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Panorama temático de la obra poética de Fina García Marruz



  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Análisis de los
    resultados
  4. Conclusiones
  5. Bibliografía
  6. Anexos

[…] poeta mayor es aquel que tiene ojos
para ver la gloria. Es esto lo que rinde la final superioridad de
un Darío frente a un Neruda, no obstante ser él a
su vez un gran poeta. La superioridad de un Rimbaud vidente
frente a un Baudelaire amargo o un Nerval secreto. Es
quizá lo único que echamos de menos en el
amadísimo Vallejo. La sospecha de que el sufrimiento no
sea, quizá, lo más profundo, no obstante su
atronadora evidencia rodeándonos.

Fina García
Marruz.

Resumen

El presente trabajo realiza un acercamiento
temático a la poesía cubana escrita por mujeres a
partir del siglo XIX para así establecer conexiones con la
obra poética de Fina García Marruz como uno de los
más altos exponentes de la lírica cubana del siglo
XX. Las poetisas cubanas fueron, a partir del crecimiento de la
lírica en nuestro país, acentuando una escritura
vigorosa, intensa, que descubrió extraordinarios matices
en la percepción, a veces inaudita de la realidad y que
exploró, a partir de la variedad temática, la
sonoridad y riqueza de nuestro idioma. Basándose en la
obra poética de Fina García Marruz esta
investigación propone como problema: ¿Cómo
se integra la poesía de Fina García Marruz, a
partir de sus temas, a la tradición poética
femenina de Cuba? El objetivo es determinar qué elementos
integran la poesía de Fina García Marruz, a partir
de sus temas, a la tradición poética femenina de
Cuba, a través de métodos como
análisissíntesis, histórico-lógico y
análisis de contenido, siendo la técnica empleada
la entrevista en profundidad.

Introducción

La historia de la literatura, ya sea universal o
particular, ha usado el acápite confinatorio de "las
poetisas" para resumir en pocas líneas el estudio del
quehacer lírico femenino que han enjuiciado dentro de un
mismo grupo, a todas aquellas que, a su leal saber y entender de
nombres, no alcanzaron las tallas masculinas para ser aquilatadas
en los epígrafes que definían la tendencia de una
época o un movimiento literario.

Uno de los aspectos que ha acentuado el problema y que
ha lastrado las reivindicaciones contra las mujeres resulta la
automarginación. La marginalidad también trajo como
consecuencia que autoras de poco talento o francamente mediocres
fueran traídas por los pelos para hacer bulto, en tanto
las de alto calibre se veían sometidas a la
colectivización emparejadora del término de
poetisas.

Muchas creadoras se ofendían al oírse
llamadas así y preferían adoptar el apelativo
aparentemente dignificado de "poeta", por estimar que "poetisa"
se reducía a la nominación que, de hecho,
representaba un sinónimo de la emoción domesticada,
del lirismo de una casa y excluía lo estimable de las
elucubraciones poéticas.

Si se analiza este asunto con serenidad y autoestima no
puede aceptarse que el término poetisa tenga nada
vergonzoso en sí, ni demerite algo en lo estético;
por el contrario, es una tarea de todos despojarlo del matiz de
subestimación y reponerlo en el legitimo lugar que le
corresponde por su significado y belleza sonora. Por eso no queda
más remedio que concordar con Mirta Yáñez
cuando tomando como escudo la autoestima de las poetisas, no
considera que el termino tenga nada peyorativo en sí y por
eso dijera: ¡Poetisas si![1]

A principios del siglo XX, se publicó un texto
que reunió, bajo el sonoro título de Florilegio
de escritoras cubanas
, a más de un centenar de
mujeres dadas en ejercer el solitario oficio de la
poesía.

La historia de la poesía escrita en Cuba por
féminas no pudiera darse a conocer si se perdiera de vista
el devenir de la historia cubana, de las intendencias
profesionales referidas a la creación como sistema de
interrelaciones de las ideas, de la psicología cotidiana y
la promoción.

Con la instauración del Romanticismo en el siglo
XIX americano, a la mujer literata no le era fácil romper
con el anonimato. Para lograrlo debía tomarse licencias
que la sociedad estratificada, bajo la gobernatura
política y económica de los hombres, no estaba
dispuesta a otorgarle. La escritora casi siempre llegaba a
convertirse en piedra de escándalo.

Para lograr ser una poetisa reconocida había que
despojarse de aquel eterno destino femenino, impuesto por un
estado patriarcal mercantil al que le urgía apropiarse de
la fuerza de trabajo no reconocida de la mujer y convertirla en
un objeto más de la propiedad privada, pero nunca como un
sujeto para el conocimiento, el sentimiento o la
creación.

El medio concreto en el que se desenvolvían las
poetisas románticas cubanas sumaba a los conceptos
patriarcales en plena vigencia, la dominación de una
metrópoli que se contaba entre las más severas en
cuanto a la aplicación de códigos de conducta
ligados a la religiosidad cristiana. A ello habría que
añadirle la sobreimposición de valores tribales
provenientes de las culturas africanas allegadas a América
y arraigadas con fuerza en la tierra caribeña.

Entre las poetisas románticas que se vuelve
imprescindible mencionar se encuentran Aurelia del Castillo y
Úrsula de Céspedes. Las mismas sentaban las bases
del posterior grupo modernista del que seria Juana Borrero la
figura descollante. Los temas en estas poetisas mantuvieron el
amor, la pérdida y la cotidianeidad como elementos
fundamentales, aunque la patria y la noción de insularidad
comienzan a ser representativa desde los
románticos.

Luisa Milanés, escritora posmodernista de
reconocida vibración, es una de las poetisas que resalta
las voces líricas bayamesas y perteneció al
más alto linaje cubano cuando de poesía se
trata.

La poesía escrita por las mujeres que han
recibido con frecuencia mayúscula el fenómeno de la
Revolución, ha refraccionado el impacto de esa
mutación. Se puede decir que el discurso poético
femenino desde 1959 hasta la fecha es lúcido y
analítico como conjunto, y en muchos aspectos es una
asimilación más madura, honesta y profesional que
la poesía de algunos escritores profusamente
publicados.

Para una primaria descripción de la
fisionomía generacional de este grupo de poetisas es
indispensable asumir que han escrito y publicado su obra dentro
del contexto histórico de contradicciones, rupturas y
conflictos sociales profundos. Sus vivencias generacionales son
prácticamente las mismas que las de sus
contemporáneos hombres. El propio suceso social fue quien
las colocó en el plano de igualdad en cuanto a experiencia
vital, asimilación de conceptos, y, por el hecho de
recibir motivaciones semejantes.

Fina García Marruz es otra de estas inefables
poetisas que Margaret Randall llama con acierto, nuestras "madres
vivientes". Los aportes del proyecto estético de
Orígenes, del que también fuera integrante, no
sólo significaron una defensa de la identidad, sino
además una escuela del rigor en el lenguaje, tal como
Cintio Vitier ha comentado al definir la conducta literaria del
grupo: […] la misma voluntad de cada uno de integrar sus
intuiciones, sus posibles apoderamientos de lo desconocido, en un
distinto absoluto poético a partir de dos supuestas
radicales: la experiencia y la
palabra.[2]

Roberto Fernández Retamar los llama
trascendentalistas[3]término que
se ajusta al afán generacional de trascender una realidad
dada, usando como instrumento la palabra, a la par que
proponían sus intuiciones de verdad acerca de los grandes
temas de la poesía cubana.

Poetisa de serenidades y honduras conceptuales, Fina
García Marruz tiene la rara habilidad de aprehender el
detalle menor sin prescindir del tono grave que le es tan
afín. Así sucede con su poema La mente en
puerta de la iglesia
, patético retrato de la locura
en una mujer, en el que se transita de la evocación a la
implicación personal mediante la introspección
crítica que, como al pasar, incluye a todo el
género humano en solidaria compenetración y
complicidad.

A diferencia del clásico hermetismo atribuido a
los trascendentalistas, la poesía de Fina
García Marruz es eminentemente diáfana. Su sustento
en la memoria y los pormenores modestos de la vida le han
permitido el acceso a un discurso poético complejo y claro
a la vez. Pero esta poetisa no es una más entre los
trascendentalitas de Orígenes, por sí sola y sin la
augusta escolta de los poetas que la rodean, es una de las voces
liricas mas sobrias y finas, valga la redundancia, de la
poesía en la lengua hispana de hoy. Las dos tendencias
tradicionales en la poesía cubana eran las de
preocupación social y la lírica de artistas
filosóficas, aunque Alberto
Rocalosano[4]reconoce que los dos grandes temas de
la poesía escrita por mujeres en Cuba hasta el siglo XIX
son el amor y el dolor. Todas comparecen en una síntesis
en las poetisas cubanas de hoy, herederas de la pasión
atrevida de Gertrudis Gómez de Avellaneda, del rigor del
idioma de Dulce María Loynaz y de la inquietud por
trascendencia de la vida humana de Fina García
Marruz.

La investigación propone como Problema:
¿Cómo se integra la poesía de Fina
García Marruz, a partir de sus temas, a la
tradición poética femenina de Cuba?

Objetivo: Determinar que elementos integran la
poesía de Fina García Marruz, a partir de sus
temas, a la tradición poética femenina de
Cuba.

Idea a defender: Las temáticas abordadas
por Fina García Marruz en su obra poética responden
a los temas desarrollados por la tradición lirica en Cuba,
aunque lo hacen desde la peculiar óptica de la
poetisa.

Análisis de
los resultados

La poesía de Fina García Marruz es
eminentemente diáfana. Su sustento en la memoria y los
pormenores modestos de la vida le han permitido el acceso a un
discurso poético complejo y claro a la vez. Es,
además, de las pocas escritoras nuestras que posee una
poética explícita y que se ha adentrado en
consideraciones de una avasalladora profundidad, hondura real,
abandonando la contextualización evidente o la palabra
"bonita" pero sin sentido.

Pero esta poetisa no es una más entre los
trascendentalitas de Orígenes, por sí sola y sin la
augusta escolta de los poetas que la rodean, es una de las voces
liricas mas sobrias y finas, valga la redundancia, de la
poesía en la lengua hispana de hoy. Las dos tendencias
tradicionales en la poesía cubana eran las de
preocupación social y la lírica de artistas
filosóficas, aunque Alberto
Rocalosano[5]reconoce que los dos grandes temas de
la poesía escrita por mujeres en Cuba hasta el siglo XIX
son el amor y el dolor.

Cuando se leen sus poemas en orden cronológico,
se pueden encontrar constantes como la desjerarquización
de los temas, la ausencia de rangos en los motivos centrales de
sus textos, rasgo que distingue su quehacer de otras
poéticas coetáneas de ascendencia romántica
y de cualquier otra concepción de mayor o menor
importancia en la historia de la lírica cubana.

Su línea de pensamiento tiene en la obra de
Martí su fuente primigenia, afinidad que se evidencia en
el estilo propiamente dicho de algunos momentos de Las
miradas perdidas
y de los restantes libros que ha venido
publicando a lo largo de los años.

Otra fuente fundamental está en su religiosidad,
en el diálogo profundo y entrañable que ha
mantenido con el Antiguo y Nuevo Testamento, donde se le revela
el simbolismo trascendente de lo real.

Su poesía ha de revelarnos lo que la misma autora
llama "la liturgia de lo real, la realidad, pero en su extremo de
mayor visibilidad, que es también el de su escape eterno.
Lo extraño, lo oscuro es la perdida esencial del instante,
la instantaneidad preciosa e irreparable de la vida.

En el plano formal se ha señalado cierto
desaliño en la composición de algunas de sus
páginas, descuido que viene a poner de manifiesto que lo
más importante para ella no es el acabado estructural del
texto, sino la aprehensión de lo que constituye la imagen
real de lo que canta. En muchos poemas utiliza formas cerradas
(sonetos, décimas), en otras tantas formas abiertas,
versos dilatados que brotan como un torrente que no quiere ser
contenido ni mutilado de ninguna manera. En ocasiones, estamos
ante verdaderas páginas de prosa, fluido incesante que va
configurando sus contenidos, rotos ya los limites
formales.

Sus tres temáticas fundamentales son: la memoria,
lo cubano y su religiosidad. Su evocación de Benny
Moré, de Bola de Nieve, de Rita Montaner, de las
entrañables imágenes de las calles habaneras y de
la vida del hogar, con sus habitaciones sombrías o
iluminadas, formas de un estilo de vida que esta en el
léxico e incluso en la sintaxis de esta poesía y en
la manera de adjetivar, tan delicadamente cubanas, va integrando
un pensamiento que busca la visión de lo que permanece, de
lo inaudito, de lo extraño en esa totalidad fastuosa e
inabarcable.

Poetisa de serenidades y honduras conceptuales, Fina
García Marruz tiene la rara habilidad de aprehender el
detalle menor sin prescindir del tono grave que le es tan
afín. Así sucede con su poema La mente en
puerta de la iglesia
, patético retrato de la locura
en una mujer, en el que se transita de la evocación a la
implicación personal mediante la introspección
crítica que, como al pasar, incluye a todo el
género humano en solidaria compenetración y
complicidad.

Su pensamiento se inscribe en un realismo
trascendentalista, de suma importancia en la concepción de
la poesía que trajo el grupo Orígenes a la
consolidación de la cultura cubana. Su tratamiento de la
lengua y su empleo justo y cuidados, hace de su poética un
tributo al español hablado en América.

Conclusiones

La obra de Fina García Marruz se integra, para
orgullo de todos los cubanos, dentro la tradición
poética femenina de Cuba. Con un "conocimiento encarnado"
resuelve el misterio poético en el misterio de la
catolicidad. Lo cotidiano es vivencia transmutada en arte y se
convierte de este modo la imagen poética parte de la
propia existencia. Los temas principales de su obra se resumen en
"lo cubano", la memoria y la expresión católica (su
religiosidad). Sus imágenes son intuitivas, imaginales.
Elementos como la espacialidad se vuelven motivos de
develación de los límites de la existencia en su
transmutación hacia la poesía. Su obra posee una
estatura absolutamente universal, a la altura de los más
estremecedores poetas. Cuando se leen sus versos crece el
júbilo ante cada frase o poema y es fácil sentir el
diálogo íntimo entre la poetisa y su
escritura.

Bibliografía

  • Álbum de poetisas cubanas.
    Inventario e Introducción de Mirta
    Yáñez. Editorial Letras Cubanas.

  • Apreciación de la cultura cubana II.
    Apuntes para un libro de texto.

  • Roberto Fernández Retamar: La
    poesía contemporánea en Cuba (1927-1953).

    Ediciones Orígenes, La Habana, 1954.

  • Cintio Vitier. "Recuento de la poesía
    lirica en Cuba. De Heredia a nuestros días"

    [1956], en su Critica 1. Prólogo de Enrique Sainz. La
    Habana, Editorial Letras Cubanas, 2000.

  • Fina García Marruz. Obra poética,
    Tomo I
    . Editorial Letras Cubanas, 2008.

  • Fina García Marruz. Obra poética,
    Tomo II
    . Editorial Letras Cubanas, 2008.

  • Fina García- Marruz: Hablar de la
    poesía.
    La Habana, Editorial Letras Cubanas,
    1986.

  • Fina García-Marruz, en Diez Poetas
    Cubanos
    . 1937 – 1947. Antologías y notas de
    Cintio Vitier. La Habana, Ediciones Orígenes,
    1948.

  • Florilegio de escritoras cubanas,
    recopilado por Antonio González Arquejo. La Habana,
    1912-1919.

  • Historia de Cuba. Nivel medio Superior.
    Editorial Pueblo y Educación.

  • Olabuénaga Ruiz, José Ignacio.
    Metodología de la investigación
    cualitativa
    , 2da edición. Universidad de Deusto,
    Bilbao, 1999.

  • Roberto Hernández Sampier.
    Metodología de la investigación I y
    II
    . Editorial Félix Varela. La Habana
    2004.

  • Sampier Hernández Roberto; Fernández
    Collado Carlos; Baptista Lucio Pilar: Mc Graw
    Hill.

  • Selección y prólogo de José
    Lezama Lima. Editorial del Consejo Nacional de Cultura. La
    Habana, 1965.

  • Sonia Almanzán; Mariana Serra. Cultura
    Cubana siglo XX
    . Tomo I. Editorial Félix Varela.
    La Habana 2006.

  • The Ethnographic Interview, James P. Spradley, Holt,
    Rinehart and Winston. USA.1979. La Entrevista en Profundidad
    según J. Spradley.

  • http://www.cubaliteraria.com/monografia/grupo_origenes/integrantes/jll.html.

Bibliografía viva: Abel Guerrero Castro.
Destacado escritor bayamés.

Anexos

Guía de la entrevista en
profundidad:

Entrevista a Abel Guerrero Castro, escritor
bayamés.

Fecha: 12 de diciembre del
2013.

Lugar: UNEAC.

Hora: 10.00 a.m.

Objeto: Fina García Marruz.

Objetivo: Profundizar sobre las
particularidades e influencias en la obra poética de Fina
García Marruz.

Tópico: Particularidades e
influencias en la obra poética de Fina García
Marruz.

Temáticas:

  • 1- Las poetisas cubanas del siglo
    XIX.

  • 2- Obra poética de Fina García
    Marruz.

  • 3- Temáticas o temas fundamentales
    tratados en la obra de Fina García Marruz.

  • 4- Fina García Marruz y el grupo
    Orígenes.

Obras publicadas

  • Poemas, 1942.

  • Transfiguración de Jesús en el
    Monte
    , 1947.

  • Las miradas perdidas, 1951.

  • Visitaciones, 1970.

  • Viaje a Nicaragua, con Cintio Vitier,
    1987.

  • Poesías escogidas, 1984.

  • Créditos de Charlot, 1990 (Premio de
    la Crítica 1991).

  • Los Rembrandt de l'Hermitage,
    1992.

  • Viejas melodías, Caracas,
    1993.

  • Nociones elementales y algunas
    elegías
    , Caracas, 1994.

  • Habana del centro, 1997.

  • Antología poética,
    1997.

  • Poesía escogida, con Cintio Vitier;
    Editorial Norma S.A., Bogotá, 1999.

  • Estudios críticos, con Cintio
    Vitier, 1964.

  • Poesías de Juana Borrero, 1967,
    1977.

  • Los versos de Martí,
    1968.

  • Temas martianos, con Cintio Vitier,
    1969.

  • Bécquer o la leve bruma,
    1971.

  • Flor oculta de poesía cubana, con
    Cintio Vitier, 1978.

  • Hablar de la poesía, 1986 (Premio de
    la Crítica 1987).

  • Temas martianos, segunda serie,
    1982.

  • La literatura en el Papel Periódico de La
    Habana
    , con Cintio Vitier y Roberto Friol,
    1991.

  • Temas martianos, (tercera serie),
    1993.

  • La familia de Orígenes,
    1997.

  • Otras ediciones críticas

  • Poesías y cartas, con Cintio Vitier,
    1977.

  • Textos antimperialistas de José
    Martí
    , 1990.

Distinciones

  • Orden Alejo Carpentier.

  • Distinción por la Cultura
    Nacional.

  • Distinción Raúl Gómez
    García.

  • Medalla Fernando Ortiz de la Academia de Ciencias de
    Cuba.

  • Medalla 30 Aniversario de la Academia de Ciencias de
    Cuba.

  • Distinción 23 de agosto de la
    Federación de Mujeres Cubanas.

  • Profesora emérita de la Universidad de La
    Habana.

  • Hija adoptiva de Bayamo.

  • El Premio Internacional de Poesía Ciudad de
    Granada Federico García Lorca, 2011.

  • Premio Reina Sofía de Poesía
    Iberoamericana, 2011

 

 

Autor:

Lic. Aylén Rosa Cuba
Rodríguez.

UNIVERSIDAD DE GRANMA

Departamento Marxismo Leninismo

MUNICIPIO BAYAMO

CURSO 2014-2015.

[1] Mirta Yáñez: Álbum
de poetisas cubanas, p.5.

[2] Cintio Vitier: Citado por Roberto
Fernández Retamar en La poesía
Contemporánea en Cuba (1927-1953), Ediciones
Orígenes, La Habana, 1954, p. 86.

[3] Roberto Fernández Retamar: Ob.
Cit., p. 86- 87.

[4] Alberto Rocalosano: Poetisas Cubanas, p.
15.

[5] Alberto Rocalosano: Poetisas Cubanas, p.
15.

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