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Capacidad tecnológica y desarrollo económico




Enviado por Guillermo Gallardo




    Capacidad tecnológica y desarrollo económicoMonografias.com

    Todo indica que la generación de conocimiento y el desarrollo de habilidades del medio para aplicarlo a fines específicos, es esencial para el crecimiento social y económico de una sociedad.

    De este modo, el conocimiento por sí solo, no promueve el desarrollo social si al mismo tiempo no se consideran las condiciones del medio y el diseño de políticas para apuntalar el mismo con instituciones adecuadas. Fundamentalmente si consideramos, p. ej. la situación de nuestro país donde con más de 200 años de conducción local, con una especialización de producción que en términos relativos se ha mantenido a través del tiempo, no es una tarea fácil incidir sobre el "sendero" determinado. En tantos años no se ha podido crear un ambiente (el hombre, su medio e instituciones), de competitividad genuina.

    Un primer acercamiento al problema nos lleva a considerar algunas características centrales de la actividad económica de nuestro país.

    • a) El 60 % de la facturación lo hacen las empresas transnacionales (ET), las cuales generan o hacen apropio de conocimiento en las sedes, ubicadas en los países industriales (PI). Un 20%, las grandes empresas nacionales, que cuando necesitan algo, lo compran en el extranjero. Un 10 % la Pymes, que en general les cuesta reconocer lo que necesitan y si lo saben no tienen plata para comprarlo o desarrollarlo.

    • b) La dependencia de la trayectoria (path dependy), nos condiciona a una especialización de producción y comercialización, para mercados poco dinámicos, donde se compite por precios y además, determinada tecnológicamente por los proveedores extranjeros. (10, 7).

    • c) Condiciones macroeconómicas tan variables que van desde una competitividad ficciosa a una exposición plena a los estándares internacionales de competencia. Ambas situaciones inhiben las iniciativas innovadoras legítimas del orden nacional.

    • d) Las empresas nacionales recurren al conocimiento extranjero (caro y creador de dependencia), y al subsidio nacional, en una estrategia general más orientada a la defensa de posiciones que al crecimiento económico.

    • e) El sistema de ciencia y tecnología (CyT) actúa mayormente en el laissez faire, a impulsos de la tecnocracia con objetivos autolimitados y más legítimamente por iniciativas de los propios investigadores.

    • f) El sistema, de CyT, está desarticulado de lo cual resulta una gran ineficacia social hacia los intereses comunes o una alta eficacia de los intereses sectoriales para mantener posiciones determinadas.

    • g) Una sociedad poco dinámica ha generado una economía del mismo tenor, con una frontera tecnológica, que en términos relativos, está siempre en el mismo lugar, Low-tecnology, de acuerdo a la taxonomía OCDE, y si solo tenemos en cuenta el grueso de la producción nacional con recursos tecnológicos propios.

    A esta altura de los acontecimientos no caben dudas que algunas especializaciones económicas, como lo sostiene Erik S. Reinert (8, 9), reportan más beneficios que otras. Con el cuadro de situación más arriba descripto, solo podemos aspirar a jugar entre los productores especializados de soja. Esto, cuando ya hace más de 46 años que un "medio", con una determinada frontera tecnológica, puso un hombre en la luna.

    La asimetría tecnológica y sus consecuencias son bastante evidentes. Adicionalmente, y en acuerdo con el pensamiento de Eric S. Reinert, claramente, Argentina está en el peor de los mundos. Por su especialización productiva, y en su carácter de productor, compite según los principios de la economía clásica, competencia perfecta, con lo cual tiene que aumentar siempre su productividad para continuar recibiendo más o menos lo mismo. En cambio como consumidor, tiene que comprar en un mercado caracterizado por la competencia imperfecta: posiciones dominantes para bienes y servicios con alto valor.

    Por alguna razón las cosas funcionan así. En la búsqueda de su comprensión y acciones conducentes para cambiar u orientar el enfoque y las potencialidades hacia un nuevo sendero, aparecen el medio y sus instituciones como determinantes de relevancia. Si el medio no cambia, todo seguirá igual. La media tiene una función núcleo, atrae, modela, condiciona. Cambiarla requiere de un fenomenal esfuerzo sistemático y prolongado, con lo cual las actitudes y aptitudes fundamentalmente institucionales para llevarlas a cabo, son muy distintas de aquéllas que buscan resultados en el corto plazo.

    Si se lograran algunos acuerdos de los factores de poder, para orientar los esfuerzos hacia una especialización productiva y comercial más dinámica, la creación o adecuación de instituciones a tales fines sería una siguiente condición limitante. Instituciones capaces de asumir los intereses comunes y salir indemnes de las presiones de intereses sectoriales o particulares son un "rara avis" en Latinoamérica. Por estos pagos, no importa la institución que se trate, o terminan justificándose más como un fin en sí mismas, que a los objetos de su creación, o se acomodan a las "demandas" de los intereses de turno.

    La cuestión del medio y la calidad de las instituciones han tenido un amplio tratamiento, de forma explícita e implícita por numerosos autores. En este sentido no se puede dejar de señalizar la definición de Ikujiro Nonaka (12), respecto de la incidencia de la acción social de las organizaciones, en la producción del conocimiento más allá del aprendizaje individual. La dinámica endógena de la generación y producción del conocimiento deviene de la interacción del hombre en su medio y con sus organizaciones. Allí es donde el conocimiento se internaliza y circula. Esto ha llevado a los países "ganadores", a crear sistemas institucionales y organizacionales específicos para vincular la generación de conocimiento y la producción de bienes, con la política nacional.

    Paul M. Romer, (11), en un estudio formal de la influencia y el modo en que el cambio tecnológico (CT), opera en el desarrollo, en un esquema o modelo endógeno de generación del mismo, encuentra que el stock de capital humano capacitado, es determinante del rango de desarrollo y que además no tiene relación con la cantidad de población del medio considerado. De allí que una acción pública deliberada, en la formación de recursos humanos según determinados objetivos nacionales, es condicionante de los mismos.

    Los enfoques de análisis de los Sistemas Nacionales de Innovación (SNI), remiten necesariamente al medio, desde donde "coevolucionan" las tecnologías, las empresas y las instituciones. Desde este punto de vista, evolucionista, los modelos o patrones productivos, son el resultado de la "acción colectiva" de la sociedad, como lo especifican M. Cimoli y G. Dosi (3). Esto supone un medio que genera un tipo de empresas, que determinan trayectorias, que definen un medio especializado, todo ello en un sistema que se retroalimenta. En este caso, la inferencia interesante para nuestro país es la heterogeneidad. Hay medios con especializaciones, con trayectorias tecnológicas, en términos económicos, más dinámicos que otros. Esto debiera significar algo a nivel institucional, más allá de que los autores mencionados, hacen referencia a una generalizada opinión, sobre que el aprendizaje innovativo es una propiedad nacional. Estos autores puntualizan que las diferencias internacionales en el proceso de acumulación tecnológica, deben buscarse en las instituciones que rigen la interacción del mercado y el sistema educativo. Esto último adquiere mayor importancia, desde que, deducen, en los países menos desarrollados (PMD), los procesos de adaptación de tecnologías están influidos por las capacidades específicas de cada economía. Concluyendo que para el desarrollo, los catalizadores son el proceso de cambio en las normas sociales y las expectativas y formas de organización colectiva.

    Moses Abramovich (1), haciendo referencia a la hipótesis de Cathing-up, en la cual se asevera que un nivel atrasado de productividad, lleva consigo un potencial para un rápido desarrollo, tiene, sin embargo, condicionantes. Plantea que el atraso tecnológico no es un mero accidente y que la capacidad social y la tenacidad para el desarrollo juegan un rol principal. De esta manera, argumenta, el potencial para un rápido desarrollo no será fuerte con atraso y sin cualificación, en cambio, será alto con atraso pero socialmente avanzado. Aspectos tales como la adecuación para el cambio, interacción con las oportunidades tecnológicas, los usos y costumbres, organización de las empresas, la educación, la escala y la apertura a la competencia son remarcados.

    La interpretación de este trabajo es bastante clara, el catching-up está disponible solo para las sociedades (medios) con determinadas calificaciones.

    En los trabajos de Erik S. Reinert citados, este autor describe, de acuerdo a su visión, los modos de distribución de los beneficios del CT, en un caso creando riqueza y en otro preservando el statu quo. Hay un modo clásico, en el cual se benefician los clientes al acceder a bienes más baratos y de mejor calidad y el modo colusorio, donde los beneficios del CT son para los propietarios, los trabajadores y el Estado. En este esquema dos condiciones son claves: el CT y las barreras de entrada. Al margen de las consideraciones estrictamente económicas, lo que me interesa resaltar es que en el modo colusorio, competencia imperfecta, se requiere de una determinación nacional basada en principios de altos intereses comunes, solo sostenibles en el tiempo, fundamentalmente en un medio como el nuestro, con resultados consecuentes. Esto es bastante distinto a la sustitución de importaciones, a las barreras o devaluaciones periódicas para mejorar intereses sectoriales o hacer transferencia de recursos de uno a otro sector, perjudicando por ejemplo a los ahorristas, y a las ya mencionadas aperturas plenas. Nuevamente aquí aparecen en toda su dimensión, implícitamente, los condicionantes medio y calidad institucional para llevar adelante semejante tarea.

    El tránsito hacia la sociedad del conocimiento (SC) supones nuevos y más complejos desafíos. Más aún cuando culturalmente (cuestión del medio), se ha privilegiado la función económica creando una confusión individual, colectivo y hasta institucional entre el "ser" (lo supuesto) y el "hacer" (el resultado). De este modo creemos que estamos en el primer mundo porque tenemos un celular, o en la SC porque tenemos computadora. Tener el plano es una cosa, hacer la casa es otra.

    Las asimetrías tecnológicas tienen consecuencias sobre el medio, que en los PMD no son adecuadamente tratadas a nivel institucional. En un PI, el medio, el CT, y su adecuación, están en fase o ligeramente desfasados solo en la medida de su novedad respecto al "estado técnico". Una de las características de estos países es el "derrame" horizontal del CT. Así, no importa el lugar donde se viva cada cual puede acceder integralmente al nivel tecnológico desarrollado. No sucede lo mismo en nuestro país. El teléfono fijo fue un privilegio. La situación normal y generalizada es la restricción al servicio, por diversas razones, pero las económicas son las más frecuentes. Tan grave como esto es que aún teniendo acceso no se comprenda para que sirve o se hace un uso subvaluado de la nueva tecnología, como sería el caso de INTERNET.

    Aquí es interesante analizar, como lo menciona Carlos Bianco y otros (2), el rol de los consumidores en la sociedad de la información, capaces de descifrar las diferencias entre los distintos bienes y servicios, como tránsito hacia la SC. Por otro lado, la interacción entre las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TICs), con el medio, transforman profundamente el ambiente, promoviendo nuevos trabajadores, consumidores y ciudadanos. Concluir que la adecuación institucional será imprescindible, es una consecuencia lógica.

    La vieja discusión sobre que los PMD se pueden beneficiar del conocimiento desarrollado en los PI, puede encontrar en una adecuada interpretación, decodificación y transferencia de las TICs al medio, por instituciones calificadas, un nuevo fundamento. En este esquema se deben aprovechar tanto la facilidad de acceso como el costo de la información, para potenciar el desarrollo del conocimiento, el cual, en definitiva, no se consigue, por lo menos fácilmente, en el mercado. En este sentido, Pablo Valenti López (13), sostiene que en la construcción de la SI, los aspectos sociales, económicos y tecnológicos, en otras palabras el medio y su frontera tecnológica, tienen una incidencia directa. De acuerdo a ello, habrán medios (países, regiones), que solo actuaran como sumideros (4), de la difusión natural de las TICs; otros podrán hacer un uso fragmentario y socialmente asimétrico de las mismas o, de una manera más eficiente, una incorporación a la sociedad de la información, de acuerdo a las necesidades y potencialidades del medio.

    Sobre este último aspecto, ya he mencionado que la heterogeneidad tiene un valor potencial muy interesante para el desarrollo. Contra lo que parece, en este país hay muchas cosas que funcionan bien, con una proyección económica y social que ha superado las tropelías regulares del sistema institucional, que marcan una diferencia con el medio y le escapan a la trayectoria tecnológica nacional. Estos núcleos diferenciados son los que deben recibir apoyo según su demanda. No son una entelequia, están ahí, funcionan, conocen el medio, han aprendido a sobrevivir. Posiblemente estén ubicados en la desviación estándar positiva. Pueden tirar la media, hacia lo socialmente recomendable. Una acción institucional cualificada operaría sobre estos sistemas locales de desarrollo para darle significado a la sociedad de la información, a través del uso inteligente de las TICs. Yoguel y Fuchs (14), proponen la creación de Redes de Conocimiento, como una interfase de "traducción", fomentando la vinculación entre la Universidad y las empresas. Esto sería una buena plataforma para cambiar la "función sumidero" por otra "orgánica" capaz de elaborar la información para avanzar hacia la SC.

    La sabiduría popular suele resumir de una forma brillante, en una frase o dicho, las explicaciones más complejas. En el tema que nos ocupa, la relación entre el conocimiento y el desarrollo, ha quedado incorporada al acervo cultural como "El que sabe puede". En términos matemáticos (Figura 1):

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    Si alguien pudiera observar el fluir de la historia, esta relación, saber-poder, se ajustaría bastante bien para diferentes momentos de la misma, con hitos tecnológicos relevantes. Hablaría de la acumulación de conocimiento de la especie y sus logros. Sin embargo, un análisis más particularizado y ponderado, de los beneficios de distintos grupos y del conjunto (renta sectorial vs renta social), por el avance tecnológico, de una época en particular, daría, conviviendo, las relaciones resumidas en los gráficos de la Figura 2.

    En a, con un mínimo nivel de desarrollo tecnológico, una comunidad bastante primitiva, la dependencia o el aislamiento, con escasas posibilidades de desarrollo son sus perspectivas.

    En b, el desarrollo tecnológico es limitado. Un grupo o sector accede al mismo, de grupos o comunidades externas a la suya, adquiere posiciones dominantes sobre el resto de su comunidad, pero dependiente de aquélla que provee los bienes y servicios calificados. Hay un alto desfasaje entre renta sectorial y social.

    En c, toda la comunidad o grupos se benefician del mayor desarrollo del conocimiento o una mejor eficacia en la aplicación del mismo. La comunidad tiene una posición general dominante.

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    A través de toda la historia del hombre, las posiciones dominantes o de calidad de vida, en términos relativos, de grupos, pueblos o naciones, se han debido, en buena medida a un mayor desarrollo del conocimiento y su aplicación a fines determinados. En otras palabras, los pueblos que mejor han vinculado el saber con el hacer, han tenido más posibilidades, no solo de liderazgo sino también de bienestar para el conjunto. Numerosos estudios, así lo demuestran (5). De estas relaciones, se puede inferir que según el grado de capacidad tecnológica de cada país, así será su desarrollo socioeconómico. Consecuentemente, orientar los esfuerzos de las estructuras de CyT hacia la creación de capacidades locales para producir con tecnología propia y mayor valor agregado local, debiera ser considerado como una posibilidad bastante concreta de mejora socioeconómica. Para ello se requiere que el medio en su conjunto se enfoque en tal objetivo, creando instituciones adecuadas que incorporen el largo plazo en la consecución de los objetivos, de los cuales el bien común sea el más relevante.

    Bibliografía:

    • 1. Abramovich, M. 1986. Catching Up, Forging Ahead, and Falling Behind. The Journal of Economic History, Vol. 46, N° 2, p. 385-406.

    • 2. Bianco, C. Lugones, G. Peirano, F. Salazar, M. 2002. INDICADORES DE LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO E INDICADORES DE INNOVACIÓN. VINCULACIONES E IMPLICANCIAS CONCEPTUALES Y METODOLÓGICAS. Seminario internacional "Redes, TICs y Desarrollo de Políticas Públicas". UNGS – EGIDA, Firenze.

    • 3. Cimoli, M. y Dosi, G. 2005. De los paradigmas tecnológicos a los sistemas nacionales de producción e innovación. Documento de estudio Maestría GCTI, UNS-UNC-INTA. Fac. Cs Políticas y Sociales, Mendoza.

    • 4. Gallardo, G. S. 2005. Política Científica y Tecnología propia en el Desarrollo Económico. Monografía, Maestría GCTI. Políticas Científicas, 16 pág.

    • 5. Martín, B. and Salter, A. 1996. The Relationship Between Publicly Funded Basic Research and Economic Performance. A SRU Review. Un. Sussex. Falmer, Brighton, UK.

    • 6. OCDE. 2005. Manufacturing industries classified according to their global tecnological intensity. Documento de estudio Maestría GCTI, UNS-UNC-INTA. Fac. Cs Políticas y Sociales, Mendoza.

    • 7. Pavitt, K. 1984. Science Policy Research Unit. Un. Sussex, Brighton BNI 9 RF. UK.

    • 8. Reinert, E. S. 2005. El rol de la tecnología en la creación de países ricos y pobres: el subdesarrollo en un sistema Schumpeteriano. Documento de estudio Maestría GCTI, UNS-UNC-INTA. Fac. Cs Políticas y Sociales, Mendoza.

    • 9. Reinert, E. S. 2005.The Other Canon. Documento de estudio Maestría GCTI, UNS-UNC-INTA. Fac. Cs Políticas y Sociales, Mendoza.

    • 10. Robert, V. y Lavarello, P. 2005. La inserción comercial Argentina, persistencia en el perfil de especialización. Documento de estudio Maestría GCTI, UNS-UNC-INTA. Fac. Cs Políticas y Sociales, Mendoza.

    • 11. Romer, P. M. 1990. Endogenous Technological Change. The Journal of Political Economy, Vol. 98, Issue 5, Part 2.

    • 12. Rullani, E. 2005. El valor del conocimiento. Documento de estudio Maestría GCTI, UNS-UNC-INTA. Fac. Cs Políticas y Sociales, Mendoza.

    • 13. Valenti López, P. 2002. La Sociedad de la Información en América Latina y el Caribe: TICs y un nuevo Marco Institucional. Documento de estudio Maestría GCTI, UNS-UNC-INTA. Fac. Cs Políticas y Sociales, Mendoza.

    • 14. Yoguel, G y Fuchs, M. 2003. Desarrollo de Redes de Conocimiento. Documento de estudio Maestría GCTI, UNS-UNC-INTA. Fac. Cs Políticas y Sociales, Mendoza.

     

     

    Autor:

    Guillermo S. Gallardo

    Magister en

    Gestión de la Ciencia, Tecnología e Innovación

    Universidad General Sarmiento

    Buenos Aires-Argentina

     

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