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INTRODUCCIÓN A LA ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA




Enviado por latiniando



     

    Indice
    1.
    ¿Qué es la antropología
    filosófica?

    2. La antropología en debate
    consigo misma

    3. Conclusiones

    1. ¿Qué es
    la antropología
    filosófica?

    La antropología filosófica pone como
    centro de su reflexión al ser humano. Busca comprender al
    hombre como un
    ser que vive y sabe que vive. El saber es la dimensión
    propia del hombre.
    Él es el único ser que necesita comprenderse para
    saber quién es, quién quiere ser y qué puede
    realizar.
    El hombre
    percibe su vida como una posibilidad única en la que
    ganarse o perderse dependen de sí mismo. Este impulso
    hacia el saber brota de la conciencia de su
    propia finitud, es decir, de saber que no es dueño del
    tiempo y, por
    tanto necesita diseñar su vida.
    La antropología filosófica reflexiona acerca de la
    existencia humana, la cual es de suyo complejo y
    problemática. En su libro EL
    PROBLEMA DEL HOMBRE, dice GEVAERT, "La antropología
    filosófica no crea ni inventa los problemas del
    hombre. Los encuentra, los reconoce, los asume, los examina
    críticamente."
    Las preguntas "¿Quién soy?" "¿Quién
    quiero ser?" Son propias del modo de existir del hombre. Por eso
    la antropología filosófica se pregunta por aquellos
    que determina y posibilita la existencia humana, en la cual
    reside la dignidad propia del hombre.
    En primer lugar para esta reflexión podemos decir que no
    sólo reconocemos un objeto, el hombre,
    sino que sabemos que ese objeto al que buscamos conocer es un
    sujeto. Cuando preguntamos qué es el hombre pedimos como
    respuesta un ente, una esencia acabada, un algo. Cuando
    preguntamos quién es el hombre preguntamos por alguien y
    este alguien es un sujeto haciéndose, una posibilidad que
    busca concretarse.
    La representación que cada uno de nosotros tiene del
    hombre está plasmada de valores y
    fines, que orientan nuestra acción. En su obra EL SENTIDO
    DE LA FILOSOFÍA DEL HOMBRE, dice JAVIER SAN
    MARTÍN": La imagen del ser
    humano no es una creencia que nos venga desde afuera, es el
    conjunto de ideas prácticas, plasmado de valores y
    fines que constituyen la autointerpretación que hace de
    sí mismo el ser humano".
    No hay ningún hombre que exista sin tener que comprender.
    La necesidad de saber no es ajena al hombre, lo constituye. La
    subjetividad humana es una subjetividad que interpreta, lo cual
    implica una toma de posición respecto de sí y de
    los otros.
    De este modo los hombres vamos dando significado a nuestras
    acciones,
    elecciones, tareas, transformando el tiempo de nuestra
    vida en historia, en
    la vida de cada hombre se seleccionan unos momentos y se olvidan
    otros, se van armando estructuras
    significativas desde donde se comprende el pasado y se proyecta
    el futuro. La vida humana es un acontecer que se va narrando, es
    historia.
    La antropología filosófica es necesariamente
    histórica. Recoge lo que el hombre ha dicho de sí
    mismo y lo interpreta desde el presente. La antropología
    debe hacerse cargo de esta dimensión histórica del
    hombre, de la red de significados que se
    van constituyendo en el tiempo.
    A partir del siglo XIX y en lo que va del nuestro asistimos a una
    multiplicación de las ciencias que
    estudian al hombre. La consolidación de las ciencias
    humanas y el surgimiento de una serie de antropologías
    (cultural, física, social,
    médica, psicológica, religiosa) puso de manifiesto
    un interrogante: ¿cómo hablar del hombre en medio
    de tantos discursos
    sobre él? ¿Cómo se articula la
    antropología filosófica con las otras
    antropologías y con las ciencias que hablan acerca del
    hombre?.
    La antropología filosófica contemporánea se
    ha ido haciendo cargo de los aportes de estas ciencias,
    ubicándose en el cúmulo de saberes que nos ofrecen,
    no para renegar de ellos, sino, más bien,
    preguntándose en qué modifican el concepto que el
    hombre tiene acerca de sí.
    Lo que llamamos hombre es, al mismo tiempo, el producto de
    una serie de determinaciones biológicas,
    psicológicas, sociales, culturales; y una posibilidad de
    realización, de deseos, de libertad.
    Mientras que las ciencias aportan cada DIA mas datos
    específicos respecto de tales determinaciones, la
    antropología filosófica reflexiona tratando de
    integra estos datos e
    interesándose de mostrar el entrecruzamiento que se
    produce entro lo determinado y lo indeterminado de la vida
    humana, entre condicionamientos y libertad.
    El hombre, a partir de lo que es, se proyecta hacia lo que no es
    aún y desea ser. Estando determinado, viviendo en una
    situación concreta, es un aquí y un ahora,
    está impulsado a construirse así mismo, a ser
    él mismo con los otros, dándose libertad para
    hablar, para desear dándole sentido a sus vínculos,
    siendo libre para amar, trabajando en la construcción del mundo como un espacio
    habitable y digno.

    2. La
    antropología en debate consigo
    misma

    Sin embargo, no todo es tan claro como parece. Es
    necesario advertir que el debate en
    torno del objeto
    de la antropología, hoy se ha vuelto
    problemático.
    La multiplicidad de discursos que
    hablan acerca del hombre ha aportado nuevos conocimientos acerca
    de éste, a la vez que se produjeron su
    fragmentación. Hoy hablamos de antropologías
    filosófica, cultural, religiosa, médica. El hombre
    se vuelve objeto de conocimiento a
    la vez si disuelve como sujeto. Lo que queremos señalar es
    que poseemos discursos acerca del hombre pero no una idea
    integrada y unitaria hombre. Lo que es el hombre se ha tornado
    oscuro y problemático. ¿por qué ha ocurrido
    esto?
    Para responder esta pregunta me parece interesante atender a la
    diferencia que señala Miguel Morey es su obra el hombre
    como argumento entre tema y problema. Durante la antigüedad
    y el medioevo, el hombre ha sido un tema de reflexión
    pero, a partir de la modernidad, se
    devela como problema. De aquí que el surgimiento de la
    antropología filosófica junto con las otras
    antropologías e incluso con el de las llamadas ciencias
    humanas se remonte recién al siglo XIX.
    Podemos decir entre los siglos XIX y XX se harán cargo
    explícitamente de una cuestión que caracteriza a
    toda la modernidad: la
    finitud humana.
    En este camino, la antropología filosófica fue
    paulatinamente saturando el discurso
    filosófico. De este modo, la perspectiva
    antropológica fue constituyéndose en la perspectiva
    privilegiada desde donde pensar, o bien hacia donde conducir y
    desde donde resolver todas las cuestiones.

    3.
    Conclusiones

    De este modo concluyo dejando estos
    interrogantes:

    • ¿Todos los problemas y
      todas las cuestiones son problemas y cuestiones
      antropológicas?
    • ¿Es la antropología el discurso que
      subyace a todo otro discurso?
    • ¿Es suficiente para justificar esta
      centralidad de la antropología decir que es el hombre en
      que conduce la historia, constituye la sociedad y
      plantea los interrogantes?
    1. Ante este panorama de problemas para la
      antropología filosófica la pregunta por el ser
      del hombre pararía a un segundo lugar, porque primero
      deberá empezar por legitimarse a sí misma como
      discurso posible, discutiendo su estatuto
      epistemológico, su necesidad y su función.
    2. Ahora bien, ¿esto significa que ya no es
      posible una antropología filosófica? O bien:
      ¿significa que esta debe renunciar a su
      pretensión de constituirse en discurso fundamentador
      de todo otro discurso?
    3. Nuevos problemas se van abriendo a medida que
      intentamos ahondar en esta dirección. A modo de enriquecer la
      discusión les acerco más
      interrogantes:
    4. Texto de morey:
    • Pretender una definición de hombre que no
      sea mera sanción de nuestros prejuicios
      etnocéntricos o ideológicos es tarea siempre en
      exceso comprometida. Afirmar "el hombre es una animar
      racional" (o sea dotado de lenguaje);
      La existencia concreta del hombre es el
      trabajo; o el hombre es un animal dotado de
      veintitrés pares de cromosomas, ¿son caracterizaciones
      suficientes para tomarlas como punto de partida de una
      antropología filosófica?
    • Evidentemente, puede decirse que el hombre es todas
      esas cosas, pero ¿se puede decir que es hombre
      precisamente por ellas?
    • Y también esta pregunta: cuando nos
      preguntamos por el ser del hombre ¿qué
      interrogamos exactamente: la idea de hombre o la existencia
      concreta de los hombres, el hombre eterno o los sujetos
      históricos?

     

    Trabajo enviado por:
    Lic. José Luis Dell'Ordine



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