El uso de la lengua materna como instrumento para traducir textos
La traducción es la actividad que consiste en
comprender el significado de un texto en un idioma, llamado texto
origen o texto de salida, para producir un texto con significado
equivalente en otro idioma, llamado texto traducido o texto meta
y cuando la traducción se realiza de manera oral se conoce
como interpretación. El estudio sistemático de la
teoría, la descripción y la aplicación de la
traducción y la interpretación se designa como
traductología.
Han sido muchos los intentos de definir la
traducción a lo largo de la historia, aumentando
enormemente desde la década de los 60 del pasado siglo y
cinco son los enfoques principales que se han determinado a la
hora de buscar una definición completa: el primero se
centra en la actividad entre lenguas que consiste en transitar de
una lengua A a una lengua B expresando la misma realidad o
enunciar en otra lengua lo que ha sido enunciado en una lengua
fuente, conservando las equivalencias semánticas y
estilísticas ;otro se concentra en la actividad entre
textos donde se transmite el sentido de los mensajes que contiene
el texto o la sustitución de un texto en lengua de partida
por un texto semántica y pragmáticamente
equivalente en lengua meta. El tercer enfoque aborda el acto de
comunicación que consiste en reproducir en la lengua
terminal el mensaje de la lengua original por medio del
equivalente más próximo y más natural,
primero en lo que se refiere al sentido, y luego en lo que
atañe al estilo, siendo un proceso comunicativo que tiene
lugar en un contexto social; por su parte el cuarto es denominado
como proceso que consiste en analizar la expresión del
texto de lengua original en términos de oraciones
prenucleares, trasladando las oraciones prenucleares de lengua
original en oraciones prenucleares equivalentes de lengua
término y, finalmente, transformar estas estructuras de
lengua término en expresiones estilísticamente
apropiadas, o sea, es la operación que consiste en
determinar la significación de los signos
lingüísticos en función de un querer decir
concretizado en un mensaje, y restituir después ese
mensaje íntegramente mediante los signos de otra lengua y
la actividad textual, comunicativa y cognitiva es el
último enfoque que no es más que el proceso
interpretativo consistente en la reformulación de un texto
con los medios de una lengua que se desarrolla en un contexto
social y con una finalidad determinada.
Traducir es una de las artes más elevadas y que
requiere más talento y dedicación y no basta
sólo con sustituir una palabra por otra, sino que
también se ha de ser capaz de reconocer todas las palabras
de una frase y la influencia que tienen las unas sobre las otras.
Los lenguajes humanos constan de morfología (la forma en
que se construyen las palabras a partir de pequeñas
unidades provistas de significado), sintaxis (la estructura de
una frase) y semántica (el significado) y hasta el texto
más simple puede estar plagado de ambigüedades, por
lo que también hay que considerar cuestiones de estilo y
de discurso o pragmáticas.
El proceso de traducción es el proceso mental por
el cual se permite transmitir un texto formulado en una lengua,
utilizando los medios de otra lengua y el propio proceso de
traducción se han distinguido históricamente tres
procesos diferenciados: la comprensión, la
desverbalización y la reexpresión, aunque algunos
autores incluyen la desverbalización como un proceso
interno de la comprensión, y por tanto distinguen solo dos
procesos básicos. En la fase de comprensión o
análisis, se decodifica el sentido del texto original,
considerando el campo y modo, estableciendo las unidades de
sentido a nivel de palabra, frase o incluso una o más
oraciones; en la fase de desverbalización o
representación semántica el traductor conforma en
su cabeza un mapa semántico o significados independiente
de las relaciones gramaticales tanto de la lengua de partida como
de la lengua de llegada y en la fase de reexpresión o
síntesis el mapa semántico se vierte en la lengua
de llegada teniendo en cuenta, además de los rasgos
puramente semánticos, el género literario o
textual, el contexto, las reglas gramaticales, las convenciones
estilísticas, etc. Ciertos autores añaden otra fase
a la habilidad de traducción cuando se realiza
exclusivamente por escrito, siendo esta la verificación o
revisión.
Estas fases pueden ser de índole recursiva y no
necesariamente sucesivas, es decir, el traductor puede volver a
desentrañar el sentido del texto origen, una vez que ha
recodificado el sentido en la lengua traducida,
produciéndose procesos controlados y no controlados, y que
requiere procesos de identificación y resolución de
problemas, aplicación de estrategias y toma de
decisiones.
Aunque estos estudios se denominan en su conjunto
Traducción e Interpretación, ambas disciplinas
remiten a dos actividades profesionales diferentes. Si bien el
término traducción puede utilizarse en sentido
amplio, normalmente éste se reserva únicamente para
la transmisión por escrito, siendo el intérprete
quien transmite un discurso de tipo oral.
Existe una serie de enseñanzas mínimas que
deben ser incluidas en la formación elemental del
traductor e intérprete profesional, formación que
se basa en los conocimientos exigidos en el proceso de
traducción e interpretación, que son: perfecto
dominio de la lengua materna en todos sus registros, conocimiento
avanzado de las lenguas objeto de traducción, en especial
normativa gramatical, redacción, comprensión oral,
léxico y fraseología, conocimiento de la cultura de
las lenguas de trabajo, lo que permitirá hacer frente a la
resolución de las llamadas referencias culturales, para
lograr captar al lector sin perder la esencia que el autor quiere
transmitir, identificación del tipo de texto al que se
enfrenta, debido a que, según dicha categorización,
se logrará una comprensión más exacta de su
lectura y por consiguiente de su traducción, acceso a
fuentes de información de calidad, dentro de las cuales se
incluyen diccionarios (bilingües y monolingües),
enciclopedias, gramáticas, normas de redacción,
revistas, periódicos y cualquier otro material de
referencia, conocimientos terminológicos, que permiten al
traductor tratar con los vocablos propios de la ciencia o materia
para la que traducen, así como la elaboración de
glosarios, conocimientos de la informática que tiene cada
vez mayor importancia en el ejercicio de la traducción
,fundamentos teóricos básicos que permitan
comprender la traducción e interpretación como
ciencia, conocimiento de deontología profesional, con el
objetivo de que el estudiante sea consciente de la ética y
los valores de la profesión y conocimiento del uso de
diccionarios universales, de gran importancia en la
elaboración de una traducción.
Si bien este proceso pudiera parecer sencillo a primera
vista, se esconde tras él una operación cognitiva
compleja ya que para decodificar el sentido completo del texto
origen, el traductor tiene que interpretar y analizar todas sus
características de forma consciente y metódica,
requiriendo este proceso de un conocimiento profundo de la
gramática, semántica, sintaxis y frases hechas o
similares de la lengua origen, así como de la cultura de
sus hablantes por parte del traductor, quien debe contar
también con estos conocimientos para recodificar el
sentido en la lengua traducida, de ahí que la
mayoría de los traductores traduzcan a su lengua materna,
dado porque la lengua materna es la primera lengua o idioma que
aprende una persona y el proceso de adquisición de la
misma se diferencia de las lenguas que se adquieren
posteriormente.
La utilización de la lengua materna en la
enseñanza de un idioma extranjero ha constituido un punto
cuestionable desde el surgimiento de la metodología de la
enseñanza de idiomas, donde a veces se rechaza un
método, y luego se adopta otro, existiendo en cada uno de
ellos hay una visión diferente acerca de esta
temática, ya que muchos profesores dependen en gran medida
de la lengua materna y se apoyan en ella para la
impartición de las clases, mientras otros relegan su uso
completamente.
El uso, mal uso y abuso de la lengua materna en otra
lengua ha sido criticado y ha estado en la mira de muchos
profesores de idioma Inglés por un siglo, al menos y no se
ha encontrado un consenso definitivo, aunque hay fuertes
criterios de que la lengua materna juega su role en los
estudiantes dentro del aula.
La prohibición del uso de la lengua materna en la
enseñanza de un idioma extranjero tiene su raíz en
el rechazo y la fobia hacia el método de traducción
gramatical, el cual estaba basado en reglas gramaticales y el uso
de la lengua materna. Las reaccionas en contra de ese
método surgieron cuando nuevos métodos de
comunicación oral tomaron auge y la respuesta al problema
fue entonces exilar la lengua materna del aula y establecer la
política "solo Inglés" como el método
más directo en la enseñanza de este
idioma.
En el momento actual, las actividades de
traducción que se efectúan en clase, deberá
prepararlas el profesor de la asignatura, que es quien conoce
mejor los problemas que la lengua extranjera en cuestión
puede suscitar entre sus estudiantes y, dentro de ellos,
cuáles son los que la traducción clarifica o ayuda
a resolver, convirtiéndose en una actividad encaminada
directamente a reforzar las cuatro habilidades del idioma
inglés( escuchar, hablar, leer y escribir), y se elimina
el peligro de las relaciones unívocas al conferirse
importancia al proceso y al producto de la
traducción.
Mientas algunos autores consideran que dándole a
los estudiantes el máximo de exposición con el
idioma extranjero a aprender es beneficioso, creyendo que en la
mayoría de los casos el tiempo de la clase es el
único momento en que los estudiantes tienen contacto real
con la lengua extranjera, también es verdad que el uso de
la lengua materna es un instrumento natural para los estudiantes
de idioma y otros destacan que el Inglés debe ser el
"primer vehículo de comunicación en el aula", pero
no es definitivamente el único.
Mucho se ha escrito y discutido acerca de los beneficios
y peligros del uso de la lengua materna en la enseñanza de
un idioma extranjero, pero hay ocasiones en que se hace necesario
en situaciones como: discusión de sucesos interculturales,
instrucciones o sugerencias, explicaciones de errores,
valoración de comprensión, procederes en el aula y
presentación o explicación de reglas gramaticales,
fonológicas, morfológicas y
ortográficas.
El uso de la lengua materna es necesario,
particularmente en los primeros grados para ayudar a establecer
el contexto para el diálogo o para explicar aspectos
específicos de una situación dada en clases, lo
cual ayuda al estudiante a comprender mejor lo tratado dentro la
propia clase. Entre docentes de lengua extranjera, el tema del
uso de la lengua materna suele ser polémico. Algunos
declaran que jamás recurren a ella, mientras otros
defienden su uso para dar consignas, ofrecer explicaciones
metalingüísticas, traducir conceptos o palabras
difíciles, etc., sobre todo en niveles educativos de
principiantes. Otro grupo plantea que sólo utiliza la
lengua primera en situaciones de "crisis, es decir, cuando se
observa que la comunicación se ha bloqueado. El concepto
de "crisis" o de "avería" en la comunicación es
interesante porque hace referencia tanto a problemas de
comprensión de una parte del discurso –enunciados
concretos, intenciones enunciativas, etc.- como a problemas de
relación en el grupo-.clase. En efecto, algunos profesores
afirman usar la lengua materna solamente "cuando se enfadan,
cuando quieren que los alumnos "entiendan bien lo que se les
dice" o "cuando los alumnos se sienten perdidos, angustiados". El
factor tiempo también está presente en los
comentarios de los profesores. Muchos afirman usar la lengua
materna para "ahorrar tiempo". Esta finalidad indica que la
interacción profesor-alumno para organizar y negociar la
forma de las actividades, es decir, el habla propia de la clase,
no constituye un contenido programado. Por último,
sólo un número reducido de docentes admite que el
uso de la lengua materna responde a cierta incompetencia en
lengua extranjera y también a una insuficiente
formación didáctica.
La clase de lengua extranjera constituye, en cierta
medida, una micro-comunidad de habla donde se reproducen aspectos
de la realidad social, uno de los cuales es la actividad de
selección del código lingüístico
adecuado. Pero la clase es también el espacio de
aprendizaje de la lengua extranjera y, por lo tanto, la
elección del código lingüístico
debería responder no sólo a las finalidades
individuales en un hecho de habla concreto sino también a
las finalidades educativas de la institución, por lo que
los ejercicios de traducción han sido objeto de
controversia hasta tiempos recientes. En estos momentos, la
mayoría de los educadores aprecian su valor. Solo los
profesores que conocen la lengua de los estudiantes –o
quienes tienen un informante bilingüe u otro ayudante en el
aula- pueden emplear estos ejercicios y solo en aulas donde todos
los estudiantes hablan el mismo lenguaje materno.
Por todo lo anteriormente expuesto, podemos ratificar
que la enseñanza, práctica y desarrollo de
cualquier habilidad de la enseñanza de un idioma
extranjero muestra diferentes particularidades que dependen entre
otros factores del método que se utilice para lograr
óptimos resultados, del propósito por el cual se
está enseñando esa habilidad, del escenario o
contexto social donde se realiza, de los medios y recursos con
que se cuenta para realizar la actividad, de los intereses de los
estudiantes y profesores o la institución donde se
enseña, del nivel de idioma que se requiera por parte del
alumnado, de los objetivos del plan de estudio específico
de cada asignatura y del nivel de preparación del profesor
para la impartición de las actividades que se
programen.
En los niveles de comienzo, la traducción debe
ser en expresiones comunicativas específicas y claras o en
un punto estructural limitado y contextualizado y significa estar
en capacidad de comprender el sentido y reexpresarlo en otra
lengua libre de las ataduras sintácticas de la lengua de
origen .De hecho, el arte de la traducción está muy
lejos de ser una mera sustitución de una palabra por otra
o las múltiples traducciones sin sentido que
lamentablemente se ven en todas las áreas del
conocimiento.
El profesor de lenguas extranjeras que en la
Enseñanza Superior practica la habilidad de
traducción en clases debe conocer que el objetivo de la
traducción es crear una relación de equivalencia
entre el texto origen y el texto traducido, es decir, la
seguridad de que ambos textos comunican el mismo mensaje, a la
vez que se tienen en cuenta aspectos como el género
textual, el contexto, las reglas de la gramática de cada
uno de los idiomas, las convenciones estilísticas, la
fraseología, etc.
Tradicionalmente, la traducción ha sido una
actividad desarrollada por humanos, aunque hay numerosos intentos
de automatizar la tarea de traducir textos naturales
(traducción automática) o de utilizar computadoras
para ayudar en esta tarea (traducción asistida por
computadora, u ordenador). Un ejemplo de traducción
asistida sería el uso de una memoria de traducción.
De toda esta dinámica ha surgido la moderna industria del
lenguaje.
Basándonos en la división de textos en
literarios y especializados, nos centraremos en textos
pertenecientes al segundo grupo: los textos especializados, o
sea, los textos médicos que son los que se tratan en las
clases del ciclo médico.
Para un traductor de textos
técnicos,(médicos, en nuestro caso), es un muy
importante el buen conocimiento de la lengua extranjera por parte
de los estudiantes y la habilidad para traducir en la lengua
materna, donde los alumnos han de conocer además el tema
que se trata en el documento original y, sólo entonces,
podrán realizar una "buena traducción", es decir,
una traducción clara, concisa y correcta, donde el texto
debe presentar como principal característica un lenguaje
propio de su especialidad con una terminología
específica de la Medicina, pero aparte de la
terminología, los textos deben presentar también
características sintácticas y estilísticas
determinadas, propias de la especialidad. Por ejemplo, en los
textos técnicos no suele haber ningún tipo de
manifestación emocional, connotaciones, figuras sonoras o
metáforas originales, que sí se
encontrarían, por ejemplo, en textos
literarios.
Estudiosos de la traducción se cuestionan
todavía hasta qué punto es necesario preocuparse
por cuestiones estilísticas en la traducción
técnica. Sin embargo, la traducción técnica
requiere algo más que escribir las palabras equivalentes
encontradas en un diccionario. El estudiante a la hora de
traducir a la lengua materna, debe cuidar la forma de presentar
la información y facilitar al máximo la
comprensión del texto utilizando, por ejemplo, un lenguaje
sencillo para explicar conceptos que puedan entrañar
alguna dificultad donde debe tener presente aspectos primordiales
como claridad, concisión, y corrección. De esto
podría deducirse que la traducción de textos
médicos en la lengua materna requiere no sólo tener
conocimientos apropiados del tema para comprender la
terminología utilizada y poder traducirla, sino
también saber transmitir el contenido del texto, ejercicio
que prepara a los estudiantes para enfrentar nuevos retos en su
vida profesional, una vez culminados los estudios de
Medicina.
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Lic. María del Carmen Cupull
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Lic. Jorge Luis
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