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Un antiguo malestar en la cultura. Enfermedades generadas por la mala enseñanza institucional




Enviado por Dr Jose Cukier



Partes: 1, 2

  1. Presentación del tema
  2. Cultura
  3. Liderazgos
  4. Ideales colectivos. Contenidos históricos del ideal
  5. Ideales individuales (el terreno disposicional)
  6. Modo de inserción de cada erotismo
  7. Relaciones disarmónicas del educador y el educando. Fracturas y sus efectos enfermantes
  8. Conclusiones
  9. Bibliografía

Presentación del tema

En éste ensayo me voy a referir a la relación entre la cultura y la mala enseñanza. Voy a articular los ideales colectivos e individuales, y los resultados de sus encuentros y desencuentros en el marco de la época, los recursos sociales, las instituciones, los liderazgos y las condiciones singulares del educador y el educando. Muy a menudo, cuando hay desajustes entre ideales del educador y el educando, el primero tiende a suplir el déficit usando su poder, suprimiendo el problema, o usando algún tipo de violencia, la cual es ejercida cuando no pueden coordinarse ideales colectivos, individuales y los del educador, como punto de encuentro. Ciertamente que en los ideales de los educandos in?uye la cultura y desde ésta, la ideología dominante. Pero ésta afirmación es válida si se tiene en cuenta que la eficacia depende no sólo de lo social, sino del procesamiento intrapsíquico. La ídeologización es e?caz, si se articula con las metas y los objetos pulsionales preexistentes en el sujeto .La perpetuación de un ideal se realiza mediante la educación, que sustituye a la violencia, educación que transmite la herencia cultural de una a otra generación, en la medida que en el aparato psíquico se den las condiciones para que sea posible.

Cultura

Freud, en "El malestar en la cultura", 1930, O C., S.R., 1955, T, XIX, pag. 36, dice: "… el término 'cultura' designa la suma de las producciones e instituciones que distancian nuestra vida de la de nuestros antecesores animales y que sirven a dos fines: proteger al hombre contra la naturaleza y regular las relaciones de los hombres entre sí…".Es preciso entender la cultura como un concepto fragmentario, no homogéneo, y las instituciones que produce como politópicas. Dentro de éstas coexisten distintos espacios, con distintos subgrupos y distintos proyectos que entran en pugna. La incidencia de los estímulos por parte de aquellos que ejercen la función didáctica en cualquier espacio, depende de una serie de transacciones. Estas se dan entre los distintos elementos formantes de la institución y que forman al educando. Así como el Yo, tiene una triple servidumbre (al Superyó, a la pulsión y a la realidad); toda institución, más allá de la formación que imparte, e independientemente de quienes sean los educandos, parece tener que obedecer a tres grandes amos. El primero es la realidad. Esta corresponde a la exterioridad de la institución y es heterogénea. Con esta realidad heterogénea, las distintas partes de la institución tienen vínculos, conflictos y resoluciones diferentes. El segundo amo es la tradición; ésta tiene una trayectoria a la cual debe obedecer la institución, y tiene en los educadores a su representante. El tercer amo corresponde a los intereses sectoriales ubicados en la misma institución; cada uno de los cuales puede tener proyectos divergentes entre sí, o pueden ser convergentes o complementarios. Cuando la institución genera un acto que es la producción de un bien, el saber, a la vez que genera ese bien produce una idea de lo que son las soluciones ideales. Estas son el resultado de la necesidad de hacer transacciones entre los tres amos. Se crea así una gramática política, una secuencia de actos en el interior de la institución que están ligados al poder. Para comprender, en el marco institucional, qué se quiere decir en ese contexto cuando se dice algo y que se debe entender, es preciso interiorizarse previamente de la política interna. Cada institución tiene su gramática interna, su código peculiar. Este código es internalizado por los educandos y éstos se van identificando con la lógica de la institución. Se produce, por introyección, una combinatoria de distintos fragmentos institucionales que determina que esos educandos sean diferentes de los educandos de otra institución. Decía antes que la institución responde a tres amos; y cada uno de ellos es heterogéneo. Los intereses sectoriales son como los representantes de la pulsión, y expresados por proyectos y motivaciones diversas. La tradición también es heterogénea. Cada miembro de la institución pone el acento sobre un aspecto diferente, y cada aspecto es una opción para pensar la tradición. Cada educador hace una selección singular de cada servidumbre; selección que no es solamente volitiva, sino que a su vez le es seleccionada. o depende de la tradición que hereda de sus padres. Dice Freud en "Nuevas lecciones introductorias al psicoanálisis", 1932, OC., B.N., 1972, "1". VIII, pág. 3138: "De este modo, el superyó del niño no es construido en realidad conforme al modelo de los padres mismos, sino al del superyó parental; recibe el mismo contenido, pasando a ser el substrato de la tradición…" La supuesta unidad de la tradición institucional, si bien tiene elementos unificadores, también los tiene fragmentarios, divergentes y aún contrapuestos.La exterioridad de la institución misma está fundada también de manera heterogénea, y cada miembro de aquella funda una realidad exterior distinta, que es diferente en la percepción, en la descripción y explicación para cada uno. En el marco de estos amos, la eficacia de los estímulos en el educando también es heterogénea. "[…] Del ideal del yo, parte un importante camino para la comprensión de la psicología colectiva. Este ideal tiene, además de su parte individual, su parte social: es también el ideal común de una familia, de una clase o de una nación…" (Freud, "Introducción al Narcisismo", 1914, O. C. B.N., 1948, T. I, pág. 1109). Con esa cita de Freud, quiero subrayar el concepto de que la cultura no es una unidad, y así como pueden aparecer puntos en común, aparecen diferencias específicas. Cuando un educando encara a una institución que lo educa, o a un individuo que es el representante de una institución, el educador individual se convierte en el lugar donde quedan albergados los conflictos institucionales. El educando se enfrenta al educador, que remite a su vez a las instituciones que lo han formado y de las cuales el educador es representante.

El educando también remite a las instituciones de las cuales proviene, y ambas remisiones pueden coincidir o puede que diverjan. El efecto enfermante en estos casos puede adquirir muchos valores porque puede haber efícacias individuales o grupales, o subgrupales dentro del grupo. La eficacia, a su vez, puede depender del educador o de la institución. Una determinada política institucional puede ser buena para un grupo de educandos y no para otros, y generar situaciones de injusticia de los primeros hacia los segundos; instalándose desde la autoridad ,la injusticia.

Liderazgos

No hay líderes, a. menos que haya gente que lo admita; y hay una necesidad interna de aceptar un liderazgo. Se pueden describir tres tipos de liderazgo:

1) Liderazgo carismático. 2) Liderazgo tradicional. 3) Liderazgo racional. Cada liderazgo implica apoyarse en cada uno de los tres amos. El carismático se apoya en el Ello y suele cuestionar la tradición y la realidad. El tradicional se apoya en el superyó. El racional se apoya en la realidad y se esfuerza para que los miembros de la institución liderada se automodifiquen a partir de los dictados de la realidad externa. Con cada liderazgo cambia la lógica interna de la institución liderada y se crean vínculos diferentes en cada una de ellas. Con el líder carismático, la vinculación es con el Ello; privilegia la relación con el afecto y una adhesión directa al líder, vía enamoramiento e hipnosis. La relación fraterna queda subsumida por el vínculo con el líder. El líder tradicional jerarquiza las normas, la ética, la tradición, los mayores, el pasado, el orden, los contenidos superyoicos. Cada liderazgo puede jerarquizar otros valores. Por ejemplo: el carismático puede apoyar los afectos y la alegría de vivir. El tradicional apoya la relación interindividual basada en el escalafón y las jerarquías. El racional subraya el intelecto (la inteligencia, los estudios). Naturalmente, hay formas mixtas. Cada forma responde a su vez a proyectos de organizaciones, de comunidades, de filosofías, que inciden en cada institución y en cada uno de sus miembros. Según el líder admitido, será distinta la influencia en la relación de los miembros con el líder, y de cada miembro entre si. Cada influencia tiene distinta jerarquía, y en consecuencia distinta importancia en cuanto al efecto. Una cita de Freud para sustentar el carácter múltiple de las influencias en el psiquismo del educando. Dice en "Duelo y melancolía", 1917, OC., B.N., 1972, T. VI, pág. 2099: "…Pero en realidad esta presentación se halla representada por innumerables imprevisiones (huellas inconscientes de la misma) y la realización de la sustracción de la libido no puede ser un proceso momentáneo sino, como en el duelo, un proceso lento y paulatino…"El Yo está compuesto por múltiples fragmentos de identificaciones, y muchos, contrapuestos entre sí. Todos estos fragmentos, a su vez, tienen orientación o contenidos distintos, según el liderazgo alrededor del cual están inscriptos. Así, en el ideal del yo, puede aparecer el vector de la tradición (Superyó), o carismático (Ello) o racional (realidad), y se constituye un ideal con precipitados múltiples, resultado de transacciones entre múltiples vínculos; y que actúan sobre un terreno disposicional dado por: las características genéticas y hereditarias del sujeto y la interacción de las relaciones padres e hijos. Sobre la vicisitud del vínculo actúan los factores ambientales, sociales, familiares. Toda cultura, toda organización institucional, deja intersticios no institucionalizables, no sólo por falencia de aquélla, sino porque no toda aspiración individual puede ser rescatada institucionalmente. Hay procesos psíquicos individuales que no siempre pueden ser contenidos en el interior de la institución y pueden producir estallidos o marginalidades. Necesariamente, hay un resto de insatisfacción pulsional que ninguna vivencia logra contener y queda como amenaza de un displacer. Esta amenaza puede ser tramitada de diferente manera por cada psiquismo. ¿Hasta dónde la influencia cultural puede contener las exigencias pulsionales? ¿O es que hay un resto no contenible, como algo intrínseco de la cultura?, dice Freud en "El malestar en la cultura" (op. cit., pág. 25): "…El sufrimiento nos amenaza por tres lados; desde el propio cuerpo […] del mundo exterior […] por fin de las relaciones con otros seres humanos…" Dentro de esta característica intrínseca de la Cultura, de no poder satisfacer totalmente, habrá instituciones que satisfacen más o menos que otras. El líder tiene la tendencia a tratar de que en la institución haya una consumación de la pulsión, pero no es posible, porque la vida institucional misma depende de una creciente renuncia a la satisfacción pulsional directa. Cuanto más complejo el vínculo institucional, mayor es la renuncia pulsional en juego. La influencia patógena de la institución puede deberse, por ejemplo, al liderazgo. Muchas interacciones enfermantes tienen que ver con la necesidad del líder de hacerse adorar y que es propio de los vínculos carismáticos. El vínculo carismático, a su vez, implica una regresión del Yo con pérdida del poder crítico. Freud, en "Psicología de las masas y análisis del Yo", 1921, OC., B.N., 1948, T I, pág. 1165, dice:…"Podemos decirnos que los numerosos lazos afectivos dados en la masa bastan ciertamente para explicarnos uno de sus caracteres: la falta de independencia e iniciativa del individuo, la identidad de su reacción con la de los demás, su descenso, en fin, a la categoría de unidad integrante de la multitud…" El liderazgo, ejercido por el grupo conductor, está constituido por un conjunto de siete funciones, que tiene que encontrar transacciones entre las tres exigencias a que está sometida la institución: la tradición, la realidad y los intereses sectoriales de la misma institución. Estas siete funciones son: 1) liderazgo político; 2) liderazgo ideológico; 3) de contacto; 4) de distribución (tiempodinero-espacio); 5) expresiva (componente afectivo); 6) ejecutora; 7) de paragolpe. Cuando hay armonía entre las funciones, el grupo conductor queda legitimado. Cuando el liderazgo no encuentra buenas transacciones pierde legitimidad, y el poder se concentra cada vez en menos manos. Una función pasa a tener predominio por sobre todas las demás. Cada una de las funciones puede subdelegarse en muchos fragmentos, cada uno de los cuales es un representante de la función original, estructurando la malla de los capilares institucionales.

Ideales colectivos. Contenidos históricos del ideal

En "El porvenir de una ilusión", 1927, OC., B.N., 1974, T. VIII, pag. 2966, Freud dice: "…Nos inclinaremos demasiado fácilmente a incluir entre los bienes espirituales de una civilización sus ideales; esto es, las valoraciones que determinan en ella cuáles son los rendimientos más elevados a los que deberá aspirarse. Al principio parece que estos ideales son los que han determinado y determinan los rendimientos de la civilización correspondiente, pero no tardaríamos en advertir que, en realidad, sucede todo lo contrario, los ideales quedan forjados como una secuela de los primeros rendimientos obtenidos por la acción conjunta de las dotes intrínsecas de una civilización y las circunstancias externas; y estos primeros rendimientos son retenidos ya por el ideal para ser continuados. Así, pues, la satisfacción que el ideal procuran los partícipes de una civilización es de naturaleza narcisista y reposa en el orgullo del rendimiento obtenido…" Cuando un erotismo individual tiene éxito social, se constituye en colectivo. No siempre los ideales individuales entran en consonancia con los colectivos; o dentro de los ideales colectivos hay algunos que resultan más acordes con los proyectos exitosos de una época y otros que no lo son. Se pueden entonces producir armonías y fracturas entre los ideales individuales, colectivos y los de la época. El ideal colectivo no es omniabarcativo sino dominante, porque ha tenido éxito. Un determinado erotismo que sustenta un contenido, es sostenido por un grupo y tiene éxito. Esto lo hace dominante dentro del proyecto institucional o nacional. Según las vicisitudes históricas, los ideales comunitarios van cambiando y se articulan en relación más contingente con los ideales individuales del erotismo y pueden crearse encuentros más o menos felices. La proyección de lo individual a lo social es de un nivel interrogativo. Cuando lo social responde a la pulsión, da en el individuo la posibilidad de vehiculizar la pulsión, de invocarla (de ahí la vocación), y la invocación social y la invocación individual encontrarse; y se convierte en trabajo. Si la invocación es sólo desde la pulsión y no tiene reclamo social, o no sabe encontrarse en lo social, surgen frustraciones, síntomas, neurosis, fallas laborales, disgusto por el trabajo, sobreadaptación, enfermedad psicosomática, entre otros

La pulsión puede buscar acomodaciones en lo social y crear un trabajo nuevo, y este trabajo inscribirse en un ideal que influye en el ideal del educando. Este tiene su disposición pulsional, sus identificaciones y su contexto social; dando por resultado formas ideales mixtas. Si la pulsión es adecuadamente sublimada en un trabajo, o si no lo es y crea síntoma, puede, a su vez, ser modelo de identificación. Los ideales sociales, fruto de ideales individuales que encontraron eco por medio de héroes y que forman parte de la historia, los ideales familiares; todos pueden articularse entre sí; o no. En el área individual como en el área colectiva, el ideal es el resultado de la transacción entre el éxito y el esfuerzo. Si hay esfuerzo sin éxito, puede frustrarse, volver a intentar hasta tener éxito y encontrar transacciones adaptativas a la realidad. Se puede insistir de forma masoquista, sosteniendo la frustración y aquí la transacción entre lo individual y lo colectivo depende de la estructura psicopatológica del sujeto. A su vez, la necesidad social estimula los ideales individuales. Erotismo, padres, sociedad, son la triple influencia en los ideales.

Ideales individuales (el terreno disposicional)

En este capítulo voy a desarrollar el contenido de los ideales, que devienen de la sublimación de los distintos erotismos. Brevemente estos contenidos son:

a)Ideal de ganancia (libido con fijación glischocárica o preoral intrasomática). La libido, en un primer momento, es indiferenciada (posición glischocárica de Bleger), inviste a los órganos y luego emigra hacia las zonas erógenas, de éstas toma al cuerpo como objeto. Al tomar al cuerpo como objeto, la exterioridad que le corresponde es la exterioridad rítmica. Anterior al registro sensorial, está el registro rítmico, donde importa no la cualidad del estímulo, sino la frecuencia, que prescinde del tipo de sensorialidad en juego. En el ideal de ganancia, que corresponde al paciente psicosomático, se habla de que "hacen números", como intento de recuperar la relación rítmica correspondiente a la posición glischcocárica. Se va articulando una relación entre ritmo ,número y ganancia ,ésta es un intento frustro de encontrar su propio ritmo. El ideal de ganancia se da en sujetos especulativos con sufrimiento corporal, muchos de ellos sobreadaptados, y cuando fracasa la sobreadaptación surge la enfermedad somática. Este ideal de ganancia es un ejemplo excelente para comprender mejor la incidencia de lo social en los ideales. Nuestra cultura actual demanda especuladores, y los que tengan afinidad con ellos (Informática ComputaciónMatemáticas financieras – Licenciados en Economía, en Administración de empresas – Banqueros), y esos requerimientos sociales pueden ser bien aprovechados por sujetos con disposición a la ganancia.

b) Ideal de verdad (libido fijada a la etapa oral de succión). El concepto de verdad tiene que ver con la revelación y no con la verdad científica. Se produce un develamiento y aparece una escencia. El ideal de verdad puede socialmente aparecer en la ciencia o en las místicas de la revelación. Se vincula con una particular organización del Yo. Dice Bion que el Yo, cuando se organiza, tiene huellas mnémicas de distintos órganos sensoriales que están dispersos sin haberse unificado, hay un caos sensorial que necesita de una coherencia, la cual se adquiere por una sustancia intersticial, que es la escencia, o clave unificante que se recibe como verdad revelada; ésta es adquirida por contemplación. Quién la posee es el gurú que se la entrega sólo a los elegidos.

Fijada a la etapa oral de succión, se transforma el hambre sufrido pasivamente en activo. Para ello, el sujeto pronuncia discursos crípticos. Con éstos, intenta que el otro quede encerrado en un laberinto de palabras, para que su deseo cognitivo no sea satisfecho, y se muera de inanición intelectual. El discurso puede, también, ser ambiguo, para que el interlocutor entienda a partir de su propia proyección. Con esto el sujeto evita ser conocido y que se le quite la verdad revelada. En el nivel educativo, es observable educadores que buscan la comunión de espíritu en almas gemelas, capaz de descifrar un lenguaje enigmático al que muy pocos educandos pueden acceder mediante una clave. Para este tipo de ideales, "Lo esencial es invisible a los ojos".

En la representación grupo del ideal de la verdad, el individuo se supone en un vínculo de consustanciación con aquél que accedió a las escencias y configura con él una masa de dos. Afuera de ellos, hay un grupo exterior, de "ignorantes", que permite sostener esta unificación.

c) Ideal del amor (libido fijada a la etapa oral secundaria). Una aclaración previa. El concepto de amor, es desde el sujeto, pero desde el observador es egoísmo. Para este ideal, amor es la consustanciación con el otro cuerpo. Freud en "Lo Perecedero". 1916, OC., S.R., 1955, T. XIX, pág. 253, dice:

"… la cualidad de perecedero comporta un valor de rareza en el tiempo. Las limitadas posibilidades de gozarlo, lo tornan tanto más precioso […] En el curso de nuestra existencia vemos agotarse para siempre la belleza del humano rostro y cuerpo, mas esta fugacidad agrega a sus encantos uno nuevo […I el valor de cuanto bello y perfecto existe, sólo reside en su importancia para nuestra percepción; no es menester que la sobreviva y, en consecuencia, es independiente de su perduración en el tiempo…" Alrededor del ideal del amor, se agrupan personas que tienen una fantasía paradisíaca, espacio al que anhelan pertenecer y en el que por ser amado, se recibe todo sin esfuerzo, y con ello la felicidad absoluta. Freud lo describe en "Una neurosis demoníaca", 1923, O. C., B.N., 1918, T. II, pág. 1020.El educador ubicado en la posición de ideal, genera en el educando un doble "sombra" cuyo aspecto más saliente se vincula con los estados afectivos. El doble, sigue al ideal, como sombra al cuerpo, y se siente desaparecer cuando el ideal no lo considera.. El doble pude a su vez generar otro doble ,el "sombra de mi sombra", todos en dependencia del ideal. Veamos ahora un problema más al respecto. La principal tarea del Yo es ligar la pulsión mediante la actividad motriz. Así como la pulsión toma al Yo como objeto, y el Yo es pasivo, el Yo sale de la pasividad tomando a otro como objeto. Hay veces que el Yo no puede ser activo ante un objeto. Entonces, para no quedar desbordado ante la pulsión, cede a otro la posición sujeto y ocupa la posición objeto. Así evita quedar desbordado mediante la identificación con el sujeto proyectado en el otro activo. El Yo, proyectándose en el otro, logra participar de la omnipotencia de éste, desde una posición masoquista.

En "Psicología de las masas…" (op. cit., pág. 1159) Freud se refiere a la posición sujeto, diciendo que deriva de una identificación primaria con un modelo o ideal. Cuando el Yo cede la posición sujeto activa, otro tiene la identificación primaria, y con ello la omnipotencia por acercarse al ideal. La identificación con ese sujeto es una seudo-identificación. Es ambigua, como-si, imitativa, protésica, frágil, sustituye a una identificación primaria, con sentimiento de inautenticidad. Estos conceptos son para sustentar los dobles "sombra de sombra". En el "sombra de sombra", el sombra dos, anhela que el sombra uno encuentre su objeto original. Se produce una reacción afectiva en cadena, en que cada uno depende del estado afectivo del otro. En la representación grupo del ideal del amor, el individuo ubicado en la posición de ideal tiene contacto con una fuente que otorga un don y conforma con ésta una masa de dos. En la exterioridad, un grupo mantiene un vínculo de dependencia afectivo y nutricio en una doble dirección. Las cosas se dan y reciben, por amor.

d) Ideal de la justicia (libido fijada a la etapa anal primaria). El erotismo anal primario (expulsivo) se enlaza mediante la motricidad con la imagen. Se trata de una motricidad aloplástica estriada, transformadora inmediata de la realidad. Motricidad que intenta transformar los traumas de pasivo a activo; la excitación pasiva de la mucosa rectal es respondida mediante una actividad motriz, y los términos de la actividad motriz se enlazan alrededor de una imagen, la cual privilegia los rasgos. El ideal tiene que ver con la justicia, pero entendida desde el sujeto; justicia por la propia mano que implica venganza. Privilegia las palabras acto, los insultos, el desempeño motriz, la velocidad de desplazamiento. Usan la fascinación como técnica para subyugar con la imagen. Puede suceder que un sujeto tenga imagen y otro en posición objeto hace una identificación superficial y se constituye en doble imagen. Esta doble imagen hace activamente lo que sufre pasivamente, y otro se constituye en imagen de imagen. Ambos están en riesgo de colapso permanente, porque pierden su lugar con la ausencia del sujeto con imagen. Los rasgos anales primarios se observan en el educador cuando se descompensa al sentir vulnerada su imagen. Recurre a un trato sádico ligado a la humillación y la vergüenza (rebajar al otro y deslucirle su imagen); diferente al sadismo ligado a la oralidad secundaria que hace al otro sentirse menos querido. En el caso del educador, mediante el recurso de bajar la calificación merecida por el educando. En la representación grupo del ideal de justicia, la representación grupo puede ejemplificarse con las patotas. El sujeto puede ubicarse, si es transgresor, en una identificación con el ideal vindicatorio, en una masa de dos, y maltrata a otro a partir de su manera singular de entender la justicia. El paranoico se ubica como quien padece la injusticia ajena; perseguido por un grupo unificado en torno a un líder injusto (por ejemplo, el "Caso Schreber", Freud, 1911).

e) Ideal del orden (libido fijada a la etapa anal secundaria). En la etapa anal retentiva, se establece la línea divisoria entre neurosis y psicosis. Freud, en "Conferencia sobre la angustia y la vida pulsional", 1916, O.C., B.N., 1972, T. VIII, pág. 3156, dice que: "en el principio de ellos rigen las tendencias destructivas de aniquilamiento y pérdida; y en el segundo, las de conservación y posesión, amigables para con el objeto…" La analidad secundaria se vincula con el complejo del prójimo. Freud, en "Proyecto de una psicología para neurólogos – 'Memoria y juicio", 1895, O.C., B.N., 1972, T. 1, pág. 239, se refiere al problema. El Yo cuando percibe, analiza y descompone hasta crear un complejo (hablamos de un Yo correspondiente a la etapa anal secundaria). El complejo del prójimo se lo discierne por su comparación con el Yo; y contiene elementos constantes, invariables, que constituyen el núcleo; y elementos transitorios, variables, que constituyen el predicado. Los predicados pueden ser de dos tipos: cualitativos que se refieren a estados, y funcionales que se refieren a movimientos. Por el predicado, prójimo y Yo son idénticos; por el núcleo, prójimo y Yo son diferentes. Los rasgos son irreductibles a los rasgos del otro, así, el rasgo es un núcleo del Yo. Cuando el otro no tiene un núcleo diferente, predomina la identificación primaria, y no se la reconoce como a un otro. Cuando los predicados son idénticos, es posible la identificación total con el otro. Durante el erotismo oral, bajo el predominio de los afectos, el otro y el Yo son una masa unificada por los predicados cualitativos. Antes de la etapa anal secundaria, el otro, psíquicamente no tiene status de permanencia y de irrevocabilidad, como lo tiene luego. Antes de la etapa anal secundaria, el educando sea más vulnerable a la influencia enfermante. Puede ser confundido, inoculado, transformado en imagen, sombra, carne, espíritu Hay relación estrecha entre ética y el control esfinteriano. En el erotismo anal primario se pretende mantener el esfínter cerrado, en el intento de sostener un objeto excitante en la mucosa de la ampolla rectal que, produciendo excitación pasiva, culmina en una explosión orgástica que expresa el triunfo de la expulsión sobre el intento anal retentivo. En el erotismo anal secundario, el esfínter se abre a partir de la ley del intercambio, intercambio de dones. Se dan heces a cambio de amor y palabras; hay una ley y comienza la ética. Se privilegian las palabras y se origina el complejo del prójimo. Veamos la vinculación de la etapa anal secundaria con el ideal del orden y el doble ético. Dice Lévi-Strauss (Antropología estructural, Bs. As., Eudeba, 1968) que en el tabú del incesto los hermanos renuncian al incesto con sus hermanas, y pueden usar a éstas para el intercambio con las hermanas de otros hombres que renunciaron al incesto. La ley social se constituye a cambio de la renuncia sexual inmediata y creándose bienes de intercambio. El primer bien de intercambio surge corno renuncia al erotismo anal desenfrenado, cuando se deja de tomar al excremento como algo del cuerpo para tomarlo como algo que tiene que perderse y a cambio de lo cual recibe palabras. Aparece entonces una ética ligada a la renuncia de un erotismo, con la aparición sucio-limpio, sádico-protector. El primero, vinculado con el componente excrementicio y el segundo con la musculatura. La voluptuosidad es sustituida por palabras, y con éstas la sensorialidad tiene menor vigencia. En la representación grupo del ideal del orden, los grupos son los que Freud estudió como masas artificiales, que tienen estamentos jerárquicos, con un escalafón que regula los ingresos, el poder, los ascensos y descensos. Por ejemplo el Hombre de las Ratas (Freud, 1909). El individuo tiene un lugar que le pertenece, en relación con el líder. El grupo hostil se encuentra en el propio grupo, y es el agente del caos o el vicio. Por tal motivo se hacen necesarias periódicas "purgas" en un esfuerzo por eliminar a los sectores del desorden y el vicio. Quien está investido de los términos institucionales tiene un doble juramento, uno en público con su inverso en privado. El juramento es para neutralizar el deseo opuesto, se hace en público y ante el Superyó. Como consecuencia del doble juramento inverso, la representación grupo es concebida como poseyendo en su interior el germen de la corrupción, corrupción que está en el juramento privado de cada cual; sólo que puesto en otro que amenaza la estabilidad del sistema.

f) Ideal de dignidad (erotismo fálico uretral). Aparentemente en este caso, el ideal tendrá que ser la temeridad, pero el fóbico en lugar de jerarquizar la ausencia de angustia, subraya el valor de persistir en un proyecto, de mantener los interrogantes soportando, con la palabra, el deseo y la angustia. Ambos, contradictorios, se sostienen sólo si se posee entereza para no retroceder ante la inundación de afecto; y esto es digno. ¿Cómo se llega de lo fálico a la dignidad? El erotismo fálico uretral tiene dos tipos de goce: el goce fálico (masturbación en el pene o el clítoris) y el goce uretral (excitación pasiva en la mucosa uretral y su transformación activa en la micción -sobre todo en el varón-). Ambos goces se articulan. En la excitación fálica, la masturbación, terminan en micción, o intentando orinar lo más lejos posible (como forma de expulsar la excitación), y con esto aparece el problema de la ambición (llegar lejos), que puede sufrir transformaciones tales como: ser primero, estar en la punta, mirar desde lo más alto, llegar a lo más profundo, mirar más lejos (en que los ojos adquieren un valor uretral). Siempre que hay un deseo ambicioso, está el deseo de conquistar un terreno que no es de uno y la angustia interfiere en el proyecto. La dignidad implica seguir adelante a pesar de la angustia. En la representación grupo del ideal de dignidad existe mayor separación entre los individuos que proyectaron el ideal del yo en el líder, los que se rehúsan, constituyendo el grupo hostil. Cada grupo tiene sus marcas identificatorias, pero el individuo encuentra en el otro grupo al objeto de su deseo. Este objeto posee en su interior la marca del enemigo (Freud, en el sueño de Irma, 1900).

g) Ideal de belleza (erotismo fálico-genital). El trauma más insoportable para la histeria tiene que ver con los estallidos de asco. Freud, en "Dora, Análisis fragmentario de una histeria", 1901, O.C., B.N., 1948, pág. 520, dice:

"…Pero Dora sintió en aquel momento una violenta repugnancia […] En lugar de la sensación genital que una muchacha sana no hubiera dejado de experimentar en tales circunstancias, emerge en ella una sensación de displacer, adscrita a las mucosas correspondientes a la entrada del tubo digestivo, o sea la repugnancia y la nausea [….] trátase, pues, de un desplazamiento de la parte inferior del cuerpo a la parte superior […] La sensación de repugnancia parece ser originariamente la reacción al olor, y luego también a la visión de las heces…" El asco condensa dos afectos: uno, de la gama de la depresión (disgusto, sinsabor, amargura); otro que tiene que ver con el displacer estético (mal gusto, buen gusto). En ambos casos el lenguaje es oral para el erotismo genital. Freud, en "Tres ensayos para una teoría sexual", 1905, OC., B.N., 1972, T. IV, "La metamorfosis de la pubertad", dice que las pulsiones parciales se juntan en torno del erotismo genital, y cualquier excitación en la pulsión parcial produce efecto en el erotismo genital, en especial alrededor de los 8 años. "…Esta primacía puede comenzar a indicarse en la segunda infancia (entre los ocho años y la pubertad), (pág. 1219) pese a que este erotismo no puede culminar aún en proceso de descarga…" En "Conclusiones, ideas, problemas", 1938, O.C. , S.R., 1955, T. XXI, pág. 135, 3 – VIII, Freud habla de que: "…la causa última de todas las inhibiciones del trabajo parece ser la inhibición de la masturbación infantil. Pero quizá tengan un origen más profundo: no se trataría de su inhibición por influencias exteriores, sino de su índole insatisfactoria de por sí. Siempre falta algo para la plena descarga y satisfacción […] y esta parte que falta, la reacción del orgasmo, se manifiesta en otros terrenos bajo la forma de equivalentes, como estados de ausencia, accesos de risa, llanto y quizás otras cosas. La sexualidad infantil ha fija do una vez mas, en este caso, un prototipo".

Se suscita un problema económico, por el cual una excitación no se consumó en orgasmo, y con ello una intoxicación, con una neurosis actual normal. Equivalentes de los ataques de risa pueden ser los eructos y los flatos. A veces el espasmo orgástico es sustituido por otros espasmos (llanto, risa, bronquitis espasmódicas, cólicos intestinales, epilepsias, apendicitis, anexitis). Entre los espasmos, está el del asco, que se manifiesta a esta edad por problemas alimentarios (asco a las comidas) y se liga a la sustitución de un espasmo por otro. En la histeria, el modelo de fragmentación del cuerpo puede verse cuando Freud habla del masoquismo erógeno genital en "El problema económico del masoquismo", 1924, O.C.., B.N., 1918, T. I, pág. 1037: "… una situación característica de la femineidad: ser castrado, soportar el coito o parir…" Se observa una oposición entre continente y contenido; el primero más pequeño se siente estallar por el segundo más grande (la vagina, estallada por el pene, sufre a veces un desplazamiento a la cabeza. Sobreviene la fantasía de la cabeza estallada • por contenidos intelectuales," no me entra lo que estudio"). Cuando, por razones evolutivas, el punto de unión en el erotismo genital no aparece, el asco se manifiesta como dispersión de las distintas pulsiones parciales. Asco que implica un desplazamiento de lo genital a lo oral, y impacto estético es el esfuerzo de neutralizar el asco y su estallido, mediante la unificación corporal en lo estético. Correlativamente al erotismo genital, entre los 8 y los 9 años, aparece un nuevo tipo de pensamiento. Desde Piaget, es el período de las operaciones concretas. Desde la evolución de los contenidos preconscientes, corresponde al pensamiento mítico Pensar permite entender a los números, y el número deriva de dos tipos de procesos intelectuales, la seriación y la clasificación. La seriación implica la ordenación en series progresivas o regresivas. La clasificación designa un agrupamiento específico de miembros. Hasta este momento, el juicio de la castración materna provenía de un juicio que viene de una percepción. Este juicio es más fácil de desmentir. Más difícil es cuando el juicio de la castración deriva de una deducción. Y a esta edad puede deducir, porque puede clasificar y pensar. Cuando el psiquismo puede deducir, la desmentida es más difícil y dañina, porque el Yo es más sofisticado (aparecen las operaciones concretas, el número, la seriación, la clasificación, el pensamiento mítico, el juicio de la castración materna, la desidealización del padre). La continuación de la desmentida, más allá de esta edad, dificulta la posibilidad de pensar correctamente. Freud, en una carta a Abraham, sostiene que la dificultad de pensar en muchos individuos deriva de que la investidura intelectual no puede recaer sobre ciertos objetos (Freud, S. y Abraham, K., 1965, Correspondencia, Barcelona, Gedisa, 1979). Por ejemplo, alguien dice: todas las mujeres están castradas, pero mi madre es fuera de lo común, Acá hay una imposibilidad de pensar, porque en este pensamiento la secuencia es: 1) La madre está castrada. 2) Sentimiento de inermidad ante la imagen que se desmorona. 3) El Yo cae. 4) Uso de la desmentida para sostenerse. 5) Imposibilidad de pensar correctamente. Cuando desde la educación, narcisismo y sobrexigencia mediante del educador ,se estimula la desmentida del educando, se estimula la patología mental. En la representación grupo del ideal de belleza, hay distinción entre los integrantes del propio grupo y los del grupo hostil, de manera neta. Los primeros tienen una coherencia estética centrados alrededor del líder, distribuyéndose espacialmente de forma concéntrica, y el grupo hostil procura irrumpir en este proceso y arruinarlo. Cada grupo implica una abstracción distinta del ideal, y en cada Yo pueden coexistir diferentes representaciones grupo, tanto en forma como en contenido. "Maldavsky. D,Lenguajes del erotismo". Actualidad psicológica. Año XIV, N° 158, 1989, p. 16

Modo de inserción de cada erotismo

No hay, en general, una estructura de personalidad ligada a un desarrollo profesional o laboral. Hay modalidades individuales de ejercicio que tiene que ver con el despliegue de una función, la que corresponde al lenguaje inherente de cada erotismo. ¿Qué es una función? Siguiendo a R. Jakobson, decimos que al hablar hay una serle de factores. El emisor, el receptor, el referente u objeto al cual se alude, el canal, el código y el mensaje en si mismo. Cada factor implica una función. Según cada erotismo en juego se jerarquiza alguna de estas funciones en detrimento de otra.

Libido glischcocárica. El factor es orgánico, la función es la captabilidad y se jerarquizan los ritmos. La captabilidad está ligada a un problema básicamente cuantitativo (volumen, intensidad, frecuencia). Por ejemplo si el emisor habla en tono muy bajo, desjerarquiza la capacidad del otro para escuchar; de la misma manera que si el estímulo lumínico es pobre o exagerado atenta contra la percepción. Hay rasgos insoportables, por estar encima del umbral, y otros incaptables que están por debajo. Esta función está ligada a sujetos psicosomáticos que captan ritmos antes que formas.

Erotismo oral de succión. El factor es el código, la función es metalingüística y jerarquiza el código ajeno. No habla de una realidad, sino que acentúa el decir del otro de una realidad. Intenta descifrar el código del otro y entender la lógica de su pensamiento.

Erotismo oral canibalístico. El factor es el emisor, la función es expresiva y se jerarquizan los sentimientos, el lenguaje de las emociones, tomando una parte del objeto de conocimiento y perdiendo la visión de conjunto. El contacto hipertenso con el fragmento produce liberación de afectos desbordantes que lleva al desdibuja miento del contexto. Produce sentimientos penosos por el esfuerzo dedicado a un minúsculo fragmento de manera devota. Puede acompañarse de estallidos de furia hacia aquéllos que traten de sustraerlo de esa relación pasional. Estas personas quedan en un vínculo de consustanciación dejándose devorar por el tema, sin otra perspectiva, sin distancia. Cualquier inserción laboral está revestida del vínculo de amor, reciben o dan trabajo Por amor con la consiguiente confusión o superposición que empaña la actividad.

Erotismo anal expulsivo-primario: El factor es el receptor, la función es conativa y jerarquiza la imagen. Tanto el educador como el educando intentan impactar para sostener una imagen. Para ello, ponen el acento en aspectos mínimos del conocimiento, sin importancia. Tanto la enseñanza como el aprendizaje son fragmentarios, porque saben trozos sacados del contexto y usados para producir impacto. La palabra tiene importancia en tanto permite un acto, el que no tiene por destino recibir o dar conocimiento, sino producir efecto, resultados rápidos, eficiencia, brillantez y… superficialidad. La actividad organizadora de la realidad -auditiva y visual- está al servicio de hacer recortes del discurso del otro y desgajarlo de su contexto con la finalidad de fascinar. Instrumentan el cuestionamiento, al servicio de atacar a la persona y no lo que ésta dice.

Erotismo anal retentivo. El factor es el objeto, la función es referencial y se jerarquiza lo ético. Tienen capacidad para organizar una totalidad, con orden y jerarquías, pero no pueden tomar decisiones. Se extienden en superficialidad, sin poder concretar. Freud, en "Un recuerdo infantil…" (op. cit., pág. 1587), dice: "… En un segundo tipo, el desarrollo intelectual es suficientemente enérgíco para resistir la represión sexual que sobre él actúa. Algún tiempo después del fracaso de la investigación sexual infantil, la inteligencia, robustecida ya, recuerda su anterior conexión y ofrece su ayuda para eludir la represión sexual, y la investigación sexual reprimida retorna desde lo inconsciente en forma de obsesión investigadora, desplazada y coartada… Pero el imperfecto carácter de la investigación retorna también en la imposibilidad de llegar a conclusión ninguna, y el sentimiento intelectual buscado, o sea el de alcanzar una solución, va alejándose cada vez más…"

Erotismo fálico uretral. El factor es el canal, la función es pática y se jerarquiza la dignidad. Se observa un tabú en relación a ciertos temas. Hay áreas escotomizadas en la enseñanza, concomitantes con la ambición y la fascinación por el estudio. Suelen pensar de sí mismos que son superficiales, pero no es así. No alcanzan a tener suficiente sustento técnico, por temor a profundizar y avanzar hacia la complejización del interrogante. Se estructura una particular forma de enseñanza y aprendizaje, en que se evitan ciertos temas relacionados con lo abstracto, que es lo exterior a las configuraciones inmediatas (agorafobia), o bien, evitar completar algo, o dar por cerrado un ciclo (claustrofobia).

Partes: 1, 2

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