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Desarrollo psicofísico de los niños de 6 a 11 años



Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Teoría de Erikson
  3. Sigmund Freud: teoría psicosexual
  4. Jean Baker Miller: teoría relacional
  5. Observaciones
  6. Conclusión
  7. Bibliografía

Introducción

Para realizar este trabajo tuvimos en cuenta distintos autores con sus distintas teorías. Analizamos a Erikson y sus distintos estadios especificando aquellos que comprenden la franja etaria de los 6 a 11 años aproximadamente. También tomamos a Freud y su teoría y desarrollo psicosexual, a Jean Baker Miller y su teoría relacional. Observamos y analizamos los factores de desarrollo intelectual según la teoría de Jean Piaget, como también distintos ámbitos de la infancia, los cuales comprenden el juego, el dibujo, la sexualidad infantil, el desarrollo motor, entre otros aspectos.

Realizamos dos observaciones. A un nene de 7 años, a quien no solamente observamos sino que también hablamos con su mamá; y a una nena de 9 años, a ella no la observamos solamente, sino que decidimos hacerle diferentes preguntas. Luego articulamos estas observaciones con la teoría.

TEORÍA DE ERIKSON

Erikson es un psicólogo del Yo freudiano. Esto significa que acepta las ideas de Freud como básicamente correctas, incluyendo aquellas debatibles como el complejo de Edipo, así como también las ideas con respecto al Yo de otros freudianos como Heinz Hartmann y por supuesto, Anna Freud. No obstante, Erikson está bastante más orientado hacia la sociedad y la cultura que cualquier otro freudiano, tal y como cabía esperar de una persona con sus intereses antropológicos. Prácticamente, desplaza en sus teorías a los instintos y al inconsciente. Quizás por esta razón, Erikson es tan popular entre los freudianos y los no-freudianos por igual.

El Principio Epigenético

Erikson es muy conocido por su trabajo sobre la redefinición y expansión de la teoría de los estadios de Freud. Establecía que el desarrollo funciona a partir de un principio epigenético. Postulaba la existencia de ocho fases de desarrollo que se extendían a lo largo de todo el ciclo vital. Nuestros progresos a través de cada estadio está determinado en parte por nuestros éxitos o por los fracasos en los estadios precedentes. Como si fuese el botón de una rosa que esconde sus pétalos, cada uno de éstos se abrirá en un momento concreto, con un cierto orden que ha sido determinado por la naturaleza a través de la genética. Si interferimos con este orden natural de desarrollo extrayendo un pétalo demasiado pronto o en un momento que no es el que le corresponde, destruimos el desarrollo de la flor al completo.

Cada fase comprende ciertas tareas o funciones que son psicosociales por naturaleza. Aunque Erikson les llama crisis por seguir la tradición freudiana, el término es más amplio y menos específico. Por ejemplo, un niño escolar debe aprender a ser industrioso durante ese periodo de su vida y esta tendencia se aprende a través de complejas interacciones sociales de la escuela y la familia.

Las diversas tareas descritas por el autor se establecen en base a dos términos: una es la tarea del infante, llamada "confianza-desconfianza". Al principio resulta obvio pensar que el niño debe aprender a confiar y no a desconfiar. Pero Erikson establece muy claramente que debemos aprender que existe un balance. Ciertamente, debemos aprender más sobre la confianza, pero también necesitamos aprender algo de desconfianza de manera que no nos convirtamos en adultos estúpidos.

Cada fase tiene un tiempo óptimo también. Es inútil empujar demasiado rápido a un niño a la adultez, cosa muy común entre personas obsesionadas con el éxito. No es posible bajar el ritmo o intentar proteger a nuestros niños de las demandas de la vida. Existe un tiempo para cada función.

 

Si pasamos bien por un estadio, llevamos con nosotros ciertas virtudes o fuerzas psicosociales que nos ayudarán en el resto de los estadios de nuestra vida. Por el contrario, si no nos va tan bien, podremos desarrollar mal adaptaciones o malignidades, así como poner en peligro nuestro desarrollo faltante. De las dos, la malignidad es la peor, ya que comprende mucho de los aspectos negativos de la tarea o función y muy poco de los aspectos positivos de la misma, tal y como presentan las personas desconfiadas. La mal adaptación no es tan mala y comprende más aspectos positivos que negativos de la tarea, como las personas que confían demasiado.

 Niños y adultos

Quizás la innovación más importante de Erikson fue la de postular no 5 estadios como Freud había hecho, sino 8. Erikson elaboró tres estadios adicionales de la adultez a partir del estadio genital hasta la adolescencia descrito por Freud. Ninguno de nosotros nos detenemos en nuestro desarrollo (sobre todo psicológicamente) después de los 12 o 13 años. Parece lógico estipular que debe haber una extensión de los estadios que cubra el resto de nuestro desarrollo.

Erikson también tuvo algo que decir con respecto a las interacciones de las generaciones, lo cual llamó mutualidad. Ya Freud había establecido claramente que los padres influían de una manera drástica el desarrollo de los niños. Pero Erikson amplió el concepto, partiendo de la idea de que los niños también influían al desarrollo de los padres. Por ejemplo, la llegada de un nuevo hijo, representa un cambio de vida considerable para una pareja y remueve sus trayectorias evolutivas. Incluso, sería apropiado añadir una tercera (y en algunos casos, una cuarta) generación al cuadro. Muchos de nosotros hemos sido influenciados por nuestros abuelos y ellos por nosotros.

Un ejemplo claro de mutualidad lo encontramos en los problemas que tiene una madre adolescente. Aún cuando tanto la madre como el hijo pueden llevar una vida satisfactoria, la chica está todavía envuelta en tareas de búsqueda de sí misma y de cómo encajar en la sociedad. La relación pasada o presente con el padre de su hijo puede ser inmadura tanto en uno como en el otro y si no se casan o viven juntos, ella tendrá que lidiar con los problemas de encontrar una nueva pareja. Por otro lado, el infante presenta una serie de necesidades básicas de todo niño, incluyendo la más importante: una madre con las habilidades maduras y apoyo social, como toda madre. Si los padres de la chica en cuestión se unen para ayudar, tal y como cabría esperar, también romperán con sus funciones evolutivas, volviendo a un estilo vital que pensaban que habían pasado y altamente demandante. A estas generaciones se pueden añadir otras, y así sucesivamente.

Ericsson plantea 8 estadios, nombraremos todos pero desarrollamos solo aquellos que comprendan la franja etaria de 6 a 11 años.

Estadio I : el de infancia o etapa sensorio-oral comprende el primer año o primero y medio de vida.

Estadio II : corresponde al llamado estadio anal-muscular de la niñez temprana, desde alrededor de los 18 meses hasta los 3-4 años de edad y duda.

 Estadio III

Este es el estadio genital-locomotor o la edad del juego. Desde los 3-4 hasta los 5-6 años, la tarea fundamental es la de aprender la iniciativa sin una culpa exagerada. La iniciativa sugiere una respuesta positiva ante los retos del mundo, asumiendo responsabilidades, aprendiendo nuevas habilidades y sintiéndose útil. Los padres pueden animar a sus hijos a que lleven a cabo sus ideas por sí mismos. Debemos alentar la fantasía, la curiosidad y la imaginación. Esta es la época del juego, no para una educación formal. Ahora el niño puede imaginarse, como nunca antes, una situación futura, una que no es la realidad actual. La iniciativa es el intento de hacer real lo irreal. Pero si el niño puede imaginar un futuro, si puede jugar, también será responsable y culpable. Erikson es, por supuesto, un freudiano y por tanto incluye la experiencia edípica en este estadio. Desde su punto de vista, la crisis edípica comprende la renuencia que siente el niño a abandonar su cercanía al sexo opuesto. Un padre tiene la responsabilidad, socialmente hablando, de animar al niño a que "crezca"; "¡que ya no eres un niño!". Pero si este proceso se establece de manera muy dura y extrema, el niño aprende a sentirse culpable con respecto a sus sentimientos. Un buen equilibrio llevará al sujeto a la virtud psicosocial de propósito. El sentido del propósito es algo que muchas personas anhelan a lo largo de su vida, aunque la mayoría de ellas no se dan cuenta que, de hecho, ya llevan a cabo sus propósitos a través de su imaginación y su iniciativa. Creo que una palabra más acertada para esta virtud hubiera sido coraje; la capacidad para la acción a pesar de conocer claramente nuestras limitaciones y los fallos anteriores.

Estadio IV

 Esta etapa corresponde a la de latencia, o aquella comprendida entre los 6 y 12 años de edad del niño escolar. La tarea principal es desarrollar una capacidad de laboriosidad al tiempo que se evita un sentimiento excesivo de inferioridad. Los niños deben "domesticar su imaginación" y dedicarse a la educación y a aprender las habilidades necesarias para cumplir las exigencia. Una buena forma de percibir las diferencias entre un niño en el tercer estadio y otro del cuarto es sentarse a ver cómo juegan. Los niños de cuatro años pueden querer jugar, pero solo tienen conocimientos vagos de las reglas e incluso las cambian varias veces a todo lo largo del juego escogido. No soportan que se termine el juego, como no sea tirándoles las piezas a su oponente. Un niño de siete años, sin embargo, está dedicado a las reglas, las consideran algo mucho más sagrado e incluso puede enfadarse si no se permite que el juego llegue a una conclusión estipulada.  

Estadio V : Esta etapa es la de la adolescencia, empezando en la pubertad y finalizando alrededor de los 18-20 años

Estadio VI : etapa de la adultez joven, la cual dura entre 18 años hasta los 30 aproximadamente.

 Estadio VII : adultez media, período comprendido entre los 20 y pico y los 50 años aproximadamente.

 Estadio VIII : adultez tardía o madurez, aproximadamente a los 60 años.

Erikson conceptuaba a la sociedad como una fuerza positiva que ayudaba a moldear el desarrollo del ego o el yo. La teoría del desarrollo psicosocial divide en ocho períodos de edad la vida humana. Cada etapa representa una crisis en la personalidad que implica un conflicto diferente y cada vez mayor. Cada crisis es un momento crucial para la resolución de aspectos importantes; éstas se manifiestan en momentos determinados según el nivel de madurez de la persona. Si el individuo se adapta a las exigencias de cada crisis el ego continuará su desarrollo hasta la siguiente etapa; si la crisis no se resuelve de manera satisfactoria, su presencia continua interferirá el desarrollo sano del ego. La solución satisfactoria de cada una de las ocho crisis requiere que un rasgo positivo se equilibre con uno negativo.

Las etapas psicosociales son 6, desarrollaremos aquellas que correspondan a la franja etaria de nuestro trabajo.

  • Confianza básica vs Desconfianza (del nacimiento hasta los 12 ó 18 meses)

  • Autonomía vs Verguenza y duda (de los 12 ó 18 meses a los 3 años)

  • Industriosidad vs Inferioridad (de los 6 años a la pubertad): El niño debe aprender destrezas de la cultura a la cual pertenece o enfrentarse a sentimientos de inferioridad. Virtud: la destreza. Identidad vs Confusión de identidad (de la pubertad a la edad adulta temprana): El adolescente debe determinar su propio sentido de sí mismo. Virtud: la fidelidad.

  • Intimidad vs Aislamiento (edad adulta temprana)

  • Creatividad vs Ensimismamiemto (edad adulta intermedia)

  • Integridad vs Desesperación (vejez)

SIGMUND FREUD: TEORIA PSICOSEXUAL.

Freud pensaba que los primeros años de vida son decisivos en la formación de la personalidad, a medida que los niños desarrollan conflictos entre sus impulsos biológicos innatos relacionados con la sexualidad y las restricciones de la sociedad.   El psicoanálisis freudiano distingue cinco etapas del desarrollo humano:

– Etapa oral (del nacimiento a los 12 ó 18 meses).

– Etapa anal (de los 12 ó 18 meses a los 3 años)

– Etapa fálica (de los 3 a los 6 años)

– Etapa de latencia (de los 6 años a la pubertad)

– Etapa genital (adolescencia y edad adulta).

A continuación daremos a conocer aquellas que implican la franja etaria correspondiente en este trabajo.

Período de latencia

Este período se ubica entre la fase fálica y la fase genital, se inicia más o menos entre los 5 y 6 años de edad. Es un considerado como una etapa en la que se detiene la evolución de la sexualidad, ya que hay una disminución de las actividades sexuales, se desexualizan las relaciones de objeto y de los sentimientos (predomina la ternura sobre los deseos sexuales), aparecen sentimientos como pudor y asco y aspiraciones morales y estéticas, se intensifica la represión, lo que provoca una amnesia al inicio del período, se transforma la libido hacia los objetos en identificación con los padre y se dirige la energía sexual hacia otras actividades no sexuales como el estudio, el deporte, etc. Esta canalización de la energía sexual le permite adquirir nuevos conocimientos y habilidades. A pesar de que hay una disminución de la actividad sexual siempre los(as) niños(as) hablan de tener novio o novia y expresan sus preferencias al respecto. Este período se inicia con la declinación del Complejo de Edipo.

Fase genital

Es la cuarta fase del desarrollo, que se caracteriza por la organización de la libido alrededor de las zonas genitales. Se compone de dos tiempo, separados por el período de latencia: uno la fase fálica (u organización genital infantil) y el segundo, la organización genital propiamente dicha, que inicia en la pubertad. Con la organización genital, la modalidades de satisfacción libidinales de las fases anteriores se unifican y jerarquizan definitivamente, en los órganos genitales y el placer inherente a las zonas erógenas pregenitales se vuelven preliminar al orgasmo. Esta integración de las tres fases pregenitales llega a tal punto que después de la pubertad permite la reconciliación de:

El orgasmo genital y las necesidades sexuales extragenitales.

El amor y la sexualidad.

De los patrones sexuales, los procreadores y los productivos (sublimación).

"La identidad sexual es producto de un largo proceso de elaboración que se produce desde la niñez. En este período influyen cuáles han sido las relaciones con los padres del mismo sexo, cuál ha sido la interacción de la pareja parental, cuáles normas culturales le tocó vivir, que se aprobó o desaprobó en los comportamientos del niño" (Miranda, Delia, 1991, p.66).

 JEAN BAKER MILLER: TEORÍA RELACIONAL.

 Según esta teoría la personalidad se desarrolla a la par con los vínculos emocionales, no separada de ellos, desde la misma infancia. Los inicios del concepto del YO no son los de una persona solitaria y estática que es ayudada por otra, sino los de una persona que interactúa con otras.

Las etapas relacionales consisten en:

– Infancia: El bebé se identifica con actividades de vigilancia, responde a las emociones de los que le brindan cariño; desarrolla el sentido de la comodidad y actúa para que la relación progrese hacia un mayor bienestar mutuo.

– Etapa de los primeros pasos: El niño desarrolla otras habilidades, otros recursos físicos y mentales, nueva comprensión de las relaciones, un sentido más complejo del yo y relaciones más complejas. El principal aspecto es mantener relaciones con las personas importantes en la vida del niño.

– Primera infancia: Desaparece el conflicto de Edipo y Electra; continúan las relaciones con las personas más cercanas. Si se resalta que el padre es más valioso e importante que la madre el niño lo asimilará como verdadero.

Edad escolar: Las niñas muestran interés en las amistades, la familia y el aspecto emocional. Los niños en cambio, desarrollan juegos y destrezas competitivas.

– Adolescencia: Las niñas se retraen como respuesta a las directrices de la sociedad, según las cuales deben servir a los niños y a los hombres y prepararse para servir a los hijos. Ellas sienten que los cambios físicos y sexuales son malos y reciben el mensaje social de que deben ser menos activas, tanto en sus relaciones como en lo referente a ellas mismas. Los niños colocan la autonomía muy por encima de los vínculos emocionales.

Edad adulta temprana: Por lo que respecta a las mujeres continúan la búsqueda de relaciones mutuas en su vida personal y laboral; escogen entre estudiar una carrera o trabajar. Por su parte, los hombres jóvenes sienten que lo básico es establecerse por sí mismos en un trabajo o en una carrera; buscan relaciones íntimas pero la gran mayoría de las veces no les dan importancia.

Edad adulta intermedia: Las mujeres continúan la búsqueda de la reciprocidad en las relaciones. Muchos hombres consolidan actividades productivas; otros continúan en la búsqueda del autocrecimiento.

Edad adulta tardía: En ambos casos, el restablecimiento de relaciones con la familia y la ampliación del mundo de los parientes es esencial para conservar la integridad durante la vejez.

 Desarrollo de la motricidad

El estatismo en inmovilidad sigue una evolución constante en los años de la infancia, y se descubre verificando el grado de equilibrio que consigue alcanzar el niño en cada movimiento. El estatismo en los movimientos de puede seguir, sobre todo a través de los saltos. A partir de los 6 años aproximadamente todos los niños son capaces de saltar con los pies juntos, cayendo en el mismo sitio. La falta de independencia en los movimientos musculares, todavía a los cinco y seis años, se comprueba al observar las contracciones involuntarias que acompañan a los movimientos dirigidos. Antes de cumplir siete años, los progresos serán evidentes, sobre todo, en los ejercicios de coordinación. La capacidad para coordinar un movimiento a una determinada percepción sensorial determinada, recibe el nombre de habilidad sensoriomotriz. El niño a esta edad (6 años) es capaz de realizar cualquier actividad correctamente comienza a ejercitarse en todo tipo de actividades manuales. Comienzan a distinguir el lado izquierdo y derecho en su cuerpo y posteriormente, en los objetos. No ejecutarán ordenes cruzadas que impliquen movimientos simultáneos de brazos y piernas, por ejemplo.

Factores de Desarrollo Intelectual

Piaget sostiene que el lenguaje es esencial para la evolución intelectual del niño. La influencia que el niño recibe de los demás no reduce sus efectos a la maduración verbal exclusivamente. También incide directamente sobre la evolución intelectual o cognoscitiva global.   El egocentrismo es el carácter dominante en el pensamiento infantil. En la primera fase del lenguaje el niño habla, sobre todo, de sí mismo y para sí mismo, utilizando a los demás únicamente como auditorio. Por sí mismo, no le es fácil al niño, al principio, tener en cuenta los puntos de vista de otras personas. El mundo que es capaz de comprender gira todavía a su alrededor. A medida que va descubriendo la existencia de una realidad más amplia, regida por sus propias leyes, va evolucionando hacia una actitud más objetiva, analítica y racional. De los 4 a los 6 años, tomándose a sí mismo como modelo para interpretar todo cuanto existe a su alrededor, el niño considera los objetos como dotados de vida y conciencia. El niño puede afirmar que la puerta "es mala" porque le ha hecho daño, o que el sol "es bueno" porque viene cada día a traernos calor y luz.  Muchas de las limitaciones del pensamiento pre-lógico infantil, como la irreversibilidad o el centramiento, entran en vías de superación a partir, aproximadamente, de que el niño cumple los cinco años de edad. Cuando el niño comienza a ser capaz de considerar distintos aspectos de un mismo problema, o desandar mentalmente los pasos andados, si no conducen a su resolución, sus procesos intelectuales rompen el círculo restrictivo del dogmatismo y la rigidez. El paso del pensamiento pre-lógico al pensamiento lógico tiene lugar a través de una evolución progresiva y continua. Mientras el pensamiento depende de las percepciones inmediatas, escapan todavía a las posibilidades del individuo funciones básicas para cualquier razonamiento lógico como la comparación o la relatividad.

EL JUEGO

Desde siempre la palabra juego ha puesto en movimiento a una gran variedad de ciencias que se han preocupado su estudio. Daremos distintas concepciones de "juego" según diferentes filósofos, antropólogos o de diversos diccionarios.

 · Ortega (1967), filósofo : " La actividad original y primera de la vida es siempre espontánea, lujosa, de intención superflua, es libre de expresión de una energía preexistente".

·Platón, filósofo : "La vida debe ser vivida, y hay que sacrificar, cantar y danzar jugando ciertos juegos para congraciarse con los dioses… y conseguir la victoria". (Ubica a los hombres como juguetes de los dioses).

·Huizinga (1972) : "El juego es más viejo que la cultura". (ahí dice cómo se cree que el juego ya existiese antes de que el hombre poblara la tierra en especies animales).

·Jacquin (1854), psicopedagogo : Juego : "Actividad espontánea y desinteresada, que exige una regla libremente escogida que cumplir o un obstáculo deliberadamente justo que vencer".

·Blanchard y Cheska (1988), antropología social : Juego :"Actividad en la que intervienen la destreza física, la estrategia y la suerte, o cualquier combinación de esos elementos y que igual como ocurre con el deporte, suelen desarrollarse en las mismas condiciones ambientales de ocio".

·M.Klein : "Por medio del juego el niño expresa de manera simbólica sus fantasías, sus fantasmas, sus deseos. Las experiencias que vive".

·Gran Enciclopedia Laurosse : Juego : "Actividad de orden físico o mental, no impuesta, que no busca ningún fin utilitario, y a la que uno se entrega para divertirse y obtener placer. || Cualquier actividad que se realice con el fin de divertirse, generalmente siguiendo determinadas reglas. || …….

·Diccionario : Recreo : "Recreación. || Diversión, distracción. || SINÓN. Entretenimiento, fiesta, juego, partida, pasatiempo, placer, recreación, regocijo. V. tb. Vacación. || …

Sabemos que los niños necesitan jugar, más aún, somos conscientes de que en ciertas fases de su evolución el juego constituye el contenido principal de sus vidas. Hablamos de niño pequeño como el niño que juega y de la primera infancia como la edad del juego.

El juego constituye para el niño, un lenguaje  adecuado para la expresión de sus fantasías, de sus conflictos, de sus sentimientos, de su modo de captar y transformar la realidad; sirve para abordar situaciones conflictivas no toleradas, situaciones que el sujeto transforma para convertirlas en adecuadas para él. Además el niño a través del juego, aprende a conocerse a sí mismo, a los demás y al mundo que los rodea. Aparte de los conocimientos y habilidades que adquieren al jugar, se ejercitan en el uso del material de juego y en su propia actividad. El juego ofrece a los niños la posibilidad de desplegar su iniciativa, de ser independientes, en lugar de dejarse llevar por lo que ya está dado. Actúan de acuerdo con sus necesidades; se realizan a sí mismo; tienen ocasión de ser ellos mismos.

Durante el juego el niño encuentra situaciones apropiadas para ejercitar su poder, expresar su dominio y manifestar su capacidad de transformar un mundo real, experimentar un sentimiento de asombro gozoso ante el descubrimiento de lo nuevo y de sus posibilidades de invención. Esto representa una situación necesaria aunque no suficiente para la gestación y consolidación de un sentimiento de seguridad, matriz del proceso de la conquista de la propia identidad. La conducta activa que el niño pueda desarrollar durante el juego le hará experimentar también un sentimiento de plenitud gozosa, nacido de la confianza en sus propias posibilidades conductuales, asumirse con un rol protagónico en la compleja trama de las relaciones interpersonales, aceptar las propias limitaciones y resignarse ante lo imposible, para superar la engañosa trampa fantasmática que nace al quedar encerrado en un mundo imaginario.

No se debe subestimar el valor de las experiencias lúdicas para la formación de la personalidad, pues todo lo que los niños aprendan en este sentido por medio del juego, igual que los conocimientos y las habilidades que por él adquieren, luego lo transfieren a la vida. Tanto sus comportamientos como sus juegos van poniendo de manifiesto sus capacidades e inclinaciones hasta llegar a exteriorizar su particular modo de reaccionar ante el mundo y aquellas inclinaciones que, mucho más adelante, señalarían algunos rasgos de su futura vocación. De la relación dialéctica sujeto – objeto, que se puede desarrollar durante el juego, nace en el ser humano la posibilidad de transformar la realidad y de crearla; transformaciones y creaciones que se hayan subordinadas al desarrollo cognitivo y a la capacidad creadora de cada sujeto.  

Durante el juego el sujeto puede crear ante situaciones imprevisibles y nuevas, conductas que se gestan a partir tanto de sus posibilidades estructurales como  de su historia personal y su dinámica afectiva. Las crea por estimar que lo conducen al éxito y una vez efectivizadas pasan a formar parte de él. Así las conductas lúdicas satisfacen las necesidades de sentir-se, de dominar  y transformar la realidad de acuerdo con sus propios deseos. 

El juego se constituye en el elemento mediador de comunicación. Compromete al cuerpo como eje, evolucionando hacia la relación del cuerpo con el objeto y hacia el otro, culmina en su evolución con el juego de reglas como un espacio entre lo externo y lo interno. El juego es ámbito de verdad, ya que primero funciona como escenario del mundo interno, que articulado desde sus significaciones opera como espacio de lo verdadero para el sujeto. Este juego evoluciona hacia la inclusión de las condiciones de la realidad y es esto, lo que va dando el acceso al conocimiento de la verdad, definibles en términos de operatividad. El juego es para el hombre el camino de transformación de la alienación interna y externa, desde la recuperación de la verdadera articulación entre la necesidad y la satisfacción. El contenido del juego expresa un nivel de desarrollo instintivo, así como también un nivel de organización de las estructuras cognitivas (de pensamiento). El juego que se desarrolla en la niñez es sin duda alguna la mejor base para una adultez sana, exitosa y plena. El niño se va involucrando en juegos cada vez más complejos, de acuerdo a sus adquisiciones, seguirán ejercitando las anteriores, más simples (aun cuando puedan implicarse en juegos más complicados) si esa repetición les resulta más accesible y agradable. Una de las condiciones del juego es que permite repetir sin medida lo que le resulta fácil y placentero.

La primera función del jugar es la construcción del propio cuerpo en relación con los otros. Puede decirse que, a partir del jugar, el chico se obsequia un cuerpo a sí mismo, apuntalado en el medio; así el entorno posibilita o obstruye, acelera o bloque, …. Los primeros juegos son juegos sin reglas. Las reglas aparecen con las primeras imitaciones, durante el segundo año, pero le hace falte un tiempo para liberarse completamente de esa forma inferior. Entre estos juegos no reglados de la infancia, los primeros son puramente funcionales; responde a movimientos voluntarios que el niño repite. En estos juegos interesa en primer lugar la mano; después el antebrazo y los seis meses y medio el brazo integro entra en juego. También diferenciará las sensaciones térmicas, los olores, los ruidos, las caras, las voces, es decir accederá al despertar de su sentido. Más tarde interviene los juegos hedonísticos, en los cuales el niño busca procurar placer, por ejemplo causando un ruido. Luego los juegos de exploración y de manipulación de su cuerpo y del otro, juegos con la arena, con los animales, etc.

Antes de empezar con los juegos reglados, es necesario hacer un lugar a los juegos de un género particular. Ellos son los juegos de destrucción, con los cuales hay que relacionar los juegos de desorden. Estos juegos se aproximan a ciertos juegos que molestan, que son también desquites destructores; el deseo de molestar se expresa a menudo por la búsqueda de un desorden que fastidie al otro. Junto a estos juegos se puede situar ciertos juegos de arrebato. Empujar lo más posible, gritar lo más fuerte. Le agregamos los juegos solitarios, como bajar una pendiente hasta perder el aliento, girar sobre sí mismo lo más rápidamente posible hasta la caída final. Es decir juegos de autoafirmación inferior.

Entre los 7-8 años los varones ya no imitan modelos humanos, sino que se hacen los osos, el lobo, el conejo, el auto, la moto. Los juegos de regla arbitraria, que se desarrollan a continuación hacia el fin de la edad preescolar y al principio de la escolar, conserva de los anteriores la noción de reglas. El niño puede crear reglas nuevas. Desde los 7 años se ve aparecer juegos de un carácter nuevo, los juegos sociales. Cuando los juegos de proeza llegan a una organización rudimentaria, se convierten en juegos de competición. Desde los 10 años, se desarrolla los juegos de grupos organizados, los juegos tradicionales como ser la rayuela.   

Para la mayoría de los niños, son los adultos los que entorpecen su actividad lúdica, aunque a menudo lo hagan con la mejor intención. Al subestimar el valor del juego en el desarrollo infantil, éstos no ofrecen a los pequeños las oportunidades adecuadas para jugar. La buena disposición de los adultos frente al juego, basada en el justo aprecio de su valor, es una de las condiciones más importantes para que los niños puedan aprovechar al máximo los beneficios del juego.

No es suficiente que el adulto se preocupe de que los niños puedan jugar tranquilos en su habitación o que participe ocasionalmente en sus juegos. A través del juego, los niños se interiorizan en el mundo circundante. Es importante que se posibilite el acceso a ese mundo y se le facilite su interiorización. Para el adulto lleno de ocupaciones es más fácil confiar al niño en su cuarto, provistos de abundantes juguetes, que admitir su presencia y participación en su tarea.

Es condición indispensable para que el juego pueda seguir su curso que el niño se enfrente con cosas nuevas para él y aprenda a dominarlas, entonces podemos decir que todo juego es siempre un aprendizaje. Las posibilidades de aprender que tienen los niños dependen de las oportunidades de aprender jugando que se les ofrezcan.

Funciones principales del juego

Entendemos por funciones del juego aquellos ejercicios o actividades vitales que el mismo promueve por si en el transcurso de su desarrollo.

– Forma parte de la naturaleza intrínseca del juego, la sensación continua de exploración y descubrimiento.

– El juego es un factor de permanente activación y estructuración de las relaciones humanas.

– El juego es factor de acción continuada sobre el equilibrio psicosomatico. Es decir que es autorregulador, un equilibrante de las tensiones y/o presiones que sufre el individuo frente al medio.

– El juego es medio fundamental para la estructuración del lenguaje y del pensamiento.

– El juego estimula en la vida del individuo una altísima acción religante. Conecta, liga o une escenas con otras escenas vividas, de su propia historia y de la historia de su comunidad.

– El juego posibilita una catarsis elaborativa inmediata. Sólo el juego permite convertir lo siniestro en fantasmático dentro de un clima de disfrute. Estimula la expulsión del conflicto y abre así nuevos espacios internos para el conocer y el comprender.

– El juego permite una evasión saludable de la realidad cotidiana.

– El juego posibilita a la persona aprendizaje.

– El juego reduce la sensación de gravedad frente a errores y fracasos 

 Características principales del juego

– El juego es placentero, divertido. Aun cuando no vaya acompañado por signos de regocijo, es evaluado positivamente por el que lo realiza.

– El juego no tiene metas o finalidades extrínsecas. Sus motivaciones son intrínsecas y no se hallan al servicio de otros objetivos. De hecho, es más un disfrute de medios que un esfuerzo destinado a algún fin en particular. En términos utilitarios es inherentemente productivo.

– El juego es voluntario y espontáneo No es obligatorio, sino simplemente elegido por el que lo practica.

– El juego implica cierta participación activa por parte del jugador.

– Tranquilidad y alegría emocional de saber que sólo es un juego.

– Con finalidad en sí mismo.

– Espontáneo, repentino sin necesidad de aprendizaje previo.

– Expresivo, comunicativo, productivo, explorador, comparativo…

Tipos de juegos 

Esta clasificación sobre los tipos de juegos es una de las muchas que hay. Esta se basaría principalmente en las edades. Así pues tendremos :

Juego sensomotor : Ocupa el periodo de la infancia comprendido hasta el segundo año de vida, cuando el niño está adquiriendo afanosamente el control de sus movimientos y aprende a coordinar sus gestos y sus percepciones con los efectos de los mismos. En este estadio el juego consiste con frecuencia en repetir y variar movimientos. El niño obtiene placer a partir de su dominio de capacidades motoras y de experimentar en el mundo del tacto, la vista y el sonido. Obtiene placer al comprobar que es capaz de hacer que se repitan acontecimientos. Los orígenes de la mayoría de los aspectos del juego pueden detectarse, y deseo intentar mostrarlo, a través de los primeros contactos del niño con sus padres o cuidadores. Aun cuando de un modo gradual, y dentro de otros contextos, se pueden aprender nuevas vías de juego, probablemente durante los primeros meses de la vida le es comunicada al lactante una orientación no realista con respecto a experiencias. "Una nueva experiencia, si no es amedrentadora, atraerá probablemente primero la atención y luego la exploración. Sólo tras haber sido investigada, una nueva característica del entorno podrá ser tratada y disfrutada más ligeramente".

Juego simbólico o representativo : Predomina tras la edad de dos años, hasta aproximadamente la de seis. Durante este periodo el niño adquiere la capacidad para codificar sus experiencias en símbolos ; pueden recordarse imágenes de acontecimientos. Un niño comienza a jugar con símbolos y las combinaciones de éstos. Por ejemplo un niño puede pensar que llena de huevos un nido cuando apila canicas en el sombrero de una muñeca.

– Juegos sujetos a reglas : Se inicia con los años escolares. El niño ha comenzado a comprender ciertos conceptos sociales de cooperación y competición ; está empezando a ser capaz de trabajar y de pensar más objetivamente. Su juego refleja este cambio cuando se enfoca sobre actividades lúdicas que están estructuradas a base de reglas objetivas y que pueden implicar actuaciones en equipo o en grupo. Dentro de situaciones educativas, y en su mejor forma, el juego no sólo proporciona un auténtico medio de aprendizaje sino que permite que unos adultos perspicaces e instruidos adquieran conocimientos respecto a los niños y sus necesidades. En el contexto escolar, esto significa que los profesores deben ser capaces de comprender en donde "están" los niños en su aprendizaje y en su desarrollo general, lo que a su vez indica a los educadores el punto de partida para la iniciación de un nuevo aprendizaje, tanto en el campo cognitivo como en el afectivo. Los juegos contribuyen al desarrollo de la acción, de la decisión, de la interpretación y de la socialización del niño. Éstos juegos de regla inician en la organización y en la disciplina al mismo tiempo que enseñan a someter los propios intereses a la voluntad general. A partir del juego en equipo el niño aprenderá a ser él, a ser un individuo, a ver que también existen los demás y a respetar sus personalidades.

DIBUJO

El dibujo se desarrolla gradualmente, y hay distintos tipos de dibujo. Nombraremos todos, pero desarrollaremos aquellos pertinentes a nuestro trabajo.

Desarrollo del garabateo:. De manera general los garabatos se pueden clasificar en las siguientes etapas:

1. Garabateo Descontrolado: aproximadamente a los 2 años

      2. Garabateo controlado: 6 meses después del garabateo descontrolado.

   3. Garabateo con nombre: 3 años y medio aproximadamente

Dibujos pre-esquematicos: Se considera que los dibujos de los niños entre 4 y 7 años de edad, como resultado de la evolución de un conjunto definido de líneas hacia una configuración representativa definida, pertenecen a esta etapa. Los movimientos circulares y longitudinales evolucionan hacia formas reconocibles, y estos intentos de representación provienen directamente de las etapas del garabateo. Generalmente el primer símbolo logrado es un hombre. La figura humana se dibuja típicamente con un círculo por cabeza y dos líneas verticales que representan las piernas. Estas representaciones "cabeza-pies" son comunes en los niños de 4 a 5 años. No debe llamar la atención que la primera representación sea una persona, ya que la importancia de las personas en los dibujos de los niños es bien evidente a lo largo de toda la infancia. La representación de un personaje "cabezón" o "renacuajo" se torna más elaborada con la adición de los brazos que salen a ambos lados de las piernas, con el agregado de un redondel entre ambas piernas que representa el vientre, y en algunas ocasiones, con la inclusión del cuerpo.De manera global se pueden citar las siguientes características dentro de esta etapa:

· Primera fase: inicial (también llamada pre-esquemática):

a Se inicia entre los tres y cuatro años, y se supera alrededor de los cinco o cinco años y medio.

  • Aparecen representaciones comprensibles por el adulto.

  • La primera representación que aparece, de manera general, es la figura humana en forma de renacuajo.

  • Paulatinamente aparecen objetos de interés para el niño.

  • Cambia muy a menudo la forma de representar un mismo objeto.

  • El niño se concentra en representar las formas, el color tienen un interés secundario.

  • Coexisten objetos reconocibles con formas incomprensibles (garabatos).

  • Esporádicamente pueden aparecer trasparencias.

  • En tercera dimensión modela objetos reconocibles.

· Segunda fase: media

a.  Se inicia entre los cinco o cinco años y medio y se supera alrededor de los seis años y medio o siete.

  • Se interesa por representar la forma de los objetos.

  • Aparecen la línea del suelo, o la franja del cielo.

  • Hacia la finalización de la fase, la forma representativa de cada objeto se va estabilizando, no la cambia con tanta frecuencia con lo que lo hacia antes.

  • Los objetos representados pueden aparecer a veces por razones expresivas o emocionales algunas alteraciones formales, tales como supresión de partes, exageración de tamaños, del número de elementos o detalles, color notoriamente diferenciador, etc. Estas alteraciones transitorias, muy positivas, indican una relación flexible del niño con su medio.

  • El color sigue siendo subjetivo, excepto para algunos elementos de la naturaleza, árboles, cielo, sol, etc.

  • En tercera dimensión arma escenas (modelado, armador, etc.).

· Tercera fase: plenitud

a. Se inicia entre los seis años y medio o siete y se supera alrededor de los ocho o nueve años.

  • Los cambios más notables se producen en el manejo del color: ahora es objetivo y genérico.

  • La forma de los objetos se estabiliza, este es un patrón personal de representación que logra cada niño, y que utiliza cada vez que necesita representar un mismo objeto.

  • El esquema de figura humana está constituido por formas geométricas que separadas del contexto pierden significación.

Continúan alteraciones formales por causas emocionales o expresivas mencionadas en la fase anterior.

  • Relación entre desarrollo psicofísico y actividades artísticas

Resulta interesante analizar la relación existente entre el desarrollo psicofísico del niño y las actividades artísticas, en especial, el desarrollo de la capacidad creadora, que por ejemplo, a través de la música, la educación puede promover.

Desarrollaremos el tema, basándonos en los "Aportes para la elaboración de secuencias didácticas Nivel Inicial, EGB 1 y 2 – Material para la Reflexión, la Discusión y la Toma de Decisiones – Educación Artística 2005" del Gobierno de Mendoza, Dirección General de Escuelas, Subsecretaría de Innovación y Transformación Educativa.

En relación con la música y a modo introductorio debemos partir de que si bien un sonido es un fenómeno físico, también ejerce una función simbólica, metafóricamente es la imagen auditiva de las cosas.

En este sentido, el placer que le genera al niño tanto escuchar como producir diferentes sonidos, hace posible convertirlos en material simbólico, por ejemplo desarrollar juegos sonoros. De esta manera, tal como cualquier otro objeto con el que interactúa el niño, el sonido se convierte en un mediador de su experiencia y la imagen del mundo que va construyendo.

Partes: 1, 2

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