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Análisis de "La Política" de Aristóteles (página 2)




Enviado por ffunes



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El cambio es aplicable a todas las propiedades, si bien en su origen no se extendía mas allá de las cosas necesarias para la vida, a medida que las relaciones se fueron transformando, se introdujo el uso de la moneda y con ésta nació la venta, que reveló cómo la circulación de bienes podía ser origen y fuente de ganancias considerables. Por ende, el dinero es el que parece preocupar al comercio, porque es el elemento y el fin de sus cambios, el interés es dinero producido por el dinero mismo, siendo de entre todas las adquisiciones, la usura, la más contraria a la naturaleza, que es un modo de adquisición nacido del dinero, al cual no se le da el destino para el cual fue creado.

Consideración práctica sobre la adquisición de los bienes:

Se deben conocer bien a fondo el género, el lugar y los productos que más prometan, también es esencial tener un conocimiento de la agricultura y las tierras, las cuales es preferible que sean arboladas, se ocupa a su vez de todos los animales, tanto acuáticos y volátiles, que puedan ofrecer alguna ventaja.

Su elemento principal es el comercio, que se divide en: marítimo, terrestre, y al por menor, entra también en consideración el préstamo a interés y finalmente, el salario. El último tipo de riqueza es la explotación forestal y minera, que pude ser de tantas clases como metales se saquen del seno tierra.

Conviene a todos los jefes de Estado, tener conocimiento de tales recursos, puesto que muchos gobiernos tienen la necesidad, como las familias de enriquecerse; y muchos gobernantes creen que sólo de esta parte de la gobernación deben ocuparse.

Del poder doméstico: La administración de la familia descansa en tres tipos de poder: el del señor, el del padre y el del esposo, según sobre quién se gobierne, si sobre el esclavo, los hijos o la mujer. Sobre los dos últimos, se manda como a seres igualmente libres, aunque sometidos a una autoridad diferente, que es republicana (respecto a la mujer), o regia (respecto de los hijos), ya que las afecciones y la edad dan a los padres el poder, lo mismo que los reyes, quienes deben ser superior a sus súbditos por sus facultades naturales, pero sin embargo, ser de la misma raza que ellos.

Una de las cuestiones que se suscitan es la de saber si al esclavo, aparte de actuar como instrumento y servidor, le son correspondientes algunas virtudes. Evidentemente, es necesario que posea algunas virtudes, aunque muy diversas de las que le corresponden a la mujer o a los hijos, por esto, el hombre libre manda sobre el esclavo de muy distinta manera a la que lo hace con los otros, estando éste absolutamente privado de voluntad alguna. El esclavo participa de nuestra vida, y no debe poseer virtud alguna más de la que le exige su esclavitud.

Libro segundo:

Examen de "La República" de Platón

El Estado es una asociación y como tal para que su funcionamiento sea eficiente, la comunidad política debe necesariamente abrazarlo todo, o no abrazar nada. El suelo, por lo menos debe ser necesariamente común, porque la unidad del lugar lleva consigo la unidad de la ciudad.

Platón sostiene que debe existir una comunidad de hijos, mujeres y bienes, pero lo que es común al mayor número, es de hecho, objeto de menor cuidado, ya que siempre uno se ocupa más de las cosas propias, que de las comunes. Dos son las cosas que mueven al hombre a hacer algo, el sentirlo propio y el sentirlo único, si el hombre no siente ninguna de éstas, no se ocupa de las cosas porque piensa que otro puede hacerlas.

También sostiene Platón que el ideal supremo de una ciudad, es su unidad absoluta, lo que también es criticado por Aristóteles, quien alega que de ésa manera, ya no habría mas ciudad "El bien para cada cosa es lo que asegura su existencia"(pág. 69). No es posible que en una comunidad manden todos a la vez, por lo que lo mejor sería la continuidad de oficios, incluso en la comunidad política, seria conveniente que siempre estuvieran los mismos en el mando. Para Aristóteles, esto no puede ser, ya que los ciudadanos son naturalmente todos iguales, por lo que todos deben tener igualmente el poder; según esta idea, el régimen que más se acomoda, es aquel en el que los gobernantes se retiran del poder en el que han sido desiguales, por turnos.

Otra cuestión, es si debe o no admitirse la comunidad de bienes, y buscar la forma de organizar la propiedad, de alguna de esas maneras. Para Aristóteles, el mejor sistema es el que regía en ese momento, donde la propiedad es común, pero individual, estaba distribuida para que cada uno se ocupara de la suya, obteniendo siempre así el mayor beneficio. Ayudar es el mayor placer, pero no lo es sin propiedad privada, por eso el mejor sistema, es el del la propiedad privada con uso común, ya que nada se puede hacer si se unifica la ciudad; sin duda debe haber ente la familia y la ciudad una unidad, pero no absoluta, el modo de atraer a la comunidad y a la unión del Estado, es mediante la educación.

En cuanto a las disensiones, pleitos y otros vicios que Sócrates hecha en cara a las sociedades, Aristóteles afirma que se encontrarán todos ellos sin excepción, pero según Sócrates, gracias a la educación, no habrá en su República de esos reglamentos de policía, de mercados y de otras materias, y sin embargo, no se ocupa de dar educación más que a sus guerreros. Su teoría "Dios no derrama el oro unas veces en el alma de los unos, y otra en la de los otros, sino siempre en las mismas almas". El deber del legislador es hacer dichoso a todo el Estado, pero todo no podrá ser dichoso cuando la mayor parte o algunos de sus miembros, están privados de esa dicha.

Examen del tratado de "Las Leyes" de Platón: En toda materia de legislación, nunca deben perderse de vista los elementos más importantes que lo conforman, que son: el hombre y la tierra. En cuanto al tema de propiedad, esta debe ser bastante abundante como para poder satisfacer las necesidades de una vida sobria, es un error el dividir los bienes en partes iguales y no establecer nada sobre el número de ciudadanos, lo más prudente es el limitar la población y no la propiedad, no dejarles que procreen sin limitación.

El sistema político que propone Platón para su comunidad, es un sistema intermedio entre democracia y oligarquía, a éste modo de gobierno, él lo llama República, por ser el correspondiente a los ciudadanos que empuñan las armas. La constitución que pretende, es una compuesta por elementos de demagogia y tiranía. La crítica a este sistema, es que necesariamente da lugar al predominio de los que pagan más, ya que muchos de los pobres se abstendrían de votar y de ninguna manera se los puede obligar a ello.

En los capítulos siguientes, correspondientes al presente libro segundo de "La Política" de Aristóteles, él realiza una descripción detallada de las constituciones según los diversos autores o lugares, sobre las cuales no creo muy importante la necesidad de analizarlas detalladamente para la realización del siguiente trabajo. Pero de entre todos los tipos de legislaciones que analiza, me parece de suma importancia la de Faleas de Calcedonia, él ha sido el primero que asentó el principio de igualdad de fortuna, indispensable para el buen orden dentro de la comunidad, ya que de ésta manera se reduce el riesgo de disensiones civiles, aunque no de manera completa, puesto que en el hecho de tener todos lo mismo, aquellos que eran superiores se irritarán al verse reducidos. El remedio, será la propiedad, el hábito de trabajo y la templanza, pero aquél que quiera encontrar la felicidad en sí mismo, deberá encontrarla por medio de la filosofía.

Analiza también la constitución ideada por Hipódamo de Mileto, la de Lacedemonia, la perteneciente a Creta, la de Cartago, Solón , Zaleuco, etc.

Libro tercero:

Del estado y el ciudadano

El Estado es una comunidad, formada por elementos diferentes y el gobierno de ese estado, depende de la organización impuesta por todos los miembros que lo conforman.

El ser ciudadano no depende del domicilio, ya que esclavos y extranjeros también poseen uno, tampoco proviene del derecho de entablar una acción jurídica, porque esto pueden hacerlo las personas que no son ciudadanos, la característica distintiva del ciudadano es que este goza de funciones políticas y judiciales, tanto como juez o magistrado, es decir que posee libertades políticas. Dentro de la categoría de los ciudadanos, hay una división entre Ciudadanos incompletos: que son aquellos que aún no han llegado a la edad de inscripción cívica; y Ciudadanos jubilados: que son los ancianos que ya han sido borrados de la inscripción cívica. La definición de ciudadano es relativa del lugar donde se la aplique, varía según la forma de gobierno, el caso del que estamos hablando acá, es el correspondiente a la forma democrática principalmente.

La obra común de todos los ciudadanos es la prosperidad de su estado, sin importar las diferencias de los destinos de sus actos, así, la virtud del ciudadano se refiere exclusivamente a la relativa al estado, pero como este se encuentra revestido de diferentes formas (según el tipo de gobierno que adopte), la virtud del ciudadano no puede ser nunca una, al contrario de la virtud del hombre de bien, que es una y absoluta , entonces, es lícito que la virtud del ciudadano sea distinta que la del hombre privado.

Teniendo en cuenta la república perfecta, donde cada ciudadano debe llenar las funciones que le han sido confiadas, supone que cada uno debe tener una función diferente según su función, con lo que no puede existir identidad entre la virtud cívica, que puede variar según la función que cada uno desempeñe dentro de la república perfecta, y la virtud privada, que tiene que ser única y puede no encontrarse presente en todos los hombres. El magistrado digno de ejercer el mando, debe de contar con esta doble virtud, de buen ciudadano y de hombre de bien, por lo que a los hombres destinados a ejercer el poder, es preciso educarlos de manera especial.

El buen ciudadano debe poseer las virtudes, tanto de mando (la prudencia), como de súbdito (la obediencia), y contener así la ciencia, la fuerza del mando y la obediencia. Debe saber tanto obedecer, como mandar a los que los obedecen para que realicen los trabajos, entre éstos se hallan incluidos los artesanos.

En conclusión, el ciudadano es aquel hombre político, que es o puede ser dueño de ocuparse, tanto personal como colectivamente de los intereses comunes y tiene participación en los asuntos públicos. Las condiciones del ciudadano van a variar según el tipo de constitución sea aristocrático, en el que el honor de desempeñar las cuestiones públicas esta reservado a la virtud y a la consideración, los artesanos y obreros no serían ciudadanos dentro de este sistema, mientras que estarían considerados dentro de la clase ciudadana en algún otro, pero no en la constitución perfecta.

Teoría de los gobiernos y de la soberanía: La constitución es la que determina en todas partes la organización del Estado en relación con las magistraturas, principalmente la soberana, el soberano es siempre el gobierno, por lo que es la constitución misma.

Se pueden diferenciar dos tipos de constituciones, según el interés que persigan, pueden ser:

Constituciones puras: son las hechas en vistas del interés general, son puras porque practican rigurosamente la justicia Constituciones impuras: sólo tienen en cuenta el interés personal de los gobernantes, no son más que una corrupción de las buenas constituciones, están viciadas. Aristóteles divide las formas de gobierno en puras e impuras, que son las deformaciones de las formas puras, según persigan el interés de uno o muchos. Así, encuentra dentro de las formas puras de gobierno:

La Monarquía: que es el gobierno de uno sólo. La Aristocracia: que es el gobierno de una minoría conformada por hombres de bien. La República: que es el gobierno de la mayoría Y dentro de las formas impuras, están:

La Tiranía: que es la que tiene como fin el interés personal del monarca. La Oligarquía: que es la que tiene como fin el bien personal de los ricos. La Demagogia: que tiene como fin el bien particular de los pobres. El fin del Estado debe ser siempre, no sólo la existencia material de todos los asociados, sino también su felicidad y su virtud, siendo ésta última la de primer cuidado dentro del Estado, para que la asociación política no se convierta en una alianza militar, ni la ley en una mera convención. La ciudad es la asociación del bienestar y de la virtud, para el bien de las familias y las diversas clases de habitantes, para alcanzar una existencia que se baste a sí misma.

Si dentro de la ciudad hay algún ciudadano, o muchos, que tengan tal superioridad de méritos que los demás ciudadanos no puedan competir con el suyo, siendo la influencia política de estos individuos, incomparablemente más fuerte, no pueden ser confundidos en la masa de la ciudad, porque reducirlos a iguales sería cometerles una injuria, ya que podría decirse que son dioses ente los hombres.

La ley no se ha hecho para seres superiores, sino que ellos mismos son considerados la ley, sería ridículo intentar someterlos a la constitución. Esto es considerado causa de Ostracismo en otros estados, principalmente en los democráticos, donde se cuida la igualdad entre todos los ciudadanos, cuidando que ninguno sobrepase en poder al otro, pero lo que se debe hacer en estos casos es tomar a esto como rey mientras viva.

En todos los casos, es preferible que la soberanía resida en la ley positiva, que en algún ciudadano, ya que el hombre se corrompe ante el atractivo del instinto y las pasiones del corazón cuando se encuentra en el poder. La ley, en cambio, "es la inteligencia sin ciegas pasiones".

Libro cuarto:

Teoría general de la ciudad perfecta

El gobierno perfecto es aquel que procura a todos los ciudadanos el goce de la más perfecta felicidad, dividiendo a estos goces en tres diferentes clases: los que están fuera de su persona, bienes del cuerpo y bienes del alma consistiendo así la felicidad en la reunión de todos éstos, que pueden ser adquiridos y conservados mediante la virtud. La felicidad es patrimonio de los corazones más puros y de las inteligencias más distinguidas, siendo por lo tanto el estado más perfecto, el más dichoso y más próspero. La felicidad nunca puede estar acompañada del vicio, porque tanto el Estado como el hombre no prosperan sino a condición de ser virtuosos y prudentes, transformándose en el fin esencial de la vida de ambos el alcanzar este grado de virtud y hacer todo lo que ella ordene.

Para Aristóteles el Estado más perfecto es aquél en el cual cada ciudadano puede, gracias a las leyes, practicar lo mejor posible la virtud y asegurar su felicidad, adoptando el camino que le parezca mejor, así, algunos se dedicarán a la política y otros a la filosofía. La felicidad sólo se encuentra en la actividad, pues sólo en ella se realiza la virtud, por lo cual es un error preferir la inacción al trabajo, siendo por lo tanto la actividad el asunto capital de la vida.

En ese Estado perfecto debe haber equilibrio entre la cantidad de ciudadanos y la extensión del suelo (causa material del estado). No debe haber demasiados habitantes ya que no es posible el orden en la multitud, su cantidad debe ser reducida de modo que sea posible que se conozcan entre sí, para que de esta manera las elecciones y sentencias jurídicas no sean necesariamente malas pero a la vez debe alcanzarse un mínimo necesario para la subsistencia.

En cuanto al territorio sobre el cual se asienta el Estado, debe ser fértil y ni demasiado pequeño – que impediría satisfacer las necesidades de sus habitantes – ni demasiado grande – que lo tornaría ingobernable.

La justa proporción consiste en tener el mayor número posible de ciudadanos capaces de satisfacer las necesidades de su existencia, pero no tan numerosos que dificulten su inspección o vigilancia.

Los elementos indispensables para la existencia de la ciudad son: la subsistencia, las artes, las armas, cierta abundancia de riquezas, culto divino y decisión sobre los asuntos de interés general y procesos individuales; para todos y cada uno de estos elementos debe haber en el Estado ciudadanos dedicados a procurarlos, ya que la falta de cualquiera de ellos resultaría en la imposibilidad del autoabastecimiento de esa sociedad.

Se pueden suponer diversas combinaciones según la importancia relativa que se atribuya a las funciones anteriores, siendo ésto lo que constituye la característica propia de cada forma de gobierno; así, en la democracia todos los derechos son comunes, al contrario de lo que ocurre en la oligarquía.

Siendo los ciudadanos los únicos que componen el cuerpo político, se abstendrán de realizar trabajos contrarios a la virtud o relacionados a la agricultura, puesto que para ocuparse de la cosa pública se necesita tiempo ocioso.

Los ciudadanos están divididos en dos clases: los guerreros y lo que deliberan sobre los negocios del Estado y juzgan los procesos, confiriendo las funciones según las distintas etapas de la vida, habida cuenta que una necesita del vigor de la juventud y las otras prudencia, la que es propia de las etapas maduras de la vida. Los artesanos, como otras clases extrañas a las nobles ocupaciones de la virtud, no gozan de derechos políticos.

Un Estado es virtuoso sólo cuando todos los ciudadanos que lo componen lo son. Tres son las cosas que pueden hacer al hombre bueno y virtuoso: la naturaleza, en cuanto nos concede virtudes espirituales y corporales, el hábito, que pervierte o mejora las cualidades naturales y la razón a cuyo imperio el hombre está sometido.

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