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Poemario: hojas melodiosas atrapadas en cuentos de papel



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    Poemario: hojas melodiosas atrapadas en cuentos de papel – Monografias.com

    Poemario: hojas melodiosas atrapadas en cuentos de papel

    Monografias.com

    La hoja demacrada gravitó desde el árbol vivo y nuevos brotes hubo

    en el árbol y en la tierra. Fuimos hechos de maíz pero también de papel.

    A mi familia, a los amigos y para la gran

    familia universal

    NOTA

    Cuando se escribe aquello que sale del cuotidiano trajinar de las almas, se hace una verdadera cita con la poesía. Se intenta moldear lo que sucede para suscribirlo en un título y unos cuantos versos que muchas veces no alcanzan para dimensionar el auténtico escenario de un hecho inspirado de la vida.

    Asistimos a esta cita con 59 poemas inéditos que procuran en forma humilde, creativa y diáfana, dibujar lo que trasciende inmersos en la traviesa y andariega poesía. Una forma de cantarle a la vida misma todo un profundo agradecimiento.

    LA HOJA DESPRENDIDA

    La hoja embalsamada se precipitó amarilla
    sobre el canto del viento

    un silbido se apoderó del inquietante
    momento

    tiempo, sol, con granizadas de frío atormentan
    el suave caminar,

    inesperado el suelo recibe su alimento tardío

    al igual que la lluvia sabrá esperar el
    tantito de segundos

    para que avance el atardecer de la inquietante
    vida.

    Hay también un murmullo de insectos que
    al aproximarse

    han tejido suave habladuría sobre el destino
    silente de las eternas cosas,

    nada se ha escuchado después de tu caída,
    la gravedad se ha alimentado

    con tu incolora dulzura, espesa, brumosa

    dibujando al caer gaviotas de papel sobre el
    octante de tu proyección.

    Al amanecer con tierra en su olor, hay aire en
    su vientre

    como esperanza de millones de gotas

    abre su cuerpo amarillo sobre las delicadas mariposas

    y el comején multiplicado exponencialmente,
    te espera

    sólido, irreversible sin decadencia.

    SOBRE LAS RAMAS

    Al crecer, tu lentitud se desarrollaba

    incólume como estatua de papel

    habías rotulado letras sobre los tallos
    y las formas;

    crecías adosada al ritmo impactante
    de las humanas presencias

    sombras de pinos viejos, heridos por bolsas
    plásticas

    lloraban las humildes esencias de vastos territorios.

    De pronto no crecías, tu humectante
    pensamiento no besaba el indefenso rostro

    verde, extendido

    muerto, sobre el alma torcida

    cuando la mano giraba sobre la arquitectura
    moderna;

    avanza la ciudad que preocupa sobre el concreto

    colores, tecnología, ojos trasnochados
    con la polución

    sobre tu piel desgarrada está el polen
    civilizado

    diseminado, expatriado, globalizado

    en la atmósfera una vez azul, perforada,
    caliente;

    híbridas formas, mutantes y extraterrestres,
    fetidismo ambiental

    arcillas sobre ramas y combustible sobre el
    porvenir.

    VERDE MAR

    Verde mar, señal agitada de tortugas

    tsunami y tragedia, la vida que huye, intrépida
    y valerosa

    sobre la costa y el lecho marino, especie y
    decadencia.

    Verde y agitado mar, pomposo inclemente, trabajador
    de mareas y lunas;

    tortugas, delfines, ballenas, infinidad de
    especies junto al arrecife que migra

    junto al manglar que espera; mar indómito,
    rasante, provocador.

    Mar espiral, acústica del tiempo, vaivén
    y resorte en la ley de Hook;

    planeta de toda la tierra, de todos los sabores,

    velas, barcos, fogosos y atrevidos navieros
    submarinos.

    Verde absoluto, inspiración y muerte,
    de tus entrañas azules flota una historia

    de vendavales; alquimia y química,
    física nuclear, petróleo y sangre.

    Sonrisas por llegar a puerto seguro con gente
    de paz,

    gente de cromáticos aromas, de cultura
    de barro y de fusión.

    Mar seguro, insondable mar, pesca y humanidad

    navegamos a encontrarte en el arado de los
    siglos

    surco, brazos abiertos

    secreto y testigo de la indómita evolución.

    LA CALLE DESPIERTA

    Hoy al amanecer, el alba oscurecida aún,
    habíase restregado los ojos

    nuestros pasos se aceleraron para ganar la
    acera,

    los zapatos apuraron el deseo de verse libres
    del peligro.

    La calle intransitable e inhumana sintió
    el calzado de muchos

    sentimentalmente afligida, golpeada, vejada,
    empujada al abismo;

    de pronto se le escuchó gemir cuando
    los frenos de un auto se deslizaban

    en marcas por el asfalto caliente, hirviente,
    roca ígnea, volcán y rugido

    neumáticos pintados, asesinos, velocidad
    insuperables; las voces anónimas

    y el grito indiferente, huérfano, nadie
    lo escuchó, nadie abrió sus tímpanos
    para oírlo.

    El anciano cayó, el niño murió,
    la anciana se desplomó sobre la historia de
    la máquina,

    sobre el renacimiento y la revolución
    industrial, vapor, trenes

    sonido de vaivenes

    tic, tac reloj

    y el tiempo de la calle va ocurriendo para
    llegar a la siguiente orilla

    el borde de la calle, el movimiento, ciudad
    y mecánica moderna.

    EL CHASQUIDO DEL RÍO

    Cuando cayó la hoja soñolienta
    también habíamos creído la muerte
    del río;

    del otoño aquel

    un remolino atornilló el miedo a la
    firme decisión de las rocas

    y gigantescas nubes se sonrojaron aquella tarde;

    en el espejo del cauce

    sobre el pobre caudal se animó el amor
    del agua

    besando a sus hijos

    ternura aquella que demuestran las grandes
    madres

    en los tiernos picachos que amamantan,

    se acurrucaron hermosas alabanzas de espíritus
    traviesos,

    multicolores soles, iris y una columna de intrépidos
    payasos

    frente al lodazal merodeaban sonrisas;

    gotas perdidas en jardines, delicioso néctar
    con frescura a tierra.

    El río creció, abrió paso
    entre catacumbas

    y se esfumó de la vista acechadora e
    inescrupulosa;

    ya no está, pareciera que no vive

    pero su corazón con frenesí se
    anida en ti.

    TIERNAS AMIGAS QUE NOS CURAN

    El verde olor se apoderó de mí

    cuando un suave escalofrío se hizo cómplice
    de la fiebre

    con nombre de enfermedad terrible; oscilante
    el médico

    hizo señas a un colaborador con pinzas,

    nervios sobre la anatomía del paciente,
    expectativa de neuronas,

    reflejos sobre músculos, fisiología
    de órganos,

    piel, sangre adentro, flujo de información,
    cibernética espacial

    aceleración ritmo cardíaco, exploración,
    resucitación.

    De pronto las alternativas desde la raíz,
    tallo. flor y fruto

    olores, aromas, suculentas recetas, jugos y
    esencias

    el punto, la cuadratura, la amargura en la
    hirviente piel

    bacteria, glóbulo, virus en perfecto
    equilibrio

    salud y anatomía perfecta, dios en las
    maravillas

    amor de plantas, aloe vera, inagotables nombres

    ritmo y vida

    biología molecular

    integridad cósmica.

    EL DUENDE DEL ABISMO

    Ha suspirado el arado en el rastrojo y la tarde
    presurosa se fue jadeando

    tras la serranía se apuraron las almas
    que empujan al sol,

    luna desaparecida, luna nueva, cúmulo
    de estrellas perturbadas.

    Al fondo el eco, las sombras pisaban el rastro
    de la historia

    un enorme miedo se agigantó sobre la
    libertad

    soplando cadavéricamente los trapos

    engullidos de odio religioso y racial.

    Se arriaron banderas coloridas y se izaron
    nubarrones;

    junto a espadas, truenos vociferaron con voz
    de volcanes

    apareciendo figuras soberbias, espantosas y
    amargas

    cerrando a invidentes ojos un gran precipicio

    por el cual se desplomaban arrojados

    como un cuento sin final

    papeles, pergaminos, culturas, razas;

    el duende se alimentó de ellas

    de su enorme poder para atragantarse

    salieron las sombras cojeando como lo humano
    padeciendo.

    AUTOESTIMA CONTAGIOSA

    Inyectáronse una especie de sonrisa
    y los músculos desbordados

    agigantaron los pechos ya pomposos

    cual bombas llenas de helio soplaban hermosas
    esculturas

    que deambulaban por la Quinta Avenida, la Avenida
    Nevki

    o cualquier avenida importante de algún
    interesante país.

    Cabeza erguida, cual mentón saliente
    y pronunciado destapa el orgullo;

    bembas abultadas, arrugas corregidas, cueros
    estirados

    modelos y hambre por obligación

    finas curvas de cuerpos disminuidos, apretadas
    las carnes con los huesos

    sobre pasarelas y en eventos, canciones y movimiento

    público y fanatismo, aplausos y lágrimas,
    gritos y efervescencia;

    la guitarra y una enorme esclavitud frente
    a la moda,

    los estilos, la música vibrante, la
    música estridente;

    una nota musical perdida y recuperada;

    el amor, la solidaridad, la estima apreciada,
    el reconocimiento del otro,

    el hermano prójimo, el hermano lejano

    la estima del uno cocida en el fuego del otro.

    NAUFRAGIO DE NOTICIAS

    Globalizado el mundo, eternizada la vida en
    común

    tan cercano como un trompo silente, iluminado
    por la fría luna;

    espectro, nube, ondas electromagnéticas

    bombardeados los hogares

    imágenes, sonidos, televisión,
    radio, computadoras

    impresiones en tres dimensiones, celulares,
    tabletas,

    teclas, táctiles, interfaces, sistemas,
    el internet de las cosas, lo virtual,

    el vibrar del internet de las almas, mundo
    inhóspito,

    aridez en el cariño, lo sé todo,
    lo penetro todo

    indago, exploro, arrebato, perfecciono

    el prodigio, lo bello, lo hermoso, la explosión
    del conocimiento

    la proyección, la búsqueda incesante

    en este mar infinito de ignorancias

    pero novedoso de amores,

    de contactos, hacia el más allá

    hacia lo siempre grande, vasto, infinito, inmortal,
    inalcanzable.

    LOS ANIMALES DE LA CASA

    La lluvia ha inundado la tierra y levantado
    los campos

    más pronto que tarde reverdecerán
    los inalcanzables parajes,

    el estío habrá dejado su perenne
    marchitez.

    De la ternura han hablado un poco los abuelos

    con la acechanza y el recibimiento de ciertos
    animales, ni se diga;

    cómo festejan tu llegada aquellos valientes
    guerreros que te acompañan

    durante inolvidables siglos,

    mimosos y porfiados tras la aventura y el peligro;

    no aprendimos nunca a dejarlos en la laberíntica
    calle

    para que un desalmado los lapidara

    les rompiera el alma y fracturara sus esqueléticas
    formas.

    De los animales domésticos aprendimos,
    la paciencia para ser esclavos

    de algo que se cuida para que preste el infatigable
    servicio de vigilarnos

    son asombrosas sus destrezas para avisarnos
    cosas increíbles,

    cosas tan humanas que no somos capaces de percibir,

    tan así, con tan alta misión
    de guiarnos al equilibrio y la felicidad

    y sin embargo, lo poco y lo sencillo, lo hemos
    perdido.

    LA ZONA SECA DE LA LAGUNA

    Yay, tiene significado de chamán en
    lengua indígena

    además de ser una palabra que se lee
    al derecho o al revés

    es un noble terruño asentado en el último
    estribo de la cordillera andina,

    sediento y polvoriento, amasado entre el olvido
    y la soledad

    pueblos testigos, olfatos de encomenderos

    fuerza de caballos arrastrados a la guerra
    desigual.

    Una leyenda perdida, extraviada en el papel
    de un minero

    quien arrebató de sus entrañas
    el valor de los hombres,

    de sus mujeres, la sed y la miseria junto
    a la zona seca;

    Sainó, Maraca, Botucal se pueden escribir
    sobre aquellas lagunas amarillas

    sudadas de ignominias, donde el latrocinio
    y la maldad deja sus marcas

    ancladas en los bellos bustos de exuberantes
    doncellas.

    Sobre el asfixiante tierrero levantado producto
    de la arcilla sacada

    no volverá a nacer las dalias ni las
    rosas, ni tampoco muchachas hermosas

    que lleven esos nombres

    en el caluroso encuentro del pertinaz aguacero

    y los vientos apurados del sur.

    VUELOS DE PAPEL

    Papagayos itinerantes que amarrados a los ojos
    vivarachos de los niños

    sujetan manos de audaces recuerdos,

    suenan los animosos chillidos que levantan
    la algarabía

    un rollo de hilo pabilo ajustado a un trozo
    de palo

    enrolla y desenrolla

    el sube y baja del péndulo de la nave.

    Carrizo, hecho para una figura geométrica

    estrella, cuadrado, rectángulo, circulo

    flotante, ventoso, multicolor

    tiempo que se eleva, se evapora

    se vuelve masa, tela de araña

    enorme sonrisa de payasos

    sobre barras, en circos de paz.

    Y subió el globo por la ladera

    reventóse el hilo o la cuerda

    y tras de ella un enorme vendaval de voces

    rompió en pedazos lo asombroso.

    HONOR AL ÚLTIMO POETA

    Al igual que el último romántico

    nos hemos recordado del poeta abandonado que
    bajo el libre verso

    fue y ha sido olvidado

    desde la plaza pública ofertando su
    canto

    formando arengas y congregaciones;

    no suena su grito musical en grandes escenarios

    vibra su expansivo verso en la carrera de cada
    día.

    El último poeta, escondido en las sombras
    de un vasto sol

    apasionado sobre el papel y con grafitos de
    la pared

    universo de acciones, carátula de libros
    soñados o pensados

    salió al sitio convergente de los mares

    en la prédica de cada ángel a
    robarle el espíritu a la luna de cristales

    arrebatándole el pan con las metáforas

    para poder decir una palabra sumada de esperanzas.

    El último poeta se ha multiplicado;
    hecho factor, se ha exponenciado

    y como valeroso juglar, hecho resistencia

    río de madera y núcleo, supervivencia
    de la poesía.

    AL BORDE DE LA FRONTERA

    Si rompiendo el alambre nos han llevado

    rompiendo fronteras nos han guardado,

    poderoso sueño de niños que se
    arruga.

    Hemos llegado al borde

    siendo extranjero algún día

    hemos caído sin regreso por un tiempo

    volvimos, estamos sembrados en el retorno.

    Nada entorpece el movimiento de gentes por nuevas
    vidas

    papeles del teatro que a veces como marionetas
    cumplimos

    cuando el tornado lo arrebata

    y por una increíble hendidura fuimos arrojados

    al desierto, bajo el arma asesina.

    Y el sueño está arrebatado

    indispuesto

    rebelde

    pero sigue en la solidaridad de hermanos

    de aquellos que nos refugiaron en el éxodo.

    LA CULTURA DE LO NUESTRO

    La pertenencia, una extraña sensación
    de defensa

    como indócil potro por la llanura

    arraigo, tierra adentro

    barro de Adán y Eva

    fusión y hospitalidad.

    Aquí en América nos fundimos
    en crisol

    todos, venidos de tantos orígenes

    sin tamices, sin tabúes.

    El trabajo digno nos ha hecho los huesos duros

    manos de manantial, suma de manos

    evolución de mujeres y hombres forjados
    en el sufrimiento

    vestidos, casas, selva, civilización,
    revoluciones, pobreza, riquezas

    en el gran suelo patrio

    elaborando el aroma de lo nuestro

    de lo propio, del valor agregado de nuestra
    raza de todos

    con amor y la semilla generosa

    para plantar al lado de la ribera de las civilizaciones
    encontradas e insurgentes.

    CULTIVO DE ESPIRITUALIDAD

    Abriendo los poros del suelo

    nos acercamos a la sonriente anciana

    germen de nuestros primeros días.

    Evolutiva como lo que da origen

    sin preguntarnos para qué,

    acercó sus delicados brazos al rostro
    cansado

    arrugado por el fuego de la existencia,

    alma o grito

    una penuria y una conformidad,

    en la faena está el logro, la inmensa
    dignidad

    llenura, carácter, integridad del amor

    coherencia, aun en la distancia y las edades.

    Escrito está

    plasmado en el estriado rostro

    en los surcos de la historia

    su enorme compromiso con las nacientes generaciones;

    anciana generosa, cultivo de las rosas.

    EL OLVIDO DE LAS COSAS PRÓXIMAS

    Las edades se van acumulando así como
    los segundos se achican

    los ojos se alejan y la luz los olvida

    el reloj de pared se precipitó a tierra

    dejando su quietud presidiaria

    estallando el cristal sobre el suelo helado.

    Saltaron las agujas en número de tres

    tic, tac, tic

    con enorme ruido expandido sobre el comedor;

    de pronto, no sé si hemos comido

    por encima del recuerdo de antes, ha aparecido
    el después de siempre

    confusos, capturamos las agujas y las llevamos
    a la caja sonora del tiempo.

    Están vivos, suena el principio activo
    del asesino tiempo

    al armarse estas manecillas volvió el
    horripilante estruendo para los durmientes

    si la noche es larga e inoportuna,

    la cama que rueda, la hamaca que se abalanza
    sobre la columna y las costillas.

    El recuerdo ha emigrado sobre la enfermedad

    y el olvido junto a la soledad se enseñorean
    de este segundo, que no suena.

    PUEBLO, PICACHO ANDINO

    Suelo, que en el caminar has dibujado nuestro
    destino

    que aunque partimos un día a conocer otras
    tierras

    te llevamos en el "Sanare, puramente paraíso"
    del poeta pretendido y olvidado.

    Suelo, que al desandar el camino te añoramos
    en cada interminable día

    hilando millares de tus corazones para elaborar
    los lienzos

    que maestros no reconocidos nos habían
    mostrado.

    Primavera arrasada por pútridos alientos

    que marchitaron tus margaritas y aniquilaron
    tus sauces;

    ya no te veo las casas viejas que hablaban de
    cuentos de caimanes

    y guardaban celosamente las loceras y las muñecas
    de trapo.

    Pincel que discurres por tus reducidas montañas

    y van cayendo en los bucos trasnochados de nostalgias

    mermando tus manos rebeldes

    aprisionadas por estómagos llenos de pan
    y avaricia;

    pero, de pronto la margarita comenzará
    a elevarse

    desde las raíces, en los pétalos

    y Sanare volverá a remontarse en los
    Andes.

    CEREBROS DESDOBLADOS

    Algún cerebro ha explotado al estilo big
    bang

    produciendo galaxias de neuronas

    nos duele la cabeza al final del tiempo

    convertido en ruinas.

    Nutrinos van tejiendo el suave universo de las
    diminutas esferas

    impulsos eléctricos que lo mueven todo

    magnetismo, trenes, espejismo,

    universos mutantes, alienígenas conocidos

    ácidos de la vida, del núcleo celular.

    En el atardecer auroras se depositaron en la frágil
    cama

    se tendieron las ropas sobre las telas de arañas

    cuando el mar recogió sus pies y miró
    la luna

    durmieron las estrellas sobre el sol y diéronse
    vuelta los cometas

    sobre el hermano del sol; otra estrella apagada
    en la cruel noche de los tiempos.

    Las arañas volvieron a hilar frenéticas,
    devorando espacios

    apareciendo formas novas, supernovas, enanas blancas

    neuronas del alfa y nervios, contenido de un universo
    de cerebros.

    UN DÍA DESPUÉS

    Un día después puede ser mañana

    los pájaros se acercaron murmurando destinos

    en manadas oscilantes de verbos

    matices de sílabas

    alfabeto de plácidas letras

    arquetipo, construcción de saberes

    suenan vocales y consonantes, adornadas de notas
    musicales

    fonético, amigable, lengua de los mundos
    itinerantes

    lengua del verso libre, de la canción
    de cuna cabalgando la rima del arrullo.

    Mañana, un día después,
    los objetos gramaticales se volvieron figuras

    niños sobre papel haciendo travesuras
    de lápices y plumas;

    Cervantes, Bello, Robinson y el delirio aquel
    en América, de libertadores

    poetas y labradores, sembrando manuscritos

    poder, ascenso, fuerza de crisoles, de razas
    puras

    de la tierra joven, del cantero en el invierno
    apurado para la siembra.

    Mañana, el día luego, donde el
    pronombre domina el quehacer

    y el verbo conjugado se funde al sujeto del amanecer.

    SERENATAS DE NOCHES DESPIERTAS

    La manzana verde viró por la piel de
    la mesa

    toronja y miel le cortejaron con aromas de
    canela

    naranjas apetitosas parecieran que sonríen

    envueltas de olorosas y refulgentes piñas

    guanábanas y olorosos nísperos
    mezclan la vista con el paladar

    se relajan los músicos que adornan

    la naturaleza viviente, puro verde, resaltante
    brillo

    obsequian la balada en la noche de los frutos.

    Hormigas y abejas festejan el sueño
    coloreado con luz de lunas

    enormes selenitas se acercaron, ángeles
    de románticos efectos

    duendes frutales, sabores, voces, ensalada
    de noches soñolientas

    trasnocho de recuerdos y ecos

    la copa está extrañada sobre
    el odre viejo,

    vino nuevo

    como la uva se iba recordando de su presencia
    sobre la piel de la mesa

    cáscaras tendidas, sabores exóticos

    serenatas y sentimientos permanentes.

    EL TRIGO, SIEMBRA Y COSECHA

    Padre de todos, vencedor de tempestades

    han salido las aves a pasear por los campos

    a mirar los segadores en su arduo trajinar;

    tiritan de frío los azules ojos del
    espacio,

    inmensa agitación.

    A lo lejos, la gramínea se ha acostado
    sobre el suelo

    frondosa, esparcida sobre la llanura fértil,

    a ti, los pueblos se acercan

    para arrancarte el nutritivo pan.

    Olas de manos navegan para que se llegue el
    día

    y el ancla se posa

    en los dedos del mar,

    la alegría agasaja al corazón
    y la felicidad invade

    con mercenarios de pan; avena, arroz, cebada

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