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La autoestima infantil (página 2)



Partes: 1, 2

Los ejercicios útiles cuando el niño parece estar por debajo de las expectativas reales de los jóvenes de su edad son: a) rebajar los modelos del niño a lo que se supone realista, teniendo en cuenta las habilidades "naturales" del niño ( por ejemplo, el niño con dificultades motoras que se empeña en jugar al baloncesto); b) cambiar los modelos del niño, para que el niño se establezca un objetivo realista e individualizado en lugar de comparar su actuación con la del mejor atleta de su clase; c) reajustar, para que la autoevaluación del niño se base en las habilidades que puede llevar el niño con éxito y competente (por ejemplo, sus percepciones se derivan de lo bien que pinta y no de lo bien que juega al baloncesto); las autoevaluaciones son el resultado de lo bien que rinde académicamente, no atléticamente) y d) modificar atribuciones, para que los niños que no tienen éxito no deduzcan que su fracaso es el resultado de un atributo negativo, permanente, global e inalterable.

Intervención cuando el niño distorsiona su nivel de realidad

Para los niños que distorsionan su nivel real de realidad, es decir son atractivos de acuerdo con las demás personas, pueden ser eficaces como estrategias de intervención los ejercicios que exigen que el niño exprese abiertamente en lo que es bueno y permite que los demás expresen sus buenas cualidades (como el ejercicio " espejo- espejo").

El objetivo final de la intervención para mejorar la autoestima en el área de la actividad física sería ayudar al niño a reconocer sus habilidades y limitaciones de forma realista sin que se frustre por los fracasos.

  • HABILIDADES DE COMUNICACIÓN

Intervención en las habilidades de comunicación teniendo en cuenta la edad del niño.

Es importante intervenir en las habilidades de comunicación de los niños ya que esta habilidad les va a permitir aumentar su red social y, por tanto, estar más contentos y aumentar su autoestima.

Para que el niño aprenda las habilidades de comunicación habrá que utilizar técnicas tales como: role-playing, técnicas que favorezcan la expresión emocional, técnicas que aumenten la empatía ( por ejemplo, se puede llevar a cabo el ejercicio de " Perla"), técnicas de hacer críticas, etc.

Es muy beneficioso que pudiera practicarlo con otros niños en sesiones de grupo dedicadas a desarrollar las habilidades de comunicación y sociales.

HABILIDADES DE COMUNICACIÓN

Escuchar

Prestar atención

No interrumpir

Mostrar interés

Compartir

Cooperar en las actividades de grupo

Hacer cumplidos

Recibir cumplidos

Unirse al grupo cordialmente

Acabar las interacciones cordialmente

Escuchar

  • 1. Mira a la persona que esta hablando.

  • 2. Piensa en lo que está diciendo.

  • 3. Asiente con la cabeza de vez en cuando.

Aquí es especialmente importante el contacto visual ( que procure mirar a los ojos del que esta hablando). Destaque la importancia de no interrumpir y de mostrar interés con la expresiones faciales apropiadas: sonrisas para un contenido divertido o alegre, por ejemplo. Se puede practicar en la misma interacción niño- terapeuta llevada a cabo en la sesión.

Ofrecerse para compartir

  • 1. Decide si tienes alguna cosa que alguien podría querer o necesitar.

  • 2. Decide si es el momento adecuado para compartir.

  • 3. Si quieres compartir ofréceselo a alguien.

Pedir prestado

  • 1. Decide si necesitas o quieres algo que el otro esta utilizando.

  • 2. Espera el momento apropiado para pedírselo.

  • 3. Piensa en una forma amable para pedírselo.

  • 4. Di "gracias" cuando la otra persona te lo preste.

Hacer cumplidos

  • 1. Observa si un amigo o familiar hace algo especialmente bien o posee alguna cualidad personal que puedas resaltar.

  • 2. Piensa en algo agradable que decir para hacerle saber lo que has notado.

Le puedes pedir como deberes que haga dos cumplidos al día y que los apunte, para enseñártelo en la próxima sesión.

Recibir un cumplido

  • 1. Si alguien te dice algo agradable sobre alguna cosa que has hecho bien, di "gracias".

  • 2. No digas cosas negativas sobre lo que has hecho ( " no está tan bien, no es para tanto").

Unirse a una actividad de amigos

  • 1. Acércate a la persona o personas que están haciendo algo en lo que te gustaría participar.

  • 2. Obsérvales durante un rato

  • 3. Haz algún comentario positivo de lo que están haciendo, (por ejemplo, "que chulo ese juego").

  • 4. Pide de manera asertiva incorporarte a la actividad.

Es importante entrenar al niño en habilidades sociales y en la adquisición de conductas asertivas. Se le pueden dar ejemplos de lo que significa comportarse como un niño pasivo (un niño "ratón") y de las consecuencias negativas que tiene para él , comportarse como un niño agresivo (un niño "monstruo" ) y las consecuencias negativas que tiene para él y lo que es ser un niño asertivo.

Se les da ejemplos concretos de los tres estilos de comportamiento (a través de las marionetas por ejemplo) y luego se le pide que de él ejemplos concretos de su vida cotidiana ( en clase, en casa, con los amigos). Para trabajarlo se puede utilizar role-playing, interpretando los diferentes estilos de comportamiento, haciendo una economía de fichas, hacer un mural con las características de un niño asertivo, viendo un video educativo de un niño que se comporta de manera asertiva y que le sirva como modelo al niño, etc.

Se le reforzará en las siguientes sesiones si ha disminuido su comportamiento pasivo o agresivo y ha aumentado su conducta asertiva. Así mismo, se analizara cuando se han comportado de manera pasiva o agresiva y se intervendrá para lograr un estilo de comportamiento asertivo.

INFLUENCIA DE PADRES Y PROFESORES EN EL DESARROLLO DE LA AUTOESTIMA.

¿CÓMO INFLUYEN LOS PADRES Y PROFESORES EN LA AUTOESTIMA INFANTIL?

Padres y profesores son los que por más tiempo y de modo permanente están interactuando sobre la autoestima del niño en el marco escolar y familiar. Los padres y educadores son modelos para sus hijos.

Los niños imitan, con frecuencia, sentimientos y actitudes de sus modelos (padres, educadores). Imitan su manera de hablar y las cosas que hacen.

Para los niños, sus padres y profesores son un punto de referencia de en la forma de actuar, expresarse, emitir mensajes coherentes.

La comunicación no verbal es especialmente captada por los menores, los sentimientos y actitudes de los padres que suelen expresarse de forma sutil y muda; por ejemplo: si un padre se encoge de hombros al tiempo que su rostro permanece tenso, el niño interpretará que su padre está desilusionado, aunque exprese lo contrario o no diga nada.

Los niños acuden continuamente a padres y educadores para obtener claves de comportamiento. No cabe duda: a los niños les influyen las reacciones emotivas de padres y educadores.

Entre los padres y profesores con poca autoestima y los niños, pueden establecerse ciertas vías de relación personal que produzcan angustias y que acaben por provocar problemas de autoestima en los niños.

Cuando los padres tienen poca autoestima acaban por descubrir problemas en cualquier cosa que se plantee, pues suelen poseen una visión de los acontecimientos y las cosas pesimista y catastrofista. Esto supone para los niños exigencias y expectativas que muy difícilmente pueden cumplir.

Los padres y profesores con poca autoestima no saben como elogiar con realismo y precisión a los niños; acaban por no elogiar nada o muy poco las conductas de los menores, o, al contrario, por alabarlo todo. Así, pues su elogio es global y genérico, en lugar de concreto y específico. Los niños necesitan el refuerzo, pero si es muy genérico no les proporciona pistas sobre su comportamiento y les produce ambigüedad y confusión.

  • PAUTAS PARA PADRES PARA FAVORECER LA AUTOESTIMA

Si los padres ayudan a favorecer la autoestima en sus hijos, les ayudarán a tener confianza en lo que pueden hacer, a estar deseosos de aprender nuevas cosas día a día, a tener una vida social aceptable y satisfactoria y sobre todo a poder disfrutar de lo que hace. En cambio, cuando la autoestima es baja, el niño no logra desenvolverse adecuadamente en ningún medio que se le presente, no es capaz de disfrutar de sus actividades y se comienza a desarrollar en él un sentimiento de inferioridad. El niño con una baja autoestima se vuelve sensible, preocupado por lo que los demás piensan de él y pierde todo interés en sus ocupaciones.

Pautas básicas para favorecer la autoestima infantil

Aceptación

Respeto

Límites

Apoyo

Lo principal es la ACEPTACIÓN de los padres hacia el niño, tal y como es, con sus cualidades y defectos. El niño va creciendo, y la imagen que tiene de su persona, se va formando de lo que dicen de él y de cómo lo tratan las personas que lo rodean. Si lo tratan bien, entonces siente que puede ser una persona valiosa; en cambio, si se le hace ver, por ejemplo: que es un inútil, feo o que estorba, entonces crecerá con la idea de que es una persona que no merece nada y que no es importante para los demás.

La aceptación del niño se expresa, teniendo interés en sus cosas, preocupándose por su bienestar físico y emocional, participando en sus actividades y apoyándolo para resolver sus problemas. Generalmente, los niños que se sienten inferiores es porque se les hace ver con mayor claridad sus defectos que sus cualidades. Algunos pueden hacer largas listas de sus defectos pero no de las cualidades que tienen. Para que un niño se sienta bien con él mismo necesita aceptar lo bueno y lo malo que tiene.

  

A pesar de lo anterior, la aceptación no quiere decir que los padres acepten todo lo que el niño hace, sino que lo entienden como una persona que tiene que ir aprendiendo como comportarse y reaccionar ante diversas situaciones. Una buena manera de hacerle sentir al niño que es aceptado,  es escucharlo. Cuando se está con él, aprender cuáles son sus ideas, sus intereses, compartir con él un trabajo o un juego. Cuando los padres trabajan o están muy ocupados, pueden hacer junto con sus hijos la cena, poner la mesa, salir de compras, arreglar la casa, etc, haciendo participar al niño en sus actividades. Es más importante la calidad del tiempo que pasan los padres con sus hijos que la cantidad.

 Si los niños se sienten aceptados en la familia y en la escuela, posteriormente les será más fácil convertirse en miembros importantes de su barrio o de otros grupos sociales ( compañeros de clase, boy-scouts, equipo de fútbol)

La segunda característica para formar los sentimientos de autoestima en el niño es el RESPETO. Cuando los adultos les gritan a los niños, se burlan de ellos o los callan diciéndoles que no saben de lo que hablan, los niños pueden reaccionar pegando a otros niños o discutiendo. A lo largo de la vida les parecerá natural que otras personas los traten de la manera en que fueron tratados.

Se ha visto que la mejor manera de cambiar las conducta inadecuadas de los niños y la baja autoestima, es modificar la manera en que se les trata. Cuando los padres o adultos que rodean al niño muestran más respeto, interés y preocupación hacia ellos, automáticamente cambian la manera en la que se sienten.

La tercera condición para formar la autoestima son los LIMITES. Esto es, lo que para los padres está permitido y aceptado y lo que no. Los límites son muy importantes para el niño porque le sirven de guía para saber lo que se espera de él. Si el niño puede saber lo que sucede si obedece o desobedece las reglas, se sentirá más seguro. Sin los límites no tiene forma de saber si está actuando bien o no.

Los límites deben de ser claros, es decir, definir lo que se espera y cómo se espera que se cumpla; también las sanciones en caso de que no se haga lo que se especificó. Los padres deben de poner las reglas para que se cumplan, explicándolas abiertamente.

Ya que los niños tienden a probar los límites, es inevitable que estos se vayan modificando a lo largo del tiempo. Los límites que son poco claros deben de ser muy bien explicados o eliminarse. Cuando hay dos padres en el hogar, debe de haber acuerdo en las reglas y en las recompensas o castigos que serán consecuencias de las mismas. Cuando solo existe un padre en el hogar, es importante que las diferentes personas que estén cuidando al niño lleguen a un acuerdo sobre las reglas que van a poner.

Para fijar las reglas sin necesidad de amenazas o castigos, pueden establecerse rutinas como la hora de levantarse, acostarse, días para salir a pasear o horas dedicadas a hacer los deberes y apuntarlas por escrito.

La manera en que se le pide al niño que cumpla las reglas es muy importante, si se hace con cariño y firmeza, el niño reaccionará con agrado; en cambio, si se hace de forma demasiado dura y sin cariño, o sin firmeza, tratará de no obedecer.

Cuando existan cambios en las reglas o en las rutinas del niño, si se le proporciona suficiente información, se podrán evitar muchos temores y miedos innecesarios. Por ejemplo: en el caso de un cambio rápido de escuela o de casa, cambios en la situación familiar como el divorcio de los padres, la enfermedad de uno de los miembros de la familia, cambios de maestros, etc. Estas situaciones siempre inquietan a los niños pero las explicaciones sencillas sobre lo que va a ocurrir y los cambios que habrán, los ayudan a reaccionar, a sentirse mejor y a adaptarse, porque entonces pueden entender la situación que pasa realmente, sin imaginarse además otras cosas terribles que generalmente no suceden.

La cuarta característica para favorecer la autoestima es el APOYO. Cada niño debe aprender qué es lo que quiere, a tomar sus propias decisiones, a fijarse sus metas y a cumplirlas. Cuando los niños saben lo que quieren hacer, cómo lo van a lograr y lo que les falta para cumplirlo, dirigen todo su esfuerzo hacia esa meta y sienten mucha satisfacción cuando la alcanzan. Esto se logra poco a poco, dejando que el niño vaya escogiendo, por ejemplo, su material escolar, su ropa, las actividades que les gustan, etc. Las mismas actividades serán su recompensa y no necesitará del estímulo de otras personas para sentirse bien.

Los niños que no saben lo que quieren, como no ven la razón para esforzarse, se pasan aburridos la mayor parte del tiempo y se sienten mal si se les obliga a hacer algo. Igualmente, los niños con una baja autoestima, no se esfuerzan por lograr algo ya que su preocupación constante es tratar de no sentirse tan mal y no se exponen por miedo a equivocarse.   

Como el niño es un ser en formación, necesita el apoyo de los adultos. El apoyo es diferente a la sobreprotección, ya que cuando ésta se da, los padres le solucionan al niño sus problemas, hablando por ellos, inventando pretextos para que no queden mal, justificando constantemente su conducta; así, los niños necesitan cada vez más de una persona para que resuelva sus problemas, quedando en desventaja ante los demás porque no se desenvuelven y no encuentran sus propias respuestas para salir adelante. Esos niños se vuelven irresponsables, se enojan cuando se les manda algo y no son capaces de hacer nada por ellos mismos. No es bueno ni beneficioso para el niño protegerle de todos sus problemas.

Si se quiere que el niño sea capaz de hacer algo y de enfrentarse a los problemas con confianza, puede ayudarlo diciéndole cómo lo puede lograr, como por ejemplo: cómo se puede organizar para estudiar, cómo evitar conflictos con los compañeros, etc.

El reconocimiento de los éxitos en la familia y en la escuela, desarrollan  el orgullo familiar, escolar y el sentido de pertenencia a un grupo en el que se considera valioso.

PAUTAS PARA PADRES PARA AUMENTAR LA AUTOESTIMA INFANTIL

Sea auténtico

Ser auténtico exige que los padres no se contradigan en las valoraciones que hagan de sí mismos y que no proyecten sus inseguridades sobre sus hijos.

Sea efusivo y claro al reconocer lo que los niños han hecho bien.

Si no han cumplido como se esperaba, darles una nueva oportunidad.

Incentive a los niños a asumir responsabilidades.

El hecho de asignar responsabilidades a los niños contribuye a desarrollar en ellos un sentimiento de confianza y además, si le pide su opinión, se contribuye a aumentar sus sentido de valía personal.

Procure trasmitir mensajes verbales y no verbales coherentes.

Los niños son muy sensibles al lenguaje gestual. Por esto, se debe de tener en cuenta que la distancia física, la velocidad del habla y la expresión facial sean coherentes con el mensaje.

Genere un clima emocional cálido, participativo, interactivo y que posibilite la creatividad.

Muestre confianza en las capacidades de los niños y en sus capacidades para enfrentarse y resolver problemas.

Pon exigencias y metas al alcance de los niños.

Las metas tienen que ser alcanzadas con un esfuerzo razonable. Hay que evaluar el logro de las tareas solicitadas con un criterio a nivel de los niños, y no exigencias de adultos.

ESTRATEGIAS PARA PADRES QUE AUMENTAN LA AUTOESTIMA INFANTIL

Examinar los valores en su casa.

Gran parte del concepto que su hijo tiene de sí mismo se desarrolla como resultado de la manera en que el niño cree que usted lo "ve" a él. Preste atención a lo que usted dice y hace. Esté más atento a sus declaraciones

sobre su valor personal, incluso perciba sus actitudes no expresadas y tal vez inconscientes.

Es importante transmitir al niño mensajes de seguridad y darle la información de lo que puede esperar, por ejemplo, avisarle que va a llegar tarde o advertirle que lo llevará al médico.

Enseñar a los niños a no practicar la autocrítica.

La crítica de uno mismo puede convertirse en un hábito, que no produce ningún resultado positivo.

Preste atención a todo lo que diga en casa durante las próximas semanas. Es posible se sorprenda al ver la cantidad de veces que menciona sus propias faltas ante su mujer e hijos.

Al expresar verbalmente nuestros sentimientos y pensamientos de autocrítica, éstos se afirman como una realidad en nuestras mentes. Por lo tanto, debemos enseñar a nuestros hijos a no practicar la autocrítica como estrategia para favorecer su autoestima.

Ayudar a los niños a compensar y potenciar sus puntos fuertes.

La personalidad humana se desarrolla por medio de las pequeñas adversidades y un instrumento que podemos utilizar para ayudar al niño a superar las dificultades es la Compensación.Esto significa que el niño neutraliza sus debilidades al sacar provecho de sus puntos fuertes. Nuestra tarea es ayudar a encontrar esos puntos fuertes de los niños y aprender a sacar provecho de ellos.

Se recomienda hacer una evaluación cuidadosa de los puntos fuertes del niño y una vez que se hayan descubierto, anime al niño a usarlos.

Resumen de Estrategias para fortalecer la autoestima en los niños.

Como padre y como educador, intente siempre elogiar los éxitos de los niños (aunque sean muy pequeños).

Demuestre cariño de una forma natural, auténtica y sincera. Exprese y haga saber verbalmente su sentimiento.

Es mejor sugerir a los niños qué cosas pueden y deben hacer, en lugar de ordenar lo que no deben realizar o lo que les queda prohibido. La actitud positiva prepara cognitivamente al niño para hacer las actividades que se le propongan. En lugar de: "No juegues aquí con esa pelota", dígale; "En el patio puedes jugar con la pelota"

Deje claro y haga saber a los niños que sus errores son una parte natural del crecimiento. Todos, incluyendo los adultos, cometemos errores. No enfatice los fallos. Refuerce los éxitos.

Siempre que pueda procure ignorar o no dar demasiada importancia a las conductas infantiles cuando son discretamente desadaptadas: por ejemplo, las rabietas; busque un momento adecuado y manifieste su descontento, pero procure no minusvalorar la conducta de modo público, en presencia de los amigos o compañeros.

Muestre agradecimiento a los niños cuando éstos cooperen, cuando les ayuden, cuando se expresen de manera adecuada hacia los demás, cuando obedezcan y reaccionen de forma positiva.

Responda afectuosamente y alabe verbalmente a los niños si se portan bien. Explicite con franqueza qué fue lo que le gustó de su comportamiento.

Sugiera actividades que los niños puedan superar con facilidad o con moderada dificultad.

Cuando un niño se porte mal, aprenda a separar el mal comportamiento de la personalidad del niño. No le digas : "Eres malo", Dígale por ejemplo: "No me gusta cuando tiras los juguetes".

¿Qué podemos hacer día a día en casa o en la escuela?

• Si comentamos de él algo positivo, procurar que lo oiga. Puedo decirlo en voz un poco más alta. Puedo mirarle al decirlo o invitarle a que se acerque mientras hablamos. Ejemplos típicos de estas situaciones son las conversaciones entre adultos cuando vamos andando con ellos, cuando estamos en el salón de casa o vamos por los pasillos de la escuela.

• Si hago alguna crítica con alguien del niño debo intentar que no la escuche. A veces, no lo evitamos sencillamente porque no nos damos cuenta de su presencia. Otras veces, no nos importa e incluso queremos que lo oiga. Nuestra intención puede ser la mejor: estimularle para que cambie. Pero el efecto suele ser el contrario: se siente criticado y además avergonzado ante terceras personas. Si alguien comienza a hacer alguna crítica de él puedo:

o Invitar al niño a irse a otro lugar con cualquier excusa. Ej: "vete a tu habitación".

o Cortar la conversación y aplazarla para otro momento o en otro lugar. Situaciones típicas son los diálogos entre padres y profesores o las discusiones entre padres.

Estar muy atento en esas situaciones en las que "no está atendiendo". Hay ocasiones en las que creemos que no se da cuenta y sin embargo está captando gran parte de lo que decimos. Ejemplos típicos pueden ser cuando hablamos por teléfono, cuando mira los dibujos animados de la tele, cuando parece estar dormido o cuando creemos que es demasiado pequeño para entender lo que decimos.

• Felicitar constantemente los logros de los menores. La felicitación debe ser algo frecuente. A veces, nos cuesta hacerlo porque es más fácil ver los errores que los aciertos.

• Resaltar que lo ha hecho bien o "mejor que antes". Si hablamos de niños, por su propia naturaleza, siempre será imperfecto o mejorable. Es difícil que un niño haga algo excepcional. Si somos exigentes tendremos dificultades para felicitar. Si nos fijamos en los avances o en lo que sencillamente está bien, las ocasiones para felicitar serán más elevadas.

• Acompañar el gesto con la verbalización de la felicitación correspondiente. Las palabras de felicitación deben ir acompañadas de gestos, tonos, contacto físico y de cuantos elementos de comunicación no verbal sean acordes a esa felicitación. Un "muy bien" dicho con desgana es difícil que se sienta como una felicitación.

CONDUCTAS QUE PADRES Y EDUCADORES DEBEN EVITAR

Calificar de malos o torpes a los hijos/ alumnos por cometer un error. Los repetidos mensajes del adulto diciendo lo malo que es el niño, llegarán a convencerle de que él no es capaz de hacer las cosas bien, produciéndose el llamado Efecto Rosenthal, que consiste en una confirmación por parte del niño de las creencias que tienen los padres o profesores.

Sorprender siempre a los chicos cuando no se están comportando de forma positiva y/ o esperada y nunca reforzarles cuando se portan de modo adecuado. La carencia de refuerzos positivos hace que las conductas adaptadas no se repitan. Es posible que al no reforzar modos de comportamiento adaptados, aparezcan conductas desajustadas en un intento de llamar la atención.

Transmitir al niño constantemente la idea de que es incompetente. Esta actitud vuelve al niño incapaz, inseguro, dubitativo, siempre a la espera de intentar ser lo que no es en cada etapa de su vida. Esta actitud es muy propia de profesores y padres perfeccionistas.

No darle responsabilidades supervisadas ni permitirle pensar por sí mismo. Si directa o subliminalmente enviamos constantes mensajes a los niños dándoles a entender que no creemos que puedan hacer correctamente las cosas y ni tan siquiera les permitimos intentarlo, estamos potenciando que los chicos perciban múltiples dudas sobre sí mismos, sobre sus posibilidades de autorrealización. El niño se enfrentará a las tareas con miedo, temor e incertidumbre.

Ofrecer a los niños un modelo pobre sobre nosotros mismos, infravalorándonos, mostrándonos poco competentes. El niño asimila de modo inconsciente estos modelos de identificación.

Criticarles duramente cuando cometen errores en lugar de sugerirles soluciones y enseñarles a descubrir las causas que les condujeron al fracaso. La crítica permanente genera incertidumbre, odios, resentimientos, en algunos casos, agresividad. En otros casos, el niño se repliega e inhibe su acción.

Hablar negativamente de los niños cuando están presentes. Este comportamiento de los adultos, puede provocarles sentimientos de soledad, inferioridad e indefensión aprendida.

Evitar el trato afectuoso, el contacto físico, manteniendo demasiado las distancias. Las carencias de muestras físicas de afecto: tocar, jugar, acariciar, besar, puede conducir al niño a interiorizar la noción de que no es digno de que se le abrace y se le quiera.

  • ¿CÓMO CORREGIR AL NIÑO SIN DAÑAR SU AUTOESTIMA?

El concepto de sí mismo que tiene un niño está relacionado con la falta o el abuso de la disciplina.

El castigo inconsistente y desmesurado puede ser muy perjudicial para cualquier niño. No obstante, la ausencia de disciplina es otra manera eficaz para dañar la autoestima.

Un niño indisciplinado se siente como que no perteneciera a su familia, a pesar del "amor" que le tengan sus padres. Es importante transmitir firmeza en nuestras normas y al mismo tiempo mostrar afecto y comprensión.

Al corregir al niño nuestro objetivo debe ser cambiar un comportamiento no adaptativo y no enfrentarnos al niño.

Ejemplo: Juan nos interrumpe constantemente al leerle un cuento.

  • 1. Describir de manera objetiva la conducta incorrecta con un Ejemplo: "Me has interrumpido cuatro veces"

  • 2. Dar una razón para el cambio. Ejemplo: "Si me interrumpes no puedo seguir contando el cuento"

  • 3. Reconocer los sentimientos, criterios o motivos del niño. Ejemplo: "Entiendo que quieras hacer preguntas"

  • 4. Expresar una formulación clara de lo que se espera de él. Ejemplo: "No vuelvas a interrumpir hasta que termine"

La corrección ya estaría hecha. El proceso, en una situación normal, podría continuar con alguna de las siguientes alternativas según las diferentes circunstancias en que tuviera lugar:

            a)      No hacer nada más. Se sobreentiende qué va a ocurrir después.

            b)      Hacer un trato o conceder algún privilegio si lo hace bien.

            c)      Avisar de la pérdida de beneficios o de una sanción si lo hace mal.

 

Qué evitar al corregir

• Evitar el lenguaje destructivo.

Ej: "¡Eres un desastre!", "¡Qué guarro eres!"

• Evitar la hipergeneralización.

Ej: "¡Lo haces todo mal!", "¡Siempre eres tú!"

• Evitar el trato silencioso.

Ej: Retirarle la palabra y el afecto, ignorarle, no hablarle.

• Evitar las amenazas.

Ej: "¡Me las vas a pagar!", "¡Te voy a partir la cara!"

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JUEGOS QUE FAVORECEN LA AUTOESTIMA

JUEGO DE LA RADIO

Consiste en pedirle al niño que imagine que está en un programa de radio. Después, se le indica que tiene que retransmitir para la radio durante tres minutos cosas buenas de él mismo.

  • JUGANDO A PENSAR Y A SENTIR

Instrucciones:

  • 1. Pídele a un amigo que sea tu compañero.

  • 2. Siéntate enfrente de él.

  • 3. Habla con tu amigo comenzando las frases con: " yo pienso", " me siento", " me gustaría".

  • 4. Pregúntale a tu compañero como se siente empezando la frase con "yo".

Debate: ¿qué ocurrió? ¿aprendiste algo nuevo de tu amigo? ¿has descubierto algo nuevo sobre ti? ¿ que tipo de cosas has descubierto?

  • JUGANDO A HABLAR SOBRE NUESTROS SENTIMIENTOS

Instrucciones:

  • 1. Pídele a un amigo que juegue contigo.

  • 2. Poneros frente a frente.

  • 3. Utiliza el juego de hablar sobre nuestros sentimientos para imaginar una situación donde:

  • Uno de vosotros pide que le preste algo y el otro dice que " NO"

  • Uno de vosotros le acaba de pisar el dedo gordo del pie al otro

  • Uno de vosotros acaba de romper la bici del otro

  • Uno de vosotros olvidó devolver un lápiz

  • Uno de vosotros acaba de perder a su perro.

4. Añade más situaciones de la vida real en las que te gustaría hablar sobre tus sentimientos.

EL JUEGO DE DECIR "PIROPOS Y CARIÑITOS"

Instrucciones:

  • 1. Pídele a un amigo o a un miembro de la familia que sea tu compañero para este juego.

  • 2. Sentaros por turnos uno enfrente del otro.

  • 3. Por turnos ir diciendo las cosas que os gustan hacer.

  • 4. Por turnos ir diciendo las cosas que os gustan de vosotros mismos.

  • 5. Estate muy atento y escucha a tu compañero.

EL JUEGO DE LAS DIFERENCIAS

Instrucciones:

  • 1. Siéntate con un amigo.

  • 2. Dile aquellas cosas que son distintas y diferentes a las de tu amigo.

  • 3. Pídele a tu amigo que te diga cosas suyas que sean distintas a ti.

  • 4. Pídele a tu amigo que te diga las cosas que a él o a ella le gustan de ti.

  • 5. Dile que cosas te gustan a ti de él.

  • EL JUEGO DE LA LIBERACIÓN (del liberarse)

Instrucciones: Encuentra a alguien que te lea esto. Debe leerse despacio, con pausas después de cada frase.

  • Túmbate en el suelo con los ojos cerrados.

  • Siente el suelo sujetando tu cuerpo.

  • Toma un respiro que vaya soltando tu estomago.

  • Despacio expira, suéltalo

  • Respira otra vez y esta vez llena tu cuerpo y pulmones con aire.

  • Expulsa todo el aire despacio. Túmbate tranquilamente durante pocos minutos respirando despacio y profundamente..

  • Abre los ojos e incorpórate despacio.

"GAFAS MÁGICAS"

El juego consiste en indicarle al niño que se va a poner unas" gafas que son mágicas" , "Te las pones y sólo ves las cosas positivas". Que el niño se ponga las gafas y describa lo que ve. Se le pueden ir haciendo preguntas con las "gafas mágicas puestas".

  • EL JUEGO DEL RESPLANDOR DEL SOL

Instrucciones: Encuentra a alguien que te lea esto. Debe leerse despacio con pausas después de cada frase.

Túmbate en el suelo o en la cama con los ojos cerrados, estate pendiente de tu respiración; respira profundamente y que llegue el aire al vientre: deja que tu cuerpo se sienta pesado.

Imagina un chiquitito hilito de sol en tu vientre. Deja que se expanda despacio. Muy despacio llenará tu vientre con la luz, energía y la calidez: Gradualmente la luz se extienda a través de tu cuerpo.

Es como la luz del sol.

Estas lleno de energía.

Muy despacio quédate con la luz en tu cuerpo. Cuando estés descansado y lleno de energía, abre los ojos. Incorpórate cuando estés preparado.

  • JUEGO DE BOLOS

Consiste en jugar a los bolos por turnos.

Instrucciones: Cada bolo que tire el niño tiene que decir un aspecto positivo de él mismo.

También se puede jugar indicándole al niño que cada bolo que tire, tiene que señalar un logro que haya conseguido y así ir a apuntándolo en la pizarra o hacer un mural y colgarlo en el despacho.

CUENTOS PARA FAVORECER LA AUTOESTIMA

  • "La tarde de Plata". El derecho a disfrutar de la vida

Cuentan las olas del mar la historia de un pequeño rey, de nombre Samuel, que no sabía jugar ni reír. Vivía en un maravilloso palacio azul situado al borde de los acantilados de la isla de la luz. Y eran tantos sus deberes que no le permitían ser un niño. En su vida, sólo existía un único placer: escapar a la playa para mirar el océano que lo llamaba como si quisiera desvelarle sus secretos.

Cuentan las olas que Samuel deseaba ser un delfín para sumergirse en el mar y recorrer todos los países acuáticos, donde las aguas- según le habían dicho- eran de bellísimos colores. Un día, su deseo era tan grande, tan grande, que despertó a la diosa del océano de su sueño de siglos. Lamar apareció antes sus ojos con un hermoso traje de espuma y le dijo que le concedería un deseo, pero que tenía que esperar a la tarde de plata, el único momento en el que los humanos podían convertirse en delfines.

El pequeño rey esperó y esperó, hasta que una tarde un hermoso resplandor plateado surcó el horizonte, las aguas brillaban tanto que parecían encantadas. El niño escuchó unas hermosas voces que iban acercándose a la orilla, eran los delfines que le llamaban : ¡Samuel, Samuel!…Sin dudarlo, el rey niño se quitó la corona y se arrojó al mar. En ese mismo momento, su cuerpo comenzó a transformarse, le nacieron aletas y su piel se volvió resbaladiza como la de un delfín.

Cuando logró ser un delfín, siguió a otros delfines que se convirtieron en sus hermanos y le mostraron todos los secretos del mar. En las profundidades marinas no existían ni el tiempo ni la luz, miles de peces pequeños navegaban de un sitio para otro, mientras unas plantas muy extrañas ocultaban a los peces grandes. Pero a los delfines, más que explorar las profundidades lo que les gustaba era nadar en la superficie. Por encima del horizonte, jugaban a dar enormes saltos hasta tocar el sol. Samuel aprendió de sus compañeros a desafiar las olas, así como a reír y a jugar, lo que nunca le enseñaron en su reino.

También lo instruyeron sobre los peligros del mar, pero lo que nunca pudo imaginar el niño delfín era que su peor enemigo eran los humanos. Pronto pudo comprobarlo, al tener que huir de las redes de unos pescadores para salvar su vida. Fueron muchas las aventuras que vivió Samuel en el fondo marino, sin embargo, una de las más asombrosas le sucedió un día de tempestad. El mar quería alcanzar el cielo y en su arrebato, hizo naufragar un barco. Sin él esperarlo, sus amigos los delfines mostraron en sus lomos a los supervivientes para rescatarlos de una muerte segura.

Samuel montó en sus espaldas a un niño pequeño que se ahogaba sin esperanza. Mientras nadada hacia la costa, misteriosamente fue recordando su infancia y cuando se acercó a la playa vio su palacio azul. ¡Qué extrañas circunstancias le hacían volver a su isla!. Así fue cómo por primera vez adoró ser un niño.

Después de lo sucedido, Samuel se llenó de nostalgia, quería volver a su isla. Deseó tanto volver a su isla que pidió ayuda a sus amigos los delfines para encontrar a la mujer del agua. Pero sus amigos no pudieron ayudarle; él sólo tenía que iniciar la búsqueda de Lamar. Para ello tuvo que salir de los confines del océano y adentrarse en los abismos. La fuerza de su deseo le condujo hasta el límite.

Las aguas negras no lo asustaron, penetró en sus honduras y se acercó a unos peces grises que nadaban hacia la luz. Les preguntó dónde podía encontrar a la diosa de los mares. Ellos respondieron inflándose y convirtiéndose sus escamas en pinchos, dispuestos a herir al intruso. El niño delfín pudo huir a tiempo de los peces globo, pero enseguida algo llamó su atención que le hizo olvidar el miedo. Vio a las más bellas flores del mar, las gorgonias, que con su movimiento ondulante lo atrajeron hasta su nacimiento. Samuel quería preguntarles por el paradero de Lamar y se acercó tanto a ellas que sintió en su piel un filo cortante, el dolor lo apartó instintivamente del arrecife de coral.

El agua se volvió cada vez más fría, así que busco cobijo en una gruta de donde salían unas burbujas enormes. Penetró en la cueva hasta el fondo, sin saber lo que le podía esperar. No supo que era la guarida de un tiburón gigante hasta que vio sus fauces avanzando hacia él para comérselo. El miedo a la muerte le hizo reaccionar, recordando las estrategias de los delfines ante tal crueles enemigos. Pasó por debajo del monstruo y le asestó un fuerte golpe en la barriga con su morro. El tiburón se alejó dolorido por el embate de su presa.

En ese momento, para asombro de Samuel, las paredes de la cueva se abrieron. Había encontrado la morada de Lamar, tras vencer a su guardián. Ella lo esperaba de pie, vestida con su traje de lunas, soles y estrellas, el que había bordado en su época de sirena. El pequeño delfín le comunicó su deseo de volver a ser un niño. Pero la mujer del agua le puso una condición para poder ayudarlo, tenía que responder a una pregunta: ¿qué tesoros del mar se llevaría a la tierra?

El niño delfín pensó en las hermosas perlas de nácar, en las conchas marinas, en los antiquísimos nautilos que tanto le gustaban, en los ricos tesoros de los galeones perdidos…De pronto, Samuel recapacitó, él no podía llevarse todo aquello, además eran bellas porque estaban en su sitio. Entonces, encontró el mejor tesoro que podría llevarse a su reino y le contestó a la mujer del agua: " Me llevaré la risa y el juego, es lo más importante que me han enseñado mis amigos delfines".

Instantáneamente, el pequeño rey apareció tendido en la arena al lado de su corona, volvía a tener su cuerpo de niño. En ese momento decidió que consagraría su vida a propagar las enseñanzas de sus amigos delfines: enseñaría a todos los niños de su reino a reír y a jugar para que vivieran felices. Y desde aquel día mágico, cuentan las olas que en cada niño hay un delfín y en cada delfín hay un niño.

  • "La inventora de palabras". La aceptación como principal apoyo.

Juana pintaba, pintaba y pintaba. Iba pintando todo lo que veía desde su mundo de niña callada y extraña para los demás.

Ella, la soñadora de colores, con sólo cinco años renunció a la palabra para expresarse con el pincel.

"Juana, habla- le decía la maestra-" y la niña agachaba la cabeza, escondiendo la barbilla. Entonces le daba un papel, Juana cogía un lápiz y empezaba a llenarlo de figuritas pequeñas, grandes, estiradas, redondas..Así la maestra sabía lo que le andaba por dentro; ésta era la única manera que tenía de averiguar lo que la chiquilla sentía, quería o imaginaba.

Todos los niños respetaban a Juana, la que jugaba sola. Hasta que un día los mayores no encontraban nada con qué jugar…El recreo era sagrado para la pintora que exploraba la tierra con sus grandes ojos, buscando hormigas, bichitos de luz y piedras de mágicos colores. La niña no esperaba aquel tirón de pelo, pero menos aún sus compañeros esperaban esa respuesta. Juana comenzó a chillar y a patalear hasta conseguir que todos se arremolinaran a su alrededor. Después habló y habló por los codos para que nadie volviera a meterse con ella.

Lo cierto es que Juana se dio cuenta de que decir palabras tenía resultado e intentó pintarlas. Con una facilidad impresionante fue pintándolas en colores y dándoles forma. Lo malo era que nadie entendía lo que escribía. Ella se había inventado solita un nuevo lenguaje. Juana se había hecho con un nuevo lenguaje. Juana se había hecho inventora de palabras.

Ahora sí que le gustaba hablar, y ,sobre todo, cuando quería regalar sus palabras. Porque Juana le regaló a cada niño y a cada niña un nuevo nombre; hasta ella cambió el suyo. Y era tan divertido llamarse otra cosa, que la maestra le pidió por favor que le dijera un secreto para que los niños le hicieran caso.

A Juana, esto de ser inventora de palabras la hizo archifamosa en su clase: todos los niños querían ponerse con ella en la mesa. Además seguían a la pintora en el recreo para que les regalara un nuevo nombre para su perro, para su gato, para su hermano… Así es cómo Juana llegó a la conclusión de que era tan importante y tan divertido hablar como pintar, sobre todo, si las palabras y los dibujos se los inventaba ella misma.

  • "Niña sandía". En brazos de la vida.

"Mamá, cuéntame como es el mundo"- le dijo la sandía pequeña a su mamá grande- Niña Sandía tenía un poquito de miedo a la vida, por eso siempre estaba junto a su madre.

-Querida hija- dijo mamá sandía- que era grande y redonda, hermosísima, con un color esmeralda resplandeciéndote y un lunar amarillo en la punta que parecía un sol. -El mundo tiene muchos colores: oscuros, claros, delicados, transparentes, chillones, fríos, cálidos….

-¿ Para qué sirven?- preguntó Niña Sandía con mucho interés.

Cada color tiene un fin- respondió la madre que se dispuso a explicarle el secreto de los colores- Atiende y lo comprenderás:

  • El rojo es el color de la sangre, de la vida. Nosotras lo tenemos por dentro y también muchos animales, incluso los humanos.

  • El naranja es el color de la energía, de la creatividad. Lo tienen las naranjas, las mandarinas, las zanahorias…

  • El amarillo es el color de la inteligencia, de las ideas. Es el color del sol, del limón…

  • El verde es el color del amor, de la curación. Lo puedes encontrar en los árboles, en la hierba, en los campos…

  • El azul es el color de la tranquilidad y de la armonía. Lo puedes ver en el cielo, en el ancho mar…

  • El violeta es el color de la transformación y la espiritualidad. Lo puedes observar en el arco iris y en los tibios atardeceres.

  • El rosa es el color de la sabia entrega y de la ecuanimidad. Lo puedes contemplar en el despertar de las auroras, en las flores….

De este modo, mamá sandía fue explicándole a su hijita toda la hermosura que guardaban los colores y dónde podía mirarlos. Y terminó diciéndole algo muy importante que Niña Sandía jamás olvidaría durante su experiencia frutal:

– Hija, no tengas miedo de la vida-. Mira el verde campo lleno de amapolas, el sol de los cielos, las estrellas que nos acompañan en la noche…, y mira el campesino cómo nos cuida. Sí, igual que él, nos cuida la vida.

– Recuerda, cada ser tiene su color, su propia belleza que lo hace diferente; y por tantas cosas diferentes en el mundo, existe tanta belleza. Has visto cuantas cosas bonitas nos brinda la vida, abre tu corazón a la belleza y nunca estarás sola.

Niña Sandía se sintió tan feliz cuando escuchó a su madre que le dijo entusiasmada: – Mamaíta, mamaíta, ¿sabes una cosa? ¡ Que te quiero mucho!

Después se dieron un gran abrazo de sandías .

Y nunca mejor dicho: "Colorín, colorado,este cuento se ha acabado"

"Cuento conmigo." Fomentando la autoestima.

Erase una vez un niño que se miró en un espejo. Cuando se vio no se reconoció porque vio la imagen de una persona mayor.

En seguida el niño le preguntó:

– ¿Tú quién eres?

La persona que estaba del otro lado del espejo le respondió:

– Soy tú mismo; sólo que con unos cuantos años más

  • Si quieres puedo salir del espejo y acompañarte siempre, para ayudarte en lo que tú quieras- añadió la imagen.

El niño exclamó:

  • ¡ Sí, sal de ahí!

La persona salió con esfuerzo. Primero, sacó una pierna, luego la otra, después los brazos… Y se quedó encogida en el lavabo. El niño, riéndose le dijo:

– Pareces un poco patosa

Esta le respondió:

  • No todo es bueno cuando eres mayor. Por ejemplo, no se cabe en cualquier parte.

Entonces el pequeño le dijo:

  • Lo comprendo, te ayudaré a bajar

Cuando bajó, los dos se abrazaron muy fuerte. Y de los dos desapareció el miedo. Pues se tenían el uno al otro para siempre.

Así que, agarrados de la mano, caminaron juntos por la vida, con paso seguro.

"La princesa pintora". Crear, para aprender a crear nuestra propia vida.

Erase una vez una princesa pequeña, pequeña, pequeña. Tenía el pelo castaño, su cabello era largo, muy largo. Y sus ojos eran como el verde de los campos en primavera, pero por la mañana temprano, casi verdes limón. Su nombre también era muy hermoso: Andrea, lo había heredado de su abuela igual que su reino.

A aquella princesa le encantaba pintar. Pintaba con todo su cuerpo, con los dedos, con las palmas de la mano, con los pies, con la punta de la nariz… Se embadurnaba de colores y después se iba a rodar por las paredes, por las sábanas…Todo lo que tocaba se hacía de color: amarillo, verde, lila, naranja, rojo, turquesa…

Su palacio parecía una enorme paleta de pintor. Tenía siete bañeras cada una de un color, y se iba metiendo en ellas según le apetecía.

  • Hoy me bañaré en rosa.¡ Uh, uh…qué maravilloso color!- exclamaba al meter el pie en el agua-.

La princesita Andrea no tenía que esperar a que fuera un día de fiesta, ni a que llegara el verano, ni siquiera que la visitaran los Reyes Magos; sencillamente los pintaba y de esta forma realizaba sus sueños. Así que dibujaba toboganes, osos preciosos, caballitos de mar rojos, niñas mariposas, indios, y nunca estaba sola.

PRIMER FINAL: Pintora y superfeliz

La princesa pintora era superfeliz. Su alegría era infinita por que siempre estaba descubriendo colores nuevos y cosas que pintar; su alma estaba llena de poesía, que ella iba plasmando. Además siempre, siempre, disfrutaba ya que todo lo pintaba con mucho gusto y cantando.

SEGUNDO FINAL: La princesa y el pájaro de las cumbres

La princesa no era del todo feliz, pues le faltaba un color. Se dio cuenta de ello un día en el jardín al ver un pájaro muy raro, de un color extrañísimo. Andrea se quedó tan maravillada de su resplandor que le preguntó:

  • ¿ De qué color eres pajarito que me deslumbras?

  • Soy de oro princesa, mi nombre es Yazid, soy el pájaro sagrado de las cumbres; y cómo vivo tan alto el sol me viste de dorado con sus rayas, por eso le canto a él y sólo a él.

La princesa le pidió que no se fuera sin dibujarlo. Sin embargo Yazid desapareció antes de que volviera con lápiz y papel.

Pero la silueta del ave y su vestido de plumas se quedó a Andrea grabado en los ojos, así que no necesitó que posara y en un santiamén lo dibujó. No conformándose con esto, pintó al pájaro dorado con todos los colores , un día y otro día. No se cansaba de pintar todos los pigmentos de que disponía para sacar el oro anhelado, sin conseguirlo, pues el pájaro vivo era más bello.

Andrea, por fin se convenció de que no podía plasmarlo en un lienzo por mucho que se empeñara, y cómo le era imposible olvidar su hermoso color, día y noche soñaba con volverlo a ver.

A una princesa de tan portentosa imaginación le fue muy fácil idear una forma de llamarlo. Dispuso las hermosas pinturas que había hecho de Yazid alrededor de su jardín y, mirando la cumbre, comenzó a cantar una bella cancioncilla: Pajarito, pajarito,

no hay nadie como tú,

vuelve pronto a mi jardín,

sin tu resplandor de oro,

me es imposible vivir.

Era tan profundo y tan verdadero el sentimiento de la princesa, que el pájaro dorado de las cumbres no se hizo esperar. Yazid, cuya debilidad era la música, quedó tan encantado de la melodía de Andrea que no se cansaba de escucharla. La princesa le hizo un enorme lazo de colores para agradecerle su atención. Y desde ese día, junto al sol, aparece el arco iris; que no es otra cosa que el vuelo del pájaro de las cumbres con su lazo de colores al viento.

  • "May, orejas largas". Facilitar la expresión de la rabia para evitar la violencia.

Ërase una vez un pajarillo precioso de color canela, se llamaba May, y tenía las orejas muy largas, muy largas. Cuando andaba, las arrastraba por el suelo, si bebía metía las orejas en el agua antes que la lengua y al correr parecía que dos alas salían de su cabeza para, en un descuido, echar a volar.

May, orejas largas, era el perro más juguetón del lugar, le encantaba jugar con los demás animales. Pero le ocurría algo terrible: cuando comenzaba a jugar sacaba sus garras y arañaba y hería, incluso tiraba bocados de verdad. El no sabía que hacía mucho daño. Lo cierto es que los demás animales comenzaron a alejarse de él y se quedó muy sólo sin saber por qué.

Como nadie quería jugar con él, se fue al campo, se escondió entre los matorrales y decidió que si nadie quería se convertiría en un perro rabioso que asustaría a todo el mundo. Desde luego nadie se atrevía a pisar el campo, pues todos le temían. Aquella situación no podía durar mucho tiempo, ya que no tenían que comer. Por este motivo los animales se reunieron y decidieron mandar a Quila Tranquila para que hablara con él. ¿Qué quién era ella?. Pues era el único animal a quien el perro no podía morder: Quila tranquila era una tortuga.

La tortuga llegó muy lentamente a su escondrijo y lo llamó: ¡May, May!. May salió disparado y la tortuga al verlo se escondió en su caparazón. Él sacó sus garras y le dio muchas vueltas a aquella cosa que parecía una piedra. Cuando se cansó vio como una cabecilla pequeña que asomaba por debajo le decía:

  • May, quiero hablar contigo

  • Vaya, una piedra que habla, eres muy rara- dijo el perro-

  • Soy Quila tranquila, me han enviado los animales del bosque para decirte que te tienen un miedo terrible.

May se extrañó mucho de lo que estaba escuchando y exclamó:

  • Pero si yo sólo quiero jugar con ellos. A lo que Quila respondió:

  • En cambio ellos no quieren jugar contigo porque les haces mucho daño, siempre salen malheridos de eso que tu llamas juego.

May se enfureció aún más y gritó enfurecido:

  • Pero, ¿ cómo qué les hago daño?

La tortuga con voz firmé le dijo:

  • Eso que tú llamas juego, es sólo violencia.

  • ¿ Y qué es eso?- preguntó el cachorro.

Quila sacó una lista que le habían dado los animales y fue enumerando todas las agresiones que ellos habían recibido:

  • Pegar patadas, arañar, tirar bocados, pelear a puñetazos…Eso es violencia y hace mucho daño a las criaturas. Por eso todos huyen de ti, porque no sabes jugar.

  • Entonces, ¿ qué es jugar?- preguntó el perrillo con la cabeza baja y el rabo entre las patas.

A lo que la tortuga respondió: "jugar es disfrutar, sin hacer daño a los demás". May se quedó muy pensativo por todo lo que había oído y comenzó a comprender por qué nadie quería jugar con él; cómo era muy listo decidió que cambiaría su forma de jugar. Y desde aquel día, las cosas fueron muy distintas para aquella comunidad de animales.

Habían recuperado a un amigo. Ahora sí que podían disfrutar, porque May dejó de pelear y se convirtió en el perrillo más divertido de los alrededores.

  • "Flor tímida". Florecer

Érase una vez una florecilla que estuvo cerrada durante mucho tiempo. Temía abrirse y que la vinieran por dentro. Queridos niños, no os podéis imaginar el temor que sentía tan sólo con pensar que la verían sus hermanas, ellas que eran tan hermosas.

Pero los rayos del sol anunciaban que ya había acabado el invierno. Muy pronto comenzaron a llamar a la puerta cada flor: "Pom, pom, pom,.. Diciendo: – Despierta, despierta, ábrete preciosa, ya se ha acabado el sueño de invierno.

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Nuestra florecilla también recibió la llamada del rey del cielo , sus rayos la acariciaron haciéndole cosquillas, y no tuvo más remedio que desperezarse. Quiso abrirse para agradar al sol, pero cuando estaba intentándolo recordó su miedo y volvió a cerrarse.

El sol que conocía muy bien al despertar de las flores, tuvo más paciencia con ella que con ninguna. Cada ratito le susurraba:

-Abrete ,ábrete, pequeña.

A lo que ella contestaba con un no.

-Bueno, entonces dime qué te pasa- repuso el astro-

La planta escondida, le contestó con mucha timidez:

– Tengo miedo de no ser cómo los demás…., de que no me quieran.

En ese momento, el sol alumbrado, descubrió que estaba llena de lágrimas por dentro.

Un resplandor dorado secó las gotitas desprendidas del capullo, que con estas palabras fue aliviado por la luz solar:

  • Todas las flores padecen el mismo miedo que ti: desde la más grande a la más pequeñita teme abrirse al mundo, le asusta abrirse al mundo, le asusta crecer.

Sin embargo, cuando la Diosa Primavera que se aposenta en su seno le pide que se abran y alegren a todas las criaturas, todas abren sus pétalos para cantar la canción del existir, y todas son bellísimas porque dan lo que tienen.

Entonces la florecilla se atrevió a mirarse por dentro, y escuchó la voz de la primavera que le latía muy hondo:

-Abrete, crece y alegra la vida cantando mi canción.

La flor así lo hizo, en un abrir de hojas pasó del miedo a la alegría , siendo otra bella flor del maravilloso tapiz que ese año tejió Madre Naturaleza.

  • "El camaleón"

Comienza así nuestra historia:

Un camaleón orgulloso, que se burlaba de los demás por no cambiar de color como él. Pasaba el día diciendo: ¡Que bello soy!.

¡No hay ningún animal que vista tan señorial!.

Todos admiraban sus colores, pero no su mal humor y su vanidad.

Un día, paseaba por el campo, cuando de repente, comenzó a llover.

La lluvia, dio paso al sol y éste a su vez al arco iris.

El camaleón alzó la vista y se quedó sorprendido al verlo, pero envidioso dijo: ¡No es tan bello como yo!.

¿No sabes admirar la belleza del arco iris?-Dijo un pequeño pajarillo que estaba en la rama de un árbol cercano.

Si no sabes valorarlo, continuó, es difícil que conozcas las verdades que te enseña la naturaleza.

¡Si quieres, yo puedo ayudarte a conocer algunas!.

¡Está bien!: dijo el camaleón.

Los colores del arco iris te enseñan a vivir, te muestran los sentimientos.

El camaleón le contestó: ¡Mis colores sirven para camuflarme del peligro, no necesito sentimientos para sobrevivir!.

El pajarillo le dijo: ¡Si no tratas de descubrirlos, nunca sabrás lo que puedes sentir a través de ellos!.

Además puedes compartirlos con los demás como hace el arco iris con su belleza.

El pajarillo y el camaleón se tumbaron en el prado.

Los colores del arco iris se posaron sobre los dos, haciéndoles cosquillas en sus cuerpecitos.

El primero en acercarse fue el color rojo, subió por sus pies y de repente estaban rodeados de manzanos, de rosas rojas y anocheceres.

El color rojo desapareció y en su lugar llegó el amarillo revoloteando por encima de sus cabezas.

Estaban sonrientes, alegres, bailaban y olían el aroma de los claveles y las orquídeas.

El amarillo dio paso al verde que se metió dentro de sus pensamientos.

El camaleón empezó a pensar en su futuro, sus ilusiones, sus sueños y recordaba los amigos perdidos.

Al verde siguió el azul oscuro, el camaleón sintió dentro la profundidad del mar, peces, delfines y corales le rodeaban.

Daban vueltas y vueltas y los pececillos jugaban con ellos.

Salieron a la superficie y contemplaron las estrellas. Había un baile en el cielo y las estrellas se habían puesto sus mejores galas.

El camaleón estaba entusiasmado.

La fiesta terminó y apareció el color azul claro. Comenzaron a sentir una agradable sensación de paz y bienestar.

Flotaban entre nubes y miraban el cielo.

Una nube dejó caer sus gotas de lluvia y se mojaron, pero estaban contentos de sentir el frescor del agua.

Se miraron a los ojos y sonrieron.

El color naranja se había colocado justo delante de ellos.

Por primera vez, el camaleón sentía que compartía algo y comprendió la amistad que le ofrecía el pajarillo.

Todo se iluminó de color naranja.

Aparecieron árboles frutales y una gran alfombra de flores.

Cuando estaban más relajados, apareció el color añil, y de los ojos del camaleón cayeron unas lagrimitas. Estaba arrepentido de haber sido tan orgulloso y de no valorar aquello que era realmente hermoso.

Pidió perdón al pajarillo y a los demás animales y desde aquel día se volvió mas humilde.

  • "Púas el erizo "

Púas, era un erizo pequeñito, de color marrón, un poco torpe y patosito.

Tenía un hocico negro y unas patitas gordas.

Siempre se metía en líos, por culpa de sus púas pinchosas.

Un día, estaba tejiendo Doña Gatita un jersey muy lindo para su bebé gatito y Púas se acercó a curiosear.

La gata, había comprado en la tienda del pueblo, una gran canasta de madejas de colores y quería hacerle el jersey cuanto antes, para que no pasara frío.

Doña Gatita, le decía a su pequeñín: ¡Que guapo vas a estar!, ¡Eres el gatito más lindo de toda la vecindad!.

Púas, se había escondido detrás del sillón. Los colores de las madejas, llamaron su atención y al inclinar la cabecita para verlas mejor, se cayó dentro de la canasta.

El erizo, se metió, entre las madejas y no podía salir. El hilo se había enganchado en sus púas y lo había enredado todo.

¡Ay, Ay, mira lo que has hecho! Dijo la gatita.

¡Ahora que voy a hacer!.

Púas, se sintió muy avergonzado y pidió perdón a la gatita, pero el hilo estaba destrozado y ya no servía para hacer el jersey.

Al llegar a su casa, Púas le contó a su mamá lo que había ocurrido.

Le pidió que ella, hiciera un jersey para gatito.

Su mamá le dijo: ¡No te preocupes Púas, yo lo haré!.

¡No tienes que ser tan travieso!. ¡Has de tener más cuidado!.

Púas no sabía remediarlo, era tan inquieto, que volvió a meter la pata, bueno mejor dicho las púas.

Vio la madriguera de un conejo y quiso entrar en ella para curiosear.

La Señora Coneja, acababa de tener crías. Estaban todas allí, muy juntitas. Todavía eran demasiado pequeñas para salir.

Púas, consiguió meterse en la madriguera y llegar hasta las crías.

Todo estaba muy oscuro y no podía ver nada.

El erizo iba de un lado para otro, sin darse cuenta que según se movía iba pinchando a las crías.

¡Fuera de aquí!. Le dijo Doña Coneja, muy enfadada.

Púas, estaba triste, el no quería hacer daño, pero siempre le salía todo al revés.

Pensando y pensando, encontró la forma de hacer algo bueno y práctico con sus púas.

¡Ya sé!. ¡Limpiaré las alfombrillas de las casitas de los animales!. Dijo Púas, convencido de que había encontrado la solución.

¡Esta vez, tengo que hacerlo bien y estar preparado para trabajar!.

¡No volveré a equivocarme!.

Comenzó a trabajar, como un verdadero experto.

Se ponía su mascarilla para el polvo, y limpiaba y limpiaba.

Los animales, estaban muy contentos de que por fin, hiciera algo que le gustara y no molestara a los demás.

Se convirtió en un gran limpiador de alfombras y todos estaban muy orgullosos de él.

Púas, había encontrado una razón para ser feliz.

  • "El Escarabajo trompetista"

Verdi, el pequeño escarabajo, vivía cerca del huerto de Doña gallina.

Siempre estaba solo. Paseaba por el huerto vestido con un chaleco gris y un sombrero negro.

Su casita estaba hecha de cáscara de nuez y estaba al lado de un fuerte abeto que le protegía del viento y la lluvia.

Al salir los primeros rayos del sol, abría la ventana y ensayaba con su trompeta. ¡Si, era trompetista!

Todas las mañanas, entonaba su canción. Él quería mucho a su trompeta dorada, ¡Se la había regalado un viejo búho que vivía en el bosque!.

Llevaba años practicando y realmente era maravilloso oírle tocar.

Sus amigos soportaban sus ensayos con mucha paciencia.

Poco a poco la trompeta parecía estar viva, pues sus notas sonaban cada vez mejor.

¡Bailaban en el aire!, ¡Qué ritmo!.

Las notas subían hasta las nubes y jugaban con ellas.

Sus amigos: la gallina, el saltamontes y el viejo búho, le animaban para que se presentara a un concurso de trompeta que había en el bosque.

Su música llegó a conocerse en otros bosques cercanos. Todos los animalitos venían a oírle tocar.

Llegó el día del concurso, todos sus amigos se pusieron sus mejores ropas. ¡Que guapos estaban!

Algunos animales eran un poco envidiosos y desconfiados . No creían que Verdi fuera tan buen músico.

¿Cómo va a ser buen músico un escarabajo?. –Decían.

¡Es un poco feo y no vive en una casa elegante!. –Comentaban otros.

Pero cambiaron de opinión enseguida al oírle tocar.

Eran tan hermosas sus melodías que todo el mundo escuchaba con atención.

El concurso fue un gran éxito y todos aplaudieron entusiasmados.

Verdi, se hizo muy famoso, pero siguió viviendo en su casita de cáscara de nuez y divirtiéndose con sus amigos.

  • "La araña y la viejecita"

En una casita, en lo alto de una montaña, vivía hace tiempo una viejecita muy buena y cariñosa.

Tenía el pelo blanco y la piel de su cara era tan clara como los rayos del sol.

Estaba muy sola y un poco triste, porque nadie iba a visitarla.

Lo único que poseía era un viejo baúl y la compañía de una arañita muy trabajadora, que siempre le acompañaba cuando tejía y hacía labores.

La pequeña araña, conocía muy bien cuando la viejecita era feliz y cuando no.

Desde muy pequeña la observaba y había aprendido tanto de ella que pensó que sería buena idea intentar que bajara al pueblo para hablar con los demás. Así aprenderían todo lo que ella podía enseñarles.

Ella les enseñaría a ser valientes cuando estén solos, a ser fuertes para vencer los problemas de cada día y algo muy, muy importante, a crear ilusiones, sueños, fantasías.

Las horas pasaban junto a la chimenea y las dos se entretenían bordando y haciendo punto.

La viejecita, apenas podías sostener las madejas y los hilos en sus brazos.

¡Qué cansada me siento!, ¡Me pesan mucho estas agujas!. Decía la ancianita.

La arañita, la mimaba y la sonreía.

Un día, la araña, pensó que ya había llegado el momento de poner en práctica su idea.

¿Sabes lo que haremos?. ¡Iremos al mercado a vender nuestras labores!. ¡Así, ganaremos dinero y podremos ver a otras personas y hablar con ellas!.

La anciana no estaba muy convencida.

¡Hace mucho tiempo que no hablo con nadie!. Dijo la anciana.

¿Crees que puede importarle a alguien lo que yo le diga?.

¡Claro que sí!. ¡Verás como nos divertimos!.

Se pusieron en marcha, bajaron despacito, como el que no quiere perder ni un minuto de la vida.

Iban admirando el paisaje, los árboles, las flores y los pequeños animalitos que veían por el camino.

Llegaron al mercado y extendieron sus bordados sobre una gran mesa.

Todo el mundo se paraba a mirarlos. ¡Eran tan bonitos!.

La gente les compró todo lo que llevaban. ¡Además hicieron buenos amigos!.

Enseguida, los demás, se dieron cuenta de la gran persona que era la viejecita y le pedían consejo sobre sus problemillas.

Al principio, le daba un poco de vergüenza que todo el mundo, la preguntara cosas. Pero poco a poco descubrió el gran valor que tienen las palabras y cómo muchas veces una palabra ayuda a superar las tristezas.

Palabras llenas de cariño como:

¡Animo, adelante, puedes conseguirlo!. ¡Confía en ti, cree en ti!.

Ella también aprendió ese día, que las cosas que sentimos en el corazón, debemos sacarlas fuera, quizá los otros puedan aprovecharlas para su vida.

La arañita le decía a la anciana: ¡Deja volar tus sentimientos, se alegre, espontánea, ofrece siempre lo mejor de ti!.

La viejecita y la araña partieron hacia su casita de la montaña.

Siguieron haciendo bordados y bordados.

Trabajaban mucho y cuando llegaba la noche la araña se iba a su rinconcito a dormir. La anciana se despedía de ella y le decía: ¡Gracias por ser mi amiga!.

¡Un amigo, es más valioso que joyas y riquezas, llora y ríe contigo y también sueña!

Mientras sentía estos pensamientos, la viejecita se iba quedando dormida, sus ojos cansados se cerraron y la paz brilló en su cara.

La luna les acompañaba e iluminaba la pequeña casita y nunca, nunca estaban solas. Más allá, muy lejos, sus seres queridos velaban sus sueños.

BIBLIOGRAFÍA

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Vallejo-Nájera, J. A. Conócete a tí mismo. Temas de Hoy, 1997.

Vallés Arándiga, A. Programa para aumentar la autoestima. Me gusta quien soy. Promolibro, 1999.

 

 

 

Autor:

Ruth Rodríguez Herrera

Enviado por:

Ing. Lic. Yunior Andrés Castillo S.

"NO A LA CULTURA DEL SECRETO, SI A LA LIBERTAD DE INFORMACION"?

Santiago de los Caballeros,

República Dominicana,

2015.

"DIOS, JUAN PABLO DUARTE Y JUAN BOSCH – POR SIEMPRE"?

Partes: 1, 2
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