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La ideología disfrazada de utopía (página 4)



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Es por ello, que la globalización como expresión de las doctrinas neoliberales más sofisticadas que haya parido el capitalismo en la historia de la humanidad, se ha manifestado con tanta habilidad, que ha hecho que dentro de su corpus doctrinario, las comunas aparezcan como una forma de poder popular dentro del capitalismo, hasta el punto que hoy día las asumen la mayoría de los gobiernos del mundo, no importa si sus sistemas se autodenominan capitalistas o socialistas. Lo importante de su estrategia es hacerles creer a los pueblos, que con esta forma de organización social, se colectiviza y democratiza el capital y el poder y por lo tanto ese capital y ese poder es compartido en igualdad de condiciones con el gobierno que se tiene DENTRO DEL LLAMADO ESTADO y sus clases dominantes.

Lo cierto de todo esto, es que la llamada comuna que se impulsa ahora desde los gobiernos, particularmente en América Latina, es una VULGAR Y MALA COPIA del socialismo real y del mismo capitalismo globalizado, que el eurocentrismo desarrollo y continua desarrollando, no importándoles si la misma fracaso como forma de organización social, en la ilusión de mejorar las condiciones de vida de la población, pues las mismas terminaron siendo controladas por los gobiernos y los partidos en el poder, hasta el punto que las denominadas comunas están regidas por leyes que las clases dominantes producen de acuerdo a sus intereses políticos y económicos para fortalecer aún más la verticalidad del poder sin eliminar el ESTADO.

En medio de éste escenario, se quiere copiar un modelo de organización social, donde los partidos políticos y el gobierno controlan a las llamadas comunas y donde le dicen a la población que están ejerciendo un papel de participación y democracia protagónica con poder. Semejante falacia la quieren convertir en una "verdad", una verdad que la publicidad se encarga de alojarla en los cerebros de la gente, para que la misma termine creyendo que en verdad son parte de ese poder de Estado.

Hemos dicho de manera repetitiva, que en las relaciones de poder no hay cabida para la democracia, democracia que pregona tanto el capitalismo como el socialismo real, pues la verticalidad de ese poder impide el ejercicio directo del ciudadano en las decisiones y orientaciones que la clase dominante ejecuta. Clase que actúa de acuerdo a sus propios intereses.

ORIGEN HISTÓRICO DE LA COMUNA

Permítanme aquí hacer o tratar de hacer una referencia histórica acerca del tema que me ocupa, pues hay quienes creen que el origen de las comunas, surgen como alternativa de organización social en la Francia del siglo XVIII, tal apreciación no responde a la realidad histórica ya que se sabe, que si nos remontamos a siglos anteriores, vamos a encontrar que algunos estudiosos de la historia, han señalado que la más famosa expresión de este ideal en el mundo antiguo se encuentran en el libro "La República" del filósofo griego Platón, quien 300 años antes de Cristo exteriorizó su rechazo a la fortuna y bienestar individual por encima de la sociedad. Por ello suprimió la propiedad privada y estimuló la comuna. Platón creó normas como por ejemplo que "nadie tendrá mujer propia, de la misma manera los niños serán comunes y el padre no conocerá a su hijo ni el hijo a su padre", con lo que presumía equidad hasta en los sentimientos, emociones y el amor. Platón infundió e influencio a muchos a lo largo de toda Europa y todas las comunas fueron disueltas por diversos motivos, el principal, el retroceso a la perdida de la individualidad. La característica principal era que la comuna surgía incitada por un líder corrientemente de dinero, que adquiría tierras y construía casas y locales que alojaban un gran número de seguidores.

Entre sus normas destacaban el que los hombres estarían en habitaciones comunes, las mujeres aparte, separadas incluso de los niños. Había sectores o grupos que no permitían tener momentos de privacidad sin el previo consentimiento de los líderes de la comuna, que pudieran ir rotando cada día pero donde siempre estaba como líder el impulsor de la comuna.

Entre los años 1600 y 1800 se generó en Europa también dentro de las comunas lo que se conoció como el comunalismo religioso, pero tras ser perseguido llegó a Norteamérica con la promesa de los gobiernos de tolerancia religiosa, tierra abundante y barata y hasta mediados de los años 70 se mantenían al menos 3 mil comunas en territorio estadounidense, con sus propias leyes y reglas, la mayoría de índole religiosa.

LA COMUNA ESENIA

Hubo una comunidad sui generis en la historia del pueblo judío, conocida como la Comuna Esenia de "Edin Guedi", aparecida un siglo antes de la época cristiana. En esta colonia, sus integrantes laboraban y cohabitaban colectivamente y el producto de su trabajo se centralizaba mediante una estructura económica. Josefo, uno de los más afamados historiadores de la antigüedad, señalaba que la posesión de cada persona estaba entremezclada con la posesión de los demás. El colectivo basó su desarrollo en la primicia del trabajo cooperativo, solidaridad, confraternidad y ayuda mutua. La Comuna Esenia se evaporó durante el período de violencia del imperio romano contra Palestina, en el cual fue arrasada Jerusalén, dando lugar al desplazamiento de los judíos por todas las latitudes de la tierra conocida. Todo ese conjunto de propuestas de los esenios, acerca de las comunas fueron acogidas por el movimiento de los "celotes" que dio origen a las guerrillas de resistencia durante los primeros años de la era Cristiana; estas mismas propuestas, integradas a las religiosas, fueron la plataforma de las antiguas comunas de los cristianos ubicadas en las llamadas "catacumbas".

Ahora bien, si nos referenciamos al siglo XIII, la palabra comuna era ya utilizada en Italia en el Medioevo para nivelar a aquellas ciudades no adscritas a la jurisdicción de algún señor feudal. Con el desgaste del poder económico y político de los señores feudales, el modelo se dispersó por gran parte del continente europeo.

A partir del renacimiento, con la discusión a los principios económicos, jurídicos- políticos e ideológicos- culturales que había mantenido el arcaico orden agrario y rural del feudalismo, entra la burguesía mercantil y artesanal de las ciudades. A medida que en todas las naciones se esfumaba el orden feudal, las vecindades se instituían bajo formas de

gobiernos autónomos que suscribieron la aparición de la comuna hasta que más tarde con la revolución francesa, la aparición de los municipios se amparó bajo este modelo de organización comunitaria. Posteriormente meses después del triunfo de la revolución francesa, la Asamblea Nacional de esa nación (1789) decreta una ley donde se define "que la comuna es la división administrativa del nivel más bajo que tiene un municipio".

OTRAS REFERENCIAS

Historiadores como Pierre Villar (francés) en su libro "El Feudalismo" (1992), nos señala que los orígenes de la comuna se podrían encontrar un siglo antes de la revolución francesa de 1789. En estos años se produjo el comienzo del fin del estado absolutista con prerrogativas feudales, el llamado Antiguo Régimen. Sin embargo los favorecidos por esta revolución fueron los burgueses que buscaban sobre todo la libertad económica, es decir, el desmantelamiento de las prerrogativas hereditarias de la nobleza que paralizaban el crecimiento de sus utilidades económicas. Al comienzo burgueses y clase trabajadora vivieron de la mano, los "sans culotte" (los "sin calzón" por ser pobres) fueron definitivos en el sostén a los Jacobinos ( Los jacobinos eran los miembros del grupo político de la Revolución francesa llamado Club de los Jacobinos, cuya sede se encontraba en París. Eran republicanos, defensores de la soberanía popular, su visión de la indivisibilidad de la nación los llevaba a propugnar un estado centralizado) frente a la coacción de las potencias monárquicas europeas y de los contra-revolucionarios. Por primera vez las clases populares surgen como forasteros en las disputas políticas. Al final Napoleón Bonaparte surgió como redentor de la Revolución, y aunque al final se proclamó Emperador, difundió la revolución liberal por toda Europa.

En el año de 1871, en marzo específicamente, y como resultado de la guerra franco prusiana (1870 ), guerra que fue producto del llamado telegrama de Ems, (documento que Guillermo I de Alemania remitió a Bismarck la noche del 13 de julio de 1870 tras la reunión con el embajador francés en Prusia, Vincent Benedetti, donde se trató sobre la retirada de la candidatura del príncipe Leopoldo de Hohenzollern-Sigmaringen, hijo de Carlos Antonio, al trono real de España). Dicho documento fue el causante de la guerra Franco-Prusiana que se inició el 19 de julio de 1870, éste conflicto reflejó en realidad una guerra franco-alemana debido a que se aliaron a Prusia todos los Estados alemanes (conforme a los planes de Bismarck). Precisamente, después de esta circunstancial alianza militar se produjo la unión política de Alemania y de la Internacional brota la insurrección del proletariado parisino contra el militarismo y el gobierno. Afirmados por la Guardia Civil, hicieron que el gobierno dejará París y se arrinconará en Versalles; frente a la vacante de poder, de allí el comité Central de la Guardia Nacional llama a elecciones libres y secretas para optar por un Consejo Local, que una vez nombrado se autodenomino Comuna de París.

LA COMUNA DE PARIS

Para ese entonces, los comuneros parisinos protagonizan sin duda alguna un hecho que marcó un hito histórico en la historia de la humanidad, donde por primera vez los trabajadores y todos los sectores humildes de esa nación se rebelan y son capaces de aplastar el poder establecido, es decir el Estado monárquico burgués, para dar inicio a formar sus propios organismos de gobierno, EN EL ESCENARIO DEL PODER POPULAR.

Los representantes de esas comunas eran elegidos en elecciones libres, con participación directa de la población, sin presiones políticas de ningún tipo, sus miembros eran sujetos a revocatorios y poseían un sueldo de un obrero medio. No tenían ni privilegios económicos, ni privilegios políticos, los grupos políticos fueron desaparecidos por expresar intereses de clase y de grupo y se intentó establecer en la práctica un nuevo poder de relación horizontal.

Es bueno recordar, que el primer decreto de la Comuna de Paris, fue suprimir el ejército de ese entonces, pues el mismo estaba al servicio de las clases dominantes, además de corrompido y el propio pueblo en armas lo reemplaza, se respetó la propiedad privada que fuera producto del esfuerzo individual y colectivo. Solamente se expropiaron las industrias, ya que sus dueños huyeron y las mismas fueron pasadas en propiedad colectiva a las cooperativas, donde fueron los propios trabajadores quienes organizaron la producción para satisfacer las necesidades del colectivo y evitar que sus productos se convirtieran en mercancías para el mercado capitalista.

La Comuna de Paris, estuvo influida por las ideas socialistas, el gobierno del proletariado se instituyo en 1871 y ejecuto una serie de medidas para constituir un poder democrático popular. Entre las ejecutorias tomadas se destacan: La abolición del trabajo nocturno y reducción de la jornada laboral, la concesión de pensiones a las viudas y huérfanos de la Guardia Nacional, la separación entre la Iglesia y el Estado, pues éste último estaba condenado a desaparecer en su totalidad entre otras medidas. Había una expectativa de que el movimiento en Paris (Comuna de Paris) pudiese reunirse con las comunas formadas en Marsella y Lyon, más la derrota ayudo a aislar más la experiencia de gobierno proletario en París.

LA COMUNA DEL SIGLO XX

Es indudable que la mayor referencia, acerca de las comunas en el siglo XX, la encontramos en la URSS, producto de una revolución popular que trato de implantar el socialismo como modo de vida y donde las comunas se establecieron en la búsqueda de ir construyendo el poder popular para consolidar la revolución.

Un estudio serio, desde el punto de vista histórico tendría que revisar lo que representaron los soviets (comunas) como instrumento de poder popular, en la revolución soviética. Las mismas trajeron consigo un cúmulo de contradicciones en el seno de quienes impulsaban los cambios para acabar con el régimen zarista.

En éste proceso podemos distinguir dos fases, una de ellas se conoció como la Revolución de Febrero de 1917, que desplazó la autocracia del zar Nicolás II de Rusia (el último de la historia) y tenía el propósito de colocar en su lugar un estado liberal. El otro período fue la Revolución de octubre, en la que los soviets, imbuidos y dirigidos cada vez más por el Partido Bolchevique, bajo el liderazgo estratégico de Vladímir Ilich Uliánov (Lenin) y León Trotsky, dirigiendo el Comité Militar Revolucionario, quitaron el poder mediante una insurrección popular armada, despojando al gobierno provisional dirigido por Aleksandr Kérensky, y liquidando la estructura gubernamental del anterior Estado constitucional burgués, conjuntamente con sus instituciones.

El nuevo gobierno argumentaba para ese entonces que la granja individual estaba destinada a dispersarse y que la instauración de las comunas tenían todas las respuestas a las necesidades colectivas, pues era la única forma de enfrentar los llamados kulak que eran los agricultores y campesinos propios de la URSS que poseían propiedades y contrataban a trabajadores. Posteriormente el término fue utilizado para todos los deportados, condenados y opositores a las colectivizaciones.

Mientras se trataba de instaurar el modelo socio-económico (el socialismo) surgido de una revolución eminentemente de carácter popular y en busca de nuevos caminos que condujeran a una sociedad más justa, la dirigencia política conductora de esa revolución – salvo algunas individualidades- se fue institucionalizando dentro de las estructuras de poder creadas y en la práctica establecían las mismas relaciones de poder vertical, donde unos mandaban y otros obedecían y que poco a poco se fue burocratizando en medio de una lucha ideológica y política intensa, donde algunos sectores escondían sus ambiciones de poder y donde se desato una guerra civil que fue mermando la propuesta revolucionaria de Lenin.

Llego un momento en que Lenin: "se encontró completamente solo. El ala derecha de su partido lo acusa de anarquismo, de aventurerismo y de apelar a una guerra civil. El ala izquierda se apropia de las Tesis para convertirlas en un programa inmediato para derrocar al gobierno provisional". (F. Fernández Buey, "Conocer Lenin y su obra". Barcelona, Edit. Dopesa, 1977, pp. 111-123).

Admitiendo que los soviets (comunas) eran el único carácter de gobierno obrero legítimo, Lenin inhabilitó la Asamblea Constituyente Rusa. Los bolcheviques salieron derrotados en las votaciones de ese entonces, venciendo en las elecciones al Partido Socialista Revolucionario, aunque fragmentado en fracciones pro y anti soviets.

Los bolcheviques, unidos con los social revolucionarios de izquierda, poseían la mayoría en el Congreso de los Soviets, y constituyeron una coalición de gobierno con los social revolucionarios de izquierda. Sin embargo, la coalición se hundió tras la obstrucción de los Social-Revolucionarios de izquierda al Tratado de Brest-Litovsk, éste acuerdo de paz suscrito el 3 de marzo de 1918 en la ciudad bielorrusa de Brest-Litovsk (entonces bajo autoridad rusa, actual Brest) entre el Imperio alemán, Bulgaria, el Imperio austrohúngaro, el Imperio otomano y la Rusia soviética. En el tratado, Rusia renunciaba a Finlandia, Polonia, Estonia, Livonia, Curlandia, Lituania, Ucrania y Besarabia, que a partir de entonces quedaron bajo el dominio y la explotación económica de los Imperios Centrales. Asimismo, entregó Ardahan, Kars y Batumi al Imperio otomano.), esta situación hizo que los Social- Revolucionarios de izquierda que se unieran a otros partidos buscando deponer al gobierno soviético (Sovnarkom). El escenario degeneró con todos los partidos no bolcheviques (incluyendo los grupos socialistas) tratando en lo posible y de forma activa la deposición del poder de los bolcheviques.

El 30 de agosto de 1918, Fanni Kaplán, miembro del Partido Socialista Revolucionario, se acercó a Lenin después de que éste hubiera hablado en un mitin y mientras se dirigía a su automóvil, le llamó la atención y cuando Lenin se detuvo para atenderle, éste le disparó tres tiros, dos de ellos le impactaron en el hombro y el tercero en un pulmón. Lenin fue trasladado a su apartamento privado en el Kremlin y declinó ser llevado al hospital, pues creía que allí lo esperaban para rematarlo. Llamaron a varios médicos, pero éstos no sacaron del cuerpo los proyectiles por considerar que se ponía en riesgo la vida de Lenin. Con el pasar del tiempo Lenin se recupera, pero su salud se debilitó a partir de este hecho y se cree que este suceso contribuyó a sus últimos infartos.

Pero retomando el tema que nos ocupa, Lenin tuvo que ordenar en 1921 que les permitieron nuevamente a los campesinos vender sus cosechas y retomar sus familias. Lamentablemente a la llegada de José Stalin, en el año 1928, se impuso un ambicioso programa de industrialización y requería mano de obra, por lo que amparado en el modelo jurídico-político obligó nuevamente a la conformación de comunas, utilizando para ello la fuerza, cárcel, deportación y hasta la muerte.

Nuevamente tanto la agricultura rusa como la producción en las industrias descendieron a niveles críticos. Las siembras no se realizaban con ánimo, la producción en las industrias descendió debido a la ausencia de estímulo frente al destacado desempeño. En menos de 2 años la Unión Soviética cayó en la mayor crisis económica jamás vista. En marzo del 1930 Stalin anunciaba "aún no es tiempo de las comunas" y ordenó que cada familia dispusiera de una parcela, de un huerto y de algún ganado, con lo que terminaron las comunas.

LAS COMUNAS DE AMERICA LATINA

Toda esta referencia histórica acerca de las comunas ¿qué tiene que ver con la realidad latinoamericana? -es más- que pasó y que ha pasado con las mismas donde tuvieron su origen.

De esto podemos deducir que las comunas de América latina, no tienen nada de originarias y no responden tal y como se conocieron a la cosmovisión cultural de nuestros pueblos y mucho menos representan poder popular, ya que las mismas responden a intereses políticos y económicos, que buscan el control social de las muchedumbres para seguir reproduciendo el modelo de dominación imperante.

En el caso de Venezuela y con el cuento del socialismo, la referencia soviética acerca de las comunas es utilizada de manera subliminal para hacer creer a los desinformados que el hecho de utilizar el nombre de comuna, se está en presencia de querer instaurar el socialismo del siglo XXI y que la revolución avanza a pasos agigantados a través de la misma.

Mientras las comunas, en el caso de la Comuna de Paris, o de lo que fueron las comunas con la propuesta de Lenin en la URSS y de la experiencia de otros pueblos, las mismas nacen como producto de rebeliones e insurgencias contra el Estado y las relaciones de poder que oprimían al pueblo, para establecer la horizontalidad colectiva de un nuevo poder que diera al traste con los sistemas imperantes para ese entonces.

Esas comunas, nacen como propuesta de organización social de las comunidades y son propuestas de abajo hacia arriba, son producto de rebeliones, de alzados en armas, de pueblos que manifiestan sus descontentos contra el ESTADO y sus clases dominantes.

En Venezuela es el ESTADO, sus instituciones y sus leyes las que regulan las comunas y la perversión y el engaño llega a tal nivel, de que se habla y se trata de establecer el "ESTADO COMUNAL" con los partidos, con las instituciones gubernamentales, con un aparato jurídico-político del poder constituido y donde los ricos se hacen cada vez más ricos y los pobres cada día más pobres, con niveles de corrupción jamás vistos, con una deuda externa que jamás podríamos pagar, con cuerpos policiales formados para reprimir a la población cada vez que se rebele, con procesos electorales controlado por las elites políticas donde la población vota, pero no elige, porque en la práctica eligen los partidos y sus respectivos cogollos.

De otro lado, se vincula la palabra "COMUNA" con el comunismo, cuando realmente si buscamos la génesis del término, proviene del francés "commune", la misma se encuentra relacionada con el ayuntamiento, con la ciudad-es decir- en la práctica es una estructura administrativa colectiva y es allí donde se encuentra la gran diferencia.

ABRIENDO BRECHAS

En América Latina y el Caribe, se está librando una rica discusión, en todos los órdenes del conocimiento humano conocidos hasta ahora, que orienta el pensamiento crítico y reflexivo, en confrontación frente a las ideologías que hasta ahora han dominado al mundo. Pero lo mejor de todo éste ambiente sociopolítico, teórico, filosófico, es que la discusión está abriendo brechas, sobre todo en nuestro continente Abya Yala, que va rumbo a la construcción de un pensamiento propio, alejado de la influencia eurocentristas y colonizadoras, que por muchos años, han sido el obstáculo para la libertad plena en el más amplio sentido del contexto de la palabra, donde retomamos nuestros sueños y pensamos el futuro, indicando que en el hoy la utopía es posible.

"Si no tenemos utopías -nos dice Bonfil Batalla- si no tenemos una capacidad de imaginar un futuro mejor acorde con nuestra realidad, estamos rindiéndonos a la perdida de nuestro futuro, y estamos aceptando un futuro impuesto. Si el pasado, en otros aspectos, nos fue impuesto, no podemos aceptar que el futuro también nos sea impuesto." (Batalla, Bonfil (1987). "México Profundo. Una civilización negada". Editorial CIESAS, México. PP. 81-82).

La utopía es un vuelo; es el vuelo del cóndor de los Andes,
donde la andinidad se acerca cada día más, ya que todo parece
indicar, que vamos a empezar a escribir nuevas páginas de
la historia, donde la indianidad será la protagonista, con su fuerza
hacedora y libertaria. Es la utopía, como impulso creador, donde se manifiesta
una lucha a muerte contra la mente y pensamiento colonial, que ha negado a la
indianidad la cabida para deliberar su futuro.

Muchos de nuestros pueblos, están precisando que la llamada modernidad que trajo consigo gradualmente el neoliberalismo globalizado, fragmento a la humanidad y lo que se está planteando en éste momento es como reunificarla, como unir los pedazos dispersos y devolverles esa relación humana, donde en el ayer la convivencialidad y la solidaridad estaban presente, para ver con mayor pertenencia el futuro.

Estamos rompiendo con la racionalidad dominante, con las ideologías, que no deja que los intentos de rebelión, que han cursado a lo largo de nuestra historia, permitan la libertad de nuestro continente, pues estas rebeliones han sido capturadas, para evitar los procesos de emancipación de nuestras naciones. Estamos a punto -aunque muchos no lo crean- de producir un nuevo parto en el planeta, con características muy propias, que nos lleva a generar y crear un modelo civilizatorio con identidad propia, donde la negritud y la indianidad en este continente Abya Yala, se levanta y se agiganta sin complejos frente a la civilización occidental, rompiendo con los viejos modelos civilizatorios del capitalismo y del llamado socialismo real.

Es un camino propio, una revolución propia, sin apellido y patrocinio de ningún tipo, no es positivista, ni funcionalista, ni estructuralista, ni tampoco marxista. Es una revolución que nos permite repensar el pasado y el presente, es una revolución contra la racionalidad y las ideologías dominantes, que siempre han negado nuestra riqueza cultural y étnica de nuestro entorno real. Es una revolución donde lo indiano y la negrura se torna subversivo, es la respuesta de los "derrotados" y "vencidos" desde el mal llamado "descubrimiento" hasta nuestros días. Es una revolución donde nuestra riqueza pluricultural y multiétnica se abre paso y comienza a generar espacios convivenciales como respuestas necesarias frente a la dominación. Es un proceso dialéctico que se hace presente en el que más temprano que tarde se producirá la ruptura histórica de la dominación que hará posible la construcción de caminos distintos, que no tienen nada que ver con el capitalismo, sea de Estado o privado.

El planteamiento de nuestro Simón Rodríguez, cada día toma mayor vigencia: Dónde iremos a buscar modelos?… -La América Española es original = i ORIGINALES los medios de fundar uno i otro. O Inventamos o Erramos.

Si hablamos de un nuevo proyecto civilizatorio, las propuestas económicas que surjan deben estar al servicio del ser humano y no del capital, no a los procesos de industrialización y contaminación ambiental. Los procesos de producción, deben estar enmarcados dentro de unas relaciones sociales fundamentalmente humanas, donde el trabajo sea el tiempo socialmente necesario en la producción, no de mercancías para llenar el mercado y convertirlo en dinero, sino en bienes que vayan a satisfacer las necesidades reales de la humanidad, como la comida, el vestido, la vivienda, la educación, servicios públicos y donde el empleo no puede convertirse en formas de esclavitud escondidas por el salario, negándole al trabajador o trabajadora el derecho al ocio. La agricultura debe ser cuidadosamente planificada y debe garantizar la alimentación de la población en igualdad de condiciones y evitar a como dé lugar la destrucción de bosques y la contaminación de ríos y quebradas. El desarrollo agropecuario debe ser sustentable en aras de tener soberanía alimentaria. La educación debe jugar un papel fundamental en la nueva civilización y debe ser una práctica constante para la libertad, donde el diálogo, la fraternidad, la convivencialidad, la solidaridad, el bien colectivo -entre otros valores– propios de los seres humanos, sea el camino a seguir en ese proceso ontocreador, que en términos de totalidad ha de nutrir la sociedad, para romper las cadenas de la dependencia tecnológica y científica. La nueva educación, de ese nuevo proyecto civilizatorio debe resumir el ideal educativo de nuestro Simón Rodríguez: «Instruir no es educar; ni la instrucción puede ser un equivalente de la educación, aunque instruyendo se eduque»; «No hay interés donde no se estribé el fin de la acción. Lo que no se hace sentir no se entiende, y lo que no se entiende no interesa. Llamar, captar y fijar la atención, son las tres partes del arte de enseñar. Y no todos los maestros sobresalen en las tres»; «El título de maestro no debe darse sino al que sabe enseñar, esto es al que enseña a aprender; no al que manda aprender o indica lo que se ha de aprender, ni al que aconseja que se aprenda. El maestro que sabe dar las primeras instrucciones, sigue enseñado virtualmente todo lo que se aprende después, porque enseñó a aprender»; «No hay oveja que busque al pastor, ni muchacho que busque a maestro»;

«Enseñen los niños a ser preguntones, para que, pidiendo el por qué de lo que se les mande

hacer; se acostumbren a obedecer a la razón, no a la autoridad como los limitados, no a la costumbre como los estúpidos»;«La ignorancia es la causa de todos los males que el hombre se hace y hace a otros; y esto es inevitable, porque la moniciencia no cabe en un hombre: puede caber, hasta cierto punto, en una sociedad por el más y el menos se distingue una de otra). No es culpable un hombre porque ignora – poco es lo que puede saber -, pero lo será si se encarga de hacer lo que no sabe.»; «Acostúmbrese al niño a ser veraz, fiel, servicial, comedido, benéfico, agradecido, consecuente, generoso, amable, diligente, cuidadoso, aseado; a respetar la reputación y a cumplir con lo que promete. Y déjense las habilidades a su cargo; él sabrá buscarse maestros, cuando joven"; «Sólo la educación impone obligaciones a la voluntad. Estas obligaciones son las que llamamos hábitos.»; «Enseñen, y tendrán quien sepa; "eduquen, y tendrán quien haga.»; «Toca a los maestros hacer conocer a los niños el valor del trabajo, para que sepan apreciar el valor de las cosas.»; «Al que no sabe, cualquiera lo engaña. Al que no tiene, cualquiera lo compra».

«Enseñar es hacer comprender; es emplear el entendimiento; no hacer trabajar la memoria»;

«El maestro de niños debe ser sabio, ilustrado, filósofo y comunicativo, porque su oficio es formar hombres para la sociedad»; «Nadie hace bien lo que no sabe; por consiguiente nunca se hará República con gente ignorante, sea cual fuere el plan que se adopte.» (Extracto del libro de Rumazo González, Alfonzo; "Ideario de Simón Rodríguez"; Ediciones Centauro; 1980; Caracas; Venezuela.).

Creo que dentro de estos postulados -entre otros- , podemos encontrar el deber ser, del nuevo sistema educativo, que asociado a otros pensadores latinoamericanos, que han trabajado el tema, encontraremos allí el camino formador necesario, que ayude a construir la propuesta civilizatoria, que buscamos.

De otro lado, la figura tramposa de Estado, debe desaparecer -ya lo hemos dicho- en el nuevo plano jurídico-político que ha de nacer, producto de la voluntad colectiva de nuestros pueblos, donde las relaciones de mando vertical entre dominante-dominado, opresor-oprimido desaparezcan para siempre, en busca de un nuevo poder que descanse realmente en los colectivos populares, donde surja de manera jurídica la reapropiación social de la ley, para darle horizontalidad a ese poder que ha de descansar en las comunidades. En ese mismo plano jurídico político no podrá tener cabida la figura presidencial, a cambio ha de nacer una junta de administración elegida nominalmente (por ejemplo). Los partidos políticos tampoco tendrán cabida -serán eliminados-, de manera que el pueblo y sus expresiones genuinas sean los propios protagonistas de su historia y evitar que estos le roben los espacios de organización social a la población. Toda representación popular, no podrá tener privilegios económicos ni políticos, pues la nueva civilización, habrá de abrir los caminos para que esa democracia, sea realmente una práctica para la libertad inquebrantable, indisoluble, firme y sólida. Esa libertad, esa democracia, tiene que ser por naturaleza antiimperialista, que haga honor al legado histórico dejado por nuestros libertadores.

Pero dentro del marco de este espacio, hay que tener claro, que para llegar allí, se hace necesario, no un proceso electoral a los que nos tienen acostumbrados las clases que dominan, sino hechos constituyentes que rompan con la funcionalidad de los conflictos, del cual ya hemos hablado y que nos puedan conducir a una constituyente originaria y no derivada del poder constituido, para plasmar allí en colectivo, el proyecto de nación que aspiramos.

No es que estemos negando los procesos electorales, lo que sostenemos es que esos procedimientos electorales tal y como están planteados, responden a situaciones manipulables, desde todo punto de vista, ya que las mismos tienen como finalidad impedir cualquier proceso de cambio que requiera la sociedad, desde el punto de vista estructural, que beneficie el colectivo. Colombres, al respecto nos indica: "Ese vasto sector indiferente, neutralizado y conducido a la total indiferencia por la cultura de masas y la desinformación, es que el impide que por la vía electoral se produzcan en nuestras sociedades los cambios urgentes que necesitan. La desinformación busca convertir una información falsa en una información verdadera, creíble, que llevará al que la recibe a actuar en un sentido que le es desfavorable. ¿Puede considerarse un legítimo ejercicio de la democracia esta actitud que no defiende el viejo ethos social ni propugna la vigencia de nuevos paradigmas más perfectos y justos?

La democracia es el gobierno del pueblo, no del hombre masa. Del pueblo, que es el hombre organizado, pensante, creativo, que defiende como algo muy valioso los lazos morales y de solidaridad". (COLOMBRES, Adolfo. "América como civilización emergente". Editorial Sudamericana. Buenos Aires, 2004. pp.204).

Todas estas generalidades, pueden ser parte del inicio de una discusión permanente, que se puede plasmar en un proyecto, en un acuerdo dentro de los desacuerdos, es cuestión de tomar las iniciativas necesarias, en aras de seguir pensando y actuando, para salir de esta encrucijada que aprisiona cualquier propuesta que se pueda alejar de la lógica de la dominación.

Personalmente creo, que en nuestro Continente Abya Yala hay pueblos que siguen cultivando los saberes históricos, encontrando luz para alumbrar los caminos y en esos caminos abran combates que serán inevitables, combates que evitaran que se aprese o se asesine nuestra memoria y nuestras banderas llenas de colores servirán para vestir el nuevo amanecer lleno de futuro y esperanza en lo que ha de ser la nueva civilización.

CAPÍTULO V

La utopía bolivariana


Esta es la verdad. La digo para que no hagamos castillos
en el aire, aunque en esto

nadie será mejor arquitecto que yo…

SIMÓN BOLÍVAR

Con el permiso del lector, permítanme aquí seguir utilizando parte de la metodología heurística (buscar y encontrar), para ilustrar en el marco pedagógico la intención que me propongo, que no es otra cosa que la vigencia de la utopía bolivariana, caracterizada por ver un Continente unido y libre de toda dominación extranjera.

Si alguien en nuestra historia soñó y milito en la utopía, fue nuestro Libertador, porque para Bolívar la patria era América y todo su esfuerzo libertario se orientó a que esta tarea propuesta en sus objetivos, propósitos y fines "individuales" se cumpliera, era la de unir el continente, ya que en su mirada y prospección de estadista señalaba que los "Estados Unidos parecen destinados por la Providencia a plagar la América de miserias en nombre de la libertad", para ese entonces quién se iba a imaginar, que tal afirmación en el futuro se convertiría en una verdadera pesadilla para nuestros pueblos latinoamericanos. Es la unidad del continente Abya Yala – su utopía- pero al mismo tiempo el tormento del Libertador, sabía que semejante tarea requería de un gran esfuerzo y más en las circunstancias políticas que el propio Bolívar vivía.

Ese sueño de Bolívar se congela temporalmente después de su muerte (1830) por intereses de poder en los grupos dominantes de la época, inclusive habían participado junto al Libertador en la guerra emancipadora. Los mismos impusieron sus haberes personales y de grupo por encima del ideal bolivariano para tener una patria fortalecida no solamente en su diversidad cultural, en su espiritualidad, en su economía y sobre todo en tener un pueblo fortalecido en bloque, que fuera capaz de enfrentar las pretensiones en el futuro de cualquier país invasor.

El pueblo bolivariano, en esa guerra de independencia lo dio todo, donde muchos cayeron por la libertad, por la justicia, por ese sueño de ver una patria emancipada para que la próxima generación de latinoamericanos no fuera de esclavos.

Moronta en un artículo titulado "El Caballo de Troya" escribió: "Después de la guerra de Independencia, que dio como resultado la ruptura con España, muchos fueron los problemas que surgieron entre las nuevas Repúblicas, incluso, en ocasiones, la guerra fue el medio más expedito para la solución de las mismos. Casi siempre la causa estuvo determinada por problemas fronterizos, ejemplo (Bolivia, Paraguay) pero también (Bolivia- Chile; Chile-Perú) por el control de áreas ricas en guano (fertilizante) que proveía cantidades importantes de dinero para las arcas estatales. Los resultados los conocemos, perdida por parte de Bolivia de áreas estratégicas, que hoy son impedimento para tener una salida al mar; también en el caso del Perú, fue despojado de una importante porción de su territorio; en los dos casos antes mencionados, la vencedora fue Chile. Todas esas circunstancias se han mantenido a lo largo del tiempo, recrudeciéndose en ciertas situaciones (muchas veces alimentado falsos patriotismos, que en definitiva no son más que actitudes chauvinistas) cuyo elemento determinante, en última instancia es el económico. Más allá del tan manoseado espíritu latinoamericano, subyace en mar de fondo en las relaciones inter estados (el apetito voraz de las burguesías locales, es lo que predomina) además del papel genuflexo de dependencia con respecto a los poderes supranacionales (USA) al cual han estado sujetas, en una estrecha relación con respecto al capital financiero, del cual viven como auténticos parásitos, sin que tengan ningún rescoldo de nacionalismo verdaderos. (MORONTA, Antonio. "El caballo de Troya". Artículo. Tomado de la página www.ruptura.org).

Hoy la unidad de Latinoamérica, es un imposible para aquellos que quieren seguir viendo nuestros pueblos divididos y seguir saqueando nuestros recursos naturales, pero en el alma del pueblo, este planteamiento "utópico" de nuestro libertador sobre la unidad latinoamericana, sobre la permanente lucha y perseverancia por ver la patria libre de toda influencia extranjera, se encuentra más vigente que nunca, a pesar que los gobiernos que hemos tenido y tenemos, se han caracterizado por estar siempre de rodillas frente al gran capital.

LA VIGENCIA DE FABRICIO

Después de esa guerra por la independencia, en nuestra historia patria, se han producido hechos constituyentes donde se ha retomado por tener plena vigencia el ideal bolivariano, independientemente que hayan sido traicionados, entre estos hechos constituyentes los más recientes en nuestro tiempo histórico han sido el 23 de enero de 1958; el 4 de febrero y el 27 de noviembre de 1992. Pero permítanme aquí, citar a nuestro Fabricio Ojeda, quien fuera presidente de la Junta Patriótica, Junta Patriótica que jugó un papel importantísimo en el derrocamiento de la dictadura encabezada para ese entonces por el General Marcos Pérez Jiménez. Fabricio en su carta de renuncia al Congreso de la República, después de derrotada la dictadura dibuja una realidad que en nada se diferencia a la que tenemos hoy, al respecto señala: "Necesitamos un cambio a fondo para liberar al trabajador de la miseria, la ignorancia y la explotación; para poner la enseñanza, la técnica y la ciencia al alcance del pueblo: para que el obrero tenga trabajo permanente y sus hijos amparo y protección. Venezuela, en fin, necesita un cambio profundo para que los derechos democráticos del pueblo no sean letra muerta en el texto de las leyes; para que la libertad exista y la justicia impere; para que el derecho a la educación, al trabajo, a la salud, a la vivienda y al bienestar sean verdaderos derechos para las mayorías populares y no privilegios de escasas minorías. Pero nada de esto podrá lograrse en un país sub- desarrollado y dependiente, como el nuestro, sino a través de la acción revolucionaria que concluya con la conquista del Poder Político por parte del pueblo. De otra manera, tanto los instrumentos de poder, como los medios de riqueza, continuarán en manos de los monopolios internacionales y de las castas oligárquicas del país, con la consiguiente explotación de los trabajadores, la proliferación del hambre y la miseria y el abandono permanente del pueblo. Esta situación precisa una transformación estructural que cambie el sistema formalista de la democracia por la efectiva realización de la misma: es decir, que arrase con todo lo podrido, con todo lo injusto, con todo lo indigno de nuestra sociedad y en su lugar erija una nueva vida de justicia y libertades. A estas alturas de la historia, cuando un vendaval de renovación sacude al mundo, los venezolanos no podemos permanecer aferrados a una vida política, sin perspectivas de futuro y que mantiene al país sumergido en el subdesarrollo económico, en el atraso crónico y al pueblo, doblegado bajo el peso constante de la miseria y la ignorancia y el hambre. Venezuela es un país privilegiado por la naturaleza. Las entrañas de su tierra están pobladas de riqueza y sobre la superficie crecen montañas de dinero. Pero estas riquezas y este dinero sólo van a parar a los bolsillos de los grandes tiburones de la política nacional e internacional, mientras que el pueblo, dueño de ellas, se debate entre la angustia de no poseer nada y el dolor de su precaria situación económica. Este país, donde se produce tres millones de barriles de petróleo diariamente y más de veinte millones de toneladas de hierro cada año, donde las empresas extranjeras que lo explotan acusan utilidades que sobrepasan los mil quinientos millones de bolívares anuales, vive un drama terrible con centenares de miles de obreros sin trabajo, con centenares de miles de campesinos sin tierra, con centenares de miles de niños abandonados y sin escuelas, con centenares de miles de analfabetos, con legiones de indigentes que escarban en los desperdicios en busca de alimentos y centenares de miles de hombres y mujeres sin techo que se arrastran hacinados en ranchos insalubres, sin la menor protección social, sanitaria o económica. Este país que es el más rico de toda la América Latina, muestra ante los ojos angustiados de su gente, un panorama de males y penurias que se ahonda en la existencia misma de grandes contradicciones: mientras unos lo tienen todo, comodidades, lujos, placeres y bonanza; otros nada poseen, ni nada les espera, a no ser la muerte en la más completa pobreza. Mientras unos tienen en bancos y cajas fuertes millones de bolívares, otros carecen de los recursos más elementales de la vida humana. Mientras unos pueden mandar a sus hijos a los mejores colegios, otros tienen que resignarse a ver a los suyos crecer en la ignorancia. Mientras unos viven como parásitos, sin trabajar ni producir, otros no encuentran donde colocar su fuerza de trabajo. Mientras unos ven a sus mujeres dar a luz en clínicas lujosas, otros, los más, tienen que conformarse con verlas parir como animales en sus ranchos inmundos". (Fabricio Ojeda. Carta de renuncia al Congreso de la República." Caracas, 30 de junio de 1962.).

Hoy más que nunca tiene vigencia el pensamiento emancipador de la guerra de independencia y que magistralmente en esa época el propio Francisco de Miranda en un impreso fundado por el mismo llamado "El Colombiano" que circulara en Londres escribía lo siguiente: "Americanos. Defender vuestra patria no es traición. El serle leal no es infidelidad. Redimirla no es locura. Salvarla no es injusticia. Libertarla es lealtad, es virtud y heroísmo. Seria perfidia el abandonarla en el momento más feliz que pueda acontecer para su emancipación. Decid, ¿estáis tan faltos de razón que os sujetáis a una Corona que no existe, y que si existiera tendría tanto derecho sobre vosotros, como tenía el Papa Alejandro VI, que concedió lo que no le pertenecía? ¿Se argüirá que la ambición autoriza la conquista, y que la dominación de tres siglos puede justificar esta usurpación? No os engañéis, la usurpación es un crimen, y la conquista un velo para encubrirla; y un crimen no puede justificar otro crimen, el tiempo no puede convertir la iniquidad en justicia, lo injusto en justo, o la violencia en título de posesión". ("El Colombiano". Londres, 15 de marzo de 1810, No 1, p 11). (www.franciscodemiranda.info/es/…/napoleon.htm).

En estos escenarios del ayer y hoy seguimos cabalgando en procura de ver nuestro Continente liberado de toda opresión, de toda influencia eurocentristas y persiguiendo la Utopía Bolivariana de ver nuestros pueblos unidos en un solo pueblo, en la diversidad cultural que enriquece aún con mayor fuerza nuestra identidad.

Muchos politólogos, sobre todo de esa academia universitaria acomplejada, salvo algunas excepciones, cuando se habla de UNIDAD LATINOAMERICANA, de una vez se trasladan al término integración. Término, que en la práctica nada tiene que ver con la unidad de los pueblos, la misma solamente está referida a los intereses de los grupos económicos dominantes, donde la llamada integración se encuentra dada al simple intercambio de mercancías, de productos, de negociaciones comerciales, de acuerdos políticos y económicos entre las clases dominantes, en el cual las diplomacias se localizan al servicio de las relaciones mercantiles.

Alguien podría decirme, que el criterio que aquí expreso sobre esa llamada integración es equivocado, pero la práctica política de los gobiernos latinoamericanos y sus clases dominantes hasta el momento, se ha expresado de esta manera y no de otra. Y lo peor, quien dicta las pautas, de ese sistema comercial, a nombre de la integración, son los países desarrollados con ambiciones imperiales.

El ejemplo más reciente de lo aquí planteado es eso que llaman UNASUR que aparece con un lindo y adornado discurso donde señalan que como proyecto de integración regional, tiene como objetivo "construir de manera participativa y consensuada, un espacio de integración y unión en lo cultural, social, económico y político entre sus integrantes, utilizando el diálogo político, las políticas sociales, para tratar asuntos relativos a la educación, energía, infraestructura, financiación y medio ambiente entre otros, para eliminar la desigualdad socioeconómica, lograr la inclusión social, la participación ciudadana y fortalecer la democracia".

UNASUR AL SERVICIO DEL CAPITAL

Éste discurso oficial de los gobiernos que integran UNASUR, bajo el asesoramiento de organismos e instituciones internacionales pertenecientes y al servicio del gran capital, es una muestra más de la miseria humana y la perversidad de los gobiernos que integran el mencionado organismo, pues la realidad es otra: "El uso de los recursos naturales para lograr el "desarrollo integral" de los países de acelerar la IIRSA propuesta por el colosal Brasil en septiembre del 2000. Es la técnica, el dogma moderno para entregarles en bandeja de plata a los países imperiales hambrientos insaciables de nuestra energía fósil y minerales, o nuevas tierras con suficiente fuentes de agua. La UNASUR servirá para que todos los países de la región acordasen de manera unánime la política unitaria de entrega de nuestras riquezas naturales a los países desarrollados a través de complejas y variadas infraestructuras propuesta en las reuniones de la IIRSA donde se discute flexibilizar las aduanas, las líneas fronterizas, los aranceles, precios y mano de obra; y construir modernos puertos de agua profundas en las costas de Atlántico y el Pacífico, modernos y enormes aeropuertos, ensamblar gaseoductos, oleoductos, vías ferroviarias, construir carreteras inter oceánicas, dragado de ríos y lago convirtiéndolos en hidro vías o lago pistas, tirar fibras ópticas, tendidos eléctricos, represas, demarcaciones y entregas de reducidos espacios territoriales para los pueblos indígenas y campesinos.

Existen dos guerras paralelas por el control de nuestros recursos, una del poder mundial contra los Estados gobiernos y otra del Estado gobierno contra los pobladores y sus líderes. "En el escenario de esa guerra mundial por los recursos, América Latina es uno de los principales campos de batalla porque suministra el 25 por ciento de todos los recursos naturales y energéticos que necesitan los Estados Unidos. Además, los pueblos de la América latina y caribeña habitan un territorio en el que se encuentra el 25 por ciento de los bosques y el 40 por ciento de la biodiversidad del globo. Casi un tercio de las reservas mundiales de cobre, bauxita y plata son parte de sus riquezas, y guarda en sus entrañas el 27 por ciento del carbón, el 24 por ciento del petróleo, el 8 por ciento del gas y el 5 por ciento del uranio. Y sus cuencas acuíferas contienen el 35 por ciento de la potencia hidroenergética mundial" (Renan Vega Cantor, Colombia en la Geopolítica Imperialista) ". (Sociedad Homo et Natura. I Conferencia de UNASUR autoriza la violencia y el saqueo de los recursos naturales para conquistar el desarrollo. Tomado de la página www.ruptura.org

).

Este es uno de los ejemplos más recientes de esa llamada integración, posee un discurso cuidadosamente elaborado, con un gran contenido ideológico, político y económico, donde no dejan de enarbolar las banderas de la "democracia", "desarrollo", "crecimiento", "bienestar", "inclusión", "libertad" y la palabra generadora de todo este corpus "TEÓRICO" nace y surge de la llamada integración. Esa integración, que no es otra cosa, que integración de intereses, siempre se ha escondido bajo los términos antes mencionados, pues los pueblos no ven ni la democracia, ni el desarrollo, ni el bienestar, ni la inclusión, ni la libertad, lo único cierto de todo esto y es innegable y hay que reconocerlo, es el CRECIMIENTO, pero de las arcas de los grupos económicos dominantes.

A mediados del año 2013, tuve la ocasión de asistir a un seminario sobre la realidad latinoamericana, dictado por la Universidad Nacional de Antioquia (Medellín), allí tuve la oportunidad de conversar con muchos estudiosos acerca del tema y uno de ellos el Prof. Carlos Restrepo (colombiano) indicaba: "Que alrededor de 660 individuos y cerca de 147 corporaciones controlan la economía mundial, corporaciones vinculadas a la banca y empresas minero-extractivas" y -para reafirmar tal declaración- citaba una nota de prensa aparecida en el diario conservador británico "Daily Mail" donde señalo: que fue quizás el único periódico del mundo que recogió esta noticia, el 20 de octubre del 2011, presentada por Rob Waugh bajo el atrayente titular "¿Existe una "súper-corporación que dirige la economía global? El artículo indica que podría ser espantosamente inestable tal situación. La indagación halló que 147 empresas crearon una "súper entidad" dentro el grupo, controlando el 40 por ciento de la riqueza en el mundo. Waugh expone que el estudio de la Universidad de Zúrich "prueba" que un pequeño grupo de compañías -principalmente bancos- practica un poder enorme sobre la economía y se encargan de financiar proyectos que organismos como UNASUR, contraen con el imperio del gran capital con el cuento de la Integración Regional Suramericana (IIRSA).

La referencia que utiliza el periódico citado, es la investigación realizada por Estefanía Vitali, James B. Glattfelder y Stefano Battiston, investigadores de la Universidad de Zúrich (Suiza), quienes publicaron más tarde su trabajo el 26 de octubre 2011, bajo el título "La Red de Control Corporativo Global" (The Network of Global Corporate Control) en la revista científica "PlosOne.org".

El trabajo fue el primero en examinar un total de 43.060 corporaciones transnacionales, la telaraña de la propiedad entre ellas y estableció un "mapa" de 1.318 empresas como corazón de la economía global.

Es de esta manera, como Latinoamérica cae en las redes del imperio del gran capital, bajo la complacencia de los gobiernos, que entregan la soberanía y venden la patria a nombre del desarrollo, la democracia, el llamado socialismo real y la libertad -con el cuento de la integración – bajo embaucadores argumentos.

El Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), surge dentro de este contexto, propuesta hecha por parte de los Estados Unidos y que los gobiernos latinoamericanos aceptaron de manera sumisa, para evitarse el disgusto del amo y su salida del gobierno que administran.

El ALCA, también desarrolla sus planes en Latinoamérica a través del IIRSA – territorialidad de la dominación- cuyas siglas significan: Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA), es el foro de conversación, entre las 12 naciones de Sudamérica (actual Unión de Naciones Suramericanas), que tiene como objetivo y fin la programación y perfeccionamiento de planes para el mejoramiento de la infraestructura regional de transporte, energía y telecomunicaciones. Creada en agosto del 2000 durante la primera Cumbre Sudamericana como una forma de abrir la puerta y comenzar en la práctica la integración regional. Cuenta con la "asesoría", dirección y soporte técnico y financiero del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Corporación Andina de Fomento (CAF), y el Fondo Financiero para el Desarrollo de la Cuenca del Plata(FONPLATA).

Ahora, imagínense que puede buscar la banca financiera en el espectro de estos planes del IIRSA, sino es otra cosa, que acrecentar sus capitales financiando planes, de los grandes conglomerados, que al crear las infraestructuras para la explotación de los recursos naturales de nuestro continente y al entrar en posicionamiento territorial para la ejecución de las llamadas obras para el desarrollo, apuntalan esa dominación que a corto, mediano y largo plazo desarrollan, obteniendo como resultado la reproducción de sus capitales invertidos, dejando en los territorios ocupados el desierto acostumbrado y al lado la pobreza y miseria para nuestros pueblos.

Moronta, en su artículo antes referido, al respecto nos indica: "Los USA siempre han enfocado de manera particular todo lo concerniente, al subcontinente americano, sitio éste determinado por sus intereses, a tiro de ballesta y ha sido según su percepción geopolítica parte extensiva de su propio territorio. La mirada de los grandes transnacionales (los que detentan el poder real) hoy se centran en el subcontinente americano, más específico, en el sur del continente.

La cuenca amazónica y arco andino, compartida por la mayoría de los países sud- americanos, históricamente han sido los protagonistas de los problemas limítrofes, cuestión que ya hemos señalado anteriormente, por lo tanto, causa de fondo para evitar una integración real, pero sucede que el año 2000 entre los días 30 de Agosto y el 1 de Septiembre, el presidente en ejercicio para ese entonces, en Brasil, Fernando Enrique Cardozo, invitó a sus homólogos sud-americanos, a una reunión a celebrarse en Brasilia. Hubo un documento que se les entregó a los presidentes allí reunidos, el cual se llamó "Plan de acción para la integración de la infraestructura sur-americana", por sus siglas la conoceremos como: IIRSA. Esta institución que nació bajo el calor de intereses foráneos tales como: la banca regional, junto con gobiernos de la región y organismos internacionales, más el B.I.D, de igual forma por la corporación andina de fomento y el fondo financiero para el desarrollo de la cuenca del plata (Fonplata) para la construcción de obras de infraestructuras en los diferentes países del área (con un desconocimiento total por parte de la población) pero con una proyección para todo el continente. Todo esto es de aceptación a pié juntillas por los gobiernos de la zona, la línea de acción, la estrategia, estuvo en manos de organismos internacionales, no hubo ninguna oposición al respecto, al contario privo una conducta perruna de sumisión total "a espaldas de los pueblos" pero en beneficio de la política establecida por USA, con el objetivo de mejorar su posición en la región y mantener y fortalecer su hegemonía sobre ella. La inmoralidad se asentó con desenfado y una mentira del tamaño de un templo, cuando en declaraciones a los medios señalaron que: dicho proyecto IIRSA había sido elaborado por

ellos. En definitiva de lo que se trata es de entregarle un cheque en blanco al imperialismo norteamericano, quien no solo mejorara la estructura existente, sino que creara la necesaria: vial, portuaria, fluvial en un proyecto integral, incluyendo los sistemas aduanales, telecomunicaciones, tecnología de la información, mercados de servicios y logística. En síntesis una entrega total de la cuenca amazónica y el arco andino (una traición a los pueblos) con las riquezas más extraordinarias con las que cuenta el planeta en la actualidad: biodiversidad, los afluentes hídricos más grande del mundo; recursos naturales estratégicos, que le sirven al robustecimiento del sistema capitalista actual: petróleo, carbón, gas y otros tipos de materiales que enriquecen a las empresas multinacionales". (Ibídem).

Podemos decir y a manera de conclusión, que tanto el ALCA como el IIRSA, que el imperio del gran capital, junto a los gobiernos latinoamericanos han metido en nuestra región como integración no es otra cosa que la explotación insostenible de recursos y distribución de la riqueza cada vez más desigual. Éstos escenarios no tienen nada que ver con la unidad latinoamericana en la que creía Bolívar, pues en ese planteamiento hay otra cosmovisión del mundo y en esa utopía bolivariana, no había otra cosa, que hacer de nuestro continente una única nación, donde la solidaridad, la fraternidad, la convivencialidad, la igualdad -entre otras características- fueran el alma y el sentido de esa única República y que además sirviera para fortalecer la resistencia a cualquier forma imperial que quisiera dominarnos.

Particularmente creo, que hablar de la Unidad Latinoamericana, no es igual que hablar de la integración, tal como está concebida. Hablar de la unidad latinoamericana, va mucho más allá de ver el problema en el marco de la "simplicidad" a la cual nos tienen acostumbrados las llamadas academias. Cuando planteamos la unidad Abya Yala, nos referimos a la utopía bolivariana, la que expreso en muchas oportunidades en sus distintos escritos y muy especialmente en la Carta de Jamaica (Kingston, 6 de septiembre de 1815), donde comienza a señalar sus ideales de unidad latinoamericana, al respecto sostenía: "Yo deseo más que otro alguno ver formar en América la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riquezas que por su libertad y gloria". (BOLIVAR, Simón. "Obras Completas" Volumen I, Contestación de un americano meridional a un caballero de esta Isla. Pp159).

Bolívar, quería ver a todas la naciones que lucharon contra la dominación colonial, es decir las naciones asociadas en la lucha contra España, unidas para su fortalecimiento, grandeza y gloria.

Miguel Acosta Saignes, al referirse a Bolívar, sobre su utopía señalaba lo siguiente: "En 1822 había escrito desde su cuartel general de Cali: El gran día de América no ha llegado. Hemos expulsado a nuestros opresores (…) más todavía nos falta oponer el fundamento del pacto social que debe formar de este mundo una nación de Repúblicas (…) La asociación de los cinco grandes estados de América es tan sublime en sí misma, que no dudo vendrá a ser motivo de asombro para Europa…". Esos cinco Estados eran México, Perú, Chile, Buenos Aires, Colombia. Naturalmente se incluía tácitamente la que hoy llamamos América Central. Y esa era la América de que Bolívar constantemente escribía, hablaba y proyectaba. Tal fe tenía en su labor, que el 6 de agosto de 1823 decía a Santander: "La cosa de América no es un problema ni un hecho siquiera, es un decreto soberano irrevocable, del destino…". Si en 1813 había pensado en México para capital de su América, en diciembre de 1824, cuando invitaba al Congreso de Panamá, soñaba que la ciudad capital de América bien podría en algún futuro llegar hacerlo del mundo, Istmo de Panamá. El 6 de enero de 1825 trataba otra vez a Santander, desde Lima, sobre sus concepciones: "Últimamente -le señalaba- vuelvo a mi tema. "La América es una máquina eléctrica que se conmueve toda ella, cuando recibe una impresión de sus puntos". (ACOSTA, Saignes, Miguel. "Bolívar Acción y utopía del hombre de las dificultades". Editorial UCV. Caracas, 1983. PP. 295).

Para Bolívar la unidad de Latinoamérica, lo era todo, era su esperanza, su sueño, su utopía, hasta el punto que llegó a expresar "… me lisonjeo de que nuestras Repúblicas se ligaran de tal modo, que no parezcan en calidad de naciones sino de hermanas, unidas por los vínculos que nos han estrechado en los siglos pasados, con la diferencia de que entonces obedecían a una sola tiranía y ahora vamos a abrazar una misma libertad". (Discurso publicado en "El Debate" el 29/12/1940. "LA AMISTAD RIOPLATENSE").

Bolívar, sostenía que la unidad latinoamericana estaba dada, en esa hermandad que los llevo a unificar esfuerzos para la lucha contra la colonización europea, esa hermandad de los pueblos fue la que fortaleció la guerra a muerte contra el invasor, no importándoles el sacrificio, con tal de "tomar el cielo por asalto", tal y como lo dijera en una oportunidad

el viejo Marx. (La frase "tomar el cielo por asalto" se encuentra en una carta que le escribió Marx a su amigo Kugelman, desde Londres, el 12 de abril de 1871).

Es la unidad contra la opresión, contra la tiranía, contra la dominación cultural, política y militar. Es la unidad para la emancipación de nuestros pueblos, para garantizar el bienestar colectivo de la Patria Grande, de nuestra Abya Yala.

Todo éste planteamiento de la unidad de los pueblos, contra la tiranía y la opresión, viene del ayer y se convierte en bandera en el hoy. La exhortación a unir el continente Abya Yala, fue ayer al igual que hoy la condición necesaria y obligatoria para poder derrotar las pretensiones imperiales del gran capital, no olvidemos que gran parte de los escritos de los precursores del proceso independentista así lo señalaban: "Unámonos por nuestra libertad, por nuestra independencia. Que desaparezcan de entre de nosotros las odiosas distinciones de chapetones, criollos o mulatos, etc. Estas sólo pueden servir a la tiranía, cuyo objeto es dividir los intereses de los esclavos para dominarlos unos por otros.

(…)

Puesto que todos somos hijos de un solo padre, puesto que todos tenemos la misma lengua, las mismas costumbres, y sobre todo la misma religión; puesto que todos estamos injuriados del mismo modo, unámonos todos en la grande obra de nuestra común libertad…

(…)

El hecho es que todo depende de nuestra voluntad solamente y, así como el querer constituirá indudablemente nuestra Independencia, la unión nos asegurará permanencia y felicidad perpetua". (Francisco de Miranda. "Proclamación a los Pueblos habitantes del Continente Américo-Colombiano". 1806).

Toda esta concepción de la lucha por la independencia, acerca de la unidad Latinoamericana, no tiene nada que ver con eso que las clases dominantes llaman hoy integración, pues la misma está referida única y exclusivamente al accionar mercantilista y donde el sentimiento patriótico, nacionalista y hermandad no se percibe por ningún lado, al contrario, hoy en tiempos de globalización, la noción de patria está más alejado que nunca y donde nuestros gobernantes han asumido el neoliberalismo en toda su dimensión.

La utopía bolivariana, va más allá de los simples acuerdos comerciales, de la simple relación diplomática, de la retórica declarativa hueca y vacía, de las aparentes buenas

intenciones y de acuerdos internacionales que se quedan en la firma de papeles, que sólo sirven para burlar las esperanzas de los pueblos, prometiendo desarrollo y bienestar social que nunca llega y que se queda en firmas de papeles, que terminan "extraviados" y que van a parar a las papeleras de los gobiernos firmantes.

Los que compartimos la línea maestra, dejada por el Libertador, entendemos que la unidad de nuestro continente, tiene que combatir esa concepción mercantilista, que ha introducido el capitalismo de occidente, hoy manifestado en la globalización que tanto el socialismo real, como el capitalismo han asumido, fusionándose como un híbrido, producto de esa metamorfosis de intereses invocando el progreso, el desarrollo, la civilización, la libertad y la democracia, para disfrazarse y esconder la verdadera intención de las clases que dominan.

UTOPÍA VS GLOBALIZACIÓN

Los que impulsan la globalización -el imperio del gran capital- utiliza el planeta como una mercancía, inclusive el hombre es parte de ella. Es una óptica inmoral y deshumanizante, cuya dirección está enfocada en desarticular los pueblos, dividirlos y en no reconocerlos como naciones. Borrar nuestras culturas, nuestra historia, posesionarse de nuestros espacios geográficos que consideran importantes en sus estrategias de desarrollo, forma parte de esa dominación, haciendo uso del discurso ideológico para señalar, que todo esto es parte del progreso al servicio de las naciones.

Toda esta situación irá creciendo, de manera exponencial por la forma tan acelerada con que están ejecutando los planes. No entender estas realidades, es condenarnos a vivir en eterna esclavitud, sin darnos cuenta que la padecemos, sólo la lucha permanente y constante impedirá el avance vertiginoso del capital y sus respectivos planes, es por eso que hoy más que nunca la utopía bolivariana se hace presente, es la unidad de un continente en lucha que puede impedir tanta villanía. Es la única salida a semejantes pretensiones del gran capital, que ven a la tierra como una aldea global, de la cual pueden adueñarse en su totalidad.

Hay quienes a estas alturas, no han entendido que el capitalismo de hoy, ha dejado atrás sus formas tradicionales de reproducir el capital. El modo de producción del capitalismo neoliberal globalizado, ha modernizado sus formas de reproducción de ese capital a través de la ciencia y la tecnología, para generar un modo de producir excluyente, donde la fuerza de trabajo humana, poco a poco es reemplazada por una nuevas relaciones de producción eminentemente técnicas (relaciones técnicas de producción) que deshumanizan los procesos productivos y de allí que algunas naciones ya comienzan a padecer el desempleo masivo, pues el nuevo paradigma de la economía globalizada, basada en la fusión y la rentabilidad del capital financiero e industrial, donde los precios de coste, de los productos procedentes de sistemas con fuerte sustentación de capital, de tecnología y ciencia, dejan excluidos los sistemas productivos que se basan esencialmente en el trabajo y el esfuerzo humano y donde el desarrollo de las fuerzas productivas no han alcanzado, ni pueden alcanzar los niveles científicos y tecnológicos planteados por el neoliberalismo globalizado, condenando a los países "subdesarrollados" a que sus habitantes se les agrave su condición de pobreza.

Nos encontramos en presencia de un nuevo modelo económico-social superior al capitalismo, pues éste excede el concepto marxista del imperialismo. Estamos en presencia de la fusión del capital financiero con el capital industrial para formar conglomerados, que se apropian de los procesos productivos y del mercado, obteniendo un monopolio absoluto de la economía del planeta. Es un nuevo modelo de dominación técnico-científico, cultural, ideológico, político, jurídico, militar y económico, somete a los pueblos del mundo especialmente a los subdesarrollados, a mantener sus economías maltrechas, endeudadas y sin las posibilidades mínimas de encontrar salidas dentro de éste "paradigma del desarrollo", trayendo como consecuencia más hambre y miseria, mayor desnutrición en la población más joven, sobre todo en los sectores infantiles, menos posibilidades de empleo, vivienda, educación, salud, vestido, con una deuda externa en los países subdesarrollados que cada hora que pasa aumenta en montos que definitivamente la hacen impagable, que obliga a los pueblos a "vivir" en la más oscura e indigna pobreza, borrando de esta manera todo vestigio de una vida digna para las naciones.

La globalización, rompe los paradigmas tradicionales de cómo producir, en medio de una avanzada ciencia y tecnología que jamás habíamos imaginado, acompañada de una estrategia comunicacional de carácter tecnológico que le permite reducir el tiempo y el espacio, desarrollándose de esta manera un mundo cibernético, capaz de borrar los límites y las fronteras y en el que la tecnología requiere de una fuerza de trabajo altamente calificada, donde los países subdesarrollados no podrán tener acceso, de allí lo excluyente. En palabras de Ianni: "La fábrica global sugiere una transformación cuantitativa y cualitativa del capitalismo, más allá de todas las fronteras y subsumiendo formal o realmente todas las otras formas de organización social y técnica del trabajo, de la producción ampliada del capital. Toda economía nacional, sea cual sea, se vuelve provincia de la economía global. El modo capitalista de producción entra en una época propiamente global, y no internacional o multinacional. Así el mercado, las fuerzas productivas, la nueva división internacional del trabajo, la reproducción ampliada del capital, se desarrollan en escala mundial. Una globalización que, progresiva y contradictoriamente, subsume real o formalmente otras diversas formas de organización de las fuerzas productivas, y abarca la producción material y espiritual". (IANNI, Octavio. "Teoría de la globalización". Editorial Siglo XXI. México, 1.998. pp. 6-7).

Aquí vale la pena una importantísima observación, que a lo mejor los especialistas en el campo de la economía manifiesten su desacuerdo, sobre todo los formados en las academias europeas y norteamericanas, cuando sostengo, que hoy día hablar del imperialismo norteamericano, ruso, chino o cualquier otro país que se encuentre súper desarrollado con ánimos de expandir su imperio, carece de validez, pues la economía globalizada y tomando las palabras del propio Ianni así lo revelan: "El modo capitalista de producción entra en una época propiamente global, y no internacional o multinacional. Así el mercado, las fuerzas productivas, la nueva división internacional del trabajo, la

reproduc ción ampliada d el capital, se des arrollan en escal a mundial" (Subrayado nuestro).

Esto quiere decir, en términos coloquiales, que los capitales privados de los grandes imperios se fusionaron, el capital financiero y el capital industrial al unirse, dieron cabida para formar los llamados conglomerados que hoy dominan el mundo. Hoy, es el imperio del gran capital el que está presente, el mismo no tiene identidad con nación alguna, su obsesión es dominar el mundo, domesticarlo para sus fines – en otras palabras- para ese imperio del gran capital está planteada de manera estratégica la recolonización del planeta, para ejecutar sus planes respectivos, enmarcados dentro del ALCA (IIRSA), Plan Colombia y el Plan Puebla Panamá.

Pero de igual manera, los pueblos que no aceptemos tal dominación, podemos convertir nuestras sociedades latinoamericanas en todo lo contrario, para darle paso a lo que muchos pensadores de ayer y hoy llamamos UTOPÍA.

Utopía vs. globalización, pasa necesariamente por un proceso de lucha revolucionaria, donde nuestro Bolívar marco el camino para continuar el combate que necesariamente ha de conducirnos a la emancipación, para dar nacimiento a un nuevo modelo civilizatorio propio. Modelo civilizatorio que no puede estar sentado en las viejas estructuras y formaciones histórico-sociales, que hasta el momento la humanidad ha conocido en el ambiente histórico-concreto de la dominación, en ese continuo histórico – incluyendo aquí- el llamado socialismo real. Socialismos que fracasaron, producto que tales revoluciones fueron dependientes, además de atrapadas y amarradas, de quienes pretendían repartirse el mundo -unos a nombre del socialismo y otros a nombre del capitalismo- a esto hay que agregarles, en el caso de los socialismos conocidos hasta ahora, que aunque desprovistos de un mercado competitivo y de propiedad privada individual, funcionó en la práctica con los mismos mecanismos del capitalismo, la acumulación originaria del capital, se obtenía de la misma forma, extrayendo incluso plusvalía del trabajo asalariado y reservando la propiedad privada de los medios de producción, a una burocracia estatal colectivista. Pero aquí también hay que agregar otra observación, que para el mundo globalizado o lo que es lo mismo, para el imperio del gran capital, da igual que el gobierno de cualquier país se denomine socialista o capitalista, pues para el gran capital, tanto los socialismos como los capitalismos los adopto para reacomodar sus procesos de reproducción del capital y de esta manera avanzar en ese programa recolonizador propuesto por este nuevo paradigma del neoliberalismo globalizado.

Nos llegó la hora, de sacudirnos el eurocentrismo, la occidentalización, que durante muchos años ha prevalecido entre nosotros para crear nuestros propios modelos de unidad latinoamericana, capaces de buscar los Terceros Caminos que nos conduzcan a encontrarnos con nosotros mismos.

Educar, estudiar, investigar, crear nuestra propia ciencia y tecnología, impulsar una revolución agraria integral de carácter ecológico, donde podamos vivir en armonía con la naturaleza, reencontrarnos con nuestra identidad cultural, generar nuestras propias políticas comunicacionales en el marco del diálogo, la comprensión y la tolerancia, hacer que aflore

nuevamente en nuestra población valores como la solidaridad entre los pueblos y los seres humanos, el bien colectivo, el respeto a la dignidad humana, a recuperar nuestra espiritualidad y religiosidad hoy aplastada y clandestina, por la influencia anglo-americana, objetivos fundamentales para poder abrir los nuevos espacios para la convivencialidad entre nuestras gentes. Todo esto es parte de la estrategia emancipadora de estas batallas que debemos librar, para poder tener el derecho moral, social y político a pensarnos como una gran patria, nación y pueblo.

He ahí, la utopía bolivariana y la gran tarea de nuestras naciones, de lo contrario a mediano y largo plazo se perecerá ante las políticas salvajes y genocidas de la globalización.

A manera de conclusión

"Llegó el tiempo ya de echar a los bárbaros que nos oprimen, y de romper el cetro de un gobierno ultramarino. Acordaos de que sois descendientes de aquellos ilustres Indios, que no queriendo sobrevivir a la esclavitud de su patria, prefirieron una muerte gloriosa a una vida deshonrosa". (Francisco de Miranda. "Proclamación a los pueblos del Continente Colombiano". Londres 1801.").

En la actualidad -al menos que los años me hayan puesto miope desde el punto de vista político- intuyo que en América Latina y el Caribe se está librando una rica discusión en todos los órdenes del conocimiento humano conocidos hasta ahora, que orienta el pensamiento crítico y reflexivo, en confrontación frente a las ideologías que hasta ahora han dominado al mundo. Pero lo mejor de todo éste ambiente sociopolítico, teórico, filosófico, es que la discusión está abriendo brechas, sobre todo en nuestro continente Abya Yala, que va rumbo a la construcción de un pensamiento propio, alejado de la influencia eurocentristas y colonizadoras, que por muchos años han sido el obstáculo para la libertad plena en el más amplio sentido del contexto de la palabra, donde retomamos nuestros sueños y pensamos el futuro indicando que en el hoy la utopía es posible.

Hoy, los movimientos patrióticos, nacionalistas y revolucionarios, los que seguimos creyendo y militando en la utopía, tenemos que ir más allá de la independencia económica y política de la patria, se trata también de emancipar en toda su integridad al ser humano y al planeta de todas las formas de dominación y alienación. De ahí que es importante darle el criterio de totalidad al concepto de emancipación de naturaleza humanista y extenderlo hacia un carácter más integral, no olvidando que hoy el gran capital amenaza de muerte la vida de sus dos fuentes de acopio de riqueza: a la humanidad y a la naturaleza.

De allí que el proceso de emancipación será el resultado de un proceso de luchas prolongadas, de muchedumbres en la calle, cuyas protestas irán más allá de las reivindicaciones sociales y económicas, serán luchas por el respeto a la condición humana, por el respeto al medio ambiente natural, por el respeto a la vida, a la educación, a la vivienda, al trabajo, a la salud y en esa lucha popular y prolongada a veces se avanzara, en otras se retrocede, es una lucha que se tendrá que abordar en el marco de escenarios internacionales y donde se confrontara y se caminara a distintos ritmos.

"Si no tenemos utopías -nos dice Bonfil Batalla- si no tenemos una capacidad de imaginar un futuro mejor acorde con nuestra realidad, estamos rindiéndonos a la perdida de nuestro futuro, y estamos aceptando un futuro impuesto. Si el pasado, en otros aspectos, nos fue impuesto, no podemos aceptar que el futuro también nos sea impuesto." (Batalla, Bonfil (1987). "México Profundo. Una civilización negada". Editorial CIESAS, México. PP. 81-82).

La utopía es el vuelo del cóndor de los Andes, donde la andinidad se acerca cada día más, ya que todo parece indicar, que vamos a empezar a escribir nuevas páginas de la historia, donde la indianidad será una de las protagonistas, con su fuerza hacedora y libertaria. Es la utopía, como impulso creador, donde se manifiesta una lucha a muerte contra la mente y pensamiento colonial, que ha negado a la indianidad la cabida para deliberar su futuro.

Muchos de nuestros pueblos, están precisando que la llamada modernidad que trajo consigo gradualmente el neoliberalismo globalizado, fragmento a la humanidad y lo que se está planteando en éste momento es como reunificarla, como unir los pedazos dispersos y devolverles esa relación humana, donde en el ayer la convivencialidad y la solidaridad estaban presente, para ver con mayor pertenencia el futuro.

Estamos rompiendo con la racionalidad dominante, con las ideologías, que no deja que los intentos de rebelión, que han cursado a lo largo de nuestra historia, permitan la libertad de nuestro continente, pues estas rebeliones han sido capturadas, para evitar los procesos de emancipación de nuestras naciones. Estamos a punto -aunque muchos no lo crean- de producir un nuevo parto en el planeta, con características muy propias, que nos lleva a generar y crear un modelo civilizatorio con identidad propia, donde la negritud y la indianidad en este continente Abya Yala, se levanta y se agiganta sin complejos frente a la civilización occidental, rompiendo con los viejos modelos civilizatorios del capitalismo y del llamado socialismo real.

Es un camino propio, una revolución propia, sin apellido y patrocinio de ningún tipo, no es positivista, ni funcionalista, ni estructuralista, ni tampoco marxista. Es una revolución que nos permite repensar el pasado y el presente, es una revolución contra la racionalidad y las ideologías dominantes, que siempre han negado nuestra riqueza cultural y étnica de nuestro entorno real. Es una revolución donde lo indiano y la negrura se torna subversivo, es la respuesta de los "derrotados" y "vencidos" desde el mal llamado "descubrimiento" hasta nuestros días. Es una revolución donde nuestra riqueza pluricultural y multiétnica se abre paso y comienza a generar espacios convivenciales como respuestas necesarias frente a la dominación. Es un proceso dialéctico que se hace presente en el que más temprano que tarde se producirá la ruptura histórica de la dominación que hará posible la construcción de caminos distintos, que no tienen nada que ver con el capitalismo, sea de Estado o privado.

El planteamiento de nuestro Simón Rodríguez, cada día toma mayor vigencia: Dónde iremos a buscar modelos?… -La América Española es original = i ORIGINALES los medios de fundar uno i otro. O Inventamos o Erramos.

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