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Las vírgenes vestales, en el imperio romano



  1. Introducción
  2. Vesta
  3. El fuego
    sagrado
  4. Orígenes y
    características
  5. Elección
  6. Servicio y
    obligaciones
  7. La Vestalia
  8. Castigo por romper los
    votos
  9. Bibliografía

Introducción

Desde los primeros tiempos Roma fue acompañada y
protegida, simbólicamente, por un grupo de jóvenes
mujeres escogidas de muy jóvenes de entre las niñas
más perfectas de la ciudad. Las Vírgenes Vestales
eran un conjunto de sacerdotisas cuya principal función,
entre otras que aquí veremos, radicaba en mantener vivo el
Fuego Sagrado de Vesta. Sus orígenes datan desde los
inicios cuando Roma no era ni una República ni un Imperio
sino una Monarquía. No solo en el tiempo están las
Vestales abrazadas a la historia Romana, sino en los sucesos y
eventos que le dieron forma a ésta. La madre de
Rómulo y Remo dícese haber sido una Vestal, incluso
la Roca Tarpeia, símbolo iconico de Roma, fue nombrada en
conmemoración a una de éstas mujeres; Eventos
legendarios son también atribuidos a éstas, como
por ejemplo la salvación de la figura de la Magna
Mater
gracias una Vestal. Estos son sólo algunos de
los sucesos y deberes en los que ellas participaron. No menos
importante es la confianza que el pueblo les tenía. Era
tal que infinidad de documentos críticos del Estado y
reliquias pasaron bajo su cuidado.En este artículo veremos
varios de éstos sucesos, como así también
las características y singularidades de éstas
sacerdotisas. La importancia de su función, la Diosa Vesta
y su peso histórico serán también
explicados. 

Vesta

La pura e inmaculada Vesta, también conocida como
Hestia en Grecia, era la diosa del fuego y la chimenea familiar.
Gradualmente se fue convirtiendo en la diosa protectora de Roma
cuya llama representaba el bienestar del estado es decir la
res publica.

Siendo una de las diosas más antiguas, ya que era
hija de Rhea y Cronos, era considerada protectora de la
humanidad. Si bien en Grecia no se le dio tanta importancia fue
en Italia donde existía un culto tan fuerte que un
quito de sacerdotisas sagradas le fue otorgado para
ocuparse de su veneración y cuidado.

Para comenzar a comprender la importancia de Vesta
primero debemos entender cuán importante era la chimenea
familiar para los romanos.

En esta parte de la casa no sólo se cocinaban los
alimentos sino que también era el altar familiar donde la
cabeza familia ofrecía sus oraciones y
sacrificios.

Vesta era representada antropomórficamente en la
forma de una mujer de gran belleza que sostenía un cuenco
votivo en una mano y una antorcha en la otra. Fue cortejada por
Apolo y Neptuno pero prefirio permanecer pura y
virgen.

Esto era representado por el fuego sagrado -que los
Romanos consideraban como el emblema al fuego de la vida que
ardía en el pecho de los seres humanos gracias a
Vesta-.

Pero es relativo hablar de la figura de Vesta ya que no
se ha encontrado una efigie representativa en su templo y la
referencia mayormente utilizada de la imagen de dicha diosa
proviene del grabado de una moneda. La cual se supone que es
Vesta debido a que aparece junto a su templo.

Su festival era la Vestalia, y como veremos este era uno
de los eventos con más pompa y de mayor popularidad entre
la población Romana.

Señal inequívoca del cariño y
adoración hacia esta diosa.

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Dos vistas diferentes del Templo Circular de Vesta
-Aedes Vestae-. aquí era donde se
mantenía la Llama Sagrada de Vesta y donde los
rituales más importantes tomaban lugar. El templo de
las imágenes no es el original, del que no quedan
vestigios, sino del que posteriormente fuera construido por
Augusto.

  

El fuego
sagrado

En los poblados antiguos, y no solo latinos sino de
muchas razas y culturas, se solía mantener un fuego
comunitario -focus publicus-. La razón de esto
era tener una fuente de fuego siempre disponible en caso de que
el fuego del hogar se apagara accidentalmente; tengamos en cuenta
que en tiempos primitivos encender un fuego podía llegar a
ser una tarea verdaderamente dificultosa.

A medida que la sociedad fue evolucionando, al menos en
Grecia y Roma, este fuego pasaría a ser sinónimo de
familia y unidad.

Sin embargo, es interesante notar como la
problemática antigua, es decir los problemas al poblado
que podría traer la extinción de dicho fuego, se
trasladarían a la sociedad más avanzada a manera de
costumbre. Es decir, el presagio de infortunio que
sufriría Roma en caso de que este se
extinguiera.

Si el fuego llegaba a extinguirse, como veremos, la
Vestal sería castigada en gran medida y rápidamente
se iniciarían los preparativos para la nueva
ignición de la llama.

En los primeros tiempos esto se hacía con unos
palillos de madera especiales y posteriormente con un espejo
cóncavo -detalle que nos llega de Plutarco en su
trabajo Numa-
reflejando la luz solar; aunque el
método exacto es desconocido. El fuego era renovado todo
principio de año -Para los Romanos esto era el primero
de Marzo, ver artículo sobre el Calendario
Romano
-.

Como hemos mencionado en los párrafos anteriores
esta necesidad antigua del fuego comunal tiene raíces muy
profundas en la cultura y estas raíces se trasladaron a
costumbres en tiempos posteriores. Junto al mal presagio a causa
de la extinción del fuego también se traslada la
manera de mantenerlo avivado.

En los poblados antiguos era normal que el fuego comunal
sea custodiado y cuidado por las jóvenes mujeres de la
aldea, que eran en su gran mayoría las jóvenes
chicas que todavía no se habían casado y no
debían atender a tareas hogareñas. De aquí
es que se toman a las Vestales para su cuidado.
 

Orígenes y
características

La leyenda cuenta que las primeras Vestales
fueron elegidas por el héroe troyano Eneas, quien junto a
su presencia también trajo a sus dioses a la
Península Itálica. Pero estos relatos no son
más que leyendas. Si bien las Vestales existen desde
antes, los primeros recuentos escritos los comenzamos a tener con
los reyes Romanos. En los tiempos de la Monarquía sabemos
que era el rey quien escogía y de hecho fueron estos reyes
los que establecieron los castigos a las sacerdotisas que
rompieran sus votos. Estos votos eran el de castidad recordemos
que Vesta era la diosa virgen y pura -sin embargo pasados los
años de servicio, como veremos, podían buscar un
hombre y casarse si es que lo deseaban
-; y el de gran
importancia que era mantener vivo el Fuego Sagrado de Vesta.
Llama que si se apagaba vaticinaba una tragedia profunda y
peligrosa en extremo para la sociedad.Las Vírgenes
Vestales tenían una gran prioridad y prestigio en la
sociedad.

Eran respetadas y adoradas por todos y cada uno de los
ciudadanos Romanos. Su sola presencia por el camino de un
condenado a muerte rumbo el verdugo era suficiente para que se
absolviera a dicha persona y se le perdonara la vida. Entre los
privilegios con los que contaban se encontraba no sólo el
de ser escoltadas por los lictores cuando andaban por las calles
sino el de obtener lugares preferenciales y de excelente vista en
los juegos y obras teatrales. Más placeres llegaban a ser
disfrutados por dichas mujeres ya que eran muy frecuentemente
invitadas a suntuosos banquetes donde se servían manjares
a los que sólo los ciudadanos más ricos y poderosos
de Roma podían tener acceso.

La vestimenta de una vestal también reflejaba su
rango elevado en la sociedad y a la vez su pureza y castidad. Las
tunicas que utilizaban eran del más fino lino de color
blanco y estaban adornadas con una orla de
púrpura.

En la imagen siguiente podemos ver un muy buen
gráfico de dos virgenes donde apreciamos claramente los
detalles en púrpura de las orlas de su túnica.
Dentro de los distintivos que llevaban encontramos uno de suma
importancia, la vitta.

Esta especie de vincha era comúnmente utilizada
como adorno por las mujeres pero en el caso de las vestales
identificaba su posición sagrada en la sociedad. Es por
esto que lo primero que se le hacía a una Vestal que
rompía sus votos era el despojarla de esta
vitta.

El número de vestales se fue incrementando a lo
largo del tiempo. En un principio fueron dos, luego cuatro y
posteriormente seis vírgenes -Aunque hay recuentos de
que hacia el final de los tiempos paganos una séptima
virgen fue incluida
-. Así mismo como toda hermandad
siempre hay una persona que oficia de líder y
representante. La Vestal de mayor importancia era la Vestalis
Maxima, o Virgo Maxima, según sabemos vía Ovidio y
Suetonio.

Y su principal tarea era la de presenciar en el Colegio
de Pontífices y participar de este.

Durante más de un milenio se mantuvieron
éstas sacerdotisas cuidando pacientemente la Llama de
Vesta.

Pero el tiempo y los cambios políticos y
culturales del Imperio hicieron que su culto quede prohibido en
la era cristiana. Ya que era una tradición pagana muy
fuerte y afianzada en los corazones Romanos.

Esto la convertía en un blanco preferencial de la
nueva religión del estado.

La orden se mantuvo vigente hasta el año 391 DC
cuando el Emperador Teodosio decretara por ley que todo culto y
rituales paganos en público quedaban prohibidos y se
negaba su práctica.

Tras este decreto el templo de Vesta fue cerrado y la
Llama sagrada extinta -muchos dicen que por el mismo
Teodosio
-.

Las vestales que ocupaban el puesto en ese momento
fueron desligadas de sus tareas y la orden continuó su
vida ya sólo en la historia, como recuerdo de una de las
más grandes y hermosas tradiciones de la edad dorada de
Roma.

Y tal vez quién sabe, casualidad del destino o
justicia poética hacia un Emperador incrédulo,
pocos años después de haber sido apagada la llama
protectora cae el Imperio Romano Occidental a manos de las tribus
bárbaras que invadieron la
península. 

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Dos Vestales de las cuales podemos apreciar los
detalles de su vestimenta. Vemos reflejadas las orlas
púrpura que adornaban sus largas
túnicas.

 

Elección

Como mencionamos uno de los primeros recuentos que
tenemos fue el que Eneas seleccionó a las primeras
Vestales. Pero los datos más concretos nos llegan de la
época donde Roma era gobernada por reyes, quienes
tenían a su vez poder de elección según nos
cuentan Dionisio y Livio.

De Plutarco, en su trabajo Vida, obtenemos que las
vestales fueron instituidas por Numa Pompilio, segundo rey de
Roma, en el siglo VII AC. Un recuento similar nos llega de Aulio
Gellio, escritor y anticuario del segundo siglo, quien comenta
que "la primer virgen vestal fue llevada de la mano por Numa
Pompilio
". Quizá esto fuera lo que posteriormente se
convirtiera en tradición, en la época de la
República, cuando a la joven niña se la lleve de la
mano hacia el templo.

Por otra parte en la República la elección
estaba completamente bajo criterio del Pontifex Maximus. La
elección se hacía entre niñas de 6 a 10
años en perfecta condición física, y cuyos
padres vivieran en Italia.

Si bien en un principio sólo se seleccionaban
niñas de la aristocracia, posteriormente en el tiempo se
comenzarían a seleccionar niñas de los ciudadanos
cuyas ocupaciones laborales fueran decentes y honradas. La
selección -o Capere en Latín- tenía
lugar cuando se abría una vacante en la orden. El Pontifex
Maximus seleccionaría de entre 20 niñas a una a la
que le diría "Te tomo, amada" y la guiaría
de la mano hacia su nueva morada.

Cabe aclarar que la selección de entre 20
niñas tenía lugar sólo si antes no se
presentaba una familia extremadamente prestigiosa ofreciendo a su
hija como Vestal. Sabemos que se tomaba a la niña a pesar
de que la familia de esta se opusiera a darla.

Pero el que una familia aristocratica presentara
voluntariamente a su hija se hizo cada vez menos frecuente y
comenzaban a poner todas sus influencias políticas en
marcha para evitar que alguna de las jóvenes niñas
de la familia fuera elegida.

Tenemos un relato de la situación gracias a
Suetonio quien en la biografía de Augusto
-Octavio- nos da el siguiente dice:

Incrementó el número y la
importancia de los sacerdotes, así como
también sus privilegios. En particular aquellos de
las Vírgenes Vestales. Por otra parte, hubo una
ocasión en la que se debía elegir una Vestal
para ocupar el lugar de otra que había fallecido, y
muchos utilizaron todas sus influencias para evitar enviar
a sus hijas a correr la oportunidad de ser seleccionadas.
El (refiriéndose a Augusto) solemnemente
juró que si cualquiera de sus nietas contara con la
edad necesaria para ser elegible, el mismo la hubiera
propuesto.

Servicio y
obligaciones

Las Vestales servían por 30 años. De estos
30 años 10 eran como estudiante -Discipula en
Latín
-, donde aprendían multitud de
significados religiosos y como cumplir sus tareas en el templo;
los siguientes 10 en servicio, donde cuidaban la llama y se
acometían a contribuir en ceremonias de importancias
-entre ellas la Vestalia-; y los siguientes y
últimos 10 años como maestras de las jóvenes
discípulas.

Pasados estos 30 años de servicio podían
dejar el templo y casarse si así lo deseaban. Sin embargo
la gran mayoría decidía quedarse en el luego de
pasado su servicio dado que allí podían vivir bajo
un gran lujo y comodidad.

La tarea más importante de una Virgen Vestal era
el mantenimiento y cuidado de la Llama Sagrada en el altar de la
diosa Vesta. 

Esta llama era cuida por turnos y su pérdida era
castigada con la vida de la Vestal, aunque como veremos por
más de mil años muy pocas veces se perdió.
Si la llama por alguna razón se apagaba esta, según
se cree, era reavivada utilizando luz solar.

Aunque no es sabido exactamente el funcionamiento del
sistema. Otras tareas de las Vestales radicaban en presenciar
varias ceremonias religiosas, especialmente la Bona
Dea.

Existe entre las más importantes, de sus
obligaciones, la purificación de la tierra del Templo, la
cual se lograba regándola con agua natural sacada de la
fuente dedicada a la ninfa Egeria, tarea que algunas de las
Vestales realizarían todas las mañanas.

No menos importante era el atesoramiento de ciertas
reliquias de carácter religioso como el famosísimo
Paladium y el cuidado de documentos estatales y cartas
de suma importancia. Muchos aristócratas confiaban en la
secrecía de las Vestales y su inviolabilidad para
confiarles sus documentos más importantes.
Sorprendentemente, al menos para el tiempo decadente y corrupto
que nos toca vivir, las Vestales nunca rompieron los votos de
confianza.  

La Vestalia

La Vestalia ocurría en el mes de Junio entre los
días 7 y 15. Era una de las festividades más
esperadas y populares de Roma. Donde las Vestales eran figura
central.

Durante los festejos las mujeres Romanas que fueran
madres, ya que Vesta era la diosa de la familia y la pureza la
condición de madre era fundamental para ingresar al templo
de las Vestales.

Curiosamente la Vestalia era la única oportunidad
durante el año en que alguien más allá de
las Vestales podía ingresar a este. En el curso de este
festival también se preparaba la Mola Salsa.

Esta era una especie de torta no comestible de
significado puramente religioso. Diferentes estatuas de la diosa
eran transportadas por las calles principales en distintas
procesiones públicas.

Las Vestales, como hemos dicho, eran figura central de
los festejos y eran cortejadas por las matronas -mujeres que
tenían un gran poder en la sociedad y economía
Romana-
quienes las seguían descalzas cantando
alabanzas a la diosa Vesta.  

Castigo por romper los
votos

Numa Pompilio fue el primero en delinear que
debía hacerse cuando una Vestal rompiera sus votos. Si
bien las Vestales que cumplían sus funciones eran tratadas
con la mayor admiración y amabilidad, las Vestales que
rompían sus votos eran castigadas cruelmente.

Con Pompilio se establece que el crimen debía ser
pagado con la lapidación.

Pero un rey posterior, Tarquino, impondría un
castigo tan cruel y severo que incluso haría temblar el
sólo hecho de pensar recibirlo.

Este constaba en que si se encontraba a una vestal
culpable de romper sus votos el castigo procedería
primeramente con el despojo de la vitta y demás insignias
de prestigio y religiosidad de las vestimentas de la sacerdotisa.
Posteriormente se la maniataría y pondría en un
sudario como si fuera un cadaver. Una vez preparada se la
colocaría en una litera con la cual se exhibiría en
una procesión por el Foro, tal cual como si fuera un
funeral normal.

Pero lo macabro del castigo llegaría cuando al
llegar al Campus Sceleratus el Pontifex Maximus levantara sus
brazos y tras una secreta plegaria una lápida en el piso
se abriría y se ubicaría a la Vestal frente a una
escalera por la que se la obligaría a descender. La cripta
sería cerrada y tapada con tierra. La vestal
encontraría una muerte lenta y tortuosa enterrada viva.
Para prolongar este sufrimiento agua y comida sería dejada
en la cripta.

Entre otros métodos de castigo también se
encontraba el de latigar a la mujer hasta provocarle la muerte.
Este castigo en particular se realizaba antiguamente en el Forum
Boarium, el Foro más antiguo de toda Roma.

Si bien los castigos eran brutales muy pocas veces
fueron aplicados. En más de mil años sólo se
conoce de 22 Vestales castigadas por romper sus votos.

Se podría deducir que el terror de tal castigo
era suficiente razón para no romper sus votos. Pero
más allá de esto el motivo más fuerte era la
excelente vida en la opulencia y la comodidad que éstas
mujeres llevaban. Muy pocas se arriesgarían a perder los
beneficios de ser una Vestal. 

Vestales famosas: Entre las Vestales más
famosas, o escandalosas, tenemos las siguientes:

Rhea Silvia: Se dice que la madre de
Rómulo y Remo, fundadores de Roma, era una Vestal que
había quebrado sus votos de castidad. Su castigo no es
claro. Algunas fuentes dicen que fue arrojada al Tíber y
otras que fue latigada hasta morir por orden de su tio Amulius.
Aunque posiblemente haya sido víctima de ambas.

Tuchia: Esta vestal fue acusada de
fornicación y romper sus votos de castidad.Sin embargo,
como era de esperar por el rompimiento de sus votos, no fue
castigada al demostrar su inocencia transportando agua con un
colador. No podemos saber a ciencia cierta que fue lo que
realmente ocurrió y el por qué fue perdonada, ya
que el suceso es muy contradictorio de por si.

Tarpeia: Esta Vestal traicionó a Roma
producto de la ambición y la avaricia. Cuando Roma estaba
enfrentada a los Sabinos éstos la convencieron de abrirles
las puertas de la ciudad a cambio de lo que ellos cargaran en sus
manos. Tarpeia pensando que éstos le darían sus
brazaletes de oro abrió las puertas sólo para ser
aplastada por los escudos de los soldados enemigos.
Después de todo fueron sinceros y sí le dieron lo
que tenían en sus manos. Terminada la revuelta el
cadáver de Tarpeia fue encontrado y tal era el rencor de
los Romanos hacia su traidora sacerdotisa que la arrojaron desde
la roca más alta de Roma. Esta roca tomaría su
nombre y pasaría a la historia como el lugar de castigo
para todo traidor.

Julia Aquila Severa: Esta Vestal levantó
un revuelo de enorme magnitud al romper sus votos y contraer
matrimonio con el Emperador Elagabalus. Se la debía
castigar, pero la crisis política de Roma y el haberse
casado con un Emperador lo hacía imposible. Esto la trajo
al imaginario popular como una figura infame.

Coelia Concordia: Famosa por ser la última
Vestalis Maxima.

Occia: Una de las más famosas Vestalis
Maxima
. Presidió la orden por 57
años.

Virginia Claudia: Junto a la desesperación
que trajeron las derrotas sufridas por Roma durante la Segunda
Guerra Púnica se vivió un fervor religioso sin
parangón en busca del favor y la ayuda de los
Dioses.

Cuenta la historia que los Sacerdotes escogieron a la
Diosa Cibeles, irónicamente de origen Griego, como
salvadora de Roma y la renombraron a Magna
Mater
.

Cuando la estatua de la Diosa estaba siendo llevada a
Roma, la nave que la transportaba encalla en la desembocadura del
Tíber.

Según se dice, y queda en ustedes decidir
cuánto hay de leyenda y cuánto no, la Vestal
Virginia Claudia fue la que puso la nave a flote y la condujo
hasta el corazón de Roma poniendo a salvo a la Diosa y
ganando su favor.

 Atirum Vestae: Esta era la casa de las
Vestales y a la vez un opulento e impresionante palacio de 84
habitaciones. Se encontraba al Este del Foro Romano y ubicado al
lado del Domus Publicae, el hogar del Máximo
Pontífice. La parte principal de la estructura era el
templo circular a Vesta que ocupaba el lugar trasero a la casa de
las sacerdotisas. La construcción fue variando
considerablemente a lo largo de la historia. Incluso en el
año 64 tuvo que ser totalmente reconstruida tras ser
consumida por el fuego. Aún hoy en día podemos ver
los remanentes de las estatuas de las Vestales ocupar la zona que
demarcaba el templo.

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La imponente y amplia casa de las
Vestales.

 

Bibliografía

  • PETIT, EUGENE: TRATADO ELEMENTAL
    DE DERECHO ROMANO, Editora Dalis, 1998

  • http://www.imperivm.org/ (La mejor pagina de
    la historia del Imperio Romano)

 

Enviado por:

Ing.+Lic. Yunior Andrés Castillo
S.

"NO A LA CULTURA DEL SECRETO, SI A LA
LIBERTAD DE INFORMACION"®

Santiago de los Caballeros,

República Dominicana,

2015.

"DIOS, JUAN PABLO DUARTE Y JUAN BOSCH – POR
SIEMPRE"®

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