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La ideología disfrazada de utopía (página 2)



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Esas ideologías, se disfrazan de utopía, cuando ofrecen democracia, justicia, respeto a la dignidad del ser humano, bien común, solidaridad, igualdad -entre otros factores- que se quedan en el discurso político, en vanas promesas, que incluso se escriben en las llamadas cartas magnas, como para decir que allí se encuentra el propósito y el objetivo del modelo social y económico que impulsan y el desarrollo de la sociedad que promueven.

En el planeta tierra, podemos afirmar categóricamente que no existe un país, donde la democracia se conciba como un sistema de relaciones horizontales de poder, dicho concepto, no tiene cabida ni en el sistema capitalista, ni tampoco en el llamado socialismo real, la democracia en ambos modelos no son expresión de gobierno del pueblo, son expresión de élites privilegiadas que se agrupan en partidos políticos y grupos económicos, cuyos intereses tienen bien definido como clase.

Partiendo de estas generalidades, que han mostrado ambos sistemas a través de la historia, es necesario enfrentarse en todos los campos a la dominación colonial del eurocentrismo ideológico, con un nuevo pensamiento, que en el fondo desde nuestros propios procesos históricos ha sido sometido por los dominadores, que hoy plantean la recolonización de nuestro continente e incluso del propio planeta.

NUEVA CIVILIZACIÓN

América Latina y el Caribe reclama un nuevo proyecto civilizatorio que se encuentre en el marco de la convivencialidad, con sus respectivas características: Solidaridad, Reciprocidad y Amor por la Humanidad y la Tierra.

La Solidaridad asumida como una responsabilidad de todos, es colectiva. Esta se encuentra en el marco de la dimensión humana y su expresión o manifestación concreta, implica el compromiso solidario de ayudar a elevar en el colectivo humano, sus niveles de vida, en función del bien común, es un compromiso fraternal, se encuentra en la defensa de la dignidad del ser humano, su promoción en un acto sublime de mucha entrega y de amor por los semejantes, además de ser un acto de responsabilidad social.

Reciprocidad es un acto de obligación humana, innato que exige un compromiso moral, pues se trata de comportarnos con los demás cuales quiera que sean, como desearíamos que los demás se comportaran con nosotros, es un trato de absoluta igualdad, sin distingos de clases, credos, religiones, razas, ideologías, sin relaciones de poder, donde los seres humanos deben ser en todo momento, hermanos. Esto es para muchos como la utopía inalcanzable, pero es el reto que debe asumir la humanidad en un proyecto de civilización que reivindique la dignidad de los seres humanos. La utopía es la aspiración natural de la humanidad para la realización de sociedades más justas, es anti dogmática, humanista integradora, libertadora, solidaria, hermanada y socialmente necesaria, es parte de la dialéctica porque es constante, es de ayer, hoy, mañana y siempre.

Los procesos de cambio, de transformación, de revoluciones auténticas y verdaderas en las utopías de los pueblos, representan necesariamente un proceso de construcción que hacen las patrias en colectivo y no los partidos, ni las vanguardias, ni los gobiernos, es hacer caminos, es reconocernos en términos de igualdad entre los seres humanos, es cooperación y al mismo tiempo, compartir sacrificios y muchos esfuerzos, es perseguir y recorrer caminos hasta encontrar objetivos comunes donde se aspire a un mañana mejor, para que el sol salga para todos y la "aurora de la libertad y la justicia resplandezcan en el horizonte de la patria", como dice la cantata de nuestro Fabricio Ojeda.

Esos procesos de cambio y transformación deben expresar un profundo amor por la Humanidad y la Tierra, se trata de construir una ética que implique un respeto profundo por los derechos humanos y del medio ambiente natural. Es construir un lugar para la convivencialidad donde el hombre viva en armonía con la naturaleza, es un espacio para la práctica de la libertad que conlleve a valorarnos como seres humanos, a elaborar una deontología y una axiología con convicciones críticas y comprometidas que rechace toda actitud, comportamiento y acción que intente agredir y violentar la dignidad humana. Es unir la solidaridad, la reciprocidad y el amor por la humanidad y la tierra para construir un nuevo modelo civilizatorio que nos lleve a elaborar una nueva sociedad, un proyecto sin relaciones de poder y por lo tanto, sin oprimidos y sin opresores.

Desde esta bandera, proclamamos la necesidad de parir un nuevo modelo social y económico, una nueva civilización, ajustada a nuestras realidades, que recupere nuestra idiosincrasia, nuestro pensamiento mágico-religioso, nuestra cultura, nuestra libertad, nuestra auténtica forma de ser, que recupere nuestros ríos, quebradas, lagos y mares, nuestros bosques, nuestra fauna y donde seamos capaces de convivir en concordia con nuestro medio ambiente natural. Es la civilización de la esperanza, del nuevo amanecer, donde el sistema de producción que se genere, no sea para producir mercancías y llevarlas al mercado de la oferta y la demanda, sino para producir hombres libres y emancipados. Un nuevo modo de producción, capaz de satisfacer las necesidades del ser humano, que le dé tiempo al ocio creador, a ser libre, solidario, fraternal, educarse en plena y absoluta libertad, capaz de romper con la dependencia tecnológica y científica conocida hasta ahora y que sólo está al servicio de los que la pueden pagar. Una sociedad capaz de romper con las relaciones de poder para abrirle espacios a la emancipación.

Muchas de las ideas aquí expuestas, forman parte del debate colectivo que Tercer Camino tiene dentro de sus estructuras organizativas y que muchos sectores revolucionarios en América Latina y el Caribe libran, es la búsqueda de alternativas distintas a las conocidas hasta ahora, cada quien las toma y las adapta a sus realidades, se trata de encontrar un camino propio, que devuelva la esperanza a esa inmensa mayoría de excluidos, que aspirando y esperando cambios y transformaciones de su modo de vida, han caído en la frustración de sus sueños libertarios y de la posibilidad de tener una patria que dignifique la vida en unión.

La connotación que en general le doy a este ensayo, las ideas y argumentos, bien pueden resumirse en el intento de establecer criterios en un punto común: que alimenten el debate y sean capaces de romper las cadenas que atan el pensamiento libertario, emancipador y utópico para la construcción de la nueva civilización. Lo expuesto aquí, es parte de la discusión que en la actualidad llevamos a cabo en el colectivo Tercer Camino.

Aquí el planteamiento de Douglas Bravo toma vigencia, para expresar que: "Un proyecto alternativo de nueva civilización y el Caribe es el asiento, como hemos dicho, de ese nuevo proyecto, desarrollara un nuevo modo de producción, no capitalista, no industrializado, (…) no depredador. Será una manera de producir que también tiene mucho que ver con la reconstrucción de la memoria histórico-cultural que contiene las formas de alimentación, distribución y consumo que quedaron sepultadas en el proceso de occidentalización. Si la forma de producir no es alternativa al capitalismo, quedará atrapada finalmente como ocurrió con la economía del socialismo (…). Esa forma de producir caribeña reivindicará nuevamente las relaciones hombre-naturaleza en este espacio geográfico, político, social, religioso, cultural, tecnológico, económico. Esa es la utopía que hoy presentamos para la discusión". (BRAVO, Douglas. "Utopía del Tercer Milenio", Edit. El Centauro. Caracas, 1997.pp. 21).

Se trata de la construcción de un modelo societario distinto y totalmente opuesto a cualquier forma "civilizadora" de las que nos tienen acostumbrados, llámese capitalismo o socialismo. Buscar una nueva civilización, sin desestimar los aportes que nos pueden dar las teorías revolucionarias -siempre y cuando- en la práctica sean instrumentos que nos hagan independientes, solidarios y protagonistas de nuestros propios procesos históricos.

Hoy día, requerimos procesar y repensar la información, el conocimiento y las teorías transformadoras, para recrearlas, esto implicaría la elaboración de un corpus teórico propio. Que surja de realidades concretas en el tiempo y en nuestro espacio, partiendo de lo que fuimos socioculturalmente a comienzos del poblamiento de este nuestro continente latinoamericano. Buscar y encontrar en este legado histórico-concreto nuestra razón de ser, existir y vivir.

Hallar en esas áreas culturales el modo de ser indiano, latinoamericano, su espiritualidad, su religiosidad, sus valores, su ética, su filosofía, sus creencias, en otras palabras, su cosmogonía del mundo.

Este planteamiento, nos obliga a revisar conceptos como "desarrollo", "tecnología, "ciencia", "progreso", "sociedad", "crecimiento", "industrialización", "civilización", "democracia" -entre otros- ya que los mismos han dejado en nuestro territorio solamente miseria, hambre, marginalidad y dependencia.

Estos criterios no han respondido a nuestras necesidades como nación y como pueblo. En estos conceptos todos occidentalizados e impuestos desde la colonia hasta nuestros días, por quienes siempre nos han dominado, de por si tramposos, han sido utilizado para la colonización y ahora para la recolonización de nuestro continente, para hacernos más dependientes, más subdesarrollados e imponernos modelos de civilización, que además de explotar al hombre, ahora buscan la destrucción del mismo, en ese nuevo modelo de dominación llamado globalización.

En el marco de estas reflexiones y de otras posiciones que viene sosteniendo el movimiento revolucionario latinoamericano, es donde hay que buscar, el modelo civilizatorio que queremos, para evitar repetir los errores de otros pueblos y no entramparnos nuevamente, en malas interpretaciones y fusiones que nos pueden conducir al fracaso tan frustrante y castrador de los mal llamados "socialismos".

Es obligatorio reunificar los esfuerzos, robustecerlos, ampliarlos, para fortalecer las utopías de nuestros pueblos y al propio movimiento revolucionario, para impulsar y mejorar la lucha insurgente de la nación latinoamericana.

Es plantearnos el enfrentamiento, en la unidad de nuestras gentes, que conduzca al derrocamiento de las oligarquías, de las burguesías, de las clases políticas, tanto de la derecha como de la mal llamada izquierda del sistema dominante, para que de paso a la ejecutoria de un programa mínimo de contenido patriótico, nacionalista y de auténtica participación de las muchedumbres, con carácter antiimperialista y antiglobalizador.

Hemos afirmado, en muchas oportunidades a través de nuestras largas discusiones, que no nos interesa tomar ese "poder del Estado", porque ese poder que tanto en el llamado socialismo real y el capitalismo se instaura, sólo ha servido para mantener y expresar una relación de opresión, que en la práctica deja una real antinomia entre libertad y poder, ambas son IRRECONCILIABLES, llevan consigo la lucha de clases y engendra necesariamente dentro del seno de la sociedad donde se desarrolla ese poder del Estado, el derecho natural a la rebelión de los pueblos, al asumir su rol histórico y su papel protagónico por la libertad.

En el año 1981, en un documento titulado "Rebelión y nuevo poder", publicado en la revista "RUPTURA CONTINENTAL", reflexión colectiva y llevada al papel por Argelia Melet y Douglas Bravo en el libro "La otra crisis" se indicaba lo siguiente: "Es por ello que hablamos de un nuevo poder. Al mismo tiempo, no se nos escapa que libertad y poder, son términos esencialmente contradictorios. La libertad de todos implica la ausencia de poder, el no-poder. Y el poder es siempre una negación de la libertad de otros. De forma que en realidad, un poder distinto no puede ser otra cosa que la negación del poder, el anti- poder." (Documento del PRV-RUPTURA).

Cuando planteamos, que el poder es una negación de la libertad, nos referimos al PODER que hasta ahora hemos conocido, el que han desarrollado los modelos socio- económicos que hasta el momento se han dado y de allí que el anti-poder, tiene que

manifestarse como un constructo en colectivo que sea alternativa real frente al poder conocido y esa alternativa real no puede ser otra cosa que un nuevo proyecto civilizatorio, bajo un nuevo paradigma que sea capaz de armonizar al ser humano junto a la naturaleza y todos los pobladores que en el planeta habitan. Armonizar, significa llegar acuerdos, donde no miremos al que está a nuestro lado como el inferior, sino al igual, como lo concibe Paulo Freire.

Cuando hablamos de la nueva civilización como concepto, como un nuevo paradigma que va más allá de la herejía, nos conduce a tener que asumir con valentía las críticas que vienen de los sectores que defienden el socialismo o el capitalismo, unos por su nivel de enajenación mental y los más por defender sus privilegios económicos y políticos que mantienen dentro de los sistemas que promueven.

Para nosotros, me refiero a los que buscamos terceros caminos, entendemos, que no se trata de hacer reformas vulgares en nombre de la "revolución" y de hablar de la perfectibilidad de la "democracia" para seguir engañando a los pueblos, para seguir cabalgando sobre conceptos occidentales, en función de dejar en la práctica las cosas como están. Sobre el tema Kleber Ramírez es contundente al señalar: "En estas condiciones, ciertos políticos teorizan diciendo que debemos luchar por la perfectibilidad de la democracia, pero por supuesto, siempre en el sentido de las reformas. Pero ellas son las que se pueden ir acumulando en las diversas etapas; ahora hemos llegado al final del ciclo; las reformas adquieren un sentido vacuo, en vez de entusiasmar producen reserva, porque la gente intuye que son cambios para que todo siga igual, cuando de lo que se trata es de realizar profundas transformaciones.

Es aquí donde asimilamos el accionar político, la lucha por la consecución de objetivos político-sociales claros y precisos, con una marcha incesante en pos del horizonte, hacia una perfectibilidad continua." (RAMÍREZ, Kleber. "Venezuela la IV República. Caracas, 1991.pp. 173).

Se trata de construir un pensamiento propio y emancipador, es parte de la dialéctica, donde no puede haber fronteras, donde nos encontremos con nuestros sueños, el humanismo militante, la solidaridad, los revolucionarios, los militares patriotas, la iglesia

comprometida, la desobediencia, los patriotas rebeldes, la insurgencia popular, la esperanza y la conjura, para hacer de la utopía un proceso ontocreador que nos conduzca a la emancipación de nuestros pueblos y la construcción de un modelo civilizatorio que ennoblezca la vida.

Los que somos militantes de la utopía, seguimos soñando que es posible un mundo o una civilización distinta a la que conocemos, que la patria no es un concepto abstracto, que la misma es cada uno de nosotros y que en ese espacio geográfico llamado por nuestros indígenas Abya Yala, donde nuestro pueblo sufre y ama, ríe y llora, se ilusiona, se llena de esperanzas, se cae pero se levanta, de rencores y odios, que a veces conversa cuando le dejan hacerlo, que canta, baila y a ratos se pelea, termina siempre sonriéndole a la vida. Pero sonríe, porque sabe que más temprano que tarde habrá futuro, para que las generaciones que vienen, no tengan las cadenas del colonialismo, porque también en el presente, ese mismo pueblo sabe que su lucha que es nuestra lucha, romperá con esas carlancas y con esa continuidad de la historia de la dominación y vendrá la emancipación de la patria, la ruptura histórica y creadora, porque cuando llegue el momento, no habrá retroceso.

CAPITULO I

El conocimiento que domina y el conocimiento que se rebela

Cuando el frío llega a la tierra de los patos, de repente, sin que nadie diga nada, sin que se dé una asamblea que lo decida, un pato, uno cualquiera, se levanta en vuelo. El pico dirigido hacia el sur y las alas batiendo con la fuerza de las ganas de estar mejor. Este primer pato se levanta en vuelo y sin que se voltee a decirlo, los demás se levantan en vuelo y lo siguen. Nunca preguntarán porque saben la razón del vuelo.

Cuando el primer pato se cansa, se hace a un lado y aquél que sigue, lo sustituye en frente. Y así hasta llegar a la meta. Al final del viaje, todos habrán guiado al grupo y

nadie podrá decir que hay un jefe, un dirigente. Todos habrán participado, todos habrán dirigido en común acuerdo.

MATTEO DEAN (EZLN)

CONOCIMIENTO QUE DOMINA Y CONOCIMIENTO QUE SE REBELA.

En algunas oportunidades en la vida de los seres humanos, llegan tiempos de reflexiones, de análisis, que nada tienen que ver con situaciones de carácter existencial. Son tiempos, en donde el ser humano se reexamina, en aras de reencontrarse consigo mismo, con sus creencias, con su entorno, con su pensamiento, con su cosmovisión acerca del mundo y comienza a interrogarse así mismo, sobre sus posiciones ante la vida, ante el país, ante la humanidad y es aquí donde se manifiesta lo esencial en su conducta en el campo sobre todo intelectual, que termina dirigiendo su vida, ante problemas de orden axiológico, deontológico, epistemológico en sus variadas corrientes y del propio conocimiento dentro de una realidad histórica, para revisar sus equivocaciones y aciertos.

En esta línea, revisando teoría y práctica, filosofando a ratos, teorizando en los distintos escenarios políticos-ideológicos del proceso de producción del conocimiento y las condiciones en que se produce ese conocimiento, es donde uno puede llegar a reencontrarse con su pensamiento, para seguir o tratar de continuar equivocándose haciendo, hasta llegar en esa cotidianidad del claro-oscuro que presenta el mundo sensorial, a encontrar caminos, que sean capaces de aportar luces para la emancipación de nuestros pueblos.

El conocimiento que se rebela es eso, constituye un instrumento para
transformar y mejorar el mundo, no permite condicionamiento, se desliga de la
dominación-alienación, es ontocreador y se materializa en programas
donde la utopía es posible, creo que es su fin último. Va más
allá del mundo sensorial, de la percepción, es entender y comprender
la realidad histórica. Pero cuando ese "conocimiento", se encuentra
impregnado y contaminado de la ideología dominante, independientemente
de cuál sea esa ideología, ese proceso de producción de
"conocimiento", por las condiciones en que se produce, se nos presenta
enredado, confundido y castrado de creatividad para inventar y ese "conocimiento"
producido de esta manera y en estas condiciones, termina como ideología
expresando en el fondo de manera subliminal, los intereses del que domina, que
no es otra cosa que la ideología como falsa conciencia, reproduciendo
de esta manera los intereses del opresor, negando de esta forma los procesos
dialécticos, como proceso ontocreador de la humanidad. Ese
conocimiento se produce bajo el chantaje, la coacción, la imposición
teórica de las conveniencias y de "verdades" que por repetidas
quieren hacerlas aparecer como absolutas e indiscutibles. Ese conocimiento también
aliena.

De allí, que ese "conocimiento" impregnado de la ideología dominante, se presenta como una influencia disociante, precisamente porque está influenciada de los intereses de los que dominan, frente a los dominados y ese "conocimiento" ideológico del que domina, trata de conciliar esa antinomia entre el dominante y dominado, para intentar lograr la paz y congelar la lucha de valores contra valores, que a su vez contiene la lucha de clases.

Plantearse la ruptura, con la ideología de la dominación, necesariamente pasa, por romper de manera radical con procesos colonizadores, nichos y mitologías que esconden esa dominación entre opresor y oprimido, presentando una " realidad" de un mundo de apariencias que legitima como normal un cuadro de injusticia en todos los sentidos.

Esa ruptura con la ideología del que domina, pasa por la rebelión de los saberes, es una ruptura creadora para poder producir un conocimiento alternativo, que enfrente ese conocimiento colonizador de los modelos socio-económicos conocidos, llámese capitalismo o socialismo.

MODELOS COLONIZADORES

Si lo dijo Marx o lo dijo Mao o cualquier otro autor en el campo del llamado socialismo, es una verdad absoluta. Si lo dijo Adán Smith o David Ricardo, también es una verdad absoluta o cualquier representante del actual paradigma neoliberal.

El pensamiento que se pueda producir, alejado de estas "verdades" no tienen validez, así se "piensa", así se "reflexiona", producto del complejo alienante que se ha desarrollado en la humanidad con la llamada ilustración, como respuesta a los fenómenos sociales, económicos y políticos que presenta la variabilidad y complejidad de las diversas sociedades que conforma la humanidad dentro del planeta.

Tradicionalmente, se le ha impuesto al mundo, que sólo hay dos salidas para resolver los problemas de la humanidad, el llamado socialismo y el llamado capitalismo. Pensar distinto es una herejía y por lo tanto genera juicios inquisitorios que condenan cualquier tipo de conocimiento que se aleje de estas dos corrientes del pensamiento humano.

Las preguntas surgen en medio de esta rebelión del saber, ¿corresponden estos modelos socio-económicos a la realidad latinoamericana?, ¿estos modelos conocidos hasta ahora han resuelto los problemas de la humanidad?, ¿han emancipado realmente al hombre?, ¿cambiaron las relaciones de poder, donde unos mandan y otros obedecen? ¿A quién sirve estos modelos socio-económicos realmente?, ¿eliminaron los privilegios de clase?, ¿qué ha pasado con la tierra desde el punto de vista ecológico? Y podríamos seguir enumerando interrogantes, que la propia dinámica social, refiriéndose a estos modelos, no dieron respuestas positivas y – librándonos de los complejos- llegaríamos a la simple conclusión, de que ambos paradigmas fracasaron y la libertad en su concepto más amplio la negaron, hasta llegar a crear un mundo panóptico, cuyo objetivo es evitar ser desalojados del poder que ejercen sobre la humanidad.

Desde la segunda guerra mundial, se plasmó una gran conspiración en contra de la humanidad y que me perdone el lector, por referirme nuevamente al llamado acuerdo de Yalta. Allí se distribuyeron el mundo las grandes potencias desde todo punto de vista, la reunión entre Churchill (Reino Unido), Stalin (URSS) y Roosevelt (EEUU) del 4 al 11 de febrero de 1945, decidieron repartirse el planeta, la recolonizaron y le dieron a la humanidad solamente dos alternativas para organizar la sociedad, o bien optan por la ideología del capitalismo o por el socialismo, no hay ni existe otra manera de pensar el mundo.

Comenzaron a financiar a los partidos comunistas cuadrados con la URSS en todo el globo terráqueo e igualmente lo hicieron los norteamericanos, tejiendo ambos sectores una red para domesticar y amaestrar el pensamiento y las rebeliones de los pueblos oprimidos. Surge entonces una nueva concepción para recolonizar el planeta, en sus distintas variables, que se ha venido perfeccionando a través del tiempo, hasta llegar hoy, a un nuevo paradigma denominado globalización, donde el capital financiero se fusiona con el capital industrial para darle cabida a los grandes conglomerados que dominan en el mundo, unos a nombre del socialismo y otros a nombre del capitalismo, donde existe un solo interés : reproducir el capital y ver el planeta como mercancía, hasta el punto de considerar que todo lo existente dentro del planeta se puede comercializar, todo es mercancía, incluyendo la vida.

Éste cuadro del reparto del mundo, ya dejó de ser, para el imperio del gran capital un problema, le interesa poco si el gobierno del país que recolonizan es socialista o capitalista, a ese capital lo único que le interesa es reproducirse con aparentes planes para el desarrollo, como el IIRSA, por ejemplo, del cual nos ocuparemos más adelante.

De esta forma se consolida el calvario de una humanidad, que permanentemente le ha gritado al mundo ¡viva la libertad!, libertad que nunca llega, pero a nombre de la misma se ha esclavizado a hombres y mujeres con normas y leyes que consolidan a cada una de las clases que gobierna, en ambos sistemas, con sus respectivos privilegios políticos y económicos que insultan y ultrajan la dignidad de los pueblos.

Es aquí, donde reside el drama de la llamada izquierda latinoamericana, una izquierda colonizada por factores de conocimientos impuestos, alejados de la realidad que vivimos y que da como respuesta a nuestros problemas, fórmulas que ni en los propios países donde se generaron dieron resultado, los ejemplos sobran, como capitalismo o como socialismo, para conseguir la tan anhelada libertad.

Frente a estos modelos de dominación, esa izquierda nunca se detuvo analizar, cuál era su papel frente a esa influencia en las relaciones de poder, poder que en nada se diferencia de un modelo a otro y por donde se le mire, ese poder está dado en una imposición de la clase que domina, bien sea a través del esquema jurídico-político o guerra– represión para la sumisión.

Ese conocimiento que domina, no ha dejado surgir ese saber autóctono, originario que hoy se rebela de diferentes maneras y que intentan aplastar, para que ese saber siga siendo sometido, ese conocimiento lo intentaron enterrar, sepultar, esconder, ese conocimiento histórico de éste continente llamado por los originarios Abya Yala, hoy se presenta en la memoria de los pueblos y donde el conocimiento dominante lo toma como subversivo, por su cosmovisión del mundo, lleno de valores ecológicos, espirituales, solidarios, fraternales y de un concepto de la vida, donde la humanidad es parte de la tierra y no está por encima de ella, es parte del medio ambiente natural y por entender esta realidad, dignifica la vida en convivencialidad con la naturaleza misma, entendiendo que la tierra y el planeta es un ser vivo, que hay que cuidar y respetar como si fuera nuestra propia vida. Ahí está en gran parte las diferencias entre el eurocentrismo y nosotros los latinoamericanos.

Esa información, ese saber, ese conocimiento acumulado a través de nuestra historia, la intentan descalificar, porque según los factores colonialistas son conocimientos que carecen de conceptualizaciones, categoría y se quedan en el plano nocional, de allí, según ellos, es un conocimiento o saber que carecen de veracidad "científica y metodológica" y es por eso que son saberes insuficientemente elaborados, es un saber ingenuo, empírico, que solamente proviene del mundo sensorial y por lo tanto son saberes "inferiores" por estar por debajo de la cientificidad.

Bajo estos argumentos, se ha venido generando una especie de complejo de inferioridad en los latinoamericanos, generando inclusive una Universidad acomplejada, que hoy día, ni siquiera ha podido entender que lo que está planteado es la recolonización del planeta, a través de ese nuevo paradigma llamado por unos globalización y por otros mundialización.

¿Y LA INDIANIDAD DÓNDE QUEDÓ?

Es la filosofía del eurocentrismo, que coloca al hombre como objeto y no como sujeto histórico y donde el capital, llámese capitalismo de estado o capitalismo privado, coloca a sus dueños como el propietario de la naturaleza, su dueño absoluto y lo incita a conquistarla y ponerla a su servicio; aquí se presenta una profunda diferencia con la filosofía de la indianidad, la cual considera al ser humano no como propietario de la naturaleza, si no como parte de ella, un ejemplo de esta situación fue lo que el cacique indígena Noa Sealth le dijo en su carta al Presidente Franklin Pierce de EEUU, en 1854:

"¿Cómo intentar comprar o vender el cielo, el calor de la tierra? La idea nos resulta extraña. Ya que nosotros no poseemos la frescura del aire o el destello del agua. ¿Cómo pueden comprarnos esto? Lo decidiremos a tiempo. Cada pedazo de esta tierra es sagrado para mi gente. Cada aguja brillante de pino, cada ribera arenosa, cada niebla en las

maderas oscuras, cada claridad y zumbido del insecto es santo en la memoria y vivencias de mi gente.

Sabemos que el hombre blanco no entiende nuestras razones. Una porción de nuestra tierra es lo mismo para él, que la siguiente; para él, que es un extraño que viene en la noche y nos arrebata la tierra donde quiera que la necesite. La tierra no es su hermana sino su enemiga y cuando la ha conquistado se retira de allí. Deja atrás la sepultura de su padre, no le importa.

Plagia la tierra para su hijo, no le importa. Olvida tanto la sepultura de su padre como el lugar en que nació su hijo. Su apetito devorará la Tierra y dejará sólo un desierto."

Estas consideraciones, hechas por Noa Sealth, en su carta al presidente, la hicieron la primera carta ecológica del planeta y donde los originarios entendían y comprendían a cabalidad que el medio ambiente natural lo es todo para la vida, de los que habitamos la tierra, sin excepción alguna.

Este conocimiento, tan ancestral como la humanidad, es los que el eurocentrismo descalifica, por no ser académico, ni científico y que forma parte de una concepción atrasada, producto de la ignorancia que sólo el "primitivismo" tolera.

De igual manera, la espiritualidad desarrollada por nuestros originarios, la han considerado una escatología, entendida esta como conjunto de creencias y doctrinas relacionadas con la vida de ultratumba, propia de la ignorancia que se reafirmaba y se sigue reafirmando en los pueblos subdesarrollados y muy particularmente en América Latina.

UN PENSAMIENTO SUBVERSIVO

Ahora bien, esa dominación siempre esta expresada, en la concentración y centralización de poder y de sus propios aparatos ideológicos, hoy toman más fuerza, a través de ese nuevo paradigma económico del neoliberalismo llamado globalización, donde se expresa el pensamiento único, para controlar el mundo, sus espacios, su comercio y todo lo que signifique energía (agua, gas, petróleo, carbón, biodiversidad). Para tales hechos, elaboran leyes, constituyentes derivadas del poder constituido, reformas constitucionales, para poder controlar y vigilar a los que quieran subvertir el orden establecido, someten a pueblos y naciones con desprecio, además de violentar su soberanía, derechos humanos y libertades democráticas. Es un proceso de deshumanización, intervencionismo y guerra que desbasta y saquea a los pueblos, alimentando de esta manera la desesperanza, para poder aplastar la capacidad de soñar, reír, conversar, discutir, recitar, amar, jugar, imaginar, y poder destruir todo camino que se labre para alcanzar la utopía- entendiendo esta- como una expresión de rebelión frente a lo dado en la realidad, cuya propuesta es una transformación radical, que pasa necesariamente por un verdadero proceso revolucionario.

Pensar desde el punto de vista latinoamericano exige pues, el rescate del valor subversivo, agitador, movilizador, propagador y liberador de la utopía, como dimensión que integra de modo absolutamente legítimo, todo intento de lucha por la emancipación y la construcción de la civilización del futuro.

Hoy decimos, que los que vivimos en el planeta tierra, requerimos romper con las viejas civilizaciones, dar el salto cualitativo para producir la rebelión integral del pensamiento, el despertar de la inteligencia, la rebelión de los saberes populares, para darle cabida a los poderes creadores del pueblo. Se trata de romper con los límites que impone la lógica de la dominación, es atreverse a bajar el sol, para que todo lo oscuro quede iluminado y acabar con las imposiciones y modelos económicos-sociales conocidos hasta ahora, tarea difícil, aventurera, utópica, legendaria, pero que nos permite replantearnos el futuro y la vida, en función de lograr la libertad en su más amplia connotación, para dignificar la vida.

Como militante de la utopía, se requiere entonces replantearse con extraordinario esfuerzo y con mucha creatividad e imaginación, la posibilidad de que al calor de las luchas sociales, económicas y políticas que conduzca el pueblo, tengamos la posibilidad de inventar un paradigma social y económico, capaz de garantizar la libertad en toda su dimensión humana, la igualdad y la felicidad de cada uno de los que integran la sociedad en el modelo de sociedad que ha de surgir, atendiendo a las situaciones particulares de cada región y de cada pueblo. Es asumir de manera radical y subversiva el rompimiento con las viejas civilizaciones.

En medio de esta discusión, que en la actualidad sacude el mundo, hemos decidido optar por un Tercer Camino, tarea nada fácil, porque se trata de construir el camino en colectivo, de empezar a romper con el pensamiento de la vieja civilización y su lógica de la dominación, con las "verdades" impuestas de corrientes del pensamiento teórico- metodológicas, que nacieron fuera de nuestro contexto real e impuestas en el marco del colonialismo, que sentaron las bases para tener en la actualidad un hombre enajenado y resignado a vivir recolonizado, sin otro destino que vivir en la opresión.

En estos espacios -de seguir en los mismos- no podrá sobrevivir la humanidad, porque se pierde la condición humana, la capacidad creadora, los valores espirituales, el sentido racional de conservar el medio ambiente del planeta y donde quedan castrados todos los principios de la libertad y solidaridad en la búsqueda de la convivencialidad y el bien colectivo.

Un Tercer Camino o caminos para Venezuela y todo nuestro continente Abya Yala, para inventar el futuro, para producir un nuevo pensamiento, un camino original, que se traduzca en parir una sociedad verdaderamente justa, digna y libre, una sociedad que como dijera Dewey, Jhon "…el objetivo definitivo de la producción no fuera la producción de bienes, sino la producción de seres humanos libres, relacionados unos con otros en términos de absoluta igualdad".

Esto supone la eliminación de la división del trabajo, que impulsa la división entre letrados e ignorantes, informados y desinformados y que da paso a los excluidos y los incluidos. Son los valores de las viejas civilizaciones, llámese capitalismo o socialismo, que estimulan y profundizan la diferenciación de clase, con privilegios para los ricos y los que ejercen el poder y necesidades y exclusiones para los pobres.

Es la división del trabajo, la que conduce a la clase trabajadora solamente a un propósito, producir y producir, no importa que tanto se explote al ser humano, no importa convertir al mundo en una mercancía, se trata que se pueda vender, que se pueda comprar, que se pueda ofertar, con el fin último de obtener mucha riqueza.

Precisamente a nuestro modo de ver, este panorama fue reafirmado por los modelos llamados socialistas, con sus particularidades respectivas, cayeron en la afirmación de la

productividad, donde a la clase obrera se le sometía a duras jornadas de trabajo, bajo una disciplina férrea y donde se prometía "estímulos materiales" de manera de poder aumentar la producción, imitando de esta manera el modelo capitalista de producción.

Sacudirse de tan dominante modelo, requiere de un salto cualitativo en el pensamiento, para poder construir un modelo civilizatorio, que como escribiera el antropólogo Francisco Prada, satisfaga "…la necesidad y la factibilidad de una nueva civilización, sobre nuevos principios y fundamentos científicos y tecnológicos, apoyada en la sólida base histórica y socio-cultural; que reivindique lo nuestro, lo propio, retomando la trayectoria soberna y libre del hombre de América Latina y el Caribe, inspirados en las ideas de Simón Rodríguez. Por ese camino nos adentramos en el proyecto utopía, en el reto de inventar una nueva forma de vida, una organización societaria genuinamente libre, democrática, autogestionaria, que propicie la elevación de las potencialidades materiales y espirituales de la humanidad." (www.ruptura.org).

CAPÍTULO II

Utopía: la palabra subversiva

"Lo mismo ocurre con los sueños, de ellos se puede decir cualquier cosa, menos que

sean una mentira." Ernesto Sábato

A lo largo de los tiempos históricos, la humanidad siempre ha soñado con un mundo que desaparezca la pobreza y la miseria, la desgracia de la injusticia social, la represión del que domina en esas relaciones de poderes retorcidas, el hambre y la violencia -entre otros aspectos- .

Sócrates, Platón, Aristóteles -entre otros- desde
tiempos atrás escribieron dialogaron y discutieron acerca de cómo
crear la sociedad linda, pulcra y agraciada. Éste siempre ha sido el
pensamiento predominante de todos los tiempos históricos. La construcción
filosófica y hasta mítica, por un modelo social justo y en igualdad
de condiciones para todos sus integrantes ha sido la aspiración que siempre
se ha manifestado en todas las culturas del ayer y del hoy y con especial interés,
cuando se observan épocas difíciles y críticas.

La propia historia nos describe y sobre todo en la Edad Media, de cuentos y leyendas nacidas del seno del propio pueblo, aspirando vivir en un modelo social y económico perfecto, cuentos y leyendas que surgían del imaginario popular donde añoraban un lugar, un espacio, un sitio carente de sufrimiento y desde luego, poder disfrutar de los placeres que se hallaban por doquier.

Es así, como poco a poco, la imaginación popular le va dando cuerpo a eso que Tomás Moro va a llamar UTOPÍA (1516), su obra se centra y se refiere a imaginarse un espacio muy hermoso donde todos los ciudadanos eran felices ubicado en ningún lugar.

A partir de éste contexto se empezó a escribir más acerca de la sociedad ideal, en el de tratar de ubicar una salida a tanto problema que en todos los órdenes ha encontrado la humanidad y partiendo de allí, los profesionales de la historia en sus investigaciones han tratado de ordenar, de acuerdo a los escritos localizados una clasificación en el objetivo de comprender esa UTOPÍA.

Hay quienes hablan de las utopías milenaristas (relatan principalmente planes de una vida mejor, nacidas al terminar cada milenio), proyectantes (reposan sobre bases reales, en el metódico conocimiento del mundo, de sus aciertos y de sus complicaciones. Edifican propuestas ubicadas hacia el futuro mediato instaurando los mecanismos para hacerlas realidad), nostálgicas (rememoran el pasado y se sostienen en la explicación de que "todo tiempo pasado fue mejor". Aspiran cambiar el presente retornando al pretérito y de esta manera restablecer el estado natural de la humanidad).

En fin, dentro de éste caleidoscopio de sueños y esperanzas en aras de reivindicar a la humanidad, la palabra UTOPÍA, siempre ha sido la muestra de la cotidianidad histórica, que busca plantearse las diferentes alternativas a los problemas sociales, económicos y políticos de las sociedades que forman parte de nuestro mundo.

La palabra UTOPÍA, es inmensamente subversiva para las relaciones de poder que siempre impone la clase que domina, es parte de la identidad originaria de los pueblos, de esa condición natural que lleva la humanidad consigo, como es ese sentimiento por la justicia social, la fraternidad, la solidaridad, la convivencialidad, la búsqueda del bien colectivo, el respeto a la condición humana, ir permanentemente al encuentro de la perfectibilidad social en el marco de esa dialéctica de encontrar nuevos caminos para la felicidad de la humanidad.

Estos antecedentes de la palabra UTOPÍA sigue representando la bandera de la subversión, la bandera por la emancipación de los pueblos, sigue buscando el horizonte de la patria latinoamericana, sigue indagando caminos para la libertad y hoy más que nunca se torna peligrosa cuando los modelos civilizatorios se derrumban llámese capitalismo de Estado o capitalismo privado, modelos que a pesar de estar cuestionados por la humanidad siguen persistiendo, se niegan a morir por los intereses que se expresan en los mismos, pero que independientemente de su resistencia y de su poder económico político y militar, los pueblos en sus luchas cotidianas les anuncian que más temprano que tarde caerán para abrir caminos de redención social.

Frente a estas realidades el imperio del gran capital, traza sus estrategias, para evitar que los sueños de los pueblos en sus propias utopías, puedan ganar terreno en sus luchas y manifestaciones reivindicativas para lograr calidad de vida.

Así como en Europa y Estados Unidos entro en crisis, América Latina comienza a sentir con gran intensidad las políticas económicas y sociales del neoliberalismo, impulsadas por la economía globalizada. Y esta crisis no es del capital -al contrario- con sus políticas neoliberales reproducen el dinero de manera acelerada y para tales fines toman medidas que estrangulan la economía de los pueblos, llevando la peor parte los pobres tanto del campo como de la ciudad. Al respecto Edgar Morín nos indica: "Cuando

un sistema no es capaz de resolver los problemas que encuentra, no tiene más que morir, o bien, y es lo que sucede, crea un meta-sistema, un sistema más rico, más poderoso, mediante una suerte de metamorfosis". (BAUDRILLARD, Jean y Edgar Morín. La Violencia del Mundo. Edit. Monte Ávila. Caracas 2007. pp28).

Esa metamorfosis, no es otra cosa, que el establecimiento de una economía globalizada, independientemente del sistema de gobierno que se tenga, llámese capitalismo o socialismo, allí ese nuevo paradigma se establece, sin resistencia alguna, de los gobiernos que se tengan.

Hoy día, el mundo globalizado trae consigo la "urgente necesidad" de la recolonización del planeta para lograr sus objetivos, fines y propósitos, para llevar a cabo tal situación, desarrolla de manera magistral su nueva concepción de la guerra a través de su nueva doctrina militar expresada en la guerra de baja, mediana y alta intensidad.

De esa doctrina militar, la que más han desarrollado en América Latina y el Caribe, es la de baja intensidad, que plantea el desgaste del movimiento popular y que este se adhiera y simpatice con la ideología que el imperio del capital trasmite a través de los medios de comunicación que se encuentran en su poder, así como los partidos políticos y toda institución que aglutine y concentre masas, para lograr que las multitudes se adapten a su propuesta, logrando que el ánimo en la lucha por las reivindicaciones se quiebre moralmente, lo que evita la movilización, el reclamo, la protesta, el inconformismo y sobre todo la conciencia de clase.

En algunas oportunidades, los niveles de alienación en la que sumen a la población en la guerra de baja intensidad, les da tan óptimos resultados, que ponen a pelear pueblo contra pueblo (violencia horizontal) o colocan la opinión de los desposeídos y excluidos en contra de los sectores revolucionarios, que quieren con su participación, colocar su granito de arena, para contribuir a la acción de las luchas sociales del pueblo oprimido.

La guerra de baja intensidad, busca por todos los medios erradicar toda forma de lucha popular antes de que nazca. Aniquilar todo lo que ellos creen subversivo, lucha a muerte de manera subliminal contra la cultura de los pueblos, contra su idiosincrasia, contra la identidad nacional y contra todo aquello que obstaculice el proceso de recolonización que quieren imponer, valiéndose del poder económico, político y militar que poseen.

En esta primera etapa de la guerra o conflicto en baja intensidad de manera habilidosa y solapada, los cuerpos de seguridad al servicio de los conglomerados, hacen su trabajo ideológico, político y económico, realizan actividad de inteligencia, compran información, financian campañas electorales, utilizan y emplean confidentes, asesoran, controlan los partidos políticos de la llamada derecha o izquierda y compran medios de comunicación -entre otras actividades-.

Esta declaración de conflicto de baja intensidad, es asociada en la mayoría de oportunidades a un proceso de paz armada, conflictos militares cortos, inestabilidad política, revueltas y protestas sociales, antiterrorismo, lucha contra el narcotráfico, antisubversión, conflictos internos, insurrecciones, operaciones paramilitares, operaciones especiales etc.

El personal de inteligencia, los investigadores sociales, el personal policial y militar y los asesores, en la guerra o conflicto de baja intensidad se agrupan en una especie de triangulo activo disponible las 24 horas del día, desde cualquier parte o punto de la tierra, ese triángulo está dividido y especializado en fuerzas para asuntos civiles, fuerzas especiales y fuerzas para operaciones psicológicas. Estas fuerzas han actuado desde hace muchos años en todo el planeta, la variable está en su perfeccionamiento apoyado en una ciencia y una tecnología que las hace mucho más eficientes en sus respectivas actuaciones en cualquier país del mundo.

"Hay que tenerlo claro: La difusión y penetración
de esta especie de ideas forma parte intrínseca de otra doctrina de guerra,
que es la de la Guerra de Cuarta Generación cuyo principal teatro de
operaciones es el cerebro humano tanto de las poblaciones de los países
metropolitanos, como las de aquellos países que no forman parte de esta
autoproclamada "civilización democrático-occidental".
El objetivo principal de la Guerra de Cuarta Generación librada a nivel
global, es bombardear, debilitar y luego moldear la psiquis para que los pueblos
del mundo sucumban ante la realidad del capitalismo globalizado con su crisis
económica-financiera, ecológica, social y moral, con su concentración
y monopolización perversa de capital y poder en las manos de unas pequeñas
elites, y que acepten el surgimiento de un sistema totalitario-represivo-dictatorial
a nivel mundial, al que nos hemos referido en escritos anteriores como "globofascismo".
Específicamente, el objetivo de la Guerra de Cuarta Generación
a escala global es lograr que las poblaciones de los países metropolitanos
asuman como suya una supuesta 'misión civilizadora y pacificadora' basada
en los 'valores universales de la democracia occidental' que debe extenderse
por todo el mundo; y que los pueblos de la 'periferia' se rindan y acepten la
imposición forzosa del capitalismo neoliberal globalizado y sus 'reglas
de juego' como único camino viable para la humanidad y, por ende, desistan
de buscar establecer alternativas tal y como sucede aquí en nuestras
latitudes". (www.kaosenlared.net/noticia/guerra-cuarta-generacion trastornando-nuestras-mentes-
hacia-sumisión-t).

En los niveles de conflictividad, la guerra de baja intensidad termina, cuando se requiere el sometimiento por la fuerza, por lo general se declara la guerra abierta, en el orden estrictamente militar, hay declaración formal de la guerra y esta puede ser de mediana o alta intensidad, todo depende de la capacidad bélica que tenga el país a ser invadido.

INSTRUMENTOS PARA LA DOMINACIÓN

Si algún tema requiere particular atención en la etapa en que se declara la guerra o conflicto de baja intensidad, es el relacionado a la utilización de los medios de comunicación para modificar la conducta de las masas a través de mensajes científicamente bien elaborados, utilizando la sociología, la psicología y la teoría de la comunicación junto a las técnicas del periodismo, para generar situaciones que ayuden cualitativa y cuantitativamente al proceso recolonizador planteado por el nuevo orden económico neoliberal que se expresa a través de la globalización.

"Estas tendencias, además, van encaminadas a tratar de homogeneizar los sistemas educacionales y de valores, así como los patrones de consumo y culturales. O sea, que en nuestra opinión las tendencias homogeneizadoras están tratando de influir en los procesos y dinámicas nacionales." (BARO. H. Silvio. "Globalización y Desarrollo Mundial. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1997. Pp. 52).

Los sistemas educativos, en nuestra América Latina, reflejan esta situación e incluso ya se intenta eliminar la educación formal, por el "aula virtual", donde se comienza a restarle importancia a la labor del docente y maximizar la tecnología computarizada, donde el ordenador, se está convirtiendo en el centro del sistema educativo.

Cualquier investigación o información acerca de determinada materia, se puede conseguir vía Internet e incluso el libro queda "desplazado". Se busca entonces que la computadora le "enseñe" y le trasmita al educando el "conocimiento" que se requiere y esta aparece como una "verdad" absoluta, eliminando de esta manera la reflexión, la comparación, la discusión -en otras palabras- el diálogo propio de los seres humanos y del propio quehacer educativo.

De esta manera, la "educación" de ayer y hoy, es utilizada por quienes tienen el poder para que sirva de instrumento ideológico que cada sistema económico-social diseña en sus currícula respectivos, para que sirva de instrumento para la dominación.

No olvidemos que ayer, cuando Europa invadió y sometió nuestro continente, en pleno proceso de conquista, nos impuso un modelo educativo para reforzar ideológica y políticamente el dominio colonial. El objetivo, propósito y fin de la educación de ese entonces era la de la subalternidad.

Poco a poco, toda esta situación ha venido evolucionando pasando por reacomodos, que otorgan esas relaciones de poder, donde el objetivo principal es posesionarse definitivamente del mismo y no dejarse desalojar por quienes ven esta situación, que sólo refleja injusticia social.

Hoy día, desde la más "insignificante" comiquita, hasta la elaboración de una noticia, en la guerra psicológica de baja intensidad, los objetivos, propósitos y fines están bien definidos en el nuevo concepto de la doctrina militar que maneja el imperio del capital. Hemos dicho, que la guerra o conflicto de baja intensidad, pasa inadvertida para la población, es una acción subliminal, "inocente", se presenta en la mayoría de los casos como ayuda económica o cultural, muchas veces como programa humanitario de manera directa o a través de organismos internacionales, con gran aceptación de los gobiernos de

turno y de la mayoría de las masas.

Ejemplo de lo que estamos diciendo lo podemos tomar de la lucha contra el narcotráfico en Colombia, las fumigaciones que allí se realizan con químicos como el glifosato en las plantaciones de coca, como parte del llamado "Plan Colombia", están causando un problema irreparable sobre la población, miles de colombianos son afectados con estas fumigaciones aéreas ocasionando lesiones oculares, ampollas en el cuerpo, infecciones intestinales, tumores cancerígenos, incluso en niños y ancianos ha ocasionado la muerte, son enfermedades que padecen indígenas y campesinos en el oriente colombiano.

Tales escenarios que muestran una realidad macabra y que atenta contra la vida y el medio ambiente natural, porque también mata animales silvestres, afecta la flora y produce desequilibrios severos a los ecosistemas de la región, son presentadas por el gobierno norteamericano y colombiano como una ayuda muy puntual, que le prestan a Colombia para sanear la economía de ese país. Para tales fines se valen de campañas noticiosas locales, nacionales e internacionales, que las muestran como ayuda humanitaria del gobierno norteamericano en la lucha contra el narcotráfico, cuando lo que está detrás de todo eso es el control de los espacios, como objetivo militar.

Otro ejemplo, podemos ubicarlo en la industria de las llamadas comiquitas, que realizan su trabajo en la población infantil, para ir poco a poco domesticando y alienando la población adulta del mañana e ir teniendo sociedades totalmente pasivas, es una paz para la esclavitud. Observemos detenidamente la llamada comiquita de Tom y Jerry, el gato Tom es el fuerte y el ratón Jerry es el débil, el fuerte siempre persigue al débil, lo arrincona, lo veja, lo acobarda, siempre lleva todas las de perder y por lo tanto huye y huye con gran desesperación y se expresa tan intencional que la angustia pasa a ser también del niño o niña que lo observa.

Subliminalmente en el inconsciente de esos niños sólo queda la ansiedad, el huir frente al fuerte, nunca enfrentarlo por más injusta que sea la persecución. Con el permiso del lector, yo me pregunto, ¿No es eso lo que nos han enseñado a los pueblos subdesarrollados frente al gran coloso del norte?, ¿No hay allí, en ese mensaje niveles de manipulación psicológica de forma subliminal, que nos acompleja frente al gran imperio, nos somete y nos resigna a aceptarlo en sus diversas expresiones?

Este permanente bombardeo que nos viene desde el espacio es el resultado de un extraordinario plan de recolonización ideológica, que nos impone un modo de vida, una manera de ser, actuar y pensar, es una manera fácil de penetrar culturalmente los pueblos y ponerlos al servicio de sus intereses. El enemigo tiene claro, que esta primera etapa del

conflicto de baja intensidad se gana introduciendo el pensamiento único, su modelo civilizatorio, sus valores, costumbres, religiones y moral, para convertirnos en la colonia incondicional que siempre han querido tener.

Nos invierten los valores, nos cambian el concepto del bien y del mal, nos imponen el egoísmo y la falsedad, la mentira y el engaño, el individualismo, entre otras "virtudes" del capitalismo neoliberal, intentan acabar con el concepto que tenemos de solidaridad, respeto a la dignidad del ser humano, la búsqueda de la perfectibilidad de la sociedad y el bien común o colectivo, los mismos quedan como elementos que nada tienen que ver con el nuevo desarrollo planteado por la modernidad que impulsa el mundo globalizado.

Desde el punto de vista militar la penetración de la mente humana es fundamental para los propósitos de la recolonización. Así como se elaboran mensajes para generar la paranoia (defensa paranoica) donde se crea el miedo, el terror, los complejos de inferioridad -es decir- la tortura psicológica a través de la explotación de la mente humana, de igual manera, se crean códigos comunicacionales que en el campo de la psicología los hace aparecer como inocentes y bondadosos.

Ante estos escenarios permítanme citar a un oficial estadounidense Philip S. Yang: "El proceso de las operaciones psicológicas requiere abarcar la totalidad de un estado mental más que algunos pensamientos en términos de una acción o reacción específica. El último objetivo de las operaciones psicológicas es asistir a la aplicación de poder de una nación sobre otra para influir en la mente de la gente y acrecentar el logro de las metas. Hoy, la mayor necesidad de operaciones psicológicas efectivas está en el área de las guerras de baja intensidad, un área en la que probablemente, Estados Unidos tendrá gran involucramiento en lo que resta de éste siglo". (http,www.ezpl.revistachiapas@yahoo.com).

La nueva ciencia y la nueva tecnología del mundo globalizado han permitido generar un nuevo modelo de dominación, pues la acoge la nueva doctrina militar para sus propósitos recolonizadores. Esta ciencia que origina una nueva tecnología rompe con "viejos conceptos" en el campo jurídico-político, imponiendo nuevos paradigmas en el teatro internacional sobre situaciones muy concretas del propio "derecho internacional".

Pero además, a este comentario del papel de la ciencia y la tecnología, como propósito para la dominación, podríamos agregarle la versión de Morín al señalar: "Si bien los progresos científico-técnicos, médicos y sociales son admirables, no por eso debemos subestimar el temible poder destructor y manipulador de la ciencia y la técnica. Es la primera vez en la historia del hombre que, gracias a la ciencia y a la técnica, se tiene la capacidad de aniquilar irremediablemente a toda la humanidad. La biosfera esta igualmente amenazada de degradación: estos peligros son el fruto de nuestro progreso. El desarrollo, cuyo modelo es el occidental, ignora que esta escalada conlleva algunos inconvenientes. Su bienestar genera malestar, su individualismo incluye una dosis de egocentrismo y de soledad, sus plenitudes urbanísticas crean estrés y ruido ambiental, y sus fuerzas desencadenadas conducen a la muerte nuclear. ¿Qué significa todo esto? Seguramente, que no hay que continuar por esta ruta y que debemos dejar de señalar el camino que hemos seguido como el indicado: se requiere un cambio de rumbo". (BAUDRILLARD, Jean y Edgar Morín. "La violencia del Mundo". Editorial, Monte Ávila. Caracas, 2007. PP. 25)

"Aceptar" estas imposiciones responde a ese gran instrumento para la dominación ideológica representado en los medios de "comunicación social". Entre los muchos estudiosos del periodismo, se sabe que en todo el continente latino-caribeño las noticias son manejadas por las agencias internacionales, es una máquina de guerra que dispara mísiles llenos de contenidos y mensajes que nos invaden las mentes, para distorsionar nuestras realidades, para manipular las informaciones y más cuando se trata de las luchas emancipadoras de los pueblos, para generar opinión a favor de la recolonización de manera subliminal, para transformar nuestra identidad, costumbres y cultura, para borrar nuestra memoria histórica, nuestra idea de nación, patria y pueblo. Ahí está la labor que ha desempeñado las agencias multinacionales de la información, la Reuter, Agence France- Press, United Prees International, Associated Press y CNN -entre otras-. Estas agencias manejan en América Latina y el Caribe más del 90% de la información que se vierte en todos los medios de comunicación en esta parte del continente, allí radica su poder de difusión, del manejo del pasado, presente y futuro de nuestra historia, es la verdad del invasor la que se impone bajo la mirada complaciente de nuestros gobiernos, por estar de rodillas frente al imperio del capital.

Es así como cumplen su cometido, los medios de comunicación en los conflictos de baja intensidad, es el "orden informativo" al servicio de la nueva doctrina militar que domina las realidades políticas de todo el planeta en el presente siglo. Es más, el concepto alienación que tradicionalmente se venía estudiando (enajenación en el campo de la psicología), se queda pequeño ante las nuevas realidades en la ciencia de la psicología de la guerra, ya que su aporte alimenta la doctrina militar, por el manejo que se hace de manera multidisciplinaria.

Igualmente podemos decir, que esas mismas agencias de noticias lo que más destacan de nuestros países latino-caribeños es que somos los causantes de los males de Europa y Estados Unidos, que somos naciones que vivimos del narcotráfico, de la prostitución y la inmigración ilegal, del terrorismo y el secuestro, del lavado de dólares, en otras palabras, que somos "estados forajidos", para crearnos complejos de inferioridad y de culpa, en una población que es víctima de los medios de comunicación, cumpliendo de esta manera sus objetivos y propósitos para lo cual verdaderamente fueron programados. Smith (1.984) nos indica: "El caso se agudiza más por el argumento de que existe un especial concepto occidental de las noticias que suele obligar a los periodistas occidentales – obligados por los dueños de los medios- a buscar lo aberrante, y no lo normal, como criterio básico de selección; por tanto, las agencias noticiosas occidentales andan en búsqueda de información sobre violencia, guerra, delitos, corrupción, desastre, hambre, incendio, inundación. Por tanto, el resultante flujo de información tergiversa sistemáticamente el conocimiento internacional del progreso cultural, político y económico del Tercer Mundo, y subraya sus aspectos negativos…" (SMITH, Anthony. "La geopolítica de la información". Editorial, Fondo de cultura económica. México, 1984. Pp. 127).

Esa ciencia y esa tecnología que se utiliza en los medios de comunicación de masas, no se queda allí, van más allá de la penetración cultural, se pone al servicio también de la seguridad y defensa de los países más desarrollados del mundo en materia de vigilancia y espionaje.

Para esos países todo parece tener control desde el espacio, son cientos de satélites que se encuentran alrededor de la tierra, no sólo trasmitiendo información que a ellos les conviene hacia los diferentes medios receptores, sino también controlando el flujo de información que se genera a través de cualquier medio electrónico, bien sea Internet, cable telefónico, celulares, fax, radiocomunicaciones: El Sistema Echelon es una prueba de ello.

De esto podemos deducir que el control de los espacios geográficos en el planeta, comienza por el control desde arriba, desde ese cosmos infinito que a través de la alta tecnología ve todo, oye todo y controla todo, sería muy ingenuo creer a estas alturas, que Estados Unidos y el resto de países desarrollados que poseen esta tecnología respetan la soberanía y la independencia de nuestros países, cuando a punta de satélites saben que tenemos y de que carecemos.

Al ser incorporada toda esta tecnología a los procesos de conflictividad de baja intensidad, hace cambiar el concepto de la guerra, sus ejecutorias, la manera de confrontarla, porque cambia también la doctrina militar que va más allá de los operativos militares que se utilizaban en la guerra de confrontación convencional y regular.

Los estados pueden ser intervenidos, vigilados, allanados, secuestrados, sin que sus propios pueblos estén al tanto de lo que está pasando, pues no existe soberanía ni independencia, hay una violación permanente del espacio aéreo, territorial y marítimo. Nunca antes había estado tan amenazada y violada la soberanía y la independencia de los pueblos subdesarrollados en su historia, como hoy día, donde la informática de los países que impulsan el mundo globalizado no respeta la seguridad de las naciones, inclusive las acciones colonialistas son mucho más bárbaras y salvajes que las cometidas en tiempos históricos anteriores. La nueva tecnología comunicacional al servicio de la dominación, posee el poder de penetrar con mayor intensidad la mente de nuestros pueblos e intervenir en la tergiversación de su memoria histórica, para borrar cualquier vestigio de nacionalismo, de cultura popular y de identidad nacional para depositar en la mente y el corazón del pueblo sus "valores", su cultura e imponer su modo de vida.

En el marco de esa nueva doctrina militar, hay que ubicar todo el proceso recolonizador, donde se induce por las buenas o las malas a "compartir" la ideología del imperio del gran capital, cuya búsqueda es recolonizar las naciones, desde el punto de vista ideológico, produciendo de esta manera una profunda alienación que masifica el comportamiento del colectivo humano, utilizando para ello las formas ocultas de la publicidad.

Esa alienación se manifiesta, como factor integrador de la globalización, pues es una creación propia, dirigida, orientada, planificada del capitalismo, que poco a poco toma posesión de todos los recursos del planeta.

El individuo en ese proceso de enajenación mental, al tratar de "pensar" se manifiesta en los mismos términos del que lo domina, no tiene conciencia de su yo como ser humano, pierde el contacto con su propia realidad, pierde su capacidad crítica con el medio que lo rodea, no puede dar respuestas propias, pierde su sentido interpretativo desde el punto de vista racional y cuando da respuestas, es la sugerida por el que lo domina y de esta manera poco a poco la sociedad va vaciándose gradualmente del pensamiento crítico, reflexivo, analizador y sobre todo concientizador. Paulo Freire citando a Vieira al respecto nos indica: "La conciencia crítica es la representación de las cosas y de los hechos como se dan en la existencia empírica. En sus correlaciones causales y circunstanciales. La conciencia ingenua (por el contrario) se cree superior a los hechos dominándolos desde afuera y por eso se juzga libre para entenderlos conforme mejor le agrada. La conciencia mágica, por otro lado, no se considera "superior a los hechos" dominándolos desde afuera, ni se juzga libre para entenderlos como mejor le agrada. Simplemente los capta, otorgándoles un poder superior al que teme… Es propio de esta conciencia el fatalismo que lo lleva a cruzarse de brazos, a la imposibilidad de hacer algo frente al poder de los hechos consumados…" (Vieira Pinto, Álvaro: Consciencia e Realida de Nacional, Río, ISEB,

M.E.C. – Citado por Paulo Freire en "La educación como práctica
de la libertad").

En términos más concretos, la guerra de baja intensidad crea -entre otros factores- un estado de falencias, entendida esta como vivir en una permanente mentira a la que se da apariencia de verdad; es inducir a alguien a tener por cierto lo que no es.

Todo este panorama, nace producto o como consecuencia del desarrollo económico progresivo del viejo capitalismo tradicional y del avance tecnológico y científico que se ha alcanzado, hasta el punto de que en materia laboral poco a poco vienen cambiando las relaciones sociales de producción, por relaciones técnicas de producción, valiéndose de la tecnología de punta alcanzada hasta el momento y que con el tiempo viene desarrollándose a gran velocidad, para beneficio de los grandes conglomerados que controlan la economía mundial.

Es un nuevo escenario mundial, por un lado el reordenamiento de la economía a través de la globalización, en la búsqueda de la recolonización del planeta y por el otro una ciencia y una tecnología que no sólo incide de manera determinante y excluyente en el proceso productivo y en el modo de producción, sino que utiliza también los medios de comunicación para manipular, domesticar, alienar y colonizar los pueblos en nombre de la libertad.

La guerra que hoy hacen los grandes conglomerados a los pueblos que no se someten por la vía dócil o del llamado conflicto de baja intensidad, a sus intereses, es una guerra impregnada de gran contenido ideológico, además de bélica. Esta guerra enfrenta una lucha a muerte de valores contra valores, es un choque que en lo cultural la han de ganar los pueblos que se nieguen a asumir el pensamiento único de la sociedad occidental.

LA FUNCIONALIDAD PERMITIDA

Pero no todos los seres humanos pueden ser domesticados, amaestrados o alienados ya que del mismo seno de la sociedad, en esa relación dominante-dominado, surge el poder subversivo de la utopía, lo que moviliza a ciertos sectores de la sociedad a romper con las estructuras de poder del opresor.

Esa confrontación entre el opresor y oprimido, es parte de un proceso prolongado, de una ruptura creadora, frente al modelo de dominación o modelo civilizatorio impuesto por quien domina, que debe conducir a realizar cambios y transformaciones estructurales dentro de la sociedad dominada.

Pero muchas veces se confunde la conflictividad subversiva, con la conflictividad funcional, la primera (conflictividad subversiva) es toda conflictividad que se escapa del control institucional del Estado, que se alza contra el sistema que domina, que convierte esa conflictividad, en instrumento para la emancipación de los pueblos, es la violencia vertical que apunta hacia arriba, hacia los verdaderos responsables que mantienen a los pueblos oprimidos, es una conflictividad con conciencia de clase y que va más allá del reformismo, es una especie de rebelión o rebeliones pequeñas, que a través del tiempo se van acumulando, van sembrando conciencia y se mantiene en el tiempo hasta lograr en esa lucha popular prolongada el estallido histórico, que abrirá los caminos de redención y de justicia, son hechos y acciones constituyentes originarios, que han de abrir senderos, en el espectro de un nuevo modelo civilizatorio de bienestar colectivo y de justicia social.

En cuanto a la segunda (la conflictividad funcional), es el "conflicto" que se institucionaliza, es decir, son los conflictos permitidos, admitidos, transitorios, pasajeros y que además son controlados por el Estado y sus instituciones como los partidos políticos, por los sindicatos patronales, por gremios profesionales -entre otros- siempre entran en un proceso de negociación, de reacomodo, donde lo económico está por encima de cualquier otra reivindicación que pueda representar calidad de vida. Éste tipo de conflictividad, es la permitida, para mostrarle al mundo de las apariencias que hay libertad, tolerancia, democracia, dentro de un Estado tan perfecto que es permisivo. Esa conflictividad funcional termina siendo hechos constituyentes derivados del poder constituido.

Dentro de esta concepción, el neoliberalismo globalizado, se presenta como un modelo que apunta hacia el perfeccionamiento de una sociedad, donde todos tenemos cabida, que permite la disidencia, donde son reconocidos los conflictos sociales, bien sea una protesta universitaria, el reclamo de los educadores, una huelga de trabajadores, de médicos, pero eso sí, los mismos deben de tener una temporalidad que conlleve la búsqueda de una solución negociada y así permitir la elasticidad conveniente, para impedir cualquier intento que pueda romper el orden establecido.

De esta manera se oculta la realidad. Dentro de éste contexto surge la antinomia entre ideología y verdad, el alienado cree estar viviendo, dentro de un Estado, que le permite manifestar y así poder expresar su descontento y reclamo. En éste proceso de enajenación mental al que es sometido el colectivo humano, el mismo no entiende, que ese mismo Estado, sólo le permite soluciones temporales, transitorias, pues el problema de fondo causante de su pobreza y miseria que le rodea, no tiene solución dentro del sistema en la cual se desenvuelve, de allí que el conflicto funcional se convierte en un círculo vicioso que desemboca en una especie de catarsis o desahogo de quienes lo plantean, convirtiéndose esa misma conflictividad social en instrumento para seguir manteniendo el modelo de dominación imperante. Allí el conflicto cumple su función social y política para alimentar la propuesta (ideología) del que domina.

Es allí, donde las ideologías del poder, siguen actuando a través de los mecanismos creados, para mantener el control, es su ideología la que permite reproducir su dominación y ese discurso es el que se disfraza de utopías, presentándose como un paradigma de libertad y democracia. Es aquí que pareciera que la utopía es atrapada dentro del discurso de la cotidianidad, de la naturalidad y esa normalidad se manifiesta en la ideología que domina para evitar la discontinuidad de la historia o la ruptura histórica creadora.

Es por eso que afirmamos que la utopía propone, la discontinuidad histórica de la dominación, para poder avanzar hacia la ruptura creadora, en la búsqueda de una nueva civilización, que sea capaz en la práctica y en la teoría de emancipar a la humanidad en toda su dimensión.

Quienes han pretendido descalificar la utopía como propuesta colectiva, de quienes aspiramos cambiar radicalmente los modelos civilizatorios conocidos hasta ahora, han olvidado con o sin intención, que cuando el poder que conocemos hasta ahora, que es vertical y que lo poseen minorías privilegiadas que se organizan, crean y producen un discurso en relaciones de dominación, ese misma dominación, lleva consigo resistencia a lo impuesto y se manifiesta en la sociedad en la lucha de contrarios, que no es otra cosa que la lucha de clases. Incluso, a veces va más allá de la lucha de clases y esa lucha se desarrolla en una conflictividad que no es otra cosa que la lucha de valores contra valores, que a su vez contiene en sí, la lucha de clases.

Es más, la utopía siempre se ha alimentado, de los mismos procesos históricos que hemos vivido, desde la misma guerra de independencia hasta nuestros días, la utopía pasa a ser un conocimiento acumulado que sigue permaneciendo en la memoria histórica de nuestros pueblos. Eso que se dice, que nuestros pueblos inconscientemente han asimilado las cadenas que llevan puestas mentalmente y que no les permite pensar en otra cosa, que no sea la resignación al modelo que los domina porque esa resignación se ha convertido y forma parte ya integrada a su naturaleza, es producto del discurso de quien domina y en otros, es parte del discurso del derrotado. Pero en el fondo de todo éste planteamiento, considero también, que es parte del miedo a la libertad, porque a decir verdad, nunca la hemos tenido, no la hemos conocido y no existe en el planeta tierra país que la tenga, no olvidando que el eurocentrismo, intenta por todos los medios, presentar sus ideologías de manera divinizada, enseña a la población a venerarla, a respetarla y de allí, parte de llevar consigo el miedo que se le inculca a la sociedad, abriéndole camino a la logofobia, especie de miedo sordo frente al discurso ideológico que además aliena y domina.

LA IZQUIERDA FUNCIONAL

La "izquierda" institucional de América Latina y el Caribe, me refiero a la izquierda permitida, la que participa de los procesos electorales tal y como están planteados, siguen "creyendo"- por convicción o conveniencia- que llegar al poder por vía electoral y al tomar el poder del Estado, se puede transformar la sociedad, paradigma por cierto que ha dominado el pensamiento "revolucionario" por más de un siglo.

Se argumenta que al tomar el poder, se comienza un ciclo de transformaciones, transiciones, primero son las reformas y luego los cambios radicales, cambios radicales que por supuesto nunca llegan. Se comienzan y se establecen reformas que van buscando el reacomodo de una sociedad donde terminan prevaleciendo los intereses de clase. Se difunde la idea de crear el socialismo y ahora el socialismo del siglo XXI. Desde luego que éste socialismo del Siglo XXI es muy, pero "muy especial", justificando la vía electoral para hacer las "revoluciones".

Tomar el poder del ESTADO, para esta "izquierda", es la esencia del "proceso revolucionario", es lo que permitirá el "cambio revolucionario" según sus respectivos discursos. No importa que se sigan estableciendo y agudizando las diferencias de clase, no importa que se siga manteniendo los privilegios de la clase política y económica que gobierna, no importa que se le entreguen los recursos naturales al extranjero, no importa que los partidos que gobiernan sigan imponiendo sus reglas de juego y corrompiendo a la población valiéndose de sus necesidades. Lo interesante es tomar el poder del ESTADO, para gobernar e imponer el mismo capitalismo, ahora de ESTADO, bajo la falacia de una "sociedad nueva" llamada socialismo y que sea del siglo XXI.

De igual manera, la vía armada también propone tomar el poder del ESTADO, se crearon y se sigue insistiendo en formas organizativas político-militares (guerrillas rurales y urbanas). La mayoría de estas organizaciones se autodenominan ejércitos del pueblo y se combate con convicciones ideológicas y políticas que en la mayoría de los casos no se puede negar, en la esperanza, que algún día tomaran el poder del ESTADO, para producir transformaciones que le den soluciones a la pobreza y miseria de nuestros pueblos.

Se crean ejércitos "revolucionarios", con jerarquías, mandos y relaciones de poder en lo interno, sin darse cuenta, que en la práctica está presente la ideología que dicen combatir, pues esos ejércitos copian con diferentes estilos y formas, las mismas estructuras del ejército enemigo y terminan pareciéndose a los mismos.

Sin querer queriendo, es la ideología de la dominación, que en el subconsciente prevalece y se presenta y manifiesta en formas diferentes, que la misma cotidianidad de la lucha esconde. Esas relaciones de poder, donde el comandante manda y la guerrilla obedece, argumentando que hay que tener disciplina para sobrevivir al combate, solo establece mandos donde el "superior" está por encima del "inferior", la disciplina es impuesta y no es consciente, se niega la discusión colectiva y se reproduce una relación de poder que establece diferencias sociales, afirmando la relación dominante-dominado, negando de esta manera que son los pueblos los que hacen las revoluciones. Es de allí, que si ese ejército llega a tomar el poder del Estado, pues simplemente reproduce la ideología del enemigo que decía combatir y desde ese poder del Estado, reproduce la lógica de la dominación, ya que las relaciones de poder no desaparecen, al contrario se consolidan, manteniendo de esta forma la verticalidad del mismo.

En algunas oportunidades he señalado, que esa izquierda en América Latina se encuentra tan recolonizada, al igual que la derecha. A esa izquierda le cercenaron su capacidad creativa, no tiene pensamiento propio y se ha limitado a jugar un triste papel como es la de legitimar, las expresiones políticas y económicas de los grupos dominantes, al avalar en todas sus manifestaciones el poder opresor, que se ejerce a través del Estado, un Estado que no representa los intereses de los pueblos. Es una izquierda que se desvirtúa dentro de esas instituciones para garantizar el poder de la clase que domina, la misma se encuentra integrada al sistema de dominación o bien por conveniencia o por "coincidencias" con el modo de producción que predomina, se inserta en la propuesta de manera natural y conformándose con las cuotas de poder que le da el mundo financiero global, hasta el punto que le puede otorgar el "favor" de poder manejar un país, con tal de que le corresponda a lo planificado de acuerdo a sus intereses. Esos partidos que se dicen "revolucionarios", "tienen el corazón en la izquierda, pero el bolsillo en la derecha", olvidando su compromiso con los cambios estructurales necesarios para poder salir del modelo socio-económico que establece esa relación opresor-oprimido. Su discurso ideológico se disfraza, al igual que el de la derecha de utopías, para poder engañar y manipular sin que la población pueda percatarse de la realidad, por lo que hemos venido planteando con respecto a la alienación colectiva.

Esa izquierda asumió y aprendió de la derecha, a utilizar el discurso electoral, que observando las necesidades de los pueblos, construye su arenga de manera falaz, para poder seguir subsistiendo y viviendo electoralmente, de las angustias y la esperanzas que desarrollan los pueblos, como mecanismo de defensa psicológica, para compensar su desesperación por no tener un modo de vida, que le pueda satisfacer dignamente sus necesidades como seres humanos.

Esta lamentable posición, de una izquierda institucionalizada, legaliza la dominación cotidianamente en los procesos electorales, para recibir las migajas que le otorga la derecha que dice combatir, se fusiona con ella, negocia, se vende, traiciona, engaña, pacta, se presta para pisotear los intereses de un pueblo que aspira cambios sustanciales y que cree que votando por esa izquierda puede llegar a mejorar sus condiciones de vida. Es una praxis siniestra y mal intencionada, cuyo discurso confunde dando a entender que dentro del modelo que domina, se pueden cambiar las cosas, haciendo que los pueblos asuman de manera "natural" la subordinación.

Es una izquierda, que se organiza en partidos políticos, al igual que la derecha e incluso sin diferencias sustanciales, en la concepción de lo que son los partidos políticos, pues los mismos son instrumentos reguladores y controladores del descontento colectivo. Ambos sectores, no soportan la concepción utópica creadora, revolucionaria, subversiva, pues la misma les representa un peligro en las relaciones de poder que sustentan, además de que la utopía no es posible según sus argumentos, son simplemente sueños de sectores revolucionarios disociados de la realidad en que viven, ignorando que cuando se sueña sólo, es eso, un sueño. Pero cuando se sueña con otros es el comienzo de una realidad, tal y como lo planteaba Helder Cámara.

Para esa izquierda perfumada y esa derecha, que siempre termina fusionada en pactos y arreglos, todo lo que se sale del juego electoral, que mantiene y "legaliza" la

dominación imperante, queda fuera del contexto institucional y por lo tanto todo lo que atenta contra esas estructuras amañadas y tramposas son subversivas, de allí que el Estado está en "obligación" de aplastarlas con sus respectivos cuerpos represivos.

EL ESTADO EXPRESIÓN DE LA DOMINACIÓN

Se reproduce en estas dos propuestas de la izquierda (la vía electoral y armada) el círculo vicioso de hacer cambios para que nada cambie, ya no es capitalismo privado ahora es capitalismo de estado (socialismo), para seguir montando el Estado represivo, con reformas y revisiones, pero represivo al fin.

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