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La crisis mundial vista desde Bolivia (página 2)



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Existe un nivel de endeudamiento público moderado y se tienen márgenes para ampliar el mismo. Se espera un superávit en el Saldo de la Cuenta Corriente de la Balanza de Pagos. Por otro lado, se espera un crecimiento del PIB de alrededor del 5 %.

Los escenarios de la Economía Boliviana son de estabilidad, crecimiento relativo y sus principales variables macroeconómicas están dentro de rangos apropiados como para comenzar un desafío potencial a las consecuencias de la Crisis Global.

Política Fiscal

Se debe buscar el equilibrio fiscal como un objetivo que dé continuidad en la estabilidad macroeconómica, sobre todo en tiempos de crisis. Si se entraría a un proceso de Déficit fiscal, se deberá buscar que sea financiado en su mayor proporción con financiamiento externo, para así no afectar las RIN´s y la Emisión.

Se deberá buscar una mayor Presión Tributaria a través de una ampliación de la Base Imponible de agentes económicos, mejorando de esta manera los Ingresos Tributarios.

Política Monetaria y Financiera

Dicha política es la que incide directamente en la Demanda Agregada, es importante tener como principal objetivo el mantener el nivel de liquidez en la economía. Este fin traerá secuelas sobre los medios de pagos y sobre el precio del dinero, ambas variables importantes en las repercusiones sobre los flujos financieros dirigidos a la actividad económica en general y a los sectores productivos. Influyendo también en la Demanda y en la Inversión.

Para lograr estabilidad en el nivel de liquidez, se debería generar incentivos al uso de las Reservas en poder del Sistema Financiero y su colocación como créditos.

Política Cambiaria y de Comercio Exterior

El principal instrumento de política de comercio exterior es el tipo de cambio. Se deberá buscar tener uno competitivo.

En términos de expectativas negativas y de la preferencia de activos financieros en Dólares no será fácil revertir las valoraciones del boliviano impuestas hace más de tres años, con devaluaciones del mismo. Se podría compensar con tasas de interés más remunerativas a los depósitos en nuestra moneda y con una política eficiente de información sobre la programación de las modificaciones del Tipo de cambio.

Se debe realizar una agresiva política de incentivos y financiamiento a la producción dirigida a la exportación no tradicional.

Se debe estudiar el uso adecuado de las RIN´s en proyectos intensivos en mano de obra, de maduración acelerada e integración vertical y horizontal con otros procesos productivos.

Se debe impulsar una política comercial agresiva y desideologizada de búsqueda y concreción de mayores y mejores mercados internacionales para nuestros productos de exportación. Acuerdos multi y bilaterales de comercio.

Un campo minado

INCERTIDUMBRE ECONÓMICA EN UN CUADRO DE

INESTABILIDAD SOCIAL Y GOBERNABILIDAD PRECARIA

No sabemos cuán fuerte o suave golpeará la crisis internacional a Bolivia, pero sí es perceptible que la capacidad política del gobierno para gestionar la coyuntura económica se encuentra disminuida. La cuestión que salta a la vista es la gobernabilidad del Estado y la gobernanza económica.

El debilitamiento de ambos, gobernabilidad y gobernanza económica, que es lo que pensamos que sucede hoy día en Bolivia, podría jugar en contra de la posibilidad de atenuar el impacto económico de la crisis internacional y, eventualmente, ser un factor que más bien agrave las manifestaciones y consecuencias de un deterioro económico.

La coyuntura económica 2008-2009

En Bolivia, la crisis financiera y económica del mundo desarrollado (2007-2008) se exteriorizó con retraso y sus efectos no fueron abrumadores ni extensos. La crisis externa en Bolivia se sintió a lo largo de tres trimestres: básicamente, los últimos meses de 2008 y el primer semestre en 2009.

El principal canal de afectación fue la decadencia de los precios de las materias primas, que se expresó en el desplome de las exportaciones nacionales, deprimidas el año 2009 en algo más del 20%.

Así y todo, el menor valor de las exportaciones, especialmente de gas, durante el período de crisis, produjo la disminución de los ingresos fiscales y, con ello, de la inversión pública, que fue la principal variable de ajuste.

Las finanzas públicas resintieron el impacto, aunque no en forma traumática; ya no se registró el superávit fiscal de los años anteriores, pero tampoco se volvió al ambiente deficitario del pasado.

El cambio más evidente se dio en la política monetaria, que pasó de contractiva a expansiva, mediante una fuerte redención neta de títulos públicos, con lo cual se consiguió reducir las tasas de interés bancario; esta medida buscó estimular la inversión y, sobre todo, el consumo.

Otra de las medidas consistió en mantener la inversión pública en un nivel respectivamente alto, en parte para contrarrestar la fuerte caída de la inversión privada extranjera.

Otro colchón que amortiguó la caída de la economía fueron los ingresos provenientes del contrabando y el narcotráfico, actividades estas que han mantenido una tendencia de crecimiento constante en los últimos 5 años, insuflando liquidez en la economía nacional.

Bombas de tiempo

No se puede ignorar algunas bombas de tiempo que quedan de los años de bonanza y de ímpetu populista en la política económica. Los crecidos ingresos petroleros han sostenido el aumento de la inversión pública y también buena parte de las transferencias directas y los subsidios al consumo de carburantes y otros productos y servicios esenciales.

• Un ajuste más o menos severo en los precios de los minerales, podría tener efectos considerables sobre la producción y el empleo en el sector minero. Es probable que muchas operaciones mineras, especialmente en el sector cooperativista y de la minería chica, pudieran hacerse insostenibles.

• Las importaciones crecieron en los últimos años a un ritmo inusitado, incluidos alimentos. Este boom de importaciones sólo puede mantenerse con exportaciones en valores igualmente altos. Pero si ahora se bajan los ingresos, la balanza comercial debe tender a ser deficitaria. Reducir drásticamente las importaciones no parece ser algo que pueda lograr fácilmente. Quizá entonces no quede otro recurso que echar mano de las reservas internacionales.

• No son pocos los que piensan que el auge de la construcción inmobiliaria, estimulado tanto por los bajos intereses bancarios como por la enorme liquidez en la economía, tiene mucho de una burbuja especulativa, puesto que aparentemente no guarda relación con el crecimiento vegetativo de la población y, por tanto, con la demanda real. La reciente adopción de un impuesto adicional a las utilidades financieras, podría marcar el inicio de un proceso de aumento paulatino de las tasas de interés, lo que eventualmente podría comprometer la capacidad de pago de los deudores.

• Los precios internacionales de los alimentos prosiguen una tendencia alcista, por lo cual la economía boliviana, cada vez más dependiente de la importación de alimentos, seguirá expuesta a la inflación importada. En contraste, la producción nacional es deficitaria y volátil en productos básicos como maíz, trigo y otros, con los consiguientes riesgos de desabastecimiento, contrabando de alimentos y alza de precios internos.

Desactivar esta clase de bombas no es imposible, aunque que no sea tarea fácil. La dificultad estriba no tanto en hallar las soluciones adecuadas sino en la capacidad política de gestionarlas. Esto es lo que vemos en Europa, e incluso en Estados Unidos; por ello también la sucesión de crisis políticas y de gobiernos que caen, desprovistos de legitimidad y de apoyo político para aplicar las medidas que se requieren.

Conclusiones

La crisis actual se debe a la subida de los precios en forma generalizada y a esto se llama inflación. Pero la inflación también se debe al contagio de dicha enfermedad cuando se importa productos de los mercados extranjeros especialmente de los Estados Unidos donde se atraviesa una crisis financiera por desfinanciamiento de los bancos privados. Mediante el mercado la crisis se expande por todo el mundo y llega también a nuestro país. Cuando existe inflación significa que los precios suben desmedidamente y el gobierno tiene que actuar para controlar dicha inflación ya sea subiendo el precio de la tasa de interés, pero de cualquier manera si la inflación persiste se llega un momento que la producción se tiene que ver afectada y es cuando se llega entonces a la recesión. Sin embargo, la actual crisis mundial parece representar un punto de quiebre, el cual conduciría a la economía a su tendencia de largo plazo, es decir un crecimiento anual no mayor al 3 por ciento. Las características estructurales de la economía también afectan el desempeño de las políticas, como se vio en la simulación fiscal expansiva. Este tipo de medidas tienen fuertes implicaciones sobre la balanza de pagos, aunque permite acercar a la economía a una trayectoria de mayor crecimiento. Ningún mercado, por mayores cualidades que posea, está exento de los efectos de una crisis de magnitud global. China es una de las economías más abiertas del mundo y eso acelera el impacto, pero también la potencia asiática tiene la capacidad para reemplazar el mercado internacional con el mercado interno, aun a altos costos, pues no sólo cuenta con una amplia demanda interna con capacidad de ahorro, sino que históricamente ha sido un país que enfrentó situaciones adversas con capacidad de recuperación. Las expectativas quedan centradas en el comportamiento de la comunidad internacional ante la crisis. Es decir, si los Estados adoptará políticas proteccionistas per se o bien aceptarán la propuesta del Grupo de los 20 de suspender por un año dichas medidas, con el objeto de recobrar los niveles del comercio internacional. La conclusión central es que la economía boliviana es altamente vulnerable a shocks externos y su ajuste macroeconómico está limitado por las posibilidades de sustitución en el sector productivo y de factores, así como por las opciones de portafolio. Por lo tanto, no se puede excluir la necesidad de implementar medidas anti-shocks en los ciclos económicos, abriendo de esta manera el abanico de intervención del sector público. Conviene señalar que las recetas macroeconómicas no pueden aumentar la tasa de crecimiento de manera sostenible, solo estabilizarla en torno a un shock.

 

 

Autor:

Freitas, Selene

Guerrero, Eder

Leal, Víctor

Matute, Roxanne

Sánchez, José

Enviado por:

Iván José Turmero Astros

Universidad Nacional Experimental Politécnica

"Antonio José de Sucre"

Vicerrectorado Puerto Ordaz

Departamento de Ingeniería Industrial

INGENIERÍA FINANCIERA

Monografias.com

Profesor:

MSc. Ing. Turmero, Iván

CIUDAD GUAYANA, ABRIL DE 2016

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