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Relaciones entre epistemología, ciencia y arte



Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Lógica y creatividad
  3. Epistemología y ciencia en la modernidad
  4. Epistemología y ciencia en la postmodernidad
  5. Epistemología, artes e investigación creación
  6. Conclusiones
  7. Bibliografía

"La experiencia más hermosa y más profunda que nos es dado sentir es la del misterio.

Es la sensación fundamental, la cuna del arte y de la ciencia verdaderos.

Quien no la conoce, quien no puede asombrarse, ni maravillarse, está muerto.

Sus ojos se han extinguido".

Albert Einstein.

Introducción

El objetivo central de este trabajo es establecer las relaciones entre epistemología, ciencia y arte. En este sentido señalamos que la epistemología, en su versión postmoderna, nos ayuda a conocer tanto las bases de construcción tanto de la ciencia como del arte. Buscamos los principios constitutivos del conocimiento científico y de las artes. Y las preguntas esenciales que nos hacemos es ¿Se puede definir la ciencia exclusivamente bajo sus fundamentos racionales, metodológicos y técnicos? ¿Se puede definir el arte solo en base a sus fundamentos creativos, intuitivos? La respuesta es que no. Tanto las ciencias como las artes comparten principios racionales y creativos que de no hacerlo sería imposible la realización de las mismas.

En la era moderna, siguiendo una línea de los griegos antiguos, se instituyó la lógica como fundamento de la investigación científica, de allí el nacimiento y desarrollo del método científico bien con bases inductivas o deductivas o como una combinación de ambas. Los paradigmas empiristas, positivistas y pragmatistas se encargaron, en su contexto y en su tiempo, de institucionalizar esta visión de la ciencia, y de seguro que aportaron al desarrollo de las ciencias naturales y sociales, no hay duda de ello. No obstante, tuvieron una visión muy limitada de los fundamentos epistemológicos. Desde Comte, en el siglo XIX hasta Popper, en el siglo XX, para solo nombrar dos grandes de la epistemología, siguieron esta perspectiva. Por el contrario, al tener un visión más amplia del conocimiento, donde se involucren aspectos lógicos, psicológicos, biológicos, sociales, culturales y hasta políticos, vemos que la ciencia es una mezcla o una fusión de muchas variables como la lógica, la intuición, la creatividad, la motivación, el compromiso social, etc..

Cierto que hay que diferenciar entre el proceso de investigación y el proceso de formalización, o lógica del descubrimiento y lógica de la exposición para darle preeminencia a la lógica de la fundamentación del conocimiento, para su exposición racional, para darle universalidad al conocimiento, para darle validez al conocimiento, pero esto no le quita la complejidad de la ciencia y de su enseñanza. Tanto el joven investigador, como el estudiante generalmente se decepcionan o abandonan la ciencia porque aun aplicando el método científico no lograr parir una idea, una hipótesis. Y de esto se trata, parir el conocimiento, el cual solo viene de la CREATIVIDAD, de la inventiva, del riesgo, de los sueños por parte del investigación. Hay que maravillarse ante el misterio como decía Albert Einstein, creador de la teoría de la relatividad. Por su parte, en el otro extremo, en la misma era, en las artes, se instituyó, de manea oficial, que la creatividad es la base de todas las manifestaciones de éstas, como la pintura, la escultura, la música, etc. Pero al analizar más a fondo el desarrollo histórico tanto de las ciencias como de las artes nos encontramos que tanto la razón como la creatividad son los dos pilares que sostienen estos dos componentes culturales como lo son las ciencias y las artes. Aun mas, precisando, podemos agregar un tercer componente como la espiritualidad haciendo una especie de trípode de soporte para las ciencias y las artes. Pero para los efectos del trabajo nos dedicamos a las dos primeras.

En el proceso de investigación científica por un lado, y el proceso artístico por el otro, se intercambian necesariamente la razón y la creatividad. Y a nivel externo los avances científicos tecnológicos influyen en el desarrollo de las artes y al contario también, es decir, los avances de las artes, cuyo centro es la estética, la belleza, la armonía, influyen en el desarrollo de la ciencia. Aún más, las artes si no están en la vanguardia de los nuevos conocimientos, por lo menos van en paralelo al desarrollo de la ciencia. Y no solo el arte, sino también la literatura. De aquí saco una inferencia hacia la educación. Una auténtica educación, a lo largo de la evolución del ser humano, desde el preescolar hasta el postdoctorado, debe contener una relación armoniosa entre ciencia, arte, literatura y espiritualidad.

En el presente artículo, entonces, se analizan las tendencias
modernas y postmodernas de las ciencias y en las artes. Partiendo de la importancia
de los componentes previsibles y no previsibles de la investigación,
se sostiene que el elemento común de las ciencias y de las artes es el
componente de la creatividad, la cual nace desde el ser esencial del humano.
Se analizan los supuestos epistemológicos y metodológicos de la
investigación cuantitativa y cualitativa. Se demuestra que desde los
griegos de la antigüedad hasta los años cuarenta del siglo XX, se
mantuvieron operando en la vanguardia de la ciencia, la objetividad del conocimiento,
la centralidad del método de investigación y de la medición
como garantía de cientificidad. La investigación moderna asumió
la disciplinariedad presentando dificultades no solo para resolver los problemas
de la realidad sino para la organización misma del conocimiento científico.
Frente a esta tendencia, en la modernidad tardía, se propone la investigación
interdisciplinaria incorporando la noción de totalidad y de sistema de
la realidad, manteniendo intacto el postulado del determinismo legal para explicar
la realidad. Sin embargo esto no fue suficiente, por lo que se generó
en los años ochenta del siglo pasado la propuesta postmoderna de la investigación
transdisciplinaria, centrada en el estudio de la complejidad y en el reconociendo
de la subjetividad como fundamento de la vida y de la propia investigación.
Finalmente en este artículo se explican las modalidades de investigación
en las artes, destacando la investigación creación, como tendencia
ya manifiestas en universidades europeas, norteamericanas y latinoamericanas.
Este artículo se basa en otro previo (Méndez, 2015) donde se amplían
estas relaciones entre ciencia y arte y epistemología.

Lógica y creatividad

Para comenzar es necesario aclarar que cuando se habla de la investigación nos estamos refiriendo a los procesos de producción del conocimiento científico, los cuales conducen a su producto como es la teoría científica. Según Méndez (2015) para realizar una investigación científica se necesitan tanto los componentes previsibles como no previsibles de la misma. Los componentes previsibles son en primer lugar, la utilización provisional de una o varias teorías del objeto o problema de investigación. Una teoría es la explicación o interpretación de la realidad o del problema de estudio. En segundo lugar, se necesita una o varias metodologías para establecer las grandes líneas estratégicas de la investigación. En tercer lugar, se aplican las técnicas e instrumentos de investigación como las encuestas, las estadísticas, etc.. Y en cuarto lugar, tenemos el uso de la epistemología, la cual analiza y proporciona los fundamentos de construcción del conocimiento científico. Desde una visión integral de la epistemología, se pueden identificar los fundamentos gnoseológicos (teoría del conocimiento), ontológicos (teoría de la realidad) y los axiológicos (teoría de los valores). A su vez la epistemología nos permite establecer criterios demarcadores entre ciencia y no ciencia (filosofía, religión, sentido común, etc.), sus similitudes y diferencias.

Tiene que existir una armonía en la utilización de estos 4 componentes, pues de lo contrario pueden ocurrir desviaciones como el teoricismo, al pensar que la razón lógica y/o matemática son las única vía del conocimiento, y como la metodolatría, al pensar que solo con la utilización de un método es suficiente para hacer la investigación. Por su parte, los componentes no previsibles de la investigación son fundamentalmente la creatividad, la intuición, la imaginación y el azar. Nunca se elabora una teoría científica si no está presente el espíritu científico cuyo centro es la creatividad. Unos la llaman iluminación. Nunca la teoría científica es una copia de datos, es la explicación creativa de la realidad y esto se debe al sujeto científico, quien genera conocimiento. La investigación es una conjugación entre lógica racional y creatividad como un acto de expresión del espíritu humano. Como lógica busca un conocimiento racional, sistemático, verificable o contratable y falible (Bunge,1981) Como creatividad, la ciencia busca inventar y/o descubrir leyes o tendencias explicativas de la realidad. En ese sentido, la ciencia y el arte tienen este componente como elemento común. La creatividad siempre estará en las fronteras de la ciencia y el arte. Constituye el recurso del científico o del artista para visualizar lo nuevo y es la garantía de la expresión de todo el potencial del ser humano. La verdadera investigación así como la creación artística es en último término un proceso de creación y de iluminación del ser. Por su parte, el componente del azar siempre está presente. Nada es lineal, ni en la realidad, ni en la investigación y el científico debe estar preparado para captar, leer e interpretar los acontecimientos dinámicos y azarosos, o caóticos de la misma.

Quiero decirles que la epistemología cada día se expande
en cuanto a su objeto de estudio. Originalmente se refería solo al estudio
conocimiento científico, dejando a la gnoseológica, como rama
de la filosofía para encargarse del conocimiento en general (Hessen,
1976). Posteriormente, la epistemología ha venido investigando los fundamentes
o las episteme de la cultura y del arte, para posicionarse en el estudio de
los fundamentos de la vida misma. (Méndez, 2003, 2011)

Epistemología y ciencia en la modernidad

Para poder entender cuáles han sido las tendencias de la investigación
es necesario ir a los fundamentos epistemológicos que han predominado
en la investigación a través de la historia. En ese sentido, desde
los griegos de la antigüedad, se estableció un núcleo gnoseológico
entre el sujeto y el objeto de investigación, Se fundamentó una
separación entre sujeto y objeto de estudio. Desde el principio nació
la objetividad como garantía de la ciencia, ajena a los valores y nociones
del investigador. Nace el método como mediador entre sujeto y objeto
y como garantía de verdad. Desde entonces, el sujeto investigador se
desdibujo y el objeto se cristalizó en una estática permanente.
Y cuando pasaron a estudiar al hombre o la sociedad los convirtieron en simple
objetos de estudio. Esto podría hasta "justificarse en las ciencias
naturales" pero pasó sin problemas al campo de las ciencias sociales,
humanas y culturales. Este acercamiento permitió definir que los problemas
de la realidad como objetos de estudio eran siempre fenómenos, para luego
convertirlos en dato, estos en variables e indicadores, para tratarlos con la
tecnología metodológica y estadística, desapareciendo el
ser humano como problemática de estudio. La epistemología de la
época señalaba que la ciencia buscaba explicar objetivamente las
leyes que presiden la realidad y estas leyes obedecían a un núcleo
ontológico donde existe un orden inmutable de la propia naturaleza. Descubierto
ese orden se explicarían los problemas como desviación del mismo
y la solución de estos consistía en volver a la normalidad, al
orden.

Para conocer esa realidad solo era posible por medio de la razón,
a su vez, esta razón era lógica, propuesta por Aristóteles
(2006) en la antigüedad, derivando los dos métodos por excelencia
de la investigación como la deducción y la inducción. Habría
que estudiar la realidad de manera objetiva aplicando esos criterios y métodos.
Excluyendo los demás componentes de la investigación como la subjetividad,
la creatividad, la intuición, la imaginación. Es increíble
que estos postulados epistemológicos fueron los que nutrieron las investigación
científica desde los griegos de hace dos mil quinientos años,
haciendo un paréntesis en la edad media y restableciéndose en
el renacimiento hasta los años cuarenta del siglo pasado. Esta epistemología
regía la investigación en las ciencias naturales y fue transferida
por el empirismo inglés y el positivismo francés al ámbito
de la investigación en las ciencias sociales, en el siglo XIX. Esta fue
la tendencia de la investigación predominante. Los filósofos de
la ciencia y los epistemólogos modernos se dedicaron a fundamentar estos
criterios. Por ejemplo, el planteamiento empirista de Francis Bacon y John Locke,
por un lado y por el otro, el planteamiento racionalista de Descarte y Newton,
hasta llegar al Circulo de Viena, al empirismo lógico, en el siglo pasado,
llegando hasta Mario Bunge (1983) en América Latina.

Por su parte, los científicos de la modernidad lo que hicieron
fue sistematizar y aplicar estos criterios, desde Galileo en el siglo XVI y
XVII hasta mediados del siglo veinte legitimaron y fundamentaron la investigación
como lógica (lineal de la investigación). Esta lógica llevó
a pensar la investigación solo como aplicación de una metodología
y así proliferaron decenas de libros de metodología de la investigación
como un sistema seguro de aplicación de pasos para la producción
de conocimiento, qué desviación tan grandes y tan perjudicial
para el avance dela ciencia. Muchas universidades han caído en esta trampa
quedando rezagadas de la vanguardia científica, pasando a ser consumidoras
de teorías y metodologías, desempeñando el papel de reproductoras
de conocimiento o tecnología, o de simples aplicadoras del mismo. Se
empezó a hacer un rito a la metodología, despareciendo cualquier
forma creatividad al realizar la investigación.

Hubo una reducción tal que se asemejaba la metodología
a una receta de cocina para tener éxito en la investigación. Esta
tendencia de la investigación se ha institucionalizado en las universidades
y es hoy cuando todavía en muchas de ellas y en sus departamentos y centros
de investigación se sigue sosteniendo esta visión de la investigación.
El método como mediador llevo a la utilización del laboratorio,
de la experimentación, de la medición y esto daba legitimidad
a todas las ciencias. Se habló de ciencias duras si se aplicaban estos
procedimientos y la ciencias sociales tendrían sentido si los aplicaba
también, naciendo la era de la investigación cuantitativa en estas
ciencias. Investigación que no tuviera encuestas, o cuadros estadísticos
era de entrada descartada y descalificada. Naciendo una cultura cuantitativista
que terminó paralizando las ciencias sociales, quedando reducida a simples
estudios descriptivos de la realidad. Paralelamente, los otros intentos de investigación
como la cualitativa, cuyo centro de interés estuvo en la Escuela de Chicago
entre los años veinte y treinta del siglo XX, en los EEUU, pasaban a
un segundo plano. La metodolatrÍa cancelo inclusive la epistemología,
era un asunto extraño hablar de ella, solo se pedían expertos
en metodología y técnicas de investigación.

La epistemología en el caso que existiera se redujo solo a la
fundamentación de la lógica de la investigación científica,
inclusive Popper, siguió esta orientación. Desde el nacimiento
de las ciencias tanto naturales como sociales partieron de un postulado según
el cual siendo compleja la realidad, la única forma de investigarla era
por medio de la disciplinas científicas, por medios de la especialización,
por medios de la fragmentación de la realidad, por medio de la división
del trabajo científico, por medio de lo que llamamos disciplinariedad.
El mundo fragmentado se conjugaba con una investigación especializada
y superespecializada.

La realidad sin embargo no admitía esa fragmentación a
la hora de explicarla y transformarla. Poco a poco, se fue manifestando posiciones
individuales para luego posicionarse como tendencia las epistemologías
de la complejidad las cuales sostenían la indivisibilidad de la realidad
y la imposibilidad de un conocimiento fragmentario. Se empezó a cambiar
la visión de esa realidad. Se comienza por romper ese núcleo objeto-
fenómeno – orden, y sujeto – razón, y desde los al
años cuarenta del siglo pasado, la propuesta de la teoría general
de sistema de Bertalanffy ( 1980) la teoría cibernética de Viener
(1948, 1998 ) marcaron el inicio de una nueva fundamentación de las ciencias.
Y la primera medida fue la superación de la investigación disciplinaria
para constituir la investigación interdisciplinaria hasta su consolidación
en los años setenta cuando la Organización de las Naciones Unidas
para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) presentara un estudio
donde demostraba que ya se había instalado como tendencia mundial y de
vanguardia dicha modalidad de investigación. Jean Piaget (1979) autor
de la epistemología genética y de la teoría constructivista
en psicología y pedagogía, fue el protagonista a nivel internacional
de ese acontecimiento científico epistemológico. Se empezaron
a conocer propuestas en diferentes campos como la Sociología Sistémica
de Talcott Parsons, la teoría de la Gestalt en Psicología., entre
otros. Sin embargo, la teoría de sistema todavía asumía
la modernidad con el determinismo ontológico, es decir, son las estructuras
las que determinan la vida y el comportamiento de los seres humanos. La investigación
moderna temprana produjo los dos paradigmas opuestos pero con la misma base
determinística como lo fue el Positivismo y el Marxismo. La modernidad
tardía produjo los paradigmas funcionalistas, estructural funcionalista
y el estructuralismo francés. Se hizo ley el determinismo de la naturaleza,
de la sociedad, de la cultura. El actor eran las estructuras, pero había
desaparecido el ser humano como actor de su propia vida, dejando poco margen
para el cambio social. Se marcó como tendencia el holismo como estudio
de la totalidad de la realidad. Esta tendencia de la investigación se
mantuvo hasta finales de los años setenta. Esto unido al fracaso de las
grandes propuestas del progreso tras la primera y segunda guerra mundial.

Epistemología y ciencia en la postmodernidad

Ahora bien, en los años ochenta, del siglo pasado, se produce un nuevo giro en la investigación. Se refundamenta la visión compleja de la realidad y del conocimiento, en este proceso empieza la era postmoderna de la ciencia. Se generan ontologías, epistemologías y metodologías de la complejidad. Se dan en varias direcciones, apareciendo una propuesta más consolidada con el nombre de la teoría de la complejidad, donde Edgar Morin (1981), desde Francia, cumplió un papel protagónico en la fundamentación de la epistemología de la complejidad con su libro el Método (1981). Igualmente hubo autores en muchos campos aplicando estos criterios de la complejidad. En una primera dirección, la teoría de la complejidad rompió el núcleo epistemológico – ontológico de la antigüedad griega y de la modernidad de la ciencia. Introdujo el concepto según la cual realidad compleja es una conjugación entre orden, el desorden y organización. Es una dialéctica múltiple por la simultaneidad de realidades, percepciones, visiones, tramas psicosociales, comunicacionales y ambientales. La realidad más que un acontecimiento que sigue la flecha del tiempo es siempre imprevisible, y por lo tanto creativa. En una segunda dirección, decimos que se presenta una versión postmoderna de la ciencia porque aparece en escena de la investigación científica el sujeto como productor de la vida y del conocimiento. Que no hay que someterlo a experimentación para conocer la verdad, sino que en dialogo permanente con otros sujetos invitados como investigadores logran esclarecer, comprendiendo e interpretando su propia realidad. Y es una realidad simultáneamente doble, la particular y la global. Lo particular está en lo global y lo global está en la particularidad. Frente a un determinismo legal aparece el sujeto intencional en la realidad y en la investigación que produce y es producido por la cultura, en su sentido amplio donde van por supuesto la ciencia y el arte y demás saberes.

Frente a un objetivismo científico aparece la subjetividad como fundamento de la realidad y de la investigación, de allí el nacimiento de la investigación cualitativa como movimiento postmoderno. La investigación cualitativa rescata el sujeto como actor de su propia realidad y de su propio destino. En su dinámica interna y externa. Y esto hoy marca una tendencia, ya no es una propuesta aislada, sino que ya es una visión de la ciencia arraigada en las instituciones de educación superior y en los centros e institutos de investigación, en las revistas, en los congresos y encuentros de investigadores. El sujeto reaparece simultáneamente como sujeto de la realidad y como sujeto investigador. Ya no hay objetos de investigación sino problemáticas subjetivas e intersubjetivas en proceso de investigación.

La investigación cualitativa como tendencia postmoderna de investigación supone que es el sujeto el actor de su propia existencia particular y de la propia existencia social e histórica. Al tiempo que porta en su saber y en su comportamiento el mundo en que vive. El ser humano es un holograma y por ello la historias de vida como método de investigación permite reconstruir la sociedad misma, y la reconstruye en su visión compleja y sistemática; ya no tenemos que medir el comportamiento y hacer inferencias estadísticas para explicar la realidad, porque ya el sujeto de la problemática estudiada porta la explicación y a partir de su vivencia, se convierte por lo tanto la investigación científica en una modalidad de vivencia, en un acompañamiento entre sujetos; entre el actor implicado en la problemática y el investigador. Estos sujetos son capaces conjuntamente de reconstruir la realidad vivida; para ello, dado el carácter simbólico de la vida, se recurre a la hermenéutica, a los métodos etnográficos, la semiología y la teoría fundamentada, para ayudar a comprender interpretando las realidades humanas. Frente a las teorías y paradigmas modernos, empiezan a aparecer paradigmas como la Fenomenología en Ciencias Sociales con base a la propuesta con el mismo nombre formulada por Husserl en filosofía, el Interaccionismo Simbólico, el Conductismo Social, ambas con una fuente pragmatista, la Etnometodología, entre otras. La investigación cualitativa se sale del abstraccionismo para instalarse en la realidad. No solo busca interpretarla sino cambiarla.

De allí nace la necesidad de transformar la realidad vivida, por ello la vigencia de la investigación acción donde se investiga para transformar. El investigador deja de ser contemplativo para pasar a ser actor de la propia investigación y de la propia realidad.

Existe una crítica que los investigadores cuantitativos hacen a los cualitativos y es que este tipo de "investigación" no podría ser nunca científica porque no alcanza un nivel de universalización o generalización del conocimiento elaborado, como lo hacen ellos. Argumentan que la subjetividad solo queda en eso, en lo particular, en lo coyuntural, en lo pasajero. Sostienen que al involucrar la subjetividad como eje de la investigación pierden el lado fuerte de la ciencia como lo es la objetividad, y solo con esta se alcanza la universalización del conocimiento científico. Se alcanza la verdad. Pero lo que no dicen es que la famosa universalización o generalización es producto de una generalización estadística; lo universal es la ampliación de casos, justificada matemáticamente, estadísticamente, contenido y reconociendo márgenes de error en la inferencia de lo particular a lo general. En todo caso la investigación cuantitativa es una de las opciones posibles, mas no la única, para alcanzar la universalización. Estas críticas positivistas intentan, además, desnaturalizar y desmoralizar la investigación cualitativa. Pues bien, esta postura hoy está equivocada. Por su parte la investigación cualitativa busca fundamentarse desde lo ontológico – antropológico, desde lo humano y no desde las estructuras legales que buscan las ciencias naturales.

La investigación cualitativa no solo se remite al individualismo metodológico sino que también busca formas de generalización del conocimiento. No se queda solo con el caso, aunque es también una opción válida de investigación, sino que ha generado fundamentos y mecanismos para lograr la generalización o las tendencias sociales. Han fundamentado el método comparativo de casos, situaciones, comunidades, culturas, etnias, clases, grupos, organizaciones o acontecimientos, buscando los elementos comunes y diferenciales de las mismas.

Complementando con la triangulación teórica, metodológica o epistemológica para determinar los elementos de verdad del conocimiento de esas realidades investigadas. La triangulación busca múltiples miradas para determinar similitudes, coincidencias, tendencias. Y no solo la comparación y la triangulación sino que también utilizan el criterio de saturación como la pauta límite para demostrar que con casos determinados es suficiente para alcanzar la interpretación holística de la realidad. Se demuestra que un caso más no aportaría nada nuevo a la investigación, por lo que la muestra que llega al punto de saturación es suficiente para lograr una interpretación fenomenológica universal de la realidad estudiada. Mientras que las muestras de la investigación cuantitativa, la validez la da la inferencia estadística sobre casos determinados para lograr la generalización, en la investigación cualitativa se busca la generalización, determinado las esencias de los procesos estudiados.

Pero hay un argumento mayor a favor de la legitimidad de la investigación cualitativa y es que al preguntarlos qué es el ser humano, nos encontramos que un elemento diferenciador con respecto a otras especies, es que produce y vive en un mundo de valores. La cultura no es más que la cristalización y acción de los valores que el ser humano ha construido. Es lógico que el propósito de las ciencias humanas, sociales, humanísticas o culturales, como queramos llamarle, es el estudio del hombre como ser genérico, contextual e histórico, por lo que el centro del estudio es la subjetividad, porque la subjetividad viene del sujeto, un sujeto que desde que nace, desde que hace su aparición en este planeta busca vivir y vive dándole significado a cada acto, a cada acción, a cada relación con sus semejantes, con sus instituciones, y para darle significado crea un mundo de valores. En ese sentido, la investigación de los procesos antroposociales se fundamenta en solo en la ontología y en la metodología, sino también en la teoría de los valores (Axiología). Por ejemplo, la familia al considerarla como la célula fundamental de la sociedad, es porque es considerada como un valor. La educación cuando se le considera prioritaria para el desarrollo de la sociedad es porque se le considera un valor.

El ser humano no solo crea valores, sino que los refleja en sus creencias, sus ideologías, en sus motivaciones, en su comportamiento, en sus relaciones sociales y en sus estructuras. Este encuentro humano no es estático, es profundamente dialectico, de armonía y discordia, de acuerdos y desacuerdos, de avances y retrocesos, de paz y de guerra.

Dados en múltiples direcciones y dimensiones de la realidad. Teniendo múltiples despliegues según las condiciones históricas de cada situación. Y esta diversidad es lo que tiene se tiene que investigar. Para preservarnos como humanos, creamos un mundo de los valores específicos para fundamentar la familia, las instituciones, y el Estado, ese tipo particular de valores son los valores éticos, valores que permiten construir y desarrollar por ejemplo el concepto de justicia o de los derechos humanos. Permite la convivencia para respetar y considerar al otro, para ayudarlo, para darle las mismas oportunidades. Por ello nace la democracia como valor central de la política. Todo esto va constituyendo tramas de vida, que terminan siendo complejas para los propios actores, de modo que se tiene que someter a una investigación, que llamamos investigación cualitativa, la cual trasciende la mera experiencia de los involucrados, buscando el significado de las acciones, buscando los valores que se utilizan, tratando de establecer las implicancias hacia el sujeto individual y hacia el sujeto colectivo o la sociedad, buscando conexiones históricas y estructurales de la subjetividad humana. Por ello, la investigación cualitativa explica desde una visión transcompleja y no es fácil, porque para comprender la complejidad de la realidad es necesario trascender la visión disciplinaria de la ciencia, es necesario fundamentar entonces la transdisciplinariedad como una nueva forma de hacer ciencia social. No se trata de hacer narraciones de la vida, se trata de investigación científica para comprender explicando el ser humano en su contexto. Es más difícil hacer este tipo de investigación que la cuantitativa; en ésta aislamos problemas de su contexto, estudiamos solo los fenómenos y no vamos a su esencia. La auténtica investigación es entonces la investigación cualitativa. Esta también se anota en la universalización como ideal de la ciencia, y es que es obvio porque en el estudio de los valores podemos identificar aquellos que definen y caracterizan la especie humana y esto es lo que los hace universales. Una situación particular refleja ese carácter universal, por lo que se cumple entonces con ese ideal. En definitiva, la investigación cualitativa y lo que vamos a denominar la investigación creación en el campo de las artes restablece y vuelve a colocar en escena lo que verdaderamente es el ser. Este argumento es vital para entender que las ciencias sociales o antroposociales, más que fundamentarse exclusivamente en el método debe hacerlo de manera integral desde la axiología, ontología y lo gnoseológico-metodológico. Debe hacerse de manera integral, mientras que la investigación cuantitativa se fundamenta básicamente en el componente metodológico. En la discusión de la investigación cualitativa se está refundamentando las ciencias socio-antropológicas, o CIENCIAS DEL SER HUMANO. Y precisando serían las CIENCIAS DEL SER HUMANO Y ECOLÓGICO .

La opinión común dice que no hay investigación cualitativa, solo existe la cuantitativa, pero eso se debe más al desconocimiento de la epistemología que a otra cosa. La investigación cualitativa, que es en verdad la investigación de la subjetividad humana, ya es una realidad, una tendencia en este siglo XXI, tan científica como la cuantitativa. Pero si vamos un poco más allá quiero decirle que la realidad no es ni cuantitativa ni cualitativa, son ambas dimensiones a la vez, y no solo estas, sino que es también estructural, sistémica, histórica, ecológica, de modo que en último término podemos hacer investigación cruzada de estas dimensiones, y podemos hacer investigaciones multímétodos. Y precisando más todavía podemos hacer investigaciones estructurales y cualitativas, investigaciones macros y micros. En definitiva, hacemos una investigación transcompleja. Esta es la tendencia de investigación en la actualidad. Les doy una buena noticia. La epistemología de las ciencias naturales, como en la física, la química y la biología, desde mediados del siglo pasado admitió la subjetividad, frente al determinismo como criterio duro de las mismas. Desde la aparición de la teoría de la relatividad y de la mecánica cuántica, a principios del siglo XX, el determinismo legal, el objetivismo absoluto empezaron por ser sustituidos por fundamentos más cualitativos, así lo demuestra el principio de indeterminación de Heisenberg, el mundo pleglado y desplegado propuesto por Bohn ( Wilber,1994; Capra,1990), las estructura disipativas , explicadas por Prigogine (1997), la demostración de los organismos autopoiéticos explicados por Maturana y Valera (2003) y la cibernética de segundo orden expuesto por Foerster (2000)

Epistemología, artes e investigación creación

En el campo de las artes se pueden especificar tres formas de investigación, siguiendo los aportes de Borgdoff (2005). En primer lugar, tenemos la investigación sobre las artes, donde aparecen todas las tendencias modernas y postmodernas de la investigación, explicadas en el punto anterior, trazando objetivos tanto descriptivos como explicativos e interpretativos de las artes. Representa una mirada desde afuera de las artes, hecha por especialistas de todo tipo. Así tenemos la Estética, la Historia del Arte, Sociología del Arte, la Antropología del Arte, Psicología del Arte, la semiótica, la hermenéutica del Arte, entre otras. En segundo lugar, está la investigación para las artes que no es más que la aplicación del conocimiento científico y tecnológico al desarrollo de las artes. Aquí aparece la investigación con carácter instrumental. Se aplica como un medio o instrumento en el desarrollo del arte. Por ejemplo para desarrollar el arte digital se necesita conocer y aplicar los avances científicos y tecnológicos de la computación y el internet.

Y en tercer lugar tenemos la investigación de las artes y específicamente la investigación creación. Esta es una tendencia mundial que va apareciendo en las escuelas de arte de Europa, Estados Unidos y América Latina. Se trata de investigar desde el seno mismo de la práctica artística, desde la propia producción del arte, que no es fácil sino compleja por los

múltiples aspectos, dimensiones, categorías y actores implicados en creación y producción artística. Hasta ahora, este proceso se perdía y se le daba poca importancia. En la investigación creación hay procesos cognitivos implicados que no necesariamente son los clásicos como el nivel lógico lineal de origen aristotélico, sino que están involucrados procesos de inteligencia de y conciencia. Se conjuga un nivel racional con un nivel creativo e intuitivo del conocimiento y de la producción artística. Se integra lo lógico y lo creativo, pero una nueva la lógica, la borrosa o difusa donde los escenarios de respuestas no son binarios (si, no , o verdadero o falso), sino múltiples y simultáneos.

Esta integración de lo racional y lo creativo ya está explicada en la neurociencia ( Carminati y Waipan, 2012) al demostrar la presencia de los dos cerebros, el izquierdo ( el lógico) y el derecho ( el creativo), de modo que la investigación creación nace prácticamente justificada y fundamentada en la vanguardia de la ciencia. Por su parte, la investigación creación, desde el punto de vista metodológico, nace de manera autónoma, sin pretender, trasferir ni copiar las metodologías de las ciencias sociales y humanas. Esto sin desmerecer esos avances. Busca autonomía por lo que la metodología siempre será emergente con respecto a la producción científica y artística. Es abierta, vivencial, reflexiva, comprometida, donde el sujeto artista nace simultáneamente como sujeto investigador científico. ¡Tremenda síntesis epistemológica e histórica! En la investigación creación, la subjetividad dormida o reprimida o escondida tras bastidores durante la modernidad florece con la frente en alto y lo hace ahora con fundamento científico al interior de todas las artes.

La investigación creación es transcompleja porque sintetiza ciencia y arte, integra las complejidades de la actividad y producción artística con la complejidad del medio ambiente cultural donde se desenvuelve. Necesariamente asume la epistemología como guía para esa integración cognitiva y creativa. No solo el artista busca con su creatividad generar una forma de arte como una pieza musical, una pintura o una escultura, sino que reflexiona científicamente sobre su proceso de producción; en esta instancia se busca esa relación dialéctica entre espectador y creador. Este estos y su ambiente. Esta visión transcompleja nos recuerda que ya era una visión renacentista, como caso típico tenemos a Leonardo da Vinci (1990) y lo vemos en su legado y en sus escritos. El investigador creador hace creadores al espectador, a los tutores, a los compañeros de estudio; es una investigación típicamente creadora, es una investigación artística, esa es su originalidad y su desafío al desarrollarla. Y ¿qué es el artista en este contexto ( y que es el científico )? Es un ser, no solo creativo, sino racional, consciente e intencional y con un alto compromiso con su práctica y con su sociedad. Y se amplía este perfil hacia un ser comunicativo con sus publicaciones y presentaciones, buscando satisfacer de alguna manera las expectativas estéticas y cognitivas del público.

Conclusiones

  • 1- Se concluye que en la modernidad se desarrolló una epistemología orientada al método-objeto la cual dio una lectura muy limitada de la ciencia, al reducir su naturaleza e identidad a la aplicación del llamado método científico, como garantía de la verdad, y de la objetividad. Mientras que en la postmodernidad tenemos una epistemología orientada al sujeto y su problemática tanto ontológica como gnoseológica de manera simultánea, sin excluir la axiología. Esta nueva epistemología nos permite ver mejor tanto el desarrollo de las ciencias como de sus relaciones con las artes. De la modernidad y la postmodernidad tenemos que llegar a una epistemología integral que fusione la epistemología método-objeto con la epistemología sujeto problemática. La objetividad propia de la modernidad es una cara de la ciencia, y la otra cara es la subjetividad, propia dela discusión postmoderna.

  • 2- Se concluye que en la modernidad las ciencias y las artes se desarrollaron de manera paralela, como si estuvieran en dos orillas, sin relación alguna, sin comunicación alguna, pero a partir de un análisis epistemológico integral, de corte postmoderno se verifica que no solo se relacionan sino que comparten principios comunes como la razón y la creatividad.

  • 3- La relación entre ciencia y arte se dan como consecuencia de la propia evolución de la ciencia al pasar de una visón disciplinaria y fragmentaria de la realidad y del conocimiento, ubicada en la modernidad temprana, hacia una visión transdisciplinaria y transcompleja propio de la postmodernidad. Al llegar a este estadio, necesariamente se produjo un dialogo de saberes, de experiencias, entre los actores productores y creadores tanto de la ciencia como de las artes, así como de los saberes en general. El diálogo tiene como centro de la atención la subjetividad, la intencionalidad, la intersubjetividad y la comunicación de los seres humanos en el contexto social y ecológico. Representando esto los nuevos fundamentos epistemológicos de la ciencia y de las artes.

Bibliografía

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