Libro de las cosas amorosas
Amar
Ser felices contemplando el sol,
Ser felices contemplando los
árboles,
Ser felices inspirados en las cosas
sencillas,
Ser amados, ser conspirados en
Dios.
Ser felices espiando las hojas de las
flores,
Ser amado en plenitud:
Yo soy feliz; admiro la belleza de la
existencia.
Quisiera predicar "árboles,
plantas",
Quisiera amar "ángeles,
arcángeles";
Pero es Dios quien contempla y
regocija.
¡Dios!, en plenitud;
¡Dios!
Plenitud
Amo las cosas sencillas,
Amo la contemplación de una hoja
deshaciéndose en los aires.
Amo expresar la palabra "amor" en todo su
esplendor.
Amo contradecir la falta de
felicidad;
El amor es
Temerario.
Amarnos con esplendor, con síntesis,
con ganas tremendas de ser felices.
Yo amo y soy amado, yo amo
espiritualmente.
Los seres son de luz.
A veces, cuando pienso en Dios, imagino un
desbordado amor por la raza humana.
A veces, cuando sueño, engendro
animales míticos.
Dios nos ama por nuestros actos y por
nuestros pensamientos.
Mis animales son monstruos.
Los seres de luz cohabitan en
mí.
Un arcángel, un ángel, santos
iluminados, apóstoles;
Amor es lo que nos conmueve.
Nosotros amamos a Dios; amamos su
naturaleza.
Las sosas sencillas están en
Dios:
Un besos, una caricia, los hijos, la madre,
la novia.
Amando a Dios hallaremos
dulzura.
Amor, amor, amor, ¡viva el
amor!
Alondra
Yo te amo porque eres amor puro,
pureza,
Yo te amo infinitamente en devenir,
purísima,
Amar y prevenir de las cosas que no son
verdaderas,
Amar y permitir que la vida nos
contenga,
Amar, amor, ambrosía, sistemas que
nos contemplan,
Amar, desamar, jolgorio, amor sin
límite de amor.
Alondras son parajes de belleza, de
sutileza, de esperanza.
Alondras alejándose de las orillas
mutuas de amor.
Alondras de esperanzas que contienen
sabiduría.
Alondras son mis amores que tuve y que
tendré.
Alondras son amor a Cristo, amor a
María, la Virgen, amor a Dios.
Tornasol
He amado con siluetas
evanescentes,
He amado con glorificación
celestial,
He vivido en Cristo, serpentino,
colosal.
He amado a Dios, en vespertina, en
nocturno,
He deseado afligidamente ser
musa:
Largos cabellos, aleteo
celestial;
Musa de Dios.
He amado a la Santa Virgen
Madre;
La he amado corporalmente en
espíritu.
Amados son los hermanos,
amadísimos.
He descendido a la Tierra para sembrar
amor,
He descendido a la estratosfera para
amar.
¿Quién o qué nos
condena a amarnos?
¿Qué dulzura nos permite
amarnos?
Yo estoy en ti, desde siempre.
Fijación
Amándonos existe la lentitud de las
cosas,
Amándonos somos felices.
Yo he consolidado el amor en
Cristo;
Le amo; somos novios.
Al expresar amor, yo escribo
amor;
Al expresar rubor, yo percibo un
hálito que me rodea:
Son los arcángeles que sostienen mi
mirada;
Son los delicados ángeles que
consumen oxígeno a mi alrededor.
Yo he amado de manera
totalitaria;
He amado los planetas, las estrellas, las
junglas;
He amado a Cristo, a sus discípulos,
he amado al Sol.
Por un grano de dulzura daría la
eternidad.
Soy un soñador; algún
día el planeta será nuestro.
Planeta Tierra; enamorado de la luna;
enamorado de mi corazón.
Infortunio
Morir es un tránsito, morir en
Cristo, eternidad.
El Maestro fue crucificado; los hermanos
discípulos huyeron;
Arcángeles gloriosos, delicadamente,
protegieron, el espíritu del Nazareno;
Devoción, sinceridad;
El hermano Juan presenció la
crucifixión:
"Yo le vi derrotado, le vi
clamando".
Morir es agonía,
Cuando, en soledad, los discípulos
huyen.
Finitud
La apariencia de los ángeles es
eterna:
Alas para enaltecer la Palabra
Divina,
Brazos para zaherir el corazón del
hombre,
Piernas para contemplar las cosas de los
hombres,
Ojos, boca, dientes,
uñas;
Los ángeles se proyectan en el mundo
material;
Caminan entre los hombres:
"¿Una moneda en nombre de
Cristo?";
Dad una limosna; un ángeles pide
compasión;
Los ángeles son invisibles para los
ojos del ateo;
Visibles para el cristiano.
Sabed que, un arcángel,
anunció a María;
El arcángel Gabriel;
También estamos entre los
desposeídos; entre los mártires.
Las apariencias son eternas; ángel
de mirra, ángel de amor.
Sinceridad
He hallado amor en las
criaturas,
Que comparten una tendencia
esencial:
"Consuelo".
Yo soy un Arcángel, soy
Gabriel.
He vivido milenios preocupado de los
hombres.
Sinceridad, muchos han fallado; Mahoma por
ejemplo.
Sabed que, pacientemente, el
Arcángel de Luz,
Purifica los hombres.
Sabed que, a Dios, le apetece una comida
condimentada.
Piernas duras para correr,
Manos tiernas para acariciar.
Soy un Arcángel sencillo:
La plenitud de la vida es mi razón
de ser.
Si te busco y no me encuentras
Hallarás los motivos del
existir.
A muchos hombres he llamado pero pocos son
los elegidos.
Consuelo
He de amarte, Padre, he de conocer vuestra
sabiduría.
Ángel de Mirra en tentación
de conocer al Padre;
¡Ángel!, la sabiduría
del Padre es eterna.
Cobijados somos bajo su aspecto
etéreo.
Pensad que Dios es unitario.
Cristo permanece acechante.
Yo doy mi vida por concluir mi
vida.
Somos ángeles con ropaje
humano.
Ascender a Dios es morir en la
Tierra.
Vivir en Dios es ascender a los
Cielos.
Ser felices, ser infinitamente
felices.
Cantando estamos. ¡Ángel!,
aviva nuestra existencia.
Suplico clemencia: doy mi vida por
vivir.
Doy mis alas por cortos pantalones de
infante.
Jugar como los niños. Amar como
ellos.
Esta es la manera de permanecer
inmutables.
Alegoría
Bellos sueños, bella lencería
celestial,
Una madonna es regia en
mansedumbre,
Aroma a beatitud.
Un pintor ha captado la sutileza de la
muchacha;
Madonna Virginal María.
Un vientre reconcentrado con Jesús
infante.
La santísima madre de
Dios
Con labios luctuosos;
Falla del pintor.
Ha quedado la mácula para la
posteridad.
Realmente María no era tan
hermosa,
Era aún más;
Su belleza radicaba en la
espiritualidad.
Jesús fue niño
precoz;
Tibiedad en sus cachetitos;
Manitos jugando con
ángeles.
Madre e hijo en barroco de un
pintor.
2010, Santiago de Chile
Autor:
Mauricio Uribe
© 231213