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Mendive y los valores inculcados a Martí



  1. Introducción
  2. Desarrollo
  3. Conclusiones
  4. Bibliografía

Frase

El educador revolucionario es alguien que lucha por transformar, sin perder de vista que toda obra nueva auténtica, legítima, entraña siempre una negación dialéctica de la anterior; que toma de aquella todo lo positivo y lo proyecta en nuevas condiciones de desarrollo.

José Martí

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Introducción

De la tierra, y de lo más escondido y hondo de ella, lo recogemos todo, y lo pondremos donde se le conozca y reverencie; porque es sagrado, sea persona o cosa, cuanto recuerda a un país, y a la caediza y venal naturaleza humana, la época en que los hombres, desprendidos de sí, daban su vida por la ventura y el honor ajenos.

A sus quince años, ya José Martí había saludado el 10 de octubre con un gallardo soneto clandestino, había definido en el editorial de El Diablo Cojuelo la tajante disyuntiva cubana: "O Yara o Mendive", y había publicado en La Patria Libre su poema dramático Abdala, donde se esboza el argumento central de su destino. Por esos mismos días ocurren los sucesos del Teatro Villanueva. Estos tres hechos de su adolescencia ilustran la influencia que ejerció Rafael María de Mendive en la formación de la personalidad de Martí. Es así como el 15 de enero de 1871 cuando parte desterrado de La Habana escribe, a bordo del vapor "Guipúzcoa" una breve carta a su maestro en la que además de despedirse, le dice: "( …porque todo lo que de bueno y generoso tengo se lo agradezco a usted….)". No tiene cabida al plantear que la educación moral en Martí encuentra sus raíces y fundamentos teóricos en la ética del pensamiento revolucionario cubano de Mendive, y en consecuencia, el pensamiento ético martiano, como forja teórica e ideológica de una conciencia moral que vibra al calor de la forja de la identidad nacional tiene un condicionamiento histórico y social, es decir, se forma y desarrolla a partir de las condiciones económicas y sociopolíticas de sus épocas.

Desarrollo

Martí se forma en las manos de Mendive. Los conceptos fundamentales
de la prédica martiana: amor a la libertad, decoro, dignidad, prestigio,
justicia, preocupación por los humildes, pureza de pensamiento, eran
virtudes atesoradas por Mendive las cuales supo transmitir a su discípulo.
El encuentro de Martí con el maestro cubano Rafael María de Mendive
fue decisivo porque Mendive además de maestro era un patriota irreductible,
dirigía la escuela en la que Martí fue matriculado, y descubrió
pronto las cualidades excepcionales del muchacho. Fue en él, que Martí
vio deslumbrado, todavía en su niñez, la conjunción del
hombre de letras, el maestro y el patriota, al intelectual que se opone virilmente
a la tiranía y sufre cárcel y destierro. Imposible no reconocer
esa fijación en las primeras actividades públicas de Martí,
que reproducirán por esos años y magnificarán más
tarde las del maestro. Cuando Martí tiene quince años, el 10 de
octubre de 1868, estalla en Oriente la Revolución de Yara, la guerra
cubana contra España que habría de extenderse en su primera parte
por diez años. Aunque hijo de españoles, Martí el discípulo
predilecto del criollo Mendive, se identifica desde el primer momento con la
causa de Yara y publica clandestinamente su soneto "El Diez de Octubre".
Posteriormente en La Patria Libre da a conocer su poema dramático Abdala,
escrito expresamente para la Patria. Este hombre de destino y fiel seguidor
de los ideales de su maestro, con solo 16 años escribe la profecía
de su vida. En lo adelante, los sucesos van a precipitarse, el colegio de Mendive
será clausurado; el maestro encarcelado primero y deportado después
y aun cuando más tarde, Martí habrá de pasar por lo mismo
y se verá obligado a abandonar su patria para ir al destierro (luego
del presidio), llevará consigo la imagen transparente de su maestro,
sus sabias enseñanzas y los valores morales que en él, formó
Rafael María de Mendive.

En el recorrido histórico de la vida de José Martí
encontramos al maestro que marca en él la formación de determinadas
convicciones que repercuten en todo el desarrollo ulterior de su vida, pensamiento
y obra revolucionaria; estas convicciones en Martí son núcleos
de la síntesis de los conocimientos y los valores los cuales cree con
argumentos y profundos sentimientos, que se traducen en las cualidades morales
y en el sentido de su vida, en la búsqueda de la felicidad, la bondad
en armonía con la belleza, orientado por la justicia social y la dignidad
humana. De esta forma las normas morales de su conducta ante la vida expresan,
además, una profunda sensibilidad para su orientación hacia lo
bueno y su actitud ante lo malo, lo bello o lo feo, que dicen de la espiritualidad
y riqueza de su mundo interior que cultivará en él, Mendive unido
al desarrollo de cualidades especiales como la capacidad de resistir, de sacrificarse,
la de sufrir, la paciencia y la previsión .En la trayectoria de su vida
cotidiana este proceso formativo inicial, que marca la individualidad de José
Martí, va acompañado de la acumulación de experiencias
y vivencias morales personales, que unido a sus juicios de valor con un sentido
crítico y reflexivo a la luz del deber ser moral ante la patria y nación
cubana, contribuyeron de una forma decisiva a la formación de determinadas
ideas morales en una forma de conciencia con un contenido de elevados valores
humanos, patrióticos y revolucionarios.

Puede afirmarse que fue Mendive el factor importante del marco de influencia
social en el proceso de formación de su pensamiento ético y de
sus convicciones morales; así, no hay discurso u oratoria de Martí
donde no está presente el carácter de la ética de su maestro,
no hay una obra literaria de las tantas que nos legara, donde no están
presentes sus condiciones morales con respecto a todo lo que le rodeaba, así
como toda su acción siempre estuvo preñada de la actitud digna,
del deber a cumplir, del respeto por los demás, incluso por el enemigo
tal como se lo inculcara su maestro. Este pensamiento ético apartó
los valores fundacionales de la conciencia nacional, revolucionaria y patriótica,
en el alto sentido del deber, sobre todo del deber ante la patria del honor,
del ejemplo, de la justicia, de la fuerza de acción sin maldad e intereses
mezquinos, su prédica por la honestidad de los hombres y mujeres, niñas
y niños, su defensa de la verdad por sobre todas las cosas, del amor
al trabajo, su crítica a la vida fácil, al ocio, a las falsas
vanidades personales, su odio implacable contra el racismo y la esclavitud,
su elevado humanismo, su sensibilidad ante lo bello y lo bueno, su solidaridad
y respeto ante las causas justas y nobles en cualquier parte del mundo, así
como el sentido del colectivismo, extendido sobre todo como la unidad necesaria
para lograr la independencia.

Es difícil distinguir entre tantos valores que cultivo Martí,
cual supero a cual, pero no se puede hablar de Apostal sin dar el justo sitio
al valor del patriotismo, para evidenciarlo habría que hacer toda una
síntesis de su vida y obra, pero tomaremos los puntos de referencia más
significativos, tales como: su antiimperialismo y su labor en la fundación
del Partido Revolucionario Cubano. La anexión significaba para Martí
un hecho bochornoso que obligaría a Cuba a vivir plegada y con la frente
inclinada, bajo el desprecio de quienes la codiciaban. Para el, en ello no hay
ni honor, ni moral, pues va en contra de la dignidad humana, lo moral es defender
y luchar por la libertad de su patria, sin anexión. En su discurso: "Con
todos y para el bien todos", podemos encontrar en su ideal de la futura
República, una tesis central que revela su esencia.

(…)Yo quiero que la ley primera de nuestra República sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre .En la mejilla ha de sentir todo hombre verdadero el golpe que reciba cualquier mejilla de hombre (…). Levántese por sobre todas las cosas esa tierna consideración, ese viril tributo de cada cubano a otro "(…) y pongamos alrededor de la estrella, en la bandera nueva esta tierna consideración, este nivel tributo de cada cubano a otro.

Como se puede apreciar al interpretar estas máximas, Martí consideraba necesario un bien que fuera base y principio fundamental para todo hombre en esta República, que se expresara en sus relaciones morales. Por ello, una sus obras de gran significación política para el logro de esa Republica que quiere Martí, es la organización y creación del Partido Revolucionario Cubano, cuidaba celosamente la limpieza y pureza de este Partido para preservar su objetivo que era lograr la unidad de los cubanos, la organización, preparación y dirección de la lucha, libre de intereses personalistas y ambiciones mezquinas; ante el deber urgente de la Patria el PRC debía cumplir su misión como alma visible de la Revolución en su carácter ideológico .

Sobre el escribe Martí en carta a Enrique Trujillo:

Mi generoso amigo:

Y ¿cómo quiere que en algunas líneas diga todo lo bueno y que pudiera y yo decir de aquel enamorado de la belleza, que la quería en las letras como en las cosas de vida, y no escribió jamás sino sobre verdades de su corazón o sobre penas de la patria? De su vida de hombre yo no he de hablar, porque sabe poco de Cuba quien no sabe cómo peleó él por ella desde su juventud, con sus sonetos clandestinos y sus sátiras impresas; como dio en España el ejemplo, más necesario hoy que nunca, de adquirir fama en Madrid sin sacrificar la fe patriótica; cómo empleó su riqueza; más de una vez, en hermosear a su alrededor la vida, de modo que cuanto le rodeaba fuese obra de arte, y hallaran a toda hora cubierto en du mesa los cubanos fieles y los españoles generosos; cómo juntó, con el cariño que emanaba de su persona, a cuantos, desagradecidos o sinceros para con él, amaban como él la patria, y como él escribían de ella. De la Revista de la Habana nada le diré aquí; ni de las traducciones de las Melodías de Tomas Moore; ni de su cariño de hijo para José de la Luz y Caballero y de hermano para Ramón Zambrana; ni de la tierna amistad que le profesaron, aun cuando las contrariedades le tenían el carácter un tanto deslucido, los hombres, jóvenes o canosos, que llevaban a Cuba en el corazón, y la veían, fiera y elegante, en aquella alma fina de poeta. ¿No recuerdo yo aquellas noches de la calle del Prado, cuando el colegio que llamó San Pablo él porque la Luz había llamado al suyo el Salvador?: José de armas y Céspedes, huyendo de la policía española, estaba escondido en el cuarto mismo de Rafael Mendive; en el patio, al pie de los plátanos, recitábamos los muchachos el soneto ¨Señor Mendive¨ a Lersundi; en la sala, siempre vestido de dril blanco, oía él, como si conversasen en voz baja, la comedia que le fue a recitar Tomás Mendoza ;o le mudaba a Francisco Sellén el verso de la elegía a Miguel Ángel, donde el censor borro " De Bolívar y Washington la gloria " , y él puso, sin que el censor cayese en cuenta, ´´De Harmodio y Aristogiton la gloria´´; o dictaba , a propósito de uno u otro Sedano, una sextillas sobre´´ los pancistas´´ que restallaban como latigazos; o defendía de los hispanófobos, y de los literatos de enaguas , la gloria cubana que le querían quitar a Avellaneda; o con el ingeniero Roberto Escobar el abogado Valdés Fauli y el hacendado Cristóbal Madan y el estudiante Eugenio Entensa, seguía, de codos en el piano, la marcha de Céspedes en el mapa de Cuba; o me daba a empuñar su reloj, para prestarles seis onzas a un poeta necesitado. Y luego yo le lleve un reloj nuevo, que le compramos los discípulos que le queríamos; y se lo di, llorando.

O de un poco antes pudiera yo hablarles, cuando lo acababan de hacer director del colegio, y él estaba de novio de sus segundas nupcias, con una casa que era toda de ángeles. Los ángeles se sentaban de noche con nosotros, bordando y cuchicheando, a oír la clase de historia que nos daba, de gusto de enseñar, Rafael Mendive; o nos oían detrás de las persianas, cuando las expulsaban por traviesas, lo que,-ante el tribunal de Valdez Fauli y Domingo Arosarena, y Julio Ibarra, y el conde de Pozos Dulces y Luis Victoriano Betancourt, -teníamos que decir sobre ´´el funesto Acibiades´´ o ´´el magnífico Artajerjes´´ o ´´los sublimes Gracos´´. Era maravilloso, -y esto lo dice quien no usa en vano la palabra maravilla, -aquel poder de entendimiento con que, de una ojeada, sorprendía Mendive lo real de un carácter; o como, sin saber de ciencias mucho, se sentaba a hablarnos de fuerzas en la clase de física, cuando no veía el pobre Manuel Sellen, -y nos embelesaba. De tarde, de que llegasen sus amigos, dictaba un tierno amanuense las escenas de su drama inédito La Nube Negra, o capítulos de su novela de la sociedad habanera donde están, como flagelados con rosas, pero de modo que se les ve pestañear y urdir, los héroes de la tocineta y del chisme y del falso dandismo.

¿Se lo pintaré preso, en un calabozo del castillo del Príncipe, servido por su Micaela fiel, y :sus hijos, y sus discípulos; o en Santander, donde los españoles lo recibieron con palmas y :banquetes?; ¿o en New York, adonde vino escapado de España, para correr la suerte de los cubanos, y :celebrar en su verso alado y caluroso al héroe que caía en el campo de pelea y al español bueno que :no había querido alzarse contra la tierra que le dio el pan, y a quien dio hijos?; ¿o en Nassau, :vestido de blanco como en Cuba, malhumorado y silencioso, hasta que, a la voz de Víctor Hugo, se :alzó, fusta en mano, contra Los dormidos?; ¿o en Cuba, después de la tregua, cuando respondía a un :discípulo ansioso: ¨¿Y crees tú que si, por diez años a lo menos, hubiese alguna esperanza, estaría :yo aquí?¨ ¿A qué volver a decir lo que saben todos, ni pensar en que los diez años han pasado? : Prefiero recordarlo, a solas, en los largos paseos del colgadizo, cuando, callada la casa, de la luz: de la noche y el ruido de las hojas fabricaba su verso; o cuando, hablando de los que cayeron en el cadalso cubano, se alzaba airado del sillón, y le temblaba la barba.

Su

José Martí

José Martí, El Porvenir, Nueva York, 1 de julio de 1891

Conclusiones

En el presente trabajo se ha pretendido hacer una síntesis de los tantos valores morales que confluyeron en la personalidad de Martí, y en cuya formación de origen tuvo una extraordinaria influencia su maestro Rafael María de Mendive. Fueron valores muy sólidos, convicciones muy enraizadas, y en consecuencia con su pensamiento ético fue ejemplo, alcanzo el alto sitial que solo alcanzó el héroe, el paradigma, hasta el punto de que cayó peleando por su Patria; cayó en el campo de batalla porque era un hombre de principios sólidos, con disposición a la acción, a dar el ejemplo, lo hicieron ser el primero, lo hicieron ser un fácil blanco al descubierto en un terreno que era desconocido para él, pero murió como él quiso. Así cayó Martí, pero se levantó un símbolo que sintetizo lo mejor del ser humano y los más emblemáticos valores morales que han quedado como patrimonio de Cuba, del continente americano y de cualquier latitud del mundo donde haya un hombre que piense en el bien, en la Patria, en el prójimo y en la justicia.

Hoy los estudiantes universitarios de Cuba y toda Latinoamérica llevan enraizados dentro de sí, muchos de los tantos valores que poseía nuestro Apóstol, y que un día, así como nosotros lo aprendimos de él, él los aprendió de un gran maestro, Rafael María de Mendive. Por lo que este trabajo nos ha servido para ampliar nuestros conocimientos y conocer nuevos horizontes sobre la vida y obra nuestro Héroe Nacional, pues en los momentos en que vivimos se hace necesario que afloren en cada cubano tantas virtudes heredadas del Apóstol. Nosotros los profesionales de la salud contamos con la solidaridad, el antirracismo, el amor a la patria, la valentía, honradez, desinterés, y muchos otros valores que nos legó Martí para así poder ayudar a cada uno de los pueblos hermanos que han necesitado de nuestra ayuda, la que sin dudar hemos prestado por el bienestar y la salud mundial.

Bibliografía

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  • 9. Siracusa, Jordi (2005). Adiós, Habana, adiós. « introducción de Eusebio Leal Spengler ».

 

 

 

Autor:

Juan Pablo Ricardo Pérez *

Yakelín Bairan Almaguer **

* Estudiante de 2do año de Medicina. Alumnos ayudantes en la especialidad de Cirugía

** Estudiante de 4to año de Medicina

Filial de Ciencias Médicas Urselia Díaz Báez

Trabajo Martiano

2015 – 2016

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