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El aborto y sus consecuencias – testimonios y relatos



Partes: 1, 2, 3, 4, 5

Monografía destacada

  1. Introducción
  2. Temas candentes
  3. El sida
  4. Esterilizaciones
  5. Fecundación asistida o artificial
  6. La clonación
  7. Células madre o estaminales
  8. Tejidos fetales
  9. Homosexuales activos
  10. El aborto y sus consecuencias
  11. Síndrome postaborto
  12. Otras consecuencias del aborto
  13. Millones de muertos
  14. La maravilla de la vida
  15. Convertidos
  16. Manifiesto de Madrid contra el aborto
  17. El aborto y los políticos
  18. Eufemismos de la cultura de la muerte
  19. Conclusión
  20. Organizaciones de ayuda
  21. Bibliografía

Introducción

El presente libro trata de aclarar algunas ideas fundamentales sobre
temas de bioética. Se tratan temas como la eutanasia, el sida, la clonación,
fecundación in vitro, esterilización, células madre, anticonceptivos
y el aborto con todas sus consecuencias.

Las grandes empresas internacionales, que promueven la cultura de la muerte difundiendo anticonceptivos, fomentando las esterilizaciones en masa y el aborto a petición, son causantes de millones de muertos cada año en el mundo. Esto es un genocidio sin precedentes en la historia de la humanidad.

El testimonio de algunos sobrevivientes del aborto y de algunas mujeres que han abortado, así como el de algunos abortistas, especialmente del llamado rey del aborto Bernard Nathanson, pueden ayudarnos a entender este drama no sólo social, sino también personal, de todos los involucrados en este asunto.

Las consecuencias del aborto sobre las mujeres son realmente catastróficos y deben llevar a todos los hombres de buena voluntad a cerrar filas a favor de la vida y en contra del aborto.

PRIMERA PARTE

Temas candentes

EUTANASIA

Es la acción u omisión que por sí misma o por su intención causa la muerte de un ser humano con el propósito de eliminar su sufrimiento. Es voluntaria (a pedido del paciente o con su consentimiento) o involuntaria.

Una forma de eutanasia es lo que se llama suicidio asistido, que consiste en proporcionar al paciente los medios suficientes para que él mismo pueda causarse la muerte; por ejemplo, darle una medicina mortal para que la tome por sí mismo.

En Holanda se aprobó la práctica de la eutanasia; primero, sólo para enfermos terminales e incurables. Pero, como pasa siempre, después se fue abriendo la puerta a casos menos graves y ahora puede aplicarse a menores de 12 años, incluso recién nacidos, sólo con el consentimiento de sus padres; que así podrían matar limpiamente a sus hijos y evitar sacrificios y muchos gastos económicos.

Algunos siquiatras ya han aplicado esta práctica por piedad, incluso a pacientes siquiátricos sanos, como el doctor Baumann de Basilea (Suiza).

Hitler el 1 de setiembre de 1939 dio el siguiente decreto: Quedan autorizados para disponer cuanto sea necesario a fin de que los enfermos considerados incurables, a tenor de los conocimientos actuales, se los pueda eliminar físicamente para poner fin a sus sufrimientos. De esta manera causó la muerte de unos 300.000 alemanes, niños, adultos y ancianos, condenados por no tener cura o por sufrir malformaciones o perturbaciones mentales, con el fin de evitar gastos inútiles al Estado, ya que eran considerados ciudadanos sin valor, no productivos. Como si el valor de la vida humana estuviera sólo en el valor económico.

La enfermera austríaca Waltraud Wagner en seis años eliminó a 50 ancianos. Algunos dicen que fueron 300. Y todo lo hacía por piedad. Más famoso fue el doctor Jack Kervokan que inventó un aparato en 1983, llamado Mercitron (algo así como máquina de la misericordia), la primera máquina del mundo para suicidarse. Por ello se le empezó a llamar el doctor de la muerte. Su primera víctima fue Jane Adkins, de 54 años, que tenía la enfermedad de Alzheimer. Admitió públicamente haber asesinado así entre 1990 y 1998 a 130 personas.

Otro gran promotor del suicidio asistido fue Derek Humphry, que escribió un libro titulado El último recurso, que es un manual para matarse a sí mismo. Él se jactaba de haber conseguido que cientos de personas usaran su información para suicidarse. En el New York Times del 11 de agosto de 1992 afirmaba que el suicidio asistido era una de las libertades civiles, un derecho humano.

Un caso que dio la vuelta al mundo fue el de Terri-Schindler-Schiavo. Esta mujer sufrió una lesión cerebral en 1990, durante una hospitalización. Su esposo enjuició a los médicos por negligencia médica y logró obtener un millón de dólares. Pero después pidió que la dejaran morir. La batalla judicial entre él y los padres de Terri duraron 10 años. El año 2005 un juez falló a favor del esposo y Terry fue desconectada del tubo de alimentación, muriendo trece días después.

El doctor Bernard Nathanson afirma: Si se legaliza la eutanasia, habrá empresarios que montarán múltiples morideros para los que deseen morir. Quizás se llamen tanatorios o infusorios. Los empresarios reunirán un equipo de hombres y mujeres jóvenes, vestidos de blanco, con modales impecables. Las salas de tratamiento serán asépticas y remodeladas con artículos de imitación para crear un ambiente hogareño… Eso ocurrirá en la primera fase. En la medida en que prosperen estos tanatorios y se expandan en cadenas, tomarán el mando los economistas, reduciendo costes y gastos supérfluos conforme crezca la competencia. La última versión del tanatorio se parecerá más a las fábricas en cadena tal como se han convertido las clínicas abortistas, el último escalón para llegar a los hornos crematorios de Auschwitz[1]

La Iglesia considera que el aborto y la eutanasia son crímenes que ninguna ley humana puede pretender legitimar[2]Sin embargo, acepta que no sea obligatorio aplicar tratamientos muy costosos, peligrosos o desproporcionados a los resultados que se puedan obtener, aunque deba venir la muerte de modo natural. Con esto no se pretende provocar directamente la muerte del paciente; se acepta sólo no poder impedirla (Catecismo 2278). Incluso, el uso de analgésicos para aliviar los sufrimientos del moribundo, con riesgo de abreviar sus días, puede ser moralmente conforme a la dignidad humana, si la muerte no es pretendida ni como fin ni como medio, sino solamente prevista y tolerada como inevitable (Cat. 2279).

Lo que no se pude hacer es suprimir tratamientos sencillos y poco costosos como el oxígeno o el suero, aunque el enfermo esté en coma; pues mientras esté con vida, Dios puede bendecirlo y crecer espiritualmente. Su vida tiene una dignidad que nadie le puede quitar para evitarse molestias o por otras causas inconfesables como querer adelantar la herencia.

En Holanda el 2% de las muertes es debido a la eutanasia y la tercera parte de estas muertes se producen sin consentimiento del paciente. Por ello, muchos ancianos y pacientes graves huyen a otros países para evitar que les apliquen la eutanasia contra su voluntad.

El sida

Es el síndrome de inmunodeficiencia adquirida, que se produce a causa del virus de inmunodeficiencia humana VIH. El año 2005 murieron tres millones de personas en el mundo a causa del sida. En el África subsahariana está el 64% de las personas con sida en el mundo: unos treinta millones; entre ellos hay dos millones de menores de 15 años. Es una pandemia mundial, que afecta incluso a recién nacidos que reciben la enfermedad a través de la sangre infectada de sus madres. La transmisión de esta enfermedad se hace especialmente a través de la sangre y de las secreciones genitales del infectado. Por ello, muchos son infectados a través de las relaciones sexuales ( 97%); un 2% a través de la sangre y el 1% vía madre-hijo.

Están especialmente expuestos los drogadictos que comparten jeringas y los que tienen relaciones sexuales promiscuas. Cuando apareció el sida, el 73% de todos los casos eran de homosexuales activos. Según una encuesta de la Asociación americana de salud pública, el 78% de los homosexuales han estado alguna vez infectados por alguna enfermedad de transmisión sexual[3]

Hay organismos internacionales que quieren solucionar el problema del sida fomentando el uso del preservativo, asegurando que así el sexo es seguro y sin riesgos; lo cual es una gran mentira, porque estudios serios afirman que el fallo del preservativo es, al menos, del 15%. Por ello, hablar de sexo seguro (con preservativo) es en realidad como jugar a la ruleta rusa.

Además, un estudio realizado por la universidad de Washington, en la ciudad norteamericana de Seattle, reveló en julio del 2007 que estaba apareciendo una nueva enfermedad de transmisión sexual hasta ahora desconocida, llamada micoplasma genitalium, que se está extendiendo especialmente entre los que usan preservativos. Esta nueva enfermedad ha superado a la gonorrea y se ha colocado en segundo lugar después de la clamidia.

De ahí que hablar de sexo seguro, cuando el preservativo es, según el condom report, sólo eficaz como máximo en el 85% de los casos, es una irresponsabilidad por el riesgo de contraer una enfermedad mortal como es el sida. Además falla también en un 15% en evitar el embarazo.

El 2 de marzo de 2009 el Washington Post informaba sobre la experiencia del país de Botswana en África. Este país, con el 30% de su población infectada con el virus del sida, había seguido durante años la política recomendada por expertos internacionales de promover los preservativos y distribuir medicamentos antivirales, pero los índices del sida aumentaron.

La doctora Teresa Crensha, ex-presidenta de la Asociación de Estados Unidos de orientadores terapeutas de educación sexual, en la Conferencia sobre el sida en 1987 ante 800 sexólogos, durante el Congreso mundial de sexología de Heildelberg (Alemania), les preguntó si ellos personalmente, sabiendo que el compañero o la compañera de sus sueños tenía el virus del sida, tendrían relaciones sexuales utilizando como protección solamente el preservativo. En vista de que ninguno levantó la mano, les dijo que era una irresponsabilidad aconsejar a los demás hacer lo que uno no haría, puesto que una goma entre un cuerpo sano y una enfermedad mortal no ofrece seguridad[4]

El caso de Uganda es muy significativo, siguió la recomendación de la Iglesia católica de fidelidad y abstinencia fuera del matrimonio. El éxito fue rotundo. Se redujo el número de infectados del 30% al 5% entre 1991 y 2004. Un ejemplo a seguir que la Comunidad internacional ha ignorado, porque sigue poniendo su confianza en los preservativos, que seguirán llevando a la muerte a miles de personas del mundo entero.

Según la Federación internacional de Asociaciones de médicos católicos (FIAMC), que reúne 30.000 de 54 países, la Iglesia se ocupa del 25% de los enfermos de sida en todo el mundo y sólo tiene el 20% de los recursos destinados a esta enfermedad. Estos recursos los recibe de fuentes privadas y no de la ONU o de organismos internacionales. El 80% de los recursos destinados por la ONU a esta enfermedad se va en burocracia, en dar conferencias, charlas, informes, etc. Pero ¿qué se hace para fomentar entre los jóvenes la fidelidad, el amor sincero y evitar la promiscuidad y el libertinaje sexual?

Esterilizaciones

Muchos hombres y mujeres se han arrepentido de haberse esterilizado, porque después han querido tener más hijos y no han podido. Muchos gobiernos han hecho intensas campañas de esterilización entre familias pobres, especialmente donde el aborto es ilegal. Muchas mujeres analfabetas han sido esterilizadas mediante el engaño, la extorsión (si quieres atención médica, tienes que esterilizarte) o la oferta de alimentos o ropa. Algunas mujeres han fallecido por haberse realizado la ligadura de trompas en lugares mal acondicionados, en consultorios médicos rurales con poca higiene.

No hay que olvidar que toda esterilización es una mutilación corporal y, como tal, nunca es permitida, pues va contra la dignidad de la persona. En la India de Indira Ghandi se esterilizaron siete millones y medio de persones en diez meses y, después, se continuó hasta llegar al total de 13 millones de personas. En México entre 1978 y 1984 se habrían esterilizado un millón y medio de mujeres, de las que el 60% eran indígenas. En Estados Unidos hay 11 millones de mujeres esterilizadas. En Brasil, en 1996, el 40% de mujeres que vivían con una pareja estaban esterilizadas

En cuanto a los hombres, según estudios del American journal
of epidemiology
de diciembre de 1990, hay un riesgo de un 70% más
de cáncer de próstata en aquellos que se han hecho la vasectomía.
Los investigadores del hospital de mujeres de Brigman, en Boston, recomendaron
que los hombres que se hubieran hecho la vasectomía y tenían más
de 50 años, se hicieran revisiones periódicas anuales. Según
ellos, la vasectomía puede incrementar el riesgo de cáncer de
próstata, al menos, entre un 56% a un 66% de acuerdo a estudios realizados
en 73.000 hombres[5]

Fecundación asistida o artificial

Se refiere a los diferentes procedimientos dirigidos a realizar la fecundación de un ser humano por una vía distinta de la unión sexual entre un hombre y una mujer, mediante la colocación de espermatozoides en el útero de la mujer (inseminación artificial) o de espermatozoides y óvulos en una placa de laboratorio, (fecundación in vitro), de la que nacen los llamados niños probeta.

El año 2000 había en el mundo alrededor de un millón de personas producidas mediante fertilización in vitro. Pero esta práctica es totalmente inmoral. Se recogen siete u ocho óvulos de la mujer, que se ponen en contacto con los espermatozoides del hombre, obtenidos generalmente por punción testicular. La masturbación la utilizan mayormente para la inseminación artificial. De los nuevos embriones o seres humanos producidos sin amor, se implantarán unos tres en el útero de la mujer. En caso de que la mujer sea mayor de 40 años se implantan cuatro o cinco. Si queda embarazada, hay que hacer reducción embrionaria, es decir, matar a dos o tres para que sólo quede uno que sea viable. Los sobrantes se congelan y quedan como propiedad del laboratorio o de alguna empresa del Estado, es decir, seres humanos propiedad de otros como si fueran esclavos.

Al querer descongelarlos mueren entre el 35 y el 40% de ellos. En el proceso de fecundación in vitro hay que saber que el 37% de los embriones conseguidos y el 21% de los implantados en el útero tienen graves anomalías cromosómicas y por ello son descartados (asesinados). En pocas palabras, para que pueda nacer un niño vivo que venga a alegrar la vida de una pareja, que no podía tener hijos normalmente, deben morir varios embriones o seres humanos. Es por ello que este método es totalmente inaceptable e inmoral. El legítimo deseo de querer tener un hijo no puede conseguirse matando a otros. La mejor opción en este caso es buscar la adopción legal.

Pero muchas parejas de homosexuales hombres acuden a la fecundación in vitro para tener hijos con semen propio; o con óvulos propios, si son mujeres. Y así quieren inscribir al niño como hijo de los (las) dos.

Esto se presta a muchos problemas incluso legales, pues a veces se da el embrión concebido en laboratorio a otra mujer para que lo lleve en su vientre de alquiler. Se han dado casos concretos en que algún médico hacía que todos los niños concebidos en su laboratorio fueran suyos. ¿Quién puede controlarlo, cuando hace el experimento en su laboratorio? No faltan empresas que ofrecen con publicidad hijos a la carta con tales o cuales características de acuerdo a los donantes de óvulos o espermatozoides. Así los padres pueden escoger, no sólo el sexo, sino también los rasgos personales.

En estos casos se puede hablar del padre biológico, del padre legal, de la madre biológica, de la madre legal, de la madre portadora (de alquiler) y del padre científico que lo hizo posible. Pero en caso de que el niño nazca con anomalías, nadie lo suele querer y lo dejan morir.

La clonación

Clonación es la reproducción asexuada de material biológico, entendida como reproducción de copias idénticas al material original. Actualmente hay científicos interesados en hacer clones o copias de seres humanos, utilizando una célula madura de un ser humano adulto y depositándola dentro de un óvulo femenino, al que previamente se le ha extraído su propio núcleo. Si la célula madura es de un hombre, él será padre y madre de su hijo. Si es de una mujer, ella tendrá un hijo sin padre.

Cuando esto sea posible, muchas mujeres podrán tener hijos sin esposos, evitando las molestias y problemas del embarazo o de vientre de alquiler. Así se perderá el sentido del amor humano y el sentido de la maternidad y paternidad queridos por Dios para que un niño nazca dentro de un hogar, donde tenga amor, seguridad y estabilidad emocional con su padre y con su madre.

Hay quienes desean producir seres humanos por clonación con el fin de hacer células estaminales o células madre inmunocompatibles con las de un paciente para curar alguna enfermedad. Pero ¿cuántos seres humanos embrionarios habría que matar para curar esas enfermedades?.

Por otra parte, anotemos que se clona el cuerpo y no el alma. Los seres clonados, aunque tuvieran un cuerpo semejante, su alma sería diferente y su manera de ser también. Además se ha comprobado en la clonación de animales (monos, terneros, ratones, cabras, cerdos, corderos, conejos, vacas, ovejas, etc.) que viven menos años de lo normal. La famosa oveja Dolly del Roslin Institute de Edimburgo, en Escocia, vino al mundo después de 277 fracasos. Tuvieron que morir 277 para que ella pudiera nacer. Murió a los seis años y medio, el 14 de febrero del 2003, cuando una oveja normal puede vivir hasta 18 ó 20 años.

¿Alguien quisiera tener un hijo clonado, para suplir la muerte de otro hijo, pero dándole un tercio de la vida normal, digamos, sólo 30 años? Aparte de todos los que deberían morir para tener un hijo, hay muchos que nacen con malformaciones graves que mueren a los pocos días del nacimiento o al poco tiempo. Además el ser humano clonado estaría pensando: Voy a morir muy joven, voy a tener las mismas enfermedades que mi clon.

Y todo esto sin contar los traumas personales por no haber tenido un padre y una madre, ni haber sido concebido como fruto del amor de sus padres, sino en un frío laboratorio. ¿Cómo se sentiría de no tener padre o madre, sino ser hijo de la ciencia? ¿Y qué decir de sentirse propiedad de una empresa y haber sido vendido por ella?.

Lo peor sería que muchas empresas productoras de embriones clonados los matarían para usarlos para curar enfermedades o usar sus tejidos en la fabricación de cremas. Se daría lugar así a un horroroso tráfico de fetos humanos clonados como si fueran simple material biológico y no seres humanos. Por todo ello, la clonación es totalmente inmoral e inadmisible, aunque fuera legal.

Células madre o estaminales

Son células que existen en el embrión humano y que tienen la capacidad de diferenciarse para formar todos los tejidos y órganos del cuerpo humano. Los científicos tienen la esperanza de desarrollar estas células para reparar tejidos dañados de ciertos órganos del cuerpo a causa de ciertas enfermedades como demencia, infartos cardíacos, Alzheimer, Parkinson, etc.

En algunos casos matan embriones o seres humanos para sacarles estas células, pensando en curar enfermedades, lo cual es totalmente inmoral. No se puede matar a uno para curar a otro.

Lo bueno es que últimamente ya se ha descubierto que pueden obtenerse estas células madre en células de la sangre del líquido amniótico o del cordón umbilical de los recién nacidos; también con tejido celular de adultos de la médula ósea o de la piel. Esto haría que este proceso fuera totalmente razonable y aceptable moralmente.

Tejidos fetales

Sobre este tema el doctor Nathanson escribe: La historia de la utilización de tejido fetal para curar enfermedades de adultos es larga y particularmente innoble. En lo tocante a la diabetes, el feto debe ser abortado entre las 14 y las 20 semanas, si se quiere que el tejido pancreático extraído del feto sea adecuado y funcional. Hay en este país (USA) aproximadamente un millón cuatrocientos mil diabéticos, que necesitan insulina, y se necesita el tejido de ocho fetos para reponer el páncreas deficiente del adulto. Necesitaríamos abortar 11 millones doscientos mil fetos al año para tratar a todos los diabéticos de Estados Unidos que necesitan insulina. Actualmente, se abortan en este período, entre 14 y 20 semanas, unos 120.000 fetos, ¿de dónde saldrían los otros 11 millones que faltan?

Hay aproximadamente un millón de enfermos de Parkinson (en USA) y otro millón que sufre la enfermedad de Alzheimer y otros más de otras enfermedades… En resumen, tendríamos que abortar entre 15 y 20 millones de bebés para cosechar el tejido suficiente para tratar la interminable lista de espera… La respuesta es tan simple como repugnante: "Tendremos que comprar e importar inimaginables cantidades de tejido fetal humano de países del tercer mundo"… Ya en abril de 1993 la clínica Sansum anunció que planeaba importar el tejido fetal de Rusia. No se revelaron detalles financieros de la operación[6]

Evidentemente la utilización médica del tejido fetal hará que aumente el número de abortos y se extenderán por todas partes las granjas de fetos de grandes empresas o del Estado. Seran millones los seres humanos abortados o producidos en laboratorio y congelados con el fin de usar sus tejidos para curar enfermedades. Un verdadero genocidio humano ante la mirada impasible de la mayoría de la humanidad.

Homosexuales activos

Según el catecismo de la Iglesia católica, la homosexualidad designa las relaciones entre hombres y mujeres que experimentan una atracción sexual exclusiva o predominante hacia personas del mismo sexo (Cat 2357). La inclinación homosexual no es pecado.

Hay en el mundo cientos de homosexuales que viven su castidad; pero los que tienen actividad homosexual están actuando contra la naturaleza y contra la ley de Dios. Según el Catecismo: Los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados. Son contrarios a la ley natural (Cat 2357). La misma Biblia rechaza estas acciones. Pueden leerse textos como Lev 18, 22; Lev 20, 13; Gen 19; Jueces 19; 1 Co 6, 9-10; 1 Tim 1, 10; y, sobre todo, Rom 1, 24 -27.

La Sagrada Congregación para la doctrina de la fe publicó el 3 de junio de 2003 unas Consideraciones, aprobadas por el Papa Juan Pablo II, en las que se declara: La Iglesia enseña que el respeto hacia las personas homosexuales no puede en modo alguno llevar a la aprobación del comportamiento homosexual, ni a la legalización de las uniones homosexuales.

El Papa Benedicto XVI, en vista de que la mayoría de los casos de escándalos sexuales de sacerdotes que se han dado en distintos países se debían a sacerdotes homosexuales, en una Instrucción del 31 de agosto del 2005, ordenó que quienes practican la homosexualidad, presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas o sostienen la llamada cultura gay, no pueden acceder al sacerdocio.

Según estudios científicos hay una relación significativa entre la homosexualidad y la pederastia. Según unos en un 22%, pero otros llegan a decir que el 60% de los homosexuales activos tienen problemas de pederastia, lo que quiere decir que un homosexual activo es tres veces más probable que sea pedófilo que un heterosexual.

Está comprobado que las uniones homosexuales se rompen cuatro veces más que las de los heterosexuales. La inestabilidad emocional personal se manifiesta claramente en la mayor posibilidad de cambio de pareja. Según la federación estatal de gays y lesbianas de Estados Unidos, los homosexuales tienen una media de 39 parejas distintas a lo largo de su vida.

El sociólogo alemán Dannecker, que era homosexual, fue objeto de las iras del movimiento gay al declarar explícitamente que la amistad homosexual fiel era un mito. Dicho mito, dijo, tendría la finalidad de acostumbrar a la sociedad al fenómeno homosexual[7]

Es interesante anotar que en reuniones internacionales de la ONU, la ILGA (Asociación internacional de gays y lesbianas) presiona para legalizar la pedofilia con adolescentes a partir de los 10 años. Ya en Holanda se ha despenalizado la pedofilia a partir de los 16 años sin permiso de los padres y a partir de los 12 años, con permiso de los padres. ¿A dónde llegaremos? ¿A legalizar el incesto y la bestialidad?.

Según estudios serios, el 60% de los homosexuales acudió alguna vez a sicólogos o siquiatras buscando ayuda. Entre el 70% y el 78% de los gays activos han tenido alguna vez una enfermedad de transmisión sexual.

Otro dato grave, según el doctor norteamericano Cameron: Un 29% de niños adoptados han sido abusados por sus papás homosexuales frente a un 0.6% de padres heterosexuales.

Un estudio científico de Golombok y Tasker de 1997 manifestó una incidencia mucho mayor de relaciones homosexuales entre niños que habían crecido con madres lesbianas (un 24%) frente a los que habían sido educados por padres heterosexuales (0%). Este estudio fue publicado en el journal of orthopsychiatry de Estados unidos.

Un informe del Departamento norteamericano de salud reveló en 1989 que un tercio de todos los suicidios de adolescentes los cometen jóvenes que tienen problemas relacionados con la homosexualidad. Los homosexuales son seis veces más propensos a suicidarse que los heterosexuales.

Los doctores Paul y Kirk Cameron dieron a conocer en la Convención anual de la Eastern Psycological Association de Estados Unidos que el modo de vivir de los homosexuales activos reduce la esperanza de vida hasta en 24 años.

Entre 1990 y 2002 se vio que los heterosexuales casados morían a la edad promedio de 74 años, mientras que los homosexuales varones casados lo hacían a la edad promedio de 51 años.

En Noruega estos estudios dieron 77 años para los heterosexuales, y 52 para los homosexuales en promedio. En cuanto a mujeres, las heterosexuales casadas morían a los 76 años y las lesbianas a los 56.

A la vista estos datos, ¿podemos decir que la actividad homosexual es normal y lleva a una vida sana y feliz? ¿Y que el matrimonio homosexual hará felices a los niños adoptados por ellos? Lo que sí hay que decir bien alto y con claridad es que ha habido muchísimos homosexuales que han podido curarse con tratamiento sicológico o con ayuda de Dios y ahora llevan una vida normal heterosexual o una vida de castidad feliz. Hay muchas Instituciones internacionales para ayudarles en esta curación como www.couragerc.net, HA (homosexuales anónimos), Love in action (amor en acción), www.esposibleelcambio.org, www.narth.com, IHF (Internacional Healing Foundation).

SEGUNDA PARTE

El aborto y sus consecuencias

ANTICONCEPTIVOS

Las píldoras anticonceptivas, en general, bloquean la liberación del óvulo del ovario. Por eso, se llaman anovulatorias, pero en ciertos casos ocurre la fecundación y entonces tienen un efecto abortivo, pues alteran el endometrio de modo que impiden la anidación o implantación en el útero del nuevo ser.

Según Guido Miglieta: Tomar píldoras expone a la mujer al peligro de trombosis venosa profunda, embolia pulmonar y trombosis cerebral. Se dan de tres a seis veces más problemas de salud que en las mujeres que no toman píldoras en lo referente a accidentes cardiovasculares, entre ellos el infarto cardíaco, patología de las arterias, cardiopatías coronarias… Hay posibilidades de malformaciones en el niño, si han sido usadas durante el embarazo, y posibilidad de desarrollar un tumor maligno en el cuello uterino. Hay muchos efectos colaterales como náusea, vómito, turgencia y tensión mamaria, hinchazón y aumento de peso, debidos a retención de líquidos, dolor de cabeza, depresión, sequedad vaginal, goteo o pérdidas de sangre y también problemas sicológicos[8]

El investigador Bayle dice que en Francia habría cada año entre 120.000 y

400.000 abortos por efecto indirecto de tomar la píldora combinada, pues el endometrio queda afectado y no puede recibir al embrión que ha sido concebido[9]

Según Michael McManus: Desde que en 1960 se comenzó a vender la píldora, los divorcios se han triplicado, los nacimientos extramatrimoniales pasaron de 224.000 a 1.2000.000 en USA, los abortos se han duplicado y las parejas de hecho han pasado de 420.000 a 4.200.000[10]

En cuanto a la píldora abortiva RU-486, el famoso genetista francés Jérôme Lejeune la llamaba el primer pesticida humano. Comercialmente se le conoce como Mifegyne y tiene como efectos colaterales fuertes hemorragias y fuertes dolores abdominales. En el mundo la usan especialmente en China, donde se han realizado 20 millones de abortos por este medio.

El doctor Bernard Nathanson, hablando de la píldora RU-486, afirma: Este fármaco provoca el aborto con fiabilidad sólo hasta la novena semana del embarazo e incluso entonces sólo tiene una eficacia del 95%. El restante 5% de mujeres que han tomado el fármaco, o bien expulsan parte de lo concebido, pero siguen sangrando y necesitan una evacuación por succión convencional, o bien escogen llevar a término el embarazo con el riesgo de dar a luz un niño gravemente deforme… Por actuar en el sistema reproductor de las mujeres, alberga la posibilidad de alterar o influir en una manera todavía sin definir, pero probablemente negativa en los descendientes de las próximas generaciones. Más aún, la RU-486 no tiene una eficacia garantizada, cuando se toma sola. A las 48 horas, después de la primera píldora, la embarazada debe tomar otro fármaco (misoprostol: una prostaglandina) para provocar la expulsión del niño ya muerto. El mismo misoprostol tiene una impresionante relación de efectos secundarios indeseables e incluso peligrosos[11]

En cuanto a la píldora del día siguiente o anticonceptivo oral de emergencia, diremos que está de moda y se reparte gratuitamente, incluso a menores de 16 años en muchos países. Suele llamarse Postinor o Postinol o Norlevo. Algunos dicen que no es abortiva por tener un concepto equivocado de qué es aborto. Ellos dicen que el feto, hasta que no es implantado en el útero, no es humano sino un tejido biológico. Y, al no considerarlo ser humano, para ellos no es aborto.

Sin embargo, la Iglesia, desde siempre, ha considerado, al igual que los más grandes genetistas como el doctor Lejeune, que el ser humano comienza con la fecundación, ya que desde el primer momento es un ser independiente de la madre con un programa genético diferente, que necesita solamente desarrollarse para llegar a ser lo que está programado en sus genes: con su color de pelo, estatura, etc.

Lo que no suele decirse sobre esta píldora son sus efectos negativos. Estudios realizados el año 2002 en Inglaterra descubrieron que hay un 6% de posibilidades de desarrollar un embarazo ectópico (fuera del útero) con el consiguiente peligro para la vida del bebé y de la mamá. Otro estudio de la misma OMS (Organización Mundial de la Salud), que sólo considera el aborto a partir de la implantación del feto en el útero, es que el 30% de las que tomaron la píldora después de tener relaciones sexuales, la abandonó en los primeros seis meses debido a efectos secundarios como náuseas, sangrados, vómitos, mareos, depresión, etc.

Hay una relación directa entre la píldora del día siguiente y el aborto. En España, el año 2000, no se regalaba la píldora y hubo 60.000 abortos. El 2001 se repartieron gratuitamente 160.000 píldoras de éstas y hubo 70.000 abortos. El 2005 se repartieron 506.000 píldoras y hubo 91.000 abortos[12]

Otros anticonceptivos son los implantes Norplant y los anticonceptivos en inyección mensual o cada tres meses (Depo-provera), que actúan como abortivos en la mitad de los casos, porque sólo impiden la ovulación en un 50% de las mujeres que la usan.

En cuanto al parche, la Federación de drogas y alimentos de Estados Unidos (FDA) advirtió que quienes los utilizan pueden tener riesgos de coágulos de sangre y otros graves efectos secundarios. Las vacunas anti-embarazo, anti-TBA y anti-HCG, son abortivas. Además, al igual que los inyectables Depo-Provera y Norigest, tienen muchos efectos negativos como perdida de densidad ósea y hemorragias irregulares e impredecibles.

En cuanto a los implantes subcutáneos, también son abortivos. Norplant, ha sido prohibido en Estados Unidos. Hay otros implantes como Norplant 2, Capronor, Implanon… Lo de menos es el nombre, lo importante es saber que ninguno es inocuo y que todos estos métodos anticonceptivos son peligrosos para la salud de la mujer.

Especialmente peligrosos son los DIU o dispositivos intrauterinos que son los más utilizados en países en vías de desarrollo. Y los usan un 19% de las parejas del mundo y el 24% de los países subdesarrollados. Hay distintos modelos: en formas de espiral, de T…

Estos dispositivos, que se colocan en el útero, pueden provocar irritación del endometrio, infecciones pélvicas, embarazos ectópicos, graves hemorragias y hasta perforación del útero. Son todos abortivos.

En cuanto a las píldoras, en diciembre del 2002, el Departamento de salud de USA reconoció oficialmente que los estrógenos empleados en las píldoras anticonceptivas eran cancerígenos. Ahora los ginecólogos reconocen que, si se toman durante mucho tiempo, es mayor el peligro de cáncer. Pero lo más frecuente es que provoquen trombosis y otros efectos negativos.

Según un informe de octubre del 2006 de la Mayo Clinic Proceedings, el cáncer de mama aumenta en un 44% en las mujeres que han tomado la píldora antes de dar a luz por primera vez. La Agencia internacional para la investigación del cáncer (IARC) declaró el 2005 que los anticonceptivos orales combinados son cancerígenos; a pesar de haber sido considerados seguros y ser los de mayor uso en la actualidad.

Pregunta: ¿Vale la pena tomar píldoras y exponer a tantos peligros la vida y la salud de la mujer?

EL ABORTO

Es un atentado contra la vida de seres humanos inocentes e indefensos todavía por nacer. Se considera que hay aborto desde el primer momento de la concepción, cuando el óvulo es fecundado, porque como hemos anotado, la OMS tiene su propia teoría, considerando que el aborto sólo se da a partir de la implantación del óvulo fecundado en el útero.

En muchos países se está legalizando el aborto como si fuera un avance científico de países modernos y progresistas. Parece que para muchos, matar (por el aborto) es signo de desarrollo. ¿No será más bien señal de subdesarrollo moral?

  • a) Exageraciones y mentiras.

En todos los países, para legalizar el aborto, sus partidarios acuden a la mentira, inflando cifras inexistentes para convencer a la población de que tenga piedad de tantas madres que mueren por el aborto ilegal, como si el aborto legal fuera seguro y no murieran muchas mujeres, a pesar de estar legalizado el aborto en sus países.

Antes de la legalización del aborto, había en USA entre 100.000 y 200.000 abortos ilegales cada año. A partir de su legalización, el número de abortos fue aumentando hasta la cifra actual de un millón seiscientos mil. La muerte de mujeres no ha disminuido, sino que ha aumentado en proporción al número de abortos. Por eso, llamar aborto seguro al aborto legal es una gran mentira.

Una de las cifras que los abortistas usan con frecuencia es la de 200.000 muertes maternas por abortos ilegales cada año en el mundo. Pero el Instituto Guttmacher, proabortista y asociado a la IPPF (la institución abortista más grande del mundo), afirma que, como máximo, en el mundo hay 2.640 muertes al año por abortos ilegales, lo que significa que la cifra de 200.000 es una tremenda exageración de un 7.500%.

En México los activistas a favor del aborto citaron cifras de
la Cámara nacional de hospitales, reportando que en 1991 había
habido 300.000 muertes maternas por aborto ilegal. La OMS (Organización
Mundial de la Salud) en cambio aseguró que en 1983 en México sólo
murieron 177.420 mujeres de todas las edades y de todas las causas. De ellas
sólo 22.330 en edad fértil y sólo 216 debido a abortos.
Los proabortistas habían exagerado la cifra de muertes maternas 1.400
veces.

BEMFAM, la Asociación brasileña de la IPFF, ha dicho que en Brasil mueren cada año 400.000 mujeres por aborto ilegal, pero el Instituto brasileño de Geografía y Estadísticas demostró que en 1980, por cualquier causa en todo el Brasil, sólo murieron 55.000 mujeres entre 14 y 50 años y sólo murieron 241 por abortos, tanto legales como ilegales. Esto significa que aumentaron los datos en un 166.000%.

James Miller, director de investigación del Population Research Institute (PRI) ofreció 50.000 dólares al que presentara datos fundamentados de las exageradas muertes por aborto ilegal en Hispanoamérica. Aún está esperando respuesta, porque no se puede justificar lo que no existe. Sin embargo, los proabortistas siguen dando datos falsos con mentiras calculadas, a pesar de que algunas veces sus datos fueron desmentidos por la misma OMS. Ellos siguen el dicho: Miente, miente que algo queda… Una mentira es una mentira. Si se repite algunas veces, crea dudas. Pero, si se repite muchas veces, crea certeza.

Para desmentirlos digamos que en Polonia, un país de 40 millones de habitantes, en 1990 el aborto era legal y seguro. Había al año entre 160.000 a 180.000 abortos. En 1993 se prohibió el aborto. La ONU protestó y lo mismo la prensa de muchos países, aduciendo que aumentarían los casos de muertes maternas por abortos ilegales. Pero en 1999 el número de abortos descendió a 250. De 1995 a 1999 ninguna mujer murió a causa del aborto. El mundo debería tomar nota. El número de mujeres hospitalizadas por pérdidas bajó de 59.500 a 44.000 y el número de complicaciones por embarazos o nacimientos bajó de 178 a 144.

Veamos ahora las mentiras de los proaborto para legalizarlo en Estados Unidos. El doctor Bernard Nathanson, en una conferencia dictada en Dublín (Irlanda) el 7 de setiembre de 1983[13]dijo: En 1968, nuestro grupo, la NARAL (Asociación nacional por el rechazo de la ley del aborto), era consciente de ir al encuentro de una derrota en el caso de un sondeo serio y honesto. Así pues, indicamos a los medios de comunicación y al público los resultados de un sondeo ficticio, en el cual según nosotros un 50-60% de los americanos estaban a favor de la liberalización del aborto. Nuestra táctica consistía en la invención de datos fruto de consultas populares inexistentes. Nuestro objetivo se hizo pronto realidad. El público, al que decíamos que había muchos favorables al aborto, cambió de opinión y se hizo verdaderamente favorable al aborto. Quisiera aconsejar ser muy críticos y cautelosos ante las informaciones difundidas por la prensa y por los noticiarios de la radio y de la televisión: desgraciadamente la información inexacta y tendenciosa sigue siendo para los abortistas el mejor método de propaganda.

Esta táctica para conseguir nuestro objetivo ha sido, con pequeñas variantes, la usada después en todo el mundo occidental.

Falsificamos los datos sobre los abortos clandestinos (sabíamos que su número en EE.UU. giraba en torno a los 100.000), dando repetidamente al público y a la prensa la cifra de 1.000.000. Sabíamos que la mortalidad anual en los abortos clandestinos era alrededor de 200-250 mujeres. Nosotros, por el contrario, decíamos que cada año morían cerca de 10.000 mujeres por aborto clandestino. Estos datos ficticios influyeron en la opinión pública americana que se convenció de la necesidad de cambiar la ley. El primer año después de la liberalización, el número de abortos conocidos subió al menos a 750.000. Esta cifra subió en 1980 a 1.550.000, según los datos oficiales. El numero de los abortos, desde su legalización, se ha multiplicado, por 15 (de los 100.000 de antes se ha pasado, en efecto, a 1.550.000 en 1980).

Esta constatación basta para demostrar cuán nefasta fue nuestra propaganda. Una de nuestras tácticas consistía en convencer a la gente de que la penalización del aborto habría aumentado considerablemente el número de los abortos clandestinos. Sin embargo, de los datos aquí arriba citados resulta lo contrario: es lícito pensar que en el caso de una penalización volveremos a una cifra cercana a la anterior, es decir, aproximadamente a los 100.000. El aumento de los abortos después de su liberalización demuestra también la disminución en la población del sentido de responsabilidad en materia sexual. Actualmente el aborto es considerado por muchos como un medio para el control de nacimientos y no hay posibilidad de parar la avalancha.

Pero hay otra gran mentira en el proceso de legalización del aborto en Estados Unidos. Nos referimos al famoso caso de Roe versus Wade en el que el Tribunal Supremo de Estados Unidos, el 22 de enero de 1973, dio sentencia favorable para introducir el aborto en ese país. La interesada Jane Roe, a cuyo favor se dio la sentencia, se llamaba Norma McCorvey, no Jane Roe.

En una entrevista a la periodista Silvia Kramar para el Diario Il Giornale de Italia, del 17 de enero del 2005, afirma: Una de las confesiones que debo hacer es que en 1973 mentí declarando haber quedado embarazada después de haber sido violada por una banda. Sarah Weddignton (mi abogada) basó en ello buena parte de la moción, sabiendo que los americanos habrían estado ciertamente a favor de la interrupción del embarazo para una mujer violada. Pero no era verdad. Había mentido. La ley que ha matado a millones de vidas nació de una mentira…

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