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La novela de la Revolución Mexicana: Andrés Pérez, maderista desde una visión cinematográfica



  1. Introducción
  2. Contextualización teórica necesaria
  3. Andréz Pérez, maderista una visión desde el cine
  4. Conclusiones
  5. Bibliografía

Introducción

Para poder hablar de la literatura de la Revolución Mexicana, especialmente de sus novelas, primero hay que definir su concepto. El maestro Antonio Castro Leal[1]dice que "se entiende por novela de la Revolución Mexicana el conjunto de obras narrativas, de una extensión mayor que el simple cuento largo, inspiradas en las acciones militares y populares, así como en los cambios políticos y sociales que trajeron consigo los diversos movimientos (pacíficos y violentos) de la Revolución". Así también hay que ubicarse en el tiempo: la Revolución inicia el 20 de noviembre de 1910, y termina el 21 de mayo de 1920, se puede decir que con la caída y muerte de Venustiano Carranza.

Como motivación principal se tienen precisamente las características de la Revolución Mexicana, pero fundamentalmente las que responden a la novela Andrés Pérez, maderista del escritor Mariano Azuela, su primera obra de este período.

Se plantea como objetivo: Describir los diálogos y las acciones en Andréz Pérez, maderista desde una perspectiva cinematográfica.

Como problema de investigación: En la novela de la Revolución Mexicana está presente la técnica del cine. ¿Cómo se representa en los diálogos y las acciones de Andrés Pérez, maderista de Mariano Azuela esta técnica del cine?

Como Hipótesis: La rapidez de las acciones y la presencia de diálogos de tipo directos permite que Andréz Pérez, maderista, considerado dentro de la novela de la Revolución Mexicana responda a una de las características de este tipo de novelas, la presencia de técnicas cinematográficas.

Para llevar a cabo la investigación se utilizaron como métodos factibles el análisis síntesis para determinar en la bibliografía consultada aquellos elementos que permitan el desarrollo de la misma, el histórico lógico para conocer el contexto en que se inserta el autor y el inductivo deductivo que permite aplicar la lógica para arribar a conclusiones.

Epígrafe 1:

Contextualización teórica necesaria

La Revolución Mexicana fue un conflicto armado, iniciado el 20 de noviembre de 1910 con un levantamiento encabezado por Francisco I. Madero contra el presidente autócrata Porfirio Díaz. Se caracterizó por varios movimientos socialistas, liberales, anarquistas, populistas y agrarios. Aunque en principio era una lucha contra el orden establecido, con el tiempo se transformó en una guerra civil; suele ser considerada como el acontecimiento político y social más importante del siglo XX en México.

1.1 La Literatura de la Revolución Mexicana

La literatura de la Revolución Mexicana refleja en sus letras el momento bélico que se vivió, debido a que las novelas de esa época dan al lector una idea de lo que fue la Revolución; claro está, que la novela de la Revolución Mexicana de la primera época es siempre una novela vivida y verídica.

El desarrollo de la novela es siempre lineal, respetando un orden cronológico, en el que los sucesos se acomodan uno detrás del otro, como una especie de combinación entre novela y narración de historia. Generalmente está escrita en el español que habla el pueblo de México. Este desarrollo dependió en gran medida del realismo que le dieron sus autores.

Se infiere que la novela revolucionaria constituyó uno de los movimientos más vastos y radicales en las historia no sólo de la literatura mexicana, sino también de toda la latinoamericana. Su importancia se basa en la estrecha participación social y el íntimo contacto con el pueblo. Fue la literatura de las capas sociales revolucionarias; sus autores se concentraron en reproducir la realidad de México en formas acordes con la Revolución.

1.2 Mariano Azuela González, un acercamiento biográfico

Mariano Azuela González (Lagos de Moreno, Jalisco el 1 de enero de 1873. Ciudad de México, 1 de marzo de 1952) fue Médico de profesión y se destacó como crítico literario y escritor mexicano.

Obtuvo notoriedad por sus narraciones ambientadas en la época de la Revolución mexicana de 1910. Se inició en la escritura en los tiempos de la dictadura de Porfirio Díaz. A lo largo de su carrera literaria incursionó en el teatro, el cuento y el ensayo crítico además de la novela, género donde obtuvo mayor reconocimiento.

Su primera novela fue María Luisa (1907). Después publicaría
Los Fracasados (1908). En 1911 luego de incorporarse a las fuerzas
revolucionarias de Julián Medina como médico militar escribe Andréz
Pérez, maderista
. Cuando las fuerzas carrancistas vencieron a Villa
y Zapata, Mariano Azuela se exilió a El Paso, Texas, fue entonces cuando
escribió Los de abajo, novela revolucionaria que le dio popularidad,
publicada en fascículos en 1915 en el periódico El Paso del
Norte
y en forma de libro en 1916. Entre otras de sus obras: Mala yerba
(1909), Los caciques (1917), Las moscas (1918), La
malhora
(1923)…

Se destacó por ser uno de los miembros fundadores del Seminario de Cultura Mexicana. En 1942, la Sociedad Arte y Letras de México le otorgó el Premio de Literatura. El 8 de abril de 1943, ingresó como miembro fundador a El Colegio Nacional. En 1949 recibió el Premio Nacional de Lingüística y Literatura. Falleció en la Ciudad de México el 1 de marzo de 1952 y fue sepultado en la Rotonda de las Personas Ilustres.

1.3 Técnicas del cine en la literatura

De acuerdo con una definición ya clásica, toda novela es un espejo que se pasea por un camino reflejándolo todo. El espejo literario coincide con el espejo en que se ha constituido también en el cinematógrafo. Ninguno de los dos podría ignorarse, por más que lo quisieran, así que inevitablemente han terminado por reflejarse mutuamente, prestándose, robándose y multiplicándose entre sí las imágenes y las ideas reproducidas por uno y otro.

El cine recurrió a la literatura como fuente de inspiración y cantera temática. Esta influencia directa tiene que ver con aspectos como la elección de temas, de la intriga y de las técnicas literarias, así como la transformación de géneros y de formas narrativas.

La literatura siempre ha estado más abocada y ha tenido mayores recursos para recrear mundos interiores y hacer grandes reflexiones, y el cine se ha centrado más en la acción y en las anécdotas.

Ambos exhiben préstamos en doble vía de descripciones, ordenación de elementos narrativos o articulación de puntos de vista, sino también con la aceptación de similitudes como la que se presenta entre la sucesión de las imágenes en el cine y la de palabras en la literatura, propiedades que llevan a pensar en rasgos comunes como la secuencialidad y la temporalidad, o dicho de otra forma, es posible ver que el encadenamiento de los planos obedece al orden del discurso.

Algunas veces los elementos y estructuras del cine (elipsis, presentación de personajes, puntos de vista…) se aplican sin que se pueda precisar el modelo que ha sido usado; pero otras tantas, se reconoce el empleo deliberado de una construcción cinematográfica particular.

También el estilo corto y seco, casi sin adjetivación, los diálogos rápidos, cortantes o coloquiales, la visualidad de las descripciones y las estructuras narrativas articuladas en secuencias, se han hecho presentes en el ejercicio literario de muchos escritores contemporáneos, en especial los que han surgido desde la segunda mitad de este siglo.

El cine ha influido en la literatura también -y sobre todo- a través de la sociedad, de los usos y las costumbres, de su manera de sentir, recordar y soñar.

La literatura narrativa se ha enriquecido por el nuevo concepto unidimensional del tiempo que tiene el cine y ha significado un original punto de vista sobre los patrones tiempo – espacio en la narración.

DESARROLLO

Epígrafe 2:

Andréz Pérez, maderista una visión desde el cine

2.1 Análisis narratológico de la novela

ArgumentoLa novela cuenta cómo un periodista de la ciudad de México, Andrés Pérez, astuto, pero cobarde, y oportunista, visita al amigo Antonio Reyes en su hacienda para descansar y para evitar al mismo tiempo tener que tomar una posición en algunos acontecimientos políticos. Estando allí le sorprenden las noticias del comienzo de la Revolución. Denunciado por su jefe, queda Pérez bajo vigilancia policíaca. Antonio Reyes y otros terratenientes, así como campesinos le ofrecen ayuda; pero como Andrés Pérez no cree en el triunfo de la Revolución, decide huir a Estados Unidos, pero es detenido en la estación. Mientras, tanto, la Revolución había triunfado, y ello produce una serie de levantamientos locales. Antonio Reyes se levanta con los campesinos, pero cae en el primer encuentro. Su lugar lo toma su administrador Vicente, quien se apodera de la cabeza del distrito y libera a Pérez. El más corrompido de todos, el coronel Hernández, exige a los campesinos sublevados que fusilen a Vicente, y logra imponerse, Pérez intenta salir del lugar en cuanto le es posible. Pero en camino a la estación, ve las cosas de otra manera y decide visitar a la viuda de su amigo, con quien ya había empezado a flirtear en la hacienda.

El narrador es Andrés Pérez, quien deviene en narrador personaje en primera persona equiciente. Mediante el cual Azuela marca el habla popular, de los personajes, que está llena de vocablos indígenas, giros arcaizantes y modos peculiares de dicción.

-Dispense el patrón, pero está uno tan espantao con eso de la Revolución, que todos andamos con el Jesús en la boca.[2]

Pero en cuanto entramos recobró su regocijo. Ansioso de charlar conmigo no me dejó siquiera sacudir el polvo de mi ropa .Me llevó al mirador con vista al ocaso y enseguida comenzamos a resucitar nuestros cinco años de preparatoria.[3]

Personajes

El personaje protagonista ineludible del momento: la masa. Este personaje colectivo es recogido por el escritor en trazos vivos, directos, impresionistas..

Una oleada de cabezas se estremeció de extremo a extremo de la gran avenida: el clamor sordo de la gente sorprendida primero, espantada después.[4]

Mi corazón late con violencia. Me acerco a la puerta de la calle y veo un inmenso mar humano desbordándose por las avenidas. La plebe, exaltada, se aprieta en las banquetas y forma racimos humanos en las rejas de las ventanas. Y por en medio viene la caballería de los maderistas, el azulear de sus blusas de mezclilla, el vaivén de sus toscos sombreros de soyate y el flamear de las cintas tricolores, a guisa de toquillas. El vocerío es ensordecedor. [5]

Sus principales representantes son: Vicente, despojado de sus tierras por el coronel Hernández, Antonio Reyes, que pone en marcha el movimiento revolucionario y el terrateniente Octavio, un culto y anciano señor que justifica la Revolución como lucha por la justicia.

2.2 Descripción de los diálogos y las acciones

En la novela los diálogos que trasmiten las inquietudes, esperanzas y frustraciones del momento tienen una marca particular y está dado por la presencia mayoritaria de los diálogos de tipo directos.

-Desde principios de septiembre, lo esperábamos- me dijo con gravedad enfática.

-Sólo Toño que me conoce, señora, puede imaginarse el esfuerzo que habré realizado para resolverme a salir de México. Por lo demás, estoy profundamente agradecido; hace dos años me están invitando.

-Toño lo quiere mucho; siempre está haciendo recuerdos de usted.

-¿Verdad que nos quisimos como hermanos, Andrés?

-Nuestra amistad fue proverbial en el colegio.

-Pues que eso le valga para que no le canse pronto esta vida del campo…[6]

Los momentos narrativos sólo dan pie a los diálogos y con ellos a las acciones. Estas están punteadas por la rapidez en la que se desarrolla la historia, un ejemplo claro es la brevedad de la novela con un total de 37 páginas.

En la novela semejante al cine, está abocada a recrear acciones más que mundos interiores, por lo que carece de grandes descripciones. Su desarrollo es siempre lineal, respetando el orden cronológico de los acontecimientos, en el que los sucesos se acomodan uno detrás del otro: Primero los acontecimientos en la ciudad que hacen huir a Andrés(1)para la hacienda de su amigo Antonio Reyes(2), luego se desata la revolución maderista(3); Andrés es descubierto por Antonio(4) y tras el intento de rebelión es hecho prisionero(5) hasta que el pueblo alentado por el sentir de la muerte de Toño(6) lo libera(7), como se muestra en los siguientes fragmentos enumerados :

1) "Gran escándalo provocado por la Policía. Niños perseguidos y atacados como facinerosos"[7]

2) Una carta de Toño Reyes, condiscípulo del colegio. Estoy de enhorabuena. Nunca recibí invitación más oportuna.[8]

3)-Andrés, Andrés, despierta. Acaba de llegar el correo. Ocurren graves acontecimientos. Te traigo la buena nueva, agorero de pacotilla; tus previsiones políticas se realizan. Regocíjate de tu perspicacia, sociólogo cimarrón…[9]

4)…-¿Conque esas tenemos, Andrés amigo? ¿Con que eres todo un terrible Pérez? ""Agente revolucionario de don Francisco I. Madero", así te han denunciado. Vienes a esta casa nada menos que a levantarme la gente.[10]

5)-Eeeese Andrés Pérez… a la reja…[11]

6) ¡Toño Reyes supo morir! Quedará atravesado por una bala en la inmensidad de la llanura yerta, bajo el cielo impasible…[12]

7) Un rubor intenso me quema; pero no es ya sólo Vicente, sino los peones de Esperanza, mis compañeros de prisión y todo el pueblo quienes me levantan como una pluma y me suben en el caballo, en medio del atronar de los vivas a Madero y al coronel don Andrés Pérez[13]

La velocidad narrativa apoyada por la abundancia de diálogos, la ausencia de grandes grupos de adjetivaciones permite que al lector le resulte fácil la lectura de la novela, más cuando le parece estar viendo una película por técnicas como la elipsis a través de reticencias, la presentación de personajes y puntos de vista.

– Pues mira… lee eso…

– Todo es mentira…una calumnia estúpida…[14]

La novela refleja cómo Mariano Azuela, se apoya en estas circunstancias, ya por economía semántica o por una suerte de manejo de complicidades y de códigos con el lector que permiten que la novela reciba por parte de este, la gratificación de ser entendida, aunque sin resultar una lectura facilista.

Conclusiones

Las novelas de la Revolución Mexicana además de ser el reflejo de un contexto histórico particular, también se nutrieron en materia de técnicas narrativas de características del cine, un medio hermanado con la literatura, fundamentalmente por el fin estético de deleitar.

A la novela Andrés Pérez, maderista, (concebida en la fecha en la que se desarrolla la Revolución Mexicana y recrea además uno de los acontecimientos de la misma (el gobierno de Francisco Madero)), algunos críticos no la incluyen como novela de la revolución.

El análisis de esta permitió descartar este criterio. Mostrando cómo mediante la descripción del diálogo y las acciones, cuya abundancia, velocidad y la estructura lineal reflejan características similares al cine. Por lo que se comprobó la idea a defender: La rapidez de las acciones y la presencia de diálogos de tipo directos permite que Andrés Pérez, maderista, considerado dentro de la novela de la Revolución Mexicana responda a una de las características de este tipo de novelas, la presencia de técnicas cinematográficas dando respuesta así al problema de la investigación.

Bibliografía

– Azuela, Mariano: Andrés Pérez, maderista apud Obras Completas t II. Fondo de cultura económica, México, 1958.

Biografía, Azuela en members.fortunecity.es/axoquen1/biografias/azuelam.html consultado 25 de enero 2011.

– Castro Leal, Antonio: Prólogo a La novela de la Revolución Mexicana, México, Aguilar, 1970, t I.

– Coronel, Rogelio (com y pro): Recopilación de texto sobre la novela de la Revolución Mexicana. Serie Varloración Múltiple. Casa de las Américas, La Habana, Cuba.

– Desseau, Adalbert: La novela de la Revolución Mexicana. Colección popular 117. Fondo de Cultura Económica. México, s.f.

– Nogueras, Luis Rogelio. "Imágenes en movimiento, signos lingüísticos: aproximaciones y diferencias." Cine, literatura y sociedad. Ed. Letras Cubanas, La Habana. 1982.

 

 

Autor:

Lic. Tamara Bellot Hernández

 

[1] Rogelio Coronel (com y pro): Recopilaci?n de texto sobre la novela de la Revoluci?n Mexicana. Serie Varloraci?n M?ltiple. Casa de las Am?ricas, La Habana, Cuba

[2] Mariano Azuela: Andr?s P?rez, maderista apud Obras Completas t II. Fondo de cultura econ?mica, M?xico, 1958, p 778

[3] Idem: p 768.

[4] Idem: p795

[5] Idem: p796

[6] Idem: Pp768-769

[7] Idem: p766

[8] Idem: p766

[9] Idem: p 771

[10] Idem: p 775

[11] Idem: p 789

[12] Idem: p 794

[13] Idem: p 796

[14] Idem: p 775

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