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Leyendas históricas del pueblo de Nuestra Señora de La Candelaria de Tarmas




Enviado por León Morales



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    Leyendas históricas del pueblo de Nuestra Señora de La Candelaria de Tarmas – Monografias.com

    Leyendas históricas del pueblo de Nuestra Señora de La Candelaria de Tarmas

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    Iglesia de Nuestra Señora de La Candelaria de Tarmas, año 1.974

    El pueblo de Nuestra Señora de La Candelaria encierra grandes historias, leyendas y mitos que son parte de nuestra cultura popular; donde se encierra nuestra Memoria Histórica y Oralidad, que son las fuentes que han sido preservadas en las mentes de nuestros antepasados y en algunos escritos de cronistas populares tarmeños que han sido capaces de darnos a conocer estas historias y relatos que a continuación damos a conocer:

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    Casa matriz de la familia Kienzler Belsinger en Tarmas

    1º.- "La leyenda de la botijuela llena de oro en la casa antigua de la familia Kienzler Belsinger en el pueblo de Tarmas".

    Sobre estas historias contaba el señor Sebastián Kienzler Tortoza en la Plaza Bolívar del pueblo de Tarmas en el año 1.980, el siguiente relato:

    Cómo es sabido por todos mi familia Kienzler Kabis arribó con su familia a El Palmar de El Tuy o Colonia Tovar en el año 1.843. Ellos salieron a pie de Baden-Baden en Alemania hasta tomar el Rio Rin y luego llegaron al puerto de Le H`avre en Francia, donde abordaron la fragata francesa "Clemence" con otros

    Mi bisabuelo Georg Kienzler Minis y mi bisabuela Bárbara Kabis Holvis en ese histórico y apesumbrado viaje a velas trajeron a sus hijos:

    Georg Kienzler Minis

    Bisabuelo

    Nació en Wasenweiler el 13-10- 1.798 y fue Concejal en La Colonia Tovar en 1.843.

    Bárbara Kabis

    Bisabuela

    Nació en Wasenweiler el 19-4-1.806.

    Georg Kienzler Kabis

    Abuelo

    Nació en Wasenweiler en 1.827 y contrajo matrimonio en la Iglesia de Tarmas con mi abuela la francesa Marcelina Belsinger Milk el 23-9-1.850 y murió en Tarmas el 5-6-1.891. Marcelina Belsinger Milk de Kienzler falleció en Tarmas el 2-1-1.901.

    Stephan Kienzler Kabis

    Tío abuelo

    Nació en Wasenweiler en 1.829.

    Johann Kienzler Kabis

    Tío abuelo

    Nació en Wasenweiler en 1.832 y falleció con el mal de Hansen en la travesía en la fragata francesa "Clemence" en 1.843.

    Xaver Kienzler Kabis

    Tío abuelo

    Nació en Wasenweiler en 1.834.

    Joseph Kienzler Kabis

    Tío abuelo

    Nació en Wasenweiler en 1.837.

    Leopold Kienzler Kabis

    Tío abuelo

    Nació en Wasenweiler en 1.839.

    Fridolin Kienzler Kabis

    Tío abuelo

    Nació en Wasenweiler en 1.842.

    "A raíz de los sucesos que se dieron en abril de ese año en La Colonia Tovar, mi bisabuelo Georg Kienzler Minis tuvo que salir con su familia de esas tierras; ya que fueron atacados por el Coronel Agustín Codazzi, cartógrafo Ramón Díaz y su paisano Alexander Benitz Herb; quienes fueron los empresarios que trajeron a casi 400 esclavizados colonos alemanes a ese lugar en donde nace el Río Tuy".

    "Mi bisabuelo con su familia tuvieron que irse para siempre de La Colonia Tovar y en un principio tomaron esos atajos que eran desconocidos por ellos y fueron a parar a Caracas. Ellos querían regresar a Alemania para denunciar a esa gente, pero cuando iban por las montañas del Ávila rumbo al puerto de La Guaira en el año 1.843. Realmente, ellos se detuvieron en el sitio de Curucutí y allí estuvieron viviendo por poco tiempo, hasta que mi abuelo Georg Kienzler Kabis conoció en Caracas a mi abuela Marcelina Belsinger Milk y se vinieron al pueblo de Tarmas en donde se casaron y establecieron su familia; donde le compró las tierras de La Renca en El Alto de El Horno a mi bisabuelo el francés Johannes Belsinger las tierras que les habían comprado al cónsul francés H. B. Scanlan en La Guaira en 1.845".

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    Casa de la familia Kienzler-Tortoza en el año 2.005

    La casa matriz de la familia Kienzler Belsinger en el pueblo de Tarmas fue destruida por un incendio que se dio allí en la década de los años sesenta, cuando estaba regentada la bodega por el isleño canario Pepe Delgado. La misma fue derrumbada por su sobrino Leonel Kienzler Bello, para construir la actual casa que posee en los actuales momentos; donde acaeció esta tétrica historia:

    "Mi abuelo el alemán Georg Kienzler Kabis estableció su familia con su esposa Marcelina Belsinger Milk aquí en Tarmas a partir de 1.845. Él construyó la casa de nuestra sucesión; la misma en donde naciera nuestro difunto padre Manuel Modesto Kienzler Belsinger y nosotros mismos: que somos sus legítimos descendientes".

    "Mi abuelo fue un comerciante muy prospero en estas tierras; ya que desde que llegó a La Colonia Tovar en 1.843, nunca más regresó a su tierra natal. Entre mis papeles está casi toda la obra que él realizó durante su vida en mi pueblo natal, Tarmas; tanto comercialmente como en su condición de hacendado y colaborador en las gestas guerreras que se dieron en su tiempo y época, donde abarcó la Guerra Federal y la Revolución Liberal Amarilla de Abril de 1.870".

    "Yo tengo los recibos sobre el cotejo fúnebre que se le hizo a uno de los hacendados de la antigua Hacienda de Tarma Abajo y quién era de apellido Sánchez. Él mismito que tuvo participación en los sucesos que se dieron para la firma del Acta de la Independencia en 1.811 en Caracas".

    "Yo tengo un documento firmado por el General en Jefe Pedro Vicente Aguado en 1.854. Ya que mi abuelo Georg Kienzler Kabis vivió un tiempo por los lados de Curucutí, cerca de Guaracarumbo; en lo que es hoy la carretera vieja de Caracas a La Guaira".

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    Funeral en La Colonia Tovar

    "También reposa en mi propiedad un documento en donde mi abuelo Georg Kienzler Kabis le manda a realizar en la Iglesia de La Divina Pastora de Caracas treinta misas gregorianas por la muerte del guayanés General José Miguel Barceló y que se suscitó en un lance que sostuvo con el General Eduardo Scanlan, hijo del musiu H. B. Scanlan; ya que ambos fueron diputados ante el Congreso Nacional en Caracas.

    Y los documentos más importantes fueron los que se relacionan con su participación en la Revolución Liberal Amarilla de Abril de 1.870, en donde llevaron al poder al General Antonio Guzmán Blanco. Pero, hay unos documentos en donde tiene unas querellas que le hicieron por unas denuncias que en su contra metieron ante el Consejo Municipal de La Guaira en 1.876".

    "La leyenda en cuestión obedece a esta historia sobre la vida de nuestro bisabuelo Georg Kienzler y mi abuelo Georg Kienzler Kabis, fundadores de nuestro apellido en Venezuela y de quiénes orgullosamente lo ostentamos hasta el presente".

    "Claro está, entre sus papeles hay infinidades de negocios que él realizó en estos parajes y en La Guaira. En una ocasión, él fue citado a que compareciera a dicho Consejo Municipal con su peón Federico".

    "Dicho caso se debió a que la mayoría de las personas que vivían en las haciendas al pasar frente a su negocio que estaba ubicado a un lado del antiguo Camino Real que iba hacia Uricao y El Güire; les sugirieron que vendiera un poco de aguardiente sacado en los trapiches; ya que el frío los agobiaba cuando venían a comprar sus alimentos y enseres, y más cuando regresaban a sus casas y ranchos con sus arreos de burros o mulas o a pie descalzo".

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    Escudo Heráldico de la familia Kienzler en Alemania

    "Él los complació y vendía menos de un cuarto
    de barril de aguardiente al mes. Pero, los malos intencionados trataron de dañarlo
    con sus denuncias. Él concurrió a la citación acompañado
    de su peón Federico, quién siempre le fue muy leal. Allá
    en La Guaira lo castigaron con subirles los censos de impuestos a cuarenta
    venezolanos al mes. Él pidió apelación a su caso, la cual
    le fue concedida y demostró en el juicio que tenía la razón
    ante tales denuncias".

    Por eso él lanzó estas proféticas palabras en ese año: "… por el tipo de gente que tiene el pueblo de Tarmas, puedo augurar que en este pueblo ningún tipo de negocios prosperará…".

    Y esa es como una maldición que venimos cabalgando desde esos tiempos. La leyenda en cuestión fue la siguiente: "… Al morir mi abuelo Georg Kienzler Kabis en 1.891, parece ser que le dejó algo a su peón Federico, quién para el momento de los hechos, ya era un hombre bastante mayor…".

    "Yo nací en 1.909 y cuando pasaron las cosas tenía entre ocho y diez años de edad; y recuerdo que en una de las paredes hechas con ladrillos fabricados en barro en nuestra casa matriz; nos decían que aparecía una lucecita allí en una de esas paredes. La gente decía que en esa pared había algo para el fiel trabajador Federico, quién fue siempre el hombre de confianza en los negocios de mi abuelo Georg".

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    Torreón del trapiche de caña de azúcar

    Hacienda "Tarma Abajo" en Tarmas, Grupo PROHITA, año 1.980

    "Federico nunca le paró a eso y ni siquiera le hizo caso a esas aseveraciones de la gente. Pero, desde Caracas mandaron como cura de la Iglesia Parroquial San Josef de Carayaca a un padre tachirense de apellido Parilli, aproximadamente eso fue en el año 1.917. Con él vino un hermano suyo, quién vivió por los lados en donde el comerciante don Pío Díaz tenía su casa; cerca de lo que hoy conocemos en el pueblo de Carayaca como La Planada".

    "Resulta, que Parilli supo la historia del muerto que quería darle algo a Federico y de inmediato se vino para Tarmas, y le pidió a mi papá que le alquilara la casa; cosa que mi padre hizo".

    "Parilli, haciéndose el vivo, una noche se acercó hacia la pared en donde habían visto la luz y con un pico comenzó a romperla; cuando de pronto se apareció una pequeña botijuela con algunas morocotas adentro y sin decir nada se fue para su casa en La Planada de Carayaca".

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    Casa de Pío Díaz en la Planada en Carayaca, a principios del siglo XX, en donde está amarrado el burro

    "Parilli en su casa estaba alborozado y muy contento por lo que había encontrado en la casa de los Kienzler Tortoza en el pueblo de Tarmas; cuando abrió la botijuela y que salieron cientos de pequeños demonios que lo volvieron loco en ese trágico momento".

    "Él trataba de quitárselos de encima y no podía; ya que eran muchísimos diablitos; hasta que al fin tomó un viejo revolver de cinco tiros que tenía y se voló la tapa de los sesos de un tiro en el año 1.919".

    "Esa botijuela no era para él, vale. Eso era para Federico; ya que contaban los viejos que cuando fueron al sitio no encontraron nada, ni botijuela, ni diablos, ni nada. Así culminó esa leyenda que debería más bien en llamarse: La Botijuela de Parilli en la casa de los Kienzler-Tortoza en Tarmas".

    2º.- "Los Túneles Misteriosos de Tarmas".-

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    Bodega arrendada por Pepe Delgado en la casa de la familia Kienzler-Tortoza en Tarmas

    El señor Tomás Benítez Capote contaba que en la casa vieja de los Kienzler en Tarmas en diversas ocasiones se reunían algunas personas con el fin de cavar túneles para dar con un antiguo tesoro que estaba oculto por esos lados y que tenían que ver con dicha familia de origen alemán asentados allí desde el año 1.845. Él alegaba que el líder de esos cavadores de huecos era el tarmeño Sebastián Kienzler Tortoza, quién tenía correspondencia con espiritistas cubanos en la Isla de Cuba; desde donde le daban las orientaciones espirituales con el fin de conseguir lo que por allí andaba oculto desde tiempos inmemoriales.

    El historiador popular León Manuel Morales a principios de 1.980, entrando por la parte de atrás de las viejas ruinas de la casa matriz de los Kienzler-Tortoza se encontró una pared derribada en donde había un inmenso hueco y donde se podía ver qué por allí pasaba una persona parada. Lo que le llenó de curiosidad fue que en dicho hueco colgaba amarrado con una cadena una cruz grande, que de hecho le produjo cierto temor en tratar de bajar al mismo.

    El señor Tomás Benítez Capote alegaba que en la década de los años sesenta pasó algo extraño en esa casa; ya que el isleño "Pepe" Felipe Delgado le había alquilado ese negocio a Sebastián Kienzler Tortoza; en donde aún se conservaba la bodega como tal. Allí trabajaba la madre de sus hijos Eloy y Pepita Delgado Tortoza.

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    Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de La Candelaria de Tarmas

    En las reuniones que se hacían participaban un Sargento Segundo (GN) de apellido Vásquez, Pastor Kienzler Tortoza, Sebastián Kienzler Tortoza y Pepe Felipe Delgado; y hay quienes alegaban que hasta el propio tarmeño Pedro Baritto Puppo estuvo allí entre los buscadores de oro, ya que su familia tenía un derecho dentro de la Posesión Kienzler que adquirieron a través de su abuelo italiano Liborio Baritto.

    Ellos decidieron cavar después de realizar algunos rituales de brujería y quién más trabajó echando pico debajo del piso de la bodega fue Pastor Kienzler Tortoza, quién gasto 52 picos abriendo túneles en esa zona.

    Uno de esos túneles se dirigía hacia la antigua vaquera, otro buscaba el camino que va hacia la Hacienda Tarma Abajo y el más importante pasaba debajo de la carretera que iba con dirección a la iglesia del pueblo de Tarmas; hubo entendidos quienes alegaban que se comunicaba con un túnel que viene desde el cementerio y llega a la Plaza Bolívar del mismo pueblo.

    Hay quienes manifestaban que en esas excavaciones que hicieron las personas antes mencionadas, se adentraron en ese túnel y se encontraron con el descrito anteriormente. Inclusive, una persona podía pasar parada por los mismos y los cuales estaban apuntalados con madrera.

    En sus andares en busca de fortunas y tesoros escondidos se encontraron con una puerta de fierro o hierro de vieja data que llegaba hacia cierto lugar de la iglesia. Presumimos que sean hacia las criptas en donde sepultaban a algunas personas importantes o hacia el viejo cementerio colonial del antiguo pueblo de Tarmas, el cual se encontraba por la parte de atrás de la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de La Candelaria.

    Alí Marrero Echenique "Tortoza", nos contó en la Casa de los Pintores de Tarmas en 1.982, que entre esos excavadores estaba su propio padre el isleño canario Juan Marrero. Que siendo él muy niño pudo observar cuando entre ellos se contaban las piezas o morocotas de oro que encontraron en una de esas excavaciones.

    Él nos dijo que cuando daban con algo importante, se repartían el botín, de esta manera: "… Una para ti, Pepe. Otra para ti, Juan. Una para usted, Sargento Vásquez. Una para ti, Sebastián…".

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    Alí Marrero Echenique

    "En verdad, ellos encontraron muy pocas morocotas a pesar del trabajo y gran esfuerzo que hicieron en esas búsquedas. Pero, parece que un día vino la maldición, debido a que el boquete de entrada al túnel estaba tapado con madera; y sobre ella estaba un tambor de querosene; a causa del cable de luz que desembocaba al pasadizo, se produjo un corto circuito y esto a su vez en generó una chispa de candela que desembocó en un devastador incendio acabó con dicha centenaria bodega o pulpería".

    La señora Roquelina Kienzler Bello de Morales narraba que siendo ella muy niña aún, jugaba con Pepita, quien era hija del comerciante canario Pepe Delgado; y expresaba que la entrada se encontraba por la parte angular en donde su papá construyó la casa de él, hace muchos años atrás. Ese era un hueco que permitía caminar dentro de esos túneles a pie y que en ella cabía una persona parada, y que los mismos no estaban apuntalados por madera ni nada, y que si habían unas lámparas en su interior.

    Inclusive, ellos pararon la construcción del túnel; debido a que cuando estaban debajo del mismo a la altura de la casa de la negra Pellín Huizo, sintieron un tétrico estremecimiento; ya que los carros que pasaban por encima los creaban y ellos presumían que podían quedar allí tapiados. Ese fue uno de los motivos que los hizo desistir en sus caprichos de andar buscando oro o riquezas a través de entes fantasmagóricos.

    3º.- "La Leyenda de las Animas Descabezadas de Puerto Carayaca".-

    La señora María Morales relataba a finales de los años setenta del siglo pasado, la historia de unos galeones españoles que aparecían frente a Puerto Carayaca; donde se veían a infinidades de conquistadores españoles bajando en sus botes con sus cabezas en las manos. Ella alegaba que ese era el indicativo que allí había una gran cantidad de tesoros enterrados en algún lugar de esas playas caribeñas de Carayaca.

    4º.- "La Leyenda de la Serpiente Encantada de Tirima".-

    La señora María Morales en una ocasión le
    contó a su hijo Juan Francisco Morales que en año 1.947,
    el afro-descendiente Pablo Benítez González le había
    narrado una leyenda indígena que tenía que ver con la historia
    aborigen del pueblo.

    Esta es la historia de un antiguo guerrero de los Taramaquas o Tarmas llamado Tirima; quién tuvo una hija que era hermosísima y que fue la inspiración creadora de estas montañas, ríos, costas y cielos que ahora conforman la gran geografía tarmeña y si se quiere carayaquera en todas suis dimensiones.

    La leyenda refiere que ella se enamoró de un guerrero de una aldea equidistante y eso le trajo alguna molestia al jefe de la aldea tarmeña en esa zona o reducto tarmeño; quien de inmediato fue a buscar a sus piaches, manifestándole estas palabras: "… El jefe Tirima, ahora está muy molesto; ya que mi hija se ha ido de nuestra aldea con un forastero de otra aldea perdida en la distancia…".

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    María Morales y sus nietos, años 80 del siglo XX

    "Hoy la hemos traído de vuelta a nuestro bohío. Pero, ella tiene que pagar su afrenta; y quiero que sea convertida en la serpiente que tiene que cuidarnos a todos por los tiempos y las edades".

    "Ella debe señalar el camino a todos los miembros de nuestra tribu, para que no se pierdan nunca más en nuestras tierras y no vengan a llevarse nuestras mujeres a otros lugares. Todos tienen que pasar por nuestra heredad, hasta alcanzar las tierras del gran jefe Paramaconi en Carayaca. De no hacerse así, entonces todos tienen que ser devorados por ella".

    ¡Mi hija será la protectora de nuestras aguas si tratan de destruir nuestros dominios. Si no las aguas se envenenarán y desaparecerán por siempre de estas tierras!

    .- "La Muerte del Comisario Pedro Hidalgo Lozano en el pueblo de Tarmas".-

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    Lugar en donde cayó muerto del Comisario Pedro Hidalgo Lozano en Tarmas en 1.917

    Don Sebastián Kienzler Tortoza, antiguo Comisario del pueblo de Tarmas, le narró al historiador popular León Manuel Morales en la Plaza Bolívar de dicho ancestral pueblo en julio de 1.983, lo que sucedió con la muerte del Comisario Pedro Hidalgo Lozano en el año 1.917.

    "Caramba, León. Cuando mataron al Comisario Pedro Hidalgo Lozano, yo era muy chiquito. Te digo que ese día yo venía del Güire con mi padre Manuel Modesto Kienzler Belsinger y de pronto un señor que iba de aquí para allá, nos encontró en el camino. Justamente, en donde llaman El Guáramo; ya que ese lugar estaba de la Hacienda Guare para allá".

    "Si, vale. Yo era un muchacho para esa entonces. El señor que iba de aquí para allá, se paró en el camino y se puso a conversar con mi papá".

    Diciéndole estas palabras: ¡Manuel, tú no sabes que mataron al Comisario Pedro Hidalgo Lozano en el pueblo de Tarmas!

    Y mi papá le respondió de esta manera. ¿Cómo
    vaá a seé, vale?

    ¿Y quién lo mató?

    Y ese señor le reveló a papá con sus propias palabras, lo siguiente: "… Lo mató el comerciante italiano Salvador Cauterucce…".

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    Bodega de donde el comerciante Salvatore Cauterucce

    Mató al Comisario Pedro Hidalgo Lozano en Tarmas
    en 1.917

    "Al saberse esta trágica noticia nos trasladamos al pueblo de Tarmas y cuando llegamos allí la confidencia que había en nuestro pueblo giraba sobre la muerte del Comisario Pedro Hidalgo Lozano. Inmediatamente se formó una comisión y se llevaron preso al comerciante Salvatore Cauterucce para el pueblo de Carayaca; y de allí lo condujeron a la Cárcel de La Rotunda en Caracas, en donde pagó pocos años de prisión".

    A él lo soltaron ligero, porque allá trabajó como ebanista, portándose bien. Y eso se debió a que él hizo unos trabajos de carpintería en el Palacio de Miraflores y el General Juan Vicente Gómez al ver la calidad de sus trabajos le preguntó a sus hombres de confianza lo siguiente: ¿Anjaá, por qué este hombre está preso en La Rotunda?

    Y sus colaboradores le respondieron de esta manera: "… General Gómez, ese italiano mató en defensa de su propia vida, a un hombre que era Comisario en Tarmas y quien intentó matarlo…".

    Y el General Juan Vicente Gómez le dijo a sus ayudantes estas palabras: "… Anjaá, ese es un hombre honrado, trabajador y honesto. Pónganlo en libertad, ya; porque los hombres así como él, no tienen por qué estar presos…".

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    Al fondo antigua cárcel del pueblo y bodega

    Que fue del italiano Salvatore Cauterucce

    "En verdad, Salvador Cauterucce era yerno del italiano Nicolás Cruzco, quién era mi padrino de bautizo. Porque ellos vinieron con los Zancudo, Grillo, Bianculli, Baritto, Puppo y Zazzo, en esa época desde Italia".

    "La curiosidad de este trágico hecho, fue que el comerciante Salvador Cauterucce y el Comisario Pedro Hidalgo Lozano fueron grandes amigos. Ellos eran muy llaves; esa era la pura verdad, vale".

    "Fíjense, como eran las vainas de la vida; que cuando Cauterucce salía a realizar algunos negocios o diligencias fuera del pueblo, su amigo Pedro Hidalgo Lozano se quedaba atendiendo el negocio; el cual era la casa de corredor que estaba en frente a la plaza del pueblo".

    "En otras ocasiones, la esposa de Salvatore Cauterucce sufría de erisipela en una de sus piernas y quién se la sobaba y rezaba con un sapo era Pedro Hidalgo Lozano. Pero, cuando van a pasar las cosas nadie las puede parar. En esos tiempos, yo tenía como ocho años de edad, más o menos; y recuerdo como si fuera ayer, lo que la gente decía sobre lo que allí sucedió".

    Unos decían que Salvador Cauterucce estaba de viaje y que cuando regresó a su negocio se encontraba de muy mal humor. Es entonces cuando aparece en escena el Comisario Pedro Hidalgo Lozano en ese mismo negocio que aún se conserva en la plaza del pueblo de Tarmas".

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    Casa que perteneció al Comisario Pedro Hidalgo,

    Asesinado por el italiano Salvatore Cauterucce en 1.917

    Aconteció que Pedro Hidalgo Lozano, dirigiéndose a Salvatore Cauterucce de manera extraña y si se quiere altaneramente, le gritó estas palabras: "… Salvador, véndame una locha de queso blanco…".

    "Salvador Cauterucce picó el pedazo de queso con el cuchillo, que era el correspondiente al precio de una locha. Considerando que eso era lo que estaba comprando en esos momentos su compadre el Comisario Pedro Hidalgo Lozano".

    "Y de pronto Pedro Hidalgo Lozano se molestó, porque creía que Cauterucce le estaban despachando muy poco queso por una locha. Y a partir de ese momento fue que vino la agria discusión que se suscitó entre ambos. Allí fue cuando Salvador Cauterucce sacó un viejo revolver que tenía y que había traído de la guerra de Crimea; y desde la ventana que había hacia el corredor de la misma bodega y que ustedes ven allí, fue de donde le disparó Salvatore Cauterucce al Comisario Pedro Hidalgo Lozano".

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    Lucio Oropeza, año 1.993

    La otra versión sobre este asesinato que conoció muy bien el señor José Félix Tortoza Castillo, bisnieto del Cacique Hilario de La Caridad Tortoza Rodríguez es la siguiente: "… Resulta, que al Comisario Pedro Hidalgo Lozano le gustaba la mujer de Salvador Cauterucce y en esa ocasión él venía desde el pueblo de Carayaca por el camino antiguo que conducía al pueblo de Tarmas…".

    "Allá se había echado unos cuantos palos y venía
    en su bestia, pero como él se la daba de envalentonado; al llegar al
    pueblo de Tarmas se dirigió al negocio de Cauterucce y
    le pegó un grito: "… Cauterucce, Cauterucce. Asómate por
    la ventana
    …".

    Cuando Cauterucce lo hizo: ¿Cuál sería su sorpresa?

    "El Comisario Pedro Hidalgo Lozano con una gran soltura le lanzó un desgarrador machetazo que hizo que Cauterucce se lanzara a un lado; clavándose el machete en la madera de la ventana. De pronto Cauterucce sacó un viejo revólver de cinco tiros que trajo desde Italia y le lanzó un tiro que certeramente le dio en el pecho al Comisario Pedro Hidalgo Lozano".

    "Pedro Hidalgo Lozano, herido de muerte atravesó la plazuela del pueblo. Y en eso Cauterucce le lanzó otro tiro hacia la plaza del pueblo; que casi le pega a José Ángel Oropeza, quién era el padre de Lucio Oropeza".

    "El Comisario Pedro Hidalgo Lozano cayó muerto cerca de una acequia de agua que venía desde Anare. Justamente, en donde hoy está la escuela de Tarmas y que antiguamente fue conocida como Escuela Federal Rural Nacional "Tarma" en 1.946, y que con el correr del tiempo pasó a llamarse "Concentración" Nº 50 y finalmente "Pío Rengifo". Anteriormente fue una plantación de café que perteneció a Baldomero Bello".

    "Pedro Hidalgo Lozano fue enterrado en el cementerio de Tarmas y por ahí aún le queda todavía una hija llamada Magdalena Hidalgo Arias. Esa es la misma que vive en la casa de Juan José Blanco Fumero. Pedro Hidalgo Lozano murió en el año 1.917".

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    Magdalena Hidalgo Arias de Rangel

    La señora Magdalena Hidalgo Arias de Rangel sobre la muerte de su padre, en una ocasión en 1.980, al cronista popular tarmeño León Manuel Morales, le contó lo siguiente:

    "Yo recuerdo que tenía en ese tiempo 14 años de edad. Y nos encontrábamos recogiendo café por los lados de Anare, cuando de pronto alguien fue allá y nos dijo que Cauterucce había matado a mi papá. De inmediato nos vinimos a Tarmas y encontramos a papá muerto en donde hoy está la entrada de la antigua Escuela Federal Rural Nacional Tarma".

    "Cuando recibió el tiro de manos de Cauterucce, agarrándose el estómago trató de salir de la plaza, pero lastimosamente cayó muerto cerca del rancho en donde vivía la señora Ezequiela Mayora".

    "Mi papá pertenecía a una familia que vivió por mucho tiempo en la zona fría de Petáquire en Carayaca, el nació aquí en el pueblo de Tarmas en 1.877 y si se quiere creo que murió como de 40 años de edad. La familia Hidalgo era de Valencia, quienes llegaron a Petáquire en esos tiempos de las guerras civiles y allí se establecieron durante un tiempo. Sus padres fueron Visitación Hidalgo y Sinforoza Lozano que era de estas tierras cercanas a los lados de El Güire y la fila de Jesús".

    6º.- "La presencia en nuestro pueblo de San José de Carayaca de algunos familiares del General en Jefe Ezequiel Zamora Correa; conocido como El General del Pueblo Soberano en los tiempos de las luchas campesinas y la Guerra Federal".-

    Estudiándose los orígenes de la familia del General en Jefe Ezequiel Zamora Correa en Carayaca, tenemos que hacerlo hablando de la Hacienda "Carayaca Abajo", de la cual hemos mencionado parte de la misma en este trabajo de investigación histórica.

    A través de la investigadora Alida Marina Carapaica González pudimos notar que entre los documentos que están en su guardia y custodia, había algunos que estaban relacionados directamente con la Hacienda "Carayaca Abajo", arrojando lo siguiente:

    La existencia de la misma aparece registrada en los libros Nº 5 de 1.841 y en el Nº 1 de 1.847. El libro Nº 5 contiene todos los detalles sobre el pleito e incidencias que sobre la misma duraron 8 años, desde 1.841 hasta 1.849. Ese conflicto o pleito fue provocado por el presbítero o capellán Juan Antonio Cabrera, quién usureramente presionó por el cobro de la hipoteca sobre 2.800 pesos; logrando el embargo de la hacienda, como tal.

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    General Ezequiel Zamora

    Dicho acto conflictivo fue en contra de la viuda de Vicente Gutiérrez, su legítima heredera y del señor José María López, quién era arrendatario de la hacienda desde 1.838. El señor Tomás Hernández pagó al presbítero Juan Antonio Cabrera la cantidad de 2.600 pesos, de acuerdo con José María López, habiéndose realizado el pago el 3 de abril de 1.843.

    A continuación suministramos algunos datos de la hacienda "Carayaca Abajo", en donde damos a conocer los nombres y valor de los esclavizados y manumisos de dicha hacienda entre los años 1.841 – 1.843.

    Nombres y apellidos

    Edad

    Valor

    Observación

    01

    Gera. Tadino

    41

    200 pesos

    Sufre flema salada

    02

    José Castillo

    49

    150 pesos

    Padece de gálico

    03

    Cándido Butrón

    30

    250 pesos

    Quebranto por la ingle

    04

    Luís Gonell

    25

    250 pesos

    Inmovilizado de los pies

    05

    Paulino Benítez

    23

    300 pesos

    Sin achaque alguno

    06

    Juan A. Castrillo

    38

    250 pesos

    Dolores reumáticos

    07

    Marcelo Castrillo

    52

    170 pesos

    Sin achaques

    08

    Cándido Herrero

    30

    200 pesos

    Achique de los pies; resueltos de bubas

    09

    Cayetano T. Castrillo

    36

    200 pesos

    Padece mal venéreo crónico

    10

    Segundo Rivero

    23

    300 pesos

    Sin novedad alguna

    11

    Anselmo Benítez

    22

    300 pesos

    Sin enfermedad alguna

    12

    Úrsula Tadino

    60

    50 pesos

    13

    Geramina Castrillo

    36

    300 pesos

    14

    Perfecta Tadino

    58

    40 pesos

    Total Valor

    5.110 pesos

    Relación de los manumisos en la Hacienda "Carayaca Abajo":

    Nombres y apellidos

    Edad

    Valor

    01

    Encarnación Gutiérrez

    32

    115 pesos

    02

    Rosario Gutiérrez

    9

    60 pesos

    03

    Magdalena Gutiérrez

    12

    115 pesos

    04

    Telesfora

    9

    80 pesos

    El valor total de la Hacienda "Carayaca Abajo" en su avaloración judicial del año 1.844, en el primer aviso del remate el 10 de abril de 1.844, fue por el orden de 19.227, 31 pesos. El General en Jefe José Gregorio Quintana quien fue Ilustre Prócer de la Federación y fue cuñado del Generalísimo Ezequiel Zamora Correa, ya que estaba casado con su hermana Raquel Zamora Correa, siendo el dueño de la Hacienda "Carayaca Abajo".

    Él combatió en la Batalla de la Sampablera en Caracas en 1.859, siendo jefe del Estado Mayor General del Ejército Federal, habiendo participado en la Batalla de Santa Inés que se dio en las sabanas de Barinas el 10 de diciembre de 1.859.

    Cabe decir, que también participó en la comitiva que trasladó los supuestos restos del General Ezequiel Zamora a su descanso eterno en la Iglesia de la Santísima Trinidad, hoy Panteón Nacional. Justamente, en los tiempos en que gobernaba a nuestro país el Ilustre Americano y General en Jefe Antonio Guzmán Blanco.

    El General José Gregorio Quintana adquirió la Hacienda "Carayaca Abajo" por compra que le hizo al Dr. Eduardo Ortiz según documento registrado en Caracas bajo el Nº 21, folio 662, vuelto del protocolo, 1º duplicado, tomo 11, primer trimestre del año 1.875.

    El costo de dicha hacienda fue por el orden de 1.600 venezolanos, según documento del 3 de abril de 1.875, registrado en el Municipio Carayaca del Distrito Aguado del Edo. Bolívar. En donde anteriormente hubo un ingenio de azúcar, el Dr. Eduardo Ortiz le compró al señor Antonio Serracanta la Hacienda "Carayaca Abajo" el 18 de agosto de 1.870, registrada en Maiquetía bajo el Nº 11, protocolo 12, año 1.870.

    Partes: 1, 2

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