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Sistema de actividades políticas educativas que contribuya al fortalecimiento del valor patriotismo (Cuba)



Partes: 1, 2

  1. Resumen
  2. Principales teorías del proceso de fortalecimiento de valores
  3. La Educación patriótica en la escuela cubana actual
  4. Fundamentación de las posiciones teóricas y metodológicas que fundamentan el sistema de actividades
  5. Orientaciones metodológicas para la implementación del sistema de actividades
  6. Actividades para el fortalecimiento del valor patriotismo
  7. Estructura del sistema de actividade

Resumen

La educación en valores, es una problemática objeto de análisis en diferentes países, principalmente en Cuba porque constituye un problema global vinculado a la existencia del ser humano, al desarrollo de la personalidad y a sus condiciones de ser social.

El objetivo esta investigación es elaborar un sistema de actividades políticas educativas que, contribuya al fortalecimiento del valor patriotismo.

Durante el desarrollo de la investigación se utilizaron métodos teóricos, empíricos y matemáticos-estadísticos que posibilitaron la obtención de numerosos datos, que fueron procesados y se complementaron con el apoyo de métodos teóricos, que posibilitaron una elaboración superior del conocimiento.

Principales teorías del proceso de fortalecimiento de valores

La teoría del conocimiento del marxismo revela la esencia de la relación cognoscitiva del hombre partiendo de su actividad transformadora, lo que posibilita investigar el surgimiento de los conceptos, categorías, regularidades y leyes y fundamentar la actividad del conocimiento humano.

El carácter universal y científico de la dialéctica materialista radica en que se basa en el conocimiento de las leyes más generales del fortalecimiento, por su parte, los principios y las leyes de la filosofía marxista leninista constituyen un método que posibilita el logro de nuevos resultados en el proceso del pensamiento y en la actividad práctica del hombre.

Las concepciones filosóficas, de acuerdo con sus posiciones respecto a los valores, pueden ser concretadas en dos grandes tendencias: la primera interpretativa, de carácter objetivita de los valores, dirigida a su implantación y fundamentación axiológica; la segunda, empirista, de corte historicista, relativa y subjetivista. El valor constituye el deber de ser una norma y la filosofía tendría como objetivo analizar y descubrir los valores de trascendencia y validez universal, para llegar a proponer una clasificación para los valores que los agrupa en: útiles, vitales, lógicos, estéticos, éticos y religiosos.

La segunda concepción defendía la idea de que los valores no pueden ser considerados, ni en sí mismos, ni en su relación con el hombre, al margen de la historia, porque la historia misma es la fuerza productiva que engendra las determinaciones de valor, los ideales, los fines con que se mide el significado de los hombres y de los acontecimientos. La concepción materialista dialéctica, que se tomó como punto de partida y sustento de la investigación, asevera que la implicación de lo educativo con el sistema de valores tipifica la realidad sociocultural, de lo que se infiere el valor educacional de proyectar estos valores como vía para lograr la regulación social, el comportamiento formal y la conducta personal.

Sobre los diferentes enfoques y concepciones psicológicas adoptadas la Dra. Fonseca en su tesis de doctorado plantea que los disímiles enfoques que ha tenido la Psicología en relación con la Educación han hecho que se aprecien diferentes orientaciones al concebir categorías esenciales como: conocimiento, aprendizaje, asimilación y apropiación. Expresa además que el modelo educativo que se aplica en Cuba toma como sustento teórico la Psicología Humanista basada en el marxismo, en ella encuentran continuidad las fundamentales ideas educativas de las más sólidas raíces cubanas y están acordes con la Ciencia Psicológica Contemporánea.

La concepción adoptada es marxista porque tiene en cuenta el elemento histórico de todo fenómeno social, la formación del hombre en su contexto; José Martí, el Apóstol, se pronunció en este sentido al señalar que para comprender al hombre como ser social hay que analizar sus condiciones de vida y de educación. Esta teoría ofrece la explicación acerca de la educabilidad del hombre, por lo que se considera una teoría del fortalecimiento psíquico optimista y responsable pues hace consciente al educador de las posibilidades de educar al individuo y de la patriotismo que él tiene en la formación del mismo.

Las concepciones filosóficas que giran alrededor del tema se han determinado por diversos autores pudiendo destacar lo planteado por el Doctor José Ramón Fabelo Corzo, investigador auxiliar del Instituto de Filosofía donde plantea: "Debe evitarse en nuestra enseñanza una transformación fría y esquemática de valores, más que enseñar valores fríos debemos enseñar a nuestros alumnos y jóvenes a valorarse por sí mismos[1]4. Como todo fenómeno social los valores poseen un carácter histórico concreto, "aquello que antes no poseía significación para la sociedad lo adquiere ahora" (Fabelo, 1987) 5, Se puede decir que en el orden filosófico general se tiene en cuenta, la concepción de la actividad humana. Ella permite comprender la actividad valorativa como tipo específico de la actividad ideal, su naturaleza, esencia y funciones, así como su relación con la práctica y el conocimiento. Se descubre así mismo, el papel de los fines, en tanto norma e idea lo que expresa la intencionalidad y su carácter regulador de la actividad Desde el punto de vista psicológico el valor es el resultado de la interacción de la personalidad y el modelo social propuesto, que interviene en la regulación de la actuación como principio ético hacia el cual existe un fuerte compromiso emocional. La unidad de lo cognitivo y lo afectivo.

Según la doctora Viviana Gonzáles Maura (2003, p 16).6, plantea que la formación de valores no son simples conceptos intelectuales sino son formaciones de la personalidad, quiere decir, que ese proceso de interiorización de la personalidad transita por tres componentes: cognitivo, afectivo y conductual. Pudiendo resumir que los valores como base orientadora de la personalidad parten de un conocimiento previo, ahí está lo cognitivo, que se asume como propio, ahí está lo afectivo, para regular así la conducta del hombre como ser social, ahí está lo conductual.

Pedagogía arte de enseñar o educar a los alumnos. La práctica pedagógica innovadora en la actividad profesional que se propone renovar, transformar, brindar soluciones, dar respuestas y contribuir a resolver la problemática educativa a partir del método científico en forma de búsquedas creadoras y novedosas.

Las ideas de Vigotski nos llevan a reflexionar acerca de que "los valores no se transmiten directamente sino que se produce una reelaboración de lo interno y lo externo en la medida que se transforma" [2]7, asimismo transforma el medio que lo rodea, lo que es motivo suficiente para que se asuma este proceso en toda su complejidad y se analice que todas las relaciones de actividad y comunicación que se den en la escuela y en cada clase tienen una repercusión en la historia de la vida personal de cada menor y en la conformación de sus formaciones psicológicas, aún cuando no se proponga el maestro concientemente influir en este proceso. En lo psicológico los valores son parte de la vida espiritual lógica de la sociedad y del mundo interno de los individuos reciben las influencias y las incidencias o impactos de múltiples factores del contexto de la realidad social tanto en el macro como del medio social en que las personas nacen y se desarrollan.

De todos los factores sociales que interactúan con la esfera de los valores el factor económico (de última instancia) es el determinante. Este determinismo no es fatalista pues los valores se exigen como ideales que orientan la actividad de los individuos hacia actitudes transformadoras de la realidad. Los valores como categoría son estudiados por la Axiología (del griego axios = valor), que constituye la teoría filosófica que conceptualiza las nociones de lo valioso, en el campo de lo que es bello, estético y verdadero, como esencias y cualidades contenidas en las creaciones humanas. (Báxter, E., 1997).

Definir valores es muy complejo, pues en el concepto está implícita la ideología del sujeto que lo define, es por ello que en esta investigación se analizan los criterios de diversos autores cubanos, encontrando entre ellos cierta convergencia. En su gran mayoría parten de aceptar la definición de valor del filósofo Fabelo, J. R. (1989):

""Desde el punto de vista pedagógico, esta formación debe lograrse como parte de la educación general, científica que reciben los adolescentes y jóvenes: como conocimiento, como producto del reconocimiento de su significación que se transforma en sentido personal y se manifiesta como conducta".

Se asume esta definición pues se establece un nexo entre los conocimientos y su connotación social, siendo este elemento muy esclarecedor para la formación de los valores. Por su parte Báxter, E. (1999) plantea que: Los valores como categoría son estudiados por la Axiología (del griego axios = valor), que constituye la teoría filosófica que conceptualiza las nociones de lo valioso, en el campo de lo que es bello, estético y verdadero, como esencias y cualidades contenidas en las creaciones humanas. (Báxter, E., 1997).

Definir valores es muy complejo, pues en el concepto está implícita la ideología del sujeto que lo define, es por ello que en esta investigación se analizan los criterios de diversos autores cubanos, encontrando entre ellos cierta convergencia. En su gran mayoría parten de aceptar la definición de valor del filósofo Fabelo, J. R. (1989):

"Por valor generalmente se entiende, la capacidad que poseen determinados objetos y fenómenos de la realidad objetiva de satisfacer alguna necesidad humana, es decir, la determinación social de estos objetos y fenómenos, consistente en su función de servir a la actividad práctica del hombre".12 Se asume esta definición pues se establece un nexo entre los conocimientos y su connotación social, siendo este elemento muy esclarecedor para la formación de los valores. por su parte Báxter, E. (1999) plantea que:

"Desde el punto de vista pedagógico, esta formación debe lograrse como parte de la educación general, científica que reciben los adolescentes y jóvenes: como conocimiento, como producto del reconocimiento de su significación que se transforma en sentido personal y se manifiesta como conducta".

Es decir, que la Escuela Histórico – Cultural de Vigotski centra su atención en el fortalecimiento integral de la personalidad, propiciando un enfoque cualitativamente nuevo, no centrado en los componentes conductuales que impulsan el conocimiento, ni focalizando la atención exclusiva en la esfera cognoscitiva, sino valorando estos procesos en su integridad dialéctica y enfatizando en el enfoque de la personalidad como portadora de la actividad, social, en la que intervienen la Institución escolar, la familia, la comunidad y la sociedad en su conjunto, lo cual resulta de una significación extraordinaria para la Pedagogía y es decisivo para abordar la problemática de la educación en valores. El carácter dialéctico del mundo material y su reflejo en la conciencia del hombre. Y dentro de ellas en lo fundamental La Escuela Histórico – Cultural de L. S. Vigotski 1896 – 1934)[3] 8 Desde el punto de vista sociológico para el trabajo con valores el problema de la formación de valores, cuestión esencialmente humana, se resume en la adquisición por el sujeto de un compromiso ético, basada en los fundamentos de carácter moral. Según Líssette Mendoza en su trabajo "la formación de valores es un proceso complejo de carácter social, en el que intervienen diversos factores.

Ese comportamiento se expresa mediante acciones que se valoran positivamente por los demás, desde posiciones que implican reconocimiento social a la conducta individualizada.

En la época actual la problemática de los valores ha adquirido una relevancia de primer orden. El problema incide en que el hombre moderno ha traído como resultado la formación de un mundo unipolar a cuya cabeza se encuentra el país más poderoso y agresivo del planeta, la situación del mal llamado fin de la guerra fría, el proceso de globalización y la política neoliberal de algunos estados del tercer mundo.

Uno de los propósitos fundamentales de la educación cubana es lograr formar un hombre con principios y valores que les permitan enfrentar las complejas situaciones, para de esta forma poder asimilar los cambios y buscar soluciones aceptadas a los problemas complejos del mundo moderno.

La categoría central de esta teoría psicológica es la apropiación por el hombre de la herencia social precedente, a través de cuyas formas y recursos el sujeto, de forma activa, hace suyos los conocimientos, técnicas, actitudes, valores ideales de la sociedad en que vive, es decir, convierte en cualidades personales la cultura de su sociedad.

En la sociedad socialista la corriente Psicológica que predomina es la Socio- Histórico-Cultural, se tiene en cuenta la determinación histórico y social de la personalidad, el hombre es sujeto y no objeto del fortalecimiento social, el fortalecimiento de la conciencia tiene como base factores biológicos, psicológicos y sociales, el sujeto y el objeto interactúan dialécticamente y ambos se transforman; esta relación está mediada por la actividad práctica que el sujeto realiza con el objeto con el uso de instrumentos socio-culturales a través de la actividad en la interacción con el contexto el sujeto construye-internaliza las funciones superiores de la conciencia. (Rodríguez, 2002).

Esta corriente concibe al estudiante como un ente social protagonista y como producto de sus múltiples relaciones sociales y al maestro como regulador del proceso de trabajo del estudiante en dependencia del nivel de fortalecimiento que este ha alcanzado. Dicha corriente presupone al aprendizaje como una actividad social donde el sujeto es el centro de la actividad que actúa de manera consciente y orientada hacia un objetivo, tiene como principios básicos los del Materialismo Dialéctico que plantean que los conocimientos son imágenes de los objetos y fenómenos del mundo exterior, que estas son más reales y más vivas en la medida que en los objetos y fenómenos influyen en la conciencia y que lo que se adquiere como imagen existe antes de que se refleje en ella (Pino, 2002).

La corriente Socio-Histórico-Cultural está incluida dentro de las humanistas y desarrolladoras, pues promueve una concepción de enseñanza donde impera la flexibilidad, propone métodos y procedimientos directivos, dinámicos y participativos; concibe al maestro, activo, creador, investigativo, experimentador, flexible, espontáneo, orientador y al alumno como un sujeto activo, constructor del conocimiento, creativo, flexible, con un interés cognoscitivo propio, implicado y comprometido en el proceso de obtención de su conocimiento (González, 1999).

Esta corriente toma las ideas de Lev. Semionovich Vigotsky en lo referido a la teoría del fortalecimiento histórico cultural de la psiquis humana y de otros científicos de los antiguos países socialistas. Ellos reconocen que el hombre llega a elaborar la cultura dentro de un grupo social y no solo como un ente aislado, en esta elaboración, el tipo de enseñanza-aprendizaje puede jugar un papel determinante si este tiene un carácter desarrollador, que conduzca al fortalecimiento integral de la personalidad del estudiante y de sus potencialidades. (Silvestre; 2002). Según Vigotski la fuente principal del fortalecimiento psíquico es la interiorización de elementos culturales, que son las herramientas materiales o técnicas y principalmente los signos o símbolos: el lenguaje, los símbolos matemáticos, los de escritura, entre otros. Para Vigotski las funciones psíquicas inferiores son el resultado del fortalecimiento filogenético, siguen un proceso natural, común al hombre y los animales, que incluye aspectos de maduración biológica y las superiores, específicamente humanas, son consecuencia de un proceso de mediación cultural, a través de instrumentos (especialmente el lenguaje y el trabajo) en condiciones de interacción social y dependen de leyes histórico-sociales. Ambas líneas de fortalecimiento, la natural y la social, se interpenetran, el fortalecimiento orgánico se produce en un medio cultural por lo que se convierte en un proceso condicionado históricamente. A su vez, el proceso de condicionamiento histórico-social ocurre en un sujeto que ha alcanzado un fortalecimiento orgánico determinado. (Bermúdez, 2004) Vigotsky concibe la relación entre el sujeto y el objeto como interacción dialéctica (sujeto?objeto) en la cual se produce una mutua transformación mediada por los instrumentos socioculturales en un contexto histórico determinado. Para Vigotski existen dos formas de mediación: la influencia del contexto socio histórico (los adultos, compañeros y actividades organizadas) y los instrumentos socioculturales que utiliza el sujeto (herramientas y signos). Las transformaciones cualitativas que muestran el fortalecimiento psíquico están relacionadas con cambios en el empleo de los instrumentos, como formas de mediación, lo que posibilita al sujeto realizar acciones más complejas, cualitativamente superiores sobre los objetos.

Por su parte el psicólogo polaco Kobujovsky continuador de las ideas de Vigotski establece un conjunto de necesidades superiores distintivas del hombre a los que denominó necesidades orientadoras, por el rol que desempeñan en el proceso de auto corrección.

En este grupo incluyó tres tipos de necesidades: las cognitivas, las de contacto emocional y las de sentido de vida. En todos los criterios hay coincidencias, pues en los mismos se aboga por la formación integral de la personalidad teniendo en cuenta la cultura integral dentro de la sociedad en el marco histórico-social.

Los postulados de Vigotski constituyen la base conceptual y metodológica de este trabajo por la vigencia de sus concepciones sobre el aprendizaje como proceso de apropiación de la experiencia concretizada en los objetos y fenómenos del mundo humano.

El fortalecimiento psíquico de los individuos es un proceso complejo que exige el análisis no solo de las condiciones objetivas que influyen en él, sino también de las particularidades internas ya formadas en etapas anteriores.

El fortalecimiento de la personalidad no es un reflejo pasivo de la realidad. Vigotsky reconoce la vivencia como el eslabón central del fortalecimiento psíquico del niño. Es como nudo en el cual están atadas diversas influencias y circunstancias tanto externas como internas y Bozhovinch precisa como el carácter de estas vivencias dependerá del grado de satisfacción de sus necesidades. Las vivencias complejas variadas, las internamente contradictorias, ocultan tras sí la compleja estructura de las necesidades y aspiraciones del sujeto (Bozhovich L.l., 1981). La unidad dialéctica entre lo afectivo y lo cognitivo se refleja en los diferentes tipos de actividades y sistemas de comunicación, en los cuales el sujeto interactúa en cada momento de su vida y donde las vivencias están contenidas en esta unidad entre lo afectivo y lo cognitivo que se da en el proceso de comunicación. Vigotski en una de sus obras analiza el papel esencial de las vivencias en la configuración de la subjetividad y resalta a su vez el papel de la comunicación como la vía a través de la cual se hacen objetivas las vivencias, para él la conciencia del hombre es una conciencia social que se forma en la comunicación.

La esencia del fortalecimiento cultural consiste en que el hombre domina los procesos de su propio comportamiento, pero la premisa indispensable de ese dominio es la formación de la personalidad, de modo que el fortalecimiento de una forma u otra función depende y está siempre condicionado por el fortalecimiento global de la personalidad. (Vigotski, L.S; 1983).

La personalidad es sujeto y producto del fortalecimiento social, es la forma en que cada individuo se identifica con su familia, con la comunidad donde vive, con sus costumbres y tradiciones y hace suyos los intereses, motivos, aspiraciones y valores en el momento histórico que le tocó vivir. El hombre es un ser eminentemente social, que desde los primeros momentos está sujeto a normas y reglas que debe acatar dentro de su ambiente educativo, como piensa y desarrolla a la vez su individualidad, será capaz no solo de comprender aquellas normas que se le ofrecen, sino que no podrá modificarlas y enriquecerlas con su propia experiencia.

También el hombre es un ser biológico, poseedor de un sistema nervioso central con una enorme plasticidad, que le permite asimilar, e incorporar las múltiples experiencias e interactuar con ellas; de esta manera y sobre la base de la actividad sistemática se van formando y desarrollando los variados procesos y funciones psíquicas de su personalidad.

La actividad es un proceso unitario en el cual se lleva a cabo la interacción entre el sujeto y el mundo que lo rodea. La relación con el mundo de los sujetos y fenómenos de la realidad no se realiza de manera directa o inmediata, sino precisamente mediada de la actividad humana. (González Maura, V., 2000) En la formación para la personalidad hay que tener en cuenta la formación de valores. Los hombres se preparan para la vida desde el nacimiento a través de las relaciones que establecen con los padres, hermanos y demás miembros de la familia. La familia es el primer grupo que existe en la experiencia del ser humano, es la primera y más importante fuente de formación de valores en la personalidad. Cuando los padres cumplen con sus funciones se enriquecen espiritualmente a sí mismos y trasladan a los núcleos familiares vivencias y experiencias que el resto de los miembros de la familia hacen suyas, pero lo más importante es que preparan al niño para sentir amor por los demás, lo enseñan a comportarse.

El surgimiento en el niño del reflejo valorativo de la realidad, constituye un proceso gracias al cual aprenderá a diferenciar lo útil de lo perjudicial, lo bueno de lo malo, lo moral de lo amoral; pero este reflejo se forma en la actividad, en la interacción del niño con quienes lo rodean.

La formación de los valores: es un proceso educativo en el que una actividad, relación, proceso, conocimiento, cualidad, se construye o reconstruye, adquiere significado y sentido para la vida del menor, se personaliza, se estima y contribuye a la autorregulación del comportamiento. (Báxter, E. 1989) Las orientaciones valorativas: se consideran como formaciones psicológicas de la personalidad que orientan y guían las relaciones de actividad y comunicación en la que se pone de manifiesto una unidad compleja, dinámica contradictoria entre lo cognitivo, lo afectivo y lo volitivo. (Báxter, E, 1989) El fortalecimiento de los valores en los alumnos de primaria es de gran importancia, pues si tienen bien formados los mismos sabrán autorregular sus conductas, tendrán mejores sentimientos, actitudes y cualidades morales, lo que les permitirá un mejor fortalecimiento como seres sociales en el hogar en la escuela y en la comunidad.

Transformar los valores éticos y morales es una labor que con independencia de la definición etimológica de la palabra, lleva mucho tiempo. Estos se encierran en la conciencia individual de cada persona y se debilitan o refuerzan de conformidad con sus intereses y son las que le inducen a emplear o no la violencia, a apropiarse de lo ajeno, o cuidarlo, a hacer el bien o el mal a otras personas, a explotar o ayudar a los demás, a delinquir o ganarse la vida honradamente, a rehuir el vicio y la degradación o hundirse en ellos, acondicionando su conducta a lo que se considera correcto o no en el seno de la sociedad en que vive (Leiva Pagan, G, 2004) Atendiendo al valor moral debe tenerse en cuenta que su producción o asimilación subjetiva por los individuos de una sociedad concreta, se produce sobre la base de los siguientes componentes unidos entre sí:

Cognitivo: a partir de los conocimientos que el individuo posee, y se expresa en la concepción del mundo la cultura de la época, y el conocimiento de la moral vigente en la sociedad que vive, lo que representa una premisa indispensable para la asunción de determinados valores.

Afectivo-volitivo: abarca la esfera psicológica de los sentimientos, emociones, intuición, los motivos, el tesón, la firmeza y especial el de la voluntad, la cual es sometida bajo el control de la conciencia moral, individual, en los actos de elección de la conducta, cuya aprehensión e identificación con este sea capaz de movilizar la voluntad individual en su manifestación conductual.

Orientación ideológica: la significación social buena de un hecho, que reafirme el progreso moral en una sociedad dada, tiene una connotación ideológica que expresa condiciones de vida, el carácter de las relaciones individuo-sociedad y los intereses de las diferentes clases, predominando los intereses de la clase dominante sobre la conformación histórico-social.

Las vivencias y experiencia moral acumulada en la práctica, en el comportamiento: se produce en el transcurso de la vida y como resultado de las actitudes y conductas, en el contexto de las relaciones humanas. La y conductas del propio individuo, en sus relaciones con los demás y actividad moral posibilita la interrelación de los componentes cognitivos, afectivo-volitivos e ideológicos en el proceso de formación interna del valor, en la medida en que el contenido del valor, se practica en las actividades en la expresión de sus sentimientos y de sus convicciones. (Chacón Arteaga, N, 2000).

Los maestros deben acercarse al mundo familiar de sus alumnos; son muchas y variadas las técnicas que le proporcionan esta posibilidad: la entrevista con los padres, las escuelas de educación familiar, la composición y dibujo de temas familiares o la técnica sociométrica.

Se considera que los alumnos necesitan una positiva atmósfera emocional en la escuela para la formación de sus valores. La atención al hombre como ser social en su dimensión humana, es decir en toda su integridad, considerando todos los aspectos de su vida y el conjunto de sus necesidades, es un elemento importante para la formación de personalidades integrales, tarea esta que comienza desde que la madre embarazada necesita, entre otras cosas, una atmósfera emocional positiva. La escuela actual tiene que velar por los factores de la estructura social que influya en la vida de los alumnos y los trabajadores para armonizarlos adecuadamente y lograr que su influencia sea positiva.

El alumno debe encontrar amor en la escuela, a él se le debe demostrar cariño, dulzura y comprensión sin afectar la autoridad que necesita el maestro para conducir su educación.

Algunos maestros piensan que siendo severos, amenazando a los alumnos logran mejores resultados y es un error; pues lo afirmó el maestro José Martí: "Quién dice educar, ya dice querer". … "Enseñar es una obra de infinito amor". (Martì, J, 1975, pp. 290-291) El fortalecimiento de la actividad escolar, al insertar al alumno en las relaciones del grupo, estimula la necesidad de mayor acercamiento a sus coetáneos, compartir con ellos y hasta defenderse mutuamente cuando sienten que han sido ofendidos o agredidos; estas nuevas relaciones enriquecen el contacto social del mismo pero continúa muy influenciado por la personalidad del maestro, al que le concede gran autoridad, consideran sus decisiones inobjetables y las cumplen sin juzgarla, esto es algo que ha de tenerse muy en cuanta al desarrollar la comunicación con los escolares de los primeros grados.

"No hay nada que cimiente tanto a una colectividad como la tradición.(Makarenko, A, 1979, p.40) En este aforismo de Makarenko se expresa uno de los principios más importantes de la organización y la actividad de la colectividad. En las tradiciones se consolida la experiencia de las generaciones anteriores; en ella se educa el respeto al pasado de la colectividad y se forman las costumbres de buena conducta.

El maestro siempre debe recordar "las raíces" de la Patria, mantener vivos los ideales de los hombres que lucharon por defenderla, sus enseñanzas, el ejemplo de dignidad que legaron para que los alumnos los imiten y defiendan las conquistas de la Revolución y no traicionen jamás la gloria que se ha vivido.

Las líneas de la pedagogía cubana (Sánchez Collazo y Sánchez-Toledo, 2002) ratifican los principios sobre los que esta ha evolucionado, guiada por el ideario pedagógico martiano, que como se ha planteado es un pilar de contenido axiológico por excelencia materializado en estas directrices en las que se mueve la pedagogía cubana hoy. Los criterios del doctor Carlos Álvarez de Zayas son de gran importancia en la investigación que se realizó: Los valores expresan una dialéctica objetiva-subjetiva, ellos no son solamente objetivos ni subjetivos. El valor es la significación del objeto para el sujeto, o sea el grado de importancia que tienen las cosas para el hombre que se vincula con ese objeto.

La contradicción entre lo objetivo y lo subjetivo se resuelve en el proceso, en el caso de la presente investigación, especialmente es en el proceso docente educativo, fuera del proceso no se forman valores, si no está el hombre sumido en el proceso y transformando el objeto.

Los valores van conformando las convicciones, el objetivo recoge las convicciones a formar, los sentimientos a alcanzar y para esto es necesario precisar en cada elemento del contenido el valor propio del mismo vinculado al objetivo a alcanzar (Álvarez C, 1998).

El trabajo pedagógico para el fortalecimiento de valores, según Esther Báxter, cumple también con la segunda ley de la didáctica, donde se expresan las relaciones entre los componentes de dicho proceso, la preparación que reciben los alumnos, es decir, el contenido de la misma tiene que estar en función con el objetivo del modelo de escuela primaria, para esto se deben buscar mejores métodos para llevar el contenido de mejor manera para que puedan buscar la significación social positiva de lo aprendido, se ve aquí la relación (forma y método), siendo este último componente del proceso el portador en lo psicológico de lo afectivo para así modificar la actuación de los sujetos.

Para la formación de valores morales tener en cuenta los siguientes requerimientos generales: * Profesionalidad del maestro.

* Condiciones objetivas y subjetivas del medio social que sienten las premisas generales, tanto favorables como desfavorables para ellos.

* Carácter de la comunicación y de las relaciones interpersonales del niño o el joven, particularmente su necesidad de confrontar sus puntos de vista y su auto imagen con la valoración de los demás .Formación de la autoconciencia, conocimiento de sí mismo, afirmación del yo, en relación con el otro y los otros, ejercicios de valoraciones y autovaloraciones.

* Atención al mundo espiritual, esfera afectiva, valorativa, despliegue de los sentimientos, emociones, el tesón, la constancia, la voluntad.

* Utilización de los métodos de aprendizaje de participación activa que estimulen el talento, la creatividad y la independencia.

I·2 Antecedentes teóricos del proceso de fortalecimiento del valor patriotismo Esta temática supera las barreras políticas e idiomáticas, culturales y religiosas para formar un problema global que nos concierne a todos.

Los gobiernos están incluyendo en su plataforma de trabajo muy en serio todo lo relacionado con esta problemática. Aquí en nuestro país no se ha estado ajeno a los planes del gobierno revolucionario y nuestro Comandante expresó: Es defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio, es no mentir jamás ni violar principios éticos (Castro, Fidel, 2006).

Los valores como categoría, son estudiados por la Axiología (del griego axios = valor), que constituye la teoría filosófica que conceptualiza las nociones de lo valioso, en el campo de lo que es bello, estético y verdadero, como esencias y cualidades contenidas en las creaciones humanas.

Definir valor no es tarea fácil, pues el concepto está profundamente ligado a la ideología de quien lo define, es por ello que en la investigación se analizan los criterios de diversos autores cubanos, asumiendo el criterio de la doctora Esther Báxter que define los valores como : Una compleja formación de la personalidad, contenida no solo en la estructura cognitiva, sino fundamentalmente en los profundos procesos de la vida social, cultural y en la concepción del mundo del hombre, que existe en la realidad, como parte de la conciencia social y en estrecha correspondencia y dependencia del tipo de sociedad en el que alumnos, adolescentes y jóvenes se forman.

Se asume esta definición pues se establece un nexo entre los conocimientos y su connotación social, siendo este elemento muy esclarecedor para la formación de los valores.

Nuestra educación tiene un legado histórico, tiene raíces profundas en la pedagogía cubana de vanguardia del siglo XIX, tiene paradigmas de educadores formadores de valores éticos, morales, jurídicos, universales, Como: Félix Varela, José de la Luz y Caballero, José Martí y muchísimos otros.

De quienes nos han antecedido hemos aprendido métodos, estilos de trabajo, hemos asimilado sus mejores experiencias pedagógicas, pero el escenario en el cual nos encontramos ubicados es muy diferente al de las tres primeras décadas del triunfo revolucionario y nuestra escuela tiene la misión de dirigir el proceso formativo de las nuevas generaciones en estas circunstancias, educándolas en los preceptos de la sociedad socialista, pues como dijera Martí en su ideario pedagógico.

"Educar es depositar en cada hombre toda la obra humana que le ha antecedido: es hacer a cada hombre resumen del mundo viviente, hasta el día en que vive: es ponerlo a nivel de su tiempo, para que flote sobre él, y no dejarlo debajo de su tiempo, con lo que no podrá salir a flote; es preparar al hombre para la vida."(Marti, J, t.8) Los cambios producidos internacionalmente a principios de la década del 90 determinaron orientar el perfeccionamiento continuo de nuestro sistema educativo hacia la problemática de la formación de valores, constituyendo objetivo priorizado del Ministerio de Educación, la formación de valores inherentes a nuestra sociedad socialista en las nuevas generaciones, como una vía importante para mantener la continuidad histórica de la Revolución Cubana.

La herencia de la moral es clasista en la interacción de sus funciones formadas históricamente:

Para Vigotski (1982) (Talizina, 1988), ""la actividad humana es el proceso que media la relación entre el ser humano (sujeto) y aquella parte de la realidad que será transformada por él (objeto de transformación). Dicha relación es dialéctica, el sujeto resulta también transformado, porque se originan cambios en su psiquis por medio de signos que, como el lenguaje, sirven de instrumentos" (Talizina, N.F. 1988) "La escuela existe como institución social para la conservación del sistema social. En ella se forma el hombre, al futuro egresado de acuerdo con el sistema de valores comunes inherentes a esa sociedad. Sin embargo, tiene que convertirse, además en un instrumento de cambio, de modificación de esa misma sociedad" (Álvarez de Zayas, 1999:237).

El 1 de septiembre de 1997, nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz señaló:

"Para nosotros es decisiva la educación, y no solo la instrucción general, inculcar conocimientos cada vez más profundos y amplios a nuestro pueblo, sino la creación y formación de valores en la conciencia de los alumnos y de los jóvenes desde las edades más tempranas, y eso hoy es más que necesario que nunca (…)"(Catro, R, Fidel, 1997). Es por ello que la tarea del maestro crece en importancia, se multiplica su inmensa trascendencia en esa batalla por educar en los valores de la revolución y del socialismo, a las nuevas generaciones, porque es el arma fundamental para controvertir esos efectos negativos a fin de que nuestro país no se introduzcan los egoísmo, las desigualdades, las injusticias y los horrores del capitalismo La visión martiana de la patria y la cultura está comprometida por el conocimiento de lo propio como base esencial. El ser humano establece una implicación afectiva que lo identifica con lo suyo por medio de manifestaciones de diversa índole, el conocimiento de lo propio transita de la naturaleza a la historia, la arte, a las tradiciones y a todo lo que exprese lo mejor del ser y de su espíritu en una determinada coyuntura histórica.

Nuestros más insignes pedagogos del pasado fueron portadores de estos sentimientos patrióticos y pusieron especial interés en transmitírselos a sí podemos citar a continuación a los siguientes:

En la revista literaria Domínense José Martí expresó:

"Patria es humanidad, es aquella porción de la humanidad que vemos más cerca y en que nos tocó nacer y ni se ha de permitir que con el engaño del santo hombre se defiende a monarquías inútiles, regiones ventrudas o políticas descaradas y hambronadas, ni porque a estos pecados se a menudo el hombre de Patria, ha de regarse al hombre a cumplir su deber de humanidad, en la porción de ella que tiene más cerca" (Martì, J, 1979) En esta cita Martí refleja la estrecha relación entre el patriotismo y el internacionalismo, ve a la Patria como el medio de lucha contra los explotadores y el lugar donde el hombre comienza a cumplir su deber con la humanidad.

Consideraba el patriotismo y el internacionalismo como la lucha del hombre por la libertad de su patria y por el triunfo de los pueblos explotados.

Nuestro héroe nacional escribió en su obra Abdala:

"El amor, madre a la Patria No es el amor ridículo a la tierra Ni a la hierba que pisan nuestras plantas Es el odio invencible a quien la oprime Es el rencor eterno a quien la ataca" En José Martí el concepto de patriotismo no se limita a los sentimientos de amor al territorio, ni a las relaciones económicas, el idioma, la cultura, ni a las tradiciones de la nación.

En estos versos expresa su pensamiento patriótico y solidario impregnado de un profundo contenido político y social. Asimila lo mejor de las tradiciones De la ética de José Martí: El patriotismo es de cuantas se conocen hasta hoy, la levadura mejor, de todas las virtudes humanas ¨ José Martí: Con todos y para el bien de todos ¨. Obras Completas T 4. Pág. 270.

La formación del ciudadano, del patriota comienza desde la infancia con el sentimiento de amor a los patriotas, a la tierra natal, a la naturaleza, a las tradiciones. Sobre la base de estos sentimientos comunes a todos, se forma un elevado sentimiento de amor a la Patria. Por ello una de las direcciones principales del trabajo de la escuela en lo concerniente a la educación del patriotismo es desarrollar en los alumnos el sentimiento de amor a la Patria natal.

La siguiente expresión encierra una apreciación en la que Martí apuesta a lo mejor de todo aquello que motiva al hombre a juntarse, a unirse alimentados por la fe en la perfectibilidad del propio hombre "(…) Patria es comunidad de intereses, unidad de tradiciones, unidad de fines, fusión dulcísimo y consoladora de amores y esperanzas".(Martì, J, 1979)

¿Cuál es el camino a seguir en la formación del patriotismo en los escolares primarios?, y la respuesta válida siempre será que son muchos, son los caminos de la vida. Desde la educación, desde el maestro, hay múltiples senderos: los de la propia experiencia. La clave está en las tradiciones pedagógicas cuya expresión cimera la constituye el pensamiento universal de José Martí.

Estudiar las profundas concepciones educacionales y axiológicas de Martí nos permitirá:

Descubrir el inmenso caudal espiritual del ser humano.

Advertir la necesidad de reconocer y actuar en correspondencia con las diferentes etapas de su fortalecimiento evolutivo.

Comprobar el papel de lo afectivo en el proceso educacional.

Considerar los sentimientos principales que se deben cultivar en las edades tempranas.

Lo que se persigue en realidad, es educar en valores, no inculcar, no transmitir, no orientar, pues todo eso por separado conlleva a la absolutización, y esto solo se logra con la experiencia individual. Esto, sin negar el momento de la transmisión desde las diferentes vías en la dimensión educacional. Y que la naturaleza del valor espiritual como síntesis de lo afectivo y lo cognitivo implica que el proceso supone el fortalecimiento del intelecto y el cultivo de los sentimientos.

¿Cuáles son los desafíos de la educación? ¿Podrá dudar alguien de la importancia estratégica de la educación en el patriotismo desde las edades tempranas? ¿Podrá subestimarse el papel trascendental del educador en este noble empeño? Como las respuestas son obvias de lo que se trata es de aunar esfuerzos, de convocar a la inteligencia colectiva de nuestros educadores para perfeccionar el contenido, las vías y los métodos de la educación en el patriotismo.

Se trata de la búsqueda de un cubano enfoque del trabajo de nuestras mejores tradiciones, del aprendizaje colectivo desde la misma práctica escolar y de la reflexión oportuna sobre las mejores experiencias que tengan valor generalizador, la voluntad patriótica de nuestros maestros y su intransigencia cuando de principios y dignidad se trata, le acompañará la indagación pedagógica como vía imprescindible de la sistematización metodológica y del perfeccionamiento de las vías a utilizar.

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