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Administración y gerencia escolar




Enviado por J. A. Gómez Giménez



Partes: 1, 2, 3, 4

Monografía destacada

  1. Introducción
  2. Gestión del Conocimiento: La Escuela como Organización Inteligente
  3. Elemento Organización
  4. Dimensión: Identidad

Introducción

La sociedad actual está en una búsqueda constante de los elementos que le permitan mejorar sus instituciones y, por ende, optimizar los servicios que éstas prestan al colectivo, todo esto está vinculado a los avances tecnológicos y científicos que se han convertido en una cuestión cotidiana, y que impactan por igual a las instituciones escolares, no solo en su tarea formadora, sino también, en los procesos de revisión de las funciones de cada uno de los actores que conformamos la estructura escolar y construimos a diario el hecho educativo.

La construcción de una sociedad más integrada, democrática y participativa, donde prevalezca la justicia social, implica para Venezuela, el fortalecimiento de los valores ético-morales que propicien la convivencia y la búsqueda del bien común; así como una visión holística de la educación, potenciadora de las capacidades individuales y sociales de cohesión interna para el fortalecimiento de un modelo societal en el que la multiplicidad de las relaciones que se generen tengan al hombre como actor y protagonista en el quehacer cotidiano, de manera que éste pueda estar en capacidad de diseñar estrategias de desarrollo que conduzcan al país a replantearse nuevas formas de inserción en la sociedad global del siglo XXI.

Lo anterior, hace de la educación el medio más importante y el eje fundamental para la transformación y construcción del país que queremos y necesitamos; por cuanto a ella le corresponde la formación de recursos humanos en cantidad y calidad, además de desarrollar el potencial creativo de cada ser humano para el pleno ejercicio de su personalidad en una sociedad democrática. El logro de esa misión asignada a la educación en estos tiempos de globalización económica, política y sociocultural, se hace necesaria la participación y corresponsabilidad de todos los actores–autores sociales involucrados en el hacer educativo, quienes deben asumir con compromiso y responsabilidad, las funciones académicas y administrativas que les competen tanto a lo interno de las organizaciones educativas como en la comunidad donde están ancladas las escuelas, unificando esfuerzos en el Sistema Escolar y el Sistema Educativo.

En este sentido, le corresponde a quienes dirigen las instituciones escolares (Directores y Subdirectores), garantizar ante la sociedad, el cumplimiento a cabalidad, de los objetivos y metas trazados en materia educativa por el Estado venezolano a través del Ministerio del Poder Popular para la Educación. En consecuencia, la calidad de la educación depende, en gran parte, de la gestión de los evaluadores educativos; lo que requiere de éstos, ciertas competencias interactivas, profesionales, académicas y administrativas; así como, disponer de las herramientas necesarias para lograr la eficiencia institucional, tomar decisiones de índole administrativo, presupuestario, pedagógicas, académicas y trabajar con indicadores claves de eficacia y efectividad para monitorear toda la organización educativa, entendida como un sistema abierto interactuante en su entorno.

Estas demandas implican, a su vez, para la evaluación a nivel educativo, la búsqueda, planificación y ejecución de nuevas alternativas de gestión en lo académico y administrativo, por tanto, debe asumir como básicas y fundamentales las funciones de planificación, organización, dirección, control, supervisión y evaluación. Esta última, merece especial atención en el sentido de, no sólo evaluar el desempeño del alumno en los procesos de enseñanza y de aprendizaje, sino, además, los recursos materiales, financieros, planes y programas y proyectos, personal docente y la propia institución escolar; para lograr así lo propuesto en el artículo # 63 de la Ley Orgánica de Educación (1.980) y en el artículo # 91 de la Reforma Parcial del Reglamento de la misma Ley (1.999).

Los procesos administrativos representan en la actualidad la energía vital que dinamiza una organización y/o empresa determinada, dichos procesos orientan las funciones de todos los integrantes de la institución escolar. De acuerdo con Marín (2.006, páginas # 11 y 12):

"Ahora bien, el término de Administración Pública nos permite designar no solo esta tarea o actividad (función) que realiza el Estado, sino también la estructura u organización que la lleva a cabo y cuya conformación y funcionamiento debe obedecer a pautas y principios de carácter técnico y jurídico. Desde esta perspectiva la Administración Pública se nos presenta como un complejo de personas jurídicas colectivas que ejercen la función administrativa del Estado, a través de diversas manifestaciones".

De lo anteriormente expuesto, se infiere que tanto la administración como la gerencia organizacional expresan la conducción, dirección, orientación y/o la guía hacia los objetivos y metas concretas. Implica por tanto, la utilización de recursos materiales, financieros, tecnológicos y humanos. La administración encabeza la estructura y funcionamiento de una organización con el propósito de alcanzar determinados productos, ya sea en bienes o servicios.

Es por esta razón que la administración escolar desempeña un rol importante en la calidad de la educación, y en el buen funcionamiento de las instituciones escolares, por cuanto las leyes de la nación rigen el proceso educativo. Al respecto, y en cuanto a la Administración Escolar, Marín (2.006, página # 13), indica que:

"Dicho de otro modo, la administración escolar, siendo parte de la administración pública en lo que a normativa se refiere, deberá regirse por una serie de principios o normas las cuales se encuentran establecidas a través de artículos en las diferentes leyes, decretos, resoluciones, circulares, etc., que orientan la actividad técnica, académica y administrativa de las instituciones escolares".

Actualmente una institución educativa no puede ser eficiente si presenta una organización desordenada y carente de leyes y/o normativas. Las nuevas necesidades sociales exigen igualmente, nuevas opciones de revisión de las funciones y perfiles de desempeño de sus participantes. Por esta razón, la administración es necesaria y útil para el logro de objetivos y metas, empleándose de una manera eficaz y eficiente para el aprovechamiento óptimo y pleno de los recursos, especialmente el talento humano. Su importancia radica en el hecho de ser una ciencia originada por la experiencia de muchos años de aplicación, este conocimiento ha permitido un mejor razonamiento y estudio de las organizaciones.

En las instituciones escolares, se deben sumar esfuerzos para lograr una educación eficaz y eficiente, que permita una mejor utilización y aprovechamiento de los recursos físicos y humanos, en virtud de lo cual, se debe sistematizar el proceso administrativo, de la actividad educativa, y ordenarse en función de los principios y fines de la administración como ciencia al servicio de la educación y formación ciudadana, esto último es, el gran reto de los nuevos profesionales de la educación.

Para lograr todo lo anteriormente expuesto, es necesario despertar el interés hacia el estudio y la investigación, con sus bases teóricas y metodológicas, que propicien la ampliación, profundización y trasformación de la realidad que, en este caso, es la realidad de la Escuela Primaria Bolivariana Media Jornada "Dr. Francisco Antonio Carreño", ubicada en la población de Santa Inés, de la Parroquia Moroturo, Municipio Urdaneta del Estado Lara.

La Administración resulta ser el pilar fundamental que por medio de su eficiente y eficaz aplicación conduce y propicia el éxito a cualquier empresa o institución. De esto no se aparta el sistema escolar en el cual, la Administración Escolar posee un papel cada vez mucho más importante en la calidad de la educación actual y el buen funcionamiento de las instituciones. Es precisamente en estos momentos cuando se hace pertinente desarrollar un excelente proceso administrativo, por cuanto el proyecto de Escuelas Bolivarianas constituye una política del Estado venezolano, dirigida a afrontar las limitaciones del Sistema Escolar en los niveles de Preescolar y Básica en su Primera y Segunda Etapa, en donde el concepto de Nueva Escuela se traduce en una práctica pedagógica abierta, reflexiva, y constructiva desde las aulas, en una relación ampliada con la comunidad, signada por la participación autentica y real en aras de la construcción de una nueva ciudadanía y es ante toda esta situación que se hace necesaria una buena administración dentro y fuera de cada una de estas instituciones en correspondencia con el momento histórico de transformación que vive la nación.

La presente investigación se encuentra basada en el Marco Teórico, Conceptual y Legal de la Administración Escolar, donde se exponen cada uno de los Elementos y Procesos de la Administración Escolar, como son: Elemento Organización con sus procesos de estructuración, Sistematización e Instalación y el Elemento Dirección que involucra los Procesos de Planificación, Toma de Decisiones, Coordinación, Comunicación e Información, Supervisión, Dotación de Personal, Financiamiento y Evaluación, en donde todos y cada uno de estos procesos fueron observados y llevados a la práctica por el autor del presente estudio.

A su vez, se estructura en cinco capítulos signados con los números I, II, III, IV y V, encontrándose en el primero la Gestión del Conocimiento, la Escuela como Organización Inteligente, Gestión del Talento Humano, Gerencia, Gerencia Escolar, vinculación de la Gerencia Corporativa con la Gerencia Educativa, y las bases que la sustentan. En el Capítulo II, se encuentra lo relacionado con la Organización, el elemento Organización Escolar y sus principios, entre otros ítems relacionados con este aspecto. El tercer capítulo engloba las Dimensiones: Identidad, Visión, Misión, Valores, Políticas, Objetivos y Estrategias. Así, en el capítulo IV se encuentran los Procesos de Estructuración, Sistematización e Instalación. El último Capítulo, contiene las dimensiones que engloban elementos como programas de asignaturas, estrategias didácticas, procedimientos de evaluación, bienestar estudiantil, docente y de recursos didácticos y tecnológicos. Por último se evidencian las respectivas conclusiones, recomendaciones pertinentes, las referencias bibliográficas, así como los anexos.

Otros aspectos importantes en la elaboración del informe, lo constituyen el estudio de los enfoques gerenciales, cuya implementación en la gestión de las instituciones escolares, es de gran ayuda para un mejor desarrollo gerencial y de un liderazgo efectivo, así como para obtener un máximo aprovechamiento del talento humano con que se cuenta y del conocimiento y las aptitudes y actitudes que éste posee, en búsqueda de la mejora del proceso escolar y formativo que se lleva a cabo en los planteles.

Del mismo modo, hice acto de presencia en la institución educativa anteriormente mencionada para observar no solo los aspectos administrativos del Sistema Escolar y Educativo, sino que también recorrí los espacios físicos tanto de la escuela como de la comunidad en torno a ella, para así adentrarme más en la realización del hecho escolar diario que se desarrolla dentro de los limites de esta institución, y fui testigo de primera mano en la construcción del contexto social y cultural que engloba al hecho educativo. Es esta quizás, la parte que menos observan los alumnos, padres y representantes, pero es allí de donde surgen los pilares en los que se sustenta la escuela como organización.

La información, permitirá a los gerentes y a toda la comunidad escolar de la Escuela Primaria Bolivariana Media Jornada "Dr. Francisco Antonio Carreño", orientar sus políticas y líneas de acción, así como conducir los procesos de cambio que se requieran, con el fin de mejorar el funcionamiento de la misma en sus diversos aspectos, partiendo siempre de la premisa que estas mejoras pueden lograrse mediante una adecuada administración y gerencia escolar. Es necesario destacar que la calidad de la educación se ve reflejada en la enseñanza que se imparte, la cual debe estar íntimamente ligada al entorno, con una infraestructura de calidad donde el personal que allí labore esté siempre dispuesto a asumir nuevos retos y a no resistirse a los cambios y nuevas tecnologías que ofrece la sociedad.

Capítulo I

Gestión del Conocimiento: La Escuela como Organización Inteligente

Estas líneas pretenden ser una primera aproximación a los conceptos relacionados con la Gestión del Conocimiento. Es normal que cualquier persona que se acerca a la disciplina se pierda en una gran maraña de conceptos aparentemente similares. En esta globalizada Sociedad del Conocimiento, algunos hablan de Gestión del Conocimiento, otros de Aprendizaje Organizacional, unos más acerca de Capital Intelectual, e incluso de Activos Intangibles. Sin duda, la terminología no ayuda a aclarar sobre qué estamos hablando. Castells (1999), citado por Núñez (2007, página # 15), expresa que:

"La Sociedad de la información, término metafórico y emblemático, ha tomado auge a partir de la revolucionaria tecnología de la información y comunicación, que ha permitido un avance y progreso vertiginoso de las sociedades en los países industrializados, a partir de la década de los setenta del siglo pasado".

La cita anterior nos remite a la utilización de las nuevas tecnologías a nivel de telecomunicaciones y adelantos científicos, y su eventual contribución al crecimiento y desarrollo de las sociedades. Estas naciones más desarrolladas fueron exportando sus tecnologías de avanzada al resto del mundo, razón por la cual formamos parte de una sociedad mundial contemporánea que derivó en el fenómeno conocido como Globalización. Esta revolución tecnológica dio como fruto el surgimiento de una sociedad de la información que a su vez, demanda diversas formas de estructuración para los conocimientos que la sustentan y que al mismo tiempo prodiga.

No obstante, los diversos argumentos acerca de la sociedad de la información, pueden ser vistos y estudiados partiendo desde un origen distinto pero exhibiendo paradigmas similares, que les impelen en el cumplimiento de la o las funciones para las cuales han sido puestas en práctica. Al respecto, González (2003, página # 6), afirma que:

"La teoría de la gestión (del Management) integra un variopinto mosaico de teorías y modelos que, ya desde sus orígenes, han contribuido notablemente al desarrollo de las organizaciones modernas. Constituye, por así decirlo, una macro-teoría que ha ido asimilando en su seno aportaciones provenientes de, por ejemplo, los principios de la Gestión Científica de Taylor y de la Gestión Administrativa de Fayol, el modelo de Burocracia de Weber, el movimiento de Relaciones Humanas y el de Recursos Humanos o la teoría de Sistemas y de la contingencia estructural. Pero, básicamente, estas aportaciones se concretan en dos grandes líneas teóricas: una concibe a los centros escolares como organizaciones formales; otra, como organizaciones informales. El punto de confluencia de ambas, en la teoría de la gestión, es la premisa de que las organizaciones constituyen estructuras."

Lo anteriormente planteado indica que, a veces se introducen los mismos conceptos con denominaciones diferentes. Se debe intentar aclarar a qué se refiere cuando se mencionan. La Gestión del conocimiento resultaría ser un concepto aplicado en las organizaciones, que pretende transferir el conocimiento y la experiencia existente entre sus miembros, de modo tal que pueda ser utilizado como un recurso disponible para otros en la organización. Usualmente este proceso requiere técnicas para capturar, organizar y almacenar el conocimiento de los trabajadores, para transformarlo en un activo intelectual que preste beneficios y se pueda compartir.

En la actualidad, la tecnología permite entregar herramientas que apoyan la gestión del conocimiento en las empresas, que apoyan la recolección, la transferencia, la seguridad y la administración sistemática de la información, junto con los sistemas diseñados para ayudar a hacer el mejor uso de ese conocimiento. De acuerdo con Núñez (2007, página # 14):

"Las tecnologías de la información y comunicación, son el instrumento de acción por excelencia de las organizaciones. Ellas permiten la organización abierta y en red, en estos tiempos de cambios e innovación. Lo cual da cabida al proceso de informatización. Proceso que en si mismo, no ha sido bien entendido, por las organizaciones. Sobre todo en lo relativo a los beneficios que presta al ejercicio de la gestión de la información".

De la afirmación anterior se infiere que la tecnología está referida a las herramientas y a las técnicas diseñadas para preservar la disponibilidad de la información llevada a cabo por los individuos dominantes y para facilitar la toma de decisiones y la reducción de riesgos. Es un mercado del software y un área en la práctica de la consulta, relacionada a las disciplinas tales como la inteligencia competitiva. Un tema particular en cuanto a la administración del conocimiento, es que el conocimiento no se puede codificar fácilmente en forma digital, tal como la intuición de los individuos dominantes que viene con años de experiencia y de poder reconocer los diversos patrones del comportamiento que alguien con menos experiencia no puede reconocer.

La Gestión del Conocimiento es, en definitiva, la gestión de los activos intangibles que generan valor para la organización. La mayoría de estos intangibles tienen que ver con procesos relacionados de una u otra forma con la captación, estructuración y transmisión de conocimiento. Por lo tanto, la Gestión del Conocimiento tiene en el aprendizaje organizacional su principal herramienta. La Gestión del Conocimiento es un concepto dinámico o de flujo.

De esta manera, la Gestión del Conocimiento procede de la comprensión del valor crítico de otros factores menos típicos que el documento y/o el dato, y la conciencia de la necesidad de encontrar modos para sustentarlo y obtener de éste, beneficios de índole estratégica. Las diferencias encontradas entre el conocimiento organizativo y los datos e información son, por demás, no solo efectiva sino también, intuitiva.

Para muchos el conocimiento parece un residuo fundamental y que en sí mismo explica la productividad interna después de haberlo evaluado todo. Después de un breve análisis es fácil comprender que aún la información perfectamente gestionada nos deja lejos de las Antípodas de la productividad e innovación altamente eficaces. El tema ha sido lo bastante desarrollado y es lo suficientemente maduro como para despegarlo del campo teórico. Actualmente es posible organizar proyectos reales de gestión del conocimiento.

En cuanto a la Escuela Inteligente, la sociedad del conocimiento no reconoce ya oposición entre conocimiento académico y conocimiento aplicado. El nuevo conocimiento implica acostumbrar a los alumnos, a los docentes, a nuestras comunidades, a aceptar que el producto de la educación sea lograr gente que piensa cómo resolver los problemas, redefiniendo el trabajo de la escuela y superando el compromiso de enseñar a pensar a secas por el compromiso de enseñar a pensar para saber hacer.

Continuando con las ideas expresadas por Núñez (2007), es posible inferir que una organización inteligente viene a ser aquella en la que los individuos son capaces de expandir su capacidad y de crear los resultados que realmente desean. Aquí las nuevas formas y patrones de pensamiento son experimentados, en donde las personas aprenden continuamente y en conjunto, como parte de un todo. En este tipo de organización existe la capacidad de crear, adquirir, transferir el conocimiento y modificar actitudes y formas de hacer sobre la base de un nuevo conocimiento.

Las organizaciones inteligentes crean un clima de trabajo donde los procesos permiten a todos los miembros aprender de forma consciente de su trabajo. Esto a su vez lo hace capaz de mover ese aprendizaje adquirido al lugar que sea necesario de manera tal que, pueda ser utilizado por la organización y que este conocimiento sea transformado constantemente.

Esta manera de crear un conocimiento nuevo en las organizaciones y compartirlo no es una mera actividad sino más bien una forma de comportarse, una forma de ser o actuar en donde todos los individuos son trabajadores del conocimiento. La organización inteligente como aquella que es capaz de integrar eficazmente la percepción, la creación de conocimientos y la toma de decisiones.

Por lo que las organizaciones inteligentes podrían definirse de manera simplista como aquellas que aprenden. Pero de manera más propia, las organizaciones inteligentes son aquellas que facilitan el aprendizaje de todos sus miembros, que son capaces de modificar sus normas de actuación, escritas o no, con la frecuencia que sea necesaria para satisfacer las exigencias del medio. De acuerdo con Materi (1998, página # 4):

"La organización de la escuela no debe constituir el muro en donde muere la innovación, la organización de la escuela tendrá que tener tales características para que los planteos de la pedagogía moderna y de sus ciencias auxiliares (psicología, sociología, economía) puedan cumplirse. Si decimos que las escuelas son las respuestas arquitectónicas a los requerimientos de la educación, de qué vale enseñar a trabajar en equipos, si en las aulas los bancos siguen aferrados al piso y en hileras en donde el educando sólo puede ver la nuca de su compañero que está adelante".

Lo anteriormente expuesto busca enfatizar en el concepto de escuela inteligente
dentro del marco de la sociedad del conocimiento, cuyo objetivo son las operaciones
de pensamiento, pero no en el marco del pensamiento lógico tradicional,
sino dentro de un modelo donde las operaciones de pensamiento puedan expresarse
en competencias de acción. Se reflexiona también sobre nuevas
formas de vincularnos con la información y el conocimiento disponible,
en las que los individuos puedan y sepan procesar la información, darle
un valor de utilidad y tener la posibilidad de identificar y aportar el talento
y conocimiento individual en una forma que pueda ser aprovechado de manera colectiva
por la organización, contribuyendo al desarrollo del capital intelectual.

En un mundo que cambia de manera vertiginosa, también tienen que cambiar las escuelas. Se requiere una organización flexible, capaz de dar variadas respuestas según las necesidades de los alumnos, y con creciente responsabilidad por los aprendizajes tanto de los alumnos como de los profesores. Núñez (2007, página # 16), expresa al respecto:

"Siendo las organizaciones y/o instituciones, las entidades relevantes que garantizan el accionar de la sociedad; su sostén y productividad, es precisamente allí, donde se hace importante garantizar el control de la gestión de información en la organización, al permitir acceder a la información desde cualquier lugar de referencia a los ciudadanos que la gestionan, tanto interna como externamente, sin más limitaciones que las establecidas por la propia organización -y las leyes- para el ejercicio de la planificación, control y toma de decisiones".

No hay ninguna duda a esta altura de los acontecimientos, que la escuela de hoy debe enseñar otras cosas, incluir urgentemente los avances del conocimiento en esta primera parte del nuevo siglo. El problema radica en que la ciencia y las necesidades de conocimiento en la sociedad han cambiado tanto, que ya no se trata tan sólo de enseñar temas nuevos. Se requiere un fuerte y total cambio de enfoque de lo que se enseña, y de cómo se enseña. Ya no es suficiente con que el alumno salga conociendo nuevos temas y/o conceptos que desconocía. Si no aprendió a aprender no podrá insertarse bien en los nuevos trabajos que vayan apareciendo; si no aprendió a hacer, resolver, gestionar, no tendrá las competencias básicas para desenvolverse en su vida adulta.

Las escuelas de antaño fueron estructuradas hace ya doscientos años, cuando se inició el proceso de industrialización, para una sociedad con cambios mucho más lentos que los actuales. Durante mucho tiempo cumplió magníficamente su labor y en Venezuela, disfrutamos de sus buenos resultados. Pero esto se perdió. Ahora, para volver a dar sentido a la escuela es necesario llenarla de nuevos contenidos, y este proceso es el que se está transitando con la transformación curricular en marcha. Pero los nuevos contenidos no son nuevos temas, representan un cambio de enfoque, una nueva idea acerca de cual es el contenido a enseñar: conceptos, procedimientos y actitudes y valores. En resumen, se trata de generar competencias.

De tal manera que, ante los argumentos esgrimidos por los autores anteriormente citados y, ante la reflexión del análisis originado por sus acotaciones, se puede alegar que, la escuela nueva constituida como organización inteligente debe estar fundamentada en los siguientes principios organizadores:

  • La cantidad de los servicios educativos.

  • La democracia escolar.

  • La eficiencia escolar.

  • El protagonismo del aprendizaje.

  • La atención personalizada del alumno como instrumento de equidad.

  • El protagonismo del alumno.

  • La profesionalización y la especialización del personal de la escuela.

  • La autonomía de la institución escolar.

  • La escuela como unidad operativa del servicio educativo.

  • La escuela como unidad de investigación pedagógica y de desarrollo educativo.

Igualmente, la enseñanza de competencias posee una importancia vital en el hecho educativo por cuanto hoy en día, la escuela es una organización que fue pensada para enseñar conocimientos. Las competencias suponen, además de saberes o conocimientos, poder hacer. Una escuela que enseñe competencias debe estar pensada para que los alumnos aprendan a saber, pero también a hacer y a ser.

Durante años hubo en el país intentos de reformas educativas. Se trató de trabajar sobre la formación de los docentes, sobre los programas, o sobre los métodos de enseñanza y hubo (y hay) muchos docentes y escuelas innovadores. Sin embargo, ya que ninguna de estas iniciativas se ha logrado alcanzar dentro de un marco de total transformación, no alcanzaron para dar un salto cualitativo que permitiera mover los cimientos básicos del Sistema Escolar.

Hoy en día, el Sistema Escolar en su totalidad necesita ser reformulado. No es suficiente con perfeccionar lo que se tiene, con hacer más eficiente este modelo de escuela que conocemos. Hay que pensar otra escuela. Desde la primaria hasta el nivel terciario, hay un modo de organizar las instituciones escolares que debe ser revisado. Es necesario colocar sobre el tapete el tipo de escuela que se necesita lograr para la enseñanza y el aprendizaje de las competencias.

En una escuela inteligente no se pueden aprender competencias, es decir, enfrentar y resolver problemas, si la forma de organizar la tarea no permite practicar diferentes cosas, ejercer distintas actividades. Para el cambio real que necesitamos, además de nuevos contenidos (NC) se necesitan nuevas condiciones básicas institucionales (CBI) que hagan posible el aprendizaje y la enseñanza de las competencias. Ambos aspectos van juntos, y son complementarios. Por esto, NC + CBI son la transformación, es decir, una escuela que enseñe cosas diferentes, pero que también trabaje de manera diferente.

Una escuela organizada desde el eje central de su labor: generar competencias, y comprometida con el crecimiento de todos los que trabajan en ella: directivos, docentes, alumnos. Una escuela que responda de manera eficiente ante las necesidades de sus alumnos, que pueda hacerse cargo profesionalmente de resolver los problemas educativos de la comunidad a la que sirve, que tenga capacidad de adaptarse a distintas situaciones. En suma, una escuela con una organización inteligente.

Una de las ideas fundamentales que se desarrolla dentro de este marco de referencia, es que la escuela como organización también debe ser gestionada desde criterios éticos. La gestión ética de la escuela se basa en los procesos colectivos de aprendizaje, en la maduración colectiva y en el liderazgo que, desde determinados ámbitos de la organización, se puede ejercer. Las organizaciones poseen un potencial evidente y real para el aprendizaje y para la educación. Cualquier organización, mediante su propia dinámica relacional de funcionamiento, puede aprender de sí misma. Si la escuela es capaz de diseñar e implementar procesos de aprendizaje dirigidos a sus alumnos, debe desarrollar también la capacidad de promover dinámicas organizativas dirigidas al diseño, planificación e implementación de procesos de aprendizaje organizativos, y esto es posible a partir de la toma de conciencia de sus propios procesos de aprendizaje.

La escuela como organización inteligente no solo es capaz de aprender y educar sino de reflexionar, de pensar sobre sus finalidades, sobre el modelo de persona que quiere educar y de la mejor forma de conseguirlo. La escuela como organización ética se sitúa en el marco de las finalidades, de las creencias, de los horizontes de decisión; como organización inteligente es capaz de dar sentido a sus acciones encaminándolas hacia la construcción de un horizonte para su actuación; como organización que educa posee el marco idóneo para la transmisión y el aprendizaje de los valores y, como organización que aprende es capaz de planificar, mejorar e innovar. Para Materi (1998, página # 9):

"Todo quiere cambiar, la enseñanza requiere otras actividades, pero la culpa del cambio no es de éste o de otro dirigente, tal vez su capacidad no lo habilita para implementar el cambio, pues la culpa es de la sociedad, de la época posmoderna, de la pedagogía, de las teorías, del currículo, de los psicólogos, de los sociólogos, de la filosofía, de los científicos, de todos los que meditan sobre qué es el hombre y como consecuencia, cómo orientar la educación en la escuela, en la familia, en otros grupos de convivencia".

Siguiendo las ideas expresadas por la autora anteriormente citada, es posible inferir que una escuela nueva, convertida en una organización inteligente, requiere de una serie de transformaciones en el aula como espacio para la integración docente-alumno y por ende, para otorgarle calidad los procesos de enseñanza y de aprendizaje. Dichas transformaciones deben incluir:

  • Mayor protagonismo del alumno.

  • Reestructuración del tiempo de los horarios.

  • Agrupamientos flexibles de alumnos.

  • Mayor variedad de estrategias de enseñanzas.

  • Reestructuración del espacio del aula y apropiación de otros espacios para la enseñanza.

  • Agrupamientos flexibles de docentes.

  • Mayor diversidad en los recursos de enseñanza.

Del mismo modo, se puede afirmar que las instituciones escolares requieren
transformaciones que deben incluir:

  • Mayor protagonismo del alumno.

  • Conformación de grupos de trabajo.

  • Mayor apertura hacia la comunidad.

  • Mejoramiento de los vínculos personales y de la circulación de la información.

  • Acciones de escuelas cabeceras con escuelas de impacto.

  • Desarrollo del PEIC (Proyecto Educativo Institucional Comunitario).

  • Capacitación en servicio.

De lo anteriormente expuesto se infiere que una escuela inteligente es aquella, capaz de organizar su tarea de enseñanza para que sus alumnos desarrollen capacidades de resolver problemas y adquieran destreza en el uso del conocimiento teórico, atendiendo no sólo la necesidad de formación del pensamiento sino la formación de competencias, articulando el saber con el hacer. La escuela inteligente enfoca los problemas desde la necesidad de su resolución, mezclando disciplinas, descubriendo campos nuevos que van surgiendo, porque la mirada está puesta en el problema y el problema nunca es disciplinar, el problema tiene efectos de distintas disciplinas.

La escuela inteligente en el marco de la sociedad del conocimiento integra un Sistema Escolar con un Sistema Educativo cuyo objetivo son las operaciones de pensamiento, pero no en el marco del pensamiento lógico tradicional, sino dentro de un modelo donde las operaciones de pensamiento puedan expresarse en forma de competencias de acción que sean competencias complejas en las que se mezcla conocimiento abstracto con experiencia. En este contexto se agrupan los conceptos: La escuela inteligente, la auditoria del conocimiento, los repositorios de conocimiento y la gestión del capital intelectual, entre otros.

En relación a este tema, Núñez (2007, página # 42), señala lo siguiente:

"La revolución de la tecnología de la información y comunicación, algunos la tratan como revolución de la información, otros como revolución tecnológica, unos más como revolución de las nuevas tecnologías o como revolución informática, etc., para significar lo mismo: acontecimientos que han transcurrido a partir de la aparición e impactos que se traducen y plasman en la sociedad a comienzos de determinadas épocas después de la segunda guerra mundial, producto de la innovación tecnológica en materia de microelectrónica, computación, telecomunicaciones y su cada vez mayor integración. Aglutinándose también, en lo que se conoce como telemática. Permitiendo la explotación y difusión de la información. Y una alta masificación social tanto de los desarrollos tecnológicos como de la producción de la información, de manera exponencial".

A partir de estas lecciones, uno de los retos mas importantes a trascender resulta ser la propia capacidad de los responsables del proyecto, en otras palabras, se requiere especialistas en administración moderna de la educación. Como puede verse, no basta con las acciones anteriores puesto que la evolución de la tecnología requiere planeación y administración, los modelos escolares deben orientarse e instrumentarse para dar respuesta a los retos de la educación de nuestros días y la visión compartida debe corresponder al nuevo paradigma civilizatorio. Del mismo modo, no es suficiente con asignar líderes al proyecto ni tener los recursos, es necesario ejercer liderazgo y lograr una sinergia de todos los elementos.

En resumen, no sólo es importante tener definido un proyecto, éste requiere trabajo en equipo, coordinación y redefinición constante; además de un adecuado seguimiento. Así, los retos de los administradores educativos de la sociedad de la información, son los retos de administración y la educación de dicha era. Por ello, siguiendo las ideas expresadas por Núñez (2007), resulta posible alegar que tales especialistas deben desarrollar las habilidades necesarias para administrar principalmente:

1. Escenarios globales en alta incertidumbre (Administración del cambio).

2. Los Recursos informático-educativos (Administración de bienes y servicios informáticos, administración de la tecnología, así como de los métodos y técnicas didácticas).

3. Proyectos (Administración de proyectos críticos).

4. Grupos de colaboración (Administración de equipos de trabajo).

5. Conocimiento (Administración de capital intelectual, cultural
y contenidos).

De todas estas habilidades, es ésta última, la administración del conocimiento, la que impone mayores demandas por cuanto, de acuerdo con los sociólogos prospectivistas más reconocidos, el conocimiento es, junto con las tecnologías de información y el modelo de redes, el elemento central de estructuración civilizatoria. Es la base de la economía digital, la nueva moneda, la fuente del poder político, el centro del desarrollo en todos los sentidos y; desde un punto de vista científico, el tercer componente de explicación e interpretación de la realidad al lado de la materia y la energía.

La gestión del conocimiento en el ámbito educativo incluye una relación entre información y conocimiento, a manera de un campo multidisciplinario que involucre la perspectiva teórica impregnada con el enfoque de la práctica, lo cual garantizaría un desempeño óptimo de los sistemas de información a nivel educativo. En relación a este punto, Ecker (1992), citado por González (2003, página # 8), expresa que:

"Las metas de los centros escolares son difusas, cambiantes y están abiertas a muchas y diversas interpretaciones. Ello hace difícil especificarlas, establecer prioridades y utilizarlas como referencia previa para guiar técnicamente decisiones. Tampoco dispone un centro escolar de tecnologías o procedimientos precisos para diseñar, desarrollar, evaluar y controlar soluciones óptimas. Asimismo, la complejidad inherente a los procesos educativos impone limitaciones a nuestra comprensión y racionalización de los mismos, teniendo que recurrir frecuentemente a un método de tanteo o ensayo y error".

De lo anteriormente expuesto se entiende que, un sistema de administración de conocimiento en el ámbito educativo, no sólo nos posibilitaría administrar mejor los bancos de información y contenidos a través de mediatecas o videotecas, sino la capacidad de capitalizar el conocimiento producto de los procesos académicos de investigación, docencia y extensión; la posibilidad de aumentar el talento de la comunidad educativa y la facilidad del apoyo a la toma de decisiones a partir de la historia y la cultura de la propia institución, incluso en forma automática si nos apoyáramos en la Inteligencia Artificial.

La Gestión del Conocimiento aprovecha el potencial de los portales web como una solución tecnológica en la cual se hace converger la mayoría de las estrategias planteadas. Estos espacios de colaboración se encuentran definidos en tres planos: el institucional, el grupal y el personal. En el ámbito escolar es el equivalente a desarrollar el espacio para el alumno, el maestro, el funcionario o el técnico en forma individual; pero también los espacios de cooperación en interacción con sus pares y el espacio del plantel y/o la institución. Dentro de este contexto resulta obvio contar con un portal institucional, un portal de investigadores, academias virtuales específicas, y los sitios Web de cada uno de los miembros de la comunidad, así como los foros y sistemas de mensajería correspondientes, éstos últimos como los servicios básicos.

La Gestión de Conocimiento requiere de la automatización de las actividades operativas críticas de la institución, por lo que es necesario que se cuente con un nivel de informatización óptimo, antes de implantar un sistema de administración de conocimiento. De igual forma, cualquier esfuerzo en la dirección de la administración del conocimiento debiera comenzar por la creación del área responsable de esta función y la asignación de un grupo de especialistas para cubrir las distintas responsabilidades de ésta.

Para finalizar este punto, es importante resaltar que la administración de conocimiento no es una fórmula que resulte en una economía de recursos financieros. Esto quiere decir que su implantación no redundará en grandes ganancias o ahorro de este tipo de recursos. Tampoco es la estrategia que resuelve en forma directa un problema como atención a la demanda en el esquema de educación para masas. Por el contrario, requiere una gran cantidad de esfuerzo humano, técnico y financiero para brindar servicios personalizados y de calidad. Sobre todo para arribar al nivel de alta innovación que permite alcanzar a la institución y en la cual se instrumenta. Para entonces y sólo entonces, capitalizar su base de conocimiento y el talento de su comunidad.

Se puede considerar que la Administración de Conocimiento sí es una de las direcciones en las que debemos encaminarnos si deseamos convertirnos en un país que le otorga valor al conocimiento de sus ciudadanos y sus instituciones como patrimonio nacional, siendo la Educación la vía más objetiva y directa para lograrlo. En el apartado de la organización como sistema, en el marco de su rol en la escuela inteligente, se puede afirmar que una organización viene a representar un compendio general de estructuras dirigidas a la realización de normas similares en pro de la consecución de una serie de metas puestas sobre la mesa de trabajo. Del planteamiento anterior, Núñez (2007, página # 90), citando a Kast y Rosenzweig (1988) y Murdick (1988), afirma que:

"La organización puede ser vista como todo un sistema organizado en interrelación con su medio ambiente e interacción entre todos sus componentes internos, buscando lograr su objetivo u objetivos comunes, operando sobre ella información, energía o materia prima, dinero y personas; en una referencia temporal para producir como salida: servicios o información, productos terminados, materia prima, dinero y bienestar social."

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