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La educación en la nueva era, por Alice A. Bailey



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    LA EDUCACIÓN EN LA NUEVA ERA, POR ALICE A. BAILEY (EL MAESTRO TIBETANO DJWHAL KHUL)

    Prefacio

    Tendencias Educativas en una Crisis Mundial

    Este libro sobre la filosofía de la educación aparece en un momento de crisis porque existe una profunda preocupación por proteger y enriquecer los valores humanos, tema que prevalece ahora en las mentes analíticas en el sector de la educación; se caracteriza por la profunda preocupación en la preservación y el enriquecimiento de los valores humanos. ¿Podremos mantener nuestro individualismo democrático ante las fuerzas sistematizadoras de una civilización occidental mecanizada, que podría llegar a absorber también al mundo oriental? ¿Podremos contrarrestar los totalitarismos cuya acrecentada cultura industrial ha endiosado al materialismo?

    En mayo de este año (1953), asistí durante dos días, en Chicago, a un seminario patrocinado por El Centro de Estudios para la Educación Liberal de los Adultos, proyecto de la Fundación Ford, presentado para expresar la creciente preocupación de nuestra época respecto a la base espiritual de nuestra civilización. Al enunciarse el problema que nuestro grupo debía estudiar. La Educación en la Sociedad Democrática, se nos informó lo siguiente:

    "La educación debe satisfacer las necesidades del espíritu humano. Debe ayudar al individuo a desarrollar una filosofía y un sentido de los valores personales adecuados; cultivar el gusto por la literatura, la música y las artes y acrecentar la capacidad para analizar los problemas y llegar a conclusiones".

    Este enunciado exige una revisión de nuestra teoría y prácticas educativas. Una encuesta general de los acontecimientos actuales prueba que los educadores profesionales por fin están esclareciendo una filosofía común y tratando conscientemente de delinear una teoría de la educación, adecuada al nuevo mundo que está surgiendo. Una filosofía de esta índole debe llenar tres requisitos fundamentales: 1. Una teoría psicológica de la persona que va a ser educada; 2. Una teoría social del tipo de sociedad que se está tratando de crear o conservar, como base adecuada para los ideales culturales promulgados; 3. Una cosmología o perspectiva mundial, teoría del lugar que el hombre ocupa en el universo, donde es a la vez actor y espectador.

    Nuestro Problema consiste en lograr el tipo de síntesis total que el marxismo y el neoescolasticismo proporcionan a sus seguidores, pero haciéndolo con, los métodos cooperativistas libremente escogidos y fomentados por Dewey. En términos más amplios, este panorama mundial hará posible una civilización planetaria, mediante la integración de cualquier verdad intertemporal e interespacial, respecto al hombre y al universo, que se pueda extraer de todas las culturas regionales en su momento y lugar. Estos principios universales proporcionarán las normas para La Educación en la Nueva Era, como la denomina El Maestro Dwhjal Kuhl, el Tibetano.

    Hoy el mundo sufre debido a un provincialismo cultural basado en una dualidad, la actitud objetiva y extrovertida del mundo occidental, y la introspección subjetiva de las sociedades orientales. Cada una de estas civilizaciones, en su forma más extrema, tiende excesivamente hacia sus propios fines. Para vivir armoniosamente el hombre debe integrar ambos ideales a fin de alcanzar la plenitud para sí y su mundo. Me parece que éste es uno de los temas importantes de este trabajo.

    En el futuro, la solución para los ismos sociales y las fisiones psicológicas que han obstaculizado e impedido nuestros esfuerzos modernos, a fin de superar las divisiones humanas, reside en la restauración de la unidad de principios sobre la cual se puede intentar una integración de valores y realizaciones humanas. Las implicaciones educativas de este desarrollo son claras. Como lo indica Dwhjal Kuhl debemos llegar a resintetizar la personalidad humana en los niveles subjetivos, y superar la doble conciencia resultante de la fisión cultural que convirtió, la "autonegación" de una civilización oriental pacífica, en un concepto abrumador de su cultura, y transformó el agresivo individualismo de Occidente en el ideal del hombre occidental. En consecuencia, no sólo necesitamos la síntesis política de una Federación Mundial, en la cual los hemisferios oriental y occidental funcionen como el lóbulo derecho e izquierdo del cerebro del hombre, cuyo asiento en el Cerebro Mundial le sirvieran como punto de intersección de los nervios planetarios, sino también, un modo de vivir, una ética y un modo de sentir planetario, a fin de suministrar el poderoso impulso que necesitaremos para realizar las grandes tareas que tenemos por delante.

    Es ahora el momento de volver a sintetizar las civilizaciones objetivas y subjetivas, extrovertidas e introvertidas, y lograr una gran orquestación de la cultura. Japón no era agresivo hasta que aprendió las artimañas de Occidente. Antes de que sus puertas fueran forzadas, el arte y la filosofía estaban a tono con la tradición oriental. Cuando adoptó la tecnología occidental, deshechó su antigua cultura. Lo que ocurrió en Japón puede suceder en el resto de Oriente, pero si Japón es relativamente pequeño, la China, la India y los países limítrofes, son extensos y populosos. ¡Que Dios nos ampare si reactuaran la historia del Japón! Cuando nos esforzamos por comprender y valorar a Oriente debemos incluir, al llevar a cabo nuestra actividad resintetizadora del mundo, un llamado a Oriente a fin de preservar y desarrollar los valores fundamentales de sus culturas regionales. Mientras Occidente busca los principios sobre los cuales se puede cimentar un vivir pacífico y fructífero, Oriente debe equilibrar nuestro materialismo agresivo.

    Si queremos que esta nueva síntesis restablezca la unidad cultural y espiritual del género humano, el mundo occidental tendrá que demostrar humildad cuando se dirige a Oriente. El mundo oriental, debido a su inherente naturaleza, no se esforzará físicamente por venir a Occidente. Los occidentales fuimos a Oriente en busca de mercados –salidas para los productos de nuestra potencialidad mecánica– y debemos retornar a nuestro propio mundo, conscientes de que hemos sido magnetizados por las energías subjetivas del Oriente. Nuestra agresiva penetración comercial en los países y pueblos orientales, ha traído como resultado final, incalculables dividendos en la literatura, la filosofía y las artes de Oriente a Occidente. Si queremos, podemos utilizar la vasta herencia de la cultura oriental, patrimonio que está a nuestra disposición hasta en las bibliotecas de barrio.

    Nuestra principal esperanza de sobrevivir en este mundo altamente especializado reside en el prodigioso esfuerzo de sintetizar las dos culturas mientras haya tiempo. Si Oriente se negara a ello y decidiera enfrentarnos en nuestro propio terreno, entonces sería el fin de la historia de todos nosotros, Oriente y Occidente.

    Durante nuestra era industrial y expansionista, tuvimos incontables evidencias de la fuerza de penetración del pensamiento oriental en los campos de la ciencia, la filosofía y las artes occidentales. La medicina psicosomática, la parapsicología, la psicología analítica de Jung, son algunos indicios de las investigaciones contemporáneas orientadas internamente. El hecho de volver a penetrar el factor espiritual en la vida y en la educación, es algo más que el recrudecimiento de algunas formas primitivas de la ideología cristiana.

    En esta educación de la nueva era, el tipo de filosofía orientaloccidental presentado por Dwhjal Kuhl hallará su propio escenario. A continuación tenemos los elementos para una teoría completa:

    • Planeamiento subjetivo: teoría del autodesenvolvimiento creador del individuo.

    • Planeamiento objetivo: teoría de una buena sociedad para que en ella convivan los seres humanos.

    Las implicaciones psicológicas y sociales de la educación deben ser expuestas lo más explícitamente posible en la nueva era. El siguiente paso a dar consiste en probar la validez de los principios, aplicados en forma concreta. La prueba debe hacerse con técnicas funcionales relacionadas con la psicología hindú, más bien que con procedimientos occidentales positivistas. Hasta no haber experimentado este programa se perderá el tiempo al intentar prejuzgar sus resultados. Sin embargo, no es necesario considerar el acercamiento del antiguo Oriente y del moderno Occidente como dos alternativas que se excluyen mutuamente. En algunos casos el acercamiento consistirá simplemente en dos terminologías que enuncien verdades universales sobre la naturaleza humana, y aquí no nos vemos enfrentados con la antítesis de esto o aquello. La traducción reciproca haría más asequible la terminología. Por ejemplo, el punto de vista del Tibetano "la meditación es pensar las cosas profundamente", es también la doctrina de Dewey. A medida que disminuyen los elementos desconocidos se facilita la comprensión.

    El proyecto tan brevemente delineado no es una mera fantasía, sino una urgente necesidad inmediata, como lo indica un documento preparado por el Departamento de Actividades Culturales de la UNESCO, que formuló el tema a debatirse, en los siguientes términos: "El concepto Hombre y la Filosofía de la Educación en Oriente y Occidente", donde se establece que:

    "La UNESCO no puede permanecer indiferente a este problema (de Oriente y Occidente); está obligada a enfrentarlo directamente en vista de las actuales circunstancias mundiales producidas por el rápido proceso de unificación que aumenta cada vez más la reducción de las distancias, la creciente importancia de la tecnología, el logro gradual de la independencia política de todos los pueblos y su responsabilidad internacional y, sobre todo, por la desazón y perplejidad que prevalece entre las dos grandes civilizaciones de ayer, preparadas para dar nacimiento a la única civilización de mañana, amedrentadas por la amenaza de una crisis mundial que escapa a su capacidad de control."

    En un artículo aparecido en The Free World, de octubre de 1944, titulado Nuestro Objetivo es la Unidad, el doctor Albert Einstein observó, con gran pesar, que "una odiosa actitud materialista hacia la vida conduce al predominio de un egoísmo irreprimido". Pero ¿cómo podría corregirse el materialismo y egoísmo de nuestra cultura? ¿Por la geodesia, en la multiplicidad del espaciotiempo de la teoría de la relatividad? Esto sería el débil consuelo de un corazón bondadoso, y Einstein no ofrece esta salida. En verdad Einstein no da ninguna solución clara. La simple verdad es que el único contrapeso al materialismo está en el idealismo, el cual debe surgir del verdadero corazón de la ciencia como resultado de la evolución. Los investigadores que conocen los postulados de la ciencia deben tomar los conocimientos acerca de la naturaleza y sintetizarlos en un conjunto de principios integrados para establecer la cosmología pitagóricaplatónicabruniana, panorama mundial similar al panteísmo del pensamiento oriental, donde el hombre pueda reverenciar a la naturaleza porque es digna de temor y respeto. Un humanismo exclusivamente antropocéntrico es desequilibrado y necesita una filosofía mundial donde el Cosmos infinito y eterno sea el otro pivote del eje alrededor del cual se mueva y surja la nueva síntesis.

    Existe un remedio para "la enfermedad del hombre moderno" y muchos de los elementos que lo componen se hallan en este libro que trata de la educación del futuro. La complementación de los principios implicados es tarea que corresponde a la humanidad misma. Sus teorías no están más allá de la necesidad ni de la captación del docente contemporáneo. Esto lo corrobora el hecho de que ya se han dado algunos pasos en distintos lugares del mundo para hacer experimentos en la educación, destinados a expresar la necesidad de una síntesis. Como ejemplo de este desarrollo tenemos el proyecto de "autoexamen" financiado por la Fundación Ford, del que ha surgido una propuesta para la creación de un "Departamento de Estudios Integrales" en la Universidad de Pittsburgh. Parte de la declaración que presenta este proyecto dice:

    "Se ha propuesto que sea establecido en la Universidad de Pittsburgh un nuevo departamento, fuera de los tres actuales campos de distribución: Humanidades, Ciencias Sociales y Ciencias Naturales, diferente de los departamentos ya existentes dentro de los campos de distribución. Este nuevo departamento deberá denominarse "Departamento de Estudios Unificados". Le incumbirá la búsqueda de las relaciones recíprocas entre las distintas disciplinas de las materias incluidas en los programas de la Universidad. Su principal objetivo consiste en cultivar el hábito de la síntesis reflexiva y descubrir o crear un código de sabiduría para la evolución humana y el autodesarrollo individual.

    "Dado que la interpretación y la comprensión unificadas no constituyen, una ciencia por derecho propio, sino una captación sinóptica de conjunto, o de antecedentes de los conceptos y principios, este departamento no otorgará diplomas en su propia zona o 'campo'. La misión del Departamento de Estudios Unificados es primordialmente prestar servicio a los estudiantes y a los miembros de la facultad que llevan a cabo sus principales (aunque no las más importantes) actividades de las zonas de estudios más especializados.

    "Hasta ahora no ha habido necesidad de implantar ese departamento en las instituciones de enseñanza superior. Pero con el incremento de conocimientos en nuestros institutos especializados –a tal grado que nos estamos sepultando bajo montañas de información y datos–, ha llegado el momento de considerar seriamente el problema y de averiguar qué significa todo este conocimiento. Si la universidad no puede hacer una síntesis de las implicaciones globales del conocimiento moderno, abdicará su histórico rol de dadora de principios universales, para iluminar al individuo que busca los beneficios de la buena vida. Esta apremiante necesidad requiere un reconocimiento y declaración explícitos, si queremos dar conscientemente una solución al problema.

    El amplio propósito del Progreso en el Aprendizaje (utilizando la frase de Bacon) consiste en arrojar luz sobre cuatro interrogantes fundamentales respecto a la existencia humana:

    • ¿Qué es el hombre?

    • ¿Qué clase de universo físico (cosmos) habita el hombre?

    • ¿Por qué procesos evolutivos las especies humanas surgieron de la matriz de la naturaleza, para que el hombre pudiera llegar a ser el individuo autoconsciente y creador que es ahora?

    • Conociendo algo acerca del cosmos y de la naturaleza humana, ¿cuál sería la mejor sociedad para la autoevolución progresiva del hombre?

    "Al tratar de responder a estos interrogantes, al estimular y dar los datos necesarios a los estudiantes para que puedan formular sus propias respuestas, los instructores de El Departamento de Estudios Unificados no deben considerarse expertos en integración. Los estudiantes interesados, juntamente con los miembros de la Facultad, deberán buscar la síntesis. Para dar una idea del tipo de cursos que podrían seguirse, se sugieren las posibilidades siguientes:

    • La sociología en el conocimiento.

    • Las interrelaciones entre la Religión, la Filosofía, la Ciencia y el Arte.

    • Instrucción sobre la teoría de la Cibernética y la Semántica.

    • Historia y Filosofía de la Ciencia.

    • Historia y Conjeturas de la Teoría Democrática de Gobierno (Ideología).

    • Contribución de la Biología, la Sociología y la Psiquiatría, al Progreso y Bienestar Humanos.

    • La Unidad del Conocimiento.

    • La Evolución de los Sistemas de Valores, desde la Cultura Primitiva hasta la Moderna Civilización Industrial.

    "El primer requisito previo para tales cursos es que deben interrelacionarse no menos de tres de los denominados Departamentos de Estudios. De este modo los estudiantes y los profesores se verán estimulados para alcanzar la visión «ver la vida constantemente como un todo»".

    Los principiossimiente de El Tibetano hallarán un terreno preparado en tales campos experimentales.

    Oliver L. Reiser

    Del Departamento de Filosofía

    Universidad de Pittsburgh

    Pittsburgh, Pensilvania

    EE.UU.

    Capítulo I

    El Objetivo de la Nueva Educación

    Introducción

    La presente obra abarca tres aspectos distintos del tema general: los nuevos métodos y conceptos educativos del futuro. El objetivo de la nueva educación consiste en dilucidar el desarrollo cultural de la raza y considerar el próximo paso que debe darse para el desarrollo mental de la humanidad. Si la enseñanza es verdadera debe estar a tono con el pasado, proporcionar un campo de realización en el presente y ofrecer mayor iluminación a quienes han logrado o están logrando los objetivos aquí expuestos. Debe señalar un futuro espiritual. Esto es lo que se necesita ahora.

    La palabra "espiritual" no se refiere a los asuntos religiosos. Toda actividad que impele al ser humano hacia algún tipo de desarrollo –físico, emocional, mental, intuitivo, social–, si es para salir de su actual estado, es esencialmente de naturaleza espiritual, e indica la vivencia del ente divino interno. El espíritu del hombre es inmortal, perdura eternamente, progresa gradualmente etapa tras etapa en el Sendero de evolución, desarrollando firme y sucesivamente los aspectos y atributos divinos.

    Los tres puntos de nuestro tema general son:

    • La Técnica de la Educación del Futuro.

    • La Ciencia del Antakarana. Concierne al método de eliminar la brecha que existe en la conciencia del hombre entre el mundo de la experiencia humana común, el triple mundo del funcionamiento físico, emocional y mental, y los planos superiores de los llamados desarrollos espirituales, el mundo de las ideas, de la percepción intuitiva y de la comprensión y la visión interna espiritual.

    • Los Métodos para la Construcción del Antakarana. Conducen a vencer las limitaciones físicas y psicológicas que restringen la libre expresión de la ingénita divinidad en el hombre. En este libro solamente podemos preparar el terreno para este tercer punto, porque el tema implica prácticas avanzadas de meditación que deben ser encaradas gradualmente. En otros me he ocupado de la meditación.

    Cabría formularse la siguiente pregunta, ¿por qué es de valor dedicar tiempo a lo que pertenece aún al futuro? Responderé haciéndoles recordar que "como el hombre piensa, así es él". Este es un axioma o una verdad común en el esoterismo. Por consiguiente, lo que es verdad respecto al individuo, lo es también para el grupo, y así como un grupo piensa, así reaccionará eventualmente. A medida que las ondas mentales del grupo penetran en la atmósfera mental de la humanidad, los hombres reciben las impresiones y se inician con mayor facilidad los nuevos modos de vida y desarrollo. Aquí sólo trato de darles algunas breves y generales ideas que servirán para indicar la dirección de mi pensamiento y el propósito que persigo. Quizá la forma más fácil de hacerlo sería formular ciertas proposiciones interesantes que pudieran aportar iluminación.

    I. La educación, hasta el presente, se ha ocupado del arte de sintetizar el pasado, de las conquistas logradas en todos los sectores del pensamiento humano y de las realizaciones obtenidas hasta ahora por el conocimiento humano y, además, por las ciencias que han evolucionado en el pasado. En principio mira hacia atrás y no hacia el futuro. Les recordaré que estoy generalizando, y que existen muchas y notablemente pequeñas excepciones a esta actitud.

    II. La educación se ha preocupado principalmente de organizar la mente inferior, y la capacidad mental del niño ha sido mayormente medida de acuerdo a cómo reacciona, ante el cúmulo de informaciones (en lo que a la educación concierne), a los datos recopilados y relacionados, impartidos secuencialmente, extractados y arreglados con el fin de equipar al niño y competir con el conocimiento de otros.

    III. La educación, hasta la fecha, ha consistido en su mayor parte, en el entrenamiento de la memoria, aunque actualmente se reconoce que esta actitud debe terminar. El niño ha tenido que asimilar hechos que la raza cree que son veraces y comprobados y considerados adecuados en el pasado. Cada época tiene una norma distinta para dictaminar lo que cree que es apropiado. La era pisciana se ocupó del esfuerzo por alcanzar el ideal presentido. De allí que tengamos una historia que enseña los métodos por los cuales las tribus adquirieron estado de nación, mediante la agresión, la guerra y la conquista. Esto indica lo realizado por la raza.

    La geografía se ha basado en una reacción similar, ante la idea de expansión, y a través de ella el niño aprende cómo los hombres, impulsados por las necesidades económicas y por las de otra naturaleza, conquistaron territorios y anexaron tierras. Esto también fue considerado, en verdad, una conquista racial. A las diversas ramas de la ciencia se las considera como continuadoras de la conquista de territorios, lo cual se proclama también como realización racial. Las conquistas de la ciencia, las conquistas de las naciones y las conquistas de los territorios, indican el método empleado en la era pisciana, con su idealismo, militancia y separativismos en los campos religioso, político y económico. Pero la era de la síntesis, del inclusivismo y de la comprensión, está sobre nosotros, y la nueva educación de la era acuariana debe comenzar a penetrar muy suavemente en el aura humana.

    IV. La educación es algo más que el entrenamiento de la memoria y la información suministrada al niño o al estudiante, respecto al pasado y sus realizaciones. Dichos factores ocupan su lugar, pero el pasado debe ser comprendido y estudiado, porque de éste debe surgir lo nuevo, su nueva flor y su nuevo fruto. La educación abarca algo más que la investigación de un tema y la formulación de las consiguientes conclusiones que llevan a hipótesis, que a su vez conducen a mayores investigaciones y conclusiones. Es algo más que un sincero esfuerzo para que un niño y un adulto lleguen a ser buenos ciudadanos y padres inteligentes en vez de una carga para el Estado.

    La educación tiene una aplicación mucho más amplia que la de formar seres humanos que sean un "activo" o un "pasivo" comercial. Posee otro objetivo; proporciona una vida agradable y capacita a los hombres y mujeres para que adquieran una cultura que les permita participar e interesarse en los tres mundos de los asuntos humanos. Además de todo lo antedicho debería suministrar mucho más.

    V. La educación tiene tres grandes objetivos desde el punto de vista del, progreso humano:

    Primero, como lo habrán podido captar, la educación debe hacer del hombre un ciudadano inteligente, un padre sensato y una personalidad controlada; debe capacitarlo para que desempeñe su parte en el trabajo mundial, adaptarlo a que viva en paz y armonía y que ayude a sus semejantes.

    Segundo, debe permitirle eliminar la brecha que existe entre los diversos aspectos de su naturaleza mental. Aquí reside el principal énfasis puesto en las instrucciones que tengo la intención de impartir.

    La filosofía esotérica enseña, como bien saben, que en el plano mental hay tres aspectos de la mente, o esa criatura mental que llamamos hombre, tres aspectos que constituyen la parte más importante de su naturaleza:

    • Su mente concreta inferior, el principio razonador. Éste es el aspecto del hombre que nuestros procesos educativos pretenden tratar.

    • El Hijo de la Mente que llamamos yo o alma. Es el principio inteligencia y se lo denomina con diversos nombres en la literatura esotérica, tales como Ángel Solar, Agnishvattas, principio erístico, etc. La religión pretende haberse ocupado de esto en el pasado.

    • La mente abstracta superior, custodia las ideas y aquello que lleva iluminación a la mente inferior, cuando ella está en contacto con el alma. Con este mundo de ideas ha pretendido tratar la filosofía.

    Podemos denominar estos tres aspectos:

    La mente receptiva, de la cual se ocupan los psicólogos.

    La mente individualizada, el Hijo de la Mente.

    La mente iluminadora, la mente superior.

    Tercero, la brecha que existe entre la mente inferior y el alma, tiene que ser eliminada mediante un puente. En forma curiosa la humanidad siempre lo ha comprendido así y por lo tanto ha hablado de "obtener unidad", "realizar la unificación" o "alcanzar el alineamiento". Éstos son todos intentos de expresar esa verdad que ha sido intuitivamente comprendida.

    VI. La educación también debería ocuparse, durante la nueva era, de eliminar la brecha que existe entre los tres aspectos de la naturaleza mental: el alma y la mente inferior, estableciendo así la unificación entre el alma y la personalidad, y entre la mente inferior, el alma y la mente superior. La raza está preparada para esto y, por primera vez en la existencia humana, el trabajo de unión puede progresar en una escala relativamente amplia. No necesito extenderme sobre el particular porque concierne a los tecnicismos de la Sabiduría Antigua, a lo cual me he referido ampliamente en otros libros.

    VII. La educación es por lo tanto la Ciencia del Antakarana, Ciencia y término que constituyen la forma esotérica de expresar la veracidad de erigir dicho puente. El antakarana es el puente que el hombre construye –mediante la meditación, la comprensión y el trabajo creador y mágico del alma– entre los tres aspectos de su naturaleza mental. En consecuencia los objetivos primordiales de la educación del futuro serán:

    • Establecer el alineamiento entre la mente y el cerebro, mediante la correcta comprensión de la constitución interna del hombre, particularmente del cuerpo etérico y los centros de fuerza.

    • Erigir un puente entre el cerebro, la mente y el alma, para obtener una personalidad integrada, como la expresión del constante desarrollo del alma que mora internamente.

    • Construir el puente entre la mente inferior, el alma y la mente, superior, a fin de alcanzar la iluminación de la personalidad.

    VIII. La verdadera educación es en consecuencia la ciencia que vincula, primero, las partes integrantes del hombre, y a éste con su medio circundante, y después con el todo mayor donde tiene que desempeñar su parte. Todo aspecto considerado como inferior, será siempre la expresión del próximo aspecto superior. En esta frase he expresado una verdad fundamental que además de incorporar el objetivo, indica el problema que tienen por delante todos aquellos que se interesan por la educación. El problema consiste en determinar correctamente el centro o foco de atención del hombre y en precisar dónde está centrada principalmente la conciencia. Por lo tanto, él debe entrenarse de tal modo que sea posible trasladar ese enfoque a un vehículo superior. Podemos expresar esa idea en forma análogamente veraz, si decimos que el vehículo, que aparentemente parece ser de gran importancia, puede y deberá llegar a ser de secundaria importancia, a medida que se convierte simplemente en el instrumento de lo que es superior a él. Si el cuerpo astral (emocional) es el centro de la vida de la personalidad, el objetivo del proceso educativo impuesto al sujeto consistirá en hacer de la naturaleza mental el factor predominante; entonces el cuerpo astral controlado por la mente es sensible y se convierte en aquello que lo impresiona en el medio ambiente. Si la mente es el centro de atención de la personalidad, la actividad del alma debe llevarse a su más plena expresión, y así avanza constantemente el trabajo, y progresa de un punto a otro hasta alcanzar el último peldaño de la escala.

    Debe observarse que esta exégesis de la mente y la necesaria construcción del puente, sólo es la demostración práctica de la verdad del aforismo ocultista que dice: "Antes de que el hombre pueda hollar el sendero, debe convertirse en el Sendero mismo". El Antakarana es simbólicamente el Sendero. Ésta es una de las paradojas de la ciencia esotérica. Paso a paso y etapa tras etapa construimos ese sendero, así como la araña teje su tela. "Ese camino de retorno" realizado dentro de nosotros mismos, es el Camino que debemos descubrir y recorrer.

    RESPUESTAS A ALGUNAS PREGUNTAS

    Trataré de responder a tres preguntas que sobre educación formuló uno de los estudiantes. Sólo puedo hablar del ideal, y al hacerlo corro el riesgo de dar la impresión de que soy un visionario y cualquier acercamiento podría ser considerado como imposible en nuestro actual sistema.

    En respuesta a la primera pregunta diré que la principal función de todo educador es doble:

    • Entrenar el cerebro para que responda inteligentemente a las impresiones que le llegan por medio del mecanismo sensorio e impartir así información sobre el mundo tangible externo.

    • Entrenar la mente de modo que pueda realizar tres cosas:

    • Aplicar inteligentemente la información impartida a la mente por el cerebro.

    • Crear formas mentales que respondan a los impulsos que emanan del plano físico, a las reacciones emocionales activadas por la naturaleza deseosentimiento, al mundo de las ideas que constituye el medio ambiente del hombre.

    • Ir hacia el Yo espiritual subjetivo, para que el yo superior pueda pasar de la condición de potencialidad a una activa regencia.

    Al describir la función del mecanismo de la mente y del cerebro, de lo cual debe ocuparse todo educador, he dado respuesta a la segunda pregunta:

    "¿Existen actividades definidas basadas en las fases del proceso de crecimiento, que cambian a medida que el niño se desarrolla y llevan a un mejor desenvolvimiento integral?

    Difiero parcialmente respecto a los períodos indicados por los instructores ocultistas como Steiner, y aunque tienen lugar en los ciclos de siete años, esta división tiende a ser excesivamente aplicada. Sugeriría ciclos de diez años de desarrollo, divididos en dos partes: siete de aprendizaje y tres de aplicación.

    En los primeros diez años de la vida del niño se le enseñará a utilizar inteligentemente la información que le llega al cerebro por medio de los cinco sentidos. Debe acentuarse que la observación, la respuesta rápida y la coordinación física, son el resultado de la intención. Deberá enseñarse al niño a oír y a ver, a establecer contactos y a utilizar su juicio; sus manos deben responder a los impulsos creadores para hacer y reproducir lo que ve y oye. Así se cimentan los rudimentos de las artes y artesanía, del dibujo y de la música.

    En los próximos diez años la mente será entrenada definidamente para que pueda llegar a predominar. Se enseñará al niño a racionalizar sus deseos e impulsos emocionales, a discriminar lo bueno de lo malo, lo deseable de lo indeseable y lo esencial de lo no esencial. Esto le será enseñado por medio de la historia y el entrenamiento intelectual que ese ciclo de su vida exige, de acuerdo a las leyes del país donde reside. De esta manera se establecerá un sentido de los valores y de las normas correctas. Se le enseñará a distinguir entre memorizar y pensar; a diferenciar entre el cúmulo de datos confirmados por los pensadores y clasificados en los libros, y su aplicación en los acontecimientos de la existencia objetiva, además (aquí hay un concepto de real importancia) su causa subjetiva y su relación con el mundo de la realidad, del cual el mundo fenoménico es solo el símbolo.

    A la edad de diecisiete años se agregará al plan de estudios, el estudio de la psicología, y se investigará la naturaleza del alma y su relación con el Alma del Mundo. La meditación en líneas adecuadas formará parte del programa. Sin embargo, debe observarse que la meditación no tiene implicaciones religiosas. Meditación es el proceso por el cual son reprimidas las tendencias objetivas y los impulsos exteriorizados por la mente, que comienza así a ser subjetiva, a enfocarse y a intuir. Esto podrá enseñarse por el método de pensar profundamente sobre cualquier tema –matemáticas, biología, etc.

    La nueva educación deberá propender a que el sujeto del experimento educativo se sienta poseedor consciente de su propio mecanismo; deberá ponerlo frente a la vida con los ojos bien abiertos, abrirle las puertas al mundo de las relaciones y los fenómenos objetivos; debería enseñársele que hay una puerta que conduce al mundo de la Realidad, que debe transponer a voluntad, a fin de establecer y asumir su relación con otras almas.

    Resulta casi imposible responder a la segunda pregunta (relacionada con el tipo de experiencia que ayudaría al niño a completar su desarrollo, y sería complementaria del plan de estudios obligatorio del Estado), debido a la gran diferencia que existe entre los seres humanos y a la imposibilidad práctica de encontrar educadores que trabajen como mentes y como almas.

    Cada niño deberá ser estudiado bajo tres aspectos. Primero, asegurarse cuál es la tendencia natural de sus impulsos. ¿Tiende a la expresión física, al trabajo manual, en el cual se podría incluir un amplio campo de expresión, como ser el del trabajador mecanizado y la capacidad técnica de un electricista? ¿Posee alguna capacidad latente para cualquiera de las artes; ¿reacciona al color y a la forma, o responde a la música y al ritmo? ¿Su capacidad intelectual justifica que se lo entrene mentalmente para que aprenda análisis y deducción, matemáticas o lógica? Quizá, con el correr del tiempo, la juventud de entonces se clasificará en dos grupos: el místico, con esta denominación, se agruparía a los de tendencias religiosas, artísticas e imprácticas; el ocultista incluiría a los tipos intelectuales, científicos y mentales. Cuando el adolescente haya cumplido diecisiete años, el entrenamiento dado le permitirá emitir su tónica con claridad, le indicará el rumbo que probablemente seguirán los impulsos de su vida. En los primeros catorce años debería dársele la oportunidad de experimentar en diversos campos. No se deberá insistir en el entrenamiento estrictamente vocacional, hasta que el niño llegue a los últimos años del proceso educativo.

    Llegará el día en que se estudiará a los niños en los siguientes aspectos:

    • Astrológicamente, para determinar las tendencias de la vida y el problema peculiar del alma.

    • Psicológicamente, complementando lo mejor de la psicología moderna con el conocimiento de los siete tipos de rayos que caracterizan la psicología oriental (véase págs. 35-39).

    • Terapéuticamente, poniendo especial atención sobre el sistema endocrino, más la aplicación de los métodos comunes modernos referentes a la vista, la dentición, y los defectos fisiológicos. Se estudiará y desarrollará cuidadosamente la naturaleza del mecanismo de respuesta.

    • Vocacionalmente, a fin de ubicarles posteriormente en la vida, allí donde sus facultades y capacidades hallen la más plena expresión y les permita cumplir sus obligaciones grupales.

    • Espiritualmente. Con esto quiero significar que se estudiará la edad aparente del alma, y aproximadamente se establecerá la etapa de evolución; se considerará si posee o no tendencias introspectivas, y también la coordinación entre:

    • a. el cerebro y el instrumento de respuesta del mundo externo fenoménico,

    • b. el cerebro y los impulsos de los deseos, además de las reacciones emocionales,

    • c. el cerebro, la mente y el mundo del pensamiento.

    • d. el cerebro, la mente y el alma.

    Éstos serán objeto de una cuidadosa investigación, a fin de que todo el equipo del niño, en estado latente o desarrollado, sea llevado a funcionar activamente y a unificarse en un todo.

    La tercera pregunta dice: ¿Cuál es el proceso del desarrollo intelectual en el hombre? ¿Cómo se manifiesta la mente superior si comienza a manifestarse en los años de crecimiento?

    No es posible, dado el breve tiempo de que disponemos, ocuparnos de la historia del progreso del desarrollo mental. Un estudio de su desarrollo racial revelaría mucho, porque cada niño es una síntesis del todo. Por ejemplo, un estudio del desarrollo de la idea de Dios en la conciencia humana, constituiría una valiosa ilustración de los fenómenos del desarrollo del pensamiento. La secuencia del crecimiento, basada en el proceso del desarrollo del ser humano, podría clasificarse, aunque breve e inadecuadamente, como respuesta a:

    • El impacto despierta los sentidos del niño. Empieza a oír y a ver.

    • La posesión y la adquisición. El niño empieza a apropiarse de las cosas, se hace autoconsciente y comienza a darse cuenta del yo personal.

    • Las tendencias humanas y el instinto animal que rige a la naturaleza animal y de deseos.

    • El grupo. El niño comienza a ser consciente de su medio ambiente y de que es parte integrante de un todo.

    • El conocimiento, que comienza cuando recibe información de los hechos, que luego registra memorizándolos; así se desarrollarán el interés, la correlación, la síntesis y su aplicación a las exigencias de la vida.

    • La necesidad innata de investigar. Lleva a la experimentación en el plano físico, a la introspección en el plano emocional, al estudio intelectual y al interés por leer o escuchar, llevando así la mente a la actividad.

    • La presión económica y sexual, o la ley de supervivencia, que obliga al individuo a usar su equipo y conocimiento, a ocupar su lugar como factor en la vida grupal y a promover el bienestar grupal mediante algún trabajo activo y la perpetuación de la, especie.

    • La percepción exclusivamente intelectual. Conduce al libre y consciente empleo de la mente, a pensar en forma individual, a crear formas mentales y, eventualmente, a dar una firme orientación a la mente, hacia un campo cada vez más amplio de comprensión y percepción. Estas expansiones de conciencia traen finalmente un nuevo factor en el campo de la experiencia.

    • El Pensador o Alma. Al registrar esta respuesta el hombre entra en su reino. Lo de arriba y lo de abajo se convierten en uno. Los mundos objetivos y subjetivos se unifican. El alma y su mecanismo funcionan como una unidad.

    La finalidad de toda educación será lograr esta consumación. Hablando prácticamente, exceptuando las almas excepcionales y altamente evolucionadas, la mente superior no se manifiesta en los niños, así como no se manifestó en la humanidad primitiva. La mente superior puede hacer sentir su presencia únicamente cuando el alma, la mente y el cerebro, están alineados y coordinados. Cuando se observan en la juventud destellos de clarividencia y visión, se deben con frecuencia a la reacción de su mecanismo de respuesta, que es muy sensible a las ideas grupales y a los pensamientos que predominan en su tiempo y época, o a la influencia que alguien ejerce en su medio ambiente.

    Trataré ahora brevemente los puntos que se refieren a la actitud del educador, especialmente en lo que concierne a los aspirantes adultos.

    El verdadero educador debe ser honesto y sincero con todos los buscadores. Su tiempo (hasta donde está limitado por la ecuación tiempo en el plano físico) es demasiado valioso para desperdiciarlo en cortesías sociales o en abstenerse de criticar cuando se persigue un buen propósito. Debe confiar totalmente en la sinceridad de aquellos a quienes enseña. Censurar y señalar las fallas y los errores no siempre resulta útil, porque puede servir sólo para aumentar la responsabilidad, provocar el antagonismo o incredulidad, o causar depresión, tres de los resultados más indeseables de la crítica.

    Estimular el interés, avivar la llama de la aspiración espiritual y lograr una síntesis subjetiva en el grupo a su cargo, puede llevar a un correcto discernimiento respecto a sus cualidades y necesidades conjuntas, lo cual hará innecesaria la actitud de censurar a la que tiende el educador.

    Los que pertenecen al rayo de la enseñanza deben aprender a enseñar enseñando. No hay método más seguro, siempre que vaya acompañado de un profundo amor personal, aunque al mismo tiempo impersonal, hacia quienes deben ser instruidos. Sobre todo quisiera señalar que se ha de inculcar el espíritu grupal, primera expresión del verdadero amor. Dos cosas indicaré:

    Partes: 1, 2, 3, 4, 5

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