Monografias.com > Sin categoría
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

La metáfora de la teoría del caos (página 2)



Partes: 1, 2

Cuando nuestra única medida del tiempo es mecánica, experimentamos el tiempo como una cesta de la compra que ha de llenarse para poder sentirnos desbordante de alegría. Tenemos un número de tareas que realizar durante un fin de semana y sabemos que no tendremos tiempo para hacerlas todas. Así pues, nos apresuramos, hacemos las cosas deprisa y corriendo y perdemos el sabor de la vida. La jornada de un ejecutivo puede empezar con un desayuno de trabajo, un almuerzo a toda prisa y una comida en la que los problemas de la negociación arruinan el placer del alimento. Hay otros que trabajan muy duramente y que siempre parecen encontrar el tiempo para una comida placentera.

Las personas creativas necesitan una gran cantidad de tiempo (según se mide con el reloj) en el que simplemente no hace nada. Para el resto del mundo parecen seres que sueñan despiertos o pierden tiempo neciamente. Pero en su interior están sincronizados con el tiempo del trabajo, con sus ritmos sutiles y sus estructuras fractales. La creatividad puede, por lo tanto, exigir largos periodos de pasividad. Pero también puede derramarse con sorprendente rapidez, de modo que permita hacer mucho.

Así pues, no se trata tanto de que las personas creativas trabajen más rápidamente o duramente que cualesquiera otras, o que sean capaces de abarcar un número de actividades diversas en un solo día, cuanto de que muchas de sus tareas son simultáneas, cada una dentro de su propio tiempo que se emplea en un día creativo y lo dispusiéramos en un horario lineal, probablemente excedería de las veinticuatro horas del día. Pero los creadores parecen tener pactada una alianza con las dimensiones fractales del tiempo, y éste, a su vez, les proporciona el tiempo que ellos necesitan.

El tiempo que realmente disponemos es el tiempo fractal del que ya disponemos.

Cap. 7:

Volver a unirse con el todo

Ley de la corriente de una nueva percepción

Nuestra visión del mundo es el medio en el que nos movemos mentalmente. Forma una parte tan estrecha de lo que nos rodea que lo damos por supuesto y no nos percatamos de su presencia dominante. Si contemplamos la Tierra desde el espacio, esto cautiva nuestra atención porque la imagen nos trae a la memoria una visión del mundo radicalmente distinta a aquella que habíamos imaginado hace mucho tiempo.

La teoría del caos, como la imagen de nuestro planeta en el espacio, nos ofrece una percepción y una concepción asociada a un mundo interconectado, un mundo orgánico, de una pieza sin costuras, fluido: el todo. La totalidad es el tema central de las revelaciones místicas acerca del mundo. Entre muchos pueblos, la totalidad es el camino de la vida diaria.

El cambio de la vieja percepción: del holismo medieval al auge del mecanicismo

Aunque la teoría del caos regresa a nosotros desde una vieja comprensión de que el Universo es una totalidad, también nos trae nuevas intuiciones con las que relacionarnos esta idea. Esas nuevas intuiciones han surgido en parte del hecho de que la nueva perspectiva mecanicista es la antítesis de la totalidad. Esa perspectiva nació de otro tipo de holismo que existió en la Edad Media.

Los cambios de percepción cultural a los que nos estamos refiriendo fueron cambios que conmocionaron las mentes. Contemplar esos cambios en detalle quizás nos ayude comprender el tipo de efectos revolucionarios que pueden producirse si nosotros adoptamos la radicalmente nueva percepción holistica que nos ofrece la teoría del caos.

Durante el periodo medieval, desde el año 600 hasta el 1400, una cierta clase de entendimiento acerca de la totalidad prevaleció a lo largo de toda Europa. La Tierra se consideraba un ser vivo y el hombre era un asistente de la naturaleza. Las semillas de la perspectiva científica y mecanicista dentro de la cual estamos viviendo comenzaron a tomar forma hace unos 800 años, cuando el pensamiento europeo inicio un camino que lo diferenciaba del resto de la vida sobre la Tierra. Poco a poco, en siglos posteriores, la naturaleza fue objetivada y exteriorizada. Con ello se desarrollo la idea de considerar al hombre como individuo aparte con sus propias aspiraciones y vida interior.

Este cambio aun se refleja en la palabra "conciencia". Entendemos que nuestra conciencia es la esencia de nuestra individualidad. Sin embargo, hasta el Renacimiento, en el siglo XV, la conciencia no era considerada como un patrimonio exclusivo de los individuos. Las raíces latinas de la palabra son "con" y "scentia", ciencia o sea conocimiento. Antes del Renacimiento conciencia se refería a lo que las personas sabían en común, no a lo que sabían en cuanto a individuos.

Los historiadores señalan varias causas para la transformación renacentista. Santo Tomas de Aquino sostenía que la materia (naturaleza) es indiferente a nuestras acciones y a nuestros deseos, y en consecuencia algo exterior a nosotros. En el arte, no es casualidad que el arte renacentista este básicamente asociado con el desarrollo de la perspectiva, una técnica geométrica en la que el mundo es literalmente proyectado hacia fuera y se ve a distancia como a través de una ventana. Otras culturas, habían conocido la técnica de la perspectiva, del punto de fuga, pero habían preferido no desarrollarlo, porque para hacer que trabaje la ilusión es necesario distorsionar las formas de los objetos hasta que todos ellos se ajusten a ese punto de vista. Eso significaba que el punto de vista individual del pintor estaba reemplazando la perspectiva divina.

La visión del mundo que se inicio en el Renacimiento continuó desarrollándose en los siglos siguientes. El énfasis creciente del Renacimiento en la singularidad de la conciencia humana condujo a una concepción de la naturaleza como una vasta colección de objetos sujetos a la investigación científica y a la experimentación. En el siglo XVII, Newton generalizo las observaciones hechas por Galileo acerca del movimiento y caída de los cuerpos e instauró tres leyes que describían el funcionamiento total del cosmos.

Comprender se convirtió en descomponer las cosas en sus elementos y explicar los lazos causales que los unían. La naturaleza se convirtió en un gran reloj que la ciencia podía desmontar y volver a montar, y esto se convirtió en la metáfora dominante de la empresa científica. La predicción y el control fueron las fuerzas dinámicas de la nueva sociedad científica.

A medida que el siglo avanza a su fin, hemos descubierto el lado oscuro del camino que comenzamos a trazar hace 800 años, cuando nos separamos a nosotros mismos de la naturaleza. Es verdad que ese camino nos condujo al brillante florecimiento del arte, la poesía, la música y la arquitectura renacentistas y al desarrollo científico y tecnológico que lo siguió. Pero también nos ha deparado el terreno baldío del progreso y el crecimiento ilimitado que ahora forman parte del paradigma mecanicista. Ambos conceptos tienen defectos inherentes. El crecimiento ilimitado no puede sostenerse indefinidamente. En determinado momento, el uso de los recursos del planeta arruinará nuestra inventiva tecnológica. Y cada vez resulta mas difícil decir si todo nuestro progreso nos esta conduciendo en verdad a una mejora de la calidad de vida.

El nuevo cambio de percepción: desde la visión mecanicista a la totalidad caótica

El punto de vista mecanicista tardo varios siglos en florecer y alcanzar los actuales triunfos de la ciencia y la tecnología, desde la Alta Edad media, donde comenzó. A finales del siglo XIX se plantó una semilla muy diferente por el físico y filosofo Jules Henri Poincaré. Hoy estamos asistiendo a su florecimiento en la teoría del caos. Cuando Poincaré tuvo la primera vislumbre del caos, no se le apareció en forma de desorden o de ausencia de leyes del Universo. Lo que el vio fue que el caos era la totalidad.

El universo newtoniano contenía la problemática de que su aproximación matemática solo era capaz de describir, de una manera exacta, el movimiento de dos cuerpos interactuando mutuamente, no de tres o más. Poincaré decidió abordar de lleno este problema y descubrió que bajo casi todas las condiciones los acontecimientos eran como los astrónomos y físicos esperaban: la débil fuerza gravitatoria de un segundo planeta sobre otro planeta o asteroide en órbita alrededor del Sol tenía una influencia casi despreciable. Pero también descubrió que bajo ciertas condiciones críticas sucedía algo extraordinario. Las pequeñas correcciones comenzaban a acumularse, realimentándose, hasta que su efecto total sobre la órbita de un asteroide conseguía que se tambaleara, que oscilara violenta y erráticamente en su órbita, e incluso que saliera del sistema solar.

Poincaré había descubierto también una importante paradoja: el caos existe dentro del sistema solar porque todo el sistema es holistico. Aunque el caos parece ser lo contrario a la totalidad, Poincaré se dio cuenta que la totalidad esta en su corazón. Si los planetas fueran independientes entre si, sería válido considerar los efectos de un tercer cuerpo como una simple perturbación. Sin embargo, a causa de los efectos no lineales de la realimentacion, los planetas no pueden ser tratados como si fueran independientes, según la perspectiva mecanicista.

Por lo general, los pequeños cambios acaban produciendo una leve corrección del camino solar del asteroide. Sin embargo, bajo determinadas condiciones críticas, los cambios en la órbita y en la atracción gravitatoria se retroalimentan, acumulándose hasta que aparece una resonancia y el efecto total estalla en un caos.

La resonancia ocurre cuando los sistemas vibran u oscilan en simpatía unos con otros, de modo que las menores conexiones entre ellos magnifican gradualmente su interacción mutua. Por ejemplo, si quieres subir más alto en una hamaca, tienes que sincronizar el movimiento de las piernas para que coincida con el punto máximo de cada vaivén. Cuando los sistemas trabajan en simpatía, se pueden producir grandes cambios de los efectos acumulativos de las pequeñas conexiones. Ahora reconocemos ese fenómeno como el efecto mariposa que descubrió Edward Lorenz a comienzos de los años 60. Lo que Poincaré había descubierto dentro del "reloj de Newton" del sistema solar fue que, en determinadas circunstancias, es posible que Júpiter y un asteroide entren en resonancia mientras giran alrededor del Sol. Los rizos retroalimentadores que los conectan se enlazan una y otra vez y provocan que la órbita del asteroide sea caótica.

Los científicos de la teoría del caos comprendieron lo que Poincaré había vislumbrado. Como es sistema solar es holístico, algunas regiones del espacio se han convertido en zonas caóticas. Ellas son la prueba de que dentro del cosmos, el caos y la unidad están entrelazados. El descubrimiento de Poincaré ilustra la diferencia entre la unidad caótica y la unidad simbólica de la alquimista medieval, la unidad dual (yin-yang) de la antigua China e incluso la unidad de los románticos, que buscaban la experiencia de la naturaleza envolvente donde todas las cosas particulares se desvanecieran. A diferencia de ellas, la unidad caótica esta llena de particularismos, activos e interactivos, animados por retroalimentaciones no lineales y con la capacidad de producir cualquier cosa, desde sistemas autoorganizados hasta autosemejanzas fractales, pasando por el desorden caótico impredecible.

Si observamos una foto de la Tierra desde un satélite y enfocamos las selvas tropicales de la Amazonia, vemos que grandes áreas están siendo destruidas. La respuesta mecanicista nos dice que si las cosas se nos van de las manos, aun seremos capaces de controlar la situación mediante la replantación de arboles y el control de los bosques. Pero la teoría del caos nos dice que nuestras intervenciones tienen límites y que su resultado es siempre, hasta un cierto grado crucial, impredecible.

La totalidad caótica y una diferente aproximación de la vida.

Cuando un automóvil se avería en la autopista, abrimos el capo y miramos el motor en busca de algún defecto. Ese método funciona perfectamente pero tendríamos que ser muy idealistas para pensar que la ruptura de una correa del ventilador u otra cosa han sido el resultado de la perdida de la visión de la unidad del coche. Pero la familia, la sociedad y los sistemas ecológicos no son máquinas.

La teoría del caos nos enseña que siempre somos parte del problema y que las tensiones particulares y las dislocaciones siempre se desarrollan a partir de todo el sistema, nunca de una parte defectuosa. Contemplar un tema como un problema meramente mecánico que ha de ser resuelto puede aliviar temporalmente los síntomas, pero el caos sugiere que a largo plazo seria mucho más efectivo tener en cuenta todo el contexto en el que se manifiesta un problema.

Los problemas sociales e individuales tienen todos una dinámica holistica. Una perspectiva mecanicista que ve el mundo y a nosotros mismos como una colección de partes relacionadas externamente, enturbia la claridad de nuestra visión. Tambien bajo nuestros sentimientos de aislamiento y soledad como individuos separados de los demás vibra un sentimiento de pertenencia y de interconexión con todo el mundo. Experimentar la solidaridad tiene mucho que ver con el hecho de liberarnos a nosotros mismos del hábito crónico de pensar que somos meros fragmentos inconexos. Tiene que ver con la necesidad de dejar de ver la naturaleza como un conjunto de objetos aislados y experimentar que somos un aspecto esencial de la organización de la naturaleza. Tiene que ver también con el hecho de darse cuenta de que el observador siempre es parte de lo que observa. Tiene que ver con la exigencia de sustituir la atención exclusiva que le dedicamos a la lógica, al análisis y a la objetividad, por una aptitud para razonar estéticamente de tal manera que se incluya el análisis, pero reconociendo sus limites. Tambien tiene que ver con abandonar esa obsesión por el control y la predicción, y sustituirla por una sensibilidad hacia el cambio y lo emergente. Tiene que ver con una nueva comprensión del tiempo y de nuestro camino a través de él. Finalmente, tiene que ver con la utilización de la influencia sutil para convertirnos en participantes del planeta, antes que en sus gerentes.

A la luz de la teoría del caos, cada individuo y grupo de individuos pueden asumir estos significados absolutamente novedosos como metáforas y fractales a través de los cuales se expresa la totalidad.

Epilogo:

La información ausente y el agujero (lleno) en el centro

La teoría del caos tiene que ver con la incapacidad para predecir y controlar, con la incapacidad para hacer una descripción completa, con lo que algunos científicos han llamado: la información ausente. Las paradojas y los koans nos llevan al límite del pensamiento lógico, racional y ordenado. Obligan a nuestras mentes a moverse en espiral y a realizar repeticiones lógicas mientras intentamos resolver el problema. Los koans nos dicen algo que falta, algo que es incompleto acerca de nuestro concepto de realidad. Sin embargo, el solo hecho de que pensemos en tales paradojas significa que somos superiores al sistema conceptual que hemos creado; nos dicen que nosotros somos la información ausente que hemos estado buscando. (ver círculo pag. 125)

Los koans se enfrentan a nuestro deseo de dividir el mundo en dualidades, de colocar los conceptos en sus categorías adecuadas y después levantar fronteras a su alrededor. Llevándonos al extremo de tal modo de pensar, crean el caos mental necesario para la creatividad, en el cual la mente cambia y autorreorganiza su percepción de la realidad. Por ejemplo, no se puede redondear un numero irracional sin dejar algo fuera . Y eso que se deja afuera es un agujero en la información. Esa información ausente es en otras palabras, un símbolo de la totalidad, a la que nunca podemos tomar en cuenta.

Los teóricos del caos han señalado rápidamente que, tanto en la teoría como en la práctica, siempre habrá información ausente, una limitación para nuestro conocimiento, una laguna en los datos. En un sistema complejo no hay una clara división entre una "parte" y otra, lo cual impide conseguir "toda la información". Y otra razón es que nuestra acción de intentar obtener información, nuestra mera presencia, perturba un sistema de forma impredecible.

Otro koan: si la teoría del caos nos dice algo acerca de la información ausente. ¿no nos esta diciendo que esa no es toda la historia? La teoría del caos es ciencia y toda ciencia esta sujeta al cambio. Si la teoría del caos cambia o desaparece, parece cierto que habrá siempre, de alguna forma, un agujero y una totalidad en el centro mismo de nuestras ideas.

Otro koan: no puede meter la totalidad en su bolsillo, porque su bolsillo es parte de la totalidad. Por lo tanto, hay un agujero en él.

Un ejemplo sencillo de todo lo anterior: a principios de siglo, los físicos especulaban con que su materia de estudio se estaba acabando. Parecía que solo hubiera unas pocas cuestiones sobre las que faltaba información para poder obtener un conocimiento completo.: la razón de que la órbita de Mercurio sea irregular, una discrepancia entre la teoría y la cantidad de energía liberada por el agujero negro, y el efecto de un tercer cuerpo en el movimiento de otros dos. Completar la información con respecto al primer caso condujo a la teoría de la relatividad, hacerlo respecto a la segunda, a la teoría cuántica, y de la tercera a la teoría del caos.

Todos poseemos un lugar "ciego" en la retina del ojo que tiene que ver con nuestras habilidades para reunir información. Pensemos en esa información ausente como en el transgresor de la teoría del caos. Creemos que lo tenemos todo bien atado y registrado, y entonces aparece el transgresor, lo vuelve todo al revés y se salta nuestras fronteras mas establecidas. El caos nos dice que la información ausente es la ventana abierta al todo. Desde el seno de la incertidumbre emerge nuestro acceso a las posibilidades creativas.

Tanto las metáforas como las teorías son nuevas formas de ver. Una teoría es una proyección mental sobre la infinita complejidad de la naturaleza, la que pone el énfasis en ciertos matices dentro del flujo de la existencia y la incertidumbre.

Autor:

Ing. Lic. Yunior Andrés Castillo S.

"NO A LA CULTURA DEL SECRETO, SI A LA LIBERTAD DE INFORMACION"®

Santiago de los Caballeros,

República Dominicana,

2015.

"DIOS, JUAN PABLO DUARTE Y JUAN BOSCH – POR SIEMPRE"®

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter