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Sistema electoral y democracia en Venezuela: la teoría de la negociación, contexto de la democracia participativa



Partes: 1, 2

  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Algunas consideraciones sobre el poder en
    Venezuela
  4. Los
    Actores Políticos, los Tipos de Interrelaciones y los
    Resultados
  5. La
    Confrontación Versus la Cooperación para la
    Formación del Consenso
  6. El
    Regateo Transaccional en la Política
    Nacional
  7. La
    Teoría de la Elección Racional en la Realidad
    Nacional
  8. A modo
    de conclusión
  9. Bibliografía

Resumen

El proceso de negociación es de primera
consideración, hoy en el desarrollo de la vida
política nacional, estando la gobernabilidad y la
sostenibilidad del gobierno en una crisis muy severa, socavando
la legitimidad para la permanencia en el poder, provocando la
presencia de sectores de oposición en las calles,
presionando por mejoras en todos los órdenes de la vida
republicana puesto que estos, se han deteriorado notablemente,
durante el gobierno revolucionario. Desde tiempos muy remotos, se
han concebido las alianzas y los juegos, como
manifestación de las interacciones humanas, para lograr
fines de poder, para sí o para el colectivo, en tiempos
breves, con el menor esfuerzo o costos para las partes, todo
depende de cosmovisiones, para sentar las bases de la confianza y
la permanecía, abriendo caminos para la
comunicación, la cooperación y la
negociación de los objetivos supremos nacionales, como la
visión de país que se pretende establecer, en
contraste, con el modelo político de democracia
participativa y protagónica ansiado, establecido en la
Constitución de 1999.

ABSTRACT:

Bargaining Power is the main, concern today, on
venezuelan´s lived politically outcome, being govenment
stability under several strikes and struggles from opposed groups
in the principal cities Street, pushing up for better life
political condition on all orders of our national lives, because
the big political hole and economics indifference of
revolutionary venezuelan´s government on principal aims and
issues of ours lived years in democracy. Since old times ago
human being used to developed games and pursuing publics
alliances strategies, as human interactios for achieving power
and political targets, it should be to itself as a selfish
interests, or for collectives and towns purposes, all they reside
on personal cosmosvisions, for political confidence and
permanency through forcing communications ways for a more
rational choices by used cooperative models of fixed national
public objectives. They revolutionary govennment against
democratic political model approved in venezuelan´s 1999
constitution.

Introducción

Durante los catorce años del Gobierno
Revolucionario, como así se ha propuesto, se han
modificado las líneas de conducta sobre las cuales las
parte interesadas más vinculadas, gobierno, partidos
políticos y grupos de intereses se convenían en
resolver los conflictos que pudieran surgir de la dinámica
social, política y económica, aplicando en ello,
influencias y recursos de poder, que hizo posible las salidas
políticas cuando estas eran improbables, ello fue muestra
de algún orden de negociación entre las partes, que
hacia posible algún tipo de retribución mutua que
permitía llegar a ciertos acuerdos para la gobernabilidad
y el desenvolvimiento político en libertad y paz
ciudadana. En nuestro país a partir del pacto social,
también conocido como pacto de punto
fijo[1]que dio lugar a una concertación
formal, social resultante del avenimiento Obrero-Patronal a la
caída de la dictadura en 1958, que fundo la
concertación en torno al denominado Pacto Institucional,
con el concurso de los partidos mayoritarios para ese momento
Acción democrática y Copey, conjuntamente con las
organizaciones sindicales y empresariales, no sin existir
dificultades ante las diferentes coyunturas económicas del
país, "el drama fiscal del gobierno", un valor oscilante
del petróleo[2]cuyo valor más alto
fue de 29 dólares en 1981, manteniéndose en baja,
para el año 1998, inicio un nuevo periodo en la vida
republicana nacional, registró un valor de 16,8
dólares. Sin embargo, muestran los indicadores que la
Republica, con un ingreso relativo bajo y con deficientes niveles
de efectividad, permitió dar sustentabilidad al
presupuesto nacional, acompañado de un crecimiento
relativo en algunos sectores productivos financiado mayormente
por el Estado. Por otra parte, la población como nunca
antes, logró un ritmo de crecimiento estable, consolidando
las principales ciudades en todo el territorio nacional, sin dar
solución al problema esencial de la
pobreza[3]dando un sentido incierto al desarrollo
económico, político, social e incluso cultural,
alcanzado durante los cuarenta años de democracia
representativa. Es menester indicar, que ante las crecientes
necesidades nacionales y las crisis políticas de febrero
de 1992[4]lo cual fue un llamado de alerta que fue
desatendido y menospreciado por quienes ejercían funciones
de gobierno para el momento, sobre las desviaciones del sistema
de democracia representativa en Venezuela, de finales del Siglo
XX, existían sectores que requerían ser
dignificados, los más necesitados, los más
desposeídos del Soberano. Siempre se manejaron propuestas
para la concertación dentro del marco del Pacto Social,
que pudo mantener la estabilidad, sin crisis política o
económica, que significaran un quiebre del orden
establecido. En tal sentido, la Comisión para la Reforma
del Estado y la Administración Publica, sirvió de
mecanismo institucional, dentro del cual se conciliaban intereses
y articulaban de manera tímida algunos proyectos
populares, puesto que los planteamientos de carácter
económico y social eran competencia de otras instancias,
ameritándose una adecuada coordinación y voluntad
política, para su mejor funcionamiento y utilidad, se
formularon políticas, se desarrollaron planes para todos
los niveles de la Administración Pública -Nacional,
Estadal y Local- los cuales mayormente no lograron su
implantación. De allí, que puede argumentarse, que
los esfuerzos en la reforma del Estado tuvieron buenas
intenciones, pero obviaron que el pacto ameritaba ser renovado
con las nuevas fuerzas políticas y sociales, emergentes
que requerían atención y su incorporación en
un contexto de un pacto nacional con un alcance mucho mayor, de
mayor amplitud, en pro de la estabilidad y la gobernabilidad
democrática futura. A este respecto, considero de gran
relevancia los supuestos y enfoques de la Teoría de la
Negociación, para comprender y explicar los procesos
políticos que impulsaron el cambio social para finales de
siglo en Venezuela, para reconocer la naturaleza de las
relaciones que se distinguen en la pugna entre quienes apuestan a
la democracia y su fortalecimiento y de quienes aspiran un viraje
hacia la antidemocracia, el Socialismo del Siglo XXI, un destino
poco cierto, pero en la apuesta de quienes aspiran el viraje. Las
transformaciones que ello supondría, y hasta qué
grado la ciudadanía venezolana esta en conocimiento del
costo político, económico y social de las mismas.
La asistencia institucional de manera continuada, en la
desintegración del sistema de contrapesos en el poder,
concentrando los mismos el TSJ, quien se ha erigido por encima
del cualquier supuesto de concertación nacional, como juez
y parte del proceso transformador, asfixiando a la Democracia en
Venezuela. Por la otra parte, identificar los obstáculos,
que se ciernen en el presente nacional, para lograr el clima
político necesario para construir un ambiente de
participación que propicie el consenso, en torno a
intereses mutuos, que permitan la reconstrucción nacional
sobre la base de un conceso nacional-ganar/ganar- resultante de
un nuevo pacto social, que haga viable la convivencia en
libertad, en la democracia participativa y protagónica. La
Teoría de la Negociación es aplicable a nuestra
realidad política actual, presupone, que es necesario
distinguir cuando los individuos o actores políticos
tienen objetivos e intereses concretos compartidos en
términos de mejorar su condición de vida, en
contraste, con los individuos o actores políticos que
tienen como objetivo prioritario la acumulación de
diferencial, de allí la importancia del presente
análisis, puntualizar que relaciones predominan, por
quienes están dirigidas, con qué propósito,
si es el de aferrarse a la posición de poder o todo lo
contrario, como se concibe la transición en la
obtención de los equilibrios que permitan la
sustentabilidad y permanencia del gobierno en el poder, o su
remplazo, son temas de mucho interés esenciales para el
porvenir nacional.

En este contexto, el juego y la razón de poder,
se hacen presentes, por una parte, la Teoría de
Juegos[5]que introduce el concepto de
equilibrio[6]como una resultante de los procesos
de negociación, donde la disposición de
información y conocimiento de las reglas del juego, por
parte de los jugadores es determinante para el resultado final,
que representa un beneficio para una de las partes, en tanto que
puede representar una pérdida total o absoluta para la
otra, cada escenario de juego contiene: Jugadores, naturaleza,
acciones, información, estrategias, pagos y resultados,
para lo cual cada jugador en atención a su
percepción de la realidad y conocimientos de la misma,
desarrolla otras manifestaciones en su comportamiento como de
confianza, disposición, oportunidad, credibilidad,
tolerancia y moralidad, como aptitudes personales determinantes
en las jugadas y sus resultados. En tal sentido, la teoría
ofrece un terreno muy fértil para el diseño de
estrategias y políticas públicas, que identifiquen
los equilibrios y maximicen la utilidad social o colectiva y la
determinación anticipada de los costos de no acertar en la
jugada. Por la otra, la Teoría de la Decisión
Racional, que postula que toda decisión, esencialmente las
"publicas", debe contener una estructura de justificación,
sólida y consistente, que comprenda los elementos
instrumentales de la misma, así como su aspecto normativo,
el supuesto ético sobre los que soporta la
decisión, los cuales son partes indispensables para su
evaluación técnica. De allí, que la
Teoría de la Elección Racional[7]es
una herramienta de la que dispone la Gerencia, tanto privada como
pública, para la optimización así como
también para anticipar los resultados posteriores a la
decisión, como sus costos y beneficios, identificando el
camino crítico y las restricciones o limites a superar en
cada punto o nodo en particular, para lograr los objetivos
propuestos, en esta teoría, lo común es que el
resultado de la situación depende de lo que las partes
hacen durante su relación en los contextos decisionales.
Por ello, los aspectos referidos por Schick[8]como
la certeza, el riesgo, la intención, la intuición,
los recursos, utilidad/perdida, el chance, el tiempo e inclusive
las emociones, son cruciales para alcanzar los resultados en los
términos racionalmente óptimos, de allí que
ambas teorías, resultan del todo pertinentes y oportunas,
su aplicación en las condiciones que se están
generando en el país en la búsqueda de la paz y la
concertación entre gobierno, oposición
democrática y sectores sociales como los colectivos y las
agrupaciones estudiantiles, por la libertad, la vida, el trabajo,
etc. Por ello considero, que la racionalidad debe guiar las
conductas y decisiones de nuestros dirigentes, por encima de los
comportamiento utilitarios o
egoístas[9]para que en el juego
político, opten por la construcción de la
estabilidad nacional, y de manera afirmativa, por los equilibrios
en favor del interés público, y no por aquellos
aferrados a su situación de poder, carentes de
sensibilidad ética sobre la distribución de los
beneficios o las perdidas, resultantes de las decisiones de
gobierno y a la forma diseñada para repartir las mismas en
el ámbito de lo político, lo económico y lo
social.

DESARROLLO

Algunas
consideraciones sobre el poder en Venezuela

La crisis política, no es un hecho nuevo, por la
cada vez más sentida polarización política
de la sociedad Venezolana a escala nacional, sino que esta se ha
hecho más profunda a partir de la declaración del
deceso del Presidente Hugo Rafael Chávez Frías en
marzo de 2013, generándose la ausencia absoluta del cargo
de Presidente de la República, se convocó a
elecciones presidenciales, con Presidente Interino, designado de
manera muy informal pero consciente por el Presidente
Chávez, en programa televisado en diciembre de 2012 antes
de su muerte, como un por si acaso, por lo que al momento de la
muerte del Presidente Chávez, el presidente encargado
tenía severas restricciones
Constitucionales[10]para acudir a la convocatoria
a participar en las elecciones presidenciales de abril. No
obstante, una vez más, del modo común aplicado
durante los catorce años de gobierno chavista, contrario a
toda norma constitucional vigente, menos aún de corte
moral, intervienen ágilmente los máximos poderes
para la paz, la concordia y la democracia ciudadana, por una
parte el Tribunal Supremo de Justicia y por la otra el Poder
Electoral, se las arreglan para cumplir con la solicitud de
Chávez y en un plazo muy breve, revisten y maquillan de
legalidad a la norma, para la postulación de
Nicolás Maduro en las Elecciones Presidenciales de abril
de 2013, contra Capriles en Representación de la MUD,
tendencia opositora que agrupa a organizaciones y partidos
políticos de oposición, en condiciones de
competencia política desigual, con todo el poder
aplastante de la maquinaria gubernamental, para no dejar dudas y
ratificar a Maduro como el Presidente Constitucional, donde a
pesar de severas denuncias de supuestas
irregularidades[11]antes en y durante el proceso
electoral, con un clima de ventajismo
gubernamental-propagandístico, se le designa Presidente
muy entrada la noche, por el CNE, con un escaso margen de un 1.4%
de los electores de un total de participación del 79.69%
del Registro Electoral para la fecha. A partir de entonces, con
un estilo de gobernar "egoísta", solo el partido PSUV
gobierna, desconociendo a las fuerzas opositoras para la
construcción de la gobernabilidad, asumiendo como
conductas visibles en las interacciones básicas entre las
partes, Gobierno-Sociedad: la imposición, la
coerción, la promesa y el conflicto, no se aprecia en el
contexto, signos afirmativos- transacciones que beneficien ambas
partes, la responsabilidad de cumplimiento, la
cooperación, la implementación de políticas
de inclusión, la solución a los problemas o
calamidades nacionales, con la porción (la otra mitad del
país que no asienta el proyecto político) no
incluida. Durante el 2013, el país vivió la
política del continuismo a las directrices del Presidente
Chávez, convertido en mesianismo por sus seguidores,
contenidas en el Plan Simón Bolívar 2007-2013 y
ahora en el Plan de la Patria 2013-2019, del cual los Poderes
Públicos manifiestan públicamente su
afiliación y apego leal a las ideas del Socialismo del
Siglo XXI, sin hacer discusiones sobre el futuro nacional y de la
Forma de Estado que implica su implantación, al estilo de
un pretorianismo Institucionalizado en el seno de los poderes
públicos, contrarios al mandato de independencia y
autonomía de Poder, particularmente de aquellos Poderes
que en nuestra sociedad han evolucionado en la
construcción de la Democracia Venezolana y del Estado de
Derecho, que definió a nuestro país en el Siglo XX,
en contraste, con la nueva forma de Estado enunciado como el
Estado Social de Derecho, que amplia en gran medida los derechos
políticos, sociales y económicos a
disposición de los ciudadanos, artículos 62 y 63,
de la Constitución Nacional, donde se procura la
democracia participativa y protagónica del pueblo, cuando
así las condiciones políticas y sociales lo
determinen, a partir de la evaluación (publica), de
carácter estratégica de los costos, oportunidades y
beneficios en materia de ciudadanía, en la
profundización de los Principios Constitucionales, y en
las potenciales pérdidas materiales y humanas que pudiera
causar, para el patrimonio nacional y no del modo
contrario.

La crisis política continuada en Venezuela,
acompañada del discurso radicalizado del Presidente de la
Republica y otros representantes del oficialismo, con la
apropiación de la cobertura de la casi totalidad de los
medios de comunicación a nivel nacional, con la
aplicación desmedida de la fuerza pública,
propiciando una espiral de violencia– protestas pacíficas
asediadas por colectivos armados pro-gubernamentales-, muchos de
ellos con milicianos captados de las instituciones y poderes
públicos, propiciando mayor violencia sobre el conjunto de
las diferentes ciudades, se constituyen en
Observables[12]más que suficientes, de la
complejidad de los hechos que convergen en nuestra actualidad,
para dar muestra de una crisis profunda de la legitimidad
política – tanto de origen como del
desempeño– de Nicolás Maduro como Presidente
Constitucional de Venezuela, para el periodo
2013-2019.

Es notorio señalar, que dada la actual
situación nacional no se perfila una salida consensuada o
resultado de una consulta pública ante la crisis
política y lo que se sugiere desde el gobierno es una
especie de reconciliación nacional, sobre supuestos que
notablemente, agravan la crisis de gobernabilidad, puesto que no
han existido negociaciones efectivas y transparentes que ofrezcan
confianza en los distintos sectores que conforman las fuerzas
políticas nacionales y satisfagan las expectativas de los
demócratas, estando las mismas dirigidas por un sector que
ejerce recursos de coerción y presión desde las
instituciones republicanas, para convencer al otro y no en
construir los equilibrios de Nash, tan necesitados para el sano
desenvolvimiento de la vida ciudadana y el desarrollo
económico y social.

Los Actores
Políticos, los Tipos de Interrelaciones y los
Resultados

Son muchos los factores que concurren en nuestra
realidad política nacional, para encontrar discrepancias
entre las fuerzas políticas confrontadas en la
política actual que se realiza en Venezuela.
¿Cuáles son las visiones de país
confrontadas entre las fuerzas oficialistas de izquierda y las
fuerzas opositoras democráticas de derecha? El
cálculo de las acciones sobre cuáles podrían
ser las vías para maximizar el logro de los fines y sus
respectivos presupuestos dentro del marco de la institucionalidad
democrática, el refinamiento de los contrapesos en el
ejercicio del poder, como se están adecuando para
garantizar el fiel cumplimiento de los derechos humanos
fundamentales, los cuales por definición son de
carácter particular con alcance universal. Al respecto, es
relevante conocer que están realizando en la actualidad
los Poderes Públicos, en sus respectivos ámbitos,
para la preservación o el mantenimiento de los principios
de seguridad, libertad, igualdad, equidad y justicia, ante la
ley, los cuales deben privar en el Estado Social de Derecho, que
es expresión del grado de desarrollo político e
institucional alcanzado en democracia para la convivencia
ciudadana. El control absoluto de las
comunicaciones[13]conjuntamente con la
modelación de opiniones y la imposición de la
visión oficial, sobre los eventos y acontecimientos en
desarrollo, parte de la misma, mediante la coacción o la
amenaza de castigo, la típica cadena de radio y tv a
diario con fines impositivos, pretendiendo una hegemonía
cultural. Primeramente, mediante el control casi absoluto de los
medios de comunicación y de difusión de
información a escala nacional. En segundo lugar, se puede
apreciar la intención de controlar la oferta curricular
docente, de los niveles de primaria, bachillerato e incluso de la
educación superior, como así lo podemos apreciar en
el perfil de la Universidad Bolivariana de Venezuela, UBV, como
un contrapeso a las Universidades Nacionales y las Sedes de la
Universidad Experimental de la Fuerzas Armadas, UEFA, que aspiran
competir con los Centros de Educación Técnica
Superior y Universitaria, en la configuración de un
Currículo uniforme y centralizado, consistente con la
hegemonía ideológica-cultural Comunista, como una
propuesta anticapitalista y antiimperialista. Acá en esta
controversia, a mi entender, se encuentra uno de los mayores
obstáculos a lograr puntos de acuerdo o de equilibrio en
favor de la consolidación de la democracia o del quiebre
político a favor del comunismo. Adicionalmente a la
confrontación de dos modelos políticos: El de
Democracia Pluralista y Protagónica, comprobado en su
funcionabilidad e historicidad encontrándose definido en
la Constitución de 1999. El otro, llamado Socialismo del
Siglo XXI, con más desaciertos que aciertos, pero con
seguidores políticos que arremeten con intimidación
contra los grupos opositores y aplican consignas fundamentales y
excluyentes, contrarias a cualquier oferta política
amistosa o cooperativa, para alcanzar acuerdos entre las partes
que le impriman viabilidad y permanencia a los mismos. Por otra
parte, las fuerzas políticas representadas se encuentran
sometidas a una elevada polarización. Primeramente,
están centralizadas en el Partido Socialista Unido de
Venezuela, PSUV[14]que aglutina todas las fuerzas
de izquierda que sobrevivieron a la
Partidocracia[15]de finales del siglo pasado, y
aquellas otras que se han reorganizado a partir de la
implantación del Socialismo del Siglo XXI, que se
encuentran aglutinadas dentro del PSUV, como células bajo
la Dirección Central del Partido, desde donde se ejecuta y
diseña la estrategia y política de gobierno a
puerta cerrada, bajo los preceptos implantados por Chávez,
inspirados por los hermanos Castro y el Comunismo, a quien le han
profesado ilusión de fe, transponiendo Símbolos
Patrios y la Doctrina de los Libertadores, dando una lectura a la
historia diferente a la contadas por nuestros historiadores, pero
llena de anécdotas y cuentos, como las que narraban los
juglares en tiempos remotos. Adicionalmente, la frecuencia de los
mensajes y su difusión en cadena de Radio y TV,
recurrentemente durante estos catorce años de gobierno
revolucionario, permite aseverar sobre la estructuración
de una maquinaria de propaganda y movilización
política, que involucra a todos los Poderes e
Instituciones Públicas con sujeción al TSJ,
plenamente identificado con el Gobierno Revolucionario, actuando
como uno solo de manera
antidemocrática[16]renunciando a su
independencia y contrapoder, propiciando y facilitando el viraje
hacia la antidemocracia, sin contar aún con la otra parte
nacional, representada por la Mesa de la Unidad
Democrática, MUD, que resulta inicialmente como una
vía de integración de la representatividad de los
diferentes partidos políticos, responsables de la llamada
partidocracia, del siglo pasado, que han requerido transitar por
el completo desconocimiento por parte del gobierno como fuerzas
políticas opositoras, para sentir el imperativo de
conformarse en un frente único o de coalición
política, que haga posible la competencia política
en condiciones de paridad, en la que los partidos
políticos y sus representantes, están cediendo en
algunas de sus aspiraciones, sometiendo a la consulta de sus
miembros las postulaciones, abriendo los espacios para los
diálogos y encuentros necesarios, para alcanzar los
acuerdos dirigidos al rescate de la institucionalidad
democrática, la participación y el protagonismo
ciudadano, como lo invoca la Constitución de 1999. Es
importante indicar, que existe aún un porcentaje
equivalente el 25%, aproximado del Cuerpo Electoral, como actor
difuso, que no siente confianza o le es indiferente el destino
nacional, que se erige a partir de los resultados electorales.
Este segmento es relevante para el destino político
nacional, los cuales en mi opinión, representan un
segmento políticamente conquistable por las fuerzas que
están identificadas con la democracia, por ser este un
sistema demostrado en su efectividad para gobernar, con
mecanismos de contrapesos en el ejercicio del gobierno, para el
desarrollo económico y el desenvolvimiento social, con
libertades y derechos plenos para la participación y el
protagonismo de los ciudadanos.

Por otra parte, la lucha o resistencia contra las ideas
que se difunden como verdades asociadas a un sistema de creencias
que están vinculadas a unos intereses, al modo de ver el
mundo, la forma que se quiere implantar a través del
poder. Un obstáculo fundamental que estimo hay que
considerar, es la dificultad de anticipar el resultado posible
dentro de las circunstancias presentes, a partir de las
interacciones[17]entre las partes, sus
percepciones particulares sobre las restricciones objetivas y las
creencias sobre cómo debe ser la Venezuela posible, los
asuntos tácitos o implícitos de cómo
deberían ser las cosas, podrían sugerirnos cuales
son las expectativas y las consecuencias, en términos de
acumulación de poder, ante determinados cursos de
acción de tomarse la decisión, Lukes
(2007)[18] En estos escenarios de coyuntura, la
monopolización completa del poder en manos del Estado o de
un sector político en particular, la reacción de un
actor, va a producir una acción o una inacción en
el otro actor, lo que va suministrar información sobre la
posición particular del actor y de su interés en
específico, con respecto al conjunto social.

La
Confrontación Versus la Cooperación para la
Formación del Consenso

La reacción de un actor, en particular ante la
acción o elección realizada por un adversario,
podría en su propósito y razón de ser,
inducir a una profundización de la crisis, o por el
contrario a la búsqueda de vías para crear caminos
para la paz y la conciliación. Hemos sido testigos en los
tiempos presentes, de cómo públicamente el discurso
ha adquirido tonos subidos, se manifiesta una ausencia de mesura
en las maneras de manejar el diálogo, nuestro mecanismo
básico de entendimiento para el acuerdo, concebir la otra
parte, que en número se equiparan según el
resultado de las Elecciones Presidenciales de
2013[19]a partir de ese momento el oficialismo,
las conductas y percepciones de sus dirigentes, con capacidad de
ejercer influencia, contienen elementos hostiles hacia los
sectores de la oposición y personeros de otros
países, que expresan con libertad sus opiniones
contrarias, sobre las conductas de los sectores oficialistas que
se expresan con un alto contenido valorativo, excluyente, propias
de los regímenes políticos despóticos,
provocando mayores reacciones en los sectores contrarios de
oposición, agudizando de manera recursiva la crisis y el
desgobierno, que demanda la radicalización del socialismo
para hacer irreversible el giro hacia la antidemocracia. Por
ello, estimo en este punto del desarrollo, connotar a la
confrontación, como el asumir posturas contrarias de
desacuerdo o choque entre los interés de las partes, las
ideas e inclusive las acciones. En tanto, que por
cooperación, como el desarrollo de conductas orientadas al
trabajo efectuado en conjunto para el logro de propósitos
y fines mutuos. En las condiciones presentes en el país,
se pueden apreciar, ante el descontento popular por
múltiples causas, una crisis severa de gobernabilidad, que
se hace indispensable para el gobierno del Presidente Maduro,
construir o generar una imagen de estabilidad política,
para lo cual, en una convocatoria de dialogo con opacidad de
consenso, alterna una mezcla de ambas conductas en la
interacciones fundamentales entre el gobierno y la
oposición, sintiendo el gobierno temor de revertir, ceder
espacios a las fuerzas opositoras, ante la creciente ola
democrática[20]que cada día adquiere
mayor volumen y consistencia, por ello asume posturas de mayor
radicalización ante la población, indistintamente
de los costos políticos y sociales que ello pueda
provocar.

El Regateo
Transaccional en la Política Nacional

Por regateo[21]quiero significar el
proceso de negociación, entre comprador y vendedor, de
debatir para llegar a un acuerdo a fin de lograr alguna ventaja,
podría ser una rebaja en el precio. En situaciones
más complejas, como la presente en la realidad
política nacional, apreciamos que el regateo está
ocupando espacios políticos, lo que amerita una
ambientación o condiciones muy particulares, mediante el
cual los actores correspondientes, frente a una situación
o un hecho social, económico o político, requieren
lograr un acuerdo en el cual se sientan representadas ambas
partes, para lo cual presentan una variedad de propuestas
respecto a las condiciones o componentes respectivos, evaluando
los beneficios y los costos implícitos, hasta lograr un
punto consensuado que genere beneficios mutuos, logrando
así posiciones de equilibrio. Desde sus inicios, el
gobierno revolucionario en su viraje, ha tomado acciones anti
populares, a través de las leyes habilitantes, el decreto
ley, el reglamento y otras vías llenas de artificios,
mediante la sujeción de los poderes públicos al
gobierno, es el caso de las expropiaciones y toma de propiedades
por los colectivos, además del creciente intervencionismo
del Estado y sus fuerzas milicianas en ámbitos de
desempeño estrictamente privado, mediante medidas
compensatorias que solo favorecen al sector oficial y a sectores
vinculados al mismo. El hecho es que el gobierno dice dar el
dialogo, pero no cede en posturas y avanza el ritmo de la
radicalización hacia el socialismo, todo ello en un clima
político inestable, restando libertades y restringiendo
derechos y garantías, tanto económicas como
políticas, en otras palabras se da la sensación de
dialogo, en tanto refuerzan las transformaciones desconociendo la
otra mitad de país, que siente la fuerza y el poder de la
imposición. Por ello, en este escenario, era del todo
improbable obtener mayores logros por parte de las fuerzas
opositoras, de manera que realizaron las acciones de protesta de
masas, que sin lugar a dudas lograron convencer al gobierno y a
la opinión pública, tanto nacional como
internacional, sobre la necesaria mediación de un tercer
actor político, que sea lo más neutral e
independiente, para seguir avanzando en el dialogo por la paz y
el futuro nacional.

La Teoría
de la Elección Racional en la Realidad
Nacional

3.1 La Situación Nacional

En la Venezuela de nuestros días, después
de una jornada de confrontaciones de más de dos meses
continuos de protestas, derivado esencialmente por asuntos
estrictamente domésticos, de orden económico y
social, como el desabastecimiento generalizado, agotamiento o
limitada disposición de insumos básicos, deterioro
pronunciado de los servicios básicos, como la
electricidad, el agua potable y el transporte público, la
alta criminalidad con impunidad, el sesgo ideológico de la
oferta curricular de la docencia tanto pública como la
privada, la inflación y el encarecimiento del costo de
vida y muchas otras razones, que en este momento se escapan del
presente análisis, como la elevada ineficacia en el
desempeño del funcionario público, lo cual ha
generado condiciones de inestabilidad e ingobernabilidad, en
muchos sectores de la población, donde los representantes
estudiantiles acompañados de una porción
significativa de integrantes de la sociedad civil, en distintas
ciudades del territorio nacional, han sido denunciados por el
gobierno como actos terroristas, por lo que su conducta en este
periodo se puede caracterizar como respuestas institucionales con
un elevado componente de aplicación de fuerza, tanto de
las fuerzas que componen el gobierno, como en el caso de las de
oposición, han coincidido después de sufrir
pérdidas en ambos bandos, que es necesaria lograr ciertas
alianzas para la convivencia pacífica, sin embargo, el
dialogo se presenta en el marco de un escenario de dialogo con
opacidad, donde se persiste desde el gobierno en el leguaje de
exclusión, sin ánimo de ceder o al menos de dar
muestras que se está cediendo en posiciones, ante la
elevada infectividad de las políticas públicas,
durante trece años más uno, de gobierno
revolucionario. Este escenario nacional, en el que uno de los
actores políticos se siente de antemano con una postura
autoritaria, ejerciendo manifestaciones imperativas, que bien,
podrían entenderse como expresión de la
aplicación de dosis administrada de coerción sobre
el otro, ya sea de manera directa, expresando a viva voz "no
volverán", o de manera indirecta, dando declaraciones
sobre el carácter antipatriótico de los sectores
opositores con los que se reunirán para negociar. Por la
otra parte, se encuentra el actor oposición, quien se dice
representante de los sectores no representados en el oficialismo,
además, aspira ser oído por el gobierno y conserva
esperanzas sobre un posible cambio de giro, como producto de las
conversaciones, que podría suscitarse en la
política, a partir de una toma de conciencia de sectores
gubernamentales sobre el costo político económico y
social de mantener políticas cuya efectividad aún
está a prueba, ante una realidad cuya población
esta reclamando soluciones urgentes en la Venezuela petrolera. En
este escenario, es imprescindible redefinir reglas de juego, que
propicien la confianza y certitud de resultados con beneficios,
cuyos equilibrios se construyan en los supuestos de
solución propuestos en gran medida por Nash y
Harsanyi[22]para analizar situaciones como la
presente, cuya realidad similar a un juego es dinámica y
con información incompleta o peor aún
distorsionada, para lo cual las proposiciones axiomáticas
propuesta por los autores podrían ser útiles, para
lograr los equilibrios o soluciones, a los problemas y preguntas
como "lo socialmente deseable", que en la Mesa de
Negociación se propongan, como una vía para la
construcción de la paz y el mantenimiento de la
gobernabilidad, como una solución plausible, de lo que
puede pasar, por lo menos hasta la mitad del periodo de gobierno
del Presidente de Nicolás Maduro. Bajo estas premisas,
estamos en presencia de un proceso de regateo o de arbitraje,
entre el gobierno y los sectores de oposición, que estimo
por el tiempo de larga concedido, más la poca receptividad
frente a las solicitudes formuladas, las reglas y los pagos o
beneficios propuestos, no se están cumpliendo, generando
incertidumbre entre las partes y desconcierto en los
acompañantes y asesores invitados. En este sentido,
está quedando en evidencia que los actores
políticos reunidos, no son todos los que son, y por ello
no están completos en la Mesa negociadora, por lo que
podría sugerir que cualquier solución o equilibrio
que se proponga podría disparar una nueva situación
de mayor complejidad, por un nuevo equilibrio de Nash, poniendo
de relieve la presencia de otras contradicciones, requiriendo
recurrir a soluciones cooperativas, con incentivos para ambos
sectores, asumiendo acuerdos previos entre las partes, a partir
de la reformulación subsiguiente a las posiciones
subjetivas de los actores, para poder así lograr el
equilibrio.

Los costos implícitos, en este proceso
político de negociación, por un acuerdo nacional
que permita la gobernabilidad, son elevados principalmente para
el gobierno, por lo que se imponen actuaciones del todo
racionales, que deben ser enriquecidas con proposiciones acerca
de los diferentes sectores que conforman el Ser Nacional, sus
expectativas particulares y los beneficios mutuos a lograr, en
cada estadio de la solución o equilibrio de Nash
propuesto, es determinante para los negociadores comprender por
encima de sus preferencias y valores de afiliación, que el
bienestar colectivo, el bien común y la justicia, se
imponen como valores a sustentar los comportamientos y las
soluciones para incrementar o maximizar la utilidad, o encontrar
el valor máximo de una función de
utilidad[23]frente al resto, en el marco de un
juego cooperativo, como se estima que son estas negociaciones
para la paz nacional. La conducta racional se va a identificar
con la maximización de la utilidad esperada, lo que
presupone, que los negociadores definen la utilidad y ellos se
comportan ordenando sus preferencias sobre las
alternativas[24]funciones de utilidad,
condicionando de cierta manera las estrategias que realizaran los
subsiguientes jugadores.

  • La Cooperación consensuada para superar la
    crisis de gobernabilidad

La cooperación como actuación conjunta
entre el gobierno y los sectores de oposición, en pro o en
beneficio mutuo para el bienestar nacional, es hoy indudablemente
una necesidad para construir una paz verdadera, que perdure en el
tiempo con plena aceptación de los grupos más
extremistas y radicales en ambos sectores, dando la certeza que
reclama el momento presente para la gobernabilidad y la
estabilidad institucional, que estimo es un anhelo nacional. Al
respecto, se hacen manifiestos algunos temas referidos a la
Filosofía moral y la Ética
normativa[25]refiriendo que solo mediante la
aplicación concurrente de ambos métodos es posible
caracterizar tanto la red de propiedades formales que pretende
explicar determinados comportamientos, así como los
problemas valorativos fundamentales implicados en la
elección de estrategias alternativas y el análisis
del impacto ético que produce la selección de uno u
otro marco de referencia. De hecho, ya se oyen denuncias sobre
los incumplimiento a las reglas y pagos acordados, entre algunas
de las partes que dice negociar, asunto que llena de mucha
incertidumbre, sobre las expectativas de lo posible a ser
alcanzado, en un clima de opacidad de consenso y acuerdos. Por
ello, el carácter cooperativo del proceso negociador,
deberá conducir a un acomodo sistemático de las
reglas y de los incentivos o beneficios a lograr, superando
–In situ- cualquier conflicto de intereses en el
ámbito de la cooperación, puesto que de no ser
así, estaríamos frente a un esquema en definitivo
no cooperativo con sesgo antidemocrático, cuya
solución a los problemas o interrogantes planteadas se
darían en el marco del autoritarismo, representando un
elevado costo políticos y social para el país en el
mediano y largo plazo.

A modo de
conclusión

El aporte que nos ofrece la Teoría de la
Negociación como un proceso de sucesivos regateos y
arbitrajes, en donde las interacciones humanas pueden ser
explicadas a partir de la teoría de juegos y de la
teoría de la elección racional o ambas, para
seleccionar la estrategia que permita maximizar la utilidad
esperada, son de primer orden y de gran utilidad, en el proceso
iniciado para la construcción de la paz ciudadana en
Venezuela 2014, en virtud que los problemas que en la actualidad
vive la Republica, esencialmente de comunicación y de la
negativa en la conformación de alianzas, como frente
amplio, entre Gobierno y Oposición, por el imperativo
oficialista de sustituir el modelo de democracia participativa y
protagónica, establecido en la Constitución de
1999, por uno que no ha demostrado ser efectivo aún,
después de 14 años de aplicación de facto,
sustituyendo o remplazando principios de manera semi formal,
coexistiendo liberalismo y socialismo, estando ambos modelos en
un momento crítico, confrontado una lucha por su remplazo,
promovida desde el gobierno, pero contenida, cada vez con
más ímpetu por las fuerzas opositoras, que
consideran dichas conductas y decisiones, desde todo punto de
vista inconstitucional, por lo que podemos afirmar que el Sistema
Político Venezolano, confronta severas perturbaciones que
afectan la gobernabilidad y la permanencia del proyecto
hegemónico del Socialismo del Siglo XXI, como proyecto
político, cuya vigencia se ha tornado inviable para un
grueso número de sectores de la población, que se
irán sumando a la protesta y a las expresiones
expositivas, en la medida que sientan truncados sus objetivos y
expectativas de mejoras de calidad de vida. Por ello, el
país reclama una cooperación sobre bases ciertas,
que imprima confianza y credibilidad a la población, para
conformar una alianza nacional, parecida a la de antaño,
significando en la practica un viraje de retorno hacia la
búsqueda de equilibrios consensuados en democracia, con la
participación de todos los sectores nacionales para que
sus resultados sean efectivos y duraderos.

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