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La Numerología de Osiris-Cristo en el Nuevo Testamento




    La Numerología de Osiris-Cristo en el Nuevo Testamento – Monografias.com

    La Numerología de Osiris-Cristo en el Nuevo Testamento

    El Nuevo Testamento contiene una serie de datos anexos a la enseñanza y al drama de la vida Jesús de Nazaret y de los Apóstoles, y que han sido pasados por alto, que sin embargo contienen su esencia espiritual y una mensaje de sabiduría esotérica para los que tienen ojos para ver y comprender, y oídos para entender.

    Junto al famoso número de la Bestia, el 666, del capítulo 13 del Apocalipsis, número de Hombre, que ha llamado la atención de millones de personas, hay otros números enigmáticos que han desafiado el entendimiento de muchos, y desalentados, han abandonado la búsqueda. Así pasa con el número 14 mencionado tres veces en el primer capítulo del Evangelio de San Mateo. Y con la cifra de 153 peces de la pesca milagrosa del último capítulo del Evangelio de San Juan.

    Mucha gente ha buscado el sentido de los 144.000 escogidos del capítulo 7 del Apocalipsis de Juan, sin encontrar pistas claras. Una pista que se repite en el capítulo 14 del mismo Apocalipsis. Donde se nos informa que los 144.000 escogidos han sido sellados con el Nombre del Padre y del Hijo en sus frentes. Si, pues el 14 y el 9 están relacionados, ya que 144.000 suman 9, igual que los 153 peces. (1+4+4+"0+0+0= 9 y 1+5+3= 9).

    De allí que desentrañar el misterio del 14 también nos lleva a desentrañar el misterio del 9.

    San Mateo nos informa que en la genealogía de Jesús de Nazaret hay tres veces 14 generaciones entre Abraham y Jesús. O 42 generaciones en total.

    Un doble 7 hace un 14, Pero la cosa es mucho más interesante, pues el nombre de David, mencionado como antepasado de Jesús, también suma 14 en la suma de las letras hebreas de su nombre. Pues el lector debe saber que cada letra hebrea tiene un valor numérico, lo mismo que las letras griegas. Y es allí donde el secreto empieza a revelarse. David se escribe en hebreo con tres letras: D V D, o Dalet, Vau, Dalet, es decir, 4 + 6 + 4 = 14.

    Hasta aquí todo podría pasar como una mera casualidad. Pero ocurre que en el mismo capítulo uno de Evangelio de Mateo se menciona dos veces el nombre de Abraham, el cual en letras hebreas da 248 y si sumo las tres cifras también me da 14. (Alef-Bet-Resh-He-Mem o 1+2+200+5+40=248 y si sumo 2+4+8 = 14).

    La cosa se pone más interesante cuando uno analiza el nombre de Emmanuel, pues la profecía de Isaías que menciona aquel nombre está en el Capítulo 7 versículo 14 del mismo libro del profeta. Y se corona el asunto cuando uno toma el nombre de Emmanuel en el texto griego del Evangelio de Mateo y lo traduce en cifras las NUEVE LETRAS que lo conforman y nos da el número 644, el cual también nos da 14.

    ?µµa????? es igual 5+40+40+1+50+70+400+8+30 = 644. Lo cual se vuelve a sumar y de 14.

    Como ya sabemos, Emmanouel o Emanuel significa en hebreo: "CON NOSOTROS DIOS". Popularmente se dice "Dios con nosotros". O Dios en medio de nosotros. Y Dios dentro de nosotros. Y ese nombre de Jesucristo solo está escrito UNA SOLA VEZ en todo el Nuevo Testamento.

    La razón de este misterioso énfasis numerológico el capítulo primero del Evangelio de Mateo es que de acuerdo con la más antigua tradición recogida por la Historia Eclesiástica de Eusebio este evangelio fue escrito originalmente en arameo, para convencer a los judíos de que Jesús era el mesías verdadero enviado por Dios. Y los eruditos judíos eran muy aficionados a buscar pruebas numerológicas o gemátricas en los textos sagrados, que probaban el origen divino del texto. Esa práctica era propia de los rabinos kabalistas, y por eso este evangelio comienza de ese modo y a lo largo de todos sus 28 capítulos insiste en el riguroso cumplimiento de las profecías mesiánicas del Antiguo Testamento en la persona de Jesús, el Emmanuel ya indicado.

    Desgraciadamente este primitivo texto Arameo se perdió y sólo sobrevivieron copias en lengua griega. Y los 28 capítulos de este evangelio son un doble catorce.

    La idea de destacar el número catorce tiene varias finalidades. Una de ellas es demostrar que Jesús es el Hijo de David Prometido, el Mesías, pues los antiguos profetas de la escuela de Samuel habían señalado a un descendiente de David como el Mesías. Y como David tiene tres letras que suman 14 se hace la relación como ya se explicó. La segunda es lo mismo respecto de Abraham. A él se le prometió un hijo que sería el heredero de todas las promesas y bendiciones divinas para todas las familias y pueblos de la tierra. Así Jesús es una especie de Segundo Isaac, o hijo prometido y esta vez sí fue sacrificado, muerto y resucitado. Como el Nombre de Abraham también suma 14 como ya se vió, Jesús es el Hijo de la Promesa.

    Además, la idea de 42 tiempos generacionales divididos en tres fases de cronológicas de 14 nos lleva a la idea de Los Tiempos Cumplidos y de los Tiempos de Gracia, o Kairós. Se acabó la espera de Siglos y Dios cumplió su palabra y su promesa, dada Abraham y a David. Por eso esos dos nombres se nos dan ya en el primer versículo del primer capítulo, indicando con eso su importancia y el eje en torno del cual giraría todo el Evangelio Mateano.

    El número 7 no solo es símbolo de perfección y de plenitud, sino también es la medida del tiempo, de la semana judía de siete días, un doble siete es doble perfección y un tiempo de doble plenitud, una especie de matrimonio del cielo con la tierra. El libro de Tobías, que exalta el matrimonio y las 14 obras de misericordia, tiene 14 capítulos. Lo mismo el libro de Oseas, que en sus catorce capítulos hace importantes analogías entre el matrimonio y el pacto de Dios e Israel. Igualmente, el libro de Zacarías, un importante profeta mesiánico, tiene 14 capítulos.

    Ya en el Deuteronomio 21,17 se nos menciona la denominada Doble Porción del Hijo Primogénito, y que el Profeta Eliseo toma como modelo para pedirle a su Maestro Elías Profeta, una doble porción de su Espíritu Santo, como Hijo Espiritual del Vidente. Y la obtuvo. De allí que Jesús, como Hijo Primogénito de Dios, hereda una doble naturaleza, humana y divina a la vez. También nos indica el doble oficio del Mesías, como Rey y Sacerdote. Rey por la línea Davídica de descendencia y Sacerdote por María, que era descendiente de Leví, por estar emparentada con Isabel, su prima, mujer del Sacerdote Zacarías, padre de Juan Bautista.

    Pero como todos los entendidos saben, existió una fuerte influencia egipcia en la Biblia y en la cultura hebrea. Hay huellas de eso en muchos textos del Libro de Proverbios, en los mandamientos negativos del Éxodo 20, en algunos salmos semejantes a los himnos de Atón. En el libro de los Hechos de los Apóstoles 7,22 se afirma que Moisés fue instruido en toda la sabiduría de los egipcios.

    Así como también en la parábola del Rico Epulón y el pobre Lázaro, del Evangelio de Lucas 16,19 al 31. La versión egipcia de esta parábola de Cristo está en el papiro 604 del Museo Británico, en la historia de Satmi-karnois y su hijo Senosiris, seiscientos años antes de la aparición del Maestro Galileo.

    Dios pesa los corazones de los hombres en el juicio final de igual modo en que lo hace Osiris en su sagrado tribunal de las almas, según Proverbios 21,2 y 24,12. Y se repite lo mismo en Proverbios 16,2 cambiando la palabra corazón por espíritus.

    Justamente, Osiris en su leyenda clásica es muerto y destrozado en catorce pedazos. Y en el tribunal de ultratumba está acompañado de 42 dioses menores que representan a los 42 espíritus regentes de los nomos que se unieron para formar el alma colectiva y la nación egipcia. Extraña coincidencia, que en realidad no es tal. Pues Jesús se identificó con el Sol Divino, la Luz del Mundo, en el Evangelio de Juan cap. 8,12 y en el cap. 12,35-36. Y Osiris también, era uno con Ra, el Dios Solar.

    Los mitólogos dicen que Osiris era el Sol que fecundaba en mundo vegetal, ella es Isis. Por eso el órgano sexual de Osiris, uno de los 14 trozos de su cuerpo, fue arrojado al rio Nilo, y tras ser devorado por un pez y digerido. Por medio de su excremento la energía solar vivificante se esparció por las aguas y fecundó la tierra de Egipto. Y cada año repetía el ciclo Y El también resucita y se convierte en Juez de los muertos, y Jesús también se designa como el Juez universal de los vivos y los muertos en el capítulo 25 del mismo Evangelio de Mateo.

    Para más remate la palabra Osiris en griego tiene seis letras que al ser convertidas en cifras nos da el número 590, la cual al volver a sumar nos da 14, el mismo número de sus trozos dispersos por Egipto. Y el nombre de Isis en griego nos da la cifra de 420, un curioso acercamiento al 42 de las generaciones de patriarcas y de dioses de los nomos de la tierra de Egipto. (?=70 + s=200 + ?= 10 + ?= 100 + ? = 10 + ? = 200 = 590). (5 + 9 + 0 = 14).

    Y hay más. Jesús dijo que él era la luz del cosmos, como ya se dijo, en el Evangelio de Juan, en un atributo idéntico al de Osiris según Plutarco. Y en la primera epístola de Juan 1,5 se nos informa que Dios es Luz y que no hay tinieblas con él. Por tanto Jesús es Luz y es Dios. Lo mismo que Osiris. Y el asunto no termina allí. Pues la Luz Divina expresada en lengua hebrea es el nombre del arcángel AURIEL, u ORIEL, que cuando sus letras se convierten en cifras nos da el número 248, y por tanto es un 14 si sumamos esas tres cifras. LUZ DE DIOS es la traducción de AURIEL. Y de acuerdo con lo dicho por Juan, Jesús es Luz de Dios personificada. Lo mismo que Osiris.

    En hebreo la palabra "Luz" se escribe como AUR y se pronuncia OR. Alef = 1 , Vau = 6 y Resh = 200. Total : 207 si hago la adición teosófica me da 9 .- (2 + 0 + 7 = 9).

    Aur ain sof (nueve letras) en hebreo significa la Luz infinita o Luz increada. Y su cifra gemátrica es 414. Si hago la adición teosófica me da 9 otra vez. Bien. Osiris tuvo con Isis un hijo póstumo que se llamo Horus en versión latina, pero que es Oros en griego, y que es la luz triunfante sobre la oscuridad, el que mató a Set, el asesino de Osiris. ( ???? = 800 + 100 + 70 + 200 = 1170. Es decir 9). Oros es el mismo Osiris re-encarnado para destruir el mal. Y ya no está vinculado al número 14, pero si al número 9.

    Ahora bien. Jesús de Nazaret se identificó, en el Evangelio de san Juan como la Luz cuyo nombre hebreo "AUR" vale 207 o 9. Pues dijo Yo Soy la Luz del Cosmos…. .- Y porque además se identificó con NUEVE ATRIBUTOS DEL SER ABSOLUTO O DIOS. Dijo que era Pan, Camino, Verdad, Vida, Resurrección, Pastor, Puerta, Vid, y Luz. Es decir, Jesús es Osiris-Horus. La Luz asesinada y resucitada y re-encarnada en la Iglesia y en el corazón de cada discípulo.

    Esos discípulos escogidos son simbólicamente 144.000, es decir 1+4+4+0+0+0 = 9. Y sobre ellos se escribe el nombre (o la esencia o el espíritu) del Padre y del Hijo, según Apocalipsis 14, versículo uno. Son los sellados, llevan ese nombre doble para siempre. Es decir, llevan el nombre de Yahveh y el de Jesús, pero también se puede afirmar que llevan el nombre de Osiris y el de Oros. Son seres con Conciencia Crística, son otros Osiris, otros Horus. Son Luz personificada, son otros Orieles. Luz de Dios.

    Por eso en el Evangelio de San Mateo dice Cristo a sus Discípulos: "Vosotros sois la Luz del Mundo". (Cap. 5, versículo CARTORCE).

    Si sumamos las cuatro letras del Nombre de Yahvéh y las Cinco letras del Nombre de Iehosuah, nos dan NUEVE letras. Es decir, cada discípulo de Cristo lleva un nombre de Nueve letras sobre su frente. El nombre del Padre y del Hijo. Lo que no es distinto del Emmanouel en griego, que suman nueve letras y al sumarlas en griego son 644, lo cual es catorce. Es decir, cada discípulo de Cristo presente en la tierra es un signo viviente del Dios con Nosotros, otro Horus, otro Osiris. Eso es lo que son los santos a través de los siglos. La multiforme Presencia de Cristo en el mundo.

    Por ese motivo, cuando san Pablo perseguía a los Cristianos e iba camino a Damasco, se le apareció Jesucristo resucitado como una gran luz y le dijo: Saulo, Saulo, ¿PORQUE ME PERSIGUES?…. .- Es decir, la Luz Omnipresente estaba en cada uno de los miembros de la iglesia, sus discípulos, y como estaban sufriendo injustamente, el mismo Señor debía defenderlos, botando a Pablo del caballo y dejándolo ciego por tres días.

    Por ese motivo san Pablo estableció como doctrina en sus CATORCE CARTAS, que la iglesia es el Cuerpo de Cristo prolongado en el tiempo.

    Ahora bien. Este estudio no pretende decir que Jesús y su mensaje fueron fraguados artificialmente. En un nivel racional la narración contiene el pensamiento literal de Jesucristo y el de las escuelas de profetas que siempre tuvo Israel. Es el dato duro concreto. Pero la intención divina que guía al escritor sagrado introduce otros datos sutiles que el hagiógrafo desconoce, y que opera a un nivel supra-consciente, por encima de su mente. Eso ocurre con muchos datos numerológicos que no aparecen a primera vista en el texto. Esas son las matemáticas divinas. Ella es descubierta posteriormente. Y resulta una prueba objetiva de la inspiración divina del hagiógrafo. Para los kabalístas la biblia es un documento escrito en clave matemática, es un código de sabiduría paralelo y adjunto a las palabras del texto.

    Además, los datos teológicos tan contundentes ya explicados sobre la relación entre Osiris y Jesucristo, significan que Existe Una Verdad Común tras las grandes religiones. El principio divino encarnado en Jesús de Nazaret, que llamamos La Segunda Persona de la Trinidad o la Conciencia Salvífica, ha operado en la historia a través de otros grandes seres, mentes maestras. Tal es el caso de Osiris, o el de Imhotep, y de Plutarco, sacerdote de Apolo, quien no alcanzó a conocer a Cristo. Y que sin embargo, en su obra Isis y Osiris, intuye un principio inteligente universal luminoso que se manifiesta en ciertos hombres, a ese Principio Cósmico él lo llama Osiris.

    Tal Principio divino se manifestó en un antiguo rey egipcio que enseñó a su pueblo la agricultura, las leyes de la crecida de las aguas del Nilo, la adoración de los dioses, la conducta piadosa y que se llamó Asir o tal vez Usir. Su trágica muerte a manos de su hermano envidioso fue la base de la leyenda. Y de la posterior venganza del Hijo de Osiris. Otros detalles son imprecisos, pero permiten tejer una lección metafísica que se haga fácil para la memoria de los pueblos, la cual se dramatiza en ceremonias de un cuerpo sacerdotal escogido.

    Curiosamente el Apocalipsis nos dice que Jesucristo también fue crucificado en Egipto, en Sodoma y en Roma. Ver el versículo 8 del capítulo 11 del libro de Revelaciones. Eso demuestra que san Juan comprendía o intuía la múltiple encarnación y crucifixión de ese Ente Superior, el Principio Divino que él conoció como Jesús el Masiaj o el Cristo.

    Captó el arquetipo que estaba manifestado en Jesús. Ser crucificado simbólicamente o concretamente es algo que el patriarca José, hijo de Jacob, experimentó unos 1600 años antes de Cristo. Basta con leer la sufrida vida de José en el Génesis cap. 37 al 50 para comprender que el arquetipo de Jesucristo está operando en el joven patriarca separado violentamente de sus padres y hermanos. También sufre la traición, y el castigo injusto, la prisión, y luego la exaltación a la diestra del faraón, como también la importancia del perdón y la reconciliación con sus hermanos.

    En la historia narrada en el Génesis está prefigurado drama de Jesús y hasta su resurrección y exaltación a la diestra de Dios Padre. En rigor Cristo está personificado en Osiris y en José, como también a la inversa, Osiris está manifestado en José y en Jesús. En el caso de José tal manifestación es semiconsciente. En el caso de Jesús él sabía perfectamente Quién Era, conocía su Yo divino que era Uno con la Divinidad.(Ev. de Juan 10,30). Por eso dijo también: "Antes que Abraham fuese yo soy". (Evangelio de Juan 8,58 ; en el mismo capítulo en que él dice que es la Luz del mundo).

    También es muy sugerente el nombre de "Oros" del Hijo de Osiris. Pues OR es la fonética de la palabra AUR de los hebreos, la luz. "OR"- os. Y está remarcada con una letra Omega, sonido de "O" larga y fuerte. No en vano el Apocalipsis dice que el Jesucristo divino es Alfa y Omega. Textualmente en griego dice: Yo soy la Alfa y la "?". Y nada más.

    Las traducciones ponen nombre completo de la letra, pero el texto griego original solo dice "OOO" que escribo alargada para dar el énfasis de esa letra. Y si sumo el valor numérico de la letra Alfa o uno, y la sumo con el valor de Omega, que es 800 me da 801. Si vuelvo a hacer la adición teosófica me da NUEVE.

    Lo mismo pasa con el 153. En el capítulo 21 del Evangelio de Juan se narra una pesca milagrosa en el lago de Genesaret, en una madrugada, por intervención de Jesús resucitado delante de 7 apóstoles. Recogieron 153 peces por el lado derecho de la barca, por indicación expresa del Señor. Otra vez aparece el número nueve en la cifra de peces pues 1 + 5 + 3 = 9.

    Para explicar la importancia del milagro, hay que recordar que los apóstoles son pescadores de hombres. Los peces simbolizan hombres, personas que se convierten en discípulos y seguidores de Jesucristo. Sacarlos de agua es sacarlos del mundo del pecado y de las tinieblas y llevarlos a la orilla es llevarlos a la salvación o a la vida superior. O al reino de Dios y de la Luz.

    En ese sentido el nueve es la clave de Nombre de ADAM, pues en hebreo ADM tiene tres letras y tres números. Alef = 1 , Dalet = 4 y Mem = 40. 1+4+40 = 45. Si sumo 4 + 5 = 9.

    Y el 1 – 4 – 40 es la raíz de los 144.000 escogidos, mencionados en el Apocalipsis capítulo 7 y en el capítulo 14. El agregado de los dos ceros indica el concepto de un Adam colectivo, de conjunto de todos los pueblos redimidos por la sangre del Cordero de Dios. Esa idea está desarrollada de modo simbólico por las doce tribus de la nueva Israel mencionadas en el Apocalipsis.

    A la fecha de escribir el libro de Revelaciones, alrededor del año 100 D.C. NO EXISTIAN LAS DOCE TRIBUS. Se habían extinguido. Solo quedaba la tribu de Judá y la de Leví en la diáspora, por todo el mediterráneo. De allí que para Juan las doce tribus representan a la Nueva Israel, la iglesia. Y los apóstoles son los nuevos doce patriarcas, cuyos nombres están en los cimientos de la Nueva Jerusalén que baja del cielo. (Apocalipsis 21,14).

    Todo lo dicho está confirmado en el mismo texto del capítulo 21 del Apocalipsis, pues en el versículo 17 dice: "Y midió su muro, ciento cuarenta y cuatro codos, de medida de HOMBRE, la cual es de Ángel". Justamente al sumar 1+4+4 nos da 9. Lo cual nos lleva de nuevo al 45 y a los 153 peces mencionados antes. Y apunta a la idea de que los ángeles son Hombres Trascendidos que ya gozan de la Visión beatífica de la LUZ infinita de Osiris- Cristo Dios.

    En esta universalidad de la luz del Cristo Dios o del Osiris glorioso y triunfante, se acogen a miles de millones de seres racionales, almas purificadas, según la visión de Juan del Apocalipsis 7,9 y ss. "… y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del Trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y palmas en las manos…. . Diciendo AMEN. La bendición, y la gloria y la sabiduría, y la acción de gracias, y la honra, el poder y la fortaleza sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. AMEN". Siete atributos y dos veces Amén, al comienzo y al final.

    Para los hebreos la palabra Amén significa lo cierto, la fidelidad, la certeza, lo verdadero, "Así es" o "Así sea". Palabra muy cercana a "Emet", la Verdad. Pero para los Egipcios y para el Libro de los Muertos, la palabra AMEN es el Nombre del Dios Supremo, como el hálito invisible de la vida, como el "Dios oculto" tras la pantalla del espacio tiempo y del escenario de la historia. También llamado Amon, y en su corona tiene una especie de torre de 14 secciones o partes. Lo mismo Ra, que tiene 14 atributos o cualidades.

    De allí que la tradición egipcia los unió en el nombre del Dios Amén-Ra. De estas 14 cualidades surge la necesidad de dividir el cadáver de Osiris o de Asir en 14 trozos que Isis tuvo que buscar y coser con ayuda de Anubis. Así el Cuerpo de la Verdad Primordial se ha dispersado por el mundo y los sabios deben buscar los trozos y reconstituir el cuerpo místico de la Verdad.

    Curiosamente, en el capítulo 3,14 del Apocalipsis Jesús se llama "el Amén". En hebreo esa palabra vale 91. (Alef 1, Mem 40 y Nun 50). Pero en griego vale 99, es decir 18 o 9. (a = 1 , µ = 40 , ? = 8 , ? = 50 ). De allí que cantar Amén es lo mismo que invocar a Dios, o cantar OM.

    En los Arcanos Mayores del Tarot la carta 14 la Templanza nos muestra a un Ángel que trasvasija o vierte agua de un cántaro a otro, sin perder una gota del líquido. Es la imagen perfecta de trasvasije del Agua de la Vida Divina y del Conocimiento dado a los Egipcios en el origen de la historia y trasvasijada a la cultura y a la religión de otro pueblo. El judío. Hecho que se repite al trasvasijar la Doctrina Secreta a la Tradición Cristiana. El agua es la misma. Solo cambia la vasija.

    Finalmente sólo queda decir que el pueblo egipcio era politeísta en el bajo pueblo, en las masas. Pero el mundo superior de los sacerdotes más instruidos y sabios ya existía la noción de un Dios Único tras todos los dioses de su panteón. Según las diversas ciudades y épocas ese Dios único fue llamado Atum. O Atem, o Atum-Ra. Y en algunos casos Ptah, el Creador del Universo. Y es bien conocido el caso del faraón Aknatón, que predicó un solo Dios llamado Atón, cuyas cualidades o atributos son muy semejantes a Yahveh.

     

     

    Autor:

    Fernando Laredo Cárter,

    Profesor de Filosofía y Religión.

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