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Mitología del pecado, el castigo y el perdón en el AT



  1. Un engaño increíble
  2. Un dios perverso
  3. Intermediarios divinos para el perdón de los pecados
  4. Castigos del dios del AT
  5. Perdones del dios del AT
  6. Algunos castigos a personas
  7. Algunos perdones a personas
  8. Fuentes

Un engaño increíble

– No se necesita mucho esfuerzo de comprensión para darse cuenta que los líderes religiosos y políticos de las teocracias han hecho todo lo posible para hacer aparecer sus ambiciones más abominables como órdenes de un supuesto dios narcisista, es decir, que tiene una necesidad excesiva de admiración y afirmación; y siniestro, o sea, que causa temor o angustia por su carácter tenebroso o por su relación con la destrucción y la muerte. Un dios iracundo y cruel.

– Una contradicción de este dios consiste en que a pesar de todos los atributos en grado omni, ( omnipotente, omnisapiente, omnipresente..), su principal exigencia sea adoración por encima de todo lo demás. Y aquello que más lo enoja, hasta hacerlo practicar frecuentemente su omnipotencia destructiva, sea las desobediencias leves.

– Convencida la masa crédula de que no puede cometer la más
mínima desobediencia a dios, es fácil manipularla, redactando
unos mandamientos divinos que resguarden los intereses de los grupos elitistas.

Un dios perverso

"Dios es celoso y vengador y lleno de indignación, se venga de sus adversarios y guarda enojo para sus enemigos… Dios marcha en el huracán y la tempestad… Las montañas se estremecen delante del él, y las colinas se derriten. Ante su presencia queda desolada la tierra, el mundo y todos los que lo habitan… Su ira se derrama como el fuego… Aún en las tinieblas perseguirá a sus enemigos… Serán consumidos como paja seca", (Nahúm 1,2-10).

– Un dios que ordena los peores crímenes y perdona los pecados más atroces, un dios que muchas veces implanta un castigo, con el propósito de mostrar luego misericordia, no es un dios bueno sino un dios perverso.

– Asombroso que las comunidades judías, cristianas e islamitas hayan creído durante más de 2000 años en un dios de esas calidades.

– Una comunidad que cree en un dios de tales características es imposible que llegue a convivir en paz y amistad.

– Ofenderse implica una debilidad o carencia, y un dios se supone que está libre de ellas. Si se ofende es porque no es dios.

– Los premios del dios del Antiguo Testamento por la irrestricta obediencia a él, son bienes materiales no celestiales.

– El dios del Antiguo Testamento, en cuanto a pecado y perdón, tiene mucha similitud a los Estados imperialistas. Son delincuentes y jueces de los crímenes por ellos ordenados.

Intermediarios divinos para el perdón de los pecados

Si se acepta que el pecado es una ofensa a un dios, solo ese dios ofendido es la víctima, y el único que puede perdonar esas ofensas o pecados, y no intermediarios entrometidos y morbosos.

– El perdón solo puede concederlo el ofendido, el agredido. Sin embargo el dios del AT, además de conceder perdón directamente, lo hace a través de sus ángeles, profetas y sacerdotes.

Castigos del dios del AT

Un dios vengador, maldecidor, destructor, lapidador, asesino, guerrero, genocida,

Venganzas

– Se enlutará la tierra, y se extenuará todo morador de ella, las bestias del campo y las aves del cielo y aun los peces del mar morirán, (Oseas 4,3).

– Después Dios peleará contra aquellas naciones, como peleó esa batalla, (Zacarías 14,1-4).

– Comerás pan de cebada cocido debajo de la ceniza sobre los excrementos humanos, (Ezequiel 4,12).

– Traeré sobre vosotros el terror, la tisis y la fiebre, que os quemen los ojos y os consuman el alma.

– Sembraréis en vano vuestra semilla, pues se la comerán vuestros enemigos…

– Vuestras fuerzas se consumirán en vano, pues vuestra tierra no dará sus productos ni el árbol del campo sus frutos…

– Soltaré contra vosotros las fieras salvajes, que se alimentarán de vuestros hijos, exterminarán vuestro ganado…

– Traeré sobre vosotros la espada vengadora…

– Enviaré la peste en medio de vosotros…

– Me enfrentaré a vosotros con ira…

– Amontonaré vuestros cadáveres…

– Vuestra tierra será desolada y vuestras ciudades una ruina…

– A los que quedaren de vosotros, les infundiré pánico en sus
corazones…

– El ruido de una hoja caída los ahuyentará…

– Pereceréis entre las naciones, y os devorará el país
de vuestros enemigos…

– Se pudrirán a causa de su iniquidad en los países de vuestros
enemigos.

– Por las iniquidades de sus padres unidas a las suyas, se pudrirán,
(Levítico 26,16-39).

– Castigaré al mundo por su maldad, y a los impíos por
su iniquidad…

– Se alegrará el justo de haber visto la venganza, sus pies bañará
en la sangre del impío

– Por ello derramó sobre él el ardor de su ira, y la fuerza
de la guerra y le puso fuego por todas partes, (Isaías 42,24-25).

– Dios hará que se te pegue la peste, te herirá de tisis, fiebre,
inflamación, gangrena…

– Dios hará que te persigan hasta que perezcas… (Deuteronomio)

– Porque yo alzaré a los cielos mi mano. Y diré: Vivo yo
para siempre. Afilaré mi reluciente espada… Yo tomaré venganza
de mis enemigos… Embriagaré de sangre mis flechas, y mi espada devorará
carne; en la sangre de los muertos y de los cautivos, en las cabezas de larga
cabellera del enemigo, (Deuteronomio 32,40-43).

– Bienaventurado quien agarre y estrelle contra la roca a tus pequeños,
(Salmo 137,9).

Maldiciones

– Maldito serás en la ciudad y maldito en el campo…

– Maldito el fruto de tus entrañas y el fruto de tu suelo, el parto
de tus vacas y las crías de tus ovejas.

– Maldito serás cuando entres y maldito cuando salgas.

– Dios enviará contra ti la maldición, el desastre, la amenaza…
hasta que seas exterminado y perezcas rápidamente… hasta que te haga
desaparecer de este suelo…

– Tu cadáver será alimento de todas las aves del cielo y de todas
las bestias de la tierra…

– Dios te herirá de delirio, ceguera y pérdida de sentidos…

– Estarás oprimido y despojado toda la vida, y no habrá quien
te salve.

– Te desposarás con una mujer y otro hombre la hará suya.

– Edificarás una casa y no la habitarás.

– Plantarás una viña y no podrás disfrutar de ella.

– Tu buey será degollado ante tus propios ojos, y no podrás comer
de él.

– Tu asno será robado en tu presencia, y no se te devolverá.

– Tus ovejas serán entregadas a tus enemigos, y no habrá quien
te salve…

– No serás más que un explotado y oprimido toda la vida…

– Dios te herirá de úlceras malignas en las rodillas y en las
piernas, de las que no podrás sanar, desde la planta de los pies hasta
la coronilla de la cabeza…

– Plantarás y cultivarás viñas, pero no beberás
vino ni recogerás nada, porque el gusano las devorará… – Engendrarás
hijos e hijas, pero no serán para ti, porque irán al cautiverio…

– Todos tus árboles y los frutos de tu suelo serán presa de los
insectos….

– Todas estas maldiciones caerán sobre ti, te perseguirán y te
alcanzarán hasta destruirte, por no haber escuchado la voz de tu Dios,
(Deuteronomio 28,16-45).

– Comerás el fruto de tus entrañas, la carne de tus hijos
y tus hijas que te haya dado tu Dios, en el asedio y la angustia a que te reducirá
tu enemigo, (Deuteronomio 28,53).

– Caerán a espada; sus niños serán estrellados,
y sus mujeres encintas abiertas, (Oseas 13,16).

– Pon sobre él al impío, y Satanás esté a
su diestra.

– Cuando fuere juzgado, salga culpable…

– Sean pocos los días que le queden…

– Sean sus hijos huérfanos, su mujer viuda.

– Anden sus hijos vagabundos y mendiguen…

– Que el acreedor se apodere de todo lo que tiene…

– No tenga quien le haga misericordia; ni haya quien tenga compasión de sus huérfanos.

– Su familia sea destruida…

– Venga en memoria ante él la maldad de sus padres…

– Que corte de la tierra su memoria…

– La maldición lo vista como ropa, y penetre como agua en sus entrañas, y como aceite en sus huesos.

– Séale como vestido que lo cubra, y como cinto con que se ciña perpetuamente", (Salmo 109,6-19).

– Haré estremecer los cielos, y la tierra se moverá de su lugar, en la indignación del Dios de los ejércitos

– En el día del ardor de su ira… Cualquiera que sea hallado será alanceado… y caerá a espada.

– Sus niños serán estrellados delante de ellos.

– Sus casas serán saqueadas, y violadas sus mujeres…

– Con arco tirarán a los niños, y no tendrán misericordia del fruto del vientre, ni su ojo perdonará a los hijos, (Isaías 13,11-18).

– Dios juzgará con fuego, y con espada, a todo mortal. Muchos serán los que morirán a causa de Dios, (Isaías 66,16).

-Enviaré sobre ellos cuatro géneros de castigo… espada para matar, y perros para despedazar, y aves del cielo y bestias de la tierra para devorar y destruir, (Jeremías 15,3-4).

– He aquí que los que no estaban condenados a beber el cáliz, lo beberán ciertamente. No serás absuelto, sino que ciertamente beberás. Porque por mí he jurado, asolamiento, oprobio, soledad y maldición, (Jeremías 49,12-13).

– Seré para ellos como león, como un leopardo en el camino los acecharé, como osa que ha perdido los hijos los encontraré, y desgarraré las fibras de su corazón, y allí los devoraré como león; fiera del campo os despedazará. Te destruiré, oh Israel, (Oseas 13,7-9).

– A espada morirán todos los pecadores de mi pueblo, (Amós 9,10).

– No tendré ya más piedad de los moradores de la tierra. Pues no me compadeceré más de los habitantes de esta tierra, sino que haré que los hombres caigan cada uno en manos de otro y en manos de su rey; y ellos asolarán la tierra y yo no los libraré de sus manos. (Zacarías 11,6).

– Al dios del Antiguo Testamento no le agradaba el aroma de las ofrendas vegetales, sino el olor a sangre y a carne quemada de los corderos, (Levítico 26,6).

Destrucciones

– Si oyes decir que en una de las ciudades que tu Dios te da para habitar, algunos hombres malvados han seducido a sus conciudadanos diciendo: Vamos a dar culto a otros dioses… Y si es verdad, si se comprueba que en medio de ti se ha cometido tal abominación, herirás a filo de espada a los moradores de la ciudad, destruyéndola con todo lo que en ella hubiere, y también matarás sus ganados a filo de espada. Y juntarás todo y en medio de la plaza consumirás con fuego la ciudad y todo su botín, hasta que sea un montón de ruinas para siempre, y nunca más sea edificada, todo ello como holocausto a tu Dios, (Deuteronomio 13,12-16).

– A veces, yo decido, contra una nación o contra un reino, arrancarlo, destruirlo o aniquilarlo, pero si esa nación contra la que he hablado, se convierte de su iniquidad, también yo me arrepiento del castigo que iba a imponerle, (Jeremías 18, 7).

– Destruiréis enteramente todos los lugares de las naciones que vosotros heredaréis y que sirvieron a sus dioses, sobre los montes altos, y sobre los collados, y bajo todo árbol frondoso… Y consumiréis con fuego las esculturas de sus dioses, y raeréis su nombre de aquel lugar, (Deuteronomio 12,2-3).

– Destruiré por completo todas las cosas de sobre la faz de la tierra, destruiré los hombres y las bestias; destruiré las aves del cielo y los peces del mar, y cortaré a los impíos, (Sofonías 1,2-3).

– Dios dará como lluvia a tu tierra, polvo y arena, que caerán del cielo sobre ella hasta la destrucción…

– Así como Dios goza en haceros el bien y en multiplicaros, así gozará también en arruinaros y en destruiros; y seréis arrancados de sobre la tierra, (Deuteronomio 28,63).

– Con mi ira aplasté los pueblos, y los embriagué con mi furor, y derramé su sangre en la tierra"(Isaías 63,6).

Lapidación de herejes.

– Si tu hermano… tu hijo o tu hija, la esposa que reposa en tu seno o el amigo que es tu otro yo, trata de seducirte en secreto diciéndote: Vamos a servir a otros dioses… No accederás ni le escucharás, tu ojo no tendrá piedad de él, no le perdonarás ni le encubrirás, sino que le harás morir; tu mano será la primera sobre él para darle muerte, y después la mano de todo el pueblo. Le apedrearás hasta que muera, porque trató de apartarte de Yahvé tu Dios", (Deuteronomio 13,6-10).

– Entonces sacarás a tus puertas al hombre o a la mujer que hubiere hecho esta mala cosa, sea hombre o mujer, y los apedrearás, y así morirán. Por dicho de dos o de tres testigos morirá el que hubiere de morir… La mano de los testigos caerá primero sobre él para matarlo, y después la mano de todo el pueblo; así quitarás el mal de en medio de ti, (Deuteronomio 17,5-7).

Asesinato

– He aquí que seis varones venían… y cada uno traía en su mano un instrumento para destruir… Y dijo Dios… Pasad por la ciudad… y matad; no perdone vuestro ojo, ni tengáis misericordia. Matad a viejos, jóvenes y vírgenes, niños y mujeres, hasta que no quede ninguno, (Ezequiel 8,6-15).

Guerra y genocidio

– Cuando te acerques a una ciudad para combatirla, la intimidarás a
la paz… Más si no hiciese paz contigo, sino que te hace la guerra, entonces
la sitiarás. Luego que tu Dios la entregue en tu mano, herirás
a todo varón suyo a filo de espada… Todo su botín tomarás
para ti… No dejarás ninguno con vida, sino que los destruirás
completamente como tu Dios te ha ordenado: heteos, amorreos, cananeos, ferezeos,
heveos y jebuseos, (Ester 9,2-16).

– En todas las provincias del rey Asuero se reunieron los judíos en
sus ciudades para poner la mano sobre cuantos habían intentado hacerles
mal, sin que nadie les opusiera resistencia… Los judíos pasaron a filo
de espada a todos sus enemigos; fue un degüello, un exterminio: hicieron
lo que quisieron con sus adversarios. – – En la ciudadela de Susa los judíos
mataron y exterminaron a 500 hombres… Los judíos de las restantes provincias…
mataron de entre sus adversarios a 75000, (Salmo 44,5-6).

– Tú sólo, oh Rey mío, Dios mío… por ti nosotros
hundimos a nuestros adversarios, por tu nombre pasamos por encima de nuestros
agresores.

– Perseguiréis a vuestros enemigos; que caerán ante vosotros
a filo de espada. Cinco de vosotros perseguiréis a 100, y 100 de vosotros
perseguiréis a 10.000; vuestros enemigos ante vosotros caerán
a filo de espada, (Levítico 26,7-8).

– He aquí, que el día en que Dios viene, serán repartidos tus despojos. Yo reuniré todas las naciones para combatir contra Jerusalén y la ciudad será tomada, y serán saqueadas las casas, y violadas las mujeres, (Zacarías 14:1)

Perdones del dios del AT

Para obtener el perdón divino, el dios del Antiguo Testamento exige: reconocimiento y confesión de los pecados y penitencia, en forma de sacrificios o ayuno.

– Con el carnero de la expiación lo reconciliará el sacerdote delante de Jehová, por su pecado cometido y se le perdonará,(Levítico 19:22).

– Si se humillare mi pueblo, invocare mi nombre, buscare mi rostro, orare y se convirtiere de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra, (2 Crónicas 7:14).

Algunos castigos a personas

Un dios cruel que castiga a sus creaciones directas y a sus mejores servidores

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Castigo a Adán y Eva

Dios puso a Adán y Eva en el Jardín del Edén o paraíso, y para probar su fidelidad y obediencia les dio el mandato de comer de todos los frutos del árbol del huerto, excepto uno, llamado árbol de la ciencia del bien y del mal. Les advirtió que si comían frutos de él, morirían. La serpiente engañó a Eva, quien comió del fruto prohibido y le dio también a comer a su marido. Esta falta de obediencia les acarreó la expulsión del Paraíso y el castigo con la muerte, el dolor, la vergüenza y el trabajo. Hechos conocidos como el pecado original, (Génesis 2:15-217, 3:16-24, 3:6).

Castigo a Abel y a Caín

Adán y Eva tuvieron dos hijos Caín y Abel. El mayor Caín araba los campos, mientras que Abel cuidaba rebaños. Los dos hermanos hacían ofrendas a Dios. Caín le quemaba lo mejor de sus cosechas y Abel los mejores corderos de su rebaño.

Castigo a Abel. Dios permitió el asesinato de Abel. Como Dios aceptaba las ofrendas de Abel, pero no las de Caín, Caín se enojó muchísimo y lo mató.

Castigo a Caín. Dios maldijo a Caín por la muerte de Abel, diciendo: ¿Qué has hecho? ¡Escucha! La sangre de tu hermano clama castigo. Ahora estás maldito y la tierra que recibió la sangre de tu hermano rechazará tu mano. Cuando la trabajes no te dará fruto. Y vagarás eternamente sobre ella, (Génesis 4).

Castigo a Aarón

Subió con Moisés al monte Sinaí, acompañado de sus hijos Nadab y Abiú y de los setenta ancianos de Israel, vio a Dios y recibió el encargo de resolver las dificultades que se pudiesen presentar durante la ausencia de Moisés. (Exodo 24:9-18).

El pueblo temeroso de que Moisés no regresara, lo presionó para que ordenara la fabricación de un becerro de oro que marchase al frente de la caravana. Para ello se desprendieron de todas sus joyas. Mientras el pueblo con cantos y danzas gritaba ante él: He aquí tu Dios que te sacó de Egipto, fue interrumpido por la llegada imprevista de Moisés, que, montando en cólera, destruyó el ídolo, (Exodo 32:1-6).

Una falta de confianza en la Palabra de Dios en Cades atrajo sobre Aarón y Moisés el castigo de no entrar en la tierra prometida (Números 20:1-13).

Castigo a Moisés

Moisés al llegar a la tierra prometida tuvo que despedirse de la gente, y murió, sin poder alcanzar la tan ansiada meta.

Cuando los hebreos se hallaban en medio del desierto, en una localidad llamada Cades Barnea, Moisés decidió enviar 12 hombres, uno por cada tribu, como espías para que se adelantaran y entraran de incógnito en la Tierra Prometida, con el fin de averiguar cómo era, quiénes la habitaban, qué población tenía, y poder organizar la conquista, (Deuteronomio 1,22-23).

Después de 40 días regresaron al campamento de Cades y contaron con grandes alabanzas las maravillas del lugar que habían visto. Era una tierra maravillosa, rica, fecunda. El pueblo se entusiasmó con el relato, y quería inmediatamente organizar la conquista. (Deuteronomio 1,23-24).

Luego relataron las malas noticias: que la población eran muy numerosa, sus ciudades fuertes y amuralladas, y sus habitantes tan gigantescos que al lado de ellos, los espías hebreos parecían insectos. Los israelitas se espantaron, y empezaron a gritar. Se enojaron con Moisés por haberlos sacado de Egipto y quisieron nombrar otro jefe para que los llevara de vuelta al país del Nilo. La desesperación se apoderó del campamento. Las mujeres lloraban acongojadas, y los hombres murmuraban: "Éste es nuestro fin. ¡Para qué habremos salido de Egipto!".

Moisés trató de calmarlos, recordándoles que Dios había prometido estar al lado de ellos y acompañarlos, pero fue inútil. Ningún argumento pudo convencerlos, y se negaron a emprender la conquista de Canaán, (Deuteronomio 1:29-33, 1:25-28).

Entonces intervino Dios, ofendido porque los israelitas habían perdido la confianza en Él, y decidió castigar a los mayores, entre ellos Aarón y Moisés, prohibiéndoles que entraran a la Tierra Prometida. Todos morirían en el desierto, y sólo sus hijos lograrían conocerla (Deuteronomio 1:34-38).

Algunos perdones a personas

Un dios atroz que ordena cosas abominables

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Perdón a Noé.

Dios observó que los hombres se estaban multiplicando sobre la faz de la Tierra, que la violencia y la maldad crecía con ellos y que la Tierra se estaba arruinando, por lo que decidió destruir a todas las personas que la poblaban.

Sin embargo, decidió salvar a un hombre justo y recto, llamado Noé, y a su familia. Ordenó a Noé que construyera una embarcación, y que llevara con él a su esposa, a sus hijos Sem, Cam y Jafet, y a las esposas de éstos, (Génesis 6:11)

Prueba de fidelidad a Abrahán

Dios dijo a Abraham, sal de tu país, de tu parentela, y de la casa de tu padre, vete a la tierra que te mostraré. Haré de ti una gran nación. Y Te bendeciré… y haré tu nombre grande. Y bendeciré a aquellos que te bendigan y maldeciré al que te maldiga. Y en ti todas las familias de la tierra serán benditas" (Génesis 12:1-3). Para probar la fidelidad de Abrahán, algún tiempo después del nacimiento de Isaac, el Señor le ordenó que le ofreciera a su hijo en sacrificio. Él con su hijo Isaac subieron solos a la montaña, Isaac llevando la leña en la que sería sacrificado. Justo cuando Abraham iba a sacrificar a su hijo, se lo impidió un ángel diciendo: No extiendas tu mano contra el niño, ni le hagas nada; pues ahora conozco que eres temeroso de Dios. En ese lugar apareció un carnero que sacrificó en lugar de su hijo, (Génesis 22:9-12).

Perdón a Lot

Lot y sus dos hijas solteras fueron salvados de morir durante la destrucción de Sodoma y Gomorra. Dos ángeles los guiaron fuera de la ciudad. El Señor le dijo, "¡Escapad de esta ciudad por tu vida! No mires hacia atrás, ni permanezcáis en ningún lugar de la planicie. Escapad a la montaña antes de que seas consumido", (Génesis 19:17-20).

Los yernos de Lot murieron porque no creyeron a Lot y tomaron el aviso de Dios ligeramente: "Y Lot salió y habló con sus yernos, y dijo. "Levántense y salgan de este lugar, porque el Señor destruirá esta ciudad." Pero sus yernos creyeron que él estaba bromeando" (Génesis 19:14). Como resultado de su escepticismo, los yernos de Lot con sus hijas casadas, permanecieron en Sodoma con sus esposos y murieron.

La esposa de Lot incrédula y desobediente, cuando estaba saliendo de Sodoma, miró hacia atrás y fue transformada en una estatua de sal. "Pero su esposa miró hacia atrás desde detrás de él, y se convirtió en una columna de sal." (Génesis 19:26).

Fuentes

http://www.monografias.com/trabajos87/absurdos-biblia-partes-7-8-9/absurdos-biblia-partes-7-8-92#ixzz3w0LpxC16

http://amistadencristo.com/teodicea/porque_las_guerras_at.php

http://www.egiptologia.com/egipto-y-la-biblia/3409-por-que-moises-no-pudo-entrar-en-la-tierra-prometida.html

 

Enviado por:

Rafael Bolívar Grimaldos

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