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¿Se ha perdido la confianza en la economía de mercado en los países avanzados? Desigualdad y falta de oportunidades (página 3)




Enviado por Ricardo Lomoro



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Al igual que otras empresas de alta tecnología, Apple se ha construido una red opaca de compañías extranjeras en un intento evidente de esquivar a las autoridades fiscales americanas. Como Google o Facebook, Apple tiene una presencia muy importante en Irlanda, con instalaciones de producción y una rama de financiación en Cork. Además de un mínimo impuesto de sociedades del 12,5 por ciento, Irlanda es extraordinariamente indulgente en el tratamiento de los beneficios obtenidos en el extranjero.

Gracias a eso, las multinacionales que se establecen allí suelen pagar pocos o ningún impuesto sobre las rentas que son generadas fuera del país norteamericano.

Apple ha añadido una capa más a su escudo fiscal. Su principal operación irlandesa, Apple Sales International, tiene vínculos con Baldwin Holdings Unlimited, una ramificación de Apple en las Islas Vírgenes Británicas (paraíso fiscal caribeño). Baldwin es el nombre de otra clase de manzana.

Aunque este ardid contable ha fortalecido la hoja de balance de Apple, lo cierto es que el botín está atrapado en el extranjero. Si quisieran llevárselo a casa, incurrirían en unos pagos enormes porque el IRS obliga a las empresas americanas a pagar la diferencia entre su tipo estándar del 35 por ciento y el tipo pagado fuera.

Si se le pregunta a Siri, el sistema de reconocimiento de voz de Apple, por su procedencia, la respuesta surge sin complejos: "Fui diseñado por Apple California". Sin embargo, ante la cuestión "¿dónde fuiste manufacturado?", Siri responde con un escueto "no estoy autorizado a responder". Pruébelo si dispone de un iPhone 4S.

Que la práctica totalidad de la tecnología que consumimos procede de fábricas asiáticas en las que se trabaja a destajo no es una novedad. Cualquiera sabe que, para alcanzar los precios actuales sin reducir el margen de beneficio, la única solución es pagar menos por un rendimiento mayor. Sin embargo, el hermetismo de gobiernos como el de China impide conocer con exactitud en qué condiciones laborales se fabrican productos tan populares como el iPhone, el iPad o el gadget "cool" de turno.

Los periodistas Mike Daisey y Nicholas Kristof, de The New York Times, han pasado unas semanas investigando alrededor de estas fábricas para finalmente conseguir uno de los pocos reportajes en los que se ponen cifras, caras y lugares a una verdad más que incómoda para Occidente. (El País – 29/1/12)

Ambos se desplazaron la ciudad de Shenzen, en la provincia de Guandong, al sur de China, para observar "in situ" las fábricas que emplea Apple para sus productos. Se hicieron pasar por potenciales compradores para acceder a zonas absolutamente restringidas para cualquier persona. Lo que descubrieron, si bien entraba dentro de lo imaginable, les dejó impávidos: mastodónticas naves industriales llenas de menores, algunos de ellos por debajo de los 13 años, que se turnan en jornadas de 16 horas.

A ellos les corresponde la labor más peligrosa: pulir las pantallas de los terminales. Sin derecho a un café, a mirar el Facebook o a salir a fumar un cigarrillo. Solo en la fábrica local de Shenzen se da empleo a 430.000 personas (403.004 si se cuenta a los guardias armados que vigilan las puertas). "La mayoría de ellos no solo no tiene iPhone, sino que nunca han visto uno de cerca. Es imposible ganando 70 céntimos de dólar a la hora. Una vez saqué el mío y la mayoría creyó que se trataba de algo mágico… ¡y eso que los teléfonos salen terminados de la fábrica!", explica Daisey.

"A Apple nunca le ha preocupado otra cosa que aumentar la calidad de los productos y reducir los costes de fabricación", afirma Li Mingqi, que hasta abril trabajaba en la directiva de Foxconn Technology, uno de los socios de fabricación más importantes de Apple. Li, que denunciará a Foxconn por su despido, ayudaba a dirigir la fábrica de Chengdu en la que se produjo la explosión. "El bienestar de los trabajadores no tiene nada que ver con sus intereses", afirma.

"Hemos tenido constancia de abusos laborales en algunas fábricas durante cuatro años, y continúan", comenta un ex directivo de Apple, quien, al igual que otros, ha hecho declaraciones con la condición de permanecer en el anonimato debido a acuerdos de confidencialidad. "¿Por qué? Porque el sistema no funciona. Los proveedores lo cambiarían todo mañana si Apple les dijera que no tienen otra opción", agrega. "Si la mitad de los iPhone funcionaran mal, ¿cree que Apple permitiría que eso se prolongara durante cuatro años?".

Por lo general, Apple pide a los proveedores que especifiquen cuánto cuesta cada componente, cuántos empleados se necesitan y la cuantía de sus salarios. Los directivos quieren conocer hasta el más mínimo detalle financiero. Acto seguido, Apple calcula cuánto va a pagar por un componente. A la mayoría de los proveedores se les deja un margen ínfimo.

Por eso muchas veces los proveedores intentan recortar de donde pueden, sustituir productos químicos caros por otras opciones más baratas o presionar a sus empleados para que trabajen a más velocidad y más horas, según gente que trabaja en dichas empresas.

"La única forma de ganar dinero trabajando para Apple es encontrar la manera de hacer las cosas de una forma más eficiente o más barata", comentaba un directivo de una empresa que ayudó a sacar el iPad al mercado. "Y luego vuelven el año siguiente y obligan a la empresa a rebajar el precio un 10%".

"Puedes producir en fábricas que sean cómodas y que traten bien a sus empleados o reinventar el producto cada año y hacerlo mejor, más rápido y más barato, para lo cual se necesitan fábricas que resultan demasiado estrictas desde el punto de vista estadounidense", comenta un directivo actual de Apple.

"Y, ahora mismo, a los clientes les importa más tener un iPhone nuevo que las condiciones laborales en China".

10 – Se ha descubierto la inflación buena

A cualquier persona que haya vivido, o estudiado la experiencia hiperinflacionaria de Alemania (1923), Argentina (1989) o Zimbabue (2009), por citar algunos de los ejemplos más extremos, le debe haber quedado tal miedo en el cuerpo como para huir de la inflación más que de "la mismísima parca". Mencionar la inflación a un alemán (todavía), a un argentino (siempre) o a un zimbabuense (en los últimos años) es como mentarle a "la bicha".

El ADN argentino y una larga convivencia con las "purgas de caballo" recetadas por el Fondo Monetario Internacional (pueden llamarla la "doctrina del ajuste estructural", si quieren ser "políticamente correctos"), para alcanzar el equilibrio fiscal, reducir el endeudamiento público, conseguir el superávit primario necesario para atender los servicios de la deuda externa, reducir la monetización de la economía, concretar la apertura financiera, procurar la liberalización del comercio, y un largo etcétera de "abstinencias" y "sacrificios" en aras de un dios menor… dejan secuelas persistentes, pesadillas reiterativas y una memoria histórica imborrable. Todo sacrificio resultaba poco para aplacar las iras del demonio inflacionario. El FMI presidía el ritual del exorcismo. El FMI expulsaba los "espíritus malignos" de la inflación.

Dice Joseph E. Stiglitz en su libro "El malestar en la globalización" (Taurus – 2002), Capítulo 4: La crisis del Este Asiático. De cómo las políticas del FMI llevaron al mundo al borde del colapso global, pág. 130 de la edición española: "Los programas -con todas las condiciones y todo su dinero- fracasaron. Supuestamente iban a impedir el derrumbe en los tipos de cambio, pero estos continuaron cayendo sin que ni un pestañeo de los mercados reconociera que el FMI "había acudido al rescate". En cada caso, incómodo ante el chasco de su supuesto remedio, el FMI acusaba al país de no haberse tomado en serio las reformas. En cada caso, anunciaba al mundo que había problemas fundamentales que debían ser resueltos antes de que pudiera tener lugar la recuperación genuina. Esto era como gritar ¡fuego! En un teatro repleto: los inversores, más convencidos por su diagnóstico que por sus recetas huyeron. Más que restaurar la confianza que llevaría a una entrada de capitales al país, las críticas del FMI exacerbaban la estampida del capital hacia el exterior, por eso, y por otras razones que analizaré de inmediato, la percepción del mundo subdesarrollado, y que comparto, es que el propio FMI se ha transformado más en parte del problema de los países que de la solución. De hecho, en varios de los países en crisis, la gente corriente y muchos funcionarios y hombres de negocios siguen aludiendo a la tormenta económica y social que azotó sus naciones simplemente como "el FMI -del modo que uno hablaría de "la plaga" o "la Gran Depresión"-. La historia se divide en antes y después del "FMI", de manera análoga a cómo los países devastados por un terremoto o algún otro desastre natural fechan los acontecimientos "antes" o "después" del terremoto"… "Finalmente, casi todos los mercados emergentes fueron afectados, hasta la Argentina, tanto tiempo exhibida por el FMI como el niño modelo de la reforma, básicamente por su éxito en reducir la inflación"…

Como europeo de adopción (desde 1989) sorprende (por decirlo suave) que de ese FMI ortodoxo, monetarista, liberal, riguroso, crudo, duro, implacable, severo, inflexible e intransigente, cuando se trataba de aplicar el "recetario" a los países subdesarrollados (pueden llamarlos "en vías de desarrollo", si desean ser políticamente correctos), frente a la crisis de la deuda externa (por citar uno de los ejemplos más sangrantes), se pueda haber llegado a un FMI tan pragmático, estructuralista, keynesiano, tolerante, clemente, suave, benevolente, blando, maleable e impreciso, cuando se trata de aplicar la "fórmula" (paños tibios) a los países desarrollados (pueden llamarlos "ex ricos", si intentan ser rigurosos). El principal economista de FMI propone mayores techos inflacionarios para evitar una nueva crisis (The Wall Street Journal – 12/2/10)

Hemos pasado de la "abstinencia total" a la "barra libre", en beneficio de la crisis financiera (léase crisis bancaria, primero de liquidez y finalmente de solvencia, por exceso de especulación y subestimación del riesgo -animal spirits-, que es de lo que se trata). No todo puede ser consecuencia de un proceso de autocrítica por los errores del pasado. Tiene que haber algo más… ¿Será que ahora se trata de los países ricos (mejor dicho, ex ricos)? ¿Será por interés más que por ideología?

Los "amigos de la banca" no son ningunos "mindundis" de países del tercer mundo para lapidarlos y aunque hayan dejado al Primer Mundo más cerca de África que del Paraíso, todo esfuerzo es poco para "restablecer" la tranquilidad de los mercados (o sea, de los mismos especuladores que han causado la crisis). Si el FMI tiene que cambiar su filosofía, se cambia; si debe mudar de piel, se muda; si donde dije digo, debo decir Diego, no pasa nada. Para eso están los "modelos" y el papel, que lo aguantan todo.

Ahora el Fondo Monetario Internacional nos viene a decir (tarde y mal) que han descubierto la "inflación buena", aquella que puede "ayudar a licuar" los pasivos (tanto de las entidades financieras como de los Estados que han tenido que endeudarse para socorrer a sus bancos). Que un poco de inflación puede venir bien, que los bancos centrales no deberían ser tan rigurosos a la hora de plantear las metas inflacionarias, que del 2% anual de inflación se podría pasar al 4% (¿y por qué no al 6% u 8%, ya puestos…?), que las proyecciones macroeconómicas dicen que un "chute" inflacionario es conveniente y necesario para ir resolviendo la crisis de la deuda. Cómo cambia la cosa cuando se trata de rescatar a los bancos. ¡Bienvenida inflación! ¡Viva la deudaflación!… Todo sea por la paz de los "mercados".

Alguna vez "burbujita" Greenspan dijo: que fluya el dinero, ya veremos después como lo recogemos (eso fue en la burbuja anterior)… luego vino "helicóptero" Bernanke y lanzó los billetes desde el aire (en la burbuja reciente)… y últimamente (al fin, nada es cierto) los "burócratas" del FMI nos "iluminan" con la dilución de los pasivos por la vía inflacionaria. Demasiados candidatos al Premio Nobel de Economía. Alguno tendrá que resignarse a aceptar el Nobel de la Paz (bastante devaluado después de Obama).

Los desórdenes financieros (esta vez de los países ricos) han comprometido (pueden decir "obligado", sin sonrojarse) al FMI a modificar el orden monetario. Y en eso están.

Los "cínicos" de diseño dirán que estas turbulencias financieras requieren nuevas formas de dirección de los mercados por parte de las autoridades monetarias. "Dichas turbulencias reflejan sobre todo un avance de la globalización que demanda reforzar, en vez de debilitar, el enfoque multilateral" (sic)… "Sin una acción pública urgente, la huida generalizada de los agentes privados puede conducir a un hundimiento completo de los mercados" (sic)… Y se quedarán tan frescos, borrando con el codo lo que escribieron con la mano.

"Un informe del Mando de Acción Conjunta del ejército estadounidense (United States Joint Forces Command, o USFJCOM) asegura que la explosión del déficit y la deuda pública hace insostenible la actual asignación de recursos para Defensa y pone en peligro la seguridad nacional e internacional"… El ejército de EEUU avisa: la deuda pública amenaza la "seguridad global" (Libertad Digital – 31/3/10)

Las cuentas públicas de EEUU preocupan a sus militares. Un informe del ejército asegura que la falta de recursos obligará a reducir "drásticamente" el presupuesto de Defensa. Además, recuerda que el excesivo endeudamiento ya tumbó otros imperios en el pasado.

El informe, denominado Joint Operating Environment 2010 (The Joe), analiza las posibles amenazas en todas las áreas relacionadas con la seguridad. En el capítulo dedicado a la economía, The Joe describe la grave coyuntura financiera en la que se encuentra el país:

"Los ingresos fiscales previstos están muy por debajo de lo necesario para cubrir los compromisos adquiridos por el Gobierno Federal. El nivel de endeudamiento público suscita incertidumbre sobre nuestra capacidad para devolver una deuda cada vez mayor y sobre el valor del dólar en el futuro".

Este endeudamiento va a exigir, según el informe, unos gastos cada vez mayores: "Si continúa la tendencia actual, Estados Unidos dedicará un 7% de su producción simplemente a hacer frente a su deuda externa. El pago de los intereses, combinado con el crecimiento de la Seguridad Social y la Sanidad, detraerá recursos de todas las demás áreas del Gobierno, incluida la Defensa Nacional"…

Hasta aquí la información, ahora viene su interpretación (conspirativa), por mi cuenta y riesgo (ustedes, como siempre, darán o quitarán razón, que es de lo que se trata).

Aunque hay analistas que no ven esta situación como un problema: "Al contrario, ése sería el lado positivo de la crisis", asegura Benjamin Friedman, investigador en asuntos de Defensa del Instituto CATO, no escapará al lector la amenaza estratégica que, según el informe The Joe, estaría corriendo EEUU de continuar con una deuda pública tan elevada. Acelerar la decadencia del Imperio Americano. Perder el poder hegemónico.

Entonces, llega el FMI (como Gary Cooper en "Solo frente al peligro") para salvar al Tío Sam. Esto lo aclara todo (o casi). Por razones de "seguridad global" es necesario un "perfect shot" inflacionario que licue la deuda pública y privada de los EEUU (no hay que olvidar a los "amigos de la banca", que son los que "pagan"), para que todo siga igual. "The Truman Show" debe continuar. Si es necesario firmar un pacto con el Diablo (la inflación) se firma (¡que joder!). Ya se encontrarán "soportes" teóricos…

Los talibanes supremacistas del FMI promueven un descalabro al cubo. Como siempre, sólo conocen de la pobreza de la avaricia. Como siempre, sólo atienden el mal de los insaciables. Aunque esta vez, el brazo armado de la industria bancaria (Washington SA + FMI), puede terminar provocando un gran incendio mundial.

Con respecto al Fondo Monetario Internacional, permítanme ser (una vez más) un descreído incorregible. Por ello, les aporto mi última conjetura: si el "error diabólico" se perpetra, como dijo en el momento álgido de la hiperinflación argentina, el ministro Antonio Tróccoli: "Sólo queda rezar"… (El que quiera entender que entienda)

11 – El precio de las propiedades siempre sube (la sociedad del crédito fácil)

Mucha gente creía que el valor de las casas no podía caer. Ahora, con la crisis, se ha demostrado incierto, y esas mismas personas han cambiado su "dogma" para decir "las casas siempre aumentan su valor en el largo plazo". Y se quedan tan tranquilos, decidiendo que algún día, su casa volverá a valer una fortuna.

Pero esto es falso. El precio es lo que pagan y el valor es lo que obtienen. Y el problema con la vivienda es que su valor es constante. Una casa no se mueve, solamente da cobijo al usuario, a cambio de que se paguen impuestos, mantenimiento y otros gastos.

¿Cómo aumenta el valor de una vivienda? Quizás si instalan un buen colegio cerca o si la zona se pone de moda… Todos factores completamente fuera del control del propietario. Generalmente, el valor de la vivienda está ya intrínsecamente en su precio (por eso un chalet en un buen barrio cuesta más que uno en un barrio degradado) y no cambia a largo plazo (aunque si puede cambiar en el muy largo plazo, cuando barrios marginales se ponen de moda… ¡pero también ocurre al contrario!).

Una casa que tiene 100 años no ofrece el mismo servicio cuando fue construida que ahora mismo. No se hizo repentinamente más grande o se renovó por arte de magia; todo lo contrario, sus propietarios han estado pagando costes gigantescos durante años.

¿Qué hace entonces que los precios suban? En principio, los precios de la vivienda aumentan con los salarios y los tipos de interés, y no pueden aumentar más que estos a largo plazo. ¿Por qué? Porque si los precios de las casas suben consistentemente más que los salarios, entonces la gente deja de comprar, como ha ocurrido con esta crisis.

Esto quiere decir que, aun con un aumento de la demanda brutal, como ha ocurrido estos años, si los precios suben por encima de los sueldos, esta situación es insostenible.

Según varios estudios especializados las conclusiones son que la vivienda en USA ha crecido a menos del 1% por encima de la inflación en los últimos 100 años.

Comprar una vivienda no es como comprar un coche. Es una decisión a largo plazo que está centrada en la vida del comprador. Puede afectar a los siguientes 30 años.

¿Qué errores cometemos cuando compramos una propiedad? (Cuentas y cuentos)

1.- En general, no se hacen números. 2.- Mucha gente se olvida que al precio de compra de un inmueble hay que sumarle casi otro 10% por los gastos que se derivan de la compraventa. 3.- Tampoco se hacen números con la hipoteca, que también lleva aparejados una serie de gastos e impuestos. 4.- Impuestos y gastos adicionales. 5.- Dinero para muebles e imprevistos. 6.- No solicitar una tasación previa del inmueble o propiedad. 7- Manejar un escenario estable de tipos de interés. 8.- Hipotecarse a plazos muy largos. 9.- Endeudarse por encima del 30% de los ingresos. 10.- Pedir un aval a padres, familiares o amigos. 11.- En general, quien decide comprar una vivienda no se plantea si está cara o barata. 12.- Muchas personas adquieren un inmueble pensando en que los precios siempre suben. 13.- Ignorar a las agencias. 14.- No negociar el precio o no hacerlo hasta el máximo. 15.- Dejarse llevar por los sentimientos. 16.- Dejar que la presión le haga tomar una decisión precipitada. 17.- Pensar que los precios han tocado suelo y que, por tanto, es el mejor momento para comprar. 18.- No valorar si merece la pena vivir de alquiler.

12 – Los "mercados" nunca se equivocan

La política económica implementada en la mayoría de las democracias occidentales desde el inicio de la actual crisis sistémica se diseñó, y continúa dibujándose, al margen de la defensa de los intereses de la ciudadanía. Se empeña en reconstituir el sistema existente con el objetivo último de favorecer de manera permanente a la clase dominante, los más ricos, los intereses corporativos, mientras que dejan a los ciudadanos, especialmente a los más pobres, con una sensación de impotencia y desesperación política.

Para ello el "establishment" propuso dos líneas básicas de política económica que constituyen una cínica perversión de las mismas. Por un lado, una política monetaria expansiva al servicio exclusivo de las élites, especialmente la bancaria. Se trata de una nueva droga de diseño de consecuencias tremendamente dañinas. Da una sensación de tranquilidad y protección cuando en realidad lo único que genera es un estado de nirvana, una mera ilusión óptica, vía inflación de activos. En esas estamos ahora.

Por otro lado se está produciendo una brutal expansión de la deuda pública en la práctica totalidad de las democracias occidentales. Detrás de ello no se pretende sostener el empleo, los ingresos, las pensiones, la seguridad de una vivienda, tener unos estándares salariales mínimos, o el derecho a una educación digna como elemento de mejora social. Sólo se está incrementando la deuda pública para financiar a terceros, sanear sus desaguisados, pero no a todos, sólo a la élite.

La actual política monetaria sólo genera burbujas financieras e inmobiliarias sin afectar a la economía real. Implícitamente se deduce que detrás de la huida hacia delante de la ruta establecida por las elites bancarias y sus apéndices políticos se encuentran los Bancos Centrales. Continúan inyectado liquidez masiva para que sigan manteniendo el statu quo del sistema bancario actual, en vez de intervenirlos de una vez por todas. Con esa liquidez sólo se originan burbujas e inflaciones de activos, y ya vamos por la tercera.

Transcurridos 8 años desde el inicio de la crisis financiera, lo primero que se debería constatar es que el dinero es endógeno, es decir, por mucho que se multiplique el tamaño del banco central si no circula el dinero dicha expansión no afectará a la economía real, como así continúa siendo. Segundo, la actual política monetaria aumenta las desigualdades. En definitiva, el olor nauseabundo de una política monetaria que genera burbujas y aumenta las desigualdades, representa el caldo de cultivo para el desarrollo de una Segunda Fase de la Gran Recesión, que es posible puedo atisbar.

Los gobiernos, bancos y grandes empresas han aprovechado la extraordinaria bonanza de los mercados financieros internacionales, en los que la aversión al riesgo está en mínimos por la confianza absurda en la omnipotencia de los bancos centrales, para financiarse a tipos ridículamente bajos. Pero dado que no se ha hecho apenas reforma alguna de calado -y aquí probablemente las opiniones de cuáles habrían de ser esas reformas diverjan entre unos y otros-, lo que se está haciendo para estabilizar la situación económica es lo de siempre, impulsar la demanda a base de deuda para que así el electorado viva la ficción de una recuperación. Hasta que llegue el siguiente crash de los mercados financieros mundiales, que no duden que llegará. Y entonces el pulmón de familias y empresas, casi agotado tras siete años de crisis, hará que ese crash azote con inusitada violencia a los sufridos ciudadanos de los países (antes) avanzados.

Hace 44 años que el presidente de los EEUU, Richard Nixon, liquidó los acuerdos de Bretton Woods (impulsado por el "padre" del monetarismo, Milton Friedman) y con ello abrió la puerta al período más largo de la historia sin un patrón monetario de reserva de valor. Nunca jamás, en 3.500 años de moneda, se había producido una situación tan larga como esta. Como señala Manuel López Zafra en su libro: "Retorno al Patrón Oro" (Ed. Deusto), el cierre de la ventanilla del oro en 1971 ha producido la mayor expansión del crédito de la historia. Entre 1949 y 1969, por ejemplo, las reservas mundiales de divisas (excluido el oro) crecieron un 55%; pero entre ese último año y el año 2000 lo hicieron en un 2.000%. Y si ese año el total de reservas de divisas en el mundo era de dos billones de dólares, en el primer cuatrimestre de 2013 alcanzaron los 11 billones.

En el período 2000-2010 la deuda global se duplicó, pasando de los 57 billones de dólares a los 109; pero si para doblarse había necesitado diez años, ahora ya sólo han sido necesarios apenas tres, pues en 2013 se alcanzaron los 233 billones, el 313% del PIB mundial.

La ausencia de tipos de cambio fijos y la utilización torticera de los flexibles y de los instrumentos de política monetaria (como las expansiones de la oferta basadas en la manida "independencia" monetaria, que no hacen sino desvirtuar el crecimiento real y apalancar la economía en unos réditos futuros que, de no alcanzarse, provocan el colapso definitivo del sistema) son los que nos han traído hasta aquí, acompañados por los deseos de grandeza de unos políticos que no han escatimado nuestro ahorro, el de nuestros hijos y hasta el de nuestros nietos (siempre el ahorro del bolsillo ajeno, nunca del propio) en la aplicación de políticas de protección "sistémica" que colapsan cada vez en menos tiempo. Es el momento de desterrar definitivamente una forma de hacer economía que sólo ha atacado los síntomas, nunca la enfermedad que ella misma ha supuesto.

El éxito del modelo neoliberal era haber convencido al "contribuyente" que no existía otra alternativa ("el fin de la historia"), pero cuando llegó la crisis, los (mismos) "Apóstoles del Mercado", vienen y le dicen al (mismo) "contribuyente", que no le toca porque ha estado viviendo por encima de sus posibilidades ("el fin del cuento").

El mayor "fracaso del mercado" demostrado a lo largo de 8 años de crisis es haber necesitado del dinero público para solventar las pérdidas privadas. El mayor "fracaso del mercado" es haberse hecho "adicto" de la expansión monetaria (droga suministrada por los bancos centrales) para mantener cotizaciones bursátiles ficticias (saltando de burbuja en burbuja). El mayor "fracaso del mercado" es haber "abolido" las posibilidades de quiebra de las entidades sistémicas (riesgo moral). Los "auténticos" liberales han (hemos) sido los únicos derrotados en el bando de los vencedores.

13 – Los mercados se "autorregulan"

Arreando a la "manada" (burbu-giles)

El diccionario de la bancarrota (la perversión del lenguaje): globalización de las instituciones financieras, reducción de los spreads de las tasas de interés, titulización (originación y distribución), instrumentos derivados, gestión del riesgo de liquidez, aseguradores monolínea, fondos de inversión libre (hedge funds), operaciones de arbitraje de tasas de interés entre divisas (carry trade), agencias calificadoras de riesgo crediticio, grado de apalancamiento, desapalancamiento, préstamos de alto riesgo (subprime), originación, vehículos para obtener mayor rentabilidad, modelos comerciales de financiamiento estructurado, vehículos de inversión estructurada (SIV), traslado de los riesgos fuera de los balances de los bancos, sociedades instrumentales (conduits), perímetro fragmentado de consolidación del riesgo, grandes instituciones financieras de importancia sistémica, descalces de vencimientos entre activos y pasivos extremos, perturbaciones en el flujo de fondos, contracción generalizada de liquidez interbancaria, crisis de confianza, "espirales de liquidez" adversas en las que la iliquidez de mercado origina iliquidez de financiamiento y viceversa, economías maduras, mercados emergentes…

Arreando a los bancos centrales (miedo en el cuerpo)

Sic transit gloria mundi: El desafío inmediato consiste en reducir la duración y la gravedad de la crisis. La máxima prioridad debe ser la adopción de medidas que reduzcan la incertidumbre y refuercen la confianza en los sistemas financieros de los mercados maduros… Donde el carácter de bien público que reviste el problema impide que la solución sea puramente privada, se requerirá la participación del sector oficial.

El presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, explicaba en el Washington Post:

"Los mercados subieron y los tipos de interés a largo plazo bajaron cuando los inversores empezaron a anticipar la actuación más reciente de la Fed. Una situación financiera más favorable promoverá el crecimiento económico. Por ejemplo, unas hipotecas a tipos más bajos harán las viviendas más asequibles y permitirán que un mayor número de propietarios puedan refinanciarse. Unos tipos más bajos para las empresas incentivarán la inversión. Los precios más altos de los activos impulsarán el patrimonio de los consumidores, devolviéndoles la confianza, lo que podrá también reactivar el gasto. El aumento del gasto producirá mayores rentas y beneficios que, en un círculo virtual, darán un mayor soporte a la expansión económica".

Sólo le faltó decir: Y si el "círculo virtual" no se cierra, que Dios (o Yahveh, en su caso) y la Patria, me lo demanden.

Para unos (que creen en Dios), u otros (que creen en la Patria) o los pocos (que creemos en Dios y la Patria), algunas reflexiones de "Manias, panics and crashes":

"La labor del prestamista de último recurso ante una debacle está plagada de ambigüedades y dilemas. (…) En estas circunstancias, más que una ciencia la intervención se convierte en un arte".

"La evolución del "Arte del banquero central" durante los últimos doscientos años tiene como seña de identidad la evolución del concepto de prestamista de último recurso".

"El prestamista de último recurso está listo para frenar una estampida (…) proporcionando tanto dinero como sea necesario".

"¿Con cuánto dinero? ¿Para quién? ¿En qué condiciones? ¿Cuándo? Estas preguntas acechan al prestamista de último recurso, que afronta el dilema de que los inversores piensen que los bancos y otros privilegiados acreedores recibirán apoyo en caso de dificultades, lo que reducirá su prudencia en el siguiente boom".

"Sin embargo, si en medio del pánico la estampida no se frena (…) la venta de activos para minimizar pérdidas puede llevar a la bancarrota a un gran número de empresas, que hasta entonces eran solventes y estaban bien capitalizadas".

"Los argumentos en contra del prestamista de último recurso han sido continuos. (…) El más tajante fue de Herbert Spencer. "Proteger al hombre de los efectos de su locura lo único que consigue es llenar el mundo de locos". Un punto de vista comprensible en una era Darwiniana".

"Los bancos centrales suelen tener normas. Cuando no se pueden romper con facilidad, a menudo surgen problemas. También hay problemas cuando las normas se rompen con demasiada facilidad".

"'Demasiado poco, demasiado tarde" es una de las frases más tristes en la jerga de los bancos centrales y de cualquier actividad. Pero ¿cuánto es bastante? Y ¿cuándo es el momento adecuado?".

"La gestión del tiempo es un arte. Eso no dice nada y lo dice todo"…

Pues eso es lo que han hecho las entidades financieras. Disparar con pólvora del Rey y sin ningún control cinegético. Entonces, lo que tenía que pasar pasó. No hay sorpresas. La sorpresa es sorprenderse. ¿Se podría haber esperado otro resultado de una economía de manos libres y sin espejo retrovisor?

Ahora tratan de escapar. O sea: ¿Cómo servirse de la globalización sin ser globalizado?

¿Cómo continuar practicando el funambulismo entre la titulización y el apalancamiento del sistema? ¿Cómo mantener el "Private Profits and Socialized Risk"?

Otra cosa es resolver quién paga la fiesta. Ellos, seguro que no. La "tranquilidad" de los mercados los transforma en "testigos protegidos". Se cambiarán la identidad, la figura y el domicilio, aunque seguirán siendo los mismos. Los "paganos" serán los descolgados de la riqueza que generan esos monstruos financieros sin cara y sin ideas que no sean las de obtener más beneficios. Los miembros de la "manada" (como dicen despectivamente los "brokers" de Wall Street) no sólo pagarán (pagaremos) la pólvora, sino que, además, serán (seremos) las piezas a abatir. "Imbéciles por 2". Cornudos y apaleados.

El problema no es que nos vayamos a la mierda, sino que no sabemos si habrá mierda para todos. Algunos han confundido libertad de mercado con licencia para estafar. La libertad de mercado no debe ser ilimitada.

Una economía "a dos velas": los bancos centrales y los fondos soberanos. ¿Y si alguno las sopla? ¿Y si una corriente de aire…? ¿Y si el batir de las alas de una mariposa…?

¿De la burbuja financiera al fin del "súper-boom"? Debilitamiento y agonía de la economía en Estados Unidos. Debilitamiento y agonía del modelo del libre mercado. Debilitamiento y agonía del modelo neoliberal (privatización, desregularización, financierización).

El problema de los bancos es de excesivo apalancamiento ya que cuentan con unos activos tangibles que, en muchos casos, superan en más de 30 veces sus bases de capital. De ser unas compañías de intermediación han pasado a convertirse, en los últimos años, en unos grandes almacenes que acumulan todo tipo de mercancías, mejores y peores (el hecho de que Citigroup haya decidido descargar 400.000 millones de dólares de su balance, da buena prueba de la verdad de la afirmación y de la dimensión del problema).

¿Cómo se ha podido llegar a esta situación? Por un esquema viciado de remuneración al que se destinan, en la banca de inversión, hasta el 50% de los ingresos. A más endeudamiento, más ingresos, mayores bonus. Como resultado de ello los bancos resultan ser unas grandes agencias de comunicación ya que, mientras el conjunto del mercado discute la legitimidad de los gestores de hedges o de capital riesgo para hacerse con un 20% de lo obtenido con su trabajo, el sistema retributivo bancario mantiene esa frontera de recompensación en todos los entornos bajo la excusa de retener el talento.

¿Cómo han podido justificar los bancos niveles tan nimios de capitalización? Por la falsa sensación de seguridad que dan los modelos de riesgo basados en el Value at Risk o VaR que no tienen en cuenta los sucesos extremos (o colas en una distribución normal) que son los que, en definitiva, causan las crisis. El análisis VaR es como un airbag que funciona siempre… menos cuando sufres el accidente. La infra estimación del riesgo real conduce a una acumulación de activos "seguros" cuyo consumo de capital es mínimo, lo que finalmente provoca que el retorno sobre recursos propios o ROE de los bancos se dispare. Todo ello, construido, eso sí, sobre un punto de partida inválido.

¿Qué estaban haciendo, mientras, los reguladores? Repasemos tanto a las agencias de rating, como a la SEC o CNMV norteamericana. De las primeras, se puede censurar la ausencia de medios pese a su condición de garantes de la calidad de las emisiones del mercado (3-4 profesionales para… toda la banca de inversión estadounidense), su falta de perspectiva sobre el negocio bancario (que había pasado de empaquetador a tenedor de activos, como ya he señalado), la falta de continuidad en su análisis y la prioridad que en el mismo dan a la información pública frente a los propios modelos de valoración.

El segundo objeto del reclamo es la SEC. Aquí la crítica se centra en la normativa aprobada por el regulador bursátil norteamericano en 2004 que, por una parte, ampliaba el concepto de capital que pasaba a incluir instrumentos híbridos y deuda subordinada, (ojo, "por participar de las características del mismo"), legitimaba el VaR como mecanismo para que los brokers pudieran calcular su capital regulatorio, en segundo lugar y, por último, daba un tratamiento paritario a los activos líquidos e ilíquidos del balance a efectos de consumo de recursos propios. A cambio de lo que parecía ser un mayor control por parte del órgano supervisor, las entidades afectadas lograban reducir en más de un 40% sus necesidades de capital. Si las agencias ayudaron a engordar la vaca, fue el propio regulador el que ayudó a que la misma naciera ya con el cuerno retorcido.

14 – La manipulación de los mercados de materias primas

"Mediante sus actividades de trading, los bancos son los principales especuladores en los mercados de contratación directa y a término de materias primas y de productos agrícolas, puesto que disponen de medios financieros netamente más grandes que los otros protagonistas en juego. Un corta visita a la web del Commodity business awards permite descubrir una lista de bancos y de corredores de bolsa que tienen un papel de primer orden en el mercado de commodities -sea el mercado donde los bienes primarios se compran y venden físicamente o aquel de derivados que tienen como subyacentes las commodities-. Entre esos bancos, encontramos casi siempre a BNP Paribas, Morgan Stanley, Crédit Suisse, Deutsche Bank y Société General. Algunos van incluso más allá y se dotan de instrumentos para influir directamente en los stocks de materias primas. Es el caso del Crédit Suisse, que está asociado a Glencore-Xstrata, la mayor sociedad mundial de corretaje de materias primas. Entre los bancos europeos, BNP Paribas es, junto con Deutsche Bank, uno de los más influyentes en el mercado de commodities, y tiene un papel clave en el sector de los derivados sobre materias primas"… (Eric Toussaint – 18/3/14)

Varios bancos estadounidenses tienen estrategias que llegan más lejos que las de los europeos en el control de una parte del mercado de commodities. Se trata de JP Morgan, Morgan Stanley y Goldman Sachs. Por ejemplo, en Estados Unidos, JP Morgan importó 31 millones de barriles de petróleo durante los cuatro primeros meses de 2013. Los bancos estadounidenses son propietarios de refinerías de petróleo, centrales eléctricas, redes de distribución de energía, empresas de almacenamiento de metales, stock de productos agrícolas, empresas de explotación de gas de esquisto… ¿Cómo se llegó a esto?

La Fed autorizó en 2003 al banco universal Citigroup la compra de la sociedad de corretaje Phibro, alegando que era normal completar la actividad del banco en el mercado de derivados de commodities con la posesión física de un stock de materias primas (petróleo, granos, gas, minerales, etc.). En cuanto a Morgan Stanley y Goldman Sachs, que hasta 2008 tenían el estatus de banco de negocios, desde 1999 y gracias a la ley de reforma bancaria que completó la abolición de la Glass Steagall Act, pudieron adquirir centrales eléctricas, barcos petroleros y otras infraestructuras. Y es así como Morgan Stanley posee gabarras, barcos petroleros, oleoductos, terminales de petróleo y de gas. Por su parte, JP Morgan compró la división commodities de RBS en 2010 por 1.700 millones de dólares, lo que le permitió adquirir 74 naves para almacenar metales, tanto en el Reino Unidos como en Estados Unidos, mientras que Goldman Sachs tiene 112 de éstas. Ambos bancos poseen en conjunto más naves de almacenamiento de metales que Glencore (quien posee 179). Tener naves de almacenamiento es fundamental: principalmente en el caso de una sociedad o un cártel de varias sociedades (por ejemplo, bancos) que quieren especular con el precio de un producto reteniéndolo el mayor tiempo posible para hacer subir su precio y luego deshacerse de éste y hacerlo bajar. Eso es exactamente lo que está pasando en el mercado del aluminio desde 2008. Según una investigación llevada a cabo por The New York Times, tras la compra por Goldman Sachs en 2010 de los almacenes de aluminio de Detroit, el tiempo que se debía esperar para que libraran barras de aluminio pasó de 6 a 16 semanas. Los precios subieron (pese a que la oferta y el stock de este metal en el mercado mundial habían aumentado), lo que provocó fuertes reacciones en empresas que, como Coca Cola y la cervecera Miller, son grandes consumidores de aluminio para la fabricación de sus latas… Sólo con los ingresos del almacenamiento de aluminio en Detroit, Goldman se embolsó 220 millones de dólares.

Después de lograr jugosos beneficios manipulando los precios, los bancos más notables en el mercado físico de commodities han adoptado una estrategia de salida. Son tres las razones que los han empujado en esa dirección. En primer lugar, las autoridades de control se dieron cuenta de las manipulaciones que habían llevado a cabo varios bancos. JP Morgan, Barclays y Deutsche Bank tuvieron que pagar multas por varios asuntos relacionados con la manipulación del mercado de la electricidad en California. JP Morgan aceptó pagar una multa de 410 millones de dólares en este proceso, que todavía no ha terminado. Las autoridades estadounidenses, bajo la presión de sociedades en competencia con los bancos y dada la impopularidad de los banqueros ante el gran público, pensaron seriamente en limitar las actividades de los bancos en el mercado físico de commodities. En segundo lugar, los beneficios que obtienen los bancos con sus actividades en este mercado comenzaron a bajar desde 2011-2012, ya que los precios de las materias primas tienen tendencia a disminuir. Y en tercer lugar, el capital principal (Core Tier 1) requerido para inversiones en las empresas de corretaje es mayor que en otras inversiones (como, por ejemplo, las de deuda soberana). De pronto, al tener los bancos que aumentar su ratio de fondos propios/activos ponderados para continuar en ese negocio, han calculado que era mejor abandonar todo o parte de sus inversiones en el mercado físico de commodities. Un asunto que podría explicar las rebajas de precios posteriores.

Por supuesto, los bancos se mantendrán activos en los mercados de derivados de commodities y en los segmentos de mercados financieros relacionados con las materias primas. Su capacidad para perjudicar es y continuará siendo muy considerable si no se toman medidas radicales. Estos bancos son actores de primer orden en el desarrollo de las burbujas especulativas que se forman en el mercado de commodities.

Jean Ziegler, ex relator de las Naciones Unidas para el derecho a la alimentación, expresa sin eufemismos: "La crisis financiera de 2007-2008 provocada por el bandidismo bancario tuvo principalmente dos consecuencias. Primera, los fondos especulativos (hedge funds) y los grandes bancos se desplazaron después de 2008 hacia los mercados de bienes primarios, en especial a los de materias primas agrícolas, abandonando algunos sectores de los mercados financieros. Los precios de los tres alimentos de base (el maíz, el arroz y el trigo), que cubren el 75 % del consumo mundial, explotaron. En 18 meses, el precio del maíz aumentó un 93 %, la tonelada de arroz pasó de 105 a 1.100 dólares y la tonelada de trigo harinero duplicó su precio desde septiembre de 2012, superando los 271 euros. Esta escalada de precios genera beneficios astronómicos a los especuladores, pero mata en los barrios miserables a centenas de miles de mujeres, de niños, de hombres. La segunda consecuencia es la fiebre de los hedge funds y otros especuladores por las tierras cultivables del hemisferio sur. Según el Banco Mundial, en 2011, 41 millones de hectáreas de tierras cultivables fueron acaparadas por fondos de inversiones y multinacionales únicamente en África. Y el resultado fue la expulsión de los campesinos".

En febrero de 2013, en un informe titulado "Esos bancos que especulan con el hambre", la ONG Oxfam en Francia señaló que los cuatro principales bancos galos -BNP Paribas; Société Générale; Crédit Agricole y Natixis (BPCE)- gestionaban para sus clientes, en noviembre de 2012, al menos 18 fondos que especulaban con materias primas. "Hay dos maneras de especular -explica Clara Jamart, responsable de seguridad alimentaria en Oxfam Francia- una, tomando posiciones en los mercados de productos derivados de materias agrícolas; o mediante esos fondos índice, que siguen los precios de las materias primas agrícolas y los empujan al alza". La mayoría de esos fondos fueron creados tras el comienzo de la crisis alimentaria de 2008, con el manifiesto objetivo de obtener beneficios especulando con alimentos y otras commodities.

15 – Wall Street for president

Cinco mil millones de dólares (3.950 millones de euros). Esa es la cifra que durante la década 1998-2008 invirtió el sector de servicios financieros (bancos comerciales y de inversión, aseguradoras, firmas auditoras y otras) de los Estados Unidos para "desregular" o conseguir una regulación favorable para su industria. Una cifra a la que habría que añadir lo que se llevaba gastado en comprar favores políticos desde mediados de los ochenta (administraciones Reagan, Bush padre y Clinton) para derribar leyes que obstaculizaban la expansión financiera y no estaban en línea con la predominante ideología neoliberal. El día que Wall Street compró el Gobierno de Estados Unidos (El Confidencial – 11/9/10)

Poco o nada tiene que ver el término neoliberal con el pensamiento liberal, si bien es cierto que el primero ha corrompido el significado del segundo apropiándose del concepto del libre mercado y proponiéndose como su máximo defensor frente al intervencionismo del estado. En realidad, quienes se definen con el engañoso calificativo de neoliberales tan solo pretenden disimular su intención de conseguir que el Estado se quite de en medio (para lo cual "convencerán" convenientemente a unos cuantos políticos de cualquier signo y condición) y tener barra libre para concentrar todo el poder en unas pocas manos. Y es que, como ya dijo Adam Smith en su obra maestra La riqueza de las naciones, "todo para nosotros y nada para los demás, tal ha sido la ruin máxima de los amos de la humanidad en las diversas épocas de la historia".

En 1999, y tras dedicar unos 500 millones (395 millones de euros) a comprar voluntades políticas a través de los poderosos lobbies, la Ley Glass-Steagall fue finalmente abolida. Dicha ley fue promulgada en 1933, al iniciar la presidencia Franklin D. Roosevelt. Perseguía separar la banca comercial de la de inversión pues el ejercicio conjunto de ambas actividades contribuyó en gran manera al crack de 1929.

El primer gran paso para tumbarla se dio cuando la Reserva Federal (la Fed) permitió la "megafusión" (ilegal en aquel momento) de Citicorp (banca comercial) con Travelers (seguros y títulos). Greenspan (presidente de la Fed), Rubin (secretario del Tesoro) y el presidente Clinton aplaudieron la operación. En 1999, y de manera menos que poco decorosa, Rubin (ex vicepresidente de Goldman Sachs) se convirtió en alto ejecutivo del gigante financiero, grupo que llego a presidir (desastrosamente) y del que salió en 2009 con 130 millones dólares (102 millones de euros) en el bolsillo. Hoy, ¡pásmense!, su influencia en destacados miembros de la administración Obama es notoria.

La lucha que Roosevelt entabló contra los monopolios financieros y la banca irresponsable que comenzaba a considerar al gobierno de los EEUU como un apéndice de sus asuntos, acabó en victoria pírrica. Y hoy sabemos, como él dijo, que "el gobierno del dinero organizado es tan peligroso como el gobierno del populacho organizado". Ese gobierno del dinero es el que ha provocado y permitido que se desencadenará el cataclismo financiero que ahora sufrimos. En ese gobierno, Paulson (secretario del Tesoro con Bush hijo) ocupó otro de los papeles estelares. Paulson fue presidente de Goldman Sachs y su fortuna personal se calcula en más de 700 millones de dólares (550 millones de euros).

En la actualidad, casualmente, Goldman Sachs (banco de inversión descrito en la revista Rolling Stone como "un gran calamar gigante enroscado en la cara de la humanidad, metiendo implacablemente su ventosa en todo lo que huela a dinero", en un juego de palabras con el acrónimo GS del banco y de giant squid, calamar gigante) tiene menos competencia que nunca como comercializador de deuda norteamericana. En 2009 anunció los dividendos más altos de su historia y vuelve a ganar 100 millones de dólares al día (79 millones de euros), ¡después de haber recurrido a las ayudas que ofreció el gobierno de los EEUU para rescatar bancos! ¿Quién lo entiende?

A la desregulación le siguió una orgía de dinero barato y creatividad financiera y contable que acabó en el desastre económico en el que estamos inmersos. Sus impulsores no han salido mal parados. Son los mayores beneficiarios de los planes de ayuda a la banca de los gobiernos occidentales y que suman 14 billones de dólares (11 billones de euros), la cuarta parte del PIB mundial. Han obtenido rentabilidades obscenas y siguen influyendo de manera descarada en las nuevas medidas que pretenden contener la ruina que han causado y evitar que vuelva a ocurrir. Da vergüenza oír las declaraciones de los banqueros contra los mecanismos de control que tratan de imponerles (tras el consabido "yo no he sido"). Y asusta constatar las conexiones entre quienes conforman el Grupo Larosière (cuyo informe para regular el sistema financiero en la UE fue aprobado por el Consejo Europeo) y la gran banca.

Todo esto lo narra de manera magistral Susan George en Sus crisis, nuestras soluciones. Esta clase, depredadora donde las haya, "saca un extraordinario provecho del statu quo, se mantiene unida y quiere que no cambie nada", dice George, filósofa, analista política, vicepresidenta de ATTAC (Asociación por la Tasación de las Transacciones y por la Ayuda a los Ciudadanos, movimiento internacional "altermundista" que promueve el control democrático de los mercados financieros y las instituciones encargadas de su control) y autora del exitoso Informe Lugano.

Han construido una penitenciaria vigilada por personal muy preparado y de la que sólo podremos escapar si conseguimos revertir el orden impuesto. Bajo éste, todo queda al servicio de las finanzas. El planeta, sometido a un abuso constante, está al servicio de una sociedad cada vez más injusta y desigual. En la mayoría de países desarrollados las diferencias salariales se han ampliado (llegando a una proporción de 500 a 1 dentro de una misma empresa) en los últimos años, mientras que la progresividad fiscal termina en tipos máximos del 35% o 45% (algo poco significativo para los llamados "ultra-ricos", personas con más de 30 millones de dólares que, además, cuentan con mecanismos para saltarse las leyes fiscales locales). 78.000 de ellos tienen activos de más de ¡13 billones de dólares!, cifra equivalente al PIB de la UE.

A su vez, en este mundo al revés, la sociedad está sometida a una economía también injusta y que genera inmensas desigualdades, y la economía subyugada a las altas finanzas internacionales, para lo que ha degenerado en la llamada "economía de casino". Los amos de estas finanzas y de la humanidad, que siguen el lema de "todo para nosotros y nada para los demás", han ideado sofisticados (es decir, incomprensibles para el común de los mortales) instrumentos financieros (SIVs, CDOs, CDSs) cuyas astronómicas cifras multiplican en varias veces el PIB mundial (en una semana circula en los mercados financieros internacionales el equivalente en dinero al PIB de Francia) y son incontrolables para los reguladores nacionales y supranacionales (regulaciones como las de Basilea sobre capital bancario y riesgos son inútiles frente a las ingentes cantidades de activos fuera de balance). Ahora los Estados quiebran por culpa de los bancos. Sólo dándole la vuelta al irracional orden impuesto en Davos (es decir, poniendo las finanzas al servicio de la economía, y ésta al de una sociedad que sirve y cuida al planeta) podremos ganarnos nuestra libertad.

Hoy hablamos de la concentración financiera y de la connivencia entre políticos y amos del universo financiero. ¿Qué tiene esto que ver con el libre mercado?

16 – La política de patentes

– Obama contra Obamacare (Project Syndicate – 9/2/15) Lectura recomendada

Nueva York.- La Ley de atención médica asequible y protección a los pacientes, de los Estados Unidos, la reforma de la atención de la salud, marca distintiva del presidente Barack Obama, ha logrado ampliar la cobertura del seguro médico a millones de estadounidenses que no habrían podido tenerlo. Y en contra de las advertencias de sus críticos, no ha provocado que aumenten los precios de la atención a la salud, de hecho, hay esperanzas de que la curva de los precios por fin esté comenzando a disminuir.

No obstante, no es seguro que "Obamacare" vaya a poder limitar los costos excesivamente altos de la atención médica. Eso dependerá de las demás políticas de la administración Obama, sobre todo en una esfera que puede parecer ajena a este tema: las discusiones en curso con la India sobre propiedad intelectual. Aquí, parece que Obama está decidido a socavar su propia reforma que es su marca distintiva debido a la presión del poderoso lobby farmacéutico estadounidense.

Los costos farmacéuticos representan un componente cada vez más grande del gasto en atención a la salud de los Estados Unidos. En efecto, la proporción de gastos en medicamentos en el PIB casi se ha triplicado en apenas 20 años. Así pues, reducir los costos de la atención a la salud requiere mayor competencia en la industria farmacéutica, y eso significa permitir la fabricación y distribución de medicamentos genéricos. En cambio, la administración Obama está buscando un acuerdo con la India que debilitaría la competencia que representan los genéricos y de este modo haría que los medicamentos que pueden salvar vidas fueran inasequibles para miles de millones de personas en la India y en otros lugares. Esto no es una consecuencia involuntaria de una política que por lo demás tuviera buenas intenciones; es el objetivo explícito de la política comercial de los Estados Unidos.

Las grandes compañías farmacéuticas multinacionales han estado trabajando desde hace mucho para bloquear la competencia de los genéricos. Sin embargo, el enfoque multilateral a través de la Organización Mundial del Comercio ha resultado menos efectivo de lo que esperaban, así que ahora están tratando de conseguir ese objetivo mediante acuerdos bilaterales y regionales. Las recientes negociaciones con la India, que es la principal fuente de medicamentos genéricos para los países en desarrollo, son parte esencial de esta estrategia.

En los años setenta la India abolió las patentes farmacéuticas y creó una industria de medicamentos genéricos avanzada y eficiente, capaz de facilitar medicamentos baratos a todo el mundo en desarrollo. Eso cambió en 2005 cuando el Acuerdo sobre los aspectos de los derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio (Acuerdo sobre los ADPIC) de la OMC obligó a la India a permitir las patentes.

Sin embargo, en opinión de la industria farmacéutica el acuerdo sobre los ADPIC no fue suficiente. Por lo tanto, el deseo del gobierno de la India de mejorar sus relaciones comerciales con los Estados Unidos da a la industria una oportunidad ideal para complementar lo que los ADPIC no cubrieron y obligar a la India a facilitar la obtención de patentes y a reducir la disponibilidad de los genéricos de bajo costo.

Parece que el plan está funcionando hasta ahora. En otoño, durante su visita a los Estados Unidos, el primer ministro indio, Narendra Modi, estuvo de acuerdo en que se estableciera un grupo de trabajo para reevaluar la política de patentes del país. Los participantes estadounidenses en el grupo estarán dirigidos por la Oficina del Representante de los Estados Unidos para las Cuestiones Comerciales, que promueve los intereses de las compañías farmacéuticas y no, por ejemplo, por la Academia Nacional de Ciencias (National Academy of Sciences), la Fundación Nacional de Ciencias (National Science Foundation) o la Agencia Nacional de Investigación Médica (National Institutes of Health).

¿Cómo puede la India hacer reforzar su sistema de patentes? Para empezar, podría flexibilizar la definición de lo que es un producto "novedoso" y que por lo tanto merece protección en materia de propiedad intelectual. Actualmente, la India establece condiciones muy estrictas y como resultado niega patentes para combinaciones nuevas de compuestos que ya existen. India también podría dejar de emitir licencias obligatorias para permitir que otras empresas produzcan el medicamento de un titular de patente a cambio de un derecho – práctica permitida en el marco del Acuerdo sobre los ADPIC pero que es un anatema para la industria farmacéutica.

La política actual de la India permite que los medicamentos se vendan a una fracción del precio monopólico fijado por los titulares de las patentes. Por ejemplo, un tratamiento con el medicamento Sovaldi que se utiliza contra la hepatitis-C se vende en los Estados Unidos por 84.000 dólares. Los fabricantes indios pueden vender la versión genérica profitably por menos de 1.000 dólares por tratamiento. El precio genérico significa de cualquier modo un gasto enorme para quienes ganan apenas unos dólares al día, pero, a diferencia del precio en los Estados Unidos, es algo que muchos gobiernos y organizaciones de ayuda pueden pagar.

Este no es en absoluto un ejemplo aislado. Los medicamentos genéricos de bajo costo han hecho posible dar tratamiento a decenas de millones de pacientes infectados de VIH/SIDA en el mundo en desarrollo.

De hecho, la decisión de las principales compañías farmacéuticas de poner algunos medicamentos a disposición de los pobres a precios bajos se debe en parte a la amenaza de la competencia de los genéricos de la India. Si los Estados Unidos obligan a la India a reforzar sus reglas sobre las patentes de manera sustancial de modo que se asemejen más a las normas estadounidenses, la meta de las empresas farmacéuticas se pondría en riesgo.

Naturalmente, si el estricto régimen de patentes de los Estados Unidos fuera la mejor forma de promover la innovación en la industria farmacéutica, como sostienen sus defensores, la política de la administración Obama hacia la India tal vez podría justificarse. Pero eso no es así.

Puesto que las patentes son básicamente monopolios concedidos por los gobiernos, éstas generan las mismas ineficiencias y conducta interesada en ganancias como cualquier otra distorsión del mercado. Una patente que aumenta el precio de un medicamento cien veces tiene el mismo efecto en el mercado que un arancel de 10.000 por ciento. En casos así, las empresas farmacéuticas tienen incentivos poderosos para desinformar a los médicos y el público sobre la seguridad y eficacia de sus productos, e incluso promover sus medicamentos para usos inapropiados mediante pagos complementarios innovadores y con ello persuadir a los doctores a recetarlos.

Asimismo, la investigación promovida por una patente impulsa la opacidad de información, pues las compañías solo revelan la información necesaria para adquirir la patente. Sin embargo, la transparencia es crucial para que haya un avance científico efectivo. Muchos economistas, incluidos los autores, han sugerido una variedad de alternativas a la I+D promovida por patentes y comprobación que eviten estos problemas.

Si la administración Obama logra obligar a la India a fortalecer sus reglamentación de patentes, el cambio no solo dañaría a la India y otros países en desarrollo, sino también consagraría un sistema de patentes manifiestamente corrupto e ineficiente en los Estados Unidos, donde las compañías aumentan sus ganancias eliminando a la competencia – dentro y fuera del país. Después de todo, los medicamentos genéricos de la India a menudo se convierten en la opción más asequible en el mercado estadounidense una vez que han vencido las patentes.

Obama hizo bien en impulsar una reforma a los servicios de salud que resultaría en un mayor acceso y eficiencia del sector. En sus negociaciones con la India, la administración Obama está emprendiendo una política que desafía estos objetivos, que tiene consecuencias no solo para la India y los Estados Unidos, sino también para el mundo.

(Dean Baker is Co-Director of the Center for Economic and Policy Research in Washington, DC… Arjun Jayadev, a professor of economics at the University of Massachusetts, Boston, is a co-editor of the Journal of Globalization and Development… Joseph E. Stiglitz, a Nobel laureate in economics and University Professor at Columbia University, was Chairman of President Bill Clinton"s Council of Economic Advisers and served as Senior Vice President and Chief Economist of the World Bank…)

Laboratorios farmacéuticos y gasto sanitario

La industria farmacéutica es el principal inductor del aumento descontrolado del gasto sanitario en la mayoría de los países desarrollados, lo que se debe fundamentalmente a la introducción de nuevos medicamentos en el mercado, de precio cada vez mayor. Esta tendencia se había moderado en los últimos años, por agotamiento del desarrollo de nuevos productos por síntesis química, pero los nuevos productos biotecnológicos la han reactivado.

Gracias a los altos ingresos y a las asimetrías de información, los laboratorios farmacéuticos tienen amplia capacidad de inducir la demanda de sus productos mediante su influencia sobre prescriptores y pacientes. Esta influencia se extiende también sobre quienes deben autorizar y financiar su prescripción y consumo, a precios en cuya fijación los laboratorios tratan ante todo de evitar la capacidad de negociación de los consumidores colectivos más importantes, como son los servicios públicos de salud.

Por otra parte, ante la extrema dificultad de conocer de forma no sesgada los verdaderos costes asociados a la investigación y el desarrollo de los nuevos productos, en especial los biotecnológicos, existe amplio consenso en considerar que la causa principal de su elevado precio es la escasez de competencia en el momento en que sale el primer medicamento para cualquier enfermedad que, debido al fuerte sistema de protección de patentes, influencia de forma clara la evolución de los precios de productos similares y derivados cuando aumentan las condiciones de competencia.

Ambos factores han contribuido a la reciente "crisis" desencadenada por la utilización de un nuevo fármaco, caro pero efectivo contra la hepatitis C, el sofosbuvir (Sovaldi):

– Como se ha publicitado extensamente, Gilead, el laboratorio que comercializa el medicamento que centra la polémica, no participó de forma activa en su investigación ni, por tanto, en sus costes de desarrollo, y se limitó simplemente a anticipar las posibilidades de negocio y comprar los derechos de patente a Pharmaset (en el que participaba Roche) a un precio de alrededor de 11.000 millones de dólares (8.000 millones de euros. Sin embargo, ese precio se considera ahora bajo en relación con las perspectivas de negocio que sugieren los 1.100 millones de euros conseguidos por Gilead en el primer año de comercialización del producto, aún en condiciones de uso limitado en la mayoría de los países que lo han autorizado, a precios muy elevados (62.000 euros por tratamiento de 12 semanas en los Estados Unidos; 55.000 en Francia).

– Los altos precios del medicamento impuestos en todos los países son una muestra de hasta qué punto se puede descontrolar el gasto de los servicios sanitarios, ya comprometido, si en la formulación de la demanda (inducida), determinada por las indicaciones del uso del producto, y en la fijación de los precios, el poder de monopolio del laboratorio productor se impone al (potencial) poder monopsonista de quien sea en cada caso el principal comprador, sea el servicio público de países como el Reino Unido, Francia o Alemania, o privado, como es el caso de las aseguradoras privadas norteamericanas .

Unos y otros han reaccionado de maneras diferentes para afrontar el problema: desde una delimitación de las indicaciones de uso del tratamiento, como ha ocurrido en Francia, al intento de introducir mecanismos de competencia que hagan que el precio se reduzca. Ejemplos de esto último son los convenios de uso exclusivo de nuevos medicamentos de eficacia curativa similar a la del sofosbuvir, ya autorizados y a punto de lanzarse al mercado, firmados por algunas aseguradoras americanas con los laboratorios correspondientes. Una actitud similar parece subyacer al acuerdo adoptado hace pocos días por el NHS británico para demorar hasta el mes de julio la autorización del uso del producto, que, tras los informes del NICE (National Institute of Clinical Excellence, su agencia de evaluación tecnológica), estaba previsto comenzar a utilizarse en abril (2015).

17 – Financiamiento estructurado (titulizaciones, calificaciones y seguros de deuda)

Es normal leer o escuchar críticas contra los CLO, los CDO o los RMBS, los productos creados en el sistema financiero durante la década pasada. Armas de destrucción masiva. Pero no es posible criticarlos sin entender cómo y por qué surgen. No es posible criticarlos sin entender que es el sistema en sí el arma de destrucción masiva, no sus productos.

Las entidades financieras tienen varios problemas ligados a su naturaleza. Captan recursos o los crean a corto (depósitos) y los prestan a largo plazo (hipotecas). Esto provoca un desequilibrio que durante las crisis puede llevar a la falta de liquidez, retirada de fondos y la quiebra. El segundo problema es que este negocio tradicional es poco rentable y limita el crecimiento económico.

Por eso, el sistema cambió en los años 80. Había que innovarlo. Aparecieron Joe Cassano y JP Morgan con sus CDS, la "securitization" y la extensión del sistema bancario paralelo (SBP), los intermediarios que "resolvieron" el problema de liquidez-solvencia de las entidades, convirtiendo los préstamos a largo plazo en activos a corto plazo. De esta forma, se garantizaba que si los depositantes querían retirar sus fondos, la entidad los tenía, a la vez que se aumentaba el crédito y se cumplía con los requerimientos de capital.

Para ello, el SBP convertía las hipotecas y créditos que las entidades daban en productos "seguros" como CLO, CDO y RMBS que ofrecían a intermediarios e inversores con los que captar nuevos fondos para que las entidades siguieran financiando a familias y empresas.

Este SBP permitió la expansión del crédito a nivel mundial. Así, hedge funds, fondos del mercado monetario, soberanos y de pensiones crearon con las agencias de calificación el flujo de dinero que salía y entraba en el sistema bancario tradicional.

El sistema se basaba en la percepción, que no la existencia, de activos "100% libres de riesgo" (los paquetes de hipotecas y la deuda soberana que actuaban como colateral o garantía en las operaciones), la demanda creciente de deuda-crédito del sector privado y la falta de supervisión, que no de regulación, de las autoridades.

Lo importante no era que existiera colateral que garantizara los créditos, sino que existiera la confianza de que existía colateral para garantizar los créditos. De igual forma que lo importante no es que las entidades tengan fondos para devolver a sus clientes sus depósitos, sino que los clientes crean que las entidades tienen fondos para devolverles sus depósitos. De esta forma, el SBP estuvo convirtiendo hipotecas en activos líquidos a corto plazo a través de la compra y empaquetamiento de hipotecas y préstamos, todo basado en la confianza.

El sistema funcionaba porque todos ganaban. Las entidades financieras sacaban préstamos fuera de sus balances, lo cual les permitía aumentar su poder sobre la economía "real". El SBP reinvertía sus fondos en activos que generaban mayores intereses, los ciudadanos "ganaban" al tener más crédito y las autoridades estaban felices al ver cómo la economía se recuperaba.

Pero para que el sistema funcionara, el flujo no podía parar. Las entidades tenían que seguir concediendo hipotecas, expandiendo el crédito-deuda, las familias tenían que seguir endeudándose, el SBP tenía que seguir creando productos, las autoridades no tenían que supervisar… y la confianza en que el colateral era "100% libre de riesgo" debía continuar.

Dado que el flujo no podía parar, se creó más deuda de la que el sistema garantizaba. Así, en 2007, los fondos del SBP ya eran los principales financiadores del sistema bancario tradicional. La confianza sobre la que se asentó este SBP desapareció cuando un hedge fund de Bear no tuvo fondos para pagar a sus clientes y BNP anunció lo mismo. Quien sabía entendió que el sistema había colapsado. Lehman vendría después, pero ya no había confianza.

Los paquetes de hipotecas y deudas de CDO y CLO ya no eran "100% libre de riesgo". Igual que en el sistema tradicional los depositantes tienen miedo y reclaman sus depósitos, los poseedores de repos que usaban estos productos como garantía reclamaron sus inversiones, lo cual llevó a una situación imposible a todo el SBP.

Esto que empezó en los EEUU tiene que ver mucho con España. Desde el 2000, los Landesbanks prestaron a entidades españolas gracias a los productos creados por el SBP americano. Fondos que financiaban el déficit comercial en EEUU iban a los Landesbanks que los prestaban a las entidades españolas. Flujo de los EEUU a Alemania, de Alemania a España, de España a Alemania y vuelta a EEUU.

Las entidades financieras de la UE tenían acceso a fondos en euros (BCE) pero pocas a fondos en dólares. Los Landesbanks canalizaron esos dólares desde las entidades financieras del sistema bancario tradicional y del SBP de los EEUU hacia las entidades de España. Sin los Landesbanks esta conversión de préstamos en dólares a largo plazo en activos líquidos a corto plazo en euros no hubiera sido posible. Todo con la garantía del Gobierno alemán que garantizaba el proceso y el OK de Basilea que incentivaba a las entidades a tener ABS y CDO.

Con el cierre del mercado de repos y del SBP en el 2007, las entidades europeas dejaron de prestarse. Por eso el rescate del BCE con € 265.000 millones del primer LTRO. Pero no fue suficiente para evitar la crisis.

Sin la financiación del SBP y sin la creación de nuevo crédito, apareció la destrucción de masa monetaria a partir de 2009 y los problemas para financiarse. En el caso de EEUU, la falta de liquidez permanente fue cubierta por la Fed comprando activos. Durante 2010 y 2011 la situación se agravó, y solo ha empezado a mejorar con la liquidez del LTRO de diciembre. Pero esta solución no resuelva los problemas. El LTRO da tiempo a las entidades para que se organicen pero pospone la necesidad de cambiar un sistema corrompido.

A pesar de esta liquidez, las entidades siguen sin financiarse en el interbancario y el mercado de repos se va evaporando. Por eso las entidades dejan sus fondos en el BCE y los inversores pagan por el bono alemán. Solo la intervención del BCE permite que el sistema continúe pero las entidades no cumplen su trabajo, la captación y entrega de crédito.

Esto afecta a la economía "real". Es imposible que el crédito a familias y empresas fluya porque ustedes no piden nuevo crédito dado su nivel de endeudamiento, porque las entidades no quieren y porque sin los CDO y los CLO, solo la deuda pública queda como colateral. Sin crédito, este sistema absurdo que se basa todo en él, no puede haber recuperación económica.

La insistencia de los que piden que fluya el crédito a las familias es interesante. Los mismos que están en contra de que los Estados se endeuden apoyan que las familias lo hagan. No puede ser que el endeudamiento sea bueno para unos y malo para otros. El problema, por tanto, no son los productos sino el sistema. No se ha aprendido nada de la crisis. Sin cambiar un sistema basado en la creación de deuda-crédito y con la obligación de crecer, tendremos que tener un SBP que facilite la creación de productos como CDO o CDS.

Ello llegado a un punto en el que las autoridades no controlan al SBP porque el sistema no puede subsistir sin él. El SBP es el reverso de este sistema. Se critican los CDO, CLO, RMBS… pero si existen es para proteger el exceso de endeudamiento del sistema y la búsqueda continua del crecimiento, pero no se puede crecer al 4% si el 60% del PIB es consumo privado.

Hay que elegir. Seguir con este sistema que inventa las crisis, la falta de supervisión, los excesos financieros y el SBP o tener un sistema bancario aburrido que presta lo que recibe y adiós al crecimiento milagroso.

No se puede tener ambos.

18 – Banca en la sombra (hedge funds, apalancamiento)

Pánico en la oscuridad (sombras… nada más: al margen del sistema financiero regular)

"Las corridas bancarias no son una reliquia del siglo XX. En realidad, existe el riesgo de que se conviertan en una característica del siglo XXI"… El pánico bancario moderno sucede en la sombra (The Wall Street Journal – 4/12/11)

La crisis financiera de 2008 mostró los síntomas típicos asociados con un pánico bancario. No estamos hablando de los éxodos tradicionales, donde las personas hacían fila frente a los bancos con la esperanza de retirar sus depósitos y guardarlos debajo del colchón, aunque esto sigue siendo cierto en lugares como Grecia. Las versiones modernas de este fenómeno son protagonizadas exclusivamente por instituciones financieras importantes y no salen a la luz pública hasta que son lo suficientemente severas para provocar un derrumbe en las bolsas, bancarrotas, despidos y un alza del desempleo.

La actual crisis europea sirve como recordatorio de lo poco que se ha hecho para resolver las vulnerabilidades que la crisis de 2008 dejó al descubierto.

Estos pánicos a menudo se originan en las sombras del sistema financiero, donde las grandes entidades bancarias intercambian activos. Decir que se sabe poco acerca del funcionamiento de este sistema no le hace justicia a nuestro grado de ignorancia. La Junta de Estabilidad Financiera (FSB por sus siglas en inglés), que trabaja en la reforma del sistema financiero mundial por encargo del Grupo de los 20 (G-20), formó un equipo de trabajo para clarificar la definición de la "banca en las sombras" con tal de supervisarla y hallar formas de regularla.

La definición de trabajo de la FSB dice que la "banca en las sombras" es la "intermediación crediticia en la que participan entidades y actividades al margen del sistema financiero regular". El organismo calcula que el sistema financiero global en las sombras movió unos US$ 60 billones (millones de millones) en 2010, una cifra asombrosa que representa entre 25% y 30% del total del sistema financiero.

Los bancos habitualmente forman parte de este sistema "en las sombras" junto a otros actores como fondos de cobertura, grandes conglomerados y fondos del mercado monetario. Estas partes acuden al sistema para intercambiar activos como valores hipotecarios o deuda europea por efectivo u otros valores líquidos de corto plazo.

Monografias.com

En el mejor de los casos, el sistema "en las sombras" ofrece una fuente diaria de financiamiento o liquidez. En el peor, permite a los bancos y otras entidades sacar de sus balances su exposición a ciertos activos, lo que allana el camino para que acumulen un alto nivel de apalancamiento y generen un riesgo sistémico. Esta fue, precisamente, la grieta que dejó al descubierto la crisis de 2008. Gary Gorton, profesor de la Universidad de Yale y uno de los expertos más connotados en este ámbito, señala que la crisis financiera fue "una corrida de los bancos y firmas contra otros bancos".

El problema es que poco se ha hecho para prevenir que una corrida bancaria de este tipo vuelva a ocurrir. Andrew Metrick, colega y colaborador de Gorton, recalca que hay dos maneras de hacer el sistema menos vulnerable a una corrida bancaria: los seguros y la regulación. El seguro estatal a los depósitos puso fin a las corridas tradicionales contra los bancos en EEUU después de la Gran Depresión de los años 30. El gobierno estadounidense, no obstante, probablemente no extenderá esta clase de garantías a las grandes instituciones financieras, pese a haberlas rescatado.

La segunda opción es la regulación. Una alternativa es transferir más operaciones entre entidades privadas a un sistema centralizado que las autoridades puedan monitorear y regular. Pero es difícil impedir que las instituciones canjeen activos directamente entre ellas. Y no está claro si la transferencia de estas actividades a un sistema centralizado reduciría el riesgo sistémico.

Peor aún, una medida de este tipo podría exacerbar la escasez de activos de calidad usados como garantía en estas operaciones.

Paulatinamente, las autoridades se dan cuenta de las implicaciones. Tomando en cuenta la velocidad de la crisis europea, sin embargo, cualquier medida que ayude a impedir una nueva corrida bancaria en las sombras podría llegar demasiado tarde.

De la "banca en la sombra" a la "bolsa en la sombra" (¿con Madoff de CEO?)

"BlackRock Inc. planea lanzar este año una plataforma de corretaje que le permitiría al mayor administrador de dinero del mundo y sus pares saltarse a Wall Street y comercializar bonos directamente entre ellos"… BlackRock busca montarle competencia a Wall Street (The Wall Street Journal – 12/4/12)

El centro de corretaje electrónico tiene el potencial de reducir una lucrativa fuente de ingresos para los bancos de inversión, en un momento en el que sus negocios están siendo restringidos por los desempeños decepcionantes de los mercados y nuevas regulaciones diseñadas para restringir el riesgo luego de la crisis financiera.

La plataforma de corretaje sería operada por la división BlackRock Solutions, con sede en Nueva York y ofrecería a 46 clientes -incluyendo fondos soberanos, aseguradoras y otros gestores de dinero- la capacidad de cotizar bonos corporativos, títulos hipotecarios y otros activos, dicen ejecutivos de la empresa.

Según el plan, la plataforma buscaría juntar a compradores y vendedores de los mismos títulos, en un proceso conocido como "operaciones cruzadas". BlackRock Solutions cobraría una pequeña comisión por el servicio, la cual sería mucho menor a las comisiones por operación de Wall Street.

Algunas de las transacciones eliminarán la necesidad de usar a los corredores de Wall Street que desde hace tiempo han actuado como intermediarios en los mercados de crédito. El negocio de activos de BlackRock, que supervisa US$ 3,5 billones (millones de millones), también usaría la plataforma.

Ejecutivos de BlackRock argumentan que la plataforma no está destinada a competir con los bancos de inversión, sino que busca reducir los costos y cerrar una brecha en la disminuida capacidad de Wall Street para proveer liquidez al mercado.

"No va a canibalizar a Wall Street", aseguró Richard Prager, director de corretaje global de BlackRock en una entrevista. "Si hay una ahorro disponible para los clientes, vamos a dárselo".

El presidente ejecutivo de BlackRock Lawrence D. Fink ha sido uno de los principales críticos de la forma en la que los bancos de Wall Street se quedan con una amplio "spread" o diferencial de precio entre el precio de compra y de venta de los bonos y ha buscado reducir los costos para los clientes de su firma.

Los inventarios de corretaje de bonos corporativos e hipotecarios en poder de las grandes firmas, principalmente los bancos de Wall Street, se han reducido más de 70% desde 2007, lo cual marcó el inicio de la contracción crediticia que precedió a la crisis financiera. A lo largo del mismo periodo, la emisión de bonos corporativos se ha elevado y la cantidad de actives en manos de la comunidad de inversionistas se ha incrementado significativamente.

En Wall Street, el plan de BlackRock es controvertido por su potencial para reducir los ingresos por corretaje de las firmas.

Sin embargo, el gran tamaño de BlackRock lo convierte en uno de los principales clientes de Wall Street por lo cual es difícil ignorarlo. Los fondos que gestiona pagan miles de millones de dólares en comisiones de corretaje y cargos a las grandes firmas cada año y probablemente Black Rock seguirá llevando transacciones a Wall Street, incluso si la firma hace algunos corretajes en su propia plataforma.

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