grupo
    indígena, en primer lugar y como jefe de los indios
    repartidos, al cacique del grupo, y en segundo lugar a las
    mujeres, los niños y los ancianos.

    La palabra encomienda surgió ,de la frase con que
    iniciaba Ovando la fórmula de repartir a los
    indígenas, que era la siguiente: "A vos (aquí iba
    el nombre del castellano beneficiado) encomiendanseos en el
    Cacique (aquí el nombre del cacique) (tantos) indios para
    que os sirváis de ellos en vuestras minas y
    granjerías en la persona del Cacique".

    Las palabras "en la persona del Cacique" querían
    decir que era a éste a quien debía darle el
    encomendero las órdenes de trabajo y que el cacique era
    responsable por la conducta de sus indios.

    Ovando llegó a la Española con
    instrucciones muy claras de Isabel la Católica.
    Según esas instrucciones, todos los indios de la Isla
    debían ser "libres de servidumbre y que no fuesen
    molestados de alguno, sino que viviesen como vasallos libres,
    gobernados y conservados en justicia como lo eran los vasallos de
    los reinos de Castilla".(José Antonio Saco, ob. cit., Tomo
    11, págs.254-5). Pero Ovando halló establecida en
    la Isla la encomienda y' presionó tan fuertemente sobre la
    reina que ésta ordenó, mediante la Provisión
    del 20 de diciembre de 1503. expedida en Medina del Campo, que
    "en adelante compelais y apremiéis á los dichos
    Indios que traten y conversen con los cristianos de la dicha
    isla, y trabajen en sus edificios en sacar y coger oro y otros
    metales, y en fazer granjerías y otros mantenimientos para
    los cristianos, vecinos y moradores de dicha isla, y fagais pagar
    á cada uno el día que trabajare el jornal y
    mantenimiento que según la calidad de la tierra y de la
    persona y del oficio vos pareciese que debieren haber, mandando
    á cada Cacique que tenga cargo de cierto número de
    los dichos Indios para que los haga ir á trabajar donde
    fuere menester… para que trabajen en lo que las tales personas
    les mandaren, pagándoles el jornal que por vos fuere
    tasado, lo cual hagan é cumplan como personas libres como
    lo son, y no como siervos; é faced que sean bien tratados
    los dichos Indios, é los que dellos fueren cristianos
    mejor que los otros; é non consintades ni dedes lugar a
    que ninguna persona les haga mal ni daño ni otro
    desaguisado alguno: … so pena de la mi merced y de diez mil
    maravedis para la mi Cámara á cada uno que lo
    contrario ficiere".

    De esa Provisión real hizo Ovando el fundamento
    legal de sus encomiendas. Copiando a las Casas, dice José
    Antonio Saco que Ovando deshizo "los grandes pueblos que avia y
    da á un Español ciento, y á otros cinquenta,
    y á otros mas, y a otro menos, según la gracia que
    cada uno con él alcanzava y él quería: y
    dá niños y viejos, mugeres preñadas y
    paridas, y hombres principales y plebeyos, y á los
    señores naturales de los pueblos y de la tierra
    dávalos en uno de los repartimientos que hacia el
    Español á quien el mas honra y provecho
    quería hacer", (Ibid. pág. 57). Y efectivamente,
    así fue: Ovando utilizó su poder de repartidor como
    instrumento político, para premiar a sus partidarios de la
    Isla y castigar a los que se le oponían.

    El Comendador de Lares se convirtió en el
    árbitro de la lucha de clases que se había
    entablado en La Española, y como tal árbitro
    disponía, según a él le conviniera, de los
    indígenas, que habían pasado a ser la clase
    sometida. En cuanto a las recomendaciones de la reina en favor de
    los indios, ésas fueron palabras que se llevó el
    viento.

    Después de la muerte de doña Isabel,
    ocurrida a los once meses, de haber dado su Provisión del
    20 de diciembre de 1503, la suerte de los indios encomendados
    pasó a ser trágica; en realidad, quedaron
    convertidos en esclavos de los encomenderos, y éstos en
    sus amos, que los apaleaban hasta la muerte. Con el tiempo vino a
    suceder que a los funcionarios reales se les pagaban los sueldos
    dándoles. indios. "Nombrárnosle al año
    siguiente dos oficiales reales más para la
    Española, habiendo recaído el nombramiento de
    contador en Gil González Dávila, y el de factor en
    Juan de Ampués, señalándoseles 200 indios de
    repartimiento en parte de su salario.

    Cuando en 1511 se fundó la primera Audiencia en
    la Española, dióse a cada uno de los jueces de
    apelación que la formaron, además del sueldo que se
    les señaló, un repartimiento de 200- indios.
    Mercedes semejantes hiciéronse también de 100, de
    60 y 50 indios a criados de la Casa Real, miembros del Consejo
    (de Indias), muchos cortesanos, y a otras personas que sin
    residir en la Española gozaban de sus encomiendas por
    medio de mayordomos que al efecto' tenían en aquella isla'
    dice José Antonio Saco, citando a Herrera (lb id,
    pág. 271).

    Como sucesor de Ovando, don Diego Colón ,tuvo la
    autoridad de repartidor de los indios de la Española, pero
    en 1514, esa autoridad le fue conferida a Rodrigo de
    Alburquerque, quien la compró con dinero y se
    dedicó a repartir los indios de la Isla a quienes le
    pagaran.

    De acuerdo con Suazo, en el primer repartimiento hecho
    por, don Diego Colón", se habían repartido 33,523
    indios, y los repartidos por Alburquerque cuatro años
    después alcanzaron sólo a 20,995 "es decir, una
    disminución de 12,533 en el corto tiempo de cuatro
    años que mediaron entre esos dos
    repartimientos.

    Y tan grande era la disminución, que según
    el licenciado Suazo, juez de residencia en la Española, ya
    en enero de .15,18, o sea tres años después del
    repartimiento de Alburquerque, no había en aquella isla
    once mil indios" (Ibid, pág. 306).

    A medida que los indios de la Española iban
    desapareciendo, los castellanos de la Isla -que en el 1516 eran
    715-, compraban indios esclavizados en otras islas o en las
    costas de Venezuela; de manera que de la encomienda se
    pasó a la esclavitud de indígenas del
    Caribe.

    El paso siguiente seria la adquisición de
    esclavos africanos, y con él el establecimiento de una
    oligarquía esclavista dedicada a producir azúcar
    para' venderla en España. Todavía tan tarde como en
    1525, cuando ya estaba produciéndose azúcar con
    esclavos africanos, un fiscal de la Real Audiencia de la
    Española, llamado Pedro Moreno, que fue enviado a las
    Hibueras -donde hoy se halla la República de Honduras-
    para resolver Ias disputas sangrientas en que se encontraban
    envueltos los conquistadores de aquellos lugares,
    aprovechó el viaje y trajo 40 indios que vendió en
    la Española como esclavos.

    El conquistador de- México, Hernán Cortes,
    reclamó de la Real Audiencia de nuestra Isla que se le
    devolvieran esos 40 indios. El oidor de la misma Audiencia, Lucas
    Vásquez de Ayllón llegó hasta las Bahamas
    apresando indios que traía a la Española para
    venderlos como esclavos.

    Por todo lo dicho sabemos que para 1509, cuando
    lIegó a la Isla don Diego Colón, había en la
    Española una clase sometida, compuesta por indios
    encomendados, que aunque legalmente no eran esclavos, lo eran de
    hecho. Y por lo que cuenta Gonzalo Fernández de Oviedo,
    también había castellanos ricos, puesto que las
    damas de compañías de doña María de
    Toledo, mujer del virrey don Diego, "las más del las, que
    eran mozas, se casaron en esta cibdad y en la isla con personas
    principales e hombres ricos de los que ad estaban" (Gonzalo
    Fernández de Oviedo, Historia General y Natural de las
    Indias, Edición de la Biblioteca de Autores
    Españoles, Madrid, 1959, Tomo 11, Libro XII, Cap. XI, p.
    249).

    De manera, pues que para el año de 1509 la
    población de- la Isla estaba dividida en clases sociales,
    de las cuales las dos extremas eran la de los encomenderos
    castellanos y la de los indígenas encomendados. Sabemos
    que los últimos eran unas 33,500 personas, puesto que en
    el primer repartimiento hecho por don Diego se distribuyeron
    33,523 indios; pero no sabemos cuántos componían el
    grupo de los encomenderos.

    Entre estos y los indios encomendados había
    castellanos que pertenecían a otros sectores sociales,
    pero su número era pequeño, puesto que hacia el
    1516 los castellanos que vivían en la Isla sumaban
    sólo 715. En dieciséis años, a partir del
    segundo viaje de Colón, que tuvo lugar en el 1493 y que
    fue en realidad el de la primera fase de la Conquista, tomaron
    forma las clases sociales de la Isla. Más tarde ese
    panorama iba a evolucionar en pocos años hasta culminar en
    la formación de una sociedad oligárquica eslavista
    dedicada a enriquecerse en la fabricación y venta de
    azúcar.

    En esa oligarquía esclavista, el indio fue
    sustituido por el negro africano debido a la extinción del
    primero. Fernández de Oviedo dice que de los indios que
    había en la Isla al llegar los castellanos "e de los
    que después nascieron, no se cree que hayal presente en
    este año de mili e quinientos y cuarenta e ocho,
    quinientas personas, entre chicos e grandes, que sean naturales o
    de la progenie e estirpe de aquellos primeros. Porque, los
    más que agora hay, son traídos por los cristianos
    de otras islas, o de la Tierra Firme, para se servir dellos"

    (lbid, Tomo " Cap. VI, pigs. 66-7).

    Así pues, los indios encomendados y los negros
    esclavos fueron, a 'la vez que dos razas, dos clases explotadas y
    sometidas; y fueron dos porque una -la indígena, se
    extinguió rápidamente y su lugar pasó a ser
    ocupado por la otra, es decir, la negra.

    Aunque en el origen de la encomienda hallamos, como una
    de las causas precipitantes, la rebelión de Francisco
    Roldán, en su desarrollo y culminación está
    la concepción de los altos funcionarios del imperio
    español, tanto de los que actuaban en la Española
    como de los que actuaban en Toledo…y llegó a tanto el
    negocio, que no solamente fueron repartidos los indios a los
    pobladores, pero también se dieron a caballeros e
    privados, personas aceptas y que estaban cerca de la persona del
    Rey Católico, que eran del Consejo Real' de Castilla e
    Indias, e a otros (lbid, pág. 67).

    Como desde el punto de vista de la categoría que
    tenían en los cargos esos altos funcionarios de Toledo y
    de Santo Domingo formaban una aristocracia burocrática,
    además de ser general mente miembros de la nobleza de
    sangre de Castilla, puede afirmarse que el poder político,
    ejercido por esa aristocracia burocrática 'del imperio
    español, resultó ser el poder determinante para la
    formación de una oligarquía de encomenderos, que
    luego, a la desaparición de los indios, quedó
    convertida en una oligarquía esclavista.

    De lo que cuenta fray Bartolomé de las Casas (Ob.
    cit. pág. 153) se saca en claro que en los tiempos de
    Bobadilla y de Ovando los que acumularon alguna riqueza
    -"según las riquezas de 'entonces", dice las Casas- fueron
    los que tenían granjerías. "Las granjerías
    de entonces no eran otras sino de criar puercos y hacer labranza
    del pan cacabi .Y las otras rafees comestibles, que son los ajes
    y batatas", afirma el fraile historiador.

    Y agrega que "ésta fue regla general en estas.
    islas, que todos los que se dieron a las minas, siempre
    vivían en necesidad, Y aun por las cárceles, por
    deudas; y por el contrario, tuvieron más descanso y
    abundancia los dados a las granjerías.. ,".

    Esa quiebra de los recogedores de ore se debió a
    que cuando menos lo esperaban, Bobadilla exigió el tercio
    de todo el oro recogido para las cajas de los reyes, y los
    dueños de oro tuvieron que vender "por 10 lo que
    habían comprado por 50, por manera, que todos los que
    más oro habían cogido, más que otros
    quedaron perdidos" (lbid, pág. 153).

    De esos granjeros a los que se refiere las Casas
    salieron los encomenderos ricos -siempre, desde luego, de manera
    relativa a la riqueza que podía acumularse en la
    Española-, aunque muchos se arruinaron "por otros malos
    recaudos de excesos en el vestir, y jaeces y otras vanidades que
    hadan". Las Casas advirtió ya en esos días que todo
    lo que tenían, "con las fatif!as y sudores de los indios,
    lo adquirían". Con lo cual viene a decir que la riqueza de
    la oligarquía encomendera, así fuera relativa, se
    nutrfa del trabajo de. los indios encomendados, o lo que. es lo
    '.mismo, de lo que producía la primera clase sometida y
    explotada que conoció nuestro país. Sin duda fue de
    esa oligarquía de encomenderos de donde salieron los
    "hombres ricos" que según Fernández de Oviedo se
    casaron con algunas de las jóvenes que llegaron a la
    Española acompañando a doña MARIA DE
    TOLEDO

    Este resumen está basado en el libro
    Composición Social Dominicana, del Profesor Juan
    Bosch.

     

     

    Autor:

    Ing.+Lic. Yunior Andrés Castillo
    S.

    "NO A LA CULTURA DEL SECRETO, SI A LA
    LIBERTAD DE INFORMACION"®

    Monografias.com

    Santiago de los Caballeros,

    República Dominicana,

    2015.

    "DIOS, JUAN PABLO DUARTE Y JUAN BOSCH – POR
    SIEMPRE"®

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter